artículo sobre arquitectura universitaria
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INSTITUTO DE PROFESORES ARTIGAS
Universos Historicismo y Movimiento Moderno en la Educación
Superior Pública de Montevideo
Inés Kaplún Pérez
Especialidad: Historia.
Grado y Grupo: 4°A
Turno: Matutino.
Asignatura: Las Artes Visuales en el s. XX.
Docente: Daniela Tomeo.
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Contenido
Introducción: ................................................................................................ 3
La universidad como concepto: ................................................................... 3
La Universidad como construcción histórica: ............................................... 3
La Universidad como estructura: ................................................................. 5
Planes directores:..................................................................................... 5
Universos en la trama urbana: ................................................................. 6
Inaugurando universos: ............................................................................... 8
La Facultad de Derecho: .......................................................................... 8
El aula fuera del aula: ................................................................................ 12
La Facultad de Arquitectura ................................................................... 12
Exactitud Científica: ................................................................................... 14
La fábrica Social: ....................................................................................... 15
A modo de cierre: ...................................................................................... 18
Bibliografía ................................................................................................. 19
Anexos:...................................................................................................... 21
1. Organigrama de la UDELAR por áreas de conocimiento: ................... 21
2. Organigrama de las autoridades de la UDELAR:................................ 22
3. Organigrama de las autoridades por Facultad: ................................... 22
4. La Facultad de Derecho en el año 68’: ............................................... 22
5. Otras imágenes de la Facultad de Arquitectura: ................................. 23
6. Gráficos del Plan Director de la División de Arquitectura: ................... 24
3
Introducción:
Hablar de arquitectura universitaria, a mi modo de ver, implicaría poner
en juego una serie de conceptos que a lo largo del trabajo se buscará
desarrollar. Para hacerlo he seleccionado cuatro Facultades de la Universidad
de la República (UDELAR) que se diferencian en tiempo, espacio y concepción.
La Facultad de Derecho actúa como pieza inaugural en enclave historicista. El
estudio de la Facultad de Arquitectura en su estructura formal, pero también en
su historia, permite ampliar la visión sobre las formas edilicias de Montevideo.
Finalmente expondré algunos datos básicos que he podido obtener acerca de
dos reconfiguraciones que la UDELAR ha hecho para ganar nuevas
Facultades, en este caso: Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Sociales.
El estudio de cada edificio esta centrado en su historia y su estructura. Antes
bien, expondré algunos conceptos que considero que son claves para pensar la
territorialidad de la Universidad. La bibliografía es amplia pero también dispersa
y disímil. Con la colaboración de la integrante de la Dirección General de
Arquitectura (DGA)1 de la UDELAR, Inés Llorente, intentaré trazar una posible
mirada sobre el Universo Educativo Público Superior.
La universidad como concepto:
Según la Ley Orgánica de 1958, la Universidad es un organismo
Cogobernado, mediante tres esferas de participación (u Órdenes): Docentes,
Estudiantes y Egresados. Existen, a su vez, tres lineamientos, materializados
fundamentalmente a través de las llamadas Comisiones Sectoriales, que
considero que son necesarios tener en cuenta a la hora de pensar la
Universidad como espacio. Tres áreas de acción son las que, a mi modo de
ver, habría que tener en cuenta a la hora de pensar la territorialidad de la
universidad: la Enseñanza/Docencia, la Investigación y la Extensión.
La Universidad como construcción histórica:
Los orígenes de las universidades latinoamericanas suelen asociarse a las
órdenes de jesuitas y franciscanos, quienes, durante el período colonial, se
dedicaron a fundar academias e instituciones siguiendo los modelos de la
metrópolis. Desde la Baja Edad media las universidades siguen el modelo
1Véase: http://www.universidad.edu.uy/renderPage/index/pageId/106#heading_355
4
curricular clásico, compuesto de dos tipos de estudios: el Trivium (gramática,
dialéctica y retórica) y Cuadrivium (matemática, aritmética, geometría
astronomía y música). Se consideran estos como contenidos básicos y
universales (Le Goff, 1990)
En el territorio uruguayo las primeras declaraciones serias en pro de crear
una Universidad las hizo Dámaso Antonio Larrañaga, quien durante la
presidencia de Rivera en 1833, propuso una Ley para la creación de nueve
cátedras (Latín, Jurisprudencia, Matemáticas, Economía política, dos de
ciencias sagradas y dos de medicina). Esto le permitía la presidente crear una
Universidad, habiendo superado las cinco. Su proyecto no se materializo hasta
1949 cuando en medio de la Guerra Grande, el gobierno de la defensa
inauguró una universidad que abarcaba todas las ramas de la educación.
