artesanías y cooperación en américa latina y el caribe

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  • CULTURA SOCIEDAD DESARROLLO

    ARTESANAS

    Y COOPERACIN

    EN AMRICA LATINA Y EL CARIBE

    Ins G. Chamorro

    2006

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  • CULTURA SOCIEDAD DESARROLLO

    ARTESANAS

    Y COOPERACIN

    EN AMRICA LATINA Y EL CARIBE

    PROGRAMA DE LA OEA (1969-1989)

    ESPAA COLOMBIA UNESCO OTRAS REFERENCIAS

    Ins G. Chamorro

    2006

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  • Centro Interamericanode Artesanas y Artes Populares -CIDAP-P.O. BOX 01.01.1943E-mail: [email protected] Miguel 3-23 (La Escalinata) y Paseo 3 de NoviembreTelfonos: (593-7) 2840919 / 2829451 / Fax 2831450

    Edicin, Diciembre de 2006

    ISBN: 978-9978-85-025-1Impreso en Grficas Hernndez Telf. 2860688

    Textos: Ins G. ChamorroDiagramacin: Jessy Pazos M.Fotografas: Archivo del CIDAP

    Ins Chamorro y varios

    Chamorro Ins G.Artesanas y Cooperacin en Amrica Latina y el Caribe: Programa de la OEA (1969-1989) / Ins G. Chamorro - Cuenca: Cidap, 2006248 p.: il.Incluye ndice y anexo.ISBN: 978-9978-85-025-1

    1.- ARTESANAS-COOPERACIN 2.- COOPERACIN EN ARTESANAS 3.- OEA I. Ttulo

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  • En trminos de percepcin de los hechos, cada individuo construye su historia

    en la manera en que, incluso el estado emocional, lo condiciona en su calidad de actor u observador.

    Esta es mi historia. Ins G. Chamorro

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  • PRESENTACIN

    Detrs de cada institucin hay un conjunto de ideasque las concibieron y anticiparon, igual se puede decir deprogramas y proyectos. Del dicho al hecho hay muchotrecho reza un viejo refrn y la vida nos muestra que unimportante nmero de ideas se mantienen como tales yse deterioran hasta desaparecer ante el poder desgas-tante del tiempo. Las ideas avanzan y cobran cuerpo enproyectos consistentes en programaciones ms concretaspara que se tornen realidades; es tambin notable elnmero de proyectos que duermen, acosados por el polvoy a veces las polillas, en archivos. En otros casos losproyectos se transforman en realidades condicionadas porla capacidad y el talante de las personas que las ejecutanmediante un complicado engranaje de pasos y gestionescuya importancia es difcil evaluar, considerando que,para cada uno de los responsables, lo suyo es esencial,aunque para otros se trate de pasos intrascendentes queobstaculizan las realizaciones previstas. Me viene a lamemoria los versos de Campoamor: En este mundotraidor/ Nada es verdad ni mentira/ Todo es cuestin delcolor/ Del cristal con que se mira.

    Las ideas cambian a lo largo del tiempo y, en buenamedida, las realizaciones se cristalizan segn la prioridadque tengan el complejo universo de percepciones y va-lores en que se encuentren. Para Jos Ortega y Gassetsera la circunstancia entendida como el entorno cultu-

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  • ral en el sentido antropolgico del trmino que estruc-tura a las personas y colectividades segn su clebrefrase: Yo soy yo y mi circunstancia. El libro de InsChamorro aborda la problemtica artesanal segn lascondiciones de apenas avanzada la segunda mitad delsiglo XX.

    Como alternativa a la capacidad de razonar homosapiens se ha propuesto para establecer la diferenciaentre el ser humano y los dems integrantes del reinoanimal la capacidad de elaborar en forma sistemticaobjetos, innovarlos y transmitir estos saberes de ge-neracin a generacin homo habilis; objetos de piedrarudimentarios modificados por los homnidos se encuen-tran junto a sus osamentas ms antiguas. Si partimos deeste enfoque no se exagera al afirmar que la especie dela que formamos parte hizo presencia en la tierra comoartesana, es decir elaborando objetos con una finalidadpreviamente establecida en su mente. Los avances de lacivilizacin han estado estrechamente vinculados a losprogresos en la elaboracin de objetos para satisfacernecesidades de mejor manera y para expresar belleza.Las transformaciones de los materiales y la estructuracinde formas con finalidades tenan el control total del serhumano que recurra a herramientas y maquinarias bsi-cas como auxiliares, lo que es una peculiaridad no dis-cutible en las artesanas.

    Los enormes saltos tecnolgicos de la RevolucinIndustrial cambiaron el panorama productivo con la con-siguiente exaltacin y desprecio a los procesos indus-triales y artesanales. Se anunciaba, con arrogancia, quelas artesanas estaban condenadas a desaparecer ante elarrollador avance de las mquinas. La excesiva valoracina los productos industriales, a su homogeneidad y pre-cisin, llev a que se difunda la idea de que las artesanasestaban constituidas por objetos de segunda categora.Recuerdo en mi infancia que, al polemizar con dureza dos

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  • poetas, el uno le llam al otro artesano del verso alu-diendo a lo que l consideraba poesa de mala calidad.Aplicar el calificativo artesanal a cualquier forma derealizacin humana implicaba cuestionar su calidad frentea lo salido de la mquina que, a priori, se considerabasuperior.

    El arte, por otra parte, se contrapuso a la uniformidadde la produccin en serie y a los objetos masivamenteproducidos, hurfanos de originalidad. Si la funcin de laobra de arte se agota en expresar belleza o intensificaremociones para deleite del contemplador, tiene queprovenir de una creatividad individual en la que la origi-nalidad es esencial a su condicin. La copia o la produc-cin en serie no tienen cabida en este universo y el artistase considera un ser excepcionalmente dotado que,adems de poner de manifiesto sus virtudes en sus obras,con frecuencia expresaban su condicin en actitudes yformas de vida diferente a veces contradictorias a lasdel orden establecido, llegando a extravagancias cuestio-nables. En tiempos anteriores a la industria, las artesa-nas tenan por objeto, a la vez que satisfacer necesidadesutilitarias, portar alguna forma de belleza manifestada enformas, colores, texturas, etc. Las fronteras con el arte ono existan o eran demasiado difusas y con gran frecuen-cia los artistas pintores eran considerados artesanos. Laradicalizacin entre lo til y lo bello, entre el productoindustrial y la obra de arte, dej a las artesanas en unatierra de nadie pues sus productos no tenan la precisinde lo industrial, ni la fuerza esttica excluyente de loartstico.

    Debi transcurrir algn tiempo para que esta contra-posicin excluyente se cuestione y, en cierta medidasupere. Si predomina la idea de que cultura se limita a locultivado, es legtimo hablar de gente culta e inculta y, porextensin, de colectividades con estas categoras. Eldesarrollo de la Antropologa cultural que se inici como

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  • disciplina cientfica avanzada la segunda mitad del sigloXIX y su enfoque de cultura como condicin propia delser humano que organiza su comportamiento colectivo eindividual rigindose a creencias y pautas de conducta porl creadas, elimina la separacin entre culto e inculto yresalta la diversidad de culturas como consecuencia de lacapacidad creativa humana; posibilita el nacimiento ydesarrollo del concepto cultura popular como contrapues-to a elitista y enfatiza en la identidad como elementoscreados por el ser humano que diferencian a un conglo-merado humano de otros.

    La Organizacin de Estados Americanos, que en untiempo daba importancia al fomento y desarrollo de lacultura de los pases como un medio para robustecer suintegracin; percibe en la dcada de los 70 la importanciade la cultura popular con el tradicional nombre de Folklorey en 1970 elabora y da a publicidad la Carta del FolkloreAmericano y luego en 1973 la Carta Interamericana delas Artesanas y las Artes Populares. Arranca, desde laOEA, un largo y consistente proceso en el que haba quevencer resistencias de personas que se negaban a acep-tar las artesanas y expresiones populares como parte dela cultura o que, celosamente, guardaban sus preferen-cias por las artes visuales y la msica elitistas, con eltemor de que esta nueva concepcin les quite espacio.

    Ins Chamorro fue testigo actuante de este complejoproceso al haber asumido responsabilidades en su de-sarrollo y haber vivido en carne propia los deleites y frus-traciones que todo proyecto conlleva. Este libro se refierea los avatares, los trabajos y los das de la cultura popu-lar de alguna manera reconocida y alentada por la OEA yotras instituciones. Inicia Ins este libro con esta frase:

    En trminos de percepcin de los hechos, cada indi-viduo construye su historia en la manera en que, inclusoel estado emocional, lo condiciona en su calidad de actory observador. Esta es mi historia.

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  • Hermosa historia!. Ms all de la cronologa y el re-gistro de los hechos aflora el gran amor que Ins tiene porlas artesanas y la cultura popular en general. Si tratamosde acercarnos a la felicidad, es muy importante amaraquello que se debe hacer, aadiendo a la remuneracineconmica de un trabajo el salario sicolgico de la satis-faccin de hacerlo. A lo largo de las pginas nos vivifica elcalor emocional y nos distienden las ancdotas que mati-zan al libro.

    Claudio Malo Gonzlez

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    AGRADECIMIENTOS

    El presente trabajo cuenta con distintos aportes.Obviamente doy mi reconocimiento a los artesanos queson su origen y esencia. Sealo luego, a las personas queme dieron su tiempo y su palabra en las entrevistas rea-lizadas para el proyecto sobre Cultura y Desarrollo, quedetallo en el anexo, y que fueron una de las bases paraeste libro. La transcripcin estuvo a cargo de CeciliaGarca de Gonzlez y de Cecilia Simonetta Barreto, enBogot, y de Dianna Swenness en Washington, DC.Igualmente obtuve informacin en las fuentes documen-tales consultadas: el Centro Interamericano de Artesanasy Artes Populares (CIDAP), de Cuenca, Ecuador, y elCentro de Documentacin (CENDAR) de Artesanas deColombia, S.A.

    Mis especiales agradecimientos a Claudio MaloGonzlez, Director Ejecutivo del CIDAP, por incluir estaobra en el programa de publicaciones de la institucin,por darme apoyo tcnico y operativo, as como parte delfinanciamiento en la produccin del libro. Gracias al per-sonal tcnico y administrativo del CIDAP por su asistenciaen la revisin, impresin y distribucin, especialmente aMara Leonor Aguilar de Tamariz, Subdirectora dePromocin Artesanal, a Alicia Dvila de Mera, a cargo dela produccin de publicaciones, a Marlene Albarracn,

  • Subdirectora Administrativa-Financiera, y a Farah Alva-rado, Asistente de la Direccin.

    Mi gratitud a Jessy Pazos por su magnfico trabajo enel diseo y diagramacin del texto, y por sus acertadassugerencias.

    Para publicar estas memorias, adems, cont con elestmulo y apoyo de Mara Elena y Bert Schacknies, alcreer en la importancia y difusin de las experiencias enel desarrollo de las artesanas y las artes populares enAmrica Latina y el Caribe, tal como lo sealan los obje-tivos de Cultura International, asociacin dedicada aapoyar la preservacin de los legados culturales, de lacual ellos son sus fundadores y promotores.

    Finalmente, agradezco a mis hermanas Juliana deRuiz, Katy Chamorro y Marina Swenness, por su pacien-cia y ayuda en las distintas sedes y movimientos quetuvieron los materiales durante los aos de preparacindel manuscrito.

