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Año XLVIII Barcelona 15 de Diciembre de 1893. Núm. 23 EL RESTAURADOR FARMACEUTICO STJiVE-AJRIO Actualidades, por Puigpiqué.—Estudio de los derivados de la serie aromática de aplicación terapéutica, por el Dr. D. José A. Masip y Gumá.—Revista de la prensa extranjera.—Convenio de los gremios de farmacéuticos—Variedades.—Anuncios. ACTUALIDADES por Puigpiqué No hay duda alguna que vivimos de milagro cuantos es- tudiamos la carrera de Farmacia en nuestra infortunada pa- tria. Actualmente y á pesar de las protestas justificadas, en su día elevadas ante los que disponen de nuestros sudores y trabajos, venimos cumpliendo la famosa ley del timbre como si los anteriores acuerdos adoptados por la clase hubieran sido olvidados en absoluto. Tales impuestos, agregando la subida de los cambios, ha motivado un justo aumento en los precios de varios artículos, cuya medida ha sido la consecuencia lógica y natural, de pri- var la venta á quienes no están debida y legalmente en .con- diciones, exacerbando las pasiones del intrusismo que, de nue- vo amenaza con el incumplimiento de las leyes, alquilando títulos para proseguir la senda por otros allanada, pretendien- do sembrar de nuevo el desbarajuste y el desprecio á tan ve- neranda institución, cuya importancia social cada día regatean quienes desconocen sus fines y los poderosos medios que para conseguirlo, necesita el que escrupulosamente cumple con sus deberes.

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Page 1: Año XLVIII Barcelona 15 de Diciembre de 1893. Núm. 23

Año X L V I I I Barcelona 15 de Diciembre de 1893. Núm. 23

EL RESTAURADOR FARMACEUTICO STJiVE-AJRIO

Actualidades, por Puigpiqué.—Estudio de los derivados de la serie aromática de aplicación terapéutica, por el Dr. D. José A. Masip y Gumá.—Revista de la prensa extranjera.—Convenio de los gremios de farmacéuticos—Variedades.—Anuncios.

A C T U A L I D A D E S por Puigpiqué

No hay duda alguna que vivimos de milagro cuantos es­tudiamos la carrera de Farmacia en nuestra infortunada pa­tria. Actualmente y á pesar de las protestas justificadas, en su día elevadas ante los que disponen de nuestros sudores y trabajos, venimos cumpliendo la famosa ley del timbre como si los anteriores acuerdos adoptados por la clase hubieran sido olvidados en absoluto.

Tales impuestos, agregando la subida de los cambios, ha motivado un justo aumento en los precios de varios artículos, cuya medida ha sido la consecuencia lógica y natural, de pri­var la venta á quienes no están debida y legalmente en .con­diciones, exacerbando las pasiones del intrusismo que, de nue­vo amenaza con el incumplimiento de las leyes, alquilando títulos para proseguir la senda por otros allanada, pretendien­do sembrar de nuevo el desbarajuste y el desprecio á tan ve­neranda institución, cuya importancia social cada día regatean quienes desconocen sus fines y los poderosos medios que para conseguirlo, necesita el que escrupulosamente cumple con sus deberes.

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354 £1 Restaurador Farmacéutico

Amantes de las leyes como nadie, aunque algunas veces no las encontremos justas, no podemos terminar nuestra cró­nica quincenal sin recomendar la más escrupulosa vigilancia contra quienes cercenan los derechos de la profesión, enten­diendo que no pueden intimidar al funcionario público, aun­que sea farmacéutico, el que pueda perjudicar un intruso más ó menos, así se escude con un título profesional.

Nosotros jamás provocaríamos la lucha, pero ello no puede ser óbice para que entendamos que primero es la dignidad profesional y el respeto á las leyes que la punible negligencia que en los asuntos de sanidad y Ordenanzas de Farmacia viene notándose con desdoro y oprobio de cuantos anhelamos el bien de la clase.

E S T U D I O D E L O S D E R I V A D O S D E L A S E R I E A R O M A T I C A DE APLICACIÓN TERAPÉUTICA

Non omnis raoriar; multaque pars mei vitabit libitinain.

Memoria premiada con medalla de plata y diploma por la Academia Médico-Farmacéut ica de Barcelona en el con­curso público ordinario de 4894, cuyo autor resultó ser el D r . D . José A . Masip y Gumá.