Bralich señala también que, desde el principio, fue en ella más fuerte la
influencia masona liberal, que la de la Iglesia Católica, pese a que el primer
rector haya sido un Vicario.
Al Periodo comprendido entre 1949 y 1885 Blanca Paris lo ha denominado
“Universidad Vieja”, caracterizado por la precariedad de los recursos, una
oferta académica muy limitada (existe una sola Facultad: la de Jurisprudencia);
pero también una temprana independencia de sus autoridades frente al
gobierno. El siguiente periodo que establece Paris es el de “El nacimiento de la
universidad moderna (1885-1908)” (Bentancur & Paris, 1995.). Allí es cuando
se comienzan a proyectar la creación de edificios específicos, gracias a la
fuerte gestión del rectorado de Alfredo Vázquez Acevedo (1890-1899). Este
período se caracteriza pro la irrupción de las ideas positivistas2, como ha
señalado Arturo Ardao en su artículo "La Universidad de Montevideo-Su
evolución histórica". La Ley Orgánica de Vázquez Acevedo también es criticada
por la reducción de la participación, en especial la del orden estudiantil que fue
completamente excluido.
Con la reforma vareliana en 1877 la Enseñanza Primaria será la primera en
deprenderse de la órbita de la Universidad. La Enseñanza Secundaria durante
los gobierno de José Batlle y Ordóñez tuvo un importante impulso en cuanto a
la extensión, sobre todo con al creación de los liceos departamentales. Pero no
2 Desde ellas habría que pensar la historia de la Facultad de Ciencias
5
será hasta la presidencia de facto de Gabriel Terra, que la separación entre
ambos tramos se materialice.
Si bien el movimiento reformista encabezado por estudiantes universitarios,
en Latinoamérica, se lo asocia principalmente a la ciudad de Córdoba y su
impulso; fue sin embargo en Montevideo que se realizó el primer Congreso de
Estudiantes de América en 1908. Por su parte, la fundación de la Federación
de Estudiantes Universitarios del Uruguay se concretará en 1929. Finalmente
durante el rectorado de Mario Cassinoni (1956-1962) se dio más prosperidad al
proyecto universitario con un fuerte énfasis en la relación entre la universidad y
la sociedad.
De esta manera quisiera recalcar que si bien la Universidad puede, en el
imaginario colectivo, asociarse al elitismo de los “doctores” de la primera hora,
también es recordada por ser centro de resistencia –fundamentalmente, pero
no exclusivamente estudiantil- durante las dos dictaduras que acontecieron en
Uruguay en el siglo XX (Dictadura de Gabriel Terra: 1933-1938 y Dictadura
Cívico-militar: 1973-1985).
La Universidad como estructura:
Planes directores:
Es innegable que los Planes Directores pueden ser cuestionables. Los
preceptos de los congresos del CIAM pretendían una planificación casi utópica
de los espacios sin tener en cuenta los usos sociales que los lugares muchas
veces ya poseen de antemano. Aun así, a los arquitectos les resulta necesario
hacer estudios sobre las zonas y los posibles impactos. De último Plan Director
de la División de Arquitectura de la UDELAR, pueden extraerse algunos datos
generales sobre la territorialidad de este organismo.
La Universidad de la República 14 Facultades3. A su vez, de las áreas de
acción de la UDELAR que mencionaba más arriba, la que ocupa la mayor parte
del territorio sería la de la enseñanza. Para ella el plan identifica cinco tipos
diferentes de aula (común, magna, especial, de trabajos prácticos y
laboratorios), llegando incluso a establecer el promedio de metros cuadrados
por alumnos y horas por semana utilizados. También “determina” cual sería el
equipamiento específico que cada una de ellas debe portar según su función.
3 Ver anexo 1.
6
Al hacer esto el plan supone encontrar soluciones a los problemas de déficit o
superávit que cada servicio universitario plantea.
La siguiente área de acción, que ocupa casi tanto espacio como la
enseñanza, es la investigación. Es interesante destacar que según recoge el
plan, el área de investigación que mayor presencia tiene es la Tecnológica, en
relación con las áreas Artística, Agraria, de Salud y Social4.
