antología de poemas

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trabajo de antología poetica para la materia siglos de oro.

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Page 5: Antología de poemas

ANTOLOGÍA

POESÍA DE LOS

SIGLOS DE ORO

Page 6: Antología de poemas

CAROLINA SÁNCHEZ CORDERO

ANTOLOGÍA

POESÍA DE LOS

SIGLOS DE ORO

EDITORIAL TESEUS

MÉXICO

Page 7: Antología de poemas

EDITORIAL TESEUS

MÉXICO

2013Por la presente edición para México:

EditorialTeseus, s.a.

ISBN: 42-5374-678-4

Depósito Legal: M. 56.841-2013

Impreso en México

2013. Mitológica impresores, Cerezo, 261, México, D.F.

Page 8: Antología de poemas

A MI FAMILIA,

POR LOS BUENOS DÍAS.

Page 9: Antología de poemas

Entreme donde no supe

y quedéme no sabiendo

toda ciencia trascendiendo.

SAN JUAN DE LA CRUZ, Coplas.

INTRODUCCIÓN

Los Siglos de Oro en España se caracterizan por surgir en un

momento histórico realmente interesante, a caballo entre la Edad

Media y el Renacimiento, las artes en España se van a desenvolver

bajo diversas influencias.

CONTEXTO HISTÓRICO

ANTECEDENTES

El Renacimiento es un periodo histórico que comprende todo el siglo

XVI, aunque sus precedentes se hallan en los siglos XIV y XV. La

mentalidad renacentista se caracteriza por una revaloración de la

cultura grecolatina, donde se busca crear nuevos valores para el

individuo, una visión antropocéntrica, en la que el hombre toma sus

decisiones y su destino se adhiere a las consecuencias de éstas.

Además, en ésta época podemos hallar un ideal de belleza que nos dice

cómo debiera ser el mundo, mas no cómo es. La educación eclesiástica

ya no es la única, el hombre renacentista se siente en la necesidad de

aprender.

Page 10: Antología de poemas

El cortesano se adhiere a un ideal, debe ser hombre

de armas y de letras.

En los siglos XIV y XV se vive una gran polémica

humanística, producto de los cambios del momento,

ello conduce a la entrada al Renacimiento pleno, que

dejará sentir sus fuerzas algunos siglos más.

El humanismo es un movimiento intelectual que

se inició y alcanzó su apogeo primero en Italia,

protagonizado por Gianozzo Manetti, Marcilio Ficino

y Lorenzo Valla, entre otros. Los humanistas

pretendieron dar respuesta a las interrogantes de la

época y para ello recurrieron tanto al cristianismo

como a la filosofía grecolatina, creando así un

sistema intelectual caracterizado por la supremacía

4

del hombre sobre la naturaleza y el rechazo de las

estructuras mentales impuestas por la religión

medieval.1 La intención del humanismo era

desarrollar en el hombre el espíritu crítico y la plena

confianza en sus propias posibilidades, rasgos que le

habían sido reprimidos durante la época medieval.

De Italia, el humanismo se difundió hacia el norte

extendiéndose por casi toda Europa gracias a la

invención de la imprenta, que facilitó la divulgación

de los textos clásicos y las nuevas ideas con gran

rapidez. El más destacado humanista del norte de

Europa fue, autor de Encomium moriae (1509; El

elogio de la locura), alegato en defensa de la

tolerancia y la libertad de pensamiento que resumía

la esencia moral del humanismo. Entre los

Page 11: Antología de poemas

humanistas españoles sobresalió Juan Luis Vives.2

Históricamente, nos encontramos en un periodo

en que la vida urbana adquiere mayor relevancia, los

cambios sociales y económicos de la época darán una

oportunidad enorme al desarrollo artístico y cultural

1 La Edad Media será caracterizada a partir de ese momento como

una época bastante oscura, de profunda ignorancia, y es

impresionante darse cuenta de que aún carga con ese estigma.

2http://mediateca.cl/900/historia/universal/europa/documento/rena

cimiento/enaci1.htm

5

en las urbes. El descubrimiento de nuevos territorios,

no sólo se convierte en una disputa política, sino que

lleva a las sociedades a un cambio de modelo

económico, a un reordenamiento de la sociedad,

surge la burguesía.

La apertura de nuevas rutas comerciales, y la

constante lucha por los territorios descubiertos será

decisiva en el poder político que ostentarán algunos

reinos, España el más grande de ellos.

RENACIMIENTO ESPAÑOL

Aunque en España se hable de que el Renacimiento

comienza en 1492, año en que varios logros tendrán

los reinos de Castilla y Aragón, el Descubrimiento de

América, la caída de Granada, logros intelectuales

como la Gramática de Nebrija, en fin, aciertos que le

valieron al reinado tomar una mayor importancia a

nivel mundial, y el favor de una iglesia que sólo les

permitió a ellos explorar los nuevos territorios.

Sin embargo, parece que las fechas en las que el

Renacimiento ha entrado de verdad a España se

Page 12: Antología de poemas

desarrollan hacia el siglo XVI con el reinado de Carlos

6

Antonio de Nebrija impartiendo una clase de gramática en presencia de D.

Juan de Zúñiga. Introducciones Latinae, 1486. Biblioteca Nacional. Madrid.

7

I de España y V de Alemania, y con el de su hijo Felipe

II.

Es en esta época en la que España siente más la

influencia italiana, a través de escritores que habían

vivido en la corte napolitana y que se habían

contagiado de la cultura italiana de la época, donde

Dante, Bocaccio, y Petrarca son los modelos

principales, así como una serie de tópicos que serán

largamente imitados.

POESÍA

La lírica renacentista tiene sus orígenes en la

tradición, que le da continuidad a temas y formas

usadas en el Medioevo. Es una tradición popular,

oral, que se compone de villancicos y canciones de

amor. También podemos hablar de la lírica no escrita

como la del romancero, y la culta de Juan de Mena,

Manrique y del Marqués de Santillana.

PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVI CARLOS I Y V

La influencia italiana aporta a la lírica española

nuevos versos, como la combinación de endecasílabo

con heptasílabo, de estrofas, como, la lira el terceto y

8

la silva, y de poemas como el soneto. Aparecen

géneros como la égloga donde los protagonistas son

pastores idealizados, la oda y la epístola.

Los poetas renacentistas se ocupan de un número

Page 13: Antología de poemas

limitado de temas como son el amor, la naturaleza y

la mitología.

El amor es platónico, se idealiza a la mujer hasta

tal punto, que se le considera divina. La naturaleza es

considerada un reflejo de la belleza divina, se le

concibe como un lugar armonioso donde la acción

amorosa se desarrolla. Finalmente, la mitología es

inagotable fuente de inspiración para los artistas de

todo el Renacimiento, la elaboración detallada de

estos dan una enorme belleza a la obra, aquí cabe

destacar la importancia de las Metamorfosis de

Ovidio.

El máximo representan de este primer periodo es

Garcilaso de la Vega, pero no hay que dejar de lado a

Juan Boscán.

SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI FELIPE II

La lírica de ésta época refleja las preocupaciones

religiosas que se generaron a partir de la reforma

protestante.

9

Encontramos la literatura ascética que se

caracteriza por describir las actividades que la mente

humana debiera llevar a cabo para llegar un estado

de perfección, y por ende, conseguir la salvación.

Incita a las personas a seguir estrictamente los

preceptos de la iglesia y las instruye en ellos.

Otro tipo de literatura es la mística, que es la

continuación del Ascetismo, en donde Dios puede

conceder a algunas almas una conexión directa, se da

la unión con Dios y esto es la perfección. En América

Page 14: Antología de poemas

encontramos que las urbes más grandes competían

por tener el mayor número de monjas que tuvieran

experiencias espirituales con Dios, tal es el caso de

Sor Francisca Josefa del Castillo, con los Afectos

espirituales.

Las características de esta poesía son los temas

religiosos, morales y filosóficos, y el uso de un

lenguaje sencillo bien cuidado, aunque sin muchos

ornamentos. El uso de la mitología es distinto al de la

primera mitad de siglo, sirve de base para poner

ejemplos sobre algún tema religioso, moral o

teológico.

10

Los representantes de esta segunda mitad de siglo

son Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa

Teresa de Jesús.

11

ANTOLOGÍA 12

13

ANÓNIMO

¡O dulce noche! ¡O cama venturosa!

Testigo del deleite y gloría mía,

decid qué os pareció de la porfía

de aquella dama dulce y amorosa.

¡Cómo se me mostraba rigurosa!

¡Cómo dentre mis manos se salía!

¡Cómo dos mil injurias me decía,

la dulce mi enemiga cautelosa!

Pero ¡cómo después me regalaba,

Page 15: Antología de poemas

cogiéndome en sus brazos amorosos

y abriendo esas piernas tan delicadas!

¡Con qué suavidad se meneaba!

¡Qué besos que me daba tan sabrosos!

¡Y que palabras tan azucaradas!

ANÓNIMO

SONETO (chiste)

Los ojos vueltos, que del negro dellos

muy poco o casi nada parecía,

14

y la divina boca helada y fría,

bañados en sudor rostro y cabellos,

las blancas piernas y los brazos bellos,

con que al mozo en mil lazos envolvía,

ya Venus fatigados los tenía,

remisos, sin mostrar vigor en ellos.

Adonis, cuando vio llegado el punto

de echar con dulce fin cosas aparte,

dijo:"No ceses, diosa, anda, señora,

no dejes de mene..." y no dijo "arte",

que el aliento y la voz le faltó junto,

y el dulce juego feneció a la hora.

ANÓNIMO

El vulgo comúnmente se aficiona

a la que sabe que es doncella y moza,

porque ansí le parece al que la goza

que le coge la flor de su persona.

Yo, para mí, más quiero una matrona

que con mil arteficios se remoza,

y, por gozar de aquel que la retoza,

una hora de la noche que perdona.

15

La doncella no hace de su parte,

cuando la gozan, cosa que aproveche,

ni se menea, ni da dulces besos.

Page 16: Antología de poemas

Mas la otra lo hace de tal arte,

y amores os dirá, que en miel y leche

convierte las médulas de los huesos.

ANÓNIMO

De Adonis el gentil cuerpo desnudo

y Venus con Adonis ingerida;

él encima, debajo ella tendida,

haciendo de dos lazos sólo un ñudo…

El mozo, que de andar muy a menudo

tenía la fuerza y la virtud perdida,

con flaca voz y apenas entendida

dijo, cobrando aliento como pudo:

“Abre las piernas más.” “¿Qué quieres que abra?”

” Ayúdame, que ya no tengo fuerza”.

”El ayudarte más no es culpa mía”.

16

Ella que iba a decir: “Mi bien, esfuerza”,

perdió el sentir, faltóle la palabra,

y en el “mi bien…” quedó la lengua fría.

--------

Debajo de un olivo fructuoso

por do se van mil vides retorciendo,

con gran lujuria vide estar hodiendo

a una dama un galán furioso.

Ella los pies al cielo luminoso

tiene, con que en los lomos le va hiriendo,

y con dulces meneos va haciendo

se encienda más el fuego lujurioso.

Y el derramar la esperma y regucijo,

dijo el galán: “Mi vida, pues acabo,

si puedes, di aceituna”, y quedó mido.

Ella, que sin compas menea el rabo,

“Acei…, acei…, acei…, aceite” dijo,

que decir “Aceituna” nunca pudo.

17

Page 17: Antología de poemas

ANÓNIMO

Viendo una dama que un galán moría,

padeciendo por ella gran tormento,

concertó de metelle en su aposento

para poner remate en su porfía.

Veniendo pues el concertado día,

o por mucha vergüenza, o por contento,

no pudo alzar cabeza el instrumento

para los dos formar dulce harmonía.

Ella, viéndole, dijo; “¿Tal ansina?

¿Antes tantas recuestas y alcahuetas,

y agora no hacer? Ya me admira”.

El respondió con voz manda y mohína:

“Debe de ser de casta de escopetas,

pues cuanto más caliente menos tira”.

ANÓNIMO DEL SIGLO XVI

SONETO A CRISTO CRUCIFICADO

No me mueve, mi Dios, para quererte,

el cielo que me tienes prometido,

18

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido,

muéveme ver tu cuerpo tan herido,

muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera

que aunque no hubiera cielo yo te amara,

y aunque no hubiera infierno te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

porque, aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.3

GARCILASO DE LA VEGA (1503-1536)

SONETO XIII

A Dafne ya los brazos le crecían

Page 18: Antología de poemas

y en luengos ramos vueltos se mostraban;

3 ELÍAS L. Rivas. Poesía lírica del Siglo de Oro. Madrid: Cátedra, 1980.

p.p. 187-188

19

en verdes hojas vi que se tornaban

los cabellos qu'el oro escurecían;

de áspera corteza se cubrían

los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;

los blancos pies en tierra se hincaban

y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,

a fuerza de llorar, crecer hacía

este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,

que con llorarla crezca cada día

la causa y la razón por que lloraba!

SONETO I

Cuando me paro a contemplar mi estado,

y a ver los pasos por do me ha traído,

hallo, según por do anduve perdido,

que a mayor mal pudiera haber llegado;

20

mas cuando del camino estó olvidado,

a tanto mal no sé por dó he venido;

sé que me acabo, y más he yo sentido

ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte

a quien sabrá perderme y acabarme

si ella quisiere, y aun sabrá querello;

que pues mi voluntad puede matarme,

la suya, que no es tanto de mi parte,

pudiendo, ¿qué hará sino hacello?

¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,

dulces y alegres cuando Dios quería!

Juntas estáis en la memoria mía,

Page 19: Antología de poemas

y con ella en mi muerte conjuradas.

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas

horas en tanto bien por vos me vía,

que me habíades de ser en algún día

con tan grave dolor representadas?

