antología de textos sobre copyleft

Upload: josleomac

Post on 14-Oct-2015

64 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Copyleft: una apuesta por la librecirculacin de las ideas.

    (Dossier crtico sobre copyright, patentes, propiedad intelectual y modelos de gestin del conocimiento)

    Versin 0.1

    Marc Montas - Enero 2004This work is licensed under the Creative Commons ShareAlike License. To view a copy of this license, visit

    http://creativecommons.org/licenses/sa/1.0/

    or send a letter to Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA.

    1

  • Contenidos :

    1.- Introduccin

    2.- Textos

    Vender vino sin botellas: la economa de la mente en la Red Global, John Perry Barlow

    Repensar los derechos de autor. Defensa de la lectura socializada frente a los nuevos peajes de lacultura, Herv Le Crosnier

    Copyright y maremoto, Wu Ming 1

    Copiar, robar, mandar, Csar Rendueles

    El copyleft explicado a los nios, Wu Ming 1

    El anillo de oro: Inteligencia colectiva y propiedad intelectual, Pierre Lvy

    Y la informacin ser libre... o no?, Pedro de las Heras Quirs y Jesus M. Gonzlez Barahona

    216 segundos de mirada: la justificacin econmica del copyleft, Jos Cervera

    Introduccin a la propiedad intelectual, Jorge Nonius.

    El derecho a leer, Richard Stallman

    Making Copyright Ambidextrous: An Expose of Copyleft, Maureen OSullivan,Teaching Assistant,University of Warwick

    3.- Links

    2

  • 1.- Introduccin

    Hay vida ms all del copyright restrictivo. Y ello pese a las amenazas, las persecuciones y las apocalpticas declaracionesde quienes como la SGAE, la BSA o la RIAA viven de mercantilizar y explotar toda expresin del pensamiento humano yde convertir en escasos bienes infinitos. A pesar de estos corsarios1 de la creacin ajena, que fomentan la escasez demodo artificial, la era de la abundancia ha llegado al menos al mbito de la produccin intelectual y hay posibilidades realesde estimular la creacin, de romper la brecha digital, de compartir el conocimiento, la cultura y el arte, de vivir de lascreaciones propias, de replantear la industria, y todo ello sin necesidad de cercenar derechos bsicos de la ciudadana nide endurecer el cdigo penal, ni de criminalizar la cooperacin mutua o penalizar la libre circulacin del saber.

    Los beneficiarios de la restriccin del derecho de copia tratan de negarlo, de ocultarlo, de criminalizarlo, pero mal que lespese existe todo un mbito al que denominaremos procomn2 recuperando un viejo vocablo castellano que se refiere aaquellos campos cuyo aprovechamiento se realiza de forma comunal, que ha existido siempre en forma de expresionesde cultura popular y que hoy alcanza todo su apogeo con la cultura digital. Deseamos poner en el centro del debate pblicoel hecho de que estamos cada vez mas inmersos en una economa global cuya base material son bienes que no asumenninguna forma material. Con esto se estn modificando las reglas del juego que han caracterizado a la distribucin de losbienes culturales y artsticos en los dos ltimos siglos, basada en las leyes de copyright y de patentes. Pensar que elmismo sistema legal ideado para el mundo fsico puede imponerse para un entorno fundamentalmente distinto como elciberespacio es una torpeza de proporciones epocales que ya estamos pagando todos, en forma de leyes injustas, deprcticas empresariales abusivas y de la criminalizacin de la inmensa mayora de la poblacin, a la que se considerapirata en potencia. Con polticas restrictivas y de beneficio de los poseedores de patentes de corso, no se fomenta lacreacin, sino que se envenena la convivencia, se secan las fuentes de la innovacin y se dificulta la innovacin. Eso s: seengordan las cuentas corrientes de los abogados y de las corporaciones.

    La propiedad intelectual no es una mercanca como cualquier otra, porque implica siempre una comunidad de continuidadhistrica, que da sentido y valor a la obra en cuestin, y porque las ideas no estn sujetas al principio de escasez queconvierte a las cosas en mercancas. En nombre de qu se puede limitar el acceso a "bienes infinitos", como melodas,algoritmos, textos, programas de software, etc., cuando nada de ello se "gasta"? Roto el contrato social que justificaba laproteccin del copyright y las patentes, en el contexto de la imprenta, la restriccin de la propiedad vuelve a ser cosa defuerza bruta, de litigios, de amenazas, de penas. Los abogados de las multinacionales discogrficas o editoras y, engeneral, los defensores de restringir los derechos del pblico el mismo publico al que amenazan, roban y extorsionan, elmismo pblico a partir del cual han amasado fortunas inmensas actan como si el tiempo pudiera detenerse, como sihubiese que perpetuar la era de la escasez solo para conservar un modelo industrial y cultural ineficiente, desigual yexplotador, como si se pudiesen obviar las posibilidades que actualmente tenemos y que nos permiten vivir en una era dela abundancia y de la libertad al menos en el mbito de lo inmaterial. El modelo del software libre es especialmenterevelador: piezas de altsima calidad elaboradas por cerebros conectados por red de los cinco continentes, composicin ycolaboracin en una obra conjunta gracias a un formato infinitamente flexible, etc. El software libre, y todos los ejemplos decooperacin sin mando que podamos imaginar, seran imposibles de hecho y de derecho si triunfasen los modelospropietarios en todos los territorios creativos y existenciales.

    Nuestro propsito con estas jornadas (y de rebote con este dossier) es fundamentalmente analtico, pues creemos que elconocimiento debe preceder a la accin y que la accin debe ir siempre ligada a un contexto y un propsito concretos. Perotambin queremos que los encuentros sirvan para elaborar colectivamente dispositivos prcticos que permitan la librecirculacin de las ideas y defiendan la creacin colectiva, demostrando en la prctica que hay posibilidades mucho mseficientes que la restriccin de los derechos de copia y que la defensa de la creacin colectiva no debe pasar porcriminalizar a la ciudadana entera como potencialmente sospechosa de realizar copias no autorizadas.

    Deseamos facilitar las mejores herramientas crticas y analticas para comprender hasta qu punto han cambiado lasnociones de propiedad, valor y posesin, as como la naturaleza misma de la riqueza. Pocas personas son conscientes deeste cambio, y casi ninguna de ellas son abogados o tiene cargos pblicos. Quienes s advertimos estos cambios debemospreparar respuestas ante la confusin legal y social que ir estallando a medida que los esfuerzos por proteger las nuevasformas de propiedad con viejos mtodos se vuelvan cada vez ms vanos y, en consecuencia, ms arbitrarios y msbrutales.

    Qu hacer? Puede que haya quien piense que no queda hacer otra cosa ms que bailar sobre la tumba del copyright, sinembargo esto solo hace que perder energas y legitimar la batera de medidas represivas, pero es que adems el muertoest todava muy vivo. Se trata, y es uno de los objetivos de los encuentros, de elaborar colectivamente herramientasconceptuales y dispositivos prcticos que permitan simultneamente una crtica prctica de la propiedad intelectual y lacreacin colectiva de obras que puedan circular libremente.

    Pensamos que permitir que se distorsione la ley y las tecnologas informticas y de comunicacin humana con el nico finde proteger los intereses de los propietarios de copyrights es recompensar a los monopolios y dar por buenas las prcticas

    3

  • de quienes tienen como nico inters lucrarse a costa de todo el mundo, a costa de la produccin intelectual y artstica. Lospropietarios de los derechos, las corporaciones y las sociedades de gestin, con la anuencia de jueces y legisladores,pretenden imponer el peor de los proteccionismos econmicos: el que es capaz de empobrecer a su propia sociedad parael beneficio de alguna industria local no eficiente. Por qu deberamos permitir que se restrinjan libertades fundamentales,arriesgar la libertad de expresin y de publicacin, el progreso cientfico, los derechos del consumidor, el poder compartircosas y cooperar libremente con otras personas para beneficiar a empresas solo interesadas en su propio lucro? Porquealguien puede hacer en un momento dado una copia ilegal? Parece una excusa demasiado endeble.

    Con este dossier de textos tan solo pretendemos ayudar a crear ese marco analtico crtico que nos ayude a desenmaraarla, desde nuestro de punto de vista falsa, afirmacin de que el copyright restrictivo es lo que permite a los autores vivir desus ideas y que esto favorece a la sociedad en su conjunto pues estimula la creacin.

    Os animamos encarecidamente a que leis el dossier y disfrutis tanto leyndolo como nosotros lo hemos hechoconstruyndolo.

    Un saludo.

    4

  • 2.- Textos

    Vender vino sin botellas la economa de la mente en la Red Global

    John Perry Barlow

    En marzo de 2004 se cumplen diez aos desde que este artculo -absolutamente pionero y que fij las bases para unacrtica eficaz a la propiedad intelectual en la era digital- vio la luz en papel, en la revista Wired con el ttulo The Economyof Ideas.1Desde entonces ha sido citado y reproducido innumerables veces y se ha convertido en una referenciaimprescindible para una crtica cabal a quienes tratan de imponer el viejo modelo de la propiedad intelectual y del copyrighta Internet y a toda obra digital. Muchas de sus previsiones han resultado asombrosamente certeras y, pese al tiempotranscurrido, el artculo conserva su vigencia en lo fundamental. Sin embargo, en castellano solo ha aparecido (quesepamos) en un especial de la revista El Paseante (n 27-28), titulado La revolucin digital y sus dilemas, publicado en1998 y por tanto bastante difcil de encontrar hoy en da. Adems, era una traduccin incompleta pues, por causas quedesconocemos, se public con sensibles recortes. Aparte de la de El Paseante, no existe ninguna otra traduccincastellana en la Red, por lo que, con motivo de los diez aos de su publicacin en Wired, hemos decidido ponerladisponible, revisando la traduccin cuidadosamente, corrigiendo algunas erratas y errores de interpretacin y traduciendotodos los fragmentos (nada menos que doce prrafos) que no se incluyeron en la traduccin original, trabajo este ltimoque hay que agradecer a Ral Snchez. Tambin hemos devuelto al texto su estructura original, basndonos en la versinpublicada por la EFF.2Las notas a pie de pginas son todas de esta edicin.

