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XXVIII Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública "Aspectos estratégicos de la gestión pública para el crecimiento sostenible de las ciudades" Caracas, 2015

Experiencias locales exitosas para el crecimiento sostenible de las ciudades

Alejandro Navarro Arredondo ______________________________

Primer Premio

Introducción El crecimiento sostenible de las ciudades es uno de los grandes retos que afronta la humanidad. Más de la mitad de la población mundial y alrededor del 80% de las personas en los países desarrollados viven en ciudades y zonas urbanas (PNUMA, 2012). Estas vastas poblaciones urbanas consumen la mayor parte de los recursos del mundo, contribuyen a la degradación del medio ambiente a nivel local, regional y global; y al mismo tiempo son altamente vulnerables a los efectos del cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de la biodiversidad. Además, muchas ciudades tienden a ser áreas metropolitanas caracterizadas por la dispersión geográfica, la especialización funcional y la movilidad espacial. Dadas estas características, su desarrollo sostenible depende de una gestión pública capaz de mantener el equilibrio de metas tan antagónicas como la competitividad, la cohesión social y la habitabilidad. Asimismo, el imperativo de la protección al medio ambiente tiene una importancia cada vez más crítica, que necesariamente plantea interrogantes sobre cómo gestionar el desarrollo urbano de una manera más sostenible. De hecho, han pasado más de dos décadas desde que la Cumbre de Río en 1992 allanó el camino para definir al Desarrollo Sostenible (DS) como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Esta definición intentó erradicar la competencia entre las acciones de protección ambiental, crecimiento económico y desarrollo social, ofreciendo la posibilidad, al menos en teoría, de que los tres tipos de acciones se instrumentaran de manera coordinada. Sin embargo, esta coordinación no siempre ha podido ponerse en práctica. A pesar de ciertos ejemplos de desarrollo sostenible a pequeña escala, el mundo se ha vuelto peligrosamente más insostenible en los últimos años. De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2012), nuestro planeta sigue por un camino insostenible aún cuando existen más de 500 acciones convenidas internacionalmente para proteger el medio ambiente y mejorar el bienestar humano. 1 Un factor detrás de la pauta insostenible de desarrollo es la incapacidad de los mercados para manejar recursos de libre acceso como la atmósfera y el océano. Así, los ecosistemas son víctimas de frecuentes fallas de mercado (externalidades negativas y la no provisión de bienes públicos) y los costos de su degradación son persistentemente ignorados por las actuales estrategias económicas. Además, el impacto negativo de estas fallas es más fuerte para los grupos más vulnerables.

1 Según la quinta edición de la Perspectiva Mundial del Medio Ambiente (GEO-5), que evaluó 90 de los objetivos ambientales más importantes, se encontró que sólo se habían realizado progresos significativos en cuatro de ellos: eliminar la producción y uso de sustancias que dañan la capa de ozono, eliminar el plomo de los combustibles para vehículos, aumentar el acceso a un mejor abastecimiento de agua e impulsar la investigación para reducir la contaminación del medio marino. Existen también algunos avances en la expansión de las áreas naturales protegidas, así como en los esfuerzos para reducir la deforestación, pero se detectó poco o nulo progreso para 24 metas, entre las que se incluyen reducir los efectos del cambio climático y de los procesos de desertificación. Esta situación puede provocar que varios umbrales críticos sean excedidos y que se produzcan cambios bruscos e irreversibles a las funciones de soporte vital del planeta. Para obtener una lista completa del estado de ejecución de cada uno de los objetivos ambientales véase PNUMA (2012).


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Por ello, el reto del crecimiento sostenible no puede ser subestimado. Se requiere una transformación sustancial del actual modelo de desarrollo, y al igual que todos los procesos de transformación, éste puede modificar las ventajas comparativas de las naciones, las industrias y las comunidades. Además, para conciliar globalmente los distintos objetivos económicos, sociales y ambientales, se requiere una forma alternativa de gestión pública en los diferentes ámbitos gubernamentales. Estos cambios pueden generar una intensa oposición política y social de los grupos afectados y aumentar drásticamente la complejidad de la planificación urbana. De esta forma, para un crecimiento sostenible de las ciudades, se considera fundamental el rol de las administraciones públicas, pues pueden complementar la “mano invisible” de los mercados con una “mano visible” de la gestión pública. Las instituciones públicas deberán proporcionar las normas legítimas y la capacidad organizativa necesaria para promover transformaciones sociales vinculadas a estrategias de desarrollo urbano más equitativas y respetuosas del medio ambiente. Pero muchas administraciones públicas todavía no tienen la capacidad de presentar un amplio espectro de políticas urbanas encaminadas a lograr el equilibrio entre los tres pilares del desarrollo sostenible (ambiental, económico y social). Además, no han podido enfrentar de manera eficaz el desafío de implementar políticas intersectoriales que busquen traducir las preocupaciones mundiales en acciones locales y preocupaciones locales en acciones globales. Sin embargo, la capacidad para lograr una gestión pública estratégica descansa necesariamente en las administraciones públicas, las cuales deben acelerar su transformación para incorporar efectivamente el concepto de desarrollo sostenible en sus objetivos y traducirlos en resultados concretos. Afortunadamente, en los últimos 15 años, el ámbito local del gobierno ha sido fuente de innovaciones institucionales que facilitan la integración de los tres pilares del desarrollo y concilian eficazmente las preocupaciones globales, nacionales y locales en torno al crecimiento sostenible de las ciudades. De hecho, el objetivo principal de este documento es presentar un análisis sintético de dichas innovaciones. Desde una perspectiva de adopción de “buenas prácticas” se espera que otros gobiernos locales puedan introducir estas innovaciones gerenciales o tecnológicas y evitar los costos asociados a políticas urbanas no sostenibles. Previo al análisis de estas experiencias exitosas, se abordan algunas perspectivas teóricas o paradigmas relacionados con el desarrollo urbano. Finalmente, se discuten estas innovaciones en el marco de las reformas público-administrativas que son necesarias para un crecimiento de las ciudades más sostenible. Desarrollo urbano sostenible: algunos paradigmas El cambio climático, las crisis socioeconómicas y el descenso de los combustibles fósiles se han convertido en problemas muy graves para la sostenibilidad de nuestro planeta. Sin embargo, las amenazas no se limitan sólo a estos factores, sino que a ellos se agregan los efectos de una rápida urbanización a nivel mundial. De hecho, hay quienes consideran al producto de la urbanización, es decir, la ciudad, como la manifestación más dramática de las actividades humanas sobre el medio ambiente, pues este organismo humano degrada los ecosistemas naturales, contribuye a la extinción de las especies, altera los sistemas hidrológicos y modifica el ciclo de los nutrientes (Alberti, 2005). Pero recientemente el desarrollo urbano sostenible (DUS) es visto como una panacea para minimizar los efectos causados por las ciudades sobre el medio ambiente. Este concepto intenta evocar a una planificación urbana más eficaz y resiliente ante las enormes transformaciones que nuestras sociedades y el medio ambiente han sufrido durante los últimos años. El DUS se percibe como la mejora de la calidad de vida en una ciudad que incluye diversas facetas: ecológica, cultural, política, institucional, social y económica. Además, es una mejora que permite el crecimiento de


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una ciudad sin dejar una carga a las futuras generaciones, por ejemplo, una deuda local excesiva o una atmósfera contaminada (Flint y Raco, 2012). La necesidad de proteger al medio ambiente de una degradación excesiva motivada por el crecimiento urbano no regulado es incuestionable, y en ese sentido, el DUS es visto como el principal vehículo para lograrlo (Burton, Jenks y Williams, 2013). Sin embargo, hasta la fecha, los preceptos del DUS no han podido difundirse y aplicarse a gran escala, por lo que la construcción de ciudades sostenibles podría tardar tiempo en consolidarse. Esto exige una nueva evaluación de esos mecanismos implicados en la implementación del DUS, los cuales están estrechamente relacionados con la planificación urbana y los paradigmas de desarrollo urbano. En este contexto, cuatro escuelas principales de pensamiento o paradigmas de desarrollo urbano dominan el discurso público contemporáneo sobre el crecimiento sostenible de las ciudades: (i) el paradigma enfocado en el crecimiento y la innovación; (ii) el paradigma enfocado en la dimensión social; (iii) el paradigma de crecimiento verde; y (iv) el paradigma de desarrollo resiliente.

El paradigma enfocado en el crecimiento y la innovación Este paradigma considera al crecimiento económico y a la innovación tecnológica como las variables clave para determinar la sostenibilidad de las ciudades. Los defensores de este paradigma tienden a otorgar poco crédito a los temores asociados a la degradación de los ecosistemas y a los riesgos de exceder los límites en el uso de los recursos naturales. Al respecto, sugieren que, tarde o temprano, los diversos avances tecnológicos, culturales y económicos logran transformar los insuperables desafíos del desarrollo urbano en problemas solucionables (Jones, McCormick y Dewing, 2012). Para muchos promotores de este paradigma, la innovación y el impulso tecnológico son las mejores opciones para un desarrollo sostenible. La tecnología se considera una panacea para todos los problemas de sostenibilidad y por ello en la generación de provisión de insumos para las ciudades se utilizan con frecuencia muchas nuevas aplicaciones tecnológicas. Por ejemplo, los desarrollos en infraestructura de energía limpia (solar, eólica, bio-combustibles), además de proporcionar una oportunidad de negocio en uno de los mercados de más rápido crecimiento, ayudan a los países a cumplir sus objetivos en la mitigación del cambio climático (que se encuentran actualmente en peligro debido a los bajos precios del carbón y el petróleo) (Zenghelis, 2012). De esta forma, la innovación tecnológica se convierte en un motor del crecimiento económico y, en paralelo, del desarrollo sostenible. La escasez de recursos y la degradación ambiental ofrecen incentivos a los empresarios para generar la tecnología y los conocimientos técnicos necesarios para realizar cambios que protejan los ecosistemas y el bienestar humano. El ingenio humano sin límites puede afrontar los desafíos de la sostenibilidad; incluso, los impulsores del paradigma enfocado en el crecimiento y la innovación tienen fe en que los avances tecnológicos pueden erradicar la pobreza y la inequidad. A continuación, se plantean algunas de las estrategias de desarrollo sostenible relacionadas con este paradigma. Principales estrategias:

• Promover condiciones de mercado que estimulen los productos y procesos menos contaminantes.

