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AREA DE ORGANIZACIÓN INDIVIDUAL Y GRUPAL
INTRODUCCION
Para lograr un nivel de madurez y autonomía completo, y no solo funcional
inmediato, es necesario disponer de recursos para planificar y comprender las
diferentes situaciones de la vida cotidiana con cierta perspectiva. Esto implica
tener recursos y estar habituado a situaciones que requieren orden,
organización y responsabilidades personales y con el entorno.
Este tipo de autonomía es el que exige un nivel de maduración mas alto,
debido a que requiere una madurez espaciotemporal y, al mismo tiempo, un
análisis muy detallado y complejo de las implicaciones de cada una de las
situaciones y de los tipo de tarea que conllevan para adaptarse a las
circunstancias evitando rigideces, en muchos casos, poco operativas.
Esquema 18. Aspectos que intervienen en el área de la organización.
Así pues, se trata de un área más globalizada y de síntesis por el grado
de dificultad y porque exige un nivel de autonomía en las áreas analizadas
previamente, implicadas en cualquier situación cotidiana.
AUTONOMIA EN LA ORGANIZACION
Orden
Responsabilidades Relaciones
Domesticas Personales Otros Soledad Entorno
A medida que crece, el niño, toma conciencia de su individualidad, de la
de los demás y del hecho de que en muchos momentos es protagonista de
diversas situaciones. También se da cuenta de que este protagonismo lo
comparte, tanto en casa como en el colegio, y le exige una respuesta y asumir
las consecuencias de su actuación. Este hecho le crea la necesidad de no
ponerse en evidencia y ser eficaz en la resolución de múltiples situaciones que
van más allá del marco familiar.
De ello se deriva la necesidad de tener un orden y una organización
suficientes para poder responder y resolver las situaciones allí donde se
encuentre, teniendo conciencia de sus necesidades sin esperar que los adultos
se la resuelvan. Evidentemente, en muchos momentos no podrá hacerlo y
deberá saber pedir ayuda y ser capaz de aprender lo que ha de hacer para, en
un futuro, saber actuar.
1. AREA DEL ORDEN
Cuando hablamos del orden hacemos referencia al proceso de planificar
una actividad o actuación, así como los objetos, las tareas y el espacio y el
tiempo en que se realizan dichas tareas. Por ello, las implicaciones
madurativas y cognitivas son considerables.
Asimismo, después de realizar cualquier actividad, se deberán dejar los
espacios y objetos de forma conveniente y en el lugar adecuado., para
posibilitar la realización de otras actividades en el mismo espacio y la
recuperación, sin problemas y con eficacia, de los objetos.
No haremos aquí consideraciones sobre el orden, sus posibilidades y
sus límites, ya que es difícil analizar los métodos, niveles y objetivos que ha de
alcanzar el niño en un área tan poco objetiva. Hay personas que pueden
encontrar ordenado un espacio, mientras otras lo consideran absolutamente
desordenado.
Desde el punto de vista del adulto es posible encontrar múltiples
modelos de orden que pueden, además, ser motivo de controversia. Ello no
significa que sea un área que deba dejarse de educar para evitar la dialéctica.
Consideramos que se debe incidir en ella mientras se sigue discutiendo acerca
de la mejor manera de transmitir y, especialmente, exigir un rendimiento en
cada una de las edades.
Por todo ello, se debe posibilitar que el niño tenga sus cosas en el lugar
adecuado, que mantenga una estructura, establecida por la familia y que
participe en la elaboración de unos criterios.
Al hablar del orden de sus cosas, no se hace referencia solo a las que le
pertenecen sino a las que utiliza y son necesarias para la vida del grupo. El
niño dispone de unos espacios que le son propios: (habitación, sala de juego,
etc.), donde realiza sus actividades. Es necesario que se sienta responsable
del orden en general, pero especialmente en estos lugares para evitar el caos.
1.1.Objetivos
No pretendemos, pues, plantear un modelo determinado sino que, desde
el punto de vista educativo y teniendo presente la edad y las características de
la población infantil, es preciso:
Ofrecer un modelo que facilite la organización mental del niño.
Favorecer con este modelo el logro de un entorno funcional para
el y para los demás.
Favorecer la eficacia en la consecución de los objetivos, las
actividades y el control de los propios objetos.
Ofrecer unas pautas para que pueda adaptarlas a sus
características y modelo de vida.
Ofrecer unas pautas que favorezcan la convivencia y la
adaptación en cualquier entorno y eviten los problemas y
comportamientos eficaces.
1.2 Metodología
Evidentemente, el comportamiento de los adultos y su modelo de orden
tendrá gran trascendencia en el aprendizaje de esta área. Por ello, deben
valorarse las exigencias sociales, el entorno y el funcionamiento domestico
para procurar actuar con el máximo de coherencia posible y evitar las
contradicciones.
Medidas favorecedoras
Cuando el niño termine una actividad, antes de empezar otra,
ayudarlo a ordenas los objetos utilizados.
Desde muy pequeño, ordenar con el los objetos para crear el
habito, como si formase parte de la propia actividad.
El niño no ha de cambiar de actividad o marcharse dejando todo
de cualquier manera.
El niño puede disponer de lugares propios (cajones, cajas
grandes, etc) para ordenar las cosas, sin que esto represente
demasiado esfuerzo para el.
No se le exigirá que guarde todo meticulosamente, para evitar
que el orden se constituya en fuente de conflicto.
En la medida en que el espacio domestico lo permita, podrá
dejarse un juego organizado para favorecer la continuidad de la
actividad en otro momento. En ningún caso debe se un estorbo
para las actividades del grupo, por lo que debe acordarse el orden
entre todos.
Para facilitar tanto la actividad de juego como la de ordenar, es
aconsejable que los juguetes estén clasificados siguiendo ciertos
criterios y en unos espacios determinado, lo que favorece tanto el
orden como el mismo juego.
Es preciso que existan condiciones ambientales que permitan el
orden (cajones al alcance del niño), para no pedir un esfuerzo
excesivo, lo que provocaría tensiones continuamente y la
imposibilidad de garantizar que el niño pueda responder a lo que
se le pide.
Es conveniente favorecer el juego del niño en la medida en que
se racionalicen los objetos que precisa para su juego.
Situaciones que se han de evitar
Evitar que el objetivo del juego sea solo esparcir objetos sin
ningún sentido, ya que será mas difícil lograr poner orden
posteriormente.
Evitar que cada vez haya mas objetos, puesto que después será
mas difícil ordenarlos. En la medida en que el juego requiera otros
objetos, antes de buscarlos procurar que el niño ordene los que
ya no precisa.
Es preciso evitar discusiones sobre como y cuando poner orden.
Es conveniente generar la necesidad sin regañinas constantes.
A medida que el niño crece es espacio que los adultos no
resuelvan las situaciones, a fin de favorecer la comprensión de la
realidad y generar la necesidad para una mayor implicación
personal y grupal.
A partir de los 9-10 años el niño puede tender a infravalorar el
orden, debido a la monotonía y la redundancia, que generan falta
de interés. No hay que resolverle las situaciones ni dejar que se
instale el desorden, ya que su recuperación será mas difícil y
fácilmente se llegara al caos.
Respuestas correctoras
Es preciso generar y buscar maneras de que los niños comprendan la
necesidad de regular sus comportamientos. Por ello, en este caso se intentara:
No resolver ninguna de las situaciones que sean mas o menos
criticas debido al desorden del niño. Por lo tanto, aunque sea
evidente que tendrá un fracaso (mala nota en la escuela por
haber perdido algo o por no encontrarla, etc.), solo hay que
ayudarlo una vez para que comprenda lo que ocurre y no debe
resolverse la situación en un futuro.