{Continuación)

Guelpa y Morra lo han recomendado como anticatarral en las enfermedades de los bronquios; según Dujardin-Beaumetz {Nouv. Méd.) los esputos son más fluidos, desaparece el mal olor y la espectoración es más fácil. También Espina y Capo {Rev. de Med. y Cir . p rác t . , 1886) ha observado resultados favorables. Su acción en los catarros de las vías urinarias es casi nula; en la blenorragia es ineficaz (Crivelli).

Con el terpinol se preparan cápsulas y pildoras, de á 10 centigramos, de las que se administran 6, 8 y aún 12 en las veinticuatro horas; para preparar las pildoras se mezcla ei terpinol con su peso de benzoato sódico y c. s. de azúcar (Tanret).

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EUCALIPTEOL (1)

G10H162C1H

Anthoine y Lafage han dado esle nombre á un producto estudiado por dichos señores desde los puntos de vista quí ­micos y terapéutico respectivamente, con el objeto de reem­plazar al eucaliptol; cuerpo, este último, dicen, mal definido todavía. El eucalipteol es, según dichos autores, el biclorhi-drato de eucalipteno (2). . . .

El eucalipteol se presenta en forma de láminas micáceas, blancas, de olor débil, de sabor casi nulo al principio, ligera­mente amargo después. Es casi insoluble en el agua (aunque ésta toma sabor particular) y en glicerina se disuelva en éter, cloroformo, aceites y alcohol; este último disolvente lo des­compone en parte, formando un hidrato de olor de terpinoL Se obtiene, por la acción del ácido clorhídrico sobre la esencia de eucaliptus (Anthoine, Jour. de pharm. et de chim. y Nouv Reméd., 1892). . ,

Goza de propiedades antisépticas y no produce efectos tóxicos, pudiendo administrarse á los perros, por la vía g á s ­trica, á la dosis de 9, 10 y aún 20 gramos. Cuando se absorbe por la piel se elimina principalmente por los pulmones, y si se absorbe por el estómago, la eliminación tiene lugar perlas glándulas salivales y por el intestino. Se tolera perfectamente por el estómago; no perturba las fermentaciones digestivas; lo que hace es prolongar un poco la digestión.

Empleado en varios enfermos con afecciones respiratorias y digestivas, resulta que tiene las propiedades del eucaliptol sin sus inconvenientes. En las afecciones respiratorias modi­fica favorablemente la tos y las secreciones bronco-pulmona-res. En el tubo digestivo obra como antiséptico intestinal, que

(1) Adición, (2) Según Voiry,'este cuerpo no es más que el diclorMdrato de terpileno.

conocido desde hace mucho tiempo: no es un derivado de la esencia de eucalip­tos, sino un producto de destrucción del eucaliptol, y si tuviera aplicaciones terapéuticas seña más práctico y menos costoso obtenerlo de la esencia de tre­mentina {Bull. gen. de Thér, 1891, t. CXXIII.

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puede ser útil en varias infecciones como fiebre tifoidea, dia­rrea coleriforme, diarrea verde, etc.

Se administra en obleas ó en cápsulas gelatinosas, á la dosis de 1 gramo á 1 gramo 50 centigramos al día, pudiendo llegarse hasta 2 y 3 gramos, fraccionada varias veces al día, especialmente en el intérvalo de las comidas (Lafage, B u l l , gén . de Thérap . , 1892, t . CXXIII).

XVIII.—ALCANFORES

Se da el nombre de alcanfores ó estearóptenas á los com­puestos oxigenados que se encuentran en los llamados aceites esenciales extraídos de los vegetales y que forman la parte concreta de dichos aceites. Estos cuerpos tienen estructura y funciones químicas diversas, tinos pertenecen á la serie aro­mática propiamente dicha, y los hemos estudiado en la clase de los fenoles, como son el timol, el carvacrol, el carvol y el anetol. Otros pertenecen á la serie canfénica y son los que de­bemos estudiar ahora. Generalmente son sólidos, muy oloro­sos, poco solubles en el agua y mucho en el alcohol y en éter. Unos, por sus funciones químicas, sus alcoholes ó pseudo-alcoholes, por ejemplo, el alcanfor de Borneo y el mentol; otros son aldehidos como el alcanfor ordinario y el eucaliptol, y fi­nalmente estudiaremos otros cuerpos, derivados de los ante­riores, que son verdaderos ácidos, aunque éstos no se encuen­tran formados en los vegetales; entre ellos hay el ácido alcan­fórico.

