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ARROYOS DE BARRANQUILLA Los arroyos de Barranquilla han existido desde siempre y a través de la historia, se han vinculado con el desarrollo urbanístico de la ciudad. De acuerdo con la tradición recogida por Domingo Malabeth, se da por sentado que para la época del nacimiento de la ciudad las barrancas en que se estableció estaban separadas por arroyos poderosos que bajaban las aguas de la sierra del noroeste y las de los altos areniscos del viejo camino de Soledad, hacia una gran ciénaga espaciosa, comunicada con el río. La ciénaga, que tenía su borde occidental en lo que hoy es la plaza de Bolívar y con anchura probable desde la carrera del Cuartel, hasta más allá de la plaza de la Tenería, recibía tributo del extinguido caño de Soledad y era una especie de lago que tenía gran caudal de aguas profundas, había sido primero parte del mar y antes de la formación del terreno conocido hoy como La Loma, era parte del Río Magdalena. Cuando La Loma, completó su formación, quedó siendo un brazo del río que recibía sus aguas en cercanías de Ponedera para arrojarlo otra vez al río por el caño de la tablaza. Hacia el año 1687, cuando aún no se había formado la faja de terreno conocida hoy como Barranquillita, la ciénaga fue parte de la ribera occidental del Río Magdalena... Cuando los depósitos de aluvión al solidificarse formaron La Loma, no quedaron caños de comunicación con el río en frente de la ciudad; apenas había algunas vertientes o desagües naturales, formados por la presión de las aguas en las épocas de creciente, cuyos nombres no ha conservado la tradición. Por consiguiente, la acción natural de las aguas, no interrumpida o trastornada por ninguna corriente transversal, tendía siempre a profundizar su cauce, ganando fuerzas en cada invierno, para volver a arrojar al río los objetos flotantes que éste introducía desde las cercanías de Ponedera. Las necesidades del tráfico hicieron sin duda que los pueblos de la ribera occidental, aprovechando esas mismas vertientes,

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ARROYOS DE BARRANQUILLA

Los arroyos de Barranquilla han existido desde siempre y a través de la historia, se han vinculado con el desarrollo urbanístico de la ciudad. De acuerdo con la tradición recogida por Domingo Malabeth, se da por sentado que para la época del nacimiento de la ciudad las barrancas en que se estableció estaban separadas por arroyos poderosos que bajaban las aguas de la sierra del noroeste y las de los altos areniscos del viejo camino de Soledad, hacia una gran ciénaga espaciosa, comunicada con el río.

La ciénaga, que tenía su borde occidental en lo que hoy es la plaza de Bolívar y con anchura probable desde la carrera del Cuartel, hasta más allá de la plaza de la Tenería, recibía tributo del extinguido caño de Soledad y era una especie de lago que tenía gran caudal de aguas profundas, había sido primero parte del mar y antes de la formación del terreno conocido hoy como La Loma, era parte del Río Magdalena. Cuando La Loma, completó su formación, quedó siendo un brazo del río que recibía sus aguas en cercanías de Ponedera para arrojarlo otra vez al río por el caño de la tablaza.

Hacia el año 1687, cuando aún no se había formado la faja de terreno conocida hoy como Barranquillita, la ciénaga fue parte de la ribera occidental del Río Magdalena... Cuando los depósitos de aluvión al solidificarse formaron La Loma, no quedaron caños de comunicación con el río en frente de la ciudad; apenas había algunas vertientes o desagües naturales, formados por la presión de las aguas en las épocas de creciente, cuyos nombres no ha conservado la tradición. Por consiguiente, la acción natural de las aguas, no interrumpida o trastornada por ninguna corriente transversal, tendía siempre a profundizar su cauce, ganando fuerzas en cada invierno, para volver a arrojar al río los objetos flotantes que éste introducía desde las cercanías de Ponedera. Las necesidades del tráfico hicieron sin duda que los pueblos de la ribera occidental, aprovechando esas mismas vertientes, establecieran una comunicación regular por el cañón de Arriba, el de los Tramposos, el de Trupillos y el que conducía a otros pueblos de la provincia. La desviación del río en el curso de muchos años fue impulsada en épocas de sequía por las enorme cantidades de arena, de escombros y de basuras que ha venido arrastrando las aguas pluviales en su atropellado descenso por el plano inclinado de la población".