En caso de que sea reincidente en el desorden, se planificara el
tiempo para que, antes de jugar o hacer otra actividad, ordene lo
que necesita, lo ponga en un lugar visible y pueda jugar, después,
si tiene tiempo. En la medida en que el niño comprenda que el
desorden le implica más tiempo para hacer lo mismo, podrá
modificar su actuación.
Si se instala el desorden, podrán utilizarse el fin de semana o
momentos libres para exigir un orden.
Se podrán eliminar objetos para facilitar un espacio mas amplio y
meno trabajo para ordenar.
Niveles generales del área
Se describen a continuación, en el cuadro de los hitos evolutivos.
Hitos evolutivos en el área del orden
Edad Orden
1–2
años
- Puede ayudar a ordenar algunos juguetes que usa
- Puede ordenar alguna prenda de las que usa
2–3
años
- Puede ayudar a ordenar algunos juguetes que usa, durante cierto
tiempo.
- Puede ordenar algunas prendas de las que usa
3-4
años
- Puede ayudar a ordenar los juguetes.
- Puede ordenar las prendas que usa
- Puede comenzar a ayudar a ordenar la compra
4-5
años
- Ordena la ropa que se saca, pijama, zapatos, etc.
- Ordena sus objetos en el sitio correspondiente
- Ordena la silla y las prendas en el colegio
- Pone en su sitio lo que usa para merendar
5-6
años
- Pone orden en momentos concretos
- Sabe mantener cierto orden en los lugares comunes: lavabo, etc
- Sabe ordenar sus juguetes.
6-7
años
- Mantiene el orden en sus objetos
- Mantiene el orden en los espacios que utiliza, aunque puede
tener dificultad con algunos objetos.
- Empieza a mantener el orden en los cajones
- Debe ser el protagonista absoluto del orden de sus juguetes.
7-8
años
- Comprende la necesidad del orden porque ha tenido fracasos.
- Le gusta pasar ratos ordenando.
- No siempre es operativo con sus criterios de orden. Hay que
ayudarlo a descubrir nuevas formas
8-9
años
- Después de las actividades resuelve correctamente el orden de
los objetos utilizados.
- Empiezan a aparecer situaciones de inconstancia, especialmente
si no se ve
- Es capaz de mantener un orden en las bolsas de colegio, asi
como en los cajones
- La presión del entorno (valoración de los adultos, maestros, etc)
actúa de forma positiva.
9-10
años
- Empieza a descubrir diferentes normas de ordenar y puede pasar
mucho tiempo tanteando
- No siempre es eficaz ni termina la tarea cuando lo ha
desordenado todo.
- En muchos momentos puede ser muy meticuloso
- En los cajones puede haber un caos.
10-11
años
- Sabe ordenar los objetos que usa
- Deja los espacios correctamente
- Empieza a encontrar subjetivos los criterios que se le dan y
puede iniciar una actuación personal diferente de la familia
- Empieza a encontrar monótono el orden y no le gusta que le
quite tiempo
11-12
años
- Sabe ser ordenado aunque no lo sea siempre
- Le molesta que le ordenen las cosas porque no las encuentra
- Se le puede exigir un nivel muy adecuado y unos criterios lógicos
12-13
años
- Es preciso que no pierda los criterios elegidos y aceptados
- Se le debe exigir orden en todas las situaciones
- Es preciso que vaya adquiriendo orden en los objetos de trabajo
escolar
13-14
años
- Puede perder muchos de los niveles que ha adquirido, mas por
interés hacia otros temas que por incapacidad.
- Debe mantener el orden
- Es posible flexibilizar algunos aspectos, pero en ningún caso
dejar que pierda lo que ha logrado, especialmente si afecta a los
demás.
AREA DE LAS RESPONSABILIDADES
Uno de los objetivos principales que proponemos es favorecer, con las
respuestas del entorno, que el niño comprenda que es un miembro mas del
grupo, que tiene unos derechos y deberes, como cualquier otro, por lo que
deberá participar de forma activa en el trabajo de los adultos u otras
circunstancias.
El proceso de adquisición de este tipo de autonomía puede ser mas
complejo, debido a que el primer beneficiario no es el propio niño sino el gripo
del que este forma parte. Es mas fácil comprender que los demás puedan o
deban ayudarnos, que entender que se ha de ayudar sin ser el beneficiario
inmediato.
En el esquema 19 destacamos las principales responsabilidades
Esquema 19. Principales responsabilidades que el niño ha de adquirir.
1. Responsabilidades domesticas
Objetivos generales
Responsabilidades
Domesticas Personales Con pequeños
Limpieza Comidas Objetos Dinero T. Libre
Si se educa al niño con respecto a las responsabilidades domesticas,
se evitaran problemas de dependencia, inmadurez social,
inseguridad e, incluso, celos de otros que consideren rivales. Los
objetivos que se proponen son los siguientes.
Estimular el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Fomentar el sentido de responsabilidad.
Demostrar al niño que una comunidad se organiza si todos sus
miembros responden a las necesidades de acuerdo con sus
responsabilidades.
Comprender el funcionamiento de un grupo, las tareas que
son necesarias, las ventajas de compartir estas tareas que, en
definitiva no son propias de nadie ni son especialmente
interesantes.
Metodología general
Las actuaciones irán encaminadas, básicamente, a la comprensión
de la conveniencia de este tipo de habituación, más que a la
ejecución de conductas concretas. En este sentido, cabe destacar las
siguientes medidas:
Demostrar que estas responsabilidades se asumen de una
manera habitual y no esporádica, a fin de que los demás se
despreocupen, hasta llegar a una autonomía y a no precisar
control alguno.
En caso de llegar a la distribución rotatoria de las actividades,
no es conveniente que estas se asuman durante periodos
demasiados cortos, ya que se dificultara el hábito y, por lo
tanto, la memorización y el cumplimiento. Por lo tanto, la
contribución como mínimo será semanal y con preferencia
mensual según la edad y el tipo de responsabilidad.
Es preciso que el niño participe junto con el adulto para
compartir y tener cierto protagonismo. Se lo puede orientar y
ayudar para que comprenda las dificultades, los riesgos y los
inconvenientes de una actuación inadecuada.
Evidentemente, la participación en estas actividades será en
muchos momentos como un juego para el niño. Con este
juego dará mas trabajo al adulto que cuide de el, ya que los
resultados no serán buenos y el desorden puede ser mayor.
Es preciso pasar por esta etapa.
El niño no debe asumir, hasta alcanzar cierta edad, la tarea en
su totalidad, sino los aspectos más concretos y asequibles.
Es interesante ayudarlo a comprender como puede obtener
buenos resultados con un ahorro de tiempo y esfuerzo, para
que cuando deba realizar la tarea, no le resulte tan difícil.
Hay que ayudarlo a encontrar el mejor momento para efectuar
cara actividad, tanto por los resultados como para la buena
marcha de la organización familiar y para que su realización
resulte mas fácil e interfiera al mínimo sus actividades y
posibles intereses.
a. Participación en las diferentes situaciones de limpieza del
hogar.
Cuando se plantea la responsabilidad de la limpieza, se
busca educar la sensibilidad y la comprensión de que es
necesario el mantenimiento de cualquier entorno en el que
se vive y que, en estos momentos, la casa es el lugar
donde pasa la mayor parte de su tiempo. Por lo tanto, se
estimulara la sensibilidad hacia los aspectos generales y
en relación con cada dependencia.