    La Autora

    Cape Coral, FloridaNoviembre de 2006

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  • DEDICATORIA

    A mis padres Florentino Alfonso Chamorro y Mara Evangelina Lpez,

    los primeros artesanos que conoc, y A mis hermanos Alicia, Cecilia, Olga, Arturo,

    Juliana, Marina y Katy

    A los artesanos y dems personas e instituciones que hacen posible

    el desarrollo de la artesana en las Amricas.

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    NOTA PRELIMINAR

    Este trabajo intenta consignar mis memorias sobreel desarrollo de la artesana y las artes populares, porcuanto considero que las experiencias personales e insti-tucionales en un perodo determinado, son parte de losprocesos culturales y sociales de Amrica Latina y elCaribe. Lejos de ser un estudio acadmico dentro de loscnones de las ciencias sociales y de la narrativa literaria,pretendo una descripcin que sea tan amena al lectorcomo ha sido para m escribirla.

    La caracterstica ms importante de este libro, con-siste en resaltar la contribucin de personas concretas yreales, dar un sentido humano a la trayectoria de unhecho que existi en un tiempo determinado, del cual noexiste registro en la institucin. Intento, por tanto,describir aqu la vida del que podra considerarse un fen-meno, como lo fue el Programa de Artesanas de la OEA,dado el carcter poltico de la Organizacin. Y lo llamofenmeno, porque es un ejemplo de la solidaridad gener-ada por muchos grupos sociales, en pocas de as-censo ydescenso de la cooperacin tcnica que le corres-pondiimpulsar a la OEA. Era una asistencia vertical a los pasesdel Tercer Mundo, siguiendo la filosofa del de- sarrolloeconomicista impuesta por las agencias de financiamien-to despus de la segunda guerra mundial. Como paria de

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    ese movimiento en la OEA nace al margen, la experienciaque nos ocupa aqu, sobre cooperacin horizontal quecubre intensos veinte aos de trabajo (1969-1989). Enella intervienen y en efecto son el origen, los artesanos delas Amricas junto con especialistas en este campo pro-ductivo y entidades oficiales y no gubernamentales detodo el continente.

    Siguiendo el sentido de dar prelacin al productor yluego a su obra, pretendo adems, enriquecer esteescrito, sealando a algunos promotores del desarrolloartesanal en Amrica Latina y el Caribe, de la CooperacinEspaola, de la UNESCO, y otras breves referencias.Hablar tambin, de una trayectoria en el pas que esmodelo de aprovechamiento y participacin en la coo-peracin para el desarrollo de la artesana. Ese esColombia, mi origen y mis races.

    El mbito geogrfico de este trabajo es Amrica Latinay el Caribe y cubre 20 aos de acciones sistemticas delPrograma de la OEA, con algunas libertades ms all deesas fechas, en los casos de Espaa, Colombia y laUNESCO, y quizs me extienda al presente siglo. Comomtodo, en primer lugar utilic la historia oral con entre-vistas en diez pases a personas del rea cultural conquienes me asoci durante la realizacin de distintosproyectos a mi cargo en la OEA (1962-1989); y entre lasfuentes documentales cito los archivos especializados deEcuador y Colombia, as como materiales suministradospor Espaa y la UNESCO.

    Otro motivo para escribir mis experiencias en uncampo tan complejo por sus vertientes cultural, artstica,histrica, cientfica y tecnolgica, econmica y social quese conjugan en la artesana, es contribuir a sensibilizar apersonas y organismos nacionales e internacionales queintervienen actualmente en la cooperacin para el de-sarrollo del quehacer artesanal. Es necesario sistematizar

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    los procesos tanto tcnicos como polticos e institu-cionales, a fin de consolidar una industria artesanaldinmica, con posicionamiento en los programasnacionales de desarrollo y con acceso a mercados mssofisticados y competitivos de la economa global.

    Es no solo importante sino ms urgente ahora, tomarlas medidas necesarias para mejorar la calidad de vida dela poblacin productora, contribuyendo as a evitar la fugade la memoria del hacer artesanal y de las tradiciones delos pueblos de la regin, y aminorar, por tanto, la prdidairreversible del producto-y-productor en los movimien-tos migratorios planetarios.

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  • INTRODUCCIN

    Ingres a la OEA en 1962 por invitacin de GuillermoEspinosa Grau, entonces Jefe de la Divisin de Msica,dependencia que exista desde 1955 y tuvo su poca deoro gracias a este maestro cartagenero. l fue un geniopara movilizar los mecanismos internos de laOrganizacin y crear estructuras externas paralelas, quele permitan operar con cierta libertad. A una de esaespecie de sombrillas, la llam, Consejo Interamericanode Msica (CIDEM). Otra, fueron los FestivalesInteramericanos de Msica de Washington, DC.Involucr en ellas a cuanto personaje intervena en orga-nizacin, educacin, creacin e interpretacin, en todoslos parmetros posibles a nivel personal y de conjuntos,instituciones, incluyendo la investigacin musicolgica.No exclua por supuesto a los mecenas de todo el conti-nente, que generosamente patrocinaron tantos eventos yapoyaron la carrera artstica de numerosos talentos de lasAmricas, abrindoles tambin las puertas de Europa.Otra de sus grandes visiones fue, crear centros especia-lizados en los pases, bajo la responsabilidad financiera destos, que enlazados por una cadena de mstica, permitala unin de muchas mentes y voluntades para hacercosas. Ms tarde, el formato de estos centros, fue segui-do para toda el rea de cultura. Despus de doce aos deescuela con el maestro Espinosa, a su retiro, decidaceptar un desafo: trabajar por la cultura popular.

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    En 1969 y 1970 se haba aprobado la nueva estructurade la OEA. Bajo la tambin nueva Secretara Ejecutivapara la Educacin, la Ciencia y la Tecnologa, y la Cultura,se creaban tres grandes programas de cooperacin tcni-ca, llamados PROGRAMAS REGIONALES: DE DESARRO-LLO EDUCATIVO (PREDE); DE DESARROLLO CIENTIFICOY TECNOLOGICO (PRDCYT); y DE DESARROLLO CULTU-RAL (PRDC). Los dos primeros Programas se encargarona los Departamentos administrativos, el de AsuntosEducativos y el de Asuntos Cientficos y Tecnolgicos,igualmente establecidos al efecto. La estructura delDepartamento de Asuntos Culturales, que haba tenidobajo su tuicin a las reas mencionadas, quedaba consti-tuido ahora por diversas unidades tcnicas (artesvisuales, msica, filosofa y letras, bibliotecas y archivos,y la Revista Amricas, que operaban desde haca muchosaos, y una muy reciente, la de patrimonio monumental,histrico y artstico), y se creaba la Unidad Tcnica deDefensa y Promocin del Folklore y la Artesana. Todas lasdependencias llamadas tradicionales deban adaptarse auna forma distinta de trabajo, o sea la cooperacin tc-nica. La nueva Unidad tena la ventaja de empezar decero en esos aspectos operativos, aunque literalmente eracasi as porque careca de personal y de presupuesto. Esde aclarar que el Proyecto de Folklore operaba adscrito ala Divisin de Msica desde haca muchos aos, y slodeba trasladarse a la nueva Unidad. El PREDE y elPRDCYT, recibieron asignaciones de unas nuevas cuentasvoluntarias, de las que se excluy al PRDC. Por tanto, elDepartamento de Cultura que haba sido padre y madreen la antigua estructura de la OEA, era ahora un viejitoarrimado, sin no pocos intentos para eliminarlo (lo queeventualmente ocurri), dejado a su suerte. Como lanecesidad es madre de la invencin, ah naci la expe-riencia ms increble para el Programa de Cultura que, deCenicienta desposeda, pas a ser una dama digna consus propios mritos de lucha y tezn, y eventualmente,recursos. El caso de la artesana era diferente, era la hijade la Cenicienta.

  • El relato que sigue a continuacin en cuanto alPrograma de Artesana, se ubica en los aos de oro de lacooperacin tcnica a cargo de la OEA (1969-1989), queluego, como los Programas Regionales y los Departa-mentos mencionados arriba, tambin fue digno de pe-recer. Sin embargo, las semillas sembradas aqu y all,germinaron y, estoy segura, contribuyeron a otras orga-nizaciones que igualmente han comprendido las posi-bilidades maravillosas de la artesana en el desarrollosustentable.

    El contenido se presenta en dos secciones o expe-riencias en las que he participado, y sealadas a conti-nuacin. Ellas son partes importantes del gran panoramade cooperacin para el desarrollo de la artesana deAmrica Latina y el Caribe, que naturalmente incluyeotros programas patrocinados por distintos organismosnacionales e internacionales:

    I) Programa de Artesanas de la OEAII)Referencias a:

    Cooperacin EspaolaColombiaUNESCOOtras referencias

    El Programa de la OEA tendr varios captulos. Elprimero se referir al marco institucional en el que se daesta experiencia, con un mnimo de citas a mandatospolticos del Sistema Interamericano, o sea la OEA, a losque de todos modos debamos ceirnos, pero no necesa-rios para el propsito de este escrito. El segundo captulotrata del proceso seguido en los campos tcnico-polticoshasta lograr la institucionalizacin del Programa deFolklore y Artesanas como tal. En los dos captulos si-guientes describo las etapas de accin que tuvo elPrograma: 1972-1976 y 1977-1989. El quinto, como unproducto del mismo Programa, se refiere a una rica e

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  • interesante experiencia de rompimiento de barreras hacialograr bases para una educacin propia en Amrica Latinay el Caribe, consolidada en el establecimiento de unproyecto especfico sobre cultura popular y educacin.El sexto captulo dedicado al Ao Interamericano de lasArtesanas (1982-1983), trata de la ms grande expe-riencia en cuanto a aunar las bases de la cooperacin parael desarrollo de la artesana: los artesanos, los especialis-tas y los funcionarios de los programas nacionales conrepresentantes de los organismos de financiamiento. Elcaptulo siete habla de las bases tcnico-polticas delPrograma, cul fue la Carta Interamericana de la Arte-sana y las Artes Populares (1973) y de otros lineamien-tos. Los captulos ocho y nueve incluyen diversas consi-deraciones sobre la red de cooperacin que tena elPrograma de Artesanas de la OEA, y sobre evaluacin,obstculos y dificultades dentro del entorno de una insti-tucin poltica por excelencia.

    En la seccin II el nfasis ser destacar el aporte depersonalidades que considero merecen mi reconocimien-to por la labor que desarrollaron y continan trabajandoen favor de los artesanos de Amrica Latina y el Caribe.Obviamente, el marco de referencia ser su propia ac-tuacin y al hacerlo, tocar necesariamente algunosaspectos de los respectivos campos de sus programas.

    Completa el contenido un anexo, que es el listado delas entrevistas que realic. En algunos captulos incluyopartes especficas de algunas de ellas, pero por su exten-sin y riqueza de datos no solo en el tema de las arte-sanas y artes populares sino en otros campos que cubriel Programa Regional de Desarrollo Cultural de la OEA, mepropongo trabajar en otro documento algn da, porqueen realidad esa es la historia contada por los filsofos dela cultura, ya que ellos forman parte de los actores deldesarrollo de Amrica Latina y el Caribe.

