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LA ESENCIA DEL ARTI Y SU FUNCIóN EN LÁ VIDA HUMANA Quien hay¡ leído con acención las páginas de este lib¡o no habrá enco.trado una doctrin¡ conclusa que asot€ los múltiples ¡spectos de la estética, pero si, en cambio, €ncontr¡rá un pensamie¡to doñ; nantc en la interpreración de los problcma, trarados, un mismo csp;- ¡nu que p¡eside las tcsis que se sustcr¡ta¡. Ese espí¡itu h¿ consnddo en evitar tod¡ docr¡i¡¡ risidr o unilatcral que fuera inadecuada prra ¿b¡¡c¡¡ l¿ il;mit¡da movilid¡d rlcl artc. No d€be ab¡ndo¡a¡ a 1:¡ €stética la concicDc;¡ de varicdad innumerable dc las form¡s ¡rcis- ticas cn la historia, par¡ no falscar el concepto del arte al tr¡t¡r de rcducir estos hechos a la unidad de un¡ solll tcoríi. Est¡ reori¡ tiene que ser lo suficientemcnte amplir y elásticr para ¡comodr¡se a la fluidez y muLipll, d,:J de lr \idr rrri.ricr. L¡s idess que componen cstc libro parten del supuesto quc el artc constituve dentro dc la cultur¡ r¡na csicm autóDoma con sus fines y valo¡es propios. Y, sin embargo, ¡o sc supone que esa esferr sca un todo ccrrado a Ia conunicrción con el ex¡erion ¡1 co¡rr¡rio. está provista de aberruras por lns que circula ¡mpliamcnte un movimien¡o de r-aivén haci¿ los otros dominios de cultura y la vida. Por unr parte, cs precio acotar con cx:rcrilud el dominio propio dei arre, pero con el reconocimiento dc quc ral dominio qucdr;ncluido en el com- plejo de Ia cxntencia human:r. Se conside¡a en cste estudio quc cl objeto propio de la estética es el fe¡ómeno del ¡rce t¡l como sc m:¡nifiesr¡ en cl nundo dc la cultur¡. El fenómeno cstético posce dos c¡ras o vcrcie¡res, una quc ye al sujero y otra ¡l objeto artis¡ico. Es prcciso estudiarlo enronces tento en c¡d¿ uno de estos ¡spectos separrd:rmente, murü¡s rcl¡- ciones. El ar¡e, más qüe una a€rirud rcórica o conremplativa cs una actn'idad exprcsila l.productora dcl espiriru. lo que sc produce es l¿ obra de arte que, rl scr contcmpJrda por los cspcctadores, tiende r provocar los rnismos ploccsos quc la orlginaron. La crcac;ón altis¡ic¡ se explica como ¡csultado de un¡ estructura o complejo psiqüico cn el quc csrán integr¿dos diversos miembros cuya función es interdependienre y solidaria, quedrndo subordinada

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LA ESENCIA DEL ARTI Y SU FUNCIóNEN LÁ VIDA HUMANA

Quien hay¡ leído con acención las páginas de este lib¡o no habráenco.trado una doctrin¡ conclusa que asot€ los múltiples ¡spectosde la estética, pero si, en cambio, €ncontr¡rá un pensamie¡to doñ;nantc en la interpreración de los problcma, trarados, un mismo csp;-¡nu que p¡eside las tcsis que se sustcr¡ta¡. Ese espí¡itu h¿ consnddoen evitar tod¡ docr¡i¡¡ risidr o unilatcral que fuera inadecuada prra¿b¡¡c¡¡ l¿ il;mit¡da movilid¡d rlcl artc. No d€be ab¡ndo¡a¡ a 1:¡

€stética la concicDc;¡ de l¡ varicdad innumerable dc las form¡s ¡rcis-ticas cn la historia, par¡ no falscar el concepto del arte al tr¡t¡r dercducir estos hechos a la unidad de un¡ solll tcoríi. Est¡ reori¡ tieneque ser lo suficientemcnte amplir y elásticr para ¡comodr¡se a lafluidez y muLipll, d,:J de lr \idr rrri.ricr.

