arboles muertos y mucha tinta _ especial salgari
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Un especial dedicado a Emilio Salgari, autor de grandes novelas de aventuras. Recopila articulos del antiguo blog Arboles Muertos y Mucha Tinta, mas otros artículos relacionadosTRANSCRIPT
Especial Salgari Arboles Muertos y Mucha Tinta Especial 1
Roberto Barreiro
Editorial: releyendo a Salgari
Mirando la web, descubro que casi no hay un análisis serio de Emilio Salgari como autor. Al menos en español. Sí hay sitios donde hablan de su trágica vida (un tipo que podría competir con Joe Shuster y Jerry Siegel por el puesto de "artista más fregado por sus editores") pero analizar su trabajo, novela por novela, no hay. Parece que es más fácil hablar de su talento como autor de aventuras que sentarse y leer las dichosas historias. Así que en la medida de lo posible vamos a reseñar las novelas que tengamos a mano de Salgari (que son unas cuantas). A ver si se merece nuestro respeto como autor o es un tipo que nos gustaba solo de niños. Y a ver si con esto logramos que ustedes desempolven esos libros de que tienen guardados por ahí para pegarles una segunda leída...
Si bien el objetivo de este e-zine es agrupar los textos publicados en la sección Especial Salgari de mi antiguo blog, he decidido que corresponde además agregar algunos textos relacionados escritos para otros lados. Las entradas del Corsario Negro y de Sandokán se escribieron para mi Guía de Piratas de Ficción, originalmente escrita por encargo de un editor del que ahora prefiero no acordarme y terminaron saliendo como suplemento en los primeros números de la revista Metropia (www.metropia.com.ar). Si quieren leer el libro vayan y descarguenlos que son gratuitos, igual que la revista. La
nota sobre los orígenes históricos de Sandokan salió publicada en el número 24 de la revista española Barsoom (que recomiendo que compren sin dudar, muchachos). Todo lo escrito aquí es de mi autoría, por cierto. ¿Faltan cosas? Claro que sí: Salgari tiene mucho para escribir. Sin ir más lejos no me metí con los libros de la saga del Corsario Negro. Quedará para el futuro. Y espero que disfruten el paseo por el universo de Emilio Salgari. Nos vemos en el nuevo blog (https://arbolesmuertosymuchatinta.wordpress.com ) Roberto Barreiro
¿Quién es
Sandokan?
Nacido de una familia
principesca de
Kinibalu, un pequeño
reino de Borneo, la
vida del joven
Sandokán cambiaría
cuando su familia fue
asesinada en una
intriga palaciega y su reino convertido en un satélite de las
potencias europeas, representadas por el “rajah blanco”
de Sarawak, Sir James Brooke. Ante esta situación,
Sandokán juntaría en la pequeña isla de Mompracem una
banda de piratas y empezaría una carrera que en poco
tiempo lo convertiría en el hombre más temido por los
barcos de la región. La bandera roja con el tigre en el
mastil avisaba al os barcos mercantes que “El Tigre de la
Malasia” y sus hombres iban a por su presa.
En esos primeros años, Sandokán conocería a su mejor
amigo y mano derecha, Yañez de Gomera, un portugués
sarcástico y de una sangre fría notable. Yañez se convirtió
en el perfecto complemento de Sandokán, el tipo que
frenaba sus impulsos de arrojo si lo consideraba
innecesario y lo
secundaba en la
creación de sus
osados planes.
De a poco Sandokán
se labró fama de ser
un pirata valiente,
osado, respetuoso con
sus prisioneros,
estricto pero generoso
con sus “tigrecillos”
piratas, cortés con las
mujeres, temido por
los poderosos y los
codiciosos, odiado por los europeos y amados por los
desprotegidos de la zona.
Todo eso cambiaría en 1849 cuando Sandokán conoció al
amor de su vida, Lady Mariana Guillonik, joven conocida
como “la Perla de Labuan” por su belleza… y que es
sobrina del lord James Guillonik, gobernador del puerto de
Labuan y enemigo jurado del “Tigre” y sus piratas. Tras
varias aventuras Sandokán logra llevarse con él a Mariana
(quien corresponde al amor del pirata) hasta Mompracem.
Pero esto ha sido la gota que colma el vaso y una armada
de naves ataca la isla y derrota al Tigre. Por suerte, Yañez
y los restos de los “tigrecillos” rescatarán a Sandokán y a
Mariana, para luego poner rumbo a Java. Parece que ahí
termina la leyenda del Tigre de la Malasia…
Pero la muerte de Mariana, víctima del cólera, hará que
Sandokán decida volver a Mompracem y retomar su
carrera como pirata. Poco después, Mompracem es de
nuevo el dominio del Tigre.
La casualidad lleva a Sandokan a conocer a Ada, la prima
de Mariana. Ella iba a ser una víctimas de la secta de los
thugs cuando fue rescatada por su enamorado el cazador
de tigres Tremal-Naik. Tremal Naik está preso en los
dominios de James Brooke y, en honor a Mariana,
Sandokán ayudará a rescatarlo, aunque eso lleva a
enfrentarse a muerte con Brooke y con lord Guillonik,
quien todavía quiere destruir a quien le robó a su sobrina.
Al final todo sale bien: Ada y Tremal-Naik se reúnen,
Brooke se aleja de Sarawak y lord Guilonik, viendo que
Sandokán ha recuperado a su otra sobrina se reconcilia
con éste.
En 1857, Sandokán ayudará a Tremal-Naik a rescatar a
su hija Darma de las manos de los thugs que la han
capturado como venganza por el rescate de su madre de
sus manos. Pero para rescatarla deben meterse en medio
de una India convulsionada por la rebelión de los cipayos
contra los británicos. Todo termina con el exterminio de la
secta y la muerte de su lider, Sudhoyana, a manos de
Sandokán. Esta novela trae también la aparición de
Surama, bayadera hindú destinada a convertirse en la
prometida de Yañez.
Despues de esto, hay diez años de paz, donde Sandokan
ha renunciado a la piratería si bien sigue siendo el amo de
Mompracem. Pero una armada británica ataca la isla y
parece que Sandokán resultará al fin destruído. Por
suerte, conseguirá comprar una nave de vapor y metal, el
“Rey del Mar” con la que podrá combatir de igual a igual a
sus enemigos y recuperar su poder.
Tras esto, Sandokán irá al reinó hindú de Assam para
ayudar a que Surama consiga el torno de ese reino que
legítimamente le pertenece y le fue usurpado por su primo
Sindhia y su aliado Teotokris. Tras la victoria y la
coronación de Yañez como rajah consorte de Assam, es
hora para que Sandokán recupere su trono. Cosa que
logrará tras enfrentar de nuevo a Teotokris. Pero le falta
recuperar su isla de Mompracem, lo que conseguirá
venciendo al sultán de Brunei. Mompracem es de nuevo
de él. De allí en más, Sandokán se asentará para gobernar
su reino, solo saliendo para ayudar a Yañez y Surama a
defender su torno de las maquinaciones de Sindhia.
Los libros Sandokan apareció por primera vez en 1883 en el libro “le
Tigre della Malasia”, serializado por entregas en las
páginas del diario “La Nuova Arena” de Verona, en le que
era editor Emilio Salgari. Este es uno de sus primeros
libros y uno de sus primeros éxitos. Sin embargo, solo será
publicado como libro en 1900, con el título de “Le Tigri di
Mompracem”, para no confundirlo con su secuela, “I Pirati
della Malasia”, serializado en
1892 y recopilado como libro en
1896.
Tras ellos vendrían “le Due Tigri”
(1904), “Il re del mare” (1906),
Alla conquista di un impero”
(1907), “Sandokan alla riscossa”
(1908), Il bramido dell’Assam”
(1911), “La caduta di un impero”
(1911) y “La rivincita di Yañez”
(1913). Además se considera
parte del mismo ciclo “I misteri
Della Jungla Nera” (1887), donde
aparecen por primera vez
Tremal-Naik, Ada y su sirviente
Kammamuri, que serán
personajes importantes de la
saga de Sandokán.
Por supuesto, la muerte de
Salgari en 1911 no impidió que
sus editores intentaran seguir la
serie de su personaje más
conocido muchas veces
queriéndolo hacer pasar como
escritos por el propio Salgari. Los
siguientes títulos son
considerados fuera del canon del
ciclo de Sandokán:
-“il Vulcano di Sandokan”
(Giovanni Bertinetti);
-“La rivincitá di tremal-Naik”
(autor desconocido),
- “La vendetta dei thugs” (autor
desconocido);
- “La Tigre del Bengala”
(Quattrini);
- “Sandokan, Rajah Della Jungla
negra” (Luigi Motta);
- “Sandokan nel cerchio di fuoco”
(autor desconocido);
- “La pantere di Timor” (Emilio
Fancelli);
- “Yanez la tigre Bianca” (Emilio
Fancelli);
- “Mompracem contra i dacoiti”
(Emilio Fancelli);
- “il rajah dell’ Assam” (autor
desconocido);
- “La tigre Della malesia” (Luigi
Motta o Emilio Moretto);
- “Lo scetrro di sandokan” (Luigi Motta o Emilio Moretto),
- “La gloria di Yanez” (Luigi Motta o Emilio Moretto);
- “Addio Mompracem” (Luigi Motta o Emilio Moretto);
- “Sandokan contro il leopardo di Sarawak” (autor
desconocido);
- “Sandokan nella Jungla Nera”
(autor desconocido);
- “Il figlio di Yanez (Emilio
Fancelli),
- “Le ultime avventure di
Sandokan” (Giovanni Bertinetti);
- ”il fantasma di Sandokan”
(Giovanni Bertinetti);
- “I thugs alla riscossa” (autor
desconocido);
- “Il retorno delle tigri di
Mompracem” (autor
desconocido);
- Il segreto del fakiro” (autor desconocido);
- “La mie memorie” (Giovanni Bertinetti y Renzo Chioso).
Desde que a principios del siglo XX la editorial Saturnino
Calleja comenzara a publicar regularmente los libros de
Salgari en castellano, ha habido innumerables ediciones
de los libros de Sandokán. Desgraciadamente muchas de
esas ediciones adulteran recortan y condensan los libros,
con lo que se pierde buena parte del estilo de Salgari, que
está particularmente inspirado en esta serie. Hay que
destacar las ediciones de la colección Robin Hood, con
maravillosas tapas de Pablo Pereyra y las actuales de
editorial Porrúa, que dan ediciones completas de las
novelas de la serie, sin abreviar.
