aporte pastoral. nuestra señora de guadalupe 2015. año de la misericordia

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MADRE DE LA MISERICORDIA, DEL DIOS POR QUIEN SE VIVE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE Aporte para la celebración personal, familiar y comunitaria.

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MADRE DE LA MISERICORDIA, DEL DIOS POR QUIEN SE VIVE

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

Aporte para la celebración personal, familiar y comunitaria.

La serie “Educando para la Misericordia”, forma parte de la red de aliados de la iniciativa “Hagámoslo Bien” a favor de la Cultura de la Legalidad. www.hagamoslobien.org

Este aporte está bajo Licencia Creative Commons. Por lo tanto, son libres de copiar, distribuir y comunicar públicamente todos nuestros contenidos, siempre que se haga referencia a la fuente de la información (www.pastoralsocialmty.org) y al autor, si lo hay. El Diseño Editorial, Redacción, Corrección de Estilo, Producción y Distribución están a cargo del Secretariado de Pastoral Social de la Arquidiócesis de Monterrey.

“NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. MADRE DE LA MISERICORDIA, DEL DIOS POR QUIEN SE VIVE” De la serie: Educando para la Misericordia SECRETARIADO DE PASTORAL SOCIAL Arista No. 230 Centro, Monterrey, N.L. C.P. 64000, México. Contacto.: (81) 1158 2260 y 61 [email protected] www.pastoralsocialmty.org

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PRESENTACIÓN

Habiendo iniciado el Año de la Misericordia estamos llamados como Iglesia a profundizar aún más en esta experiencia de ser amados por Dios, descubriendo los momentos de misericordia que significativamente podemos constatar a lo largo de nuestra vida. Dios se manifiesta en la historia, de eso no tenemos duda y singularmente a través de María de Guadalupe lo ha hecho de una forma sin precedente para nosotros, como pueblo mexicano. “Esta relación única y personal de la Madre con cada hijo y cada hija, ha adquirido también una cierta dimensión comunitaria al establecer con ese nuestro pueblo una relación especial que nos ha hecho ser una nueva Nación en la historia, a la que María ha acompañado siempre con su amor maternal”.(Cfr. Obispos Mexicanos, “No habrá cambio real en México sin la participación de los pobres”, Carta Pastoral 431). Celebrar a la Virgen de Guadalupe nos hace reconocer que el Hecho Guadalupano es una experiencia fundante de fe que en relación con el Adviento, en un contexto Jubilar, nos abre a la posibilidad de reflexionar en nuestra identidad como mexicanos y nuestro compromiso con tantos

que como Juan Diego, son pobres, indígenas, marginados, minusvalorados e ignorados, a los que la Virgen les dice: “…es de todo preciso que TÚ vayas…” (Cfr. Nican Mopohua). De este modo, en la Experiencia Guadalupana, el pueblo vencido recupera su dignidad. Presentamos este aporte “NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE. MADRE DE LA MISERICORDIA, DEL VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE” de la Serie: “Educando para la Misericordia”, como una herramienta que nos oriente en nuestro deseo de ejercitar la Misericordia pues contiene una clave de reflexión y elementos que bien podría usarse en la celebración personal, familiar y comunitaria, íntegramente o en partes. Que este gran Acontecimiento Guadalupano narrado en el “Nican Mopohua” que es como un evangelio para los mexicanos, en el sentido de Buena Noticia contada al pueblo de México y desde aquí a todos los pueblos de América, nos lleve a amar a María y a hacerla amar, descubriendo su presencia cercana y compasiva que trae paz y alegría con su mirada Misericordiosa a cada uno de nosotros.

1519 El asombro de los españoles por Tenochtitlán fue inmenso

1521 El gran imperio azteca cae ante los españoles

1531 Se da el acontecimiento guadalupano

9 dic PRIMERA APARICIÓN en la madrugada

9 dic SEGUNDA APARICIÓN HACIA LAS 5 DE LA TARDE

10 dic TERCERA APARICIÓN HACIA LAS 3 DE LA TARDE

12 dic CUARTA APARICIÓN MUY DE MADRUGA

12 dic QUINTA APARICIÓN MUY DE MADRUGA

12 dic ESTAMPACIÓN DE LA TILMA AL MEDIODÍA

MADRE DE LA MISERICORDIA, DEL DIOS POR QUIEN SE VIVE

La Virgen de Guadalupe es la manifestación histórica de la Misericordia de Dios en el momento más trágico del pueblo indígena. Ante la conquista material y espiritual de nuestros antepasados, la Virgen de Guadalupe se presentó para “oír y remediar todos los lamentos, miserias, penas y dolores” del pueblo y también para “mostrar y dar todo su amor, compasión, auxilio y defensa” (Cfr. Nican Mopohua). Guadalupe actua con Misericordia tanto con el pueblo caído en desgracia, representado en Juan Diego, como también con quienes fueron instrumento de la opresión, es decir, los conquistadores. Según el Proyecto Guadalupano, Juan Diego y Juan de Zumárraga, símbolos de los grupos humanos contrapuestos por el modelo colonial, estaban llamados a construir juntos la nueva “teocatzin” (sagrada casa de Dios), donde en adelante convivirían en armonía y paz superando las estructuras de opresión.