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  • CONTENIDO

    ARTESANAS Y COOPERACIN EN AMRICA LATINA Y EL CARIBEPrograma de la OEA (1969-1989)ESPAA COLOMBIA UNESCO

    OTRAS REFERENCIAS

    Presentacin 7Agradecimientos 13Dedicatoria 15Nota Preliminar 17Introduccin 21Contenido 25

    SECCIN I. PROGRAMA DE ARTESANAS DE LA OEA (1969-1990) 27UNO. La OEA contexto institucional para el Pro-grama de Artesanas 29DOS. Institucionalizacin de la artesana para un programa interamericano 41TRES.Primeros aos del Programa de Artesanas (1972-1976) 53CUATRO. Segunda etapa del Programa de Artesa-nas (1977-1989) 75CINCO. Cultura Popular y Educacin 95SEIS. El Ao Interamericano de las Artesanas (1982-1983) 123

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  • SIETE. La Carta Interamericana y otros linea-mientos 143OCHO. Consideraciones adicionales sobre la coo-peracin tcnica 153NUEVE. Evaluaciones, obstculos y dificultades 183

    SECCIN II. REFERENCIAS 193DIEZ. Programa Iberoamericano de Cooperacin en Artesana (19842005) 195ONCE. Una experiencia en Colombia (1950-2006) 211DOCE. Plan de Accin Decenal para el Desarrollo de la Artesana en el Mundo (1989-1999y conti-nuacin) 225TRECE. Otras referencias 231

    ANEXO. Entrevistas y otros aportes 241

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  • SECCIN I

    PROGRAMA DE ARTESANAS DE LA OEA

    (1969-1990)

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  • CAPTULO UNO

    EL CONTEXTO INSTITUCIONAL PARA EL PROGRAMA DE ARTESANAS

    La OEA

    Una institucin no es sino un concepto abstracto, som-bra y extensin de las personas que la componen,observ un sabio.

    Me encontraba en Bogot en abril de 1998 y coincidcon el quincuagsimo aniversario de la Carta de la OEA,suscrita el 30 de abril de 1948, precisamente en esa ciu-dad. Cre entonces haber encontrado el punto de partidapara este sensible captulo, porque hablar de la OEA escomo referirse a algo abstracto, puesto que todos lospueblos americanos pertenecen a la OEA, y en un sentidomacro, somos esta Organizacin. En uno u otro momen-to, su intervencin nos ha tocado directa o indirec-tamente y siempre hemos visto, por lo menos en los per-idicos, mencionar algo sobre la OEA. Con frecuencia secita la frase del presidente colombiano Alberto LlerasCamargo (Secretario General, 1948-1954). La OEA es loque los pases quieren que sea. Otros, han sugerido que

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  • la OEA es una incubadora que alimentara a un hombreilustre, quizs el gran lder para la defensa de los intere-ses de Amrica Latina. Otros han ido ms all, diciendoque la OEA es un lugar de exilio de los polticos lati-noamericanos, y que su existencia es necesaria porque serequiere algo para echarle la culpa de los erroreslocales. Y quizs ms all todava, como le en una revistanorteamericana en la que publicaba una lista de boreorganizations entre las que se encontraba la OEA. Elnombre de la OEA parece tener una connotacin peyora-tiva y por tanto la asociacin con esta institucin secamufla de alguna manera. Aqu algunos ejemplos: unprofesional favorecido con una beca sustantiva de hastados aos de duracin, seala en su curriculum querealiz estudios en tal o cual institucin sin mencionar quelos hizo con una beca de la OEA; igualmente, un ex-funcionario dice solo que trabaj en una organizacininternacional; o un compositor que recibi una comisinpara uno de los festivales interamericanos de msica dela OEA, dice en las notas de programa, que su obra seestren en el Kennedy Center de Washington. Muchosfuncionarios padecen dentro de la OEA, como mrtires ya veces hasta el suicidio (en mi tiempo ocurrieronalgunos), mientras tambin, sufren muchsimo ms fuerade ella. Lo cierto es que esta misma OEA, que ha causa-do tantos sinsabores, desilusiones y tristezas, ha con-tribuido a llevar esperanza a la sociedad civil y ha sido unvalioso instrumento de conexin para esos propsitos. LaOEA que me toc vivir, gracias a la cooperacin tcnicaque floreca en los aos sesentas, quizs no vuelva arepetirse, ya que fue el canal para la mayor relacin decooperacin entre los Estados Unidos y Amrica Latina,como fue la Alianza para el Progreso. Como todos losorganismos vivos, a travs de los tiempos, ha sido sus-ceptible de muchas cirugas que cercenaron varios deesos canales, como fue el caso con el desaparecidoDepartamento de Cultura.

    Sealo, adems, como una dificultad institucional para

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    los objetivos de impulsar la cooperacin horizontal en laregin, que el Programa de Artesanas, se da en laspocas de la guerra fra y, por tanto, en ciertos pases alos funcionarios de la OEA se nos consideraba elementospeligrosos, en unos por presumir que ramos represen-tantes de la CIA y en otros con dictaduras de derecha,ramos igualmente peligrosos, por proceder de un pascon sistema democrtico.

    Colombia y la OEA

    Al describir la experiencia de la OEA en el campo delas artesanas, encuentro que Colombia tiene con estaentidad una significativa relacin en sus procesos institu-cionales. No solo por ser Alberto Lleras el primerSecretario General de la OEA, sino en la gestacin de lasideas, en la conformacin de su estructura y en las dis-tintas modificaciones en el espritu y accin. Al efecto,transcribo parte de un escrito del argentino Juan CarlosTorchia-Estrada, mi ltimo jefe y director del Departa-mento de Asuntos Culturales en 1989, sobre El LatinoAmericanismo de Torres Caicedo y los orgenes de la OEA.Torres Caicedo, abogado colombiano nacido en 1830,escritor dedicado a la poesa y al periodismo, pas granparte de su vida en Pars siendo esta ciudad una tribunade resonancia para dar a conocer y exaltar los valores dela Amrica espaola. Fue un predicador incansable de launin de las repblicas latinoamericanas. Es ms, segnel historiador uruguayo Arturo Ardao, Torres Caicedo fueel primero en emplear el nombre hoy habitual de AmricaLatina, formalmente como nombre compuesto, porquesin duda el calificativo de latina se haba utilizado antes,por l y otros, especialmente en Francia, para hablar deuna Europa Latina y de una Amrica con el mismo cali-ficativo, ambas herederas de Roma. Eran los tiempos enque se hablaba de razas con un sentido ms cultural queantropolgico, y la raza latina adems de distinguirse de

  • la raza eslava, se contrapona marcadamente a la razasajona, representada principalmente por Estados Unidos.La expansin de este pas a expensas de Mxico y lagrotesca aventura del filibustero William Walker, que llega instalarse como presidente de Nicaragua, se vean comouna amenaza, y se tema una continuada marcha hacia elSur. Torres Caicedo, como en otros intelectuales his-panoamericanos que lo adoptaron, el nombre de AmricaLatina, tena un sentido defensivo. El bautismo supona lacreencia de una identidad amenazada. Torres Caicedopropuso la constitucin de una Liga Latino-Americana yredact sus bases. Luego fue el primer presidente de unaSociedad de la Unin Latinoamericana, creada en Parsen 1879. Cuando se enter de que se preparaba enWashington una reunin de los gobiernos americanos conel fin de constituir una entidad que reuniera a todo elhemisferio, Torres Caicedo expres: El Congreso de lasdos Amricas en Washington sera un error poltico ydiplomtico de los latinoamericanos. El error sigui ade-lante y no es difcil comprender que su constitucin fueraun duro golpe para el viejo luchador latinoamericanista.Simblicamente, Torres Caicedo mora en 1889, el mismoao del Congreso de Washington. Muchos otros grandespensadores latinoamericanos que antecedieron a Bolvar,expresaron tambin ideas de union latinoamericana .1

    La OEA, institucin en constante evolucin yadaptacin, responde a las aspiraciones de Bolvar, detener una Liga de Naciones de Amrica Latina, que encomunidad pudieran dialogar con los Estados Unidos. Esen realidad la organizacin internacional ms antigua delmundo, en cuyo seno se han gestado otras institucionescomo el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organiza-cin Panamericana de la Salud (regional de la Mundial), el

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    1 AROAS informa, Boletn de la Asociacin de Retirados de laOEA, julio 2002.

  • Colegio Interamericano de Defensa, la Comisin Intera-mericana de Mujeres en Washington DC. Tambin, elInstituto Indigenista Interamericano y el InstitutoPanamericano de Geografa e Historia en Mxico; elInstituto Interamericano del Nio en Uruguay, entreotros.

    Como prembulo a la celebracin de las bodas de orode la Carta actual de la OEA, tuve ocasin de asistir a unareunin que con gran lujo en todo sentido, convoc elSecretario General Csar Gaviria, otro colombiano, en1998. Se llam Conferencia de las Amricas y el 5 y 6de marzo fuimos invitados a un encuentro con sietePremios Nobel, cuatro expresidentes latinoamericanos,dos exprimeras ministras del Caribe, muchos ministros deestado, incluyendo la canciller norteamericana, directoresdel Banco Mundial y del Banco Interamericano deDesarrollo, representantes de organismos financieros y deuna gran variedad de agencias nacionales e interna-cionales sobre el ambiente, la ciencia y la tecnologa.Tambin, estaba la plana mayor de la Secretara Generaly entre los exfuncionarios, se hallaban un secretario ge-neral y varios secretarios adjuntos, y unos pocos comoyo. La Conferencia trat cinco temas alrededor de laGlobalizacin y el Comercio en el Siglo XXI: el ALCA, laeducacin, la democracia y los derechos humanos, eldesarrollo sostenible, la pobreza y el ambiente, lapobreza. La cultura, a cargo del humanista mexicanoCarlos Fuentes, fue el tema de exposicin en uno de losalmuerzos ofrecidos durante el programa.

    Como he mencionado, quiso mi suerte que estuvieratambin presente en Bogot, cuando la OEA en pleno,Secretario General y delegaciones con algunos presi-dentes, muchos cancilleres y otros funcionarios de los 34Estados miembros (menos Cuba), se trasladaron aColombia a celebrar las bodas de oro de la entidad. Sereunieron en el Gimnasio Moderno, un colegio donde se

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  • suscribi la Carta. Pude entonces leer de primera manomuchos testimonios de personas que participaron en elevento que dio formacin a la Organizacin como OEA,aun cuando en protocolos de aos posteriores se hicieronmodificaciones a este instrumento, tales como la sustitu-cin del nombre de Unin Panamericana, por el deSecretara General de la OEA, entre otras.

    La Carta Constitutiva de la OEA

    Del interesante artculo de Jos Joaqun Gori Leiva,Secretario General de la IX Conferencia Panamericana, dela cual provino la actual Organizacin de los EstadosAmericanos, presento un extracto, que habla de la versinoficial del evento conmemorado.2

    Cuando Colombia acept el compromiso de sede la IXConferencia citada la ms importante sin duda de todaslas que se han realizado en la vida del sistema- no ima-gin el drama y las prdidas de vidas y bienes quecostara. El punto capital de dicha reunin era el exameny aprobacin del proyecto de Carta de la Organizacin,instrumento que haca falta. Desde 1928, en que se adop-t la Convencin Orgnica de la Unin Panamericana, lasrelaciones mutuas entre las naciones latinoamericanas ylos Estados Unidos, se regan por resoluciones aisladasque carecan de obligatoriedad jurdica y constituan slocompromisos de honor. No haba una estructura de tipoconstitucional orgnica, al estilo de aquel Pacto de Unin,Liga y Confederacin soado y propuesto por Bolvar en1826. El proyecto de Carta, el jurista colombiano AntonioRocha, representante ante la Unin en ese entonces,preparado conjuntamente con el Secretario de la reunin,

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    2 Lecturas Dominicales, El Tiempo, Edicin especial, Bogot, 26de abril de 1998.

