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“Respuestas locales a procesos globales: un estudio de
caso en la Norpatagonia”
Tesis Doctoral
Autora: Silvia Andrea Roca
Director de la Tesis: Doctor Francisco Entrena Durán
Neuquén, Patagonia Argentina, mayo de 2008.
Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: Silvia Andrea RocaD.L.: GR.1703-2008ISBN: 978-84-691-5161-7
2
Índice
Siglas 11
Prologo 12
Capítulo I Diseño de la Investigación 16
1. Planteamiento del problema de investigación 17
1.1 Objetivos e hipótesis 18
1.1.1 Objetivo general 18
1.1.2 Objetivos específicos 19
1.2.3 Hipótesis 19
1.2. Antecedentes y justif icación del tema de investigación
21
1.3 Metodología 25
1.3.1 Convergencia Metodológica 25
1.3.2. Origen del paradigma interpretativo 29
1.3.3 Métodos y técnicas uti l izados: Estudio de Caso, Método histórico, Entrevista y Observación.
31
1.4 La elección de un modelo de anál isis 35
1.4.1 Dimensiones del modelo de análisis 39
Capítulo II Marco Teórico 47
1. Globalización 48
1.1 Globalización como fenómeno multidimensional
50
1. 2 La irreversibil idad de los sistemas globales 53
1.3 La global ización sobre el territorio 56
2. Perspectivas del Desarrol lo 57
2.1 Las teorías de la Modernización 58
3. La modernización en el contexto Latinoamericano
64
3
4. Pensar el desarrollo como modo de integración social
68
4.1 La global ización de lo local 72
4.1.1 La localización de la globalización 74
4.2 La global ización neoliberal 77
4.3 Territorial ización vs. Desterrritorial ización 80
4.3.1 Desarrollo territorial en tiempos de globalización
80
5. La transición en el régimen de acumulación: ventanas de oportunidad
84
5.1 Estrategias de desarrollo que se repiten de recetas
87
Capítulo III Argentina en tiempo de globalización 90
1. Globalización y Desarrol lo en el contexto argentino
91
1.1 La instauración del proyecto neoliberal en Argentina
96
1.2 La reconstrucción de la polí t ica y su relación con la sociedad civi l después de la dictadura mil itar argentina
100
1.2.1 La profundización de la protesta social ante la debil idad insti tucional
112
2. Hacia el primer balance de la democracia: La sociedad civi l en búsca de la gobernabil idad perdida
116
2.1. La democracia encorsetada 124
3. La situación socioeconómica del pueblo argentino luego de la crisis económica, polít ica y social
128
3.1 La desigualdad urbano-rural en el país 131
4. Propuestas de desarrollo desde el Estado, una revisión histórica
133
5. La Integración Social después de la crisis 138
4
5.1. La Economía Social: una propuesta desde abajo
139
5.2 Una estrategia colect iva impulsada desde los nuevos movimientos sociales en el contexto argentino
144
6 El balance después de la tercera década neoliberal
149
Anexo Régimen polít ico de la Argentina 153
Capítulo IV La provincia de Neuquén, procesos globales y cambio estructural
156
1. La estructura social neuquina en tiempos de globalización
157
1.1 Ubicación geográfica 157
1.2 Clima 158
2. Dimensión Socioeconómica 159
2.1 Actividad Agropecuaria 160
2.1.1 Explotación forestal 161
2.1.2 Los recursos no renovables: energía, industria y turismo
163
2.2. Demografía 165
2.3 Estructura del empleo 167
2.4 Calidad de vida de la población 170
3. Dimensión Polít ico-Institucional 173
3.1 La autonomía municipal en la Patagonia 173
3.2 La democrática en la norpatagonia 176
3.3 Movimiento Popular Neuquino: De partido polít ico a Partido-Estado
178
4. Dimensión simbólico-cultural 185
Capítulo V Los procesos globales en la conformación de la estructura social del S. P del Chañar
190
5
1. La estructura social de la localidad de S.P del Chañar
191
2. Ubicación y caracterización de la localidad 191
3. Organización social del espacio 193
4. Dimensión Socioeconómica 198
4.1 Conformación de una región productiva orientada al mercado externo
198
4.2 El desarrollo productivo en etapas: El Chañar I, II y II I
202
4.2.1 Implantación de un sector agroindustrial de exportación con financiamiento público: El Chañar III Etapa
204
4.2.2 La creación de ventajas para la agroindustria: exportar productos de calidad como eje rector
208
4.2.3 Globalización de la cadena agroindustrial: reconfiguración de los actores locales
213
4.3. Los actores locales y el rol del municipio 215
4.4 Configuración actual de actores en el entorno local a partir de los efectos de la global ización
220
4.5. Demografía 225
4.5.1 Estructura Poblacional 227
4.5.2 Flujos migratorios 229
4.6. Estructura del empleo de la localidad 233
4.6.1 Empleo en la actividad agroindustrial 237
4.6.2 El empleo en el sector públ ico 239
4.6.3 Proyecciones para el empleo según dinámica de la ocupación
241
4.7 Salud 243
4.8 Educación 244
4.9 Vivienda 251
6
4.10 Medio Ambiente 255
5. Dimensión Simbólico-cultural local 259
5.1 La intensificación de la reflexividad en la comunidad propiciada por la presencia de procesos globales
261
6. Dimensión Polít ico-Institucional 266
6.1 Promoción del desarrollo de la localidad como eje estratégico provincial
271
6.2 Estrategias que promueve el Estado local para la integración social
288
Anexo Recursos municipales 299
Capítulo VI 1. Conclusiones
2. Bibliografía
290
299
Índice Estadístico
Tabla Nº 1
Dimensiones de los procesos a considerar en un análisis sistémico de las estructuras sociales en el marco de la globalización
39
Tabla Nº 2
Rasgos de la estructura social actual de Argentina en relación a los procesos globales-locales
92
Tabla Nº 3
Los efectos regionales de la globalización de la estructura productiva de El Chañar
224
Tabla Nº 4 La percepción de la comunidad en torno al proceso de desarrollo según variables
256
Tabla Nº 5 Rasgos posit ivos de la estructura social de San Patricio del Chañar en relación a los procesos globales-locales
297
Cuadro Nº 1 Evolución de la inflación Países industrial izados 1973-1989
76
Cuadro Nº 2
Evolución del desempleo 1971-1989 Países industrial izados
77
Cuadro Nº 3 Comparación deuda externa y fuga de 102
7
capitales en Argentina período 1975-1983
Cuadro Nº 4
Evolución PIB y Desempleo Urbano Comparación América Latina y Argentina
113
Cuadro Nº 5
Voto en Blanco, Recurrido e Impugnado y Part icipación Electoral en las Elecciones Presidenciales (en porcentajes)
119
Cuadro Nº 6
Elecciones presidenciales 120
Cuadro Nº 7
Porcentaje de hogares y personas bajo la Línea de pobreza 2001-2004
129
Cuadro Nº 8
Porcentaje de hogares y personas bajo la línea de indigencia. 2001-2004
130
Cuadro Nº 9
Evolución de la tasa de desocupación. 2001-2004
130
Cuadro Nº 10
Indicadores de las disparidades urbano-rurales Datos correspondientes al año 2001
132
Cuadro Nº 11
Evolución poblacional según censos nacionales
166
Cuadro Nº 12
Dinámica del Empleo por sector 1980-1991 168
Cuadro Nº 13
Tasa de Actividad, empleo y desocupación aglomerado Neuquén Según Medición Ondas de Mayo 2001-2003
169
Cuadro Nº 14
Evolución Población en hogares particulares Y con NBI en Neuquén según Censos 1980, 1991 y 2001
171
Cuadro Nº 15
Evolución Población en hogares particulares Y con NBI en Neuquén según Censos 1980, 1991 y 2001
199
8
Cuadro Nº 16
Superficie implantada en Río Negro y Neuquén (Hectáreas y %)
200
Cuadro Nº 17
Superficie total de las Eaps, por uso de la t ierra
211
Cuadro Nº 18
Departamento Añelo. Hectáreas implantación con vid
218
Cuadro Nº 19
Unidades Económicas registradas en el Municipio de S. P. del Chañar, por rama de actividad - Años 1995 / 2004
221
Cuadro Nº 20
Superficie de las Eap ocupada con frutales, por especie (Dpto. Añelo) (en has. y % del total) Año 2002
220
Cuadro Nº 21
Distribución de las Eap ocupada con frutales, por especie (Dpto. Añelo) (en h. y % del total) Año 2002
226
Cuadro Nº 22
Municipio de San Patricio del Chañar. Evolución de su Población
234
Cuadro Nº 23
Movil idad de trabajadores hacia S. P. del Chañar y resto del Departamento de Añelo – Período 21/01/03 al 01/02/03
235
Cuadro Nº 24
Gasto medio salarial – Sector público municipal –Años 1998/00
238
Cuadro Nº 25
Área Salud - Dotación de personal. Año 2001
238
Cuadro Nº 26
Área Educación - Planta de Personal docente. Año 2003
239
Cuadro Nº 27
San Patricio del Chañar: Proyecciones de creación de empleos por rama de actividad desde el año 2003 al 2013
239
Cuadro Nº 28
Población con cobertura en salud por obra social y/o plan de salud Año 2001
240
9
Cuadro Nº 29
Hogares por vivienda tipo según régimen de tenencia de la vivienda Año 2001
243
Cuadro Nº 30
Hogares según calidad de los materiales de la vivienda (CALMAT). Año 2001
247
Cuadro Nº 31
Programas de seguro al desempleo Provinciales y Nacionales – Febrero 2002
254
Gráfico Nº 1 Evolución de la Deuda Externa argentina 1996-2001
Gráfico Nº 2
Porcentaje de población extranjera en la población total por jurisdicción según año censal País y Provincia del Neuquén Años 1895-2001
167
Gráfico Nº 3
Causas de pérdida de trabajo de la población desocupada con ocupación anterior por onda Aglomerado Neuquén – Plott ier Onda Mayo. Años 1999/2003
172
Gráfico Nº 4
Votos posit ivos emit idos por elección a gobernador y vicegobernador según partidos polít icos más votados. Años 1983-2003
182
Gráfico Nº 5
La evolución del número de habitantes entre 1970 y 2001
Gráfico Nº 6
Población años 1991 y 2001 229
Gráfico Nº 7
Población de San Patricio del Chañar según edad
Gráfico Nº 8
San Patricio del Chañar, Población de 5 años y más Proyección poblacional al año 2013
232
Mapa Nº 1 Elecciones Presidenciales 2003 123
10
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Siglas uti l izadas
ADINEC Asociación para el desarrollo integral de El Chañar
ALCA Asociación de Libre Comercio para las Américas
ALFA América Latina Formación Académica
BID Banco Interamericano para el Desarrollo
BM Banco Mundial
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CGT Central General de Trabajadores
CFI Consejo Federal de Inversiones
CNP Consejo Nacional de Posguerra
CTA Central de Trabajadores Argentinos
CONADE Consejo Nacional de desarrollo
EPH Encuesta Permanente de Hogares
FMI Fondo Monetario Internacional
IDH Índice de Desarrollo Humano
INDEC Instituto Nacional de Estadística y Censo
INTI Instituto Nacional de Tecnología Industrial
INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
ISI Industrialización por Sustitución de Importaciones
MERCOSUR Mercado del Cono Sur
OIT Organización Internacional del Trabajo
OMC Organización Mundial del Comarcio
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ONU Organización de Naciones Unidas
PBI Producto Bruto Interno
PNUD Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
SAA Sistemas Agroalimentario
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Prólogo
Esta investigación surge del proceso iniciado como becaria para el
Doctorado “Anál isis Sociopolí t ico de la Sociedad Contemporánea”,
incluido en el Programa Alfa (América Latina Formación Académica) de
la Red de Desarrollo Territorial e Integración Regional, que integran,
entre otros, el Grupo de Estudios Sociales Agrarios de la Universidad
Nacional del Comahue en Argentina y la Universidad de Granada,
España.
Mi interés por el proceso que se venía desarrol lando desde mediados en
los 90 en San Patricio del Chañar comienza a partir de observar los
cambios que se produjeron en el sistema productivo, cuya resonancia
traspasaba las fronteras nacionales para convert irse en un caso que se
presentaba como emblema del desarrollo endógeno.
El crecimiento que ostentaba el sistema productivo, merced a la
incorporación de grandes empresas que actuaban bajo lógicas globales,
se tradujo en la modernización agraria y tuvo importantes efectos sobre
las esferas socioeconómica, polít ico-institucional y simbólico cultural.
Este proceso no puede comprenderse si no lo l igamos a ámbitos más
amplios, como la conformación de un sistema agroalimentario mundial,
el cual ha generado una ruptura entre producción y territorio a partir de
procesos de desterri torial ización, que desafían a los actores locales a
transformarse en protagonistas de sus entornos locales activando
procesos de reterritorial ización de su espacio cot idiano.
En el intento de relacionar este fenómeno con la vida de los sujetos, se
ha uti l izado el término globalización mediante un gran esfuerzo
interpretativo plasmado en el surgimiento de profusa bibliografía sobre
el tema, desde diversas posiciones teóricas que intentan explicar las
transformaciones socioeconómicas producto de la reestructuración
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neoliberal implementadas por diversos países en Europa, América del
Norte y América Latina1. Precisamente, dado lo sustantivo de los aportes
teóricos producidos por intelectuales de distintos países, recuperamos en
el capítulo II diversas visiones sobre las relaciones entre globalización,
neoliberalismo, modernización y desarrol lo con la finalidad de reconocer
sus manifestaciones específicas en el caso en estudio.
El capítulo I se inicia con el diseño de investigación en el que se
enmarca esta tesis; en él se presentan los objet ivos, las hipótesis, los
métodos y técnicas uti l izados, adhiriendo a una convergencia
metodológica propia de los estudios sobre la relación global-local,
necesaria para desentrañar los procesos a part ir de los cuales podemos
explicarla. A tal f in nos servimos del modelo de análisis aportado por
Entrena Durán, en su l ibro Modernidad y Cambio Social, 2001 para el
estudio de los procesos de modernización: el modelo nos permite abordar
la investigación siguiendo la trayectoria histórica de tres dimensiones
(socioeconómica, polít ico-institucional y simbólico-cultural) desde las
cuales podemos visualizar las formas que asumen las estructuras sociales
de una sociedad concreta a part ir de la incidencia-convergencia de
procesos globales-locales que originan acciones enmarcadas en procesos
de desterritorial ización y/o reterritorial ización.
En el capítulo II, dedicado al marco teórico de nuestra invest igación, se
analizan las transformaciones económicas y polít icas del capitalismo
tardío del siglo XX relacionadas con cambios radicales en los procesos
del trabajo y t ienen su correlato en cambios en los hábitos de consumo
mundial; en las configuraciones geográficas y geopolít icas de una nueva
globalidad económica, polít ica y sociocultural y en los poderes y
prácticas estatales que han determinado nuevos ejes organizadores de la
sociedad occidental.
1Para ampl iar en deta l le ver Knight (1989), Fernández (1996), Fr iedman (1986), Sassen (1998), García Cancl ini (1997/98/99), Borón (1998), Anderson (1997), Amin (1997), entre ot ros.
15
Siguiendo ese marco teórico, en el capítulo III anal izamos las influencias
globales sobre el escenario nacional, en relación con los nuevos
l ineamientos polít icos, económicos y culturales globales que inciden en
el territorio. La cristalización de los diversos procesos globales sobre las
estructuras sociales será analizada apl icando el modelo de análisis,
primero a nivel general, poniendo énfasis en la articulación de procesos
globales generales y procesos locales específicos que determinarán los
rasgos predominantes de las estructuras sociales de Argentina.
Asimismo, en el capítulo IV aplicamos dicho modelo para el análisis en
profundidad de los efectos de la globalización en la conformación de las
estructuras sociales de la provincia de Neuquén, dentro de la que se
ubica nuestro caso de estudio.
Este encuadre nos encamina hacia el capítulo V, en el cual, sirviéndonos
del mismo modelo tr idimensional, se describe el cambio social acaecido
en San Patricio del Chañar, a partir de la decisión de actores locales y
globales de insertarse en el mercado externo con productos como la fruta
fresca y el vino. El protagonismo que adquieren actores como el Estado
local municipal y productores locales integrados verticalmente a la gran
empresa así como esta últ ima, es fundamental para dar paso a los
procesos de negociación, controles, resistencias y respuestas a que los
desafía constantemente la globalización.
En este sentido, el cambio social acaecido en la localidad estudiada ha
derivado en una constante migración de trabajadores temporeros, quienes
participan de tareas estacionales propias del sector agroindustrial. Estos
flujos migratorios junto a la población originaria imprimen cierto
dinamismo a las tres dimensiones estudiadas, comprobado no solo en
hechos objetivos, como el aumento de población que ha optado por
residir en forma permanente en la localidad y la instalación de nuevas
empresas, sino asimismo en la percepción de diversos actores acerca del
cambio que describimos bajo la dimensión simbólico-cultural.
16
Asimismo, se caracteriza la infraestructura social de la comunidad junto
con las estrategias y actividades que forman parte de la economía social
incentivada por el estado local.
Finalmente, en el capítulo VI, referido a las conclusiones, se alude a los
aspectos contradictorios del proceso de cambio social en la local idad,
por cuento el crecimiento económico no ha implicado aumentos en el
bienestar social de la población, pero ofrece un horizonte de
oportunidades para trabajadores y famil ias que fueron expulsadas de
otras regiones, como resultado de la pobreza estructural que padece la
Argentina originada en las polít icas impuestas desde la globalización
neoliberal, a inicios de los 70.
17
Capítulo I
Diseño de Investigación
18
1. Planteamiento del problema de investigación
Los avances en el campo de la tecnología y las comunicaciones han
redundado en transformaciones de la economía mundial, estableciendo
nuevas dinámicas de intercambios globales, con diferentes grados de
impacto sobre los territorios debido a la localización y/o deslocalización
de empresas y capitales. La expansión global ha sido portadora de un
nuevo ethos cultural, social, polít ico y económico en comunidades
locales. Asimismo, los efectos del proceso de globalización sobre las
sociedades de América Latina presenta diversas consecuencias
socioeconómicas, polít icas y culturales. En este estudio, buscamos
abordar las relaciones entre la dinámica de los cambios locales y los
procesos globales y describir la activación de procesos endógenos que
promueven-suscitan respuestas y reacciones locales a la acción global.
Las polít icas neol iberales destinadas a un “nuevo desarrollo”, acatadas
por la mayoría de los países latinoamericanos desde los años 80,
aceleraron el proceso de globalización en el continente y dieron lugar a
modificaciones socioeconómicas que se plasmaron cambios de las
estructuras sociales. En la Argentina, a part ir de la adopción del “plan de
convertibi l idad”, el dinamismo de la producción proviene casi
exclusivamente de las grandes empresas transnacionales, extranjeras o de
grupos de empresarios. Estas son competit ivas a nivel internacional e
intensivas en la explotación de recursos naturales; logran conquistar
espacios en los mercados internacionales y dejan su impronta en el resto
del sistema productivo local.
El proceso de construcción social de estos espacios se inserta en el
modelo de apertura económica y de ajuste estructural de la Argentina.
Dicho modelo se caracteriza por una fuerte concentración de la riqueza y
la depauperización de amplios sectores de la población, que se plasma en
19
el interior de las regiones reflejando intensos contrastes entre procesos
sociales. Se crean espacios adecuados para la expansión capital ista y
espacios para la reproducción rural de la pobreza urbana (Bendini y
Steimbreger, 2003).
En este contexto y siguiendo a Murmis (2003), se plantea la necesidad de
comprender nuevas sociabil idades insertas en redes y organizaciones
sociales, tomando como ejes la integración social, posiciones y
comportamientos de los distintos actores incluidos en los procesos
locales. En este sentido, nos cabe analizar e interpretar la dinámica de
territorios que han sido creados y recreados desde esa relación local-
global, de cuya dialéctica depende la continuidad de los proyectos que se
localizan en ese espacio.
1.1. Objetivos e hipótesis
1.1.1. Objetivo General: Estudiar un caso de las respuestas de actores
locales a las influencias de procesos globales sobre su territorio.
Se abordará un caso del norte de la Patagonia argentina durante el
período 1995-2005. Con esta delimitación espacial y temporal se intenta
poner en relieve cómo la dialéct ica de la relación global- local ha
derivado en la transformación de su estructura social, con todo lo que
ello involucra.
Nuestro caso de estudio es San Patricio del Chañar; situada en el valle
medio del río Neuquén, para es una de las áreas de expansión de la
frontera agraria incorporada a la agroindustria de exportación. En este
sentido, la concreción del objetivo general se realiza a partir de los
objetivos específicos que siguen a continuación, los que nos permit ió
20
adentrarnos en aspectos que dan cuenta de la relación global- local que
intervienen en el proceso de desarrollo de la localidad.
1-1.2. Objetivos específ icos
-Analizar la relación entre las transformaciones globales y los cambios
en la localidad, en el contexto de las reformas neoliberales aplicadas en
América Latina, con especial atención en Argentina.
-Caracterizar la estructura socioeconómica de la localidad objeto de
estudio en relación con los cambios sociales cristalizados en las
dimensiones polít ico-inst itucional y simbólico cultural, configuradas en
las últ imas dos décadas de reestructuraciones globales.
-Identi ficar y caracterizar desde la relación local/global los actores
públicos y privados que conforman la dimensión polít ico-institucional de
la localidad.
-Establecer los vínculos y relaciones sociales de actores enmarcados en
los procesos de integración/exclusión y controles/resistencias locales.
-Caracterizar el proceso de legit imación/institucionalización de la
relación local-global y su impacto en la conformación de universos de
representación local.
1.1.3. Hipótesis
Las hipótesis que guiaron esta investigación se resumen en las
siguientes:
21
� Hipótesis 1: La globalización implicó para la región norpatagónica
un proceso de fragmentación socioproductiva a escala territorial y
la incorporación de espacios sociales e institucionales bajo formas
de creciente heterogeneidad.
� Hipótesis 2: El proceso de desarrollo de la localidad de San
Patricio del Chañar, desde mediados de los 90, está en relación
directa con el proceso de globalización del sistema
agroalimentario: la inserción dicho espacio como nueva área de
producción de fruta fresca se tradujo en la expansión del sistema
agroalimentario regional en particular y en la consolidación de
procesos de cambio social en general.
� Hipótesis 3: Las opciones de inserción global de un territorio
particular estarán condicionadas por los límites de la matriz
socioespacial heredada. Territorios con trayectoria (o potencial)
agrícola dependerán, crecientemente, de las posibi lidades de
inserción de dichos sectores productivos en la economía global.
� Hipótesis 4: La localidad de San Patricio del Chañar se integró a
la economía global no solo a part ir de las decisiones adoptadas por
agentes que han trascendido el sistema de relaciones locales, sino
también por las ventajas del terri torio circunscriptas a
componentes estáticos (condición del suelo, disponibil idad de
riego, costes de implantación), que si bien no son determinante,
ofrecen ventajas (comparativas y competit ivas) para fortalecer su
inserción en la economía-mundo.
� Hipótesis 5: Se produce una dualización socioterritorial, producto
de un mismo proceso socioeconómico, con la consiguiente
jerarquización del espacio intra e inter terri torial -conforme al
22
nivel de infraestructura y dotación de servicios que puede ofrecer
ese espacio-, lo que l imita opciones de movil idad social2.
� Hipótesis 6: Las empresas transnacionales son los actores centrales
en el sistema agroal imentario conformado en la Norpatagonia. A
fines de los 90, por su capacidad de coordinar con redes globales,
se ocupaban de la comercialización y la distribución; actualmente
dominan todas las etapas de la cadena, desplazando al productor
tradicional por su imposibil idad de competir.
� Hipótesis 7: La transformación de la estructura productiva l levada
adelante por la gran empresa intenta ser contrarrestada por grupos
de pequeños y medianos productores cuya producción está
orientada al mercado interno, que no obl iga a certif icar la
producción como sí lo hace el mercado internacional, lo que
genera procesos de reterri torial ización.
� Hipótesis 8: Las redes de relaciones que sustentan el sistema
agroalimentario en San Patricio del Chañar forman parte de una
trama regional en la que participan activamente los municipios
locales, la gran empresa, los pequeños y medianos productores
frutícolas -a través de sus organizaciones, y los trabajadores a
través de sus sindicatos-. Todos ellos se vinculan en menor o
mayor medida a las redes globales y dependen casi exclusivamente
de una lógica desterritorial izada; es decir, totalmente ajena a su
entorno inmediato.
1.2. Antecedentes y justif icación del tema de investigación
2 Fundamento de esta hipótesis es la coincidencia con M. Belo Moreira en su planteamiento acerca de las oportunidades y desigualdades de la global ización “Desiguldad soc ia l es también desigua ldad espacial , una vez que, como se vio, la lógica y d inámica del capita l ismo g lobal es un poderoso instrumento acelerador de los efectos margina l izadores, en su mayor par te provocados por la concentrac ión product iva en las zonas más r icas con el consecuente abandono de las más desfavorec idas” (2001)
23
La globalización entendida como la fase actual del capitalismo se
expresa en macrotendencias de la economía, de la polít ica y de la cultura
que han redefinido el contexto mundial. El fenómeno de la globalización
alude al espacio global como dimensión planetaria y a la visibi l ización de
un espacio local que es producido en esa relación.
Varios autores (Berveji l lo, 1996, Castell, 1999; Entrena Durán, 2001;
Bendini y Tsakoumagkos, 2003; Belo Moreira, 2005), coinciden en que
la globalización abarca al mismo tiempo: la construcción de la
infraestructura del nuevo espacio global apoyada en las nuevas
tecnologías de la información, telecomunicaciones y transportes; la
constitución de sistemas globales de acción en el campo de la economía,
la cultura y la polít ica, incluyendo la incorporación de nuevos actores
globales, la creación de códigos y reglas y la definición de ámbitos y
mercados; la creciente integración de componentes territoriales
preexistentes en los nuevos sistemas globales (ciudades y regiones
integradas a los circuitos globales); la progresiva incidencia de las
dinámicas globales sobre cada terri torio local, integrado o no, y la
gradual interdependencia de los territorios sin tener en cuenta la
distancia.
Asimismo, hay coincidencias en cuanto a la transformación de las
relaciones entre Estado y sociedad: ante el debi l i tamiento de la matriz
estado-céntrica que regulaba lo polí t ico-institucional, la integración
sociocultural y el fomento del desarrol lo, la sociedad civi l adquiere
competencias en la gest ión de funciones que antes eran privativas del
Estado. Ligado a lo anterior, los estados han quedado subordinados a las
definiciones de organismos supranacionales, lo que les deja escaso
margen de acción.
Así, los estudios sobre la l lamada Globalización ganaron importancia
desde principios de la década de 1990, con la superación de la guerra fría
y el proclamado triunfo de la democracia norteamericana u occidental,
24
cuyo impacto en procesos microsociales locales generó diversos estudios
desde distintas disciplinas, enriqueciendo perspectivas de anál isis y
desafiando el universo de interpretaciones posibles hacia el fenómeno de
interacciones entre lo global-local.
En un intento por sistematizar los aportes de varios autores, podemos
enfocar a la Globalización como un fenómeno multidimensional
(tecnológico, económico, cultural, polí t ico-institucional, ideológico y
físico-ambiental), cuya dinámica ha dado lugar a la emergencia de
sistemas globales que vienen provocando reestructuraciones territoriales
en desmedro de las fronteras convencionales.
Uno de los resultados más relevantes del creciente protagonismo de la
economía y, particularmente, del capital transnacional ha sido la
generación de nuevas realidades terri toriales de escala, lo cual determinó
una nueva condición geográfica con escenarios o territorios inestables.
La aceleración de las transformaciones pareciera ser la base de dicha
inestabil idad, se trate de terri torios polít icamente construidos (Estados-
Nación, por ejemplo) o, con arreglo a la economía (mercados comunes,
uniones aduaneras, regiones productivas, etc.). Pero, básicamente, las
fluctuaciones económicas y polí t icas y las situaciones de confl icto,
incluso bélico, han hecho que en los últ imos años, los mapas hayan
variado notablemente, a la par que se tornaron inviables o anacrónicos
ciertos “fetiches geográficos” y buena parte de la previsibil idad del
sistema polít ico y económico mundial. En los últ imos años, una
expresión ha ganado público académico, la idea de que existen “regiones
ganadoras y perdedoras”. Las regiones que ganaron en los ochenta,
perdieron en los noventa y viceversa.
De lo expuesto emerge un proceso global que demanda la renovación en
los métodos y herramientas para aprehender las estrategias de actores
territoriales, a cuyo fin se hace necesario generar una prospectiva
territorial para la planificación de polí t icas de promoción de medios
25
innovadores, orientados a complementar las trayectorias productivas,
socioculturales y polít ico-institucionales palpables en la formación de
redes interterritorios.
En este sentido, el complejo frutícola del valle medio del río Neuquén
constituye un caso de estudio relevante, por cuanto presenta un conjunto
de condiciones que provienen de su estructura y dinámica
socioeconómica, profundizadas en la actual fase de globalización, las
que se expresan en crecientes confl ictos ambientales y sociales, a partir
de la ruptura en el modo de organización sectorial y la reorganización de
las relaciones entre empresas y del conjunto de relaciones sociales.
La configuración del sistema productivo local se ha modificado en
términos de relaciones y en términos espaciales a lo largo de las dist intas
fases del desarrollo capitalista en el país y el mundo, evolucionando
desde la fruticultura tradicional, con énfasis en la producción familiar, al
complejo agroindustrial y al actual “sistema institucional territorial” en
gestación (Landriscini, 2000).
Este encuadre impone el desafío de renovar la tradicional mirada
investigativa, para lograr analizar los nuevos procesos que transcurren en
el agro regional y traspasan la vida económica para plasmarse en
cambios de la estructura social de comunidades que muestran, desde
mediados de los 90, un dinamismo inusitado, como es el caso de San
Patricio del Chañar.
Desde el punto de vista económico, este ejido l idera a nivel regional la
producción de vinos, compite con otras localidades en producción de
fruta fresca de alta calidad y ha sido atracción de empresas
transnacionales y de mano de obra foránea; desde el punto de vista social
confluyen fenómenos como el dinamismo demográfico y la ausencia de
infraestructura adecuada para proveer buenas condiciones de vida a una
población en franco aumento; desde el plano polít ico-insti tucional, la
26
emergencia de nuevas relaciones dio origen a cambios en el marco
jurídico-institucional en el que se inscribía dicha localidad pasando, a
ser considerada constitucionalmente municipio de Primera Categoría con
la atribución de crear su propia carta orgánica; por últ imo, desde lo
cultural, la presencia de migración permanente de trabajadores de
diferentes regiones del cono sur ha propiciado una diversidad de
identidades, cuya diferenciación está dada por la
jerarquización/discriminación de unas sobre otras según la región de
procedencia.
1.3. Metodología
Teniendo en cuenta nuestro objetivo general, se consideró necesario
indagar sobre estrategias metodológicas presentes en la sociología que
nos permitieran abordar adecuadamente nuestro objeto de estudio. Ya
hemos hecho alusión a los cambios que se vienen registrando a partir de
la expansión del área productiva l levada adelante por grandes empresas
insertas en el sistema agroalimentario mundial. De allí que optamos por
una convergencia de enfoques metodológicos que detallamos a
continuación.
1.3.1. Convergencia metodológica
En la reflexión sociológica actual, suscitada del estudio de la dialéctica
global-local, se impone la necesidad de incorporar una visión integral de
los procesos que involucra dicha relación. En función de esto se apela a
la convergencia metodológica, es decir a la combinación o tr iangulación
de métodos a fin de obtener distintos puntos de vista sobre el objeto o
fenómeno bajo estudio, a partir de diversas fuentes de conocimiento.
27
La complejidad de los fenómenos sociales ha generado rupturas con la
creencia en un método único, pues la idea de un método que contenga
principios fi rmes, inalterables y absolutamente obligatorios que ri jan el
quehacer cientí fico tropieza con dificultades considerables al ser
confrontada con los resultados de la investigación histórica (Feyerabend,
1981)3 .
Coincidiendo con Feyerabend (1981) afirmamos que todas las
metodologías, incluidas las más obvias, t ienen como limitaciones los
paradigmas que las sustentan; es decir, están enfocadas a relevar y
descifrar datos previstos desde el modelo teórico que les da origen y, en
este caso, desde los paradigmas presentes en la producción sociológica.
En este sentido, recuperamos la tesis de la socióloga Irene Vasilachis de
Gialdino (1992), para plantear que en la sociología actual coexisten tres
paradigmas: el materialista histórico, el posit ivista y el interpretativo.
Cada uno de ellos suscita una reflexión epistemológica que le es propia y
por ende sus resultados no pueden aplicarse a los restantes.
Para dar respaldo a esta afirmación, lo primero es convenir en que los
grandes teóricos de la sociología clásica, como Comte, Marx, Weber,
Durkheim, Parsons, Mead, introdujeron cuerpos teóricos devenidos en
paradigmas4, y que estos guardan relación con el contexto social del que
surgen y en el que operan. En los paradigmas se refleja la comprensión
que del mundo y de sí t ienen los colectivos: sirven de manera mediata a
la interpretación de los horizontes de aspiración y de expectativa. De allí
que, para toda la teoría de la sociedad, la conexión con la historia de la
teoría represente una prueba que la confirme o la refute como modelo
explicativo. Cuanto mayor sea la natural idad con que pueda recoger,
3 Feyerabend, (1981) “T ratado contra e l método”. Tecnos, Madr id. 4 El concepto de parad igma más usado en c ienc ias sociales es uno de las var ias def inic iones propuestas por Kuhn (1971). Así, paradigma puede denominarse a las
28
explicar, crit icar y proseguir con ideas teóricas anteriores, tanto más
inmunizada se verá contra el pel igro de que en la propia perspectiva
teórica sólo se hagan valer subrepticiamente intereses particulares
(Habermas, 1987)5 .
Continuando con la tesis de Vasilachis de Gialdino (1987)6, el
fundamento de la coexistencia de paradigmas en sociología podría
explicarse aceptando el supuesto de la teoría de la acción comunicat iva
de Habermas (1987), para la que, el sistema de referencia de los sujetos
está constituido por tres mundos con los que entablan una relación
pragmática al ejecutar el acto del lenguaje: el mundo externo que alude a
los mundos objet ivo y social y el interno al mundo subjetivo. El hablante
y el oyente se entienden desde y a partir del mundo de la vida que les es
común, sobre algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el
mundo subjetivo. La veracidad y la recti tud normativa son los criterios
de verdad ya que el mundo de la vida es el lugar que trasciende a los
sujetos y el horizonte de convicciones que da respuestas a problemas
comunes en el marco de la acción comunicativa.
La co-presencia de mundos que esta teoría postula hace evidente la
complej idad de los fenómenos sociales y la dificultad de anal izarlos a la
luz de un solo paradigma. De este modo, desde la mirada posit ivista
accedemos al mundo objetivo y aquellos aspectos del mundo social que
se traducen en comportamientos observables, cuyos resultados se
enunciaran describiendo su correspondencia con la realidad. Por su parte,
desde el paradigma interpretativo, pondremos el foco en el mundo
subjetivo a fin de relevar percepciones desde el mundo de la vida de los
real izaciones c ientí f icas universa lmente reconocidas que, durante cier to t iempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad cient í f ica. 5 Habermas, J . , (1987) ; “Teoría de la acc ión comunicat iva” Taurus, Madr id.
6 Vasi lachis de Gia ld ino, I . , (1987); “La suposición de paradigmas en la génesis de problemas epistemológicos” ponencia presentada en Congreso Internaciona l Extraordinario de F i losofía. Córdoba.
29
actores a fin de establecer las relaciones respecto del mundo objetivo.
Esta estrategia nos posibil i ta ir desde la observación a la comprensión;
es decir, del punto de vista externo al punto de vista interno.
De este modo, el método para conocer ese mundo de la vida es la
comprensión de las estructuras a partir de recuperar la perspectiva de los
sujetos y comprender el sentido de la acción.
De alguna manera, la teoría de la acción comunicativa viene a resolver el
aparente confl icto entre paradigmas mediante la asimilación y la
superación de gran parte de presupuestos que aparecían como
irreconcil iables. Esta perspectiva forma parte del interpretativismo, que
recupera aspectos tanto del material ismo histórico como del posit ivismo,
desde sus respectivas teorías de consolidación correspondiendo al
primero dos vertientes: una l lamada neomarxista7, y otra denominada
teoría crít ica8; si bien ambas corrientes hacen una crít ica del
posit ivismo, estas son recuperadas por el interpretativismo junto a otros
aportes provenientes de las teorías de consolidación: el estructural-
funcionalismo de Parsons y sobre todo los análisis epistemológicos de
Carnap, Popper, Lakatos y en parte Kuhn.
Cuando hablamos de coexistencia nos referimos también a esa forma de
comprender un paradigma dentro de la producción de otro que lo
cuestiona de manera tal que ese cuestionamiento no puede ser
interpretado sino conociendo la naturaleza de aquello que crit ica.
7 Entre sus exponentes destacan Lefebvre y Goldmann, entre o tros. 8 Expresada en las obras de autores como Marcuse, Adorno, Horkheimer y al temprano Habermas
30
1-3.2. Origen del paradigma interpretativo
Este paradigma nace con la propuesta de Weber de practicar una ciencia
de la realidad de la vida que nos rodea y en la cual estamos inmersos,
mediante la comprensión, por una parte del contexto y significado
cultural de sus manifestaciones en su forma actual y, por otra, de las
causas que determinaron históricamente que se haya producido así y no
de otra forma.
El interpretativo está en vías de consolidarse y su supuesto básico es la
necesidad de comprensión del sentido de la acción social en el contexto
del mundo de la vida desde la perspectiva de los participantes
(Vasilachis de Gialdino, 1992)9, de allí que sea nuestra opción
metodológica para comprender las respuestas de actores locales a
procesos globales en este desafío investigativo.
Entendemos que bajo este paradigma podemos mencionar la teoría de la
estructuración de Giddens (1983); la teoría de las prácticas sociales de
Bourdieu (1980), la perspectiva de intervención sociológica de Touraine
(1978), entre otras perspectivas contemporáneas. Atendiendo a estos
aportes optamos por enriquecer nuestra metodología desde la Teoría de
la Estructuración. Esta se basa en la dualidad de la estructura para
referirse al carácter recursivo de las prácticas sociales. De este modo,
Giddens nos acerca un concepto flexible de estructura al definirla,
simultáneamente, como el medio y el resultado de las prácticas que
constituyen el sistema social. El concepto de dualidad de la estructura
conecta la producción de la interacción social con la reproducción del
sistema social en el t iempo y en el espacio (1983). La relación entre
producción y reproducción, propia de la dualidad de la estructura,
9 Se transcr ibe la tesis Nº 5 de las sie te que plantea la Vasi lachis de Gia ld ino en su
l ibro “Métodos cual i ta t ivos I . Los problemas teór ico-ep istemológicos” CEAL. S.A.
CONICET. FLACSO. Buenos Aires
31
supone que la semilla del cambio social está presente en todo momento
de la constitución de los sistemas sociales a través del t iempo y del
espacio.
De esta manera Giddens intenta crear un esti lo de análisis social que
supere al funcionalista y sobre todo incorporar la potencialidad de los
actores a la hora de actuar para dar continuidad a sus escenarios de vida
o generar rupturas en el seno de estos. Las estructuras no deben pensarse
como imposiciones coercit ivas a la actividad humana, sino como
permitiéndola; la acción, entonces, debe ser analizada en función de su
estructuración como una serie de práct icas reproducidas, ya que los
procesos de estructuración implican una interrelación de significados,
normas y poder.
En suma, la opción por este enfoque conlleva la necesidad de continuar
en nuevas búsquedas metodológicas capaces de desentrañar la relación
entre los mundos objetivo y subjet ivo. Por lo expuesto, los supuestos del
paradigma interpretativo son el marco de la presente investigación -se
imbrican en cada una de las dimensiones del modelo de análisis que
organiza la investigación que presentaremos-: a) la resistencia a la
naturalización del mundo social, por eso se estudian los motivos de la
acción y no las causas ya que las sociedades humanas son capaces de
producir sus orientaciones sociales y culturales y de ser normativas; b)
la relevancia del concepto de mundo de la vida, lo que implica que la
presencia del mundo circundante no es la misma que la del mundo de los
hechos y acontecimientos; aunque tiene la misma inmediatez, aquel
mundo de los valores, de los f ines, el mundo práctico, t iene
característ icas propias no asimilables a las derivadas de la naturaleza
posit iva de los objetos del mundo físico (Husserl, 1975)10; y c) pasar de
la observación a la comprensión, ya que ésta, es una experiencia
comunicativa en donde la comprensión de una manifestación simbólica
exige esencialmente la participación en un proceso de entendimiento.
32
Los significados, ya se encarnen en acciones, en instituciones, en
productos de trabajo, en contextos de cooperación o en documentos, solo
cobran sentido desde el seno de una realidad social (Habermas, 1987).
1.3.3. Métodos y técnicas uti l izados
Estudio de Caso, Método histórico, Entrevista y Observación
Los métodos uti l izados en la investigación se enmarcan en la
combinación de las lógicas cualitativa y cuantitativa. Por un lado, el
método de estudio de caso nos aportó en la delimitación de nuestro
objeto, además de permitirnos acceder al estudio de un fenómeno
contemporáneo dentro de su contexto; el mismo se basa en múltiples
fuentes de evidencia, con datos que deben converger en un tipo de
triangulación. En este sentido, este método permite comprender las
relaciones entre los componentes de la estructura social, los procesos y
las fuerzas impulsoras.
La triangulación es definida por Denzin (1978) como la combinación de
metodologías para el estudio de un mismo fenómeno; en la misma,
también conocida como convergencia metodológica, método múltiple y
validación convergente, subyace el supuesto de que los métodos
cualitativos y cuantitativos deben ser considerados como
complementarios, ya que cada uno provee información no sólo diferente
sino que además es esencial para interpretar a la otra: las investigaciones
cualitativas echan luz sobre procesos sociales concretos a través de los
cuales se crean las normas particulares que rigen la acción social, y los
métodos cuantitativos fortalecen y respaldan con mediciones concretas
los valores que asume el fenómeno estudiado.
10 Husserl, E; (1975) “Ideas” Collier Macmillan Publishers. London
33
En el mismo orden, al considerar nuestro caso de estudio como producto
sociohistórico, uti l izamos el método histórico para reconstruir el proceso
de organización social del terri torio en el que se inserta la localidad de
San Patricio del Chañar, identi ficando etapas en el desarrollo productivo
del área desde el año 1970 a la actualidad, que se corresponde con la
profundización de las relaciones global-local y su dinámica plasmada en
hechos objetivos sobre la estructura social que trasuntan un proceso de
cambio social.
Asimismo, el análisis de este proceso se realiza tomando el modelo
propuesto por el sociólogo Entrena Durán en su l ibro Modernidad y
Cambio social (2001), quien pone énfasis en la trayectoria de tres
dimensiones: a) socioeconómica, b) polít ico-institucional y c) simbólico-
cultural, cuya evolución da cuenta de modificaciones estructurales
propiciadas por la dialéct ica global-local.
La reconstrucción histórica se realizó mediante el anál isis de fuentes
secundarias: tesis, documentos y registros catastrales; en tanto que para
los asuntos relativos a demografía, economía, indicadores sociales, se
uti l izaron los Censos nacionales disponibles, la encuesta permanente de
hogares, el últ imo índice de Desarrollo Humano (IDH) y los trabajos
realizados y actual izados sobre ellos l levados a cabo por instituciones
como el Consejo Federal de Inversiones (CFI), entre otras. A esto hay
que sumarle los datos que han recolectado y procesado organismos
oficiales como el Consejo de Planificación y Acción para el Desarrollo
(COPADE) y la Universidad Nacional del Comahue (UNC) para la
provincia de Neuquén y aquellos resultados de proyectos de
investigación que ahondan en la temática del desarrollo regional.
Teniendo en cuenta que no existían estadísticas diferenciales para la
localidad de San Patricio del Chañar, se recurrió, como fuente principal,
al censo de población argentina 2001; al Plan estratégico de San Patricio
del Chañar de 2004 y a un Diagnóstico Social realizado por el municipio,
34
que nos permitió contar con datos actualizados sobre población, ingreso,
empleo, etc. A su vez, esta información de corte cuantitativo se
complementó con entrevistas de semiestructuración real izada a diversos
actores localizados en el área.
Por últ imo, se realizaron observaciones en diferentes espacios y t iempos,
acorde con los l ineamientos generales de la perspectiva etnográfica. Este
instrumento favoreció el acercamiento a los escenarios y situaciones
naturales más comunes en que transcurren los procesos investigados.
En sintonía con este recorte el enfoque territorial será el sustento
teórico-analít ico de lo local, partiendo de un reconocimiento del
territorio como construcción social e histórica en la que se cristalizan
procesos de la actividad humana. Identi ficar al territorio como producto
social impl ica aceptar las relaciones sociales como relaciones de
posiciones en torno a estrategias que acercan o alejan a los actores del
bien en disputa; son, en definit iva, relaciones estructuradas en torno al
poder. Siguiendo a Milton Santos (1996), el espacio en tanto instancia
contiene y está contenido a su vez por las demás instancias: económicas,
culturales, polít icas, sociales, del mismo modo que cada una de ellas lo
contiene y es por cada una ellas contenido.
Como vemos, todos los procesos sociales representativos de una sociedad
en un momento dado se cristalizan a través de una expresión que es
territorial . Considerando al territorio como el producto de la
sedimentación histórica de un conjunto de relaciones sociales, se afirma
que “el terri torio se convierte, por tanto, en una forma de abordar el
conocimiento de real idades específicas que, sin ser generalizables, t ienen
una importancia fundamental para entender la evolución de los
fenómenos objeto de estudio. Por ello, por encima de todo, el territorio
resta validez al programa de investigación “i lustrado” en tanto no trata
de buscar “leyes generales”, sino mecanismos que expliquen el
funcionamiento de realidades sociales específicas, entendiendo que sólo
35
concentrándose en el análisis de esa especificidad se puede l legar a un
mayor grado de comprensión de las mismas.” (Preiss, 2003)
La investigación respecto de las particularidades de los diversos
territorios constituye un insumo fundamental para entender sus
posibil idades de inserción en el sistema global. Como afirma Dicken
(2003), cada componente en la red de producción –cada firma, cada
función económica– está, casi l i teralmente, anclado en localizaciones
específicas. Tal anclaje es tanto físico -tangible y simból ico-, como
formas de relaciones sociales localizadas en instituciones y prácticas
culturales que la distinguen. De allí que la naturaleza y art iculación
precisa de las redes de producción centradas en empresas que están
profundamente influenciadas por el contexto sociopolít ico, institucional
y cultural dentro del cual están enraizadas, producidas y reproducidas.
En el caso de la agricultura, y para el medio rural en general, la unidad
territorial queda inserta en un contexto complejo caracterizado
principalmente por:
a) la diversidad de actores involucrados (agricultores, agroindustria,
proveedores de insumos, trabajadores, asesores y técnicos, instituciones
públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales, etc.);
b) la mult idimensionalidad de la problemática del desarrollo rural,
l igada, entre otros aspectos, a la sustentabil idad, y la asimetría de
relaciones, traducida en la existencia simultánea de la concentración
agroindustrial, explotaciones de subsistencia, marginal idad y pobreza
(Landriscini, 2002);
c) el crecimiento de la importancia de las actividades rurales no
agrícolas asociadas, principalmente, al turismo y al ocio;
36
d) la demanda del mercado externo hacia producciones diferenciadas,
cuyo valor agregado se apoya en innovaciones agroindustriales,
generando un derrumbe en las condiciones laborales y un
disciplinamiento hacia las fases primarias de la cadena;
e) la naturaleza del cambio tecnológico basado en la biotecnología, la
informática, las telecomunicaciones y la innovación en gestión
organizacional para abordar los problemas de escala, gest ión de calidad y
capacidad de negociación dentro de la cadena agroindustrial, cuya
impronta rebasa los límites de la empresa e ingresa al entorno polít ico-
institucional, simból ico-cultural y socioeconómico territorial.
Desde este encuadre, resulta pertinente el interés por explorar el
dinámico y confl ictivo proceso de conformación de un sistema
institucional terr itorial, entendido como “la expresión directa de la
nueva competencia territorial , que convierte a las externalidades del
territorio en agentes directos que operan para el desarrollo del mismo”11.
1.4. La elección de un modelo de anál isis
El aumento de la complej idad resultado de la intensificación de la
reflexividad, da cuenta de que los sujetos, como seres reflexivos
(individual o colectivamente), son parte activa de la estructura social en
la que se desenvuelven y a cuya producción, reproducción o
modificación contribuyen.
La complejidad de las estructuras sociales de las sociedades avanzadas,
en el contexto de la creciente globalización, se debe a la constante
reestructuración de sus pautas socioeconómicas, polít ico-institucionales
y simbólico-culturales. Asimismo, la multipl icación y aceleración de los
11 Poma, Luc io; (2000); “La nueva competencia terr i tor ia” . En Boscher in i y Poma, compi ladores. Terr i tor io , conocimiento y compet i t iv idad de las empresas. El ro l de las inst i tuciones en e l espacio g lobal . Univers idad Nac ional de General Sarmiento. Edi to r ia l Miño y Dávi la. Buenos Ai res, pág. 72.
37
f lujos económicos, sociales y culturales que se deriva de la globalización
origina dificultades en la regulación, el análisis y la comprensión de las
estructuras sociales sujetas al cambio, dado que la principal
modificación tiene que ver con procesos que condicionan la trayectoria
histórica de dichas estructuras: durante milenios las estructuras sociales
se producían y reproducían en un tiempo y espacio vinculadas a ámbitos
locales específicos, mientras que hoy se gestan y desarrollan en relación
y simultaneidad con otras estructuras sociales, las cuales se
desenvuelven en ámbitos espaciales diferentes, sociocultural, económica
e institucionalmente.
Por su parte, la globalización se manifiesta sobre los ámbitos locales; las
estructuras sociales están expuestas a la penetración e inf luencias de
procesos de carácter planetario como nunca antes había ocurrido, aunque
la vida cotidiana de la mayoría de las personas continúa transcurriendo -
como en el pasado- en espacios local izables e identi ficables.
El estudio de la estructura social es de gran importancia, ya que en ella
se registran los cambios que resultan de las interrelaciones de procesos
globales que inciden en el territorio, referencia de lo local.
En este sentido, para comprender el proceso de cambio social acontecido
en nuestro caso de estudio, necesitamos conocer las condiciones
sociales, económicas y culturales actuales de San Patricio del Chañar,
l igadas al aumento de relaciones globales local izadas en ese terri torio;
para designar este proceso adoptamos el concepto de
desterritor ial ización, uno de los efectos de la global ización sobre los
ámbitos locales espaciales y/o sociales específicos (Entrena
Duran,2001)12.
El proceso de desterritorial ización es opuesto al proceso de
territorial ización, es decir, ambos conceptos se explican por oposición.
Territorial ización es el conjunto de prácticas administrat ivas,
38
económico-productivas o estrictamente sociales encaminadas a construir
un determinado espacio geográfico o físico en un territorio; es, en otras
palabras, un espacio socialmente diferenciado y l imitado sobre el que se
constituye un hábitat, un escenario de acción y de relaciones sociales en
el que tiene lugar la producción y reproducción de la sociedad.
Por su parte, en las antípodas, la desterritori l ización se caracteriza por el
aumento de las telecomunicaciones, una tendencia creciente a la
aparición de formas de contacto y vinculación social que van más allá de
los límites de un territorio concreto. Esta desterritorial ización de las
relaciones sociales conlleva también la atomización de los referentes
simbólico-culturales de la vida y de la identidad, colectiva e individual,
originando realidades o sentimientos de aparente conexión o dependencia
con lo lejano y, por ende, desarraigo o desapego con respecto a su
ámbito local.
Las manifestaciones de este fenómeno son: el , cada vez mayor, alcance a
escala global de decisiones polít icas o económicas, la alta movil idad
espacial de la población, la conformación de redes de comunicación que
generan redes sociales y espacios de flujos de información sin terri torio
de pertenencia.
Frente esta pérdida de autarquía de los espacios locales, aparecen formas
de resistencia y tentativas de recuperar el control de la economía, de la
identidad local, de las formas culturales, etc, como reacciones sociales
frente a los flujos de la internacionalización de su ámbito vital
desembocando en procesos de reterritorial ización13.
12 Modernidad y Cambio socia l . F. Ent rena Duran, 2001 Edi to r ia l Tro t ta. pag. 248 13 Con este término Entrena Durán hace alusión tanto a procesos de connotación positiva (propiciar el
desarrollo de un determinado territorio local o a recuperar la autonomía de sus actores sociopolíticos en la
gest ión socioeconómica, pol í t i co- inst i tucional o cul tu ral ) como a procesos de
connotac ión negat iva ( fundamenta l ismos, nacional ismos i r raciona les, ret r iba l izac ión,
neocaciquismo, c l ientel ismo, etc. )
39
En este sentido se analiza el proceso de fragmentación social y territorial
en el valle medio del río Neuquén y su relación con la dinámica de la
actividad económica principal, la fruticultura y agroindustria de
exportación, con presencia dominante de actores sociales que actúan bajo
lógicas globales, lo que implicó indagar la relación existente entre los
intereses del capital global, al decidir su localización en el terri torio -
¿recursos naturales, infraestructura, conocimiento?-, y los
condicionamientos que imponen a los procesos de desarrollo local: la
relación entre estructura económica, demanda local, empleo y
distr ibución del ingreso, para dar razón del nivel de vida de la población
establecida en un ejido que ha adquirido cierto dinamismo a part ir de las
estrategias de expansión del capital.
Por lo expuesto, fue necesario detenerse no sólo en los efectos negativos
de la globalización, sino también en las oportunidades que se abren para
las sociedades de los países subdesarrollados, en las posibil idades de
desplegar estrategias de reterritorial ización desde el sentido que propone
Entrena Durán (2001), es decir, de reapropiación por parte de los actores
locales y regionales del proceso de desarrollo. Dado que [. ..] esta nueva
etapa consti tuye una demostración de la victoria del capitalismo que ha
evolucionado y producido nuevas formas sociales, las cuales son el
resultado del propio proceso de modernidad (2001: 240), ante esto
sobrevienen nuevas formas de respuestas que son posibles a partir de la
intensificación de la reflexividad14.
De este modo, para comprender las transformaciones contempladas en
nuestro estudio se uti l izan tres dimensiones que, organizadas como
variables, registran los procesos de desterritorialización,
territorial ización y/o reterritorial ización del espacio en las actuales
circunstancias de globalización y dan cuenta del nivel de modernización
14 El ser humano in terpreta las acciones que le as igna la sociedad y la rea l idad soc ia l
que subyace; se replan tea y ref lexiona la s i tuación en que se encuentra; p iensa sobre sí
mismo.
40
que presenta el caso estudiado. Para ello adoptamos el modelo
sistémico15 mencionado con anterioridad; el mismo se basa en tres
dimensiones que, como totalidades interrelacionadas, permiten relevar la
producción de las complejas estructuras en el presente contexto de
mundialización16.
Las estructuras en dicho modelo son consideradas dialéct icamente en el
sentido objetivo y subjetivo ya que son determinantes/determinadas
de/por los sujetos sociales concretos que forman parte de ellas (Op. cit,
2000).
1.4.1. Dimensiones del modelo de análisis
Tabla Nº 1 Dimensiones de los procesos a considerar en un análisis sistémico de las estructuras sociales en el marco de la globalización
Dimensiones Objet ivas
Procesos globales
Procesos ref lexivos a escala local
Socioeconómica
- Avance tecnológico - Global ización
económica - Desregulación y cr isis
del Estado-Nación - Desintegración y
fragmentación - Desterr i tor ial ización
- Competi t ividad - Trasnacional ización - Búsqueda del
Desarrol lo Local - Re-emergencia de
estrategias grupal-comunitarias
- Reterr i tor ial iación Polít ico- - Inst i tuciones y - Re-emergencia de
15 Ent rena Durán propone este modelo para e l anál is is del paso de la sociedad t radic ional
a la moderna; oponiéndose al p lanteamiento de la modernización como occidental izac ión
teniendo en cuenta que, en la actua l idad, cada vez es más patente que existen d iversos
caminos hacia el la. Asimismo, p lantea que la real ización de l proyecto de modernidad
debe segui r s iendo e l nor te de la humanidad, ya que todavía permanecen en p leno vigor
las asp irac iones de democracia, de desarro l lo y de b ienestar soc ial asociadas
t radic ionalmente a los procesos de modernizac ión (2001:259)
16 Para exponer el modelo de análisis se ofrece una síntesis del artículo Las estructuras sociales en el marco de la globalización en Revista Internacional de Sociología, F. Entrena Durán, 2000.