Asimismo, con esta educación se ayudara al niño a
comprender que cada espacio (habitación, cocina, aseo)
requiere un cuidado diferente para que este en
condiciones.
En relación con su aprendizaje se podrán plantear
situaciones como las que se han propuesto en la
metodología general.
Medidas favorecedoras
Como ya se ha expuesto en las normas generales,
inicialmente debe participar el adulto, para ayudar a
resolver la parte de la responsabilidad que no es
propia del niño.
Se puede realizar un mural con las
responsabilidades de cada miembro del grupo para
fomentar la participación y posibilitar la comprensión
de lo que hace cada uno.
Al pedir al niño la resolución de una parte de la
tarea, es importante que comprenda los aspectos
que no asume y, a la vez, las repercusiones de la
participación de cada uno.
A partir del momento en que el niño tenga edad para
asumir las tareas de forma plena, se facilitara su
comprensión de la totalidad y el entrenamiento en su
resolución.
Situaciones que se han de evitar
Una vez que se plantea la participación del niño, es
importante que nadie resuelva las responsabilidades
que le corresponden, ya que si se encuentra con las
tareas resueltas no se habituara a hacerlas.
Se trata de generar, en todo momento, la necesidad
de participar, por lo que no tendrá sentido
recordárselo continuamente.
Es importante que no se genere un clima de conflicto
permanente, sino que se deben dar recursos para
que cada uno asuma lo que tiene que hacer.
Respuestas correctoras
En este campo las respuestas correctoras irán
encaminadas a la consecución de las
responsabilidades exigidas y se constituirán en
meras consecuencias de los actos que hace el
propio niño:
En el momento en que no se ha resuelto una
situación, se planificara el horario de manera que la
primera obligación sea cumplir la responsabilidad,
aunque esto interfiera en otras actividades mas
motivadoras.
Se podrá plantear la necesidad de resolver estas
situaciones cuando el niño vuelva del colegio, antes
de hacer cualquier otra cosa.
Se podrá plantear la posibilidad de no cambiar de
responsabilidad, aunque ésta se ms molestas y
rutinaria, a fin de posibilitar la adquisición del habito.
b. La participación en el momento de las comidas
En relación con este tipo de responsabilidades es
importante desglosar todas las posibilidades de actuación
para buscar la variabilidad y favorecer la participación en
aspectos más flexibles o menos rutinarios. En este sentido
hay múltiples tareas: sacar la mesa, ponerla, lavar los
platos, ordenar la cocina, etc.
Medidas favorecedoras
El niño ha de tomar conciencia de que son necesarias
diversos objetos para llevar a cabo adecuada y
correctamente la acción de comer.
Ha de preocuparse de colocar los utensilios necesarios en
la mesa antes de empezar a comer: Para evitar levantarse
constantemente según se vayan necesitando, debe
ponerlos en la mesa antes de empezar.
Los utensilios que el niño debe llevar a la mesa o a la
cocina han de ser adecuados a sus posibilidades en cuanto
a medida, peso, peligro, etc.
Ha de ver que lo que el ha utilizado no debe quitarlo nadie
mas y que, al estar sucio, debe lavarse y, por lo tanto,
llevarlo al fregadero, dejando libre la mesa para cualquier
otra actividad.
Es conveniente la planificación de acciones encadenadas,
ya que facilitan la creación de los hábitos y evitan
esfuerzos. Por ejemplo, al acabar de comer, poner los
cubiertos dentro del plato, levantarse, dejarlo en la cocina,
tirar los restos, lavarse las manos y dientes y planificar su
tiempo libre.
Planificar, de acuerdo con las posibilidades horarias y las
necesidades de cada uno, unas responsabilidades que
puedan ser asumidas.
En caso de dificultad en el comportamiento de alguno de
los miembros, pueden pasarse las responsabilidades a los
fines de semana, como forma de garantizar la dinámica
familiar positiva.
Situaciones que se han de evitar
Resolver las situaciones a las que se ha comprometido el
niño.
Generar un clima de conflicto que fomenta la tensión y que
lleva a que el niño sienta que esta perjudicando al grupo y
pueda utilizarlo como forma de presión.
Asumir los adultos o los miembros de la familia mas
colaboradores, las situaciones que no se resuelven.
Respuestas correctoras
Es preciso que el niño interrumpa las actividades que este
haciendo para resolver sus responsabilidades.
En caso de tener sistemáticamente dificultades para
responder puede hacerse un mural para autoevaluarse
(caras con expresiones que refleje su comportamiento,
pintar con los colores del semáforo, etc.).
2. Responsabilidades personales
a. Responsabilidad con los objetos y las tareas personales
El niño debe aprender a resolver una serie de situaciones que lo
afectan directamente, sin esperar de los adultos la resolución de
todas sus necesidades.
Por otra parte, cuando la familia desarrollar una vida exterior
(trabajo de los adultos, relaciones sociales, actividades de ocio,
etc) es aun mas claro que debe haber una autonomía para evitar
la necesidad de controlar las pequeñas situaciones cotidianas que
favorecen tanto el rendimiento en cualquier actividad como las
multiplex tareas y condicionantes de la vida cotidiana. Por ello, es
importante que, además de las implicaciones en las tareas
colectivas, haya una autonomía en las propias ya que, de otra
manera, en muchos casos quedaran sin resolver y generaran un
alto grado de incompetencia y falta de autonomía real.
Objetivos
Favorecer la conciencia de que, como cualquier otro
miembro del grupo, tiene derechos y deberes.
Educar al niño con este planteamiento, para evitar
problemas de dependencia, inmadurez social, inseguridad
y falta de estima como ocurre en la actualidad, en que se
tiende a sobreproteger al niño, lo que repercute en una
menor seguridad y menos habilidades para enfrentarse a
los requerimientos del entorno.
Demostrar que estas responsabilidades se asumen de una
manera habitual y no esporádica, a fin de que los demás se
despreocupen de las tareas que el cumple, hasta llegar a la
autonomía.
Concientizar al niño de que este protagonismo debe
llevarlo a cabo tanto en su casa como en el colegio y
asumir las consecuencias de su actuación.
Crear la necesidad de dar respuestas adecuadas para no
ponerse en evidencia.
Saber resolver las situaciones allí donde se encuentre.
Tener conciencia de las propias necesidades para poder
dar respuestas sin esperar que los adultos las resuelvan.
Saber pedir ayuda, cuando la precise, con una actitud
positiva y sin dramas y ser capaz de aprender lo que debe
hacer para, en un futuro, saber dar la respuesta precisa.
Saber resolver sus obligaciones y no esperar que se lo
controle o se lo premie.
Metodología
El fundamento metodológico de esta área reside en la actitud del
adulto. Deben darse al niño pautas de comportamiento y ayudarlo
a organizarse dando respuestas a sus actuaciones, pero sin
resolverle aquello que por su nivel pueda hacer, aunque lo haga
peor.
Medidas favorecedoras
En una primera etapa deben sentarse las bases, dando
puntos de referencias temporales y de espacio, ya que
estos le permitirán no solo comprender lo que se debe
hacer sino también como hacerlo.
Desde que el niño es pequeño debe ver como se realizan
los preparativos para las diferentes situaciones que se han
de resolver, ello le permitirá realizar, en el futuro, una serie
de tareas, como ayudar a preparar su bolsa, si practica
deporte u otra actividad, y posteriormente preparársela el
solo.