• Incrementar la inversión en proyectos de investigación tecnológica en los campos relacionados con la protección del medio ambiente y el desarrollo sostenible.

• Promover e incentivar la investigación pública y privada en las áreas de conocimiento relacionadas con la sostenibilidad ambiental.

• Dotar con recursos la evaluación y prevención de los impactos del cambio climático.


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• Incorporar progresivamente a los contenidos de los programas técnicos de formación universitaria el concepto de sostenibilidad ambiental

• Elaborar una reforma fiscal sobre los precios de los combustibles que grave fundamentalmente las emisiones de CO2.

• Crear agentes económicos cuyo objetivo sea la promoción del ahorro, uso eficiente de la energía y el desarrollo de las energías renovables.

• Reducir impuestos sobre actividades económicas a las empresas que utilicen energías renovables o cogeneración.

• Elaborar programas de sustitución de complejos industriales contaminantes o poco eficientes por parques tecnológicos basados en la innovación.

• Lograr que la actividad turística sea un importante motor de la economía y generador de rentas sin provocar el deterioro de los recursos naturales.

El paradigma enfocado en la dimensión social

Los defensores del paradigma enfocado en la dimensión social no creen que el crecimiento económico y la innovación tecnológica sean suficientes para reducir la inequidad y argumentan que la calidad del crecimiento es muy importante para lograr un desarrollo urbano sostenible. Este paradigma tiene sus fundamentos en la justicia social, en la equidad en la distribución de los recursos y en la igualdad de condiciones. Esto se refleja claramente en el arraigo del principio de equidad social dentro de las definiciones de desarrollo urbano sostenible, que se centran en la satisfacción de las necesidades (actuales y futuras) corregiendo la desigualdad de resultados (Hopwood, Mellor y O'Brien, 2005). Dentro de un contexto urbano, la equidad social está enfocada a evitar la exclusión social y territorial. En una ciudad equitativa no existen prácticas de exclusión o discriminación que impiden que otras personas participen económica, social y políticamente en la sociedad (Haughton, 1999). En un sentido geográfico, la exclusión social y la inequidad pueden manifestarse en las áreas de la ciudad que tienen entornos de vida más pobres y que carecen de acceso a una gama de servicios públicos disponibles para los residentes de otras áreas. De hecho, la justicia territorial prevalece cuando el acceso a dichos servicios se iguala a lo largo de todas las áreas geográficas que conforman una ciudad. De ello se desprende que el entorno construido, la infraestructura social, las rutas de transporte público y otros servicios puedan tener un impacto en la naturaleza de la accesibilidad en una determinada área geográfica. Existen servicios donde se necesita un acceso equitativo para todos los usuarios, estos incluyen a la educación, la vivienda digna, salud, infraestructura social, espacios verdes, así como espacios de cultura y recreación (Dempsey, 2008). Para lograr la sostenibilidad de las ciudades, los promotores del paradigma enfocado en la dimensión social también abogan por una acción pública que promueva una redistribución eficaz en favor de los pobres. Esto requiere la aplicación de políticas redistributivas sociales (políticas fiscales progresivas, sistemas de seguros sociales, de empoderamiento de género y un desarrollo urbano basado en derechos). Desde el paradigma enfocado en la dimensión social, la reducción de las desigualdades inexorablemente conduce a la sostenibilidad en el uso de los recursos y genera más oportunidades para el crecimiento económico. En esencia, este paradigma tiene que ver con la capacidad de la ciudad para sostenerse y reproducirse a sí misma con un nivel aceptable de bienestar social para todos sus habitantes (Dempsey et al, 2011). Principales estrategias:

• Atender especialmente a la mejora de la calidad de vida, la promoción de la justicia social y los derechos humanos, compaginando la lucha contra la pobreza con la protección del medio ambiente.


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• Contribuir a la integración progresiva de los sectores pobres de la población en una economía social y ambientalmente más sostenible.

• Facilitar el acceso a la educación universal, y servicios de atención primaria de salud y de emergencia.

• Contribuir a reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, y preservar los esfuerzos por erradicar enfermedades importantes como el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis.

• Contribuir a la mejora del bienestar social con criterios de sostenibilidad y preservación de las culturas tradicionales.

• Impulsar la introducción de instrumentos económicos, financieros y fiscales que favorezcan la reducción de la marginación, discriminación u otras formas de exclusión social.

• Promover pautas de consumo personal y social sostenibles, en los que prime el ahorro de recursos naturales.

• Garantizar el acceso de los ciudadanos a los procedimientos judiciales relacionados con la protección y conservación del medio ambiente.

• Desarrollar programas de concientización ciudadana y pedagogía social que promuevan hábitos de consumo y demanda sostenibles.

• Fomentar las culturas de respeto a la naturaleza, conservación de la calidad ambiental y solidaridad intergeneracional.

El paradigma de crecimiento verde

Este enfoque enfatiza el aspecto ecológico de la política urbana y la relación crecimiento urbano/medio ambiente. En otras palabras, reconoce que hay un límite en el grado de estrés que pueden sufrir los ecosistemas antes de que estén irreversiblemente degradados o destruidos. Coincide con el paradigma enfocado en la innovación en que los avances tecnológicos son importantes para un DUS. Sin embargo, al igual que su contraparte social, aboga por un papel protagónico de las instituciones públicas como complemento a las leyes del mercado. Por ello, las políticas de crecimiento verde identifican las complementariedades entre los aspectos económicos y ambientales del desarrollo y, al mismo tiempo, buscan beneficios de equidad social para los grupos más vulnerables. De hecho, varias ciudades han incorporado el paradigma de crecimiento verde en la formulación de políticas estratégicas para el desarrollo urbano; por ejemplo: el Plan Estratégico de 30 años de Nueva York; la Plataforma de Estrategia Económica de Vancouver y el Plan Sydney Sostenible 2030 (Hammer, et. al, 2011). Este paradigma intenta obtener soluciones prácticas para el crecimiento sostenible de las ciudades a través del estudio del metabolismo urbano, la huella de carbono en las ciudades, la dinámica de crecimiento urbano, y la interdependencia entre los actores sociales y los flujos del sistema biofísico. Un aspecto importante de este paradigma es que sugiere un enfoque de gestión estratégica lo suficientemente flexible y adaptable para manejar cambios en la relación entre los eventos biofísicos y humanos. De hecho, el paradigma de crecimiento verde sugiere varios elementos para la planificación urbana: tomar en cuenta los límites biofísicos de los recursos disponibles; establecer objetivos y metas centrados en la regeneración natural de los ecosistemas; evaluar los efectos ambientales acumulativos y establecer un monitoreo de la efectividad de las acciones de planificación urbana (Ramaswami, et. al, 2012) De esta forma, el paradigma de crecimiento verde impone un juicio normativo acerca de la necesidad de orientar el crecimiento económico en una dirección diferente, que aborde las externalidades y otros factores mal atendidos por las estrategias económicas actuales. También reconoce que las políticas ambientales incompatibles con la creación de riqueza no son sostenibles en el largo plazo. Por esa razón, fomenta el desarrollo económico al mismo tiempo que intenta garantizar que los activos naturales continuarán proporcionando los recursos y servicios de los que


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depende el bienestar de los ecosistemas y de las personas. Cuando se aplica a las zonas urbanas este paradigma intenta cumplir tres requisitos: garantizar espacios sostenibles para el crecimiento urbano; facilitar la complementariedad de políticas públicas a nivel local y asegurar la equidad social (Hammer, et. al, 2011). Principales estrategias:

• Aumentar los conocimientos sobre la capacidad de carga de los ecosistemas y el impacto de las actividades humanas sobre los recursos naturales.

• Realizar inventarios continuos de biodiversidad de acuerdo con los acuerdos internacionales suscritos en la materia.

• Promover programas de formación profesional y empresarial en las nuevas actividades económicas relacionadas con la utilización sostenible de los recursos naturales, tales como el ecoturismo, la agricultura ecológica, las energías alternativas, etc.

• Establecer directrices básicas para la restauración de los ecosistemas, con criterios ecológicos y sociales acordados a través de la participación pública.

• Desarrollar programas públicos de información y educación para aumentar el respeto por los ecosistemas.

• Promover la ordenación del territorio y planificación de usos a través de Planes de Ordenación de los Recursos Naturales.

• Mejorar las redes de espacios protegidos para conseguir la protección efectiva de una proporción significativa de todos los tipos de ecosistemas.

• Realizar campañas públicas de comunicación para fomentar el uso de los modos de transporte público de menor impacto ambiental y de fomento del empleo de la energía fotovoltaica.

• Poner en marcha programas de transferencia tecnológica avanzada y sistemas de producción limpios, que contribuyan al desarrollo sostenible.

• Incentivar a las empresas que minimicen la generación de residuos, y aplicar sanciones a los contaminadores.

El paradigma de desarrollo resiliente

El último de los paradigmas se refiere al desarrollo urbano resiliente, que cuestiona cualquier acción de sostenibilidad sino se toman en cuenta los elementos necesarios para evitar un colapso físico o económico en las ciudades, es decir, propone el establecimiento de medidas pro-activas de reducción de riesgos. El argumento principal de este paradigma es que las sociedades actuales se han vuelto altamente interconectadas e interdependientes y por lo tanto son más susceptibles a eventos climáticos, sequías e inundaciones; pero también a manifestaciones sociales y problemas financieros globales (Cutter, et. al, 2008). De hecho, hay una notable falta de aplicación del paradigma de desarrollo resiliente, pues las evaluaciones de los esfuerzos actuales para mitigar la degradación ambiental global muestran que los acuerdos internacionales existentes no están apoyando lo suficiente para actuar con rapidez ante desafíos mundiales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad (PNUMA, 2012). “La resiliencia es la capacidad de un sistema social para responder y recuperarse de los desastres. Esta capacidad incluye aquellos elementos que permiten a un sistema social absorber impactos y hacer frente a un evento catastrófico, así como establecer los procesos de adaptación que facilitan su reorganización o recuperación y el aprendizaje en respuesta a futuras amenazas” (Cutter, et. al, 2008: 599). Las ciudades resilientes son mucho menos vulnerables a los peligros y desastres que aquellas otras que no toman medidas de prevención de riesgos. Por lo anterior, todo conocimiento acerca de cómo algunas ciudades se han vuelto más resilientes es vital para el diseño de propuestas de desarrollo urbano sostenible (Godschalk, 2003)


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Los defensores de las estrategias de desarrollo resiliente sugieren que este es un buen camino para hacer frente a las causas de la degradación ambiental y la desigualdad social, así como para mejorar la capacidad de los individuos y las ciudades para hacer frente y recuperarse de catástrofes y disturbios. También señalan que el riesgo es un elemento central de las prácticas innovadoras de desarrollo urbano sostenible, pues las situaciones riesgosas obligan a acelerar el ingenio humano para afrontarlas o superarlas. Por otra parte, desde la perspectiva del paradigma de desarrollo resiliente, el crecimiento económico es un requisito ineludible para hacer frente a todos los problemas que enfrentan las ciudades, que van desde los riesgos ambientales y sociales hasta la propia dinámica de crecimiento poblacional. Principales estrategias:

• Paliar las consecuencias sobre la biodiversidad de la fragmentación del territorio y la construcción de infraestructuras, fomentando la protección y restauración de corredores biológicos.