Si bien en la época colonial la comunicación entre las diferentes poblaciones no era problema, por el buen estado en que ordinariamente se encontraban los caminos, y por la poca distancia, que separaba cada población, las inundaciones y la formación de grandes arroyos ya impedía la movilidad de las personas.

"El camino de Sabanilla a Soledad y Sabanalarga es provincial por su naturaleza. Los nueve arroyos que lo cruzan permanecen sin agua en el verano; pero en el invierno suelen crecer algunas veces, hasta el punto de impedirse el paso en

algunos de ellos. Este obstáculo con frecuencia desaparece al cabo de una hora y no faltan ocasiones en que han llegado a durar hasta por seis horas en los arroyos de más consideración. En el que existe entre esta ciudad y Sabanilla hay un puente, el cual necesita de baranda. Los demás no tienen puentes y es necesario que se destine una suma para construirlos, pues es conveniente que en todo tiempo pueda transitarse, mucho más cuando por el expresado camino pasan diariamente más de cien personas"

Hacia el año 1920, cuando la ciudad contaba con 74.358 habitantes y una área urbanizada de 300 hectáreas, la Casa R.W. Herbard&Company Inc. de Nueva York, presentó al Concejo Municipal una propuesta de pavimentación y un programa de alcantarillado pluvial valorado en $ 258.316[10]. La propuesta del alcantarillado pluvial, no se desarrolló porque el municipio atravesaba por una difícil situación económica. Años más tarde, comenzó el proceso de pavimentación, se incrementó la construcción de viviendas, se fue impermeabilizando la superficie con pavimento rígido y lo más grave, no se conservaron los cauces naturales de los arroyos.

En 1957, cuando la apropiación del espacio público ya era un problema difícil para la ciudad, la Compañía Town Planning Collaborative, establece el Primer Plan Regulador de la ciudad, con base en la Ley 88 de 1947. En dicho plan recomienda la canalización de algunos arroyos. El proyecto pretendía reordenar el espacio físico y evitar en los sucesivo el caos urbano. Como todo proyecto, estaba sujeto a los intereses políticos del momento, y encontró poca receptividad. Aunque se aminoró el desorden, el programa no solucionó en toda su dimensión el problema. El proyecto no se concretó por los costos de las soluciones propuestas. A partir de aquí, ha sido esta la razón, para rechazar o posponer todas las soluciones integrales o puntuales que en materia de arroyo se presentaron.

En los años siguientes se realizaron varios estudios pero como siempre la carencia de recursos económicos no permitió ejecutarlos, a finales de la década del 50 y principios del 60, estudios e informes realizados por Greeley and Hansen de Chicago, consultores de las Empresas Públicas Municipales, se limitaron a solucionar el sistema de Acueducto y Alcantarillado Sanitario.

Ante la imposibilidad de darle paso a soluciones integrales, comenzaron a ejecutarse trabajos puntuales, en los arroyos más peligrosos. En septiembre de 1962, se inaugura la primera etapa de canalización del arroyo Rebolo Las Empresas Públicas Municipales proponen en la década del 60 y 70 algunos estudios para solucionar la problemática del arroyo Felicidad. En 1964, La AID, Agencia Internacional de Desarrollo, anuncia que financiará un estudio para el alcantarillado pluvial

En 1975, se presentó un estudio técnico-económico por parte de la firma Senior&Viana y Paternostro y Medina "CONASTEC", con un costo estimado en $1.789.692.000, para solucionar la problemática de los arroyos de Felicidad, La Paz, Bolívar y Hospital. De nuevo el proyecto fue rechazado por el

elevado costo. En este mismo año, el Ministerio de Obras Públicas, acomete la canalización del Arroyo Rebolo y el Country. Posteriormente se proponen varios estudios de factibilidad realizados por las Empresas Públicas Municipales y el Ministerio de Obras públicas para un sistema de alcantarillado pluvial basado en el enterramiento de grandes tubos de 4 a 5 metros de diámetro. Este proyecto se consideró irrealizable por los costos producidos por las tuberías, las excavaciones, rompimiento de concreto de las calles, relocalización de redes subterráneas de teléfono, gas, acueducto, alcantarillado, etc.