L¡s idess que componen cstc libro parten del supuesto quc el artcconstituve dentro dc la cultur¡ r¡na csicm autóDoma con sus finesy valo¡es propios. Y, sin embargo, ¡o sc supone que esa esferr sca

un todo ccrrado a Ia conunicrción con el ex¡erion ¡1 co¡rr¡rio. estáprovista de aberruras por lns que circula ¡mpliamcnte un movimien¡ode r-aivén haci¿ los otros dominios de l¡ cultura y la vida. Por unrparte, cs precio acotar con cx:rcrilud el dominio propio dei arre, perocon el reconocimiento dc quc ral dominio qucdr;ncluido en el com-plejo de Ia cxntencia human:r.

Se conside¡a en cste estudio quc cl objeto propio de la estética es

el fe¡ómeno del ¡rce t¡l como sc m:¡nifiesr¡ en cl nundo dc la cultur¡.El fenómeno cstético posce dos c¡ras o vcrcie¡res, una quc ye al sujeroy otra ¡l objeto artis¡ico. Es prcciso estudiarlo enronces tento enc¡d¿ uno de estos ¡spectos separrd:rmente, murü¡s rcl¡-ciones. El ar¡e, más qüe una a€rirud rcórica o conremplativa cs unaactn'idad exprcsila l.productora dcl espiriru. lo que sc produce es

l¿ obra de arte que, rl scr contcmpJrda por los cspcctadores, tiende rprovocar los rnismos ploccsos quc la orlginaron.

La crcac;ón altis¡ic¡ se explica como ¡csultado de un¡ estructurao complejo psiqüico cn el quc csrán integr¿dos diversos miembroscuya función es interdependienre y solidaria, quedrndo subordinada

Sol
Sticky Note
Ramos Samuel, OBRAS COMPLETAS ESTUIDS DE ESTÉTICA, FILOSOFIA DE LA VIDA ARTISTICA, TOMO III, UNAM Coordinacion de Humanidades Mexico 1991. pags: 321 -328

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a la finalidad de conjunto. Lo que c¡racteriza a u¡¡ est¡uctr¡ra fu¡-cional como ¿st¡, es que el todo no se explica por la suma de las partes.El resultsdo cotal en cierto modo trascie¡de esa sum¡. U¡ ¡nálisis dees¡ cscructür¡ revelaria que cn ella toman parte todos los elementosde la psique humana. Hay un¡ remociór completa de sus p¡rtes, e¡teI proccso crertivo, para alincarse orgánicamente confo¡me a unacierta di¡ec€ión fundamenral. Hablar de un órgano o facultad de hcreación cs solamenrc us¡r de uD giro usu¡l del lengu¡je, pues t¡lórgano es toda la conciencia que cn el momcnto de la cr€:ción se

proyccta integramcnte h¡cja el fin que el artista se propone. Puededescac:rrse, sin embrrgo, el p¡pel p¡om;ne¡re qüe d€sempeñ¡n ciercasfunciones espccificas como la perccpción scnsible, la memoria, la fan-t¿si¡, cl gusto, etcéter.. El móvil de la cre¡ción es la roluntad artis-tic¿ que eicrcc ¡dcmás el 8ob;erno del proceso creador. En est¡dirección del cspiriru radica l¡ escnci¡ del arte. Su sentido cs lo qucestablcce la unidad cn l¡s múhiplcs manifestacioncs del ¡rrc. Loque esa dirección del cspiritu tienc dc uniforme es su indiferencia porl¿ verdad o realid¡d dc l¡s cosas y su propósito de ¡ecrearse en hreprescDtación de las rpariencirs bellas. Pero, ¿qué es h bclleza dcestas ap¡rienciar¡ Es, sin duda, cierta perfección ideal adecuada paneleva! nuestros sentimientos vitales ¡ una cxistenci¡ más libre y con'forme a los valores del espiritu. El irte es dentro de le vida humaniuno dc los irstrumcntos de salv¡ción. Se podrir suponer quc esta idcrsólo tiene justificación cuando se parcc de ün¿ posición neg¿tiva anrfla vide. Que entonces sólo ncccsit¡ del artc cl hombre que rún n,,ha podido comprendcr y gustar los v¡lores de l¡ vida, o el que se hrdecepcionado de ellos y se h¡ converlido €n pesim¡ta. Como el primitivo, anriguo o modcrno, qüe ef,cucntr¡ en la belleza ¡bstr¡ct¡ u¡.¡compensación ¡l sentimienco de inseguridad que experimenta anrc rlaspecto azaroso y cambiante de los {e¡ómenos de la ¡atu¡alcz¡.O como el hombre €ivilizado para cl cu¡l "únic¡mente como fc¡ómeDo estético pucde 'justificarsc' ecerDamente li existenci¡ y (lmundo" (Nietzsche). Pero la función s¡lv¡dor¡ del arte sc ext)li.rno sólo dentro de una ¡otunda negación de los v:'lores dc h vnl.'.Aun para los que no est¿n en desacuerdo con ella, el vivir i¡nplii.'una tensión del ser humano cuya voluntad c intcliscncir ricncr q,uesforzarse en I:s relacioncs práctic¡s, mor¡lcs, s€nrimcnt¡lcs, (t!¿'f'.1La vid¡ co¡idian¡ cs rrubrjo y uclrr. prcocuprciúrr y rrr¡uri.r, .,también rucin¡ y rburrinicnro. Iil podcr limimdo dcl h'n,l¡r, l.¡'¡cstriccio¡cs quc sc impon.D ¡ su cxirtcncir l, hrrcn sicrr¡re rrn "rins¡risfctho. I)c h rcnsi¡in ¡e li vi,l.¡ r¡¡r(,¡,¡., ne(1si,l;¡(l ¡1.,ls,.,r¡,,,