También ha habido varias
adaptaciones al comic de las
historias de Sandokán.
Lamentablemente ninguna ha
sido particularmente notoria. Lo
más destacable es la versión
satírica que el dibujante italiano
Altán hizo del personaje, tiras que
se vieron en los primeros
números de la revista Totem de
España a fines de la década de
1970 y una versión dibujada nada
menos que por Hugo Pratt que
solo recientemente fue publicada.
Sandokan es un personaje bien reconocido en Italia,
España Portugal, Alemania e Hispanoamérica. Sin
embargo tanto en Francia como en USA e Inglaterra
nunca se hizo conocido el nombre Salgari. Por eso, en
esos países el nombre de Sandokan es casi desconocido.
En el cine y la TV La primera versión de Sandokán apareció en plena Italia
fascista con "I Pirati della Malesia" (Enrico Guazzoni,
1941) y “Le due Tigri” (Giorgio Simonelli, 1941), lo cual
tiene su lógica (digo un héroe popular del país que se
enfrenta de manera frecuente a los ingleses en plena
Segunda Guerra Mundial…)
Sandokán permanecerá fuera de las pantallas hasta 1963,
cuando aparece “Sandokan, el Tigre de borneo”
(“Sandokan, la tigre di Mompracem”, Umberto Lenzi). En
esta película, el personaje fue interpretado por Steve
Reeves, más conocido como el forzudo Hercules de los
peplums mitológicos del período. Más allá de algunas
libertades con el relato original (sandokan secuestra a la
sobrina de lord Guillonik porque éste tiene preso a su
padre), la película es bastante entretenida y Reeves hace
un papel aceptable como Sandokan. Su éxito hizo que al
año siguiente apareciera la secuela “Los piratas de
Malasia” (“I pirati De la Malesia”, Umberto Renzi) de nuevo
con Reeves en el papel del Tigre de la malasia.
El mismo año 1964 que vió aparecer el segundo filme de
Reeves también trajo dos películas más protagonizadas
por Sandokan, “La venganza de Sandokan” (“Sandokan
alla riscossa”) y “El leopardo de Sarawak” (“Sandokan
contro il leopardo di Sarawak”), ambas dirigidas por Luigi
Capuano y protagonizadas por Ray Danton (actor
norteamericano mas conocido por su trabajo en westerns).
Aquí se toman más libertades con el relato original
(Sandokan descubre que es heredero real solo de adulto;
su enamorada se llama Samoa) pero igual es una
aventura entretenida (ambas películas son continuación
directa una de la otra).
En 1971, Ivan Rassimov encarnará a Sandokan en “Los
tigres de Mompracem”
(“Le Tigri di
Mompracem”, dir.:
Mario Sequi), una
adaptación poco fiel al
relato original.
Pero el actor que será
EL Sandokan de la
pantalla recién
aparecerá en 1976, de
la mano de una
miniserie televisiva de
seis episodios dirigida
por Sergio Solima
(uno de los
realizadores más
interesantes salidos
del boom del “spaghetti western”) llamada simplemente
“Sandokan”. La serie contaba con unos valores de
producción impresionantes (escenas filmadas en
exteriores de la zona donde se ambientan lso relatos del
Tigre de la Malasia, con actores y extras locales, mucho
cuidado en la reproducción de uniformes, armas y naves
de la época, etc), un guión pleno de acción y que capta el
espíritu de las novelas de Salgari (aunque difiere
muchísimo de la novela original), y sobre todo, con un
protagonista que parecía nacido para interpretar a
Sandokan: Kabir Bedi. Bedi era un actor hindú cuyo papel
en la miniserie le abrió las puertas al mercado europeo.
Posteriormente, sería el
villano de la película de
James Bond Octopussy
(1983). Desde enotnces
ha alternado entre esos
mercados y el cine hindú
con gran éxito.
La miniserie de Sandokan
fue un éxito total en todos
los lugares donde se
estrenó y desencadenaría
una película-secuela de
calidad muy inferior “La
tigre e áncora viva.
Sandokan alla riscossa”
(Sergio Solima, 1977) y
dos miniseries de
televisión muy posteriores, “Il retorno di Sandokan” (Enzo
Castellari; 1996) y “Il figlio di Sandokan” (Sergio Solima,
1996), todas con Bedi reencarnando al personaje de
Salgari.
Sandokan animado Hay dos series diferentes de Sandokan en animación. Una
es una coproducción italiano-francesa que tuvo tres
temporadas diferentes bien diferenciadas. La primera,
llamada simplemente “Sandokan”, se estrenó en 1998. La
segunda, “Sandokan: la Tigre ruggisce ancora” del 2000.
La tercera, Sandokan: le due tigri” es del 2004.
Pero anteriormente, en 1992, la empresa española BRB
Internacional, junto con el canal de televisión Telecinco,
produjeron una serie animada de Sandokan
protagonizada por animales parlantes. La serie no era
particularmente fiel al original salgariano pero tampoco era
inmirable. Fueron 26 episodios los que se realizaron.
La saga de Sandokan, libro a libro
Los Tigres de la Malasia (Le tigri della
Malesia, 1883/1884) Autor: Emilio Salgari
Colección: Biblioteca Básica universal nº 156 y 157 (dos tomos) Edita: Centro Editor de America Latina, Buenos Aires, 1981 Es 1849 en las islas de la costa de
Borneo. Sandokán, "el Tigre de la Malasia", el pirata
más temido, admirado y/o respetado de los mares malayos oye hablar de una preciosa joven británica conocida como "La Perla de Labuan". Curioso por verla, embarca rumbo allí. Pero un ataque de un barco británico termina con su nave hundida y con él naufragando en las
costas de la ciudad donde quería llegar. El destino lo lleva a recuperarse en casa del objeto de su búsqueda. Y verla y enamorarse a primera vista (y ser correspondido por la joven) es lo que ocurre aquí. Pero el amor se encuentra impedido por le tío de la joven un lord inglés que desea colgar al pirata cuando descubre la verdad. Sandokan hará lo imposible para llevársela, todo esto mientras además poderosas fuerzas se preparan para dar el golpe final al poderío marítimo de los piratas de Mompracem… La primera historia del ciclo de novelas del personaje más famoso creado por Salgari – nos referimos a Sandokán, despistados míos- fue además su primer gran éxito como escritor, cuando fue serializada entre 1883 y 1884 en el diario “La Nuova Arena”. Lo curioso es que pasarían más de quince años para que la historia fuera recopilada como libro, cosa que ocurriría en 1900 cuando apareció con el título de “Le Tigri di Mompracem”. Por esto es que hay confusiones en las
fechas en varios sitios (y libros de referencia) sobre la publicación de la historia. Dejemos aclarada entonces la confusión. Y que sea una de las primeras novelas de Salgari se nota. Hay momentos donde le melodrama suena muy forzado y mucho más cercano a un estilo más ampuloso del habitual en otras historias de Salgari. Y hay momentos que son inexplicables ¿Por qué ir a ver a la Perla de Labuan a partir de meras oídas? ¿No había una motivación más creíble? También apenas se esboza la personalidad irónica de Yañez de Gomera, el más fiel amigo del Tigre de la Malasia, que irá adquiriendo espacio propio en las próximas novelas. Pero a cambio de esos puntos negativos, Salgari construye a un protagonista fascinante que desde las primeras páginas se come cuanto espacio aparece. Sandokan es impulsivo valiente, apasionado, justo y compasivo cuando lo amerita, atrapado entre su amor por la muchacha del os cabellos de oro y su sed de venganza contra quienes lo destronaron y lo convirtieron en el Tigre de la Malasia. El personaje aparece construido sólidamente desde el comienzo y uno no puede evitar estar a su favor siempre. Sumémosle momentos de acción trepidante y tenemos un libro que si bien no es el mejor dela serie de Sandokan, es de lo mejor que escribió Salgari en su carrera. No por nada es el personaje que lo identifica más rápidamente a nivel popular. Recomendación especial la traducción de la novela de esta edición, muy buena y que facilita su lectura.
Tal vez no sea la mejor del ciclo de los piratas de la Malasia, pero como inicio no se puede ser más prometedor…
Sandokan (I pirati della Malesia, 1896)
Autor: Emilio Salgari Colección. Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1957 Seis años después del final de Los Tigres de la Malasia, Sandokán ha vuelto a Mompracem, sin Mariana –quien murió de cólera- retomando su papel como el pirata más conocido de Borneo. Pero un abordaje lo lleva a cruzarse con la prima de su difunta esposa y su sirviente Kammamuri, quienes viajan rumbo a Sarawak para rescatar la prometido de ella, Tremal-Naik, el valiente cazador de tigres -y protagonista de otra novela de Salgari, Los Misterios de la Jungla negra (I Misteri Della Jungla Nera, 1895)- que está acusado por los británicos de ser miembro de la secta de los estranguladores de la India. O thugs para los amigos. Encerrado en la fortaleza de Sarawak ciudad gobernada por el rajah blanco James Brooke, también conocido como “el exterminador de piratas”, su rescate se convierte en le motivo para que Sandokan enfrente a Brooke demostrando todo su valor, astucia y arrojo. Pero además el destino arroja frente a él a su implacable enemigo, lord James Guillonik, tío de Mariana empeñado en vengarse del secuestro de su sobrina años atrás… Escrita doce años después de la primera novela de la serie –pero publicada primero como libro ya que la historia anterior solo había salido originalmente como folletín en un diario-, esta novela es la que a mi parecer, es la que consolida y confirma a Sandokan como el personaje por antonomasia de Salgari. Evitando el romance de la primera parte y sus momentos de melodrama un poco
cursi, esta vez la acción es más ajustada y los personajes mucho mejor delineados. Yañez de Gomera ya exhibe claramente su flema e ironía burlona característica, Sandokan ha temperado su osadía y personajes secundarios recurrentes como Sambigliong –que tiene un papel destacado en la resolución de la historia- y Kammamuri – que demuestra un arrojo igual al del propio Sandokan- aparecen en esta historia. Además es de destacar la investigación histórica que Salgari pone. James Brooke no solo existió realmente y fue rajah blanco del sultanato de Sarawak, sino que incluso el autor italiano describe correctamente a su navío principal y reconoce que el poder se lo dio el sultán Mudah hassim. Obviamente lo único que es ficción es su enfrentamiento con Sandokan (y su desenlace), pero para eso está la ficción… Por supuesto hay cosas que chirrían: la curación de la locura de Ada Gullonik –que empieza con un par de jugadores menos en la cancha la historia – con la terapia de shock planeada por Sandokan suena demasiado veloz hoy día. Y la reconciliación entre lord James y Sandokan es directamente forzada. Pero en general esta novela conserva su frescura hoy día. Si hay que empezar con una novela de Salgari, esta es la que hay que leer.