El Plan también define lo que entiendo por Espacios Estructurales,
retomando los lineamientos ya planteados por planes anteriores. Implicaría
hablar de: “(…) aquellos espacios que naturalmente favorecen y permiten el
desarrollo de las relaciones sociales. “Lo estructural incluye dos categorías
decisivas en el ordenamiento espacial de los edificios colectivos: espacios
libres y espacios circulatorios. Estos son los soportes fundamentales de la vida
universitaria.” (Folco & Urruzola, 2004, pág. 24). Coincidiendo con esta idea la
arquitecta Inés Llorente explica que la DGA opera con grupos de trabajo que
reciben programas de prefijados. Y frente a esto, una de las principales batallas
que llevan a cabo los arquitectos es que estos espacios estructurales no sean
prefijados en porcentajes numéricos, como muchas veces se pretende
imponer. (Llorente, 2012)
Universos en la trama urbana:
El arquitecto español Pablo Campos Calvo-Sotelo, en su artículo “La
Educación, un hecho espacial (…)”, se propone analizar y revisar las
construcciones arquitectónicas que creadas para diversas Universidades
estableciendo cuatro puntos de partida: “la escala de espacios didácticos: la
relación con la ciudad; el campus; el edifico académico y el aula.” (Campos
Calvo-Sotelo, 2009, pág. 1). Utiliza la palabra “campus” –ajena a nuestro
lenguaje- porque le interesa el estado actual de estos núcleos de formación, en
función de nuevas exigencias que la Unión Europea ha instaurado desde el año
19995, a través del denominado Espacio Europeo de Educación Superior.
El caso del Uruguay es netamente distinto. Entre los edificios prima un
grado importante de dispersión. Es verdad que han existido algunos intentos de
centralización de algunas áreas de estudio, como es el caso del complejo del
4 Ver anexo 6
5Véase: Declaración de Bolonia (1999):
http://eees.umh.es/contenidos/Documentos/DeclaracionBolonia.pdf
7
Instituto de Higiene, el Hospital de Clínicas y la Facultad de Odontología
creados entre 1930 y 1948, en el marco de las concepciones estéticas del
Movimiento Moderno. El arquitecto Carlos Folco, en un artículo publicado en la
revista ¨ARQA¨ también recuerda que en los años 50 existió un proyecto para
la creación de un campus universitario en el mismo espacio en que hoy en día
se encuentra la Facultad de Ciencias (Barrió Malvín Norte). Según el autor,
dicho proyecto tenía un alto grado segregacional a nivel físico y funcional
(Folco C. , 1996). El proyecto que comenzó con la construcción de un Hogar
Estudiantil, no prosperó por falta de recursos, pero, a mi modo de ver, permitió
abrir la discusión en torno a la existencia o inexistencia de una planta física que
identifique y a la vez le de practicidad a la Universidad, sin que por ello se
creen patológicas relaciones de los edificios con su medio sociocultural y
ambiental.
Un interesante aporte a este respecto hacen los arquitectos Rubén García
Miranda y Mariella Russi Podestá, en su articulo “El orden y la aventura”, al
considerar que es posible hacer un estudio sobre la arquitectura universitaria
más allá de la dispersión:
“Es necesario puntualizar que se privilegia una visión de conjunto por sobre la obra aislada, puesto que la autonomía de los fragmentos no descarta una síntesis critica de la producción”. (Miranda García & Podestá Russi, 1997)
Carlos Folco es quizás más escéptico en este sentido y plante que “no
existe una lógica propia del quehacer universitario, que defina una estructura
independiente a la de la ciudad en su conjunto.” (Folco C. , 1996, pág. 15).
Lo cierto es que pese a su importante dispersión de edificios, con las
ventajas y desventajas que a esto podamos achacarle (como a la propia
existencia de un campus deberíamos poder hacerle en caso de que existiera),
la Universidad Pública Uruguaya sigue teniendo un alto grado de centralismo a
nivel departamental. Señala el Plan Director que el 84,8% del territorio ocupado
por la Universidad en nuestro país se ubica en Montevideo, mientras que el
saldo restante se distribuye entre los diferentes departamentos, dejando de
manifiesto un claro macrocefalismo territorial (Folco & Urruzola, 2004)6. Incluso
6 Este dato al parecer, no incluye las recientes construcciones en Maldonado. De todas formas
creo que el macrocefalismo aún no ha sido erradicado.
8
la impecable construcción del edificio regional Norte en Salto, aún no termina
de descentralizar el acceso a la formación superior.
Para finalizar este apartado conviene también señalar –como propone la
arquitecta Inés Llorente- que si bien la universidad no tiene un campus
propiamente dicho, en general sí ha intentado construir Facultades que tienen
por objeto de estudio áreas similares, en zonas que, en cierta medida, las
unifican.