F[oro¡í^ DE LA v¡D^ ÁRritr¡c^ t2t

que el arte puede procufár con el libre jueSo de sus representacionesy, por otr¡ p¡rte, su posibilidid ilimitad¿ de ficción es capaz de darsatisfácción imaSinaria a las aspiracioncs de la voluncad no re¡lizad¡s.EI arte es l¡ revclación de un¡ v;dá cspiritual desconocida para todosrquellos hombres que no tienen Ia visión profunda y original delartista. L¡ realidad humana es transfigurada por la magir del arte,al mismo tiempo que ¡dquieren conciencia y plenitud aquellos aspectosprofundos que yacen dormidos bajo la capa de los inte¡eses cotidianos.El a¡te no es, pues, un lujo y una superfluidad, ni t¡mpoco una¡ctividad diverge¡te dc l¡ vid¡. El ¿rte sólo sc ¡parta de la vida paraelevarla y enriquecerh; hace volver a ella porque aclara su sentido.L¡ rcvel¡ción de la vida espiritual, Ia clevación y enriquecimiento desus v¡lores. no convie¡te¡ el arte e¡ ciencia o filosofi¡. El ¡r¡c realizaesta obra, no por medio dc conceptos, sino ¡ su modo, por medio deimágenes concretas. Va más ¿llá que le filosofia o h cienci:r, porq¡reno está sometido a l¡ norma dc 1os hechos reales y puedc moverselibremente en el plano de l¡ ficción. Tiene más poder sobre el hombreque los ideales abstractos de una doctrin¡ social, politic¿ o mo¡al,porque los valores que representa los propone en formas concret¡sy vivicntes que no € gen y m¡nd¡n. Su influencia en el hombreprovienc únic¡ment€ de la fuerz¿ ¡tractiv¡ dc la bclleza. En este

sentido el artc es un podcroso instrumento de cduoción por hsvirtudes form¡do¡¡s del hombre quc posee. El arte no es, pucs, sóloun recurso de salv¿ción. Es un desc¡nso y un consuclo, es libc¡¡ciónen ia ap¡riencii y revelación de h vida espirltual por un¿ incüiciónque no apela a l¡ ¡azón, sino ¡ la evide¡cia de los sentimientos. Eskotatsis de las pasiones y objeto prra colmrr aspiraciones insaris-fech¿s. El ar¡e es fr¡.rto de uq¡ c¡eación hum¡na, y ¡ su vez promueveI¿ c¡eación del hombre. Quizá por esro es una fuenre de dichr, porquesiemprc crea y recrea ¡l hombre.