Los dos Tigres (Le due Tigri, 1904)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita. Acme, Buenos Aires, 1954 Es 1857. la India está convulsionada con la rebelión de los cipayos que puso en jaque al gobierno británico en ese territorio. En medio de la conmoción, Sandokan, Yañez y los Tigres de la Malasia llegan para ayudar a Tremal-Naik a quién la secta de los Thugs –que se la tenían jurada desde los acontecimientos de Los Misterios de la Jungla Negra- le ha secuestrado a su hijita Darma. Junto a él, los Tigres se internarán en el delta pantanoso del Ganges, listos para acabar con la terrible secta de los estranguladores, rescatar a la niña y eliminar a su jefe, Sudoyhana. Y claro, no es fácil, porque los thugs tienen un verdadero ejercito de espías por la zona, listos a hacerlo imposible para eliminarlos. Y como bono, Yañez conocerá a la que será el amor de su vida: la bayadera Surama. A esta altura Salgari ya conoce perfectamente a los personajes y comienza a convertir a la serie en una obra más coral dotando de más margen de acción a los secundarios (especialmente Yañez que se convierte poco a poco en el verdadero co-protagonista de la saga). Sandokan es una fuerza aglutinadora capaz de todo que permanece muchas veces en segundo plano hasta el momento decisivo. Y tenemos que reconocer que las peleas, trampas y situaciones comprometidas se suceden a toda velocidad e ingeniosamente. O sea como una buena novela de aventuras debería ser.
Y los acontecimientos de la rebelión hindú de esos años se describen con bastante realismo y con una leve preferencia por el bando indígena (si bien reconoce sus fallas y momentos criminales también) lo cual es un excelente antídoto a tanta literatura pro imperial que nos dieron tipos como Kipling. Por cierto hay una discrepancia cronológica entre esta novela y la anterior. De acuerdo a las fechas que estipula Salgari en ambas historias, solo hay un año de diferencia entre ambas historias. Pero en otros momentos queda claro que han pasado seis años entre los sucesos de ambas. Si son del os lecturas que se preocupan por esos detalles, está claro que la fecha errada es la de la novela anterior porque esta está plantada firmemente en un hecho real para poder moverla cronológicamente. Y si no les importa, mejor así. Que las fechas son importantes para los historiadores y no para los narradores…
El Rey del Mar (Il Re del Mare, 1906)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1972 Este libro es definitivamente uno de los más arriesgados estructuralmente que escribe Salgari en su carrera, en el que va a hacer cosas que definitivamente un autor de menos éxito que él no podrían llevar a delante sin encontrar una oposición cerrada de sus editores. Que además lo haga con la saga de su personaje más famoso demuestra que el autor italiano no tenía a esas alturas miedo a fracasar. Pero, reconociendo que la saga de Sandokan se estaba convirtiendo en predecible, con e Tigre de la malasia venciendo de manera relativamente sencilla a sus oponentes, decidirá dar vuelta todo el universo de Sandokan en este libro. Y vayas si lo logra. Para empezar, Sandokan no aparece hasta la mitad del libro. Quién llevará el protagonismo aquí será Yañez, quien demuestra ser un personaje más que capaz de llevar por si mismo el peso del relato sin que se sufra en lo más mínimo. Han pasado once años de la derrota de los Thugs relatada en Los Dos Tigres y Tremal- Naik se ha convertido en un próspero comerciante con varias factorías en Borneo mientras que los Tigres de la Malasia han abandonado la piratería. Pero los dayaks de los alrededores se han sublevado, excitados por un peregrino musulmán que los ha exhortado a destruir a Tremal-Naik y a su hija, la adolescente Darma. Además, los ingleses y el nuevo rajah de Sarawak –sobrino de James Brooke- están amenazando con destruir a Mompracem. Así que Yañez se dirige a ayudar a tremal Naik, atrapado en una
factoría. Y por una vez, los piratas de Mompracem serán los perseguidos por fuerzas superiores en número de las que se lograrán desembarazar con astucia y valor. Pero la cosan o acabará ahí: al reencontrarse con Sandokan hallarán que los ingleses han destruido Mompracem y los escasos sobrevivientes, siguiendo al Tigre, se saben perseguidos por la escuadra británica. Pero la suerte les hace un favor: consiguen comprar a El Rey del mar, una poderosa nave de vapor construida en astilleros norteamericanos. Con ella, se convierten en un rival poderoso para los ingleses en la zona y deciden declarar la guerra a sus enemigos, que descubren estar siendo manipulados por el hijo de Sudhoyana, el fallecido líder de los thugs. En medio de sus correrías salvarán a un valeroso oficial inglés, lord Moreland, que se enamora (y es correspondido) de Darma, la hija de Tremal-Naik y se halla desgarrado entre su honor como oficial y el amor de la joven. Y por algo más, que se revela al final del ano vela cuando… No, no cuento más. El libro es trepidante. Uno no puede dejar de pasar las páginas absorbido por las batallas huidas escapes y vueltas de los personajes. Salgari con esto le da la vuelta a la historia de Sandokan y comienza a preparar el escenario para lo que será el último (y largo) tramo final de la serie…
La conquista de un imperio (Alla conquista
di un imperio, 1907)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Bueno Aires, 1973 Yañez y Sandokan se presentan en el reino hindú de Assam, para conquistar la corona para Surama, la querida de Yañez, quien fuera vendida de joven por el actual rajah a los thugs. El Plan que arman lleva a conseguir que ella sea reina y Yañez su consorte. Peor para eso deben enfrentar no solo al rajah sino a su consejero, un turbio aventurero griego llamado Teotokris… La verdad sea dicha, esta novela no aporta mucho a la saga de Sandokan ya que es tangencial a su serie, sirviendo más para darle lugar a que el amigo del alma del Tigre consiga un espacio propio de poder. Una vez dicho eso digamos que la intriga es entretenida y es interesante ver a Sandokan comportarse como algo más que un hombre fiero y valiente, usando la astucia y el soborno con gran habilidad para conseguir sus objetivos. Y Teotokris aparece como un rival interesante pero que termina siendo malgastado. La sensación es que Salgari aquí escribe por oficio y las cosas salen bien solo porque los personajes están a esta altura tan armados que es difícil que el novelista pueda hacer algo mal con ellos… Y una cosa que siempre me complicó con este libro –y a lo mejor por eso le tengo todavía mala espina- es que, al final, Sandokan prometía volver a reconquistar Mompracem… pero NUNCA pude encontrar por años ninguna de las continuaciones. Aparentemente Acme dejó de seguir traduciendo las historias de Sandokan y las
cinco novelas restantes parecían imposibles de hallar. Frustrante. De hecho cuando empecé con este especial salgariano, pensé que esta sería la última novela de Sandokan que podría reseñar. Por suerte, hallé en estos meses los tomos restantes…
El desquite de Sandokan (Sandokan alla
riscossa, 1907)
Autor: Emilio Salgari Colección: Lo mejor de Emilio Salgari nº 7 Edita: Nauta, 1972 Tardé 30 años en leer este libro, continuación de La conquista de un imperio, con lo que les puedo asegurar, lo disfruté como un loco. Así que tengan esto en mente a la hora de leer esta reseña: ya estoy a favor de la novela, no importa lo mala que pueda ser. Al final de la novela anterior, nos encontrábamos con Sandokan prometiendo volver al sultanato de Kini Ballu, lugar donde su familia había reinado hasta que un golpe palaciego había derrocado y exterminado a todos, excepto al futuro Tigre de la Malasia. Esta novela comienza con el arribo de la expedición del Tigre y sus amigos, listos para marchar entre la jungla y arrojar a los usurpadores. Peor hay un factor que cambia el juego: Teotokris, el griego que había sido la principal oposición para que Yañez y Surama consiguieran el trono de Assam, escapa de la captura en que se hallaba a manos de los Tigres y consigue revelarle el peligro al sultán. Por eso, la sorpresa falla y nuestros héroes deberán enfrentar una complicadísima marcha por la selva, asediados por los dayakos leales al sultán antes de poder conquistar Kini Ballu. Si bien la novela es básicamente una larga marcha por la selva, esa novela recupera un poco algo que se venía perdiendo en las novelas antihéroes, a saber el protagonismo de Sandokan, reducido a figurón que aparece en el último momento, mientras que la parte del león de la historia la llevaba Yañez. Aquí Sandokan es uno más del grupo que arriesga en todo momento su vida para triunfar finalmente. Y eso es bueno porque conseguimos
una variedad de personalidades (también pesan mucho Termal Naik y Kammamuri en la historia) que emparejan al flemático portugués. Y Salgari se entusiasma con la camaradería entre ellos, todos piratas veteranos (incluso reflejando con nostalgia el paso de la edad para todos ellos), convirtiendo la novela en una historia casi colectiva. Otra cosa deliciosa es descubrir más detalles del pasado de Sandokan, ya que aquí explica profusamente cómo llegó un príncipe indio a ser un pirata. El pasado difuso, apenas nombrado en novelas anteriores, se convierte en datos tangibles. Y ayuda a darle personalidad al Tigre. Y personalmente Teotokris es el villano más redondo de toda la saga, más incluso que Sudoyhana. Porque el griego es astuto, con redaños y se le nota la cintura política. Es una lástima que esta sea su última novela, donde se lo sacan de encima demasiado rápidamente. De hecho si esta novela tiene una crítica es justamente la velocidad para resolverla. Tras una construcción larguísima, el conflicto final se resuelve en unas pocas páginas, como si Salgari se hubiera quedado sin páginas para contarlo, lo que convierte el final en anticlimático. Más allá de eso diría que esta es una del as novelas más interesantes y donde Salgari está poniendo entusiasmo. Valió la pena esperar tres décadas para leerla.