En 1982, los Ingenieros Arzuza, proponen cubrir en forma completa con canales invertidos de concreto estructural prefabricado, las calles y avenidas que sean cauces. La nueva cubierta sería la plataforma para el tráfico vehicular y simultáneamente la tapa de un canal cerrado para aguas lluvias, que se conecta con los demás canales cerrados de la ciudad.

El Ingeniero H. Heilbron presentó a la ciudad una solución que consiste en la captación de las aguas de escorrentía que bajan por los arroyos por medio de un túnel principal y dos auxiliares, evitando que las aguas ingresen al Distrito central de la ciudad.

En 1987, se realizó el Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla, a cargo de la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa, JICA.

Durante varios meses estuvo en Barranquilla un grupo de profesionales y técnicos japoneses que estudiaron la situación financiera, los servicios públicos y, especialmente, el tráfico de la ciudad (los arroyos de aguas lluvias impresionaron notablemente a la misión). Como resultado de su trabajo presentaron dos planes a consideración del municipio y su área metropolitana: un Plan Maestro de Transporte y un Estudio de Factibilidad para el Distrito de Barranquilla.

El estudio de la Misión Japonesa fue uno de los más completos acerca de la problemática de los arroyos, y estableció que la solución integral y definitiva, no era otra, que la construcción de un alcantarillado pluvial. El resultado ya era conocido: la solución integral es costosísima. La solución planteada por la Misión, se basaba en adelantar la canalización de los arroyos que se desarrollan por las vías de la ciudad, en tanto que para los arroyos de la zona sur-occidental, el plan contempló otras medidas encaminadas a controlar las inundaciones.

La Misión Japonesa, hizo algunas recomendaciones tendientes a atenuar los efectos de los arroyos. Entre las recomendaciones, que por cierto, no han sido desarrolladas con suficiencia, están la de instalar cunetas a ambos lados de la vía, canalizar las vías colectoras principales (box culverts), combinación de los dos casos anteriores, e instalación de drenaje en futuros planes de mejoramiento. Se sugirió también establecer soluciones en las vías más importantes, en los sitios críticos de mayor afluencia de agua, de acuerdo con la movilidad de la población, en sentido este - oeste, o viceversa, dentro de estos "puntos críticos" estarían las carreras 21, 38, 46, 51B y 54; y las calles 47, 45, 17 y 84.

También se planteó la posibilidad de construir reservorios de agua, para disminuir los volúmenes de escorrentía y facilitar el tránsito de los vehículos y peatones. Los reservorios podrían construirse en lugares cercanos a parques, a fin de extraer esta agua mediante tuberías subterráneas para riego de los mismos. En 1994, el Gobierno Municipal a través del alcalde Bernardo Hoyos, presentó una propuesta al gobierno canadiense con el objetivo de que este país realizara en Barranquilla el alcantarillado pluvial que se necesitaba. La propuesta fue rechazada.

Uno de las sugerencias más recientes, es el Estudio de Factibilidad y Diseño de Soluciones al Drenaje Pluvial de la ciudad de Barranquilla, presentada en marzo de 1997, por Fonade-Hidroestudios S.A y ConCEP Ltda. La propuesta se basa en medidas estructurales y medidas no estructurales con las cuales se busca prevenir el avance del problema en el futuro. La nueva propuesta se aleja de las anteriores en el sentido que para la vertiente oriental, la solución busca solucionar las consecuencias de las carencia de alcantarillado pluvial, sin dar énfasis a la construcción, parcial o total de un sistema convencional, atacando la principal consecuencia cual es la parálisis que se genera en la ciudad.