    Si la naturaleza ha creado alguna cosa menos susceptible que las dems de ser objetode propiedad exclusiva, esa es la accin del poder del pensamiento que llamamos idea,algo que un individuo puede poseer de manera exclusiva mientras la tenga guardada.Sin embargo, en el momento en que se divulga, se fuerza a s misma a convertirse enposesin de todos, y su receptor no puede desposeerse de ella. Su peculiar carcter estambin tal que nadie posee menos de ellas porque otros posean el todo. Aquel querecibe una idea ma, recibe instruccin sin mermar la ma, del mismo modo que quiendisfruta de mi vela encendida recibe mi luz sin que yo reciba menos. El hecho de quelas ideas se puedan difundir libremente de unos a otros por todo el globo, para moral ymutua instruccin de las personas y para la mejora de su condicin, parece haber sidoconcebido de manera peculiar y benevolente por la naturaleza, cuando las hizo, comoel fuego, susceptibles de expandirse por el espacio, si ver reducida su densidad enningn momento y, como el aire, en el que respiramos, nos movemos y se desarrollanuestro ser fsico, incapaz de ser confinadas o posedas de manera exclusiva. Lasinvenciones, pues, no pueden ser, por su naturaleza, sujetas a propiedad.

    - THOMAS JEFFERSON

    En todo el tiempo que llevo recorriendo el ciberespacio, sigue sin haberse resuelto un inmenso interrogante quese halla en la raz de casi todas las tribulaciones legales, ticas, gubernamentales y sociales que se plantean enel mundo virtual. Me refiero al problema de la propiedad digitalizada.

    El acertijo es el siguiente: si nuestra propiedad se puede reproducir infinitamente y distribuir de modoinstantneo por todo el planeta sin coste alguno, sin que lo sepamos, sin que ni siquiera abandone nuestraposesin, cmo podemos protegerla? Cmo se nos va a pagar el trabajo que hagamos con la mente? Y, sino podemos cobrar, qu nos asegurar la continuidad de la creacin y la distribucin de tal trabajo?

    Puesto que carecemos de una solucin a lo que constituye un desafo completamente nuevo, y al parecersomos incapaces de retrasar la galopante digitalizacin de todo lo que no sea obstinadamente fsico, estamosnavegando hacia el futuro en un barco que se hunde.

    Esta nave, el canon acumulado del copyright y la ley de patentes, se cre para transportar formas y mtodos de

    5

  • expresin completamente distintos de la vaporosa carga que ahora se le pide que lleve. Hace aguas por dentroy por fuera.

    Los esfuerzos legales para que el viejo barco se mantenga a flote revisten tres formas: una frenticareordenacin de las sillas de cubierta, firmes avisos de que si la nave se hunde habrn de enfrentarse a duroscastigos criminales y una actitud fra y serena que se desentiende del problema.

    La legislacin de propiedad intelectual no se puede remendar, adaptar o expandir para que contenga los gasesde la expresin digitalizada, de la misma manera que tampoco se puede revisar la ley de bienes inmuebles paraque cubra la asignacin del espectro de la radiodifusin. (Lo que, de hecho, se parece mucho a lo que se intentahacer aqu.) Tendremos que desarrollar un conjunto completamente nuevo de mtodos acorde con esteconjunto enteramente nuevo de circunstancias.

    La mayora de la gente que crea software -programadores, hackers y navegantes de la Red- ya lo sabe. Pordesgracia, ni las compaas para las que trabajan ni los abogados que estas compaas contratan tienen lasuficiente experiencia directa con bienes inmateriales como para entender por qu son tan problemticos.Actan como si se pudiera lograr que las viejas leyes funcionasen, bien mediante una grotesca expansin o porla fuerza. Se equivocan.

    La fuente de este acertijo es tan simple como compleja su resolucin. La tecnologa digital est separando lainformacin del plano fsico, donde la ley de propiedad de todo tipo siempre se ha definido con nitidez.

    A lo largo de la historia del copyright y las patentes, los pensadores han reivindicado la propiedad no de susideas sino de la expresin de las mismas. Las ideas, as como los hechos relativos a los fenmenos del mundo,se consideraban propiedad colectiva de la humanidad. En el caso del copyright se poda reivindicar la franquiciadel giro exacto de uan frase para transmitir una idea concreta o del orden de exposicin de los hechos.

    La franquicia se impona en el preciso momento en que la palabra se haca carne al abandonar la mente desu creador y penetrar en algn objeto fsico, ya fuera un libro o cualquier artilugio. La posterior llegada de otrosmedios de comunicacin comerciales distintos del libro no alter la importancia legal de ese momento.La leyprotega la expresin y con pocas (y recientes) excepciones, expresar equivala a convertir algo en un hecho.

    Proteger la expresin fsica tena a su favor la fuerza de la comodidad. El copyright funcionaba bien porque, apesar de Gutemberg, era difcil hacer un libro. Es ms, los libros dejaban a sus contenidos en una condicinesttica cuya alteracin supona un desafo tan grande como su reproduccin. Falsificar o distribuir volmenesfalsificados eran actividades obvias y visibles, era muy fcil pillar a alguien. Por ltimo, a diferencia de palabras oimgenes sin encuadernar, los libros tenan superficies materiales donde se podan incluir avisos de copyright,marcas de editor y etiquetas con el precio.

    An era ms apremiante patentar la conversin de lo mental a lo fsico. Hasta hace poco, una patente era o bienuna descripcin de la forma que haba que dar a los materiales para cumplir un determinado propsito, o unadescripcin de cmo se llevaba a cabo este proceso. En cualquiera de los dos casos, el quid conceptual de lapatente era el resultado material. Si alguna limitacin material impeda obtener un objeto con sentido, la patentese rechazaba. No se poda patentar una botella Klein ni una pala hecha de seda. Tena que ser una cosa y lacosa tena que funcionar.

    De este modo, los derechos de la invencin y de la autora se vinculaban a actividades del mundo fsico. No sepagaban las ideas sino la capacidad de volcarlas en la realidad. A efectos prcticos, el valor estaba en latransmisin y no en el pensamiento transmitido.

    En otras palabras, se protega la botella y no el vino.

    Ahora, a medida que la informacin entra en el ciberespacio, hogar natural de la mente, estas botellas estndesapareciendo. Con la llegada de la digitalizacin, es posible sustituir todas las formas previas dealmacenamiento de informacin por una meta-botella: patrones complejos -y muy lquidos- de unos y ceros.

    Incluso las botellas fsico-digitales a las que nos hemos acostumbrado, los disquetes, CD-ROM y otros paquetesdistintos de bits plastificados, desaparecern cuando todos los ordenadores se enchufen a la red global. Si bienpuede que Internet nunca incluya todas y cada una de las CPU del planeta, se duplica de ao en ao y cabeesperar que se convierta en el principal medio de transmisin de informacin y quizs, con el paso del tiempo,en el nico.

    Cuando esto ocurra, todos los bienes de la era de la informacin -todas las expresiones antao contenidas en

    6

  • libros, pelculas, discos o boletines informativos- existirn bien como pensamiento puro o como algo muyparecido al pensamiento: condiciones de voltaje que recorren la Red a la velocidad de la luz y que de hecho sepodran contemplar, como pxeles brillantes o sonidos transmitidos, pero nunca decir que se poseen en elantiguo sentido de la palabra.

    Alguien podra objetar que la informacin seguir necesitando algn tipo de manifestacinfsica, como su existencia magntica en los titnicos discos duros de servidores lejanos,pero estas botellas carecen de toda forma macroscpicamente diferenciada opersonalmente significativa.

    Tambin habr quien sostenga que hemos estado tratando con expresiones sin embotellardesde la llegada de la radio, y estar en lo cierto. Pero durante casi toda la historia de ladifusin audiovisual no ha habido ninguna manera prctica de capturar productos desoftware del ter electromagntico y reproducirlos con una calidad igual a la que ofrecenlos paquetes comerciales. Esto ha cambiado solo recientemente y poco se ha hecho entrminos legales o tcnicos para abordar el cambio.

    Que el consumidor pagara por los productos retransmitidos sola ser un asunto irrelevante.Los consumidores mismos eran el producto. Los medios de difusin sonora se financiaban vendiendo laatencin de su pblico a los anunciantes o bien utilizando al gobierno para que estableciese el pago a travs deimpuestos o con la quejumbrosa mendicidad de las campaas anuales de recaudacin de fondos.

    Todos los modelos de apoyo a la difusin audivisual son defectuosos. Casi sin excepciones, la financiacin atravs de los anunciantes o del gobierno ha contaminado la pureza de los productos transmitidos. En cualquiercaso, el marketing directo est matando paulatinamente el modelo de financiacin a travs de anunciantes.

    Los medios de difusin aportaron otro mtodo para pagar un producto virtual: los derechos de autor que losdifusores pagan a los autores de canciones a travs de organizaciones como ASCAP y BMI. Pero, comomiembro de ASCAP, puedo asegurarles que este no es un modelo que debamos emular. Los mtodos decontrol son totalmente aproximativos. No hay ningn sistema paralelo de contabilidad en el flujo de ingresos. Deverdad que no funciona. Se lo aseguro.

    En todo caso, sin nuestros antiguos mtodos para definir fsicamente la expresin de las ideas, y en ausencia denuevos mtodos satisfactorios para la transaccin no fsica, no sabemos cmo asegurar un pago fiable deltrabajo mental. Para empeorar an ms las cosas, esto sucede en un momento en que la mente humana estsustituyendo a la luz solar y a los depsitos minerales como fuente principal de riqueza.

    Es ms, la creciente dificultad para endurecer las leyes existentes en torno al copyright y las patentes est yaponiendo en peligro la fuente ltima de la propiedad intelectual, el libre intercambio de ideas.

    Esto es, cuando los artculos primarios de comercio de una sociedad se parecen tanto al habla que acaban porno distinguirse de ella, y cuando los mtodos tradicionales de proteger la propiedad de los artculos se hanvuelto ineficaces, intentar solucionar el tema aplicando la ley de modo ms amplio y contundente constituir unaamenaza inevitable a la libertad de expresin.

    La mayor limitacin a las futuras libertades quizs no venga del gobierno sino de los departamentos jurdicos delas empresas, que intentan proteger con la fuerza lo que ya no se puede proteger mediante la eficiencia prcticao el consentimiento social general.

    Cuando Jefferson y sus colegas de la Ilustracin concibieron el sistema que se convirti en la leyestadounidense del copyright, su objetivo primordial era asegurar la distribucin generalizada del pensamiento, yno el beneficio. El beneficio era el combustible que habra de transportar las ideas a las bibliotecas y las mentesde su nueva repblica. Las bibliotecas compraran libros, recompensando as a los autores por su trabajo dereunir unas ideas que, imposibles de limitar por otros medios, quedaban de este modo a la libre disposiciondel pblico. Pero qu papel desempean las bibliotecas si no hay libros? Cmo paga la sociedad ladistribucin de las ideas si no es cobrando por las ideas mismas?

    Viene a complicar an ms la cuestin el hecho de que, junto a las botellas fsicas donde ha residido lapropiedad intelectual, la tecnologa digital tambin est borrando las jurisdicciones legales del mundo fsico ysustituyndolas por los mares sin lmites, y quizs para siempre sin ley, del ciberespacio.