La reconquista de Mompracem (La
riconquista del Mompracem, 1908)
Autor. Emilio Salgari Serie: Los piratas de la Malasia nº 8 Colección: Lo mejor de Emilio Salgari nº 19 Edita: Nauta, 1972 Finalmente, tras años de exilio, Sandokan y los viejos Tigres de la Malasia se disponen a recuperar SU isla, Mompracem, de las manos del sultán de Varauni, que la recibiera después de que la alianza entre varias potencias coloniales corrieran a los piratas , allá por el libro Sandokán. El problema es que, sencillamente, el plan no se sostiene de ninguna manera. Todo depende que Yañez se haga pasar DE NUEVO por OTRO DIPLOMATICO BRITANICO mientras mina secretamente las bases del gobernante de turno mientras le profesa frases de la mayor amistad y se mantiene con un aplomo y sangre fría impecable ante cualquier acusación en su contra. DE NUEVO. No sé ustedes, pero si yo fuera sultán en esa zona del mundo dentro del universo salgariano, no dejaría acercar a ningún embajador o cónsul británico a menos que lo rodee con veinte guardias en marca personal. Porque es casi seguro que será Yañez de Gomera. En este caso, amén de repetitivo, que el secreto se mantenga es casi implausible. Tras secuestrar el barco donde iba el cónsul británico, los marineros LLEGAN A LA CIUDAD DEL SULTAN mientras Yañez mantiene la farsa y queda clarísimo que, cuando menos, el “cónsul” anda en algo muy turbio. Que no lo detengan en dos segundos es
directamente o sinónimo que le sultán es un oligofrénico o que Salgari quiere que las cosas se resuelvan porque... bueno porque son los buenos. Y Sandokan vuelve a ser el convidado de piedra de su historia, apareciendo al final casi como para justificar el nombre. Se nota que, a esa altura, Salgari seguía exprimiendo la vaca de su personaje exitoso, pese a que realmente ya no le interesaba mucho. Eso sí, la escena final, tras recuperar la isla, con los dos amigos ex piratas ya veteranos recordando su pasado es memorable. Si la serie terminaba en esa escena, yo me daba por satisfecho. Y el personaje de Lucy van Harter, la pasajera holandesa que ayuda a Yañez en la historia, es maravilloso y merecía que tuviera más espacio que el que consigue en ese libro. O sea, en síntesis, vale la pena por ver a Mompracem recuperada. Pero definitivamente es el peor libro de la serie de Sandokán que me ha tocado leer hasta ahora.
El falso Bracmán (Il bramino dell’Assam,
1911)
Autor: Emilio Salgari. Colección: Los piratas de la Malasia nro. 9 Edita: Gahe, 1970 El reino de Assam, gobernado por Surama y su esposo Yañez de Gomera, está siendo amenazado por la sedición. Varios ministros han caído envenenados y nadie sabe quién es el responsable. Yañez decide seguir una pista que lo lleva al submundo del os mendigos de las cloacas y su líder, un falso brahmán que parece predicar la rebelión. Y, si bien lo capturarán e intentarán hacer hablar a toda costa, nada impide que el palacio estalle en llamas y la reina Surama y su hijo estén en peligro… La palabra para definir esta novela es “agotamiento”. Está clarísimo que el ciclo del os piratas de Mompracem ya lo tenían cansado a Salgari, que se mantenía escribiéndolos porque era lo que sus editores le exigían. Y se nota claramente que está completando cuartillas para rellenar. Sino no se puede explicar los largos y tediosos capítulos dedicados a las torturas que Yañez y (sobre todo) Kammamuri (el personaje más frecuente de la novela y que, realmente, es tenebroso en su obsesión con torturar… ¿este libro lo leerían en la Escuela de las Américas en las clases de lenguaje?) le aplican al falso brahmán para que éste confiese. O en todo el largo capítulo dedicado a la expedición bajo las cloacas. Realmente pasa muy poco y realmente con cero emoción. Y Sandokán no aparece ni por asomo. Claramente la saga pierde encanto. Quedan dos más y terminamos.
La caída de un imperio (La caduta di un
impero, 1911)
Autor: Emilio Salgari Serie: Los piratas de la Malasia n° 10 Edita: Gahe, 1972 La traición rodea a Yañez y Surama. Sus guardias se han cambiado de chaqueta y apoyan al ex raja Sindhia. Una insurrección de parias y gente de mal vivir está atacando y arrasando sus ciudades. La única solución de Yañez es esconderse en el gigantesco sistema de drenaje de su capital con sus fieles mientras Kammamuri sale en una arriesgada escapada para conseguir que Sandokán y sus Tigres de Mompracem lleguen a ayudarlos… La penúltima novela del ciclo de Sandokán levanta en calidad sobre la anterior. Básicamente porque pasan cosas. Hay encerronas, huidas desesperadas, la sensación que todos están en contra de Yañez y, por sobre todo, un papel protagónico en buena parte de la historia de Kammamuri, que pasa de secundario recurrente a protagonista de buena parte de la historia. La secuencia donde corre a toda velocidad en un tren mientras la jungla a su alrededor es achicharrada por sus enemigos es de lo mejor que escribió Salgari (lo que no es poco decir). Como toda segunda parte de una trilogía, la historia termina en un continuará angustiante… ¿Llegará a tiempo Sandokan? ¿Sindhia logrará capturar a Yañez en las cloacas de su ciudad? ¿O el incendio de ésta se extenderá por debajo? ¿Y qué pasará con Surama y el pequeño príncipe Soares? En fin, lo voy a saber con el próximo libro, final de la saga de los piratas de la malasia, algo que llevo esperando hacer desde más de 30 años. Paciencia que estamos ahí nomás…
El desquite de Yañez (La rivincita di
Yañez, 1913)
Autor: Emilio Salgari Colección: Los piratas de Malasia n° 11 Edita: Gahe, 1975 Habíamos dejado en el tomo anterior a Yañez y su grupo de seguidores escondido en las cloacas de su antigua capital, incendiada por las fuerzas de su enemigo, el Rajah Sindhia, esperando que llegara Sandokan con refuerzos para salvarlo. Cosa que ocurre al principio, con los Tigres de la Malasia haciendo un “blitzkrieg” con una arremetida de elefantes y armados con ametralladoras que masacra a las fuerzas rivales. Y, por si no fuera suficiente, diseminan el cólera en el campamento enemigo. Así, sin que haya algún tipo de escrúpulo de su parte. En fin, la cuestión que igual ellos escapan junto a Yañez y su gente a una colina donde se atrincheran mientras mandan a un mensajero a hablar con los montañeses que protegen a la princesa Surama (esposa de Yañez y legítima reina de esas tierras de Assam). Y por supuesto, le toca la tarea a Kammamuri –lo que lo convierte en el verdadero protagonista de la última trilogía de los Tigres de la Malasia, la verdad sea dicha- . Kammamuri se mete en medio de la jungla de Bengala, enfrentando terribles peligros y logra al final llegar con los montañeses, que aparecen a tiempo para derrotar a Sindhia y sus hombres. El rajah vencido prefiere pegarse un tiro antes de enfrentarse a la derrota. Todo queda bien. Fin. Si, un poco previsible lo sé. Se nota claramente que Salgari estaba agotado de explotar a sus piratas y trabajaba por la magra pitanza que no le alcanzaba (no
por nada poco después de terminar este libro y antes de verlo publicado, se suicidó haciéndose un harakiri y dejando una carta a sus editores donde básicamente los tildaba de chupasangre). Y sin embargo, no puedo dejar de sentir que es un final digno para la serie, un “vivieron felices para siempre” más que aceptable. Cierro el libro con orgullo: me pasé décadas para saber cómo terminaba la historia de Sandokan, Yañez y compañía y la verdad es un buen final. NO apoteótico pero decente. Un grosso, Salgari.
Tras el Sandokan
histórico
Salgari era periodista de
profesión, con experiencia
en las relaciones
internacionales. Un
trasfondo perfecto para
crear aventuras en lugares
lejanos, al disponer de
datos sobre personajes
históricos que poblaran
esos lugares. No es
asombroso entonces que
sus novelas tengan referencias sólidas sobre esos
parajes.
En el caso de la saga de Sandokán específicamente hay
un cuidado evidente en poner detalles de la flora, fauna,
geografía, culturas y hasta gastronomía locales. Pero
¿cuán reales son los personajes que pueblan sus
historias? ¿Existió realmente el Tigre de la Malasia?
La respuesta, sorprendentemente es sí. Sandokan existió,
peleó contra James Brooke y los ingleses, su bandera era
un tigre sobre un fondo rojo y por donde vivía existía la isla
de Mompracem. Esta nota
intenta hablar de las
fuentes históricas sobre las
que Salgari bebió para
escribir sus novelas.
1 - Sandokan de Malludu
La primera novela del ciclo
salgariano, Los Tigres de
Mompracem (Il Tigri de
Mompracem) tiene en sus
páginas una fecha
específica de inicio: el 20
de diciembre de 1849.
Pero, de acuerdo a Salgari,
Sandokán ya lleva varios años como pirata en la isla de
Mompracem. Pero se lo describe en la historia como un
antiguo príncipe, cuya familia fue traicionada y masacrada
por una conspiración del sultán de Brunei, los holandeses
y los ingleses). La piratería es la forma con la que él
comienza su venganza y su camino para poder retomar su
legítimo trono (que a la postre conseguirá). Incluso se
nombra al reino de Sandokán en la novela, Muluder,
ubicado en la costa septentrional de la isla de Borneo. Su
bandera, un tigre sobre fondo rojo, ondeará en todas sus
historias. Como ven, bastantes detalles como para indagar
si son algo más que la mera imaginación del autor.
Y aquí entra Bianca Maria Gerlich, una investigadora
salgariana alemana, quien se tomo el trabajo de ir a
Borneo a investigar sobre si había un Sandokan histórico
(si saben inglés, recomendamos su artículo “Sandokan de
Malludu. The historical Background of a novel cycle set in
Borneo by the italian autor Emilio Salgari”, de donde sale
buena parte de esta nota y que se puede encontrar en
http://www.persee.fr/web/revues/prescript/article/arch_00
44-8613_1998_num_55_1_3440 ).
Y se topó con una historia muy poco conocida, incluso en
la historia indonesia, donde aparecía un Sandokán
enfrentándose en rebelión a los ingleses y con una
bandera sobre fondo rojo.