• Incorporar la reducción del riesgo de desastres en los planes y programas de desarrollo socioeconómico.

• Transferir fondos, tecnología y conocimientos a las comunidades más vulnerables, mediante una colaboración multi-actores y multidisciplinaria y mediante alianzas en todos los ámbitos de gobierno.

• Fomentar que la reducción de riesgos sea una parte esencial de las estrategias y programas de reducción de la pobreza para mejorar los recursos de los pobres y de los que están en camino de serlo, aumentando su resiliencia ante los desastres, poniendo especial atención en las comunidades y minorías marginadas.

• Construir infraestructuras de colegios, instalaciones sanitarias, agua y saneamiento resistentes a catástrofes.

• Garantizar la participación activa de los grupos vulnerables en los procesos de toma de decisiones y de definición de políticas, especialmente en pro del desarrollo comunitario, la gestión de recursos naturales, la prevención de sequías, el manejo del agua y la agricultura de subsistencia.

• Frenar el crecimiento urbano rápido y mal planificado para disminuir los riesgos de catástrofes.

• Construir infraestructura urbana con base en evaluaciones de riesgo para evitar que los beneficios en términos socioeconómicos se pierdan debido a las catástrofes.

Estos cuatro paradigmas de desarrollo urbano sostenible se perciben como mutuamente excluyentes, pues promueven diferentes tipos de valores que no necesariamente se complementan entre sí (innovación vs. justicia social o crecimiento económico vs. protección de los recursos naturales). Además, cada uno de ellos proporciona un tipo solución necesaria (innovación, equidad, preservación de la biodiversidad, prevención de riesgos) pero insuficiente para el crecimiento sostenible de las ciudades. Asimismo, las estrategias de desarrollo de estos cuatro paradigmas persiguen diferentes objetivos económicos, sociales y ambientales. En ocasiones, probablemente sugieran que haya sinergia entre algunos de estos objetivos, por ejemplo, las políticas de crecimiento verde identifican las complementariedades entre los objetivos económicos y ambientales, particularmente para buscar nuevas fuentes de crecimiento económico; pero en cierta medida ignora cuestiones de equidad social o si las intenta lograr no lo hace directamente sino a través de un efecto “spillover”, es decir, de derrame. Precisamente, la siguiente figura plasma los efectos indirectos asumidos por estos cuatro paradigmas de desarrollo sostenible. En la figura 1 se puede observar que el paradigma de crecimiento e innovación prioriza el pilar económico, esperando que los efectos de los avances tecnológicos y económicos logren derramarse


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tanto en el pilar social como en el ambiental. Sin embargo, este efecto de derrame o goteo no siempre ocurre y por lo tanto se presenta una situación conocida como “desarrollo urbano distorsionado”; donde, además de que hay una tremenda sobre explotación de recursos naturales, sólo unas pocas personas se benefician de los logros económicos, mientras que la mayoría permanece excluida de ellos. En algunas ciudades hay muchas muestras de este desarrollo urbano distorsionado. Por ejemplo, en la Ciudad de México, el caso más claro de este fenómeno ocurre en la zona financiera y habitacional de Santa Fe, donde las personas que lograron beneficiarse de la imposición de un paradigma de desarrollo urbano inspirado en el crecimiento económico y la innovación gozan de una oferta habitacional de torres de viviendas exclusivas, clubes de campo privados y centros comerciales. En Santa Fe se han realizado inversiones importantes en vías urbanas para conectar rápidamente a esta nueva parte de la ciudad. Dichas obras se han construido en áreas boscosas de recarga de mantos acuíferos por lo que han tenido un impacto ambiental considerable en toda la zona metropolitana. Pese a todo, existen en México existen muchos enclaves como Santa Fe que son habitados por ciudadanos con derechos plenos, que cuentan con una adecuada infraestructura, equipamiento y servicios, aún a costa de la degradación de los recursos naturales. No obstante, este paradigma de crecimiento económico e innovación no sólo ha contribuido a la degradación ambiental en Santa Fe sino también a la flexibilización del mercado de trabajo, con el consecuente aumento de la informalidad y el salario precario. Estos efectos han tenido mucho más impacto para los habitantes de los barrios desfavorecidos (polígonos de pobreza en la periferia de Santa Fe, Delegación Álvaro Obregón) donde van concentrándose desempleados, trabajadores de los perfiles más bajos e inmigrantes sin recursos. Por esta razón, hay áreas de la Delegación Álvaro Obregón donde continúan presentándose condiciones de exclusión social. La infraestructura y los servicios urbanos primarios son insuficientes, como también lo son los equipamientos de recreación, salud y educación. Asimismo, el entorno generalmente está en situación de riesgo ambiental o para la salud (áreas inundables, sujetas a erosión y con pendientes muy peligrosas para la integridad de los habitantes). Debido a lo anterior, se considera indispensable dar prioridad al pilar social del desarrollo sustentable y extender el acceso a bienes y servicios urbanos a toda la población, enfrentando el problema de la creciente segregación espacial. Para ello se requiere contar con políticas e iniciativas eficaces inspiradas en el paradigma social. Se necesitan esfuerzos institucionales, financieros y técnicos diferentes a las estrategias propuestas por el paradigma de crecimiento e innovación. Desafortunadamente, aún no es claro si una mayor inversión en los aspectos sociales del desarrollo logrará colocar a las ciudades en condiciones de competir en el mercado global. Y tampoco hay mucha certeza en cuanto a cuáles serán los beneficios ambientales de tener una estrategia de desarrollo urbano más justa y equitativa. Por esa razón, un mayor énfasis en el pilar social pudiera traer como consecuencia también otro tipo desarrollo distorsionado. Respecto al paradigma de crecimiento verde, éste se centra más en dos de los tres pilares del desarrollo sostenible: en el pilar económico y en el pilar ambiental. Esto no quiere decir que el crecimiento verde ignore cuestiones de equidad social, sin embargo sus estrategias de desarrollo buscan más los co-beneficios ambientales-económicos que garantizar que los trabajadores más vulnerables no se queden fuera en la transición hacia una economía más verde. De alguna u otra manera lo mismo ocurre con el paradigma del desarrollo resiliente, pues está más enfocado en atender los riesgos ambientales y económicos con el fin de evitar crisis sociales. No obstante, este último paradigma guarda ciertas coincidencias con su contraparte social al sugerir que es necesario fomentar la reducción de riesgos como parte esencial de las estrategias y programas de reducción de la pobreza para mejorar los recursos de los pobres y así aumentar su resiliencia ante los desastres.


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Como se puede observar, las diferentes prioridades de cada uno de estos paradigmas funcionan como barreras a las sinergias que pudiera haber entre ellos, lo que hace poco probable que los efectos de derrame o “spillover” de un pilar del desarrollo sostenible a otro se materialicen mecánicamente. Además, el desarrollo sustentable es un concepto integrador que considera el cumplimiento concurrente de los objetivos ambientales, sociales y económicos. Por lo tanto, la resolución de conflictos, la gestión de las sinergias y la comprensión de la dinámica de la sostenibilidad son partes esenciales de la integración y el equilibrio entre los tres pilares de desarrollo. Hacia un desarrollo urbano integral: complementando los cuatro paradigmas Una conclusión abrumadora de la revisión teórica presentada en la sección anterior es la necesidad de lograr una gestión pública estratégica con una perspectiva unificadora. Una que saque provecho de las fortalezas y minimice las debilidades de los cuatro paradigmas analizados con el objetivo de fomentar un desarrollo urbano más innovador, inclusivo, verde y resiliente. Todo ello a través del abordaje concurrente de los tres pilares del desarrollo sostenible. Así, una respuesta exitosa a los complejos problemas relacionados con el crecimiento sostenible de las ciudades exige la formulación de políticas públicas que consideren el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la prevención de desastres y la conservación de la biodiversidad; no como metas que compiten unas contra otras sino como objetivos interconectados. Sin embargo, hasta ahora no se ha examinado sistemáticamente qué aspectos de los tres pilares de desarrollo sostenible suelen estar conectados entre sí, de manera que formen sinergias positivas. Tal análisis se llevará a cabo aquí con apoyo de la revisión de experiencias exitosas de una gestión pública orientada a la sostenibilidad. Dichas experiencias se recogen de la base de datos del Premio Gobierno y Gestión Local (PGyGL), que a partir del año 2001 reconoce las prácticas innovadoras en diversas áreas de política subnacional. Este certamen es convocado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y otras instituciones para identificar las lecciones de gobierno más destacadas en el ámbito municipal. Su objetivo es formar una base de datos de buenas prácticas y darlas a conocer en el entorno nacional e internacional. Este análisis se concentrará en el esfuerzo que hacen los gobiernos locales mexicanos para buscar un crecimiento más sostenible de las ciudades. Lo anterior, como consecuencia de una serie de cambios que provocaron que la agenda local se expandiera hacia la resolución de estos nuevos problemas. En este contexto, los municipios mexicanos se han propuesto impulsar programas concebidos a partir de un proceso innovador, mismos que forman parte de una tendencia de carácter cultural y estructural que busca reformar radicalmente la orientación, la capacidad y prontitud de respuesta del municipio mexicano. En ese sentido, es evidente que los gobiernos municipales mexicanos han tomado una postura estratégica en el diseño e implementación de políticas de desarrollo sostenible. Son los ayuntamientos del país los que han tenido que buscar nuevas alternativas a los graves problemas que enfrenta nuestro país, “los que han tenido que imaginar nuevas estrategias para la acción pública basadas en la generación de consensos, en la creación de redes sociales y en la construcción de nuevos marcos de gobernabilidad” (Cabrero, 2002: 1). Afortunadamente, en nuestro país se ha documentado este nuevo rol de los gobiernos subnacionales en todas sus esferas de acción, incluyendo la planeación urbana sostenible. Gracias al esfuerzo del CIDE y otras instituciones se ha generado una base de datos de buenas prácticas municipales. Durante los últimos 15 años, se han documentado prácticas municipales exitosas que hacen la diferencia como factores detonantes en el diseño e implementación de políticas públicas para el desarrollo local. Las nuevas formas de intervención local que se han


