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APOCALIPSIS El Libro de la Esperanza Ángel Sanabria Ibarra México, 2013

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Apocalipsis

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APOCALIPSISEl Libro de la Esperanza

Ángel Sanabria IbarraMéxico, 2013

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INTRODUCCIÓN

El libro de Apocalipsis, desde el punto de vista literario, es uno de los libros más emocionantes y valiosos de cuantos se hayan escrito en la historia. Su lectura es de esas que nos atrapan, en la que al terminar cada capítulo nos quedamos picados por saber qué pasará después.

El valor literario de Apocalipsis se debe también al uso magistral que hace del lenguaje simbólico, recurriendo a imágenes zoomorfas, cósmicas y míticas para describir grandes batallas que suceden no sólo en el mundo material, sino también en el ámbito espiritual.

Pero el Apocalipsis es mucho más que buena literatura, desde una perspectiva espiritual es un libro lleno de esperanza. Al contrario de lo que muchas personas piensan, no es un escrito pesimista ni terrorífico, sino uno que contiene las ideas más sublimes, las imágenes más hermosas y las palabras más reconfortantes que jamás se hayan comunicado al ser humano sobre la vida eterna.

En el presente curso estudiaremos el libro de Apocalipsis desde dos enfoques: el primero es externo y consiste en observar los aspectos históricos del libro, así como las diferentes escuelas de interpretación de este texto. El segundo enfoque es interno y nos llevará a estudiar el libro capítulo por capítulo, y versículo por versículo, observando los detalles que contiene y descifrando su simbología.

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Primera parte: ENFOQUE EXTERNO

DATOS HISTÓRICOS

I. TÍTULO

“Apocalipsis”, viene de la palabra griega apokálipsis, la cual significa: revelación, correr el velo, destapar, dar a conocer.

* En la mayoría de las biblias se ha conservado su nombre griego, en la versión del Nuevo Mundo, de los Testigos de Jehová, el término se ha traducido, por lo cual lleva el nombre de “Revelación”.

II. AUTOR

Ap 1:1 dice que el autor es el “siervo Juan”. ¿Quién es?

* Se han propuesto diversas teorías:

A. El apóstol Juan

1. Desde la antigüedad se le identificó con Juan, uno de los doce.

2. Los padres de la iglesia temprana apoyaron esta creencia: Papías, Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Orígenes, Ireneo y Tertuliano.

3. Desde la antigüedad este Juan fue llamado “Juan el Teólogo”, así aparece en algunas biblias antiguas, como la Biblia del Oso (1569).

4. Erasmo de Rotterdam (1466-1536) puso en tela de duda la autoría de Juan.

B. Juan el Presbítero

1. Tesis de Dionisio de Alejandría (s. III).

2. Tal vez un importante dirigente de la iglesia de finales del primer siglo.

C. Comunidad Juanina

1. Un grupo de cristianos inspirados por el apóstol Juan.

III. FECHA DE COMPOSICIÓN

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Ap. 1:9 habla de tiempos de “tribulación”. Ap. 17:9-11 hace referencia a “reyes”, alusión a los emperadores romanos.

* Hay varias teorías sobre la fecha, las dos principales son:

A. En tiempos de Nerón (54-68)

* Por haber sido el primer y gran perseguidor romano contra la Iglesia.

B. En tiempo de Domiciano (90-96)

* Fue un emperador con pretensiones divinas…

* Esta fecha fue apoyada por Ireneo, Clemente de Alejandría y Orígenes.

IV. LUGAR

Ap. 1:9 dice que Juan estaba en la isla de Patmos, en el Mar Egeo, cerca de Éfeso.

* Se cree que Juan fue pastor de la iglesia de Éfeso durante sus últimos años.

V. GÉNERO LITERARIO

* Cuatro géneros literarios:

A. Apocalíptico

Ap. 1:1 dice que es un “apocalipsis”, o revelación.

* Este dato pone al texto en relación con la literatura apocalíptica de la época.