Pues en un hora junto me llevastes

21

todo el bien que por términos me distes,

llevadme junto el mal que me dejastes;

si no, sospecharé que me pusistes

en tantos bienes porque deseastes

verme morir entre memorias tristes.

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera

por no hacer mudanza su costumbre.

22

SONETO XXIII

En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena 5

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

Page 20: Antología de poemas

el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10

cubra de nieve la hermosa cumbre;

marchitará la rosa el viento helado.

Todo lo mudará la edad ligera

por no hacer mudanza en su costumbre.

ODA A LA FLOR DE GNIDO

Si de mi baja lira

tanto pudiese el son, que un momento

23

aplacase la ira

del animoso viento,

y la furia del mar y el movimiento,

y en ásperas montañas

con el suave canto enterneciese

las fieras alimañas,

los árboles moviese,

y al son confusamente los trajese:

no pienses que cantado

sería de mí, hermosa flor de Gnido,

el fiero Marte airado,

a muerte convertido,

de polvo y sangre y de sudor teñido,

ni aquellos capitanes

en las sublimes ruedas colocados,

por quien los alemanes,

el fiero cuello atados,

y los franceses, van domesticados;

mas solamente aquella

fuerza de tu beldad sería cantada,

24

y alguna vez con ella

también sería notada

el aspereza de que estás armada,

Page 21: Antología de poemas

y cómo por ti sola,

y por tu gran valor y hermosura,

convertido en viola,

llora su desventura

el miserable amante en tu figura.

Hablo de aquel cativo

de quien se debe más cuidado,

que está muriendo vivo,

al remo condenado,

en la concha de Venus amarrado.

Por ti, como solía,

del áspero caballo no corrige

la furia y gallardía:

ni con freno le rige,

ni con vivas espuelas ya le aflige.

Por ti, con diestra mano,

25

no revuelve la espada presurosa,

y en el dudoso llano

huye la polvorosa

palestra como sierpe ponzoñosa.

Por ti, su blanda musa,

en lugar de la cítara sonante,

tristes querellas usa,

que con llanto abundante

hacen bañar el rostro del amante.

Por ti, el mayor amigo

le es importuno, grave y enojoso;

yo puedo ser testigo,

que ya del peligroso

naufragio fui su puerto y su reposo;

y agora en tal manera

vence el dolor a la razón perdida,

que ponzoñosa fiera

nunca fue aborrecida

Page 22: Antología de poemas

tanto como yo dél, ni tan temida.

26

No fuiste tú engendrada

ni producida de la dura tierra;

no debe ser notada

que ingratamente yerra

quien todo el otro error de sí destierra.

Hágate temerosa

el case de Anajérete, y cobarde,

que de ser desdeñosa

se arrepintió muy tarde;

y así, su alma con su mármol arde.

Estábase alegrando

del mal ajeno el pecho empedernido,

cuando abajo mirando,

el cuerpo muerto vido

del miserable amante, allí tendido,

y al cuello el lazo atado,

con que desenlazó de la cadena

el corazón cuitado,

que con su breve pena

compró la eterna punición ajena.

27

Sintió allí convertirse

en piedad amorosa el aspereza.

¡Oh tarde arrepentirse!

¡Oh última terneza!

¿Cómo te sucedió mayor dureza?

Los ojos se enclavaron

en el tendido cuerpo que allí vieron;

los huesos se tornaron

más duros y crecieron,

y en sí toda la carne convirtieron;

las entrañas heladas

tornaron poco a poco en piedra dura;

Page 23: Antología de poemas

por las venas cuitadas

la sangre su figura

iba desconociendo y su natura;

hasta que, finalmente,

en duro mármol vuelta y transformada,

hizo de sí la gente

no tan maravillada

cuanto de aquella ingratitud vengada.

28

No quieras tú, señora,

de Némesis airada las saetas

probar, por Dios, agora;

baste que tus perfetas

obras y hermosuras a los poetas

den inmortal materia,

sin que también en verso lamentable

celebren la miseria

de algún caso notable

que por ti pase, triste y miserable.

JUAN BOSCÁN (1490-1542)

DULCE SOÑAR

Dulce soñar y dulce congojarme,

cuando estaba soñando que soñaba;

dulce gozar con lo que me engañaba,

si un poco más durara el engañarme.

Dulce no estar en mí, que figurarme

podía cuanto bien yo deseaba;

29

dulce placer, aunque me importunaba

que alguna vez llegaba a despertarme.

¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso

me fueras, si vinieras tan pesado,

que asentaras en mí con más reposo!

Durmiendo, en fin, fui bienaventurado,

y es justo en la mentira ser dichoso

Page 24: Antología de poemas

quien siempre en la verdad fue desdichado.

CAPÍTULO

...Era este tu cuerpo, el cual yo viendo,

tan grande era mi miedo y mi deseo

que moría entre yelo y fuego ardiendo.

Pues ya de tu alma si escribir deseo,

tanto he de andar por lo alto rodeando

que habrá de ser perderme en el rodeo.

30

Andaré pues, así como trazando

las figuras por sí, sin las colores

la obra por mis fuerzas conformando.

No basta amor, ni bastan los amores,

a levantar tan alto mi sentido

que muy bajos no queden mis loores.

El saber de tu alma es infinido:

¿cómo podré de vista no perdelle,

con este mi entender que es tan finido?

harto será de lejos sólo velle;

y aun este ver será en mí tan confuso

que su bulto veré sin conocelle.

El cielo acá en el mundo te dispuso

con obra tal que, al tiempo que te hizo,

el bien que en él pusieron en ti puso...

QUÉ HARÉ, QUE POR QUEREROS…

¿Qué haré, que por quereros

mis extremos son tan claros,

que ni soy para miraros,

31

ni puedo dejar de veros?

Yo no sé con vuestra ausencia

un punto vivir ausente,

ni puedo sufrir presente,

señora, tan gran presencia.

De suerte que, por quereros,

Page 25: Antología de poemas

mis extremos son tan claros,

que ni soy para miraros,

ni puedo dejar de veros.

SONETO XXIX

Pasando el mar Leandro el animoso,

en amoroso fuego todo ardiendo,

esforzó el viento, y fuese embraveciendo

el agua con un ímpetu furioso.

Vencido del trabajo presuroso,

contrastar a las ondas no pudiendo,

y más del bien que allí perdía muriendo

que de su propia vida congojoso,

32

como pudo esforzó su voz cansada

ya las ondas habló desta manera,

mas nunca fue su voz dellas oída:

«Ondas, pues no se excusa que yo muera,

dejad me allá llegar, ya la tornada

vuestro furor esecutá en mi vida».

FRAY LUIS DE LEÓN (1529-1591)

ODA A LA VIDA RETIRADA

¡Qué descansada vida

la del que huye el mundanal ruïdo

y sigue la escondida

senda por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido!

Que no le enturbia el pecho

de los soberbios grandes el estado,

ni del dorado techo

se admira, fabricado

del sabio moro, en jaspes sustentado.

