ariadna a teseo completo-1

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ARGUMENTO DE LA

ARGUMENTO DE LAEpstola dcima

Por tener algunas destas epstolas sus fundamentos en una mesma historia, ser necesario repetilla cuantas veces la forzosa ocasin lo demandare. Ya en el argumento de la cuarta epstola queda dicho cmo Teseo, hijo de Egeo, rey de los atenienses, vino a la isla de Creta para ser entregado al Minotauro. Y cmo por industria y amor dAriadna, hija del rey Minoos, mat Teseo al Minotauro y sali del intricado laberinto, obra del famoso artfice Ddalo. Libre, pues, Teseo huy de Creta con su esposa Ariadna, la cual llev consigo a su hermana Fedra, doncella de gran hermosura, de la cual, como en el navo se enamorase Teseo, fragu en su pecho una traicin bien indina de lo mucho que a su mujer, Ariadna, deba. Y queriendo ponerla en efeto, surgi en la despoblada isla de Naxos y, fingiendo quererse solazar en tierra, desembarc a la inocente Ariadna; y aquella noche, cuando la vio sepultada en el primer sueo, dejndola en la cama, se embarc y dio las velas en compaa de Fedra, su cuada, con quien se cas. Despertando Ariadna por la maana, hallndose sola y no viendo al navo, conoci luego la traicin de Teseo y, despus de prolijo y miserable llanto, finge Ovidio que le escribi esta carta increpndole de su mucha crueldad y de la ingratitud que con ella haba usado, la cual es una de las ms pesadas injurias que a un nimo noble y generoso puede suceder. No falta quien disculpa a Teseo, diciendo que el dios Baco le mand que dejase a Ariadna en Naxos. Pero yo lo creyera (si fbulas deben ser credas) si l no se casara con su cuada Fedra.

Ariadna a TeseoMs piadosa he hallado toda suerte

de fieras de esta isla inhabitada

que a ti, oh Teseo, causa de mi muerte.

Nunca fui yo peor acompaada

que de ti, pues a bestias me entregaste,

y de ellas soy y he sido alimentada.

Desde la playa donde me dejaste

te escribo, y desde donde, sin yo vella,tu nave al viento y ondas entregaste.

Era el tiempo en que Aurora clara y bella

la vtrea escarcha esparce por las flores,

y anuncia al sol la matutina estrella,cuando los acordados ruiseores

sus cuerpos con las hojas encubriendo,

presumen dulcemente de cantores.

Entonces no s (ay, triste!) si durmiendoo si medio despierta, por tocartemov la mano; y retirela huyendo.

A m la retir por no hallarte

y vuelvola a estender por todo el lecho

por tocar de tu cuerpo alguna parte.

Fue mi cuidado y busca fin provecho,que no vi a nadie, y concibiendo espanto

fue con el sueo mi placer deshecho.

Luego los miembros tmidos levanto;en la cama viuda el pecho suena

de mis manos opreso, y de mi llanto.

Mir (porque la luna estaba llena)

a ver si viera ms que arena y playa

y slo pude ver playa y arena.

D ac para acull corr; y sin saya

y sin orden, y aqu, y all caa

hacindome la arena estar a raya.

Entretanto, llamndote deca:

Teseo! Y aquel yermo donde estaba

el nombre de Teseo repeta.Y tantas cuantas veces te llamaba,

otras tantas la playa, la ribera

te llamaba, y con ecos te nombraba.

Quaunque arenoso y yermo lugar era,

parece le mova algn destino

a me ayudar en mi congoja fiera.

Un monte vi, que estaba al mar vecino,tajado y hecho ya desrumbaderopor batirlo las ondas de contino.

Y por ser hecho de un peasco enterotena raros rboles encima

a donde suben por despeadero.Sub por l, con harto miedo y grima,que el nimo da fuerza al de ella faltoy el amador ningn trabajo estima.Llegu a la cumbre, y puesta all en lo alto,

con presta vista el viento al mar rodeo,

que aun hasta el viento entonces me dio asalto.

Vi cumplida mi muerte, y tu deseo:vi tu vela mayor al Noto dada

llevar la nave por el gran Nereo.

Vilo! o mi vista a sido imaginada?

pues sin que bien lo viese qued muerta,

y ms que hielo, y ms que nieve helada.