41
Inst i tucional organizaciones supranacionales
- Burocrat ización y corporat ivismo
poderes locales o regionales
- Nuevos movimientos sociales
Dimensión Subjet iva
Simbólico-cultural
- Plural ismo relat ivista - Crisis de paradigmas - Creciente
homogeneización sociocultural
- Universal ismo
- Tolerancia - Fundamental ismos - Aumento de la
heterogeneidad de est i los de vida
- Part icularismos
Fuente: Elaboración en base a la adaptación de la tabla presentada en Las estructuras sociales en el marco de la globalización. RIS Entrena Durán, 2000.
a) Dimensión socioeconómica
Los procesos de aumento de la competit ividad y trasnacionalización que
experimentan los actores empresariales o socioeconómicos, en el seno de
las estructuras microsociales en las que se encuentran insertos, pueden
ser interpretados como reacciones reflexivas ante el cambio tecnológico
y/o procesos económicos macrosociales. Asimismo, frente a los procesos
globales de desregulación socioeconómica los actores locales tienden a
la búsqueda del desarrollo de su entorno local.
Estas tendencias han de ser consideradas como la expresión de procesos
reflexivos a nivel microsocial, encaminadas a generar fórmulas de
desarrollo con el protagonismo de los actores individuales y colectivos,
insertos en las estructuras sociales locales, lo que activa la creación de
redes de intercambio entre actores socioeconómicos y el aumento de las
interacciones locales y extralocales. En este sentido, el territorio emerge
como motivación central de la movil ización comunitaria en pos del
desarrollo y como respuesta a riesgos ambientales o l ineamientos de
polít icas de alcance global, desplazando otras motivaciones propias de
las estructuras tradicionales.
Ahora bien, la globalización –como ya fue dicho- también conlleva
procesos de gradual desterritorial ización de las estructuras sociales
42
locales; es decir, la producción y reproducción de éstas pierde su
vinculación territorial y su “localismo” para depender de la heteronomía
de procesos globales. Ante este escenario emergen procesos de
reterritorial ización que no solo se orientan al desarrollo local, sino que
también buscan reafirmar identidad y autoctonía, como reacción a las
tendencias universalizadoras de la globalización.
Si bien, en las teorías clásicas el sesgo de la modernización es
marcadamente económico fundado en un contexto de escasez de las
sociedades agrarias, en la actualidad modernización ha de ser entendida
como un desarrollo integral: que genere bienestar social y que sea
armónico ecológicamente, es decir, preserve el medio ambiente con
calidad productiva y nos encamine hacia un nuevo orden económico, más
equitat ivo y justo.
Concebir el desarrol lo como una unidad que conci l ie un equi l ibrio entre
bienestar social, equidad económica y sustentabil idad ambiental se
vuelve prioritario en la actual situación de pobreza en la que vive una
gran parte de la humanidad y el enorme deterioro ecológico generado por
la intensificación de la producción con fines netamente comerciales.
De este modo, la dimensión socioeconómica es lo suficientemente amplia
como para enfocarnos en indicadores que den razón del cambio social en
la localidad de San Patricio del Chañar, a partir de su inserción en el
sistema agroalimentario mundial. Esta incluye los cambios en las
relaciones de producción, en el medioambiente y en la estructura social
cuyos grados de desarrollo determinan niveles de bienestar y justicia
social; variaciones en la demografía, en la estructura ocupacional, en la
división social del trabajo, en el nivel de empleo, en la distribución del
poder, en la estrati f icación social, en las identidades de clases o de
estatus, en la famil ia, en la movi l idad social, en la distribución de la
renta, en la educación.
43
El medioambiente está incluido en esta dimensión, dado que alberga
todas las actividades productivas que sustentan los procesos
socioeconómicos; la calidad del entorno ambiental se mide por los
niveles de protección y saneamiento del medio y la relación con su
capacidad de carga según las actividades que se desarrollan en él: uso
del suelo, del agua, del aire, las condiciones de provisión de servicios
básicos (agua potable, gas, luz, cantidad y calidad de viviendas
disponibles, sistema sanitario, nivel de infraestructura social con la que
está equipada la localidad en relación a la población que habita en ella,
entre otros).
En este sentido, las estrategias de asentamiento e introducción de nuevas
tecnologías, que vienen desplegando empresas transnacionales en el área
estudiada, están asociadas a la desestructuración y reestructuración del
espacio con incidencia sobre la cadena productiva local, los recursos
naturales y el sistema agroal imentario regional. Esto supone el
involucramiento de los actores que habitan dicho espacio, quienes actúan
bajo lógicas externas relacionadas con una serie de controles a la
producción y sus efectos sobre el territorio y el sistema polít ico-
institucional local.
b) Dimensión polít ico-institucional
En el presente contexto, la producción y reproducción de las estructuras
sociales se ve fuertemente inf luenciada por la injerencia de organismos e
instituciones supranacionales que imponen controles y regulaciones,
erosionan y subordinan la soberanía de los Estados-nación. Por ello el
desafío es que este se inserte en lo global y al mismo tiempo conserve
autonomía para regular en pos de intereses de sus ciudadanos, ya que a
las presiones impuestas desde arriba se les anteponen reacciones desde
abajo fortaleciendo a nuevos movimientos sociales ligados a lo
territorial .
44
Las acciones sociales locales resultan interacciones cada vez más
influenciadas con lo que sucede a nivel global. Esto afecta a las prácticas
orientadas a organizar, gestionar y reestructurar los espacios locales. En
esta situación [.. .] está teniendo lugar un gradual surgimiento o
reaparición de identidades y pautas locales o regionales de desarrollo y
de organización social, a la vez que, se observa una tendencia hacia la
proliferación creciente de movimientos sociales y de formas de
vinculación social en las que preponderan relaciones de naturaleza
grupal. Esto, sin duda, está relacionado con la agudización de la crisis
de credibi l idad del paradigma humanista pretendidamente
universalizante de la modernidad occidental, así como de la cultura y de
muchas de las grandes organizaciones e instituciones sustentadoras de
dicho paradigma (Entrena Durán 2001:235).
En nuestro caso de estudio, dichos procesos son propiciados a partir de
la modernización del agro regional, dentro del cual conviven rasgos de
una sociedad agraria tradicional subdesarrollada con rasgos de otra
moderna, albergando las contradicciones y desigualdades propias del
capitalismo dependiente, lo que da origen a espacios para la acumulación
y concentración del capital por un lado, y para la reproducción de la
pobreza rural-urbana por otro. De modo que, en la base del cambio de la
estructura social de la localidad, estudiada, entendemos se encuentra un
proceso de modernización agraria que ha movil izado reacciones,
negociaciones y resistencias por parte de determinados actores dando
como resultado rupturas y continuidades tendientes a aumentar la
organización del espacio polít ico-inst itucional, garante de las nuevas
relaciones global-local.
Frente a la globalización impuesta “desde afuera” cabe desarrollar
formas de respuestas “desde abajo”, basadas en procesos de
democratización que potencien la capacidad de organización de los
diferentes sectores sociales, como se viene observando, cada vez con
mayor frecuencia, la organización de nuevos movimientos sociales que
45
trabajan por alternativas inclusivas para la mayoría de la población. La
importancia de tales manifestaciones es que constituyen indicadores de
participación e implicación de la población en la regulación de los
procesos de cambio de las globalizadas sociedades actuales, lo que
contribuye a la expansión y fortalecimiento de los hábitos democrát icos
(Op. cit , 2001:266).
En el sentido que lo plantea Entrena Durán, la democracia es entendida
aquí como un marco normativo-institucional que propicia y garantiza
cauces para el control colectivo de los procesos sociopolít icos y
económicos que afectan a las personas en unas condiciones aptas para el
desarrollo de su l ibertad y su autorrealización como individuos.
La democracia ha de estribar, sobre todo, en procurar el establecimiento
de garantías jurídico-polít icas, las condiciones socioeconómicas y las
pautas culturales de comportamiento individual y colectivo que
constituyan el marco de referencia a partir del cual sea la propia
sociedad, organizada en movimientos sociales, partidos o grupos de
interés, la que trabaje en aras de la realización de ese difíci l reto que
supone armonizar el principio de l ibertad (inherente al l iberalismo) con
el de igualdad (consustancial al socialismo).
c) Dimensión simbólico-cultural
Los procesos que contempla esta dimensión se corresponden con la
activación de mecanismos de legit imación de las estructuras sociales
locales y la situación macrosocial global en la que se encuentran insertos
los actores sociales; la internalización de estas nuevas relaciones de lo
local-global es lo que se traduce en la objetivación y legit imación de
aspectos socioeconómicos, polít ico-institucionales y simbólico-
culturales nuevos.
46
Como es sabido, todo orden social t iene fuentes de legit imación que se
expresan a través de los valores, los símbolos culturales, sus
institucionalidades, etc., instrumentos de integración y cohesión social
que moldean identidades colectivas.
En lo que respecta al Estado nación, cabe examinar aquí las
modificaciones y subsiguientes crisis en los símbolos y en los valores
(así como en los factores que los sustentan) que conlleva la formación de
una identidad colectiva a escala de tal ámbito (Entrena Durán,
2001:267).
El Estado también adquiere otras configuraciones y así como en
determinado momento colaboró en la homogeneización de sus
ciudadanos, hoy se le demanda la capacidad de armonizar y gest ionar la
realidad cada vez más diversa y heterogénea. De este modo, si la
sociedad tiene como norte la modernidad, un indicador de ella es apostar
a formas de Estado que alberguen la diversidad cultural y étnica,
sustentadas en pilares laicos que posibi l i ten la convivencia sociocultural,
rel igiosa y, finalmente, la l ibertad individual, a lo que agregamos la
emancipación social17.
Para el caso en estudio, se pone la mirada a partir de los cambios en los
patrones simbólico-culturales a nivel global y cómo estos moldean
universos de representación locales, los que se traducen en grados de
integración o exclusión del esti lo de desarrollo que se viene
cristalizando en San Patricio del Chañar. Asimismo, las reacciones
reflexivas apuestan a fortalecer part icularismos a escala local frente a la
creciente homogeneización sociocultural promovida por la globalización.
17 Entend ida desde la autorreal ización de los sujetos, en el sent ido, que lo p lantea
José Nún (2000), en lo que respecta a la t i tular izac ión de derechos c iudadanos
(soc iales, económicos, c iv i les y pol í t icos).
47
48
CAPÍTULO II
Marco Teórico de la Investigación
49
1- Globalización
La generalización de dicha expresión Globalización sirvió para que las
Ciencias Sociales dieran explicación a la ocurrencia de fenómenos
asociados a diferentes dimensiones de transformación global, causa a su
vez, de dist intos cambios locales; a saber: avances exponenciales en
nuevas tecnologías de información y comunicación, internacionalización
de los mercados y creciente interdependencia polít ica, cultural,
económica y ecológica entre países y regiones.
Lo cierto es que la historia de la expansión de la modernidad ha dado
lugar a la uti l ización de un concepto lo suficientemente amplio como es
el de globalización para nombrar fenómenos de expansión del modelo de
sociedad europea occidental (pautas de funcionamiento socioeconómico,
organización insti tucional y simbólico culturales), considerada como la
culminación del progreso y civi l ización humanas; pues, globalización
fueron también las colonizaciones efectuadas por países europeos
durante los siglos XIX y XX extendiendo su dominación hacia otros
continentes como África, Asia, América y Oceanía.
Más tarde, también hicieron uso de este término las teorías de la
modernización y las perspectivas crít icas a esta. Lo común a todas es que
seguían concibiendo el desarrollo como continuidad de los procesos de
globalización iniciados siglos atrás a raíz de la expansión del modelo de
modernidad industrial.
En la actualidad, y a raíz del cambio registrado en la intensificación de
procesos inéditos en la historia de la humanidad como los cambios
sociales acontecidos por la internacional ización de relaciones basadas en
las tecnologías de la información, el aumento de la circulación de
mercancías, personas e ideas y sobre todo las posibi l idades de
comprender y pensarse dentro de ese escenario producto del aumento de
50
la reflexividad, el término globalización ya no equivale a
occidentalización.
La intensificación de reflexividad que están experimentando las
sociedades actuales ha dejado a un lado la confianza en la idea uni l ineal
de progreso, y la sociedad urbano-industrial , paradigma o meta por
alcanzar para la mayoría de los artí fices y teóricos de la modernización,
se halla inmersa en una crisis t ipi ficada como “posmodernidad”
(Lipovetsky), como “sociedad del riesgo” (Beck) o como un contexto de
“incertidumbre fabricada” (Giddens).
La definición de globalización más completa, a nuestro entender, es la
acuñada por Held al plantear que dicho fenómeno alude a “la expansión y
profundización de las relaciones sociales y de las instituciones a través
del espacio y t iempo, de tal forma que las actividades cotidianas resultan
cada vez más influidas por los hechos y acontecimientos que t ienen lugar
del otro lado del globo, y que por otro lado, las prácticas y decisiones de
los grupos y comunidades locales pueden tener importantes
repercusiones globales” (Held, 1997:42-44)
Es pertinente, pues, dar razón de tres tendencias que se dan en forma
simultánea y producen efectos diversos sobre el terr itorio entendido
como espacio local: la interdependencia creciente entre todos los países
(apoyada en la idea de Aldea Global), la transición hacia formas
productivas posfordistas y la hegemonía del capital f inanciero.
Aproximarnos al estudio de los efectos de la globalización sobre el
territorio -a los que nos referimos en el apartado de hipótesis de la
investigación- implica indagar e identificar acciones traducidas en
controles y resistencias que aportan los actores locales y globales desde
diversas estrategias y lógicas espacio-temporales. En este capítulo
reconstruiremos dichas relaciones a partir de los conceptos
Globalización, Desarrollo y Territorio con la finalidad de conocer las
particularidades de la estructura social del caso en estudio.
51
1.1 Globalización como fenómeno mult idimensional
La diversidad de definiciones sobre el término globalización, a pesar del
esquema en el que se sustenten, ha superado la tradicional división de las
ciencias imponiéndose una lógica de tratamiento integral con énfasis en
especificidades concretas, lo que alude a la complejidad del fenómeno.
Así, por ejemplo, en la l i teratura europea, superado el aspecto
económico, aparece con fuerza la preocupación por la cuestión polít ica y
lo atinente a la regulación de derechos de cuarta generación, mientras
que en las producciones latinoamericanas se enfatiza centralmente sobre
las expresiones de la cuestión social determinada por la esfera de lo
económico.
Asimismo, existe consenso académico respecto del abordaje en relación a
los puntos en que se apoyan los anál isis; hay coincidencia en hablar de la
revolución tecnológica con base en la telemática, la erosión del poder del
Estado-nación, la ruptura del pacto social entre capital y trabajo
propiciado por el estado de bienestar, la internacionalización de la
producción y su articulación con los cambios en el mundo del trabajo
junto a una desregulación y reconfiguración del territorio.
En suma, coincidimos en la afirmación de que el capital ismo desregulado
favorece la concentración económica y el crecimiento de las
desigualdades, derivando en el desanclaje de las condiciones de
prosperidad de las condiciones de las éli tes y de las de los asalariados.
Debido al doble movimiento que producen la crisis fiscal y el
endeudamiento, el Estado se retira de lo social y de lo productivo y
apura una reconversión tecnológica que flexibil iza y margina a parte
importante de su población. El empleo deja de ser el gran integrador de
esta sociedad dejando redes sociales débi lmente integradas.
Por otra parte, con la globalización y la distensión del rol del Estado en
lo cultural se diluyen las fronteras del mercado y de las industrias
52
culturales, con la consiguiente tendencia a la homogeneización junto con
la pérdida de los valores e identidad nacional, coadyuvando la
estandarización de pautas culturales, al t iempo que se refuerzan las
identidades locales y supranacionales.
Estas transformaciones económicas y polí t icas del capitalismo tardío del
siglo XX, que se relacionan con cambios radicales en los procesos de
trabajo, t ienen su fundamento en la ruptura entre producción y terri torio
(Entrena Durán, 2001) en la que la primera pierde su carácter autóctono,
puede ser comercial izada a gran distancia y deja de ser central en la
configuración social del territorio. Esta escisión pasa a expresarse en
configuraciones geográficas y geopolít icas de una nueva globalidad
económica, polít ica y sociocultural; en poderes y prácticas estatales
dominadas por lógicas extralocales y en la emergencia de nuevas
institucionalidades.
Esta crisis del Estado-nación se origina en cambios de orden tecnológico
y económico, cuyo punto de referencia fue la crisis del dólar en 1971
seguida por la del petróleo en 1973, revelando esta últ ima la prioridad de
reemplazar materias primas estratégicas para buscar formas de
producción que insumieran menos energía.
Es así como la orientación del nuevo paradigma tecnológico se conformó
en torno a la microelectrónica y posibil i tó el abaratamiento de la
información dando como resultado nuevas formas de producción que
requerían más información y menos contenido de energía, materiales y
mano de obra (García Delgado, 1998).
Por ello, podemos complementar la definición del término globalización
como un recurso teórico que nos permite analizar las complejas
interrelaciones, hábitos, práct icas polít icas y formas culturales que
asume por períodos el capitalismo, un sistema altamente dinámico e
inestable pero que adquiere la apariencia de orden para funcionar en
forma coherente por un cierto período de tiempo. (Harvey, 1998)
53
Al mismo tiempo, queda claro que la idea de globalización no se alcanza
a comprender si se la aplica solo a conexiones de la esfera económica.
En palabras de Giddens, “la globalización implica, principalmente, la
transformación del t iempo y del espacio en nuestras vidas.
Acontecimientos lejanos, económicos o no, nos afectan más directa e
indirectamente que nunca. A la inversa, las decisiones que tomamos
como individuos tienen, con frecuencia, implicaciones globales. Los
hábitos dietéticos de los individuos tienen, por ejemplo, consecuencias
para los productores alimenticios, que pueden vivir al otro lado del
mundo. (Giddens, 1998).
Los Estados contemporáneos incorporaron en lo político, lo social y lo
cultural consecuencias de las nuevas formas de integración mundial que
se iniciaron a comienzos de la década de 1970. Los avances que
siguieron en los sistemas de comunicación acortaron distancias entre los
espacios y territorios geográficos –acercando las sociedades dispersas-,
pero a la vez provocando presiones migratorias y desanatural ización del
sentimiento de identidad intergeneracional propio de sociedades
tradicionales. Las distintas regiones del mundo intervienen de modo
diferencial en las redes globales, ya que una parte importante, las
regiones más pobres quedan al margen de los beneficios de las nuevas
tecnologías de la información.
Como bien explica Milton Santos (1996), la real idad material de las
redes ha de ser entendida como toda infraestructura que permite el
transporte de materia, de energía o de información que se inscribe en un
territorio. La red es también social y polí t ica, por las personas, mensajes
y valores que la frecuentan. Es una construcción deliberada del espacio
como medio de vida, dispuesto a responder a los estímulos de la
producción en todas sus formas materiales e inmateriales, en todos sus
aspectos, es decir, en su cualidad de servir como soporte corpóreo de lo
cotidiano.
54
Esta transformación cultural de los últ imos decenios, y en la que estamos
inmersos, muestra que la desigualdad persiste y que los nuevos procesos
vuelven más compleja la asimetría territorial al adaptar ciertos saberes e
imágenes internacionales a los conocimientos o hábitos de cada pueblo,
produciendo imágenes de culturas sincrét icas (García Cancl ini, 1997).
Sin embargo, a pesar de las implicaciones que supone la globalización en
el nivel local, y sus consecuentes presiones hacia el Estado-nación18,
encontramos diferentes modos de regular y administrar las fuerzas
globalizadotas en el interior de los territorios nacionales. Al respecto,
cabe aclarar que nada tiene que ver la globalización neoliberal l levada
adelante en Latinoamérica, de la cual nos ocuparemos en este trabajo,
con la globalización que se vive en la Europa occidental.
De este modo, lo local está dado por el terr itorio -objeto de estudio-
definido por sus particularidades físicas y geográficas, pero
centralmente, por lo social que potencia, organiza y lo construye.
1.2. La irreversibil idad de los sistemas globales
En el contexto mundial actual la emergencia de un espacio global de
interdependencias, f lujos y movil idades se superpone al viejo terri torio
estructurado en continentes, regiones y países. En este escenario
interactúan, con un alto grado de integración, un conjunto de sistemas
18 Según Giddens (2000) e l Es tado recibe pres iones: a) hacia abajo, que crean nuevas
demandas y también nuevas posib i l idades de generar iden t idades loca les en las que se
exal tan par t icu lar ismos en relación a la nación, la raza, la e tn ia, etc. y b) presiones
la tera les, que crean nuevas regiones económicas y nuevas al ianzas pol í t icas (Unión
Europea, Mercado del Cono Sur MERCOSUR, ALCA) y cu lturales, p rescindiendo de las
f ronteras nac ionales (un ejemplo actua l son las re ivind icaciones t ransf ronter izas de
mapuches del cono sur, que desconocen la d iv is ión terr i to r ia l geopo l í t ica ch i leno-
argent ina, por ser un pueblo or iginar io que habi taba la región an tes de que se crearan
los estados nacionales).
55
globales cuyos componentes generan nuevas dinámicas de alcance
planetario, con incidencia creciente en los terri torios y sociedades
singulares, alcanzando a estos un aumento de su complej idad e
incertidumbre en relación a su desarrol lo futuro (Berveji l lo, 1999). En
este sentido, dos aspectos condicionan centralmente a los terri torios.
a) Aumento de la interdependencia entre países y regiones
La progresiva incidencia de las dinámicas globales sobre cada territorio
local, integrado o no, y la progresiva interdependencia de los territorios
sin tener en cuenta la distancia han aumentado las posibi l idades de
integración y cohesión social y, simultáneamente, ha profundizando su
exclusión y la emergencia de nuevas problemáticas (sociales,
ambientales, de tráfico i legal –armas, personas, drogas-, xenofobia hacia
flujos migratorios, etc.)19.
La aparición de confl ictos como el tráfico de armas, tráfico de personas,
el narcotráfico, así como los problemas medioambientales cuya solución
supera las fronteras territoriales y requiere de cooperación e
interdependencia, l imita las opciones de los Estados, sean estos países
ricos o pobres.
Este proceso se ve profundizado e intensificado a partir de la caída del
muro de Berlín en 1989; desaparecido el horizonte hacia el socialismo, la
bipolaridad y el equi l ibrio del terror, se modifica el mundo de posguerra
y comienza a estructurarse una geopolít ica distinta con base en la
interdependencia derivada del aumento exponencial de grupos de interés
y de organismos que se mueven a escala transnacional, en temas que van
desde la defensa de los derechos humanos –Amnesty Internacional-,
ambientales –Greenpeace-, económicos –Organización mundial del
19 Ver el aporte de J iménez Díaz, F. (2005); “Procesos de g lobal ización en un pueblo
andaluz: estud io de caso de El Ej ido.” Tesis doctora l d i r ig ida por Dr. Francisco Ent rena
Durán. Un ivers idad de Granada, España.
56
comercio (OMC), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial
(BM)-, entre otros.
El resultado de ese proceso es la reformulación de los roles y niveles de
gestión en relación al Estado y a la sociedad civi l. El Estado se
desvincula sus funciones empresarias, productivas, culturales y sociales
dejando l iberado el espacio nacional a los designios del mercado.
Paralelamente, se produce una revalorización del espacio subnacional,
que asigna mayores competencias a los municipios, los que adoptan
definiciones y entablan relaciones con organismos internacionales,
prescindiendo de la posición del Estado nacional: es común en
Latinoamérica la iniciativa de estados municipales de tomar créditos del
Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) o la aceptación de
asistencia técnico-financiera de proyectos del Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) o de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
b) El mercado como relación global
Ligado a lo anterior, los estados latinoamericanos han quedado
subordinados a las definiciones de organismos supranacionales, lo que
les deja escaso margen de acción, aunque continúan regulando el apoyo
al sector privado a través de desgravaciones fiscales e impositivas que
promueven el asentamiento de grandes corporaciones dentro de los
territorios, alentando una economía abierta y flexible.
Estos “negocios” surgidos de la desregulación económica permiten
controlar en forma oligopólica a sectores de actividad y mercados
regionales cautivos, en un marco de relaciones laborales cada vez más
flexibles. El proceso de reestructuración espacial pasa a depender de la
dinámica y la lógica de acumulación de mercados sectoriales controlados
por centros de decisión desterri torial izados, condicionando un nuevo
modelo de distribución del ingreso a escala social y regional.
57
De este modo, dos aspectos presentan grados de confl ictividad y deben
concil iarse dentro del contexto global para darle viabil idad al renovado
sistema: uno de ellos surge de las cualidades anárquicas de los mercados
que fi jan los precios y condicionan el resto de los procesos productivos;
el otro es la necesidad de controlar los procesos de organización del
trabajo, a fin de garantizar las relaciones entre acumulación y consumo
para la reproducción de todo el sistema social.
Por su parte, los mercados que definen los precios también definen qué
se produce en función de las necesidades, requerimientos y deseos de los
consumidores, aunque éstos últ imos, también están a su vez
condicionados por los productos, la propia capacidad adquisit iva y la
forma cultural de apropiación y consumo.
Estos mecanismos se cristalizan en presiones directas por parte de las
empresas que dominan el mercado fi jando montos salariales y
controlando precios; y en presiones indirectas condensadas en una
publicidad que induce a nuevas necesidades, deseos y pautas culturales.
Ligado a esto surgen nuevas formas de desarrollo en tiempos de
globalización.
1.3. La globalización sobre el territorio
En el marco del debate acerca de los efectos de la reestructuración
socioeconómica en un territorio dado, se contemplan distintas
dimensiones y manifestaciones de la globalización, las cuales impactan
diferencialmente en la población y en las áreas subnacionales, en
contextos de creciente “desterritorial ización” de las decisiones
económicas y polít icas.
Los procesos de desterritorial ización junto con los de territorial ización y
reterritorial ización que se ponen en juego con la globalización impulsan
una intensif icación de la reflexividad, ya que las acciones de los actores
están cada vez más influenciadas por lo que ocurre a nivel global.
58
Para el anál isis de estos tres procesos se hace necesario recuperar la
historia del proceso de desarrollo o modernización desde el que se
proyectaron las naciones en el siglo XX, poniendo el acento en el
territorio nacional y en la movi l ización de sus capacidades para
modernizarse. Para ello, nos valdremos del análisis sociológico de las
estrategias que l igaban la modernización con el desarrol lo de países
occidentales.
2. Perspectivas del desarrollo
Para comprender la complejidad del actual contexto, lo primero será
especificar la relación del término globalización con las ideas de
Progreso, Desarrollo y Modernización. Conocer su relación nos acercará
a perspectivas que han constituido un horizonte de cambio para los
países dependientes y un proceso de concentración y dominación por
parte de países centrales como EE.UU.
Durante el siglo XX modernización fue equiparada, erróneamente, a los
conceptos progreso y desarrollo económico, aunque la carga signif icativa
que tienen es bien distinta. Coincidimos con Entrena Durán, cuando cita
a Carlota Solé, advirt iendo que no es correcta la identi ficación de
modernización con progreso, evolución, desarrollo (económico, polít ico,
social) y cambio social, ya que el proceso de modernización no puede ser
reducido únicamente a los procesos de industrial ización y urbanización.
Tampoco se puede equiparar el concepto de modernización, con el de
occidentalización, dado que se pierde la riqueza del concepto al
restringirlo al ámbito de las sociedades que adoptan el modelo de cambio
social modernizador seguido por occidente (2001).
Sin embargo, son conceptos que se relacionan e imbrican en el proceso
de modernización de una sociedad concreta. Por lo tanto, podemos
convenir en que modernización supone un proceso más amplio, t iene que
ver con las formas que asume el cambio social que conlleva el paso de
59
sociedades tradicionales a otras modernas.
2.1. Las teorías de la modernización
La victoria de la Rusia comunista y los chinos generó una profunda
preocupación en los norteamericanos, al mostrar cómo el comunismo se
convertía en alternativa para las regiones subdesarrolladas, mientras se
fortalecía como modelo ante el resto del mundo atrasado. La necesidad
de bloquear esta alternativa fue el motivo central de la Teoría del
Desarrollo. En este contexto surgen propuestas por parte de distintos
analistas como Hirschman (1958), Prebisch (1962)20, miembros de la
academia y de organismos internacionales de importante peso polít ico
para el mundo.
La estrategia, emanada de la Organización de las Naciones Unidas y la
CEPAL, promovía que los países subdesarrollados debían construir un
modelo sustitutivo de importaciones; es decir, tener producción
industrial propia y dejar de comprar en el exterior los productos
manufacturados.
Con esta propuesta podemos aludir a dos corrientes, cuyos exponentes
ofrecieron como recetas de los procesos de desarrollo o cambio social
hacia la modernización: Teoría de la modernización, conocida en
Latinoamérica como “desarrol l ismo” y Teoría de la Dependencia.
2.1.1. Teoría de la Modernización
Esta perspectiva de la modernización surge en la década de 1950,
sustentada en la Teoría evolucionista y el Funcional ismo, como
respuesta al enfrentamiento ideológico entre el capitalismo occidental y
el comunismo de la Unión Soviética.
20 Citados en Molina Molina, Las teorías del subdesarrollo en América Latina. ENPES.
60
Las presiones de que el proyecto comunista se expandiera hacia los
países lat inoamericanos, eran consideradas una amenaza para las
potencias occidentales, encabezadas por EE.UU. a partir del fracaso que
los países del tercer mundo habían experimentado al intentar introducir
sus economías al sistema capitalista mundial.
Dicha corriente divide a las sociedades en dos tipos:
a) Tradicionales, con una dinámica social en la que las relaciones
interpersonales se establecen por medio de enlaces emocionales y
afectivos, un importante componente rel igioso que influye sobre todos
los aspectos de la vida cotidiana, la población concentrada en áreas
rurales, una estructura social altamente estratif icada y posibil idades de
movil idad social l imitadas, y economías dependientes de la agricultura
de productos primarios. Todos estos factores son impedimentos para el
l ibre desarrol lo de un mercado capitalista y por ende para la superación
del atraso.
b) Modernas, caracterizadas por su diferenciación estructural, es decir,
por la definición de las funciones y papeles polít icos de las
instituciones; relaciones sociales de tipo impersonal -lo que favorece la
implementación de una economía capitalista- (Smelser, 1968);
En términos polít icos, encontramos tres aspectos fundamentales de las
sociedades modernas: a) di ferenciación de la estructura polít ica, b)
secularización de la cultura polí t ica y c) conformación de un sistema
polít ico.
Los principales supuestos de esta teoría son concebir a la modernización
como un proceso de desarrollo en fases. De conformidad con la teoría del
desarrollo económico de Rostow, para una sociedad particular existen
cinco etapas en su evolución: 1) la sociedad tradicional; 2) precondición
para el despegue; 3) el proceso de despegue; 4) el camino hacia la
madurez; y 5) una sociedad de consumo masivo.
61
Asimismo, Rostow aportaba una posible solución para promover la
modernización en los países del Tercer Mundo: si el problema que
enfrentaban era la falta de inversiones productivas, entonces la solución
para estos países consistía en que se les proveyera de ayuda en forma de
capital, tecnología, y experiencia. Estas influencias serán apl icadas en la
década de 1960 por organizaciones creadas para tal f in, que se ocuparan
de la implementación de polít icas económicas y públicas en general. El
Plan Marshall y la Alianza para el Progreso en Latinoamérica son
ejemplos de programas inf luenciados por las ideas de Rostow.
Conforme lo dicho, podemos entender la modernización como:
- un proceso homogenizador, "a medida que las sociedades se
modernicen, se parecerán más las unas a las otras" Levy (1952).
- un proceso de occidentalización: tomado como la culminación del
proceso de modernización al t ipo ideal de países como los de Europa
Occidental y Estados Unidos por su prosperidad económica y estabil idad
polít ica;
- un proceso irreversible. Una vez que los países del tercer mundo entren
en contacto con el Occidente no serán capaces de resistirse al proceso de
modernización.
De la conjunción de estas líneas de pensamiento, se deduce que el pasaje
a la modernización se cumple a través de un proceso gradual, que a largo
plazo es no sólo inevitable sino deseable. Dentro de esta perspectiva, se
afirma que los sistemas polít icos modernizados tienen una mayor
capacidad que los sistemas polít icos tradicionales para tratar con
funciones de identidad nacional, legit imidad, penetración, participación
y distribución. Conforme a estos l ineamientos, la polít ica de desarrol lo
en los países occidentales menos avanzados debía sostenerse en tres ejes:
la planificación estatal, el desarrollo de la industria pesada y el apoyo de
Estados Unidos.
62
Asimismo, los supuestos clásicos basados en la teoría del funcional-
estructuralismo enfatizan la interdependencia de las instituciones
sociales, la importancia de variables estructurales en el ámbito cultural,
y el proceso de cambio inherente a través del equilibrio homeostát ico.
Estas ideas se derivan especialmente de las teorías sociológicas de
Parsons. Según el sociólogo norteamericano, en la sociedad tradicional
priman los valores asociados con comunidades pequeñas y locales. En
contraste, la sociedad moderna es más grande y compleja y se caracteriza
por su mayor movil idad social. Además, la sociedad moderna reemplaza
las formas de autoridad jerárquicas y personalistas, propias de la
sociedad tradicional, por inst ituciones polít icas con bases de autoridad
racionales, legales e impersonales.
La teoría de la modernización fue fuertemente cuestionada durante las
décadas de 1960 y 1970. Entre las crít icas más importantes encontramos
aquella que objeta el desarrollo en etapas l ineales mostrando sólo un
modelo, el occidental. El ejemplo a seguir es el patrón de desarrollo de
Estados Unidos y Europa occidental y; sin embargo se conocen el
desarrollo de países como Taiwán y Corea del Sur, cuyos actuales
niveles de desarrollo se han alcanzado bajo regímenes autoritarios.
En suma, también podría pensarse que, a partir de la década del 80 del
siglo pasado, la modernización asumió formas globalizadas, sujetas a
nuevas condiciones y nuevas relaciones en base a la emergencia de: a)
actores e instituciones: corporaciones transnacionales, formas de estado
transnacional; b) tecnologías: tecnologías digitales, y c) procesos
sociales: competencia instantánea a nivel mundial entre trabajadores;
hipermovil idad del capital; cultura de masa globalizada y resistencia
local que difieren con el pasado (Bonanno, 2000).
2.1.2. Teoría de la Dependencia
63
La teoría de la dependencia surge en América Latina en los años 60
intentando explicar las nuevas características del “desarrol lo
dependiente” implantado en los países del cono sur, desde la década de
1930. Dicha perspectiva es construida desde la crítica a la teoría de la
modernización y aquellos que rechazan de plano la dominación
imperialista profundizada en los países latinoamericanos con el fin de la
segunda guerra mundial y los inicios de la guerra fría.
En contraposición a la teoría l iberal se encuentran las teorías marxistas o
crí t icas, las cuales postulaban que los países del Tercer Mundo tenían
que romper los lazos de dependencia con sus antiguas metrópolis e
incluso con las relaciones capitalistas del sistema económico mundial, ya
que este imponía una serie de obstáculos al “l ibre” desenvolvimiento de
los países que aspiraban a salir de su situación de empobrecimiento. De
este modo, se aducía que, si se imitaban los modelos de desarrollo de los
países industrial izados lo que se conseguía era entrar en la dinámica de
relaciones económicas (desarrollo desigual,) impuesta por los países
dominantes del escenario internacional. A pesar de estos esfuerzos
teóricos para entender la modernización, la crít ica que se les hace a las
mismas es la pretensión de que en los países recientemente
descolonizados o independientes se produjeran cambios sociales, sin
percatarse de las realidades, peculiaridades y contradicciones internas
que impedían que estos procesos se dieran con la rapidez que se
esperaba, y sin tomar en cuenta que estos mismos cambios tardaron
siglos en producirse en el mundo occidental.
El abordaje de este tema es rico y variado en posiciones, aunque hemos
encontrado ideas comunes en autores como André Gunder Frank,
Theotonio Dos Santos, Samir Amin, que detallamos a continuación:
a) El desarrol lo está relacionado con la expansión de los países
capitalistas industrial izados;
b) El desarrol lo y el subdesarrollo son aspectos diferentes del mismo
proceso universal del capitalismo;
64
c) El subdesarrollo no puede ser considerado como el punto de
partida hacia el proceso de desarrollo;
d) La dependencia no es sólo un fenómeno externo, sino que se
manifiesta también en las diferentes formas que asume la
estructura de una sociedad (social, cultural, político, etc,.)
Con estos aportes, entre tantos otros, los ideólogos de la dependencia
buscaban esclarecer los mecanismos de dominación imperialista en los
países subdesarrollados, particularmente en América Latina, la que desde
la etapa colonial, en palabras de Gunder Frank, “es presa del capitalismo
dependiente del que sólo podrá l iberarse mediante la revolución
socialista, tal y como la había realizado Cuba” (1970).
T. Dos Santos, establece diferencias entre las posibil idades de
revolución socialista en Latinoamérica, planteando que era difíci l ese
camino en países donde predomina el lat ifundio exportador sostenido en
relaciones servi les o semiserviles; en cambio, en Cuba, con relaciones de
trabajo asalariado en la agroindustria azucarera, la importancia de su
clase media y de un proletariado urbano, la lucha pudo ser coronada con
la huelga general que les dio la victoria en enero de 1959 dando inicio a
la una revolución democrático-popular.
Samir Amin (1997) en su concepción del desarrollo sostiene que la forma
de globalización y sus efectos sociales dependen, defini t ivamente, de la
lucha de clases y de la capacidad de los estados del Sur para implantar
polít icas antisistémicas de desconexión. Este últ imo término no es
sinónimo de autarquía; […] desconectar es someter las relaciones
propias con el exterior a las exigencias prioritarias de su propio
desarrollo interno. Este concepto es, pues, ant inómico del preconizado y
que l lama a “ajustarse” a las tendencias dominantes mundialmente, ya
que este ajuste unilateral se pasa, necesariamente, por los más débiles,
acentuándose aún más su periferización. Desconectar es convertirse en
un agente activo que contribuye a modelar la globalización de una
65
manera contraria a lo que es ajustarse ésta a las exigencias de su
propio desarrollo.21
Con todas sus l imitaciones, esta perspectiva alberga un núcleo duro que
la vincula con el enfoque del sistema-mundo de Wallerstein (1989) o la
teoría de la globalización neoliberal.
La global ización de rasgo neol iberal (Machado, 2001) es aquella que
fuera aplicada en Latinoamérica desde las más cruentas dictaduras a fin
de implantar un proyecto económico acorde a las necesidades que
demandaba la coyuntura capitalista.
3. La modernización en el contexto latinoamericano
A comienzos de los 70 el modelo de posguerra, denominado Régimen de
Acumulación Fordista en los países centrales y de Industrial ización por
Sustitución de Importaciones ( ISI) en América Latina entraba en crisis.
Esos años de posguerra fueron conocidos como “la edad de oro del
capitalismo” (Hobsbawm, 1995) debido al desarrol lo exitoso que
ostentaron Europa y los países capital istas centrales, en el que
combinaban altas tasas de crecimiento económico con mejoras
considerables en la calidad de vida de los sectores l igados al trabajo. En
América Latina, si bien no se consiguieron los mismos éxitos dado que
los desequil ibrios y confl ictos producto de las desigualdades
permanecieron, ese período estuvo signado por cierto desarrollo
industrial que estimuló la formación de nuevas clases sociales y sentó las
bases de un mercado interno de consumo en los centros urbanos, lo que
contribuyó al crecimiento del capitalismo agrario (Teubal, 2001).
Toda la red de sistemas de apoyo que creció junto con la industria -
sistemas nacionales de transporte, sistemas bancarios y f inancieros,
instituciones de educación e investigación- facil i tó el desarrollo y la
21 Citado en Hanneker, Marta; “La izquierda en el Umbral del siglo XXI. MEPLA, La Habana, 1998.
66
expansión de la agricultura capitalista y puso a disposición de los
agricultores diversas máquinas e insumos tales como ferti l izantes y
pest icidas que antes de las décadas de 1950 y 1960 tenían que
importarse a precios muy altos […] (Op.cit 2001)
Durante la etapa de ISI se impulsó el proceso de modernización de la
agricultura en América Latina. Se realizaron fuertes inversiones en
infraestructuras, y en tecnología, y se consolidó una serie de
instituciones que regulaban y promovían la actividad agropecuaria.
Inclusive l legó a plantearse algún tipo de reforma agraria que
acompañara esta modernización, a favor del campesinado, de manera de
hacer frente a las presiones que ejercían las tradicionales oligarquías
terratenientes.
La pérdida de los tradicionales mercados de exportación impulsó a los
gobiernos nacionales a promover un proceso de industrial ización
orientado al mercado interno ( ISI). Asimismo, se captaron excedentes
agropecuarios para invertirlos en la industria, al t iempo que comenzaron
las migraciones masivas del campo a la ciudad. Estas habrían de aportar
la mano de obra necesaria para la industria incipiente, pero también -
especialmente en los países con grandes excedentes de mano de obra-
con los años se constituyeron en un factor l imitante para la organización
sindical de los trabajadores urbanos debido a la escasa oferta de
empleo22.
22 Según Machado, t res cuar tos de la población Lat inoamericana viven actualmente en
áreas urbanas. Es ta p roporción es bastante elevada comparada con ot ras zonas de l
mundo en desarro l lo . De acuerdo con los datos de las Naciones Unidas (PNUD, 1999), la
expectat iva es de que en 2015 el p romedio en la zona l legue a un 79,9%, porcentaje muy
cerca de la expecta t iva para e l mismo año para el conjunto de los países
industr ia l izados, de 81,6%. En los países más importan tes de la zona, se est ima que en
el año 2000 un porcentaje de la población esté v iviendo en áreas urbanas entre un 75,0%
(México) y 89,6% (Argent ina). El c recimiento poblacional ent re los años 1980-1999 en
los países de la región fue de un promedio p róximo a un 50%, con una tasa de
urbanización de 76,0%.
67
En la década de 1960, desde Norteamérica se creó la Alianza para el
Progreso, a modo de respuesta a la Revolución Cubana; su eje de trabajo
fue la reforma agraria legit imada en el marco del desarrollo capitalista
de la época, como un mecanismo que garantizaba alguna medida tanto de
justicia social como de eficiencia productiva, pero también como medio
para evitar la insurgencia en el medio rural empobrecido.
Diversos organismos supranacionales, como la ONU, la OEA, la FAO y
UNICEF pasaron a articularse en la región a fin de favorecer e
implementar programas orientados a la superación de la pobreza en el
continente: se apl icaron medidas para promover el sector agrario
(subsidios, precios sostén o de garantía, y créditos especiales, muchas
veces en favor de los medianos y pequeños productores), la vivienda, la
educación, la salud y la producción de alimentos de consumo masivo,
como respuesta a la creciente dependencia alimentaria externa que
amenazaba con aniquilar las economías campesinas.
Estas medidas se encaminaban a fortalecer el mercado interno,
considerado prioridad, al t iempo que se debil i taban paulat inamente las
clases terratenientes tradicionales, favoreciendo el surgimiento de
burguesías industriales en ascenso.
Así, hacia los años 70, la mayoría de los países latinoamericanos dieron
un vuelco en sus polít icas agrarias, modif icando estructuralmente las
modalidades de funcionamiento del sector. Los ajustes estructurales
comenzaron a tener efectos en el sector agropecuario al potenciarse
desregulaciones, privatizaciones y la l iberalización del mercado,
debil i tando el andamiaje insti tucional y empresarial desarrollado en la
etapa anterior.
La estructura productiva de los países, en materia agroalimentaria, fue
modificándose sustancialmente. A los tradicionales productos de
exportación de los países del Tercer Mundo se agregan otros nuevos. Los
campesinos y productores agropecuarios de América Latina que
tradicionalmente cult ivaban frutas y legumbres para el autoconsumo o
68
para mercados locales o nacionales, en años recientes éstos se
transformaron en importantes productos de exportación, impulsados por
las grandes corporaciones agroindustriales (Teubal, 2001).
La nueva polít ica gubernamental junto con la disminución de los
subsidios y del gasto público crearon las condiciones para el
asentamiento de empresas transnacionales, globalizando los espacios
rurales.
En esta etapa global se fue consol idando un sistema agroindustrial
mundial, dominado por grandes corporaciones trasnacionales
agroindustriales que operaban en la provisión de insumos y tecnología,
procesan productos de origen agropecuario, comercializan
internacionalmente esta producción, y real izan gran parte de la
investigación de punta en materia agropecuaria (Op. cit., 2001).
La revisión de los signos de crisis dejó un panorama desolador, l legando
a plantearse técnicamente como “década perdida” la referida a los años
ochenta,coincidente con la primera fase de la crisis de los países
industrial izados.
La enorme deuda externa de los países del cono sur, contraída para
modernizarse a través del Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, entre otros organismos, tuvo directa relación con los
procesos de desterri torial ización que del inearon las esferas económico-
social, polít ico-insti tucional y simbólico-cultural de estas latitudes. En
sintonía con las perspectivas dominantes del desarrollo, el f in de los
años de crecimiento de los países centrales afectó a la economía-mundo,
fragi l izando aún más a las zonas más débi les del sistema mundial.
Posteriormente, con la l legada del período denominado de ajuste
estructural, propugnado por un grupo de países desarrollados -pero en
ese momento afectados en sus tasas de ganancia-, se pretendió morigerar
la problemática social y económica mediante polí t icas de estabil ización.
69
Esto se tradujo en una férrea polít ica fiscal que apuntaba a las virtudes
del déficit f iscal cero propio de las corrientes económicas neoclásicas.
Los países que han aplicado estos l ineamientos están actualmente en
condiciones de observar algunos resultados. Por un lado, lograron
contener la inflación; en algunos casos, los procesos de privatización
masivos permitieron el ingreso de capitales y con ello la sensación de
abundancia de recursos financieros. Por otro lado, no se vislumbraron
cambios en las condiciones de desigualdad de las poblaciones, por el
contrario, se intensificó la degradación de las condiciones sociales de
vida, traducida en el aumento del analfabetismo, de la mortalidad
infanti l , de la inseguridad, de la desocupación, de la dependencia
tecnológica, el crecimiento descomunal del sector de la economía
informal y de la marginación de vastos sectores.
En el presente siglo, la fe en el progreso uniforme y universal se impuso
a las especificidades regionales y locales. Los avances de las
telecomunicaciones y la biotecnología, justif icaron esa fe en una forma
unívoca de evolución humana. Se impusieron dogmas hacia el progreso y
la modernidad en algunas regiones, legit imando la presión de integración
selectiva; en otras, los destinos posibles siguen a la deriva, en escenarios
de hambre y miseria; violencia racial y xenófoba, entre otras.
4. Pensar el desarrollo como modo de integración social
Según Arocena (1999), el modelo de integración social basado en una
concepción uniformizante está interpelado por la emergencia de la
diversidad y la diferencia. Las sociedades contemporáneas están
desafiadas a construir formas de integración social que incorporen la
diferencia y la heterogeneidad, ya que cuanto más se acentúan los
procesos globales más tensionan los modos locales de desarrollo
económico, social y cultural con nuevas formas de protección de la vida.
70
El concepto de desarrollo, como sostienen Sunkel y Paz (1970) en uno de
sus textos, es un tópico de posguerra introducido en la academia y
l levado a la arena polít ica por Naciones Unidas. Ya en la Carta del
Atlántico firmada en 1941 por Churchil l y Roosevelt se expresa que el
único fundamento cierto de la paz reside en que todos los hombres l ibres
del mundo puedan disfrutar de seguridad económica y social, y, por lo
tanto, se comprometen a buscar un orden mundial que permita alcanzar
estos objetivos una vez finalizada la guerra (Boisier, 1999). Idéntica
declaración de principios se establece en la Conferencia de San
Francisco en 1945 que dará forma a Naciones Unidas; ésta, a través de
las comisiones regionales, en particular de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), hace del desarrollo un tema central
para la investigación y la reflexión.
Sunkel y Paz (1970) al referirse a los enfoques sobre el desarrol lo
asignan una misma identidad a crecimiento y desarrollo. Durante dos
décadas el desarrollo continuó siendo casi un sinónimo de crecimiento y
el PIB por habitante fue la medida corriente del nivel de desarrollo, algo
que generó una suerte de reduccionismo económico que poco ha ayudado
a entender la verdadera naturaleza del fenómeno y el diseño de formas de
intervención promotoras (Boisier, 1999).
Por su parte, el economista británico Seers (1970), a f ines de 1960, hizo
un aporte conceptual innovador sobre el tema. Según este autor, la
discusión acerca del desarrol lo debe partir de su reconocimiento como
concepto normativo, cargado de juicios de valor, sobre los cuales
también deben indagarse las fuentes. Rechazando la propuesta de la
teoría de la modernización social, en el sentido de copiar el sendero de
desarrollo de otros países -como también un l iberalismo a ultranza que
implicaría se introdujeran juicios de valor individuales-, sostiene que
debemos preguntarnos acerca de las condiciones necesarias para la
realización del potencial de la personalidad humana.
71
A partir de esto Seers formula tres condiciones básicas: 1) la
alimentación es una necesidad absoluta y su insatisfacción puede ser
traducida a pobreza y a nivel de ingreso; 2) el empleo y 3) la igualdad
entendida como equidad, introduciendo el elemento subjetivo que
incluye tal concepto (CEPAL, 1990).
Con este aporte, a comienzos de los 90 el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), a través del concepto de Índice de Desarrollo
Humano (IDH), intenta aproximarse conceptualmente a la medición de
los niveles del desarrollo humano en los distintos países a partir de la
selección metodológica de tres componentes centrales del desarrollo
humano: calidad de vida, longevidad y nivel de conocimiento. Estas
dimensiones, l igadas al nivel de vida de la población y al desempeño de
indicadores sociales del ámbito de la salud23 y de la educación, reflejan
la evolución de otras variables a lo largo del t iempo y constituyen una
síntesis de diversos elementos que conforman el desarrollo humano.
De este modo, se enriquece cualitativamente el concepto de desarrollo,
inspirado básicamente en aspectos que hacen a la subjetividad y cuyo
referente empírico son variables perfectamente cuantificables.
Según se lee en el informe del año 1996 del PNUD, El desarrollo
humano puede describirse como proceso de ampliación de las opciones
de la gente […] ” “Más allá de las necesidades, la gente valora además
beneficios que son menos materiales. Entre ellos f iguran, por ejemplo, la
l ibertad de movimiento y de expresión y la ausencia de opresión,
violencia o explotación. La gente quiere además tener sentido de
propósito en la vida, además de un sentido de potenciación. En tanto
miembros de familias y comunidades, las personas también valoran la
cohesión social y el derecho a afirmar sus tradiciones y su cultura
popular (PNUD, 1996)
23 En el caso de la salud se mide la esperanza de vida al nacer. En educación se mide la media de años de escolaridad de personas de más de 25 años.
72
A partir de ello, los avances en la definición del término desarrollo se
tradujeron en aspectos intangibles, lo que abrió la puerta a otras
disciplinas, obl igando a la economía a socializar el abordaje de forma
interdisciplinaria, ya que se comienzan a nombrar conceptos como
democracia, género, justicia, humanidad, entre tantos otros. Dentro de
estos nuevos enfoques encontramos la propuesta del economista Manfred
Max Neef, el sociólogo Antonio El izalde y el fi lósofo Martín
Hopenhayn, conocida como “Desarrollo a Escala Humana” (1986).
Evidentemente, con la crisis del Estado moderno occidental y el
fortalecimiento del proceso de globalización se debil i tan, pero no se
desvanecen, las expectativas de desarrollo para los países
latinoamericanos cuyo horizonte continúa siendo la estabil idad polí t ica,
la estabil idad económica y la just icia social. En este sentido, un avance
que merece ser destacado es que la democracia se renueva desde hace ya
30 años en el continente con la realización regular de elecciones l ibres,
desterrando el terror al poder mil i tar, aunque en algunos países mantiene
una influencia decisiva en el sostén de regímenes de democracia
restringida (Lezama Hernández, 2005).
Asimismo, en el nivel de las administraciones territoriales locales
encontramos dinámicas y trayectorias de democracias maduras24,
derribando las concepciones l ineales y deterministas. Las democracias
latinoamericanas sobreviven con características, problemas e intentos de
soluciones que les son propios. Y si bien no están amenazadas por los
fantasmas del pasado, sí están impregnadas por de dudas sobre su
naturaleza y su rumbo (Cheresky, 2001). En la búsqueda de soluciones,
varios países de América Latina creen en la necesidad de establecer un
cambio integral en la economía, marcar una nueva etapa en los procesos
de consolidación de las insti tuciones, ya que ninguna democracia podría
24 Un ejemplo de e l lo son las experiencias de Mun ic ipa l idades de provincias argent inas
donde se rea l iza la ejecución de presupuestos municipa les con la part ic ipación de los
acto res y la sociedad civi l , qu ienes def inen las prior idades en el uso del d inero públ ico.
73
ser fortalecida con tremendos desniveles sociales y económicos, y con
aparatos estatales de prácticas obsoletas a la hora de administrar sus
propios bienes y recursos.
Las sociedades de los países subdesarrollados están inmersas en
relaciones de producción desiguales e impuestas desde afuera en función
de intereses económicos ajenos a el las. Según Amin -citado por Entrena
(2000)-, el intercambio desigual en el que están inmersos los países de la
periferia, producto del monopol io que concentran los países centrales, a
partir de la división internacional del trabajo perpetúa y reproduce las
desigualdades polít icas, económicas y culturales.
4.1. La globalización de lo local
Los procesos de desterri torial ización y territorialización pueden tener
efectos negativos o posit ivos, según el aspecto que se trate. La historia
ha dado testimonio de dichos procesos, ya que son inherentes al
desarrollo y a la expansión de la modernidad por el mundo: para las
sociedades tradicionales los efectos de la desterritorial ización implicaron
cambios profundos en su estructura socioeconómica, al t iempo que
erosionó las viejas estructuras de poder y permit ió la movil idad social.
En la actual idad, hay un marcado aumento en la dinámica de la
intermovil idad, se desdibujan las fronteras de los territorios; la
estabil idad, el conservadurismo y el aislamiento habituales de los
contextos sociales locales contrastan con la inestabil idad, el alto grado
de vinculación con el resto de las sociedades y los procesos de
reestructuración socioeconómica en que están inmersos tales contextos.
Dicho de otro modo, la desterritorial ización es causa y consecuencia de
la creciente globalización.
Si bien la actividad cotidiana continúa desarrollándose en espacios
sociales local izables, estos están condicionados por procesos
socioeconómicos, polít icos, inst itucionales y culturales ajenos a su
74
entorno inmediato y a su control, a medida que el ámbito espacial o
relacional pierde su carácter localista y se inserta en la dinámica de la
globalización.
La globalización pone de relieve el problema de la diversidad
socioeconómica, en la medida que las sociedades locales están insertas
en escenarios de desarrollo desigual y consiguiente fragmentación
económica, social y cultural, a nivel de diferentes actores locales.
Asimismo, son válidos los argumentos de inevitabil idad de los procesos
globales -planteados por varios estudiosos del tema25- pues existen redes
globales que art iculan individuos, segmentos de población, regiones, y
ciudades, al mismo tiempo que se excluyen otros tantos individuos,
grupos sociales y territorios.
En Latinoamérica, el alcance del paradigma sociotécnico de la sociedad
de la información ha generado transformaciones estructurales en las
relaciones de producción, lo que ha permitido implementar diversas
estrategias por parte del capital , propiciando la emergencia de
asentamientos poblacionales l igados a actividades económicas
agroindustriales e hidrocarburíferas que dependen de administraciones
externas cuyas empresas explotan el recurso local. Dichas dinámicas han
producido procesos de territorial ización y desterritorial ización en forma
simultánea.