Inaugurando universos:
Los primeros edificios que la Universidad de la República construyó
específicamente como facultades,
fueron Medicina (1901-1910,),
Derecho (1906-1911), Química y
Agronomía. Estos primeros
“palacios” –como los denomina la
arquitecta Inés Llorente- en general
siguieron los preceptos del
eclecticismo historicista a nivel
forma. A su vez estuvieron
acompañados de un edificio más
que en ese momento también
formaba parte de la estructura
académica de la universidad que
era Secundaria. El Instituto Alfredo
Vázquez Acevedo, construido por el
arquitecto Alfredo Jones Brown
(1911) si bien se logró acompasarse
al estilo triunfante que la educación terciaria estaba imponiendo, trabajó desde
un historicismo mucho mas relacionado al “art nouveau” que al barroco; tal vez
como muestra de una orientación más juvenil, más fresca y floreciente, a la
cual estaba destinado.
La Facultad de Derecho:
La existencia de una cátedra de Derecho está presente desde los primeros
proyectos de Larrañaga. Durante el rectorado del Doctor Alfredo Vázquez
Cronología:
o 1905: concurso o 18/7/1906: piedra fundamental o 22/01/1911: inauguración o 1975: declarado monumento histórico nacional
Arquitectos: Juan María. Aubriot y Silvio Geranio
Programa: o Original: Oficinas centrales de la Universidad, Facultad de derecho y Ciencias Sociales, Facultad de Comercio y Biblioteca Nacional. o Uso actual: Consejo Directivo central de la UDELAR y Facultad de Derecho
Estilo: eclecticismo historicista.
Ubicación: Av 18 de Julio 1844, Eduardo Acevedo, Guayabo, Tristán Narvaja. Barrio Cordón
Web: http://www.fder.edu.uy/
9
Acevedo (1880-1899) se comenzó a planear la construcción de edificios
específicos para La Universidad Mayor y la Facultad de Derecho. Juntas se
trasladaron a diferentes locales que, según Antola y Carmona no lograban dar
continente a las exigencias físicas de la institución, a la vez que se dificultaba la
tarea de encontrar predios lo suficientemente aptos para una nueva
construcción, teniendo en cuenta la expansión oficial que fraccionaba las áreas
centrales del suelo urbano (Antola & Carmona, 1998, pág. 14). Julio Gaeta
llama “período Fundacional” a los tiempos trascurridos entre 1842-1896, en los
cuales la universidad ocupó diversos edificios como la llamada Casa de
Ejercicios o el Hotel Nacional, edificios que seguirán dando continente a la
Universidad hasta mediados del s. XX.
Durante el rectorado del Doctor Claudio Williman (1902 – 1904) se concretó
la adquisición del predio donde actualmente se ubica la Facultad de Derecho y
las Oficinas Centrales de la UDELAR. Al parecer la elección del predio no solo
tuvo que ver con exigencias físicas, sino también con una tradición educativa
ya instalada, debido a que allí habían funcionado diversas instrucciones
dedicadas a la formación como ser la escuela de Artes y Oficios o el Colegio
Elbio Fernández.
El concurso7 para la construcción de las Oficinas Centrales de la
Universidad, la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales, la
Facultad de Comercio y la
Biblioteca Nacional de 1905, dio el
primer premio al proyecto
denominado “Pro Scientia urbe et
Patria”, de los arquitectos Juan
María Aubriot (1876 - 1930) y Silvio
Geranio. La dirección artística las
obras estuvo a cargo de los
ganadores, pero al parecer también
participaron en ellas el Dr. José Scoseria y el Arq. Alfredo Maini. Las ya citadas
arquitectas también exponen otros proyectos presentados en el mismo
7 una modalidad para la deliberación que se afianza a principios del s. XX.
Planta principal del edificio de la Universidad
(Figura 5 en (Antola & Carmona, 1998, pág. 20)
10
concurso, para dar cuenta que existía en todos ellos una tendencia
monumental y una preferencia por el uso del lenguaje historicista.
El propio nombre del proyecto original ya orienta la significación histórico-
cultural que persigue, como también en carácter monumental, hoy en día tal
vez no tan visible por el ensanchamiento hacia el área comercial, que ha ido
adquiriendo la zona, si bien a su alrededor se sigue ubicando importantes
edificios en materia educativa, como la Biblioteca Nacional y el colosal Liceo
N°35.
La planta principal original del edificio esta centralizada en torno la Sala de
Actos Públicos que divide en dos partes al edificio, estableciendo la
diferenciación original entre la facultad de derecho y la de Comercio. Esta
“Paraninfo” se presenta como una estructura semicircular en torno a una
tribuna. Es una composición fuertemente escenificada, que remitiría en última
instancia al barroco francés, y la instauración de la necesidad de ver y ser visto
que instauró el s. XVI; y que los arquitectos Aurbiot y Geranio habrían
considerado útil para expresar la importante consideración sociocultural que la
formación universitaria ya poseía.