33

No cura si la fama

canta con voz su nombre pregonera,

ni cura si encarama

Page 26: Antología de poemas

la lengua lisonjera

lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento

si soy del vano dedo señalado,

si en busca de este viento

ando desalentado

con ansias vivas y mortal cuidado?

¡Oh campo, oh monte, oh río!

¡Oh secreto seguro deleitoso!

roto casi el navío,

a vuestro almo reposo

huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,

un día puro, alegre, libre quiero;

no quiero ver el ceño

vanamente severo

de quien la sangre ensalza o el dinero.

34

Despiértenme las aves

con su cantar süave no aprendido,

no los cuidados graves

de que es siempre seguido

quien al ajeno abritrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,

gozar quiero del bien que debo al cielo

a solas, sin testigo,

libre de amor, de celo,

de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera

por mi mano plantado tengo un huerto,

que con la primavera

de bella flor cubierto,

ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa

de ver y acrecentar su hermosura,

Page 27: Antología de poemas

desde la cumbre airosa

una fontana pura

hasta llegar corriendo se apresura.

35

Y luego sosegada

el paso entre los árboles torciendo,

el suelo de pasada

de verdura vistiendo,

y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto orea,

y ofrece mil olores al sentido,

los árboles menea

con un manso ruïdo,

que del oro y del cetro pone olvido.

Ténganse su tesoro

los que de un flaco leño se confían:

no es mío ver al lloro

de los que desconfían

cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena

cruje, y en ciega noche el claro día

se torna; al cielo suena

confusa vocería,

y la mar enriquecen a porfía.

36

A mí una pobrecilla

mesa, de amable paz bien abastada

me baste, y la vajilla

de fino oro labrada,

sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserablemente

se están los otros abrasando

en sed insacïable

del no durable mando,

tendido yo a la sombra esté cantando.

Page 28: Antología de poemas

A la sombra tendido

de yedra y lauro eterno coronado,

puesto el atento oído

al son dulce, acordado,

del plectro sabiamente meneado.

ODA A FELIPE RUIZ

¿Cuándo será que pueda

libre de esta prisión volar al cielo,

Felipe, y en la rueda

que huye más del suelo

37

contemplar la verdad pura sin duelo?

Allí, a mi vida junto,

en luz resplandeciente convertido,

veré distinto y junto

lo que es y lo que ha sido

y su principio propio y escondido.

Entonces veré cómo

la soberana mano echó el cimiento

tan a nivel y plomo,

do estable y firme asiento

posee el pesadísimo elemento.

Veré las inmortales

columnas do la tierra está fundada,

las lindes y señales

con que a la mar hinchada

la Providencia tiene aprisionada;

por qué tiembla la tierra,

por qué las hondas mares se embravecen,

dó sale a mover guerra

el cierzo, y por qué crecen

38

las aguas del océano y decrecen;

de dó manan las fuentes,

quién ceba y quién bastece de los ríos

Page 29: Antología de poemas

las perpetuas corrientes;

de los helados fríos

veré las causas, y de los estíos;

las soberanas aguas,

del aire en la región, quién las sostiene;

de los rayos las fraguas;

dó los tesoros tiene

de nieve Dios, y el trueno dónde viene.

¿No ves cuando acontece

turbarse el aire todo en el verano

el día se ennegrece,

sopla el gallego insano,

y sube hasta el cielo el polvo vano?

Y entre las nubes mueve

su carro Dios, ligero y reluciente,

horrible son conmueve,

relumbra fuego ardiente,

39

treme la tierra, humíllase la gente.

La lluvia baña el techo,

envían largos ríos los collados;

su trabajo deshecho,

los campos anegados,

miran los labradores espantados.

Y de allí levantado,

veré los movimientos celestiales,

así el arrebatado

como los naturales;

la causa de los hados, las señales.

Quién rige las estrellas

veré, y quién las enciende con hermosas

y eficaces centellas;

por qué están las dos Osas

de bañarse en el mar siempre medrosas.

Veré este fuego eterno,

Page 30: Antología de poemas

fuente de vida y luz, dó se mantiene;

y por qué en el invierno

40

tan presuroso viene;

quién en las noches largas le detiene.

Veré sin movimiento

en la más alta esfera las moradas

del gozo y del contento,

de oro y luz labradas,

de espíritus dichosos habitadas.

SAN JUAN DE LA CRUZ (1542-1591)

QUE MUERO PORQUE NO MUERO…

Vivo sin vivir en mí,

y de tal manera espero

que muero porque no muero.

En mí yo no vivo ya,

y sin Dios vivir no puedo;

pues sin él, y sin mí quedo,

este vivir, ¿qué será?

Mil muertes se me hará,

pues mi misma vida espero,

muriendo porque no muero.

41

Esta vida, que yo vivo

es privación de vivir;

y así, es continuo morir,

hasta que viva contigo;

oye, mi Dios, lo que digo:

que esta vida no la quiero,

que muero porque no muero.

Estando absente de ti,

¿qué vida puedo tener,

sino muerte padescer,

la mayor que nunca vi?

Lástima tengo de mí,

Page 31: Antología de poemas

pues de suerte persevero,

que muero porque no muero.

El pez que del agua sale

Aún de alivio no caresce,

que en la muerte que padesce,

al fin la muerte le vale.

¿Qué muerte habrá que se iguale

a mi vivir lastimero,

pues si más vivo, más muero?

Cuando me empiezo aliviar

de verte en el Sacramento,

42

háceme más sentimiento,

el no te poder gozar;

todo es para más penar,

por no verte como quiero,

que muero, porque no muero.

Y si me gozo, Señor,

con esperanza de verte,

en ver que puedo perderte,

se me dobla mi dolor;

viviendo en tanto pavor,

y esperando, como espero,

muérome porque no muero.

Sácame de aquesta muerte,

mi Dios, y dame la vida;

no me tengas impedida

en este lazo tan fuerte;

mira que peno por verte,

y mi mal es tan entero

que muero porque no muero.

Lloraré mi muerte ya,

y lamentaré mi vida

en tanto que detenida

por mis pecados está.

Page 32: Antología de poemas

43

¡Oh mi Dios! ¿Cuándo será,

cuando yo diga de vero:

vivo ya porque no muero?

COPLAS A LO DIVINO

Tras de un amoroso lance,

y no de esperanza falto,

volé tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

Para que yo alcance diese

a este lance divino,

tanto volar me convino,

que de vista me perdiese;

y con todo, en este trance,

en el vuelo quedé falto;

mas el amor fue tan alto

que le di a la caza alcance.

Cuanto más alto subía

deslumbróseme la vista,

y la más fuerte conquista

en oscuro se hacía;

44

mas por ser de amor el lance,

di un ciego y oscuro salto,

y fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

Cuanto más alto llegaba

de este lance tan subido,

tanto más bajo y rendido

y abatido me hallaba.

Dije: ¡No habrá quien alcance!

Y abatíme tanto, tanto

que fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

Por una extraña manera

Page 33: Antología de poemas

mis vuelos pasé de un vuelo,

porque esperanza de cielo

tanto alcanza cuanto espera,

y esperé solo este lance,

y en esperar no fui falto,

pues fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

45

COPLAS...