Su acción local es irritante primero y anestésica después. En cuanto á su acción general, casi todos son moderadores del sistema nervioso; el alcanfor ordinario, empero, se consi­dera como un excitante; se eliminan por los ríñones y además por el aparato pulmonar, y poseen propiedades antisépticas notables. Se emplean principalmente por estas propiedades y por su acción sobre el sistema nervioso.

Estudiaremos primero los alcanfores propiamente dichos {derivados alcanfóricos), y después las combinaciones de éstos con los cuerpos de la serie aromática {derivados alcanforo^ aromáticos).

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a) DERIVADOS ALCANFÓRICOS

ALCANFOR DE BORNEO BORNEOL

O H'8 O El alcanfor de Borneo ó Borneol, procedente del Dryoba-

lonops camphora, posee las funcionones químicas de los al­coholes, según Berthelot ( O H17 O H). Forma masas crista­linas, blancas, friables, de sabor del alcanfor común, pero su olor difiere algo del de éste, insoluble en el agua, y soluble en alcohol y en éter; es destrógiro. Isómeros del alcanfor de Borneo son el alcanfor de Ngai, cuyas propiedades son a n á ­logas á las del anterior, del que sólo se distingue por ser levó­giro, y el borneol artificial, preparado con lacalofonia, el cual no tiene acción sobre la luz polarizada. La raíz de valeriana debe sus propiedades al borneol, y diversos productos vege­tales contienen cuerpos isómeros de éste.

El borneol puede prepararse calentando con una solución al­cohólica de potasa cáustica el alcanfor ordinario; y á s u vez se produce éste si se trata el borneol por el ácido nítrico.

La acción fisiológica del borneol y de sus isómeros ha sido estudiada principalmente por Stockmann {Jour, of Phys.) . A dosis elevadas produce en los animales parálisis gradual, que empieza por el cerebro y se extiende luego á la médula y ner­vios motores; á veces se presentan en los mamíferos convul­siones epileptiformes. Si las dosis son menos elevadas se pro­ducen fenómenos análogos á los de la intoxicación alcohólica, con excitación nerviosa y cardiaca y dilatación vascular. Es menos irritante que el alcanfor ordinario.

El borneol no tiene importancia terapéutica, como cuerpo aislado, pues es difícil encontrarlo en el comercio y puede sustituirse por el alcanfor ordinario; en cambio se usa mucho formando parte de la esencia de valeriana, en la que la des­cubrió Gehrard.

ALCANFOR ORDINARIO

CÍO H16 O

Se considera que este cuerpo, llamado también alcanfor de las lauríneas ó del Japón, es aldehido del anterior y se le ha

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atribuido diversas fórmulas, de las cuales sólo citaremos la de Flavitzky,

0 H3ÍCHH—C=CH—CH=CH—COH O H 7 )

Procede del Cinnamomun camphora Nees et. Eberm (Lau-rus camphora, L.), laurinea arbórea que crece en el Japón, Formosa, etc.

Se presenta en forma de panes blancos, cristalinos, tras­lúcidos y algo maleables; su olor es aromático especial, el sabor ardiente y amargo; desvía á la derecha la luz polarizada, se volatiliza á la temperatura ordinaria, y se pulveriza fácil­mente si se añade un poco de alcohol; es poco soluble en el agua( l por 100) y muy soluble en el alcohol, éter, cloroformo y aceites fijos y volátiles.

ACCIÓN FISIOLÓGICA. — A l aplicarlo sobre la piel produce primero sensación de frío y ligera anestesia, pero al poco rato se presenta reacción local y se produce eritema; en la piel de­nudada y en las mucosas son más intensos los fenpmenos i r r i ­tantes y produce escozor y rubicundez.

Por esa acción local determina la producción de calor epi­gástrico, eructos y flatulencia cuando se administra por el tubo digestivo; si la dosis es elevada se presentan dolores gas-trálgicos, náuseas y vómitos, y raras veces diarrea.

Se absorbe por la piel y por las mucosas, y entonces obra sobre el sistema nervioso de distinto modo según los diversos autores; los antiguos le atribuían, en general, propiedades se­dantes; varios autores franceses, entre ellos Trousseau y Pi -doux, dicen que el alcanfor es sedante á pequeña dosis (menos de 2 gramos) y excitante á dosis elevadas. Nothnagel y Ross-bach han observado que, si bien produce parálisis en los ani­males de sangre fría, en cambio en el hombre obra como ex­citante, especialmente del cerebro y de la médula oblongada; primero se produce excitación psíquica y después excitación motriz, con convulsiones epileptiformes á veces. Según Lau­der Bruntón, estimula al principio los centros nerviosos y de­termina viveza de carácter; más tarde paraliza estos centros y produce laxitud. Si la dosis es elevada se presenta delirio es-

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pecial y puede sobrevenir la muerte precedida de convulsiones epileptiformes y de excitación maniaca.