Se disponen simétricamente, en torno al Paraninfo, dos patios
rectangulares interiores formados por galerías perimetrales. En ellos, si bien las
columnas de orden dórico y jónico que se utilizan para soportar las arcadas,
remiten al Renacimiento, la organización en forma de claustros, que siguen el
modelo de las primeras universidades medievales (Miranda García & Podestá
Russi, 1997, pág. 18), tal vez debería relacionarse a las estructuras creadas
por las órdenes religiosas encargadas de la conquista cultural del territorio
americano –como jesuitas y franciscanos- durante los siglos coloniales; obras
que no solo deben sus elementos formales al Renacimiento español –estilo
Herreriano, etc.- sino también a la influencia morisca; con la importancia dada
en ella al patio descubierto, generando un interés por el acto de reunión como
espacio para el conocimiento.
En la fachada principal, ubicada sobre la actual calle 18 de Julio, los
elementos formales del barroco son claros en la decoración de los vanos,
generando un ritmo simple pero potente. Los techos en mansarda jerarquizan
los vértices y el eje central, otorgándole al edificio claridad y ostentosidad al
11
mismo tiempo. Para Antola y Carmona esto también implica un “reconocimiento
de la trama urbana, jerarquizando los puntos notables del damero, del cual el
edificio constituye una unidad”. (Antola & Carmona, 1998, pág. 22) Es quizás
más clara en ella la influencia francesa, sobre todo su vertiente haussmaniana.
Una influencia que de seguro no solo está presente en la decoración alegórica
y la formalización del edificio, sino también en la propia orientación de los
estudios académicos –en espacial los de derecho, por razones quizás
históricas, pero es innegable que la matriz francesa estuvo y está presente en
toda la educación uruguaya. De todas formas Juan Pedro Urruzola recuerda
también que el historicismo fue el lenguaje de muchos edificios públicos que el
s. XIX (y principios XX) construyó para fundar la identidad cívica de la
emergente nación uruguaya.
En todo este contexto de afirmación de una urbanidad fuertemente centrada
en Montevideo, también es importante el título universitario como generador de
mentalidades pero también de status quo, con su popular verbo anhelante: “mi
hijo del doctor”. Quizás la monumentalidad de estos primeros edificios
fundacionales de la UDELAR también pueda traducirse en un difícil acceso,
jalonado de trances en escala ascendente.
La publicación “Una década de arquitectura universitaria” realizada durante
la administración del arquitecto Carlos Queirolo, da a conocer algunas de las
intervenciones que se le han hecho a este edificio (Universidad de la República
- Dirección General de Arquitectura, 1997) Estas intervenciones habrían de
efectuarse en la Sala Maggiolo y en el Paraninfo entre 1995 y 1996. El
arquitecto a cargo de estas obras fue el artista Sergio Dantaz, el mismo que
posteriormente acometió la tarea de reconfigurar el antiguo Liceo Francés para
la futura Facultad de Artes. La intervención parece ser sumamente respetuosa,
conservando elementos formales como guirnaldas en la decoración y
restaurando gran parte del mobiliario. Siguiendo estos preceptos Dantaz
también reacondicionó la instalación lumínica y sonora con mucho respeto por
la configuración previa. Introdujo únicamente en la Sala Maggiolo (destinada a
las reuniones del Consejo Directivo Central) una gran mesa ovalada que
reconfigura todo el espacio en torno a ella, adquiriendo así “un fuerte contenido
12
simbólico” (Universidad de la República - Dirección General de Arquitectura,
1997)
Finalmente Antola y Carmona proponen que el arquitecto argentino
Alejandro Christophersen se inspiró en este proyecto para la creación de la
Facultad de Derecho y Facultad de Farmacia de Santa Fe, en la República
Argentina, publicado en la Revista Arquitectura de 1916 (Antola & Carmona,
1998, pág. 24).