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identificado, promueven esquemas diferentes de colaboración, coordinación y participación, así como estrategias innovadoras para generar formas alternativas de trabajo para resolver problemas complejos. Hasta la edición 2014 del PGyGL se habían acumulado 4, 745 experiencias exitosas en su base de datos, las cuales se encuentran clasificadas en diversas categorías. Si se toman en cuenta los catorce ciclos del certamen, una gran parte de las experiencias de desarrollo urbano sostenible podría ubicarse en los rubros de “Conservación ecológica”, “Planeación urbana” e “Infraestructura municipal”, aunque tampoco deben descartarse otras categorías que también muestran el compromiso de los municipios mexicanos con el crecimiento sostenible de las ciudades: desarrollo económico, educación, modernización administrativa, participación ciudadana, política social, salud pública y servicios públicos (cuadro 1). En este conjunto de experiencias se concentran las acciones innovadoras de los municipios mexicanos para lograr un crecimiento más sostenible de las ciudades. No obstante, antes de iniciar su análisis es necesario hacer algunas consideraciones que tienen que ver con las fases de evaluación que se siguen en este certamen. En una primera fase se convoca a todos los municipios del país a presentar aquellos programas que a su juicio, ofrezcan resultados importantes a lo largo de al menos un año de operación ininterrumpida. Para participar los funcionarios responsables de los programas, o los propios alcaldes, llenan un formato de descripción del programa. Una vez cerrada la convocatoria, se integran entre diez y quince comités de especialistas y estudiosos del tema municipal con el fin de revisar por áreas de política pública el conjunto de programas y emitir así un dictamen que haga una primera selección de los mismos (aproximadamente 10% del total de programas participantes). Este subconjunto es, de acuerdo a los comités de evaluación, un grupo de experiencias locales relevantes y trascendentes en su impacto local, por ello, para efectos del PGyGL estos programas se consideran semifinalistas. La segunda fase de la evaluación consiste en integrar nuevamente comités de especialistas por áreas temáticas, los cuales llevan a cabo una visita de campo al conjunto de experiencias semifinalistas. En estas visitas el comité evaluador interroga a responsables de los programas, observa su funcionamiento, entrevista a beneficiarios y documenta de la manera más amplia posible las características de operación y los resultados que ha presentado la experiencia exitosa. Posteriormente cada grupo de especialistas redacta un dictamen, que es revisado por otro comité técnico de evaluación, el cual selecciona diez programas para que sean los finalistas del certamen. Se procede así a la tercera y última fase del concurso que consiste en la organización de una ceremonia abierta al público, en la cual se presentan las diez experiencias finalistas ante un jurado y éste selecciona cinco programas que serán los ganadores del premio y recibirán un reconocimiento por parte de alguna autoridad federal. En ocasiones, la entrega de este premio ha sido efectuada por el Presidente de la República. Después de esta breve explicación de la dinámica de evaluación de las experiencias participantes en el PGyGL; advertimos que nuestro análisis de políticas para lograr un crecimiento más sostenible de las ciudades se restringirá a la revisión de aquellos programas que resultaron ganadores en alguna de las 14 ediciones del certamen. Lo anterior para facilitar nuestro trabajo de investigación y por la imposibilidad de abarcar la revisión de las 4,745 experiencias. A continuación, se presenta un breve resumen de cada uno de los programas ganadores a lo largo de los 14 años del PGyGL y que se relacionan con uno o más de los paradigmas del desarrollo urbano sostenible.


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Experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible Reservas Territoriales, Nuevo Laredo, Tamaulipas Durante mucho tiempo en Nuevo Laredo2 se permitieron los asentamientos ilegales de la población. Los pobres se ubicaban donde podían, donde los dejaban. No había opciones para ellos, por lo que tuvieron que recurrir a alternativas como la ocupación ilegal o la adquisición de terrenos baratos en la periferia; en sitios de riesgo y vulnerabilidad como en las orillas de ríos, lagunas, basureros, entre otros. En general estos terrenos carecían de servicios básicos y de infraestructura básica para construir casas. La inaccesibilidad de suelo apto para vivienda estaba determinada por las condiciones de pobreza de muchas personas y por la forma cómo funciona el mercado legal de suelo, cuyos precios son inalcanzables. Además, muchos líderes políticos sacaban provecho de esta situación para obtener beneficios electorales a cambio de falsas promesas de dotación de terrenos o de construcción de infraestructura. No obstante, el programa de Reservas Territoriales ha permitido frenar el crecimiento desordenado y anárquico de la ciudad de Nuevo Laredo. El municipio ha creado un fideicomiso para ofertar lotes y casas a bajo costo para familias pobres, necesitadas de un patrimonio propio. El programa permite la adquisición de un predio con total urbanización y con autofinanciamiento, así como un plan de crecimiento ordenado de viviendas que reúnen las condiciones básicas de servicios. Gracias a este programa se han logrado dos objetivos muy importantes: dotar de vivienda digna a la población de escasos recursos y mitigar los riesgos de un crecimiento urbano desordenado. Programa integral de manejo de residuos sólidos, Teocelo, Veracruz. El programa se fundamenta en la reutilización de los desechos sólidos orgánicos para la elaboración de lombricomposta y en el aprovechamiento de residuos inorgánicos. Para iniciar el programa, se convocó a estudiantes del nivel medio superior y superior, con base en un plano de la cabecera municipal y sus diferentes comunidades y se les capacitó por medio de material didáctico para el manejo de la basura orgánica y diseñar un centro de lombricompostaje. En lo que corresponde a desechos sólidos inorgánicos se diseñó un Centro de Acopio donde se reciben y se compran los materiales que en casa ya no se utilizan como el vidrio, cartón, papel, plástico y aluminio. Con estas acciones, el municipio de Teocelo logró tener su propio tiradero de basura controlado, donde ya no se presenta el problema de lixiviados y por lo tanto no hay presencia de malos olores ni contaminación de los mantos acuíferos. El abono orgánico obtenido se distribuye a grupos de campesinos que debido al desplome del precio del café están totalmente en crisis, por lo que se han iniciado proyectos con un enfoque agropecuario en la producción de tomate, pimiento morrón y anturios en invernadero. Con parte del material biológico se producen productos agro-industriales como alimento para peces, aves y ganado. Además, para fomentar una cultura en el manejo de los residuos orgánicos entre la comunidad, en el módulo de lombricompostaje se presentan exposiciones cada 15 días para dar a conocer los avances obtenidos y demostrar el manejo que se le da a los desechos sólidos para la transformación de abono orgánico o para la reutilización de los desechos inorgánicos. El reciclaje de materiales recuperables ha sido una alternativa de solución y aprovechamiento que cada vez tiene mayor aceptación por sus ventajas económicas, sociales, ambientales y sanitarias. 2 Esta ciudad resulta atractiva para miles de migrantes que buscan internarse a Estados Unidos, y muchos al no conseguirlo optan por establecerse en esta ciudad con sus familias, propiciando así el incremento en la demanda de vivienda.


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Ordenamiento territorial, Huatulco, Oaxaca. Santa María Huatulco dispone de recursos naturales de mucha importancia tanto para su propia conservación como para la promoción de actividades económicas, entre las que sobresale el turismo. La conformación del relieve municipal (valles, montañas y bahías), el tipo de clima tropical prevaleciente, las selvas bajas caducifolias y los ecosistemas coralinos son algunos de esos recursos. Además, Huatulco es reconocido por el valor de su biodiversidad y es parte de la Red de Reservas de la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Así, entre los diversos escenarios en el territorio mexicano que acogen la modalidad del ecoturismo, Huatulco es un caso claro de esfuerzo por parte de la sociedad civil, académicos y distintos órdenes de gobierno por conservar los recursos naturales y culturales, así como proponer alternativas económicas a la población local, en un espacio que, además de tener una fuerte influencia turística, es agropecuario, pesquero, forestal y de tradición artesanal. Huatulco es un centro turístico con un desarrollo urbano planeado, desde su origen, tanto por la federación como por los gobiernos locales. Las políticas de manejo eco-turístico surgidas de distintos instrumentos de planeación y ordenamiento ecológico del territorio estructuran las principales líneas de trabajo de cada sitio protegido en esta ciudad. Así, la funcionalidad de un lugar dentro de la zona protegida está condicionada por esas estrategias, lo mismo que la generación de bienes y servicios, como los demandados por el turismo. La promoción del turismo en las áreas naturales protegidas de Huatulco tiene como sustento cinco ejes: 1) que los sitios donde se practica el ecoturismo tengan una gran diversidad natural; 2) que cuenten con elementos culturales relevantes; 3) que se vinculen con la generación de beneficios para las comunidades locales, 4) que se involucre a los visitantes en proyectos de conservación tangibles, y que se identifiquen los diferentes peligros (naturales y sociales) y la vulnerabilidad que tiene la comunidad para hacerles frente. Todo esto basado en estudios que determinen la vocación y capacidades de carga de las áreas protegidas. Modernización del transporte público, León, Guanajuato. Este programa consiste básicamente en el reordenamiento y optimización de las rutas con que se presta el servicio de transporte de pasajeros. Se ha logrado que los concesionarios lo proporcionen de manera eficiente, amable y de calidad; además de propiciar la racionalización en el uso de la red vial existente y preservar el centro histórico de la ciudad; lo que también trae como consecuencia menor congestión vial y contaminación ambiental. El reordenamiento y optimización de las rutas se basa en un sistema de rutas de tronco-alimentador de autobuses articulados, por lo que fue necesario construir una infraestructura compuesta por Terminales de Transferencia y una adecuación de la geometría de algunas de las principales vialidades de la ciudad donde circulan las nuevas rutas troncales del servicio. Este programa es de fácil aplicación y bajo costo de inversión comparado con otras alternativas de transporte. Este sistema de transporte masivo utiliza en sus rutas troncales, autobuses de alta capacidad con baja perturbación de ruido y baja emisión de contaminantes, es flexible y capaz de responder al crecimiento de la ciudad según el Plan de Desarrollo Municipal. El desarrollo del programa se soporta en el Plan Estratégico de Ordenamiento Territorial Urbano. Adicionalmente, se cuentan con los estudios técnicos específicos los cuales fueron la base para los