    En el ciberespacio no solo no hay lmites nacionales o locales que acoten el escenario de un crimen ydeterminen el mtodo de interponer una accin judicial, sino que tampoco hay claros acuerdos culturales sobre

    7

  • qu pueda ser un crimen. Las diferencias bsicas y no resueltas entre las concepciones culturales de Europa yAsia sobre lo que es propiedad intelectual solo pueden aumentar en una regin donde numerosas transaccionesse llevan a cabo en ambos hemisferios y, al mismo tiempo, en ninguno.

    Las nociones de propiedad, valor y posesin, as como la naturaleza misma de la riqueza, estn cambiando deforma ms radical que en ningn otro momento desde que los sumerios horadaron la arcilla hmeda por vezprimera con escritura cuneiforme y dijeron que era grano almacenado.

    Muy pocas personas son conscientes de la magnitud de este cambio, y entre ellas an menos son abogados otienen cargos pblicos. Quienes s advierten estos cambios deben preparar respuestas ante la confusin legal ysocial que estallar a medida que los esfuerzos por proteger las nuevas formas de propiedad con viejosmtodos se vuelvan cada vez ms vanos y, en consecuencia, ms insistentes. De la espada al escrito y al bit

    1 De la espada al escrito y al bit

    Hoy en da, la humanidad parece encaminada a crear una economa mundial cuya base fundamental son bienesque no asumen ninguna forma material. Con esto, quizs estemos eliminando toda conexin predecible entrelos creadores y la justa recompensa a la utilidad o el placer que otros puedan encontrar en sus obras.

    Sin esa conexin, y sin que se produzca un cambio fundamental en la consciencia para integrar su prdida,estarnos construyendo nuestro futuro sobre el escndalo, el litigio y la evasin institucionalizada del pago, queslo se dar como respuesta a la fuerza bruta. Puede que volvamos a los viejos malos tiempos de la propiedad.

    En los momentos ms oscuros de la historia humana, la posesin y distribucin de la propiedad era en granparte un asunto militar. La propiedad era patrimonio exclusivo de quienes contaran con las armas mshorribles, ya fueran puos o ejrcitos, y la voluntad ms frrea de utilizarlas. La propiedad era el derecho divinode los pendencieros.

    Al final del primer milenio despus de Cristo, la aparicin de las clases mercantiles y la aristocracia terratenienteforz el desarrollo de acuerdos ticos para resolver disputas en torno a la propiedad. En la baja Edad Media,gobernantes ilustrados como Enrique II de Inglaterra empezaron a codificar en cnones esta ley comn noescrita. Estas leyes eran locales, pero no importaba demasiado porque se dirigan fundamentalmente a losbienes races, forma de propiedad que por definicin es local. Y que, como implicaba el nombre, era muy real.3

    Todo sigui igual mientras el origen de la riqueza era la agricultura, pero en los albores de la RevolucinIndustrial la humanidad empez a concentrarse en los medios tanto como en los fines. Las herramientasadquirieron un nuevo valor social y, gracias a su propio desarrollo, fue posible reproducirlas y distribuirlas engrandes cantidades.

    Para fomentar su invencin, la mayora de los pases occidentales desarroll el copyright y la ley de patentes.Estas leyes tenan como objeto la delicada tarea de introducir las creaciones mentales en el mundo donde sepodan utilizar y entrar en la mente de otras personas a la vez que aseguraban a sus inventores unacompensacin por el valor de su uso. Y, como ya se ha dicho, tanto los sistemas de la ley como los de laprctica que crecieron en torno a esa tarea se basaban en la expresin fsica.

    Puesto que ahora es posible transmitir ideas de una mente a otra sin que se concreten en algo fsico, estamosdefendiendo que poseemos las ideas mismas y no meramente su expresin. Y, como tambin es posible crearherramientas tiles que nunca revisten forma fsica, nos hemos acostumbrado a patentar abstracciones,secuencias de acontecimientos virtuales y frmulas matemticas -los bienes menos reales que quepaconcebir.

    En ciertos mbitos, esto sita los derechos de la propiedad en una condicin tan ambigua que, de nuevo, lapropiedad se adhiere a quienes consiguen formar los mayores ejrcitos. La nica diferencia es que en estaocasin los ejrcitos se componen de abogados.

    Amenazando a sus contrarios con el interminable purgatorio del litigio, frente al que algunos preferiran lamuerte, los abogados reclaman toda idea que pueda haber entrado en otro crneo en el seno del cuerpocolectivo de las empresas a las que sirven. Actan como si esas ideas surgiesen al margen de todopensamiento humano previo. Y pretenden que pensar sobre un producto equivalga a manufacturarlo, distribuirloy venderlo.

    Lo que antes se consideraba como un recurso humano comn distribuido entre las mentes y las bibliotecas del

    8

  • mundo, y como un fenmeno de la propia naturaleza, ahora se est acotando y recibiendo ttulos de propiedad.Es como si hubiera surgido un nuevo tipo de empresa que se arrogara la propiedad del aire y el agua.

    Qu se debe hacer? Aunque produzca cierta diversin macabra, bailar sobre la tumba del copyright y lapatente no es una solucin, sobre todo cuando hay tan poca gente dispuesta a admitir que el ocupante de estatumba est siquiera muerto y se trata de mantener a la fuerza lo que ya no se puede mantener por acuerdopopular.

    Desesperados porque pierden su resbaladizo asidero, los legalistas intentan prolongarlo con todas sus fuerzas.De hecho, Estados Unidos y otros defensores del GATT estn haciendo de la observancia de nuestrosmoribundos sistemas de proteccin de la propiedad intelectual una condicin para ser miembro del mercado delas naciones. Por ejemplo, a China se le denegar el estatus de nacin ms favorecida si no llega a un acuerdopara atenerse a un conjunto de principios culturalmente ajenos que ya no se aplican ni siquiera en su pas deorigen.

    En un mundo ms perfecto, sera de sabios declarar una moratoria sobre el litigio, la legislacin y los tratadosinternacionales en este mbito hasta tener una idea clara de los trminos y condiciones de la empresa en elciberespacio. Idealmente, las leyes ratifican el consenso social ya desarrollado. No son tanto el propio contratosocial como una serie de memorandos que expresan un propsito colectivo surgido de muchos millones deinteracciones humanas.

    Los humanos no han habitado el ciberespacio con la suficiente diversidad como para haber desarrollado uncontrato social adecuado a las extraas condiciones nuevas de ese mundo. Las leyes anteriores al consensosuelen servir a los pocos que ya estn establecidos y que pueden conseguir que se acepten, y no a la sociedadcomo un todo.

    En la medida en que la ley o bien la prctica social establecida existen en este mbito, ya han entrado en unpeligroso desacuerdo. Las leyes relativas a la reproduccin no autorizada de software comercial son claras yseveras, pero pocas veces se observan. Es tan difcil hacer cumplir en la prctica las leyes sobre piratera delsoftware, y romperlas tiene ya tal grado de aceptacin social, que slo una escasa minora parece verseobligada, ya sea por temor o en conciencia, a obedecerlas.

    A veces doy conferencias sobre este asunto, y siempre pregunto al auditorio cuntas personas pueden presumirde no tener copias de software no autorizado instalado en sus discos duros. Nunca he visto ms del diez porciento de manos levantadas.

    Cuando existe una divergencia tan profunda entre las leyes y la prctica social, no es la sociedad la que seadapta. Tan es as que la prctica actual de las compaas que comercializan el software, que consiste encolgar a unos cuantos chivos expiatorios visibles, resulta tan manifiestamente arbitraria que no puede sinoredundar en la merma del respeto a la legislacin.

    Parte de la generalizada indiferencia popular hacia el copyright del software comercial nace de la incapacidadlegislativa de entender las condiciones en las que se introdujo. Pensar que los sistemas legales basados en elmundo fsico valdrn para un entorno tan fundamentalmente distinto como es el ciberespacio es una locura quehabrn de pagar cara todos los que hagan negocios en el futuro.

    Como expondr en la siguiente seccin, la propiedad intelectual sin lmites es muy distinta de la propiedad fsicay ya no se puede proteger pasando por alto esta diferencia. Por ejemplo, si seguimos asumiendo que el valor sebasa en la escasez, como en el caso de los objetos fsicos, crearemos leyes que son precisamente contrarias ala naturaleza de la informacin, cuyo valor puede aumentar en muchos casos con la difusin.

    Las grandes instituciones adversas al riesgo, ms propensas a jugar siguiendo las viejas reglas, sufrirn por suapego a lo seguro. Cuantos ms abogados, armas y dinero inviertan en proteger sus derechos o en minar los desus oponentes, ms se parecer la competicin comercial a la ceremonia Kwakiutl del Potlach, en la que losadversarios competan destruyendo sus propias posesiones. Su capacidad para producir nueva tecnologa seestancar a medida que cada nuevo paso les hunda ms en el pozo de brea de la guerra de tribunales.

    La fe en la legislacin no ser una estrategia eficaz para las compaas de alta tecnologa. Las leyes se adaptanmediante constantes complementos que obedecen a un ritmo que slo la geologa supera en cuanto a sumajestuosidad. La tecnologa, por el contrario, avanza mediante bruscas sacudidas, como si el equilibriopuntuado de la evolucin biolgica sufriera una grotesca aceleracin. Las condiciones del mundo real seguirncambiando a un ritmo deslumbrante, mientras que las leyes les seguirn el paso a gran distancia, cada vez ms

    9

  • confundidas. Este desajuste es permanente.

    Las prometedoras economas nacern en un estado de parlisis, como parece haber sucedido con elmultimedia, o bien sus propietarios continuarn negndose valiente y testarudamente a entrar bajo ningnconcepto en el juego de la propiedad.

    En Estados Unidos ya se puede observar el desarrollo de una economa paralela, sobre todo entre empresaspequeas y dctiles que protegen sus ideas penetrando en el mercado con ms rapidez que sus grandescompetidores, cuya proteccin se basa en el miedo y el litigio.

    Quizs quienes forman parte del problema simplemente se acojan a una cuarentena en los tribunales, mientrasque los que son parte de la solucin crearn una nueva sociedad basada, al principio, en la piratera y elfilibusterismo. Cuando el sistema actual de la ley de propiedad intelectual se desplome, como parece inevitableque suceda, puede que no surja en su lugar ninguna estructura legal que la reemplace.