Por lo visto en el desarrollo histórico anterior, no se ha escatimado esfuerzos para financiar estudios tendientes a solucionar el problema de los arroyos, sin embargo, las obras no se ejecutan. El número de arroyos canalizados en casi 100 años de expansión urbana es irrisorio y mientras no haya proyectos concretos, todas las iniciativas de solución estarán sujetas al fracaso por la razón de siempre: no hay recursos para ejecutarlas.

Es lógico suponer entonces, que en el futuro, los arroyos seguirán deteriorando la infraestructura urbanística de la ciudad, paralizando e interrumpiendo el tráfico, provocando accidentes y enfermedades, deteriorando la salud pública y generando daños ambientales, paralizando las actividades portuarias, deteriorando la imagen de la ciudad y disminuyendo la calidad de vida de sus habitantes.

Asistiremos de nuevo durante cada temporada invernal al espectáculo de arroyos desbordados, casas destruidas, autos arrastrados, deslizamientos en el sur-occidente y pérdida de vidas humanas. El Comité de Atención y Prevención de Desastres seguirá movilizándose al día siguiente de la tragedia y entregará bultos de arena para impedir que las aguas se sigan metiendo en las casas, mercados y colchonetas para que los damnificados puedan comer y dormir, y de nuevo, escucharemos el discurso de la lluvia extraordinaria y la carencia de recursos para emprender una solución integral al problema de los arroyos.

DRENAJE DE BARRANQUILLA.

Topográficamente la ciudad, se encuentra fundada sobre una suave colina, cuya divisoria tiene dirección sur-norte, generando dos vertientes de drenaje, que tienen direcciones opuestas. La primera y de mayor extensión, corresponde a la vertiente oriental, la cual drena con sentido W-E, hacia la franja adyacente al río, que conforma una zona baja y plana, hacia donde confluye el drenaje del orden del 70%, del sector urbano de Barranquilla. La segunda corresponde a la vertiente occidental, que drena con sentido E-W, hacia el Arroyo León, que finalmente, confluye hacia el norte, en la franja costera en el mar Caribe.

Los suelos de la ciudad, en su mayor parte están conformados por material de calizas y arcillas, caracterizados por unas buenas condiciones de drenaje, que inducen altos aportes de escorrentía superficial. En cuanto al aspecto hidrológico, la precipitación promedio anual es de 750 mm. La variación mensual se caracteriza por presentar dos temporadas, la primera en los meses de mayo y junio y la segunda en los meses de septiembre y octubre. En general se observa que la duración de las lluvias es menor a 80 minutos y en promedio se presentan del orden de 60 días con lluvia por año. Sin embargo no todas las tormentas son significativas y con base en los estudios realizados en promedio es de esperarse, 20 eventos que exceden el umbral de precipitación mayor a 20.0 mm, a partir del cual se establece una cantidad de escorrentía significativa. De igual forma, se han observado eventos máximos de 130 mm. Así mismo, los análisis realizados permiten concluir, que las mayores tormentas tienen una hora de iniciación entre las 10:00 A.M y las 4:00 PM.

A partir de los estudios hidrológicos e hidráulicos realizados, para la vertiente oriental, se identifican 20 arroyos de importancia. De cálculos analíticos y modelos matemáticos, los caudales estimados para los arroyos de la vertiente oriental, para Periodos de Retorno de 10 Años, presentan caudales entre 6 y 108 m3/s (para áreas de drenaje entre 40 y 768 Ha).

Inicialmente la ciudad de Barranquilla empezó a desarrollarse en la parte baja, adyacente al río Magdalena, la cual era separada de este por medio de terrenos pantanosos, donde fue necesario establecer un sistema de comunicación con el río, a través de una serie de canales, que actualmente constituyen los denominados Caños de Barranquilla, que son receptores de aguas negras y aguas pluviales, del sector suroriental de la ciudad. En esa etapa, hacia aguas arriba de las cuencas de drenaje, existían cauces naturales y el grado de impermeabilización de la cuenca era bajo, esta condición controlaba la escorrentía por aguas lluvias, no generando problemas a la población.