* Apocalíptica: género literario judío, se distinguía por dos cosas:

1. Anunciaba el fin de la era presente, caracterizada por la maldad, y el inicio de una nueva era de paz y prosperidad.

2. Comunicaba su lenguaje por medio de mitos y símbolos.

* Ejemplos de libros apocalípticos:

1. Bíblicos: Daniel, Ezequiel.

2. Extrabíblicos: 2 Esdras, Libro de Enoc, Apocalipsis de Abraham.

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B. Profético

Ap. 1:3 dice que es una “profecía” (cf. 22:10).

* Este dato pone al autor y su escrito en relación directa con los profetas del Antiguo Testamento.

* Al igual que los profetas judíos, Juan recibe una revelación y la orden de anunciarla (1:1; 2:1).

* En Ap 10:11, Juan declara que está profetizando.

C. Epistolar

Ap 1:4 muestra que este documento es una carta, habla de autor y destinatarios, y contiene un saludo.

* Ap 22:21 confirma este género, porque contiene la despedida.

* Lo único extraño es su extensión, es una carta muy larga, difícil de ser leída de corrido.

* Este elemento indica que los mensajes de esta carta fueron, en primer lugar, para los cristianos de la época de Juan, específicamente sus discípulos de las 7 iglesias de Asia.

D. Simbólico

Ap 1:20 interpreta algunas figuras del capítulo 1, por lo cual nos da la clave para entender esta profecía: se trata de una revelación comunicada por medio de símbolos, los cuales no deben tomarse literalmente, sino traducirse a conceptos terrenales.

* Es un error interpretar el Apocalipsis tomando literalmente sus figuras. Cristo nos indica que esa no es la forma de entender el libro.

* Juan recibió una revelación visual y audible, su experiencia fue parecida a la de un sueño, el cual entendemos que se nos comunica por medio de símbolos, los cuales debemos interpretar.

VI. CANONICIDAD

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A. Postura de Eusebio de Cesarea (275-339)

Eusebio clasificaba los libros de la época del Nuevo Testamento en 3 categorías:

1. Reconocidos: aquellos que todos los cristianos aceptaban como inspirados y canónicos.

2. Disputados: aceptados por la mayoría de cristianos, pero algunos padres de la Iglesia tenían dudas sobre su inspiración: Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, Apocalipsis.

3. Falsos: los evangelios y escritos apócrifos.

* Eusebio clasificó el Apocalipsis primero como “reconocido”, y luego lo mandó a la categoría de “falso”, se cree que debido a que muchos se basaban en este texto para promover la doctrina del milenarismo.

B. Postura de Lutero

Lutero rechazó el libro de Apocalipsis por considerarlo no inspirado, expresó: “Mi espíritu no puede acomodarse a este libro”.1

* Sus razones eran tres:2

1. No está escrito con claridad, ésta era la característica de un escrito apostólico.

2. El autor de Apocalipsis se alaba demasiado, pues menciona los beneficios de quien lo lea.

3. No se conoce ni se enseña a Cristo en el Apocalipsis.

C. Posturas de otras iglesias

Algunas iglesias cristianas que rechazan el Apocalipsis son:

1. La Iglesia Siria.

2. La Iglesia Ortodoxa lo ve con reservas.3

1 Siegbert Becker. Apocalipsis, un cántico triunfal (Concordia), p. 15. 2 Becker, p. 14. 3 Comentario Bíblico San Jerónimo, vol. IV, N.T. II, p. 534.

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ESCUELAS DE INTERPRETACIÓN

I. PRETERISTA

Enseña que el Apocalipsis ya se cumplió en tiempos pasados. Hay variantes de esta postura, las principales son dos:

A. Contra Israel (s. I)

Esta postura es promovida por el teólogo David Chilton, autor de un comentario de Apocalipsis titulado “Días de Venganza” y de otro sobre escatología: “La Gran Tribulación”. En ellos enseña que el Apocalipsis está dirigido contra la nación de Israel y que profetiza la caída de Jerusalén, que sucedió en el año 70 d.C.