    Pero algo ocurrir. Despus de todo, la gente hace negocios. Cuando el dinero deja de tener sentido, losnegocios se hacen con trueques. Cuando las sociedades se desarrollan al margen de la ley, desarrollan suspropios cdigos, prcticas y sistemas ticos no escritos. Si bien la tecnologa puede deshacer la ley, ofrecemtodos para restaurar los derechos creativos.

    2 Una taxonoma de la informacin

    Tengo la impresin de que lo ms productivo que cabe hacer hoy es estudiar con detalle la verdadera naturalezade lo que intentamos proteger. Qu sabemos realmente sobre la informacin y sus comportamientosnaturales?

    Cules son las caractersticas esenciales de la creacin ilimitada? En qu se diferencia de formas previas depropiedad? Cuntas de nuestras suposiciones sobre ella se han referido a sus contenedores ms que a susmisteriosos contenidos? Cules son sus diferentes especies y cmo se presta cada una al control? Qutecnologas sern tiles para crear nuevas botellas virtuales que sustituyan a las antiguas botellas fsicas?

    Por supuesto, la informacin es intangible y difcil de definir por naturaleza. Al igual que otros fenmenosprofundos como la luz o la materia, es un mbito natural de la paradoja. Y as como resulta ms fcilcomprender la luz a la vez como partcula y onda, puede que una comprensin de la informacin surja en lacongruencia abstracta de sus diversas propiedades, que podemos describir con estos tres enunciados:

    La informacin es una actividad. La informacin es una forma de vida. La informacin es una relacin.

    A continuacin, analizar cada uno por separado.

    2.1 La informacin es una actividad

    2.1.1 La informacin es un verbo, no un sustantivo

    Liberada de sus contenedores, la informacin no es, obviamente, una cosa. De hecho, es algo que ocurre en elcampo de la interaccin entre mentes, objetos u otras piezas de informacin.

    Gregory Bateson, reflexionando sobre la teora de la informacin de Claude Shannon, dijo que la informacines una diferencia que crea una diferencia. As pues, la informacin slo existe realmente en el . La creacinde esa diferencia es una actividad que ocurre dentro de una relacin. La informacin es una accin que ocupatiempo ms que una presencia que ocupa espacio fsico, como los artculos materiales. Es el lanzamiento, no lapelota de bisbol, la danza, no el bailarn.

    2.1.2 La informacin se experimenta, no se posee

    Incluso cuando ha sido encapsulada en alguna forma esttica como un libro o un disco duro, la informacinsigue siendo algo que nos ocurre cuando la descomprimimos mentalmente de su cdigo de almacenamiento.Pero, ya se mueva a gigabits por segundo o a palabras por minuto, la descodificacin es un proceso que debe

    10

  • ser ejecutado por y sobre una mente, un proceso que se despliega en el tiempo. Hace unos aos se public unahistorieta en el Bulletin of Atomic Scientists que ilustraba este punto a la perfeccin. En el dibujo, un atracadorapunta con su pistola al tpico personaje con aspecto de almacenar mucha informacin en la cabeza. Deprisa-ordena el bandido- dame todas tus ideas.

    2.1.3 La informacin se tiene que mover

    Se dice que los tiburones mueren asfixiados si dejan de nadar, y casi se puede decir lo mismo de la informacin.La informacin que no se est moviendo deja de existir y pasa a ser solamente potencial, al menos hasta que sele permite moverse de nuevo. Por eso, la prctica de acumular informacin, habitual en las burocracias, es unmecanismo especialmente desatinado para los sistemas de valor con base fsica.

    2.1.4 La informacin se transmite por propagacin, no por distribucin

    El modo en que se difunde la informacin tambin se diferencia mucho de la distribucin de bienes fsicos. Semueve ms como algo propio de la naturaleza que como algo procedente de una fbrica. Se puede concatenarcomo un domin o crecer en la tpica retcula fractal, como la escarcha que se extiende por una ventana, perono se puede desplazar corno los productos manufacturados salvo en la medida en que estos pueden contenerla.No se limita a avanzar. Deja rastro all por donde pasa. La distincin econmica central entre la informacin y lapropiedad fsica es que la primera se puede transferir sin que su dueo original deje de poseerla.

    2.2 La informacin es una forma de vida

    2.2.1 La informacin quiere ser libre

    Se suele atribuir a Stewart Brand este elegante enunciado de lo obvio, que reconoce tanto el deseo natural delos secretos a ser dichos como el hecho de que, para empezar, los secretos puedan sentir algo similar a undeseo.

    El bilogo y filsofo ingls Richard Dawkins propuso la nocin de memes, modelos autorreplicantes deinformacin que se propagan a s mismos por las ecologas de la mente, y dijo que eran como formas de vida.

    A mi juicio, son formas de vida en todos los aspectos salvo en que no se basan en el tomo de carbono. Seautorreproducen o interactan con su entorno y se adaptan a l, mutan, persisten. Como cualquier otra forma devida, evolucionan para ocupar los espacios de posibilidad de sus entornos locales, que en este caso son lossistemas de creencias y las culturas circundantes de sus anfitriones, a saber, nosotros.

    En efecto, sociobilogos como Dawkins consideran plausible el argumento de que las formas de vida basadasen el carbono tambin sean informacin, y que, al igual que la gallina es el modo que tiene un huevo de hacerotro huevo, el espectculo biolgico al completo sea el medio que tiene la molcula del ADN para copiar mscuerdas de informacin exactamente iguales a s misma.

    2.2.2 La informacin se reproduce en las grietas de la posibilidad

    Al igual que las hlices del ADN, las ideas son expansionistas implacables, siempre en bsqueda de nuevasoportunidades para crearse un espacio vital. Y, como ocurre en la naturaleza de base carbnica, los organismosms robustos son extremadamente hbiles para encontrar nuevos lugares donde vivir. As, de la misma maneraque la mosca comn se ha introducido en casi todos los ecosistemas del planeta, el meme de la vida despusde la muerte se hizo un hueco en la mayora de las mentes, o psicoecologas.

    Cuanto ms universal sea el eco de una idea, una imagen o una cancin, en ms mentes se introducirn ypermanecern. Intentar frenar la propagacion de un segmento muy potente de informacin es casi tan difcilcomo mantener las llamadas abejas asesinas al sur de la frontera de Estados Unidos. El intento hace aguapor todas partes.

    11

  • 2.2.3 La informacin quiere cambiar

    Si las ideas y otros modelos interactivos de informacin son, en efecto, formas de vida, se puede suponer queevolucionarn constantemente hacia formas mejor adaptadas a su entorno. Y, de hecho, lo hacen sin cesar.

    Pero durante mucho tiempo nuestros medios de difusin estticos, ya fueran tallas en piedra, tinta sobre papel otinte sobre celuloide, se han resistido tenazmente al impulso evolutivo, subrayando por tanto la capacidad delautor para determinar el producto acabado. Pero, como en la tradicin oral, la informacin digitalizada carece deun acabado final.

    La informacin digitalizada, libre de las ataduras del empaquetamiento, es un proceso continuo que se parecems a las metamorfoseantes leyendas de la prehistoria que a nada que se pueda envolver con plstico. Desdeel Neoltico hasta Gutenberg, la informacin se transmita de boca a boca cambiando con cada nueva narracin(o cancin). Las historias que antao moldearon nuestro sentido del mundo carecan de versiones autorizadas.Se adaptaban a cualquier cultura donde se contaran.

    Puesto que la narracin nunca se plasmaba en escritura, el llamado derecho moral de los narradores aquedarse con sus cuentos no estaba protegido ni reconocido. Sencillamente, el cuento atravesaba a cadanarrador en su camino hacia el siguiente, donde asuma una forma distinta. A medida que regresemos a lainformacin continua, cabe esperar que disminuya la importancia de la autora. Acaso los creadores tengan querenovar sus vnculos con la humildad.

    Pero nuestro sistema de copyright no da cabida a expresiones que no se fijan en algn punto ni a expresionesculturales que no tienen un autor o inventor concreto.

    Las improvisaciones de jazz, los espectculos de humoristas, la mmica, los monlogos continuos y lasretransmisiones que no han sido grabadas carecen del requisito constitucional de una fijacin mediante laescritura. Si no se les da la forma fija de la publicacin, las obras lquidas del futuro se parecern ms a estasformas que se adaptan y cambian continuamente y escaparn, por tanto, al alcance del copyright.

    La experto en copyright Pamela Samuelson afirma haber asistido el ao pasado a una conferencia en la que sediscuta la cuestin de si los pases occidentales pueden apropiarse legalmente de la msica, los diseos y elsaber biomdico de los pueblos aborgenes sin compensaciones a su tribu de origen, ya que esa tribu no es suautora o inventora.

    2.2.4 La informacin es perecedera

    A excepcin de los clsicos excepcionales, la mayor parte de la informacin es como los productos de granja.Su calidad se degrada rpidamente, tanto con el tiempo como con la distancia respecto a la fuente deproduccin. Pero, incluso aqu, el valor es enormemente subjetivo y condicional. Los papeles de ayer son muyvaliosos para el historiador. De hecho, cuanto ms viejos, ms valiosos son. Por el contrario, un agente delmercado de futuros puede considerar que la noticia de un acontecimiento con ms de una hora de vida haperdido ya toda relevancia.

    2.3 La informacin es una relacin

    2.3.1 El significado tiene valor y es exclusivo de cada caso

    En la mayora de los casos, asignamos valor a la informacin basndonos en su significado. El lugar dondereside la informacin, el momento sagrado en que la transmisin se convierte en recepcin, es un mbito conmuchas caractersticas y matices cambiantes que dependen de la relacin entre el emisor y el receptor, de laprofundidad de su interaccin.

    Cada relacin de este tipo es nica. Incluso en casos donde el emisor es un medio de difusin audiovisual y nohay respuesta, el receptor no es nada pasivo. Recibir informacin es a menudo tan creativo como generarla.

    El valor de lo que se enva depende por completo de la medida en que cada destinatario tiene los receptoresnecesarios: terminologa compartida, atencin, inters, lenguaje, paradigma para volver significativo aquello querecibe.

    12

  • La comprensin es un elemento crtico que cada vez se pasa ms por alto al intentar convertir la informacin enuna mercanca. Los datos pueden ser cualquier conjunto de hechos, tiles o no, inteligibles o inescrutables,relacionados o irrelevantes. Los ordenadores pueden estar soltando datos nuevos toda la noche sin ayudahumana, y los resultados se pueden poner en venta como informacin. Puede que lo sean o que no lo sean.Slo un ser humano puede reconocer el significado que separa la informacin de los datos.

    De hecho, la informacin, en el sentido econmico de la palabra, consiste en datos que han sido pasados poruna mente humana concreta y que se han considerado significativos dentro de ese contexto mental. Lo que esinformacin para una persona es un mero dato para otra.