  • contiene como base una recopilacin y reafirmacin detodos los principios y normas de aplicacin consuetudi-naria en las Amricas. Y reafirma el conjunto de normasque consagran la asistencia mutua y la solidaridad en ladefensa de la soberana, de la integridad territorial y de laindependencia, es decir consolida los vnculos vigentes yla alianza entre los E.U. y Amrica Latina.

    El proyecto, inocente en s, tena que ser mirado congrandes recelos y desconfianza en una poca de guerrafra entre las dos grandes potencias de entonces. Ellodetermin el que los pases solicialistas prepararan cam-paas y el envo de agentes ms o menos secretos paraobstruir a toda costa la labor de la Conferencia. Por suparte Fidel Castro lanz la iniciativa de convocar unCongreso de Estudiantes Latinoamericanos que deba ce-lebrarse en Bogot, paralelamente a la Conferencia, conuna agenda de viejos asuntos y problemas latinoameri-canos, pero con la finalidad de contrarrestarla y obstruir-la. Los pormenores aparecen en reportaje concedido aCarlos Franqui (L:D:, noviembre, 1976) y en otros queabarcan multitud de pginas en El Bogotazo, de ArturoAlape, que documentan la gira de Fidel realizada porVenezuela, Panam y Colombia. Castro y sus compaerosvisitaron a Jorge Elicer Gaitn (quien les suministr eltexto de su oracin por la paz y otros escritos suyos).Gaitn, quien probablemente ofreci presidir la inaugu-racin del Congreso, acept recibirlos nuevamente el 9 deabril a las dos de la tarde.

    Los agentes enviados por Hungra y algn otro pasde la cortina, hicieron a su vez sentir su presencia enotras ciudades de Colombia. Las emisoras transmitanmensajes vehementes y la hoz y el martillo aparecan enmuros y fachadas. Algunos rumores preocupantes corransobre la seguridad de la Conferencia y algunos delegados.Las tensiones en el pas crecan da a da. El liberalismo se

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  • quejaba de atropellos, negacin de sus derechos, espe-cialmente cuando el director del partido, Jorge ElicerGaitn, no apareci en la lista de los 35 notables queformaban la delegacin del pas ante la Conferencia. Elgobierno colombiano tom las medidas que crey nece-sarias, en especial con la creacin de un cuerpo de policade ochenta hombres, con uniformes especiales y con elnombre de Divisin Panamericana, que guardara las re-sidencias de los delegados, el Capitolio y dentro delmismo a rdenes de la Secretara de la Conferencia.

    El 27 de marzo los Jefes de las Delegaciones presen-taron sus credenciales al Presidente Mariano OspinaPrez. Luego en la Plaza de Bolvar (frente al Capitolio)fueron objeto de blanco de todo tipo de objetos. Serumor que los autores de tal afrenta eran los gaitanistas,lo que motiv que al da siguiente se publicara en toda laprensa un comunicado de Gaitn reprobando esos actos ydeclaraba rotundamente que no autorizaba ninguna clasede desmandes contra los organizadores y mucho menoscontra las Delegaciones extranjeras. La Conferencia seinaugur el da 28 de marzo.

    La primera semana se gast en simples preliminaresde organizacin. El Comit Principal, compuesto por losJefes de las Delegaciones asumi el estudio del proyectode Carta, con consenso de que la entidad se llamaraOrganizacin de los Estados Americanos. La accin de losconspiradores cambi con un golpe demoledor que nadiehubiera podido presentir.

    El viernes 9 de abril, al regresar el Presidente Ospinade un acto oficial, fue sorprendido con la noticia delasesinato de Gaitn, siguiendo en cambio hacia la Casa deNario para experimentar los primeros sacudones de esaespecie de cataclismo que estremeci a la capital y que enlas horas de la tarde dej cubierta de llamas, sangre,

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  • cadveres, edificios, calles y vehculos en ruinas: elBogotazo.

    Dominada la insurreccin, reconstruido el gobierno(conservador) con una composicin bipartidista y elaporte de eminentes figuras del liberalismo, se procedi areanudar el trabajo de la Conferencia que haba quedadosbitamente suspendida. En el Capitolio, el nuevo can-ciller colombiano, Eduardo Zuleta Angel, abordaba alSecretario de la Conferencia acabo de tomar posesin delcargo de Ministro de Relaciones y no tengo ni despacho,ni documentos, ni archivos de nada. Slo lo tengo a ustedy este cablegrama cifrado que llega en este momento yno estoy en capacidad de traducir. Es verdad, a estasituacin catica se aada el hecho inquietante de quecasi nada se saba de las Delegaciones y sus familias.

    Entre las Delegaciones se rumoraba la necesidad detrasladar la Conferencia a otra ciudad suramericana. Perodecidieron al fin ser solidarios con Colombia y aceptar lareanudacin de los trabajos en el Gimnasio Moderno, unplantel educativo de secundaria, al que se equip detodos los servicios necesarios de interpretacin simul-tnea, secretara, prensa, etc. El 14 de abril se rea-nudaron las sesiones, acordando dejar provisionalmentetodos los dems temas y emprender de inmediato al estu-dio del proyecto de Carta. El Comit Principal, constituidopor los Jefes de Delegacin, fue dirigido por el propioPresidente de la Conferencia, canciller Zuleta Angel. ElComit se instal en uno de los salones del Gimnasio y losdelegados utilizaron en su trabajo los mismos pupitres delos estudiantes, que en espectculo edificante se pre-sentaba el destino de un poderoso grupo de naciones y enel que el presidente-canciller pareca hacer el papel demaestro o preceptor de un respetabilsimo conjunto denotabilidades polticas y diplomticas que semejaban elalumnado. El golpe de la conspiracin haba reducido aestas proporciones de amplitud, decoro y comodidad las

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  • instalaciones que a lo largo de los aos haban sido pre-paradas para los delegados por la Comisin Organizadora.

    La discusin de la Carta, que en otras condicioneshubiera dado lugar a encontrados debates de oratoriadiplomtica, transcurri en un ambiente de ntima cor-dialidad. El presidente Zuleta apareca en las maanas(despus de noches de trabajo angustioso en la Casa deNario) y proyecto en mano, lea y comentaba de uno enuno los artculos de cada captulo y sin comentarios, pasel prembulo en una sola sesin. El presidente se dirigaa la audiencia preguntando: Cabe, seores delegados,alguna objecin al principio de la buena fe que debe regirlas relaciones de los Estados entre s y cumplimiento delos tratados? - Hay quien pueda oponerse a formularreparos a la norma fundamental que establece que la so-lidaridad de los Estados de Amrica y los altos fines quecon ella se persiguen requieren la organizacin poltica delos mismos sobre la base del ejercicio efectivo de lademocracia representativa? Verdad que no? Si no oigoobjecin alguna, doy estos textos por aprobados. Y assigui el estudio y aprobacin de la Carta en el ambientede armona y fraternidad, de consenso impresionante, enmomentos que llegaran a ser histricos.

    El Congreso de Estudiantes se esfum sin dejar ras-tro. Nunca se supo nada ni de sus trabajos ni de sus resul-tados. Su presidente, Fidel Castro, regres a Cuba en unavin de carga, junto con sus compaeros Del Pino,Guevara y otro nombre olvidado.

    En la misma edicin especial de El Tiempo se publicun extracto del libro conmemorativo de la Cancilleracolombiana, sobre la OEA, en el que el exministro HctorCharry Samper analiza, entre muchos aspectos jurdicos,los conceptos de regional e internacional de los organis-mos y la problemtica que presenta frente a la globa-lizacin. En cuanto a las reas prioritarias dice: Parto de

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  • la base que el sistema interamericano tiene dos reas deprimordial presencia, la seguridad colectiva y el desarro-llo de Amrica Latina. Incluye toda serie de compromisosadquiridos por los Esados que se han ido perfeccionando,adicionando o modificando. Cabe distinguir tres grandesetapas: la preliminar, o germinal que se abre con elCongreso de Panam (1826). La panamericana que se ini-cia en la Primera Conferencia Internacional Americana(1889-1890 en Washington) y la etapa interamericanaque ostenta su expresin mxima con la IX Conferenciade Bogot. El concepto de lo internacional es relativa-mente reciente ya que supone la existencia de nacionesorganizadas en estados, alrededor de la teora de lasoberara enunciada primeramente por Bodin, en el sigloXVI...

    La OEA y la Cultura

    Me he permitido citar estos antecedentes de la Cartade la Organizacin de los Estados Americanos, porque esde donde finalmente nace la cooperacin tcnica para eldesarrollo de Amrica Latina extensivo al Caribe ingls,cuando los pases de esa subregin adquiren su indepen-dencia y se constituyen en Estados miembros de laOrganizacin.

    No intento aqu hacer un tratado del Instrumento y losdistintos Protocolos que han reorientado y adaptado laCarta. Para los propsitos de este trabajo, sin embargo,incluir dos artculos de la Reforma por el Protocolo deBuenos Aires en 1967, preludio de la estructura adoptadapara la cooperacin tcnica de las dcadas siguientes. ElArtculo 1, del Captulo I, sobre Naturaleza y Propsitosreza: Los Estados Americanos consagran en esta Carta laorganizacin internacional que han desarrollado paralograr un orden de paz y justicia, fomentar su solidaridad,robustecer su colaboracin y defender su soberana, su

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  • integridad territorial y su independencia. Dentro de lasNaciones Unidas, la Organizacin de los EstadosAmericanos constituye un organismo regional.

    Del Captulo IX referente a Normas sobre Educacin,Ciencia y Cultura, transcribo los artculos pertinentes aeste trabajo: Artculo 45, Los Estados Miembros darnimportancia primordial, dentro de sus planes de desarro-llo, al estmulo de la educacin, la ciencia y la cultura,orientadas hacia el mejoramiento integral de la personahumana y como fundamento de la democracia, la justiciasocial y el progreso. Artculo 50, Los Estados Miembrosacuerdan promover, dentro del respeto debido a la per-sonalidad de cada uno de ellos, el intercambio culturalcomo medio eficaz para consolidar la comprensin in-teramericana y reconocen que los programas de inte-gracin regional deben fortalecerse con una estrecha vin-culacin en los campos de la educacin, la ciencia y la cul-tura.3

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    3 Carta de la Organizacin de los Estados Americanos,Washington, D.C., 1972.

  • CAPTULO DOS

    INSTITUCIONALIZACIN DE LA ARTESANA PARA UN PROGRAMA

    INTERAMERICANO DE COOPERACIN

    Movimientos precedentes a la Unidad Tcnica

    En el ao 1970 el Programa Regional de DesarrolloCultural se hallaba constituido y el Departamento deAsuntos Culturales de la Secretara General se habareestructurado para llevarlo a cabo. A la postre, diriga elmencionado Departamento, Rafael Squirru, crtico de arteargentino, y el subdirector era Guillermo de Zndegui,exdirector de cultura en la Cuba de Batista. Si bien existaya la voluntad poltica por parte de los ministros de edu-cacin -representantes oficiales de los pases en el nuevoConsejo Interamericano para la Educacin, la Ciencia y laCultura (CIECC)- para iniciar el programa de la igual-mente nueva Unidad de Folkore y Artesanas, interna-mente existan diversos intereses.