Es preciso darle puntos de referencias temporales: el
domingo es fiesta, el lunes va para el colegio y necesita la
bata, etc,, ya que son elementos clave para que, en una
segunda fase, pueda colaborar mejor, hasta llegar a un
protagonismo y control totales por su parte.
En este sentido puede elaborarse un calendario de la
semana para ayudarse y, en cuanto se levante, saber que
es lo necesita.
Situaciones que se han de evitar
Recordar, en cada situación, que debe hacer o que precisa
para responder a sus necesidades.
Si el niño se descuida algún objeto, en un primer momento
se le podrá recordar dándole recursos para que piense y se
controle. Después de 2-3 veces deberá hacerlo solo y, no
lo hace, aunque el adulto se de cuenta de ello, debe dejar
que se encuentre con las consecuencias, hecho mas
positivo que seguir recordándole lo que tiene que hacer.
Medidas correctoras
Es preciso favorecer que sea responsable, para lo cual
deberá actuar y resolver sus responsabilidades en el
momento e que llegue a su casa, antes de jugar o hacer
otra actividad.
Es preciso eliminar algunas actividades para que pueda
resolver todo lo que es prioritario.
En la medida en que disponga de todos los recursos
(planificación, calendario, etc), será preciso favorecer la
autoevaluación con dibujos, después con símbolos y
finalmente con comentarios.
Hay que favorecer el análisis de los motivos por los que no
funciona. Debe haber un compromiso del propio niño para
reconducir la situación.
Se deben evitar las recompensas por el comportamiento,
ya que debe buscarse que el control y el buen hacer sean
los factores motivadores.
b. Responsabilidad con el dinero.
Inmerso en una sociedad consumista, el niño tiene reclamos por
todas partes y se siente atraído por ellos. En este sentidi, a
menudo se genera una demanda hacia el adulto para satisfacer
todos los caprichos propuestos por la publicidad que lo rodea,
Por otra parte, en la medida en que muchos compañeros o
compañeras tienen objetos diferentes, se genera cierta
competitividad que estimula las ansias de poseer, las cuales van
mas allá de querer un objeto para poder competir e igualarse con
los demás. A menudo, en cuanto lo tiene, el niño pierde interés
por dicho objeto.
Este consumismo genera, pues, una serie de valores y conductas
que deben ser educadas para fomentar la autonomía ante ellos a
fin de que sea el propio niño quien se proteja ante estos
estímulos, mas allá de las respuestas especificas que se puedan
dar (Navidad, aniversarios, etc.).
Las opciones para lograr esta educación son dos:
1. No dar dinero al niño y ser el adulto el árbitro ante sus
demandas. El adulto decide cuando y por que responde a las
presiones. Hasta cierta edad es siempre el adulto quien
decide.
2. Dar al niño cierta cantidad de dinero para que aprenda a
administrarse y adquiera unos criterios sobre los precios y las
prioridades en la compra de los objetos que llaman su
atención. En este sentido habría una educación para lograr
una autonomía y no depender de las decisiones de los
adultos.
En este momento optamos por la segunda opción por enmarcarla en el
contexto de la educación de la responsabilidad, sin pretender sobrevalorar una
y desestimar totalmente la otra.
Objetivos
Acercar al niño a una realidad en la que esta inmerso.
Hacerlo participe de las decisiones y las consecuencias de estas
decisiones, para favorecer el conocimiento del entorno.
Favorecer la comprensión del valor de las cosas, especialmente en un
momento en que, por las valoraciones sociales actuales, paree que se
da más importancia al costo económico que al hecho de ser consumidor.
Favorecer la valoración de cada objeto al margen de su valor
económico.
Valorar la racionalización de las adquisiciones en función de su utilidad,
uso e interés al margen de lo que poseen los compañeros.
Valorar lo que se tiene y no lo que tienen los demás-
Favorecer el cuidado y mantenimiento de lo que se tiene porque ha
implicado una renuncia, por el propio valor y por ser un objeto propio
Saber administrar, es decir, temporalizar las adquisiciones en función del
interés.
Potenciar la posible renuncia de una compra inmediata porque se tiene
un proyecto que puede ser más interesante.
Metodología
De acuerdo con los objetivos, la metodología deberá favorecer tanto la
comprensión del valor del dinero como la posibilidad de aprender a
administrarse y especialmente, los valores ante el consumismo. Se trata de
considerar que es mas importante ser que tener (From, 1993) y, al mismo
tiempo, sentirse satisfecho con lo que se tiene utilizándolo y no solo estar
satisfecho de poseerlo como si se tratara de un talismán.
Cuando el niño se enfrenta a estas situaciones, empieza a valorar el precio de
los objetos y, sobre todo, el grado de interés que estos le despiertan, lo que lo
llevara a decidir si lo compra o no. Además, aprende el manejo de las monedas
y a valorar la relación precio/calidad. En esta situación, el niño podrá tomar
conciencia del entorno, lo que redundara en su autonomía y responsabilidad,
ya que deberá tomar decisiones.
Es importante, pues, no comprar constantemente a los niños cualquier cosa
que demanden aunque su precio real sea escaso, ya que los hábitos y las
dependencias no son positivas.
Si no se le da una asignación, no hay que satisfacer todos sus caprichos,
explicándole las razones. Una cosa que es difícil de entender es el hecho de
que hoy se compre y mañana no. Para ayudar al niño es preciso darle unos
criterios para que las respuestas no estén condicionadas por el humor, la
insistencia, la presión del entorno u otros factores poco educativos.
Medidas favorecedoras
Por principio, la cuantía económica no debe ser importante, puesto que
el objetivo es que el niño aprenda a administrar, a saber esperar y, en
todos los casos, a comprender el valor de las cosas. Si se dispone de
muchos recursos, el valor pierde importancia.
La cantidad asignada debe aumentar en función de la edad, pero a
todas las edades debe ser una suma poco importante.
Hay que favorecer la comprensión de los diferentes recursos que se
pueden lograr con el dinero: caprichos, dulces, objetos de interés,
complementos de juegos, objetos coleccionables o intercambiables.
Es preciso educar al niño para que, en la medida de lo posible, controle
estos estímulos y no se someta a las presiones.
Si se da dinero al niño, es conveniente hacerlo semanalmente, porque
en este espacio de tiempo tiene mas posibilidades de controlarlo. Si
comete un error podrá compensarlo al cabo de pocos días, cuando
dispondrá de dinero nuevamente.
Un criterio puede ser darle una cantidad con la que puede comprar 4-5
chucherías pequeñas a la semana, mientras tenga menos de 6-7 años.
A partir de esta edad la cantidad podrá variar en función de diferentes
criterios y gastos que el asuma (colecciones, etc.), pero siempre
teniendo presente que los niños no han de disponer de cantidades de
dinero sino que deben ir “cortos”.
Incluso cuando tienen 16-17 años deben disponer de cantidades lógicas
y en relación con la realidad, ya que si tienen un poder adquisitivo muy
alto (puedan salir e ir al cine a menudo, etc.), difícilmente podrán
comprender que la realidad es complicada y que deben luchar porque
hay dificultades.
Situaciones que se han de evitar
Si el niño desea un objeto y a causa de una mala administración no
puede tenerlo, nunca se le debe dar, sino que habrá de esperar a que
disponga de nuevo de dinero. De lo contrario, este planteamiento no
tendrá el menor valor.