A nivel mundial estos procesos han reconfigurado los espacios rurales y
urbanos, ya que suponen una reestructuración económica que va
acompañada de transformaciones en los patrones de estrat if icación
social-cambios en el mundo del trabajo, en la nueva composición de los
hogares, en la diversificación de pautas culturales y de consumo, en
nuevos procesos migratorios, entre otros-.
La globalización se materializa en las estructuras sociales de entornos
locales cuyo tiempo y espacio constituyen, en forma separada, el soporte
25 Ver Ent rena Durán, 2001; Belo More ira, 2004; Link, 2005; Bervej i l lo , 1998.
75
de diferentes sectores y grupos sociales que interactúan, reflejando
influencias de carácter simbólico-cultural, polít ico-inst i tucional y
socioeconómica a pesar de su distancia y desigualdad social.
En este sentido, las relaciones global-local reproducen procesos
contradictorios, dado que nos enfrentamos a territorios con importantes
dinámicas productivas y unas estructuras sociales con procesos de
depauperización26 insólitos. A ello se suma una débi l intervención de los
Estados a la hora de implementar polít icas públicas, ya que no logran
compensar el deterioro en los niveles de vida de su población, ni mucho
menos enfrentar los procesos de desindustrial ización, desalarización y
fragmentación económica a los que fueron expuestos sus habitantes a
partir de la global ización neoliberal (Sassen, 2004).
4. 1.1. La localización de la globalización
La l iberalización del comercio mundial y de los movimientos financieros
propuestos en nombre de ideas neoliberales está asociada a la
globalización económica, que no es ni la única expresión existente ni la
única posible; también comprende aspectos culturales, polít icos y
sociales de diversa índole. Ejemplo de esto es la expansión de procesos
de democratización, los relativos a derechos humanos, just icia social,
equidad de género, abolición del racismo, solidaridad y conciencia
ecológica.
Así, la globalización como fenómeno contradictorio y mult idimensional
ha transformado la vida de la gente que habita el globo generando
también nuevas oportunidades y nuevos riesgos, así como nuevas
26 Con este concepto nos refer imos a la s i tuac ión pers is tente de pobreza consol idada en
la est ructura socioeconómica del país. Un ind icador de es ta s i tuac ión es la ampl iac ión
de la b recha ent re un reduc ido sector de la población que concent ra los mayores
ingresos, en desmedro de ampl ios sectores que no logran cubri r sus neces idades básicas
en forma sat is fac tor ia.
76
posibil idades de redistribución del poder y la activación de procesos de
concientización que no tienen fronteras.
La dinámica de los sistemas globales en los que intervienen actores
transnacionales, nacionales, regionales, locales y corporaciones
empresariales han provocado diversas reestructuraciones territoriales,
dando cuenta centralmente de la naturaleza contradictoria de las
relaciones global-local.
Las principales tendencias territoriales en los 9027 fueron: reanudación
del crecimiento en torno a los grandes espacios urbanos, retorno de las
desigualdades regionales, territorios-red y archipiélagos territoriales
versus territorios-zona, selectividad territorial del capital , creciente
autonomización y desterri torial ización del capital , mayor aislamiento de
algunos países peri féricos, la información y el conocimiento son claves
en procesos de: velocidad en el desarrollo urbano y coexitencia de
atraso/modernidad entre regiones y al interior de estas; movimientos
contradictorios de estructuración territorial; desconcentración y nuevos
patrones de concentración expandida; especialización / complejización
de funciones para el centro y descentral ización; construcción de nuevas
solidaridades entre territorios competi t ivos; avance del espacio privado y
nuevas formas del espacio público; servicios avanzados vinculados a la
producción (Sassen, 1999)/ servicios banales vinculados sólo al
consumo.
Asimismo, estas reestructuraciones se reconocen en el proceso de
metropolización lat inoamericana encontrando los siguientes fenómenos:
crecimiento de la mancha urbana y despoblamiento rural, policentrismo
o, al menos, inclinación al mismo; tendencias a la ciudad-región y al
crecimiento reticular, expansión de la base económica, especialmente
basadas en servicios; difusión de nuevos objetos urbanos, íconos de la
27Tomado de Ciccolel la y Mignaqui “Capi ta l ismo globa l y t rans formaciones
metropo l i tanas: enfoques e inst rumentos para repensar e l desarro l lo u rbano”, C lacso,
2005.
77
globalización (hipermercados, monumentos de otras culturas, t iendas con
productos étnicos y culturales no locales); suburbanización, tanto de
élites como de sectores pobres o populares; mayor polarización social,
incremento o consolidación de la segregación residencial (countries,
barrios cerrados, vi l las de emergencia), aparición de nuevos distr itos de
negocios o formación de redes de distritos de comando, reestructuración
neoliberal (desregulación-privat izaciones).
En suma, la globalización ha supuesto una reestructuración en diferentes
esferas, cuyo impacto se cristaliza sobre los territorios de modo
selectivo a partir del aumento de los sistemas de producción y regulación
flexible, de la expansión de sus correspondientes redes comunicacionales
y la erosión del poder de los Estados-Nación, acompañada de un
resurgimiento de las ideas económicas neoclásicas cuyos imperativos de
han sido cumplidos por la mayoría de los países desarrollados. Como
ejemplo vemos la evolución de la inflación y del desempleo en países
industrial izados, lo que se traduce en efectos en directos sobre la
población.
Cuadro Nº 1 Evolución de la inf lación en Países industrial izados
Período 1973-1989
País 1973-1882 1982-1989
Canadá 11,1 4,5
Alemania 5,1 1,7
Ita l ia 17,0 8,1
Reino Unido 14,5 5,1
EE.UU 8,7 3,6
Promedio* 9,6 4,5
*El p romed io inc luye a los países de mayor desarrol lo indust r ia l : Austral ia, Aust r ia , Bélgica, Canadá, Dinamarca, Fin landia, Francia, I tal ia, Japón, Países Bajos, Noruega y Suiza.
Fuente: Inst i tu to Lat inoamericano de P lani f icación Económica y Social ( ILPES), 1990
78
Cuadro Nº 2 Evolución del desempleo 1971-1989
Países industrial izados
País
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
Canadá 6,1 5,5 6,9 8,0 7,4 7,5 11,8 10,4 8,8 7,5
Alemania 0,7 0,8 3,6 3,6 3,2 4,4 8,0 7,2 6,2 5,6
R. Unido 3,8 3,0 4,3 6,0 5,0 9,8 12,4 11,2 10,3 7,1
Ita l ia 4,9 6,2 5,8 7,0 7,6 7,8 8,8 9,6 10,9 10,9
EE.UU 5,9 4,8 8,3 6,9 5,8 7,5 9,5 7,1 6,1 5,2
Fuente: ILPES, 1990
4.2. La globalización neol iberal
Los años 90 abrieron paso a una renovada mundialización capitalista en
su formato neoliberal, cuyo impacto en América Latina ha sido por
demás notorio y profundo. Prolongando un proceso iniciado en las
décadas anteriores, auspiciado ahora por el l lamado Consenso de
Washington28, la adopción de las polít icas neoliberales se generalizó en
toda la región para asumir una nueva radicalidad. Los gobiernos de
Carlos Menem (Argentina), Salinas de Gortari (México), Alberto
Fuj imori (Perú), Sánchez de Losada (Bolivia), Collor de Melo y luego
Fernando H. Cardoso (Brasil), resultaron algunas de sus más conocidas
encarnaciones presidenciales. La profundización de las transformaciones
conservadoras bajo gobiernos electos por sufragio universal acentuó las
restricciones sobre la vida democrática iniciadas ya a lo largo de la
28 Expresión acuñada por el economis ta John Wi l l iamson, para descr ib i r e l acuerdo
promovido ent re e l FMI, e l BM, EE.UU y países desarro l lados en la década de 1990,
acerca de las reformas económicas y pol í t i cas in t roducidas en Lat inoamérica,
consistentes en la l ibera l ización del comercio y del mercado de cap i ta les en base a la
reducción del papel del Estado, la desregulación y p r ivat ización s in tener en cuenta los
efectos sobre la pobreza y desigua ldad socia l (St igl i tz , 2006).
79
década anterior. Un balance de la evolución de la “democracia existente”
en los 90, di fíci lmente podría ser más negativo (Machado, 2001).
En un informe sobre la democracia en América Latina publicado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2004) se
confirma la preocupación por la crisis de legit imidad del régimen
polít ico (democracias representativas restringidas) y las orientaciones
neoliberales que signaron la real idad lat inoamericana a lo largo de dicha
década. En toda su ampli tud, esta regresión democrática sufrida bajo la
aplicación del recetario neoliberal parecía conducir a las sociedades
latinoamericanas a un notable retroceso que tendía a posicionarlas
incluso por detrás de las conquistas democráticas alcanzadas a mediados
del siglo pasado.
En tal sentido, el estado-nación atravesó un profundo cambio. Uno de
los más considerables hacía a su función reguladora: el
resquebrajamiento de las instituciones como garantes de los mecanismos
de integración social dando como resultado nuevas art iculaciones entre
el Estado y la sociedad civi l.
Todo esto se l levó a cabo a través de un proceso de disciplinamiento del
gasto social, concatenado al proceso privatista de las esferas públicas y
la constitución de tasas “naturales” de desempleo, socavando el poder de
los sindicatos en un marco de reformas fiscales que profundizaron los
procesos de dualización de la sociedad. Así, desestructuración del Estado
intervencionista, deflación, aumento de las tasas de ganancia, incremento
de la desigualdad y del desempleo, reducción de los salarios,
precarización y flexibil ización del trabajo forman parte de la
programática l levada adelante por los estados que se sometieron al
neoliberalismo.
Todos estos procesos respondían a la necesidad de las sociedades de
art icularse al sistema global, ya que la creciente importancia que
suponía -y supone- la incorporación a ese espacio de flujos hizo
80
necesario que, no solo las empresas, sino también los distintos ámbitos
territoriales aprovecharan sus propias ventajas para conseguir integrarse
de la manera más funcional posible.
Con este imperativo comenzaron a identificarse y a ponerse en valor,
bajo los nuevos cánones internacionales, todos los recursos materiales y
simbólicos de los territorios, poniéndolos a prueba para que demostraran
su capacidad de innovación y articulación al sistema global. Como
resultado de ello, aparecieron áreas altamente innovadoras y bien
conectadas a las principales redes y contrapuestas a otras marginales e
incluso excluidas por su imposibil idad de innovar.
Para Harvey (1996) el proceso de innovación que provocó la aceleración
de cambios, no solo de productos, procesos, modos de trabajo y esti los
de vida, sino también espaciales, “es una destrucción creadora” pues
desintegró formas terri toriales para crear otras nuevas, provocando una
radical reorganización del espacio de relaciones que l leva asociado un
incremento de la fragmentación y de lo efímero. En otras palabras, a
medida que el capital y la cultura se globalizan la propia sustancia de los
territorios parece volverse voláti l , indefinida e incierta.
Los procesos de innovación tecnológica, reestructuración productiva y
globalización económica, iniciados desde hace tres décadas, siguen en la
actualidad el mismo rumbo, asociados a importantes cambios espaciales
que han definido nuevas formas de organización social, económica,
polít ica y cultural del territorio.
Como vemos, la globalización puede constituir una amenaza o una
oportunidad para el desarrollo de los territorios concretos. Amenaza de
consolidar el subdesarrol lo, la exclusión o la marginación -sobre todo en
regiones y países con trayectorias subdesarrol ladas-, u la oportunidad de
convertir regiones o países en ganadores a part ir de la transición del
régimen de acumulación y las redes a las que accede en el contexto
extralocal.
81
4. 3. Territorial ización vs. desterritori torial iza ción
El territorio revela su ambivalencia: es, simultáneamente, objeto
amenazado y desafiado; es también soporte y recurso para la
construcción de un desarrollo alternativo y sustentable. Por eso importa
hoy repensar el terri torio y analizarlo en términos de apropiación social.
Su remodelación o destrucción bajo los cauces de la acumulación
capitalista transnacional anuncia inequidad, acaparamiento y exclusión;
aunque también se prefigura como espacio de capacidades, soporte y
escenario de la construcción de resistencias e innovaciones colectivas.
En tanto espacio de capacidades, el terri torio es la memoria colectiva de
los conocimientos locales, de las experiencias acumuladas, de las
representaciones y valores colectivos que sustentan las interacciones
sociales. En este sentido, el territorio es también un recurso compartido
al que los actores pueden apelar para responder a situaciones adversas,
para innovar y l levar adelante emprendimientos, para pensar en forma
estratégica, movil izando su capacidad de negociación y organización.
Pero la construcción de la acción colectiva no obedece a ninguna
necesidad: depende en últ ima instancia del empeño de los protagonistas
locales y de su capacidad de apropiación colectiva de su propio
territorio.
4. 3.1. Desarrol lo territorial en tiempos de globalización
La globalización, desde el punto de vista práctico y polí t ico, configura la
utopía de un territorio único para toda la humanidad, con integración
económica, un sistema polí t ico y una reglamentación homogéneos; es
decir, al remitirse al espacio planetario se encuentra en la antitesis de los
territorios individuales, particulares: los avances de la globalización
instruyen ineludiblemente un proceso de deconstrucción de los territorios
(Linck, 2002).
82
En este sentido, el territorio t iene que definirse como espacio-recurso
apropiado en forma colect iva, pues el campo de problemáticas y
potencialidades integradas que abre la relación entre globalización y
territorio no sólo resulta relevante para indagar, sino también para
identif icar los resortes que hacen que el territorio se vea amenazado o
potenciado en sus ventajas. Veamos los siguientes procesos que nos
orientan en el análisis:
I) Desestructuración territorial
La perspectiva de la fragmentación de los territorios como efecto de la
conformación de un sistema global puede alcanzar, en principio, las
siguientes dimensiones:
a) Económica: las economías nacionales y regionales se perfi lan como
sistemas autónomos, pautados por su inscripción a la red global. La
fragmentación aparece como una consecuencia de la reestructuración,
como un conjunto de redefiniciones de las ventajas relativas y los roles
de los territorios subnacionales en la división nacional e internacional
del trabajo, con la consiguiente revalorización diferencial de dichos
territorios (polarización y dualización territorial).
No deja de l lamar la atención como el derecho internacional avanza en
los acuerdos establecidos al margen de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), desconociendo casi por completo los regimenes de
apropiación colectiva. También es l lamativo el hecho de que los
progresos de la globalización coincidan con avances de la desregulación
y un marcado retroceso de las instituciones, obligándolas a flexibil izarse
y adaptarse ante la posibil idad de exclusión o de desaparición.
b) Sociocultural: las sociedades nacionales y metropolitanas se
descomponen siguiendo clivajes étnicos, regionales y religiosos,
combinados confl ict ivamente con las nuevas identidades globales. La
trama de relaciones sociales nacionales queda alterada en el marco de
procesos externos que se imbrican con su reproducción local. La síntesis
83
social de estos procesos se vuelve altamente problemáticas (Ciccolella,
2000).
El patrimonio simbólico de los territorios se debili ta cuando caen en
desuso valores, conocimientos, creencias e identidades que garantizaban
la cohesión social. Se diluyen o se desvirtúan los sistemas cognitivos
locales como consecuencia de la unificación de los mercados y las
disputas por el control de la información. Desaparecen o se debil i tan las
reglas que rigen la disponibil idad de los recursos comunes
convirt iéndose en recursos de l ibre acceso -la t ierra, los bosques, los
recursos bióticos, el agua-, imponiéndose lógicas de uso y manejo acorde
a intereses particulares.
c) Espacial: los diversos componentes económicos o socioculturales se
asientan diferencialmente en el territorio y se trazan fronteras entre
territorios o dominios espaciales con lógicas e identidades separadas.
Estas fronteras pueden ser horizontales entre territorios vecinos o
fronteras verticales entre sistemas superpuestos y desconectados dentro
de un mismo territorio.
De acuerdo con lo planteado, los territorios como los conocíamos
tradicionalmente se fragmentan obedeciendo a su diferenciación
histórica, sumado el lo a su inscripción a las lógicas globales. Esto no
quiere decir que antes no existieran desigualdades inter e intra
territoriales; la di ferencia radica en que ahora se aceleran dos procesos
que se combinan: la desarticulación interna entre componentes socio-
espaciales y la articulación diferencial de dichos componentes a los
sistemas globales. Esta situación nos l leva a plantear que en el territorio
objeto de nuestro estudio, San Patricio del Chañar, surge y se produce
una dinámica relación global-local que derivará en el cambio social de
dicha localidad, constatado en la trayectoria de las dimensiones
socioeconómica, polí t ico-institucional y simbólico-cultural.
Así también se establecerá una dualización entre componentes
territoriales integrados y dinámicos y otros desintegrados y estáticos.
84
Hay estudios que muestran experiencias de unidades territoriales como
países, regiones o ciudades monofuncionales l igadas a la monoindustria
que, ante el cierre de fábricas (resultado de estrategias de relocalización
y reconversión en el espacio global), se han enfrentado a una total
carencia de respuestas alternativas y han entrado en prolongadas crisis
de estancamiento y retrocesos social y económico, mientras que otras
han reaccionado desde controles y resistencias internas a lo global.
2- Planif icar el desarrollo para reterritorial izar
El desarrollo territorial puede abrir alternativas para reterri torial izar y
reapropiar espacios desde la habi l i tación del diálogo entre la esfera de lo
económico (la producción de bienes y servicios) y lo polít ico (la
construcción de decisiones colectivas para el manejo de recursos
compartidos) (Linck, 2002). Uno y otro plantean una exigencia de
densif icación de las interacciones sociales. En la escala de los
territorios, tanto la construcción del desarrol lo como la sociedad tienen
que sustentarse en la producción de recursos colectivos: las instituciones
del territorio conforman su principio organizador básico y definen las
fronteras entre lo externo y lo propio.
Entendemos que la globalización, como resultado de fuerzas que
modelan y reconfiguran la división internacional del trabajo, favorece la
acumulación del capital y promueve la homogeneización del
comportamiento y del consumo humanos. El capital, aunque aparezca
como entidad abstracta, está representado por las clases sociales que
viven en territorios concretos, construidos sociocultural y polít icamente
en un proceso histórico.
La lógica de imposición de un programa económico global nos l leva a
una primera contradicción en el capitalismo actual, pues por un lado se
tiende a la construcción de un único terri torio global para el género
humano, y por el otro se defiende la desregulación de los Estados de
modo que se garanticen ventajas comparat ivas al capital.
85
En el marco de esta paradoja, aparecieron las presiones polít icas de las
corporaciones trasnacionales para imponer la flexibil ización de las leyes
laborales y evitar la intervención del Estado, diluyendo el andamiaje de
polít icas públicas que garantizaban la reproducción de los sectores
trabajadores. A esto debemos agregar las transformaciones en el mundo
del trabajo introducidas por las nuevas tecnologías, los nuevos procesos
de gestión de recursos humanos, el debil i tamiento y desvirtuación del
sindicalismo, todo ello forzando a los sujetos a aceptar dichos cambios
producto de las fuerzas globales y del programa polít ico-ideológico.
Así, el nuevo punto de partida es la constatación de una contraposición
de lógicas: global-local-transnacional versus socio-territorial, es decir,
frente a los efectos desestructuradores de la global ización, la
planificación aparece como fórmula de resistencia desde los territorios.
Para ello se requiere reconocer los puntos de contacto de la
contradictoria relación entre la lógica funcional y de acumulación del
“espacio económico” -que t iende a la escala planetaria- y la lógica de
sobrevivencia y mejoramiento de la calidad de vida del “espacio vital” –
que es inevitablemente local-.
5. La transición en el régimen de acumulación: ventanas de oportunidad
El desarrollo de los territorios singulares presenta como condición
decisiva la trayectoria de sus propios tejidos productivos y los niveles de
integración local entre los actores que part icipan del proceso, dado que
“el diseño de estrategias, en la fase de transición del régimen de
acumulación rígido al flexible, asume un alto valor polít ico en la medida
en que está en juego un abanico de opciones y no solo un mero
determinismo tecnológico” (Berveji l lo, 1999).
La hipótesis de la “ventana de oportunidad” plantea que durante la
transición de un paradigma (socio-económico-polít ico-cultural) es
86
posible para un terri torio dar un salto cualitativo y re-posicionarse en el
nuevo escenario (Pérez, 1996). En ese tiempo de transición, se
superponen viejos y nuevos conocimientos plausibles de
potenciar/revitalizar procesos de cambios tecnológicos y organizativos
generando enormes posibil idades de desarrol lo tanto a países como a
empresas.
Ahora bien, “las ventanas de oportunidad” no son de igual amplitud para
todos los territorios ni tampoco tienen estos la misma posibil idad de
aprovecharlas (Pérez, 1996), por lo que se debe retomar el debate en
torno a la necesidad de estrategias de desarrol lo específicas para
territorios particulares, en el contexto de transición.
De hecho, y con independencia de las estrategias locales -decisivas a la
hora de consolidar las nuevas ventajas o de compensar la pérdida de
ventajas tradicionales-, el cambio global modificó las ventajas
comparativas de los territorios provocando un primer reacomodamiento
estructural, de all í que una diversidad de autores hablen de “regiones
perdedoras” y “regiones ganadoras”29.
Storper (1990), partiendo de una crít ica a los análisis sobre el desarrollo
en el tercer mundo, realizados desde el óptica del imperial ismo y que
desestiman las respuestas locales a las fuerzas globales, sost iene que el
nuevo escenario posfordista refuerza la importancia de las estrategias
locales (nacionales-regionales) frente las amenazas y oportunidades al
desarrollo.
Berveji l lo, por su parte , plantea una puja entre dos tendencias que obran
como recursos y/o restricción: “ la desterri torial ización del capital que
confirma la visión del terr itorio como soporte y la territorial idad
confirmada de ciertas capacidades insti tucionales, empresariales y de
organizaciones colectivas que son imprescindibles para las dinámicas del
29 Para ampl iar en el tema véase: Bervej i l lo (1996); Alburquerque (1990), Rofman
(1998), Slav i (2000); ent re o tros.
87
desarrollo. En esta tensión encuentran su espacio las nuevas estrategias
de desarrollo” (1996).
Para los países del tercer mundo, en particular, las presiones son cada
vez más profundas, ya que el determinismo económico y tecnológico ha
derivado en una larga transición del régimen de acumulación,
coexistiendo rasgos de los respectivos modos de regulación: mientras
han desaparecido empresas dedicadas a la producción de al imentos, otras
han subsistido produciendo a menor escala, casi al margen del sistema,
ancladas bajo el modelo fordista de producción y combinando
pluriactividades para ampliar las posibil idades de sostenerse en el
mercado interno.
Asimismo, en el caso de Argentina, si bien ha habido un importante
avance en inversión tecnológica en los circuitos agroindustriales
regionales, por parte de capitales privados, con la concentración y
transnacional ización del capital, también han retornado estrategias
cooperativas donde los empleados se hacen cargo de la empresa y
prefieren asumir el r iesgo ante la posibil idad de quiebre y pérdida de la
fuente de empleo.
De estas experiencias encontramos varios ejemplos exitosos debido a que
le han dado otro sentido a la producción y a la empresa; simplemente, se
basan en la capacidad de producir como estrategia para sobrevivir. Para
eso debieron movil izar las fuerzas de la reproducción ampliada de la
vida, con la misma convicción y voluntad polít ica con que se l ibraron de
las fuerzas del mercado, promoviendo un tercer polo de la economía
urbana, junto a la economía empresarial capitalista y a la economía
pública: la “economía popular”, que reintegró a estos sectores la
capacidad de generar nuevas sinergias, imprescindibles para reintegrar
un sistema anómico y fragmentador.
En suma, la transición impuesta a los países del cono sur
latinoamericano supone, desde lo económico, la coexistencia de
emprendimientos empresariales de gran envergadura, conectados al
88
espacio del mercado internacional, junto con pequeños y medianos
emprendimientos o incubadoras de empresas que sobreviven integrados
verticalmente a la gran empresa o dirigiendo su producción al mercado
interno local.
Desde lo sociocultural, dicho paradigma, tuvo también efectos sobre los
territorios convocando a la participación de sus actores, desafiándolos
desde sus propias matrices estructurantes y poniendo en tensión su
identidad, su organización social, económica, política y cultural.
5-1. Estrategias de desarrollo que se repiten a modo de recetas en
áreas rurales
Actualmente, varios países ricos y pobres intentan refundar el desarrollo
poniendo la mirada en estrategias que han seguido países exitosos, dando
paso a nuevas experiencias en el cruce entre lo global y lo local:
- En el orden de las relaciones rural–urbanas cobra fuerza el auge de
nuevas expectativas de desarrol lo hacia el campo. A
contracorriente de los procesos de uniformización, se plantea que
las funciones de las áreas rurales no se pueden reducir a la
producción masiva de alimentos baratos: hay mayor interés por la
calidad (organoléptica y sanitaria) de los alimentos y por la
preservación de los patrimonios ambientales y culturales. De la
capacidad de respuesta a esas expectativas derivan nuevas formas
de competit ividad, que se centran más en el potencial local
humano y sus valores simból icos que en una producción en serie,
más barata.
La diversidad de act ividades que pueden desarrol larse en un mismo
territorio genera nuevas demandas de bienes y servicios, ya se en la
escala del territorio individual o en unidades productivas. Por
ejemplo, producción de calidad, en el caso de los alimentos;
agroturismo, producciones artesanales y, en términos generales, la
89
valorización de los patrimonios ambientales, paisajísticos y
culturales de las áreas rurales.
Esta incursión en nuevas actividades, o por lo menos atípicas,
asigna a su vez nuevas funciones los espacios productivos, que no se
ciñen ya exclusivamente a la producción agraria; al revalorizar el
sentido de origen y pertenencia, la reivindicación de los valores
identitarios constituye un valor agregado a la conservación de esos
espacios, potenciando el valor de lo local.
- Responder a las expectativas sociales emergentes y construir
nuevas formas de competi t ividad plantean la incorporación en los
procesos productivos de recursos específ icos (propios de un
territorio o de una red de actores sociales y objeto, sobre todo, de
un control social) que forman parte de las capacidades de los
territorios, aunque la valoración de estas en el mercado sólo sea
indirecta. Asimismo, el éxito de su aprovechamiento plantea una
exigencia de restricción de uso: para convert irse en soportes de
competi t ividad, el recurso incorporado t iene que ser l imitado, ya
que al ser parte de patrimonios más amplios, suelen tener los
atr ibutos de bienes complejos e indivisibles y, a menudo, revisten
el carácter de bienes colectivos: su producción y su movil ización
no se reducen totalmente al universo unidimensional de las
decisiones individuales y de las regulaciones competit ivas.
La valorización de los patrimonios territoriales y la construcción de la
acción colectiva conforman así los dos términos clave de las nuevas
rural idades.
Las nociones de gestión social de recursos complejos o de gobernanza
territorial se adecuan estrechamente a ese planteamiento. En primer lugar
porque el territorio puede reconocerse como un recurso colectivo
90
complejo, como un patrimonio social30. En segundo lugar, porque la
valorización efectiva de capacidades territoriales plantea una exigencia
de apropiación colectiva, de coordinación, de movilización y de
responsabil ización de los actores.
Bajo esa doble perspectiva, el planteamiento también encaja con el
debate sobre desarrollo sustentable. La construcción de instituciones
rurales acordes con las exigencias de una reapropiación colectiva de los
territorios, así como la implicación de los actores en la implementación
de proyectos alternativos y en la producción de valores, responden
mucho mejor que la lógica individualista del l iberal ismo a un manejo
patrimonial y de largo plazo de los territorios.
30 La noción de pat r imonio socia l se aprox ima a la de capi ta l soc ia l de P. Bourd ieu, con
la d i ferencia de que no se considera desde el pun to de vis ta del su jeto, s ino como una
total idad coherente que t iene su propia lógica de reproducción.
91
Capítulo III
Argentina en tiempos de globalización: política, economía y sociedad
92
1. Globalización y Desarrollo en el contexto argentino
Los fundamentos teóricos del neoliberal ismo contribuyeron a legit imar
en los países del cono sur latinoamericano, la idea de un mundo como
una aldea global, sin fronteras, con acontecimientos determinados por
fuerzas ingobernables e incorregibles por la acción pública o de
organizaciones de la sociedad civi l. Pero estas ideas no se corresponden
con la real idad del desarrollo de países globalizados con ciudadanías
plenas, por lo que se debe diferenciar que la globalización neoliberal
t iene como correlato el empobrecimiento de las clases medias
latinoamericanas, la indigencia de los sectores populares y el aumento
de la concentración de la riqueza por parte de las él ites y las
corporaciones trasnacionales.
Según Ferrer la globalización no ha cambiado la naturaleza del proceso
de desarrollo económico. Este continúa descansando en la capacidad de
cada país de participar en la creación y difusión de conocimientos y
tecnologías y de incorporarlos en el conjunto de su actividad económica
y relaciones sociales. Un país puede crecer, aumentar la producción, el
empleo, la productividad de los factores, y con ello mejorar
sustancialmente el nivel de vida de su población, como sucedió con
Argentina en su etapa agroexportadora primaria (2005). Pero también
puede crecer sin una organización de la economía, una sociedad capaz de
movil izar las tendencias inherentes al desarrollo y sin los conocimientos
cientí ficos y tecnológicos aplicados a su actividad económica y social,
como ocurrió con Argentina a partir de la irrupción de la dictadura.
Países como los latinoamericanos que saludaron su independencia en los
albores de la revolución industrial europea, a principios del siglo XIX,
no han logrado erradicar el atraso ni estructurar respuestas sustentables
consistentes en su propio desarrollo. Podemos afirmar, entonces, que la
historia del desarrollo económico de cada país gira en torno a la calidad
93
de las respuestas de la gestión del Estado a los desafíos y oportunidades
a lo largo de la historia.
Recíprocamente, tales respuestas siguen dependiendo de las condiciones
endógenas de cada país en aspectos crít icos como la integración social,
el comportamiento de los l iderazgos polí t icos, la estabil idad del marco
institucional y polít ico y la seguridad jurídica.
Siguiendo el modelo de análisis previsto en el apartado metodológico, en
el presente capítulo se analiza la situación de Argentina, enfocando la
trayectoria de su estructura social en las dimensiones socioeconómica,
polít ico-institucional y simbólico-cultural, desde la instauración de las
dictaduras mil itares en el marco del neoliberalismo en el continente.
Dada la imbricación de las tres dimensiones, en la siguiente tabla se
identif ican las claves que las conforman para luego describirlas en forma
interrelacionadas.
Tabla Nº 2 Rasgos de la estructura social actual de Argentina en relación a los procesos globales-locales
Dimensiones
Obje t ivas
Procesos g lobales
Procesos ref lex ivos a escala local
Rasgos predominantes en Argent ina
Socioeconó- mica
- Avance tecnológico - Global izac ión
económica - Desregulac ión y
cr is is del Estado-Nación
- Desin tegración y f ragmentac ión
- Desterr i to r ia l ización
- Compet i t i v idad - Trasnacional ización - Búsqueda de l
Desarro l lo Loca l - Re-emergencia de
est rategias grupal -comuni tar ias
- Reterr i to r ia l ización
- Empobrecimiento masivo de sectores populares y ampl iación de la base p i ramida l
- Apertu ra del mercado y Pr ivat ización de act ivos públ icos.
- Liberal ización de serv ic ios básicos.
- Aumento de la desocupación.
- Emergencia de Economía la soc ial /economía sol idaría
- Trasnacional ización de empresas
- Disparidades in terregiona les según modal idades
94
de inserción a l mercado global o su exclus ión parcial o to tal .
Polí t ico-Inst i tuc ional
- Inst i tuciones y organizaciones supranacionales
- Burocrat izac ión y corporat iv ismo
- Re-emergencia de poderes locales o regionales
- Nuevos movimientos socia les
- Disminución de autor idad y funciones de l Estado nacional .
- Consol idación de los procedimientos elecc ionarios democrát icos de t raspaso del poder
- Revalor ización de lo subnacional
- Vulnerab i l idad y fa l ta de credib i l idad del poder pol í t i co
- Debi l idad Inst i tucional afecta la gobernab i l idad
- Diferenciación Estado-Sociedad-Mercado como s i funcionaran s in vinculaciones
Dimensión Subje t iva
Simbó l ico-cul tura l
- Plural ismo relat iv is ta - Cris is de paradigmas - Creciente
homogeneizac ión sociocu l tural
- Universa l ismo
- Tolerancia - Fundamental ismos - Aumento de la
heterogeneidad de est i los de v ida
- Part icu lar ismos
- Cris is de representación
- Cris is de ident idad al perder el sent ido de lo naciona l como cohesión social .
- Fortalecimiento de ident idades regionales
Fuente: Adaptación prop ia en base a tab la de “Caracter ís t icas más sobresal ientes de las estructuras socia les la t inoamer icanas” en Est ructuras soc iales y estructu ras de poder en Amér ica Lat ina de F. Ent rena Durán, 1993.
El caso argentino es muestra clara del experimento neoliberal en
Latinoamérica, implementado a través de gobiernos de facto. No
obstante, los economistas apuntan dos aspectos de importancia relativa
que inciden sobre las posibil idades de desarrollo como país: el
f inanciamiento de la acumulación del capital y la vulnerabil idad externa.
Respecto del financiamiento de la acumulación del capital, se ha
sugerido que Argentina carece de capacidad de ahorro como para
95
sustentar una tasa de inversión suficiente para el desarrollo de la
economía. Este argumento, que está en el corazón de la teoría neoliberal
y que fuera impuesto también durante la últ ima dictadura (1976-1983),
promovió las polít icas de endeudamiento e incorporación de inversiones
privadas directas que, según los analistas, culminaron en el cese de
pagos –default- y en la extranjerización masiva del sistema económico
argentino, en un período que inaugura la era del “piloto automático”;
esto es, sosteniendo a rajatabla la convertibi l idad (Ferrer, 2005). Se
concentró la riqueza y el ingreso, se dolarizaron los activos y las
cadenas de valor agregado, se expulsó el ahorro argentino al exterior y
se redujo la tasa de acumulación de capital.
A partir de la recuperación de la democracia, el f inanciamiento de la
inversión en Argentina tropieza con la deuda externa, herencia que
retrotrae a las alianzas polít ico-mil itares con capitales extranjeros y que
en la actualidad está siendo renegociada con el FMI y acreedores
externos. Asimismo, la vulnerabil idad del país por su carácter de deudor
registra como contrapartida, la recuperación de Argentina con sus
propios medios y pagando su deuda en términos netos; esto nos habla de
la conquista de márgenes de acción y de regulación por parte del Estado
nacional.
Graf ico Nº 1
96
Fuentes: Tomado de l In forme: evolución de la economía argent ina, CEPAL, 2004.
En las condiciones impuestas por el neoliberalismo, el desarrol lo se
supone debe lograrse pese a la carga de la deuda, lo que impone una
restricción importante, ya que la generación de excedentes para servir la
deuda no es compatible con la elevación del bienestar, menos aún, con
estancamiento o nulo crecimiento.
El crecimiento del PBI resulta del incremento del empleo y de la
productividad. Es así necesario un aumento importante del ahorro
privado y público para financiar la acumulación de capital y pagar la
deuda. Argentina cuenta con los medios para alcanzar la tasa de
crecimiento necesaria; su dotación de recursos naturales y humanos y el
nivel de desarrollo alcanzado le permiten generar excedentes aplicables
a la acumulación de capital y tecnología y cumplir con sus compromisos
internacionales. El subdesarrollo relativo del país y sus problemas
sociales no se explican por la insuficiencia de los recursos disponibles,
sino por su pésima administración y despil farro –cuando no
malversación de recursos- (fuga de capitales, talento, consumo
97
conspicuo, etc.), por el endeudamiento excesivo y por las malas
respuestas dadas a los desafíos y oportunidades de la global ización del
mundo contemporáneo (Ferrer, 2000).
1.1. La instauración del proyecto neoliberal en Argentina
En el últ imo cuarto del siglo pasado, la sociedad tadicional más
integrada de América Latina mutó hacia un dualismo social extremo.
Dicha degradación se inicia en Argentina con la dictadura más
sangrienta, clasista e ideologista (Basualdo, 2001) implementada en el
cono sur, cuyos devastadores efectos fueron palmarios al cabo de los
tres gobiernos consti tucionales que la sucedieron.
El l lamado “proceso de reorganización nacional”, eufemismo con el que
sus ideólogos y ejecutores dieron en l lamar a la dictadura mil itar
instaurada en Argentina en 1976, produjo una ruptura en el proceso
económico, social y polít ico que estaba en vigencia en el país y en
Latinoamérica, desde mediados del siglo XX, con el modelo de
Industrial ización por Sustitución de Importaciones ( ISI).
En pleno auge, la ISI estaba dando paso a un proceso de modernización
sin precedentes en todas las esferas: en lo económico, la producción
industrial orientada al mercado interno era central; en lo polít ico, se
había iniciado la participación sindical y partidaria; en lo cultural, la
mil i tancia social iba de la mano de la incorporación de los sectores
trabajadores a prácticas propias de una sociedad moderna (integración de
la población a todos los niveles educativos en forma masiva, creación de
clubes deport ivos, acceso al consumo de bienes durables, etc.). Si bien
la concentración de la ganancia estaba en manos de capitales
extranjeros, el modo de regulación imponía una lógica de distribución de
la renta que se cristalizaba en una movil idad social ascendente.
98
Los trabajadores industriales constituían el núcleo de la clase
trabajadora, especialmente los de la producción automotriz, metalúrgica,
química y petroquímica, distribuidos entre los principales centros
industriales del país: Buenos Aires, Córdoba y Rosario, en los cuales la
dictadura hizo posteriormente estragos, aniquilando mil itantes
sindicalistas, estudiantes universitarios y religiosos crí t icos del proceso
dictatorial.
Al interrumpir el auspicioso proceso de la ISI, la dictadura impone un
nuevo comportamiento económico y social basado en la valorización
financiera, la retracción del Estado y la hegemonía del mercado. Esta
estrategia se concreta en la enorme rentabil idad de los bancos y de todo
el sistema financiero, como también en la gran rentabil idad de los
capitales oligopólicos l igados a la producción industrial, agropecuaria y
de servicios públicos privatizados.
La desarticulación del Estado que había garantizado el pacto social entre
capital y trabajo, iniciado por el poder mil i tar en connivencia con los
principales grupos económicos, continuará desarrollándose en
democracia dando continuidad al proceso internacional de unif icación de
los mercados junto a una nueva división internacional del trabajo.
En el plano social, se hizo evidente el aumento de la desocupación y la
prol iferación de barrios marginales en los suburbios de las grandes
ciudades, a la vez centros industriales. La aparición de estos barrios se
asocia a la expulsión masiva de mano de obra asalariada y la importante
migración rural-urbano que desembocaba en estas grandes ciudades en
busca de oportunidades de empleo.
El marco de este proceso estaba dado por un conjunto de reformas
estructurales a nivel mundial, con consecuencias catastróficas en la
estructura sociale de los países con menor grado de desarrol lo. Para la
Argentina se tradujeron en una caída del ingreso por habitante del 8 % y
99
la fuga de un total de 140 mil mil lones de dólares, ci fra equivalente al
total de la deuda del Estado y cuyos intereses repercutieron en la
disminución de las jubilaciones y los salarios.
Paralelamente se produjo una cooptación de la clase polí t ica por el
bloque de poder hegemónico, en la que desempeña un papel decisivo la
corrupción como moneda de pago.
El nuevo patrón de acumulación trajo aparejado un claro dominio del
capital sobre el trabajo, manifestándose en una regresión en la
distr ibución del ingreso y en una exclusión social sin precedentes en
Argentina. Si bien no l lama la atención que estas modificaciones
estructurales recesivas se l levaron a cabo durante una brutal dictadura,
lo que sí sorprende es que las mismas se consolidaran a lo largo de los
tres gobiernos constitucionales que se sucedieron desde 1983 a la
actualidad, dado que en tales condiciones la construcción de una nueva
hegemonía tendría que haber implicado la inclusión social, económica y
cultural de los sectores marginados.
En el marco de la estrategia neoliberal frente a la crisis, los sectores
dominantes desplegaron múltiples acciones para minar el poder de
organización de los trabajadores, y luego de no pocos esfuerzos, logró
desestructurar la red social de integración insti tucional montada en torno
al trabajo que servía de protección y contención de los asalariados en
general. El remedio consistió en mantener un Estado fuerte en su
capacidad de romper el poder de los sindicatos y en el control del
dinero, pero reacio en sostener los gastos sociales y en las
intervenciones económicas.
En este sentido, a continuación se abordan las variables centrales de las
que dependió la consolidación del nuevo patrón de acumulación y cómo
se conjugó el desarrollo del mismo con un comportamiento económico,
100
social, cultural y polít ico basado en alianzas con los sectores l igados al
capital (empresarios y grades fi rmas empresarias, además del propio
Banco Mundial). Ello derivó en una reconfiguración del sistema polít ico
y económico y, por ende, en una reorganización formas de resistencia
por parte de los sectores excluidos que dio lugar a movimientos de
protesta social y estrategias de supervivencia.
101
1. 2. Reconstrucción de la globalización neol iberal en Argentina
La dictadura mil itar implementada en Argentina entre 1976 y 1982
marcó un punto de inflexión en la redefinición no sólo de la estructura
económica, sino también del sistema polí t ico y de la sociedad civi l toda,
por cuanto se concretó la mayor derrota de los sectores populares en lo
que iba del siglo XX, dado que aniquiló los cuadros polít icos que hacían
posible la organización y movil ización de estos sectores, abortando la
lucha social a través del asesinato y el terror.
La culminación de la dictadura planteó el desafío de consolidar el patrón
de acumulación, pero ahora sin el ejercicio de la violencia dictatorial.
Sin embargo, en la nueva etapa consti tucional que se abría tampoco
l legaría a lograrse el consenso social desde una estrategia inclusiva,
pues el patrón neoliberal impuesto continuaría desarrollándose con base
en la polarización y exclusión social.
Agotada la represión e interrumpida la industrial ización sustitutiva, la
opción fue avanzar en la redefinición del sistema polít ico y de la
sociedad civi l, impidiendo la organización de los sectores excluidos e
integrando a sus conducciones polít icas al nuevo proyecto de sociedad,
de tal modo que no se creara una alternativa polít ica y social que
cuestionara las bases de sustentación del patrón de acumulación vigente.
Así pues, en la evolución de la sociedad argentina durante las tres
últ imas décadas se pueden distinguir tres etapas31 en las que se condensa
la articulación entre el sistema polít ico, la economía y la sociedad, con
característ icas peculiares cada una de el las.
31 Las s iguientes e tapas han s ido ext raídas de l estudio “Sistema pol í t i co y Modelo de
Acumulación en la Argent ina” d i r ig ido por e l invest igador Eduardo Basualdo, FLACSO,
2001.
102
En primer lugar, el momento en que se instaura el nuevo patrón de
acumulación mediante el aniquilamiento de los cuadros polít ico-
intelectuales que formaban parte del campo popular, en segundo lugar el
período que se inicia con el triunfo de la democracia constitucional, en
el que dicho patrón reconoce como eje central la integración “pacífica”
de las dist intas fracciones polí t icas de sectores populares; y, por últ imo,
los tres gobiernos constitucionales –dos peronistas y uno de la Alianza
Progresista- durante los cuales se consolida el predominio de la
valorización financiera mediante la instauración de un nuevo orden
institucional que implicó la incorporación de fuerzas polít icas enteras,
aún de aquellas más contestatarias (Basualdo, 2001:29).
A) Primera etapa
La instauración de las dictaduras mil itares en el cono sur
Latinoamericano se inserta en el contexto obligado de las condiciones
económico-sociales imperantes en la economía mundial, en la segunda
mitad de la década de 1970, como instrumento de las polít icas
neocolonialistas para favorecer intereses económicos del capitalismo
mundial. En el caso de Argentina, impl icó un avance directo hacia la
destrucción de la identidad nacional de los sectores populares que se
expresaban en un peronismo de base, conformado en décadas anteriores
durante el período de ISI en el que se sustentaba la organización social y
cultural, como también la lucha social.
La dictadura mil itar interrumpe el proceso de industrial ización que
empezaba a ver la luz en el país e impone un nuevo funcionamiento
tanto macroeconómico como de las empresas. Argentina se abre a la
importación a part ir de 1977, con la apertura del mercado de bienes y
capitales. Se inicia una erosión de precios junto a un período de
endeudamiento externo tanto del sector público como del privado
afectando al capital oligopólico.
103
El endeudamiento externo de los grupos económicos locales y las
empresas transnacionales estaba orientado a obtener renta mediante las
colocaciones financieras, en tanto la tasa de interés interna superaba
largamente la tasa de interés internacional, para finalmente remitir los
recursos al exterior y reiniciar el ciclo. Varios autores afirman que la
otra cara de la deuda externa fue la fuga de capitales al exterior.
En este proceso el papel del Estado es fundamental: asume como propia
la deuda externa del sector privado e incorpora una nueva transferencia
de recursos.
Cuadro Nº 3 Comparación deuda externa Fuga de capitales en Argentina período 1975-1983
(mil lones de dólares)
Año
Deuda externa
Fuga de capital
1975 13.000 11.000
1983 46.000 35.000
Fuente: Elaborac ión propia en base a datos de la Secretaría
de Plani f icación de la Nación, Datos económicos período 1985-1990.
El origen de los recursos que transferidos al exterior provenía, casi
exclusivamente, de la redistribución del ingreso en contra de los
asalariados, los beneficiados son un pequeño grupo de empresarios
locales, hoy conocidos por su tránsito por empresas privatizadas: Pérez
104
Companc, Macri, Loma Negra, Roggio, etc. Junto a otro conglomerado
de empresas extranjeras: Techint, Bemberg32.
De este modo, el brazo armado del Estado se erigió en guardián del
nuevo patrón de acumulación, en detrimento de la concepción del
desarrollo basado en el crecimiento económico y la inclusión social
como pi lares para superar los confl ictos sociales y reemplazándola por
otra, encaminada a disciplinar y controlar a los sectores l igados al
trabajo mediante la desindustrial ización, la concentración del ingreso y
la represión de toda organización que intentara alterar el proceso de
globalización neoliberal en marcha.33
B) Segunda etapa
La recuperación de la democracia
El peronismo nunca había sido batido en comicios l ibres, por lo que las
expectativas de tr iunfo en las primeras elecciones de la restaurada
democracia eran muy sólidas para el Partido Justicialista. Sin embargo,
la Unión Cívica Radical (UCR) comandada por Raúl Alfonsín, con un
discurso de centroizquierda y una posición dura respecto a los mil i tares,
conquistó con el 51,7% de los votos la presidencia de la Nación,
causando una auténtica convulsión en las fi las de un peronismo que
había logrado el 40,1% de los sufragios, pero perdía en la arena
electoral de las mayorías populares34.
32 Para profundizar en deta l le ver Asp iazu, Basualdo y Khavisse El nuevo poder
económico en la Argent ina de los ochenta. Edi tor ia l Legasa. 1986. 33Ver deta l les en Asp iazu y Basualdo, Cara y contracara de los grupos económicos.
Cr is is del Estado y promoción industr ia l. Edi tor ia l Cántaro , 1989. 34 La s íntes is que s igue de l gobierno al fonsin is ta ha s ido ext raída de Mario Rapopor t y
co laboradores : Histor ia económica, pol í t ica y socia l de la Argent ina (1880-2000),
Buenos A ires, Edic iones Macchi , 2000, pp. 876–931, y Luis A lberto Romero: Breve
Histor ia Contemporánea de Argent ina, Buenos Ai res, FCE, 1994, pp. 333–368.
105
La prioridad era el restablecimiento del estado de derecho y el
esclarecimiento y juzgamiento de los del itos cometidos por la dictadura.
En esta línea y a cinco días de la asunción presidencial, se creaba la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP),
integrada por personalidades reconocidas de la sociedad y con capacidad
para investigar l ibremente en todos los ámbitos. El informe, emitido
nueve meses después y publicado con el título de Nunca más, daba
cuenta de 340 centros clandestinos de detención, de las denuncias sobre
personas desaparecidas y ofrecía una l ista de represores al servicio del
terrorismo de Estado. Como consecuencia se iniciaron los juicios a los
presidentes de facto y otros mil i tares fueron encontrados culpables y
condenados a diferentes penas. Este hecho produjo malestar en las
Fuerzas Armadas, lo que hizo prever en 1985 alguna insurgencia, y poco
satisfizo a los amplios sectores de la población que reclamaban mayor
dureza en las penas impuestas35.
En paralelo, otro de los temas que hubo de resolver el presidente Raúl
Alfonsín se refería a las polít icas de concertación y al control de los
sindicatos. Las medidas a este fin fracasaron y colaboraron en la
expansión del activismo en un contexto hiperinflacionario. La Central
General de Trabajadores (CGT) en 1985 estableció un plan de lucha
contra el deterioro del salario real y el aumento de la desocupación. Su
líder, Saúl Ubaldini , se convertiría en el mayor opositor al gobierno
radical.
En medio de este clima polí t ico, el Presidente y su ministro de
Economía, Juan Sourrouil le, presentaban el Plan Austral, un programa
poco ortodoxo diseñado para estabil izar la economía, detener la
inflación y emprender posteriormente polí t icas encaminadas al
crecimiento. A estos efectos se congelaron los precios, los salarios y las
35 Videla y Massera fueron condenados a cadena perpetua, Vio la a d iecis iete años de
pr is ión, Lambruschin i a ocho, y Agost i a cuatro años y medio.
106
tarifas de servicios públicos, se fi jó el t ipo de cambio y tasas de interés,
se eliminó la emisión de moneda como instrumento atenuador, se
suprimieron los mecanismos de indexación y se lanzó una nueva
moneda, el austral, en reemplazo del peso.
Pese a sus debil idades, el plan económico del gobierno daba algunos
resultados y en las elecciones legislat ivas de 1985, si bien perdió
algunos sufragios, la UCR volvió a ganarle al peronismo. Al año
siguiente, el gobierno aprobó la conocida “Ley de punto final”36, que
fi jaba un plazo de sesenta días para iniciar nuevas acusaciones y tras el
cual solo se podría juzgar a los que hubieran huido del país o cometido
delitos que afectara a niños y niñas menores de edad. Rápidamente
aumentaron las denuncias pero éstas afectaban ya a oficiales
subalternos, que por la cadena de mandos, entendían que la
responsabil idad correspondía solamente a los oficiales superiores.
En este marco, se produjo la sublevación de un grupo de oficiales, en el
conocido levantamiento de los “carapintadas”, comandados por el
teniente coronel Aldo Rico. El propio presidente tuvo que negociar en
las dependencias mil i tares de los sublevados, Campo de Mayo, la
rendición de estos. Sin embargo, la consecuencia de este alzamiento fue
la Ley de Obediencia Debida37 y la pérdida de credibil idad en el
gobierno por parte de la sociedad civi l.
36 En un in tento de pac i f icación y de ca lmar a las Fuerzas Armadas, el gobierno de
Al fonsín aprobó la Ley de punto f inal , que d isponía la ext inción de acciones penales por
presunta part ic ipac ión en los actos de ter ror ismo del Estado duran te la d ictadura. Es te
pr iv i legio no inc luía la p rescr ipc ión de causas por secuest ro, apropiación y supresión de
ident idad a menores.
37 La Ley de Obediencia de vida eximía a todo e l personal subal terno de las Fuerzas
Armadas, entendiendo que habían obrado bajo coerción por parte de las autor idades
superio res y en cumpl imiento de las ó rdenes de es tas ú l t imas
107
En las elecciones para legisladores y gobernadores de septiembre de
1987, la sociedad sancionaba lo ocurrido y castigaba al radicalismo,
dejándolo sin mayoría en el Congreso y entregando dieciséis provincias
en manos peronistas. Solo Córdoba y Río Negro quedaban en poder de la
UCR.
Poco después se sucedieron nuevos amotinamientos sublevaciones
conducidos por los coroneles Aldo Rico y Mohamed Ali Seneildin. A
pesar de ser rápidamente resueltos, siguieron minando a un gobierno que
se encontraba contra las cuerdas ante la profundización de la pobreza y
la inestable situación económica. Para agosto de 1988, los ajustes
económicos del Plan Primavera, una continuación del Plan Austral que
buscaba la inyección de capitales, no habían logrado su cometido y la
inflación seguía sin encontrar su techo.
En suma, el primer gobierno democrático, como lo manifiesta el
politólogo Hugo Quiroga, contribuyo claramente a la primera fase de la
transición democrát ica, en part icular en lo que hace a la reforma
polít ica, al imperio de la ley, al avance de las l ibertades polít icas y
civi les38 y al juzgamiento de los mil i tares39. Sin embargo, naufragó
frente al ajuste real de cuentas con el pasado por la violación de los
derechos humanos y a la gest ión de la emergencia económica que siguió
a la crisis de la deuda externa. Estos temas, sobre todo el últ imo, serían
los puntos centrales de la segunda fase de la transición democrática, en
manos del siguiente presidente.
El 14 de mayo de 1989, Lugo de haber basado su campaña en un futuro
“salariazo” y en la “revolución productiva”, y hacer gala de un fuerte
personal ismo, el justicialista Carlos Menem ganaba las elecciones
preseidenciales por el 49% de los votos. En ese mismo mes se producían
38 El espí r i tu modernizador del gob ierno lo l levó a real izar cambios impor tantes en la legis lac ión fami l ia r, logrando f inalmente la ley de d ivorc io vincu lar en 1987.
108
saqueos a los supermercados, almacenes y pequeños comercios, lo que
obligó al gobierno a declarar el estado de si t io por treinta días. La
represión produjo más de una decena de muertos. Esta situación provocó
la renuncia del presidente Alfonsín en junio de ese año y la entrega
anticipada del poder, que debía realizarse en diciembre de ese año.
Así se iniciaba un proceso en torno a un grupo de “renovadores” que
pretendían regenerar la polít ica con bases más democrát icas y
electoralmente más competi t ivas, según se lee en los discursos de la
época. Los argentinos cambiaban con su voto Libre Mercado por
Democracia e ingreso al mundo globalizado.
En esta misma línea, de modo solapado al inicio y luego abiertamente, el
gobierno menemista rechazaba el avance de la actividad sindical. La
clase polít ica justicialista –gobernadores e intendentes-, ya con acceso a
los recursos del Estado, dejó paulatinamente de depender de los recursos
sindicales, restando a estos peso polít ico en las listas de candidatos
electorales.
En suma, el rasgo sobresal iente de esta etapa es el estancamiento
económico y la escasez de financiamiento internacional; se profundiza el
predominio de grupos económicos nacionales y extranjeros, en
detrimento de acreedores externos y del funcionamiento del Estado, que
subordina sus necesidades a los intereses de aquellos.
Con el advenimiento de la democracia, los sectores dominantes lograron
compatibil izar un régimen constitucional con un patrón de acumulación
crecientemente desigual y excluyente. Por otra parte, l ibró la
renegociación con los organismos internacionales, a pesar del
estancamiento crónico de la economía y la crisis hiperinflacionaria, se
39 Hugo Qu iroga, “La experienc ia democrát ica: entre pasado, p resente y fu turo” en Estudios Socia les, Santa Fe, UNL, Año X, Nº 18, Pr imer Semest re 2000, pp. 37-60.
109
buscó ajustar equil ibradamente la expansión de las exportaciones y el
aumento de las importaciones de acuerdo al mandato internacional.
La crisis hiperinflacionaria de 1989 fue la continuidad de las fuertes
presiones que tuvo que enfrentar el gobierno constitucional por parte de
los acreedores externos a través de sus representantes oficiales, los
organismos internacionales de crédito: éstos exigían la normalización de
los pagos al FMI y las reformas estructurales que había dispuesto el
Banco Mundial y EE.UU sobre las débiles economías del continente
latinoamericano.
C) Tercera etapa
La primera gestión menemista
La asunción anticipada del nuevo gobierno, se produce en el momento de
mayor efervescencia entre el capital concentrado interno y los
acreedores externos. La particularidad de este gobierno, también
constitucional, serán los acuerdos que establezca con los grupos
económicos locales40. A pesar de estas “buenas relaciones”, los intentos
de estabil izar la economía se definió con la implementación del Plan de
convertibi l idad. El Ejecutivo legislaba en base a decretos de necesidad y
urgencia, privatizaba los servicios públicos estatales (gas, agua,
electricidad, YPF, telefónica) y vendía activos del Estado propiciando la
consolidación de los mercados monopólicos y oligopólicos.
