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Por una estrategia alternativa Respondiendo a los sofistas Extrait du Viento Sur http://www.vientosur.info/spip.php?article9853 Grecia Por una estrategia alternativa Respondiendo a los sofistas - solo en la web - Date de mise en ligne : Jueves 26 de febrero de 2015 Viento Sur Copyright © Viento Sur Page 1/8

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Article a9853

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  • Por una estrategia alternativa Respondiendo a los sofistas

    Extrait du Viento Sur

    http://www.vientosur.info/spip.php?article9853

    Grecia

    Por una estrategia alternativa

    Respondiendo a los sofistas- solo en la web -

    Date de mise en ligne : Jueves 26 de febrero de 2015

    Viento Sur

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  • Por una estrategia alternativa Respondiendo a los sofistas

    [Publicamos a continuacin dos artculos de Stathis Kouvelakis, en los que polemiza con el acuerdo alcanzado entreel Eurogrupo y el gobierno griego de Syriza en relacin con la deuda de Grecia y la prrroga del "rescate". StathisKouvelakis ensea teora poltica en el King's College de Londres y es miembro del comit central de Syriza.]

    1. Por una estrategia alternativa

    Comencemos por lo que debera ser indiscutible: el acuerdo del Eurogrupo al que se ha visto arrastrado el Gobiernogriego el viernes equivale a un repliegue precipitado. Se prorroga el rgimen del Memorandum (las condiciones deausteridad y aceptacin de los dems dictados de la troika por el anterior Gobierno. NdR), se reconoce el acuerdode prstamo y la totalidad de la deuda, se mantiene la "supervisin", es decir, el control de la troika, aunque con otronombre, y ahora quedan pocas posibilidades de que Syriza pueda aplicar su programa/1. Un fracaso tan estrepitosono es ni puede ser una casualidad o el resultado de una maniobra tctica mal concebida. Representa la derrota deuna lnea poltica concreta que subyace al planteamiento actual del Gobierno.

    El acuerdo del viernes

    En el espritu del mandato popular de romper con el rgimen del Memorandum y de librarse de la deuda, la partegriega inici la negociacin rechazando la prrroga del actual "programa" aprobado por el Gobierno de Samaras,junto con el tramo de 7 000 millones de euros, quitando los 1 900 millones de euros de bonos griegos a cuyadevolucin tena derecho. Negndose a cualquier procedimiento de supervisin o evaluacin, solicit un "programapuente" transitorio de cuatro meses, sin medidas de austeridad, para garantizar la liquidez y aplicar al menos unaparte de su programa con un presupuesto equilibrado. Tambin reclam que los prestamistas reconocieran lainviabilidad de la deuda y la necesidad de una nueva ronda inmediata de negociacin abierta.

    Sin embargo, el acuerdo final supone un rechazo punto por punto de todas esas demandas. Es ms, implica otraserie de medidas encaminadas a atar las manos del Gobierno y frustrar cualquier medida que pudiera suponer unaruptura con la poltica del Memorandum. En la declaracin del viernes del Eurogrupo, el programa vigente sedenomina "arreglo", pero esto no cambia absolutamente nada de lo esencial. La "prrroga" que solicita ahora laparte griega (al amparo del "acuerdo marco del mecanismo de ayuda financiera", MFFA) se establecer "en elcontexto del arreglo vigente" y apunta a una "conclusin positiva de la revisin sobre la base de las condiciones delarreglo vigente". Asimismo se declara que nicamente la aprobacin de la conclusin de la revisin del arregloprorrogado por las instituciones... permitir cualquier desembolso del tramo pendiente del programa vigente delFondo Europeo de Estabilidad Financiera [EFSF] y la transferencia de los beneficios del mercado de valores de2014 [estos son los 1 900 millones de beneficios generados por los bonos griegos que pertenecen a Grecia]. Amboselementos estn sujetos asimismo a la aprobacin del Eurogrupo.