La energía de las contracciones cardíacas está aumentada (Lauder Brunton) y lo mismo la presión sanguínea, pero el pulso es más lento. La respiración está acelerada al principio y es más lenta después. La temperatura disminuye, lo que debe atribuirse á la acción del alcanfor sobre los fenómenos nutritivos, pues si en ello interviniera el sistema nervioso de« bería aumentar en vez de disminuir.

No hay conformidad de pareceres acerca la acción del al-cánfor sobre las funciones genitales; se ha considerado, sobre todo por los autores antiguos, que era un anafrodisíaco enér­gico; otros, ai contrario, opinan que excita estas funciones; Lauder Brunton dice que las dosis pequeñas pueden tener ac­ción afrodisíaca, pero que de todos modos á dosis elevada es anafrodisíaco.

Las secreciones sudoral y urinaria están aumentadas. Él alcanfor se elimina en sustancia con el sudor y el aire expi­rado; en la orina se encuentra en forma de ácido confoglucu-rónico. El alcanfor neutraliza los efectos irritantes urinarios de la cantaridina, combinándose con ella y favoreciendo su e l i ­minación por otras vías.

El ancanfor es ligeramente antiséptico y antipútrido, por cuyas propiedades se ha usado durante varios siglos (1). Dice Steiff que el alcanfor, á la dosis de 30 centigramos, repetida dos veces al día, disminuye las fermentaciones intestinales, pero sus efectos sólo se observan á los dos ó tres días de su in ­gestión {Zeit. f. k l . Med. j A n n . Therap., 1891).

APLICACIONES TERAPÉUTICAS.—Interiormente se ha usado el alcanfor, como antiespasmódico, en la corea, epilepsia, co­queluche, etc., pero su acción es casi nula (Nothnagel y Ross-bach) y no se emplea en la actualidad, lo mismo que como se­dante en las neuralgias y reumatismo; pocos resultados se

(1) Como ejemplo transcribimos la cita siguiente: «.Resina ista fCamphor» resina extracta ex Lauro Japonensi) est acris, amaricans, aromática, resol-veas, Cant/iaridu/n correctrx, antiséptica.» Hermanni Boerhaave Institutiones medie», pars. I I . fol. 390. Hatriti MDCCXCVII.

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obtienen en la manía y en la melancolía. Ha gozado mucha fama como anafrodisíaco en la satiríasis y en la ninfomanía. A l interior se usa poco, y cuando se emplea es como estimu­lante en el colapso y en las formas adinámicas de la fiebre tifoidea, pneumonía, fiebres eruptivas, fiebre puerperal, eri­sipela, etc.; su acción estimulante se utiliza también para combatir la narcosis debida al opio ó al alcohol. Hase reco­mendado además como antiñogístico en las anginas, encefa­l i t i s , pneumonía, pleuresía, etc. Finalmente al interior se ha usado como expectorante en la bronquitis y como antiparasi­tario para el tratamiento de los ascárides.

En los oxiuros se han empleado los anemas alcanforados y en el coriza las inhalaciones con vapores de alcanfor.

Recientemente Huchard y Faure-Moller ( Gongr. de la Tuberc, París, 1890) han recomendado las inyecciones sub­cutáneas de alcanfor para el tratamiento de la tuberculosis en la que, dicen, obra favorablemente sobre el terreno pero no sobre el bacilo.

E l empleo del alcanfor está casi reducido ahora al uso ex­terno. Aplícase como resolutivo en las contusiones, infartos inflamatorios y dolorosos, esquinces, etc., y como parasiticida y antiséptico en la sarna, herpes, mentagra, erisipela, etc.; enfermedades en las que otros medios producen mejores re­sultados; y sobre todo se emplea en las heridas con supuración abundante y fétida, y en las atónicas; Bouchard lo recomienda en la difteria laríngea. Por sus propiedades calmantes se usa para calmar los dolores superficiales, comezón, prurito, odon­talgia y particularmente para los dolores neurálgicos y reu­máticos. Sirve además para prevenir los fenómenos urinarios producidos por vejigatorios , espolvoreando éstos con a l ­canfor.