Entreme donde no supe

y quedéme no sabiendo

toda ciencia trascendiendo.

Yo no supe dónde entraba

pero cuando allí me vi

sin saber dónde me estaba

grandes cosas entendí

no diré lo que sentí

que me quedé no sabiendo

toda ciencia trascendiendo.

De paz y de piedad

era la ciencia perfecta,

en profunda soledad

entendida vía recta

era cosa tan secreta

que me quedé balbuciendo

toda ciencia trascendiendo.

Estaba tan embebido

46

tan absorto y ajenado

que se quedó mi sentido

de todo sentir privado

y el espíritu dotado

de un entender no entendiendo

toda ciencia trascendiendo.

El que allí llega de vero

Page 34: Antología de poemas

de sí mismo desfallece

cuanto sabía primero

mucho bajo le parece

y su ciencia tanto crece

que se queda no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

Cuanto más alto se sube

tanto menos se entendía

que es la tenebrosa nube

que a la noche esclarecía

por eso quien la sabía

queda siempre no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

47

Este saber no sabiendo

es de tan alto poder

que los sabios arguyendo

jamás le pueden vencer

que no llega su saber

a no entender entendiendo

toda ciencia trascendiendo.

Y es de tan alta excelencia

aqueste sumo saber

que no hay facultad ni ciencia

que le puedan emprender

quien se supiere vencer

con un no saber sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

Y si lo queréis oír

consiste esta suma ciencia

en un subido sentir

de la divinal esencia

es obra de su clemencia

hacer quedar no entendiendo

toda ciencia trascendiendo.

Page 35: Antología de poemas

48

NOCHE OSCURA

Canciones del alma que se goza de haber llegado al

alto estado de la perfección, que es la unión con Dios,

por el camino de la negación espiritual.

En una noche oscura,

con ansias en amores inflamada,

(¡oh dichosa ventura!)

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada,

(¡oh dichosa ventura!)

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz ni guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guïaba

49

más cierta que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

¡Oh noche que me guiaste!,

¡oh noche amable más que el alborada!,

¡oh noche que juntaste

amado con amada,

amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

Page 36: Antología de poemas

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el amado,

50

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

CANCIONES DEL ALMA EN LA ÍNTIMA COMUNICACIÓN DE

UNIÓN DE AMOR DE DIOS

¡O llama de amor viva

que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

Pues ya no eres esquiva

acaba ya si quieres,

¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡O cauterio süave!

¡O regalada llaga!

¡O mano blanda! ¡O toque delicado

que a vida eterna sabe

y toda deuda paga!

Matando, muerte en vida has trocado.

¡O lámparas de fuego

en cuyos resplandores

las profundas cavernas del sentido,

51

que estaba oscuro y ciego,

con extraños primores

color y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso

recuerdas en mi seno

Page 37: Antología de poemas

donde secretamente solo moras,

y en tu aspirar sabroso

de bien y gloria lleno,

cuán delicadamente me enamoras!

GIL VICENTE (1465-1536)

CANCIÓN

Vánse mis amores, madre,

luengas tierras van a morar..

Yo no los puedo olvidar.

¿Quién me los hará tornar?

¿Quién me los hará tornar?

Yo soñara, madre, un sueño

que me dio en el corazón.

que se iban los mis amores

a las islas de la mar.

52

Yo no los puedo olvidar.

¿Quién me los hará tornar?

¿Quién me los hará tornar?

Yo soñara, madre, un sueño

que me dio en el corazón:

Que se iban los mis amores

a las tierras de Aragón.

Allá se van a morar

y no los puedo olvidar.

¿Quién me los hará tornar?

¿Quién me los hará tornar?

LOS AMORES DE LA NIÑA…

Los amores de la niña

que tan lindos ojos ha,

que tan lindos ojos ha.

Ay Dios, ¿quién los servirá?

Ay Dios, ¿quién los haberá?

Tiene los ojos de azor,

hermosos como la flor;

Page 38: Antología de poemas

quien los sirviere de amor,

no sé como vivirá,

53

que tan lindos ojos ha.

Ay Dios, ¿quién los servirá?

Ay Dios, ¿quién los haberá?

Sus ojos son naturales

de las águilas reales,

los vivos hacen mortales,

los muertos suspiran allá,

que tan lindos ojos ha.

Ay Dios, ¿quién los servirá?

Ay Dios, ¿quién los haberá?

MUY GRACIOSA ES LA DONCELLA…

Muy graciosa es la doncella,

¡cómo es bella y hermosa!

digas tú, el marinero

que en las naves vivías

si la nave o la vela o la estrella

es tan bella.

Digas tú, el caballero

que las armas vestías,

si el caballo o las armas o la guerra

es tan bella.

54

digas tú, el pastorcico

que el ganadico guardas,

si el ganado o los valles o la sierra

es tan bella.

LETRILLA

Dicen que me case yo:

no quiero marido, no.

Mas quiero vivir segura

n'esta tierra a mi soltura,

que no estar en ventura

Page 39: Antología de poemas

si casaré bien o no.

dicen que me casé yo:

no quiero marido, no.

Madre, no seré casada

por no ser vida cansada,

o quizá mal empleada

la gracia que Dios me dio.

dicen que me case yo:

no quiero marido, no.

No será ni es nacido

tal para ser mi marido;

55

y pues que tengo sabido

que la flor ya me la só.

Dicen que me case yo:

no quiero marido, no.

JUAN DEL ENCINA (1468-1530)

MÁS VALE TROCAR PLACER…

Más vale trocar

placer por dolores

que estar sin amores.

donde es agradecido

es dulce morir;

vivir en olvido

aquel no es vivir;

mejor es sufrir

pasión y dolores

que estar sin amores.

Es vida perdida

vivir sin amar;

y más es que vida

saberla emular;

56

mejor es penar

sufriendo dolores

Page 40: Antología de poemas

que estar sin amores.

La muerte es vitoria

do vive afición;

que espere haber gloria

quien sufre pasión:

más vale prisión

de tales dolores

que estar sin amores.

el que es muy penado

más goza de amor;

que el mucho cuidado

le quita el temor;

así que es mejor

amar con dolores

que estar sin amores.

No teme tormento

quien ama con fe,

si su pensamiento

sin causa no fue;

habiendo por qué,

57

más valen dolores

que estar sin amores.

Amor que no pena

no pida placer,

pues ya le condena

su poco querer:

mejor es perder

placer por dolores

que estar sin amores.

NO TE TARDES QUE ME MUERO

No te tardes que me muero,

carcelero,

no te tardes que me muero.

Apresura tu venida

Page 41: Antología de poemas

porque no pierda la vida,

que la fe no está perdida.

Carcelero,

no te tardes que me muero.

58

Sácame d'esta cadena,

que recibo muy gran pena,

pues tu tardar me condena.

Carcelero,

no te tardes que me muero.

La primer vez que me viste,

sin te vencer me venciste;

suéltame, pues me prendiste.

