articulo autonomia alimentaria mejorado

1
Autonomía alimentaria* Hoy en día se habla comúnmente de términos como seguridad y soberanía alimentaria, a propósito de la crisis que viven el país y el planeta, así también a colación del proceso autonómico que transita el país, me voy a permitir incorporar un nuevo término algo forzado pero que refleja lo que pretendo describir en el presente artículo: “autonomía alimentaria”. Una primer discusión para la autonomía alimentaria se refiere a si la respuesta es incrementar la frontera agrícola o mejorar los rendimientos. La respuesta no hay q pensarla mucho, se debe mejorar la productividad de nuestros sectores agropecuarios. En la mayoría de ellos tenemos rendimientos muy por debajo de nuestros países vecinos, lo cual no solo nos quita competitividad internacional, sino que también reduce nuestra posibilidad de sustituir importaciones de dichos productos e incluso en años en los que existen factores externos como los climatológicos, genera un déficit de dichos productos en el mercado nacional. Otra respuesta a esta interrogante está dada por la sostenibilidad medioambiental del aparato productivo, pues por un lado sectores del Gobierno hablan de “duplicar” la frontera agrícola y por otro lado se habla de cuidar la madre tierra, más aun si se tiene en cuenta estudios de fundaciones especializadas, que nos dicen que la frontera agrícola en varias regiones del país llegó a su límite y que el crecimiento de ésta iría en desmedro de tierras forestales, reservas ecológicas y en general tierras que no deberían tener un uso agropecuario intensivo. Otro aspecto importante a resaltar es la participación del Estado, que desde sus diferentes niveles y “miradas” deberían apuntar a lo mismo, no competir con productores ni ponerles trabas, sino generar el clima de negocios y las condiciones adecuadas para que mejoren sus rendimientos, el incremento de rendimientos permitirá satisfacer las demandas nacionales y contar con superávit de productos que puedan insertarse competitivamente a mercados internaciones, trayendo divisas y más empleos para el país. Concentrarse en los pequeños y medianos productores, si bien el Estado debe ser incluyente y no excluir a ningún sector, no es menos cierto que son los pequeños productores los que cuentan con menores rendimientos, por la carencia de la investigación, de asistencia técnica especializada, falta de tecnología, y servicios de apoyo a su cadena de valor (transporte, créditos, capacitación, información de mercados, etc.). En este momento los pequeños productores reciben asistencia técnica principalmente de las empresas que venden insumos agropecuarios, carecen de tecnología y tienen muy poco apoyo desde los diferentes niveles de Gobierno. Muchos de los grandes productores cuentan ya con interesantes rendimientos y pueden competir a nivel internacional, a ellos el estado puede apoyarlos, simple y sencillamente dejándolos trabajar, sin que esto afecte políticas nacionales tales como el de abastecer el mercado interno como prioridad del sector productivo. Los gobiernos municipales han empezado a hacer algunos esfuerzos conformado aún muy débiles y decorativas unidades de desarrollo económico local y los Gobiernos Departamentales cuentan con Servicios de Desarrollo Agropecuario que cuentan con buenos avances en investigación y transferencia, pero aún insuficientes. La CPE asigna competencias exclusivas a los niveles subnacionales en la prestación de servicios de desarrollo agropecuario a los productores de la región, ésta en mi humilde interpretación debería ser una de las principales prioridades de los Gobiernos autónomos, no solo una responsabilidad más, para así poder hablar efectivamente de una autonomía productiva, una autonomía que llegue desde la mejora del sector agropecuario y se irradie a todo la población, una “autonomía alimentaria”. *Luis Eduardo Martínez Almanza, Ing. Comercial, MBA, especialista en políticas públicas de inclusión económica.

Upload: luis-eduardo-martinez-almanza

Post on 16-Jul-2015

251 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Articulo  autonomia alimentaria mejorado

Autonomía alimentaria*

Hoy en día se habla comúnmente de términos como seguridad y soberanía alimentaria, a propósito de la crisis que

viven el país y el planeta, así también a colación del proceso autonómico que transita el país, me voy a permitir

incorporar un nuevo término algo forzado pero que refleja lo que pretendo describir en el presente artículo:

“autonomía alimentaria”.

Una primer discusión para la autonomía alimentaria se refiere a si la respuesta es incrementar la frontera agrícola

o mejorar los rendimientos. La respuesta no hay q pensarla mucho, se debe mejorar la productividad de nuestros

sectores agropecuarios. En la mayoría de ellos tenemos rendimientos muy por debajo de nuestros países vecinos,

lo cual no solo nos quita competitividad internacional, sino que también reduce nuestra posibilidad de sustituir

importaciones de dichos productos e incluso en años en los que existen factores externos como los climatológicos,

genera un déficit de dichos productos en el mercado nacional. Otra respuesta a esta interrogante está dada por la

sostenibilidad medioambiental del aparato productivo, pues por un lado sectores del Gobierno hablan de

“duplicar” la frontera agrícola y por otro lado se habla de cuidar la madre tierra, más aun si se tiene en cuenta

estudios de fundaciones especializadas, que nos dicen que la frontera agrícola en varias regiones del país llegó a su

límite y que el crecimiento de ésta iría en desmedro de tierras forestales, reservas ecológicas y en general tierras

que no deberían tener un uso agropecuario intensivo.

Otro aspecto importante a resaltar es la participación del Estado, que desde sus diferentes niveles y “miradas”

deberían apuntar a lo mismo, no competir con productores ni ponerles trabas, sino generar el clima de negocios y

las condiciones adecuadas para que mejoren sus rendimientos, el incremento de rendimientos permitirá satisfacer

las demandas nacionales y contar con superávit de productos que puedan insertarse competitivamente a

mercados internaciones, trayendo divisas y más empleos para el país. Concentrarse en los pequeños y medianos

productores, si bien el Estado debe ser incluyente y no excluir a ningún sector, no es menos cierto que son los

pequeños productores los que cuentan con menores rendimientos, por la carencia de la investigación, de

asistencia técnica especializada, falta de tecnología, y servicios de apoyo a su cadena de valor (transporte, créditos,

capacitación, información de mercados, etc.). En este momento los pequeños productores reciben asistencia

técnica principalmente de las empresas que venden insumos agropecuarios, carecen de tecnología y tienen muy

poco apoyo desde los diferentes niveles de Gobierno. Muchos de los grandes productores cuentan ya con

interesantes rendimientos y pueden competir a nivel internacional, a ellos el estado puede apoyarlos, simple y

sencillamente dejándolos trabajar, sin que esto afecte políticas nacionales tales como el de abastecer el mercado

interno como prioridad del sector productivo.

Los gobiernos municipales han empezado a hacer algunos esfuerzos conformado aún muy débiles y decorativas

unidades de desarrollo económico local y los Gobiernos Departamentales cuentan con Servicios de Desarrollo

Agropecuario que cuentan con buenos avances en investigación y transferencia, pero aún insuficientes. La CPE

asigna competencias exclusivas a los niveles subnacionales en la prestación de servicios de desarrollo agropecuario

a los productores de la región, ésta en mi humilde interpretación debería ser una de las principales prioridades de

los Gobiernos autónomos, no solo una responsabilidad más, para así poder hablar efectivamente de una

autonomía productiva, una autonomía que llegue desde la mejora del sector agropecuario y se irradie a todo la

población, una “autonomía alimentaria”.

*Luis Eduardo Martínez Almanza, Ing. Comercial, MBA, especialista en políticas públicas de inclusión económica.