En ningún caso este dinero será la paga por sus responsabilidades. Por
un lado, deberá tener responsabilidades por el hecho de vivir en
comunidad y, por otro lado, podrá tener una aportación para satisfacer
sus caprichos.
Respuestas correctoras
En este campo no es muy necesario establecer una serie de medidas
correctoras, puesto que no se trata de no darle el dinero si no lo administra,
sino solo de no darle mas del que le corresponda aunque insista o se lo haya
gastado.
c. Responsabilidad en el tiempo libre
Una nueva situación cotidiana es la necesidad de educar a los
niños desde pequeños en la organización del tiempo libre y en
asumir las responsabilidades de su distribución.
En este sentido se han de considerar diversas variables:
1. En estos momentos, fruto de la organización familiar, a
menudo los niños no disponen de mucho tiempo libre porque
realizan numerosas actividades extraescolares, con lo que la
familia evita que estén solos en casa.
2. En muchos momentos los horarios familiares generan un
sentimiento de culpabilidad por parte de los adultos, quienes
quieren compensar su ausencia permitiendo a los niños unos
horarios ilógicos para evitar enfrentamientos y planteamientos
que pueden generar tensiones.
3. La familia dispone de muchos recursos audiovisuales
(televisor, video, incluso en cada habitación) que son
estímulos que evitan la necesidad de plantear como pasar el
tiempo en que no se tienen obligaciones.
4. El hecho de tener una serie de requerimientos, por parte de la
escuela, es un factor que tiende a regular el tiempo libre, pero
entra en contradicción con los planteamientos familiares y
hábitos que haya adquirido el niño.
Estas variables, entre otras, junto con la falta de espacio y
otros condicionantes llevan a que este tiempo no se ocupe de
forma educativa y racional, lo que trasciende al tiempo de fines
de semana, vacaciones o fiestas. En definitiva, se pone de
manifiesto la necesidad de establecer unos criterios que
favorezcan la toma de decisiones sobre las actividades,
posibilidades y autonomía en el uso de dicho tiempo.
Objetivos
Al ser un campo importante desde temprana edad y tener
grandes repercusiones a partir de la adolescencia, es
importante establecer unos criterios que fundamenten la
educación en este sentido. Por ello creemos que se debe:
Enseñar a repartir el trabajo, en función de los días de
que se disponga para realizarlo, y no esperar hasta el
último momento.
Aprender a tener cierto ritmo de resolución de las
situaciones.
Favorecer el estimulo de actividades interesantes y
variadas: juego, lectura, etc.
Favorecer la toma de decisiones sobre lo que se quiere
hacer para afrontar el aburrimiento.
Descubrir las múltiples posibilidades del tiempo libre,
además de los recursos audiovisuales.
Metodología
La metodología deberá fundamentarse en los criterios de los
adultos, quienes serán para el niño el modelo.
No se trata de generar muchas privaciones o normas sino,
básicamente, de estimular intereses y ofrecer posibilidades
para que el niño aprenda a utilizar su tiempo libre.
Medidas favorecedoras
Al igual que el adulto, el niño necesita tiempo libre, no
programado por nadie, para decidir la actividad que
quiere hacer o, en ultimo termino, aburrirse.
Hay que buscar los momentos, especialmente en el fin
de semana, para escoger las actividades entre múltiples
posibilidades.
Se han de analizar las ofertas sociales para decidir la
posible elección.
Elegir una franja de la programación televisiva
controlando la calidad y la cantidad de tiempo que se
ve.
Favorecer el análisis de posibles intereses implícitos en
las actividades.
Siempre se debe garantizar las relaciones afectivas,
para que no sea este el motivo de las dificultades del
niño.
Situaciones que se han de evitar
Ampliar el horario televisivo porque el niño se aburre
Acabar jugando siempre con el niño porque no sabe
que hacer.
Impedir las situaciones de elección.
Reprochar las decisiones que se han tomado porque no
han sido suficientemente divertidas o interesantes. Se
trata de analizar y aprender.
Medidas correctoras
Al igual que en otros campos (dinero) no es necesario
establecer medidas correctoras, porque se trata, sobre todo de
organizar y evitar que el adulto intervenga en el momento en
que se ha programado la actividad. Por lo tanto, no es preciso
incidir corrigiendo el comportamiento infantil, sino mas bien
comentarlo después de haberlo terminado.
En el momento en que se plantee una dificultad mas clara
podrá regularse la actividad que ha programado el niño
ofreciendo alternativas.
d. Responsabilidades con los mas pequeños
Por ultimo, una responsabilidad que puede ser asumida, en cierta
medida, a partir de una edad determinada es el cuidado de un
hermano pequeño en situaciones específicas, dando una
respuesta adecuada a las necesidades.
No se trata de que el niño asuma el solo su cuidado ni de darle
una responsabilidad ante situaciones para las que no esta
preparado y puede no tener las reacciones adecuadas. Se trata
de que comprenda que, en ocasiones, puede hacer con otro
aquello que normalmente hacen con el: darle apoyo físico,
afectivo y material, en momentos en que los adultos están
presentes pero no pueden atender al pequeño a causa de las
tareas que deben realizar.
La posibilidad de asumir este tipo de responsabilidades esta
condicionado por las situaciones ambientales, la manera de ser
del niño y la manera de ser del pequeño que se le confía.
El interés radica en que, aunque sea por un espacio corto de
tiempo, el niño deba estar pendiente de otra persona que pueda
necesitarlo. Esta situación crea unos lazos afectivos entre ellos y,
al mismo tiempo, ayuda al niño a pensar en el otro y a encontrar
recursos para resolver una serie de situaciones: si llora, leerle un
cuento, cantarle una canción, cambiarlo.
El grado de dificultad que presente el niño en esta área
dependerá de la diferencia de edad entre el y el pequeño que
debe cuidar, de su propia edad, de los recursos de que disponga,
de la edad y las características del pequeño que se le confía, etc.
Así pues, antes de colocar al niño en una situación parecida es
preciso tener muy claro que es lo que puede hacer, porque ya lo
haya hecho en presencia de los adultos y se ha observado su
respuesta. En todos los casos el niño debe poder ponerse en
contacto con adultos para que lo ayuden.
3. Niveles generales del área
Se describen a continuación, en el cuadro de los hitos
evolutivos.
Hitos evolutivos en el área de las responsabilidades
Responsabilidades domesticas
Menos de 2
años
- Puede poner, de vez en cuando, algunas cosas en la
mesa
- Puede ayudar en tareas concretas: regar flores, etc
2-3 años- Puede sacar servilletas y objetos pequeños y seguros
- Puede poner algunas cosas pequeñas: cucharillas, etc.
3-4 años- Puede disponer algunas cosas en la mesa
- Puede sacar objetos de forma sistematica
4-5 años
- Puede ser responsable de poner la mesa en situaciones
cotidianas con objetos simples.
- Puede ser responsable del cuidado de una flor o de una
tarea simple
5-6 años
- Sabe ser responsable de algún animal que requiera
pocos cuidados
- Puede ser responsable de tareas domesticas simples:
lavabo, polvo, etc.