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  • Cuando se plane la nueva estructura para la coo-peracin que se ofreca a Amrica Latina a travs de laOEA, en todos los sectores haba una especie de magmapredecesora a la explosin irremediable. El Departamentode Asuntos Culturales saba que sera disminuido y que elConsejo Interamericano Cultural (CIC), que hasta esadcada de los sesentas era el rgano tcnico-poltico msimportante de la Organizacin, sera reemplazado porotro rgano con una cobertura ms amplia. En esos mis-mos momentos, nuestro subdirector daba los pasos paraproponer la nueva estructura del Programa Regional deDesarrollo Cultural (PRDC). Una de las acciones previas,como se acostumbraba, era convocar a reuniones deexpertos, obtener un informe que tena el nombre estu-dio de base, y utilizarlo segn los interes del caso. En elcampo del folklore, tal reunin se llev a cabo en Lima,evento al cual no nos invitaron, ni a Guillermo Espinosa,jefe de la Divisin de Msica, ni tampoco a la especia-lista, que como hemos dicho, este proyecto estaba ya enmarcha.

    En 1970 haba dos programas estrellas, por decirloas, en la Secretara General. Uno, era la Divisin de ArtesVisuales, que exhiba la obra de los artistas plsticos enWashington y organizaba giras y exposiciones en ste yotros continentes. Tena, adems, publicaciones y bole-tines especializados, y mantena e incrementaba la colec-cin permanente de la obra plstica contempornea de lasAmricas, que todava posee la OEA. Presentaba tambin,muestras de colecciones de piezas precolombinas, de lacolonia y con alguna regularidad traa artistas de teatro yde otros campos, a los que se haca el homenaje intera-mericano, como fue el caso de Shirley Temple Black yDolores del Ro, que recibieron tratamiento de embajado-ras del arte en las Amricas. Estas maravillosas noches degala, generalmente estaban patrocinadas por compaasy mecenas norteamericanos. El otro programa estrella,era la Divisin de Msica, de la cual hablamos en la intro-

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  • duccin a este trabajo, con sus programas de publica-ciones, serie de conciertos en la OEA y los festivales inter-americanos de Washington, donde se reuna lo msgranado de la msica del continente, tanto en orquestasy otros conjuntos, como de compositores e intrpretes.Al tiempo, se realizaban simposios de todos estoscreadores, ejecutantes y crticos. Los conciertos eran gra-tuitos y se realizaban en sitios tales como la Biblioteca delCongreso, la Universidad de Howard, el Constitution Hally otros similares, adems del propio Saln de lasAmricas de la OEA. Los festivales que exponan a com-positores e intrpretes y las reuniones especializadas quepermitan el conocimiento y el dilogo, se realizaban nosolo en Washington sino en distintas ciudades latinoa-mericanas, tambin en Madrid, Pars y Roma.4

    Los directivos de estos dos programas, Jos GmezSicre, cubano, y Guillermo Espinosa, colombiano, eranreconocidos internacionalmente y reciban ms atencinque el propio Secretario General de la OEA. Se citabansiempre en los peridicos locales y en otros medios dedifusin en las Amricas y en Europa y sus programasdaban a la OEA el carcter de gran promotora de las artesy las humanidades. Es de pensar que tal estado de rela-ciones podra ser el orgullo de los colegas, ms la natu-raleza humana cuando se trata de organismos depropiedad del pueblo en abstracto, reacciona normal-mente en su mundo inmediato y trabaja en cmo dis-minuir el poder de los subordinados. Naturalmente, alaprobarse una nueva estructura, Gmez Sicre y Espinosa,decidieron no aceptar la creacin de una dependencia defolklore y artesanas, que en cierta manera desmembra-ba sus propios mbitos de trabajo. Por ejemplo, desde lacreacin del CIDEM en 1956, Guillermo Espinosa haba

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    4 Sobre el contenido de los programas de los FestivalesInteramericanos de Msica de Washington, puede consultarseen la Divisin de Msica de la Biblioteca del Congreso.

  • impulsado la investigacin de la etnomsica y tena ya elmecanismo necesario en el Instituto Nacional de Folklorede Venezuela, con los esposos etnomusiclogos LuisFelipe Ramn y Rivera e Isabel Aretz. La oposicin deEspinosa y Gmez Sicre se deba, en parte, a la limitacinque se les impona para operar en grandes programas,con las formas nuevas de trabajo de cooperacin hacia lospases. Sostenan, con razn, en lo que se refiere a la pro-mocin de los artistas de Amrica Latina que buscanestablecer una trayectoria, que tanto los conciertos comola exposicin de la obra pictrica es trascendente en losgrandes centros culturales. Exista, sin embargo, una grandiferencia entre los manejos que ejercan estos dos per-sonajes. Gmez Sicre haba logrado una especie dedominio en cuanto a determinar quines merecan serpromovidos, lo cual podra haberle creado muchos amigosy enemigos en la comunidad artstica plstica del conti-nente. Espinosa, por el contrario, aunque tena algunaspreferencias, ejerci su poder ms ecunimemente yaque concentr sus esfuerzos hacia la creacin de estruc-turas dejando una obra ms slida. Algunos, sin embar-go, intuamos que adems del exitoso trabajo de promo-cin Norte-Sur, cabra tambin incluir otros proyectospara el resto de la poblacin y su desarrollo en la base yde ah que dbamos tambin la bienvenida a la nuevaforma de trabajo, que era la cooperacin. Personalmentecreo que las dos formas eran necesarias. Gracias a la pro-mocin del artista en cualquier campo, se abre unacoyuntura no solo de recursos sino de credibilidad ysolidez institucional para impulsar el desarrollo de base yquizs, por qu no, conectar estos mundos dismiles. Deeso trata la integracin regional que reza la Carta de laOrganizacin.

    Por su parte, el subdirector Guillermo de Zndegui,adems de ejercer el control financiero sobre todos losprogramas del Departamento de Cultura, quera priori-tariamente promover el nuevo programa de patrimoniomonumental, histrico y artstico, iniciado por Jos

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  • Lacret, dominicano por adopcin pero de origen cubano,adscrito a la direccin del Departamento. Esta rea quetena el gran apoyo de Mxico, por cuanto se creaban doscentros interamericanos, en una misma sede, en elCentro de Restauracin de Churubusco del Distrito Fede-ral mexicano, con un solo director, y aunque absurdoadministrativamente, esto permita otorgar una doblecantidad de fondos en comparacin con los dems centrosestablecidos en otros pases. Aunque esta modalidad noera la ms adecuada, gracias a la dinmica accin delespecialista Jos Lacret, ambos proyectos cumplieronexcelentes cometidos, formando en los aos setentas concientos de becas de hasta dos aos de duracin, a losdirectivos de los museos latinoamericanos que se encar-garon de establecer una importante red en la museologay museografa de los pases, as como a tcnicos enrestauracin de bienes muebles coloniales, principal-mente. Estos dos centros funcionaron hasta cuando cam-bi el gobierno mexicano y los nuevos funcionarios nocontinuaron con el convenio correspondiente. Lamen-tablemente no hay registros en la OEA, ignoro si losconservan en Mxico, aunque gratamente encontr refe-rencias importantes sobre estas becas y los cursos en unlibro del musegrafo y diseador Alfonso Soto Soria.5

    En cuanto al folklore, haba el inters de la subdirec-cin en organizar el centro interamericano en Per, y elde artesanas, en Guatemala, acogindose a la recomen-dacin de la mencionada reunin de Lima. Las cosas noresultaron as. La oposicin de Espinosa y Gmez Sicre,hizo que la Secretara General tomara la decisin admi-nistrativa de modificar los nombres de las dependencias,llamndolas Divisin de Msica y Folklore y Divisin deArtes Visuales y Artesanas y as cumplir con el mandatodel CIECC sobre la creacin de los temas folklore y arte-

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    5 Alfonso Soto Soria, Una Vida, Muchas Vidas, memorias,CIDAP, 1997.

  • sana. El perodo de 1970 a 1973 fue de lucha declarada.El llamado Proyecto Multinacional de Folklore, creadopor Espinosa pero ahora nuevo, tena ya gran caminorecorrido gracias a la cooperacin venezolana y acogin-dose a los mandatos del CIECC y del Comit Interame-ricano de Cultura (CIDEC) el rgano pertinente delCIECC para el rea de cultura- la Divisin de Msica pro-cedi a convocar a su propia reunin especializada que seefectu en la Cancillera venezolana, en Caracas, en 1970,y cuya expresin fue la Carta del Folklore Americano. Losexpertos participantes disearon lneas de accin inte-ramericana para asesora tcnica, formacin, investi-gacin, difusin y otros captulos que seran financiadospor la nueva forma de cooperacin tcnica. La lucha fuegrande, por no decir a matar, porque mientras las lneasde operacin tcnica las trazaban los directivos de cadadivisin o unidad, los fondos estaban a discrecin de laDireccin del Departamento. El caso es que nos encon-tramos en situaciones angustiosas, como ocurri en 1971con el primer curso en el nuevo centro, el InstitutoInteramericano de Etnomusicologa y Folklore (INIDEF)de Caracas, organizado a pesar de todos, en que se rea-liz el anuncio, efectuamos la seleccin y en el momentode adjudicar las becas, encontramos que la subdireccindel Departamento haba destinado los fondos a otrospropsitos. Naturalmente que ganamos la pelea; tuvieronque buscar los dineros en otros lados y adems fuimos elmodelo para los futuros programas de becas, porque apartir de entonces se estableci el paso burocrtico deobligar los fondos (como decan en la contabilidad) almomento de lanzar el anuncio del curso a los pases.