El aula fuera del aula:
La Facultad de Matemáticas,
conformada por las carreras de
agrimensura, arquitectura,
geografía e ingeniería, fue creada
en 1882 para atender a las
necesidades modernizadoras que
el país tenía. Al comenzar el siglo
XX la carrera de Arquitectura fue
adquiriendo cada vez mayor
importancia gracias a la importante
labor que realizaban aplicando las
ideas del “art nouveau”. Durante el rectorado de Eduardo Acevedo (1904 -
1906) se consiguieron recursos para contratar a un profesor extranjero, que fue
el francés Joseph Paul Carrè, responsable de implantar las modalidades de
taller en la formación (Arana, 1991). En 1915, por ley, se divide la Facultad de
Matemáticas, en Arquitectura por un lado, y Ingeniería y Ramas Anexas por
otro. Los edificios que ellas ocuparon no fueron los actuales si no hasta 1953
en el caso de la ultima y 1947 en el caso de la primera. Durante el primer
decanato de la Facultad de Arquitectura, ocupado por el arquitecto Horacio
Acosta y Lara, la carrera continuó complementando el área técnica con la
artística. En 1923 surgen los cursos de urbanismo.
La Facultad de Arquitectura
La Facultad presenta un diseño único, particular. Si bien su lenguaje remite
en muchos aspectos al racionalismo, el juego entre formas oblicuas y
ortogonales que ya se percibe observándolo desde Bulevar España; le
Fecha: 1947
Arquitectos: Román Fresnedo Siri y Mario Muccinelli.
Estilo: Movimiento moderno
Ubicación: Bulevar Artigas 1031 (Barrio Cordón)
Web: http://www.farq.edu.uy/
13
instauran un legado mucho más amplio. Al mismo, la
Facultad de Arquitectura es un espacio difícil de abarcar en
una sola mirada. Más difícil aún es obtener una fotografía
que dé cuenta, al menos parcialmente, de su aspecto global.
La fachada instalada en la calle Bulevar Artigas, es
potente y rígida; no anuncia el abombamiento de las líneas
que se trazan detrás de si. Renuncia a la simetría de una
forma muy particular: un muro liso a un lado de la entrada y ventanales
continuos hacia el otro.
Siguiendo las categorías planteadas por Campos (Campos Calvo-Sotelo,
2009), habría que analizar la categoría aula como célula mínima. Las aulas de
Arquitectura son amplias, desbordan los interiores de las mismas aulas,
extienden sus mesas.
Se puede percibir el interés por las curvaturas simples pero envolventes e
integradoras –tal vez cierta reminiscencia al art decó, tan presente en otros
edificios de la época- como también Fresnedo logró hacerlo en edificios como
la Organización Panamericana de la Salud de Washintong (1965) y el abstracto
y simbólico monumento a Luis Batlle Berres.
La apuesta central es el patio, uno de los más
logrados de la UDELAR. Un patio escénico que
remite a los teatros griegos en su forma
semicircular, pero cuya complejidad termina por
descomponer las formas clásicas y crear un
espacio mucho más dinámico. El patio interior
como elemento estructurarte de cualquier edificio
educativo, tiene aquí una de sus formulaciones
más humanas. No debería entonces extrañarnos
que el boletín de la facultad de arquitectura llevara
simplemente el nombre de “Patio”8.
8 http://www.farq.edu.uy/patio/
14
Exactitud Científica:
En 1959 los arquitectos Carlos
Clermont y Justino Serralta (1919-2011),
alumnos de Le Corbusier (Loustau,
1995), ganaron el proyecto para la
construcción de un Complejo
Habitacional Universitario. Juan Pedro
Urruzola sostiene que la influencia en
ellos del “International Style es”
incontrastable.
El proyecto quedó trunco en los años
setenta, según Carlos Folco debido
problemas ideológicos de la época,
referidos al concepto de Universidad.
Este mismo autor también sostiene
que la nueva obra mantiene la
ortoganalidad del proyecto original. La mayor parte de ella ha constituido un
reciclaje, y solo en menor medida se ha hecho un diseño completamente
nuevo. La gran torre central de quince pisos, que quedaba del proyecto original,
fue atenuada con la incorporación de dos volúmenes laterales (Institutos de
Química y Física) que permiten atenuar su impacto. En el eje transversal del
bloque central se ubican dos volúmenes más, uno de los cuales está levemente
rotado, venciendo así, de forma cartesiana, la simetría más tradicional.
Al seguir entonces, los lineamientos más racionalistas del Movimiento
Moderno, la obra establece que las actividades de gran circulación se localicen
en las zonas bajas, ubicando allí las aulas, la biblioteca y la administración. La
verticalidad del cuerpo central es utilizada en cambio para las áreas de
investigación, reproduciendo así un modelo jerarquizado de acercamiento al
conocimiento. Las escaleras exteriores y las ventanas continuas son otros de
los elementos formales del Movimiento Moderno, que aparecen en el edificio de
forma ordenada y potente. El espacio ocupado por la Facultad de Ciencias es
quizás uno de los más grandes que tiene la UDELAR; y también, como
Facultad, la más distante con respecto al Edificio Central.