El vcrdadero artist¡ es uno de los ejemplrres humanos de perso-nalidad más acusrda, y que debe al poder plástico del sentimientoá{tistico. El profundo sentido €stéti€o de llatón aspire a utilizar elideal de bellez¡ prm hrcer dcl hombre un¡ obra de arte. Se adviertccD sus rcflexiones sobre lo bello que la obra de arte Ie inceresa muypoco. Lo que le importa es la for¡nació¡ del hombrc. Como su con-ccpto de la it'sticii cs uDa cspecie dc armonia en las potencias del¡lmr, cl ¡;po dcl hombrc iusto coincide con l¡ idea de un alma bell¡.L¡ xrro¡¡lirhil irtisrie¡ rnlc como núclco un s€ntimiento esrérico¿c l.¡ vnli y .'1.,'n?.' su flLniru(i c'¡.'ndo cl irr¡m no cs ún¡c.¡Dcnrcirri\rr, \i,'¡' h¡rrl',r e¡ l.¡ .rrrr¡'li.r c,,rrr$rrcnin rlc h ¡.rhl, Ilay

t24

siempre u¡ra co¡lelació¡r enrre €l tipo dc la pe¡sonalidad, el estilo yla concepción del arte.

La ob¡a de arte una vez producida proclañ¡ su independencia yadqttier€ una ex¡tcncia propi¡ que sobrevive al autor. Por nedio del¡ obra de ¡rte algún fragmento de la re¡lidad es srtvado del flujodel tiempo. Un suceso del mundo real, un estado de ánimo, un mo,mento de l¡ vida o la tram¡ de toda ella, ctcétera, dej¡n de ser pere-ced€ros, cuando el arte los treslada ¿ un plano intcmporal. El especta-dot goza del ¿rte, eDtre otras cosas, porquc ticnc la inruició¡ de quclo allí representado ha vencido la desrrucción y la rnuerte y posccahor¿ un valor de eternidad. E¡ el hombre moderno el arte puedc scrun rcmcdio pa¡a ¡cenuar o curar su angustir metafísica ante la mdr.

lll arce es el velo de la maya que se ticnde sobre la re¿lidád plraconvcrtirl¡ €n ilusión, pero sin hacer perder la conciencia de esa rerli-dad. Prra lograr el lentimiento profundo del arte es indispensrblcmanccner un¡ nociótr cl¿r¡ de la dife¡cnci¡ entre ilusión y realidrd.Tod¡ confusión e €sre ¡espccro conducirá a desvirtuár l¡ verdadc.¡posi€ión cstética. La ci¡ye de lá d¡posic¡ón esc¿tica está en srber ncep,tar volunt¡ri¡mcnte este ju€go qüe h:rce sak¡r nuestros sentimienft,sde l¡ ¡ealid¡d a la ilusión y de l¡ ilusión ¡ I¡ realidád. En esre nor;-micnto de v¡ivén, de un punto al otro, radica l¡ escncia fenomcnol,;6ica del rne. Si imaginrmo: que csrc movimicnto se inrerrumpc p.rr.rfijar la concicncia en cualquiera de los dos puntos, el fe¡ómeno cr..tico qu€d¡ al instante ¡ulificado.

EL ARTE Y LA SOCIEDAD

Uno de los morivos que se rcpitcn co¡ frecuenci¿ en las páginas de

esÉ libro, es que el erte constitüye la liber¡ción de algo reprimidoen nu€stro e5piriru. E' c\ iJcnte que esi¡ jncerPrer¡ción no tienc n¡d¡que ve! con la docrina psicológica de Freud. De todos modos ¿quclla

teori¡ implic¡ que no¡malmente hay algo reprimido en el hombre.

Y entonces cabe pr€gu¡tar ¿qué cos¡ €s la qüe €scá rePrimid¡¡ La

r€spuestr ¿ €scr preguntr sólo puedc refcrirse a l¿ sitr¡ación hum¡n¡más genenl. Se puede afirmar que l¡ imagin¿ción y eI s€rtimientcestán teprimidos e¡ casi todos los sujecos, a causá d€ las perturb¡-ciones que estas actividades se supone que ocasion¡n ¡ h vida norm.l.Muchos deseos y aspiraciones ideales se encuentran reP¡imidos porque