Y aun el estar as traspuesta y yertano me dej el dolor, que como loca

me despert ms muerta que despierta.

Despertome el dolor y abri mi boca,

y a mi Teseo en altas voces llamo

creyendo que me vieses en la roca.

Adonde huyes! (otra vez esclamo),Teseo malvado a do tu nao salarga?

Vuelve al puerto y oye mi reclamo!Vuelve al puerto y a esta duea amarga

embarca en ella. Mira que no ira

sin m tu nave, con su propia carga.Esto una vez y muchas repetia

y si a la dbil voz faltaba aliento

con llanto irreparable lo supla.

Y todo este prolijo parlamento

fue mezclado con golpes desiguales

por aumentar la pena con tormento.

Las manos altas, hice mil seales

porque la voz no oyendo de mi boca

vieses mis seas, para ti mortales.

Tambin puse vandola con mi toca

que atndola (ay, dolor!) en una varala enarbol en la cumbre de la rocapara que, siendo vista, amonestara

a ti, y a quien tayuda en lo que hicistecmo quedaba aqu tu prenda cara.

Ya qua mi vista arrebatado fuiste,

las riendas di, al llorar, a mis enojos,

acrecentando el mar por do huiste.

Dantes tuvo el dolor mis tiernos ojos

entorpecidos, mientras te miraron,

mas ya de llanto dan ricos despojoscuando a tus velas de mirar dejaronQu cosa puede ser de ellos obradamejor que me llorar, pues me mataron?Tal vez corr furiosa desgreadacomo mujer bacante, del aliento

del Dios Ogigio y su furor tocada.Tal vez mirando al mar sereno y lento

en un peasco me sent, quedando

tan piedra como piedra era mi asiento.

Muchas veces macerco visitando

el duro lecho, que en la noche fra

nos recibi a los dos mollido y blando,el cual, despus (ay, msera!) no habade volver a los dos, quha recibido

al Alba bella y a la luz del da.

Yo, como mejor puedo, huello y mido

en tu lugar las huellas que estampaste,

midiendo pasos de un descomedido.

Las sbanas, crel, que calentaste

con tus miembros, las besa y las revuelve

esta afligida, qua morir dejaste.

Y tanto aqu con lgrimas se envuelve,

que a voces dice al lecho en que dormimos:pues te oprimimos dos, a dos nos vuelve.

Dos a tomar descanso en ti venimos,

porqu de ti los dos en esta orilla

en dulce compaa no partimos?Traidor, no cama ya, sino camilla,

cmo la mejor parte, estando quedo,me robas? Bien ser restituilla.Que har? Dnde sola partir puedo?

No hay vestigios de gente y de ganado,todo es horror, asombro, espanto y miedo.

La isla es despoblada, el mar hinchado

la cie, no hay piloto ni navoque siga rumbo tan inusitado.

Mas finge, y piensa que por gusto mose me conceda dulce compaa,

vientos y nave, todo a mi albedro;dnde porn la proa?por qu va

navegar? Pues la paterna tierra,

sus puertos, yendo all, me negara.Y aunque las ondas no me diesen guerrani el viento, ser siempre desterrada,

tanta miseria y mal en m sencierra.

No te merezco ver, Oh Creta amada,

en cien grandes ciudades dividida,

y por Jove y su infancia celebrada.Que a mi padre, y a ti, que eres regida

del justo padre mo, dao he hecho

con mi traicin infame, y torpe vida.

Ya los nombres de todo humano pechoreverenciados yo les fui traidora,

dadonde me resulta este provecho.

Y esto fue cuando (en fin, como amadora)

te di el ovillo de la cuerda neciaque tus pasos rigiese, cual tutora.

Porque en la casa revoltosa y recia

vencido no murieses, y seguro

gozases de quien huyes y te precia.

Y cuando me decas: yo te juro

por los peligros fuertes, y ecesivos

que mamenazan para lo futuro,que en tanto que los dos furemos vivos,

has de ser ma, y quemar en tu llama

mis pensamientos clebres y altivos.