Chilton sostiene que el Apocalipsis tiene la forma de un juicio contra el pueblo de Israel, debido a que éste violó el antiguo pacto. Él lo dice así:

«San Juan escribió el Apocalipsis en la forma bíblica estándar de un “enjuiciamiento basado en el Pacto” dado por los profetas hebreos (siendo ellos la parte acusadora que representa a Dios) contra la desobediente nación de Israel. Por medio de una miríada de símbolos adaptados de las profecías del Antiguo Testamento, San Juan establecía dos puntos principales: primero, Israel había roto irrevocablemente su Pacto con el Señor; segundo, en virtud de Su encarnación, vida, muerte, resurrección, y ascensión, Jesucristo inició un nuevo y último Pacto, garantizado infaliblemente por Su victoria sobre el pecado y la muerte».4

B. Contra el imperio romano (ss. I-IV)

El Apocalipsis presenta los eventos que padecían los cristianos bajo el imperio romano, tales como la persecución y el martirio, por lo cual se denuncia el poder de Roma por medio de símbolos, los cuales anuncian su caída y enjuiciamiento de parte de Dios, así como la victoria del Cordero de Dios y sus escogidos.

Un teólogo antiguo que desarrolló esta doctrina fue el jesuita Alcázar, en el siglo XVII, quien enseñó que el Apocalipsis se había cumplido completamente en tiempo del emperador Constantino.5

En tiempos más recientes este preterismo ha sido sostenido también por teólogos protestantes, entre los cuales destacan Edgard J. Goodspeed (1871-1962) y el autor bautista Ray Summers.

Goodspeed considera que el Apocalipsis no sólo está determinado por su entorno romano, sino también por la cultura helenista, pues interpreta el Apocalipsis como

4 David Chilton, La Gran Tribulación (Texas: Institute for Christian Economics, 1991), p. 52.5 José Grau, Escatología: Final de los tiempos (España: Clie, 1990), p. 281.

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una obra de teatro cuyo estilo se debe a la influencia del drama griego. Él lo explica así:

«El complicado sistema de solos, antífonas, coros y orquestación —arpas, trompetas, terremotos, truenos, ruidos de muchas aguas y granizo— es prueba igualmente inconfundible de la influencia del drama griego contemporáneo, con sus coros de veinticuatro personas. Toda la estructura del Apocalipsis es eminentemente dramática».6

Para Goodspeed, el Apocalipsis es una obra en tres actos, la cual está bellamente adornada con todos los elementos del drama griego, continúa diciendo:

«Debemos considerar el Apocalipsis como una estupenda super ópera, con tres actos llenos de llenos de escenas asombrosas y de belleza desconcertante, con sus solos, sus coros y antífonas, y con su prodigiosa orquestación, porque su acompañamiento no son sólo arpas y trompetas sino el potente estampido del trueno, el crujido del terremoto y el ruido de grandes avenidas de agua. En realidad, el Apocalipsis, sólo puede entenderse desde el punto de vista dramático».7

Los tres actos de esta pieza teatral, según Goodspeed, son:1. El Rollo del Destino (caps. 4-11). 2. El Dragón de la Guerra (12-19).3. La Nueva Jerusalén (19-22).

II. FUTURISTA

Sostiene que el Apocalipsis es un libro que se refiere al futuro, cuyas profecías aún no se han cumplido, sino que verán su consumación en los últimos días de la historia del mundo.