    De modo que Grecia recibir el tramo que haba rechazado inicialmente, con la condicin de que respete loscompromisos de sus predecesores. Lo que tenemos por tanto es una reafirmacin de la tpica postura de Alemaniade imponer -como condicin necesaria de cualquier acuerdo y cualquier desembolso futuro de fondos- elcumplimiento del procedimiento de "evaluacin" a travs del mecanismo tripartito (llmese troika o "instituciones")para la supervisin de cualquier acuerdo pasado y futuro. Es ms, para que quede claro como el agua que elempleo del trmino "instituciones" en vez de troika es puro maquillaje, el texto reafirma concretamente lacomposicin tripartita del mecanismo de supervisin, especificando que las "instituciones" incluyen el BCE ("en estecontexto recordamos la independencia del Banco Central Europeo") y el Fondo Monetario Internacional ("asimismoacordamos que el FMI siga desempeando su funcin").

    En lo que respecta a la deuda, el texto seala que "las autoridades griegas reiteran su compromiso inequvoco de

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    cumplir plena y puntualmente sus obligaciones financieras con todos sus acreedores". En otras palabras, olvidemostoda discusin sobre "quita de la deuda", sin hablar ya de la "cancelacin de la mayor parte de la deuda", que es elcompromiso programtico de Syriza. Cualquier "quita" futura solo ser posible sobre la base de lo que se propusoen la decisin del Eurogrupo de noviembre de 2012, a saber, una rebaja de los tipos de inters y una modificacinde los plazos, que como es bien sabido no difiere gran cosa de la obligacin de pagar la deuda entera, ya quesolamente afecta a los intereses, que de por s son muy bajos.

    Pero esto no es todo, porque para pagar la deuda la parte griega acepta ahora plenamente el mismo marco de lasdecisiones que adopt el Eurogrupo en noviembre de 2012, en tiempos del Gobierno tripartido de Antonis Samaras.Comprenda los siguientes compromisos: 4,5 % de supervit primario en 2016, aceleracin de las privatizaciones yestablecimiento de una cuenta especial para el pago de los intereses de la deuda, a la que el sector pblico griegodeba transferir todos los ingresos derivados de las privatizaciones, los supervit primarios y el 30 % de cualquiersupervit adicional. Esta fue otra de las razones por las que el texto del pasado viernes no solo menciona lossupervit, sino tambin los "resultados de la financiacin". En cualquier caso, lo esencial del atraco del memorando,a saber, la obtencin de escandalosos supervit primarios y la venta de bienes pblicos con el fin exclusivo de llenarlos bolsillos de los prestamistas, se mantiene intacto. La nica alusin al alivio de la presin es una vaga garanta deque "las instituciones tendrn en cuenta, con respecto al objetivo del supervit primario de 2015, las circunstanciaseconmicas de 2015".

    Pero no ha bastado con que los europeos rechazaran todas las demandas griegas. Tenan que atar de pies ymanos, como fuera, al Gobierno de Syriza para demostrar en la prctica que cualquiera que fuera el resultadoelectoral y el perfil poltico del nuevo Gobierno, no es posible revertir la austeridad dentro del marco europeo actual.El presidente de la Comisin Europea, Jean-Claude Juncker, lo dej bien claro: "No cabe ninguna opcindemocrtica en contra de los tratados europeos". Y la disposicin correspondiente se ejecutar de dos maneras. Enprimer lugar, tal como se indica en el texto, "las autoridades griegas se comprometen a abstenerse de todacancelacin de medidas y de todo cambio unilateral de las polticas y reformas estructurales que afectennegativamente a los objetivos presupuestarios, a la recuperacin econmica o a la estabilidad financiera, de acuerdocon la evaluacin de las instituciones".