FORMAS FARMACOLÓGICAS Y DOSIS.—Para uso interno se pres­cribe á la dosis diaria de 25 centigramos á 1 gramo y á veces hasta 3 gramos, en pildoras, polvo, emulsión ó en solución alcohólica ó etérea. Las inyecciones hipodórmicas se hacen con una solución al 1 por 10 en éter, aceite de almendras dulces y mejor en aceite de olivas esterilizado, y se inyectan hasta 25

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Bl Restauratior Farmacéutico 361

centigramos de sustancia activa. Los enemas contienen de 25 centigramos á 1 gramo, en emulsión. Para uso externo pode­mos servirnos del polvo solo ó unido al polvo de almidón, ó bien, ,según las circunstancias, de alguna de las preparaciones que se encuentran en la Farmacopea española, como son: Aceite alcanforado (pág. 135), Agua sedativa (pag. 185), Bál­samo de Cpodeldoch líquido (pág. 203) j sólido (pág. 210), Co­lirio de Fernández (pág . 291), Linimento amoniacal alcanfo­rado (pág. 416), Pomada alcanforada ( p á g . 539), Alcohol alcanforado simple (página 577j y jabonoso (pág. 578), Vi ­nagre antiséptico ó de los cuatro ladrones (pág 650), Vinagre alcanforado simple y compuesto (pá.g 651), etc.

De propiedades y composición análogas á las del alcanfor ordinario ó de las lauríneas, que es destrógiro, son el alcan­for de la manzanilla común (compuestas), el que sólo se dis­tingue por ser levógiro (Chautard) y el alcanfor de las la ­biadas, que es inactivo para la luz (Proust).

BROMURO DE ALCANFOR C I O Hi5 Bl. o

Es el alcanfor monobromado, cuerpo descubierto por Swarts en 1862, y que se presenta en forma de cristales blan­cos, transparentes, amargos-acres, de olor que recuerda el del alcanfor, inalterables por el aire y por la luz, casi insolubles en el agua, poco solubles en glicerina y más solubles en alco­hol, éter y cloroformo. Según la Farmacopea española (pági ­na 187), se prepara el alcanfor monobromado mezclando lenta­mente partes iguales de alcanfor refinado y de bromo, y colo­cando la mezcla en un matraz al b. m.; dejándola enfriar se presentan los cristales á las doce horas.

La acción del alcanfor monobromado sobre el organismo es sedante, por el bromo que entra en su composición; esta acción se manifiesta sobre el sistema nervioso (debilidad, es­tupor y sueño) y sobre las funciones respiratoria y circulato­ria cuyos movimientos son más lentos. Disminuye también la temperatura. Si se emplea durante mucho tiempo produce en­flaquecimiento (Bourneville, Lawson). A dosis elevadas se pre-

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senta dilatación pupilar, alucinación y convulsiones epilep-tiformes.

Fué aplicado á la Terapéutica por Deneffe en 1870; se ha usado para el tratamiento de diversas neurosis, como corea, histerismo, histero-epilepsia, en el delirium tremens, en las neuralgias, especialmente del trigémino y en la hemicránea, para combatir el insomnio, las poluciones nocturnas, los tras­tornos hipergenésicos, el asma (Potain) y las palpitaciones nerviosas (Rosenthal).

A l interior se administra á la dosis de 50 centigramos á 2 y aún 4 gramos al día, en fracciones de 5 á 10 centigramos, en polvo, pildoras, cápsulas ó en un mucílago. Para inyección hipodérmica Bourneville disuelve el bromuro de alcanfor (3 gramos) en una mezcla de alcohol (35 gramos) y glicerina (22 gramos)

CLORAL ALCANFORADO

Es una mezcla de alcanfor y de cloral en partes iguales; líquido siruposo, neutro, insoluble en el agua, soluble en a l ­cohol, éter y aceite de olivas. No se emplea más que para uso externo, puro ó mezclado con otros medicamentos, por sus propiedades anestésicas, contra las neuralgias, los dolores de muelas, etc. (De Buck).