Los inventores de esta doctrina fueron dos jesuitas del siglo XVI: el español Francisco Ribera (1537-1591) y el italiano Roberto Belarmino (1542-1621). En esa época los teólogos protestantes dirigían duros ataques contra el Papa, al cual acusaban de ser el Anticristo. En respuesta, los profesores jesuitas escribieron extensos comentarios sobre el Apocalipsis y otras profecías bíblicas para desviar la atención sobre el Papa y desplazarla hasta un futuro incierto y distante, en el cual aparecería tan enigmático personaje.8

En el siglo XVIII el promotor del futurismo fue otro jesuita, el chileno Manuel Lacunza (1731-1801), quien escribía bajo el pseudónimo de Juan Josafat Ben

6 Edgard J. Goodspeed, Introducción al Nuevo Testamento (Buenos Aires, La Aurora, 1948), p. 181.

7 Goodspeed, op. cit., pp. 181-182.8 José Grau, op. cit., p. 179. Ralph Woodrow, Las grandes profecías de la Biblia (EU: RWEA,

1985), pp. 165-167.

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Ezra; éste fue autor de un libro titulado “La venida del Mesías en gloria y majestad”, el cual tendría gran influencia aun entre teólogos protestantes.

La obra y las doctrinas de Lacunza fueron dadas a conocer en Escocia e Inglaterra por el predicador reformado Edward Irving (1792-1834). De él las aprendió John Nelson Darby (1800-1882), quien es considerado el padre del “dispensacionalismo”, y las comunicó a sus discípulos, llamados los “hermanos de Plymouth”.

De los “hermanos de Plymouth”, la aprendió el congregacionalista Cyrus Ingerson Scofield (1843-1921), quien popularizó esta doctrina en su llamada “Biblia Anotada de Scofield”.

Scofield enseña que, con excepción de los capítulos 1 al 3, el Apocalipsis se refiere al futuro, específicamente a los últimos siete años en la historia del mundo; período conocido entre los futuristas como “la gran tribulación”, con el cual la Iglesia de Cristo nada tiene que ver, pues según Scofield la Iglesia no se menciona en los capítulos 4 al 18 de Apocalipsis.

Otros autores más modernos de la interpretación futurista son Charles Caldwell Ryrie (n. 1925), el cual promueve su doctrina a través de su “Biblia de Estudio Ryrie” (The Ryrie Study Bible); J. Dwight Pentecost (n. 1915), autor de “Eventos del Porvenir” (Things to Come); y el sensacionalista Robert Van Kampen, que saltó a la fama con su libro “La Señal” (The Sign).

Cabe mencionar que entre las sectas protestantes, la postura futurista es la que más predomina, así en grupos como los Adventistas, los Testigos de Jehová y los Niños de Dios.

III. HISTORICISTA

Esta postura fue sostenida por Martín Lutero y otros reformadores, se le conoce también como la escuela “histórica-continua”, o de la “historia de la Iglesia”, interpreta el Apocalipsis como una descripción del desarrollo del Cristianismo a través de los siglos.

Lutero, por ejemplo, vio en los ángeles que tocan las trompetas a siete grandes herejes de la historia: Taciano, Marción, Orígenes, Novaciano, Arrio y Mahoma.9

Siguiendo el ejemplo de su fundador, las iglesias luteranas tradicionales creen que el ángel que lleva el evangelio, de Apocalipsis 14:6 es Martín Lutero y la Reforma emprendida por él.

IV. IDEALISTA

9 Siegbert Becker, Apocalipsis: un cántico triunfal (Concordia), p. 23.

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Enseña que el Apocalipsis es una revelación que abarca la historia y desarrollo del cristianismo desde los tiempos del Nuevo Testamento hasta el retorno de Cristo, pero no en un sentido histórico continuo, sino destacando los eventos más importantes y ofreciendo enseñanzas de aplicación espiritual para los creyentes de todos los tiempos. Esta postura también recibe nombres como “Dinamismo histórico del reino”, “filosofía de la historia”, “escuela simbólica”, o “postura espiritual”.

El teólogo español José Grau es uno de los promotores de esta doctrina, la cual ha vertido en sus libros: “Estudios sobre el Apocalipsis” y “Escatología: final de los tiempos”.