Nuestra Madre del Cielo no plantea una lucha de clases sociales para ver si el pobre termina imponiéndose al rico, ya que eso no significaría un cambio estructural de fondo. Ella busca una reconciliación que lleve al encuentro efectivo y afectivo de personas que la sociedad opresora enfrentó pero que ahora están dispuestos a reconocerse como hermanos echando abajo los mecanismos sociales generadores de violencia y dominación. La justicia de Dios, al igual que la justicia indígena, es Misericordiosa, no vengativa; porque no quiere la muerte del pecador sino su regeneración y recuperación en la fraternidad del pueblo. No se trata de eliminar al infractor de la armonía para quitar el mal, sino recuperarlo como hermano y devolverle el lugar que perdió por su actuar destructivo. Por eso Guadalupe es la Madre de la Misericordia.

En la perspectiva indígena, la compasión y misericordia que Guadalupe ofrece al oprimido y al opresor, no es

para que continúen enfrentados, sino para que ambos

se articulen en una nueva propuesta de vida en la que

se identifiquen como hermanos entre sí e hijos del

mismo Dios, que es Madre-Padre de todos. La Virgen de Guadalupe nos mostró, de manera maravillosa, ese

amor Misericordioso de Dios.

Pbro. Eleazar López Hernández (Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas)

MARIA DE GUADALUPE, MADRE DE GRACIA Y MISERICORDIA

Una segunda etapa en el Adviento que estamos viviendo, consiste en celebrar a la Virgen de Guadalupe tan significativa y muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por nosotros, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura con su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor. Pidamos hoy a la Virgen que, así como dejó su venerable imagen plasmada en la tilma de Juan Diego, así la plasme en nuestro corazón para siempre.

COMENZAMOS

ORAMOS Padre Dios, hoy es un día muy especial para recordar con cariño y agradecidos a María de Guadalupe, la Buena Madre del “Verdadero Dios por quien se vive” y quien durante un largo adviento preparó con especial dedicación y amor el nacimiento de Jesús a este mundo. Por todo ello es “Bendita entre las mujeres”. Nuestra Madre del Cielo, comprendiendo tu Encarnación, supo mirarte en su interior, te miró también en el pueblo mexicano y te sigue mirando en aquellos que todavía sufren a causa de nuestra indiferencia. Queremos tener entrañas de Misericordia y que nos duelan las desgracias de tantos hermanos, para que siempre estemos disponibles para ayudar a otros, para que seamos entusiastas constructores de tu Reino. Gracias Padre, por mostrarnos tu amor en el amor maternal de María de Guadalupe que nos dice: “¿Acaso no soy yo aqui tu madre? ¿no estás bajo mi sombra y resguardo? ¿Acaso no soy yo tu fuente de vida? ¿No estás acaso en el hueco de mi manto, en donde cruzo mis brazos? ¿Quién más te hace falta?”. Amén.

ESCUCHAMOS A JESÚS Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-48 En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor". Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava". Palabra del Señor.

REFLEXIONaMOS Este pasaje es conocido como de la "visitación”. La narración empieza destacando la actitud decidida y pronta de María para servir; eso será precisamente lo que Jesús hará y enseñará a lo largo de toda su vida. Es decir, desde el principio María es presentada como la discípula fiel del Maestro, poniendo en práctica la actitud que él pide, la de pensar en el otro. La dirección del viaje de la Virgen es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (Cf. Lc 9,51). Con su visita a Isabel, María nos introduce a la misión de Jesús que también se pone en camino, se dirige a Judea y está atento a las necesidades de los demás. María es el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría del Señor a todas las personas de todos los lugares y de todos los tiempos. Vivir la Misericordia requiere de esta actitud de salida y prontitud de María que antes que pensar en sí misma, tiene presente a Isabel que con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.