    2.3.2 La familiaridad tiene ms valor que la escasez

    En los artculos fsicos existe una correlacin directa entre la escasez y el valor. El oro es ms valioso que eltrigo, aunque no se pueda comer. Si bien no siempre, la condicin de la informacin suele ser justo la contraria.Casi todo el software aumenta su valor a medida que va siendo ms comn. La familiaridad es un activoimportante en el mundo de la informacin. A menudo puede ocurrir que la mejor manera de aumentar lademanda de un producto sea regalarlo.

    Aunque esto no haya sido siempre as en el caso del shareware, software para compartir, se podra argumentarque hay una conexin entre la cantidad de software comercial que se piratea y la cantidad que se vende. Elsoftware ms pirateado, como el Lotus 1-2-3 o el WordPerfect, se convierte en un estndar y se beneficia de laley de los rendimientos crecientes, que se basa en la familiaridad.

    Respecto a mi propio producto creativo, canciones de rock and roll, no hay ninguna duda de que el grupo para elque las escribo, Grateful Dead, ha aumentado enormemente su popularidad al regalarlas. Desde comienzos delos aos setenta venimos dejando que la gente grabe nuestros conciertos, y en vez de reducir la demanda denuestro producto esto se ha traducido en que ahora tenemos la mayor convocatoria en conciertos de EstadosUnidos. Cabe atribuir este resultado, al menos en parte, a la popularidad que generaron aquellas grabacionespiratas.

    Cierto es que no recibo derechos de autor por los millones de copias de mis canciones que han sido extradasde esos conciertos, pero no encuentro ninguna razn para quejarme. El hecho es que nadie ms que GratefulDead puede interpretar una cancin de Grateful Dead, as que quien desee tener la experiencia y no un plidoreflejo tendr que comprar una entrada. En otras palabras, la proteccin de nuestra propiedad intelectual derivade que somos su nica fuente en tiempo real.

    2.3.3 La exclusividad tiene valor

    El problema de un modelo que invierte la proporcin fsica escasez/ valor es que a veces el valor de lainformacin obedece en gran medida a su escasez. La posesin exclusiva de ciertos hechos los vuelve mstiles. Si todo el mundo conoce las condiciones que pueden subir el precio de unas acciones, la informacincarece de valor.

    Pero, de nuevo, el factor crtico suele ser el tiempo. No importa si este tipo de informacin termina siendoomnipresente. Lo que importa es estar entre los primeros que la poseen y actan a partir de ella. Aunque lossecretos potentes por lo general no permanecen secretos, pueden seguir sindolo durante el tiempo suficientecomo para coadyuvar en la causa de sus primeros dueos.

    2.3.4 El punto de vista y la autoridad tienen valor

    En un mundo de realidades flotantes y mapas contradictorios, las recompensas se otorgarn a aquelloscomentaristas cuyos mapas se ajusten ms cmodamente al territorio por su capacidad de avanzar resultadospredecibles a quienes los utilicen.

    En la informacin esttica, ya sea poesa o rock and roll, la gente est dispuesta a comprar el ltimo producto deun artista sin haberlo visto antes, partiendo de que ha tenido una experiencia placentera con su obra previa.

    La realidad es un filtro editorial. La gente paga por la autoridad de aquellos editores cuyo punto de vista selectivoparece ms ajustado. Y, de nuevo, el punto de vista es un activo que no se pude robar ni duplicar. Tan solo

    13

  • Esther Dyson ve el mundo como ella lo ve y, de hecho, la bonita suma que percibe por su boletn informativoresponde al privilegio de ver el mundo a travs de su mirada exclusiva.

    2.3.5 El tiempo sustituye al espacio

    En el mundo fsico, el valor depende mucho de la posesin o de la proximidad espacial. Se posee aquel materialque cae dentro de ciertos lmites dimensionales, y la capacidad de actuar directa y exclusivamente, y como sequiera, sobre lo que cae dentro de esos lmites es el principal valor de la posesin. Por supuesto, tambin hayuna relacin entre valor y escasez, una limitacin relativa al espacio.

    En el mundo virtual, la proximidad en el tiempo es un valor. En general, una informacin es ms valiosa cuantoms cerca pueda situarse el comprador del momento de su expresin; hay una limitacin de tiempo. Muchostipos de informacin se degradan rpidamente con el tiempo o con la reproduccin. Su relevancia se debilita amedida que va cambiando el territorio que delinean. Cuando desaparece el punto donde se produce por vezprimera la informacin, entra ruido y se pierde la amplitud de banda.

    2.3.6 La proteccin de la ejecucin

    En el pueblo donde nac, no se concede demasiado mrito a nadie simplemente porque tenga ideas. Se le juzgapor lo que puedas hacer con ellas. A medida que se aceleran las cosas, la mejor manera de proteger losproyectos que se convierten en objetos fsicos es ejecutarlos. O como lo expresara una vez Steve Jobs, losartistas autnticos ejecutan. El triunfador suele ser quien antes llega al mercado (y con la suficiente fuerzaorganizativa como para mantener el primer puesto).

    Pero, a medida que nos concentramos en el comercio de la informacin, somos muchos los que pensamos quela originalidad basta en s misma para transmitir valor, y que merece, con los respaldos legales adecuados, unsalario fijo. De hecho, la mejor manera de proteger la propiedad intelectual es actuar en consecuencia. No bastacon inventar y patentar, tambin hay que innovar. Alguien sostiene que invent el microprocesador antes queIntel. Quizs sea cierto. Pero, si de hecho hubiera empezado a distribuir microprocesadores antes que Intel, sureclamacin no parecera tan espuria.

    2.3.7 La informacin es su propia recompensa

    Es un tpico decir que el dinero es informacin. A excepcin del krugerand, la calderilla y los contenidos de losmaletines que se suelen asociar a los capos del narcotrfico, la mayor parte del dinero del mundo informatizadoest cifrado en unos y ceros. El suministro global de dinero se propaga por la red con fluidez meteorolgica.Tambin es evidente que la informacin se ha vuelto tan fundamental para la creacin de la riqueza modernacomo antao lo fueran la posesin de tierras y la luz solar.

    Lo que no es tan obvio es hasta qu punto la informacin est empezando a tener un valor intrnseco, no comoun medio para adquirir sino como objeto de la adquisicin. Supongo que, de manera menos explcita, estosiempre ha sido as. En la poltica y en el mundo acadmico, poder e informacin siempre han mantenido unvnculo estrecho.

    Sin embargo, ahora que la informacin se compra cada vez ms con dinero, vemos que comprar informacincon otra informacin es un mero intercambio econmico que no precisa la conversin en otra moneda. Estosupone cierto desafo para quienes gustan de tener las cuentas claras, ya que, al margen de la teora de lainformacin, los tipos de cambio de la informacin son demasiado escurridizos como para cuantificarlos concifras decimales.

    No obstante, casi todo lo que compra un estadounidense de clase media tiene poco que ver con lasupervivencia. Compramos belleza, prestigio, experiencia, educacin y todos los oscuros placeres de laposesin. Muchas de estas cosas no slo se pueden expresar en trminos no materiales, sino que adems sepueden adquirir por medios no materiales.

    Y luego estn los inexplicables placeres de la propia informacin, el deleite de aprender, saber y ensear. Esasensacin extraa y agradable de que la informacin entra y sale de uno mismo. jugar con ideas es undivertimento por el que la gente debe de estar dispuesta a pagar mucho, dado el mercado que tienen los libros ylos cursillos. Estaramos dispuestos a gastar an ms dinero en este tipo de placeres de no haber tantas

    14

  • oportunidades de pagar las ideas con otras ideas.

    Esto explica mucho trabajo voluntario colectivo que llena los archivos, los foros y las bases de datos deInternet. Sus habitantes no trabajan de balde, como se suele creer. Se les paga con algo que no es dinero. Esuna economa que consiste casi por completo en informacin. Puede que sta se convierta en la formadominante del comercio humano, y si seguirnos empeados en modelar la economa sobre una baseestrictamente monetaria quizs nos equivoquemos seriamente.

    3 Cobrar en el ciberespacio

    Como se relaciona todo lo anterior con las posibles soluciones a la crisis de la propiedad intelectual es algo queapenas he comenzado a pensar. Los paradigmas se distorsionan cuando se contempla la informacin con ojosatentos, al ver lo poco que tiene que ver con las materias primas que se venden en los mercados de futuros, alimaginar las tambaleantes farsas de jurisprudencia que se amontonarn si seguimos tratndola legalmentecomo si se les pareciera.

    Como ya dije, creo que en algn momento de la prxima dcada estas actitudes obsoletas se harn aicos y anosotros, no nos quedar ms remedio que incorporarnos a nuevos sistemas que funcionen.

    En realidad, no tengo una imagen tan sombra de nuestras perspectivas como podran suponer hasta ahora loslectores de esta jeremiada. Surgirn soluciones. La naturaleza aborrece el vaco y lo mismo le ocurre alcomercio.

    Uno de los aspectos de la frontera electrnica que ms atractivo me ha resultado siempre -y la razn de queMitch Kapor y yo eligisemos esa expresin cuando fundamos la EFF4- es el grado de semejanza con el Oesteamericano del siglo XIX en su preferencia natural por los mecanismos sociales que surgen de sus propiascondiciones, frente a aquellos que se imponen desde el exterior.

    Hasta que el Oeste se coloniz y civiliz por completo en este siglo, el orden se estableca segn un Cdigodel Oeste no escrito, que tena la fluidez de los buenos modales ms que la rigidez de la ley. La tica era msimportante que las normas, que en cualquier caso se hacan respetar muy poco.

    En mi opinin, la ley, tal y como la entendemos, se desarroll para proteger los intereses que surgieron en lasdos olas econmicas que con tanta exactitud identific Alvin Toffler en La tercera ola.5 La primera ola sebasaba en la agricultura y necesitaba la ley para disponer la posesin de la principal fuente de produccin, latierra. En la segunda ola, la manufactura se convirti en la fuente econmica fundamental, y la estructura de laley moderna creci en torno a las instituciones que necesitaban proteccin para sus reservas de capital, fuerzahumana y maquinaria.

    Ambos sistemas econmicos necesitaban estabilidad. Sus leyes estaban concebidas para resistir el cambio yasegurar cierta constancia distributiva dentro de un marco social bastante esttico. Haba que limitar ladisponibilidad para preservar la capacidad de predecir, necesaria tanto para la administracin de la tierra comopara la formacin de capital.