El proceso de desarrollo continuó, disminuyó la capacidad de infiltración de los suelos, se urbanizó casi en su totalidad la cuenca oriental, se modificaron los cauces naturales, estableciendo en toda la vertiente un drenaje superficial conformado por calles-canales, que han incrementado los volúmenes de escorrentía, los tiempos de respuesta y el patrón hidráulico, observándose en

general un comportamiento torrencial a través de la red de drenaje modificada y encausada en las vías-canales.

Barranquilla no dispone de un sistema de alcantarillado pluvial y en consecuencia las aguas de escorrentía generadas por lluvias en la vertiente oriental, discurren libremente en superficie sobre las vías, descargando al río Magdalena o siguiendo los cauces naturales de la vertiente occidental, hasta descargar al arroyo León, y por esta hacia el mar a través de la ciénaga de Mallorquín.

CAUSA DE LOS ARROYOS

Crecimiento no planificado. Está relacionado con el fenómeno de las migraciones que afecta los núcleos urbanos. Las menores oportunidades de trabajo y educación, el acceso a los centros de salud, la baja productividad y la violencia en los campos son entre otros, los factores que impulsan las migraciones, y cuya rata excede con mucho la capacidad de las ciudades de ofrecer una infraestructura adecuada, debidamente planificada, con cobertura de servicios básicos y que finalmente se traduce en la ocupación indiscriminada de sectores de alto riesgo, que en el caso de la ciudad de Barranquilla, bien puede ser a las orillas de los arroyos de la zona Sur - Occidental o en las zonas de alta pendiente de la misma vertiente.Cultura e idiosincrasia. Cuando una ciudad ha crecido sin un sistema de alcantarillado pluvial, la comunidad espera que algún día exista, y mientras tanto se acomoda a esta circunstancia, modificando sus hábitos. Cuando la comunidad ha tenido un deficiente sistema de recolección de basuras y ha encontrado que los arroyos son una opción que les permite solucionar su problema, así sea trasladando el problema a otro lugar, se crea un hábito que incrementa la problemática de los arroyos.

Condiciones pluviométricas. Las características de las tormentas que caen sobre la ciudad, de gran intensidad y corta duración, conjuntamente con el cambio en el uso del suelo en la ciudad, el cual incrementó las áreas impermeables y facilita la concentración de las aguas, generan crecientes de gran magnitud, que tienen un gran poder de arrastre y destrucción.

Condiciones topográficas. Adicional a lo anterior, el relieve de la ciudad, el cual presenta una pendiente relativamente alta cerca a la divisoria de aguas entre la vertiente del río Magdalena y la del arroyo León, es un factor que combinado con los anteriores incide en disminuir los tiempos de concentración y en el aumento de los caudales máximos.

Condiciones geomorfológicas y características de los suelos. Las tormentas generan crecientes con grandes velocidades que al discurrir sobre terrenos altamente erosionables, arrastran gran cantidad de material que es depositado en

la parte baja de la ciudad, cerca al río Magdalena, o en las zonas de inundación del arroyo León.

Los factores antes mencionados contribuyen a la formación de las crecientes conocidas con el nombre de “arroyos” y a las inundaciones en algunos sectores de la ciudad. Veamos un resumen de estos factores y otros elementos relacionados:

ARROYOS PRINCIPALES

1. ELSALAO II (Caudal 40 m3/s Aprox.)

La cuenca del arroyo hace parte de Zona Sur-Occidental del distrito de barranquilla, por los que geológicamente sus suelos son de características litológicas y geomorfológicas muy diferente a los del área del casco viejo, en este predominan los suelos de arcillas de tipo expansivo, arcilla arenosa, limo arenosas y mezclas variadas entre estos.

En esta cuenca al igual que en toda la ladera Sur-Occidental existen áreas cuyos suelos son de origen antrópico, al estar asociado a sitios que en algún tiempo se adelantaron trabajos de explotación de canteras y que después fueron tomados como deposito de escombros y basuras.