PARÁBOLA DE UNA MADRE (José Enrique Galarreta) El pueblo cristiano, privado de Abbá, salvó su fe por María, la Madre. Dios daba miedo, porque se había retrocedido, ignorando la Buena Noticia de Jesús: se había sustituido a Abbá, el papá en quien se puede confiar, que da seguridad y cariño, por el Señor Dios Todopoderoso, lejano y más bien temible. La gente se había quedado sin médico, sin padre, sin amparo. Y encontró a la Madre: refugio de pecadores, consuelo de afligidos, auxilio de los cristianos... exactamente lo que significa Abbá. Pero, además, María nos ha ofrecido una enorme mejora en la imagen de Abbá. Le ha quitado para siempre su masculinidad patriarcal. Al dirigirnos a María como Madre, poniéndola en el lugar de Abbá, hemos iluminado a Abbá con luz maternal.

Hemos entendido por qué en la parábola del Hijo Pródigo no hay madre: porque no hace falta, porque el corazón del Padre es maternal. María, parábola de Dios. De ninguna manera renunciamos a la devoción, admiración, gratitud a María, la madre de Jesús, por la que pudo Jesús ser uno de nosotros. Pero no sustituimos a Abbá por María. Es muy interesante comprobar cómo muchas de nuestras oraciones a María podrían dirigirse directamente a Dios/Abbá, y cómo otras muchas dirigidas a Dios muestran nuestra distancia respecto de Él, nuestro temor y lejanía que aún persisten. Y cómo pedimos la intercesión de María. Aunque no necesitamos ningún intercesor para acudir a nuestra Madre Dios, ni mucho menos ningún abogado para que nos defienda.

Nos comprometemos El Acontecimiento Guadalupano, es una Buena Noticia de liberación para los pobres, representados por Juan Diego “un pobre digno” (Cfr. Nican Mopohua) que Dios elige y llama. “Y cuando finalmente cesó el canto, cuando todo quedó en calma, oyó que de allá lo llamaban de la cumbre del cerrito. Y le decían ‘digno Juan, digno Juan Diego’” (Cfr. Nican Mopohua). María ve a Juan Diego no como un pobre indio sino como alguien que merece respeto, es una persona, un hombre completo. Al decirlo dos veces afirma que esa dignidad rompe con la visión de dominación a la que está siendo sometido.

Nuestras relaciones en este cambio de época, han de estar basadas en la Misericordia y no en el resentimiento, en la rivalidad, en la envidia o la indiferencia. Desde la óptica del mensaje de Guadalupe, Misericordia significa no quitarle la dignidad al otro, sino mirarle en su dignidad, en su valor y por ello levantarlo, abrazarlo, afirmarlo y aceptarlo de nuevo plenamente, dándole la oportunidad de volver a empezar. Quien sabe regalar Misericordia, hace posible esa confianza con la que se puede aceptar la verdad del otro o de uno mismo, esa verdad que también incluye el error, el dolor, el fracaso, la falta e imprudencia, para empezar de nuevo.  La Misericordia que Guadalupe nos trae, ha transformarse en nosotros para los demás, en gestos concretos de compasión, en obras significativas que vayan más allá y que surjan de la mirada contemplativa con la que nos acerquemos a nuestros hermanos en nuestra realidad. Son las obras lo que permiten hablar de Misericordia pues sin ellas el concepto mismo quedaría reducido a un ejercicio intelectual, vacío y sin rumbo o a puro sentimentalismo que no transforma, que no dignifica, que no trasciende.  Que nuestro compromiso concreto sea con los que menos tienen: con los últimos, con los indefensos, con aquellos que no son reconocidos; los migrantes, los indigentes, las madres solteras y divorciados, los presos, los niños de la calle y los desempleados; con quienes no tienen posibilidades de crecer y desarrollarse; con los discapacitados y enfermos; con aquellos para los cuales “no hay lugar en la posada” (Cfr. Lc. 2, 7), pero no porque esté llena, sino porque no son bien recibidos. Que el amor de Nuestra Señora de Guadalupe, nos mueva a traducir en acciones concretas la Misericordia que brota de querer que el hermano sea tan o más feliz como nosotros, con la dignidad de hijo de Dios y de María.

1. MOTIVACIÓN INICIAL En torno a María de Guadalupe queremos poner todas nuestras necesidades delante de la mirada Misericordiosa de nuestra Buena Madre para que ella anime nuestro corazón para saber comprender y realizar el Reino de Dios en nosotros y en los demás, con justicia y verdad para todos, siendo una realidad concreta en cada vez más espacios y comunidades. Nos basaremos en el mensaje del “Nican Mopohua” donde se comparte la Experiencia Guadalupana. De manera sencilla explicaremos dos de los signos que se contienen en el texto para comprender el mensaje que Guadalupe nos aporta como cristianos que peregrinamos hacia una sociedad más justa y solidaria.

