aprender arquitectura

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Aprender y enseñar arquitectura 0 Arq. Alejandro Vaca Bononato (*) www.talleravb.com El problema de aprender y enseñar arquitectura formulado desde un programismo unidireccional resulta insuficiente. Es cierto que la arquitectura tiene algo de ciencia, pero no es sólo una ciencia y de ahí la insuficiencia desde este pensamiento y también su dificultad. La arquitectura es un arte. Comparte muchos puntos de contacto con la creación artística desde tiempos inmemoriales. Un templo griego, una obra de Le Corbusier, y más reciente la obra de Alvaro Siza, demuestran esa “otra dimensión”, que es más preciso denominar “poética”. La arquitectura como “arte poética” nace de

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Page 1: aprender arquitectura

Aprender y enseñar arquitectura

0Arq. Alejandro Vaca Bononato (*)www.talleravb.com

El problema de aprender y enseñar arquitectura formulado desde un programismo unidireccional resulta insuficiente.Es cierto que la arquitectura tiene algo de ciencia, pero no es sólo una ciencia y de ahí la insuficiencia desde este pensamiento y también su dificultad.La arquitectura es un arte. Comparte muchos puntos de contacto con la creación artística desde tiempos inmemoriales. Un templo griego, una obra de Le Corbusier, y más reciente la obra de Alvaro Siza,  demuestran esa “otra dimensión”, que es más preciso denominar “poética”.La arquitectura como “arte poética” nace de un proceso inspirado y como tal en términos de creación del espíritu del hombre se rige por las leyes del arte, que son superadoras de la simple razón instrumental.Y en el aprendizaje de cualquier arte “la técnica” es

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central…Hay que tener un dominio de múltiples saberes, el dibujo, la construcción, la composición, la historia y la cultura de un lugar. Y esto constituye una técnica.Por supuesto sólo si esa técnica se implica con el espíritu del hombre será inspirada, es decir “poética”.Desde esta visión del problema, es que el proyecto de arquitectura y su enseñanza, no puede ser entendido desde fórmulas “reduccionistas”.La enseñanza del proyecto no debe fundamentarse en génesis lineales, teleológicas, o con el fin y el resultado a la vista.El alumno debe implicarse en una multiplicidad de problemas desde el “sentido” de construir una “técnica”, cuyo resultado final es algo más que un simple “objeto”. Sabiendo también que la noción de “edificio” como  “objeto singular”, también está en crisis en nuestra contemporaneidad…La “técnica” deviene más bien en algo así como un “tejido” o un entramado de relaciones que alojan también lo incongruente o el vacío. Desde una lógica no lineal, el alumno produce material con diferentes técnicas: el texto-montaje, el plano–montaje, el foto-montaje, la maqueta-montaje, la foto-maqueta-montaje y nunca partiendo de la hoja en blanco.Se crea así una cierto criterio en el hacer del alumno que genera conciencia crítica, que se construye lentamente. De este modo, la singularidad de los acontecimientos, el tiempo, el sentido de un lugar, la forma, la construcción de un lenguaje, que como toda escritura arquitectónica implica también su arbitrariedad, se ponen en juego.

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(*) Profesor Titular Taller AVB, Arquitectura 1, 2 y 3 FADU UBA, TFC FAU UBProfesores Adjuntos: Arqtos. Quiroga, Gilardi, Sinesi, JTP: Arqtos. Torras, Valle, Gonzalez Abbati, Fallon, Aceto. Maquetas: Diego Genaro Rodriguez, José Arévalo, Gabriela García, Ornela Aversano, Antonella Pataro, Joaquin Iriso y Mauro Puppo.

Resumen: La arquitectura forma parte de lo que cabe conocer, y seguramente necesita método y sorpresa para ser conocida. Cabría añadir además deseo, instinto, vocación por ella, tensión ante los actos materiales o intelectuales que a ella conducen; intención, en suma. La arquitectura como experimento visual posee el indudable mérito de su intención poética; pero ése es un camino derivado que tan sólo puede seguirse cuando ya se conoce el oficio. El riesgo de seguirlo antes implica experimentar sin raíces, es entonces cuando surgen los saltos en el vacío. La arquitectura no debe enseñarse así. Es la ilusión del autor por la arquitectura el motivo de esta obra: transmitir ilusión, difundir la certeza de que enseñar y aprender arquitectura es posible cuando se miran despacio las cosas que deben verse y sus consecuencias. Todo comienza a encajar entonces, todo acaba siendo posible y natural, como lo es la gente que habita la arquitectura.