    As que nada de desmantelar el rgimen del memorando ("cancelacin de medidas") ni de introducir "cambiosunilaterales", y de hecho no solo con respecto a las medidas que tengan un coste presupuestario (como la supresinde impuestos, la elevacin del umbral de exencin fiscal, el aumento de las pensiones y de la asistencia"humanitaria"), tal como se haba declarado inicialmente, pero en un sentido mucho ms amplio, incluido todo lo quepudiera tener un "efecto negativo" en "la recuperacin econmica o la estabilidad financiera", siempre de acuerdocon el juicio inapelable de las "instituciones". Ni que decir tiene que esto no solo afecta a la reinstauracin de unsalario mnimo y al restablecimiento de la legislacin laboral que ha sido desmantelada en los ltimos aos, sinotambin a los cambios del sistema bancario que permitiran reforzar el control pblico (ni una palabra, por supuesto,sobre la "propiedad pblica" contemplada en la declaracin fundacional de Syriza).

    Es ms, el acuerdo especifica que las sumas disponibles actualmente en el Fondo Helnico de EstabilidadFinanciera (HFSF) estarn controladas por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), libres de derechosde terceros mientras dure la prrroga del MFFA, y solo podrn emplearse para la recapitalizacin bancaria y paracubrir los costes de resolucin. Sern liberadas exclusivamente a instancias del Mecanismo nico de Supervisindel BCE. Esta clusula demuestra cmo los europeos no han pasado por alto que el programa de Salnica deSyriza previera que "el capital semilla para el sector pblico y un organismo intermediario y el capital semilla para elestablecimiento de bancos con fines especficos, que ascienden a un total del orden de 3 000 millones de euros,sern aportados con cargo al llamado 'colchn' del HFSF, de alrededor de 11 000 millones de euros, para losbancos". En otras palabras, adis a toda idea de utilizar los fondos del HFSF con fines orientados al crecimiento. Sitodava quedaba alguien que se haca ilusiones con respecto a la posibilidad de utilizar los fondos europeos parafines ajenos a la camisa de fuerza de aquellos para los que fueron concebidos -e incluso que deberan someterse a

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    la jurisdiccin del gobierno griego-, con esto puede despedirse de ellas.

    Derrota de la estrategia del "buen euro"

    Puede creer tal vez la parte griega que ha conseguido algo ms all de la impresionante inventiva verbal del texto?Tericamente s, en la medida en que ya no hay referencias explcitas a las medidas de austeridad y los "cambiosestructurales" mencionados (reformas administrativas y lucha contra la evasin fiscal) no forman parte de estacategora, una modificacin que por supuesto deber confirmarse o no en la lista de medidas que previsiblemente sepublicar en los prximos das. Sin embargo, dado que se mantiene el objetivo de los escandalosos supervitpresupuestarios, junto con la totalidad del aparato de supervisin y evaluacin de la troika, toda idea de relajacin dela austeridad parece totalmente ajena a la realidad. Las nuevas medidas y, desde luego, la estabilizacin del "acervodel Memorandum", son una va de sentido nico mientras prevalezca el rgimen actual y se perpete con otronombre.

    De todo ello se deriva claramente que en el curso de las "negociaciones" con el revlver del BCE apuntando a sucabeza y el pnico resultante en la banca, las posiciones griegas sufrieron un colapso casi total. Esto ayuda aexplicar las innovaciones verbales ("instituciones" en vez de troika, "arreglos vigentes" en lugar de "programavigente"; "acuerdo marco del mecanismo de ayuda financiera" en sustitucin de Memorandum, etc.). Consolacinsimblica o nuevas trampas, segn cmo se mire. La cuestin que se plantea, por supuesto, es cmo hemos ido aparar a este dilema.