    Mientras la Msica cumpla con los mandatos delCIECC para organizar la cooperacin tcnica en el campodel folklore, la Divisin de Artes Visuales no haba ade-lantado proyectos para el desarrollo de las artesanas. Larazn principal, argida por Gmez Sicre, era que serequeran siglos para decantar la pureza de las formas

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  • (caso los Nascas, deca). El enfoque se circunscriba ni-camente a la preservacin del patrimonio, muy impor-tante por cierto y que es una de las bases para reacti-vacin de las tecnologas tradicionales uno de los obje-tivos prioritarios del nuevo Proyecto Multinacional perono por eso excluyente del hacer artesanal contempor-neo. As, la nueva Direccin del Departamento, a cargo deotros funcionarios, tom un camino paralelo y, al igualque se hiciera con el proyecto de patrimonio, decidi ini-ciar acciones dirigidas a crear un programa de promocina la artesana, bajo su cuidado y operacin. Contrat alefecto, a un especialista boliviano, Ral Calvimontes, queparticip en algunas giras a los pases, sufri un quebran-to de salud y eventualmente fue trasladado a Guatemala. En 1973 el Comit Interamericano de Cultura (CIDEC)inst a la Secretara a impulsar el Proyecto Multinacionalde Artesanas, que a la postre no se haba iniciado. Enese momento, se daba el retiro del maestro GuillermoEspinosa y su posicin fue puesta a concurso, excluyendode ese cargo las actividades del Proyecto Multinacionalde Folklore y Etnomsica, que as se identificaba pre-supuestalmente. Por su parte, Don Pepe Gmez Sicremantuvo su independencia y continu con el programaregular de la antigua Divisin de Artes Visuales, a su pro-pio estilo. Participaba en las reuniones, a veces se hacael que dorma, o en efecto dormira y alguno de sus asis-tentes produca los informes que se nos pedan constan-temene. Finalmente las artesanas quedaron liberadas delas Artes Visuales, aunque todava eran un apndice de laDireccin departamental. Yo, despus de doce aos en laDivisin de Msica, me encontraba lista para la nuevaaventura interamericana que se me ofreca. Y as, conmedio tiempo de una secretaria, inici los trabajos paraconformar el programa de la Unidad de Folklore yArtesanas, que desarrollara dos Proyectos Multina-cionales, uno de Folklore y Etnomsica y otro deArtesanas y Artes Populares. A este momento, Guillermode Zndegui haba pasado a dirigir la Revista Amricas

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  • independizada del Departamento de Cultura, y RafaelSquirru regresaba a Argentina como director de un museoen Buenos Aires. El nuevo director fue Javier MalagnBarcel, historiador espaol radicado en Mxico desde laguerra civil, que haba desempeado hasta entonces elcargo de Director del Departamento de Becas de la OEA;y como subdirector fue nombrado Francisco Domnguez,cubano, hasta entonces subdirector del mismo Depar-tamento de Becas. Debo aclarar, que con motivo de cier-tas rebeldas a condiciones que consider inaceptables,recib la responsabilidad de la nueva Unidad de Artesanasy Folklore sin el ascenso correspondiente. El trabajo conel nuevo subdirector Don Paco Domnguez fue uno de losms gratos que tuve en la OEA y con l inici la organi-zacin del programa de la Unidad de Folklore yArtesanas.6

    Consolidacin de la infraestructura para la cooperacin

    Naturalmente el CIDEC reunido en Cuenca, Ecuador,en mayo de 1974 aprob la sede del Centro Interame-ricano de Artesanas y Artes Populares (CIDAP), cuyacreacin recomend la reunin de expertos de Mxico, en1973, en su Carta Interamericana de las Artesanas y lasArtes Populares. El CIDAP inici operaciones inmediata-mente. Las negociaciones de Guatemala con la anteriorDireccin del Departamento quedaron materializadas enla creacin del Subcentro Regional de Artesanas y ArtesPopulares, que cubrira en principio la zona centroameri-cana y del Caribe, aunque posteriormente la divisin deltrabajo se hizo ms bien por temas de especializacin.

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    6 Sobre las recomendaciones de los rganos de la OEA quedieron creacin al Programa de Artesanas, puede consultarsela Revista del CIDAP Artesanas de America, No. 50.

  • En este momento de la vida del Programa Regional deDesarrollo Cultural (PRDC) y, ms an, de su superviven-cia, se vi la necesidad de tomar medidas para establecerla infraestructura regional tcnica que permitiera laoperacin en cada uno de los Proyectos Multinacionalesaprobados, con el escaso presupuesto asignado y sinfuentes inmediatas de recursos. Mientras los ProgramasRegionales de Desarrollo Educativo y de DesarrolloCientfico y Tecnolgico contaban con grandes presu-puestos de los fondos regulares y especiales de la OEA,aparte de tener infraestructuras slidas en los pases,como son los ministerios de educacin y los centrosnacionales de investigacin cientfica y tecnolgica lacultura, aparte de la mala perspectiva financiera, en eseentonces, apenas si era una dependencia dentro de losmencionados ministerios de educacin, con contadasexcepciones de pases donde ya haban establecido losministerios de cultura. De todas maneras, la repre-sentacin dentro del Consejo de ministros, CIECC, latenan los ministros de educacin y no los de cultura.Entonces, aprovechando en parte la experiencia deGuillermo Espinosa, quien entregaba dos centros inte-ramericanos en funcionamiento (el Instituto Interame-ricano de Educacin Musical, INTEM, en la Universidad deChile, y el Instituto Interamericano de Etnomusicologa yFolklore, INIDEF, en el Consejo Nacional de la Cultura, enCaracas, cuyas negociaciones tcnicas y polticas realicen los respectivos pases), y a travs de un gran estudioregional sobre las experiencias de los pases en los distin-tos campos de la accin cultural oficial, se lleg a la con-clusin de establecer once centros interamericanos en lospases, los que funcionaran con slidas contrapartes tc-nicas, con experiencias reconocidas en cada especialidad,y con una sustantiva inversin en recursos financierosrepresentados en una sede, personal tcnico y adminis-trativo. La contraparte de la OEA se destinara al finan-ciamiento de los servicios de cooperacin tcnica cana-lizados a travs de cada sede nacional, dentro de la gran

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  • infraestructura interamericana. El beneficio para el passede redundaba en la realizacin de experiencias piloto ensu territorio, la participacin de becarios nacionales entodos los proyectos de capacitacin, el fortalecimiento desu propia infraestructura cultural, la presencia de su espe-cialidad en el mbito internacional, participacin en laintegracin regional por intercambio con otros pases delcontinente, y la posibilidad de contar con apoyo para bus-car y obtener recursos para sus propios proyectos na-cionales. Los pases participantes seleccionados fueron,Mxico, para museografa/ museologa, y restauracin debienes culturales muebles, mencionados; Panam pararestauracin de bienes muebles e inmuebles; Per, pararestauracin de patrimonio arquitectnico;RepblicaDominicana para restauracin de documentos histricos;Costa Rica para el rea de grabado y litografa; Argen-tina, para la capacitacin y el desarrollo de archivos;Chile, la educacin musical; Venezuela, la etnomsica y elfolklore; Ecuador y Guatemala, para la artesana y lasartes populares. Con cada pas se suscribi un acuerdo decooperacin, renovable, por perodos de unos cinco aos.Tambin, se hacan convenios especficos para accionesnicas con entidades afines, como fue el caso del Museode Artes y Tradiciones Populares de Bogot, que fue sedede muchos proyectos de cooperacin tcnica en diseoartesanal, tales como cursos, reuniones tcnicas yasesora a los otros pases (Captulo ONCE).

    Cumplidas las formalidades respectivas, el acuerdocon Ecuador sobre el Centro Interamericano de Artesanasy Artes Populares (CIDAP) despus de varias revisiones,se suscribi en la OEA, entre el Secretario General y elEmbajador representante permanente ante la Organi-zacin por parte de Ecuador, en 1975. El convenio sobreel Subcentro Regional de Artesanas y Artes Populares,con sede en Guatemala, se firm, igualmente en la OEA,en 1977. Las actividades de cada centro, sin embargo, seiniciaron ya durante las negociaciones.

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  • Finalmente se consolida la Unidad Tcnica

    Superados todos los tropiezos internos de esemomento, el Programa de Artesanas, de que es objetoeste trabajo, qued institucionalizado. Era ya una parteintegral de una Unidad Tcnica, parte en propiedad delDepartamento de Asuntos Culturales, con presupuestopropio, aunque pequeo pero con algo de voz y con algode voto. Caba ahora entrar en otra etapa, que era la deincorporar adems, la parte poltica de los pases de lacual no nos podamos evadir, para estar en capacidad detratar con los directivos de los programas artesanales yeventualmente con los artesanos.

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  • CAPTULO TRES

    PRIMEROS AOS DEL PROGRAMA DEARTESANAS (1972-1976)

    Punto de Partida

    Despus de dos aos de creada la Unidad Tcnica y deque sta en 1972 funcionara solo con el Proyecto Multi-nacional de Etnomsica y Folklore, el CIDEC, en especialsu presidente mexicano, hizo pblica su preocupacin porla ausencia de la artesana. La cadena de preocupacionessegua en ascenso al mayor rgano competente, o sea delCIDEC a la Comisin Ejecutiva Permanente del CIECC y desta, al propio CIECC. Por ltimo tal ronda de preocupa-ciones lleg a la Asamblea General (ministros de rela-ciones exteriores) para convertirse en mandato que elDepartamento de Asuntos Culturales deba atender prio-ritariamente. Se realiz en consecuencia, la reunin tc-nica de Mxico en junio de 1973, que produjo la CartaInteramericana de las Artesanas y las Artes Populares,siguiendo luego la contratacin del Dr. Rubn de laBorbolla.

    Mientras tanto, nadie saba nada acerca del tema. Losrepresentantes polticos de sus pases ante la OEA,algunos bien intencionados, crean que la artesana era la

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  • panacea para solucionar los problemas sociales y funda-mentalmente econmicos de los pueblos, con programasde dos meses. Ciertamente ha sido un rea de gran atrac-cin por parte de los gobernantes de turno en los pases.Tampoco existan en la OEA experiencias, buenas o malasy mucho menos informacin de otros organismos decooperacin para Amrica Latina en cuanto a programasde artesana. Yo la funcionaria a cargo del nuevoPrograma tampoco haba trabajado en este campo.Solo tena en mi haber las primeras vivencias en miterruo, el Departamento de Nario al sur de Colombia,donde la artesana ha sido una de las ms importantesfuentes de vida de la comunidad. Ms tarde, en Bogot,trabaj en recursos humanos en las fbricas de laOrganizacin Philips, S.A., con lneas de produccin, enlas que la empresa europea llamaba artesanos a algunosoperarios especializados. Tambin haba participado enfiestas tradicionales en los pueblos de Nario, como elContadero y Pasto, la capital del departamento. Pero enrealidad yo careca del conocimiento para disear lneasde accin a nivel interamericano dirigidas al desarrollo delsector, no haba profundizado en el contexto socioculturalde la cultura popular y menos en los procesos de la arte-sana. Mi experiencia en la OEA haba sido prcticamenteen el mundo de la cultura acadmica, incluyendo all lainvestigacin del folklore y la etnomsicologa, realizadacon el INIDEF, con objetivos de rescatar las expresionesde la tradicin oral de ciertos ncleos tnicos y en partelos rurales, para conservarlas, analizarlas y documentar-las en archivos especializados, al servicio del conocimien-to de los estudiosos del tema. En ningn momento los lla-mados planes multinacionales de investigacin que sellevaban a cabo en las Amricas en grupos de pases, queadems tuvieron un sustantivo financiamiento, alcan-zaron a realizar las acciones educativas previstas pararevertir los resultados de las investigaciones a los porta-dores de tales expresiones o a los currculas de la edu-cacin formal, como fue uno de sus objetivos. La dinmi-

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  • ca social y econmica estaba analizada desde el punto devista antropolgico del grupo investigado y no era laintencin hacer una accin con el mismo. No se puededesconocer, sin embargo, que dichos planes constituyenla mayor accin coordinada sobre folklore y etnomusi-cologa que se haya llevado a cabo en Amrica Latina y elCaribe y que cumplieron la gran funcin de capacitarterica y prcticamente a los investigadores-becarios,quienes pasaron a dirigir programas nacionales afines delsector cultural de sus pases. El objetivo culturalistaresponda al origen de este gran proyecto, que comodijimos antes, se inici realmente en 1956 con GuillermoEspinosa, al crearse el Consejo Interamericano de Msica(CIDEM), cuando se sentaron las bases para la investi-gacin de la musicologa de la poca colonial y de laetnomsica de los grupos autctonos de las Amricas. Ladirectora del proyecto, la etnomusicloga y compositoraargentina Isabel Aretz, junto con su esposo el etnomu-siclogo venezolano Luis Felipe Ramn y Rivera, antesmencionados, dedicaron sus vidas a esta causa. La Dra.Aretz, constituy un gran impacto en mi formacin y losque la conocieron estaban de acuerdo con el nombre quele di en un artculo, publicado en Venezuela, de un mons-truo irrepetible, que ella fascinada lo repeta cada vezque tena audiencia. Me propuse, logrando parcialmenteel objetivo, de reunir a Daniel Rubn de la Borbolla conIsabel Aretz, polos opuestos en sus metas, el uno a favordel desarrollo de base y el otro, estrictamente acadmico.La ocasin se present al incluir a Don Daniel entre losprofesores del curso anual del INIDEF, en Caracas.Luego, en casa de Isabel, una maana l habl por variashoras y ella escribi dos cuadernos, sobre las aplicacionesprcticas del folklore musical en funcin de la dinmicasocial y econmica, de los museos y otras formas educa-tivas. Trabajaron otras veces en equipo, con mucho xito,como fue el proyecto de la Primera Reunin Interame-ricana de Cultura Popular y Educacin, realizada enCuenca, en 1979 (Captulo CINCO).