40El menemismo rec ib ió en total ocho mi l lones de dólares de los empresar ios: Bunge y
Born, Loma Negra, Pérez Companc con 700.000 dólares cada uno; Macri con 600.000
dólares y una decena de autos Fiat ; y Br idas con 500.000 dólares . (…) s i se repara con
atención en esta l is ta se adver t i rá que la in tegran grupos cuyos t i tu lares tuvieron l ib re
acceso a la in t imidad de Menem y que d iscu t ieron con él los p lanes de gob ierno”.
Horacio Verb i tsky, Robo para la corona. Los f rutos prohib idos del árbol de la
corrupción, Planeta, 1991. Ci tado en E. Basualdo, op. Ci t . Pág. 58.
110
Asimismo, y con la f inalidad de conseguir su reelección como
presidente, Menem impulsó una reforma constitucional que alcanzó
mediante un pacto bipartidista, con lo que garantizó la continuidad de su
polít ica de retracción del Estado, dejando l ibrada la relación de trabajo a
los dictámenes del mercado: los salarios vinculados al empleo estatal
fueron los primeros en ser ajustados, lo que habil itó el avance en el
mismo sentido del sector privado; los efectos de ello fueron la erosión
de derechos como salud, educación y vivienda.
El presidente era saludado por los organismos internacionales de crédito
(FMI, BM, PNUD) y era mostrado por el BM como el modelo que debía
seguir el resto del continente. Esta fama legit imó el resto de las acciones
del gobierno y un avance del proceso de descentral ización y
mercanti l ización de los servicios públicos. Pese a que gozaba de mayoría
en el Congreso, este gobierno acudía de forma abusiva a los decretos de
necesidad y urgencia, tomando medidas que en real idad eran
competencia de aquél41. De esta manera, el ejecutivo legislaba y
aumentaba el peso de su poder en un régimen presidencialista que ya le
otorgaba cuotas muy altas de predominio42.
En su obstinada intención de eliminar todo obstáculo al Poder Ejecutivo,
el nuevo presidente avanzó sobre el Poder Judicial. Al no obtener la
renuncia de algunos magistrados de la Corte Suprema, para colocar
jueces funcionales al poder polí t ico, logró que el Senado y el Congreso
aprobaran una ampliación de cinco a nueve miembros integrantes de la
41 Ent re los poco más de cien años de l período 1880 – 1989, se emi t ieron 35 decretos de
neces idad y urgencia. De e l los d iez pertenecieron al gobierno de Raúl Al fonsín,
comprend iendo temas como e l Plan Austral . Por el cont rar io , ent re 1989 y 1994, en su
pr imer período presidenc ial , Car los Menem emit ió 336 decretos de este t ipo, abarcando
un arco amplís imo de temát icas y desvi r tuando el esp ír i tu de este ins trumento de
emergenc ia.
42 Sobre el decis ion ismo en la democracia argent ina, consul tar e l l ibro de Hugo Qui roga,
La Argent ina en emergencia permanente, Buenos Ai res, Edhasa, 2005.
111
Corte, completando los nuevos lugares con jueces afines a los intereses
presidenciales. No habría desde entonces cuestionamientos ni control
sobre la polít ica y otros actos de gobierno. En este marco, la década
menemista se iniciaba con varios escándalos por sobreprecios en
contrataciones, sobornos, lavado de dinero proveniente del tráfico de
drogas y comisiones i legales en el proceso de privatizaciones43.
Pese a este escenario, el reacomodamiento del sistema polít ico generó,
en apariencia, un nuevo funcionamiento del Estado en base a la
eficiencia y la austeridad del gasto orientado a la planificación de un
desarrollo con igualdad de oportunidades para la población, aunque esto
ocurría sólo en el plano de la retórica, ya que paralelamente, se
combinaba la reforma con actos de corrupción descomunales que
engrosaban las cuentas bancarias de la clase polí t ica y reposicionaba los
monopolios con los que negociaba, socavando las bases inst itucionales
del Estado Nación.
Reforma de la Constitución Argentina de 1994
A partir de la suscripción del Pacto de Olivos entre el ex presidente Raúl
Alfonsín y el entonces presidente Carlos Memen, las dos fuerzas
polít icas a las que representaba cada uno de ellos, acordaban convocar a
una Convención Constituyente para reformar la Constitución Nacional44,
habiendo ajustado previamente el contenido de algunos puntos comunes
para reformar; mientras que dejaban otros para la discusión de la
Asamblea Constituyente.
43 Un t rabajo que recorre los escándalos pol í t icos de la década de los noventa, desde la
mi rada de los med ios de comunicación, es el de Si lvio Waisbord, “ In terpretando los
escándalos. Anál is is de su relac ión con los med ios y la c iudadanía en la Argent ina
contemporánea” , en Enrique Peruzzott i y Catal ina Smulovi tz, Contro lando la pol í t ica.
Ciudadanos y Medios en las nuevas democracias Lat inoamer icanas, Buenos Ai res,
Temas Grupo Edi to r ia l , 2002, pp. 289 – 325.
112
En agosto de 1994, en Argentina se aprobaba una amplia reforma
constitucional que abarcó 44 artículos, los que establecerían entre otras
normas: el reconocimiento de los derechos ambientales, del consumidor,
a la información, la acción colect iva, el derecho de amparo
constitucional, los delitos contra la constitución y la democracia, la
preeminencia de los tratados internacionales, la autonomía universitaria,
el voto directo, la reelección presidencial por una vez y acortamiento del
mandato de 6 a 4 años, la reglamentación de los decretos de necesidad y
urgencia, el tercer senador por la minoría, el Consejo de la Magistratura,
etc. Asimismo, estableció el sistema de ballotage: una segunda vuelta
electoral en la elección presidencial en caso de que ningún candidato
obtuviese más del 45% de los votos válidos emitidos.
A partir de esta reforma es reelecto Carlos Menem para transitar un
segundo mandato como presidente de la Nación y l levar a cabo la
consolidación del proyecto neol iberal en Argentina.
Segunda gestión menemista y el triunfo de la alianza progresista
En esta etapa continuará la concentración del ingreso con el
consiguiente empeoramiento en las condiciones de vida de los
asalariados l legando a niveles inéditos la desocupación en 1995, aunque
su techo lo encontrará recién en el año 2002 cuyas estadísticas oficiales
lanzan una tasa de 17,8 %45.
La falacia de la paridad (1peso=1dólar) que generó el Plan de
convertibi l idad l levó a la sociedad argentina a creer que había ingresado
al primer mundo. Esta sensación fue creada por el crecimiento
económico que se produjo en el país a part ir de la privatización de las
44 Ver anexo sobre Régimen pol í t i co y Reforma de la Const i tución Argent ina.
45 Ext ra ído del Bole t ín de estad íst icas laborales del Min ister io de Trabajo de la Nación,
2003.
113
empresas nacionales y la apertura del mercado a una variedad de
productos de consumo masivo. En forma paralela, se consolidaba un
proceso de ajuste en las polít icas sociales cuyos costos eran absorbidos
por una masa marginal de población46 que iba quedando excluida de la
nueva sociedad de consumo.
En suma, con la vuelta de la democracia y la sucesión de gobiernos
civi les, en sintonía con el resto del mundo occidental, se abría una
nueva etapa para los argentinos en la que la sucesión de cambios en la
forma de hacer polít ica y economía afectaban tanto a la dinámica interna
de las fuerzas que se l iberaron luego de la dictadura mil itar como con el
giro polí t ico ideológico hacia las reformas de mercado y el mundo de los
negocios a nivel global, profundizado claramente entre 1995 y 1999.
Este nuevo realineamiento polí t ico provocó la salida de las fuerzas de
centroizquierda, y el ingreso de fuerzas de centroderecha. En este mismo
marco hay que considerar el surgimiento del Frente Grande como otra
fuerza polít ica.
1.2.1. La profundización de la protesta social ante la debil idad
insti tucional
Una coal ición polí t ica entre la Unión Cívica Radial y el Frente
Progresista l levará a la presidencia Fernando de la Rúa.
La situación del país era inestable en lo económico, lo cual daba
fragi l idad al sistema polít ico y consolidaba las bases de sustentación
para la reorganización de los sectores populares, encolumnados bajo la
46 Término ut i l i zado por José Nun para denominar a los nuevos t rabajadores desocupados
de la era neo l iberal en “Democrac ia ¿gobierno del pueblo o gobierno de los pol í t icos?
Edi to r ia l EFE. Buenos A i res. 2000
114
protesta y la lucha por un “trabajo digno”, ante el rechazo a subsidios
por desempleo intentando poner coto a la ostentación y al
enriquecimiento i l íci to por parte de los polít icos y a la fuga de capitales
nacionales en manos de corporaciones transnacionales que empobrecían
más aún a los sectores vinculados al trabajo.
Cuadro Nº 4 Evolución PIB y Desempleo Urbano Comparación América Latina y Argent ina
PAIS
AÑO
PIB* %
DesempUrbano** %
1990-1999 2,7 11,9 Argent ina 2000-2003 - 3,0 16,8
1990-1999 0,9 7,7 América Latina 2000-2003 - 0,2 10,2
* (Tasa promed io anual de var iación) ** (promed io s imple del per íodo en %)
Fuente: Elaboración prop ia en base a CEPAL, 2004
Los datos existentes dan cuenta de dicha situación: en Argentina la tasa
de desempleo urbano en la década del 2000 superó el 15 %, colocándose
muy por encima del promedio registrado para el mismo período en
América Latina, prueba fehaciente de que no sólo no mejoró en relación
a la década del noventa, sino que empeoró. Por su parte, el subempleo y
la precarización laboral han mantenido su tendencia expansiva. Desde
1990 el 66% de los nuevos ocupados se ha integrado al sector informal
y sólo el 44 % de los nuevos ocupados tiene acceso a servicios de
seguridad social47. La caída del salario real estuvo asociada a la
disminución del nivel de act ividad económica; el salario mínimo
también cayó drást icamente, junto con el nivel adquisit ivo de los
sectores medio y bajo.
47 Va lores tomados de l Bolet ín de Estadíst icas Laborales, Min ister io de Trabajo de la Nac ión, 2003.
115
La degradación de las condiciones de vida de amplias franjas de la
población se irá agravando trayendo consigo un altísimo índice de
indigencia48: según datos del INDEC, entre 1980 y 1990, el porcentaje de
población pobre se duplica de 8,3% a 21,5%; cuadripl icándose entre
1980 y el 2002 l legando al 53% de la población49.
Al mismo tiempo, estos datos indican que no sólo aumenta
aceleradamente la cantidad de pobres sino también la intensidad, es
decir, se registra al interior de la pobreza un incremento de población
que no alcanza a satisfacer la canasta alimentaria, ubicándose en la
indigencia, es decir que poseen un ingreso que no les permiten cubrir el
nivel calórico y proteico que necesita una familia.
Argentina no solo no salía de la crisis sino que la profundizaba en todas
las formas posibles. Por otra parte, los insistentes reclamos de
transparencia apuntaban a supuestos casos de soborno, que involucraban
a senadores y empresas en maniobras de connivencia para la aprobación
de la Ley de Reforma Laboral. Este hecho motivó la renuncia del
vicepresidente de la Nación y líder del Frente aliancista, Carlos Álvarez.
Como afirma Cheresky, en este hecho [...] se evidenció un naciente
divorcio entre la vida de las insti tuciones polít icas, en las que operaban
mecanismos de sol idaridad corporativa sospechados de ocultar la
apropiación de recursos públicos y el tráfico de influencias, y el estado
de la opinión que se sentía cada vez más divorciada del espectáculo
polít ico50.
48 La l ínea de pobreza se calcu la tomando como eje el valo r de la canasta fami l iar, es deci r , e l ingreso que necesi ta una fami l ia t ipo (de 4 miembros) para sat is facer sus neces idades, INDEC. 49 Datos tomados del In forme de Argent ina PNUD, “Aportes para el desarro l lo humano 2002”. 50 Is idoro Cheresky, “Las elecc iones naciona les de 1999 y 2001. Fluctuac ión del voto, debi l i tamiento de la cohesión part idar ia y cr is is de representación”, en Is idoro Cheresky y Jean-Michel Blanquer (compi ladores), De la i lus ión reformis ta a l desconten to c iudadano. Las elecciones en Argent ina, 1999–2001, Rosario, Homo Sapiens, 2003, pp. 19 a 51.
116
El reflejo del descontento y la enorme crisis de representación fueron las
elecciones legislativas de 2001, en las que la Alianza perdía nada más y
nada menos que cuatro mil lones y medio de votos, un 59,7% sobre los
obtenidos dos años antes, en tanto el Partido Justicialista se desprendía
sólo del 12,2% de su caudal electoral.
Tras estas elecciones, una oleada de furibundas protestas, agudizadas en
diciembre de 2001, forzó la caída del gobierno, en medio de una revuelta
popular duramente reprimida que dejó a la postre una veintena de
muertos en el país. El presidente Fernando de la Rúa, acusado de
autismo y falta de manejo de la crisis, intentó hasta un gobierno de
unidad nacional con un peronismo que no iba aceptar caer con el
radicalismo, que se mostraba una vez más incapaz de terminar otro
mandato al frente del país. En estas condiciones y antes de abandonar el
Palacio de Gobierno, el día 20 de dicho mes, presentaba su renuncia, en
una escueta nota dirigida al Presidente provisional del Senado.
Así se entró en una difíci l etapa en la que se sucedieron, en diez días,
varios presidentes provenientes del just icialismo, hasta la l legada al
cargo de Eduardo Duhalde, el candidato derrotado en 1999, líder
justicialista de la provincia de Buenos Aires, y acérrimo opositor del
partido del ex presidente Menem.
El dirigente bonaerense, que asumió la presidencia de la Nación hasta
completar el mandato interrumpido y las consiguientes nuevas
elecciones, recibió un país devastado económica, polít ica y socialmente.
Argentina tenía a principios del año 2002 un PBI 12% inferior al de
1975, la desocupación abierta del 4,5% en 1976 l legó 2002 al 23%, y el
sector industrial que generaba en los inicios de la dictadura mil itar el
31,7% del PBI pasó en el año 2000 al 16,1%. Según datos del Instituto
Nacional de Estadística y Censo (INDEC), en octubre de 2002, en un
117
país caracterizado por su producción agroalimentaria, había 19,7
mil lones de pobres (el 57,5% de la población total), de los cuales 9,4
mil lones eran indigentes. Datos que son sólo un superf icial reflejo del
despojo de recursos que significaron las privatizaciones y un
endeudamiento que, de 45.000 mil lones de dólares en 1983, superaba los
160.000 mil lones veinte años después.
Un informe del PNUD señalaba a la sazón: […] las polít icas nacionales
han hecho de la Argentina una oportunidad para el mundo, antes que
para el país. El acelerado proceso de privatizaciones, la apertura
i l imitada de la economía, la debil idad de los organismos reguladores
del Estado y la concomitante deconstrucción del aparato productivo que
resultó de esas polít icas, con su secuela de destrucción del empleo, han
dejado a la sociedad a la intemperie51.
Este fue el “gran aporte” de la década menemista, que contribuyó a la
“exitosa” consolidación de lo que se conoce como el modelo de
globalización neoliberal, económico rentístico y financiero, instaurado
en los tenebrosos años de la dictadura mil itar.
2. Hacia el primer balance de la democracia: La sociedad civi l en
busca de la gobernabil idad perdida
Las polít icas de bienestar del Estado que, efectivamente, hacian posible
una convivencia entre mercado y democracia fueron parte de un
fenómeno muy extendido en Occidente. No obstante, no fue este el caso
de nuestro país; como lo plantea Hilda Sábato con mucha sencil lez
51 Apor tes para e l desarro l lo humano de la Argent ina/2002. Buenos A ires, PNUD, 2002.
118
“Me temo que el problema de nuestra democracia representativa
sea bastante diferente que el que aqueja a los países centrales,
aunque tenga algunos puntos en común con él. En nuestro caso,
la crisis de representación no puede desl igarse de otras
dimensiones de la debacle argentina: la destrucción del estado,
la desart iculación de la Nación, la quiebra de su economía y la
fal ta de autonomía nacional”52.
Las características del nuevo escenario adquieren tales proporciones que
la desesperación y la frustración se hacen sentir en forma casi unánime
en la consigna popular “que se vayan todos”, símbolo de la crisis de
representación. Asimismo, se inició una exclusión polít ica de las
propuestas más radicales de part idos polít icos tanto de izquierda como
de derecha.
Este interregno polít ico estuvo signado por dos grandes ejes de debate:
la gobernabi l idad y la evaluación de la herencia nepoliberal encarnada
en el ex presidente Menem. En el primer caso, y tras veinte años de
democracia con tres presidentes constitucionales, dos de ellos no
lograron terminar su mandato –ambos del partido Unión Cívica Radical-,
lo que le otorgó una fuerte impronta de gobernabil idad a los candidatos
provinientes del Just icialismo, partido opositor a la UCR.
Si bien la crisis económica, la honradez de los dirigintes y la renovación
de la clase polí t ica, estaban en jaque, el tema central se remit ió al
pasado inmediato, representado por Carlos Menem, en una crít ica al
modelo neol iberal impuesto por aquel en los noventa, sus resultados
negativos y el deseo generalizado de no retornar a ese período. Los
próximos candidatos de la polít ica se esforzaron en su oposición a las
52 Sábato, H. “Pueblo y pol í t i ca : la construcc ión de la repúbl ica” Revista Claves para
todos Nº 40. p. 41. Capi ta l In te lectua l , 2005. Buenos Ai res.
119
reformas de mercado signatarias de dicho período, aunque propusieron
pocas alternativas novedosas para salir de la recesión estructural.
Ya desde hacía muchos años años los argentinos venían manifestando
honda preocupación por la transparencia, la ética y la demanda de
equil ibrio económico, social y polít ico, ejes propios de un país con una
convulsionada historia en el siglo XX. El año 2002 supuso un terreno
ferti l para propuestas polít icas de cambios radicales, incluso en opciones
de centro. Sin embargo, el equil ibrio logrado por Duhalde y Lavagna se
hizo notar a finales del año 2002, “aplacando con medidas provisorias”
la salida de la paridad cambiaria peso–dolar que había dado lugar a la
devaluación y a la inmovil ización de los depósitos bancarios –lo que se
conoció como corral ito- afectando a la debil i tada clase media.
Paralelamente, la carencia de un proyecto claro de país generó fuertes
contradicciones en los polít icos que conducían los destinos del Estado.
También la visión crít ica de los argentinos se traducía en la falta de
entusiasmo e imposibil idad de visibil izar propuestas concretas, una
reacción ambivalente frente a la gran empresa, los organismos
financieros internacionales y la global ización, y el rechazo a una espuria
y costosa propraganda de la “buena gestión” polít ica.
Es l lamativo, sin embargo -sobre todo tomando en cuenta la descripción
realizada y la crisis de representación- el bajo porcentaje de votos en
blanco, recurridos e impugnados que se observa en el cuadro, así como
la alta participación ciudadana, en las elecciones nacionales del año
2003.
120
Cuadro Nº 5 Voto en blanco, recurrido e impugnado y participación electoral en
las elecciones presidenciales (en porcentajes)
Comicios 83 89 95 99 03
Voto en b lanco, nulos, recurr idos e impugnados 2.7 2.0 4.3 4.0 2.7
Part ic ipación electo ra l 85.6 85.3 82.1 80.5 78.3
Fuente: In fo rme de Car los Fara y Asociados, consul to res .
Comparada con la elección presidencial de 1999, la part icipación bajó
2.3 puntos, lo que de todas formas implicó un aumento si lo comparamos
con las elecciones a diputados de 2001, donde se manisfetó con crudeza
la crisis de representación, sumado a ello la tendencia de menor
participación en este t ipo de elecciones respecto a las presidenciales.
El voto en blanco y el voto impugnado cayeron notablemente respecto a
la elección de 2001 y a las dos elecciones presidenciales precedentes, ya
que su uso no tuvo resultados en lo que hace a la renovación de la clase
polít ica pretendida por el electorado. El pragmatismo marcó estas
elecciones y el convencimiento de no debil i tar la legit imidad
presidencial tras la negativa experiencia del gobierno de De la Rua. De
esta manera los ciudadanos no apelaron al conocido “voto bronca”, que
había traducido el malestar general izado en las elecciones anteriores,
renovando en esta oportunidad su esperanza en una virtuosa dirigencia
polít ica. Este comportamiento fue homogéneo en todo el país, salvo el
caso de dos provincias, La Rioja (9 puntos) y Neuquén (4,1), superiores
al promedio máximo de 3.5 %.
121
Cuadro Nº 6 Elecciones presidenciales
Fuente: www.guiaelecto ral .com.ar
122
Como es natural, hay coincidencias en los segmentos electorales de los
dos candidatos, que abrevaron en el voto radical de clase media y media
alta, ocupando el lugar de la centro derecha y la centro izquierda natural
a esta clase y que si bien encontró alternativas en estas fuerzas, no dudó
también en repartir parte de sus preferencias hacia el “mal menor”
restando oportunidades reales de acceso a la presidencia a estos
candidatos. Son el segmento social que apoya estas nuevas fuerzas pero
al mismo tiempo las vacia de votos frente a amenazas como las de
Carlos Menem, dando lugar a los “huerfanos sin partido”, es decir,
colaboran, finalmente, a bajar las posibil idades de gobierno de los
polít icos que expresan sus preferencias, uti l izando en su contra el “voto
úti l” . Síntoma este de una democracia a la que le queda mucho por
recorrer, sobre todo en lo que hace al nacimiento de nuevos actores
polít icos y de los cambios en el seno de sus partidos.
El candidato Carlos Menem, obtuvo un pobre resultado, considerando
sus expectativas, pero se posicionó para ir a una segunda vuelta con
Nestor Kirchner, gobernador de Santa Cruz (provincia patagónica de
muy baja densidad poblacional), quien no estaba incluido entre los
presidenciables hasta su alianza con el entonces presidente provisional,
Eduardo Duhalde53. Kirchner contó con el apoyo oficial de un gobierno
en franca mejoría y de la mayoría de la dirigencia justicialista. Su
ideología de centroizquierda atraía un porcentaje importante del
electorado y representaba, además, a una generación idealista y
cuestionada, las juventudes peronistas de los años setenta.
Obtuvo los votos de la Patagonia y Buenos Aires, principalmente de las
localidades intermedias -de 100 a 500 mil habitantes- y chicas -menos de
100 mil-, las clases populares bajas del PJ fueron sus electores
naturales.
53 Duhalde puso a su servic io el aparato part idar io más fuerte del país, e l de la Provinc ia
de Buenos Ai res que nuc lea el 30 % de la población nacional.
123
De esta manera y con tan solo un 22% de los votos el l íder justicialista
patagónico lograba la presidencia de la Nación dejando afuera los
partidos “escoba”, esto es, partidos con pobre organización y una
errática intensidad ideológica, más preocupados por una victoria
electoral de coalición que por representación de intereses sociales.
124
Mapa Nº 1 Elecciones presidenciales 2003
Fuente: www.guiaelectoral.com.ar
125
2-1. La democracia encorsetada
La democracia argentina ha tenido que hacer frente, como hemos visto, a
varios desafíos de los que nunca salió indemne54. El primero colocó a la
sociedad frente a la reestructuración inst itucional y el ejercicio de todos
los derechos que implica una sociedad democrát ica y moderna. Si bien
Raúl Alfonsín avanzó en esta línea, no pudo cerrar el capítulo mil i tar ni
dominar la crisis económica, anticipando la entrega del poder en el peor
contexto hiperinflacionario posible.
La resolución de estos problemas constituyó el segundo desafío que
había colocado a la sociedad argentina, no ya frente al terrorismo de
Estado, sino frente al abismo de una profunda crisis económica.
Estabil idad y crecimiento debían lograrse sin reparar en los costos
éticos, institucionales o económicos. En este sentido, el nuevo
presidente decidiría afrontar este desafío implementando polít icas
contrarias a su propia tradición partidaria. Su giro neoliberal cosechó
excelentes resultados a corto plazo, pero endeudó y destruyó al país en
el mediano y largo plazo; cuando las consecuencias empezaron a hacerse
evidentes y se sumaron a los numerosos escándalos por el manejo
privado de los fondos públicos, un tercer desafío estaba surgiendo.
Lograr el desarrollo sostenido del país, con una práctica polít ica no
corrupta, cerraba en tono de aspiración la década menemista y abría las
expectativas ciudadanas al gobierno de la Alianza Progresista. La escasa
experiencia, la carencia de creatividad y una rápida conformación
corporativa como clase polít ica, ahondó con creces la degradación
institucional, la crisis de los partidos polít icos y de la representación.
Así l legábamos a 2001 y al últ imo desafío, la recomposición del régimen
54 Un obra que recorre desde d iversas perspect ivas los veinte años de democracia en e l
país es la de Marcos Novaro y Vicente Palermo (Comp.), La h istor ia rec ien te. Argent ina
en democrac ia, Buenos A ires, Edhasa, 2004.
126
democrático que debía ser l levada a cabo por un presidente que había
logrado su legit imidad con un escaso porcentaje de votos.
Hay que valorar que en estas dos décadas, la democracia en su acepción
procedimental se sostuvo y las elecciones se impusieron como
mecanismo para la transmisión pacífica del poder. El justicialismo
perdió dos veces la competencia por la presidencia y en el caso de 1999,
por primera vez en su historia, traspasaba el poder a una fórmula
polít ica de signo distinto que le había ganado en elecciones l ibres.
Incluso en plena crisis del año 2001 y con todos los votos de protesta
recogidos, la voluntad popular se expresó l ibremente en la competencia
electoral.
Por otra parte y en el marco del proceso de transformación de una
“democracia de part idos” a una “democracia de lo público”, podemos
afirmar que la coyuntura electoral de 1983 puso en funcionamiento,
quizá por primera vez en la Argentina, un sistema de part idos en la
medida que, como tales, debieron abandonar sus pretensiones
hegemónicas y asumirse como “parte” de un sistema. Pero también
aquella coyuntura expresaba un tipo de “oferta electoral” que canalizaba
tradiciones e identidades polít icas diferenciadas, con bases sociales
aprehensibles que podían ser asociadas a determinada opción polít ica,
con fuerte implantación territorial y con sus votantes organizados en
gran parte en torno a esa identidad y contorno social. Ahora bien, esa
oferta electoral ha cambiado sensiblemente en estos veinte años, por su
fal ta de respuesta a las demandas de la ciudadanía, y también por el
aumento de la influencia de los medios de comunicación.
Al f inal del período muchos de los nuevos l iderazgos que fueron
emergiendo al margen de las estructuras partidarias convencionales, o
inclusive ajenos a el la, pero con fuerte presencia mediática, construida
en ciertos casos como eco de los medios de comunicación, comparten
ahora el respaldo necesario para construir poder. No obstante, es
127
i lusorio pensar en la pérdida total de vigencia de los partidos en el
sistema democrático. De hecho, la forma de instalarse, de construir y de
mantenerse en el poder ha ido variando, pero a pesar de este proceso la
importancia del rol y la estructura de los partidos polí t icos están
vigentes. La historia reciente de Néstor Kirchner en su ascenso al poder
y su legit imidad derivada más de los sondeos de opinión que de su
inserción en la estructura partidaria, dan cuenta de una parte de este
proceso. De la misma forma, la retirada parcial de la aspiración
“transversal” y el acercamiento, o al menos la reducción de la
agresividad, iniciado recientemente por el Presidente hacia los núcleos
históricos del Part ido Justicialista, y en particular del justicialismo de la
capital del país, son muestra de la otra parte del proceso y de la
necesidad todavía vigente de una lógica de “t ipo partidaria” para
consolidar poder.
Avanzando entonces en la caracterización del sistema de partido
argentino, Abal Medina (2004) señala varios problemas del mismo, que
resulta interesante destacar. En primer lugar, una lógica polít ica
“amigo/enemigo” que ha dificultado el consenso y la aceptación de la
pluralidad, l legando incluso en otras épocas a romper violentamente con
el orden institucional, a través de golpes mil itares y frente a resultados
electorales no deseados; en segundo lugar, sobre todo desde los años
ochenta, la desarticulación de los partidos en el plano nacional, que
actuaban como confederaciones de partidos provinciales con l iderazgos
fuertes asentados en el plano local; en tercer lugar, el recurso a prácticas
clientelares que, junto con la inestabil idad institucional, ha degenerado
en una clase polít ica dependiente por completo del Estado y escasamente
preparada en términos técnicos o normativos; en cuarto lugar, una
compleja relación entre lo part idario y lo social, osci lando entre una
separación total o una cooptación directa.
Por últ imo, dos problemas relacionados: la lógica gregaria de los
partidos, negando la validez de los otros, y la incapacidad de los grupos
128
de la derecha para articular una opción partidaria sólida. Tanto el
peronismo como el radicalismo han asumido para sí los ejes derecha e
izquierda, dificultando por tanto el surgimiento de partidos claramente
de centroderecha y centroizquierda, proceso en el que parecen haber
colaborado el desinterés de los grupos empresarios por sostener de
forma estable un partido propio, y la actitud de los sindicatos de no
comprometerse con una sola opción.
Podemos afirmar, como lo hace Juan Russo que, Argentina posee desde
1983 un sistema de partidos inestable pero orientado hacia un sistema
nacional predominante55. Con esto se refiere no sólo al crecimiento de
aquel que tiene los recursos polít icos y favorece una alternancia
imperfecta, el peronismo, sino también al retroceso de aquellos que han
fracasado en la tarea de gobierno. De esta manera, el radicalismo habría
reducido no sólo sus posibil idades de acceder nuevamente al gobierno,
sino las de las opciones polít icas no peronistas.
Esto es un dato importante tras el cuadro electoral de 2003 y el
desempeño posterior de los partidos. El radical ismo, hundido como
partido nacional, se ha dividido en dos opciones claras de centroderecha
y centroizquierda, que no logran competir con posibil idades reales de
triunfo, salvo en algunos distritos. El justicialismo resiste los embates
para seguir en proceso y ha adquirido una centralidad tan grande en el
sistema que algunos politólogos ya hablan de la carencia de un sistema
de partido y de la resolución de la polí t ica en el marco de la interna
peronista. Pese a todo, creemos conveniente, por ahora, enunciar un
sistema de partidos inestables de estructura predominante pero con
posibil idades, aunque sea a mediano plazo, de recuperar la alternancia
en el gobierno y un mejor equil ibrio en cuanto a las dimensiones y el
peso específico de los diferentes partidos que lo integran.
55 Juan Russo, “La a l ternancia imperfecta”, en Revis ta Estudios soc ia les, Santa Fe, UNL,
Año XII I , N° 25, 2° semestre de 2003.
129
Aún así, no podemos dejar de señalar que existe otra acepción de
democracia en la que, según los indicadores socio-económicos de los
últ imos años, Argentina es deudora. La democracia sustantiva, aquel la
que no puede darse en medio de un proceso de exclusión social y
endeudamiento como el acontecido, sigue siendo, pese a la lenta salida
de la crisis, una aspiración o el desafío más importante.
3. La si tuación socioeconómica del pueblo argentino luego de la crisis
económica, polí tica y social
La transformación destructiva que han experimentado las estructuras
sociales de la sociedad argentina durante los últ imos tres decenios no
parece tener parangón en el mundo contemporáneo. Una especie de
suicidio colectivo que, con la aprobación de buena parte de la población,
l levó a la clase dir igente a la aniquilación de activos afectados a la
planificación, a la toma de decisiones, al control, a la producción y a la
promoción social que había costado varias generaciones acumular.
Sólo a título de ejemplo, podríamos señalar que el valor agregado por la
industria al PBI argentino bajó del 252 % para el período 1950-1975 al
10 %, para el período 1976-2000. En este últ imo lapso, la deuda externa
de nuestro país se incrementó de 7000 a 160.000 millones de dólares
(Plan Fénix, 2001).
Con respecto a la desocupación que tradicionalmente había fluctuado
durante el siglo XX entre el 5 y el 7 %, superó cómodamente el 20 %
después de la crisis de 2001. La pobreza alcanzaba en el año 2002 a más
de la mitad de la población y la indigencia a una cuarta parte de la
sociedad. Asimismo, existen zonas de esta destrucción social de
característ icas difíci lmente cuanti ficables: cómo medir el desaliento, la
pérdida de esperanza y la expansión, en el seno del cuerpo social, de un
130
vacío en el ámbito de los valores por el que la población en general dejó
de vincular el trabajo, el estudio y el esfuerzo con el éxito personal y
colectivo.
Cuadro Nº 7 Porcentaje de hogares y personas bajo la l ínea de pobreza
2001-2004
Argent ina
Hogares/L ínea
de pobreza Mayo 2001
Personas/Línea
de pobreza Mayo 2001
Hogares/L ínea
de pobreza Mayo 2004
Personas/Línea
de pobreza
Mayo 2004
Tota l país
26,2
35,9
33,5
44,3
Fuente: E laboración propia en base a datos de la Encuesta Permanente de hogares de l INDEC.
En junio de 2003, más del 30% de los hogares de la región recibía un
subsidio del “Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados”56 (PJJHD)
(promedio país: 17,1%), sobresaliendo los casos provinciales de
Catamarca (42% de los hogares), Chaco (45%), Formosa (45%) y Jujuy
(42%). Esta situación socio-ocupacional y económica reconoce un largo
período estructural de gestación, aunque emerge en esta magnitud y sin
mayor solución después de la crisis de 2001.
En marzo del año 2005, el porcentaje de hogares cubiertos por PJJHD
ascendía a un 20% más, manteniéndose por sobre el 40% las
56 Durante e l mes de abr i l de 2002, el gobierno nacional puso en marcha un programa
del PNUD, consis tente en ayuda económica a 1 .200.000 Jefes y Jefas desocupados de
hogares pobres y con h i jos menores de 18 años o, d iscapaci tados de cualquier edad o ,
con la mujer (Jefa o Cónyuge) embarazada. El programa luego se h izo extens ivo a
desocupados jóvenes y a mayores de 60 años s in p restación previs ional .
131
jurisdicciones de Chaco (44,2%) y Formosa (42,5%). El conjunto de
hogares cubierto por el PJJHD alcanza al 32,8% del total nacional,
sobresal iendo el caso de Chaco, donde reside más del 6,5% del total
nacional de hogares con subsidio; Tucumán, 4,4%; Salta, 4,0%;
Corrientes, 3,8%; Santiago del Estero, 3,1% y Jujuy, 3,5%.
Cuadro Nº 8 Porcentaje de hogares y personas bajo la l ínea de indigencia.
2001-2004
Argentina
Hogares Mayo 2001
Personas Mayo 2001
Hogares Mayo 2003
Personas
Mayo 2003
Hogares Mayo 2004
Personas Mayo 2004
Total país 8,3 11,6 20,4 27,7 12,1 17,0
Fuente: e laboración prop ia en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC.
Desde el momento en que se profundizó la crisis, a principios de 2002, y
más al lá de los efectos de las polít icas económicas implementadas, el
gobierno nacional puso en marcha diferentes medidas paliativas
orientadas a incrementar el empleo, elevar los ingresos y mejorar el
acceso a bienes y servicios mínimos para atender la situación de los
grupos que enfrentan las situaciones más graves.
Cuadro Nº 9 Evolución de la tasa de desocupación
en porcentajes 2001-2004
Argentina 2001 2002 2003 2004
Total país 16,4 21,5 19,1 14,6
Fuente: Elaboración prop ia en base a datos del INDEC
En las provincias que registraban aumentos considerables de
desocupación en las últ imas tres décadas, se visualizan leves cambios
132
(por ejemplo, Neuquén y Chubut), debido a transformaciones muy
marcadas en la estructura de la producción y en la composición de su
canasta de bienes y servicios. En ambos casos se registran inversiones
“nuevas” de tal magnitud que transforman el escenario productivo local,
desplazando intersectorialmente los ejes de la economía terri torial (ver
capítulo III).
Todos los intentos real izados por el últ imo gobierno constitucional
comienzan a plasmarse en un aumento del empleo y un crecimiento de la
economía del 8%, aunque el daño social en los estratos sociales más
bajos aún está lejos de repararse. Las polít icas culturales no tienen
cabida en la mayoría de la población que se incrementó al desamparo del
Estado: sin educación, sin salud, sin justicia, sin seguridad ni protección
integral de su condición de ciudadanos.
3. 1. La desigualdad urbano-rural en el país
Las disparidades existentes entre la población que reside en áreas
urbanas y aquella que vive en áreas rurales expresa con más fuerza las
desigualdades en los niveles de desarrollo humano del país. Si bien el
país ha transitado por un importante proceso de urbanización a partir de
la implementación de la ISI, con cerca del 90% de su población viviendo
en ciudades (localidades de 2.000 habitantes o más), deben tenerse en
cuenta las diferencias significativas en la calidad de vida entre los dos
ámbitos, según lo exhiben algunos indicadores asociados a la misma.
Asimismo, encontramos en el interior del país, fuertes disparidades:
provincias con menor desarrollo humano con un alto componente de
población rural y provincias que superan el nivel promedio.
Con relación a estos aspectos, cabe indicar, por ejemplo, que mientras el
46% de los habitantes de áreas urbanas no tenía en el año 2001 cobertura
de salud –sea a través de una obra social, una mutual o un plan de salud
privado–, esta proporción alcanzaba al 63% entre aquellos que residían
133
en las áreas rurales. También resultan marcadas las brechas en la tasa de
asistencia escolar, excepto para la población en edad de asistir al nivel
primario. Por ejemplo, sólo el 56% de aquellos con edades entre 15 y 17
años y que residían en zonas rurales asistían al sistema educativo en el
año 2001, cifra que superó el 82% entre aquellos del mismo grupo de
edad que residía en ciudades. Estas proporciones, junto con las
correspondientes al grupo de más edad, reflejan la importancia del
conjunto de jóvenes que viven en pequeñas localidades o en el campo y
que no logran acceder a la educación secundaria o que no la terminan,
como también la proliferación de la pobreza urbana o lo que l lamamos
en el primer capítulo, la periferización de la pobreza.
Similares resultados encontramos en cuanto a las carencias
habitacionales, donde la población rural supera casi en 14 puntos el
hacinamiento de hogares urbanos. Sin embargo, se debe señalar que la
migración rural-urbana ha despoblado el campo argentino, cuya
población se ha desplazado hacia las grandes ciudades como estrategia
de supervivencia.
Cuadro Nº 10 Indicadores de las disparidades urbano-rurales
Datos correspondientes al año 2001
Salud-Educación-Vivienda Urbano Rura l
Población s in cober tura de salud
46,3
63,2
Población incorporada a l s is tema
educat ivo
3-4 años
5 años-11 años
12-14 años
15-17 años
18-24 años
42,0
80,8
98,5
96,2
82,4
39,1
20,4
65,9
96,4
87,2
56,1
16,5
Hogares con pob lación hacinada 22,3 36,9
Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda 2001. INDEC
134
4. Propuestas de desarrol lo para el Estado. Una revisión histórica
Argentina muestra en su trayectoria histórica sintonía con el resto de los
países desarrol lados en materia de designios económicos; ha demostrado
aceptación de las recetas para lograr el desarrollo, aunque condicionada
por la dimensión polít ico-institucional.
La proli feraron de planes de desarrollo económico en la historia del país
aparece en todos los gobiernos, siempre respetando la lógica global que
seguían los países desarrol lados, se enunciaron, pero en la mayoría de
los casos apenas l legaron a aplicarse. Las interrupciones fueron
provocadas por colapsos polít icos y económicos, que desencadenaron
crisis recesivas y retrocesos sociales.
Si bien hemos repasado, brevemente, las etapas durante las cuales se
forja la situación actual del país, consideramos importante revisar
detalladamente las propuestas económicas y polí t icas por las que
transitaron tres generaciones. En esta dirección, corresponde señalar que
en 1944 se inicia un proceso de insti tucionalización de organismos
estatales que planif icarían las diversas propuestas. Así se creó el
Consejo Nacional de Posguerra (CNP), destinado a la coordinación y
planeamiento económico, bajo la coordinación de Juan Domingo Perón,
entonces vicepresidente de la Nación.
Un año más tarde se difunde el documento “Ordenamiento polít ico y
social” y el 19 de octubre de 1946 se presenta el “Primer plan
quinquenal 1947-1951”, con un contenido básicamente económico cuyo
objetivo era orientar el camino hacia la industrialización para sust ituir
las importaciones. Si bien este hecho dio carta blanca al Poder Ejecutivo
Nacional para f inanciarlo, agregó 27 nuevos proyectos de leyes que
fundarán las bases de aspiración al desarrollo.
135
El CNP es disuelto en 1949 y reemplazado por la Secretaría Técnica de
la Presidencia. En 1952, dicho organismo se convirtió en Ministerio de
Asuntos Técnicos y produjo el “Segundo plan quinquenal 1953-1957”,
que comienza a ejecutarse en 1954, con el objetivo de asegurar la
evolución progresiva de la economía social promocionando actividades
que consolidarán la independencia económica y reservarán al gobierno el
manejo del comercio exterior.
Diez años más tarde, durante la presidencia de Arturo Frondizi, se crea
el Consejo Federal de Inversiones (CFI) para el planeamiento territorial,
organismo que tendrá una importancia decisiva en el desarrollo de
empresas l igadas a la explotación de recursos estratégicos de las
regiones del país, coordinando inversiones junto a la Comisión de
Administración del Fondo de Apoyo al Desarrollo Económico
(CAFADE).
Como hemos visto, la estrategia “desarrol l ista” se orientó a la
planificación estatal para la apl icación de recursos y la incorporación de
capitales extranjeros a los medios de producción, fundamentalmente el
energético, el siderúrgico, la química pesada y las industrias automotriz
y de maquinarias. En 1961, se crea el Consejo Nacional de Desarrollo
(CONADE), que fi jó objet ivos y programas sectoriales y regionales: el
más importante que dejará su sel lo histórico es el “Plan nacional de
desarrollo 1965-1969”, bajo el signo del federalismo y de la democracia
salarial57.
57 A f ines de 1966 se creó el Sis tema Nacional de P laneamiento, sobre la base de la ley
Nº 16.964 (Sis tema Nacional de Planeamiento y Acción para el Desarro l lo ), cuyo
Consejo Nacional de Desarro l lo era responsable de “formular la pol í t i ca y est rategia
nacional de largo p lazo inheren tes al desarro l lo , sobre la base de los objet ivos pol í t icos
que se haya propuesto alcanzar el gobierno nac ional” .
136
Sobre esta base se elaboraron l ineamientos para el planeamiento de
polít icas nacionales para el desarrol lo con la participación de actores
como sindicatos y empresarios concretándose lo previsto por la ley
16.964 respecto de los “entes de consulta y participación”, esto abrió la
participación a las organizaciones de trabajadores lo que signif icó un
hecho emblemático en la historia del país. En este sentido, el Plan
nacional de desarrollo y seguridad 1971-1975 aspiró a una evolución
regional más justa, armónica y equil ibrada y al mejoramiento del nivel
educativo y las condiciones del bienestar de la población a través del
ingreso y el pleno empleo.
Durante la corta presidencia de Héctor Cámpora, por Decreto Nº 185 del
Poder Ejecutivo Nacional se crea el comité del “Plan trienal para la
reconstrucción y la l iberación nacional 1974/1977”. El organismo
responsable fue el Instituto Nacional de Planificación Económica
(INPE), formado sobre la base del CONADE, que se ocupó del análisis y
la planificación de la inversión estatal. El plan fue aprobado en
diciembre del 1973 pero no l legó a consolidar líneas de acción ante la
irrupción de la dictadura.
Así, en el absurdamente denominado “Proceso de reorganización
nacional”, más conocido como la dictadura mil i tar, a mediados de la
década de 1970 se lanzó el “Programa de recuperación, saneamiento y
expansión de la economía argentina”, dado a conocer por Martínez de
Hoz, ministro de economía, el 2 de abri l de 1976. Asimismo, por la ley
21439, se crea el Ministerio de Planeamiento, que difundió un trabajo
preliminar bautizado “Proyecto nacional”.
Disidencias entre mil i tares hicieron que la citada cartera pasara a
convertirse en una secretaría de la Presidencia, que elaboró
mayoritariamente estudios sectoriales puntuales. Paralelamente, desde el
año 1976, el Instituto Nacional de Planificación del Estado estudió y
asignó prioridades a las inversiones públicas.
137
Con el retorno a la democracia constitucional, la gestión de Raúl
Alfonsín aceptó que la Secretaría de Planificación elaborara dos
documentos: “Lineamientos para una estrategia de crecimiento
económico 1985-1989” y el “Plan nacional de desarrollo 1987-1991”,
con la dirección del ministro de Economía Juan Sourroui l le, que se
implementaron, sin el tratamiento del Poder Legislativo.
Los Equipos Federales de Planif icación Justicialista, cercanos a Carlos
Menem durante su primera campaña electoral a la presidencia,
difundieron un “Tercer plan quinquenal 1990-1995” que no l legó a
ponerse en práctica, ya que el ministro de Economía Domingo Cavallo
terminó impulsando el Plan de Convert ibi l idad, sancionado por el
Congreso en abri l de 1991. Menem también disolvió el CONADE
(Comisión Nacional de Desarrollo) y publicó otro documento al que
l lamó “Argentina en crecimiento 1995-1999”.
En el año 1994, impulsado por Juan José Llach, entonces secretario de
Programación Económica, se sancionó la ley 24354, que preveía una
planificación obligatoria de la inversión pública pero, que en los hechos
nunca se cumplió.
En mayo de 2003 se conoció un programa real izado por la cartera
económica y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de la
oficina de la Comisión Económica para América latina y el Caribe
(CEPAL) en Buenos Aires, presentado como “Lineamientos para
fortalecer las fuentes del crecimiento económico”, sobre la hipótesis que
permitiría definir un programa de crecimiento sustentable con el debido
aumento en el nivel de bienestar social, sin el cual a mediano plazo todo
programa dejaría de ser consistente y sustentable.
Como vemos, lo común a todos las propuestas es el acento puesto en el
crecimiento económico y de hecho las definiciones de los diferentes
138
gobiernos van todas en esa dirección, con excepción del documento
elaborado por el ministro Lavagna en el cual se lee: Alcanzar el
bienestar generalizado y sostenible de toda la comunidad exige la
consecución simultánea de determinados aspectos interrelacionados:
crecimiento económico; distribución equitativa de la riqueza generada;
disminución paulatina de la pobreza, y cuidado del medio ambiente.
Asimismo, se planteó la necesidad de una polít ica que garantizara la
recuperación de los índices de desempleo, la reducción paulatina de la
economía informal, la eliminación de la precariedad laboral y el
aumento del salario real, a fin de asegurar una distribución equitat iva de
la riqueza y la cobertura total de las necesidades humanas. Todo esto
demandaba una “estrategia de desarrollo nacional” que permitiera la
inserción del país en la economía mundial. Por lo tanto, se requerían
polít icas activas desde el Estado, compromisos de dirigentes polít icos y
sociales, emprendedores dispuestos a invert ir esfuerzos y capitales en el
país, y una capacidad cientí fica y tecnológica que propiciara un proceso
de mejoramiento continuo.
Asimismo, al analizar qué debía hacer el gobierno nacional, Cleri
mencionaba “la definit iva consolidación y vigencia del espíri tu del
MERCOSUR, las alianzas en el Movimiento de los No Alineados, y estar
atentos a la evolución de la Organización de Cooperación de Shanghai”.
Recomendó “apoyar, coordinar y proyectar los esfuerzos locales;
fortalecer las agencias de desarrollo local, poner a su disposición
información sobre la demanda y ayudar a la formación de cuadros para
la gestión de las mismas y de los proyectos de producción y trabajo
derivados”. Aseveró que el Estado nacional debía complementar a las
agencias con apoyos de unidades operativas transversales que facil i taran
sus acciones, en principio atendiendo a las siguientes cuestiones:
139
a) Promoción del comercio exterior, con la búsqueda de demandas
mundiales insatisfechas y ayuda para localizar canales adecuados para la
colocación de productos y servicios.
b) Financiamiento, incluso con capitales de riesgo para las pequeñas
empresas con potencial de desarrol lo.
c) Incorporación de tecnología, a través de los órganos de competencia
del Estado: Inst ituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el
Insti tuto Nacional de Tecnología Agropecuaria ( INTA), la Secretaría de
Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y las universidades.
Además proponía el armado de una red educativo-científ ico-tecnológica
esencialmente pública pero con relaciones recíprocas con los privados.
d) Formación y promoción de competencias técnico-profesional,
ofreciendo pasantías a quienes reciben educación gratuita.
En suma, todas las fórmulas para el desarrol lo que surgieron en las
últ imas décadas de la historia argentina aparecen ensayadas en
documentos que, a lo sumo, se han concretado en algunos puntos. Lo
que sí es claro es la fuerte dependencia de los esti los de desarrollo
asumidos por el país conforme el derrotero que siguió el sistema polít ico
nacional y sus relaciones internacionales.
5. La Integración Social después de la crisis
Las posibil idades de administrar la crisis de un Estado débil y sobre
todo la necesidad de articular la sociedad y atenuar la confl ictividad
social, pusieron en funcionamiento diversos mecanismos para procurar
restituir el orden y la estabil idad precaria que tenía el país antes de
2001. Acudieron a la asistencia desde organismos internacionales -como
el Banco Mundial, el FMI, el PNUD, la Unión Europea y la OIT- hasta
140
diversas entidades por solidaridades inspiradas en el rechazo rotundo a
las recetas neoliberales y a la posibil idad cierta de que los países que
representaban corrieran la misma suerte.
En este sentido, Argentina se abría a la recepción de ayudas credit icias y
a la implementación de diversos programas que habían sido o estaban
siendo implementados en otros países del tercer mundo. Asimismo, será
el propio Estado en sus diferentes niveles el que administre estos
proyectos, que incluían desde incubadoras de empresas productivas hasta
agencias de capacitación y empleo.
5.1. La Economía Social: una propuesta desde abajo
Este subsistema se sostiene en los intercambios entre la economía
pública o estatal y la economía empresaria. Se considera que la
profundización de ese intercambio es la base para que dicho subsistema
logre tener alcance global, teniendo en cuenta que la economía pública
es la que movil iza el conjunto del sistema económico del país –a través
del subsidio o regulando el crédito y aranceles fiscales, etc.-; mientras
que en la economía empresaria se externalizan act ividades que son
realizadas por organizaciones de la economía social (cooperativas,
organizaciones de productores, entre otras).
La Economía Solidaria no se queda sólo en promover la solidaridad por
la productividad que pudiera inyectar a las iniciativas económicas, sino
que se constituye en el elemento central de un proyecto de economía
pensada desde las bases de la economía popular que, según Razeto
(1993), se articula en dos dimensiones una, en aquellas unidades y
agrupaciones que organizan iniciativas económicas solidarias, y la otra,
identif icable en un sector especial de la economía, en actividades y
circuitos económicos en que la sol idaridad se hace presente de manera
intensiva y donde operaría como elemento art iculador de los procesos de
producción, consumo y acumulación.
141
En el marco de la Economía social en Argentina Basco y Laxalde (2003)
identif ican tres tipos de organizaciones económicas: de autoproducción,
de subsistencia y capital izadas. Su racionalidad económica se basa en la
maximización de un ingreso monetario o no monetario (o su
contrapartida en términos de ahorro de gastos vía autoproducción) que
permita asegurar y mejorar la vida de los seres humanos.
a- Economía social de autoproducción
La producción de bienes y servicios está orientada al autoconsumo para
asegurar la reproducción de “la mano de obra”. Esta función social es
realizada por unidades u organizaciones unipersonales, famil iares y
asociativas o comunitarias. Se realiza a través de actividades domésticas
y de autoproducción de alimentos, vestimenta y materiales de
construcción de viviendas. Esta economía está a cargo principalmente de
mujeres, aunque la desocupación estructural de los últ imos veinte años
ha empujado la incorporación también de varones.
En cuanto a las posibil idades de sostenerse en el tiempo se traducen en
dos tipos de microempresas: las que producen sus propios insumos
(semillas en huerta, cría de animales de granja) y las que no producen
sus insumos básicos y dependen de recursos externos para lograr su
reproducción (comedores comunitarios, jardines maternales, panaderías,
ladri l leras y canteras para la construcción de viviendas, baratas de ropa).
Los programas que apoyan dicha economía doméstica o de
autoproducción actualmente se enmarcan en la administración nacional y
están descentralizados hacia comunidades locales de orden municipal:
. Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, dependiente del Ministerio
de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. Consiste en el
otorgamiento de un subsidio ínfimo de 150 pesos (45 dólares) mensuales
142
a famil ias con hijos a cargo. Está orientado a contribuir con los gastos
de alimentación de la famil ia.
. Programa Crear Trabajo del mismo Ministerio. Consiste en un subsidio
equivalente a un salario mínimo (150 pesos mensuales) por tres o seis
meses para trabajadores desocupados que no reciban otras prestaciones
del Estado. Está orientado a apoyar la creación de puestos de trabajo en
el marco de microempresas familiares o comunitarias.
. Por parte del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y de la
Dirección de Economía Solidaria, se comenzaron en el año 2003 a
implementar programas dirigidos a la seguridad alimentaria y
autoproducción de alimentos de sectores de la población en “situación
de riesgo y vulnerabil idad”. Consiste en el otorgamiento de pequeños
subsidios para la compra de insumos para la producción (semil las,
animales de granja, alimento balanceado, etc.) y elaboración de
alimentos que son insumos de comedores (harina, levadura, azúcar, etc.)
. El Programa Emprendimientos Productivos Solidarios, otorga subsidios
de mayores montos para financiar proyectos comunitarios de
autoproducción.
Estos dos últ imos programas parten un enfoque territorial del desarrollo
comunitario basado en la autogestión y la asociación de sus
beneficiarios. Promueven además la inserción de las microempresas en
redes productivas dinámicas, con apoyo técnico y de capacitación para la
art iculación institucional entre organizaciones públicas y privadas, en
vistas de su convergencia en estrategias de desarrollo local.
143
b- Economía social de subsistencia
Está orientada a la producción o a la comercialización en el mercado de
bienes y servicios para asegurar la reproducción de la “mano de obra”.
Se emplea tanto mano de obra familiar (microempresas unipersonales o
famil iares) como asociativa remunerada (microempresas asociadas bajo
diferentes formas jurídicas, como sociedades de hecho, cooperativas,
etc.).
La venta de bienes o servicios sólo permite obtener un ingreso que
alcanza para la reproducción simple de sus recursos productivos (capital
y trabajo), es decir, para la subsistencia. La retribución del trabajo no
siempre es monetaria, generalmente es en especie; por ejemplo, los
créditos que se uti l izan en redes o clubes de trueque cumplen las mismas
funciones que el dinero (unidad de medida e instrumento de
intercambio).
A esta forma de producir, la OIT (1991) la vincula al sector de la
economía informal porque se produce en pequeña escala, con baja
productividad, inestabil idad y desprotección social para sus
trabajadores. La informalidad hace referencia a la ausencia de
regulaciones en cuanto a aportes fiscales y previsionales y otras
normativas nacionales, provinciales y municipales (permisos,
habil i tación para la circulación de productos y servicios).
Entre las actividades que la componen destacan las ventas de alimentos
en la vía pública, feriantes, vendedores de diarios y revistas,
recicladotes de basura, cuidadores de autos y lavacoches, redes de
trueque, etc. Todas ellas son formas muy precarias de autoempleo que
funcionan en la semiclandestinidad. En los últ imos años, este sector se
ha revitalizado a partir de asociaciones de productores provenientes de
distintos rubros.
144
El apoyo a estas unidades económicas proviene de diversas entidades,
las más destacadas son: el Banco Grameen, Cári tas, fundaciones
nacionales con apoyo internacional, y organismos nacionales como
INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), INTI ( Instituto
Nacional de Tecnología Industrial), etc.
c- Economía social capitalizada
Son unidades económicas unipersonales o famil iares (microempresa) o
asociativas (cooperativas, uniones transitorias de microempresas) cuyo
trabajo es remunerado en forma monetaria. Dado que se basan en
relaciones laborales solidarias, con una lógica redistribut iva de los
beneficios pero no acumulat iva; su racionalidad económica consiste en
la maximización de un ingreso monetario, parte del cual va a reinvertirse
en la actividad iniciando un proceso de reproducción más amplia.