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diseños ejecutivos y operativos del programa. En este programa, por su carácter interinstitucional, participan diversas dependencias del estado de Guanajuato y del municipio de León. El objetivo general del programa, es el de implementar un servicio público de transporte urbano de pasajeros que vaya acorde con la estructura vial planteada a futuro, que corresponda a las exigencias y expectativas de la sociedad, además de concebir a la ciudad con una visión estructurante, aprovechando el transporte como inductor del crecimiento. Desde el punto de vista de la ciudadanía en general se tienen los siguientes beneficios: a) reducir la cantidad de vehículos, por lo que se mejora el tránsito vehicular en la ciudad, b) menores índices de contaminación ambiental, c) se mejora la calidad de vida en la ciudad y d) se tienen empresas transportistas fortalecidas y mejor preparadas para proporcionar un servicio público eficiente y de calidad Programa de Protección Civil. Un compromiso compartido, Campeche, Campeche. Campeche se localiza en una zona que de manera recurrente se ve amenazada por fenómenos hidrometereológicos (lluvias intensas, depresiones, tormentas tropicales y huracanes). De acuerdo con el Centro Estatal de Emergencias en los últimos 20 años del total de ciclones tropicales que se forman en el Océano Atlántico, 25% pasan por la región, provocando que la población enfrente constantes riesgos y perdidas materiales. Por lo anterior, el objetivo de este programa es promover la organización y la participación ciudadana en tareas de protección civil, capacitar a la población respecto a las medidas que deben realizar para enfrentar un huracán o una tormenta tropical, y fortalecer los mecanismos de información y comunicación entre los habitantes y sus autoridades. Por otra parte y debido a estos fenómenos y a las experiencias vividas, se ha venido trabajando en la mitigación de los efectos de estos agentes perturbadores en la economía, que anualmente suma miles de millones de pesos en daños causados. Actualmente, gracias al mejoramiento de los Sistemas de Detección de riesgos como lo constituyen los Atlas de Riesgo, así como el Sistema de Alerta Temprana contra Eventos Meteorológicos Extremos (SATEME), la Coordinación de Protección Civil dispone con mayor capacidad de respuesta ante tales fenómenos hidrometeorológicos. Asimismo, el manejo de riesgo en Campeche está asociado a la agenda verde (reforestación, restauración de ecosistemas -bosques, mangles, selvas-, conservación de la biodiversidad y áreas protegidas). La agenda verde se utiliza como parte del programa de protección civil y es un elemento que reduce el riesgo de futuros desastres, por lo que los intereses de la parte ambiental y de seguridad pública coinciden de manera natural. Sistema de Movilidad Urbana, Juárez, Chihuahua. Este sistema de movilidad se define como la creación de infraestructura dirigida a la comunicación terrestre urbana y abarca todas las modalidades de transportación, incluso medios no-motorizados. Tiene como función primordial la comunicación eficiente en el contexto del desarrollo sostenible, que se traduce en la conjunción de las siguientes metas generales: a) minimizar en lo posible la necesidad de transportación y reducir al máximo sus costos; y b) aminorar los efectos en el impacto ambiental que este sistema genera. En este sentido, se incrementaron las densidades de población dentro de la mancha urbana para contener su dispersión y minimizar los requerimientos de transportación, así como lograr un balance


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entre movilidad y accesibilidad, privilegiando los medios colectivos y los no-motorizados de transporte (peatonal y ciclista). Más aún, el programa propone la organización del sistema de movilidad en tres grandes subsistemas: a) El primero de ellos está dirigido a la movilidad regional y se plantea como un esquema periférico de vías de acceso controlado. b) El segundo está dirigido a la accesibilidad interna y se plantea como una red troncal de transporte colectivo de gran capacidad, sobre corredores lineales de alta densidad poblacional y de empleo, donde también se busca dar preferencia al movimiento peatonal y ciclista. Se incluye la construcción de ciclo-rutas y andadores peatonales, una propuesta de mejoramiento de la imagen urbana con la instalación de alumbrado público, áreas verdes y mobiliario urbano. c) El tercero está formado por la red vial primaria y secundaria, que en forma jerarquizada funcionan como alimentación de modos múltiples (multimodal) de los primeros dos subsistemas, aportando así niveles intermedios, tanto de movilidad regional como de accesibilidad interna. En este sentido, un aspecto relevante del éxito del programa, es la participación de los tres órdenes de gobierno, que han destinado recursos públicos para coadyuvar en la consolidación del sistema de movilidad. Otro de los atributos importantes es la conciencia de la autoridad para aplicar la normatividad y lineamientos técnicos en materia de desarrollo urbano para la aprobación de proyectos públicos y privados que tengan incidencia sobre las vías públicas y consecuentemente con el sistema de movilidad. Saneamiento de residuos peligrosos, Laredo, Tamaulipas. Una de las problemáticas en materia ambiental que existe en la actualidad, es el incorrecto manejo y disposición de residuos peligrosos, generados en las casas habitación y en pequeños establecimientos comerciales como por ejemplo talleres de servicio automotriz, auto lavados, imprentas y otros lugares que generan este tipo de residuos. Por ello y con la visión de tener una mejor infraestructura ambiental y eliminar esta problemática, se implementó la operación de Cinco Centros de Acopio Temporales (CAT) para la recepción de residuos peligrosos, a través de una empresa autorizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los residuos que se reciben en los CAT son: aceite gastado diluido en agua, filtros, acumuladores, lodo impregnado con hidrocarburos, contenedores vacíos que contuvieron ácido o insecticida, medicamentos caducos, pilas y residuos de pintura Cada uno de los residuos recibidos en los CAT es clasificado y almacenado en los contenedores determinados de acuerdo a su composición y se emite el documento que se entrega al generador como parte de la cadena de custodia de cada residuo. Se ha obtenido una respuesta positiva por parte de la comunidad en general, quienes han aprovechado la infraestructura ambiental que el municipio ha facilitado, ya que en la ciudad no existía un lugar para la correcta disposición de los residuos peligrosos generados. Es importante destacar que la ciudad de Nuevo Laredo fue pionera en México en la implementación de este tipo de programas, mediante el cual se facilita y brinda a la comunidad una estructura para el manejo y eliminación de este tipo de residuos, el cual no tiene ningún costo para los habitantes o generadores que visitan los CAT para la disposición de sus residuos. El factor más importante para el éxito del programa, ha sido lograr la participación de una comunidad ambientalmente responsable e involucrada en el cumplimiento de los objetivos trazados. Protección y conservación de tortugas marinas, Los Cabos, Baja California Sur. El papel que ha jugado la ciudad de Los Cabos en la vida de las tortugas marinas era poco conocido, pero hoy en día, gracias a este programa, se conoce su importancia trascendental pues cinco


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especies de tortugas marinas en peligro de extinción, se alimentan o anidan en esta región: la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea), la laúd (Dermochelys coriacea), la tortuga prieta (Chelonia agassizii), la carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga amarilla (Caretta caretta). Por esta razón y porque cada vez se tiene más claro que no es suficiente legislar para incrementar las posibilidades de recuperación de las especies amenazadas, este programa de conservación de tortugas marinas se ha apoyado con la operación de campamentos tortugueros, los cuales están en sitios estratégicos para aplicar esfuerzos a favor de la protección de nidos, huevos y crías, protegiendo las playas de anidación, reubicando los nidos en viveros, así como eliminando o reduciendo los factores que afectan a la especie. Las acciones para alcanzar los objetivos han consistido en concientizar y promover cambios de hábitos en la población a través de la educación ambiental; promover la participación y cooperación del sector privado; generando el interés de los hoteles aledaños a las playas de anidación a través de actividades de difusión sobre la importancia de las tortugas marinas y la búsqueda de alternativas para su protección y conservación; capacitación de grupos de trabajo y voluntarios participantes en las actividades de manejo de campamentos; desarrollar proyectos de investigación de la zona, y mitigar los factores identificados que impiden el éxito de la anidación de las tortugas marinas. La elaboración de planes adecuados de manejo para las tortugas marinas es una tarea difícil, debido principalmente a las características biológicas, como son su prolongado período de maduración, sus hábitos migratorios y la alta tasa de mortalidad en sus primeros estadios de desarrollo. Sin embargo, la experiencia de conservación adquirida hasta ahora permite el diseño de estrategias de protección de hábitats importantes para las tortugas marinas, las cuales están plenamente incorporadas a iniciativas de manejo integral de la zona costera a nivel local, nacional, regional e internacional. Ahorro de energía, San Nicolás de los Garza, Nuevo León. San Nicolás de los Garza es el municipio más densamente poblado del estado de Nuevo León, motivo por el cual utiliza más de 27,000 luminarias en su sistema de alumbrado público y para abastecerlo destina un alto porcentaje de su presupuesto (segunda erogación). Por ello este programa tiene como principal objetivo reducir el impacto ambiental ampliando y diversificando las opciones de generación eléctrica a partir de energías limpias, así como reducir significativamente la facturación por consumo, sin descuidar la calidad de los servicios. Para lograrlo existen proyectos con diferentes organizaciones, principalmente de cogeneración y autoabastecimiento a partir de energías hidráulica, termoeléctrica y biogás, así como de ahorro a través de equipos especiales. Por ejemplo, se evita la quema de combustibles fósiles que afectan la atmósfera a través de la operación de motores de combustión interna que procesan el gas metano producido por la descomposición de basura orgánica depositada en el relleno sanitario. El costo de esta energía es 12% más barata que la suministrada por la Comisión Federal de Electricidad, además se ha logrado evitar la emisión de gas metano en beneficio de la capa de ozono. Asimismo, se cambió el control convencional del alumbrado por un equipo electrónico, el cual varía la intensidad luminosa en las horas de poco tráfico vehicular y peatonal, consiguiendo con ello un ahorro de 38% en el consumo de energía eléctrica. Otra acción consiste en suministrar energía eléctrica a edificios municipales a través del aire (energía eólica). Por otra parte, el ahorro de energía en inmuebles públicos se realiza a través de mejoras en la iluminación, dispositivos ahorradores en los climas y reordenamiento de circuitos en las instalaciones eléctricas, mediante un programa permanente de ahorro de energía. A través de este