Siegbert Becker, luterano, es también uno de sus principales exponentes, el cual nos da ejemplos de cómo procede este método de interpretación:

«Según este punto de vista, el caballo de color rojo encendido del capítulo seis no es un símbolo de alguna guerra en particular, sino una imagen simbólica de cualquier guerra que ha traído gran tribulación a los hombres; el caballo negro no simboliza alguna hambruna en particular en los últimos tiempos, sino cualquier hambruna que ha elevado el precio de la comida a niveles inalcanzables. El humo del pozo del abismo que oscurece el sol en el capítulo nueve no es alguna herejía en particular, sino cualquier doctrina falsa que oscurece la luz del evangelio».10

V. SOCIALISTA

Interpreta el Apocalipsis como un manifiesto político de carácter subversivo, el cual les fue dado a los cristianos para incitarlos a derrocar al antiguo sistema romano caracterizado por su crueldad e injusticia. En este sentido es también un texto liberador para los cristianos de hoy día que viven circunstancias similares de de desigualdad social.

Uno de los primeros teólogos que en México comenzó a plantear este enfoque fue el ex pastor metodista Raúl Macín, quien en 1979 publicó su atrevido libro: “Lectura revolucionaria de la Biblia”. En él expresa:

«El mensaje que contiene el Apocalipsis es subversivo ya que desafía a los cristianos para que no se conformen a la situación de injusticia creada por el imperio y luchen en contra de él con la astucia y paciencia que son necesarios para enfrentar a un enemigo tan poderoso. Ejemplo de astucia lo es el lenguaje simbólico, para burlar a la señora llamada censura, que usa Juan para comunicar su mensaje a toda la iglesia».11

10 Becker, op. cit., pp. 24-25. 11 Raúl Macín, Lectura revolucionaria de la Biblia (México: Diógenes, 1979), p. 53.

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En años recientes otros teólogos, tanto católicos como evangélicos, han continuado con esta hermenéutica y la han sistematizado cada vez más, por ejemplo el sacerdote chileno Pablo Richard (n. 1939) en su libro: “Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza” presenta algunas pautas de interpretación:

«El Apocalipsis nace en tiempos de persecución; pero sobre todo en situaciones de caos, exclusión y opresión permanente. El Apocalipsis, en tales situaciones, permite a la comunidad cristiana reconstruir su esperanza y su conciencia. El Apocalipsis transmite una espiritualidad de resistencia y orienta la organización de un mundo alternativo. El Apocalipsis es un libro liberador y lleno de esperanza; su utopía es histórica y política (…)

«La escatología del Apocalipsis se realiza fundamentalmente en el tiempo presente (…) El Apocalipsis no está orientado a la “segunda venida de Jesús” o al “fin del mundo”, sino que está centrado en la presencia poderosa de Jesús resucitado, ahora, en la comunidad y en el mundo (…)

«El Apocalipsis une escatología y política, mito y praxis, conciencia y transformación histórica (…) El Apocalipsis nos da una clave decisiva para la transformación de la historia».12

VI. ALEGÓRICA

Considera que el Apocalipsis es un libro que por medio de símbolos y alegorías se refiere a los conflictos espirituales.

La escritora mexicana Emma Godoy (1918-1989) representa esta escuela; en un breve ensayo sobre el Apocalipsis, ella resume su postura así:

«Cuando el visionario del Apocalipsis anuncia un sin fin de catástrofes naturales, las está usando como alegorías para significar cataclismos de tipo espiritual. Lo cual, por cierto, debiéramos reputar como más terrible que las desgracias materiales».13

Y ya casi al concluir su opúsculo confirma su postura al decir:

«La magna Revelación dada a San Juan en Patmos fue sobre la guerra que suscitaría el mal contra los cristianos, atacándolos no con sismos y granizadas, sino con tentaciones idolátricas que crearían terremotos mortales en las almas y podrían impedirles conservar su fidelidad a Cristo».14

12 Pablo Richard, Apocalipsis: Reconstrucción de la esperanza (México: Dabar, 1995), pp. 10-11, 13.

13 Emma Godoy, Apocalipsis (México: Jus, 1989), p. 9. 14 Godoy, op. cit., p. 28.

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VII. PSICOLÓGICA

Esta postura sostiene que el Apocalipsis fue un documento escrito por una mente sicótica, el cual al mismo tiempo refleja el inconsciente colectivo de una sociedad neurótica.

