Qué me van a pedir en el examen de Historia de España

PRIMERO: que me exprese como un alumno de 2º de Bachillerato y no como un alumno de 2º de ESO (en este sentido no hace falta buscar palabras raras y complicadas, pero tengo que expresarme con claridad y con orden y utilizar un vocabulario adecuado)

SEGUNDO: que conozca y utilice el vocabulario propio de la asignatura.

Cada tema tiene sus propios términos. Por ejemplo en el tema de Al Ándalus tengo que hablar de moriscos y mozárabes, de almorávides y almohades, de emires y califas, etc.

Debo conocer y utilizar los términos propios de cada tema.

TERCERO: que la ortografía, la redacción, el estilo, la presentación y el orden sean adecuados al curso que estoy haciendo y a mi pretensión de acceder a la universidad.

Estos aspectos se conocen como elementos formales, y es fundamental cuidarlos con esmero: no valen menos que los contenidos.

CUARTO: que muestre madurez intelectual.

¿y dónde se aprecia mi madurez intelectual?: en mi capacidad para: resumir, relacionar conceptos, explicar ideas…

QUINTO: que distinga los rasgos esenciales de cada momento histórico. En definitiva, me piden que distinga lo principal de lo secundario.

Por eso se aconseja subrayar las palabras o ideas claves: facilitamos la lectura, mostramos una redacción ordenada y, además, dejamos claro que sabemos distinguir lo que es importante de lo que es secundario.

SEXTO: que conozca los contenidos esenciales de la asignatura y los diferencie con claridad.

Por eso, un error de bulto (por ejemplo situar a un Rey como jefe de un Estado republicano o decir que el Anarquismo es un movimiento de extrema derecha, o decir que América se descubrió en el siglo XVII o hablar de clases sociales en la Edad Media) anula totalmente un ejercicio, porque el alumno demuestra con esos errores que no diferencia los contenidos esenciales.