El objetivo es garantizar su adecuado funcionamiento como receptor de las aguas pluviales, obras de alcantarillado plivial, Sanitaria y asi eliminar el vertimiento directo de las aguas servidas a la cuenca del arroyo, como también las obras de urbanismo, para evitar la ocurrencia de un desastre previsible técnicamente en las laderas y del cause del arroyo.

2. EL AFAN (Caudal 40 m3/s Aprox.)

El arroyo el Afán en la actualidad presenta una longitud de 1226 m, que afectan un considerable grupo de la población del Distrito. El arroyo presenta una gran masa de sedimentos arrastrados durante las tormentas que azotan a barranquilla durante la temporada invernal, las cuales representan un gran volumen de agua que adquieren un alto caudal debido a la fuerte pendiente, a la rugosidad y los aportes que recibe de algunos arroyos menores, constituyendo un alto riesgo para la población. En síntesis, el problema del arroyo consistía básicamente en el represamiento sobre la calle 45 con la carrera 3, el alto riesgo que presentan las viviendas construidas sobre las márgenes laterales del cauce específicamente en el sector de la calle 45 con carrera 3B, evacuación de desechos sólidos y alta concentración orgánica derivada de los vertimientos de alcantarillado al aire libre.

3. DON DIEGO (Caudal 40 m3/s Aprox.)

El arroyo Don Diego siendo de carácter temporal, drena las aguas lluvias que escurren por la superficie del suelo del sur-este de la ciudad, hasta llegar directamente al caño de la Ahuyama.

El arroyo tiene su nacimiento en los Barrios San Nicolás y Universal, el cual asume su nombre a partir de su llegada a la calle 30 con carrera 8, fluyendo de occidente a oriente con recorrido aproximado de 402 metros de longitud.

Este arroyo en términos de caudal se muestra en una categoría media, no arrastra gran masa de sedimentos durante las tormentas, los aportes que recibe son de parte de algunas escorrentías menores determinadas por las vías circundantes en este sector de la ciudad.

Aunque es un arroyo temporal y de caudal medio, algunos estudios han registrado caudales de más de 35 metros cúbicos por segundo. Con ese caudal Don Diego llega hasta la calle 17 con carrera 12, siguiendo su curso hasta entregar sus aguas al Caño de la Ahuyama.

4. DON JUAN (100 m3/s Aprox.)

El Arroyo Don Juan es uno de los más grandes del distrito de barranquilla, nace en Galapa y fluye en dirección Occidente-oriente, sirve como referencia limítrofe con el municipio de Soledad, atraviesa una de las zonas más pobladas del distrito, recibe a lo largo de su curso el aporte de varios arroyos entre los que se destacan El Afán, Las Torres, Los Laureles, Los Girasoles, además de las escorrentías de los numerosos barrios por los que atraviesa a lo largo de su recorrido, fluyendo directamente hasta el Rio Magdalena.

El Arroyo Don Juan se encuentra canalizado desde su desembocadura en el sector del Ferry hasta el boulevard del barrio Simón Bolívar a la altura de la carrera 3D calle 19. De ahí en adelante se encuentra canalizado en tramos.

5. MALVINAS (80 m3/s Aprox.)

El arroyo Las Malvinas, tiene su nacimiento en la avenida la Cordialidad, entre el barrio el Bosque y Rosario. Corre aguas abajo, en el barrio la Gloria, Villa Flor y las Malvinas, en su gran mayoría y de allí su nombre, hasta llegar a la avenida Circunvalar, en un recorrido que alcanza los 1930 metros aproximadamente.

Esta cuenca se encuentra en la Zona Sur-Occidental del Distrito de barranquilla, por los que geológicamente sus suelos son de características litológicas y geomorfológicas muy diferentes a los del área del casco viejo. En estos suelos predominan arcillas de tipo expansivo, arcilla arenosa, limo arenosas y mezclas variadas entre estos.