no rienen c¡bida en l¿ vida re¡I, son incomParibles con ésr¡. Todo clcirculo de sentimienros. deseos, Sustos, ideas que constituyen nuestra

verdrderr personalidad, "el yo profundo", se encuentra tambi¿n re-primido porque, selro casos especialcs, no es un elcmento aprovechr-

blc cn l¡s ¡ccesidades p¡ácticas que, al concrario, ¡eclarnan la ;nter-vención del "yo social". Como se ve, las activid¡des r€priaidas en el

hombre no¡mal no son puras tendencias instintivas, sino activid¡dcsque sc orientrn ¿ fines superiores y que cxplican Por qué cl arte'

siendo un¡ liberació¡ de represiones, r€Prcsent¡, sin embarso, u¡3 fun-ción que ciende haci¡-lo ideal.

P.rra comprender la función profunda del arte en la vida human¡,es indispensable d¡rse cuent¡ dc l:r situación espiritual de1 individuodcn¡ro dc su €xistenci¡ en l¡ socied¡d. El cquilibrio social cxiSe

const.ntemente de los individuos ün sacrificio dc ciertas ¡ecesidadcs

c ;nrcreses propios que no encuentran ¡ceP(ición y acomodo entrcl¡s convcnienci¡s de la conduct¡ normal. Y no mc refiero sol¡menrc

r L,s im¡ulsos cgoistas que cl individuo sc vc obligado r contener por

norir,,s mor¡lcs o rimplcmcntc sociilcs. [x;stcn hmbién al lado de

¡rr¡cll,¡. otror impulsos cuye s.tisf¡cciitn pucdc cons;de¡¡¡se como

r,.rl.(r.¡nr.ntc ltgitinrr v ruo Jr rrln su¡crior r los dcnás' ¡cro,t,.,.t..,lr.',..r | '., ',.'.1' l', Lr.,,,r.¡ .ri''. ri,,',,,.l,rc trrrl r

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326)47

.ad¿ hombre. reducen considefableDe'te el círculo de la acción indi-vidual. Es el caso, po¡ ejemplo, del fenómeno llamado división deltrabajo, que conduce a una acrividad individual cada vez más esPe-

ci¡lizada. Est¡ siru¡cióD permite ¿ los i¡dividuos s¡tisfecer sus necc-sidades y prestar su cooper¡ción social mediante el ej€rcic;o de un¡sola ectividád aislada. Si esto representa para él una €norme ventii¡,puesto que sólo le exige una destreza parcial, en otro s€¡tido le d¡la impresión de ¡o vivir sino a medias, ya que otras potencialidades

suyas qucd¿¡r in¡ctiv¡s sin enco¡crar a qué ePlicarse. La vida ofrcccafortunadamente varios cer¡pos en que eI individuo puede compcn-sar esas limitaciones del espccialismo, para beneficio de su salud fisicry espiritual. P¡ecisame¡te entre estos campos se €ncuentr¡ el artc.

Lo que, en primer lu8rr, dejan ociosas en el sujcto las tendencies¡ivelador¡s de la vida social, son el conjunto de potencialidrdes quc

constituyen el núcleo de h personalidad individual. No es quc ilcmodo radical l¡ sociedad obstruccio¡e el desa¡¡ollo de la personnlichrl,puesto que ésta es uno de sus elementos consritutivos curndo clhs¿ manifiesta como un factor dirigente h¡cia Jines de utilid¡d colec-tiva, o cu¡ndo es productiva y creadora, Pcro fucr¡ de estos c¡so.,cuando la personalidad trat¡ de m¡nifestars€ pare satisfa€cr un¡volunrad de ¡firm¡ción individual en oposición r los tipos dc !;d.¡co¡¡ientes, e¡tonces aperecc como uD¡ {u€rz¡ antisoci¿I. Claro qüc€stas manif€sraciones de h personalidad sólo son en verdad anriv,ciales, si no of¡ece¡ unr superioridad sobre lo establecido y obedccc,túnic¡mente a un individualismo egoista. Ahora bien, la inquictud (¡c

