Arquitectura latinoamericana contemporánea-Hugo Segawa-Ilustraciones de Colin Ross

Introducción: América Latina, una invenciónEn las primeras décadas del siglo pasado, los jóvenes naciones latinoamericanas celebraban su independencia política. A finales del siglo, Latinoamérica reflexionaba sobre qué tipo de independización había conseguido en la era de la globalización.Este libro tiene como contexto estos momentos de desviación iberoamericana. Examina cierta producción arquitectónica culta a partir de la década de 1980, la cual permite entender una parte del debate intelectual en el medio profesional y el académico, reconocer algunos personajes, sus ideas, realizaciones y comprender la complejidad de la cultura arquitectónica latino americana en su interior y frente al panorama mundial.Las celebraciones de 1992 crearon miradas especiales hacia América Latina y ello constituyo a la arquitectura. Nunca se había publicado tanta literatura sobre arquitectura latinoamericana como en las últimas dos décadas, ya sea mediante un fenómeno relativamente aislado como las monografías de Luis Barragán o libros como los de Jorge Liernur, Roberto Fernández, Antonio toca Fernández, entre otros.Luis Barragán, en su propio país, rescatado como una figura mundial en la década de 1980, es el marco inicial de nuestra reflexión, como parte de una internalización latinoamericana en torno a la preocupación sobre la memoria registrada en la cultura occidental en las últimas décadas del siglo XX.La memoria no deja de representar una importante influencia en la constitución de una condición Latinoamérica(a la manera de condición posmoderna) También se habla de la relación que se estableció entre algunos arquitectos latinoamericanos y las idea de Kahn.Finalmente se habla de la metáfora cultural de la disolución de las otras bien marcadas fronteras, ya sea entre países, entre el primer mundo y el resto del planeta, entre el centro y la periferia, entre el campo y la ciudad, entre nosotros y ellos. La gran fascinación por las orillas, por los extremos justifica la pérdida del sentido del centro, producen multicentralidades.

Capítulo 1: EvocacionesEn la tradición moderna la oposición entre el pasado y el presente se evapora, porque el tiempo transcurre con tal rapidez que las distinciones entre los tiempos diversos (pasado, presente, fututo) se borran o se vuelven instantáneas, imperceptibles insignificantes. La era moderna ha limitado, la rivalidad entre lo antiguo y lo actual, lo nuevo y tradicional. En1972 se concedía por primera vez el premio Pritzker de arquitectura, que fue otorgado a Philip Johnson.En la segunda edición, al año siguiente, lo ganaba un mexicano por entonces desconocido. Era un premio que no había alcanzado tanto prestigio. Sin embargo en aquel momento, una figura singular de la cultura mexicana Octavio Paz denunciaba el desinterés de los colegas intelectuales dela prensa, la indiferencia con la que se había recibido esta noticia en el mundo cultural de México. Esta actitud se debía probablemente a la influencia política y a la ideología, Barragán era un artista solitario y silencioso, que había vivido lejos de los bandos ideológicos.En 1985 Barragán (muere en 1988) aún era una figura marginal de la cultura mexicana. Un país que enorgullecía a hombres y mujeres con actitudes comprometidas con luchas e ideologías, de concientización política y social, de personajes fuertes como Rivera, Frida Kahlo o Juan O’ Gorman. Barragán en cambio fue tranquilo, reflexivo como sus jardines y arquitecturas. Si obtuvo algún reconocimiento por sus obras en la vida, fue por la predominante difusión de su trabajo en publicaciones fuera de su país natal.

Barragán, entre lo moderno y lo posmodernoEn la segunda mitad de la década de 1980, se podían ver por toda América Latina obras con evidentes influencias de Barragán. Geometrías nítidas, muros de estuco, colores, aguas, sutilezas cromáticas y de luz dominaban el repertorio habitual delos arquitectos. Octavio Paz, definen los significados sustanciales del arte de este arquitecto mexicano.El arte de Barragán es moderno pero no es modernista. Él ha construido casas y edificios que nos seducen por sus proporciones nobles y por su geometría serena, al igual que su arquitectura exterior, como él llama a las calles, muros, plazas, fuentes, jardines que ha proyectado. Las raíces de su arte son tradicionales y populares. Su arquitectura viene de los pueblos mexicanos, con sus calles limitadas por altos muros que desembocan en plazas con fuentes. Las formas son cubicas, los materiales son los que se encuentran en la localidad y los muros están pintados con vivos colores a diferencia de los pueblos mediterráneos y moriscos (árabes) que son blanco.Las pocas obras de Barragán se convirtieron en las bases de una nueva escuela de arquitectura de proyección mundial. El color es complemento de la arquitectura que sirve para ensanchar o achicar un espacio. También es útil para añadir ese toque de magia que necesitaba un sitio.Los colores que uso vienen de los pueblos de México. Piensa que los constructores mexicanos son artistas, no siguen leyes académicas, sino que usan su sentido para alcanzar combinaciones que muchas reglas escolares prohibirían y

sin embargo el resultado generalmente es armónico y sobre todo personal y único. Los colores expresan el estado de ánimo de los habitantes, su humor, así una casa cambia de color periódicamente.Si observan los portales llenos de colores y sombras, están también llenos de emociones son una arquitectura de los sentidos y los sentimientos, una arquitectura emocional.