Aparentemente existió un pequeño reino llamado Malludu
o Marudu, ubicado en el norte de Borneo a principios del
siglo XIX. Su último príncipe, Syarif Osman, protagonizó
una pelea contra los ingleses y el sultán de Brunei, que fue
dominada en la batalla de Malludu en 1845. Por cierto, la
flota británica que lo derrotaría estaría dirigida por lord
Thomas Cochrane, el mismo almirante Cochrane quien,
veinticinco años antes, sería quien dirigiera la flota chilena
que llevaría al general argentino José de San Martín hasta
Perú para iniciar ahí la gesta de la independencia de ese
país, cumpliendo así el objetivo de liberar parte de
Sudamérica del dominio español.
Syarif Osman usaba como bandera una cabeza de tigre
sobre fondo rojo. Y su mano derecha y confidente era un
jefe local llamado Sindokung o Sandukur quien
aparentemente apoyó a Osman en su pelea contra las
tropas aliadas de británicos y del sultanato de Brunei,
alianza gestada por otro nombre del que hablaremos más
adelante: James Brooke, el “rajah blanco” de Sarawak
2- James Brooke
En la novela Sandokan: I pirata Della Mallasia, el rival de
los piratas de Mompracem es nada más y nada menos
que James Brooke, el “rajah blanco de Sarawak”, quien es
derrocado al final de dicha historia. Cosa que por
supuesto, no pasó en la vida real, porque Brooke era él
mismo un aventurero tan fascinante y osado como los
personajes de las novelas de Salgari.
Nacido en 1803 en la India, hijo de un importante
funcionario del Imperio y de una hija ilegítima de un par de
Escocia, empezó su carrera como soldado de la
Compañía Británica de las Indias Orientales, la que en
esos años efectivamente gobernaba el subcontinente
indio. En 1833, luego de conseguir 30 mil libras en una
herencia, se compra una goleta, el Royalist, y parte a
navegar por los mares de la zona. En 1838 llega a Borneo,
más precisamente al sultanato de Brunei y se encuentra
con un alzamiento contra el sultán. Poniendo a su
disposición el Royalist para enfrentar a los rebeldes,
Brooke es clave en la derrota de la insurrección. A partir
de ahí , empezará una compleja relación con el sultán que
terminará en 1841 cuando, previa amenaza con las armas
por parte de nuestro muchacho, el sultán lo convierte en
el rajáh de la región de Sarawak, cargo que conservará
hasta su muerte.
El nuevo rajah blanco de Sarawak se dedicó con ahínco y
perseverancia a pelear contra los piratas de todo tipo y
pelaje que había en la zona y reprimiendo sin piedad los
alzamientos como el de Sharif Osman. En 1848, el
gobierno británico le nombró caballero y le dio el cargo de
gobernador de Labuan, nueva posesión imperial en la
zona (y donde acontece buena parte de la primera novela
de Sandokán), cargo que sumaba al de rajah. Parece
haber sido un buen administrador y, como buen caballero
del imperio, no solo persiguió la riqueza personal sino ir
consiguiendo que poco a poco el poder del reino Unido
fuera llegando a su área de influencia.
Tuvo un hijo ilegítimo pero nunca se casó. De hecho hay
bastantes sospechas que a mister Brooke le gustaban los
jovencitos, con varios de los cuales tuvo relaciones
aparentemente algo más que platónicas. Su heredero en
el trono de Sarawak sería uno de sus sobrinos y de hecho,
la dinastía de los Brooke
gobernaría la zona hasta
la llegada del os
japoneses en la
Segunda Guerra
Mundial.
James Brooke falleció en
1868 y su cuerpo fue
enterrado en Inglaterra,
en la iglesia de
Sheepstor cerca de
Burrator, en Plymouth.
Su memoria perdurará
no solo por su papel en
la novela de Salgari sino
por aparecer (entre
otras) en una de las
novelas de Harry
Flashman, en ser citado
breveente en “El hombre que sería rey” de Kipling y
porque Joseph Conrad basó parcialmente a su Lord Jim
en James Brooke.
3 – Mompracem
Si bien hoy no existe
ningunas isla con ese
nombre, el nombre
Mompracem ya aparece
citado en mapas del siglo
XVI. Y su nombre se
mantuvo hasta
aproximadamente 1870
cuando fue renombrada
Keraman, NO es
improbable que Salgari
haya encontrado el
nombre antiguo y se
manejara con éste en la
historia. O tal vez
decidiera que era mejor
ese nombre porque le
daba más libertad
creativa que poner una
isla real, sin perder también el sabor realista de sus
historias. Esta pequeña isla estaba en la entrada de la
bahía de Labuan y era ideal para vigilar el comercio en la
zona.
4 – Los thugs
Digamos que Salgari no fue el primero ni el último en usar
como oposición al Tigre de la malasia a la famosa secta
de los Esranguladores o thugs. Que por siglos hicieron
estragos en el subcontinente indio.
Los primeros registros de la secta fueron en el siglo XIV y
hasta bien entrados el siglo XIX fueron una secta muy
conocida y temida, que mataba viajeros estrangulándolos
y desvalijándolos. Teóricamente cada asesinato le daba
mil años más al mundo para detener el fin del mundo, que
coincidiría con la llegada de la diosa Kali. Su modus
operandi era infiltrarse entre grupos de viajeros y, cuando
ya se habían ganado su confianza, atacarlos a la noche,
matarlos,
despojarlos de sus
riquezas y
abandonarlos en el
camino.
Sus miembros se
reclutaban muchas
veces de padre a
hijo, con virtualmente
generaciones de
familias thugs.
También a veces los
hijos pequeños de
sus asesinados eran
criados para
convertirse en parte de la secta. Otra cosa interesante era
que, en una sociedad dividida en castas, los thugs
pertenecían a todas las áreas de la sociedad. Incluso
había musulmanes perteneciendo a los thugs, en un
momento paradójico porque cumplían los preceptos para
evitar que viniera una diosa en la que teóricamente no
creían. Pero bueno, nada como el dinero que se podía
hacer para dejarse de preocuparse de cosas tan
complejas como la religión.
No se sabe con exactitud a cuanta gente mató en el tiempo
la secta peor hay estimaciones que van desde las
quinientas mil personas hasta un total de dos millones.
El fin del poder de la secta thug vino de manos de un oficial
del ejército bengalí, sir William Henry Sleeman, quien
entre 1828 y 1839, dirigió una campaña sistemática para
exterminar a la secta. El tipo compró informantes en la
secta que lo condujeron a otros miembros. Estos, a su vez,
tuvieron la opción de confesar y colaborar o ir a la horca.
Así poco a poco y de una manera sistemática, Sleeman
logró eliminar a los thugs como una fuente de peligro
en la India. Es posible que sobrevivan en la actualidad
algunos grupos que se consideren descendientes de
los thugs, pero efectivamente su importancia es muy
marginal.
Claro, esa es al menos la historia oficial.
Porque hay una versión revisionista de esta historia.
Una que indica que, en realidad, la cacería de thugs
fue una exageración destinada a usar a esta gente
como chivos expiatorios, permitiendo al imperio crear
unas leyes rigurosas y muy flexibles, que
garantizaban que habían capturado a un thug solo
porque la ley decía que este era thug. Obviamente, no
hubo tantos asesinatos como se ha dicho que había,
ni la secta era tan peligrosa. Y se usó las leyes
persiguiendo a los thugs para, además, reprimir otros
grupos que amenazaran al Imperio. Se han señalado
varias cuestiones contradictorias (¿Musulmanes
adorando a Kali? Si mataban tanta gente ¿por qué
estadísticamente se encontraron muchos menos
cuerpos?, etc) para poner en sospecha muchos del os
presupuestos que se hacen sobre los thugs. Pero
evidentemente el discurso creado sirvió para justificar el
dominio británico en la India a los ojos del mundo
(recordemos un mundo que creía que los blancos tenían
derecho y la obligación de llevar la civilización a los países
bárbaros.. como India, que tenía una tribu de fanáticos
asesinos matando por los caminos). En ese aspecto, si
esta visión revisionista fuera verdadera, el mito realmente
funcionó, porque desde entonces hasta hoy el mito del
thug asesino pervive en la cultura popular.
Efectivamente, los thugs todavía aparecen
frecuentemente en la cultura popular. Aparte de Salgari,
ha habido thugs en muchos medios, desde los relatos de
Fu Manchu (con los thugs convertidos en miembros de la
Si – Fan, la versión rohmeriana de Al Qaeda) hasta las
películas de Indiana Jones (específicamente en Indiana
JOnes y el templo de la perdición, donde Indy se enfrenta
directamente a una rediviva secta thug cuyo sumo
sacerdote tiene habilidades cuasi
mágicas). Sospechamos que la secta
no morirá en la cultura popular, porque
nada es más entretenido que un grupo
fanático dedicado al asesinato y con
raíces exóticas.
¿Quién es el Corsario Negro?
Emilio de Ventimiglia creció como señor de los feudos italianos de Roccabruna y Valpenta durante el siglo XVII .Pero su vida cambia de manera irremediable cuando uno de sus hermanos es traicionado y muerto por el flamenco Wan Guld, que recibe a cambio el cargo de gobernador de la ciudad de Maracaibo. Decidido a vengarlo, y acompañado por sus otros dos hermanos, Ventimiglia llegará a la isla de Tortuga para convertirse en el terrible Corsario Negro. Pero Wan Guld
es un hombre astuto y despiadado y logrará poner en jaque al os hermanos Ventimiglia, capturando y colgando a los hermanos de Emilio (conocidos como el Corsario
Rojo y el Corsario Verde, por vestirse de esos colores), con lo que la furia del Corsario Negro no conoce límites. En un momento de arrojo, el Corsario Negro entra a Maracaibo y recupera el cadáver de su
hermano ahorcado. Tras escapar por muy poco, tomará con su barco, el “Rayo”, una nave donde viaja
Honorata Willerman,
duquesa de Weltrendrem.
Entre el pirata y la condesa surge el
amor, pese a estar ella secuestrada a cambio de rescate. Pero la tragedia ocurre cuando descubre que ella es en realidad hija de Wan Guld. Con el corazón destrozado,
pero listo para cumplir con el honor de familia, el Corsario Negro abandona a Honorata en un bote sin remos en el mar Caribe. Decidido a no dejar escapar a Wan Guld, el Corsario negro lo perseguirá por todo el Caribe y terminará por matarlo en un combate naval. Perdida su nave en el combate, el Corsario naufraga en las costas de florida y es salvado por una tribu india, cuya reina es… ¡Honorata de Van Guld, que sobrevivió a su suerte en el mar! Tras hacer las paces entre ambos, el Corsario Negro y Honorata vuelven a Italia para casarse y vivir felices para siempre. Tendrán una hija, Jolanda, que volverá al Caribe y terminará casándose con quien fuera le lugarteniente del Corsario en sus novelas, Henry Morgan. También un sobrino de él – hijo del corsario Rojo – vivirá aventuras en el Caribe.