la personalidad iuténtic¡ sólo cxiste €n aquellos individuos quc vnposeedores de un espíritu singular det que cllos se hacen más o mc,r,,'conscientes por gustos y prcferencias bien definidrs, modos dc ¡cn'tt,s¿Dtir o ¡ctuar distintos a los que se manifiestan en la mayorír rle l,rsujetos. El progreso de la c'-¡ltura tieDde en general ¡ f¡vonicr crt¡diversificación individu¡I. El fe¡ómeno debe considerarsc c"n¡,, i,rhc

rent€ ¡l desarrollo de la naturaleza human¡. En tanto ilre en cl

mundo vegetel y animal la vid¡ tiende a la uniformid¡d dc los tip,rsindividuales, puede decirse que los valores más cxclus¡v¡mcntc h!D)¡¡os tienden ¡ dife¡encia¡se en sus realizacioncs individu¡les. Sin cnbargo son estos valores humanos los que ticndcn r scr rhogados dc',tr,,de le vida social. E¡ efecro, l¡ personalidad es un facto¡ innccesrtn,parr la eliciencia de los trabajos que s€ dcsempcñ¡n en l¡s divcrs¡s¡amas de la acdvid¡d hum¡na, con excepción del tril,aio i¡,r.1(tual. Cuando hablamos de unr lcy social quc h¡cc inútil h inr.rvenció¡ dc l¡ person¡lidid hu¡¡¡n¡, no dcj.'nos {lc ltnsir (tu( (s.,

ley no es quizÍ i¡cxofrhlc, como succdc con l¡s lcycs ¡rrur¡lcs,sino s;mplemcrrc un .¡ecidcnrc bl*órico dcriyado de ltx deicctos dcnucs¡ra civil;zici(jn. I:n f,;ncip;o rc pucdc pe"srr cour posiblc un:orSrnización lociil ,tur, co¡jcr\¡nJo Jas rentaj:rs dc l:r phnificrciónracion¡l cn qu. cl (r.¡b¡jD r rcpi¡rc cn clpccialidádcs c¡dr rcz n,1sdctrll¡d¡s, oo conJurc¡ ¡ l¡ un;fornr¡ción mccánice dc Lx ind;r iduos,y pucda salvrr Jr¡s r¡lores cambi¡¡tes dcl hombre.

Pcro de hcch,', c¡ nucstr¡ ¡c¡lidrd rctual esos r¡lo¡cs hum¡nosqucdan sotcrndos l)ij(, l¡s nor¡¡¡s rígidas quc inrponc l¡r cstructur¡-ción m¡rc¡;il dc l.r ridr. La vrdad cs que h vida propia dcl rlmahumana no puetlc tcncr rmbicntc ¡rdccuado en qué cxprnsion:rscdcntro dcl ro¡o ¡¡rtcri¡l y prosaico dc le exntencia colidi¡na.

En trDto quc l¡ educació¡ y l¡ culrur¡ dendcr i cscimuhr l¡ipotenci¡lidrdcs viliosis dei hombrc, l¡ !id¡ práctica las dcjr inrcrivashasta <¡'c 1a prcpondcmncia de ios inrercscs rn¡tcri¡lcs hs nulific¡.Cuando sc h¡l¡la, pucs, dc represioncs cn cl hombre, no hay que pensarcxclusn'añenrc cn ci afá¡ de placcr (h l;bido de Frcud) o cn I¡s¡mbiciones de dominio y de pode., s;no trrnbién c¡ otñs potc¡ci¡lid¡dcs espiritualc' quc, por frlta dc oportunid¡des de l¡ vid¡ rc¡I, su-fren de un¡ parccidr inh;bición. Muchos individuos son ignorrntcsdc cst¡ situición quc padccen, otros más inteligenccs y más cr:ltossc h.cen co¡scicntcs de rquélla y iprrcce enronccs l¡ inconformid¡dcon la vjda. Sin clr)b¡r8o, en tcdos cxisre 1¿ nism¡ ins¡thl¡cciónaunque posecn divcrs.s posibilidrdcs dc resolverl¡.