    En la tercera ola, en la que acabamos de entrar, la informacin sustituye en gran medida a la tierra, el capital y lamaquinaria, y, como detall antes, donde ms a gusto se encuentra la informacin es en un entorno mucho msfluido y adaptable. Es probable que la tercera ola provoque un cambio fundamental en los propsitos y mtodosde la ley, y que su repercusin vaya mucho ms all de los estatutos que rigen la propiedad intelectual.

    Puede que el propio terreno -la arquitectura de la red- cumpla muchos de los objetivos que en el pasado slose podan mantener por imposicin legal. Por ejemplo, quizs sea innecesario asegurar constitucionalmente lalibertad de expresin en un entorno que trata la censura como si fuera una disfuncin y busca la frmula paratransmitir ideas prohibidas esquivando la censura.

    Puede que surjan similares mecanismos naturales de equilibrio para nivelar las discontinuidades sociales queantes necesitaban de la mediacin legal para solucionarse. En la red, lo ms probable es que estas diferenciassean abarcadas por un espectro continuo que conecta tanto como separa.

    Y, a pesar de asirse frreamente a la vieja estructura legal, las compaas que comercian con la informacinquiz vean que, debido a su creciente incapacidad para acercarse con sensatez a cuestiones tecnolgicas, lostribunales ya no producirn resultados con la previsin suficiente como para apoyar proyectos a largo plazo.

    15

  • Cada litigio se convierte en algo parecido a una ruleta rusa, dependiendo de la ignorancia del juez que lopreside.

    La ley sin codificar o adaptable, aunque sea tan rpida, holgada e incontrolable como otras formasemergentes, probablemente est muy cerca de algo parecido a la justicia. De hecho, ya se puede ver eldesarrollo de nuevas prcticas ms adecuadas a las condiciones del comercio virtual. Las formas de vida de lainformacin son mtodos que evolucionan para proteger su reproduccin continua.

    Por ejemplo, aunque la letra pequea del sobre de un disquete comercial plantea puntillosas exigencias a quienlo abre, hay, como digo, poca gente que lea esas condiciones y mucha menos que las cumpla a rajatabla. Y anas el negocio del software sigue siendo un sector muy sano de la economa de Estados Unidos.

    Y esto a qu se debe? A que la gente termina comprando el software que realmente utiliza. Cuando unprograma se vuelve fundamental para el propio trabajo, se quiere tener la ltima versin, el mejor soporte, losmanuales actualizados, todos los privilegios vinculados a la posesin. En ausencia de una ley vigente, estasconsideraciones prcticas sern cada vez ms importantes para cobrar aquello que fcilmente se podra obtenergratis.

    Por supuesto que hay quien compra software por respeto a la tica o con la idea abstracta de que no comprarlocontribuira a que no se fabricara, pero voy a dejar estos motivos de lado. Si bien pienso que el fracaso de la leydesembocar casi con toda certeza en un renacimiento compensador de la tica como modelo organizativo dela sociedad, no tengo espacio para defender aqu esta creencia.

    En su lugar dir que, a mi modo de ver y como en el caso antes citado, la compensacin por la creacin desoftware se guiar fundamentalmente por consideraciones prcticas, todas ellas inherentes a las verdaderaspropiedades de la informacin digital, dnde reside su valor y cmo puede ser a la vez manipulada y protegidapor la tecnologa.

    Aunque el acertijo sigue siendo un acertijo, empiezo a ver desde dnde pueden venir las soluciones, que enparte consisten en ampliar esas soluciones prcticas que ya estn en marcha.

    4 La relacin y sus herramientas

    Creo que hay una idea bsica para comprender el comercio lquido: la economa de la informacin, en ausenciade objetos, se basar ms en la relacin que en la posesin.

    Un modelo ya existente para la transmisin futura de la propiedad intelectual es la ejecucin en tiempo real, unmedio que en la actualidad slo se usa en teatro, msica, conferencias y enseanza. A mi juicio, el concepto deejecucin se ampliar hasta incluir casi toda la economa de la informacin, desde los culebrones hasta losanlisis burstiles. En estos casos, el intercambio comercial se parecer ms a la venta de entradas para unespectculo continuo que a la compra de distintos paquetes de lo que se muestra.

    El otro modelo, por supuesto, es el de los servicios. Todo el sector profesional mdicos, abogados, asesores,arquitectos, etc. est ya cobrando directamente por su propiedad intelectual. Quin necesita el copyrightcuando tiene una cuota fija?

    De hecho, hasta finales del siglo XVIII este modelo se aplicaba a muchos mbitos que hoy caen bajo elcopyright. Antes de la industrializacin de la creacin, los escritores, compositores y artistas trabajaban alservicio privado de los patronos. Sin objetos que se puedan distribuir en un mercado de masas, los creadoresregresarn a una situacin parecida, si bien servirn a muchos patronos en vez de a uno slo. Ya se puede vercomo surgen compaas cuya existencia se basa en apoyar y mejorar el software que crean ms que envenderlo por piezas plastificadas o incluirlo en paquetes.

    La nueva compaa de Trip Hawkins para la creacin y comercializacin bajo licencia de herramientasmultimedia, 3DO, es un ejemplo de lo estamos tratando. 3DO no pretende producir ningn tipo de softwarecomercial o aparatos para los consumidores. Pretenden, en su lugar, hacer las veces de una especie de rganode calificacin de estndares privados, que mediara entre los creadores de software y de aparatos informticos,que seran los titulares de sus licencias. Proporcionarn un punto de comunidad de intereses para las relacionesentre un amplio espectro de entidades.

    En todo caso, tanto si uno se considera un proveedor de servicios como si es un ejecutante, la futura proteccinde la propiedad intelectual depender de la propia capacidad de controlar la relacin con el mercado, una

    16

  • relacin que con toda probabilidad perdurar y crecer con el tiempo.

    El valor de esa relacin residir en la calidad de la ejecucin, la originalidad del punto de vista, las destrezas, surelevancia para el propio mercado y, bajo todo esto, la capacidad de ese mercado para comunicar los servicioscreativos de manera gil, cmoda e interactiva.

    5 Interaccin y proteccin

    La interaccin directa otorgar una gran proteccin a la propiedad intelectual en el futuro; de hecho, ya la hadado. Nadie sabe cuntos piratas de software han comprado copias legtimas de un programa despus dellamar al editor para pedirle asesoramiento tcnico y que ste les haya pedido alguna prueba de compra, perosupongo que la cifra es muy alta.

    El mismo tipo de control se podr ejercer sobre las relaciones de pregunta y respuesta entre autoridades (oartistas) y aquellos que soliciten sus destrezas. Boletines informativos, revistas y libros saldrn reforzados por lacapacidad de los suscriptores para hacerles preguntas directas a los autores.

    La interactividad ser un bien facturable incluso sin la autora. A medida que vaya entrando la gente en la red yobteniendo su informacin directamente del punto donde se produce, sin que se filtre a travs de loscentralizados medios de comunicacin, intentar desarrollar la misma capacidad interactiva para investigar larealidad que en el pasado slo la experiencia les suministraba. El acceso directo a estos distantes ojos yorejas ser mucho ms fcil de delimitar que el acceso a paquetes fijos de informacin almacenada perofcilmente reproducible.

    En la mayora de los casos, el control se basar en restringir el acceso a la informacin ms reciente y conmayor amplitud de banda. Ser cuestin de definir la entrada, el sitio donde se acta, el actor y la identidad delportador de la entrada, definiciones que, en mi opinin, surgirn de la tecnologa, no de la ley. En la mayora delos casos, la tecnologa definidora ser la criptografa.

    6 Cripto-embotellamiento

    La criptografa, como he dicho quizs ya demasiadas veces, es el material con el que se construirn lasparedes y los lmites -y las botellas- del ciberespacio.

    Evidentemente, la criptografa o cualquier otro mtodo puramente tcnico de proteccin de la propiedad planteaproblemas. Siempre me ha parecido que a mayor seguridad de los artculos, ms posibilidad de convertirlos enobjeto de deseo. Viniendo de un lugar donde la gente deja puestas las llaves del coche y ni siquiera tiene llavesde su casa, estoy convencido de que el mejor obstculo contra el crimen es una sociedad con una tica intacta.

    Aunque admito que no es ste el tipo de sociedad en que vivimos la mayora de nosotros, tambin creo que unexceso de confianza social en la proteccin con barricadas terminar debilitando la conciencia al hacer de laintrusin y el robo un deporte, y no un crimen. Esto ocurre ya en el mbito digital, como es evidente en lasactividades de los que asaltan sistemas informticos.

    Es ms, me atrevera a sostener que los esfuerzos iniciales por proteger el copyright digital mediante laproteccin de la copia contribuyeron a la situacin actual, en la que los usuarios de ordenadores, que en otrossentidos actan ticamente, no parecen oponer reparos morales al software pirateado.

    En vez de cultivar entre los recin informatizados un sentido del respeto hacia el trabajo de sus colegas, laconfianza temprana en la proteccin de la copia aboc en la idea subliminal de que asaltar un paquete desoftware conceda en cierto sentido el derecho a usarlo. Limitados no por la conciencia sino por la destrezatcnica, muchos se sintieron libres para hacer todo aquello que les permitiera salirse con la suya. Esto seguirsiendo un riesgo potencial de la codificacin del comercio digitalizado.

    Ms an, es prudente recordar que la proteccin contra la copia fue rechazada por casi todos los mbitos delmercado. Muchos de los prximos esfuerzos para usar los modelos de proteccin basados en la criptografaprobablemente sufrirn el mismo destino. La gente no va a tolerar ciertas cosas que dificultan an ms el uso delos ordenadores sin que haya ningn beneficio para el usuario.

    Aun as, la codificacin ya ha demostrado cierta utilidad burda. Hace poco se dispararon las nuevassuscripciones a varios servicios de televisin comercial va satlite despus de que desplegaran una mayor

    17

  • codificacin en sus alimentadores. Y esto a pesar de un floreciente comercio casero de chips descodificadores amanos de tipos que parecen destiladores ilegales de alcohol ms que expertos en descodificar claves.

    Otro problema evidente de la codificacin como solucin global es que, una vez que algo ha sido descodificadopor un mediador autorizado legtimo, puede volverse accesible a la reproduccin masiva.

    En algunos casos, puede que no sea un problema realizar la reproduccin despus de descodificar. El valor demuchos artculos de software se degrada con el paso del tiempo. Quizs el nico inters real por algunos deestos productos lo tengan aquellos que han comprado las llaves de la inmediatez.

    Es ms, a medida que el software se vuelva ms modular y la distribucin avance por la red, comenzar a sufriruna metamorfosis al relacionarse directamente con la base del usuario. Las actualizaciones discontinuas senivelarn en un proceso constante de adaptacin y perfeccionamiento cada vez mayores, en parte debido alhombre y en parte a algoritmos genticos. Las copias pirateadas de software quizs se vuelvan demasiadoestticas como para serle de algn valor a alguien.