6-7 años
- Puede sacar la mesa
- Puede poner la mesa sin dificultad
- Puede sacar la basura
- Puede ser responsable de la limpieza o cuidado de
alguna cosa (bide, lavabo, etc)
7-8 años
- Puede ser responsable de la compra de algún producto
que se precise diariamente
- Puede lavar algunos objetos fáciles: vasos, cubiertos,
platos del desayuno
- Puede poner objetos pequeños en el lavavajillas
8-9 años
- Puede barrer
- Puede ayudar a limpiar la cocina (los aspectos mas
básicos)
- Puede poner la mesa de forma correcta incluso con
utensilios de complemento: jarrones, salvamanteles, etc
9 – 10 años
- Sabe recoger cuando tira agua u otro producto. No
siempre es correcto el resultado
- Puede lavar los platos, aunque los utensilios grandes no
los lave bien.
- Puede cuidar correctamente a un animal.
10 – 11 años
- Puede limpiar correctamente
- Puede barrer, sacar el polvo
- Puede pasar la fregona, aunque no siempre es correcto
el resultado
11 – 12 años- Puede poner la mesa en alguna festividad
- Puede colaborar en la limpieza mas a fondo
12 – 13 años- Puede hacer la limpieza de una habitación
- Sabe mantener la limpieza de su habitación
13 – 14 años - Puede realizar la limpieza de una pieza común: cocina,
lavabo
- Puede mantener limpio un espacio
- Puede resolver cualquier contratiempo: rotura de un
objeto, recoger los trozos, limpiar si le cae un producto
aunque implique las paredes, suelo
Hitos evolutivos en el área de las responsabilidades
Responsabilidades personales
Edad Tareas personales Dinero Relación con otros
pequeños
1-2 años
2-3 años- Puede empezar a
jugar solo
- -
3-4 años
- Puede jugar solo - Puede
hablársele del
valor del dinero
- Puede pagar
alguna compra
para que
comprenda
como se debe
actuar
-
4-5 años
- Puede participar
en la preparación
de su bolsa
- Sabe lo que va a
necesitar para
hacer una
actividad fuera de
casa
- Puede
hablársele del
valor de
algunas cosas
que pide
- Empieza a
comprender
que hay
monedas
diferentes.
-
5-6 años - Puede organizar
su bolsa de
deporte
- Ayuda a preparar
lo que necesita
para ir de colonias
o de excursion
- Puede iniciarse
la asignación
de algún dinero.
- Le cuesta
administrarse
pero
comprende
rápidamente
que lo que pide
-
tiene un valor.
6-7 años
- Prepara la bolsa
de deporte sin
control
- Toma conciencia
del tiempo que
necesita para
hacer una
actividad
- Va tomando
conciencia de
valor de los
objetos y del
poder
adquisitivo del
dinero que
tiene.
- A menudo no
compra porque
no le compensa
- Puede ayudar
en el juego
- Puede vigilar un
bebe, poner el
chupete, etc.
7-8 años
- Distribuye el
tiempo en función
de lo que tiene que
hacer
- Sabe organizarse
para ir a casa de
otros amigos
- Puede
incorporarse a un
centro de recreo
en actividades
extraescolares
- Sabe preparar lo
que debe llevar
- Empieza a
administrarse
porque quiere
algo mejor.
- Busca criterios
- Puede ir a
comprar con
dinero y
esperar el
cambio, con
cantidades no
muy grandes
- Puede jugar
durante un
tiempo con un
pequeño
sabiendo lo que
le gusta
- Puee ayudarlo
en alguna
necesidad:
agua, acercarle
objetos.
8-9 años - Sabe preparar lo
que precisa para la
excursión
- Pide revisión
- Sabe distribuir el
tiempo
- Sabe el dia que
- Su
administración
es bastante
lógica
- Puede cuidarlo
mientras
duerme y
hacerle
compañía al
despertar,
mientras no
llegan los
precisa las bolsas
o materiales
específicos
- Tiene criterios para
resolver
situaciones
mayores
9 – 10
años
- Sabe programas
actividades
pertinentes
- No espera al ultimo
momento para
hacer sus
obligaciones o
preparar las cosas
- Evita los
imprevistos
- Planifica su
administración
- Sabe esperar y
ahorrar
- Sabe controlar
el cambio
- Empieza a
tener criterios y
decidir si lo que
compra es
correcto
- Puede cambiar
un bebe
- Puede darle
alguna comida
- Puede ayudarlo
a jugar
10 – 11
años
- Sabe programar
las acciones con
tiempo
- Acostumbra ser
previsor con
exceso
- Sabe aprovechar
los ratos de que
dispone
- Va adquiriendo
mas eficacia en
las decisiones
- Puede cuidar de
un hermano
pequeño de 1-3
años
11 – 12
años
- Se muestra
autónomo y
responsable
- Le gustan las
actividades
extraescolares
- Tiende a llenar su
- Sabe dar
criterios de
cómo se
administra
- Sabe pedir mas
calidad en lo
que compra
- Puede cuidar de
un hermano
pequeño por la
noche, siempre
que pueda
llamar a alguien
si lo precisa
tiempo
12 – 13
años
- Es mas autónomo
y sabe llegar mas
tarde a casa pero
con autocontrol
- Es capaz de
planificar
proyectos mas
ambiciosos
- Puede pedir
dinero para su
festividad y
hacer otros
planes
- Puede cuidar de
los hermanos al
volver del
colegio.
- Sabe preparar
algo par los
hermanos a la
mañana o
mientras los
padres están de
compras
13 – 14
años
- Responde
positivamente a lo
que ha
programado
- Sabe distribuir su
tiempo
- Sabe resolver los
imprevistos
- Sabe planificar
- Se organiza tanto
en su casa como
fuera de ella
- Sabe asumir
otros gastos,
con lo que sus
ingresos
pueden ser
mayores.
- Sabe planificar
y distribuir
- Puede cuidar de
algún hermano,
resolver sus
necesidades y
ayudarlo a
entretenerse.
AREA DE LAS RELACIONES
1. Soledad en la casa y en los desplazamientos
Un último objetivo que planteamos en la adquisición de la autonomía
es la posibilidad de que el niño, a medida que avance en su madurez,
sea capaz de resolver una serie de situaciones sin la ayuda de los
adultos.
Obviamente, no se trata de un planteamiento para que el niño
prescinda de los demás, sino de que, a partir de cierta edad y según
las circunstancias, el niño no se sienta desvalido ante una serie de
situaciones a las que es capaz de dar una respuesta.
Evidentemente, este tipo de habito esta muy condicionado por la
seguridad afectiva que tenga el niño y por la autonomía que se le
haya dado en el seno de la familia, en otras aéreas mas controlables.
Por otra parte, a partir de cierta edad, el objetivo es la autonomía
plena, con vistas a un comportamiento mas autónomo, a fin de que e
niño n este exigiendo a lo adultos la toma de decisiones o la
resolución de dificultades y, al mismo tiempo, evitar que se generen
indefensión e inseguridad ante los imprevistos y las situaciones que,
por otra parte, son frecuentes (enfermedad familiar, trabajo de los
padres, avería en el transporte, etc).
Aunque hay unos objetivos comunes plantearemos por separado los
que son propios de cada situación.
Objetivo: estar solo en el hogar
Capacitar al niño para que de respuestas adecuadas a
situaciones que son cotidianas.
Aprender a asumir una serie de tareas solo (estudiar,
levantarse, etc) teniendo la certeza de dar la respuesta
adecuada y, si llega el caso, buscar la ayuda precisa y
necesaria, no sintiéndose desbordado por la situación, ni
angustiado porque no hay nadie.
Quedarse solo por espacios de tiempo variables en función de
la edad y comprender y asumir esta situación.
Aceptar los motivos y las circunstancias de la ausencia de los
adultos: reuniones, necesidad de salir, visitas al medico, cine,
etc.