Arquitectos:
o Carlos Clermont y Justino Serralta o Pablo Briozzo (director de obras).
Programa: o Original: Complejo Habitacional Universitario o Actual: Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
Estilo: Movimiento Moderno
Ubicación:Iguá 4225 Esq. Mataojo (Malvìn Norte)
Web: http://www.fcien.edu.uy/
Tel.: (598-2) 525-8618 al 23
15
En este sentido, un aspecto que habría que investigar en profundidad, a mi
modo de ver, es el de la relación de este espacio universitario, con el resto de
la UDELAR, pero sobre todo con el barrio en el cual esta inmerso. La arquitecta
Inés Llorente, quién colaboró en durante las obras, señala que este edificio es
un ejemplo de cómo una gran construcción puede revitalizar zonas deprimidas
de la ciudad; y esto es algo que la propia Intendencia de Montevideo ha sabido
valorar. (Llorente, 2012) Cabría preguntarse entonces si el beneficio que ha
recibido el barrio es recíproco, y en qué medida su localización favorece al
estudiantado.
La fábrica Social:
En 1931 Julio Villamajó diseñó el
edificio que habría de servir como
barraca de la empresa Emilio Fontana
S.A. La barraca ocupaba tres niveles
(un subsuelo y dos plantas superiores,
pero a su vez contaba con seis
niveles superiores, destinados a
vivienda. La ocupación de la esquina
y el volado superior del edificio
resaltaban fuertemente la
composición. El edificio, como tantos
otros que la UDELAR reconfigura para
su uso, fue declarado Patrimonio Nacional el 23 de octubre de 19919.
La reconfiguración de este espacio para la UDELAR estuvo y está a cargo
del arquitecto Bernardo Carriquiry desde el año 1993.
Su ampliación apela al diseño sobre la base de una
planta libre obteniendo con esto un amplio hall de
acceso. El espacio circulatorio fue extraído del volumen
principal hacia la medianera sur.
Cada uno de los emplazamientos funcionales ha
sido, de igual modo, diferenciado. La Biblioteca y el
9 Véase: http://www.patrimoniouruguay.gub.uy/bienes_protegidos.htm (visto 19/10/12)
Cronología
o 1931: Julio Villamajó: edificio de la antigua barraca Emilio Fontana SA. o 1991-2009: Bernardo Carriquiry
Ubicación actual: Constituyente 1502 esquina Martínez Trueba. Barrio: Cordón.
Web: http://www.fcs.edu.uy/index.php
(Universidad de la República - Dirección General de Arquitectura, 1997)
16
Anfiteatro han sido ubicados en el subsuelo. A
este último se puede acceder también
directamente desde la calle Constituyente. La
ocupación hacia esta calle, también ha permitido
la creación de un patio abierto interior que da vida
como espacio estructural. En el exterior el edificio
conserva la clásica división tripartita de
basamento, cuerpo central (de cinco niveles) y
coronamento (un volado perimetral).
La disposición del edificio recubre toda la
esquina en torno a las calles Constituyente y
Martínez Trueba, sorteando sobre esta última un
enorme desnivel. La composición parece regirse
en general por líneas rectas, por ejemplo las
remarcadas horizontalmente en la base, el cuerpo
central y el remate; pero también la propia división
vertical que divide a la esquina en tres partes. Sin
embargo, la resolución total es sumamente dinámica, y esto se logra también
con detalles más inocuos como las oblicuas volutas sobrias que remarcan la
entrada, en las cuales aparece una posible influencia del “Art Decó”.
Analizando ahora el cuerpo central, se puede observar que posee una
iluminación cenital mediante el vano central sobre el cual se articula. Los
nuevos niveles construidos por Carriquiry utilizan finos enrejados para
aprovechar la luz que proviene de la planta baja. Las escaleras que unen los
institutos continúan la modalidad de caracol de la construcción original; un
elemento que Villamajó al parecer sabe utilizar muy bien, como se puede
observar en su propia casa ubicada sobre el actual puente Sarmiento.