6. SANTA MARIA (60 m3/s Aprox.)

El arroyo Santa Maria esta localizado en la zona sur occidental de Barranquilla recorriéndola en sentido Sur-Norte. Tiene su nacimiento en la parte alta del sector del cementerio Jardines de la Eternidad, sede Sur y el barrio Las Granjas; dentro de sus afluentes más importantes después de su nacimiento, se pueden mencionar las que atraviesan los barrios Santa Maria y Siete de Abril, sector Coca

Cola, el cementerio católico Santa Maria y parte del barrio Santo Domingo de Guzmán.

Debido a que los periodos de lluvias continuas en estos años son largos y se caracterizan por la ocurrencia de un gran porcentaje de la precipitación total del año, situación crítica que en concordancia con la obstrucción de los drenajes naturales del área, se convierten en elementos disparadores del fenómeno de movimiento de masas o deslizamientos ocurridos en la zona Sur-Occidental. Hechos que agravaron la situación de los habitantes de los barrios Santo Domingo, Siete de Abril y Santa Maria; por tal motivo se realizó una inspección técnica practicada el 28 de Octubre de 2008, por los ingenieros de la secretaria de Infraestructura Pública del Distrito, donde se evaluó la situación del cauce del canal pluvial que está en terreno natural en el barrio Santa María y los canales de aguas lluvias tributarios provenientes del barrio Siete de Abril, observándose que sus cauces cumplen una función mixta de drenaje de aguas lluvias, transporte de basuras y colector de aguas negras por la falta de conexión de muchas viviendas al sistema de alcantarillado, situación que lo convierte en grandes focos de contaminación, provocando la proliferación de plagas, enfermedades diarreicas y dermatológicas que han generado lesiones principalmente a la población infantil.

7. VILLA SAN PEDRO (10 m3/s Aprox.)

Esta via canal consiste en la pavimentación en concreto simple de las calles y carreras de Villa San Pedro, el cual recoge las aguas de las zonas aledañas que fluyen hacia ese punto bajo de la cuenca del arroyo intervenido.

Sus muros o bordillos de conducción varian de altura dependiendo del sector, calle o carrera intervenida, va a 0,15 m de altura, pasando por o,20-0,40-0,60, hasta legar a 1 metro de alturaen la Avenida Circunvalar.

INTRODUCCION

Los arroyos se han convertido en uno de los problemas más grandes que enfrenta la ciudad de Barranquilla, una de las ciudades más importante del caribe colombiano, ubicada en la margen izquierda del rio magdalena. Los arroyos son corrientes de aguas que se forman durante y después de las lluvias y alcanzan velocidades superiores a los 90 Nudos. La velocidad del agua, sumada a su fuerza convierte los arroyos en ríos urbanos incontrolables que son capaces de arrancar arboles completos de raíz, derribar muros de concreto y arrastrar buses de servicio público. Los arroyos impiden la movilización de un sector a otro dentro de la urbe, ya que toda la ciudad es atravesada de norte a sur y de este a oeste por las corrientes de agua.

En los años 50 cuando se comenzó a pavimentar la urbe no se planeó la construcción de un alcantarillado pluvial, durante años prevaleció la hipótesis que impedía la construcción del alcantarillado porque el nivel del Rio Magdalena es superior al de la ciudad. La mayor parte de las corrientes nace en los barrios centrales y circula hacia las goteras, arrastrando lo que encuentra en su paso en recorridos de 6 a 15 km.

ARROYOS DE BARRANQUILLA

INGENIERA:

ENITH MIRANDA MOLANO

MATERIA:

FUNDACIONES

PRESENTADO POR:

JOHN JAIRO RESTREPO RANGEL

GRUPO: CD

UNIVERSIDAD DE LA COSTA “CUC”ATLANTICO/BARRANQUILLA

20 DE FEBRERO 2015

BIBLIOGRAFIA

http://www.arroyosdebarranquilla.co/pedagogia/antecedentes-historicos

http://www.barranquilla.gov.co/forohidrico/arroyosprincipales.html