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programa se brinda el servicio de alumbrado público con 77% de energía limpia, colaborando así con el mejoramiento del medio ambiente. Manejo integral de residuos y captación de agua, Toluca, Estado de México. Este proyecto va encaminado a restaurar las condiciones ambientales del Parque Nacional Nevado de Toluca (PNNT), mediante acciones integrales orientadas a la conservación de suelos y el control de escurrimientos con la construcción de obras específicas como son: tinas ciegas para la captación de agua; presas de retención de suelo así como plantación de árboles para reforestación. El PNNT se ubica al suroeste de la ciudad de Toluca y es una de las áreas protegidas más significativas del país, establecida como tal en 1936, con el fin de proteger la región ocupada por bosques templados en torno al volcán Xinantécatl, que contribuye a la alimentación de aguas de arroyos, ríos, manantiales y lagunas de los valles. La función más importante del PNNT es como zona productora de agua ya que el ciclo hidrológico que ahí se cumple, permite abastecer parte de los requerimientos de agua de los habitantes del valle de Toluca y del valle de México. La dinámica urbana, demográfica y económica de la vertiente nororiental del PNNT hace que esta zona sea la de mayor deterioro y la más vulnerable a los procesos de degradación por lo que se tuvieron que implementar acciones urgentes en materia de conservación de suelos y agua, así como de reforestaciones que ayuden a evitar la acumulación de procesos que al cabo del tiempo sean imposibles de revertir. La disminución de la cobertura forestal y los cambios de uso de suelo están afectando fuertemente la estabilidad del ecosistema, ya que debido a los escurrimientos generados por la lluvia hay un arrastre significativo de suelo que llega a la parte baja, provocando inundaciones en las zonas urbanas del Valle de Toluca. Por ello, este programa también tiene un enfoque de prevención de riesgos. La recuperación del PNNT se ha basado en la construcción de alianzas estratégicas con el sector privado para construir 26 presas de piedra, 80 pozos de absorción y 213, 934 tinas ciegas para la captación de agua. Asimismo, se han plantado 772, 546 árboles. De manera simultánea y con el objeto de promover proyectos productivos de carácter sustentable en esta importante reserva natural, se impartió un taller de agroforesteria para capacitar a los ejidatarios en cultivos combinados. Todas estas acciones están orientadas a recuperar los bosques que ayudan a mantener los servicios ambientales del Parque Nacional Nevado de Toluca. La evidencia de todas estas acciones se observa en el aumento de vegetación a través de la reforestación de 2000 hectáreas y la captación de agua estimada en 213´934,000 de litros (ya que cada tina ciega equivale a 1000 litros de captación). Plan integral de rescate de espacios públicos, Orizaba, Veracruz. El programa consiste en construir, ampliar y rehabilitar espacios públicos deteriorados o abandonados, para que volvieran a ser lugares seguros, funcionales, cómodos y dignos donde se realizaran actividades artísticas, culturales, cívicas, deportivas y de esparcimiento rescatando la cohesión social y la identidad perdida. Además de que estos nuevos espacios se convertirían en medios para la realización de acciones de participación social, de seguridad comunitaria y de prevención de conductas de riesgo. Tras el análisis y la evaluación de las condiciones y necesidades de cada uno de los espacios se concluyó que, en paralelo, era urgente- por razones de utilidad pública y de interés social- la adquisición de ciertos terrenos y/o inmuebles para la ejecución de más proyectos de rehabilitación de espacios. Tal fue el caso de una ex fábrica textil para la reubicación de 789 comerciantes ambulantes que invadieron por más de 30 años las banquetas del Centro Histórico y las calles aledañas a los dos mercados más importantes de la ciudad.


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Otro proyecto fue la Plaza Bicentenario que se ubica en el corazón mismo de la ciudad y que se ha convertido en ícono de Orizaba. Además, el Puente Independencia que se construyó logró la integración urbana en el centro de la ciudad al conectar a la Plaza Bicentenario, la Alameda, el Centro Histórico y el paseo del Río Orizaba que proporciona a todos los paseantes una visita a una reserva ecológica que fue colocada estratégicamente a lo largo del río. Los espacios fueron creados para las personas, para que junto con sus familias tuvieran un lugar punto de encuentro, de recreación, convivencia, de intercambio, de deporte, de cultura y de arte. Por el carácter simbólico y su importancia como escenario de intercambio social la participación de la comunidad en la apropiación de éstos fue clave. Por ello, además de las acciones de carácter físico se programaron en cada uno de los espacios actividades de carácter social (cultural, artístico, deportivo, de seguridad comunitaria, vigilancia comunitaria, equidad de género, entre otros). Línea verde, Aguascalientes, Aguascalientes. La Línea Verde es un proyecto estratégico de tipo social y urbano que promueve la mejora en la calidad de vida en un sector que alberga a alrededor de la tercera parte de la población de la ciudad de Aguascalientes y que es habitada mayoritariamente por personas de bajos ingresos. Se inserta en la zona con mayores niveles de marginación y pobreza así como la de mayor incidencia delictiva y conflictos sociales. Además, 40 por ciento de su población es joven y necesita del espacio público para su desarrollo integral. Por ello, el objetivo del programa fue contar con espacios públicos de calidad que contribuyan al desarrollo de la vida comunitaria de 300 mil habitantes de las zonas más pobres de la ciudad, a partir de la convergencia de acciones sociales sobre una plataforma de infraestructura básica destinada al esparcimiento, la convivencia social y la activación física, además de la promoción del conocimiento cívico en materia de violencia, prevención de adicciones, capacitación para el trabajo, la cultura y las artes, derechos humanos y autogestión comunitaria, entre otras. El programa dotó de 11.2 kilómetros lineales de áreas recreativas, sociales, deportivas y culturales en una superficie aproximada de 54 hectáreas. Casi 60 por ciento de toda la superficie del proyecto son áreas verdes regadas a través de una planta tratadora de aguas residuales colocada en la parte más alta del sitio y, por gravedad, dota de agua para su mantenimiento, abonando a la sustentabilidad ambiental del proyecto. El proyecto también responde a la necesidad de aminorar la falta de espacios públicos para la convivencia social, e intenta reducir la percepción de inseguridad social y pública, así como aminorar el estrés familiar, mejorar la salud pública y combatir la pobreza. En ese sentido, la Línea Verde es un medio para incentivar el desarrollo social y humano que resulta en un proyecto sustentable de integración de cada persona a la sociedad. Dada lo problemática social de esta parte de la ciudad, la Línea Verde se implementa bajo dos esquemas estratégicos que lo hacen operativamente viable. El primero es la estrategia de acupuntura social implementada para la identificación, programación y realización de los programas de apoyo social necesarios bajo los principios de focalización geográfica y especificidad temática (agenda a la medida) a partir de un trabajo multidisciplinario. Aquí intervienen las distintas dependencias municipales para llevar a cabo programas sociales específicos, de acuerdo a los resultados que arrojan los diagnósticos periódicos que se elaboran para conocer las necesidades particulares de grupos de edad y por género de los habitantes de la zona. El segundo esquema de operación es la acupuntura urbana, el cual es utilizado para la identificación, programación y ejecución de la infraestructura pública necesaria con énfasis en aquella que detone


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la convivencia social armónica. Es decir, trata de atender las necesidades urbano-arquitectónicas de los habitantes del lugar que permitan potenciar su capacidad de convivencia y de integración. Tanto la acupuntura social como la urbana tienen como objetivo principal contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de este importante segmento de la población que por muchos años ha padecido la carencia de una política urbana de integración social. Visión integral hídrica, Aguascalientes, Aguascalientes Este programa tiene como objetivos mejorar la eficacia del uso del agua (razón económica), fomentar la equidad del acceso al agua (razón social) y garantizar su sostenibilidad (razón ambiental). El término “integral” destaca la necesidad de un enfoque global (holístico), con el fin de agrupar varios sectores, como la salud, la agricultura o la industria (integración horizontal), y varios niveles, como el nacional, el regional, el municipal y el doméstico (integración vertical). En este escenario, el programa promueve una transformación del modelo de gestión del agua a través de cambios en la gobernanza, de modo que los sistemas de agua urbanos puedan transitar de un enfoque lineal no integrado a sistemas de agua urbanos que estén imbricados en los nuevos desarrollos urbanos sostenibles. Entre las acciones del programa, que podrían considerarse de re-ingeniería ambiental sostenible, se encuentran las siguientes:

• reducir los flujos de aguas pluviales, a través de una urbanización más “permeable”, que permita recuperar (al menos parcialmente) la infiltración que se da de modo natural;

• reducir la contaminación del agua utilizada en el medio urbano; • proteger la calidad de las masas de agua vinculadas en el ciclo; • evitar la contaminación del agua pluvial poco contaminada (por mezcla con aguas pluviales

contaminadas o con aguas residuales), y considerar su aprovechamiento; • reducir el consumo de agua de suministro, adaptando distintas calidades de agua a distintos

usos; y evitar su mezcla con agua pluvial, lo que redunda en una reducción de costos de transporte y tratamiento.

De esta forma, el programa representa un nuevo modelo en la planificación y el diseño del medio urbano cuyos fines fundamentales son minimizar los impactos sobre el ciclo natural del agua y proteger la salud de los ecosistemas acuáticos. Asimismo, promueve una aproximación al desarrollo urbano que se adapta a las características naturales de los emplazamientos o lugares, que protege los ecosistemas naturales, y que optimiza el uso del agua como recurso. Además, intenta hacer compatibles las actividades humanas con los ecosistemas a través de la gestión inteligente de todos los flujos de agua. Ciudad Eqrológica, Querétaro, Querétaro La ciudad de Querétaro al igual que la mayoría de las ciudades mexicanas manejaba únicamente un tiradero a cielo abierto para la disposición de la basura, pero recientemente comenzó a desarrollar una serie de proyectos para implementar un manejo más sustentable de los residuos generados, empezando con la apertura del relleno sanitario municipal. Entre las acciones que se iniciaron está la apertura de una planta de separación de residuos. De igual manera, la instalación de la piscina de lixiviados es un paso importante, ya que se evita contaminar el subsuelo y los mantos acuíferos de la zona y que alimentan las reservas de agua del municipio de Querétaro. La reciente instalación de una planta generadora de energía es un acierto más, ya que contribuye enormemente a disminuir la contaminación del aire de la ciudad, además de ayudar al municipio al obtener ingresos extra por la generación de la electricidad que alimenta al alumbrado público. A continuación, se describen brevemente todos los proyectos que forman parte de este programa:


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• Aprovechamiento de Biogás: consiste en un proyecto para aprovechar el gas que se produce por los rellenos sanitarios y crear energía eléctrica.