Personalmente, me llama mucho la atención el modo en que se han
distribuido los institutos de investigación una vez más -como en la Facultad de
Ciencias- utilizando la verticalidad ascendente. Pero lo particular de este caso
es que en el piso superior se encuentra el Instituto de Ciencias Políticas, en
intermedio el de Sociología, y, en el más cercano al nivel del suelo el de
Trabajo Social. La estructura parecería reproducir la misma relación que estas
Fuente: http://www.universidad.edu.uy/renderPage/index/pageId/106#heading_355 Obras 1999-2005 p. 13
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áreas de conocimiento tienen con la “realidad” social. Una realidad social que
pareciera buscar caminos materiales, manuales, sobre todo si pensamos en
esas largas manos que aparecen como impresas en el mural que se encuentra
en el patio exterior. Con un cromatismo que roza lo estridente, el mural
pareciera sintetizar todas las necesidades que un intelectual tiene para
acercarse a lo social: una (pre)historia, una ideología (en forma de lucha,
quizás como el resabio post-dictatorial del que surge esta Facultad), una acción
sobre el medio, etc.
El otro aspecto que más me llama la atención en torno al edificio, es como
se ha resuelto el trazado de las múltiples esquinas que esa zona convoca. Inés
Llorente señala que para declarar patrimonio a un edificio se precisa que
alguien de la comunidad especifica este interesado; y sucede que en muchos
casos, los usuarios reales se resisten porque eso después los limita en su uso
y/o modificación. En los procesos de modernización que sufren las ciudades
muchas veces los edificios patrimoniales quedan mal ubicados y los
diseñadores se ven obligados a resolver cómo para encauzar a la historia y a la
naturaleza. Quizás la declaración de la Comisión Nacional del Patrimonio del
edificio Emilio Fontana, obligó a mantener viva una esquina, generando que las
calles a su alrededor obtuvieran una resolución caótica y poco eficiente –por lo
menos para la circulación peatonal- como la que actualmente posee.
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A modo de cierre:
La territorialidad de la Universidad es, a mi modo de ver, un hecho que nos
convoca a todos/as como sociedad. La Universidad es la meta hacia la cual
miramos, estemos o no dispuestos a llegar a ella. La reconfiguración de
edificios patrimoniales por parte de la División de Arquitectura de la UDELAR,
no es, a mi modo de ver, un hecho azaroso.
El uso de lenguajes específicos no parece ser una característica de la
actual Dirección General de Arquitectura, en relación a aquella que erigió los
primeros palacios. Las publicaciones son extremistas: por un lado el Plan
Director con su impresionante cantidad de números. Por otro lado la
publicación “Una década de arquitectura Universitaria”, elegantemente
diseñada pero bastante imprecisa para este tipo de trabajos.
Según Llorente, los arquitectos de la Dirección forman equipos de trabajo
con integrantes de los servicios a los cuales está destinada la tarea, pero
reconoce que existe poca intercomunicación entre los diferentes proyectos en
marcha, sobre todo teniendo en cuenta que muchos trabajan directamente
desde su estudio.
Finalmente quiero explicitar que, desde mi punto de vista, el principal eje al
que hay que atender es la relación de la Universidad con el medio que lo
rodea. Esto se ha convertido en una línea de acción específica a la cual
denominamos Extensión. Si bien cada Facultad tiene sus propias comisiones
de Extensión, el edificio al que más la relacionamos es al llamado APEX,
proyectado hacia 1972 por al Comisión de Extensión de la Facultad de
Arquitectura. La idea –quizás un tanto mesiánica- de insertar la universidad en
el medio social al cual debe destinarse, se combinó con la necesidad de
devolver a la comunidad el esfuerzo que ella realiza financiando la carrera.
19
Bibliografía
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edificios universitarios (1904-1911). Montevideo: Insituto de Historia de
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reflexiones sobre un período fecundo de la arquitectura en el Uruguay .
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Dirección General de Arquitectura de la Udelar. (I. Kaplún, Entrevistador)
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20
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1997). Una década de arquitectura universitaria. Montevideo.
Urruzola, J. P. (diciembre de 1997). Edificio Central. Diez- Una década de
arquitectura universitaria. Universidad de la República - Dirección
General de Arquitectura, pág. s/p.
21
Anexos:
1. Organigrama de la UDELAR por áreas de conocimiento:
22
2. Organigrama de las autoridades de la UDELAR:
3. Organigrama de las autoridades por Facultad:
Fuente: http://tecrenat.fcien.edu.uy/Cogobierno.htm (Visto: 16/09/2012)
4. La Facultad de Derecho en el año 68’:
Fuente:
Handler, Mario.
Liber Arce, Liberarce.
1969.
Cortometraje documental
URL:http://www.youtube.com/
watch?v=PRcwf7r4qGA
23
5. Otras imágenes de la Facultad de Arquitectura:
Fuente: elaboración propia.
24
6. Gráficos del Plan Director de la División de Arquitectura:
Fuente: Plan Director. Bases para la Formulación de una política territorial
universitaria. Dirección General de Arquitectura. UDELAR. 2004