Juan Vives es autor de esta atrevida teoría, la que expone en un breve ensayo titulado: “El Año 2000. El mito del fin del mundo”. En él dice:

«Al interpretar el mito del fin del mundo contenido en el Apocalipsis desde la hipótesis del psicoanálisis, encontramos un contenido latente que no permite el acceso “a lo que estaba oculto”: En primer término, en el psiquismo del autor bíblico y, en segundo, a lo que el mito alude en relación a los contenidos del inconsciente universal».15

Propuesta: LECTURA POLISÉMICA

El concepto de “polisemia” surgió de los estudios de lingüística moderna, se refiere a la pluralidad de significados que puede tener un texto, ésta es una buena propuesta para leer e interpretar el libro de Apocalipsis, en primer lugar porque toda lectura bíblica tiene varios significados, al menos dos: el que tuvo para los primeros destinatarios y el que tiene, como Palabra de Dios, para nosotros hoy. En el caso del Apocalipsis no es la excepción, sino al contrario, como ya hemos visto estamos ante un texto eminentemente simbólico, el cual, por su misma naturaleza, nos empuja a interpretarlo con cuidado y desde diferentes ángulos.

Una lectura polisémicas de Apocalipsis puede darse estudiando su estructura, la cual está construida en tres niveles:

1. Literario

Este nivel es exegético y está compuesto por dos áreas:

A. Gramática: se comienza por una lectura correcta del texto, se sigue con la distinción de las figuras gramaticales y luego con el estudio de los elementos lingüísticos del texto griego.

B. Bíblica: se lee el texto apocalíptico en conexión con el contexto general de la Biblia, esto es, siguiendo el principio de “la Biblia se interpreta a sí misma”, descubriendo qué es lo que se dice acerca de tal o cual versículo de Apocalipsis en otras partes de la Biblia, ya sean del Antiguo Testamento o del Nuevo.

2. Histórico

15 En la revista: Religiones Latinoamericanas 2 (México, julio-diciembre 1991), p. 194.

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Este nivel nos lleva a reconocer que el Apocalipsis tiene un trasfondo histórico, que está anclado en un espacio y tiempo específicos. Estudiar este nivel significa investigar todo el contexto original del Apocalipsis, tomando en cuenta sus aspectos históricos, geográficos, políticos, culturales y religiosos.

3. Hermenéutico

Finalmente llegamos al nivel de la interpretación semántica, aquí es donde aplicamos la lectura polisémica, la cual proyecta dos tipos de significado: uno cerrado y otro abierto.

A. El significado cerrado pertenece al pasado y es específico, es el que tuvo para los destinatarios inmediatos del libro. Debemos llegar al punto de descubrir qué significó el mensaje apocalíptico para las comunidades eclesiales que lo recibieron.

B. El significado abierto es actual y plural, es el que tiene para los individuos y las comunidades creyentes de hoy. ¿Qué significa el Apocalipsis para nosotros, concretamente para mí como lector? Ante esta pregunta no puede haber una sola respuesta, en primer lugar porque el Apocalipsis es Palabra de Dios, y si es así, entonces Dios nos habla a través de él de manera personal y con un mensaje específico.

En segundo lugar, porque la situación de cada lector o comunidad es distinta, y cada cual se apropia del mensaje de acuerdo a esa situación. Entonces es importante conocer las lecturas que se le da al texto apocalíptico por parte de diversos teólogos y comunidades de fe, pues en ellas sin duda hay elementos de valor que nos pueden ayudarnos a comprender mejor el mensaje apocalíptico y a apropiarnos de su mensaje.

Este es, pues, el camino que proponemos en este curso, que Dios nos ayude a transitarlo.

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