Cu¡ndo un dcseo cs rcprimi¿o por un motivo cualquicra, la ima

8in¡ción se despicrt¡ p¡ra urdir c'ccnas fingidas que rcprcsentan las¡tisfacción dc aqucl deseo. En general, la imaginación trabrja cuandocl individuo ent¡¡ cn l¡ inacció¡, cu¡ndo l¡ tensión práctica sc relaja.Hay, por decirlo:rsi, una incompatibilidnd cntre ia acción y la im:-8úr¡ción. En el ¡nomento cn que cl hombre trabaja, su conciencia se

cncuentra ocupada con los objctos reales a que su acción se aplicay no qucdr espacio prra otri cos¿. Apenas el rrabaio s€ suspende yccsan las preocupaciones que con ésre sc ¡elacionan, queda la con,cicDc;i rac¡nte p¡ri que cn ella pueda volar la imaginación. Ya hemoscxpl;cido cD otr¡ pirtc, cómo en gencral se desconfir dc la imrgina,cirin como u¡ l¡cror directivo en l¡ co¡ducta práctica. Es que laim,rsinrcnin y h ¡cilidrd rparecen corno dos mundos cxtrrños el unorl (¡rro. Pcro dc t<¡los nodos son mundor fronterizos, porque donde

'ern,in.r l. rcil(lid rlli trn¡riczr h nnrsinici(h. h füncióD quc ést:r

¡1.!i"l,cn.¡ r\fi t,',1, 1,¡,1..rr,^ f.r,rirriJ,^ (s ¡recis.rm,rtc ofrcccr,,¡,., r.¡rúl.k(rr, ,,".,,1i".¡',, ,1,¡xl. ,,,,,\ ¡r,.il,l( .rlc.,nz.rr rll¡,e,,re

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el objeto dese¡do. Por lo que tiene de fantasia, el arte es capaz deproducir una acción semei¡nte, of¡eciéndooos en irn¡gen los valorcsde la perfección que nuestro espiritu lementa no encontr¡r en loshechos o en los se¡es re¡les qüc conoce. Estc a¡tificio estético es loque se ha denominado Ia idealización.

Desde el punto de vista de las reprcsiones el artist¡ opera como unaválvula de escápe que perrnite descargar las tensiones espirituales ori-ginadas por la vida colectiva. Así, por ejernplo, los intcreses de ungrupo dominante imponen la censura para hablar de la verdad poiiticro soci¡I, en circunst¡ncias determin¡d¡s de la historia de un pais. Talsiruación determina la acumulació¡ de pasiones qüe ¡n¡ntienen leinquietud y el descontcnto popular. En cstos momentos un drám¡-tur8o, un nov€lüta, un poeta, pueden corve¡tirse en los Poft¡vocesdcl sentimiento colectivo y d€scárg¿r sus tc¡siones cuárdo tie¡en laprofundidad de visión y el v¡lor de descorrcr públicamente el veloque ocultaba la verdad.

En conclusión, sólo puede calificarse el ¡rre de i¡útil cu¿ndo se

concibe la vid¡ reducid¡ al m¡rco estrecho de los;nt€reses pr¿cti€os.Por muy {undamentales que éstos sean, lo cierto es que el hombre noqr:eda srtisfecho cuando ha logrado darlcs satisfacción y siemprerspira a rebasar el ámbito de su mera existencia m¡terial. Es así comotodos los pucblos, gr¡ndes o pequeños, pobre o ricos, primitivos ociviliz¡dos, pos€en su arte y no podrían p?sers€ sin é1. Si im¿ginár¡-mos, po! ur momeDtoJ que el arte desapareciera de la faz del planeta,si no hubiera ni poesia, ni música, ni pinture, si no fuera posible ya

orn:¡menr¡r nuesrr¡s cis3s, dar lormas y colores que hicieran gr:tos¡ l¡ vista Ios obietos de uso y lás cosás que nos rode¡¡, l¡ vida se

veria tr¡te y dcsolda, porque faltaria uao de los elementos eseociales

a nuestr¡ felicidad. La necesidad que los hombres sienten Po¡ el arte,dcmuestra que su existencia debe conc€birse con mayo¡ amplitud,incluycndo en ella como part€ inseparable y eseDci¡l, la actividad delespiritu qu€ cs la quc da a la vida su dignidad y vrlor. Cualquierrque sea la condición y el ¡ivel de l¿ vid¡ de un hombre, el ¿rte siem-pre la ennoblecc y 1^

^legra; por eso co¡stituye un¡ r¡aín de vivir.