TIOCANFOR

Es un líquido producido por el contacto del ácido sulfuroso con el alcanfor ordinario; la acción química de éste hace que el ácido sulfuroso se liquide á la presión ordinaria, en vez de necesitar más de dos atmósferas, como sucede cuando está aislado. Este líquido, estudiado por Regnolds se conserva mucho tiempo en frascos bien tapados y en él se disuelven muchas bacterias. Estendiendo el líquido en una capa delga­da se desprenden vapores de ácido sulfuroso, los cuales pue­den servir para desinfectar las habitaciones según resulta de los experimentos de Dubiel y Bruhl (Ac. Ciencias, París); á esta acción se añade la de los vapores de alcanfor que se des­prenden al mismo tiempo. Seis onzas de tiocanfor bastan para desinfectar 20,000 ce. sin exposición para el operador, y una

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onza para desinfectar los muebles, ropas, etc. {Chem News y Rev. de Med. y Oir. p rác t . , 1890).

ACIDO ALCANFÓRICO C10 H16 O4

Mal llamado en español ácido canfúrico, este cuerpo es un ácido bibásico C8 H14 (COOH)2, descubierto en 1675 y del cual se conocen cinco isómeros; el que se emplea en Terapéutica es el destrógiro. Este es sólido, cristalizado, de sabor amargo y ligeramente ácido, poco soluble en el agua fría (O'Q por 100), algo más en agua hirviendo (8 á 10 por 100) y muy soluble en alcohol, éter y aceites grasos. Se prepara tratando el alcanfor por el ácido nítrico concentrado.

El ácido alcanfórico, según Reichert {Soc. Med. Bert . , 1888), tiene una acción local astringente y ligeramente esti­mulante. Su acción general es poco marcada sobre el sistema nervioso; así Bertagnini tomó 12 gramos en dos días sin notar efecto apreciable; no es antipirético: Se discute su acción antiséptica; Reichert dice que es un desinfectante enérgico y cita los experimentos de Sormani y Lucotelle, según los cua­les los esputos tuberculosos quedan estériles después de haber estado en contacto con una solución alcohólica de ácido a l ­canfórico; en opinión de Fürbringer , estas propiedades antisép­ticas son muy limitadas, inferiores á las del fenol, y las pierde cuando se encuentra en un medio alcalino. Dresmann y Gombemale admiten que neutraliza los productos solubles del bacilo tuberculoso.

Reichert emplea los gargarismos y las inhalaciones de ácido alcanfórico en diversas enfermedades agudas y crónicas de la mucosa de la faringe, nariz, laringe, y tráquea, y en las afecciones crónicas de los bronquios y pulmones, habiendo obtenido resultados bastante satisfactorios; en la bronquitis y en la tuberculosis disminuye la espectoración. Lo recomien­da también en algunas enfermedades de la piel, en las heridas y úlceras atónicas ó dolorosas y en la uretritis crónica. En ésta y en la cistitis, también han observado buenos resultados Max Nasel y Hertleib; para la cistitis aguda es preferible usar­lo al interior.

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Fürbringer (Soc. Med. BerL, 1888) ha usado el ácido a l ­canfórico al interior para desinfectar el intestino de los tifó-dicos y para combatir los sudores de los tísicos. Para cumplir esta últ ima indicación es por lo que se emplea principalmente. Leu {Central bl . f. K l . Med., 1890) ha observado la supresión de los sudores en el 60 por 100 de casos y su disminución en el 22 por 100; además las lociones con una solución alcohólica de este ácido combaten los sudores localizados. Dressmann { A l l g . Med. Centr. Zeit. , 1890), atribuye este efecto antihi-drótico á la acción que tiene el ácido alcanfórico sobre los productos solubles producidos por el bacilo tuberculoso, y que en él no interviene para nada el sistema nervioso central. Lo mismo acepta Combemale { B u l l . gén. Thérep. , 1891) el cual dice que no produce n ingún efecto desagradable, y que dismi­nuye los sudores con tanta más seguridad cuanto menos ade­lantadas estén las lesiones luberbnlosas; á veces los efectos antisudorales no se presentan hasta el día siguiente.

(Continuaj 'á)

REVISTA DE LA PRENSA MALACINA ó MALAKINA.—Un nuevo autirreumático, llama­

do así por su acción particularmente dulce. Es un derivado salicilado de la fenacetina, cristalizado, amarillo pálido, inso­luble en el agua y muy soluble en el alcohol caliente.

Jaquet, de Basilea, después de haber visto que los conejos, á pesar de su pequenez, soportaban hasta 2 gramos sin moles­tia, lo empleó en el hombre (reumatismo de todos géneros, fiebres infectivas y neuralgias), dando de 4 á 6 sellos diarios, cada uno de los cuales contenía un gramo: 4 gramos de mala­cina son equivalentes, poco más ó menos, á 2 de ácido salicí-lico. Cuando el enfermo no podía deglutir los sellos, niños por ejemplo, incorporaba el medicamento con compota de manza­nas ó un dulce cualquiera.