La conformación de estas unidades, integradas por pequeños productores
o microempresarios, se impuso como forma de l legar en mejores
condiciones de competit ividad a los mercados. Este tipo de estrategias
les permite construir economías de escala, reducir costos, incrementar la
productividad, ofrecer nuevos productos, acceder a nuevas tecnologías,
modernizar el proceso productivo (adquisición asociada de equipos e
instalaciones y asesoramiento técnico compartido), mejorar la
calif icación credit icia (menor riesgo empresarial), y lograr mayor
capacidad de respuesta a acciones de los competidores.
Los apoyos que recibe el sector provienen principalmente del Estado, en
concreto a través de la Ley Nº 25300 de Fomento para la Micro, Pequeña
y Mediana Empresa, sancionada en septiembre del año 2000. La misma
establece los instrumentos para el fortalecimiento competit ivo,
extendiendo sus beneficios a las formas asociativas antes mencionadas,
y define un techo como monto de facturación anual para obtener el
145
calif icativo de microempresa58. Cabe aclarar que, los recursos que
destina el Estado para apoyar a estas unidades económicas, son escasos
y su regulación se cumple con dif icultades.
Dentro de este t ipo de economía capital izada se ubican también
empresas recuperadas por trabajadores que optaron por organizarse en
cooperativas de trabajo u otras formas jurídicas, como sociedades
anónimas o que luchan por la estatización con gestión obrera (Texti l
Bruckman, Cerámica Zanón, etc.). Actualmente, en Argentina, hay 130
empresas recuperadas que agrupan a más de 10.000 trabajadores (Basco
y Laxalde, 2003)
5.2. Una estrategia colectiva desde los nuevos movimientos sociales
En Argentina, se ha venido gestando un Frente Nacional contra la
Pobreza (FRENAPO) que cuenta con alianzas fuertes como la
Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA) y un apoyo de las
bases populares que le han conferido respaldo efectivo de poder social.
La sustentación de dichos movimientos sociales está dada por dos
aspectos que se imbrican; el primero se vincula con la crít ica al modelo
neoliberal implementado en el país y el rechazo a la violencia con el que
se l levaron a cabo los ajustes estructurales en forma consecutiva desde
1976 a la actualidad. La crudeza de estos ajustes es que atentaron
sistemáticamente contra las posibil idades de resolver necesidades
básicas de mil lones de argentinos pertenecientes a los sectores
populares. En cuanto al segundo aspecto, este movimiento trabajó en la
construcción de propuestas concretas; por ejemplo la más importante fue
la de un seguro de empleo que elimine la pobreza; la suba automática de
58 La secretar ía de la Pequeña y med iana Empresa del Min is ter io de Economía de la
Nac ión, es el órgano de apl icación, se ocupa de que es te t ipo de empresas también
tengan acceso al crédi to .
146
los salarios y la obtención de f inanciamiento del sector que se benefició
con el patrón de acumulación instaurado desde la dictadura hasta la
actualidad (Coraggio, 2002).
En esta línea se han ido enhebrando acciones provenientes de otros
sectores tales como universidades públicas y privadas, empresas
solidarias, movimientos de trabajadores desocupados y agencias
estatales de desarrol lo, logrando confluir en un punteo de prioridades
que ingresaron a la arena polít ica y fueron incorporadas, en parte, a
polít icas públicas establecidas mediante un programa que establece
instancias de evaluación externa y de participación a fin de garantizar el
control democrático de las diversas organizaciones participantes y de los
estados provinciales y municipales, abriendo así instancias locales de
promoción de proyectos colect ivos orientados hacia procesos de
inclusión social.
Entre los puntos más sobresalientes de dichas propuestas extraemos del
análisis realizado por Coraggio (2002) las siguientes59:
1- Impulsar el desarrollo de una amplia red de empresas asociadas,
productoras de bienes o de servicios para el mercado (pecuniario o de
trueque), proveedores de servicios autogestionados o de infraestructura
(obras públicas), que valoricen los activos de los trabajadores y
mejoren su hábitat; que promuevan capacidades de emprendimiento y
producción duraderas, capaces de sumarse al sector de economía social o
al mercado con fines de lucro. Se trata de vincular la “ayuda económica
estatal” a la participación en trabajos comunitarios o cooperativos
propios de la economía social.
59 Se o frecen los puntos centrales de l ar t ículo Polí t icas Socia les, laborales y de
dist r ibuc ión del ingreso , encuentro “Hacia el P lan Fénix. De la cr is is actual al
crec imiento con equidad”, UBA, Buenos Aires, 2002.
147
2- Extender el beneficio como derecho para todas las famil ias que lo
necesiten (universalización), proporcional al número de hijos y relativo
a las condiciones locales específicas; aumentar el valor de la ayuda
económica en relación con el nivel de vida de cada región del país;
extender el plazo de otorgamiento mientras se mantengan las
condiciones que lo justi f iquen o esté en proceso de maduración un
emprendimiento de economía social al que se hayan integrado los
trabajadores que reciben el subsidio -admitir que el hogar debe ser la
unidad de intervención, permitiendo que otros miembros desocupados
del mismo, que no sean cabeza de familia puedan realizar las
prestaciones laborales-.
3- Limitar el acceso indirecto a la ayuda económica como subsidio al
empleo por parte de empresas privadas, salvo en condiciones probadas
de vulnerabil idad de los puestos actuales de trabajo, que deberán ser
preservados, y aun en esos casos la vinculación deberá ser por t iempo
l imitado; favorecer arreglos de cogestión de trabajadores y empresarios
con el control de los sindicatos dada la debil idad del Estado para
controlar el cumplimiento de sus propias disposiciones.
4- Proveer de asesoría técnica, así como de acceso general al
conocimiento y la información -a través de las universidades, Institutos
Tecnológicos, sistema de educación y capacitación en general- a los
promotores y agentes de empresas asociadas, sin fines de lucro.
5- Proveer un fondo de capital de trabajo y de inversión inicial para las
empresas y, a la vez, desarrollar un sistema de Banca Social y de
Microcrédito de varios niveles y esti los (desde el crédito solidario
según la metodología del Grameen Bank hasta el crédito a sola fi rma
monitoreado, previa constatación de la viabil idad del emprendimiento).
148
6- Convocar y registrar a las organizaciones sociales, no
gubernamentales, sindicales, barriales, productivas, profesionales,
estudianti les, educativas, de servicios de salud, así como empresas
privadas, con disposición y capacidad probada para generar, detectar,
formalizar y dar apoyo a proyectos de economía social.
7- Capacitar promotores locales y regionales de la economía social,
incluyendo agentes públicos, hasta ahora dedicados al trabajo de campo
asistencialista y la formación de una generación de jóvenes promotores
y emprendedores sociales locales, seleccionados por las comunidades
locales por su capacidad, remunerados como pasantes, capaces de mediar
entre recursos y empresas, y de contribuir a eslabonar sistemas de
empresas complementarios, aumentando la eficiencia y la sostenibil idad
de los mismos.
8- Generar un Banco de Información sobre oportunidades de mercado,
base para regular la entrada en áreas con riesgo de sobreproducción;
áreas de necesidades insatisfechas, acceso a las tecnologías y formas de
organización más apropiadas; generación de espacios de encuentro para
aprender de otras experiencias, consolidación de acciones colectivas y
promoción de los productos de la economía social en mercados más
amplios. Todo esto encaminado a facil i tar la participación en redes y
mercados internacionales de economía social, economía solidaria,
empresa social, economía popular, productos ecológicos, turismo
cultural, etc.
9- Enmarcar la promoción de formas de la economía social en planes
estratégicos de desarrollo local o regional elaborados de forma
participativa, apoyados metodológicamente desde los gobiernos
provinciales, las universidades u otras instituciones con capacidad para
hacerlo.
149
10- Redirigir parte del poder de compra del Estado hacia el sector de
Economía Social para evitar -como resultaría con la tarjeta de débito
como instrumento de cobro de los subsidios- que la capacidad de compra
se diri ja hacia el sector monopolista, favoreciendo la segmentación de
los mercados -como lo hacen las redes de trueque-, vinculando la
producción con el consumo directamente o, en todo caso, con la
mediación del microcomercio minorista organizado (por ejemplo,
armando una canasta básica que estaría disponible solamente en la red
de comercios minoristas). Con esto se pretende un efecto multipl icador
local del impacto redistributivo y minimizar su fi l t ración al exterior o
a los monopolios.
11- Desarrollar marcas locales del sector asociativo; realizar una fuerte
propaganda institucional de modificación de los hábitos de compra:
compre nacional, compre local, genere empleos, genere un ambiente
sano, evite el endeudamiento externo y, negociar con el comercio
minorista, la inclusión de los bienes producidos por la economía social
en los canales de oferta local y regional.
12- Desarrollar un programa de seguridad al imentaria que garantice que
ningún hogar carezca de una canasta básica de alimentos, mediante la
organización de su poder de compra, la autoproducción comunitaria, la
organización de redes de producción e intercambio (ferias, etc.), lo que
implica, además, una intervención en los mercados de alimentos
exportables.
13- Generar una normativa nacional, provincial y municipal que regule y
facil i te el acceso a personería jurídica, pero l ibere de impuestos o tasas
al sector social de la economía, considerado de interés público; esto
incluye en particular el desarrol lo de una banca social y un sector
financiero cooperativo que canalice los ahorros populares hacia las
actividades económicas de los mismos trabajadores, asociados o
individuales.
150
Esta propuesta que ha sido consensuada por la totalidad de las
organizaciones polít icas que conforman la Central de Trabajadores
Argentinos (CTA), es el intento de insti tucionalización de parte de un
largo proceso emprendido por los sectores vulnerabil izados por la
pérdida del trabajo y la lucha cotidiana por renovar la igualdad de
oportunidades en una sociedad altamente excluyente.
6. El balance después de la tercera década neoliberal
El proceso de deterioro de las condiciones de vida de los argentinos
l leva casi treinta años ininterrumpidos y sus huellas sociales se
presentan profundas y duraderas. Asimismo, se sabe que sin la
intervención del poder polít ico la pobreza y la miseria continuarán su
curso reproduciéndose de generación en generación; según estimaciones
podemos estar frente a la tercera generación de argentinos excluidos, lo
que implica un nivel de daño irreparable para los sectores populares.
Después de treinta años de predominio del neoliberalismo, en la
estructura social y económica de la Argentina actual se experimenta la
penosa sensación de que sobra la mitad de la población. Los excluidos,
en tanto desocupados o subocupados en actividades improductivas, no
forman parte de la oferta ni de la demanda, ya que al carecer de ingresos
no tienen inserción en el mercado y conforman, eso sí, el extendido
sector de los que padecen acuciantes necesidades de bienes públicos.
Ante este cuadro, se hace imprescindible la referencia al pasado, a los
t iempos de la construcción de la nación que contuviera a las mayorías,
ya que lo que queda en pie en la Argentina se origina en ese esfuerzo
que la sociedad se propuso a lo largo de la existencia de las
generaciones que nos precedieron y que hicieron posible la inclusión
social, en tanto bisagra a la hora de construir una sociedad desarrol lada.
151
Como dice Rubén Berenblum (2005)
[…] nuestros abuelos supieron de la pobreza, del trabajo de
sol a sol, de la dif icultosa adaptación a un medio extraño
donde las costumbres, la rel igión o la lengua representaban
a menudo un di lema insoluble. Supieron de la pobreza, pero
no de la exclusión. A lo largo del siglo XX, la sociedad
argentina, paulat inamente, los fue incluyendo; los medios
que material izaron esta inclusión fueron los únicos posibles,
la educación, la salud, el trabajo digno y protegido, la
seguridad social, el acceso a la cultura y a la práct ica de los
deportes. Un proceso de cohesión nunca concluido en el que
el Estado impuso su l iderazgo y que también descansó en la
acción de las inst i tuciones civi les de la sociedad. Luego, a
part ir de mediados de los setenta, pero con especial énfasis
en los noventa, se veri f icó el desplome mencionado y la
sociedad se internó en el proceso de descomposición social
que vivimos y que pareciera no tener f in.
El desarrollo sat isfactorio de las naciones estriba en la fortaleza de un
sistema productivo, con creciente incremento del valor agregado por el
conocimiento, verif icándose un proceso de inversión social en la
dotación de bienes y servicios públ icos garantizados por el Estado. En
este sentido no es posible pensarse en una sociedad moderna en la que
no se destinen considerables fondos a la reproducción del capital social.
Estas inversiones están enderezadas, además, a restablecer cierta
equidad en la distr ibución de la r iqueza y a favorecer, ya que no
garantizar, la l lamada igualdad de oportunidades (Beremblum, 2005).
Como se desprende de la experiencia histórica contemporánea, el
desarrollo requiere un tejido social cuya densidad descanse en un
creciente esfuerzo de construcción de condiciones de vida que
comiencen antes del nacimiento y se prolonguen por muchos años. La
salud de los padres, la alimentación, la vivienda, la prevención y
152
atención de la salud de los niños, la educación inicial, incluyendo la
estimulación temprana en el hogar y la socialización en el ambiente
escolar, la protección de la famil ia, en términos afectivos y materiales,
la indumentaria y el calzado adecuados y la práctica de los deportes, por
mencionar algunas de las características del modo de vida de los niños y
jóvenes de las naciones desarrolladas, se constituyen en
condicionamientos previos al complejo y costoso paso por las aulas de la
educación formal y la capacitación profesional. La equidad y las
necesidades funcionales vienen pues a converger en un sistema que
otorga estabil idad y cohesión social a las naciones que lo han puesto en
práctica desde los orígenes de la sociedad industrial60.
Suponer que la competit ividad para la Argentina, en el l lamado mundo
globalizado, descansa en la explotación de salarios bajos y precarias
condiciones de contratación del trabajo, la fragmentación social y la
inserción en los mercados internacionales como productores de materias
primas alimentarias o energéticas, constituye una falacia. El debate
esencial de la Argentina de hoy debe centrarse en la definición de los
mecanismos de articulación social destinados a restablecer la inclusión
social, no sólo por una cuestión de justicia, sino porque ésta se
constituye en uno de los instrumentos fundamentales para promover y
sostener el desarrollo integral. Expresado en otros términos, el punto de
partida para que la Argentina se encauce y pueda enfrentar sus
compromisos internos y externos reside en la reconstrucción de los
factores endógenos del desarrollo y en la uti l ización del Estado para
movil izar los mecanismos que posibil i ten ese desarrollo61.
60 Op. cit, 2005:133. 61 Op. cit, 2005:133
153
ANEXO
154
Régimen polí tico de la Repúbl ica Argentina
La forma de estado y de gobierno de Argentina están definidas en el
art ículo 1º de la Constitución Nacional, el cual establece:
La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa,
republicana y federal, según lo establece la presente Constitución.
En virtud de expreso mandato constitucional dos de los elementos
constitut ivos del estado, poder y territorio, se organizan bajo el sistema
federal; el lo signif ica una organización descentralizada con base
territorial , horizontal que comprende dos esferas de gobierno
delimitadas, cada una con una parte del poder total como antítesis del
sistema unitario. El federalismo supone la coexistencia de diferentes
centros de autoridad, con reparto en el ejercicio del poder polít ico
dentro del estado, sin subordinación del uno al otro; existe coordinación
y cooperación hacia el logro de metas comunes y ambas esferas, la
nacional y las locales, se encuentran sujetas o subordinadas a reglas
comunes de convivencia contenidas en la Constitución Nacional.
Dichas reglas se encuentran contenidas en el artículo 5º, que establece
las cinco condiciones que deben cumplir los estados provinciales como
entidades autónomas dentro del estado federal para ejercer el poder
constituyente; y en el art ículo 6º, establece las causales de intervención
federal a las provincias. Por otro lado, el artículo 121º estipula que las
provincias conservan todo el poder no delegado por la Constitución al
gobierno federal y el que expresamente se hayan reservado al t iempo de
su incorporación, norma que debe complementarse con los artículos 122º
y 123º. El artículo 124º, incorporado luego de la reforma constitucional
del año 1994, contempla la creación de regiones por parte de las
provincias para su desarrollo económico y social.
155
En cuanto al reparto de competencias o facultades entre ambas esferas
de gobierno, debe tenerse presente que las Provincias no son simples
divisiones administrativas, sino que son autónomas con poderes propios
y que antecedieron a la Nación y, en principio, no hay subordinación del
gobierno provincial al federal, salvo en cuanto éste representa por
mandato constitucional el interés general de la nación, conforme los
artículos 5º, 6º y 31º.
En virtud de lo consagrado por el artículo 121º de la Constitución
Nacional, las provincias conservan, después de la adopción de la
Constitución, todos los poderes no delegados, a menos de contener en la
Constitución alguna disposición expresa que delegue, restrinja o prohíba
su ejercicio. Así, surgen del texto constitucional competencias
exclusivas del Gobierno Federal y que le han sido delegadas por las
Provincias, facultades cuyo ejercicio les está vedado a éstas, conforme
establece el art ículo 126º; competencias reservadas por las Provincias
(art. 121º) y competencias concurrentes, cuyo ejercicio corresponde
indistinta y simultáneamente a los órdenes federal y provincial, y que
son los poderes comprendidos en los artículos 125º y 75º, inc. 18º.
En el año 1994 se reformó parcialmente la Constitución Nacional. Uno
de los intereses sobre el que giró dicha reforma fue el correspondiente a
la reelección presidencial; permitiendo de este modo usufructuar por un
segundo período en el Poder Ejecutivo a Carlos Memen. Se incluyó
también, y expresamente, la temática ambiental en el capítulo de
“Nuevos Derechos y Garantías”. Al respecto el artículo 41º establece:
Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equil ibrado,
apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las
generaciones futuras; y t ienen el deber de preservarlo: el daño
ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer,
según lo establezca la ley.
156
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la
uti l ización racional de los recursos naturales, a la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y la
información y educación ambiental.
Corresponde a la nación dictar las normas que contengan los
presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias
para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones
locales.
Se prohíbe el ingreso al terri torio nacional de residuos actual o
potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.
157
Capítulo IV
La provincia de Neuquén, procesos globales y cambio estructural
Imagen satel i tal de la provincia de Neuquén
158
1. La estructura social neuquina en tiempos de globalización
De acuerdo a la lógica que hemos elegido para abordar los procesos más
abstractos a nivel global y su relación con la construcción y
reconstrucción de las estructuras sociales de entornos locales, hemos
analizado las relaciones de la situación mundial, latinoamericana y
argentina, por lo que corresponde ahora abordar la caracterización de las
dimensiones presentadas en el modelo para analizar la globalización y
sus efectos sobre el territorio en la provincia de Neuquén, en la que se
sitúa nuestro caso de estudio.
En este apartado se detallan aspectos generales de la dimensión
socioeconómica, polí t ico-institucional y simbólico-cultural de una de las
provincias argentinas del norte de la región patagónica, dentro de la cual
se localiza un sistema agroalimentario altamente dinámico, diversificado
y con fuerte conexión con el mercado externo. Asimismo, es importante
el peso de otras actividades como la explotación de hidrocarburos, lo que
ha derivando en un proceso de cambio de las estructuras sociales a lo
largo de las últ imas cuatro décadas.
1.1. Ubicación geográfica
De posición mediterránea, Neuquén está ubicada en el extremo
noroeste de la Patagonia Argentina, junto a la cordil lera de los Andes,
lo que la hace privi legiada en la conformación de parte de su territorio
de montañas, nieves eternas, lagos, ríos, bosques, vegas y mall ines, al
t iempo que beneficia la diversidad de actividades productivas l igadas a
la fruticultura, al turismo, la explotación de hidrocarburos e
hidroelectricidad, etc., que se desarrollan bajo cánones globales.
159
Con una superficie de 94.078 Km2, la provincia se encuentra situada al
oeste de Argentina; l imita al norte con Mendoza, al este y sur con Río
Negro, y al oeste con la Repúbl ica de Chile.
1.2. Clima
El cl ima neuquino es de tipo continental frío, con estación templada.
Sin embargo, se pueden distinguir cuatro modalidades cl imáticas que
determinan regiones y paisajes diferentes: frío húmedo de los Andes
patagónicos, nival, semiárido cordil lerano y árido de la Estepa. En esta
últ ima región climática se encuentra comprendida el área bajo estudio.
El cl ima frío, con estación templada, seca y de intensos vientos se
combina con un relieve en el que predomina la meseta. Estos
condicionantes naturales no son, actualmente, impedimentos para la
explotación agroindustrial debido a la sofisticación en los sistemas de
riego y la abundancia de agua que proveen los ríos Limay y Neuquén.
A partir de estos avances en tecnología, dentro del terr itorio provincial
se han puesto en producción importantes extensiones de suelo
derivando en la creación de nuevos polos de asentamiento de mano de
obra, con base en actividades productivas centrales y otras originadas
de externalidades posit ivas62.
Al estar ubicada en la diagonal árida del país, ofrece una gran amplitud
térmica anual (aproximadamente de 15º a 40º C), un régimen pluvial de
intensidad y duración irregular (150 a 200 mm anuales) y cada vez más
baja cobertura vegetal. En este clima t ienen especial incidencia las
62 Act iv idades subs id iar ias de ot ras cent rales, que incluyen la real ización de servic ios y que dan or igen a nuevas empresas.
160
precipitaciones torrenciales de verano lo que permite la generación de
reservorios de agua para las zonas alejadas de acuíferos naturales.
2. Dimensión Socioeconómica
La región experimentó los efectos de poblamiento acelerado,
urbanización y crecimiento económico en particular, porque se
combinaron sus condiciones –una importante capacidad energética, tal
como gas, petróleo y recursos hídricos- con el proceso polít ico-
económico que vivía el país: la denominada etapa “desarroll ista” en la
década del 60, el alto precio internacional del petróleo y los
excedentes de l iquidez de la banca comercial internacional que fueron
transferidos a Latinoamérica como préstamos para financiar la
construcción de grandes obras públicas y privadas por organismos
internacionales.
Una década más tarde, cuando en el resto del país comenzaba a
producirse un estado de estancamiento como consecuencia de la crisis
económica que se agudizaba en el mundo y en el continente, los
factores ci tados confluyeron para resolver una estrategia de
crecimiento provincial basada en polít icas de aprovechamiento de
recursos energéticos: construcción de oleoductos, gasoductos, obras
hidroeléctricas, planta de agua pesada, etc. Ello demandó importante
cantidad de mano de obra proveniente de otras provincias y países
l imítrofes, y produjo una reactivación del empleo en la construcción de
infraestructura social para dotar los pequeños pueblos que albergaban a
los trabajadores.
La interrelación de actividades productivas como la agropecuaria,
agroforestal y turística, propició la diversificación productiva y nuevas
161
dinámicas polít ico-administrativas (incentivo a la radicación de
migrantes, convenios bilaterales con países l imítrofes) y simbólico-
culturales, que, a partir de 1970, dieron paso a un proceso de
territorial ización63 de nuevos espacios elegidos por el Estado
provincial o el capital privado para desarrollar los sistemas de
producción.
2.1. Actividad Agropecuaria
Los valles de los ríos Limay y Neuquén, en el departamento
Confluencia representan el 96% del valor producido en la provincia.
En el resto del territorio, los riegos están destinados al mejoramiento
de las pasturas espontáneas. Los principales cult ivos son de manzanas
y peras, a las que se agregan duraznos y uvas. Las inversiones
realizadas para lograr calidad en los productos los hace exportables,
lo que ha l levado a la complejización de la cadena agroindustrial
incorporando la industrial ización, la conservación y el transporte en
frío.
Por su parte, en la zona cordil lerana predomina como act ividad la
ganadería trashumante, consistente en el desplazamiento del ganado
caprino para el pastoreo, conforme las estaciones del año, la posición
de las t ierras explotadas y el régimen de tenencia de las mismas. El
ganado predominante es el lanar, y su mayor concentración se da en el
centro y sur de la provincia. Las principales razas son la Merino, que
se adapta a regiones de pastos escasos, secos y duros, y la Corriedale,
que se cría en la precordil lera. En las zonas de mayor densidad
63 Ver capí tu lo I . (…) Terr i to r ia l ización es e l conjunto de práct icas administ ra t ivas ,
económico-product ivas o estr ic tamente soc ia les encaminadas a const ru i r un determinado
espac io geográf ico o f ís ico en un terr i to r io ; un espacio socialmente d i ferenciado y
l imi tado sobre el que se const i tuye un hábi tat , un escenario de acción y de relaciones
socia les en e l que t iene lugar la p roducc ión y reproducción de la sociedad
162
poblacional se encuentran los establecimientos más tecnificados,
mientras que en el norte hay mayor número de explotaciones ovinas
con menor calidad de ejemplares y lanas.
En la últ ima década, como estrategia frente a la exclusión de miles de
productores de ganado caprino a partir de la implementación del
neoliberalismo en el país, los productores de la zona centro
conformaron la Asociación de Crianceros Unidos. Entre sus logros más
importantes podemos mencionar la aprobación por parte del Estado
provincial de polít icas de protección a la actividad y subsidios ante
riesgos climáticos, y una sólida inversión en tecnología para mejorar la
lana logrando alta calidad para exportación. Especializados en pelo de
cabra ubican, actualmente, gran parte de su producción en países de la
Unión Europea.
El mayor porcentaje de caprinos está en el centro y norte de la
provincia. Muchos de ellos son el resultado de la cruza entre
Castellana de la Extremadura y Angora. Los vacunos, con predominio
de razas europeas, se crían en los campos cordil leranos al socaire del
cl ima invernal riguroso -valles angostos, vegas y mall ines-, con una
alimentación consistente en forrajes espontáneos y cult ivados.
2.1.1. Explotación forestal
En la zona cordil lerana se han implantado, en los últ imos treinta años,
numerosos bosques de coníferas, lo que ha devenido en un atract ivo
turístico de gran valoración estética para el paisaje cordil lerano.
Asimismo, se concentró la forestación en zonas provinciales
estratégicas buscando el asentamiento de núcleos humanos y la
conformación de act ividades productivas, con especies proveedoras de
maderas destinadas a la fabricación de embalajes para frutas, muebles,
construcción de viviendas, entre otros destinos.
163
En el siguiente capítulo damos razón de la cristalización de la relación
global-local, en procesos de territorial ización de algunos espacios y de
desterritorial ización de otros64.
64 Ver Capítu lo I apartado Hipótesis 2, 3 y 4 .
164
2.1.2 Los recursos no renovables: energía, industria y turismo
Las actividades productivas l igadas a la explotación de recursos no
renovables son centrales en los aspectos socioeconómicos de la
provincia.
Las tres cuartas partes del terr itorio neuquino poseen condiciones
favorables para el desarrollo de la minería. La mayor act ividad se
concentra en la región norte, aunque todavía no ha alcanzado un
desarrollo sostenido. La producción metalí fera se concentra en oro,
plomo y barinita.
El conjunto de embalses construidos a partir del Complejo El Chocón -
Cerros Colorados-, posiciona a la provincia como segunda proveedora
de electricidad del país, y los importantes yacimientos petrolíferos y
gasíferos, desde principios de los ochenta, en el primer proveedor; de
esta provincia parten tres gasoductos troncales y un oleoducto que
provee del hidrocarburo a desti lerías chilenas.
Durante muchos años, la actividad industrial neuquina se l imitó a
productos alimenticios y forestales. En los años sesenta, el plan de
industrial ización del imitó como núcleo de desarrollo el área del centro
provincial, comprendida por Neuquén, Zapala y Cutral Có. En la
actualidad se hal lan radicadas industrias de diverso tipo:
electrotécnica, mecánica, texti l , cerámica, plástica, metalúrgica y
subsidiarias del petróleo. En Zapala se produce cemento y cal, y en
Cutral Có comenzó a funcionar una planta petroquímica.
Los múltiples atractivos paisajísticos de Neuquén y sus fuentes
hidrotermales generan una creciente corriente turística. Son tres
grandes áreas: la región de los lagos, con sus bosques y montañas
nevadas, y amplias posibil idades deport ivas, el distrito de Copahue-
165
Caviahue, con aguas termales y barros de efectos curativos, y
Confluencia, que aporta los lagos de embalse.
Ahora bien, la necesaria planificación del desarrollo provincial, para
acompañar el proceso de expansión de las actividades mencionadas, se
tradujo en demanda de enormes contingentes de mano de obra y, por
ende, en la migración de flujos poblacionales cuya dinámica aún hoy
persiste.
166
2. 2. Demografía
Gráf ico Nº 2 Porcentaje de población extranjera en la población
total por jurisdicción según año censal País y Provincia del Neuquén años 1895-2001
Fuente: Elaborado por la Dirección Genera l de Estadíst ica y Censos de la Provinc ia del Neuquén, en base a datos de Censos Nacionales de Población. Si tuación Demográf ica de la Provincia del Neuquén. Ser ie Anális is Demográf ico Nº 12. INDEC.
Los rasgos sociodemográficos se relacionan con la importante demanda
de mano de obra de las principales actividades productivas que se
realizan sobre el terri torio provincial, mostrando una intensidad en el
crecimiento poblacional desde fines del siglo XIX y mediados del siglo
XX, época en que se consolida la conformación del estado nacional y su
territorial ización geopolít ica actual como se observa en el gráfico
anterior.
Desde el censo de población y vivienda realizado en 1947 hasta la
actualidad, se constata un crecimiento ininterrumpido demostrado en la
tripl icación de habitantes en el intersticio censal del 70 y el 91. Pese a
167
haberse frenado la intensidad del fenómeno migratorio en las dos últ imas
décadas, su importancia en este aumento es crucial; concentrada en el
Departamento Confluencia pero diseminada a lo largo y ancho de toda la
provincia, la población nueva colaboró y colabora en la construcción y
organización social del territorio tanto en el área rural como urbana.
Cuadro Nº 11
Evolución poblacional según censos nacionales
Año
Censa l
1947
1960
1970
1980
1991
2001
Tota l
Población
86.836
109.890
154.570
243.850
388.833
474.155
Fuente: E laboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de Población y v ivienda, INDEC.
Las proyecciones para 1999 marcaban un aumento superior al actual,
estimando una cantidad de 540.384 habitantes. Sin embargo, la
población, según datos del Censo 2001 es de 474.155 personas, con
una concentración de 203.190 habitantes en la capital neuquina.
La distribución poblacional es de 419.983 habitantes en área urbana y
de 54.172 habitantes en zona rural; presenta también una densidad de 5
hab./km2, registrándose un leve aumento (0,77) en el últ imo período
íntercensal. La población neuquina se distr ibuye de manera poco
uniforme en el territorio provincial; solamente tres de sus treinta y tres
municipios -Neuquén, Cutral Có y Zapala- concentran
aproximadamente el 56,67 % del total de la población municipal -
268.719 habitantes- respecto del total de la población de la provincia.
168
A su vez, poseen las mayores densidades -habitante por ki lómetro
cuadrado- de población a nivel departamental65.
El crecimiento del departamento Confluencia está relacionado con la
concentración que supuso la ubicación de la capital de provincia en dicha
área y sobre todo con la del imitación de los futuros polos de desarrollo
provincial, determinados por la ubicación de terminales viarias del
ferrocarri l . La conformación de la ciudad capital como centro
económico, administrat ivo y de servicios sumó desde los años 60 hasta la
actualidad el impulso de las actividades hidrocarburíferas,
hidroeléctricas y de la construcción.
De este modo, la ciudad de Neuquén, en su condición de capital
provincial más el efervescente desarrol lo demostrado en las últ imas
décadas, se convirt ió en la ciudad más importante de la región
patagónica, disputándole la hegemonía del sur argentino a la ciudad de
Bahía Blanca, ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires.
2.3. Estructura del empleo
En cuanto a la estructura del empleo, el contraste en los últ imos años
está dado por la fuerte presencia del sector privado en el sector servicios
y comercio, frente a una baja part icipación del sector públ ico productivo
de la economía provincial. Esto se relaciona con la dependencia del
desarrollo económico a la explotación de hidrocarburos y energía, lo que
ha determinado que el Estado Provincial deba ampliar su oferta
asistencial en materia de salud, vivienda, educación, transporte y
comunicaciones, para ofrecer condiciones de equipamiento e
infraestructura social para las nuevas localizaciones de pueblos y
ciudades l igadas a dichas actividades acorde al creciente flujo migratorio
que se ha establecido en las mismas.
65 El Censo de Población y Viv ienda 2001 arroja las siguientes c i fras: en Neuquén 203.190 habi tantes; Cutral Có, 33.995 y Zapala 31.534.
169
Hasta la década del 90 el índice de desempleo en la provincia era
sensiblemente inferior al del resto del país; esta situación, que se ha
invertido desde esa época -casi en un 16% en 1996-, t iene como
fundamento el impacto que supuso el proceso de privat ización de
empresas públicas nacionales localizadas sobre el territorio provincial,
que daban empleo a la mayoría de la población. A este fenómeno lo
enmarcamos dentro del proceso de desterri torial ización generado desde
la implementación de las polít icas neoliberales de desregulación y
l iberalización de los activos del Estado argentino.
Relacionado con este proceso, la paulatina disminución del empleo
público en favor del sector privado y el aumento de los trabajadores por
cuenta propia entre 1980 y 1991, responde al ajuste estructural
propiciado por las recetas neoliberales a las cuales adhirió el presidente
Menem y que acataron los gobiernos provinciales, a pesar de las fuertes
protestas y confl ictos por parte de los ciudadanos que se oponían a
perder sus fuentes de empleo.
Cuadro Nº 12 Dinámica del Empleo por sector 1980-1991
Empleo Año 1980 Año 1991
Trabajadores Sector Públ ico 32 % 28 %
Trabajadores Sector Pr ivado 39 % 34 %
Trabajadores Por Cuenta propia 16 % 20%
Fuente: Elaboración propia en base a Censos 1980-1991. Direcc ión Genera l de Estadíst ica y Censos.
170
Según el Censo de 1991, la población económicamente activa (PEA) en
la provincia representaba un 62,48%; para el censo 2001 dicho
porcentaje permanece casi sin variación (62,5 %), a pesar del aumento
de población. De la población de 14 años y más, la categoría
ocupacional con índice más alto es la de obrera o empleada, lo que
representa un 74,8% ocupada, mayoritariamente en el sector servicios
y en la construcción.
Asimismo, la tasa de desocupación, cuya evolución se aprecia en el
cuadro siguiente, está en directa relación con el cimbronazo que
padeciera la economía del país al caer la convertibi l idad que
equiparaba el peso con el dólar americano, lo que se suma a la
degradación del sistema productivo junto con la privatización de los
activos nacionales desde los años 90 en adelante.
Cuadro Nº 13 Tasa de actividad, empleo y desocupación aglomerado Neuquén
Según medición ondas de mayo 2001-2003
Tasa 2000 2001 2002 2003
Tasa de Actividad∗∗∗∗ 41,3 43,0 42,5 42,4
Tasa de Empleo∗∗∗∗∗∗∗∗ 34,0 36,5 33,6 36,9
Tasa de Desocupación 17,7 15,2 20,9 13,1
Fuente: Elaborado por la Di rección General de Estadís t ica y Censos de la Provincia del Neuquén, en base a datos de a Encuesta Permanente de Hogares. INDEC. ∗ Relac ión entre la pob lac ión económicamente act i va y e l to ta l de la pob lación. ∗∗Relación entre la pob lac ión ocupada y la pob lación to ta l mient ras que la act iva.
En línea con lo planteado, si observamos las causas de pérdida de
trabajo de la población desocupada en el aglomerado Neuquén-Plottier
(cuya muestra es representativa para el resto de la provincia),
encontramos en primer lugar, y para todos los años analizados, la
finalización de trabajo temporario y el despido. Estos resultados son la
consecuencia de la implementación de la Ley de Flexibil ización
Laboral, aprobada por el gobierno menemista y aplicada en su máxima
171
expresión por el Estado en todos sus niveles, que incluye a modo de
ejemplos los nuevos encuadres de las distintas formas de dependencia
laboral: contratos laborales con duración de tres a seis meses;
contratos de Prestación de Servicios que no contempla el pago a la
seguridad social; contrato de Locación de Obras y todos las
modalidades de tercerización de servicios de profesionales.
Gráfico Nº 3 Causas de pérdida de trabajo de la población desocupada
con ocupación anterior por onda Aglomerado Neuquén-Plott ier onda mayo. Años 1999-2003
(1) Incluye a aquel los que “ le pagan poco” , la tarea era “por debajo de su cal i f icac ión” y “ot ras causas laborales”. (2) Incluye “causas personales” y “re t i ro voluntar io”. Fuente: Elaborado por la Dirección Genera l de Estadíst ica y Censos de la Provinc ia del Neuquén, en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares. INDEC.
2.4. Calidad de vida de la población
Con respecto a los indicadores que miden el nivel de bienestar social y la
calidad de vida de la población, observamos en el cuadro Nº 14, para
172
1991 que el 21,4% de la población que habitaba viviendas particulares
tenía alguna de sus necesidades básicas insatisfechas (NBI); asimismo, la
condición de hacinamiento daba una mayor proporción de población
provincial bajo la misma, 14,08%. Según datos del censo 2001, estos
valores representan, actualmente, un 17% y 14% respectivamente.
El índice de instrucción de la provincia es alto (93,3%), teniendo en
cuenta la población de tres años y más y la obl igatoriedad
constitucional del primer y segundo nivel educativo que les cabe a
todos los ciudadanos argentinos.
La concentración de viviendas particulares tipo “A” y apartamentos,
constituye un polo habitacional en el municipio de Neuquén; los
mismos son construcción que fueron realizadas por el estado provincial
para promover la radicación de población, entre las décadas de 1970 y
1980. De un total provincial del 77,67%, le corresponde a este ejido el
48,79%.
Cuadro Nº 14 Evolución Población en hogares particulares
con NBI en Neuquén según Censos 1980, 1991 y 200166
Hogares Part iculares 1980 1991 2001
Provinc ia Neuquén Tota l En
Hogares NBI %
Tota l En Hogares
NBI %
Tota l En Hogares
NBI %
Tota l
232.762
93.507
40,2
380.300
81.391
21,4
467.857
79.547
17,0
Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de Población y Viv ienda 1980 y 1991 y del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.
66 Se consideran hogares con NBI a aquel los en los cuales está presente a l menos uno de
los s iguientes ind icadores de pr ivación: a-Hogares que tengan más de 3 personas por
cuarto (hac inamiento crí t ico ). b- Hogares que habi tan en una viv ienda de t ipo
inconveniente (p ieza de inqui l inato, v iv ienda precar ia u ot ro t ipo) .c - Hogares que no
tuv ieran n ingún t ipo de ret rete.d - Hogares que tengan algún n iño en edad escolar (6 a 12
años) que no asist ie ra a la escuela. e- Hogares que tengan 4 ó más personas por miembro
ocupado y cuyo jefe no haya completado tercer grado de escolar idad pr imaria.
173
Ahora bien, hasta bien entrada la década del 90, la Provincia fue
receptora de importantes flujos migratorios que se fueron distribuyendo
en las principales ciudades; este proceso permitió un desarrol lo inusitado
de infraestructura y servicios que el propio estado proveía: educación,
salud, vivienda, justicia, empleo, etc. La desaceleración de las
migraciones tiene su correlato primero en la violencia emanada del
Estado a partir de la implementación de la dictadura mil itar y luego en el
desguace de las infraestructuras montadas en torno al desarrollo
concebido desde la ISI.
174
3. Dimensión político-institucional
3.1. La autonomía municipal en la Patagonia
Luego de la reforma constitucional de 1994, la autonomía municipal en
la Argentina puede abarcar la organización institucional, la actividad
polít ica local, y la administración de sus asuntos sin interferencias
externas, incluyendo la realización de act ividades económicas y
financieras que hagan factible el cumplimiento de los fines propios de
la actividad local. Pero el problema que sigue sin resolución es
determinar el ámbito propio, exclusivo, racionalmente defendible y
materialmente real izable de la actividad local, lo que constituye la
discusión por las competencias del poder local, que se da o se ha dado
en todos los casos de municipios que han iniciado la confección de su
carta orgánica .
En todas las constituciones provinciales de la Región Patagónica la
autonomía es un rasgo previsto, aunque el alcance de la expresión no
es el mismo; desde el caso de Río Negro que asegura la autonomía
plena (capacidad para dictarse su propia Carta Orgánica) a todos los
municipios (conglomerados urbanos de más de 2.000 habitantes), al de
La Pampa que no se la otorga a ninguno, encontramos grados
intermedias como la constitución de Neuquén, que se la concede a los
municipios de primera categoría y no a los de segunda y tercera.
Un rasgo significat ivo de esta región es el de una línea constitucional
"autonomista" en cuanto a los poderes locales, no obstante mantener la
asimetría que es propia del sistema insti tucional argentino en materia
municipal.
En efecto, el municipio, en su condición de tercer nivel de gobierno en
el terri torio, resulta determinado en sus facultades por las definiciones
constitucionales que adopten las provincias. Y ello no ha sido
175
sustancialmente alterado por la reforma constitucional de 1994, en el
sentido de que la interpretación de la Suprema Corte de Justicia ha
mantenido el criterio de que el diseño de la autonomía municipal,
ahora principio reconocido expresamente en la Carta Magna, es un
atr ibuto de las Provincias.
La reforma de la Constitución Nacional de 1994, introdujo de modo
explíci to, aunque vago, el concepto de autonomía municipal.
Reemplazó al artículo 106 (hoy derogado) por el 123, el que establece
que: Cada provincia dicta su propia constitución, conforme lo
dispuesto por el artículo 5. Asegurando la autonomía municipal y
reglando su alcance y contenido en el orden institucional, polít ico,
administrativo, económico y f inanciero.
Ello implica, como señala Quiroga (1994), que el constituyente no se
avino a otorgar l isa y l lanamente la capacidad de tercer nivel a todos o
a algunos de los municipios del país, dejando esa potestad en manos de
las Provincias, lo que nos hace coincidir con la apreciación del mismo
autor, en el sentido de que […] La cláusula define una intencionalidad
inequívoca respecto de la inserción del municipio argentino en la vida
polít ica del país. En tal sentido, dice mucho más que la cláusula
originaria del artículo 5º, pero no tanto como para uniformar
nacionalmente a una realidad tan compleja y rica en matices.
En lo que sigue describiremos el "mapa" institucional municipal de la
provincia de Neuquén, haciendo énfasis en dos aspectos que creemos
relevantes a la hora de pensar las autonomías locales: uno es el ya
enunciado con respecto a la capacidad de dictarse su propia Carta
Orgánica o constitución local, y el otro es el de la correlación entre la
representación en el órgano legislativo provincial y las
circunscripciones o regiones subprovinciales, ello como consecuencia
de sostener que una cierta correlación entre el representante electo y el
176
área territorial a la que pertenece refuerza, como principio que admite
ejemplos en contrario, la autonomía local.
Neuquén comprende en total 34 municipios: 11 municipios de primera
categoría, 10 de segunda categoría y 13 de tercera categoría. Es
también unicameral, el ige 25 legisladores por distrito único y
representación proporcional. Los municipios de primera categoría
pueden dictar Carta Orgánica, aunque sujeta a aprobación legislativa y
hasta el presente sólo lo han hecho ocho de ellos.
177
3.2. La democracia en la norpatagonia
La representatividad y su crisis en los escenarios provinciales del norte
de la Patagonia, conformado por las provincias de Río Negro y Neuquén,
requiere de una mirada amplia que imbrique los procesos nacionales
hegemónicos y su impronta en lo provincial: la dirigencia de sus dos
grandes partidos -la Unión Cívica Radical (UCR) en Río Negro y el
Movimiento Popular Neuquino (MPN) en Neuquén- pudieron alejarse de
los clivajes que a nivel nacional orientaron el “humor” ciudadano en
estos veinte años, construyendo y consolidando una hegemonía
provincial. Sus prácticas polít icas han resistido mejor la crisis de
representación, quizá porque han sabido tomar distancia y conservar ese
“malestar sobrante” en las sociedades provinciales, a la vez que
desentenderse de la responsabil idad asumida por las dirigencias
nacionales.
Eso fue posible con resonante eficacia porque la crisis de
representatividad tiene su origen en la incapacidad de la dirigencia
nacional para elaborar una polít ica que compatibil izara las reformas
económicas y polít icas con las demandas de la sociedad a largo plazo,
desde 1983 en adelante. Como resultado tenemos dirigencias locales con
cierta autonomía de lo “nacional” que se consol idan gradualmente,
posibil i tando mayores oportunidades de consolidar liderazgos locales
sustentados, principalmente, en proyectos de desarrol lo socioeconómico.
La capacidad de construir ese poder hegemónico en las provincias de la
Norpatagonia está relacionada con dos elementos centrales: a) la
consolidación de los dos partidos nacionales tradicionales, la Unión
Cívica Radical en Río Negro y los ideales del peronismo en Neuquén
reflejada en el Movimiento Popular Neuquino (MPN), y b) el rol jugado
por las oposiciones.
178
En cuanto al primer elemento, tanto una como otra expresión partidaria
pudieron adecuar su dinámica desde el Estado; de allí que la
caracterización de Partidos-Estados es de una enorme capacidad
descriptiva y explicativa, atendiendo a las exigencias de una sociedad
cambiante en sus actores y demandas, manteniendo al part ido como la
herramienta electoral que mejor ha podido sostener la dinámica de las
fuerzas locales.
Por otro lado, en Neuquén, la capacidad para consolidarse y conservar el
l iderazgo polí t ico del MPN, ha venido de la mano con la capacidad de
mantener estructuras económicas provinciales que vienen
desarrollándose desde la mitad de los años cincuenta del siglo pasado, en
sintonía con los mandatos a nivel internacional.
En este caso, donde ya se estaba produciendo una identidad
provincialista en torno a la cual se ha articulado la vida polít ica,
económica e insti tucional, la territorial ización de estos nuevos
l ineamientos desarroll istas se hacía más fácil en la medida que la crisis
de representación a nivel nacional afectaba a las expresiones locales
identif icadas con ese nivel de la polít ica. A lo largo y ancho de toda la
provincia neuquina, numerosas adecuaciones y ajustes polít icos
posibil i taron cambios institucionales y de l iderazgos que revelaban en
qué grado esos partidos eran permeables a las exigencias de renovación:
éstas se sucedieron en el año 1993 al poner fin al sesgo mayori tario de
las estructuras elect ivas de gobierno; la implementación de mutaciones
institucionales en 2005 dio como resultado la realización de una
convención de consti tuyentes elegidos por sus conciudadanos.
Podemos afirmar que la “territorial ización provincial” parte de un
proceso general que se inicia con el descrédito de los partidos a nivel
nacional hacia el final del gobierno de Alfonsín y la emergencia del
l iderazgo de Menem, haciendo posible la autonomización de no pocas
fi l iales polít icas fuertes en las provincias y en los municipios: El pacto
179
de Olivos fue resultado y de alguna manera afirmación de esta lógica.
Novaro se refiere a este proceso cuando sostiene que estos líderes de
provincia […] encontraron mucho más racional l imitarse a la polít ica
local y desentenderse de los problemas nacionales, lo que les permitía
reunir apoyos en sus distritos que no tenían un correlato para el part ido
en el país y a la vez les evitaba enemistarse con el presidente o con los
gobernadores peronistas, de quienes requerían sostén financiero y el
aporte de sus programas compensatorios para sobrellevar la crisis y el
ajuste. Ello explica la subordinación hacia los gobiernos de signo
peronista, adquiriendo un grado de mayor intensidad durante la segunda
mitad de los noventa.
En suma, el fomento de la autonomía e identidad provincial ajena a la
nacional en cuanto a los recursos del terr itorio, a la identidad polít ica y
al desarrol lo planificado al mejor esti lo desarrol lista, generó el
espejismo de una provincia que continuaba creciendo a la sombra de un
Estado provincial fuerte, basado en la explotación de energías renovables
y no renovables. Reterritorial ización67 y pragmatismo parecían entonces
proyectarse como la fórmula eficaz para enfrentar el resto de los noventa
y los inicios del nuevo siglo, a los efectos de sostener una
administración provincial siempre al borde del colapso.
3.3 Movimiento Popular Neuquino: De partido político a Partido-
Estado
El carácter hegemónico del Movimiento Popular Neuquino, en principio,
es un caso excepcional del escenario federal, en la medida que el partido
provincial de Neuquén arribó al año 2005 sin conocer crisis terminales,
67 Reterr i to r ia l ización es ut i l i zada en e l sent ido de promover el desarro l lo de lo local en toda su complej idad, a pesar de las in f luencias polí t i cas, económicas, etc. de ot ros n iveles.
180
ni alejamiento del gobierno, ni riesgos severos cuando jugó su suerte en
las sucesivas contiendas electorales de los últ imos veinte años.
Esa historia tuvo su punto de partida en 1963 como partido neoperonista.
Su fórmula exitosa regresó en 1973, siendo uno de los pocos distritos
donde un partido provincial triunfó sobre el principal opositor, también
nacional, y de manera ininterrumpida volvió a ganar el gobierno en 1983,
1987, 1991, 1995 y 1999 como se observa en el gráfico siguiente. El acto
electoral del 28 de septiembre del 2003 consagró el carácter dominante
del MPN, consolidando cuarenta años de hegemonía en el escenario
provincial; afianzó su fi rme presencia en la confianza y legit imidad de
sus “capacidades”, traducido en un fi rme l iderazgo, férreo dominio sobre
la burocracia estatal, corporativismo, cl ientelismo electoral y el uso
selectivo de la coacción dirigida a la oposición social y polít ica. Para
ello el MPN ha transformado enunciados y prácticas, reafirmando tanto
la voluntad por ser una construcción polí t ica en condiciones de asegurar
la gobernabil idad de la provincia como también una estructura en
proceso hacia un populismo de confrontación desde posiciones de la
derecha polí t ica.
El partido gobernante de Neuquén t iene a su disposición las ventajas de
un Estado que no perdió capacidades para gestionar y servir a la
sociedad a través una extensa red de servicios públicos. En ese sentido,
las polít icas sociales, si bien segmentadas y focalizadas en su actuación
de mediano plazo, t ienen un piso de ofertas de bienes públicos de
mediana calidad, especialmente en los campos de la educación y de la
salud, con capacidad de l legada a la mayor parte de quienes viven en
Neuquén y también en su vecina provincia de Río Negro. Una suerte de
autoritarismo benevolente logró afirmarse en una permanente osci lación
entre bloqueos y avances de sus polít icas sociales.
181
Gráfico Nº 4 Votos posit ivos emitidos por elección a gobernador y vicegobernador
según partidos polít icos más votados. Años 1983-2003
Fuente: Elaborado por la Dirección Genera l de Estadíst ica y Censos de la Provinc ia del Neuquén, en base a datos del Juzgado Federal con Competencia Electoral . Distr i to Neuquén. Secretaría E lectora l de la Provincia de l Neuquén
182
El l iderazgo del MPN hace suyo un esti lo polít ico que, pensado para los
mejores años de la presidencia de Menem, fue definido por Novaro y
Palermo (2004) como “economía de capacidades institucionales”, en
términos de la disposición a concentrar el diseño y concepción de las
polít icas, verticalizar la ejecución, reducir el número de actores
involucrados y simplificar al máximo sus instrumentos y procedimientos
uti l izados. Para l levar a cabo este esti lo de gest ión, el gobierno neuquino
cuenta con ingentes recursos producto de una renta petrolera de situación
privi legiada, que dejó a su favor la espectacular devaluación de 2002 y
los valores en alza del barri l de petróleo. En efecto, durante 2003 y 2004
la situación fiscal le fue favorable, arrojando un incremento constante de
la recaudación por vía de las regalías petroleras y gasíferas.
Asimismo, los beneficios de lo que el gobierno provincial ha definido
como “alianza estratégica” con el mundo empresario, principalmente la
petrolera española Repsol-YPF, son fondos extras para transformar esos
recursos en favores selectivos. Estos le han permitido al MPN reafirmar
su carácter excluyente con medidas mayormente clientelares en
beneficios no sólo a los sectores sin trabajo y empobrecidos. Una parte
considerable de las capas medias neuquinas también disfrutan de esos
recursos a través de una select iva distribución de créditos hacia el
pequeño empresario, profesionales y becas onerosas para sus hijos.
En este marco, y en particular bajo el l iderazgo de Jorge Omar Sobisch,
se han sucedido una serie de consignas partidarias que van desde el
“exportable modelo neuquino”, en el sentido de ser imitado no solo por
otras provincias del país, sino por el mundo; a “nacionalizar el partido”,
para instalarlo en el ámbito nacional al servicio de las aspiraciones
presidenciales de dicho líder, que en su momento fueron revitalizadas
desde la derecha del arco polít ico nacional.
El proyecto de “regionalización -fusión” de las provincias Río Negro y
Neuquén-, motorizado por el ejecutivo neuquino en 2002 y que tanto
183
debate originó por sus previsibles consecuencias, no pasó de ser una
herramienta más de esta línea polít ica que reposicionaba al gobernador
en la Norpatagonia, y en este sentido duró lo mismo que los fuegos de
art if icios con los que fue anunciado.
En cuanto al segundo elemento de construcción de poder hegemónico, el
referido a la oposición, conviene realizar previamente una observación
general. Dos décadas de democracia polí t ica han fracturado, en diversas
entregas electorales, un “país peronista”68 y otro, no peronista. Sólo Río
Negro y Neuquén se muestran distantes del “país peronista”. En estas
provincias –durante estos veinte años- el Peronismo nunca fue gobierno.
Esta últ ima afirmación podría matizarse, en el caso neuquino, por el
origen peronista del Movimiento Popular Neuquino, que instaló en el
imaginario provincial una fusión entre los ideales peronistas y los
intereses locales. Esto hacía innecesario el crecimiento del Justicialismo
nacional en la provincia, o al menos del opositor69.
En rigor, en las elecciones a gobernador realizadas en estos veinte años,
es que salvo en 1999, en las otras cinco oportunidades el MPN obtuvo
siempre más votos que la segunda y tercera fuerza juntas, es decir que el
Part ido Justicialista y la UCR en 1983, 1987, 1991 y 1995, o el Partido
Justicialista en 2003.
68 Las elecciones de 2003 fue su más reciente y def ini t ivo acto . De veint icuatro d is tr i tos, el peronismo gobierna diec iséis. En uno de el los hay mandato directo de la presidencia de ese “país” por la intervención federa l . Habría que contar otras dos provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En estos tres terr i tor ios polí t icos, los herederos del peronismo, se sienten tan cómodos que son capaces de transi tar al ternat ivamente, unos la vereda del o f icia l ismo y otros, de la oposic ión. La geografía no peronista parece reducirse a c inco provincias. Sin embargo, tanto Chaco como Tierra del Fuego y Mendoza han conocido, en algún momento de su his tor ia reciente, al PJ en e l gob ierno 69 Recordemos que los legis ladores que representan al menemismo en la Provinc ia t ienen una asociación d irecta con la gest ión de l gobernador Sobisch, y que uno de los legis ladores c lásicos del just ic ia l ismo neuquino, Gal l ia, posib i l i tó con su voto número 24 la aprobación del ú l t imo proyecto o f ic ia l, la re forma const i tucional.
184
En la actualidad, Neuquén presenta una oposición fuerte pero
fragmentada. Fuerte en el ámbito municipal, si bien no controla la
intendencia de la capital de la Provincia, ni tampoco municipios de
primera categoría como Zapala, Cutral Co o San Martín de los Andes,
entre otras localidades del interior, como Vi l la la Angostura. Por su
parte, en el municipio de Neuquén capital, un representante del
radicalismo logró arrebatarle la capital al Movimiento Popular Neuquino
y sostener un segundo período.
De esta manera, la oposición social y part idaria, se presenta altamente
“porosa” ante una estructura del part ido provincial dispuesta a ocupar
todos los espacios posibles, tanto en la organización insti tucional70,
económica, cultural, social, como en los medios de comunicación, y
formas cooperativas y comisiones vecinales de disputa del poder
polít ico. La paradoja es que no parece posible la alternancia por otro
camino que esta oposición porosa y fragmentada, de lo que se infiere sus
posibil idades reales en el corto plazo.