    Incluso en casos como los de las imgenes, donde se supone que la informacin permanece inalterada, elfichero sin encriptar todava sera susceptible de entretejerse con secuencias de cdigo que continuaranprotegindolo con arreglo a un amplio abanico de modalidades.

    En la mayora de los esquemas que puedo imaginar, el fichero continuara con vida con un softwareincrustado permanentemente que podra sentir las condiciones del entorno e interaccionar por las mismas.Por ejemplo, podra contener cdigo que detectara el proceso de duplicacin y provocara su autodestruccin.

    Otros mtodos podran dotar al fichero de la capacidad de llamar a casa a travs de la Red hasta localizar asu propietario original. La integridad permanente de algunos ficheros podra requerir su alimentacin peridicacon el dinero digital de su anfitrin (host), que estos haran llegar despus a sus autores.

    Por supuesto, los ficheros dotados de la capacidad independiente de comunicar con sus dispositivos de origense parecen inquietantemente al gusano de Internet Morris. Los ficheros vivos poseen una cierta cualidad viral.De esta suerte, se plantearan cuestiones graves de vulneracin de la privacidad si nuestros ordenadoresvinieran equipados con espas digitales.

    El ncleo de la cuestin es que la criptografa posibilitar muchas tecnologas de proteccin que se desarrollarnrpidamente por la obsesiva competicin que siempre han sostenido los que hacen los cerrojos y los que losrompen.

    Pero la criptografa no se usar solo para hacer cerrojos. Tambin es vital para las firmas digitalizadas y eldinero digital antes mencionado. Ambos sern, a mi juicio, fundamentales para la proteccin futura de lapropiedad intelectual.

    Considero que el fracaso generalmente reconocido que ha sufrido el modelo shareware en el mbito delsoftware tuvo menos que ver con la honestidad que con la simple incomodidad de pagarlo. Si el proceso depago se puede automatizar, como lo permitirn el dinero y las firmas digitales, los creadores de artculos desoftware cosecharn unos beneficios mucho ms altos.

    Es ms, se les dispensar de muchos de los costes indirectos que hoy se aaden al mrketing, la manufactura,las ventas y la distribucin de productos de informacin, ya sean programas informticos, libros, CD o pelculas.Esto reducir los precios y aumentar la posibilidad del pago no obligatorio.

    Pero, naturalmente, hay un problema fundamental en un sistema que exige el pago, a travs de la tecnologa,por cada acceso a una expresin concreta. Desafa el propsito jeffersoniano original de hacer accesibles paratodos las ideas al margen de su situacin econmica. No me siento cmodo con un modelo que limite lainvestigacin a los ricos.

    7 Una economa de verbos

    Las formas y futuras protecciones de la propiedad intelectual se han vuelto mucho ms opacas desde queempez la Era virtual. No obstante, puedo proponer (o reiterar) unos cuantos enunciados directos que,sinceramente, no creo que resulten demasiado ingenuos dentro de cincuenta aos.

    En ausencia de los viejos contenedores, casi todo lo que creemos saber sobre la propiedad intelectuales errneo. Tendremos que desaprenderlo. Vamos a tener que considerar el fenmeno de la

    18

  • informacin como algo nunca visto previamente.

    Las protecciones que desarrollaremos se apoyarn mucho ms en la tica y la tecnologa que en la ley.

    El cifrado ser la base tcnica de la mayora de las protecciones de la propiedad intelectual. (Y, por estay otras razones, debera volverse ms accesible.)

    La economa del futuro se basar en la relacin ms que en la posesin. Ser continua ms quesecuencial.

    Y, por ltimo, en los aos venideros la mayor parte del intercambio humano ser virtual ms que fsico, yno consistir en materia sino en la materia de la que estn hechos los sueos. Nuestros futurosnegocios se llevarn a cabo en un mundo hecho de verbos ms que de sustantivos.

    Ojo Caliente, New Mexico, October 1, 1992 New York, New York, November 6, 1992 Brookline, Massachusetts, November 8, 1992 New York, New York, November 15, 1993 San Francisco, California, November 20, 1993 Pinedale, Wyoming, November 24-30, 1993 New York, New York, December 13-14, 1993

    Esta expresin ha vivido y crecido hasta ahora durante el periodo de tiempo y en los lugares detallados msarriba. A pesar de su publicacin expresa aqu, espero que contine evolucionando de forma lquida y, de serposible, durante muchos aos.

    Los pensamientos que contiene no me pertenecen en exclusiva, sino que se han armado a s mismos dentrode un campo de interaccin que ha existido entre m y muchas otras personas, a las que quiero expresar miagradecimiento. Quiero recordar en particular a: Pamela Samuelson, Kevin Kelly, Mitch Kapor, Mike Godwin,Stewart Brand, Mike Holderness, Miram Barlow, Danny Hillis, Trip Hawkins y Alvin Toffler.

    No obstante, debo confesar que cuando Wired me enva un cheque a cambio de haber colgadotemporalmente el artculo en sus pginas, soy el nico que lo cobra...

    Edicin, revisin y notas de esta edicin: Miquel Vidal (miquel AT sindominio DOT net)

    Notas al pie

    ... ideas.1http://www.wired.com/wired/archive/2.03/economy.ideas_pr.html

    ... EFF.2http://www.eff.org/Publications/John_Perry_Barlow/HTML/idea_economy_article.html

    ... real.3Real estate es el trmino ingls para bienes races [N. de la T.]

    ... EFF4La Electronic Frontier Foundation, fundada tras la famosa caza de hackers de 1990 que describe Sterlingen The hacker crackdown, es la decana de los ciberderechos y probablemente el lobby ms importante endefensa de los derechos digitales a nivel mundial. [N. del E.]

    ... ola.5Hay edicin castellana del mismo ao de su publicacin original: La tercera ola, Alvin Toffler,Plaza&Jans, Barcelona, 1980. Esta obra temprana y visionaria fue enormemente influyente en todos lostericos, emprendedores y futurlogos de la sociedad de la informacin, en los primeros editorialistasde Wired, incluyendo como vemos al propio Barlow. Tambin se dice que inspir a J. Atkins, uno de loscreadores de la msica tecno y al fundador de AOL para lanzar sus servicios en lnea. [N. del E.]

    19

  • Repensar los derechos de autor. Defensa de la lectura socializada frente a los nuevos peajes de la cultura

    Herv Le CrosnierRepensar los derechos de autor? s, pero en vistas de qu proyecto social y cultural?: defenderla lectura socializada frente a los nuevos peajes de la cultura. Este artculo apareci publicadooriginalmente en marzo de 2003, en el nmero 55 de la revista Archipilago, cuya carpeta principalse dedic a la propiedad intelectual y la libre circulacin de ideas.

    En un artculo aparecido el 9 de septiembre de 2002 en Libration, Nidam Abdi nos incita a repensar losderechos de autor en la era digital.1

    Loable intencin, pero pobres propuestas. El eje general del artculo es el rechazo del canon impuesto sobre lasherramientas de copia digital privada, un canon decidido en julio por la comisin Brun-Buisson en el mismosentido de los anteriores cnones sobre la copia analgica: canon sobre las fotocopiadoras y los productos decopia que permite la existencia del CNL (Centre National des Lettres); canon sobre las cintas de audio y vdeoutilizadas en las actividades de formacin, etc. Es evidente que el artculo incita a rechazar la intermediacinsocializada entre los gestores de los derechos de copia y los individuos que desean disponer de una copiaprivada, sin que se precise solucin alguna para evitarla... acaso no haba un increble pasaje de un jurista quenos asestaba que, en principio, la remuneracin por copia privada no debera permitir la representacin de unaobra en un marco privado sin el consentimiento de los autores. Nos quedamos estupefactos.

    El conjunto del artculo pasa por alto la naturaleza de los derechos de autor y el estatuto particular de las obrasliterarias y artsticas que se encamina a proteger. Desde el momento en que considera las obras comomercancas tradicionales, repensar los derechos de autor se limita a encontrar soluciones tcnicas paragarantizar el pago por el acto de leer. La invitacin final a las reflexiones que se estn llevando a cabo en losEstados Unidos bajo la gida de Michael Eisner, patrn de Disney, cuyo deseo es hacer obligatorios losdispositivos anti-copia de las herramientas digitales (ordenadores, pero tambin televisores digitales, PDA, etc.),no hace ms que reforzar la idea de que, bajo la confusin de los proyectos, se esconde una clara orientacinencaminada a incrementar la mercantilizacin de la cultura. Una orientacin opuesta a los intereses globales dela sociedad.

    Desde el primer Estatuto de la Reina Ana, en 1710, los derechos de autor se conciben como un derecho deequilibrio entre los intereses de la sociedad (animar a los hombres iluminados a componer y a escribir librostiles, deca el Estatuto) y los de los autores. Estos ltimos disponen del monopolio de explotacin de susobras, que no pueden ser editadas o representadas sin su consentimiento. Consentimiento que, en general, seconcede a cambio de una retribucin, aunque ste no sea siempre el caso, como lo demuestran ciertosmovimientos como el actual del software libre. Esta lgica del equilibrio se traduce evidentemente en toda unaserie de medidas que permiten asegurar la socializacin de la lectura: existencia de un dominio pblico en elque se colocan las obras algunas dcadas despus de la muerte del autor para garantizar su libre reproduccin,constituyendo as un patrimonio global; existencia de un derecho vinculado a la primera compra que permite elprstamo o la donacin de libros; derecho de cita, de caricatura; y, por ltimo, derecho de copia privada. En eltranscurso de estos ltimos aos estos derechos se estn poniendo en tela de juicio bajo la presin de lasgrandes empresas y de los grupos de presin, que poseen unos catlogos de derechos y pretenden actuar ennombre de los autores. El pblico crdulo cree defender a Flaubert o al cantante desconocido, pero se veembarcado en el intento de financiarizar la cultura emprendido por Microsoft, Elsevier, Vivendi-Universal ycompaa.

    sta es la lgica liberal que predomina en numerosas intentonas actuales encaminadas a repensar los derechosde autor. En los principales proyectos, se trata, en realidad, de limitar los derechos de la sociedad en suconjunto, los derechos del lector, los derechos del pblico, a riesgo de incrementar las desigualdades de accesoa la cultura (vase el debate acerca del prstamo de libros en las bibliotecas o la intencin de cobrar lasreproducciones en las escuelas) y a riesgo de un empobrecimiento cultural y cientfico a medio plazo. Pero losclculos econmicos de los grandes accionistas de la cultura, para quienes los derechos se confunden con

    20

  • las carteras de los derechos de copia (copyright), no alcanzan a contemplar la posibilidad de una sociedadque haya perdido ese equilibrio. Un equilibrio que, desde hace tres siglos, ha sabido provocar una explosin delconocimiento y elevar el nivel cultural a escala global, promoviendo de esta forma una ampliacin de lademocracia.