    Cmo es posible que tan solo unas pocas semanas despus del resultado histrico del 25 de enero tengamos estacontraorden frente al mandato popular de derribar el Memorandum? La respuesta es sencilla: lo que ha fracasadoen las ltimas dos semanas es una determinada opcin estratgica subyacente al enfoque de conjunto de Syriza,particularmente a partir de 2012; una estrategia que exclua "medidas unilaterales" como la suspensin de pagos,por no hablar ya de la salida del euro, alegando que:

    en la cuestin de la deuda es posible encontrar una solucin favorable para el deudor con la aquiescencia delacreedor, de acuerdo con el modelo de los acuerdos de Londres de 1953 relativos a las deudas de Alemania,pasando por alto el hecho, desde luego, de que los motivos por los que los aliados actuaron tan generosamente conAlemania no se dan en modo alguno entre los europeos de hoy con respecto a la deuda griega, y ms en general dela deuda pblica de los Estados sobreendeudados de la UE actual;

    el fin de los memorandos, la expulsin de la troika y un modelo diferente de poltica econmica (en otras palabras,la aplicacin del Programa de Salnica) podran materializarse cualquiera que fuera el resultado de lasnegociaciones en torno a la deuda y sobre todo sin provocar ninguna reaccin efectiva de los europeos, por encimay ms all de las amenazas iniciales, que se descalificaron como un bluf. En efecto, la mitad de la financiacin delPrograma de Salnica deba provenir de fuentes europeas, es decir, no solo los europeos no iban a reaccionar, sinoque iban a financiar generosamente las polticas contrarias a las que venan imponiendo en los ltimos cinco aos;

    finalmente, el escenario del "euro bueno" presupona la existencia de aliados de cierto calibre a nivel de gobiernosy/o instituciones (no me refiero aqu al apoyo de los movimientos sociales y otras fuerzas de izquierda). Losgobiernos de Francia e Italia, los socialdemcratas alemanes y, finalmente, en un inusitado alarde de fantasa, elpropio Mario Draghi fueron invocados de vez en cuando como potenciales aliados.

    Todo esto se ha venido abajo estrepitosamente en el espacio de pocos das. El 4 de febrero, el BCE anunci lasuspensin de la principal fuente de liquidez para los bancos griegos. La fuga de capitales que ya haba comenzadoadquiri dimensiones incontrolables, mientras las autoridades griegas, temiendo que esa reaccin fuera el comienzo

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    de la "Grexit", la salida de Grecia del euro, no tom ni la ms mnima medida unilateral (como la imposicin decontroles sobre la transferencia de capitales). Los trminos "anulacin" e incluso "quita" de la deuda fueronrechazados de la manera ms categrica por los prestamistas, que se enfurecieron solo de escucharlos (con elresultado de que fueron retirados casi inmediatamente de la circulacin). En vez de tumbar los memorandos, resultque el nico elemento "innegociable" era el mantenimiento de los mismos y la supervisin por la troika. Ni un soloEstado miembro apoy las posiciones griegas, ms all de algunos gestos de cortesa diplomtica por parte dequienes preferan que el Gobierno griego pudiera salvar la cara.

    Ms temerosa de la "Grexit" que de sus interlocutores, totalmente inerme ante la eventualidad absolutamentepredecible de la desestabilizacin bancaria (el arma clsica del sistema a escala internacional desde hace casi unsiglo cuando se enfrenta a gobiernos de izquierdas), la parte griega se qued prcticamente sin ninguna baza parala negociacin. Se encontr de espaldas contra la pared y nicamente con malas opciones a su disposicin. Laderrota del viernes era inevitable y marca el final de la estrategia de "una solucin positiva dentro del euro", o paraser ms exactos, de "una solucin positiva a toda costa dentro del euro".

    Cmo evitar la derrota total

    Rara vez ha sido refutada una estrategia tan clara y rpidamente. Por eso Manolis Glezos, miembro de Syriza, tienerazn cuando habla de "ilusin" y aprovecha la ocasin para pedir perdn al pueblo por haber contribuido acultivarla. Justamente por la misma razn, pero a la inversa, y con la ayuda de algunos medios locales, el Gobiernoha tratado de presentar este resultado devastador como un "xito de la negociacin" que confirma que "Europa esun espacio de negociacin" que est "dejando atrs la troika y los memorandos" y otras afirmaciones similares.Temerosa de hacer lo que Glezos se ha atrevido a hacer- es decir, reconocer el fracaso de toda su estrategia-, ladireccin de Syriza est intentando cubrirse las espaldas, "dando carne por pescado", como reza el dicho populargriego.