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  • Volviendo al tema de este trabajo y a nuestra tarea deponer en accin el Proyecto Multinacional de Artesanas yArtes Populares, tampoco se saba dnde estaba el sec-tor artesano y si haba algn tipo de censo de la pobla-cin artesana o el relevamiento de organismos oficialesresponables de impulsar programas nacionales o localespara el desarrollo de la artesana, o una nmina de espe-cialistas en la produccin, comercializacin y otras fasesdel proceso. Quizs dentro de la Organizacin existieronen algn momento, buenas aproximaciones a estudios yayudas aisladas dentro del rea econmico-social, con lacual tenamos poca o ninguna relacin, como sucede aveces en los organismos. Creo que vine a entender el ver-dadero significado de la actividad artesana cuando sereunieron los artesanos de las Amricas en Costa Rica, en1982, y fueron ellos quienes hicieron la filosofa de supropia experiencia y proyectos de vida. Esa actividad, fuela principal accin del programa del Ao Interamericanode las Artesanas (Captulo SEIS).

    Cmo Encontrar al Usuario El Artesano

    Otro problema por confrontar, adems de la carenciade datos, en la estructuracin del nuevo Programa deArtesanas, era la imposibilidad de tener contacto directocon los usuarios, quienes en definitiva son los que cono-cen sus necesidades y cmo solucionarlas. Si eso sucedacon grupos ya reconocidos, como los msicos o los pin-tores plsticos, y otros del sector cultural, los artesanosde entonces, con excepciones por supuesto, no tenan laorganizacin necesaria o la identificacin de su actividaden el contexto nacional como para elaborar sus propiaspropuestas y canalizarlas a fin de obtener las ayudasnecesarias, tcnicas y financieras de nuestro Programa.La cadena burocrtica que rega la cooperacin en laforma que existi desde su creacin hasta fines de losaos noventas, en cuyos contenidos y estructuracin de

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  • proyectos los funcionarios tenamos gran posibilidad degestin, no escapaba de todos modos al ejercicio bastantecomplejo con un tamiz dentro del pas correspondiente,que elaboraba su propio programa nacional de coo-peracin. Este, o sea el conjunto de las propuestas entodas las reas llamadas tcnicas, se transmita a laSecretara General por el rgano nacional de enlace, elONE, con las particularidades de cada pas, que hacapensar tambin en una cultura institucional.

    Al contrario de una entidad como la FundacinInteramericana de los Estados Unidos, que trabajabadirectamente con las bases y en conjunto diseaban losproyectos, en la OEA era impensable ese modelo de tra-bajo, a menos que el funcionario se saliera por motu pro-pio e hiciera ese contacto, para lo cual ni haba tiempo niera abiertamente permitido. Podra citar algunas excep-ciones como los proyectos de poltica cultural y desarro-llo en Centroamrica y en Brasil, que coordinaban losespecialistas Susan Benson y Jim Kiernan. De ellosaprendimos mucho y fueron trabajos verdaderamentesustantivos y exitosos.

    Es necesario tener en cuenta que el financiamiento,generalmente reembolsable, para actividades de desarro-llo artesanal en que los pases hubieran tenido inters enesos aos, figuraba en los organismos simplemente comoun rubro agregado a los programas nacionales del sectoragrcola. La artesana no tena una representacin por smisma y a la fecha de este trabajo, aunque han habidograndes avances, no en todos los pases se han incorpo-rado programas de desarrollo artesanal, con carcter pro-pio, como rubro especfico, dentro de los planes del sec-tor pblico. Y esto puede haber respondido a la calidadinformal del sector, o por su trabajo de dedicacin par-cial a la actividad que se haca y hace an en muchaspartes, combinada con otras lneas de la produccin.Ahora, no todo el quehacer artesano est integrado a

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  • dicho sector agrcola, especialmente al final del siglo XX,cuando gracias en parte a la cooperacin, a tantos mediosutilizados como la experimentacin en diseo y la inno-vacin tecnolgica, a las grandes ferias nacionales e inter-nacionales y otros mecanismos de comercializacin, laproduccin del sector ha logrado otras caractersticasdefinitorias de su propia naturaleza, tales como unaindustria artesanacon movimiento de capitales sustan-tivos. Hoy, a principios del siglo XXI, existe an toda unavariedad de artesanos y neoartesanos, con oficios tradi-cionales innovados o no tcnicamente, de dedicacin detiempo completo, talleres familiares urbanos y rurales, enfin, toda una gran variedad de clases de productores. Ases este sector. Otro aspecto por considerar, era la ubi-cacin de la artesana dentro de la cooperacin tcnicaque ofreca la OEA. Si bien es cierto, que los logrosobtenidos para posicionar la artesana (una parte almenos) como industria manufacturera en el perodo quecubre este trabajo, especficamente refirindonos aAmrica Latina y el Caribe, provienen del rea cultural, noes en el sector cultural oficial de los pases donde pudolograr sus avances. Existen algunas excepciones, porsupuesto, como el caso de Argentina con sus programasen la Subsecretara de Cultura, dentro de la Secretara deEducacin del Estado. En general los programas dedica-dos a la artesana dentro de la cultura oficial, han pasadoa ser principalmente dirigidos a la investigacin y regis-tros antropolgicos, como es natural en este campo yaunque dentro de esa visin tambin se analiza el fineconmico del proceso productivo, este anlisis no estdirigido a apoyar las actividades de la comercializacincual era la intencin al crearse el Programa de la OEA. Lasdos visiones son vitales y deben complementarse, lo cualrequiere mstica, paciencia, buena voluntad y tiempo delas partes, que es lo que casi no hay, y eso no haba en laOrganizacin y tampoco poda esperarse una coordinacinde este tipo dentro de cada pas. Escribamos en losinformes tcnicos, que tanto nos solicitaban, y quizs

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  • para nuestro propio consuelo, que no puede tenerse unasola visin amplia de la cultura entendida como un todo,ignorando la dinmica de los modos de subsistencia de losseres humanos, que al fin y al cabo constituyen su origen.Es tan simple, deca el Dr. Rubn de la Borbolla, comopensar en el cuenco para portar el agua o los instrumen-tos elementales de caza y pesca, de los primeros sereshumanos. Pues, ese es el origen de la artesana.

    El Dr. Daniel F. Rubn de la Borbolla El gran asesor

    Entonces, sin saber dnde estaba el posible usuario dela cooperacin tcnica para la artesana, sin contar con laexperiencia necesaria para trabajar con esta rea produc-tiva, excepcin hecha de mi experiencia en la producciny comercializacin en la industria privada y con el en-foque culturalista que me haba proporcionado el manejodel Proyecto de Etnomusicologa y Folklore, pero eso si,con mi decidida voluntad, es el momento histrico cuan-do aparece el personaje que nos sacara de ese estado decosas, el Dr. Daniel F. Rubn de la Borbolla.

    Con Don Paco Domnguez, subdirector del Depar-tamento de Cultura, trabaj en la preparacin de tresacciones iniciales decisivas. La primera fue la reunin deexpertos en artesana y artes populares a celebrarse enMxico, 1973, siguiendo el modelo de la reunin de fol-klore, de Caracas, 1970. La segunda, la reunin delComit Interamericano de Cultura (CIDEC) efectuada enCuenca, Ecuador, en 1974. La tercera fue negociar con lacooperacin espaola y organizar el curso PEC (ProgramaExtracontinental de Capacitacin), a realizarse en Madridy otros sitios de Espaa, dirigido a directivos de progra-mas artesanales de los pases.

    A principios de 1973, Don Daniel nos visitaba enWashington para organizar con el Departamento de

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  • Asuntos Culturales la mencionada reunin tcnica quepreparara el documento gua para el Programa de Ar-tesanas. Las conversaciones de trabajo las hicimos prin-cipalmente con el antroplogo mexicano y especialista enarte popular Porfirio Martnez Pealoza, contratado parallevar la secretara tcnica de tal evento. Esta reunin,efectuada en junio de 1973 en la Ciudad de Mxico, fue elpunto de partida del Programa y mientras las formali-dades oficiales circulaban hacia arriba y hacia abajo paraaprobar la Carta Interamericana de las Artesanas y lasArtes Populares, procedimos a realizar tres actividadesbsicas. La primera y definitiva, fue la contratacin deDon Daniel, en parte a pedido del propio SecretarioGeneral de la OEA, Don Galo Plaza, expresidente ecuato-riano, y gran conocedor de la actividad artesanal (conquien se iniciaba la era de la cooperacin tcnica haciaAmrica Latina a cargo de la Organizacin), y natural-mente era su deseo dejar un legado a su pas, estable-ciendo el Centro Interamericano de Artesanas y ArtesPopulares (CIDAP) en Cuenca, ciudad de la sierra ecuato-riana reconocida por su rica artesana.