Yo vivo y no soy tuya! S, una dama

vive, oh Teseo, que en la sepultura

est, por la traicin del que ms ama.Ojal fuera tanta mi venturaque con aquella clava, con que heristea mi hermano, me dieras muerte dura. Quas la fe y la palabra que me disteconmigo fuera muerta y sepultada,y no que en vida, viva y muera triste.No solamente me es representadala angustia que me espera, mas contemplocunto puede venir a una olvidada.Ocrreme un ejemplo y otro ejemplo,todos de muerte; y fuera menos penala muerte, que esperar verme en su templo.Ya me parece qua est parte suena,ya a esotro, lado el lobo cudicioso,que con sus dientes deshacerme ordena.Y quizs este suelo rigurosoleones fieros, tgueres sanguinas

produce, como inculto y espantoso.Tambin espele el mar bestias marinas,(segn se dice) horrificas, extraas,bravas, insaturables y caninas.Y cuando aqu faltasen alimaas,quien veda que lespada fiera, esquivadalgn estrao rompa mis cadenas?No me ser el morir pena ecesivacon tal que maniatada no me vea,con speras cadenas y cautivay que a mi ama, detestable y fea,porque toda desgracia y mal me cuadre,como sierva le hile mi tarea.Yo, a quien el grande Minos es mi padre,y a quien la ecelsa hija y poderosadel sol es mi querida y dulce madre.Y lo que ms estimo, y como cosade ms momento siempre estoy pensando,es que te fui en un tiempo amada esposa.Si he estado el mar, la tierra contemplando,la tierra y mar m han dado desconsuelo,por que me estn contino amenazando.Restabame esperar slo en el cielo,mas temo la inflencia esectuada de las estrellas contra m en el suelo.De todos estoy aqu desamparada,qua las focas y lobos tragadoreshe sido por manjar y pasto dada.Y aun quhaya en esta isla habitadoresno me osare far de forasteros,porque todos sois falsos y traidores.Por mi mal he aprendido ya a temeros,

por experiencia se (no lo supiera)

que es estranjero amor el de estranjerosQuisiera Dios Andrgeo vivo fuera,que tu cecropia tierra no pagaras [creo que debera decir pagara]con tantas vidas una muerte fiera:

??ni t, oh Teseo, Jano de dos caras,con el nudoso tronco desenvueltoal Minotauro horrfico mataras;ni yo te diera el hilo, el cual revueltoen tus manos te diese triunfo y gloria,sacndote del cerco, libre y suelto.Y no m admira cierto tu victoriani el ver con tu bastn muerto y deshechoal cretense animal, dino d historiaporque sus cuernos no eran de provechopara romperte el corazn triunfante;seguro estabas sin cubrirte el pecho.

Dun pedernal trajiste, dun diamanteforjado el pecho Cmo la flaqueza,dun monstro contra ti fuera bastante?Ecede de tu alma la durezaal pedernal, y al ms activo, y fuertediamante, por su mucha fortaleza.Sueo crel, por mi infelice suerte!,para que me volviste perezosa?

Eres, en fin, imagen de la muerte.Y si eres t su imagen, fcil cosafuera con noche eterna castigarme,[dice fuora?]para acabar con vida tan penosa.Vientos creles!, para atormentarme,bien pronto estuvo vuestro soplo insano:ligeros estuviste en matarme.Diestra crel!, sangrienta y cruda mano

que le quitaste con rigor la vida

al prodigioso cuerpo de mi hermano.Fe!, a quien te demando mal concedida,pues slo el falso nombre y fraudulento

tuviste y tienes, como fe fingida.Conjuraronse, el sueo, la fe, el viento

contra mi, y todos tres me dan alcance

mostrando en una nia su ardimiento.Yo pues, que estoy muriendo en este trance

no ver de mi madre el tierno llanto

hecho, par lo que pierde en este lance

???Ni tern quien con celo justo y santo

cierre mis ojos con sus dedos pos

porque no cause, estando muerta, espanto.Por estraas regiones y aires fros

mi espritu errar con curso incierto,

y por lugares lbregos sombros.Amiga mano a mi cadver yerto

no le pondr del blsamo de Arabia,

ltimo beneficio a un cuerpo muerto.