Carcelero,

no te tardes que me muero.

La llave para soltarme

ha de ser galardonarme,

propiniendo no olvidarme.

Carcelero,

no te tardes que me muero.

Fin

Y siempre cuando vivieres

haré lo que tú quisieres

si merced hacerme quieres.

59

Carcelero,

no te tardes que me muero.

GASPAR GIL POLO (+ 1591)

CANCIÓN PASTORIL

En el campo venturoso,

donde con clara corriente

Guadalaviar hermoso

dejando el suelo abundoso

da tributo al mar potente;

Galatea, desdeñosa

Page 42: Antología de poemas

del dolor que a Licio daña,

iba alegre y bulliciosa

por la ribera arenosa

que el mar con sus ondas baña,

entre la arena cogiendo

conchas y piedras pintadas,

muchos cantares diciendo

con el sol del ronco estruendo

de las ondas alteradas;

Junto al agua se ponía,

y las ondas aguardaba,

60

y en verlas llegar huía;

pero a veces no podía

y el blanco pie se mojaba.

Licio, al cual en sufrimiento

amador ninguno iguala,

suspendió allí su tormento

mientras miraba el contento

de su pulida zagala.

Mas cotejando su mal

con el gozo que ella había

el fatigado zagal

con voz amarga decía:

Ninfa hermosa, no te vea

jugar con el mar horrendo;

y aunque más placer te sea,

huye del mar, Galatea,

como estás de Licio huyendo.

Deja ahora de jugar,

que me es dolor importuno:

no me hagas más penar,

que en verte cerca del mar

tengo celos de Neptuno.

Causa mi triste cuidado

Page 43: Antología de poemas

61

que a mi pensamiento crea:

porque ya está averiguado

que si no es tu enamorado

lo será cuando te vea.

Y está cierto, porque amor

sabe desde que me hirió,

que para pena mayor

me falta un competidor

más poderoso que yo.

Deja la seca ribera,

do está el alga infructuosa:

guarda que no salga afuera

alguna marina fiera

enroscada y escamosa.

Huye ya, y mira que siento

por ti dolores sobrados;

porque con doble tormento

celos me da tu contento

y tu peligro cuidados.

En verte regocijada

celos me hacen acordar

de Europa, ninfa preciada,

del toro blanco engañada

62

en la ribera del mar.

Y el ordinario cuidado

hace que piense continuo

de aquel desdeñoso alnado,

orilla el mar arrastrado,

visto aquel monstruo marino.

Mas no veo en ti temor

de congoja y pena tanta;

que bien sé por mi dolor

que a quien no teme al amor

Page 44: Antología de poemas

ningún peligro le espanta.

Guarte, pues, de un gran cuidado:

que el vengativo Cupido

viéndose menospreciado,

lo que no hace de grado,

suele hacerlo de ofendido.

Ven conmigo al bosque ameno,

y al apacible sombrío

de olorosas flores lleno,

do en el día más sereno.

No escuches dulces concentos,

sino el espantoso estruendo

con que los bravosos vientos

63

con soberbios movimiento

van las aguas revolviendo.

Y tras la fortuna fiera

son las vistas más suaves

ver llegar a la ribera

la destrozada madera

de las anegadas naves.

Ven a la dulce floresta,

do natura no fue escasa:

donde haciendo alegre fiesta

la más calurosa siesta

con más deleite se pasa.

Huye los soberbios mares;

ven, verás cómo cantamos

tan deliciosos cantares

que los duros pesares

suspendemos y engañamos;

y aunque quien pasa dolores,

amor le fuerza a cantarlos,

yo haré que los pastores

no es enojoso el Estío.

Page 45: Antología de poemas

Si el agua te es placentera,

hay allí fuente tan bella,

64

que para ser la primera

entre todas, sólo espera

que tú te laves en ella.

En aqueste raso suelo

a guardar tu hermosa cara

no basta sombrero o velo;

que estando al abierto cielo

el sol morena te para.

Allí, por bosques y prados,

podrás leer a todas horas,

en mil robles señalados

los nombres más celebrados

de las ninfas y pastoras.

Mas sérate cosa triste

ver tu nombre allí pintado,

en saber que escrita fuieste

por el que siempre tuviste

de tu memoria borrado.

Y aunque mucho estés airada,

no creo yo que te asombre

tanto el verte allí pintada,

como el que ver que eres amada

del que allí escribió tu nombre.

65

No ser querida y amar

fuera triste desplacer;

mas ¿qué tormento o pesar

te puede, Ninfa, causar

ser querida y no querer?

Mas desprecia cuanto quiera

a tu pastor, Galatea;

sólo que en estas ribera

Page 46: Antología de poemas

cerca de las ondas fieras

con mis ojos no te vea.

¿Qué pasatiempo mejor

orilla el mar puede hallarse

que escuchar el ruiseñor,

coger la olorosa flor

y en clara fuente lavarse?

Pluguiera a Dios que gozaras

de nuestro campo y ribera,

y porque más lo preciaras,

ojalá tú lo probaras,

antes que yo lo dijera.

Porque cuanto alabo aquí

de su crédito lo quito;

pues el contentarme a mí

66

bastará para que a ti

no te venga en apetito.

Licio mucho más le hablara,

y tenía más que hablalle,

si ella no se lo estorbara,

que con desdeñosa cara

al triste dice que calle.

JUAN DE TIMONEDA (¿-1583)

CANCIÓN

Soy garridica

y vivo penada

por ser mal casada.

Yo soy, no repuno,

hermosa sin cuento,

amada de uno,

querida de ciento.

No tengo contento

ni valgo ya nada

por ser mal casada.

Page 47: Antología de poemas

Con estos cabellos

67

de bel parecer

haría con ellos

los hombres perder.

Quien los puede haber

no los tiene en nada

por ser mal casada.

SANTA TERESA DE JESÚS (1515-1582)

VERSOS NACIDOS DEL FUEGO

DEL AMOR DE DIOS QUE EN SI TENÍA

Vivo sin vivir en mí,

y tan alta vida espero,

que muero porque no muero.

GLOSA

Aquesta divina unión

del amor con que yo vivo,

hace a Dios ser mi cautivo

y libre mi corazón;

mas causa en mi tal pasión

ver a Dios mi prisionero,

que muero porque no muero.

68

¡Ay! ¡qué larga es esta vida!

¡Qué duros estos destierros,

esta cárcel y estos hierros

en que el alma está metida!

Sólo esperar la salida

me causa dolor tan fiero

que muero porque no muero.

¡Ay! ¡qué vida tan amarga

do no se goza el Seños!

Y si es dulce el amor,

no es la esperanza larga;

quíteme Dios esta carga

Page 48: Antología de poemas

más pesada que el acero,

que muero porque no muero.

Sólo con la confianza

vivo de que he de morir,

porque muriendo, el vivir

me asegura mi esperanza;

muerte do el vivir se alcanza

no te tardes que te espero

que muero porque no muero.