    Sin embargo, presentar una derrota como un xito es tal vez peor que la propia derrota. Por un lado, convierte eldiscurso gubernamental en mera hipocresa, en una retahla de tpicos y palabras huecas que solo sirve paralegitimar retrospectivamente cualquier decisin, calificando de blanco lo que es negro; y por otro, prepara el terrenoinevitablemente para las prximas derrotas ms decisivas, ya que anula los criterios por los que se puede distinguirel xito del fracaso. Para aclarar la cuestin a la luz de un precedente histrico bien conocido por la izquierda, si eltratado de Brest-Litovsk -con el que la Rusia sovitica se asegur la paz con Alemania a cambio de grandesprdidas territoriales- hubiera sido calificado de "victoria", no cabe duda de que la Revolucin de Octubre habra sidoderrotada.

    Por tanto, si queremos evitar una segunda derrota, y esta vez decisiva, que pondra fin al experimento de laizquierda griega -con consecuencias incalculables para la sociedad y para la izquierda dentro y fuera de este pas-,hemos de mirar la realidad a la cara y hablar el lenguaje de la honestidad. Es preciso reanudar el debate sobre laestrategia, sin tabes y sobre la base de las resoluciones del Congreso de Syriza, que desde hace algn tiempo sehan convertido en simples iconos inofensivos. Si Syriza tiene todava una razn de existir como sujeto poltico, comofuerza para elaborar polticas emancipatorias y para contribuir a las luchas de las clases subalternas, debe formarparte de este esfuerzo por emprender un anlisis en profundidad de la situacin actual y los medios para superarla. "La verdad es revolucionaria", dijo un famoso dirigente que saba de qu hablaba. Y solo la verdad es revolucionaria,podemos aadir ahora a la luz de la experiencia que hemos adquirido desde entonces.

    24/02/2015

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    Nota:

    1/ Vase la carta del ministro Yanis Varoufakis al Eurogrupo en con los compromisos del gobierno griego: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7769

    2. Respondiendo a los sofistas

    Estos ltimos das circulan dos sofismas o, mejor dicho, dos sofismas y medio provenientes de quienes no quierenmirar de frente la realidad, y las consecuencias que se derivan de ella, y aceptar la marcha atrs a la que Syriza seha visto forzada. Y digo bien "forzada", porque la marcha atrs se ha dado en el marco de una estrategia errnea.No hablo de "traicin" o "renuncia", que son trminos morales y poco tiles para comprender los procesos polticos.

    Primer sofisma

    Syriza no tena "ningn mandato para salir del euro. Si [Syriza] hubiera tenido esta posicin, no habra ganado laselecciones". Dicho as, el argumento es absurdo. Es verdad que no tena ningn "mandato para salir del euro". Perotampoco haba ningn mandato para abandonar lo esencial de su programa a costa de mantenerse en el euro! Y nocabe ninguna duda de que si se hubiera presentado a las elecciones diciendo "aqu est mi programa, pero sivemos que su aplicacin no es compatible con mantenernos en el euro, entonces olvidmonos de l", no habraganado las elecciones.

    Y con razn: mantenerse en el euro "a cualquier precio" era precisamente el argumento-base de los partidos pro-Memorandum que han gobernado Grecia durante estos ltimos aos. Y Syriza, si bien no clarific su posicin sobreel euro, siempre rechaz la lgica del "mantener el euro a cualquier precio". A este respecto, contrariamente a lo quepiensan la mayora de los comentaristas, hay que recordar que los textos programticos de Syriza no excluyen lasalida del euro en tanto que consecuencia impuesta por el rechazo de los europeos ni por la suspensin de pagos,aunque es cierto que estos ltimos meses estos textos haban sido puestos en sordina.