Adquirir la seguridad de no necesitar ser vigilado ni protegido
porque se es capaz de estar solo.
Comprender que tiene el nivel suficiente de autonomía
Comprender que el hecho de poder estar solo es señal de
confianza.
Objetivo: desplazarse solo
Posibilitar la comprensión de los diferentes itinerarios para
elegir, en unción de la situación y las circunstancias, el más
adecuado.
Ofrecer mecanismos de seguridad para afrontar situaciones
imprevistas pero controlables sin que esto genere una
desestabilización.
Aprender a adaptarse a la sociedad.
Comprender que la gente que va por la calle puede ayudar a
resolver cualquier situación, si se es capaz de plantearla,
aunque la seguridad ciudadana en algunos momentos nos
provoque cierta inquietud.
Comprender que hay una serie de personas (policías,
conductores de vehículos públicos, etc) a las que puede
dirigirse con mas confianza por el lugar que ocupan o por la
relaci0on que puede establecerse con otras personas de
forma permanente.
Metodología
Medidas favorecedoras: estar solo en el hogar
Para lograr la seguridad se deben seguir unos pasos muy claros:
Primero es preciso que los adultos hayan salido previamente
varias veces, dejándolo al cuidado de alguien, con el
conocimiento del niño o sin el. Así, este puede constatar que
los padres salen y que es una situación normal.
Es preciso que comprenda que no siempre puede ir con los
adultos por alguna razón clara: porque debe ir a dormir,
porque el sitio donde van no es adecuado para el, etc.
Es necesario decirle siempre la verdad, aunque le cueste
aceptarla, ya que es fundamental que no descubra que ha sido
engañado. Un niño que descubre que se le miente puede
sentir inseguridad al no saber con absoluta certeza que hacen
los adultos.
Ha de tener unos puntos de referencia, para saber como
controlar el periodo de tiempo que transcurrirá: cuando
vuelven los padres aun será de día, cuando la aguja del reloj
este .. etc. En estos puntos de referencia ha de incluirse la
posibilidad de imprevistos.
Si esta enfermo, se le deben proporcionar objetos para que
pase el rato más fácilmente: radio, cuentos, etc.
Medidas favorecedoras: desplazarse solo
Antes de que el niño se enfrente solo a estas situaciones,
debería considerarse imprescindible hacer un entrenamiento
para verbalizar las posibilidades y, a la vez, enseñarle a
analizar las repercusiones de cada decisión.
Es importante ayudarlo a comprender que frente a cualquier
situación puede haber diferentes maneras de reaccionar, que
todas pueden ser buenas y que alguna es mejor que otra. Por
lo tanto, es preciso no atolondrarse, analizar que se puede
hacer y afrontar la situación sin preocuparse, teniendo la
certeza de que lo que se hace es correcto.
También es preciso que el niño se enfrente a situaciones ante
la presencia de los adultos, tomando el todas las iniciativas.
Una vez que haya actuado, se deberá valorar si podía haber
hecho otra cosa y que ventajas o inconvenientes tenía cada
opción.
Siempre hay que valorar la decisión tomada, aunque hubiera
otras que posteriormente se consideraran mejores, ya que ha
sido una decisión y ha sabido responder positivamente.
En caso de que la respuesta no haya sido adecuada se
analizara, sin reproches, como reaccionar en otro momento,
dando confianza en sus posibilidades.
Dar seguridad al niño, ayudándolo a comprender que si bien el
mundo que lo rodea es complejo y amplio, debe intentar
aprender a moverse en el y saber resolver sus problemas o
necesidades.
Dar el niño la autonomía suficiente para que no deba estar
pendiente del adulto, y permitir que sea responsable, que
vigile, sin pensar que ya hay quien vigile por el y, por lo tanto,
despreocuparse de su entorno. En una palabra, permitirle que
abra los ojos.
Favorecer que el niño se relacione con los compañeros, que
viva la pequeña aventura de ir de su casa a la escuela y al
revés, hablando de sus cosas, haciendo recorridos diferentes
para descubrir nuevos itinerarios.
Se debe entrenar al niño, sin correr riesgos excesivos, para
que pueda moverse en este ambiente de su ciudad o su barrio
con el máximo de recursos posibles.
Es preciso circular con el a pie, haciendo el itinerario que debe
hacer para que lo conozca bien, pedirle que sea el quien guie
y quien diga si se puede atravesar la calle o no, estando a su
lado, pero tomando el la iniciativa.
Ayudarlo a descubrir otros caminos, etc. Es importante
enseñarle que debe hacer si un día se pierde y como ha de
preguntar, sin angustias, en una ciudad que no conoce. Para
ello conviene ayudarlo a encontrar unos puntos de referencia
(tiendas, semáforos, carteles, etc.) que lo guíen.
Explicarle como debe actuar en los semáforos, si hay coches
que giran, si un día se estropean. Utilizar transporte público y
darle pistas y puntos de referencia para que sepa manejarse.
Indudablemente, en la mayoría de las ciudades hay mucho
transito y no es fácil la circulación, especialmente en las zonas
urbanas de mucha densidad. Ahora bien, esto no debe privar
de hacer el aprendizaje. En la medida en que se vea como
reacciona el niño y aprende, se sabrá cuando es el momento
para que se vaya solo y las posibilidades de que progrese.
Situaciones que se han de evitar
Aunque no haya necesidad de plantear actuaciones de este
tipo, es preciso afrontarlas, puesto que si no se aprenden
generaran inseguridad y falta de autoestima al ver que los
iguales son capaces de hacerlo.
A partir de cierta edad, se debe evitar la ayuda constante de
los adultos.
Hay que evitar acompañar al niño en muchos momentos, para
ir deprisa para evitar cansancio, frio o lluvia. Estas
circunstancias deben asumirse con autonomía.
Es especialmente importante que los adultos o marchen o se
queden en casa angustiados, ya que transmitirán este temor al
niño y se creara una situación conflictiva que generara
inseguridad. Este aspecto se debe lograr entre todos y con la
comprensión de todos.
Respuestas correctoras
Al igual que en otros campos, no es lógico establecer medidas
correctoras sino solo hacer reflexionar al iño, pautar la hora de
regreso a casa, tomando decisiones acerca de sus respuestas y su
implicación. Solo se debe evitar que la sobreprotección genere
exigencias de comodidad y de apoyo que en nada favorecerían el
desarrollo y la madurez.
2. Relaciones Sociales
Cuando planteamos la necesidad de que el niño establezca unas
relaciones sociales, hacemos referencia a la sociabilidad que es
deseable que el niño adquiera para enriquecerse con la relación con
los demás, ya sea a través del juego o de cualquier tipo de actividad.
Es importante que el aprendizaje favorezca la comprensión de las
pautas de relación social, adquiriendo una madurez en el
comportamiento.
Evidentemente, esto tiene unas repercusiones positivas para el niño,
pero también le exige adaptarse a los demás, a las normas y, en
cierta medida, recibir frustraciones e inconvenientes por el hecho que
lo demás puede alterar su vida. Este conjunto de ventajas e
inconvenientes constituye el núcleo educativo de esta área.
Para que esta relación social sea satisfactoria, el niño debe tener un
nivel de madurez y de autonomía personal que le permita no
necesitar a los adultos y poder abrirse paso entre sus iguales.
Asimismo, necesita esta madurez para comportarse adecuadamente,
para relacionarse con otros adultos de forma adecuad, pidiéndoles su
intervención en el momento preciso, y para comprender, de forma
correcta, las situaciones, las conveniencias y los requerimientos que
se le hacen.