69

Mira que el amor es fuerte;

vida, no seas molesta;

mira que sólo te resta,

para ganarte, perderte;

venga ya la dulce muerte,

venga el morir ligero,

que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba

es la vida verdadera;

hasta que esta vida muera,

no se goza estando viva;

muerte, no seas esquiva;

vivo muriendo primero,

que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle

a mi Dios que vive en mí,

si no es perderte a ti,

para mejor a Él gozarle?

Quiero muriendo alcanzarle,

pues a El solo es el que quiero,

70

que muero porque no muero.

Estando ausente de ti,

¿qué vida puedo tener,

sino muerte padecer

Page 49: Antología de poemas

la mayor que nunca vi?

Lástima tengo de mí,

por ser mi mal tan entero,

que muero porque no muero.

COLOQUIO AMOROSO

Si el amor que me tenéis,

Dios mío, es como el que os tengo,

Decidme: ¿en qué me detengo?

O Vos, ¿en qué os detenéis?

-Alma, ¿qué quieres de mí?

-Dios mío, no más que verte.

-Y ¿qué temes más de ti?

-Lo que más temo es perderte.

Un alma en Dios escondida

71

¿qué tiene que desear,

sino amar y más amar,

y en amor toda escondida

tornarte de nuevo a amar?

Un amor que ocupe os pido,

Dios mío, mi alma os tenga,

para hacer un dulce nido

adonde más la convenga.

DICHOSO EL CORAZÓN ENAMORADO

Dichoso el corazón enamorado

que en sólo Dios ha puesto el pensamiento,

por Él renuncia todo lo criado,

y en Él halla su gloria y su contento.

Aún de sí mismo vive descuidado,

porque en su Dios está todo su intento,

y así alegre pasa y muy gozoso

las ondas de este mar tempestuoso.

72

DILECTUS MEUS MIHI

Ya toda me entregué y di

Page 50: Antología de poemas

y de tal suerte he trocado,

que es mi Amado para mí,

y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador

me tiró y dejó rendida,

en los brazos del amor,

mi alma quedó caída.

Y cobrando nueva vida,

de tal manera he trocado,

que es mi Amado para mí,

y yo soy para mi Amado.

Tiróme con una flecha

enherbolada de amor,

y mi alma quedo hecha

una con su Criador.

Yo ya no quiero otro amor,

pues a mi Dios me he entregado,

73

y mi Amado es para mí,

y yo soy para mi Amado.

HERNANDO DE ACUÑA (¿1520?-1580)

SONETO AL REY NUESTRO SEÑOR

Ya se acerca señor, o es ya llegada

la edad gloriosa, en que promete el cielo

una grey, y un pastor, solo en el suelo,

por suerte a vuestros tiempos reservada.

Ya tan alto principio, en tal jornada

os muestra el fin de vuestro santo celo,

y anuncia al mundo, para más consuelo

un monarca, un imperio y una espada.

Ya el orbe de la tierra siente en parte:

y espera en todo vuestra monarquía,

conquistada por vos en justa guerra:

que a quien ha dado Christo su estandarte

dará el segundo más dichoso día,

Page 51: Antología de poemas

en que, vencido el mar, venza la tierra.

74

SONETO SOBRE LA RED DEL AMOR

Dígame quién lo sabe: ¿cómo es hecha

la red de Amor, que a tanta gente prende?

¿Y cómo, habiendo tanto que la tiende,

no está del tiempo ya rota o deshecha?

¿Y cómo es hecho el arco que Amor flecha,

pues hierro ni valor se le defiende?

¿Y cómo o dónde halla, o quién le vende,

de plomo, plata y oro tanta flecha?

Y si dicen que es niño, ¿cómo viene

a vencer los gigantes? Y si es ciego,

¿cómo toma al tirar cierta la mira?

Y si, como se escribe, siempre tiene

en una mano el arco, en otra el fuego,

¿cómo tiende la red y cómo tira?

75

MIGUEL DE CERVANTES DE SAAVEDRA (1547-1616)

AL TÚMULO DEL REY FELIPE II EN SEVILLA

Voto a Dios que me espanta esta grandeza

y que diera un doblón por describilla;

porque ¿a quién no sorprende y maravilla

esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza

vale más de un millón, y que es mancilla

que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,

Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto

por qozar este sitio hoy ha dejado

la gloria donde vive eternamente.

Esto oyó un valentón, y dijo: "Es cierto

cuanto dice voacé, señor soldado.

Y el que dijere lo contrario, miente."

Y luego, incontinente,

Page 52: Antología de poemas

76

caló el chapeo, requirió la espada,

miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.

OVILLEJOS

¿Quién menoscaba mis bienes?

¡Desdenes!

¿Y quién aumenta mis duelos?

¡Los celos!

¿Y quién prueba mi paciencia?

¡Ausencia!

De ese modo en mi dolencia

ningún remedio me alcanza,

pues me matan las esperanzas,

desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor?

¡Amor!

¿Y quién mi gloria repugna?

¡Fortuna!

¿Y quién consiente mi duelo?

¡El cielo!

De ese modo yo recelo

morir deste mal extraño,

77

pues se aúnan en mi daño

amor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte?

¡La muerte!

Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?

¡Mudanza!

Y sus males, ¿quién los cura?

¡Locura!

De ese modo no es cordura

querer curar la pasión,

cuando los remedios son

muerte, mudanza y locura.

Page 53: Antología de poemas

REDONDILLA CASTELLANA

Cuando dejaba la guerra

libre nuestro hispano suelo,

con un repentino vuelo

la mejo r flor de la tierra

fue trasplantada en el cielo;

y, al cortarla de su rama,

el mortífero accidente

fue tan oculto a la gente

78

como el que no ve la llama

hasta que quemar se siente.

FERNANDO DE HERRERA (1534-1597)

YO VI UNOS BELLOS OJOS, QUE HIRIERON…

Yo vi unos bellos ojos, que hirieron

con dulce flecha un corazón cuitado,

y que para encender nuevo cuidado

su fuerza toda contra mí pusieron.

Yo vi que muchas veces prometieron

remedio al mal, que sufro no cansado,

y que cuando esperé vello acabado,

poco mis esperanzas me valieron.

Yo veo que se asconden ya mis ojos

y crece mi dolor y llevo ausente

en el rendido pecho el golpe fiero.

Yo veo ya perderse los despojos

y la membrana de mi bien presente

y en ciego engaño de esperanza muero.

79

SONETO I

Yo voy por esta solitaria tierra,

de antiguos pensamientos molestado,

huyendo el resplandor del sol dorado,

que de sus puros rayos me destierra.

El paso a la esperanza se me cierra;

Page 54: Antología de poemas

de una ardua cumbre a un cerro vo enriscado,

con los ojos volviendo al apartado

lugar, solo principio de mi guerra.

Tanto bien presenta la memoria,

y tanto mal encuentra la presencia,

que me desmaya el corazón vencido.

¡Oh crüeles despojos de mi gloria,

desconfïanza, olvido, celo, ausencia!;

¿por qué cansáis a un mísero rendido?