• Granja Fotovoltaica: se trata de una planta fotovoltaíca (luz solar) de 10 MW de potencia que reduce unas 8 mil 084 toneladas de CO2 y genera un ahorro de hasta 3 millones de pesos mensuales.

• Contenedores de baterías usadas en todos los paraderos de autobuses de la ciudad. • Ruta Verde: itinerario diseñado para recolectar 6 toneladas de basura. Los camiones

funcionan con biodiesel y diesel convencional. • Planta Separadora de Basura: tiene seis bandas separadoras de basura para procesar hasta

600 toneladas diarias. Se obtienen 20% de productos reusables. • Bandera Verde: programas escolares que impulsan acciones integrales orientadas a

modificar y reforzar hábitos, prácticas, valores y actitudes en la comunidad educativa. • Unidad de Transferencia: consiste en una unidad de transferencia de residuos, que

actualmente maneja alrededor de 400 toneladas diarias. • Biodigestor Rastro Municipal: es un sistema de biodigestión anaerobia. Con esto se

tratan a las excretas y el agua de la planta de proceso del rastro municipal, alcanzando eficiencia de remoción del 50 por ciento de la carga orgánica. El biodigestor sedimenta y retiene la materia orgánica contenida en el agua, para que las bacterias anaerobias la degraden y se pueda obtener biogás que prácticamente tiene el mismo uso que el gas natural.

Análisis de las experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible Este conjunto de buenas prácticas de desarrollo urbano sostenible es amplio y variado pues incluye 14 experiencias con diferentes objetivos y enfoques. Para analizar esta heterogénea muestra de prácticas innovadoras se requiere de una categorización. Por ello, además de tener el nombre del programa, año de participación, así como nombre del municipio, el cuadro 2 incluye las siguientes categorías: clasificación temática, tipo de municipio y región. En el cuadro 2 se observa que las experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible se clasifican en 5 grupos de acuerdo al tema al que se orientan. Tal como se tenía previsto, la mayoría de estas experiencias pertenece al grupo de acciones de Conservación ecológica (7 de 14). Un segundo grupo de buenas prácticas se concentra en Planeación urbana (3). Finalmente, con menor proporción están los subconjuntos de Infraestructura urbana (2), Servicios públicos (1), así como Seguridad Pública y Protección Civil (1) (gráfica 1). Otra característica de este conjunto de experiencias es su ubicación. La Región Norte cuenta con 6 programas y la Centro con 5. En tanto, la Sur sólo participa con 3 programas. Este es un dato interesante ya que esta última es la más pobre del país, además de ser mayoritariamente rural y con amplia presencia de población indígena, tal vez por eso no abundan mucho las acciones de desarrollo urbano en esta región. Continuando con el análisis espacial, es útil señalar que tanto en la región norte de México, así como en el centro, se ubican las ciudades cuyos municipios cuentan con más recursos económicos y capacidades institucionales para emprender proyectos de desarrollo urbano. Por su parte, la distribución por tipo de municipio refleja menor contribución innovadora de territorios con menor población, en otras palabras son las grandes ciudades o los municipios metropolitanos los que cuentan con más recursos para emprender acciones sustentables de desarrollo urbano. Por ejemplo, sólo hay un municipio semiurbano (Santa María Huatulco, menor a 50 mil habitantes) que participa con acciones innovadoras de desarrollo urbano sustentable. El mayor número se ubica en los municipios urbanos (5 de 14), metropolitanos (7 de 14) y grandes


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ciudades (1). En general, estos tres tipos de municipios tienen poblaciones que van desde los 50 mil hasta los 5 millones de habitantes (gráfico 2). Hasta este momento es posible observar que las experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible logran consolidarse más frecuentemente en las ciudades con más recursos económicos y con más capacidades institucionales. Sin embargo, aún no es posible obtener información sobre la forma en que las tres dimensiones (económica, social y ambiental) del desarrollo sostenible pueden influirse mutuamente y generar sinergias positivas en un entorno urbano más ordenado. Por lo tanto, la búsqueda de sinergias positivas en estas experiencias exitosas representa una tarea crucial para mejorar la gestión pública orientada al crecimiento sostenible de las ciudades. Para ello, nos apoyaremos de los paradigmas de desarrollo urbano sostenible que se revisaron al inicio de este documento, así como de la información que proporciona el cuadro 3. En el cuadro 3 sólo encontramos dos experiencias de desarrollo urbano sostenible que se alinean con los 4 paradigmas y cuyas sinergias hacen posible el cumplimiento de metas tan diversas como la innovación, la equidad, la preservación de la biodiversidad y la prevención de riesgos. Se trata del programa integral de manejo de residuos sólidos de Teocelo y del programa de ordenamiento territorial de Santa María Huatulco. El primer caso surge de la necesidad de tener un manejo más sustentable de los residuos sólidos (orgánicos e inorgánicos). Así, su primera preocupación fue netamente ambiental (alineada con el paradigma de crecimiento verde). Sin embargo, pronto este programa innovador fue considerado como un motor de desarrollo económico, apuntalando una estrategia de sustitución de cultivos, por lo tanto cumple con las premisas del paradigma de crecimiento e innovación. Y también incluyó un componente muy fuerte de equidad, pues los principales beneficiarios fueron los agricultores, asentados en la periferia de la ciudad y que dedicaban a la producción de café, cuyas condiciones eran muy precarias debido a la caída de los precios de este producto. Finalmente, el programa es afín al paradigma de desarrollo resiliente pues prepara y capacita a las comunidades locales para prevenir riesgos o salir adelante de crisis económicas tan complicadas como la que se suscitó en varios países a raíz de la baja de los precios del café. El segundo caso se refiere a la construcción de un corredor turístico integralmente planeado, donde se han desarrollado iniciativas de manejo de los recursos naturales y de crecimiento económico, por parte del gobierno central y de los gobiernos locales, a partir de instrumentos de planeación y ordenamiento territorial, así como del establecimiento de áreas naturales protegidas. En consecuencia, el proceso de desarrollo urbano sustentable en Huatulco se ha basado en la aplicación de los paradigmas de crecimiento verde y de desarrollo económico. En este contexto, se puede observar también que los planes de desarrollo eco-turístico han dado prioridad a las comunidades locales, en lo referente al uso y aprovechamiento de los recursos naturales, por lo que también se procura el criterio de equidad en esta política pública. Finalmente, la implementación de este corredor turístico también ayuda al amortiguamiento de los posibles efectos negativos al ambiente generados por el crecimiento urbano y turístico acelerado. Por todo lo anterior, se considera a este programa como una herramienta adecuada para la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y culturales de Huatulco. En el cuadro 3 también encontramos dos experiencias que tienen sinergias positivas en 3 de los 4 paradigmas de desarrollo urbano, la excepción ocurre en el paradigma enfocado en la dimensión social. En ambos casos, se omitieron valores de justicia social o de equidad para el diseño de estas políticas públicas. El primero de ellos se refiere al programa de protección y conservación de tortugas marinas en la ciudad de Los Cabos. El segundo se trata del programa de manejo integral de residuos y captación de agua de la ciudad de Toluca.


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Los dos programas tienen como preocupaciones iniciales la conservación o protección de recursos naturales, aunque en el primero se trata de una especie animal y en el segundo caso de especies vegetales. No obstante, el programa de protección y conservación de tortugas marinas establece reservas naturales para cumplir con una función de conservación biológica, a través de proteger especies de fauna conspicuas. En el segundo caso, la declaración de ciertas áreas como reservas naturales estuvo motivada en la necesidad de proteger cuencas hidrográficas consideradas estratégicas para el desarrollo urbano sustentable. No obstante, las dos reservas naturales tienen la función de retener la máxima diversidad posible de elementos biológicos inherentes a los ecosistemas silvestres de un territorio determinado. Por ello, se puede decir que ambos programas se fundamentan más en el paradigma de crecimiento verde. Obviamente, ambos programas han ayudada a reactivar la economía de las ciudades en que se encuentran y mediante innovaciones tecnológicas o culturales han incentivado actividades económicas más sustentables. En el primer caso con una opción eco-turística donde los hoteles y empresarios de la ciudad de Los Cabos coadyuvan en la conservación de las tortugas. En el segundo caso, mediante los proyectos de agroforesteria y de pago por servicios ambientales se ha dado también un mayor impulso a las actividades económicas de los ejidatarios y de los agricultores. Por lo tanto, estos programas se apegan a las estrategias del paradigma de crecimiento e innovación. Asimismo, en ambos programas se asume una postura de prevención de riesgos, pues para salvaguardar el proceso de equilibrio biológico, estos programas no se conforman con ponerle candado a las áreas naturales protegidas, sino que, mediante acciones de educación ambiental y de concientización ciudadana, las protegen de las perturbaciones antropogénicas de gran escala, tales como la fragmentación y destrucción de hábitat o la homogeneización del paisaje a través de enormes extensiones de cultivos. Además, un factor fundamental en estos programas es la cooperación público-privada, gracias al cual ha sido posible concertar intereses diversos, articular programas específicos, a la vez de dotarlos de viabilidad económica y legal. No obstante, además de especificar la naturaleza de estas 4 experiencias exitosas que han logrado conjuntar las sinergias positivas de 3 o 4 de los paradigmas de desarrollo urbano sostenible, del cuadro 3 es posible obtener más información de utilidad. Por ejemplo, sólo 7 de las 14 experiencias analizadas toma en consideración algunas de las estrategias del paradigma de desarrollo resiliente, es decir, la mitad de estas experiencias contiene elementos de prevención de riesgos antes catástrofes naturales o crisis económicas o sociales. Más preocupante aún es que sólo 5 de 14 experiencias toma en cuenta las recomendaciones del paradigma enfocado en la dimensión social. Esta situación da cuenta de que cuando se planean o diseñan estrategias de desarrollo urbano sostenible, generalmente, se omite tomar en cuenta valores como la justicia distributiva o la equidad. En síntesis, el pilar social es la dimensión del desarrollo sostenible que más abandonada se encuentra, al menos en el conjunto de estas experiencias analizadas. Pero regresando al principal objetivo de este documento, es decir, el de presentar algunos aspectos estratégicos de la gestión pública para el crecimiento sostenible de las ciudades, las experiencias exitosas analizadas nos permiten recoger múltiples recomendaciones y consejos para mejorar la toma de decisiones en esta materia. A continuación, se presentan algunas de ellas:

• Los promotores del paradigma de crecimiento económico e innovación deben reconocer que existen límites al crecimiento, y que esos límites deben estar basados en la limitada capacidad del planeta de renovar sus recursos naturales, así como en su capacidad de carga para admitir las emisiones contaminantes.