Por últ imo, existen otros procesos que permiten hablar de nuevos tipos
de actores, más propios de una dinámica polít ica de “democracia
pública” en la medida que los lazos partidarios se hacen más laxos. La
provincia –como territorio local- da oportunidades al surgimiento de
polít icos que son candidatos a gobernador a la vez que diputado, y que
en verdad pueden ser funcionarios municipales o jueces. Esos polít icos –
dispuestos a quedar en algún puesto-, aparecen con mucha más facil idad
que a nivel nacional porque son un “producto” de la crisis en ese nivel,
que se vive con gran agudeza en aquellas expresiones partidarias
demasiado atrapadas por sus estructuras nacionales, y por tanto, con
enormes dificultades para consolidarse.
70 En este sent ido deben destacarse los actuales avances sobre la administrac ión provincial de just ic ia.
185
En Neuquén, esos polít icos tienen un arquetipo que surge también de la
crisis nacional, pueden tener o no partidos, porque –según la coyuntura-
se han convertido en “polít icos sin partidos”71. En la medida que la
representación partidaria de la oposición entraó en crisis, se han
desarrollado distintas estrategias para ocupar posiciones de poder o
mantenerse en el las. Tanto dentro o por fuera de la estructura, el lo
depende de las ofertas, posibi l idades y circunstancias, no hay all í
parámetros ideológicos -no los ha habido en general-, sólo análisis y
ponderación de oportunidades.
En suma, como una forma de caracterizar la polít ica partidaria en el
territorio neuquino que no difiere mucho de la instancia nacional,
podríamos decir que está signada por una hegemonía o dominación
partidaria ante una clara fragmentación opositora, con diferencias en sus
ritmos, y formas de interpelar a la sociedad. Diferencias que se
estructuran también a partir de economías provinciales con diferencias
notables aunque sin una renovación en sus horizontes de sustentación.
71 Def inic ión otorgada en el estudio sobre Balance de los 20 años de Democrac ia en la Nortpatagonia en Rafar t , Quintar y Camino Vela comp.2004. Ed itor ia l Educo. Ser ie Invest igación.
186
4. Dimensión simbólico-cultural
Si reflexionar sobre la democracia supera el análisis de los partidos
polít icos y las insti tuciones y poderes gubernamentales, es porque se
hace inevitable tener presente qué es lo que se hace con el poder que se
ha obtenido con los votos. La capacidad de elaborar una polí t ica
económica acorde con las necesidades de la sociedad es una parte
sustancial del uso de ese poder.
Desde ese lugar, puede pensarse a las economías regionales como
simples gestiones o “administraciones” de un tipo de polít ica definida a
nivel nacional, y en ese sentido se hablará simplemente de la “evolución
de la economía”, como si no hubiese sujetos que desarrollan, promueven
e impulsan determinadas polít icas. Entenderlo de esa manera implicaría
asumir el discurso “posibil ista” que ha reinado en los últ imos años de
democracia, donde “hacer lo que se puede” es, en verdad, la expresión
más adecuada para renunciar a elaborar una polít ica económica con base
en los propios intereses y quedar a merced de las polít icas económicas
que se definen en otros espacios y con otros intereses.
Tal como se ha dicho anteriormente, la tónica de esos años fue la
reducción de la polít ica a la lógica de mercado y, obviamente, la polít ica
económica de la provincia neuquina no podía escapar a ello.
En el sentido de lo antedicho, si lo deseable es la creación de una
estructura económica que potencie las riquezas materiales y los recursos
humanos, con capacidad de sustentación, podríamos decir que en
Neuquén no hubo polít icas destinadas a ello, salvo algunos pequeños
“gestos” productivos en la provincia mediterránea. El actual desarrol lo
agroindustrial de El Chañar parece un puntual intento del Estado
neuquino de impulsar la creación de una pequeña burguesía productiva,
en una provincia donde la misma ha sido siempre comercial y de
187
servicios, pero es solo una excepción de una serie de planificaciones y
debates que en general han tenido pocas voluntades por detrás.
El nuevo escenario que se abrió con la crisis del año 2001, finalizando la
convertibi l idad, con una devaluación obligada y no planificada, dibujó
un nuevo contexto que resulta favorable a las exportaciones y a la
sustitución de importaciones. En esta nueva etapa la provincia se
encuentra nuevamente ante la oportunidad de aprovechar la coyuntura
para recomponer su estructura productiva hacia una mayor
sustentabil idad. En ese sentido, también ya ha comenzado a perder
oportunidades al extender anticipadamente –y por diez años más- el
permiso de explotación a Repsol–YPF una de las zonas más ricas de la
cuenca neuquina de petróleo y gas72.
Al calor de esta polí t ica y de esta economía, la sociedad civi l también se
ha dinamizado en forma diferente a las décadas anteriores y por tanto ha
modificado la forma y la capacidad de interactuar y exigir al poder
polít ico el ensayo de estrategias de contención y canalización de los
confl ictos, con distinto grado de éxito.
En Neuquén, la democracia no dejó de generar nuevos actores que
renovaron sus demandas en la medida que las polít icas económicas
hacían cada vez más evidentes sus consecuencias sociales. Muchos de
estos actores fueron cooptados por el partido provincial –sin resolver los
problemas sociales que le dieron origen y sentido-; otros están en vías de
serlo, y algunos quizá no sean reducidos nunca a esa lógica partidaria.
Ello ha exigido de constantes reajustes en las formas de hacer polít ica,
como también un marcado nivel de movil ización y participación,
abonados por el progresismo de la Iglesia neuquina que ha acompañado y
72 Hacemos referenc ia a la f i rma del acuerdo estratégico del Gobierno de la Provincia del Neuquén que se concretó a f ines del año 2000, refer ido a Loma de la Lata y Sierra Barrosa.
188
hecho posible la aparición de un sólido Movimiento por los Derechos
Humanos.
Una de las evidentes transformaciones se produjo dentro del movimiento
vecinal. Aquella vieja actividad se vio profundamente transformada
como fruto del rápido proceso de urbanización peri férica -sobre todo en
la ciudad capital-, en la que la precariedad generada durante el proceso
mil itar ya era bastante pronunciada. Esa mil itancia vecinal, con una
importante dinámica asociativa, fue pasando por distintas etapas –de
auge y crisis- y actualmente –al calor de las nuevas “tomas de tierras
fiscales para el asentamiento de nuevas familias” y la creciente
marginalidad que se generó en la década de los noventa- se ha
revitalizado con una dinámica que dif iculta su incorporación a una
clientela polít ica.
El sindicalismo regional también vio transformada su vida polít ico-
organizativa. Al t iempo que comenzaron a producirse importantes
confl ictos, como los de la década del 80 cuando se iniciaba el período
democrático, algunas organizaciones sindicales iniciaron un camino de
creciente autonomía no sólo respecto al gobierno provincial del MPN,
sino también de las centrales gremiales más tradicionales. La mejor
expresión de el lo fue el surgimiento de la Asociación de los
Trabajadores de la Educación del Neuquén (ATEN) y luego la
Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que en forma progresiva
fueron construyendo un polo gremial donde la independencia del Estado,
la defensa de los derechos humanos y la democracia sindical se
convirt ieron en los ejes aglutinantes.
La democracia también fue el escenario donde actores con un perfi l muy
bajo durante todo el siglo levantaron su voz con una destacada energía,
en reclamo de antiguos derechos avasallados. Las comunidades
indígenas, merced a un enorme trabajo de las pastorales de la Iglesia
Católica, protagonizaron importantes reclamos en torno de sus tierras y
189
del respeto a su identidad cultural. Si bien se trata de una dinámica
mucho más amplia en las sociedades occidentales, donde el respeto a la
diferencia –no sin luchas- parece extenderse, no es éste un dato menor.
Estas comunidades estuvieron en la escena polít ica además como una de
las tantas víctimas de los procesos de privatizaciones de la década de los
noventa.
Hacia el final de dicha década, se extendió por todo el país un actor que
se inició y se puso en marcha en la provincia del Neuquén: el
movimiento piquetero. En efecto, en 1993 un corte de ruta en Cutral- Co
(ciudad petrolera) dio inicio a una nueva forma de protesta social que se
extendió hacia otros sectores de la sociedad regional, e inclusive daría la
tónica más sobresal iente a la crisis nacional de fines de 2001, pero que
exigió al partido provincial la renovación de sus estrategias que
osci laron entre la represión directa y acallar en algo los reclamos a
través de una signif icativa ampliación de los planes de subsidios a la
desocupación.
Esta dimensión de la confl ictividad social es un aspecto importante al
momento de evaluar el proceso de ajuste de la vida polít ico-institucional
de la provincia -no sin significativas marchas y contramarchas-, con una
sociedad regional que ya no era la de los años 70 y que exigió no sólo
polít icas más creativas, sino nuevos y amplios canales de expresión que
obligarían a remozar el ejercicio del poder y a equil ibrar la relación
entre los distintos ámbitos inst itucionales.
Finalmente, con todas sus particularidades, la sociedad neuquina
protagonizó también en las calles su demanda generalizada -a fines de
2001- por una democracia más plena, por un modelo económico más
inclusivo y un sistema de justicia independiente del gobierno de turno.
190
En la crisis de 2001, se dio en esta región y en todas las provincias del
país una manifestación que incluyó socialmente una clase media
“caceroleando” en las calles; a nivel general, la dinámica de lucha
callejera fue diversa y dispersa, yendo de los asaltos a los hipermercados
a los enfrentamientos con la autoridad policial en cada rincón de las
grandes ciudades. A su manera, estas sociedades también manifestaron
su hartazgo ante un esti lo de hacer polít ica en la que el bienestar de sus
miembros no parece figurar entre las principales preocupaciones.
191
Capítulo V
Procesos globales en la conformación de la estructura social de San Patricio del Chañar
192
1. Estructura social de la localidad de San Patricio del Chañar
Nuestro caso de estudio se trata de una localidad que ha experimentado
la influencia de la globalización de procesos económicos que se
desarrollan dentro de su sistema productivo local, a partir de la decisión
de actores sociales que están insertos en el mercado externo. Los mismos
incluyen a grandes empresas frutícolas y otros productores más pequeños
que no pueden competir, pero que, indirectamente, se ven beneficiados
por este hecho en virtud de estrategias como la asociación, logrando
acceder al mercado interno y externo a través de la integración vertical a
las empresas que comandan la cadena de valor.
La organización y conformación histórica de este espacio productivo con
base en procesos de desterritorial ización ha provocado respuestas por
parte de diferentes actores (individuales y colectivos) que se enmarcan
en procesos de reterritorial ización, lo que conlleva importantes cambios
de las estructuras sociales y del medio ambiente.
La relación entre lo global y lo local aparece mediada por la desigualdad
entre actores que participan del proceso de construcción de este
territorio, lo que se traduce en marcados desequil ibrios en la relación de
las dimensiones socioeconómica, polít ico-institucional y simból ico-
cultural, que se cristalizan en la configuración de nuevas estructuras
sociales. No obstante, como veremos, son los actores sociales los que
tienen las posibil idades y destreza para bucear en este tej ido local de
proyección global y promover el cambio local de las estructuras.
2. Ubicación y caracterización de la localidad En el valle medio del río Neuquén se encuentra ubicada la localidad de
San Patricio del Chañar, dentro del departamento Añelo de la provincia
homónima, distante a 80 km de la capital provincial. Desde 1970 en este
espacio se viene configurando un proceso de expansión de la fruticultura
regional, que junto al val le medio del río Negro, representa una de las
193
áreas que mayor dinamismo ha mostrado en los últ imos años, en
respuesta a las fuerzas globales que dinamizan los sistemas
agroalimentarios locales.
Mapa Nº 2 Ubicación geográf ica de San Patricio del Chañar
Su relieve se compone de amplias mesetas discontinuas, cuya cumbre
coincide con bancos duros que protegen de la degradación y favorecen la
perdurabil idad de la t ierra. La altura relativa comparada con el resto del
valle patagónico produce una disminución en el riesgo de heladas
tardías, lo que convierte a esta zona en óptima para el cult ivo de frutas
de carozo y pepita.
El cl ima es continental desértico, con inviernos fríos, veranos calurosos
durante el día y frescos por la noche, y otoños de gran luminosidad,
frescos y secos. Ello determinó la elección de este terri torio, por parte de
empresas productoras de vino, para el cult ivo de cepas que expresen, al
80 Km.
194
momento de la cosecha, sus mejores característ icas. Con esto colaboran
sus temperaturas máximas medias de 22,2 ºC y mínimas medias de 6,0
ºC; con medias anuales de 15 ºC.
Los vientos son frecuentes y de cierta intensidad, las precipitaciones
anuales son escasas y la humedad relativa ambiente es baja, lo que
impide el desarrollo de enfermedades fúngicas y favorecen producciones
con bajos residuos de pesticidas. Los suelos son de tipo franco-arenoso,
de origen aluvional, con buena permeabil idad.
El agua de riego se obtiene del río Neuquén, proveniente del deshielo de
la cordil lera de los Andes, por lo que es altamente aprovechada para
cult ivo de frutas de carozo, pepita y hortalizas.
2. Organización social del espacio
El aprovechamiento de los valles férti les del río Neuquén comenzó antes
de la creación de la colonia denominada San Patricio del Chañar, en
1973. Según registros oficiales los primeros propietarios part iculares de
estas tierras fueron obreros que trabajaron en la construcción del dique
Ballester. Posteriormente, nuevos compradores fueron adquir iendo
tierras73 motivados por la iniciat iva de ponerlas en producción. En este
sentido, el surgimiento del ejido se relaciona con la promoción del
asentamiento poblacional de trabajadores l igados a la fruticultura.
73 Ocaña, Mónica “La organización capi tal ista de la producc ión de establec imientos
frutíco las integrados a complejos agroindustr ia les. Un estudio de caso: San Patr ic io
del Chañar, Neuquén” Tesis de Maestr ía en Ciencias Socia les –Mención Desarro l lo
Agrar io- FLACSO, Mimeo, 1993.
195
Con el paso del t iempo, en los val les irr igados del norte de la Patagonia,
en las provincias de Río Negro y Neuquén, se fue conformando un
amplio complejo frutícola especializado en la producción de pera y
manzana. Aunque la actividad principal se concentra en la región del
Alto Valle del río Negro, en la vecina provincia homónima, su relevancia
local, en la que incluimos al valle medio del río Neuquén, se proyecta
hacia el mercado mundial, participando con el 47% del valor total
nacional de las exportaciones de frutas frescas.
De lo indagado, no existen indicios de ocupación del área antes de 1970.
Aunque en 1968 el Frigorífico Cipollett i Sociedad Anónima Comercial e
Industrial, inicia el proceso de expansión hacia esta área, y en menos de
una década la empresa logra incorporar todas las etapas del proceso
productivo frutícola, convirt iéndose en un importante agente económico.
La decisión de la empresa de invertir en San Patricio del Chañar
obedeció a tres motivos: a) la estimulación credit icia del Gobierno de la
provincia de Neuquén para promover la ocupación efectiva del área,
como estrategia ante la definición del l ímite político con la provincia de
Río Negro que en aquel momento se estaba conformando; b) la
importante disponibi l idad de tierra y agua que ofrecía el área, lo que
permitía ampliar la superficie implantada y por ende aumentar la
producción y c) la proximidad a la ciudad de Cipollett i , provincia de Río
Negro, lugar donde se encontraba la planta empacadora y el frigorífico
propiedad de la empresa74 (Bendini y Steimbreger,2003).
En la década del 70 este espacio fue incorporado efect ivamente al
proceso productivo, con la adquisición del campo denominado “El
Chañar” por el Frigorífico Cipollett i S.A. Más tarde, una empresa
rionegrina, Gasparri Hnos. S.A., adquiere los act ivos de dicha firma; ésta
74 En “Terr i tor ios y organizac ión soc ia l de la agr icul tura” Bendini y Ste imbreger,
(coord.) , cuaderno del GESA 4, Ed itor ia l La Colmena, Buenos Aires, 2003.
196
ya operaba en el Alto Valle tradicional, por lo que se propuso ampliar
las hectáreas cult ivadas a fin de conseguir expandir la producción.
En sintonía con el proceso de desarrollo que se promovía en el país y en
el mundo, el Estado provincial neuquino acompañará la inversión de esta
empresa, con asistencia de créditos a bajo interés anual, al t iempo que
promoverá la radicación de población. En ese momento, de la superficie
total del campo sólo 8.200 hectáreas estaban en condiciones de ser
puestas bajo riego.
La planificación del proyecto productivo comprendía sucesivas etapas,
de acuerdo a la productividad y rentabil idad de las primeras irían
desarrollándose las siguientes. Paulatinamente la tierra fue
sistematizada, acondicionada con infraestructura de riego y sembrada; se
implantaron “cortinas” de álamos y árboles frutales con nuevas
variedades seleccionadas de acuerdo a la demanda internacional (Op.
cit. , 2003). Asimismo, se pusieron en venta unidades productivas con
una superficie promedio de 10 hectáreas; los productores que adquir ieron
estas explotaciones debieron integrarse en un Consorcio Privado de
Riego y Drenaje, conformando una organización para gestionar el riego y
la infraestructura necesaria para su continuidad.
En 1969 ya se habían iniciado las obras de sistematización con
plantación de árboles frutales en un área piloto de 500 hectáreas, lo se
finalizó en 1979; parte de estas hectáreas se dividieron y se vendieron a
compradores privados. Más tarde, con la introducción de cult ivos
intensivos bajo r iego se valorizó la inversión de las parcelas y se
conformó un dinámico mercado de tierras.
En esta etapa ya se visualizan empresas integradas locales interviniendo
en el proceso de valorización de la t ierra, junto a otros productores y al
Estado, dando paso a una dinámica en la que se combinaron estrategias
197
de localización y consol idación, en un proyecto de desarrollo para el
área basado en la fruticultura. Este proceso tenía su correlato a nivel
nacional con el incentivo polít ico a la inversión privada, con
intervención estatal dirigida, particularmente, a exportaciones agrícolas
no tradicionales (Ocaña, 1993).
Desde sus inicios, en San Patricio del Chañar se cult ivaron las mismas
variedades de frutales desarrolladas en el Alto Valle, priorizando
aquellas de mayor demanda internacional. Asimismo, los productores
fueron definiendo la incorporación de frutas de carozo, según la
tendencia marcada por la demanda del mercado nacional (Ferreyra y
Hoyos, 1994) de importancia en esta primera etapa.
La creciente importancia productiva de la zona, favoreció la atracción de
mano de obra temporaria y permanente para las distintas tareas agrícolas,
generando la creación del núcleo urbano y permitiendo la radicación de
trabajadores que, en su mayoría, vivían dentro de la chacra para la cual
se empleaban.
La creación del ejido urbano San Patricio del Chañar
En el año 1973 se crea San Patricio del Chañar con dominio de 5.292
hectáreas. Bajo el estatuto jurisdiccional de Comisión de Fomento se
concretó la administración local a cargo de productores, propietarios de
tierras, que se encontraban asentados en el lugar. Gradualmente se
fueron creando instituciones para la escolarización y cobertura de salud
de los trabajadores y sus grupos familiares; dicha oferta será la que
determine la migración y radicación de trabajadores del sector y el
aumento abrupto de habitantes del ej ido municipal.
En 1975, se real izó el primer censo de población que arrojó una cifra
aproximada de 650 personas, de las cuales 95 eran niños en edad escolar
198
que no accedían a la escuela (localizada en Vil la Manzano, a 15 Km de
San Patricio del Chañar) por falta de medios de transporte.
Por su parte, el Gobierno provincial continuó realizando ocupación y
organización de este espacio, a través de la dotación de infraestructura
básica indispensable para la radicación definit iva de población. Se
concretó así la creación de una cooperativa escolar y la construcción de
la escuela provincial Nº 73, un destacamento policial, una pista de
aterrizaje, y se emplazó una sala de primeros auxilios dependiente del
Hospital de Centenario (local idad situada a poco menos de 30 Km), que
para 1980 se había transformado en un centro de salud con autonomía.
Ese mismo año se asienta también un Juzgado de Paz.
Todo este proceso fue acompañado por los integrantes del Consorcio de
Riego y Drenaje, conformado en 1974, protagonistas centrales del
proceso de expansión y crecimiento productivo en esta primera etapa,
administrando y conservando el sistema de riego en forma privada.
Todas estas acciones hablan a las claras de la importancia económica y
del consiguiente dinamismo demográfico l igado a la conformación de un
importante mercado laboral frutícola.
199
Foto satelital valle medio río Neuquén
4. Dimensión socioeconómica 4.1. Conformación de una región productiva orientada al mercado externo
Al año 2002 la producción de fruta de pepita en Río Negro y Neuquén
ocupaba una superf icie de 43.336 hectáreas, 83 % de las cuales están
localizadas en Río Negro y 17 % en territorio neuquino. Las
posibil idades de aprovechamiento de las ventajas para la producción de
fruta fresca en el área en aquel momento se ven optimizadas por la
EEjj iiddoo uurrbbaannoo
28 Km.
NEUQUEN RIO NEGRO
200
incorporación de grandes inversionistas privados al circuito productivo,
quines introdujeron tecnología de punta y, plegándose a las normativas
internacionales de producción de fruta, l ideran la modernización del agro
regional.
En este proceso, los productores tradicionales no pudieron realizar
innovación tecnológica y como respuesta, buscaron resistir y adaptarse a
los nuevos l ineamientos impuestos desde la globalización del sistema
agroalimentario, a partir de estrategias diversas que revisaremos luego
Cuadro Nº 15 Superf icie implantada en Río Negro y Neuquén año 2002
(Hectáreas y porcentaje)
Provincia Manzana Pera Total
Has. % Has. % Has. %
Río Negro 21.291 1,8 14.695 85,0 35.986 83,0
Neuquén 4.750 8,2 2.600 15,0 7.350 17,0
Total 26.041 00,0 17.295 100,0 43.336 100,0
Fuente: Censo Nacional Agropecuar io 2002.
En la provincia del Neuquén, ante las posibil idades de ampliar la
actividad agropecuaria a partir de la irrigación de tierras aledañas a los
ríos que surcan la Provincia, el gobierno provincial promovió la creación
de proyectos de desarrol lo basados en la explotación agrícola, dando
especial prioridad a los inversionistas privados; el aprovechamiento del
área basado en la expansión de la frontera agraria y se funda en la
importancia de la producción orientada al mercado externo.
Las condiciones del suelo y el acceso al riego han sido determinantes
para las posibil idades de desarrollo productivo en la microrregión de
Añelo. En el cuadro siguiente, se observa que de las 32.271 hectáreas
pertenecientes a explotaciones agropecuarias con límites definidos, el
201
60% de la superficie lo consti tuyen bosques y montes espontáneos y 15%
es superficie no apta.
Cuadro Nº 16 Superf icie total de las
Explocationes agropecuarias por uso de la t ierra
Añelo 32.271 7 1 140 106 4092 638 86 19277 2 2269 4699 963
% s/ total 100 - - - - 13 2 - 60 - 7 15 3
Fuente: Censo Nacional Agropecuar io 2002. Direcc ión General de Estadíst icas y Censos de Neuquén.
Según el Censo Nacional Agropecuario, de la superficie total, sólo el 25
% (8.295 hectáreas) está actualmente en condiciones de ser explotada: el
mayor porcentaje (aproximadamente 85 %) corresponde al ejido de San
Patricio del Chañar. De las 8.295 hectáreas, el 49 % está implantada con
frutales; el 27 % no se uti l iza y el 12 % se encuentra ocupada con
infraestructura. Las restantes actividades usan el 11 %, lo que significa
que más de la mitad de la superficie está implantada con bosques y
montes.
La promisoria coyuntura que atravesaba la fruticultura regional y en las
modificaciones que se venían produciendo en las condiciones
estructurales del complejo, principalmente, en tecnología e inserción en
el mercado internacional fueron el estímulo determinante para el
desarrollo del área: […]el número de frigoríf icos aumenta de 7
establecimientos en 1957 a 53 en 1969, su capacidad instalada crece
diez veces y se instalan los 6 primeros túneles de preenfriamiento y las 3
primeras cámaras de atmósfera controlada. Es precisamente entre 1967
y 1969 cuando se logra un récord histórico en el volumen de
exportaciones de fruta de nuestro país. (CEPAL, 1990).
202
Este proceso de incorporación de tecnología permit ió a los agentes
comerciales la integración del proceso de conservación, regulando la
oferta y aprovechando las condiciones coyunturales de un mercado en
crecimiento para obtener una mayor rentabil idad.
En este contexto, Roberto Gasparri, empresario frutícola integrado de la
región y director de la fi rma colonizadora El Chañar, se destaca como el
representante schumpeteriano de la clase empresaria regional. Su nombre
está asociado a la introducción de variadas innovaciones que marcaron
sendas de evolución del complejo regional. La instalación de cámaras
frigoríf icas ya en 1977, para regular la salida de la producción regional
hacia los mercados, y la l legada a la región de los bins (cajas de
madera) para recolectar y guardar en frío la fruta, la implantación de
durazno en toda esta nueva región y el desarrollo de otros frutos de
carozo, como la ciruela y el pelón; la incorporación de manzanas
dardíferas, como la variedad starkrimson, fueron algunas de las
innovaciones que recibió el valle de Río Negro y Neuquén, muchas de
las cuales continúan hoy siendo ut i l izadas por los productores y por las
empresas.
Sin embargo, todos estos hechos empequeñecen frente a su proyecto más
renombrado, por su impacto económico, social y polít ico: la generación
de una nueva área de producción frutícola en la provincia de Neuquén.
Este proyecto fue pensado y planificado como la instauración de una
“frut icultura moderna”, de alta eficiencia técnica y renovación de
variedades y especies, que permitiera el acceso a la propiedad de
productores frutícolas independientes, pequeños y medianos, de la región
del Alto Val le del río Negro.
203
4.2. El desarrol lo productivo en etapas: El Chañar I, I I y I II
La firma Gasparri adquiere el campo El Chañar, con una superficie de
20.000 hectáreas, en las que no existían antecedentes de actividades
productivas. El proyecto que diseñó esta empresa para desarrol lar el área
contemplaba un proceso en tres etapas, denominadas Chañar I, Chañar II y
Chañar I II75. Desde entonces, la ocupación terri torial no ha sido homogénea
y su desarrol lo fue reflejando el cambio en el modelo de acumulación que
atravesó la fruticultura regional76 y cómo esto se rebasó hacia aspectos
sociales, económicos y polít icos.
El estado neuquino […] impulsó el emprendimiento frutícola
“El Chañar” mediante infraestructura productiva básica
(red vial , energía, telecomunicaciones, etc.) y orientó las
inversiones a través de líneas de créditos preferenciales,
con vistas a generar un polo de desarrol lo agroindustrial.
Art iculó desde lo estatal el marco acorde que permit ió a la
empresa privada expandir la actividad en nuevas áreas77.
(Ocaña, 2003)
75 Las Etapas I y I I ( ya f inal izadas) abarcaron 5.000 has y la Etapa I I I (en ejecuc ión)
3.200 has.
76Hipótesis 5: Se produce una dual izac ión socio terr itor ia l , producto de un mismo
proceso soc ioeconómico, que l leva a la jerarquización de l espac io in trater r i tor ia l e ín ter
terr i tor ia l , conforme al n ivel de in f raes tructu ra y dotac ión de servic ios que puede
of recer ese espac io, l imi tando opciones de movi l idad social .
77Hipótesis 4: La local idad de San Patr ic io del Chañar, se in tegró a la economía globa l a
part i r de las decis iones adoptadas no solo por agentes que t rascienden e l s is tema de
re lac iones loca les: en la medida que las venta jas del terr i to r io se c i rcunscr iben a
componentes estát icos (condic ión del suelo, d isponib i l idad de r iego , costos de
implantac ión), aunque el lo no es determinante, t ienen más posib i l idades de cont inuar
insertos en la economía-mundo.
204
Los adquirentes de las parcelas accedieron a la asistencia credit icia con
bajo interés del Banco de la Provincia del Neuquén, cuyos montos se
transfir ieron a la empresa una vez que ésta entregó los solares a los nuevos
propietarios.
Las restantes hectáreas de la etapa I comenzaron a desarrol larse a part ir de
1973. La empresa Gasparri reservó 1.000 hectáreas de esta primera etapa,
implantando 830 hectáreas para su propia producción, de las que ocupó el
60% con variedades de fruta de carozo, siguiendo las tendencias del
mercado consumidor. Para las nuevas plantaciones se incorporó el sistema
de guía en espaldera permit iendo una mayor densidad de plantas por
hectárea, lo que incrementaba la productividad y la agil izaba la entrada en
producción.
En esta etapa se visualiza la incorporación al área productiva de agentes
económicos de mayor magnitud que en la etapa pi loto. Estos nuevos actores
operaban ya en la actividad frutícola regional y mediante este proceso
expandían su nivel de integración hacia la producción primaria, adquiriendo
superficies ya sembradas y con infraestructura de riego, en las cuales
tomarían a su cargo la implantación del monte frutal, ya que Gasparri había
modificado su estrategia de vender parcelas implantadas. Así, en 1974 se
culmina con el desarrol lo de la Etapa I.
El desarrol lo de la etapa II comienza a principios de 1975 y final iza en
1985, sobre una superficie de 2.400 hectáreas. Las tareas de Gasparri S.A.
se l imitaron a la construcción del sistema de riego y drenaje y el
fraccionamiento y venta de las unidades. Agentes económicos de mayor
magnitud que en la etapa I adquirieron t ierras vírgenes, en especial firmas
comercial izadoras regionales que se encontraban en pleno proceso de
integración productiva, una vez que completaron el ciclo de inversiones en
empaque y conservación fr igorí fica78.
78 Hipótes is 3: Las opciones de inserción g lobal de un ter r i to r io par t icu lar estarán
condic ionadas por los l ími tes de la mat r iz soc ioespacial heredada. Terr i to r ios con
205
Finalizadas las etapas I y II, sobre un área rural de 4.785 hectáreas, cuya
propiedad estaba en manos de 132 agentes económicos, el 70% estaba
implantada con cult ivos frutícolas (Op. c it ., 2003). El creciente grado de
concentración en que se fue desenvolviendo el proceso de colonización
puede observarse en el hecho de que las primeras 500 hectáreas del área
pi loto mostraban un promedio de 10 hectáreas por explotación, en tanto la
conformación final de las etapas I y II marca que del total de productores
sólo el 6% era integrado, y en conjunto detentaban la propiedad del 45% de
las t ierras en producción. Excluyendo a Gasparri S.A. (propietario de 830
hectáreas en producción), se concluye que 27 fi rmas (15% del total) eran
t i tulares del 34% de la t ierra restante (Ferreyra y Hoyos,1994).
En lo que respecta a los posibles eslabonamientos de la actividad primaria,
no se establecieron en San Patricio del Chañar actividades de conservación
y empaque. Estas se continuaban desarrol lando en los centros tradicionales
(Cipollett i , Cinco Saltos, Centenario, todas el las localidades aledañas a
nuestra área de estudio). Según Ocaña, se advierte que el Estado abandonó
la posibi l idad de part icipar en la plani f icación del emprendimiento, dejando
en manos de la empresa privada la etapa industrial. La producción de El
Chañar era procesada integralmente en instalaciones localizadas en Río
Negro, ya que no se promovió sino en los años noventa ninguna estrategia
del Estado neuquino con los empresarios la industrial ización local.
4.2.1. Implantación de un sector agroindustrial de exportación con
f inanciamiento público: El Chañar, II I Etapa
La firma Gasparri S.A. no estuvo en condiciones de continuar las obras
correspondientes a la III etapa debido a que las sucesivas crisis frutícolas,
especialmente en la década del 90, impactaron desfavorablemente en la
situación económico-financiera de la empresa, culminando en su quiebra.
t rayector ia (o potencial ) agríco la dependerán, crecientemente, de las pos ib i l idades de
inserción de d ichos sectores p roduct ivos en la economía globa l .
206
La colonización del sector agroindustrial, actualmente en ejecución, está
siendo desarrol lada por el Estado provincial neuquino, ya que la firma pasó
a formar parte de los activos provinciales a part ir de su quiebra. El destino
de las t ierras es la producción de frutales de pepita, carozo y,
principalmente, viñedos para elaboración de vinos varietales, enfocada al
mercado internacional, por lo que se privi legió en la oferta a inversores
privados.
Las actividades productivas se iniciaron en 1998, cuando la firma
inmobil iaria regional La Inversora S.A. a instancias del Gobierno
provincial, tomó la gestión de la venta de las t ierras con el propósito de
valorizarlas mediante la subdivisión, sistematización de las parcelas e
implantación de frutales y viñas, además de la construcción de
infraestructura necesaria para garantizar el desarrol lo comercial del área y
la venta de las explotaciones79.
Sin embargo, el financiamiento necesario para el desarrol lo del conjunto de
las inversiones realizadas contó con un aporte sustantivo del Gobierno
provincial, a través del Banco Provincia del Neuquén (B.P.N.), entidad que
financió entre un 70% y un 80 % del total de las inversiones. A través de
créditos apoyados en hipotecas de primer grado que formaban parte de la
inversión, más las garantías personales y la evaluación de riesgos, varios
privados accedieron a la compra de t ierras80. El financiamiento or iginal era
a 10 años, con intereses de 7,5% anual, más un período de gracia de tres
años y medio.
Canalizado a través del programa provincial denominado “Reconversión
frutícola de los Grandes Valles”, el monto de este programa alcanzaba en
79 Dicho proceso lo re lacionamos con la h ipótes is 3: Las opciones de inserción global de
un ter r i tor io part icu lar es tarán condic ionadas por los l ími tes de la mat r iz socio- espacial
heredada. Terr i to r ios con t rayector ia (o potencial ) agr íco la dependerán, crecien temente,
de las posib i l idades de inserción de d ichos sectores product ivos en la economía globa l .
207
2001 a u$s 46 mil lones, de los cuales más del 90% estaban destinados a
emprendimientos de “El Chañar-III Etapa”. En el año 2002, el saldo de esta
l ínea ascendía a $ 65 mil lones, sumándose en el período 2003/2004 nuevos
créditos por $ 112 mil lones, con lo que la asistencia credit icia provincial
estaría en un valor aproximado a los u$s 80 mil lones a fines de 2004.
Si bien la evaluación de los proyectos de inversión debieron pasar el
doble fi l t ro de una evaluadora de riesgos y la Fundación ArgenInta,
posteriormente el Banco Central de la República Argentina objetó la
clasificación del riesgo credit icio adoptada para estos préstamos por el
Banco Provincia de Neuquén, debido a que las garantías de los créditos
concedidos resultaban ser las propias plantaciones.
Obligado por el Banco Central de República Argentina (BCRA) a
modificar esta situación, el Gobierno provincial decidió transferir la
cartera credit icia (Decreto Nº 1022/01) de este programa al IADEP –
Insti tuto Autárquico de Desarrol lo Productivo-, aduciendo que:
[…] resulta inapropiado que el Banco de la provincia conceda
préstamos con destino a la Inversión Productiva, toda vez que
esta operat iva t iene un marco natural y correcto que es el
IADEP, y El Banco no cuenta con fondeo apropiado, por
descalce de plazos entre los recursos prestables y los créditos
concedidos, circunstancia que es observada por el B.C.R.A.”
Por lo tanto, se convino que los créditos otorgados por el
B.P.N. de la l ínea "Préstamos Para Reconversión Frutícola de
los Grandes Val les de la Confluencia" fuesen transferidos al
I.A.D.E.P., en las siguientes condiciones:
a) Los plazos serán los concedidos a los deudores, de modo tal
que el I.A.D.E.P. no deba efectuar aportes de inmediato, sino
que eventualmente y ante la posibi l idad de incumplimiento por
80 Dec laraciones del p residente del B.P.N., D iar io Río Negro, 13 de abr i l de 2003)
208
parte de los cl ientes en t iempo y forma, y en el momento de los
respectivos vencimientos, deba mantener a favor del Banco el
f lujo de fondos para que se cumplan los cronogramas de
recupero en forma normal.
b) El I.A.D.E.P. garantizará esto con la “concesión mediante
escri tura públ ica de los importes que le correspondan por las
l iquidaciones de las regalías, previstas en el Art.14 inc. b) de
la Ley 2247, y por el importe necesario, exclusivamente, para
cubrir las diferencias que se produjeran entre los pagos de los
deudores, y las reales exigencias, por vencimientos de las
obl igaciones”, por lo que “Queda expresamente convenido,
entonces, que la deuda global pasa a estar en cabeza del
I .A.D.E.P., para de este modo evitar tomar las "previsiones"
indicadas por el Ente Rector (B.C.R.A.).
Esta especie de “socialización” del riesgo credit icio, fue complementada
por diversos instrumentos que tendieron a favorecer el respaldo
financiero de las inversiones, como la denominada “pesificación de los
créditos del I.A.D.E.P.”: el directorio del organismo autorizó a pagar el
60% de los préstamos pendientes en dólares l ibres y a devolver los
anteriores bajo la relación paridad peso dólar (1$ = 1 u$s) por dólar más
el coeficiente de estabil ización CER, en el marco de las reformas
introducidas en el sistema financiero luego de la ruptura del esquema de
Convertibi l idad en inicios de 2002.
En suma, el único que corrió los riesgos fue el Estado provincial que
decidió financiar la inversión privada antes que abandonar las enormes
ventajas que ofrecía la puesta en producción de la III etapa en
proyección directa al mercado global.
209
4.2.2. La creación de ventajas para la agroindustria81: exportar productos de cal idad como eje rector
La tercera etapa comienza a concretarse cuando se plantan las primeras
viñas para estudiar su comportamiento en la zona. Esta primera
aproximación dio muy buenos resultados, superando las expectativas
sobre la aptitud del suelo y el cl ima para la producción de vinos finos. Si
bien esta etapa, está en manos de agentes privados, fue planificada y
financiada por el Estado provincial con el objetivo de obtener una
producción exportable, conforme los estándares de calidad
internacionales.
Dicho emprendimiento apuntó al desarrollo de un campo de secano,
característ ico de la estepa patagónica, al que el Estado incorporó
tecnología de punta en sistemas de riego presurizado de alta frecuencia,
permitiendo su irr igación con agua de deshielo proveniente del río
Neuquén.
El emprendimiento cuenta con redes troncales de riego, para l levar el
agua a todos los sectores del campo, centrales de bombeo, cal les internas
enripiadas en todo el fraccionamiento, energía eléctrica y agua potable.
Asimismo, cada fracción o finca se desarrolló con las siguientes
característ icas:
• Plantaciones con variedades modernas, según la demanda comercial,
con sus respectivas espalderas. Las variedades plantadas son
81 La pr incipal in f raest ructura de r iego consis te en una obra de captación con compuerta
automat izada y canal pr inc ipal de 42 Km con capacidad de conducción de 10
m3/segundo y compuertas insta ladas en cada una de las der ivaciones a canales
secundarios . Por o tro lado, la zona en la cual se encuent ra emplazado e l proyecto es
generadora de energía e léct r ica. En e l extremo Este del área cruza la l ínea de med ia
tensión de 13.000 vol t ios, denominada Añelo Por tezuelo. La misma es tá in terconectada
al S istema Energét ico Nacional y permite real izar extens iones a toda el área.
210
seleccionadas de acuerdo a los requerimientos de los mercados,
buscando las de mejor adaptación a la región. Las variedades de
mayor demanda comercial, se han adaptado exitosamente a la zona,
propiciando alta rentabil idad de la producción.
• Riego parcelario interno por goteo, implementado según los cult ivos;
incluye fi l t ros y bombas, tanques para la fert irrigación, válvulas,
computadora para r iego.
• Regulación del agua: El agua de riego, se l leva hasta las centrales de
bombeo por medio de canales construidos especialmente, y luego se
distr ibuye presurizada, por medio de redes troncales ubicadas en
acueductos subterráneos. A su vez, el r iego interno de cada parcela se
desarrolla de acuerdo a los requerimientos de cada cult ivo, se maneja
a través de un sistema computarizado, para lo cual se diseña el
software específico de la plantación. Esto permite el control de las
frecuencias de riego y caudales posibil i tando el manejo del estrés
hídrico.
• Fert irrigación: el riego presurizado permite el suministro de los
nutrientes en el agua de riego, aportando a cada planta la cantidad
necesaria. La ferti l ización realizada de esta forma favorece el
desarrollo homogéneo de plantas y frutos.
• Construcciones civi les: casa para encargado-supervisor del campo y
para el tractorista dentro del predio, además un galpón para
maquinarias.
• Maquinarias: tractores con sus respectivos accesorios, máquinas
curadoras, máquinas herbicidas, desbrozadoras, etc.
211
• Cortinas rompevientos artif iciales; alamedas perimetrales, alambrado
perimetral.
Todo este despliegue tecnológico ha permitido probar variedades que
antes no existían en la zona82 y que han dado buenos resultados.
A partir del éxito de esta experiencia, diversos inversores mostraron su
interés en el negocio de producir vinos finos patagónicos, lo que l levó a
la expansión de los viñedos y a la diversificación de productos que
ofrece el área.
De las 3.200 hectáreas, ya se han plantado más de 1.100 con viñedos,
además de otras 500 con frutales de pepita y carozo. Se inauguraron 3
bodegas de últ imo nivel tecnológico para vini ficar la producción, a lo
que se suma una cuarta ubicada en la localidad de Añelo, con una
capacidad actual de 4.800.000 l i t ros y una proyección de 15.000.000 de
l i tros.
Los emprendimientos de El Chañar-III etapa en conjunto generaron, en la
temporada 2002-2003, 730 puestos de trabajo, con picos de mil
trabajadores durante la mayor demanda de la cosecha. Con 780
82 La p r imera e laboración, rea l izada en forma exper imental en el año 2002, d io como
resu l tado var iedades que sal ieron al mercado. Esta l ínea l leva el nombre Newen, que en
lengua mapuche s igni f ica forta leza y energía , raíz del nombre de la prov inc ia de
Neuquén. Todo el lo apunta a dar va lor a la zona a par t i r de p roductos con denominac ión
de or igen. Finalmente, e l Malbec 2002, obtuvo una medal la de p lata en el concurso Cata
D´or Wine Awards 2002, real izado en Buenos Ai res en el mes de abr i l , bajo la d i rección
técn ica del Concour Mondial de Bruxel les. Para la vendimia 2002, La Inversora S.A.
construyó una bodega experimenta l , para procesar la incip iente producción de sus
jóvenes v iñedos, a la que l lamó “Bodega de l Fin del Mundo”. Actualmente, con t inúa
ampl iándose en forma modular, para p rocesar los vo lúmenes de uvas que se p lanea
incrementar a medida que vayan ent rando en producción los viñedos prop ios, est imando
en los p róximos dos años una capac idad f inal de 6 mi l lones de l i t ros.
212
proveedores, el complejo que se transformó paulatinamente en
agroindustrial, t iene radicadas en sus lotes a unas 40 familias83.
El desarrol lo más notable está dado por la implantación de un complejo
vit ivinícola en una provincia que mostraba hasta 1998 una reducida
superficie implantada con vid, de apenas 30 hectáreas. En el año 2004, la
superficie de vid en la provincia alcanzaba 1273 hectáreas, de las cuales
el departamento Añelo reunía 1.227 y la local idad de San Patricio del
Chañar 1.151 hectáreas según datos del Censo Vitícola de la provincia
del Neuquén.
Cuadro Nº 17 Departamento Añelo. Hectáreas implantación con vid
Año Superf icie en
hectáreas
1999 7,50
2000 259,50
2001 386,00
2002 288,50
2003 149,50
2004 136,00
Total 1.227,00
Total S.P. del Chañar 1.159.00
Total Provincia 1.273.25
Fuente: Di rección General de Estadíst ica y Censo de la provinc ia de Neuquén
El efecto de este proceso de acelerado crecimiento puede sintetizarse en
el siguiente comentario extractado de un informe de la Jefatura de
Gabinete publicado en la prensa local:
83 Datos de la p rensa: Diar io Río Negro, 13 de abr i l de 2003.
213
[… ]a pesar de lo acotado de los despachos de vinos en
comparación con los principales centros exportadores del
país, es importante destacar que Río Negro y Neuquén han
experimentado un aumento en sus ventas externas durante
2005. Río Negro acrecentó sus envíos un 8,4% con
respecto al año pasado, mientras que Neuquén lo hizo en
un 576 %, al pasar de 5.104 l i t ros, en el primer bimestre
del 2004, a 34.542 l i t ros en igual lapso de esta temporada.
Otro dato que surge al comparar el desempeño de ambas
provincias, en materia de un respaldo económico
importante para aprobar el proyecto vit ivinícola, es que
Neuquén, que hasta hace muy poco t iempo atrás era
desconocida en mercados foráneos, exportó un 240 % más
que la provincia r ionegrina según los registros del
Insti tuto Nacional de Vit ivinicultura para esta temporada.
Analizando dichos proceso es que comprobamos nuestra hipótesis 4,
dado que la localidad de San Patricio del Chañar se ha ido integrando a
la economía global a partir de las decisiones adoptadas no sólo por
agentes que trascienden el sistema de relaciones locales; en la medida
que las ventajas del territorio se circunscriben a componentes estáticos
(condición del suelo, disponibil idad de riego, costos de implantación),
aunque ello no es determinante, les garantiza más posibi l idades de
continuar insertos en la economía-mundo.
De acuerdo a palabras del director de la fi rma La Inversora, entre los
nuevos inversores del área se postularon varios productores frutícolas
tradicionales, pero las condiciones para superar las etapas de evaluación
económica, hizo necesario el acompañamiento del Estado.
214
4.2.3. Globalización de la cadena agroindustrial. La reconfiguración de los actores locales
En las etapas I y II, referidas al área frutícola tradicional, dos procesos
presentes en el ámbito de los estudios sobre el desarrol lo regional
mostraron sus efectos sobre este territorio. Por un lado, la aparición de
nuevos actores que dominan la dinámica de los sistemas agroalimentarios
argentinos y, por otro, los esfuerzos municipales para gestionar un
proceso de desarrollo local endógeno, con lo que comprobamos nuestra
hipótesis 584.
a) Transformación del sistema agroalimentario argentino
A partir de la década del 70, las empresas integradas regionales
comenzaron a ser los actores preponderantes de la frut icultura de pepita
en Río Negro y Neuquén. Los tradicionales chacareros comenzaron a
perder su importancia en el sistema regional, dado que comenzaba a
concentrarse crecientemente la distribución del ingreso sectorial en un
reducido número de actores vinculados con la comercialización,
principalmente externa.
Paulatinamente, capitales trasnacionales comenzaron a realizar
inversiones (por adquisición, inversión directa o una combinación de
ambas formas) en la actividad. Se destaca el caso de la empresa
integrada Expofrut, perteneciente al grupo Bocchi85, principal exportador
84 Hipótesis 5: Se produce así una dual ización socioter r i tor ia l , p roducto de un mismo
proceso socioeconómico, que l leva a la j erarqu ización del espacio in t ra e
ín terter r i tor ia l , conforme al n ive l de in f raes tructu ra y dotación de servic ios que puede
of recer ese espac io, l imi tando opciones de movi l idad social .
85 Grupo europeo comercial izador de f rutas f rescas, que actualmente está presente en
nueve provincias argent inas, con 17 p lan tas de empaque y enf r iado, y emplea en forma
215
de la producción frutícola regional, con el 30% del volumen total de
peras y manzanas exportadas.
Las debil idades sistémicas y las sucesivas crisis económicas nacionales
derivaron en que firmas líderes regionales atravesaran un proceso de
crisis que, en el caso de Gasparri S.A., dio lugar a un ciclo de
endeudamiento que culminó en su quiebra. Su principal acreedor era el
banco estatal neuquino, al que debía 15,8 mil lones de pesos/dólares
(Preiss,2004).
Las plantaciones que poseía Gasparri en “El Chañar Etapa I” al
momento de decretarse su quiebra, fueron adquiridas por Expofrut en la
subasta judicial de los bienes, a un precio que representaba, en ese
momento, menos del 10% del costo de implantación de una hectárea de
fruta de pepita o carozo en la región. También adquirió el
establecimiento de empaque y conservación localizado en Cipollett i .
De este modo, el t i tular de la mencionada empresa detallaba el plan de
inversiones:
[…] En los próximos doce meses invert iremos cerca de 4,8
mil lones de pesos para poner a funcionar las explotaciones a
pleno. Cerca de 3 mil lones se necesitarán para capital de
trabajo y proyectamos 1,8 mil lón para compra de maquinaria y
tecnología.
Por otra parte, no son muchas las empresas que se aboquen a la compra
de grandes superficies, ya que en los últ imos años no han sido buenos los
resultados con este esquema productivo. Y la realidad así lo manifiesta:
directa a 1.700 personas. Durante la cosecha y empaque el número de t rabajadores
asciende a 7.000 (Diar io Clarín, 23-4-05).
216
la única empresa en condiciones de tomar 830 hectáreas para poner a
producir fue Expofrut. Ninguna otra se presentó en la l ici tación.86 Esto
nos l leva a pensar que dicha crisis generó abiertamente oportunidades,
sólo para grandes empresas, lo que se traduce en palabras del t i tular de
Expofrut:
La fruticultura atravesó momentos muy duros, y
quedaron muchos en el camino. Nosotros pudimos seguir
adelante gracias a la decisión de los accionistas,
comprando galpones e infraestructura que quedaba
disponible.87
Con ello queremos graficar la confirmación de nuestra hipótesis 6 en la
que se plantea que las empresas transnacionales se convirt ieron en los
actores centrales del sistema agroal imentario conformado en la
norpatagonia, ya que desde fines de los 90, por su capacidad de
coordinar con redes globales, se ocupan de la comercialización y la
distr ibución, dominando ahora todas las etapas de la cadena lo que
desplazó al productor tradicional por su imposibil idad de competir.
4.2.3. Los actores locales y el rol del municipio:
Como se ha analizado anteriormente, el modelo de las etapas I y II se
basó en el desarrollo de la producción primaria frutícola, sin integrar los
eslabones superiores de la cadena ni las actividades de servicio. La
mayor parte de los propietarios individuales reside en localidades
cercanas y las empresas integradas tienen sus centros administrativos y
operativos fuera de la localidad, con lo que las compras de insumos y
86 Fuente: D iar io Río Negro, 23 de mayo de 2001.
87 Fuente: Diar io Cla r ín, 23 abr i l de 2005
217
otros abastecimientos se realizan en otras ciudades de la región y
extrarregionales también88.
Se ha ido conformando así un “enclave productivo”, comandado por
grandes empresas como Expofrut, Moño Azul, Mario Cervi e Hijos, y
otras, todas el las con escasos encadenamientos y reducido nivel de
demanda agregada sobre actividades localizadas en el ejido urbano de
San Patricio del Chañar. Por el contrario, la estructura comercial se
encuentra l imitada a la demanda generada por los obreros rurales y los
empleados estatales de la local idad en la actividad municipal.
Actualmente se suma a esto el crecimiento en el sector de servicios y el
comercio, producto del dinamismo adquirido por la localidad a partir de
una mayor radicación de trabajadores l igados a la fruticultura.
Esto puede visual izarse al analizar las estadísticas económicas locales.
En el año 2004 se registraron en este municipio 165 unidades
económicas. La evolución de las mismas muestra un crecimiento de 81%
(74 nuevas unidades económicas) en el período 1995-2004.
88 Hipótesis 7: La t ransformación de la es tructu ra p roduct iva l levada adelan te por la gran
empresa, in tenta ser con t rar res tada por grupos de pequeños y medianos productores que
res isten desde la p roducc ión en pequeña esca la o r ientada a l mercado in terno que no está
obl igado a cert i f icar la producc ión como ocurre con el mercado in ternacional , generando
procesos de reter r i to r ia l izac ión.
Hipótesis 8: Las redes de relaciones que sustentan e l s is tema agroal imentar io en e l
Chañar forman parte de una t rama regiona l en la que part ic ipan act ivamente los
munic ip ios locales, la gran empresa, los pequeños y med ianos productores f rut íco la, a
t ravés de sus organizaciones, y los t rabajadores a t ravés de sus s indicatos. Todos son
acto res que se vinculan en menor o mayor grado a las redes g lobales y dependen casi ,
exclus ivamente, de una lógica desterr i tor ia l izada, es dec ir , a jena a su en torno
inmediato.
218
Cuadro Nº 18 Unidades Económicas registradas en el Municipio de S. P. del Chañar, por rama de actividad - período 1995 / 2004
Act iv idad Año
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Tota l 91 119 114 122 131 144 154 128 153 165
Agr ic . , ganad. , caza y s i l v ic . - - - - 1 - 1 1 1 1
Pesca - - - - - - - - - -
Exp lo tación de minas y canteras
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Industr ia manu fact . 2 2 5 6 6 6 7 8 11 13
Sumin ist ro de elect r i c idad , gas y agua
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Construcción - - - - - - - - - -
Comerc io , m. y reparac. de vehíc. autom. y venta al por menor de combust . para autom.
8 9 8 8 8 12 11 11 11 11
Comerc io a l por mayor y en comis ión excepto de automotores y motocic letas
- 1 2 2 3 3 3 1 1 2
Comerc io a l por menor (excepto de automotores, motocic letas y sus combust ib les)
48 53 38 40 41 51 51 44 55 57
Reparación de e fectos personales y enseres domést icos
1 1 - - 2 2 2 3 3 3
Hoteles y restauran tes 8 10 4 5 5 7 6 8 9 9
Transpor te, a lmacenamien to y comunicación
12 23 40 42 45 48 55 39 47 51
In termed iación f inanciera, seguros y pensiones
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Servic ios socia les y de salud - - - 1 1 1 1 - - -
Otras ac t i v idades de servic ios comuni tar ios, socia les y personales
8 16 12 13 13 7 10 8 8 11
Fuente: Elaborado por la Dirección Genera l de Estadíst ica y Censos provincial , en base a información de San Patr ic io del Chañar y de Organismos Provinciales
El 34% de las unidades económicas corresponden a actividades l igadas al
comercio minorista; 30% a servicios de transporte, almacenamiento y
comunicación; las restantes unidades se distribuyen en actividades de t ipo
industrial, terciario o de servicios. En general, se trata de empresas
pequeñas o unipersonales, que atienden el mercado local.
219
En el marco del desarrol lo de una economía de exportación, que busca
diferenciarse en el mundo a través de productos exportables con
denominación de origen y garantía de cal idad, se expone claramente en el
apartado “Demandas asociadas a la actividad frutícola”, incluido en el Plan
Estratégico de San Patricio del Chañar 200489, un l istado de servicios que
requieren las unidades económicas para sostener en forma satisfactoria
dichas actividades:
Han sido remarcadas la necesidad de mejoras en
servicios que permitan una administración eficiente en la
localidad. Las principales quejas apuntan a la baja
calidad de los servicios bancarios (demoras en
tramitaciones, fal las de sistemas, operaciones que no es
posible realizar automáticamente etc.). Esto afecta el
aumento de costos de transacción y administración
además de otras dif icultades y demoras para los
trabajadores.
Otro aspecto señalado con fuerza es la calidad de los
servicios telefónicos, part icularmente, la disponibi l idad
de conexiones aptas para internet.
En relación a la provisión de insumos, el tamaño de las
unidades productivas hace que las compras se concursen
anualmente con proveedores de otras plazas. Sin
embargo, para la reposición inmediata se ve como
posit ivo que se puedan realizar en la cercanía a igualdad
de precios, entrega y calidad.
Asimismo, se señala la escasez de infraestructura de
alojamiento y servicio de comidas para viajeros. Las
89 Documento real izado por la munic ipa l idad de San Patr ic io del Chañar en e l año
2004, en e l cual se expone la s i tuación de l desarrol lo actua l de la local idad y se
proyecta una estra tegia basada en el aprovechamiento de los recursos endógenos, a
imagen de los requer imientos establecido por e l BID en el año 2002.
220
empresas reciben una gran cantidad de visitantes
insti tucionales (proveedores, asesores, técnicos,
compradores), cuyo alojamiento debe realizarse en una
distancia promedio de 100 km. lo que dif iculta el ri tmo
de trabajo. Una estimación prel iminar permite identif icar
un total anual de viajeros de negocios de más de 1000
personas anuales en el área con una permanencia
promedio de dos días.
En relación con la infraestructura disponible, las
objeciones se centran en el mantenimiento de los caminos
rurales (además de las señaladas en comunicaciones)
El gobierno municipal ha intentado generar un mayor dinamismo en la
economía local, fomentando el asociativismo entre los productores y la
incorporación de valor agregado a la actividad primaria, como también la
capacitación de su población.