    Variante del primer sofisma

    "Syriza tena un mandato doble: romper con la austeridad y mantenerse en el euro". Este suena ms racional que elprecedente pero, nos obstante, sigue siendo un sofisma. Porque se hace como si los dos trminos del mandatotuvieran el mismo peso y que eso (si fuera necesario optar, y claro que hay que optar, todo el problema reside ah)legitimara sacrificar inevitablemente el primer trmino (el euro) en detrimento del segundo (la ruptura con laausteridad). Y ello, sin traicionar el mandato en cuestin! Ahora bien, por qu no le damos vuelta al argumentodiciendo: "como me doy cuenta de que ambos son incompatibles, opto por el primero, porque en el fondo es por esopor lo que el electorado griego ha votado por un partido de la izquierda radical". Es decir, dar preferencia a la rupturay no a la "estabilidad" en el marco actual; lo que (es lo menos que se puede decir) resulta ms coherente con elquehacer de un partido de izquierda radical que plantea el socialismo como su "objetivo estratgico" (aunque no seaen funcin de ese objetivo que haya ganado las elecciones).

    Tercer sofisma

    Este es de Etienne Balibar y de Sandro Mezzadea que, tras lo que ha pasado y tras haber ironizado sobre la"izquierda de Syriza" que hablaba de "renuncia" (aunque nadie en la izquierda de Syriza haya utilizado nunca estetrmino, pero pasemos de ello...), sacan la conclusin de que eso muestra "que en Europa no se construir unapoltica de libertad e igualdad a partir del simple afianzamiento de la soberana nacional."

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    Para eso, lo fundamental sera ganar tiempo, si bien al precio de concesiones (y aqu hacen la referencia obligada aLenin para garantizar la radicalidad de su enunciado), y permitir que se den futuras victorias polticas (hablan delEstado espaol) y se desarrollen los movimientos sociales, preferentemente "transnacionales" (tipo Blockupy).Continuan navegando en pleno sofisma, con una pseudo-ingenuidad asombrosa aunque, despus de todo, lgica enestos ardientes defensores del "proyecto europeo" (si bien es verdad que en su "versin buena") como son estosdos autores. En efecto, la cuestin es que los ritmos de las fuerzas polticas y de los movimientos sociales a los quese refieren no estn sincronizados. De aqu al verano, el Gobierno de Syriza se ver confrontado a retos ms queapremiantes y no es posible vislumbrar cmo una manifestacin -que puede ser exitosa- en Frankfurt o una posiblevictoria de Podemos en las elecciones de noviembre en el Estado espaol podra modificar la situacin a su favor.

    Esta discordancia de los ritmos es una de las modalidades bajo las que se muestra el carcter estratgico del "nivelnacional" a los agentes polticos, porque es el terreno en el que se condensa de forma decisiva la relacin defuerzas entre las clases.

    Por otra parte, lo que Balibar y Mezzadra subestiman de forma grave, es el efecto desmovilizador que tendrn, tantoa nivel interno en Grecia como a nivel europeo, la percepcin de una Grecia y un Gobierno Syriza obligado a doblarel espinazo ante las imposiciones austeritarias de la UE, que se impondr con el paso de tiempo, a pesar del bomboque tratan de darle los miopes defensores del Gobierno griego. El clima de movilizacin y confianza queencontramos en Grecia tras las primeras semanas, despus de las elecciones, ha quedado bien atrs. Ahora es eldesasosiego y cierta confusin las que imperan. Es verdad que las movilizaciones pueden volver, pero, de unaparte, esta vez estarn dirigidas contra las opciones gubernamentales y, de otra, no van a darse "a golpe de silbato".Condicionar la opcin poltica a la emergencia de esas movilizaciones es ms que arriesgado. Es una forma de decirque no se plantear ninguna demanda debido a su ausencia o su debilidad.