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• En ese sentido, el desarrollo urbano sostenible debe buscar la introducción de correcciones a las estrategias económicas actuales, para hacerlas más compatibles con la supervivencia de los ecosistemas y de la propia humanidad.

• No existe posibilidad alguna de un crecimiento económico sostenible al margen del desarrollo social. El crecimiento no podrá mantenerse en el tiempo si las condiciones sociales no son abordadas de forma integrada y equilibrada. Tener en cuenta la dimensión social en el desarrollo urbano sostenible implicaría reducir la extrema pobreza, así como asegurar el acceso para todos a los bienes colectivos como el agua, la energía, la educación, la salud y las infraestructuras de comunicaciones.

• La elaboración de estrategias de desarrollo urbano sostenible sólo tendrá sentido si existe una clara voluntad política de todos los actores gubernamentales. En las experiencias exitosas analizadas, sobre todo en aquellas que reunieron más sinergias positivas, puede observarse una destacada coordinación entre diferentes ámbitos de gobierno (nacional y locales) para llevar a cabo políticas conjuntas de desarrollo sostenible.

• Otro de los factores importantes del desarrollo urbano sostenible es la participación social y de las empresas en la elaboración e implementación de estrategias. En este sentido es una exigencia mínima la puesta en marcha de consejos u órganos de deliberación colectiva con amplia participación de las organizaciones sociales y los sectores empresariales interesados en el DUS.

• Para tener éxito con las estrategias de desarrollo urbano sostenible no siempre se requieren muchos recursos, a veces tiene más peso la innovación y la participación social. Aunque en la revisión de las experiencias analizadas se pudo observar que los municipios más grandes y con más recursos y capacidades son los que implementan más políticas de DUS, los dos municipios que más sinergias positivas tuvieron fueron, paradójicamente, pequeños y sin grandes recursos. Tal vez, el elemento clave de su éxito fue el compromiso y la firme voluntad de todos aquellos que echaron a andar los respectivos proyectos.

• Sin duda, tener un plan estratégico de ordenamiento territorial, de conservación ecológica, planeación urbana integral, o en síntesis, un documento que guíe los esfuerzos de planeación, es un elemento central para el éxito de las políticas de DUS.

Comentarios finales La comprensión de la dinámica de innovación en la gestión pública es clave para el diseño de estrategias eficaces de desarrollo urbano sostenible que integren los cuatro paradigmas mencionados en los apartados anteriores. Al respecto, en este documento fue posible observar que hay una creciente voluntad política entre los gobiernos subnacionales y las comunidades locales para promover un desarrollo urbano, si con crecimiento económico, pero más equitativo, más resiliente y más verde. De hecho, hay pocos desacuerdos teóricos sobre los beneficios de la integración de todos los paradigmas de desarrollo, pero la puesta práctica de este enfoque holístico no es tan sencilla y genera aún desequilibrios y omisiones, sobre todo en la dimensión social. En este punto en particular, aún es necesario crear más instituciones y programas públicos para resolver nuestros retos de sostenibilidad en la parte social y en la parte de prevención de riesgos, en lugar de asumir que el desarrollo urbano sostenible sucederá automáticamente a través de ciertos mecanismos de “derrame” o “spillover”. Habrá un largo proceso de aprendizaje para construir esas instituciones y programas, pues las instituciones y las normas se conciben por seres humanos, de los cuales se requiere en primera instancias su voluntad política para hacerlo. Pese a todo, tenemos que crear los procesos sociales y políticos para empezar a construir esas instituciones a un ritmo más rápido, también se requiere generar más capacidad organizativa en todos los ámbitos de gobierno. Una capacidad que se


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traduzca en planes de desarrollo urbano adecuados. Sino hacemos todo esto, corremos el riesgo de seguir por el mismo camino insostenible en el que nos encontramos. Bibliografía Alberti, Marina (2005), “The effects of urban patterns on ecosystem function”, en International

Regional Science Review, Vol. 28, N° 2, pp. 168-192. Burton, Elizabeth; Mike Jenks y Katie Williams (eds.) (2013), Achieving sustainable urban form.

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Cuadros y gráficos

Figura 1 Interacción entre los paradigmas de desarrollo y los pilares del desarrollo sustentable

Fuente: elaboración propia

Cuadro 1

Programas participantes por tema dentro del Premio Gobierno y Gestión Local Clasificación 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 Total

Conservación ecológica 42 37 52 27 20 21 28 25 20 17 14 19 14 8 344 Desarrollo económico 50 46 62 85 66 53 46 31 25 36 25 38 26 22 611 Educación 35 21 40 38 44 35 36 21 30 21 19 35 19 30 424 Infraestructura municipal 69 36 23 24 25 28 34 15 81 35 41 60 10 5 486 Modernización administrativa 57 70 89 62 58 66 41 35 23 23 25 33 20 9 611 Participación ciudadana 74 30 33 16 22 21 24 13 10 8 8 13 6 8 286 Planeación urbana 15 0 16 21 19 17 17 10 2 6 7 5 5 8 148 Política Social 28 63 75 63 70 61 78 36 51 48 37 54 19 15 698 Salud pública 36 17 26 30 32 28 24 31 23 18 20 20 16 19 340 Seguridad Pública 40 18 27 12 37 26 28 18 21 17 23 21 15 12 315 Servicios Públicos 42 21 44 24 37 25 26 13 24 23 21 22 17 14 353 Transparencia y rendición de cuentas 0 0 12 12 20 12 13 9 2 7 8 9 14 11 129 Total recibidos 488 359 499 414 450 393 395 257 312 259 248 329 181 161 4745

Fuente: Base de datos del Premio Gobierno y Gestión Local


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Cuadro 2

Experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible en el Premio de Gobierno y Gestión Local (2001-2014)

Año Nombre del programa Estado Municipio

Tipo de municipio Región

Clasificación temática

1 2001 Reservas

territoriales Tamaulipas Nuevo Laredo Urbano Norte Planeación

urbana

2 2002

Programa integral de manejo de

residuos sólidos Veracruz Teocelo Urbano Norte Conservación

ecológica

3 2003 Ordenamiento

territorial Oaxaca Santa María

Huatulco Semiurbano Sur Planeación

urbana

4 2004 Modernización del transporte público Guanajuato León Metropolitano Centro

Servicios públicos

5 2005

Programa de Protección Civil. Un

compromiso compartido Campeche Campeche Urbano Sur

Seguridad pública y protección

civil

6 2006 Sistema de

movilidad urbana Chihuahua Juárez Metropolitano Norte Planeación

urbana

7 2007 Saneamiento de

residuos peligrosos Tamaulipas Nuevo Laredo Urbano Norte Conservación

ecológica

8 2008

Protección y conservación de tortugas marinas

Baja California Sur Los Cabos Urbano Norte

Conservación ecológica

9 2009 Ahorro de energía Nuevo León San Nicolás de

los Garza Metropolitano Norte Conservación

ecológica

10 2010

Manejo integral de residuos y captación

de agua Estado de México Toluca Metropolitano Centro

Conservación ecológica

11 2011

Plan integral de rescate de espacios

públicos Veracruz Orizaba Gran Ciudad Sur Infraestructura

urbana

12 2012 Línea verde Aguascalientes Aguascalientes Metropolitano Centro Conservación

ecológica

13 2013 Visión integral

hídrica Aguascalientes Aguascalientes Metropolitano Centro Infraestructura

urbana

14 2014 Ciudad Eqrológica Querétaro Querétaro Metropolitano Centro Conservación

ecológica Fuente: Base de datos del Premio Gobierno y Gestión Local


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Gráfica 1 Experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible por clasificación temática

Planeación urbana, 3

Servicios públicos, 1

Seguridad pública y protección civil,

1

Infraestructura urbana, 2

Conservación ecológica, 7


Gráfica 2 Experiencias exitosas de desarrollo urbano sostenible por tipo de municipio

Gran ciudad , 1

Semiurbano, 1

Urbano, 5

Metropolitano, 7



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Cuadro 3 Experiencias exitosas y paradigmas de desarrollo urbano sostenible

Nombre del programa Ciudad

PARADIGMAS #

Sinergias positivas

Crecimiento e

innovación

Enfocado en la

dimensión social

Crecimiento verde

Desarrollo resiliente

Reservas territoriales Nuevo Laredo X X 2

Programa integral de manejo de

residuos sólidos

Teocelo X X X X 4

Ordenamiento territorial

Santa María Huatulco X X X X 4

Modernización del transporte

público León X X 2

Programa de Protección Civil. Un compromiso

compartido

Campeche X X 2

Sistema de movilidad urbana Juárez X X 2

Saneamiento de residuos

peligrosos Nuevo Laredo X X 2

Protección y conservación de tortugas marinas

Los Cabos X X X 3

Ahorro de energía

San Nicolás de los Garza X X 2

Manejo integral de residuos y captación de

agua

Toluca X X X 3

Plan integral de rescate de

espacios públicos Orizaba X X 2

Línea verde Aguascalientes X X 2

Visión integral hídrica Aguascalientes X X 2

Ciudad Eqrológica Querétaro X X 2

Fuente: Elaboración propia y base de datos del Premio Gobierno y Gestión Local

aspectos estratégicos de la gestión pública para el ...siare.clad.org/fulltext/0079901.pdf · el...

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