El organismo lo tolera bien. En el reumatismo articular agudo su acción es segura, pronta, sin inconveniente alguno y enérgica; pues descompuesto poco á poco por el jugo g á s ­trico, el ácido salicílico naciente va obrando con gran activi­dad y lentamente á medida que se produce.—Su acción

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antitérmica no es menos notable, si bien no es tan potente como la desplegada por la antipirina y la fenacetina; además es tardía; de todos modos, puede usarse (tifódicos, tísicos), ya que no determina colapso ni escalofríos: 1 gramo, por regla general, baja de 0'7o á I V , notándose el efecto antitérmico una hora y media ó dos después de la ingestión y durando de 4 á 6 .

Ha sido muy útil en las neuralgias de los cloro-anémicos; en las neuralgias propiamente dichas ha sido inferior á la an­tipirina, sobre todo por su lentitud; pero puede usarse largo tiempo sin que surjan contraindicaciones por su empleo. {Se~ maine médicalé).

HEADINA.—Este remedio secreto, muy usado en la Amé­rica del Sur contra la hemicránea y la cefalea nerviosa, se compone, según Schneider, de 68 por 100 de acetanilida y 32 de bicarbonato sódico (Pharm. Centralb.)

C O N V E N I O D E L O S G R E M I O S D E FARIÍ1ACÉUTIC0S DE BARCELONA Y SUS AFUERAS

para la venta al público de las aguas minero-medicinales, á nn precio nuiforme

Aguas nacionales Aguas de Argentona. . . . . . . 1'10 ptas. botella.

» Alcarraz. . . . . . . . r25 » » » Cardó 1*10 » » » Carabaña I ' IO » » » Esperanza I ' IO » » » Insalus. . . . . . . . 1 » » » » Loeches . I ' IO » » » Marmolejo (tapa corcho). . . r25 » » » » (tapa metal). . . 1*35 » » » Mondariz (grande) 1*25 » »

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366 El Restaurador Farmacéutico

Aguas extranjeras Aguas de Apolinaris r25 ptas. botella.

» Bonnes Va litro- • » • • • 1^5 » » » » iU » 1 » » » » Bourboule. . J . . . , l'SO » » » Boulou I ' IO » » » Carlsbad. . . . . . . . 1'50 » » » Contrexeville. . . . . . l'SS » » » Hunyadi-Janos. . . • • • 1'25 » » » Orezza.. . . . . . , . 1/50 » » » Pougues. . 1'35 » » » Royat l'ñO » » » San Galmier.. . . . . . 0'85 » » » Vals. . . . . . . . . l'2o » » > » Vichy r25 » » » Mariembad. . . . . o . r35 » »• » Ercndorf. . . . . . . . 1'35 » »

Notas importantes: Acordado y provocado este convenio por las partes más interesadas y motivado por el cambio extranjero y por la ley del Timbre, se servirán todas las botellas con el sello móvil de 10 céntimos á los precios indicados.

Se ruega á todos los interesados que las intrusiones de los que venden aguas, sin autorización para ello, así como las faltas de cum­plimiento al presente convenio, las ponga en conocimiento de la Co­misión que suscribe, al objeto de que los Sres. Subdelegados á los primeros, y el Gremio á los segundos, les imponga el correctivo qiie crea conveniente.

Este convenio empieza á regir desde el día de la fecha. Barcelona 1.° de Diciembre de 1893.—Bartolomé Botta.—'Floren­

tino Jimeno.

V A R I E D A D E S Obituario: Falleció en Tarrasa D. Marcos Coll, padre de nues­

tro amigo y apreciable condiscípulo el conocido farmacéutico Coll y Gorina. •

Inút i l creemos'indicar al amigo cuánto lamentamos la desgracia; esperando y deseando que las muestras de simpatía demostradas, podrán servir de algún lenitivo al infortunio ocasionado por pérdida tan irreparable, á cuyo dolor no ignora Ramon que nos adherimos en absoluto.

— Marejada: Hemos sabido que el Excelentísimo señor Go­bernador en virtud de alguna denuncia, ha delegado á nuestro buen amigo el Sr. D. Federico Gastells, para que se entere de cómo fun-

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cionan la mayoría de farmacias en San Martín, á fin de evitar los abusos que al decir del exponente vienen en aquel populoso distrito realizando los intrusos, á la sombra de los presta-títulos.