A partir de estas intervenciones, el Estado municipal ha creado y
organizado empresas que, bajo el enfoque del Desarrollo Endógeno,
promuevan y posicionen a la localidad como modelo de las relaciones
global-local. En este sentido, en 1998 se realizó el lanzamiento oficial
del logotipo de la marca "El Chañar", basada en una estrategia de
marketing que permite que todos los productos de la localidad tengan el
aval de una marca con denominación de origen que asegure la calidad de
la oferta. Esta denominación puede ser uti l izada por grupos de
productores tradicionales o nuevos asociados, sin importar el rubro
(fruticultura-vit ivinicultura) al que se dediquen.
Asimismo, dos proyectos vinculados a la integración de la cadena
frutícola contaron con el apoyo del municipio local y la asistencia
financiera del I.A.D.E.P., para incorporar actividades que permitieran
incrementar el valor agregado y fomentar un mayor protagonismo de
221
pequeños y medianos agentes locales. Se instaló el primer empaque de
envergadura en la localidad, y una sociedad mixta entre el municipio y
doce productores concretó la construcción de un frigoríf ico frutícola de
últ ima generación, que brindaría servicio de frío a los productores
asociados y a otros agentes locales.
Sin embargo, y como demostración concreta del poder articulador del
eslabón comercial exportador en la cadena frutícola regional, estas
iniciativas no concluyeron en el resultado esperado: la empresa que
instaló y actualmente opera el establecimiento de empaque, comercializa
el mayor porcentaje de su producción a través de la transnacional
Expofrut, en una relación de dependencia comercial y financiera respecto
de este agente líder. En el mismo sentido, los desacuerdos entre
municipio y productores en cuanto a la forma de administrar el
frigoríf ico derivaron en el alquiler de las instalaciones a dicha empresa y
en la art iculación vertical de los productores a empresas trasnacionales
que operan en la región.
4.4. Configuración actual de actores en el entorno local a partir de
los efectos de la globalización
De acuerdo a la hipótesis 1, la global ización implicó para la región
norpatagónica un proceso de fragmentación socioproductiva a escala
territorial , en sintonía con otros espacios de acumulación que
incorporaron componentes sociales e institucionales particulares, y se
insertaron bajo formas de creciente heterogeneidad. En este sentido, en
el terr itorio estudiado se produce bajo formas globales postfordistas que
conviven con formas fordistas y anteriores a esta también, con los
consiguientes efectos e involucramiento de los aspectos sociales y
simbólico-culturales, como bien se expresa en el siguiente extracto del
Plan estratégico:
222
Puede decirse que la microrregión es altamente
heterogénea en lo que respecta a aspectos sociales y
productivos: coexisten grandes productores y
comerciantes del Alto Valle (que desarrollan sus
actividades con un alto componente de trabajo
asalariado permanente y temporario), con
productores campesinos dedicados a la ganadería
caprina y a la horticultura famil iar. Aunque también
hay presencia de grandes establecimientos
ganaderos90.
Para elaborar un cuadro de situación abordamos la estructura de la
propiedad de la t ierra en el sector frutícola de San Patricio del Chañar,
en base a la información del Censo Nacional Agropecuario 2002, de lo
que surge que:
La superficie total ocupada con frutales en el Departamento Añelo en ese
año es de 4092 hectáreas, lo que representa el 80% de la superficie neta
total actualmente en producción; la frut icultura de pepita manzanas y
peras representan el 72% de la superf icie frutícola y el 58% de la
superficie productiva total. El mayor porcentaje (85% a 90% del total) se
encuentra localizada en la localidad de S.P. del Chañar91.
Cuadro Nº 19 Superf icie de las explotaciones agropecuarias ocupada con frutales, por
especie (Dpto. Añelo) (en ha y % del total) Año 2002
Total Manzano Peral Cerezo Ciruelo Durazno Nectarin Secos Menores Vides*
4092 1875 1075 37 197 111 136 1 5 653
100% 45% 26% // 4% 2% 3% // / / 15% * a l año 2004, representaban 1157 has.
Fuente: e laboración prop ia en base a C.N.A. 2002
90 Fuente: Plan est ratégico de Desarro l lo Terr i to r ia l de San Patr ic io del Chañar, 2004 91 A las que deben sumarse 650 hectáreas de vid p lantadas con poster ior idad.
223
El estrato de establecimientos con más de 100 hectáreas netas de frutales
representa el 10% de las explotaciones agropecuarias (Eap) y es
propietarios del 48% de la superficie, en tanto el estrato de unidades de
hasta 20 hestáreas constituyen el 58% de las Eap y el 16% de la
superficie implantada.
Cuadro Nº 20 Distr ibución de las Eap ocupada con frutales, por especie (Dpto. Añelo)
(en h. y % del total) Año 2002
Superf icie neta
Con f rutales
Total explotaci
ones
Pepita (ha.)
Carozo (ha.)
Vid (ha.)
Otros f rutales
(ha.)
Total Frutales (ha.)
Hasta 5 has 9 19 4 0 0 23 5,1 a 10 has 22 147 20 0 0 167 10,1 a 20 has. 29 424 19 0 0 443 20,1 a 30 has. 12 242 43 6 0 291 30,1 a 50 has. 10 332 24 19 5 381 50,1 a 100 has. 11 675 98 62 0 835 100,1 a 200 has. 6 435 33 230 0 698 ´+ de 200 has. 4 676 241 338 1 1255 Total 103 2951 482 654 6 4092
Fuente: e laboración prop ia en base a C.N.A. 2002
Superf icie neta
Con f rutales
Total explotaci
-ones
Pepita (has.)
Carozo (has.)
Vid (has.)
Otros f rutales (has.)
Total Frutales (has.)
Hasta 5 has 9% 1% 1% 0% 0% 1% 5,1 a 10 has 21% 5% 4% 0% 0% 4% 10,1 a 20 has. 28% 14% 4% 0% 0% 11% 20,1 a 30 has. 12% 8% 9% 1% 0% 7% 30,1 a 50 has. 10% 11% 5% 3% 84% 9% 50,1 a 100 has. 11% 23% 20% 9% 0% 20% 100,1 a 200 has. 6% 15% 7% 35% 0% 17% ´+ de 200 has. 4% 23% 50% 52% 16% 31%
Total 100% 100% 100% 100% 100
% 100
% Fuente: elaborac ión propia en base a C.N.A. 2002
224
Entre estos extremos, se identi fican dos segmentos intermedios, el
primero de Eap entre 20,1 y 50 has. (que reúnen al 22% de los
establecimientos y el 16% de la superficie, y un segundo de Eap entre
50,1 y 100 has., representando el 11% de los establecimientos y el 20%
de la superf icie con frutales).
Puede advertirse la heterogeneidad de los actores frutícolas presentes en
la microrregión, resultado de su proceso histórico de conformación: en
tanto el desarrollo de la vit icultura partió de un modelo de propiedad
concentrado en un reducido número de actores, en la frut icultura de
pepita y carozo este proceso de concentración se fue dando en el t iempo,
a medida que se modificaba el tradicional desarrollo basado en pequeños
productores hacia una fruticultura de mayor escala con preponderancia
de grandes empresas integradas.
Según los rasgos principales sobre los que puede establecerse una
caracterización de estos agentes económicos, se identifican dos actores
principales en el sector frutícola de pepita:
• productores independientes, que no se encuentran asociados o
integrados por un nexo de capital con los agentes de la
comercialización, pero cuya tradicional autonomía tiende a
subsumirse en una creciente dependencia respecto de las f irmas
líderes exportadoras. Estos corresponden a Eap de hasta 50
hectáreas.
• empresas integradas, que son los agentes del complejo frutícola
que reproducen en una unidad empresaria el ciclo de producción,
conservación, empaque y comercialización, incluyendo el empaque
y comercialización de producción adquirida a los productores no
225
integrados. Son los propietarios de las unidades de mayor
extensión,
En general, las relaciones entre estos agentes involucran una empresa
integrada definiendo reglas que los productores no integrados que les
venden su producción deben cumplir, lo que está significando un proceso
de circulación del ingreso frutícola con potencialidad efectiva de
apropiación de rentas por parte de la empresa integrada.
De este modo, pasamos a detallar los principales efectos que ha generado
la globalización en la región a partir de la sistematización de entrevistas
a referentes de instituciones locales l igadas a la fruticultura.
Tabla Nº 3
Los efectos regionales de la globalización de la estructura productiva de San Patricio del Chañar
Amenazas Oportunidades
• Excesiva competencia en el
mercado internac ional puede
generar pérdidas de espacio que
ocupan actua lmente las empresas
asentadas en e l área.
Ubicación estratégica: a 500 k i lómetros
del puer to de San Antonio Este (pr incipa l
centro de carga de frutas frescas, jugos y
hor tal izas para los mercados de ul tramar) .
Posib i l idad de acceder a los puer tos de l
Pací f ico a través del corredor b ioceánico
que vincula d icho océano con el At lánt ico.
• Crecimiento de otras regiones
frutíco las en nuestro país (Val le
del Río Chubut)
• Creciente va lorac ión y demanda de
cult ivos orgánicos
• Caída en la demanda internacional de
vinos. Reemplazo por ot ras bebidas.
• Altos requer imientos del mercado
internac ional que generan una al ta
demanda de sofis t icados serv ic ios conexos
y de logíst ica para los bienes expor tab les
(Packaging, t ransporte , etc)
226
• Fuer te proceso de descomodi t izac ión
de las frutas frescas a part i r de la
creac ión de var iedades patentadas, de
establec imiento de marcas y de
denominación de or igen contro lado.
• Impulso de l tur ismo rural (como forma de
ampl iar las act iv idades product ivas sobre
el mismo terr i tor io)
• Nuevas empresas relac ionadas con
serv ic ios a la frut icul tura.
• Emprendimientos l igados a l tur ismo que
podrían d ivers i f icar las act iv idades
rentab les que se desarro l lan en e l área: La
ruta de l vino, posib i l i ta v is i tas y d inamiza
nuevas relaciones de actores loca les y
extra locales.
• Baja cal idad en el t rabajo de
organismos estatales de contro l de
sanidad vegetal y de cert i f icac iones
de ca l idad.
• Acciones de fomento de pequeños y
medianos productores, que redunda en
una mejor o ferta exportable, en ca l idad
y cant idad.
Fuente: E laboración propia en base a entrevistas a referentes de inst i tuciones locales de San Patr ic io de l Chañar .
4.5. Demografía
En la actualidad la localidad posee una superficie de 7.549 hectáreas
(74.59 km2). Se destaca el crecimiento poblacional que ha registrado en
la últ ima década, producto de la dinámica que adquirió la agroindustria:
en el año 1976, sólo 101 habitantes residían en el ejido urbano;
transcurridos 30 años, el últ imo censo de población arrojó cerca de 6.000
habitantes.
De acuerdo con los datos que surgen del últ imo Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas, este municipio contaba en el año 2001
con 5.063 habitantes. La tasa de crecimiento de la población entre el
período censal 1991-2001 fue del 59% (1.882 habitantes), con una tasa
227
de crecimiento promedio anual de la población del 4,42 %. Asimismo
presenta una densidad de población de 67,1 hab/km.
En estos últ imos diez años el municipio de San Patricio del Chañar
muestra un crecimiento poblacional similar al del departamento Añelo
del que forma parte. Este hecho se debe, fundamentalmente, al gran
crecimiento poblacional en el área urbana, y al éxodo de la población en
las zonas rurales que conforman el ejido.
Cuadro Nº 21 Municipio de San Patricio del Chañar
Evolución de su población
Población Área 1991 2001
Variación %
2001/1991
Municipio ( incluye área urbana y rural)
3.181 5.063 59
Población urbana (Local idad)
1.907 3.961 108
Población rural 1.274 1.102 - 13,5 Departamento de Añelo
4.668 7.554 62
Fuente: Di rección Genera l de Estadíst i cas y Censos de la Provincia del Neuquén sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y V iv iendas de 1991 y 2001.
Tal como se observa en el gráfico censal, el incremento de la población
l levó a que la Comisión de Fomento se convirt iera en municipio de
primera categoría, dictando su propia Carta Orgánica en el año 2003,
según lo prevé la Constitución de la Provincia de Neuquén.
228
Grafico Nº 5
La evolución demográf ica entre 1970 y 2001
Fuente: INDEC, Censos Nacionales de Poblac ión
4.5.1 Estructura Poblacional
Analizando la estructura por grupo de edades, se construyeron las
pirámides poblacionales correspondientes a los dos últ imos censos
nacionales (1991 y 2001), tanto para la provincia del Neuquén como para
el municipio de San Patricio del Chañar, para comparar los patrones de
crecimiento por grupo de edad.
Gráf ico Nº 6 Población años 1991 y 2001
101 1130
3181
5063
0100020003000400050006000
Hab
itant
es
1970 1980 1991 2001
Años Censales
San Patricio del Chañar: Población Total
Neuquén 1991: Pirámide Poblacional
30000 20000 10000 0 10000 20000 30000
0-4
10_14
20_24
30_34
40_44
50_54
60_64
70_74
80 y más
Varones Mujeres
SP Chañar 1991: Pirámide Poblacional
400 200 0 200 400
0-4
10_14
20_24
30_34
40_44
50_54
60_64
70_74
80 y más
Varones Mujeres
229
Fuentes: Censos Nacionales de población. INDEC
De la comparación de las pirámides, en ambos conglomerados urbanos se
refleja la estructura típica de poblaciones jóvenes, con una amplia base
en los escalones de menor edad.
Sin embargo, cuando tomamos ambos puntos en el t iempo, se observa un
leve angostamiento del grupo de edad de 0 a 10 años en la Provincia,
mientras que en el ámbito local se verif ica este fenómeno para el escalón
de 0 a 4 años. Este hecho obedece a una desaceleración del número de
nacimientos en el últ imo lustro de la década que va de 1991 a 2001.
Neuquén 2001: Pirámide Poblacional
30000 20000 10000 0 10000 20000 30000
0-4
10_14
20_24
30_34
40_44
50_54
60_64
70_74
80 y más
Varones Mujeres
SP Chañar 2001: Pirámide Poblacional
400 300 200 100 0 100 200 300 400
0-4
10_14
20_24
30_34
40_44
50_54
60_64
70_74
80 y más
Varones Mujeres
230
Gráfico N º 7 Población de San Patricio del Chañar según edad
Fuente: E laboración prop ia en base a datos de los Censos nacionales de población de la Di rección de Estadís t icas y Censo de la prov incia de Neuquén
4.5.2. Flujos migratorios
Al igual que ocurre en todas las provincias patagónicas, es muy relevante
observar los movimientos inmigratorios de población.
Hacia el año 2001 y durante el lustro previo al censo, el aporte
migratorio a la localidad fue de casi un 18 % de la población total, lo
que significa que uno de cada cinco habitantes proviene de otro lugar.
Desglosando el origen de los migrantes en la últ ima década, el 97.5% del
aporte inmigratorio correspondió a pobladores argentinos que se
desplazaron a la localidad y el 2,5% restante correspondió a migrantes
provenientes del extranjero.
0
5
10
15
20
25
30
0-9 10/19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-65 Mas de
65
231
Gráfico Nº 8
Fuente: Censo Nacional de Poblac ión año 2001
Una explicación al crecimiento es la efervescencia originada por el
circuito agroindustrial que atrajo importante mano de obra para cada
temporada de cosecha y las labores culturales de preparación de la
planta; estos trabajadores comenzaron a radicarse en la localidad con sus
familias a raíz de incentivos que hacen a la calidad de vida de la
población (vivienda, educación, salud y trabajo) provenientes del Estado
y de las empresas. Esto nos permite comprender el elevado porcentaje de
población joven en edad de trabajar.
Atendiendo a la dinámica del crecimiento de la población, la Dirección
General de Estadíst icas y Censos provincial ha realizado proyecciones
del fenómeno, previendo la continuidad de la actividad agroindustrial y
la consecuente oferta de trabajo. Asimismo, de acuerdo con los últ imos
estudios publicados surge que:
a) Para los primeros años (2001-2003) hubo crecimiento vegetativo (4,75
% anual), dato que surge de la comparación entre los censos 2001 y
1991.
San Patricio del Chañar: población de 5 y más años, según lugar de residencia en 1996
82,40%
17,20% 0,40%En lugar dondefue censado
En otralocalidad argentina
En el extranjero
232
Desde el año 2003, en adelante, se estima una progresión l ineal en la
incorporación de mano de obra de 310 nuevos empleos por año, en la
actividad frut i-hortícola, y 62 nuevos empleos anuales en actividades de
servicios.
Además, se ha calculado que el 70% de los empleos en el sector frutícola
ha promovido nuevas radicaciones de población y que el 50% de los
puestos en el sector terciario, promoverá nuevas migraciones hacia la
localidad.
Finalmente, se conoce que cada migrante que se radica en la localidad
está acompañado, en promedio, por una persona, con lo cual la
localización anual ascenderá a 295 habitantes.
En el siguiente gráfico se presentan con base a las proyecciones
efectuadas, los resultados de las comparaciones y estimaciones de
población para los años 2008 y 2013, tomando como base el año 2003.
Fuente: Di rección General de Estadíst ica y Censo de la provincia de Neuquén (2004)
6151
1014812180
0
5.000
10.000
15.000
Hab
itant
es
2003 2008 2013
Gráfico Nº 9 Proyección de población al año 2013. San Patricio del Chañar
233
b) La Dirección General de Estadísticas y Censos provinciales, ha
difundido una proyección de población por año, según municipios hasta
el 2010, en función de la tasa de crecimiento relativo que han registrado
los departamentos cabeceras de cada local idad.
Es así que para el municipio de San Patricio del Chañar se proyectó para
el 2010 una población de 7.487 habitantes, cifra que termina siendo muy
conservadora si se la compara con las estimaciones que aparecen en los
diferentes documentos consultados sobre la población potencial de esta
localidad. Esto se debe a que sólo se ha tenido en cuenta el crecimiento
demográfico del departamento cabecera (Añelo) y no se ha considerado
ningún coeficiente de la mano de obra de la principal actividad
agroindustrial que se está desarrollando en dicha localidad y zonas
aledañas.
En suma la localidad de San Patricio del Chañar ha tenido un vertiginoso
crecimiento poblacional desde 1970 al 2001, pasando de poco más de un
centenar de habitantes a más de cinco mil, lo que determinó un cambio
institucional de gran relevancia que demandó la creación de un
Municipio de Primera Categoría en poco más de una generación.
Por su parte, la estructura por edad de sus habitantes refleja las
característ icas típicas de una comunidad joven con una amplia base en su
pirámide poblacional. Los nuevos flujos migratorios están asociados a la
expansión de los sectores de actividad económica más dinámicos: las
cadenas vit ivinícolas y fruti-hortícola, lo que sumado al crecimiento
vegetativo, hace prever para el año 2013 que la población de San Patricio
del Chañar duplicará el total actual.
234
4.6. Estructura del empleo de la localidad 4.6.1. Empleo en la actividad agroindustrial
La producción y comercialización de frutas frescas es una actividad de
altísimos requerimientos tecnológicos en cualquiera de sus etapas;
condicionada por las características propias de los productos vegetales
(se mantienen “vivos” hasta ser consumidos) y las altas exigencias de
calidad del mercado: formación de las plantas, tecnología productiva,
sistema de acondicionamiento y presentación, formas de conservación en
frío, transporte y exposición para el consumo final, todas actividades que
ocupan mano de obra en diferentes temporadas del año.
Una visión dinámica, basada en las ventajas comparativas de Argentina
para la producción de frutas frescas, en la capacidad ociosa que aún tiene
el país y en el fortísimo impacto de esta típica agroindustria en el
empleo y la inversión, permite identi ficar esta actividad como estratégica
dentro del sector al imentario y con gran potencial para el desarrol lo
socioeconómico de la región.
La producción y comercialización de las frutas de pepita, esencialmente
manzanas y peras, ha originado una dinámica importante en la estructura
del empleo, el que asume rasgos distintivos relacionados con la adopción
de tecnologías modernas para la etapa de acondicionamiento de la fruta y
en el caso de la vit ivinicultura en todo el proceso de industrial ización.
La agroindustria frutícola demanda mano de obra intensiva en forma
estacional. En los períodos de mayor actividad (cosecha), el empleo
generado por la actividad agrícola es 4 veces superior al de la
construcción; se estima que el sector agrícola demanda 38.000 puestos de
trabajo directos, ci fra que equivale al 37 % del empleo directo total, y si
se omiten aquellos pertenecientes al sector público, la mano de obra
agrícola representaría el 44 % de los puestos laborales del sector
privados.
235
La afluencia de personas para realizar su trabajo en la zona frutícola es
muy alta, ya sea que se trate de puestos de trabajo temporarios o
permanentes. Al no disponer de datos estadísticos al respecto, se usó una
encuesta en la localidad realizada en época de cosecha (fines de enero y
principios de febrero) del año 2003 y que está incluida en el Plan
Estratégico del año 2004 real izado por el Estado local. Dicha medición,
que del total de trabajadores, según se observa en el siguiente cuadro,
preponderan los de chacra (actividad agraria) con destino hacia. El
Chañar y los de petróleo, con destino hacia el departamento Anhelo.
Cuadro Nº 23 Movil idad de trabajadores hacia San Patricio del Chañar y resto del departamento Añelo. Período enero-febrero 2003
S. P. del Chañar
Resto del
Departamento de
Añelo Act iv idad de las
Personas Cant de
Personas
% Sobre
el tota l
Cant. De
Personas
% Sobre
el tota l
TOTAL
Personal de Chacra 748 98 17 2 765
Personal Petro lero 0 0 824 100 824
Personal Temporar io
construcc ión 5 9 50 91 55
Emp. Frutícola 9 100 0 0 9
Personal Of ic ia l 39 100 0 0 39
Desocupados (que
buscan trabajo en
chacras) 12 100 0 0 12
Tota les 813 48 891 52 1.704
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de Encuesta de Tránsito de la Unidad de Empleo, Formación y Capaci tación de Recursos Humanos de la Provincia del Neuquén - V ial idad Provincial
236
De los trabajadores con destino a San Patricio del Chañar, el 70 %
provenía de localidades neuquinas y el 15 % de localidades rionegrinas.
Se observó una menor afluencia de personas de otras provincias, lo que
hace suponer que la mayoría de los trabajadores temporarios habita en
las explotaciones para las cuales trabaja.
Cuadro Nº 24 Movil idad de personas hacia S. P. Chañar
Loca l idades de or igen Cant idad de personas % sobre e l tota l
Barda del Medio 3 2 Río Negro
Cinco Sal tos 135 98
Centenar io 404 73
Neuquén capi ta l 136 24 Neuquén
Plott ier 17 3
Tota l personas extra locales 695 85
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de Encuesta de Tránsito de la Unidad de Empleo, Formación y Capaci tación de Recursos Humanos de la Provincia del Neuquén - V ial idad Provincial
Cinco Saltos (provincia de Río Negro y Centenario (en Neuquén) son las
localidades que aportan el mayor porcentaje de trabajadores que se
mueven laboralmente hacia S. P. del Chañar.
Una encuesta realizada en el año 200392 revela la situación salarial de los
habitantes. Si bien el estudio tuvo como objetivo principal la medición
de opiniones sobre el funcionamiento de instituciones locales, se
extractan aspectos relacionados con el contenido del apartado.
Las personas encuestadas manifiestan tener un ingreso promedio de $
600 (200 dólares) al mes. De los encuestados el 43 % no tiene ningún
ingreso, el 15 % percibe ingresos provenientes de oficios y profesiones
92 Relevamiento Diagnóst ico Munic ipal idad de San Patric io del Chañar. Fundac ión Nehuen. Marzo 2003.
237
independientes; el 11 % tiene ingresos situados por debajo de la línea de
indigencia93 y el restante 31 % tiene ingresos como asalariado.
Según estudios de especial istas en el área, el mercado de trabajo
frutícola no está exento de la flexibil ización laboral ni de la
precarización. Se constata la presencia de trabajadores migrantes para las
tareas de cosecha que se remuneran a destajo, patrón de antigua data en
toda la zona del Alto Valle (Bendini et.al, 2003).
Se estima un importante porcentaje de trabajadores del sector primario
en condiciones irregulares, no declarados, según lo establece la Ley de
Contrato de Trabajo, como trabajadores permanentes discontinuos, lo que
implica priorizar la contratación de éstos en cada temporada. Asimismo,
es l lamativa la presencia de pseudocooperat ivas que funcionan de modo
irregular.
Este proceso ha consolidado la inestabil idad laboral y la multiocupación
de aquellos trabajadores que no son permanentes, lo que los convierte en
potenciales beneficiarios de algún programa de ayuda social dependiente
del Estado.
La flexibil ización de las relaciones laborales repercute en los bajos
salarios y en el poder adquisi t ivo de hogares a la hora de resolver sus
necesidades. Esto es un disposit ivo que ha activado procesos de
solidaridad entre los vecinos, quienes tejen redes sociales de contención
orientadas y f inanciadas por el Estado local desde el marco de programas
sociales. Prueba de ello son los comedores comunitarios, el centro de
jubilados empleados de la fruta, la cooperativa de vivienda y consumo,
93 La l ínea de ind igenc ia es la medida de referencia ut i l izada por el Min ister io de Desarro l lo Social de la Nac ión, procura establecer s i los hogares cuentan con ingresos suf ic ien tes para cubri r una canasta de al imentos capaz de sat is facer un umbral mín imo de necesidades energét icas y p roteicas, los hogares que no superan ese umbral o l ínea son considerados ind igentes.
238
empresas bajo microcréditos del sistema Grameen94 y crecientes
intercambios basados en el trueque de bienes y servicios.
4.6.2. El empleo en el sector público
Por su parte, el sector público aporta una parte de trabajo asalariado en
personal técnico-profesional ocupado en las diversas instituciones -
hospital , escuelas, policía, municipio-, pero en su gran mayoría estos
profesionales no residen en San Patricio del Chañar sino en centros
urbanos cercanos más grandes, con adecuada infraestructura y servicios
(Centenario, Neuquén, Cipollett i , Cinco Saltos, etc.), lo que se traduce
en una fuga de rentas para la localidad. Lo mismo ocurre en el sector
privado con los profesionales a cargo de la gestión administrativa,
productiva y económica de los establecimientos.
Sobre un total de 2.126 personas que conformaban la población
económicamente act iva (PEA)95 de la localidad, en el año 200096, el
Estado provincial aportaba 322 empleos. De ellos 172 correspondían al
Consejo Provincial de Educación y 112 al resto de la Administración.
De la desagregación de los datos surge que el sistema de salud contaba
con 46 empleos. En el año 2003 la planta docente, dependiente de la
administración provincial, ascendió a 247 cargos (no se incluyen
porteros y personal de l impieza). Así, el total de empleo público
ascendería a 443 puestos de trabajo, es decir, un 21 % de la PEA.
El municipio local generó un total de 84 empleos (el 3,8 % de la PEA) y
eroga una masa salarial del promedio de $1.052 mensuales, monto
similar al promedio del empleo público provincial.
94 Sistema de crédi tos para microempresas, conocido mundialmente como El Banco de los Pobres. 95 Est imada of ic ia lmente por la prov incia por ext rapolación de la PEA del aglomerado Neuquén-Plot t ie r. 96 Fuente: In formación Munic ipal Básica de la Provincia de Neuquén. 1999–2000. Di rección de Estad íst icas y Censos.
239
Por su parte, los 38 jubilados provinciales residentes en la localidad
cobraban un haber promedio de $ 489,70 mensuales.
Cuadro Nº 25 Gasto medio salarial sector público municipal.
Años 1998-2000
Cantidad de Empleados Municipales
Año
Gasto en Personal Miles de $
Poder Ejecutivo Municipal
Concejo Del iberante
Gasto Medio Mensual en $
Empleados c/1.000 habitantes
1998 888 66 2 1.005 17 2000 1.149 81 3 1052 21
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos de “Información Municipa l Básica 1998/00” de la Di r . General de Estadíst ica, Censos y Documentación de Neuquén
En cuanto al nivel de instrucción del personal del sector público, en el
año 1998 el 67 % del total de personal de la administración pública
municipal no tenía estudios secundarios completos. Esta ci fra es
compatible con la que surge del censo 2001, aunque no se dispone de la
estructura por edad del personal municipal.
Cuadro Nº 26
Área Salud - Dotación de personal. Año 2001
Perf i l Personal Cantidad de personas
Médicos 5
Especial istas 3
Enfermería 13
Agentes Sanitarios 7
Técnicos y auxi l iares 15
Administrat ivos 3
Total 46
Fuente: Elaborac ión propia. Datos de la Dirección Provincial de Estadíst icas
yCensos. Anuar io 2001
240
Cuadro Nº 27
Área Educación. Planta de Personal docente-Año 2003
Nivel Educativo Cantidad
personal
Primaria 95
Secundaria 107
Jardín infanti l 16
Educación/Adultos 1
Terciario 18
CEF Nº 10 10
TOTAL 247
Fuente: Elaborac ión propia de datos aportados por Consejo Provincia l de Educación de Neuquén
4.6.3. Proyecciones para el empleo según dinámica de la ocupación,
Al efectuar la prospectiva del crecimiento demográfico, hemos decidido
hacerlo proyectando los valores históricos a través del crecimiento
vegetativo, sumándole al mismo el impacto del crecimiento estimado de
los sectores de la actividad económica más dinámicos y asociando el
crecimiento de la población a la demanda futura de mano de obra.
Se adoptó este cri terio en virtud de haberse observado que el proceso de
inversión en las mencionadas cadenas productivas fue muy significativo
en los últ imos diez años y se espera que dicha tendencia siga en
aumento.
En un trabajo reciente elaborado por el Ministerio de Jefatura Provincial,
se recopilaron las prospectivas económicas del desenvolvimiento local
hasta el año 2013 (Ministerio Jefatura Provincial, 2004). Para ello se
asumió que las actividades impulsoras del crecimiento local y, por ende,
241
las que crean más puestos de trabajo son: la cadena vit ivinícola, la
cadena frutícola y la hort icultura.
Cuadro Nº 28 San Patricio del Chañar, proyecciones del empleo por rama de actividad desde el año 2003 al 2013
Máximo Mínimo Actividad
Estables Temporarios Total Estables Temporarios Total
A) Escenario Ampliado
Prod. Prim. Vides
256 742 998 256 395 651
Producción Vinos
89 94 183 89 94 183
Producción Otras Frutas
25 281 306 25 131 156
Packing y fr ío de frutas
70 380 450 70 380 450
Hort icultura 0 90 90 0 90 90 A. Subtotal 1530
B) Escenario de Base
Prod. Prim. Vides
396 1915 2311 396 1149 1545
Producción Frutas
94 752 846 94 545 639
B. Subtotal 490 1694 2184 Total A) + B)
3714 Fuente: Chañar Siglo Nuevo – Plan Estratégico de Desarrol lo c i tado en Provincia de l Neuquén – Minister io de Jefatura Provincial “Práct icas de Gobierno a Nive l Loca l ” (Jul io 2004)
Según los cálculos, y considerando que ambos escenarios no son
mutuamente excluyentes sino complementarios, se crearían 3.714 nuevos
puestos de trabajo en la cadena frutihortícola.
Adicionalmente, se asume que cada cinco nuevos puestos de trabajo en la
mencionada cadena se crea un nuevo puesto de trabajo en el sector
servicios, de tal manera que se proyecta un total de 743 puestos en el
242
sector terciario. Como podemos notar, la espectacular modificación de la
estructura poblacional t iene relación con la existencia de oferta de
puestos de trabajo en diferentes rubros, cuyo epicentro lo constituyen
actividades con demanda global.
En este sentido, en la hipótesis 2 aludimos a que el proceso de desarrollo
de la local idad de San Patricio del Chañar, desde mediados de los 90,
está en relación directa con el proceso de globalización económica: al
insertarse dicho espacio como nueva área de producción de fruta fresca
contribuyó a expandir el sistema agroalimentario regional en part icular y
consolidar procesos de cambio social en general, como los que estamos
describiendo.
4.7. Salud
Para este sector, los técnicos sanitarios locales consideran que la
infraestructura es completamente inadecuada aun para hospitales de baja
complej idad de la Provincia97; a esto se le debe agregar el aumento de la
demanda sanitaria de los trabajadores golondrina en temporada de
cosecha y los que atrajo el emprendimiento de la construcción de tres
bodegas. La mayor demanda se asocia a accidentes laborales; si la
gravedad de los mismos requiere la atención de especial istas, los
pacientes deben ser derivados al Hospital provincial capitalino, que dista
50 km de la local idad.
Según lo expresado por informantes cal if icados, en el hospital se atiende
un gran número de casos de trabajadores que no cuentan con seguro de
ART (Asociación de Riesgo de Trabajo), lo que determina que se amplíe
el gasto en salud para destinarlo a personal vinculado a la fruticultura -
trabajadores en situación irregular, tercerizados mediante cooperativas
de trabajo. Ello resta posibil idades de atención a la población que reside
97 Revista 30 años de El Chañar, 2003
243
de forma permanente. La crít ica que realizan las autoridades del
nosocomio hacia las grandes empresas es que éstas no corren riesgos ni
realizan inversiones para su personal ocupado.
La instalación de grandes empresas en la zona es acompañada por la
instalación de nuevas familias que pasan a engrosar las demandas de
servicios hospitalarios, educativos y la ayuda social. Al respecto un
funcionario de la Secretaría de Desarrollo municipal manifestó en
entrevista que:
[…] como producto de las si tuaciones de alto r iesgo
social, el municipio viene promoviendo la organización,
por parte de la sociedad civi l , de empresas estratégicas
para resolver las necesidades básica de población en
r iesgo; entre estos se cuentan los planes de empleo
nacionales y provinciales, programas como el
PROHUERTA, “redes de dignidad”98; y aunque han tenido
un impacto posit ivo en la comunidad, no basta, ya que la
gente t iene la mental idad de que todo se lo t iene que dar el
estado” (2003).
Cuadro Nº 29 Población con cobertura en salud por obra social
o plan de salud Año 2001
Obra soc ia l y /o plan de salud pr ivado o mutua l
Grupos de Edad Tota l
Tiene No Tiene
0-9 985 437 548
10-19 931 445 486
20-29 668 249 419
30-39 593 325 268
40-49 397 211 186
50-59 233 107 126
60-69 106 52 54
98 Programa que se instrumentó para el desarro l lo loca l. Son créd itos para empresas product ivos f inanciados con fondos nac ionales y munic ipales.
244
70-79 39 21 18
80 y más 9 7 2
Total 3.961 1.854 2.107
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viv ienda 2001 del INDEC
La principal infraestructura es pública, depende del Gobierno provincial.
Se trata de un hospital de área, con 10 camas de internación.
Menos de la mitad de la población tiene cobertura privada (47%); esta
proporción es menor en los niños de 0 a 4 años ya que baja al 41%; en
cambio, sube al 56% en edades 30 a 39 años. Para los menores de 14
años la cobertura se ubica en 46%, mientras que para los mayores de 60
años la cobertura trepa al 52%.
Las estadísticas del sistema de salud público provincial muestran que la
mitad de la población que se hizo atender en el año 2001 en el hospital
de la localidad, t iene cobertura por ser trabajador regularizado, que
aporta a la seguridad-obra social o está a cargo de un trabajador. La otra
mitad no posee obra social por lo que, probablemente, se trate de
familias de desocupados o trabajadores “en negro”, ya que la legislación
laboral argentina tiene como requisito para los trabajadores registrados
la pertenencia a una obra social (asistencia privada en salud).
4.8. Educación
Actualmente se cuenta con tres escuelas primarias, un jardín de infantes,
un centro de enseñanza media; un centro de educativo para adultos y un
centro de educación física. En el presente año el Consejo Provincial de
Educación, la municipalidad de San Patricio del Chañar y la Asociación
para el Desarrollo Integral de El Chañar (ADINEC) han creado en forma
conjunta la Tecnicatura Superior en Gestión Frutícola, con el objeto de
245
formar recursos humanos que intervengan como trabajadores en las
nuevas empresas agroindustriales.
El equipamiento de esta área es satisfactorio y se continúa con obras de
mejoramiento por parte del Consejo Provincial de Educación, aunque se
ha convert ido en boca de admisión de los déficits sociales y ambientales
que acusan niños y niñas en edad escolar, entre los cuales se cuentan
violencia famil iar, problemas respiratorios (por la quema de caucho en
época de heladas para evitar daños en la cosecha), problemas
habitacionales y de servicios básicos.
4.9. Vivienda
La opción que hicieron grandes empresas frutícolas de asentarse en el
área de Añelo, sumada a la profundización de la crisis económica del
país a partir de mediados de los 90, convirt ió a la zona en polo de
atracción de mano de obra desocupada, no solo de la provincia de
Neuquén sino también de otras regiones del país.
En San Patricio del Chañar la demanda de viviendas en alquiler generó el
aumento en el precio de las mismas, imposibil i tando el acceso en
condiciones mínimas de habitabil idad a un gran número de familias. Esto
determinó la creación de una zona peri férica al ejido urbano, en la cual
se asentaron trabajadores de la fruta con sus familias en condiciones de
extrema precariedad.
Al respecto se presenta una de las observaciones realizadas por técnicos
de la local idad en el documento diagnóstico del Plan de Desarrollo
Estratégico, ante la falta de viviendas:
246
Existe un gran número de famil ias extendidas y
compuestas, que no pueden solucionar el problema
habitacional por fal ta de medios económicos. Gran
cantidad de casas precarias, en condiciones
inadecuadas de habitabi l idad, con problemas
sanitarios (letr inas), de hacinamiento e inseguridad,
tanto en el área rural como urbana. En el sector
rural, los trabajadores temporarios viven en
condiciones muy precarias […] (2004)
La ocupación de terrenos fiscales aparece como la única estrategia de las
famil ias sin techo para conseguir un lugar donde vivir en la localidad.
Esto originó en el año 2001 la conformación de una cooperativa de
vivienda a la que el municipio adjudicó lotes, vendiéndoselos a un valor
promocional, y la gestión de un crédito para la compra de materiales para
la construcción de viviendas por esfuerzo propio. Aun así, la
efervescencia del fenómeno se ha tornado común y no alcanzan los
esfuerzos del estado local para lograr soluciones, como se grafica en la
cita que sigue:
Más de 120 famil ias se sumaron ya a la toma que
comenzó el sábado en San Patr icio del Chañar. El
intendente presentó una acción judicial para
recuperar los terrenos, en tanto atr ibuyó
" intencional idad polí t ica" a la medida99.
En el año 2004, una comisión de delegados de famil ias sin vivienda,
ocupantes de terrenos fiscales, buscaron asesoramiento y respaldo en la
Federación de Tierras de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA)
aduciendo que:
99 Denuncia judicial por la toma en El Chañar. Diario Río Negro, martes 14 de enero de 2003
247
[…] la municipal idad remata los terrenos
disponibles, y si bien salen a valores de 400 a
600 pesos, cuando después de muchos meses de
trabajo se arma de un dinero así, en el remate no
se consigue nada, porque en menos de 15 minutos
la oferta l lega a más de 1.000 pesos y,
f inalmente, se venden en más de 3.000 porque
hay gente que puede pagar eso. Nos venimos con
una bronca y con impotencia, así nunca vamos a
lograr nada100 (2003)
De acuerdo a datos del censo 2001, el 93 % de la población urbana vive
en casas, y el 90 % de la población rural lo hace en viviendas, éstas
últ imas son deficientes en cuanto a construcción y condiciones
habitacionales; se observan viviendas t ipo rancho o casil la construidas
de cantoneras (corteza de madera).
El 76 % de los habitantes de casas urbanas son propietarios de las
viviendas, construidas por el Estado a través de planes habitacionales
básicos (previstos para familias de cuatro miembros). En la zona rural
(debido a las características de la actividad económica) sólo son
propietarios el 15%, destacando el régimen de “ocupante por préstamo”
(74 %).
En cuanto al grado máximo de hacinamiento que es de más de 3 personas
por habitación, según datos del Censo Nacional de Población (CNP), en
el año 2001 el 25 % de la población de la localidad vivía en esas
condiciones, superando al porcentaje provincial donde el 15,4 % de los
hogares tiene tales características.
100Fuente: Diario Río Negro, 14 de enero de 2003.
248
Al respecto la siguiente afirmación se corresponde con lo dicho: […]una
proporción importante de la población rural presenta indicadores de
una muy pobre cal idad de vida y no tienen acceso a los servicios
mínimos…. (Plan estratégico de Desarrollo Territorial de San Patricio del
Chañar 2004), lo que i lustra la pauperización imperante.
Cuadro Nº 30 Hogares por vivienda tipo según régimen de
tenencia de la vivienda Año 2001
Régimen de tenencia de la vivienda
Hogares Tipo de Vivienda: Casa
% sobre total
Zona Urbana Total 924 833 90 Propietario de la vivienda y el terreno
709 671 76
Propietario de la vivienda solamente
9 7 0.97
Inqui l ino 83 56 9 Ocupante por relación de dependencia
84 60 9
Ocupante por préstamo 14 14 1.5 Otra si tuación 25 25 2.7 Zona Rural Total 308 288 93 Propietario de la vivienda y el terreno
48 44 15
Propietario de la vivienda s/terreno
10 2 3
Inqui l ino 3 3 0.97 Ocupante por relación de dependencia
29 25 9
Ocupante por préstamo 230 214 74 Otra si tuación 1 0 0
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos de l Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas 2001, INDEC
249
Para la zona urbana el 15 % de los hogares se encuadra como deficiente
en su calidad de construcción; más de la mitad se encuentra en
condiciones de habitabil idad con deficiencias en cuanto a pisos, paredes,
techo y aislamiento. Sólo el 52 % se encuentra en buenas condiciones de
habitabil idad.
Veamos ahora algunas característ icas según el Censo Nacional de
población, hogares y viviendas 2001:
• El 62% de las viviendas presenta techo de chapa de metal con
cielorraso.
• El 53% de las viviendas cuenta con piso de cerámica, baldosa,
mosaico madera mientras que el 44% cuenta con piso de cemento
o ladri l lo.
• Equipamiento de los hogares con tecnología moderna:
53 % tiene heladera con freezer.
31 % tiene lavarropas automático.
19 % tiene reproductor de videocasetes.
10 % tiene computadora.
4 % tiene horno a microondas
• Otros servicios:
- el 52 % tiene televisión por cable.
- el 26 % posee teléfono celular
- El 52 % dispone de l ínea de teléfono fi jo.
250
Cuadro Nº 31 Hogares según calidad de los materiales de la vivienda (CALMAT 101).
Año 2001
Calidad de los materiales de la vivienda Hogares Porcentaje de hogares
Zona Urbana Total 921 100
CALMAT I 488 52 CALMAT II 301 32 CALMAT II I 72 8 CALMAT IV 66 7 Zona Rural Total
308 100
CALMAT I 160 51 CALMAT II 46 14 CALMAT II I 76 24 CALMAT IV 39 12
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Censo Nacional de poblac ión, Hogares y Viviendas 2001, INDEC
Los datos del cuadro 31 muestran que sólo la mitad de los hogares
urbanos y rurales se encuentran en condiciones de habitabil idad de
acuerdo con la calidad de las viviendas, según los materiales empleados
para su construcción. Asimismo, se debe señalar que los datos
corresponden al CNP del año 2001, por lo que no registran el acelerado
crecimiento demográfico comprobado a partir del emprendimiento
productivo de la III Etapa y documentado en informes del gobierno
municipal (se constata la cantidad de 5600 habitantes para el año 2003
101 El censo c lasi f ica la ca l idad de las v iviendas según los mater ia les empleados. De 1 a 4 en orden descendente: CALMAT I : la v ivienda presenta mater iales resistentes y sól idos en todos los paramentos (p isos, paredes o techos) e incorpora todos los elementos de a islamiento y terminación. CALMAT I I : la v ivienda presenta mater ia les res istentes y sól idos en todos los paramentos pero le fal tan e lementos de aislamiento o terminac ión al menos en uno de sus componentes (p isos, paredes, techos). CALMAT I I I : la v ivienda presenta mater ia les resistentes y sól idos en todos los paramentos pero le fa l tan e lementos de ais lamiento o terminac ión en todos sus componentes, o b ien presenta techos de chapa de metal o f ibrocemento u o tros s in c ie lorraso; o paredes de chapa de metal o f ibrocemento. CALMAT IV: la v ivienda presenta mater ia les no resistentes ni só l idos o de desecho a l menos en uno de los paramentos.
251
que viven en el ej ido urbano de la localidad)102. Por lo tanto, los intentos
de resolución de la problemática habitacional han quedado desbordados
ante el aumento de demanda de viviendas. La ocupación de terrenos
fiscales por parte de la población continúa siendo la principal estrategia,
y si bien ha sido resist ida por el gobierno municipal a part ir de la
judicialización de estos movimientos, los nuevos pobladores han
profundizado las tomas de terrenos en calidad y extensión para
incorporarlos a pequeños emprendimientos productivos (cría de pol los y
cerdos, huertas, depósito de chatarra, etc), como se expresa a
continuación:
Yo tengo mi vivienda para vivir, pero al l í no puedo tener mis
animales. Sólo les pido un trozo de t ierra donde producir, porque
mientras mi marido (que es chofer) está sin trabajo, este
emprendimiento productivo es lo único que tengo para vivir […] 103
102 Fuente: Informe Diagnóst ico Socia l, 2003. Municipa l idad de San Patr ic io del Chañar
103 Diar io Río Negro,27 de mayo de 2006.
252
4.10 Medio Ambiente
El aspecto socioambiental sintetiza las condiciones de vida de la
población; es decir, esta variable nos permite reconocer los procesos de
modernización y avance de las sociedades en cuanto a bienestar social,
crecimiento económico y preservación y protección del hábitat, por lo
que la contaminación ambiental en San Patricio del Chañar, producto del
uso de agroquímicos, pesticidas para las curas de plantas y las técnicas
altamente contaminantes de prevención y defensa de heladas (quema de
caucho) se suma al encuadre que venimos planteando en relación a la
calidad de vida de las poblaciones que residen en la localidad.
Asimismo, referentes del área salud y educación, denuncian una serie de
problemáticas ambientales que quedan desjerarquizadas ante las
situaciones de pobreza en las que vive gran parte de la población nueva,
cuyos afectados son hombres, mujeres, niños y niñas entre los cuales se
cuentan: problemas habitacionales, inaccesibil idad a servicios básicos, y
la ausencia de una planta de tratamiento de líquidos cloacales. Este
últ imo hecho es el de mayor gravedad, ya que solo se cuenta con tres
piletas de oxidación que emanan olores nauseabundos y se vierten
líquidos sin tratamiento al río Neuquén. Según lo planteado por el
director de Agua y Sanemiento Ambiental:
La infraestructura data de la década del 70 y hoy
resulta obsoleta. Cuando se construyeron, el pueblo
se concentraba en el casco urbano norte, sobre una
superficie aproximada de 30 hectáreas. Hoy, la
población se extiende hacia el sur, sobre 100
hectáreas, y el crecimiento demográfico que ha tenido
la localidad amerita la pronta instalación de una
planta y la ejecución de un ramal principal de
cloacas. Para esto, el gobierno provincial solicitó un
253
crédito al Banco Internacional de Reconstrucción y
Fomento (BIRF) por un valor cercano a los 6 mil lones
de pesos, que fue aprobado por la Honorable
Legislatura de la provincia el mes pasado.104
Asimismo, la problemática ambiental fue abordada en talleres realizados
por la municipalidad con pobladores, quienes manifiestan su visión
ambiental l igada solo a la act ividad productiva:
[…] se observa una fuerte preocupación de la
comunidad frente a los problemas ambientales que
producen tanto los sistemas de protección de heladas
como el uso de agroquímicos. Si bien se prior iza la
producción en todas sus fases se considera
imprescindible la f i jación de normativas que
garanticen la sustentabil idad de los recursos y la
preservación de un ambiente sano para la vida.
(Talleres con residentes 2004)
Estas cuestiones y la perspectiva de encarar un proceso de crecimiento
económico sostenible l laman la atención respecto de la necesidad de
diseñar polít icas (públicas y privadas) especiales en cuanto a la gestión
del ambiente. En este marco, el mejoramiento ambiental no sólo es parte
constitut iva de la calidad de vida de la población, sino también de la
posibil idad de acceso a mercados externos cada vez más exigentes en
materia de uti l ización de procesos “l impios”, para generar
sustentabil idad a largo plazo de los territorios.
Desde una mirada general, se puede afirmar que el valle medio del río
Neuquén presenta bajos niveles de contaminación. Sin embargo, la
expansión de la frontera agraria y los procesos que sostienen la cadena
104 Diario La mañana del Sur, 2005.
254
agroindustrial fragil iza y hace vulnerables a los ecosistemas del valle.
Asimismo, la configuración del proceso de crecimiento productivo en
relación con el poblacional que se han analizado nos advierte que dichos
procesos han iniciado una variedad de impactos negativos sobre el
territorio.
Por últ imo, en atención a lo planteado en relación a los procesos de
empobrecimiento, en el área de Acción Social nos encontramos con
estrategias planificadas que se implementan a través de programas
específicos dirigidos a la fracción más pobre de la población.
A través de los diferentes planes sociales, de jurisdicción provincial y
nacional con registro en la localidad, se registra que el 12 % de la
población en condiciones de trabajar recibe ayuda social: la secretaría de
Desarrollo Social de la provincia distribuye más de 411 cajas de
alimentos por famil ia para cubrir necesidades alimentarias105.
El 22% de la población mayor de 20 años depende de programas
asistenciales, lo que representa entonces un total de 2.701 personas del
conglomerado urbano y rural. Por lo tanto, se deduce que más de la mitad
de la población eran beneficiarios de algún t ipo de asistencia por parte
del Estado.
105 Se debe aclarar que no todos los beneficiarios se encuentran registrados formalmente dentro de la localidad, ya que otros se encuentran bajo registros que solo maneja la jurisdicción que implementa el programa (Provincia o Nación).
255
Cuadro Nº 32 Programas de seguro al desempleo Provinciales y
Nacionales. Febrero 2002
San Patricio del
Chañar Departamento de
Añelo Población Total 5.063 7.554
PEA 2.306 3.173 Programas de
seguro al desempleo 57 291
Beneficiar ios Ley 2128
57 71
Beneficiar ios Otros Prog. Pciales∗
50 220
Prog. Empleo Pciales s/PEA
7 % 9 %
Programas de Empleo Nacionales
201 309
Beneficiar ios Plan Jefas/es
201 305
Beneficiar ios Convenios Especiales
180 4
Prog. Empleo Nacionales s/PEA
9 % 10 %
Total Benef Prog. Pciales y Nacionales
258 600
Prog. Empleo Pciales y Nacionales
s/PEA 12 % 19 %
Fuente: IERAL Comahue sobre la base de datos del Minister io de Desarrol lo Soc ia l del Neuquén
∗ Incluye los siguientes programas de empleo: Programas Provinciales Ministerio de Desarrollo Social de Neuquén, UOCRA, Decreto 1821, Programas de la Unidad de Empleo, Programas de la Subsecretaría de la Juventud.
256
5. Dimensión simbólico-cultural local
5.1. La intensificación de la reflexividad en la comunidad propiciada por la presencia de procesos globales
Coincidiendo con Entrena, lo que define a un orden social no son sus
funciones, sino sus disfunciones; vale decir, la distancia entre sus fines
sistémicos y aspiraciones ideales colectivas de identidad y cierre como
total idad, de una parte, y de otra, el papel concreto que desempeñan las
instituciones, las pautas socioeconómicas y los saberes simbólico-
culturales explícitos que se han propuesto como cauces para conseguir
esos fines. Las disfunciones, a su vez, hacen posible el cambio y
constituyen una prueba de la reflexividad social.
Los procesos de reflexividad social en la local idad se traducen en
aspiraciones de la población de conseguir bienestar social y calidad de
vida, de acuerdo con los niveles establecidos, en la actual idad, como
básicos para los seres humanos. Las posibil idades de comparar las
condiciones de vida de unos y otros entornos locales, gracias a la
difusión de los medios de comunicación, muestran el contraste y las
desigualdades intra e interri toriales, al t iempo que forman conciencia
con respecto a los derechos humanos, económicos, polít icos y
ambientales.
Esto implica que sea la comunidad la que se movil ice para presionar al
gobierno local y a las grandes empresas para lograr mayores y mejores
servicios, como también estabil idad y mejores salarios.
Cabe destacar que el cambio en las estructuras sociales de localización
de San Patricio del Chañar, es producto de la globalización de dicho
espacio, de modo que su identidad aún en construcción, se ve
enriquecida por el aporte de migraciones extranjeras de países como
257
Chile, Bolivia y Perú y migraciones del interior del país, por las
condiciones que ofrece para radicarse y desarrol lar allí su vida cotidiana.
En este sentido, en la siguiente tabla se pone de manifiesto la
reflexividad social de la comunidad, en virtud de las fortalezas y
debil idades del desarrollo de la localidad y las distancias que separan la
situación actual de la ideal, según las visiones, aspiraciones e ideales de
los pobladores.
Tabla Nº 4 La percepción de la comunidad en torno al proceso de
desarrol lo según var iables
Áreas Fortalezas Debi l idades
Salud
• Existencia de personal
médico y enfermeros con
disposición a residir en
forma permanente.
• Centro de referencia de
otras comunidades rurales
cercanas a la local idad.
• Cercanía a la capital de
provincia.
• Insuficiente nivel de
complej idad, dado que es
centro de recepción de
otras zonas rurales
aledañas.
• Défici t e insuficiente
infraestructura.
• Inexistencia de centros de
salud en el sector privado.
• Sobrecarga y desborde del
servicio ante la
insuficiencia de personal,
infraestructura y el
aumento de la demanda.
Medio
ambiente
• Existencia de
explotaciones
agropecuarias con
plantaciones de fruta de
pepita orgánica.
• Presencia de grandes
empresas exportadoras
• Problemas de saneamiento
ambiental ( fal ta de
tratamiento de ef luentes y
residuos)
• Existencia de Empresas
que expanden el uso de
agroquímicos, afecta la
258
que se r igen por las
normas nacionales e
internacionales de
protección hacia el
medioambiente.
• Existencia de regulación
sobre protección
ambiental en el país y en
la provincia.
cal idad del ambiente para
pobladores.
• Problemática ambiental
asociada al uso de técnicas
contaminantes del aire para
la defensa de heladas.
• Escasa presencia de
organismos que se ocupan
de supervisar la apl icación
y el ajuste por parte de los
productores y los
empresarios de regulación
sobre tutela ambiental .
• Escasa concienciación
sobre la protección hacia el
medio ambiente.
Ordenamiento
Urbano
• Importante crecimiento
demográfico generado a
part ir del asentamiento de
empresas l igadas a la
frut icultura y a la
vi t ivinicultura de
exportación.
• Realización de estudios y
planif icación del
crecimiento urbano
• Alto índice de
hacinamiento.
• Creciente brecha social en
cuanto a acceso a los
servicios básicos.
• Perif ización de la pobreza
y la desigualdad.
• Asentamiento de nuevas
famil ias que l legan a la
zona en busca de trabajo en
la frut icultura
Cultura • Diversidad cultural
compuesta por migrantes
de orígenes diversos.
• Enriquecimiento
intercultural en la fusión
con migrantes extranjeros.
• Ausencia de espacios de
recreación
• Desvalorización de la
cultura aborigen.
• Prejuicio antichi leno
construido en base a mitos
259
• Construcción de hábitos
culturales y est i los de
vida producto de la
hibridación cultural
• Valorización del migrante
como trabajador
• Especial ización y
profesional ización
cultural a part ir de la
creación de centros
educativos.
• Sentimiento de identidad
y pertenencia l igado a la
frut icultura
históricos
• Algunos hábitos culturales
de los migrantes generan
rechazo, prejuicios y
desvalorización.
Educación
• Preocupación en la
comunidad por la
educación de los jóvenes.
• Creación de la
Tecnicatura en Gestión
Agropecuaria (2000)
• Consenso comunitario con
respecto a la igualdad de
oportunidades que genera
la educación para los
ciudadanos.
• Défici t de cal idad debido a
que un gran número de
docentes no residen en el
lugar.
• Sistema expulsivo
• Ausencia de estrategias de
retención en todos los
niveles educativos.