    Es preciso decirlo bien alto: la difusin cultural es un fenmeno social y no se debe reflexionar en razn de lasnovedades tcnicas, sino con arreglo a un auspiciado devenir social de la lectura. Una lectura entendida aquen su sentido amplio de acceso a las obras (leer, pero tambin escuchar, asistir a un espectculo, ver unapelcula o un vdeo). S, la tcnica cambia y permite que la circulacin de las obras sea ms fluida: copiasidnticas en la era digital, nuevos formatos intercambiables a travs de la red, interconexin planetaria... ydemocratizacin de los accesos a los dispositivos de lectura gracias a la bajada de los precios y a ladisponibilidad que de ellos se tiene en los espacios pblicos (colegios, bibliotecas... ). No obstante, esas mismastecnologas de lo digital y de la red permiten as mismo un seguimiento ms preciso de los usos que se hacende las obras y de los hbitos culturales de las personas, lo que no deja de ser un peligro para las libertadesindividuales. La tecnologa es un Jano bifronte, hasta el punto de que invocarla como la razn esencial de unatransformacin social es un truco de prestidigitacin que consiste en correr un tupido velo sobre la realidadeconmica y las relaciones de poder de las transformaciones propuestas.

    Qu se pretende cuando se desea repensar los derechos de autor? Favorecer la difusin culturalencontrando nuevos y diversos modos de financiar la creacin, o bien transformar los bienes culturales en unasmercancas cuyo pago estara vinculado a cada acto de lectura, segn el modelo del peaje?

    En la fase precedente, transcurrida durante el siglo XX, la remuneracin de los autorestena lugar en el momento de la industrializacin de la obra (impresin de un librovinculado al contrato de edicin, prensado de discos, etc.). ste es un modelo quepermite unos usos inditos de las obras, una circulacin de la cultura, la constitucin degrupos de lectores. El modelo que permite, por ejemplo, a unos grupos deadolescentes intercambiar su msica preferida, para mayor provecho general de laindustria musical. Quien aporta las obras originales que se copian alcanza la talla deprescriptor musical. Espera, por lo tanto, ser imitado por los dems miembros del grupo,

    quienes aportarn a su vez obras nuevas. Este fenmeno provoca un aumento del consumo cultural general yevita, en la medida de lo posible, que las compras se limiten a las msicas consideradas como esenciales enun momento dado en el grupo de adolescentes. S, los adolescentes se valorizan a travs del trabajo creativo deotros, de los autores que abanderan. Y qu? Acaso la obra cultural no desempea el papel de promover elreconocimiento mutuo y el intercambio social? No es precisamente sa la razn de que los bienes culturalesposean un estatuto diferente, un estatuto garantizado por las reglas de los derechos de autor que favorece eluso de las obras en el mbito privado? Es cierto que cuando la esfera privada se extiende al planeta en red y elfenmeno de la copia no queda limitado por la capacidad de conocer intuite personnae a quien posee unaobra deseada, se suscitan nuevos problemas. Es preciso tratarlos. Pero tratarlos, sobre todo, sin poner en telade juicio la actividad de lectura socializada tan esencial para la formacin cultural, una apuesta por usosposteriores que se traducirn a su vez en la compra de obras en los aos venideros. La cultura se alimenta desus propias prcticas aunque a primera vista stas fagociten las obras existentes. Esto siempre ha sido as, yas ha de continuar en pos de la expansin y de la democratizacin del conocimiento.

    Por qu inquietarse a causa de las tentativas liberales de repensar los derechos de autor? Porque el otroaspecto del Jano bifronte de las evoluciones tecnolgicas es un conjunto de medios de seguimiento de los usosque permite ponerlos en vereda, estigmatizar a los lectores y, por ltimo, instituir una sociedad de controlcultural. Es cierto que estamos asistiendo tan slo a sus balbuceos. Los Cd s anti-copia ilegibles por elordenador son todava inestables, hasta el punto de que los grandes sellos musicales como BGM y UniversalMusic estn dando ahora marcha atrs. Pero la dinmica econmica general tiende hacia el pago en elmomento del uso, de cada uso, y para ciertos usos precisos y delimitados, previamente descritos por elproductor cultural. Todo el conjunto embalado en un fichero XML y guardado en las nuevas bases de datos decertificacin que van a constituir el futuro megapoder de la industria cultural o, ms bien, de la industria delentretenimiento.

    Ahora bien, en la previsin, la organizacin y el seguimiento de los usos de las obras culturales se esconde unverdadero peligro. El peligro de limitar la innovacin, de reducir la capacidad de las obras de unir a los gruposhumanos en torno a prcticas sociales de conocimiento y de placer cultural. Porque es el segundo estatuto de laobra literaria y artstica el que se olvida en la vulgata actual acerca de los derechos de autor: el objetivo de la

    21

  • cultura es tejer a los individuos en redes de prcticas comunes. Es esta fabulosa externalidad positiva de la obrade arte la que la hace tan indispensable para las sociedades democrticas.

    S, es necesario repensar los derechos de autor, pero en funcin de proyectos sociales y culturales y no bajola mscara de la tecnologa. Y para ello conviene sacar a la lectura socializada del mbito de lo no pensado. Lalectura socializada que, ms all de las practicas individuales, lleva a funcionamientos de grupo: en lasinstituciones sociales (escuelas, bibliotecas), pero tambin en las redes sociales de los individuos. En esedominio hay pistas que explorar muy alejadas del guirigay al que se dedican las megacompaas de gestores debienes culturales.

    En este debate, que es preciso convocar en el espacio pblico, que es preciso repolitizar, convienepreguntarse por el lugar de la sociedad civil. En calidad de complemento de los derechos polticos, sociales yeconmicos, cul es el envite de un derecho a la informacin, al conocimiento y a la cultura? Y, dentro de estemarco, cul es la posibilidad de existencia del rgimen de equilibrio especfico de los derechos de autor, esdecir, cmo asegurar la retribucin equitativa de los autores y de todo el entorno que hace posible la producciny la difusin cultural (la industria cultural, la educacin, la edicin, las bibliotecas, etc.) sin daar ese bien pblicoglobal que es el conocimiento?

    Traduccin: Marisa Prez Colina

    Copyright 2003 Herv Le Crosnier Se permite la copia y la reproduccin literal de este artculo en su totalidad y por cualquier medio, siempre ycuando esta nota se preserve.

    Notas al pie

    ... digital.1 Para facilitar la comprensin del debate, puede consultarse el artculo de Nidam Abdi enhttp://www.liberation.fr/page.php?Article=51845

    22

  • Copyright y maremotoWu Ming 1

    Actualmente existe un amplio movimiento de protesta y transformacin social en granparte del planeta. Tiene potencialidades constituyentes desmesuradas, pero an no escompletamente consciente de ello. Aunque su origen es antiguo, se ha manifestadoslo recientemente, apareciendo en varias ocasiones bajo los reflectores mediticos y,sin embargo, trabajando da a da lejos de ellos. Est formado por multitudes y porsingularidades, por retculas capilares en el territorio. Cabalga las ms recientesinnovaciones tecnolgicas. Le quedan pequeas las definiciones acuadas por susadversarios. Pronto ser imparable y la represin nada podr contra l.

    Es lo que el poder econmico llama piratera.

    Es el movimiento real que suprime el actual estado de las cosas.

    Desde que no hace ms de tres siglos se impuso la creencia en la propiedad intelectual, los movimientosunderground y alternativos y las vanguardias ms radicales la han criticado en nombre del plagio creativo,de la esttica del cut-up y del sampling, de la filosofa do it yourself. De ms moderno a ms antiguo se va delhip-hop al punk al proto-surrealista Lautramont (El plagio es necesario. El progreso lo implica. Toma la frasede un autor, se sirve de sus expresiones, cancela una idea falsa, la sustituye con la idea justa). Actualmenteesta vanguardia es de masas.

    Durante decenas de milenios la civilizacin humana ha prescindido del copyright, del mismo modo que haprescindido de otros falsos axiomas parecidos, como la centralidad del mercado o el crecimiento ilimitado.Si hubiera existido la propiedad intelectual, la humanidad no habra conocido la epopeya de Gilgamesh, elMahabharata y el Ramayana, la Ilada y la Odisea, el Popol Vuh, la Biblia y el Corn, las leyendas del Graal y delciclo artrico, el Orlando Enamorado y el Orlando Furioso, Garganta y Pantagruel, todos ellos felices productosde un amplio proceso de conmixtin y combinacin, reescritura y transformacin, es decir, de plagio, unido auna libre difusin y a exhibiciones en directo (sin la interferencia de los inspectores SIAE).

    Hasta hace poco, las empalizadas de las enclosures culturales imponan una visin limitada, luego lleg Internet.Ahora la dinamita de los bits por segundo vuela esos recintos y podemos emprender aventuradas excursionesen selvas de signos y claros iluminados por la luna. Cada noche y cada da millones de personas, solas o encolectividad, rodean/violan/rechazan el copyright. Lo hacen apropindose de las tecnologas digitales decompresin (MP3, Mpeg etc.), distribucin (redes telemticas) y reproduccin de datos (masterizadores,escner). Tecnologas que suprimen la distincin entre original y copia. Usan redes telemticas peer-to-peer (descentradas, de igual a igual) para compartir los datos de sus propios discos duros. Rodean conastucia cualquier obstculo tcnico o legislativo. Sorprenden en contrapi a las multinacionales delentertainment erosionando sus (hasta ahora) excesivos beneficios. Como es natural, causan graves dificultadesa los entes que administran los llamados derechos de autor (Bernardo Iovene demostr cmo los administranen su investigacin para la transmisin Rai Report del 4 de octubre de 2001, cuyo texto est disponible en ladireccin http://www.report.rai.it/2liv.asp?s=82.

    No estamos hablando de la piratera gestionada por el crimen organizado, seccin de capitalismo extralegalno menos desplazada y jadeante que la legal por la extensin de la piratera autogestionada y de masas.Hablo de una democratizacin general del acceso a las artes y a los productos del ingenio, proceso que salta lasbarreras geogrficas y sociales. Digmoslo: barreras de clase (de veras tengo que desgranar algn dato sobrelos precios de los CD?).

    23

  • Este proceso est cambiando el aspecto de la industria cultural mundial, pero no se limita a ello. Los piratasdebilitan al enemigo y amplan los mrgenes de maniobra de las corrie