LAS NOVELAS
El Corsario Negro es una creación de Emilio Salgari. Detrás de Sandokan, es el segundo personaje más importante de su carrera. Tras la publicación de “El Corsario negro (Il Corsaro nero) en 1898, seguirían La reina de los caribes (La regina dei caribi) en 1901, La hija del Corsario negro (Jolanda, la Figlia del Corsaro Nero) en
1905, Il Figlio del corsaro Rosso en 1908 y Gli Ultimi Filibusteri, también en 1908. La muerte de Salgari no impidió que sus editores siguieran haciendo historias con el ciclo de la familia Ventimiglia. Así se publicarían "Il Corsaro Rosso", "I filibustieri della
Tartaruga" (Americo Greco); "Il Corsaro Verde" (Sandro Cassone); "La figlia del Corsaro Verde" (Renzo Chiarelli); "Morgan il conquistatore di Panama" (Omar Salgari); "L'ultimo corsaro" y "Le ultime imprese del Corsaro Nero" (autor desconocido) todos de muy variada calidad.
LAS PELICULAS Las primeras versiones fílmicas de las novelas del ciclo del Corsario negro se hicieron en Italia entre 1921 y 1921, dirigidas por Vitale Di Stefano, que había sido actor en las versiones mudas hechas en Italia de Los ultimos dias de Pompeya (1913) y Cabiria (1914). El dirigió seis cortos basados en las novelas de Salgari: “Il Corsaro Nero”, “La Regina dei caraibi”,
“Jolanda la Figlia dei Corsaro Nero” (los tres de 1920), “Gli Ultimi filibusteri”, “Il Corsaro Rosso”, “il figlio del Corsaro rosso” (de 1921).
Habría que esperar hasta 1936 para que Cineccittá volviera a filmar una película basada en la novela. Dirigida en 1936 por Amleto Palermi, “Il Corsaro Nero” adaptó de manera libre la historia de las dos novelas protagonizadas por le señor de Ventimiglia. En 1941, Enrico Guazzoni dirigiría “La figlia del Corsaro Verde” y en 1942, marco Elter dirige “Il figlio del Corsaro Rosso” y “Gli Ultimi Filibustieri”, todos ambientados dentro de ese mismo universo (aunque el Corsario Negro no aparece). La siguiente versión de la novela se realizaría en 1944 en México con “El Corsario negro”, dirigida por Chano Ureta
y con el famoso actor mexicano Pedro Armendariz en el papel principal. En 1952, Mario Soldati filmaría “I Tre Corsari” (una versión libre de toda la historia) y “jolanda, la figlia del corsaro Nero”. En 1958, Lex Barker, entre peplum y peplum, sería “il figlio del Corsaro rosso” (“El hijo del Corsario Rojo) en una película dirigida por Primo Zeglio. Para no ser menos, el otro gran ícono de las películas de forzudos mitológicos, Steve Reeves, protagonizaría su propia adaptación de novela de pirata salgariana con “Morgan il pirata”, dirigida en 1960 por primo Zeglio.En este filme, Reeves es
Morgan, la mano derecha del Corsario negro quien vive aventuras por su cuenta.
Finalmente en 1977, Sergio Solima, tras su éxito con la miniserie de Sandokan (ver entrada), pondría a Kabir Bedi en el papel del Corsario negro en una versión muy buena de la primer novela.
Tambien hubo una versión animada del Corsario negro en la década del os noventas, fruto de una coproducción franco-italiana. Tras los 26 episodios que resumían “El Corsairo Negro” y “La reina de los caribes” vendría una segunda serie animada protagonizada por Jolanda la hija del Corsario Negro.
Aguilas de la estepa (Le aquile della
steppa, 1907)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita. Acme, Buenos Aires, 1973 Estamos en el Turquestán del siglo XIX (si, ahí de donde viene Borat). El “beg” Giah Agha, poderoso jefe de tribu turcomana, está preparando el casamiento de su nieto preferido, el valiente y leal Hossein, con la bella Talmá, princesa de la tribu amiga de los sartos. Pero la ceremonia termina de manera trágica cuando un grupo de bandidos kirguizos – conocidos como “águilas de la estepa”, de ahí el nombre de la novela – secuestran y huyen con Talmá. El desesperado Hossein sale en su búsqueda. Peor en su grupo va el verdadero responsable del secuestro de Talmá… quien no desea que Hossein vuelva con vida de la aventura. Básicamente esta es una novela de cacería: un grupo de personajes persigue a otro por todos lados hasta encontrarlos. Pero la acción es inagotable desde el inicio (de hecho el primer capítulo arranca desde el medio de la acción, siguiendo luego con la explicación de por qué pasó lo que pasó), haciendo que pases las páginas sin darte cuenta. Incluso el típico momento de las novelas de Salgari donde se detiene todo para describir una costumbre o lugar no frena tanto la acción como en otras novelas de Salgari. Y, si bien los personajes son clisé (el héroe valiente y honesto el pérfido traidor, el secundario forzudo y fiel, etc) reflejan motivaciones bastante creíbles y de acuerdo a la cultura de donde proviene. Los personajes de Salgari no son occidentales disfrazados (como pasa en muchas aventuras de otros autores) sino
nativos creíbles, con códigos culturales propios que resuelven situaciones de acuerdo. Salgari en ese sentido es mucho menos eurocéntrico que otros escritores de aventuras del período. Águilas de la estepa es un gran libro de Salgari. Absolutamente recomendable.
Los aventureros del mar (Gli scorridori del
mare, 1900)
Autor. Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1976 Es 1832 y el “Garona” desembarca en Africa para cambiar mercancías por esclavos. El capitán del barco está harto de esa tarea, pese a que le viene bien el dinero. Además su mano derecha, Parry, no tiene ningún problema, excepto que está pensando en un rubro más redituable: la piratería pura y dura. Pero mientras tanto, el tráfico de gente está bien. Uno de los esclavos que consiguen en esa expedición es el jefe de una tribu africana, Bonga, un tipo que demuestra ser valiente, honrado e inteligente. Por supuesto al capitán le cae bien y a Parry muy mal. El capitán lo termina liberando, lo que Bonga agradece (pese a que el resto de sus compañeros presos son vendidos sin mucho problema en las Antillas. Tras zarpar, la situación deriva en motín donde el capitán y sus leales son exterminados por los sublevados dirigidos por Parry. Solo Bonga y Banes, un gigantesco brasileño, sobreviven y, a regañadientes se suman a los ahora piratas del “Garona”. El barco termina en el Pacífico y comienzan una carrera de piratería que termina cuando son descubiertos. Y terminan muriendo por obra y gracia de Bonga que hace estallar el polvorín, para luego morir en brazos de Banes.
Como ven pasan cosas. Muchas cosas. Demasiadas. Hay varios gérmenes de ideas interesantes que terminan sin desarrollarse para dar paso al siguiente acontecimiento, que se atropellan unos a otros sin generar interés en el lector. La sensación es que como novela, este libro no termina de cuajar. Y, en una situación así, lo peor de Salgari (su excesiva descripción de costumbres lugares y objetos, su sobredosis de clisés) sale a la luz rápidamente y abruma toda diversión. Igual rescatemos que el héroe es africano, negro y orgulloso de serlo. Para cuando se escribió este libro, en años donde le darwinismo social era una teoría aceptada científicamente y los imperios se excusaban diciendo que conquistaban para “civilizar salvajes”, es algo absolutamente progresivo. No alcanza para hacer que el libro valga la pena pero al menos es un punto a favor.
2000 Leguas por debajo de América
(Duemila Leghe Sotto l’América, 1888)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1957 Generalmente se nombra a Salgari a la par de Julio Verne cuando se habla de maestros de la aventura decimonónica. Y hay varios puntos en común: ambos han caído (muchas veces injustamente) en la categoría de “lectura juvenil”), los dos tienen una preocupación en el desarrollo argumental por sobre el del os personajes en su historia y ambos tienen fascinación con generar detalladas descripciones de hechos lugares sucesos y teorías que aplican en sus historias. Pero hay una diferencia importante a mi juicio: Verne quiere contar cosas posibles –algo una proto ciencia ficción de línea dura- en sus historias. Son cosas que podrían pasar de acuerdo al os desarrollos científicos de la época. Salgari en cambio está generalmente interesado en la aventura histórica o, si ocurre en el presente dedicada a la realidad antropológica. A él le preocupa más las sociedades donde ocurren las historias, las culturas antes que los avances científicos. Y, de hecho, cuando trata de imitar más fielmente a Verne, fracasa estrepitosamente. Esta novela es un buen ejemplo de esto. Desde el título, esta novela remite automáticamente a la novela 20000 leguas de viaje submarino de Verne. Pero claro, la premisa del viaje submarino de Verne (que termina resultando plausible en ese contexto) se remplaza
con el viaje subterráneo que plantea Salgari con una premisa bastante tirada de los pelos (incluso en esos años): que habría un río subterráneo uniendo Estados Unidos con el Perú. Y la novela es básicamente el viaje de cuatro intrépidos aventureros por ese río a fin de encontrar el tesoro perdido de los Incas. Tras las primeras páginas queda clarísimo que la historia no aguanta una novela: por mucha dificultad natural que le agregue no alcanza a sostener el interés. Más allá de los infinitos discursos y teorías que aparecen en el texto, no pasa mucho la verdad. Y por eso en un momento Salgari trata de generar suspenso haciendo que, de improviso, haya alguien persiguiéndolos. Que no suena muy creíble la verdad: es como si, en medio de la escalada al Everest, apareciera un alpinista loco dispuesto a asesinar a los trepadores, sin aviso previo. Si al menos hubieran descubierto una civilización perdida en las entrañas de la tierra… Pero no: Salgari quiere ser Verne y ser plausible en todo. Pulpos gigantes, si; dinosaurios no. Hordas de ratas si; hordas de criaturas mutantes no. En fin, la verdad sea dicha, este es un libro soporífero. Habiendo tantas otras cosas de Salgari mucho mejores, ¿para qué leer este?
