arnau pons 2007 de amontonamientos esp

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De amontonamientos (Sobre Anamnesis, de J. M. Cabané) ARNAU PONS «No se puede salir de los árboles con medios de árboles» Francis Ponge, «El ciclo de las estaciones», El silencio de las cosas (1942) «Así trabajan mano a mano empatía y percepción interna para darme yo a mí mismo.» Edith Stein, Sobre el problema de la empatía (1917) Todo ese montón de ropa y la oscuridad de la sala pretenden expresar una experiencia interior. La pintura —lo que mancha y ensucia las telas— se debate, se niega, sin llegar a desaparecer por completo. Únicamente se niega a sí misma el derecho de proclamarse soberana. Cualquiera diría que se esfuerza por ocupar el lugar de la sangre que habría podido manchar esas vestimentas, o del sudor que las habría empapado, o de la orina, quizá del desgarro, o de la marca de las uñas, del grito, del llanto. En el último trance. En el instante del acorralamiento. Sin embargo, en el fondo, la pintura está aquí, dentro de los repliegues oscuros, porque huye del lienzo —o lo evita— para acurrucarse o refugiarse en otra configuración —casi en un recogimiento costoso que es también una abstinencia costosa. Porque ya no pinta, sino que se ha despintado. Con ropa y trapos anónimos. (Al fin y al cabo, el anonimato con el que el artista se enfrenta cuando decide trabajar con estos ropajes y harapos tomados de la calle, y ahora amontonados, es sin duda la mejor vía de acceso al suceso histórico con el que ahora quiere abrumarnos con una obstinada discreción.) La pintura, como decíamos, se precipita allí dentro, y cae, se esconde y se introduce con un movimiento que la rebaja, sin llegar a querer representar la puesta en escena de su propia aniquilación. En realidad, este montón de trapos es el resultado de la limpieza de los utensilios, de los pinceles, de las manos, después de días de trabajo. Hasta que quizá la pintura logra decir la verdad de las sombras. A fuerza de hacerse sombra ella también. Quizá algo humillada, aunque señorial en su humillación. Al fin y al cabo, el hombre que ha vivido esta experiencia —la que capta en ella, interiormente, y con una desazón empática, algo que la trasciende como ocurre con las vivencias de exterminio—, por el hecho de ser pintor, se ha obligado a cuestionar aquí su razón de serlo cuando se enfrenta a la transmisión pictórica de un viaje a Mauthausen. * Me han pedido que abra la puerta y pase al espacio aislado y pensado para la contemplación. Miro y circundo lentamente ese amontonamiento de vestidos y harapos. De lejos, me ha parecido ver un cerebro en una urna. A pesar de que el artista me dice que se trata, en gran parte, e insisto, de los trapos que utiliza día a día para limpiar sus pinceles, yo me esfuerzo por imponer mi primera impresión: en las manchas de pintura que puedo discernir entre ese montón apelmazado, cuando me acerco a él caminando en lo oscuro,

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De amontonamientos(Sobre Anamnesis, de J. M. Caban)ARNAU PONS No se puede salir de los rboles con medios de rbolesFrancis Ponge, El ciclo de las estaciones, El silencio de las cosas (!"#$As% traba&an mano a mano empat%a ' percepci(n internapara darme 'o a m% mismo)Edit* Stein, Sobre el problema de la empata (!+$,odoesemont(nderopa'laoscuridaddelasalapretendene-presarunae-periencia interior) .a pintura /lo 0ue manc*a ' ensucia las telas/ se debate, se niega, sin llegar a desaparecer porcompleto) 1nicamenteseniegaas% mismael derec*odeproclamarse soberana) 2ual0uieradir%a0uesees3uer4aporocuparel lugardelasangre0ue*abr%a podido manc*ar esas 5estimentas, o del sudor 0ue las *abr%a empapado, o de la orina, 0ui4 del desgarro, o de la marca de las u6as, del grito,del llanto) En el 7ltimo trance)En el instante del acorralamiento) Sin embargo, en el 3ondo, la pintura est a0u%, dentro de los repliegues oscuros, por0ue *u'e del lien4o /o lo e5ita/ para acurrucarse o re3ugiarse en otracon3iguraci(n/casi enunrecogimientocostoso0uees tambi8nunaabstinencia costosa) Por0ue 'a no pinta, sino 0ue se *a despintado) 2on ropa ' trapos an(nimos)(Al 3in'al cabo, el anonimatoconel 0ueel artistaseen3rentacuandodecide traba&ar con estos ropa&es ' *arapos tomados de la calle, ' a*ora amontonados, es sin duda lame&or 5%a de acceso al suceso*ist(rico conel0uea*ora0uiere abrumarnos conuna obstinada discreci(n)$.a pintura, como dec%amos, se precipita all% dentro, ' cae, se esconde ' se introduce con un mo5imiento 0ue la reba&a, sin llegar a 0uerer representar la puesta en escena de su propia ani0uilaci(n) En realidad, este mont(n de trapos es el resultado de la limpie4a de los utensilios, de los pinceles,de las manos, despu8s de d%as de traba&o) 9asta 0ue 0ui4 la pinturalogradecirla5erdaddelassombras) A3uer4ade*acersesombraellatambi8n) :ui4 algo *umillada, aun0ue se6orial en su *umillaci(n)Al 3in ' al cabo, el *ombre 0ue *a 5i5ido esta e-periencia /la 0ue capta en ella, interiormente, 'conunadesa4(nemptica, algo0uelatrasciendecomoocurreconlas 5i5encias de e-terminio/, por el *ec*o de ser pintor, se *a obligado a cuestionar a0u% su ra4(n de serlo cuando se en3renta a la transmisi(n pict(rica de un 5ia&e a ;aut*ausen) Ausc*@it4 es el *ec*o, es el signo del *ombre) .a imagen del *ombre 'a no puede separarse de una cmara de gas) ;ar%a, la actri4 protagonista, con el 5estido de Adriana, la desaparecida) .os o&os 5an *acia all%)ES,RAMNN> Es cierto)F.A=J;JR> Aun0ue no 0uieras)ES,RAMNN> =ecididamente, debemos girarnos *acia la naturale4a)