2. ORACIÓN comunitaria Madre nuestra, te pedimos que nos ayudes a abrir los ojos para mirar la realidad que estamos viviendo, te pedimos que nos quites el miedo para abrir el corazón ante la realidad que están viviendo nuestros hermanos. Nosotros también tenemos muchas preocupaciones que a veces nos cierran los ojos para ver las señales que Dios pone en nuestro camino y perdemos la confianza en Dios y en los demás. Te pedimos que conviertas nuestro corazón, que no perdamos la esperanza de construir un mundo más fraterno donde reine el amor, la justicia y la paz.

3. CORAZÓN Y PALABRA “Porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Mt. 12, 34). El corazón representa a la persona, lo que es, lo que hace. Del corazón nacen las acciones. Los pueblos indígenas al saludar dicen: ¿Cómo está tu corazón? María le dice a Juan Diego: “Pon esto en tu corazón”. La palabra es lo que sale del corazón y va al corazón de la otra persona. La palabra está unida a la vida, porque la palabra tiene fuerza cuando hay el testimonio y amor.

4. Del nican mopohua

... “haz todo lo que esté de tu parte”. ... “Ya me voy para hacer realidad tu dicho y tu palabra”.

...”con toda energía te mando que precisamente mañana vayas otra vez...”

...”con muy buena disposición de mi corazón iré...” ...”de ninguna manera dejaré de hacerlo, ni seré penoso

el camino. Iré a hacer tu voluntad.” “Y tú, tú eres mi embajador, en ti pongo toda mi confianza”.

...”Iba de prisa y contento, con el corazón seguro, llevando con cuidado lo que iba a salir bien”.

5. REFLEXIÓN

Juan Diego al igual que la Virgen de Guadalupe, es sensible a las necesidades y sufrimientos que lo rodean, por eso se compadece ante la enfermedad de su tío Juan Bernardino y se compromete de por vida. Juan Diego nos invita a que seamos sensibles ante los sufrimientos de nuestros hermanos. Quiere que luchemos en la construcción de un mundo nuevo, una familia y comunidad como Dios quiere. La Virgen de Guadalupe con su mensaje de Misericordia, hace que todos vayamos a la periferia, donde están los pobres. Nos pide cercanía y preocupación por la situación de miseria y opresión de sus hijos. María se hace una con los desamparados por eso Juan Diego la llama: “la más desamparadas de mis Hijas”. Ella asume la causa de los pobres. Hoy, el compromiso con el que sufre se vive todos los días y se pone en práctica con obras de Misericordia.

6. Compromiso

Como María de Guadalupe y con ella queremos: *VENCER nuestra indiferencia y conformismo para mirar contemplativamente nuestra realidad. *LLEGAR a acuerdos con quienes convivimos para mantener la alegría al convivir y la paz que necesitamos. *ACTUAR con Misericordia ayudando especialmente a nuestros hermanos más pobres y necesitados.

CELEBREMOS CON EL NICAN MOPOHUA

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OTROS APORTES DE LA SERIE

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1  Misión de Guadalupe. “Nican Mopohua. Comentario a la narración de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe”. Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. 2011. 2  Santa Biblia. “Biblia de Jerusalén”. Nueva Edición totalmente revisada. Desclée de Brouwer. 3  Secretariado de Pastoral Social. “Adviento, espera revestida de Misericordia activa” Serie: Educando para la Misericordia. Arquidiócesis de Monterrey. 2015. 4  Calvo Beca, Rafael. “Celebraciones en comunidad. Ciclo B.” Colección Fe adulta. España. 2014. 5  Alba Michel, Cristina. “María de Guadalupe, portadora de amor y misericordia”. Artículo. www.noticiócesis.com 2015. 6  López Hernández, Eleazar. “La misericordia de Dios en la Virgen de Guadalupe”. Artículo. www.vidapastoral.com 2015 7  Jiménez, Andrés. “Misericordia y dignidad humana.” Artículo. www.equipoagora.es 2015

Fuentes consultadas

NICAN MOPOHUA (Fragmento del texto original de las Apariciones

de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego).

“Sábelo, ten por cierto hijo mío el más pequeño, que yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María,

Madre del Verdadero Dios por quien se vive,

el Creador de las personas, el Dueño de la cercanía y de la inmediación, el Dueño del cielo, el Dueño de la tierra.

Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada

en donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto:

lo daré a las gentes en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación: porque yo en verdad soy vuestra Madre compasiva,

tuya y de todos los hombres que en esta tierra estáis en uno, y de las demás variadas estirpes de hombres, mis amadores, los que a mi clamen, los que me busquen, los que confíen en mi,

porque allí les escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferente penas, sus miserias, sus dolores.

Y para realizar lo que pretende mi compasiva mirada misericordiosa, anda al palacio del obispo de México, y le dirás como yo te envío,

para que le descubras como mucho deseo que aquí me provea de una casa, me erija en el llano mi templo; todo le contarás, cuanto has visto y admirado, y lo que has oído”.