El tren volador (Il treno volante, 1901)
Tambien conocido como: La Montaña de oro (La
montagna d`oro)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1962 En 1900, un griego y un alemán llegan al puerto de Zanzibar. Vienen a buscar a un inglés que se sabe perdido en el interior del África, en la zona donde estaría la mítica Montaña de Oro. Y, en vez de montar una expedición por tierra, tienen listo un dirigible para poder llegar más rápido y velozmente allí. Y eso es lo que hacen, corriendo una carrera contra el tiempo contra un poderoso comerciante árabe de la zona que también desea quedarse con los tesoros de esa montaña. Y, la verdad eso es todo… La novela se lee como un viaje del National Geographic por África desde el aire y con el mismo nivel de dramatismo. Si bien hay contratiempos producto o de la naturaleza o de los intentos del rival de detenerlos nunca parecen muy peligrosos: generalmente basta que los tipos se suban al zeppelin y asunto resuelto. Sospecho que la novedad de poner un zeppelin en Africa podría haber sido interesante cuando se publicó por primera vez pero leído más de cien años después el libro no se mantiene bien en el tiempo. ¡Qué le vamos a hacer! Esperemos algún Salgari más interesante la próxima vez…
En las llanuras de Argelia (Sull’ Atlante,
1907)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita. Acme, Buenos Aires, 1960 A estas alturas me queda claro una cosa: Salgari es un maestro en la aventura melodramática. Pónganlo a hacer una exploración con avances tecnológicos de avanzada y te manda a dormir más rápido que la versión extendida de “La Amenaza Fantasma”. Ahora si el centro de la historia es el rescate y huida de y con un ser amado y la prosa salgariana logra cotas maravillosas de interés, aventura y tensión dramática. A diferencia de Verne – para quien el romance en sus novelas o no existe o suena absurdo-, los héroes y heroínas de Salgari hacen lo imposible por el ser amado. Y, si ese núcleo central está rodeado por un ambiente histórico convincente, tenemos al Salgari que uno no puede parar de leer. Tomemos por ejemplo esta novela ambientada en el universo de la Legión extranjera en el Sahara norafricano de fines del siglo XIX. El protagonista de la novela es Miguel Cernazé, noble húngaro a quien las deudas de juego han convertido en legionario a quien su valor peleando en México le ha ganado una condecoración, a quién su insubordinación ante la injusticia lo lleva a un batallón de castigo en medio del desierto y a quién la rivalidad con su superior por el amor de la bella Afza -hija del sheik Hassi-el-Biac- lo llevará a casarse y decidir fugarse con ella desertando de la Legión. Acompañándolo en la fuga está Enrique, un antiguo estudiante de derecho de la Toscana, dueño de una lengua sarcástica también harto del trato a los legionarios. Ellos y Afza escaparán de
la persecución incansable a lso que los sujetará su vengativo superior esperando llegar a la cadena montañosa de Atlas y desde allí a los puertos mediterráneos para ganar su libertad. Y si bien el libro es básicamente una carrera entre perseguidos y perseguidores Salgari la dota de una tensión constante, sobre todo porque los personajes son más complejos que lo normal en Salgari. Tenemos un cabo que ayuda a los evadidos sin desertar, por razones humanitarias, a un esbirro brutal que termina suicidándose arrepentido por lo que se ha convertido como persona, una heroína tan capaz de defenderse a sí misma como su amado y hasta un villano con cierta justificación para hacer lo que hace. Y desde ya Salgari cuida en lo más posible el detalle realista del a situación, cosa que aquí ayuda a darle credibilidad a la acción. Por cierto es interesante que ambos protagonistas terminen en la legión por deudas de juego y en quiebra. Teniendo en cuenta los problemas económicos de Salgari por esos años (problemas que contribuirían a su suicidio 4 años después de publicado el libro), da para pensar si el tema ya no era una obsesión para él y la fuga a la legión para empezar otra vida una expresión fantástica de sus deseos. Pero, bueno, es solo una especulación sin mucho fundamento de mi parte... En las llanuras… es de las novelas que hace que uno se vuelva salgariano. Si la encuentran, léanla.
Los tigres del mar y otros cuentos (2002)
Autor: Emilio Salgari Colección: Voces nº 20 Edita: Páginas de Espuma, Madrid, 2002 Raramente uno se encuentra con los cuentos de Emilio Salgari. Uno está habituado a encontrarlo en su faceta de novelista. Por eso resulta de agradecer esta antología de relatos que escribió entre 1900 y 1906 para la colección “Bibliotechina Aurea ilustrata”. Que no eran, por cierto firmados por Salgari sino con el seudónimo de “Capitano Guido Altieri” debido a que sus compromisos contractuales del momento le impedían trabajar por fuera. Y el nombre ficticio era la solución ideal para evitar este problema. Los 18 relatos que aparecen aquí tienen que ver con el mar. Son historias de pescadores, marinos, naufragios y tormentas, todos escritos con un tono abiertamente realista y una implacable parsimonia de la prosa que bien podría haber firmado Jack London. Si me preguntan este es un gran ejemplo del talento de Salgari para hacer historias ajustadas breves y perfectamente armadas. Si bien el tono es uniformemente parejo –de muy bueno para arriba– hay que destacar varias historias excepcionales. A mi gusto, “El naufragio de la Hansa” (Il naufragio dell’Hansa) y su tenebroso asedio de las ratas a una familia, el humorístico "En la isla de los monos” (“Nell’isola delle scimmie”), el FABULOSO relato de piratería en los mares de China “El corsario del Río Rojo” (“Il corsaro del Fiume rosso”), el inteligente relato de tráfico de esclavos “El negrero” (“Il negriero”) –del que no me
asombraría que Salgari lo haya usado de base para su novela “Los aventureros del mar”) – y el asombroso y tenebroso comienzo de “El navío fantasma”(“il vascello fantasma”) están entre lo más destacado de este libro. Eso sí, aclaro una cosa: si tienen escrúpulos ideológicos en términos ecológicos eviten estos relatos. Hay cuentos donde la caza de animales marinos como ballenas o morsas a niveles de exterminios son glorificadas sin problemas. Es una muestra de la forma de ver esas situaciones en ese período del siglo. Si las ven con los ojos de hoy, hay cosas bien terribles. Si ese tipo de cosas les ofende, bueno no lo lean. Conste que les avisé. Y los estudios que empiezan y terminan la antología también son muy buenos para entender un poco a este autor mucho más leído que analizado. Se agradece la dedicación de Páginas de Espuma en publicar un libro así. Y ojalá hicieran lo mismo con las demás obras de Salgari: uno amaría una buena edición de Obras Completas bien traducida y con estudios cuidados. Y no tener que andar tratando de dar la mayor cantidad de info rastreando cosas desde este humilde blog…
Las panteras de Argel (la pantere d’Algeri,
1903)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1960 Estamos en el mediterráneo renacentista, entre Italia y Argelia, zona de continuos enfrentamientos entre los corsarios musulmanes y sus rivales cristianos, liderados por los caballeros de la Orden de Malta. En ese terreno, donde las incursiones a los poblados costeros son cotidianas, el barón Carlos de Santelmo debe ir a rescatar a su prometida Ida de Santefiore, secuestrada por los piratas argelinos. Y que no capturada por casualidad: un esclavo de ella, Zuleik Ben-Abad, es el responsable del ataque al castillo de Santafiore y el secuestro de ida. Es que Zuleik no es un esclavo normal: hijo de una poderosa familia de Argel, si no escapó antes fue por el amor a Ida, a quien incluso defenderá de caer en las manos de los poderosos jefes piratas de Argel. A ese lugar, Carlos y su segundo, “el gordinflón, flojo y cobarde “Cabeza de Hierro” (“comic relief” si lo hay) y auxiliado por un grupo de corsarios que hacen trabajo de infiltración para rescatar esclavos cristianos, entrará en Argel para rescatar a su prometida. Lo que sigue es una aventura trepidante, que no para en ningún momento y donde a cada instante las cosas giran hacia un rumbo desconocido. Como las buenas historias de acción, las respuestas a las situaciones se dan gracias a que los personajes principales están bien construidos. El barón de Santelmo es atrevido, valiente, un poco demasiado arrojado y decidido a toda costa a recuperar a su prometida. Su rival, Zuleik es alguien a medida: su
(real) amor por la cristiana le hace arriesgar todo –hasta su posición social- y su orgullo no le impide reconocer en el barón de Santelmo una dignidad de iguales. Su hermana Amina (que se encapricha con el barón pero termina ayudándolo) es igual de orgullosa, e inteligente, enfrentándose al os propios guardias del sultán en un momento. Incluso Ida es algo más que la simple damisela en peligro, demostrando por momentos el temple de alguien criada en una zona como esa donde la destrucción y la esclavitud eran cotidianas. Incluso los personajes secundarios están bien armados. El resultado es una de las mejores novelas de Salgari y uno de los verdaderos clásicos de las novelas de aventuras. Si obviamos los momentos anti islámicos que aparecen seguido en la novela (que están, para qué negarlos. Insisto que hay que tomarlo en el contexto en que se escribió), esta novela es brillante. Si me preguntan, lectura imprescindible para cualquier lector de novelas de aventuras. Y a destacar las ilustraciones de esta edición hechas por el dibujante Carlos Clemen que son una maravilla. Viéndolas, quiero ver alguna de las historietas que hizo.
La Montaña de Luz (La Montagna di Luce,
1902)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood nº101 Edita: Acme, Buenos Aires, 1978 India, 1843. Indri antiguo favorito del sultán de Baroda en la India está a punto de convertirse en un paria (recuerden que en el sistema de castas tradicional indio, un paria es considerado intocable y queda en la peor de las posiciones sociales) gracias a las intrigas de sus enemigos. Y solo podrá salvarse si consigue traer del reino de Pannah la “Montaña de luz”, un fabuloso diamante (que existe realmente) celosamente guardado por su dueño. Lo ayudará Toby Randall, un valiente cazador de tigres británico. Pero está además la oposición de la secta de envenenadores dacoitas contratados por los enemigos de Indri para detenerlo y que además quieren quedarse con el diamante para ellos mismos. Y bueno además hay un traidor entre el grupo que apoya a Indri y Randall… Otra aventura entretenida ambientada en el continente indio de Salgari –que definitivamente tenía fascinación por ese lugar). No diría que particularmente bien construida y con un giro al final que hace que se me caiga un poco la credibilidad. Específicamente la manera cómo el rajá de Pannah les perdona el robo del diamante es bastante poco convincente (y no quiero adelantar mucho por si alguien lo lee, pero les aviso que eso pasa). Igual tiene sus momentos entretenidos y la lectura no es soporífera. Resumamos diciendo que sin ser uno de los clásicos de Salgari tampoco es un libro que les recomendaría evitarse leer si les gustan las historias de aventuras exóticas. En el
balance leer el libro es más positivo que negativo. Recomendable pero no indispensable, no se si me explico… Y la tapa de C.A. Novelle tampoco es de las mejores de la colección Robin Hood con los personajes en posiciones un poco rígidas para mi gusto. Pero eso ya es quejarse de más, me parece.