• Falta de nivel educativo
con orientaciones con
sal ida laboral
• La falta de transporte y la
distancia coarta las
posibi l idades de acceso a
la educación
Fuente: Elaborac ión propia en base a datos de entrevistas real izadas a res identes permanentes de San Patr ic io del Chañar
260
6. Dimensión Político-Institucional
El Estado nacional ha descentralizado hacia el nivel local nuevas
competencias, la mayoría de las veces sin los recursos financieros
correspondientes, y con escasa capacidad institucional de gestión, como
ocurre en municipios como el de San Patricio del Chañar, por lo que ha
sido fundamental la residencia del Intendente de la localidad, del mismo
signo polít ico que posee el gobierno a cargo de la gestión del Estado
provincial.
Este hecho ha potenciado la elección del espacio por parte del gobierno
para la ampliación de la frontera agraria con un tipo de agente inversor
diferente del productor tradicional que dio origen al área. La dinámica
que cobró la actividad hizo converger procesos de cambio de las
estructuras sociales a partir de la convivencia de actores locales, entre
los que contamos desde la gran empresa a las cooperativas de
trabajadores, quienes demandan mayores prestaciones y servicios de
calidad.
Al mismo tiempo, la sociedad pide mayor eficiencia y control de la
gest ión municipal y exige espacios de participación activa. Todo ello se
produce en el marco de un sistema democrático fortalecido en las
l ibertades polít icas y civi les, pero débil -como el Estado- a la hora de
garantizar derechos sociales, ante una situación social crít ica, con una
alta tasa de desocupación y tensión social en períodos poscosecha.
El municipio aparece así como punto de condensación de la
fragmentación social, de la protesta, de la crisis de mediaciones y de la
fal ta de recursos, favoreciendo en consecuencia la autoorganización de
actores locales en la resolución de los problemas que se presentan en lo
cotidiano. Al respecto rescatamos las palabras del Intendente (del
períodos estudiado), en ocasión de la entrevista que le fue realizada, a
los efectos de recabar su opinión con respecto a la inserción de la
comunidad en el escenario internacional:
261
El Estado local, la municipal idad, es una herramienta
social muy importante, que en forma conjunta con los
actores económicos de mayor importancia y de menor
importancia, t iene que coordinar una estrategia común
para el mejor desarrol lo; no puede haber exportación de
frutas de excelente cal idad con una vi l la miseria próxima,
con gente excluida del sistema. Estamos t ratando de que
algunos empresarios lo comprendan; a algunos les cuesta
más, para otros es dos más dos cuatro, y no es así en
términos sociales o en términos polí t icos ni en términos de
sustentabi l idad de la región.
No sólo la ganancia es de el los porque exportan tanto y
retorna tanto; no es así, porque hay otros factores como
salud, educación, la capacitación de la gente en el trabajo
específ ico; no contaminar el medio ambiente, etc.
La fruta nuestra t iene una consideración especial en el
mundo porque proviene de la Patagonia, pero acá muy
cerca tenemos la explotación de petróleo, una de las más
importante de Latinoamérica, es decir, tenemos que
preservar el entorno, trabajar para mejorar la cal idad de
vida de la gente. Eso se puede sostener únicamente si el
proceso económico es exitoso […], todos tenemos una parte
que jugar y todos tenemos que ser ef icientes en términos no
sólo económicos, sino sociales, en términos de desarrol lo.
[…] con esa base hemos estado trabajando, intentando
armar una red, una malla que nos contenga a todos. Y que
nadie se haga el dist raído diciendo “no tengo nada que
ver”, como es el caso de algún empresario, porque el
obrero también puede que diga “yo no tengo nada que ver
con la rentabi l idad de la empresa”, y trabaje para destruir
las herramientas de la empresa.
262
La adopción del recetario neoliberal en lo económico transformó
sustancialmente la polít ica social: se pasó de un sistema de seguridad
social tendiente a la universalización a uno focal izado en programas
sociales especial izados en tipos de problemáticas. Se dividió así lo
social en fragmentos con dotación presupuestaria mínima, para dar
respuesta a la complejidad de la cuestión social.
Este proceso dio paso a la disolución y desvirtuación de una parte del
anclaje de las identidades colect ivas, definiendo una nueva relación entre
la sociedad neuquina y el Estado provincial, en la que las expectativas de
la población por la creación de empleos en relación de dependencia se
adaptaron al contexto mediante un apoyo municipal de tipo subsidiario y
cl ientelar.
La nueva dinámica socioeconómica generó diversos efectos sobre
aspectos insti tucionales de orden local; al mismo tiempo recargó las
estructuras municipales con los costos del equipamiento social de estas
nuevas localizaciones, dado que se involucró infraestructura de servicios
para la recepción de trabajadores estacionales y el asentamiento de
nuevas organizaciones sociales reguladas por el Estado local
(Cooperativas, ONG, mutuales, emprendimientos de la economía
solidaria) y que apuntaban a su reterri torial ización en base a nuevas
relaciones de la dinámica global-local.
6.1. Promoción del desarrollo de la localidad como eje estratégico
provincial
Desde lo transversal encontramos la insti tucionalidad estatal combinando
procesos fiscalizatorios y alianzas estratégicas con el capital privado. El
Estado inst ituyó el espacio de la comuna y lo promueve como “polo de
desarrollo económico”, potenciado por la existencia de enormes
superficies de tierra aptas para la producción y la existencia de menores
costos de inversión inicial por hectárea en relación a los valores
internacionales.
263
Puede identif icarse esta concepción en el discurso del ex gobernador
ante la Legislatura Provincial, al asumir su nuevo mandato (10 de
Diciembre de 2003):
La muestra más signif icativa de nuestro proyecto polít ico
productivo es San Patricio del Chañar, localidad que al
comienzo de la gest ión anterior se encaminaba hacia la
obsolescencia de sus cult ivos, sin haber conseguido generar
valor agregado luego de más de 25 años. Hoy es la colonia
agrícola productiva más importante de la provincia,
concentrando el 75% de la producción provincial de frutas
de pepitas y carozo.
Se han proyectado 7 bodegas para una capacidad de
producción de 20 mil lones de l i t ros y se están construyendo
cuatro bodegas, una de las cuales ya se encuentra en
producción, un frigoríf ico ecológico con una capacidad de
2.400.000 Kg. y una Planta de Empaque con una capacidad
operativa de 700.000 bultos, más una planta de empaque y
frío de cerezas.
En dos años desde su puesta en producción, la
vit ivinicultura neuquina recibió varios premios
internacionales a la calidad, y ya su potencial productivo
alcanzó el 5 % de la producción de vinos f inos de la
Argentina.
Desde la órbita municipal se intervino en empresas micro a través de la
Asociación para el Desarrollo Integral de El Chañar (ADINEC). Este
organismo, creado en octubre de 2001, es una organización que agrupa a
empresarios, productores, comerciantes, técnicos y a todas aquel las
instituciones y organizaciones interesadas en el desarrollo de la zona. Al
ser el estado municipal el que tiene la administración de dicha entidad,
264
le confiere márgenes importantes de acción: desde el primer año de
funcionamiento se iniciaron gestiones con organismos de crédito, y se
obtuvieron préstamos del BID para reforzar el crecimiento de la
localidad a partir de las actividades de exportación.
Sus objetivos son la realización de acuerdos de funcionamiento de
centros de capacitación y actividades de desarrollo y aprendizaje que
posicionen a la zona como generadora de productos diferenciados. Al
mismo tiempo, pretende constituirse como ente emisor y regulador de
certi f icados de cal idad y apoyar a la iniciativa privada en la
comercialización, exportación, importación, elaboración de productos y
prestación de servicios. Todo esto fue acompañado desde la promoción
de parques tecnológicos para la transferencia de tecnología para Pymes
(pequeñas y medianas empresas)
ADINEC, adoptó un modelo de organización innovador dando
participación en partes iguales al estado y al sector privado, es decir que
estos sectores tienen representantes en el directorio de la entidad, que es
quien toma las decisiones. En este sentido viene promoviendo la
planificación estratégica del crecimiento de la localidad, al t iempo que
destina parte de sus recursos a la construcción de infraestructura pública
(mejoramiento de espacios verdes, veredas, etc). Esta organización ha
sido pionera en el desarrollo de la zona; sus referentes promueven un
desarrollo integral en el que se vincule crecimiento económico con
sustentabil idad ambiental y social.
Junto a este t ipo de instituciones, en la localidad han surgidos otros
movimientos con similar composición, que albergan la expectat iva de
generar actividades sustentables en el marco de los valores ambientales.
El Estado local, a pesar de las presiones, acompaña la creación de
organizaciones que incorporen a distintos actores y den prioridad a
265
pequeños productores frutícolas. Tal es el caso de Productos Patagónicos
Sociedad Anónima: una empresa mixta creada a instancias de la
municipalidad de San Patricio del Chañar, con el objeto de ofrecer
servicios a productores que deseen obtener precios diferenciales para el
embalaje, empaque y conservación en frío de lo producido en origen. El
capital accionario está compuesto por el 51 % estatal y el 49 % por una
asociación de productores que poseen explotaciones en el Chañar y
Centenario. Posee un moderno frigoríf ico ecológico, con sistema de
atmósfera controlada y dos túneles de preenfriado que ha permitido
trabajar alrededor de 2.5 mil lones de kilos de fruta de pepita.
La sociedad funciona desde el año 2000 y se ha abierto paso al mercado
externo, estableciendo provechosos vínculos comerciales con Brasil y
México.
La Municipalidad promueve estas empresas con el objetivo de “crear
alternativas que ofrezcan nuevas salidas laborales sin tener que l imitarse
al trabajo estacional, sino que, por el contrario, pueda ser rentable todo
el año”.
El Estado local aparece así como inversionista en algunas empresas
mixtas, asumiendo una función de pseudoempresario, mientras que en
otras empresas es el gestor y promotor.
En esta misma línea vienen funcionando dos cooperativas, una de trabajo
y la otra de vivienda. El municipio fue inicialmente el gestor de las
mismas que hoy funcionan como entidades autónomas:
- Cooperativa de Trabajo y Consumo Emprendedores 2001 Ltda.: se
constituye el 2 de noviembre de 2001. Surge como producto de los
talleres de Capacitación Cooperativa promovidos por el gobierno
municipal. Un grupo de 41 mujeres y 2 varones, presentó su propuesta de
266
constituirse en cooperativa ante la imposibil idad de insertarse en el
mercado de trabajo local.
El objetivo fundamental de esta organización es canalizar fuentes de
trabajo, teniendo como prioridad la inserción de mujeres en las mismos.
Aunque debido a las vinculaciones con empresas asentadas en el área y
dada la alta demanda, se han incorporado más trabajadores varones.
La Cooperativa tiene la experiencia de dos temporadas, intermediando
oferta y demanda de trabajo entre los trabajadores y las empresas
frutíolas asentadas en la localidad.
Asimismo, esta organización, como emprendimiento independiente, ha
incorporado a su oferta productiva actividades de empaque de fruta,
costura, producción de fruta fina, construcción y fábrica de bloques.
- Cooperativa de Vivienda y Consumo, Sucesores de Roschdale Ltda. fue
crea el 28 de febrero de 2003, a partir de una ocupación i legal de tierras
fiscales dentro de loteos destinados a la venta. Un grupo de personas con
necesidad de vivienda que habían asist ido a los talleres de Capacitación
Cooperativa propuso a los ocupantes de los terrenos conformarse en
cooperativa, a los efectos de dar mayor legit imidad a sus reclamos ante
el Estado local. A part ir de esta iniciativa, lograron la preadjudicación
de lotes a un valor promocional y un crédito para la construcción de las
viviendas por esfuerzo propio y ayuda mutua. Obtuvieron también
asesoramiento técnico para gestionar la mensura de lotes para la
instalación de servicios básico en sus viviendas.
De este modo se viene construyendo un campo en el cual el Estado local
aporta capital económico, intelectual y simbólico, a través de estrategias
de inclusión de los actores individuales. Es interesante detenerse en este
punto y ver cómo se articulan los programas nacionales con los
267
proyectos locales. En la mayoría de los casos se han combinado
estrategias que dan cuenta de la triangulación de intereses, generando
una dinámica entre actores institucionales, individuales y colectivos. Un
ejemplo concreto es el cruce de programas que apuntan a la autogestión
de la sobrevivencia de los pobladores que poseen inclusión diferencial en
la comunidad por su condición de desocupados o trabajadores
temporarios.
Por parte del Gobierno local, estas estrategias están orientadas a bajar el
nivel de confl ictividad social generada ante los procesos de exclusión de
la población, movi l izando esfuerzos y recursos que converjan en
procesos de integración social periódica, ya que en palabras del entonces
Intendente (2003): Acá tenemos épocas donde la desocupación es
negativa, es decir, faltan trabajadores, y otras épocas duras, donde
sobra gente caminando por las calles; ahí es cuando hay que salir con
alguna alternativa.
Categorizar estas prácticas impl ica tener en cuenta su relevancia para la
calidad de vida material y simbólica, efectivizada en la producción de
algún bien o servicio, ya sea para la subsistencia como para su posterior
comercialización. Las mismas sost ienen a mil lones de personas en la
Argentina de hoy, por lo que los espacios locales son las instancias
privi legiadas para el funcionamiento de las redes recíprocas y la
reproducción de sus estructuras.
6.2. Estrategias que promueve el Estado local para la integración social
Actualmente, el foco de análisis de la problemática social se ha
trasladado desde la “redistribución territorial de recursos materiales” a
la “creación endógena de recursos” que una región genera a partir del
desafío que le imprime un mundo competit ivo, y desde este punto debe
analizarse, cómo la creación de recursos depende y surge a partir del
capital cultural de las poblaciones que lo componen.
268
En esta línea interviene el Estado municipal para la promoción y el
fortalecimiento del capital simbólico-cultural, económico y social,
teniendo en cuenta los criterios de solidaridad creados y practicados por
ciertos grupos en el seno de una sociedad.
En este sentido, el estado local de San Patricio del Chañar , como actor
institucional incide en la estructuración (socioeconómica, polít ico-
institucional y simbólico-cultural) de redes de relaciones que se
establecen conforme los atributos del capital específico que se diputan
en cada campo (Bourdieu, 1998).
La municipalidad de la localidad y sus Secretarías más importantes, por
el t ipo de recursos que gestionan (de Gobierno, Desarrollo Social,
Producción, Finanzas, entre otras), regulan el proceso de intercambios en
la comunidad. Esta mediación se basa, principalmente, en el
fortalecimiento de capacidades locales promoviendo, al mismo tiempo,
un enganche con lo global. De hecho, alientan permanentemente esta
incipiente relación a partir de las siguientes acciones: búsqueda de un
perfi l productivo con ventajas competit ivas, recreación del tej ido
productivo local, trabajo con actores locales y agentes económicos
locales y del entorno, capacitación de emprendedores (futuros
empresarios), facil i tación y apoyo a la gestión de la Pyme y la
Microempresa (exportación, incorporación de innovaciones, etc.), l íneas
de créditos blandos a tasas subsidiadas, búsqueda de financiamiento
externo; obtención y registro de marca o denominación de origen local,
gest ión territorial -facil i tación de predios e inmuebles a grandes
empresas y polos productivos-, transferencia de tierras del Estado
nacional o provincial desactivadas o con obsolescencia funcional,
creación de bancos de tierras e inmuebles públicos, promoción de
polít icas de rehabil i tación en áreas degradadas, creación de instituciones
de desarrollo urbano, creación de procedimientos urbanísticos de
concertación (Convenios Urbanísticos, zonas de ordenamiento
concertado, áreas de desarrollo prioritario, etc.), promoción de formas de
269
gestión urbana asociada (gobiernos locales, ONG, cooperativas barriales,
entre otros).
De este modo, el estado local promueve simultáneamente empresas
productivas que integren el circuito frutícola y, al mismo tiempo,
empresas solidarias constituidas en base a redes de vecinazgo que en la
actualidad funcionan como nodos que promueven el desarrol lo local
desde la propia comunidad de migrantes, terr itorializando el espacio que
eligieron para vivir en mejores condiciones que las que les ofrecía el
lugar de origen.
De acuerdo al t ipo de actividad que realizan los actores en sus
organizaciones podemos clasificarlas como:
1) Actividades de autoproducción:
- “Redes de dignidad” es el nombre del programa que se instrumentó no
sólo para promover el autoabastecimiento de los actores locales, sino
también para proyectar su actividad con miras a conformar una empresa
micro a través de créditos especiales, f inanciados por la Secretaría de
Desarrollo Social nacional y el municipio local.
El programa en cuestión, elaborado por la Secretaría de Desarrollo
Social de San Patricio del Chañar, consiste en tres formas diferentes de
crédito para pequeñas empresas agropecuarias: a) Incubadoras
Empresariales; b) créditos del Sistema Grameen y c) créditos comunes
del programa redes.
- La municipalidad (Secretaría de Desarrollo Social y de Finanzas)
ofrece la infraestructura a la vez que brinda los insumos y la
capacitación; durante dos años el incipiente empresario debe adquirir la
destreza en el manejo del negocio, y luego iniciarse en la act ividad
elegida. La incubadora contempla cuatro unidades productivas que
funcionan en el Puesto de Capacitación Agropecuaria: un invernadero de
270
hortalizas, producción de hongos, y dos sistemas, uno de elaboración de
dulces y conservas y otro para producir lombricompuesto. Finalmente, la
selección de los microempresarios se l leva adelante mediante concurso.
- El sistema Grameen está previsto para el otorgamiento de microcrédito.
De acuerdo con lo indicado por el referente de la Secretaría de
Desarrollo Social, para l levar adelante esta labor se procedió a una
rigurosa selección de beneficiarios, en función de su capacidad e
intención de devolución. El monto de los créditos es de $ 50 a $ 400 y se
aspira a que sean rápidamente cancelados. Están orientados a sectores
vulnerables, sin capacidad de garantía formal. Según lo expresado por el
entonces titular de esa cartera:
[…] la f i losofía con que se desarrollan estas polít icas
parte de la concepción de que no tener trabajo o ser
desempleado no signif ica que se dejó de tener
capacidades productivas, entonces los capacitamos y
luego los incorporamos a alguno de los dos sistemas:
asociativo o solidario. La garantía es solidaria y es
asociativa.
2) Actividades de Subsistencia
Créditos comunes del Programa Redes:
- “Taller alimentario” o cocina económica es como llaman las mujeres a
la iniciativa de aprender a cocinar con todos los productos locales y
regionales. Su objetivo es incorporar a la dieta diaria las frutas y
hortalizas que se cult ivan en la región y su aprovechamiento.
A estos talleres deben asistir todas aquellas personas que reciben la “caja
de alimentos” o “refuerzo alimentario”, también pueden hacerlo quienes
son deudores del municipio ingresando a un programa en el cual reciben
271
un estipendio o beca para poder capacitarse. Esta modalidad permite al
municipio pagar a cada persona por capacitarse y con un porcentaje de
ese dinero ellos pagan las tasas atrasadas. En el proyecto figuran cuatro
grandes rubros (alimentación, tejido, costura, cocina sol idaria y oficios
varios). Más de noventa personas participan de los talleres de
capacitación brindando y recibiendo capacitaciones; así las personas que
tienen conocimientos, enseñan y a la vez pagan sus deudas.
272
Anexo
Recursos municipales
273
A) Datos insti tucionales básicos del Municipio106
El Municipio de San Patricio del Chañar fue fundado el 21 de mayo de
1973, cuando por Decreto Provincial Nº 1339 fue creada la Comisión de
Fomento, cuyas autoridades entraron en función un año más tarde.
Mediante Ley Provincial Nº 1106 de 1978 se constituyó dicha localidad
como Municipio de Tercera Categoría.
A partir de 1987107 se constituyó como Municipio de Segunda Categoría
hasta 2003, año en que fue declarado Municipio de Primera categoría,
mediante Ley Provincial Nº 2435, dado que el Censo Poblacional 2001
arrojó un total de 5.063 habitantes, superando los 5.000 necesarios para
alcanzar dicho estatus.
A noviembre 2005 no se encontraba aprobada aún la Carta Orgánica
Municipal de la ciudad de San Patricio del Chañar,tuvo observaciones
por parte de la Legislatura Provincial.
B) Breve caracterización de la administración de los ingresos
públicos en los municipios neuquinos.
En términos genéricos, puede decirse que la mayoría de los municipios
neuquinos de primera y segunda categoría cuentan con sistemas de
administración de la renta municipal, informatizados en mayor o menor
medida con sistemas de desigual complejidad.
106 La información fue extraída del Informe del Minister io de Jefatura de Gabinete de la Provinc ia de l Neuquén. Subsecretar ía de Gobierno. Informe de San Patr ic io del Chañar – Munic ip io de Pr imera Categor ía. Marzo 2004 107 Mediante Ley Provinc ial Nº 1700 del 27 de Mayo de 1987 se const i tuyó San
Patr ic io de l Chañar como Munic ip io de Segunda Categor ía.
274
Sin embargo, en muchos casos no tienen formulados los protocolos de
procedimientos ni los instructivos necesarios para organizar y articular
cada una de las partes que intervienen en el proceso de administración de
los recursos municipales. Vale decir, que en casi todos los municipios,
cada una de las partes que conforman el sistema de Ingresos Públicos
actúa desde una perspectiva meramente administrativa de modo
independiente y sin una interrelación programada.
Desde la perspectiva burocrático-administrativa ello ocasiona:
• Dificultades en los aspectos organizacionales de la administración.
• Carencia de información sistematizada, homogénea y oportuna,
vital para la toma de decisiones y para una elaboración del
presupuesto más cercana a la realidad.
• Inconsistencia en las bases de datos.
• Duplicidad de tareas.
• Excesivos gastos administrativos.
Evidentemente, estas características redundan en dificultades para una
gestión eficaz, produciendo a los contribuyentes. En términos de
recaudación, ello se manifiesta en la existencia de elevados índices de
deudores y niveles de evasión, lo que confluye hacia un relevante y
creciente stock de la deuda de los contribuyentes.
1. Los ingresos tributarios municipales
275
Los recursos municipales consti tuyen el medio a través del cual la
administración municipal cumple con la prestación de los servicios que
la comunidad espera recibir.
Por ello, resulta vital implementar un adecuado sistema de
administración que permita la maximización de la percepción de la renta
municipal y el cumplimiento de los objetivos en la materia.
A continuación se analiza la conformación y evolución de los recursos
municipales, a 2004:
• En promedio, los recursos corrientes representan el 86% del total
de los recursos.
• Los recursos de capital se han mantenido relativamente constantes,
puesto que su participación en el total de recursos no l lega al 5%.
• La partida Financiamiento es la cuenta que más volati l idad posee
puesto que depende de: los Aportes No Reintegrables que envía el
Gobierno Provincial ya sea para financiar erogaciones corrientes o
erogaciones de capital; y el Uso del Crédito que pueda uti l izar el
municipio tomando créditos de organismos nacionales e
internacionales para financiar erogaciones de capital.
Los recursos corrientes están conformados por los ingresos tributarios,
sean los de su propia jurisdicción como los de otra (provincial y/o
nacional), y los recursos municipales que no resultan de la aplicación de
tributos, denominados comúnmente “No Tributarios”.
Los recursos de copart icipación provincial (establecidos en el artículo 4
de la Ley 2148) son la principal fuente de recursos de la gran mayoría de
los gobiernos locales de la provincia. El grado de dependencia es
276
elevado, puesto que más del 60% de los recursos corrientes es justi f icado
por esta partida.
La recaudación propia representa, en promedio, el 15% de los ingresos
del municipio. En 2003 (últ ima información disponible según datos
ejecutados), el municipio recaudó $ 767.000, un 82% más que lo
recaudado en 2002. La principal fuente de ingreso municipal está dada
por el cobro del Impuesto a la Patente Automotor ($ 147.000), seguido
en orden de importancia por la recaudación en concepto de Tasa de
Recolección de Residuos, Limpieza de Calles y Barrido.
Por últ imo se ubican los recursos de capital, estos apenas sumaron $
253.000, de los cuales el 76% provino de la venta de activos fi jos
(subasta pública y venta de inmuebles).
Nota: (*) Valores presupuestados - Fuente: En base a datos de Estadísticas Municipales de la DGEyC del Neuquén y
Presupuesto Municipal. Agosto de 2005.
San Patricio del Chañar: Participación de los recursos en el total de ingresos del
municipio.
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004* 2005*
Corrientes De Capital Financiamiento
277
2. Recursos de Coparticipación y ANR∗∗∗∗
El Municipio de San Patricio del Chañar, recibe en forma mensual
recursos en concepto de Coparticipación Provincial.
El índice de coparticipación es del 0.0166, o sea que participa de la masa
de coparticipación de la provincia con 1.66%.
Según se puede observar en el gráfico, los recursos recibidos por el
gobierno municipal fueron en permanente crecimiento.
Si se mide el incremento punta a punta (1999–2005108) se registra una variación de 230%.
En lo que respecta a los ANR – Aportes No Reintegrables –, en siete
años el Municipio recibió transferencias del Gobierno provincial por
∗ Apor tes No Reintegrab les 108 Al Pr imer Semestre del 2005, la recaudación efect iva ascendía a 2 mi l lones de
pesos.
(*) Primer Semestre Ejecutado (2,3 mill.de $) y Estimación lineal Segundo Semestre
Fuente: En base a información del Ministerio de Hacienda y Finanzas del Neuquén
SAN PATRICIO DEL CHAÑAR: Recursos de Coparticipació n Provincial (Ley 2148). En $
1.5
34.4
84
1.8
98.4
66
1.8
36.3
29
2.9
51.0
60
2.5
30.6
85
4.4
87.6
44
3.6
90.3
99
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
*
278
algo más de $ 2.3 mil lones. Las mismas fueron uti l izadas para financiar
erogaciones corrientes y de capital. En 2004, al primer semestre ya tenía
acumulado $101.000, casi 3 veces el monto percibido en todo 2004.
En síntesis, en el año 2003 más del 69 % de los recursos municipales
corresponden a ingresos de coparticipación. Cerca del 79% de los
recursos provenía de otra jurisdicción (coparticipación y Aportes No
Reintegrables). El total de gasto municipal excedió casi en 11% el total
de recursos.
En términos per càpita, la Presión Tributaria109 arrojó un valor resultante
anual de $151.000; del mismo modo los recursos Municipales Totales por
año por habitante fueron de $ 1.145; y los recursos de Coparticipación
Provincial por año fueron de $ 785.
109 Presión Tr ibutar ia = Recaudación Tr ibutos Munic ipales/ Tota l de Habi tantes (Censo 2001: 5063).
Año ANR1999 102.500 2000 1.478.800 2001 5.000 2002 26.500 2003 546.800 2004 40.216
1er Sem. 2005 101.805 Fuente: Ministerio de Hacienda y Finanzas del Neuquèn
San Patricio del ChañarAportes No Reintegrables -
En pesos corrientes
279
3. Los Gastos Municipales
El 79% del gasto municipal se concentra en el gasto corriente110 y
básicamente en el gasto para funcionamiento (personal más bienes y
servicios); el 20% en gasto en capital111 con el 20% y el restante 1% lo
explica la amortización de deuda públ ica, que puede ser deuda adquirida
con proveedores y avalada con instrumento de deuda.
El gasto corriente creció, en promedio anual, el 30% entre 1998 y 2003.
Entre 2002 y 2003 se registra el mayor crecimiento de este rubro, puesto
que la variación porcentual observada es de 56%, pasando de $ 2.7
mil lones en el 2002 a $ 4.2 mil lones en 2003.
110 Gastos Corr ientes: comprenden las erogaciones destinadas a las act ividades de
producción de bienes y serv ic ios del sector públ ico munic ipa l, los gastos por e l pago de intereses por deudas y préstamos y las transferenc ias de recursos que no involucran una contraprestac ión efect iva de bienes y servic ios.
111 Son aquel los or ig inados en la adquis ic ión o producción de bienes mater ia les e inmater iales y en invers iones f inancieras, que incrementan el act ivo de l Estado
Nota: (*) Valores presupuestados - Fuente: En base a datos de Estadísticas Municipales de la DGEyC del Neuquén y
Presupuesto Municipal. Agosto de 2005.
San Patricio del Chañar: Participación del Gasto en el Total del Gasto municipal.
0%10%20%30%40%50%60%70%80%90%
100%
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 * 2005 *
Corrientes De Capital Otros
280
El gasto en personal es el concepto que insume el mayor porcentaje de
los recursos. La erogación anual para este destino asciende a una cifra
cercana a los $ 2 mil lones.
A continuación se rescata parte del análisis que realiza la Subsecretaría
de Gobierno del Ministerio de Jefatura de la Provincia del Neuquén.
En 2001 el Municipio contaba con una planta de
personal de 97 empleados112, el lo signif ica una
relación de 19 empleados municipales cada 1000
habitantes. Sin embargo, como se puede observar en
el cuadro siguiente, la misma se incrementó un 62%
en Noviembre de 2003, volviendo a su nivel anterior
a Enero de 2004 lo que signif ica un costo laboral
bruto de $1.092 por empleado.
Munic ipa l idad de San Patr ic io de l Chañar
Planta de Personal
Estructura Genera l Tota l Agentes Gasto Bruto en
Personal En $
Noviembre de 2003 TOTAL 157 124.709,84 Planta Po lí t ica (H.C.D.) 7 13.991,45 Planta Po lí t ica (Ejecut ivo) 20 31.322,73 Permanentes 35 32.457,46 Contratados 95 46.938,2
Enero de 2004 TOTAL 97 105.909,34 Planta Po lí t ica (H.C.D.) 7 8.750 Planta Po lí t ica (Ejecut ivo) 30 49.340,03 Permanentes 31 27.990,16 Contratados 29 19.829,15
Fuente: Subsecretaría de Gobierno sobre la base de datos del Municip io de San Patr ic io de l Chañar
112 Incluye a personal de planta permanente, contratado. Fuente: Informe Municipa l
Básico 2001 de la Dirección General de Estadíst icas y Censos.
281
La planta de personal sufrió una reducción neta de 60 personas en enero
de 2004 respecto de noviembre del año anterior, debido
fundamentalmente a una disminución del personal contratado (66
personas) y del personal permanente (4 personas), mientras que la planta
polít ica del Poder Ejecutivo Municipal se incrementó en 10 personas.
Si al total de empleados municipales se le suma la planta de empleados
públicos provinciales (270) se concluye que en el Municipio de San
Patricio del Chañar el total de empleados públicos asciende a 367
personas, lo que representa que el 17% de la Población Económicamente
Activa (PEA)113 trabaja en el sector público (municipal y provincial).
Municipio de San Patricio del Chañar Personal de la Administración Públ ica Provincial
Año 2002 Personal del Consejo Pcial de Educación (1)
174
Resto del Personal de la Administración 96 Total 270 (1) El personal es consignado según lugar de prestac ión de Servic ios, pud iendo un mismo agente ser computado en más de una jur isd icc ión. Fuente: sobre la base de datos de la D.G.E. y C. del Neuquén.
113 La Población Económicamente Act iva (PEA) del Municip io es de 2.147 personas.
La misma es ca lculada considerando una Tasa de Act ividad del 42.4% según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) Onda Mayo 2003 de la Dirección General de Estadíst icas y Censos de la Provinc ia del Neuquén
282
4. Deuda Pública Municipal
Según información municipal, el stock de deuda al 30 de abri l del 2005
ascendía a $ 1.4 mil lones de pesos, siendo el 72% deuda de largo plazo y
el restante 28% deuda flotante.
a- Deuda flotante:
De los casi $ 400 mil de deuda de corto plazo, el 69% son compromisos
que el Municipio posee con los proveedores y el restante 21% es anticipo
de Coparticipación que fue cancelado en julio de 2005 con la l iquidación
mensual.
En diciembre de 2004, el municipio poseía una deuda de $ 460.000; en
cuatro meses logró reducirla en un 17%, pero la deuda con los
proveedores en cuenta corriente prácticamente no se ha modificado.
b- Deuda de largo plazo:
El Préstamo con el BID a través del Programa de Desarrollo Municipal II
– PDM II - sirvió al Municipio para canalizar la compra de maquinaria y
equipos. Tal cual lo señala el informe del Ministerio de Jefatura de
Gabinete,
Conceptos Monto Fecha de vencimiento
Proveedores 272.760,8 Mensual
Anticipo de coparticipacion 121.471,3 Vto. 31/07/2005TOTAL DEUDA DE CORTO PLAZO 394.232,1
PDM II BIRF 786.650,0 5 AñosI.P.V.U.N 217.979,9 50 cuotas
TOTAL DEUDA DE LARGO PLAZO EN $ 1.004.629,9 Fuente: Municipalidad de San Patricio del Chañar.
MUNICIPALIDAD DE SAN PATRICIO DEL CHAÑARStock de Deuda
30 de Abril de 2005
283
[…] el año 2000, el municipio recibió a través de dos
préstamos del BIRF la suma de 181.000 dólares para la
adquisición de bienes de capital y la realización de obras
públicas. Dicha deuda fue cancelada según lo acordado
hasta la salida del Plan de Convertibi l idad en Diciembre
del 2002.
Sin embargo, continúa sin definición la pesificación de las deudas de los
gobiernos locales y no se ha l levado a cabo ninguna renegociación con el
Gobierno nacional, que asumió este t ipo de deuda de todas las provincias
ante los organismos internacionales.
La ordenanza que aprueba el Presupuesto Municipal 2005 es el fiel
reflejo de las viejas prácticas presupuestarias propias de períodos con
alta inflación, en lo concreto terminaron por minimizar la importancia de
este instrumento, puesto que el presupuesto ahí plasmado no expresa el
t ipo y cantidad de bienes y servicios a producir para satisfacer las
demandas de la comunidad, así como las fuentes de financiamiento a
uti l izar para l levar a cabo una producción determinada.
Los cambios que se plantearían en torno al sistema de presupuesto
deberían ser sustantivos y plasmarse en las técnicas de previsión de
gastos por programa, en las de programación de la ejecución
presupuestaria y en las de evaluación y análisis sistemático de los
resultados alcanzados.
5. Presupuesto Municipal
En el presente ejercicio fiscal, el presupuesto municipal asciende a cifras
cercanas a los 6 mil lones de pesos. Los últ imos ocho años (1998-2005),
el presupuesto se tripl icó, pasando de $ 2 mil lones en 1998 a casi $ 6
mil lones, según se lo est imado para el 2005.
284
La tasa de crecimiento media anual de los recursos fue del 16%, mientras
que la del gasto fue superior al 22%. Según se puede observar en el
gráfico siguiente, hasta el 2003 se verificaba un resultado financiero114
con un leve superavit; a partir de entonces (2003 y 2004) el resultado fue
un déficit de $ 656 mil y $ 388.000 respectivamente.
En el gráfico precedente se observa que los datos presupuestados para el
2004 y el 2005 son inferiores al presupuesto ejecutado en el 2003.
Previamente, en el año 2002, posterior a la devaluación del t ipo de
cambio, los recursos se incrementaron en un 56% y los gastos 50%
respecto del 2001.
En el año 2003, los recursos se incrementaron en un 50% y los gastos un
92% con respecto a 2002, generando un déficit económico de $ 656.000.
114 Resultado Financiero = Total de Recursos – Total de Erogaciones.
Fuente: En base a datos de Estadísticas Municipales de la DGEyC del Neuquén y Presupuesto Municipal. Agosto de 2005.
Nota: (*) Valores presupuestados - (**) Valores presupuestados corregidos
SAN PATRICIO DEL CHAÑAR: Evolución de la Ejecución Presupuestaria Municipal
Miles de pesos corrientes
2.05
9
2.19
5
2.43
7
2.47
2
3.85
6
5.79
9
5.15
0
5.77
7
5.77
7
1.84
8
2.31
3
2.34
0
2.25
1
3.36
8
6.45
5
5.15
0
5.77
7
7.35
9
0
1.000
2.000
3.000
4.000
5.000
6.000
7.000
8.000
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 * 2005 * 2005 **
Recursos Gastos
285
Ejecución Presupuestaria 2004
Los recursos percibidos en el año 2004 alcanzaron la cifra de $ 6,8
mil lones, de los cuales el 77% se concentraron en recursos corrientes, y
de ellos el 78% surge de lo percibido en concepto de copart icipación
provincial ($ 4 mil lones).
Presupuesto Año 2004 Municipalidad S. P. del Chañar
Ejecución presupuesto 2004
Descripción Total Pesos
Ingresos 6.815.084,11
Ingresos corr ientes 5.258.057,59
De Jurisdicción Municipal 1.175.877,89
Tasas y Derechos 824.661,64
Otros Ingresos 351.216,25
De Copart icipación 4.082.179,70
Ingresos de Capital 321.033,21
Aportes no reintegrables 691.135,41
Aportes reintegrables 544.857,90
Fuente: Dirección General de Estadíst ica, Censo y Documentación. F inanzas
municipales
DESCRIPCION TOT.EJECUT.
EROGACIONES 7.203.804,43 EROGACIONES CORRIENTES 4.290.429,16 OPERACIÓN 4.205.911,48 PERSONAL 2.090.353,94 BIENES Y SERVICIOS 836.242,16 TRANSFERENCIAS EJECUTIVO 1.279.315,38 HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE 84.517,68 EROGACIONES DE CAPITAL 2.612.985,96 BIENES DE CAPITAL 726.984,69
TRABAJOS PUBLICOS 1.886.001,27
APORTES REINTEGRABLES 300.389,31 Fuente: En base a información provista por el Municipio.
MUNICIPALIDAD DE SAN PATRICIO DEL CHAÑAR
EROGACIONES 2004
286
La erogación total municipal ascendió a los $ 7.2 mil lones, que se
distr ibuyen de la siguiente manera: 60% en erogaciones corrientes, 36%
erogaciones de capital y el 4% restante lo conforman los préstamos
BIRF para la compra de maquinarias ($ 177.000) y devolución de
anticipos de coparticipación por $ 106.000.
El gasto en personal representa cerca del 30% del presupuesto municipal
y el 50% de las erogaciones corrientes; es la principal part ida de gasto,
siguiendo en orden de importancia el monto erogado en concepto de
transferencias corrientes. Los subsidios otorgados se destinaron a cubrir
necesidades de dist intas dependencias del municipio y provinciales
(escuelas, postas sanitarias, hospital, energía).
Como se observa, el estado local municipal, con los recursos percibidos
y las erogaciones devengadas, experimentó en el 2004 un déficit
f inanciero de $ 388.000.
Presupuesto 2005
El presupuesto del año 2005 fiscal fue aprobado por Ordenanza 328/04,
el 22 de diciembre de 2004. El mismo asciende a $5.7 mil lones tanto
para los recursos como para los gastos.
Los recursos y gastos estimados resultan ser 15% y 20%,
respectivamente, inferior a lo ejecutado en el 2004. También se observa
un monto menor a lo percibido y devengado en el 2003.
La Legislatura provincial ha sugerido en uno de sus documentos oficiales
que, en función del elevado grado de dependencia de los recursos de
coparticipación, sería adecuado que este y demás municipios tomen como
referencia para su estimación el monto presupuestado de los recursos que
conforman la masa primaria del presupuesto provincial (recursos
287
tributarios provinciales, coparticipación federal y regalías
hidrocarburíferas) y le apliquen el índice coparticipador. Otra forma
sería considerar el dato de transferencias a municipios y aplicar el índice
coparticipador. De esta forma, la estimación de los recursos estaría más
acertada o, por lo menos, se minimizaría el margen de error dado que el
Gobierno provincial toma como referencia la estimación de los recursos
nacionales. Por otra parte, la información sobre regalías se elabora en
función del comportamiento del mercado de hidrocarburos y no en
función del comportamiento de los datos históricos.
En cuanto a la estimación de las erogaciones, también se observa una
“subestimación” en función de lo ejecutado el año anterior. Resulta
l lamativa la reducción del gasto en personal con respecto a 2004. Esto no
puede ocurrir cuando hay un crecimiento natural del costo laboral del
personal municipal (por el aumento en la tasa vegetativa del personal de
planta), además de los incrementos que se vienen observando, en
especial de los conceptos no remunerativos y bonificaciones adicionales.
En dicho presupuesto se puede observar algunas cuestiones
metodológicas, como por ejemplo:
• El total de erogaciones es igual al total de erogaciones corrientes.
• El gasto del Concejo Deliberante no se encuentra detallado por
objeto (gasto corriente, gasto de capital).
• No posee un concepto que aglutine las cuentas de capital (bienes
de capital + trabajos públicos).
• A simple vista, pareciera que todo el gasto municipal se concentra
en erogaciones de t ipo corriente.
288
• No posee la cuenta o partida aplicaciones financieras
(amortización de la deuda).
En función de ello, es prioritario establecer un sistema de
presupuestación más adecuado e íntegro.
289
Capítulo VI
Conclusiones
290
1. CONCLUSIONES
Pasadas las tres primeras décadas de la creación del ejido urbano de S. P.
del Chañar, se comprueba la efervescencia del cambio social producido
en sus estructuras, producto de la global ización económica mundial que
ha incidido en el escenario nacional, regional y municipal.
Por un lado, los cambios socioeconómicos obedecen a procesos l igados a
los rumbos que tomaba la economía mundial, generando una nueva
división internacional del trabajo, la desregulación del Estado nación y
el dominio del mercado. De modo que la revitalización que cobra el área
de San Patricio del Chañar obedece, sin más, a la instalación de
proyectos empresariales de gran envergadura, conectados a lógicas
globales de producción, comercialización, distr ibución y consumo de
fruta fresca y vinos en los países de mayor grado de desarrollo.
Los cambios en la producción, bajo estrictos cánones de calidad, no
pueden comprenderse sin hacer alusión a la globalización de los sistemas
agroalimentarios y su incidencia en las dinámicas de los entornos
locales; territorios en los que se conforman sistemas productivos con
tecnología de punta e innovaciones que transformaron el mundo del
trabajo agrario y la cotidianidad de estos espacios tradicionales,
modernizando el agro y los esti los de vida allí presentes. Todo esto tiene
efectos sobre otras estructuras locales que se relacionan con lo polít ico-
institucional, simbólico-cultural y socioeconómico en general como
acabamos de ver.
Los efectos sobre el territorio de El Chañar están conformados por un
proceso de deconstrucción primero, encaminado a desandar la historia
l igada a la producción de ganadería con uso extensivo del suelo, con una
población adaptada a los procesos que demandaba dicha actividad en un
291
t iempo y espacio que constituían el horizonte cotidiano, dado que la
organización de la actividad estaba dada por las estaciones del año y el
ciclo de vida de la actividad ganadera
Un segundo proceso, de construcción social del territorio, se inicia en la
década de 1970, cuando el Estado provincial junto al municipal asumen
los l ineamientos acordados por el Gobierno nacional de aprovechamiento
del territorio en actividades productivas, encaminadas a generar
actividades rentables que pervivan en el t iempo, ya que en los países del
capitalismo occidental entraban en crisis las recetas económicas y
polít icas que habían fundado al Estado de Bienestar.
Se inicia entonces una etapa de conformación del espacio agrario en San
Patricio del Chañar, que pondrá en producción importantes hectáreas con
frutales. Este proceso, como vimos, fue acompañado por importantes
inversiones y creaciones institucionales por parte del Estado provincial,
dando como resultado la creación del ej ido San Patricio del Chañar en
1973.
Luego, en un tercer momento, profundizado el desguace del Estado
nacional por la implementación del Consenso de Washington, al que
adhirirá Argentina y que destruyó la polít ica de promoción del desarrol lo
basado en la ISI, paradójicamente, a nivel provincial el Estado asumió
inversiones y sostuvo la actividad productiva en algunos espacios
mientras abandonaba a otros a su suerte. Por ello podemos concluir
diciendo que el ejido surgió promovido por fuerzas globales, a partir de
la decisión de agentes y actores locales que participaron de todo el
proceso de institucionalización del proyecto productivo, a lo largo de su
reciente historia.
La últ ima etapa que identi ficamos en esta construcción terri torial t iene
de peculiar la ruptura entre producción y territorio, característica que
292
destaca y plasma a pleno los efectos de la globalización, como sucede en
otros sit ios del planeta. Esta ruptura entre producción y territorio se
traduce en el predominio de una lógica instrumental, atada a la
rentabil idad y la conquista de mercados, desde la cual, dentro del
territorio estudiado, se producen algunas etapas de la cadena
agroalimentaria como la primaria y secundaria, mientras que su
comercialización se realiza a grandes distancias.
Este proceso no priva al territorio de sus efectos, al contrario, al lí
transcurren y se sintet izan procesos socioeconómicos y simbólico-
culturales globales-locales, imbricándose nuevas imágenes adaptativas a
las estructuras tradicionales que coexisten con nuevos valores y cuerpos
normativos instituyentes de un nuevo orden social: empresas y Estado
traban alianzas y crean nuevas instituciones; la regulación del Estado en
el Chañar se camufla en agencias de desarrollo dado que el Estado “no
debería intervenir en la l ibre competencia”.
Sin embargo, como hemos visto, el cambio en el Chañar estalló en menos
de tres décadas; generó transformaciones en la composición de actores
locales y la incorporación de actores globales, dando como resultado la
expulsión de unos, el reposicionamiento de otros y un claro dominio de
la actividad agroindustrial por parte de aquellos que se proyectaron
globalmente .
La transnacionalización de la actividad frutícola y la l legada de nuevos
inversores regionales, no vinculados anteriormente a este rubro,
integraron la actividad primaria desarrollada en la localidad con la
agroindustria, incorporando tecnología de últ ima generación. Esto
desencadenó tres nuevos procesos:
a) la apropiación y circulación del excedente pasó a tener una nueva
geografía, en la medida que las decisiones de inversión y transferencia
293
de uti l idades se real izó, crecientemente, sobre una lógica global de las
empresas trasnacionales.
b) La capacidad de art iculación que presentaban estas empresas se
proyectó al resto de la región, en la medida que los actores regionales
comienzaban a interactuar con la empresa líder, a la que subordinaron su
accionar debido a su inserción en la cadena comercial.
c) Se integraron nuevas actividades agroindustriales, pero éstas no
lograron modificar la lógica de la economía local, en tanto sus efectos
fueron la ampliación horizontal de la cantidad de mano obra dedicada a
actividades agrícolas estacionales, con lo cual se l imitaron las
posibil idades de crecimiento de las actividades dedicadas a la atención
de la demanda local.
Nuestro caso de estudio es así un proyecto productivo que nació por
iniciativa privada y el acompañamiento del Estado; fue presentado por el
Gobierno provincial como “modelo de desarrol lo” para ser imitado por
otros municipios, olvidando que, a lo largo de todo este proceso de
posicionamiento territorial y de expansión agrícola, el Estado provincial
mismo fue uno de los protagonistas centrales: promovió la inversión
empresarial a través de créditos con bajo interés anual, eximió de
impuestos provinciales y de gravámenes sobre actos jurídicos, f iscales y
patentes a las empresas poniendo de manifiesto el tipo de agente agrario
elegido para expandir la producción de tierras de su propiedad, quedando
implícitas las l imitaciones para pequeños y medianos productores.
Además, actuó a contracorriente de las ideas en boga de no inmiscuirse
en el mercado; al presente el Estado local continúa apoyando
activamente las propuestas de reconversión productivo-tecnológicas del
área, la prueba más palmaria es su endeudamiento con el BID.
294
El modelo de desarrollo actual de la localidad es producto de las
diversas estrategias que sus actores crean y recrean a part ir de su
permanente interacción, ya que los actores locales y el complejo
entramado de estrategias individuales y colectivas que surgen ante los
nuevos desafíos de un mundo globalizado, se tejen sobre un territorio
determinado, para dar lugar a un tipo de desarrollo propio denotando, en
toda su expresión, el conjunto de relaciones producto de las tensiones
global-local.
La construcción de capital social, específicamente en el ámbito
económico, se visualiza en las art iculaciones entre grupos u
organizaciones, y en la importancia del efecto multipl icador que éstos
tienen para modificar aquellas relaciones de poder que constituyen los
principales obstáculos para el desarrollo. En este sentido se ha puesto de
manifiesto la reproducción de las desigualdades en las estructuras
sociales de la localidad, a pesar del crecimiento descomunal de la
actividad agroindustrial. Ello se debe a que los mecanismos adoptados
por las empresas agroindustriales se expresan tanto en sus dimensiones
técnicas como organizativas internas, en sus redes de relaciones externas
y en sus pautas de local ización, produciendo, a su vez, importantes
alteraciones en el comportamiento del sistema productivo y en
consecuencia en la sociedad y el territorio.
Al respecto, Graziano da Silva plantea que, las empresas en los países
del Norte, acumulan vía incorporación tecnológica y alianzas, mientras
que en los países del Sur las estrategias de las empresa pesan sobre los
eslabones más débiles de las cadenas; por ejemplo, en los trabajadores.
Como vimos en el apartado correspondiente a la población de San
Patricio del Chañar, su crecimiento demográfico continuará en aumento,
dado que se relaciona con la consolidación de la actividad productiva
predominante, por lo que se deberá prever un aumento también de
295
inversiones en infraestructura urbana y servicios básicos, por la demanda
en salud, educación, vivienda, trabajo.
En suma, a partir de la década del 90 comienzan a expresarse
intensamente las transformaciones productivas y organizativas en el
departamento de Añelo. La reconfiguración productiva de este espacio,
dest inado inicialmente al cult ivo de frutas de pepita para el mercado
externo, impl icó más tarde el desarrollo de diversas estrategias
empresariales para responder a las nuevas reglas de juego que exigía el
escenario económico globalizado.
La articulación entre las estrategias de valorización del capital
empresarial y las estrategias de desarrol lo de los gobiernos locales es
fundamental para trabar acuerdos que beneficien a las poblaciones
residentes en estos espacios. Esta estrategia no se visualiza en el estado
local del Chañar, ya que aparecen las presiones de las empresas por
conseguir desregulaciones municipales para dar continuidad a los
“emprendimientos” productivos, en vez de cumplir con acuerdos para
asumir costos en equipamientos social, infraestructura urbana,
inversiones en telecomunicaciones, transporte, etc.
A priori, podemos suponer que, si bien se dinamizan aspectos
institucionales-locales, por lo general son los gobiernos municipales con
su comunidad quienes asumen los costos de las estrategias empresariales,
dado que se involucra infraestructura básica para la recepción de
trabajadores estacionales y el tej ido de organizaciones sociales que
emergen producto de nuevas relaciones espacializadas en el territorio a
partir de externalidades que genera la agroindustria.
La existencia de programas sociales en los cuales se busca la
cooperación y el asociacionismo de los beneficiarios t iene relación con
las estrategias del estado para promover estabil idad e integración social
296
de los sectores excluidos del circuito agroindustrial , pero que esperan
ser incorporados en algún momento. El éxito de microempresas basadas
en lazos solidarios vino a resolver y a bajar los niveles de confl ictividad
social propiciados por la sobreoferta de mano de obra en períodos pos
cosecha. Dichas experiencias fueron capitalizadas por el Estado para
programar la ayuda social; sin embargo, las consecuencias de los
programas en la percepción de los propios beneficiarios y su comunidad
expresa el estigma que conlleva recibir, por ejemplo, ayuda alimentaria,
por la imposibil idad de proveer a la propia supervivencia.
Desde la percepción de los residentes locales, es notorio el contraste
entre las fortalezas las debi l idades que implica este modelo de desarrollo
local. Dicha relación expresa el modo en como se fue organizando el
espacio, donde se pensó infraestructura para una población estable
reducida. Pues, en los inicios de la frut icultura, si bien en temporada de
cosecha se recibían contingentes de entre 300 y 400 trabajadores, estos
se hospedaban en las chacras donde trabajaban; sólo unos pocos
ocupaban plazas en el ejido urbano.
El ajuste estructural implementado en Argentina durante la década del
noventa fue poblando a este pueblo de familias que expulsaba, desde sus
lugares de origen, la desocupación y la pobreza. Los migrantes, atraídos
por posibil idades de empleo han ido a engrosar la base de la pirámide
poblacional y demandarán servicios (salud, educación, vivienda, trabajo,
ayuda social) al municipio local que, como lo expresó su intendente,
estan al borde del colapso.
El Estado local, si bien intentó que las empresas colaboren con
inversiones en infraestructura social, no logra ampliar los servicios ni
ofrecer las condiciones de equipamiento social adecuado a su población.
A pesar de la tensión que se genera con esto, en el discurso de los
pobladores aparece la esperanza de los cambios y, de hecho, se
movil izan a diario para que ello suceda: han conseguido ampliación del
297
hospital; la creación de una diplomatura con especialidad en fruticultura;
la provisión de la red de agua, gas y recolección de residuos en el área
periférica de asentamientos.
Por últ imo, l lama la atención que en los discursos no aparezca la
dinámica local que se genera con las estrategias planificadas e
instrumentadas por el Estado local para dar contención a los residentes
que han quedado excluidos del circuito productivo local. Algunos
entrevistados perciben que una parte de la población, como desocupados,
niños, mujeres y ancianos, se encuentra afectada por la crisis
generalizada que se vive en el país. Por otra parte, el subsistema de la
economía solidaria no se percibe como producto de la exclusión de una
parte de la población de la comunidad, más bien es visualizado como un
grupo de actividades que dignifica a las personas y las mantiene
ocupadas. Asimismo, todas estas estrategias se enmarcan en respuestas
adaptativas, tanto de los gobiernos como de las comunidades, a la crisis
socioeconómica por la que atraviesa el país y la región norpatagónica
desde fines de los 90 a esta parte.
Por últ imo, ofrecemos una síntesis de los rasgos posit ivos de la
estructura social de la local idad estudiada en relación a los procesos
globales-locales que se imbrican en el terri torio, otorgándole una lógica
contradictoria a la convivencia de procesos de desterritorial ización y
territorial ización cuyas fuerzas forman parte de la vida cot idiana de los
pobladores.
Tabla Nº 5 Rasgos posit ivos de la estructura social de San Patricio del
Chañar en relación a los procesos globales-locales
Dimensiones
Obje t ivas
Procesos g lobales
Procesos ref lex ivos a escala local
Rasgos predominantes en San Patr ic io del
Chañar
Socioeconó-
- Avance tecnológico - Global izac ión
económica - Desregulac ión y
cr is is del Estado-
- Compet i t i v idad - Trasnacional ización - Búsqueda de l
Desarro l lo terr i tor ia l
- Aumento de la exportac ión de f ru ta f resca en el mercado in ternaciona l
- Conquista de
298
mica Nación - Desin tegración y
f ragmentac ión - Desterr i to r ia l ización
- Re-emergencia de est rategias grupal -comuni tar ias
- Reterr i to r ia l ización
mercados in ternaciona les para la p roducc ión de vinos locales.
- Aumento en act ivos del Estado por su part ic ipac ión en invers iones agro industr ia les.
- Fuer te p resencia de empresas t ransnac ionales que l ideran la cadena de va lor agro indust r ia l .
- Aumento de la oferta de empleo por temporadas.
- Emergencia de una Economía soc ia l /economía sol idaría a part i r de la externa l izac iones de las act iv idades predominantes .
- Trasnacional ización de empresas locales
- Diferencias in t rater r i tor ia les y de actores según modal idades de in tegración a l c i rcu i to agro industr ia l .
Polí t ico-Inst i tuc ional
- Inst i tuciones y organizaciones supranacionales
- Burocrat izac ión y corporat iv ismo
- Re-emergencia de poderes locales o regionales
- Nuevos movimientos socia les
- Incorporac ión de organizaciones de la sociedad c ivi l en la vida pol í t ica loca l
- Ampl iación de las funciones de l Estado loca l .
- Consol idación de la autonomía local , p lasmada en la Carta Orgánica munic ipa l
- Revalor ización de lo “ ter r i to r ia l ” como lo “ local”
- Cred ib i l idad en el poder pol í t i co para generar so luciones inst i tuciona les
- Gobernabi l idad - Coordinación de
esferas Estado-Sociedad-Mercado para aportar so luciones por compart i r mutuos in tereses
299
Simbó l ico-cul tura l
- Plural ismo relat iv is ta - Cris is de paradigmas - Creciente
homogeneizac ión sociocu l tural
- Universa l ismo
- Tolerancia fundamental ismos
- Aumento de la heterogeneidad de est i los de v ida
- Part icu lar ismos
- Construcción de representación de poderes locales con base en la expans ión de procesos part ic ipat ivos
- Construcción de sent ido de pertenencia e ident idad l igada a la act iv idad agro industr ia l genera cohesión socia l .
- Fortalecimiento del desarro l lo comuni tar io l igado al aporte nuevas migraciones
Fuente: Elaboración propia
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