Antes con hambre, con estruendo y rabia,

marinas aves cubrirn los huesos

Di sta, que es muy amante y poco sabia.

stas son las esequias, los sucesos

de mi fnebre pompa, y este estado

es dino de mis crmines, y ecesos.Agora irs al puerto desado

dAtenas, donde siendo recebido

y estando entre la turba entronizado

ser por ti con fausto referido

cmo le diste muerte al hombre y toro

quedando el Laberinto confundido.Con majestad y amplfico decoro

cuenta, despus, que fui de ti dejada

sola en la isla, donde gimo y lloro.Que no he de ser, ni es justo ser borrada

de tus empresas, pues que soy trofeo

el ms famoso quhay en tu jornada.Desleal! No es tu padre el viejo Egeo,ni menos te ha parido con dolores

Etra, la amada hija de Piteo.Los peascos y el mar son tus autores;y as, aquesas entraas son tan fierascomo siempre lo son tus formadores.Oh! Quisieran los dioses que me vieras

desde tu nave, para m invisible,que en ver mi triste rostro te movieras.Mas ya que con la vista es imposible,pues ojos tiene el inteleto prestosmrame lo mejor que te es posible.Pegada me vers a un risco destos

a quien le baa el mar de rato en rato

con sus retozos, para m molestos.Mira, sueltos al aire y sin ornato

como de quien lamenta, mis cabellos,quen mil almas tocaron a rebato.Mis vestidos vers, si quieres vellos,tan llenos dagua con mi eterno llanto

cual si hubiera llovido un siglo en ellos.

Horrendo est mi cuerpo, y esto es tanto

como parva de trigo arrebatada

del aquiln, y no esagero cuanto

la letra de esta carta va borrada;que la pluma de brazo macilento

y de tiemblante mano es gobernada.No te ruego por mi merecimiento

pues del mayor que tengo y se me ofrece

no me resulta sino descontento.Pero si el hecho mo no merece

premio, tampoco es dino de castigo,porque el obrar virtud no desmerece.Si no he sido ocasin mientras te sigo

de tu vida, ninguna yo te he dado

para matarme aqu, como enemigo.

Mas adelante deste mar hinchado

tiendo mis manos dbiles y flojas

por lo mucho qual cuerpo han golpeado.Estas reliquias de mis hebras rojas

que doy al viento y a la tierra entregote muestro, y temo si en las ver tenojas.

Y si puedo rogar, tambin te ruegopor el copioso llanto, intenso y graveque t sacar pudiste de mi fuegoque a m te vuelvas. Vuelve atrs tu navecon el mudado viento! Ven, procuraser en tu vuelta ms veloz que un ave.

Y si llegando aqu, la muerte duracerrado hubiere todos mis procesos,

para les dar honrada sepulturacontigo llevars mis tristes huesos.

Fue el suceso (segn los poetas) que Teseo no voli por Ariadna, pero llegando el dios Baco en esta ocasin a esta isla, la recibi por mujer, y subindola al cielo, los dioses le ofrecieron una corona, la cual hoy se ve entre las celestiales figuras, llamada de los astrlogos la Corona de Ariadna. Ensea esta epstola no haberse de confiar las mujeres ligeramente de los hombres, los cuales habiendo satisfecho a su apetito, las ms veces las dejan burladas. Porque como dijo artificiosamente un poeta griego, hay hombres de nimo tan cruel y malino que eceden a las mesmas fieras y brutos en desagradecimiento. Y por haber traducido este pensamiento y epigrama en latn Claudio Minoo, lo porn aqu para el curioso.El arte potico en romance castellano

El terceto sirven para tratar larga materia, como una epstola

Cada terceto es una unidad de sentido.Endecaslabo heroico.

Utiliza racontos, prolepsis, anacronas, analepsis.

Juega con lo eufrico y lo disfrico.

Lo anmico define las cualidades de lo que le rodea.

Existen italianismos que el autor, por consecuencias fonticas, hay que respetar.

Ovidio y los dems tenan en cuenta la retrica como herramienta de construccin de la arquitectura de un texto. Se puede hacer una estructuracin: a) un exordio (parte breve, se hace acto de presencia, se busca la benevolencia del pblico (versos 1-9); b) cuerpo (la narratio-argumentatio) empieza con los sucesos (el pasado); c) la pereratio (eplogo) (v. 310, y ss.).

esparece

Hay una llamada en el margen izquierdo, y una nota marginal en el derecho: Padre, y patria.

tgueres: tigres; la forma adoptada permite evitar verso corto.

temerosos. Enmendamos.

volvisti. Enmendamos.

los