    Don Daniel fue asesor de la OEA por una dcada, asig-nado principalmente a Ecuador en los primeros aos, yluego contratado por perodos cada vez ms cortos. Tuvoexcepcionalmente la doble funcin, de organizar el CIDAPy ser su primer director tcnico por una parte, y la deasesorar a la propia Secretara General en las grandesacciones que a nivel interamericano deban emprenderse.Esa fue la coyuntura para que yo aprendiera de su gransabidura y en efecto, tuviera la primera y mejor beca deaprendizaje del Programa, con una infinita gama de posi-bilidades de creatividad-accin. No fui su nica alum-na, aunque s creo que fui la primera al menos en la sedede la OEA, ya que en el propio CIDAP y en otros lugaresDon Daniel tuvo muchos discpulos que se reunan en lasnoches cuencanas alrededor del maestro. Mi vida seenriqueci desde que lo conoc, fue al tiempo mi maestro

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  • y mi gua en el diseo del Proyecto Multinacional y meestimul a escribir, porque l, me dijo, prefera dedicar sutiempo a hacer cosas. Si tuviera que definir a Don Daniel,dira que fundamentalmente l fue un creador que movi-liz a gentes e instituciones para hacer una obra monu-mental. Esta se encuentra para la historia, en el CentroDaniel Rubn de la Borbolla, S.C., de la Ciudad de Mxico,organizado por sus familiares bajo la direccin de su hijala antroploga Sol Rubn de la Borbolla, el que cuenta conun archivo, fototeca, mapoteca, hemeroteca, y la seccinespecializada en arte popular de su biblioteca (con ms de32.000 fichas catalogrficas). Por mi parte, conservo tex-tos de sus conferencias (gracias a Artesanas deColombia), que me ayudaron a preparar el artculo Rubnde la Borbolla: Una Visin Latinoamericana para larevista especial que le dedic el CIDAP a raz de sufallecimiento en 1990, titulada Herencia Presencia(Ecuador-OEA, CIDAP, 1991)7. Este mismo artculo inte-gr el Volumen II de la obra Daniel F. Rubn de la Borbolla,Testimonios y Fuentes, publicada en 1996 por laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, bajo la direc-cin de la museloga Bertha Theresa Abraham Jalil.8Rubn de la Borbolla, mdico, antroplogo, humanista,fundador de la escuela mexicana de antropologa, inves-tigador de la arqueologa de su pas y fundador de laorganizacin de museos mexicanos, creci entre arte-sanos y todos los actos de su rica vida profesional fueronguiados por su gran amor al pueblo.

    A lo largo de estas memorias, aparecer muchasveces Don Daniel.

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    7 Daniel F. Rubn de la Borbolla, Herencia, Presencia.Ecuador-OEA, CIDAP, 1991.8 ABRAHAM JALIL, Bertha Teresa comp., Daniel F. Rubn de laBorbolla, Testimonios y Fuentes. Vols. I y II, UNAM, Mxico,1996.

  • Primeras Acciones de la Unidad Tcnica

    Definitivamente ya al frente de la Unidad, me fue posi-ble concretar el programa de actividades, inicindolo conel segundo curso del CIDAP en 1976, dirigido a investi-gadores del arte popular. Tambin organizamos, elProyecto PEC, con la Cooperacin Espaola. La contra-parte fue la Obra Sindical de Artes (posteriormente loscursos se trasladaron al Ministerio de Industria y Energa,Captulo DIEZ). Estos cursos PEC, o Programa Extracon-tinental de Capacitacin, fue uno de los ms importantesmecanismos que us la Organizacin, con financiamientoy planeamiento mutuos y con la experiencia y tuicin delpas oferente de la capacitacin. La OEA se encargaba deofrecer las becas a sus Estados miembros, de presentar lapreseleccin al pas sede, de comunicar la seleccin a losbecarios, pagar los pasajes y al final, realizar conjunta-mente la evaluacin del curso. Con esta misma modalidadde trabajo, posteriormente, la OEA logr la cooperacinitaliana, para cursos PEC sobre cermica, marroquinera ymetalurgia, que se efectuaban en centros especializadosde Italia y funcionaron por diez aos, beneficiando anumerosos diseadores latinoamericanos. Los cursos enEspaa me dieron la oportunidad de or por primera vezsobre Don Rafael Rivas de Benito, mi contraparte en esteproyecto, a quien conoc personalmente en 1983, en lasede de la OEA, con motivo del Ao Interamericano de lasArtesanas (Captulos SEIS y DIEZ).

    La tarea de la Unidad Tnica de Folklore y Artesana,como dependencia del Departamento de AsuntosCulturales, se refera a estructurar los contenidos tcni-cos y los presupuestos bienales, de los dos ProyectosMultinacionales: el de Folklore y Etnomusicologa queinclua un centro interamericano, el INIDEF, en Venezuela,ms diversos proyectos nacionales y el de Artesanas yArtes Populares, que contaba con dos centros, el CIDAP,en Cuenca, y el Subcentro de Guatemala, cada uno de los

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  • cuales coordinaba a su vez actividades en otros pases dela regin. La Unidad, adems tena sus propias activi-dades que deban integrarse al programa-presupuestobienal, tales como proyectos nacionales de carcter pun-tual, organizacin o participacin en reuniones y estudiostcnicos, publicaciones, misiones de coordinacin yasesoramiento a cargo de la especialista de la sede de laOEA. La tarea ms difcil, por demandar una gestinpoltica, se refera a la defensa del programa y pre-supuesto ante los respectivos rganos del SistemaInteramericano. A veces, puedo decir, que era ms com-plicada la gestin de convencimiento ante nuestros pro-pios jefes en la Secretara, que ante los ministros.Intuamos que habra un compromiso poltico del que nose hablaba abiertamente. De pronto, poda orse por ahcomentarios de cmo es posible destinar fondos al fol-klore, cuando hay otros campos ms importantes para elpensamiento latinoamericano ... y adems ahora, arte-sana. A muchos colegas les costaba admitir a la culturapopular en el propio Departamento Cultural de la OEA!El mximo comentario negativo, fue or a uno de los espe-cialistas decir que no existe cultura popular, slo existela cultura. El reto era, entonces, cmo demostrar lo con-trario. La Unidad, deba, adems, establecer la coordi-nacin de los aspectos operativos, como las erogacionesde fondos en funcin de las acciones que cada centro opas deba realizar (proyectos de investigacin y difusin,contratacin de expertos, lanzamiento de los concursosde becas), en fin, facilitar a los centros y a otras institu-ciones cooperantes todas las normas y medios para elcumplimiento de sus respectivos programas.

    Una tarea bsica asignada a la Unidad, era la pre-paracin de los convenios a suscribir entre la OEA y losgobiernos sede de los proyectos regionales y nacionales,elevarlos a las autoridades legales de la SecretaraGeneral y realizar los trmites protocolarios, hasta sufirma. Lo ms engorroso por la total falta de tiempo, era

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  • la elaboracin de los informes tcnicos y operativos parael Comit Interamericano de Cultura (CIDEC), reunidodos veces al ao, lo cual contrastaba con la ms gratatarea, por supuesto, o sea participar en las propias acti-vidades en el campo, evaluarlas en su contexto, ver laspersonas concretas con sus sueos y sus defectos, yenriquecerme para tomar el impulso que requiere sensi-bilizar a los funcionarios que viven en el mundo de pape-les. Esto a la vez requera un ajuste muy duro de asumir.Una funcin nunca deseada (para la nica especialista dela Unidad), inesperada pero inevitable, consista en la se-cretara tcnica de las reuniones de los distintos rganosdel sistema, fueran stas en Washington o en los pases.All terminaba todo intento de programacin oficial tcni-ca y personal, mientras la vida no se detena y debancumplirse todos los compromisos al igual que las otrasUnidades Tcnicas, dotadas de personal.

    Tomando como gua la Carta, la primera poca delPrograma de Artesanas de la OEA debi dedicarse a crearla infraestructura o red interamericana, para impular eldesarrollo artesanal. Esta estructura tcnica y operativa,inclua en principio, como hemos mencionado, al propioCIDAP y al Subcentro de Guatemala. Como asesor de laOEA, Don Daniel nos seal diversas lneas para unaaccin regional, siendo la ms urgente, la formacin derecursos humanos en diferentes especialidades y niveles.Se necesitaba conformar un cuerpo de investigadores quefueran ms all del diagnstico y aprendimos entonces, loque significa la investigacin-accin; era necesario ofre-cer al artesano posibilidades para elevar sus conocimien-tos para lograr una produccin ms alta con mayor pro-ductividad. Era necesario buscar mecanismos a fin deproyectar el diseo en la artesana para una variedad delneas de produccin, tales como en la industria textil, enla arquitectura, en la joyera, incluso en la construccin ydecoracin de interiores, entre muchas otras. Era im-prescindible preparar personal directivo a nivel nacional

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  • que comprendiera la problemtica del sector. Se necesita-ba formar especialistas en museos de arte popular,curadora de colecciones y repositorios de todo tipo,inventarios de tcnicas y herramientas, en documentacine informacin sobre el sector y otros especficos paratratar el tema de la artesana y las artes populares, baseo plataforma que da relevancia a la tradicin y las formasde vida del pueblo, sin la cual no es posible proyectar eldesarrollo del sector a niveles de una verdadera industriaartesana y manufacturera. Sealaba, tambin, la impor-tancia de la capacitacin en grupo por medio de cursosmultinacionales o nacionales, como igualmente el aprove-chamiento de experiencias de los distintos pases paraintercambio individual con pasantas y facilitar la experi-mentacin directa de las tcnicas de produccin y mane-jo de los procesos de organizacin, comercializacin ydifusin.

    Consideraba Don Daniel, que el CIDAP debera crearmodelos y guas para investigaciones especficas, inclu-yendo los censos y la comercializacin. Pensaba tambinque debera intentarse la especializacin de servicios envarios pases, para el mayor aprovechamiento de losrecursos de la regin. Hicimos gestiones para especializara Costa Rica en cuanto a los censos; a Colombia en di-seo, como en efecto, los tres primeros cursos-talleres serealizaron en Bogot y Popayn, con apoyo de la Pre-sidencia de la Repblica, del Museo de Artes y Tradi-ciones Populares y el Servicio Nacional de Aprendizaje(SENA) de ese pas.

    El proceso ecuatoriano en cuanto a conseguir la sededel CIDAP cont con la intervencin de los ms altos nive-les del protocolo, a nivel del Ministerio de Industria yComercio como de la Cancillera y su representacin enWashington. El Dr. Rubn de la Borbolla conoca a todaslas personas que participaron en ese proceso y por tanto,fue tambin el encargado de encontrar a los funcionarios

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  • ejecutivos que pondran en marcha el nuevo Centro,siendo Gerardo Martnez Espinosa y Diana Sojos de Pealos primeros Director y Subdirectora.

    Inicialmente, Don Daniel se dedic a organizar lainfraestructura tcnica. Siguiendo su poltica de investi-gacin-accin, busc inicialmente en Cuenca sus propioscolaboradores en el rea tcnica y bajo su direccin serealizaron las primeras investigaciones que serviran demodelo a los dems pases, adaptndolas a sus propiascircunstancias. Entre ellas podemos mencionar laBibliografa de las Artesanas y las Artes Populares deEcuador, por el historiador Juan Cordero Iiguez; laArquitectura Verncula por el arquitecto Patricio Muoz;la Tcnica Ikat, Paos de Gualaceo, por el antroplogoestadounidense Dennis Penley, que sirvi de base pararescatar esta tecnologa convirtindose luego en una im-portante industria artesana de la provincia del Azuay,trascendiendo a nivel nacional y a otros pases. Como suasistente directo encontr a Claudio Malo Gonzlez, quiencontinu, despus de la asesora de Don Daniel, al frentede la direccin tcnica del CIDAP y eventualmente, en ladireccin ejecutiva.

    Gerardo Martnez, el Primer Director Ejecutivo del CIDAP

    Gerardo Martnez tom en sus manos el propio conve-nio y todos los proyectos propuestos, los transform enesos instrumentos burocrticos requeridos entre el passede y la OEA, y elabor los programas bianuales y planesde operaciones anuales que deban presentarse a la Or-ganizacin. Realiz las negociaciones para integrarlos alos macro programas de desarrollo econmico del Ecua-dor, y tambin, gestion las contribuciones de la contra-partida nacional, vital para el funcionamiento de todos losproyectos que deba ejecutar el CIDAP. El binomio Rubn

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  • de la Borbolla-Martnez Espinosa, me pareca como elejemplo perfecto dado