    En realidad, la forma de proceder debe ser la contraria. Asumimos una opcin de ruptura y es esta opcin la queestimula la movilizacin, que tiene su propia autonoma. Por otra parte, es eso lo que ha ocurrido en Grecia duranteel perodo de "confrontacin" entre el gobierno y la UE, entre el 5 y el 20 de febrero, cuando decenas de miles depersonas salieron a las calles de forma muy espontnea y al margen de su pertenencia partidaria.

    El argumento de "ganar tiempo" no expresa ms que una ilusin. En realidad, durante esos supuestos cuatro mesesde "respiro", Syriza estar obligada a actuar en el marco actual, es decir: consolidarlo ejecutando una buena partede lo que la troika (renombrada "Instituciones") exige y "retrasando" la aplicacin de las medidas-faro de suprograma, aquellos que justamente habran permitido "marcar la diferencia" y cimentar la alianza social que le hapermitido llegar al poder. Este "ganar tiempo" corre el gran riesgo de convertirse en "un tiempo perdido" quedesestabilizar la base de Syriza y permitir a sus adversarios (sobre todo a la extrema derecha) aunar fuerzas ypresentarse como los nicos partidarios de una "verdadera ruptura con el sistema".

    Sealemos tambin que, a pesar de la repulsa que provoca toda referencia nacional a estos dos enamorados deleuropesmo como Balibar y Mezzadra, los xitos polticos a los que hacen referencia, el de Syriza y Podemos, sonsolo victorias en el mbito nacional que no modifican la relacin de fuerzas ms que en lo que se refiere a quefuerzas polticas de izquierda accedan a las palancas del Estado nacional. Ahora bien, estos xitos tambin estn,en gran parte, construidos sobre la base de la soberana nacional, en un sentido democrtico, popular, nonacionalista, y abierto. En los discursos de Tsipras y de Iglesias abunda, de forma perfectamente asumida, eldiscurso "nacional-popular" y las referencias al "patriotismo", de la misma forma que abundan las banderasnacionales (griega o republicana en el caso del Estado espaol en su conjunto) entre las masas y los movimientos"autnomos" (por retomar el trmino de Mezzadra y Balibar) que llenan las calles y las plazas de esos pases. Msque cualquier otro elemento, eso muestra que la referencia nacional es (sobre todo en los pases dominados de laperiferia europea), un terreno de lucha que en pases como el Estado espaol y Grecia las fuerzas progresistas hanlogrado hegemonizar para convertirlos en uno de los motores ms potentes de su xito. Es sobre esta base que sepuede construir un verdadero internacionalismo y no sobre el discurso sin contenido que, de entrada, debera ser,

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    totalmente y sin mediacin alguna, "europeo" o "transnacional" y que est desconectado de la realidad concreta dela lucha poltica,

    Por ltimo, decir que en los dos primeros sofismas existe un elemento de verdad en lo que respecta al mandatosobre la salida del euro. Este elemento es que en la posicin mayoritaria de Syriza exista una contradiccin que seha puesto de manifiesto ahora. La idea de una ruptura con la austeridad y con el peso de la deuda en el marcoeuropeo actual ha fracasado de forma totalmente clara. En una situacin semejante, es vital hablar con sinceridad yhonestidad y comenzar por admitir que se ha fracasado y que, por lo tanto, es necesario volver a discutir sobre laestrategia ms adecuada para poder ser fieles a los compromisos adquiridos y sacar al pas de la encrucijada en laque se encuentra, al tiempo que se enva un mensaje de lucha a quienes, que son numerosos, haban apostado porla "esperanza griega" y que hoy rechazan, con razn, admitir la derrota.

    25 /02/ 2015

    Traduccin: VIENTO SUR

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