Objetivos
Comprender las pautas de relación en el seño de los
diferentes tipo de grupo
Conseguir la motivación para ampliar las relaciones y las
circunstancias de dada una de ellas
Comprender las pautas de comportamiento que son propias
entre iguales y con lo adultos.
Lograr un nivel aceptable de civismo y respeto por las
personas, los lugares y los objetos.
Comportarse adecuadamente sin precisar la presencia y guía
del adulto.
Comprender que, aunque sea muy abierto y se valore la
espontaneidad, hay momentos en que la prudencia es
imprescindible.
Medidas favorecedoras
En un primer momento el modelo de los iguales será un factor de
aprendizaje. Ahora bien, como sus comportamientos no siempre son
adecuados, será preciso:
Hacer un análisis de los comportamientos posibles y decidir el
mejor.
Favorecer el aprendizaje de pautas en el momento en que
deba ir a un lugar determinado y analizar los motivos de lo que
se le pide.
Hacerle comprender que, cuando va a una casa que no es la
suya, debe adaptarse a los estilos de los demás y a sus
costumbres.
3. Niveles generales del área
Se describen a continuación, en el cuadro de los hitos evolutivos.
Hitos evolutivos en el área de las relaciones
Área de la soledad
Edad Estar solo en el hogar Desplazarse solo
1-2 años
2-3 años
3-4 años
- Sabe estar solo en
casa durante un rato
porque los adultos
han salido por poco
tiempo.
-
4-5 años - Puede estar solo
mientras se hace la
compra, no mucho
tiempo.
- Si los adultos salen
- Puede iniciar las
salidas por las
cercanías de la
casa para comprar
alguna cosa o ir a
por la noche se lo
dicen. Normalmente
esta acompañado,
pero puede haber un
pequeño momento
en que aun no haya
llegado la persona
que lo cuida.
la casa de alguien,
si no tiene que
pasar por calles
transitadas.
5-6 años
- Si se despierta no se
preocupa y resuelve
las situaciones que
tiene, aunque no este
solo.
- Se puede quedar un
rato solo durante el
dia.
- No se inquieta
- Puede comenzar a
ir a comprar en
calles de una sola
dirección.
6-7 años
- Puede empezar a
quedarse solo por la
noche, durante un
tiempo prudencial, si
tiene teléfono para
avisar
- Sabe su dirección y
teléfono
- Puede ir solo al
colegio, si no esta
muy lejos
- Comprende el
semafoto y el cruce
de peatones. Sabe
vigilr y respetar
7-8 años - Puede quedarse solo
durante el dia
- Puede llegar a casa
antes que los demás
- Puede quedarse mas
tiempo por la noche
- Puede ir solo al
colegio
- Si no encuentra
una calle o se ha
desorientado, sabe
pedir ayuda con
tranquilidad.
- Puede ir a comprar
y, si no encuentra
lo que busca, ir a
otra tieda del barrio.
- Puede ir a casa de
amigos y sabe ir
solo
- Se le amplian los
horizontes de su
calle hacia un area
mayor
8-9 años
- Comprende el reloj y
sabe cuando van a
llegar
- Comprende que
puede haber algún
imprevisto
- Puede ir por la
ciudad en barrios
mas bien limitados
- Puede iniciarse en
el transporte
publico.
- Encuentra
itinerarios
alternativos que
favorecen la
comprensión de los
desplazamietos
- Aunque haga mal
tiempo quiere ir
solo
9-10 años - Puede quedarse solo
por la noche
- Tiene un teléfono de
contacto
- De dia puede estar
solo y sabe
- No tiene problemas
con las avenidas,
desplazamientos y
lugares donde debe
ir
- Sabe preguntar y
organizarse orientarse.
- Debe ir solo
aunque haga mal
tiempo.
10-11
años
- Puede quedarse solo
durante el dia y
resolver alguna
necesidad: cena
rápida.
- Sabe ir a lugares
públicos
(mercados)
- Se inicia en la
orientación con
planos
- Sabe programas el
tiempo que precisa
para ir a los lugares
y se organiza
11-12
años
- Puede resolver
alguna situación
(cena, comida),
porque ha habido
alguna circunstancia
que lo requiere.
- Puede ir a dormir
solo
- Sabe orientarse por
la ciudad sin
problemas
- Se le puede hacer
un encargo y sabe
resolverlo
12-13
años
- Puede estar solo
durante periodos de
tiempo mas largos
sin inquietarse, tanto
de dia como de
noche
- Sabe ir de una
población a otra.
- Sabe como ir y le
gusta organizarse
- No se atolondra y
pregunta
13-14
años
- Puede estar mas
tiempo solo y
resolver sus
necesidades
- No tiene problemas
para ir a sitios
donde no ha estado
Hitos evolutivos en el área de las relaciones
Edad Sociabilidad
1-2 años
2-3 años
- Puede empezar a comprender las pautas en su
casa y en la de los familiares
- Sabe adaptarse a una persona que lo cuide
mientras los padres están fuera, sin exigir tratos
diferentes de los habituales
3-4 años
- Sabe saludar a la gente de la calle, aunque su
relación es muy emotiva.
- Puede empezar a comprender el teléfono
4-5 años
- Si va gente a su casa procura captar su atención
- No habla tanto con los desconocidos
- Responde mejor al teléfono
- Se comporta bien con el pediatra u otros
profesionales de la salud.
5-6 años
- Sabe mantener una conversación con personas
pocos comunes
- Sabe responder a preguntas precisas.
- Sabe saludar correctamente
- Comprende que los servicios públicos están a su
disposición
- Comprende el papel de la policía.
- Sabe hablar por teléfono
- Comprende las normas sociales en un restaurante
pero le cuesta mantenerse
6-7 años - Comprende el papel del medico y lo ve como un
amigo.
- Si va gente a su casa no llama constantemente la
atención.
- Aun se cansa cuando va de visita pero sabe
comportarse durante un rato
- Sabe contestar el teléfono y da los encargos
correctamente
7-8 años
- Si se hace daño o se pone enfermo en el colegio,
sabe comportarse aunque tenga que ir al medico.
- Empieza a comprender el compromiso social.
- Sabe comportarse en una fiesta, boda,
restaurante, etc
- Se interesa por su entorno, oficios, trabajos
8-9 años
- Si recibe visitas sabe interesarse durante un rato
- Esporádicamente toma la iniciativa de saludar por
la calle
- Sabe que hay comentarios inadecuados o cosas
que no debe decir.
- Puede ir a lugares públicos a hacer un tramite
correcto
- Sabe comportarse en una tienda
9-10 años
- No pide tratos de favor ante situaciones que se
den en grupo
- Comprende que hay comportamientos
inadecuados
10-11
años
- Puede ir a la peluquería solo
- Puede ir a hacer tramites burocráticos y pedir
información
- Al comprar, pide detalles y se explica
11-12
años
- Participa en conversaciones serias y con adultos
- Sabe preguntar de forma adecuada
- Sabe comportarse si hay visita en su casa-
- Sabe comportarse y pedir permiso si va de visita
- Puede llevar cantidades de dinero para hacer
gestiones
12-13
años
- Sabe ir al medico
- Se explica cuando precisa de un producto o una
atención
13-14
años
- Se interesa por la actualidad
- Participa en debates y opiniones
- Se relaciona con madurez sin comentarios
inadecuados
- Va tomando postura ante los acontecimientos