Dada la competencia y el buen celo del Sr. Gastells, creemos que los intrusos llevarán su merecido, aplaudiendo al Sr. Larroca por su decisión en pró de nuestra clase, aguardando impacientes los trabajos de Gastells para felicitar de nuevo á la primera autoridad y al amigo Federico.

— Necrología: Acaba de fallecer en Lérida el querido compa­ñero D. José Pifarré.

A l lamentar pérdida tan sensible, acompañamos á la familia en el justo pesar, deseando resignación para sobrellevar tan rudo golpe.

— A u n no asamos... Apenas puesta en vigor la nueva ley del timbre, ya van apareciendo los temores que predecíamos, creyendo que serán muchos los disgustos si pronto no vienen aclaratorias dis­posiciones que regularicen las interpretaciones á que indudablemen­te se prestan los variados é infinitos artículos que por necesidad debemos poseer.

Interin aguardamos la tan suspirada aclaración, ya que no cree­mos factible la supresión, aconsejamos á nuestros comprofesores cumplan en lo que puedan, sino quieren verse expuestos á terribles contingencias.

— La nueva Junta Central: Leemos en la Correspondencia Médica: La Junta de la Asociación provincial Médico-Farmacéutica de Burgos ha llevado á cabo el anunciado escrutinio.

«En la reunión celebrada en el día de hoy (leemos en su Bole­tín Oficial) se ha procedido al escrutinio de las candidaturas re­mitidas por las Juntas de la Asociación médico farmacéutica Española, en virtud de la invitación dirigida por esta provincial, habiendo resultado con mayor número de votos los señores si­guientes:

D. Andrés del Busto, Médico. D. Angel Bellogin, Farmacéut ico. D. Matías Nieto Serrano, Médico. D. José GATTACiáo. Farmacéut ico . D. Angel Pulido, Médico. D. Francisco Marín y Sancho, Farmacéut ico. D. Alejandro San Martín, Médico; y P. Vicente Martín de Argenta, Farmacéutico.

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Dichos señores, en unión de los Presidentes de los Colegios de farmacéuticos y de médicos de Madrid han de constituir la COMISIÓN PERMANENTE, representación de hoy en adelante de las Juntas asociadas en España,

Asumirá, desde el momento de su instalación, poderes bas­tantes para organizar los trabajos, y consultando la opinión de las mismas, convocar una Asamblea, ó de la manera que juzgue conveniente, ejercer el derecho de petición, á fin de recabar de los poderes públicos el planteamiento de los Colegios médico farmacéuticos, oficialmente autorizados.

Del resultado de las gestiones de esta Junta provincial se dará conocimiento á las demás, y se enviará el acta de nombra­miento á los Presidentes de los dos Colegios, dirigiendo además una comunicación á cada uno de los interesados para noticiar­les su elevación.

Burgos 30 de Octubre de 1893.—P. A. de la J. de G.—El Secre­tario, Ju l ián de las Heras .»

La Junta central de las clases médico-farmacéuticas se halla por lo tanto constituida, j éstas no podrán desde hoy lamentarse de su falta de dirección en busca de sus ansiados ideales. Casi todos los miembros que constituyen la Junta han dado pruebas de acendrado amor á las clases médico-farmacéuticas, y tomando parte en reñidí­simas contiendas profesionales, en las que se ventilaron grandísimos intereses. Entre ellos se encuentran los autores del reglamento de 14 de Junio de 1891, los que dirigieron el Congreso dé los Facultativos titulares en Diciembre de aquel año, y muchos de los que ya figu­raron en Asambleas anteriores, y no ha de tachárseles de ignorancia n i de negligencia en el nuevo cargo.

Posible es por la misma lógica de la especie, que se confirme la unión del Colegio de Médicos de Madrid y de Farmacéuticos de Ma­drid en un solo Colegio Médico-Farmacéutico, rumor que ha llegado en estos días á nuestra noticia. Y la verdad es, que la libertad dé ejercicio de la Junta central, habría de estorbarse ante la existencia de ambas corporaciones.

Todo irá, sin embargo, menos mal, si la nueva Junta es acatada, reconocida y respetada por todos los profesores que no tomaron parte en la elección, y aquélla da pruebas de actividad y de energía, que se traduzcan rápidamente en hechos prácticos/únicos que desean las clases médico-farmacéuticas, cansadas ya de tanta teoría.

Imp. Taller», 51-58.