La perla sangrienta (La perla sanguinosa,
1905)
Autor: Emilio Salgari Colección: Robin Hood Edita: Acme, Buenos Aires, 1961 En una colonia penal británica del océano Pacífico de fines del siglo XIX, tres convictos logran escapar. Uno de ellos, un pescador de perlas de Ceylán, tiene el objetivo de recuperar de las profundidades marinas la famosa "Perla Sangrienta", robada de un monasterio budista y hundida en las profundidades del mar, para así comprar la libertad de su prometida. Por supuesto detrás de ellos hay un malévolo perseguidor, un soplón de la cárcel que (¡oh, casualidad!) también estaba enamorado de la misma niña y un guardián borrachín que está enfurecido por dejarlo mal cuando los presos se fugaron. Y todo eso sin contar los problemas naturales de viajar por un océano repleto de tormentas y tiburones y selvas pobladas de nativos listos para despacharlos y serpientes pitones. Otra novela ni buena ni mala de Salgari. En lo positivo hay unos personajes bien entretenidos y que además no caen en el estereotipo de la superioridad racial tan típica de las historias de aventuras de esos años: hay un blanco, un mulato y un hindú, todos igual de competentes, valientes y compañeros con los demás. El realismo en la ambientación está logrado (como siempre pasa en cada novela de Salgari). En cuanto a la acción, si uno solo deja correr las páginas, entretiene muy bien. El problema pasa cuando uno empieza a buscar las plausibilidades de la historia en sí.
O sea ¿en serio el villano quiere a la chica pero el héroe no lo sabe como hasta la mitad? ¿En serio quiere encontrar una perla -que por más grande que sea no puede ser muy grande– sumergida a más de setenta metros en el fondo del mar hace ya varios largos meses? Cosas como esas hacen implausible la historia y si uno se detiene en ellas la suspensión de credibilidad se puede ir al carajo. Ahora, si nos olvidamos de estas cosas tenemos una novela entretenida, bien típica del Salgari maduro, con unos personajes sorprendentemente poco racistas y acción a raudales. No te cambia la vida pero tampoco es algo que debe ser evitable a toda costa.
Los solitarios del oceano (I solitari
Dell`oceano, 1904)
Autor: Emilio Salgari Colección: Biblioteca Calleja de Novela Popular Edita: Saturnino Calleja, Madrid, s/f Salgari comienza esta novela metiéndose con un tema hoy por hoy bastanteo olvidado: el tráfico de chinos como mano de obra barata al Perú y Centroamérica, en lo que era básicamente un comercio de esclavos disfrazado. Cuando ocurre una rebelión en el navío de los transportados solo terminan quedando cuatro personas en el buque vivas. Por un lado hay el representante del gobierno peruano y su hermano, que hicieron lo posible para que los chinos fueran mejor tratados frente al salvaje capitán y su tripulación después un marinero argentino, el único que desobedeció al capitán y finalmente el líder de la revuelta, el único que no bebe aguardiente envenenado. Los cuatro terminan varando en las islas Tonga enfrentándose a nativos caníbales y piratas decididos a robarles el barco, amén de tifones y tiburones hambrientos. Esta edición de Saturnino Calleja (que se me ocurre que es de alrededor de 1920) divide el libro en dos partes una costumbre bastante frecuente en las ediciones de Salgari. Por suerte tengo ambas. Mientras avanzo con la segunda debo decir que la primera es bastante entretenida. Veamos como termina…
El estrecho de Torres
Segunda parte de Los Solitarios del Oceano (1904)
Autor: Emilio Salgari Colección: Biblioteca Calleja de Novela Popular Edita: Saturnino Calleja, Madrid , s/f Nos habíamos quedado con los cuatro sobrevivientes del barco de transporte de chinos en una isla del Pacífico listos para enfrentarse con los piratas que querían conseguir su barco. Al final, la solución será una frágil alianza entre ellos y los piratas, que desean volver a su guarida en el estrecho de Torres y los necesitan para manejar el barco evitando a los caníbales de la zona, que tampoco les inspiran confianza. Fruto de esa alianza inestable el viaje hacia la libertad comienza. Un viaje complejo y lleno de situaciones inesperadas… y la verdad un poco lanzadas como golpe de efecto más que con un desarrollo creíble de la historia. Pero Salgari mantiene el ritmo en todo momento y uno se engancha con los personajes. Un poco como las películas de Indiana Jones donde si nos paramos a pensar que pasa en la historia la lógica desbarata todo. Pero metidos en el ajo, uno no puede dejar de divertirse. Y el cuidado en la verosimilitud de lugares, naturaleza y situaciones que pone Salgari ayuda infinitamente a crear el efecto de verosímil. No creo decir nada inesperado si les digo que todo termina bien para los protagonistas… En fin aventura pura y dura en una novela bien difícil de hallar de Salgari. Y digamos algo de las tapas de Calleja: muy finas, elegantes y con una estilización exquisita.
El rey de la pradera (Il Re Della Prateria,
1896)
Autor: Emilio Salgari Colección: Narraciones Recreativas nº 49 Edita: Difusión, Buenos Aires 1954 En 1842, un misterioso aventurero francés recibe el encargo de secuestrar a un joven marques del reino de Brasil y llevarlo hasta América del Norte. Cosa que logra pero, tras dejarlo en manos de quienes lo llevarán a presencia de quién ordenó secuestrarlo, termina herido de muerte en el barco secuestrador, que se hunde luego de un combate ocn las autoridades marítimas. Con sus últimas fuerzas, tira una lata de conservas herméticamente sellada. Diez años después, el mar devuelve la lata y se descubre el paradero donde fue secuestrado el marques: entre el territorio apache de lo que entonces era todavía el Salvaje Oeste norteamericano. El tío del marqués iniciará una expedición entre ese peligroso terreno para averiguar qué pasó con él. En la ruta ocurren mil peligros hasta que… no, no cuento más. ¿Se acuerdan de la película “Del Crepúsculo al atardecer” (From Dusk to Dawn), esa dónde a mitad del largometraje alguien se había traído un guion diferente y la película viraba hacia un lado completamente inesperado? Bueno, Salgari lo hace acá un siglo antes. Literalmente parecen dos historias completamente diferentes unidas por detalles mínimos como si Salgari…
- a) tuviera dos historias muy divergentes media terminadas y decidiera hilarlas para así tener un libro nuevo que despachar o
- b) Se cansó de lo que venía contando y tiró todo al
joraca sin volver para atrás. De las dos partes que forman el libro, la primera me resultó más interesante sospecho porque los personajes protagonistas (el aventurero francés el capitán de buque negrero convertido en secuestrador, su subalterno, el resto de la tripulación) resultan más interesantes. Es que evidentemente son gente de dudosa catadura moral –siendo suaves- pero también mostrando algunas características que los van de a poco redimiendo y haciéndolos más simpáticos al os ojos de los lectores. Su final deja con un regusto en la boca como si esperáramos que lograran salvarse para ver que podían seguir haciendo. La segunda parte del libro es mucho más aburrida siendo el típico viaje por terreno salvaje que Salgari hace varias veces y que importa más por la riqueza descriptiva que por el conflicto dramático que aparece. Además si hay un final apresurado en todas las novelas de Salgari que leí, es éste. El autor parece darse cuenta diez páginas antes que se le acaba el libro y tiene que cerrarlo atropelladamente antes que se acaben las hojas incluyendo la explicación del secuestro, que costaría creer si se explica largamente. En la versió de aquí directamente es risible.
Definitivamente no es uno de los mejores libros de Salgari. Si se hubiera mantenido vigilando a esos piratas y secuestradores para contar sus historias el libro sería bien interesante. Desgraciadamente es solo la mitad de bueno en ese sentido.
The End (o Las últimas cartas de Salgari)
Corresponde terminar este especial con lo último que salió de la pluma de Emilio Salgari: sus tres notas de suicidio, que hizo abriéndose las tripas con un cuchillo al mejor estilo samurái en un parque de Turín (el de la foto de arriba) el 25 de abril de 1911.
A los directores de los periódicos de Turín
Vencido por todo tipo de desgracias, reducido a miseria a pesar del enorme trabajo, con mi mujer loca en el hospital, a la que no puedo pagar sus gastos, me quito la vida. Tengo muchos admiradores en Europa y América. Les pido, señores directores, que abran una suscripción para sacar de la miseria a mis cuatro hijos y pagar los gastos de mi mujer mientras esté en el hospital. Debería haber tenido otra situación y suerte, debido a mi nombre. Estoy seguro de que Vds., señores directores, ayudarán a mis desgraciados hijos y a mi mujer. Con las gracias más sentidas, me despido Emilio Salgari
A mis editores A vosotros, que os habéis enriquecido con mi sudor manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semi-miseria o algo peor, pido sólo que, en compensación de las ganancias que os he proporcionado, paguéis los gastos de mi entierro. Os saludo rompiendo la pluma Emilio Salgari
A mis hijos Queridos hijos: Soy un vencido. La locura de vuestra madre me ha partido el corazón y todas mis fuerzas. Yo espero que los millones de admiradores, a los que durante años he distraído e instruido, os
saldrán al encuentro. Os dejo sólo 150 liras, más un crédito de 600 liras, que recogeréis de la señora Nusshaumar. Os dejo la dirección. Que me entierren como pobre, ya que estoy arruinado. Manteneos buenos y honestos y pensad, en cuanto podais, en ayudar a vuestra madre. Os besa a todos, con el corazón sangrando, vuestro desgraciado padre. Emilio Salgari Voy a morir al Valle di San Martino, junto al sitio en el que, cuando vivíamos en la Via Guastella, íbamos a desayunar. Encontrarán mi cadáver en un barranco que ya conocéis, porque allí íbamos a recoger flores.
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