PENSÉ, MAS FUE ENGAÑOSO PENSAMIENTO…

Pensé, mas fué engañoso pensamiento,

armar de puro hielo el pecho mío;

porque el fuego de Amor al grave frío

no desatase en nuevo encendimiento.

80

Procuré no rendirme al mal que siento,

y fue todo mi esfuerzo desvarío;

perdí mi libertad, perdí mi brío,

cobré un perpetuo mal, cobré un tormento.

El fuego al hielo destempló, en tal suerte,

que, gastando su humor, quedó ardor hecho;

y es llama, es fuego, todo cuanto espiro.

Este incendio no puede darme muerte;

que, cuando de su fuerza más deshecho,

tanto más de su eterno afán respiro.

CRISTÓBAL DE CASTILLEJO (1495-1550)

¿QUIÉN NO LLORA LO PASADO?

¿Quién no llora lo pasado

viendo cual va lo presente?,

¿Quién es aquel que no siente

lo que ventura ha quitado?

Yo me vi ser bien amado,

mi deseo en alta cima;

contemplar en lo pasado

La memoria me lastima.

Page 55: Antología de poemas

81

Y pues todo me es ausente

no sé cual remedio escoja;

bien y mal todo me enoja,

¡cuitado de quien lo siente!

Tiempo fue y horas ufanas

las que mi vida gozaron,

donde tristes se sembraron

los simientes de mis canas.

Y pues si tiene por bueno,

bien puedo decir así.

SONETO IV

Si las penas que dais son verdaderas,

como lo sabe bien el alma mía,

¿por qué no me acaban? y sería

sin ellas el morir muy más de veras;

y si por dicha son tan lisonjeras,

y quieren retoçar con mi alegría,

decid, ¿por qué me matan cada día

de muerte de dolor de mil maneras?

Mostradme este secreto ya, señora,

82

sepa yo por vos, pues por vos muero,

si lo que padezco es muerte o vida;

porque, siendo vos la matadora,

mayor gloria de pena ya no quiero

que poder alegar tal homicida.

GUTIERRE DE CETINA (1520-1557)

AMOR MUEVE MIS ALAS, Y TAN ALTO

Amor mueve mis alas, y tan alto

las lleva el amoroso pensamiento,

que de hora en hora así subiendo siento

quedar mi padescer más corto y falto.

Temo tal vez mientra mi vuelo exalto,

mas llega luego a mí el conoscimiento

Page 56: Antología de poemas

y pruébase que es poco en tal tormento

por inmortal honor un mortal salto.

Que si otro puso al mar perpetuo nombre

do el soberbio valor le dio la muerte,

presumiendo de sí más que podía,

83

de mí dirán: «Aquí fue muerto un hombre

que si al cielo llegar negó su suerte,

la vida le faltó, no la osadía.»

CUBRIR LOS BELLOS OJOS…

Cubrir los bellos ojos

con la mano que ya me tiene muerto,

cautela fué por cierto,

que así doblar pensastes mis enojos.

Pero de tal cautela

harto mayor ha sido el bien que el daño;

que el resplandor extraño

del sol se puede ver mientras se cela.

Así que, aunque pensastes

cubrir vuestra beldad, única, inmensa,

yo os perdono la ofensa,

pues, cubiertos, mejor verlos dejastes.

ESTA GUIRNALDA DE SILVESTRES FLORES…

Sobre la cubierta de un libro donde iban escritas

algunas cosas pastoriles...

Esta guirnalda de silvestres flores,

84

de simple mano rústica compuesta

en los bosques de Arcadia, aquí fue puesta

en honra del cantar de los pastores,

a los cuales, si Amor en sus amores

quiera jamás negar demanda honesta,

ruego, si bien el don tan bajo cuesta,

pueda este olmo gozar de mis sudores.

Que si algún tiempo con más docta mano

Page 57: Antología de poemas

las acierto a tejer como maestro,

guardando a los pasados el decoro,

espero, y mi esperar no será en vano,

que el nombre pastoral del siglo nuestro

será tal cual fue ya en la Edad del Oro.

FRANCISCO DE LA TORRE (HACIA 1534)

AL SILENCIO DE LA NOCHE

Sigo, silencio, tu estrellado manto

de transparentes lumbres guarnecido,

enemiga del sol esclarecido,

ave nocturna de agorero canto.

85

El falso mago amor con el encanto

de palabras quebradas por olvido

convirtió mi razón y mi sentido;

mi cuerpo no, por deshacelle en llanto.

Tú, que sabes mi mal, y tú, que fuiste

la ocasión principal de mi tormento,

por quien fui venturoso y desdichado,

oye tú solo mi dolor, que al triste

a quien persigue cielo vïolento,

no le está bien que sepa su cuidado.

ÉSTA ES, TIRSIS, LA FUENTE DO SOLÍA…

Ésta es, Tirsis, la fuente do solía

contemplar tu beldad mi Filis bella;

este el prado gentil, Tirsis, donde ella

su hermosa frente de su flor ceñía.

Aquí, Tirsis, la vi cuando salía

dando la luz de una y otra estrella;

allí, Tirsis, me vido; y tras aquella

haya se me escondió y ansí la vía.

86

En esta cueva deste monte amado

me dio la mano y me ciñó la frente

de verde hiedra y de violetas tiernas.

Page 58: Antología de poemas

Al prado y haya y cueva y monte y fuente

y al cielo desparciendo olor-sagrado,

rindo de tanto bien gracias eternas.

LA BLANCA NIEVE Y LA PURPÚREA ROSA…

La blanca nieve y la purpúrea rosa,

que no acaba su ser calor ni invierno,

el sol de aquellos ojos, puro, eterno,

donde el amor como en su ser reposa;

la belleza y la gracia milagrosa

que descubren del alma el bien interno,

la hermosura donde yo discierno

que está escondida más divina cosa;

los lazos de oro donde estoy atado,

el cielo puro donde tengo el mío,

la luz divina que me tiene ciego;

87

el sosiego que loco me ha tornado,

el fuego ardiente que me tiene frío,

yesca me han hecho de invisible fuego.

NOCHE, QUE EN TU AMOROSO Y DULCE OLVIDO

¡Noche, que en tu amoroso y dulce olvido

escondes y entretienes los cuidados

del enemigo día y los pasados

trabajos recompensas al sentido!

Tú, que de mi dolor me has conducido

a contemplarte, y contemplar mis hados

-enemigos ahora conjurados

contra un hombre del cielo perseguidoasí

las claras lámparas del cielo

siempre te alumbren, y tu amiga frente

de beleño y ciprés tengas ceñida,

que no vierta su luz en este suelo

el claro sol mientras me quejo ausente;

¡De mi pasión bien sabes tú y mi vida!

88

Page 59: Antología de poemas

BIBLIOGRAFÍA

___. Las mejores poesías de la lengua española.

Desde los albores al Siglo de Oro. Tomo 1.

Barcelona: Ediciones 29. 1988.

RICO, Francisco (ed). Historia y Crítica de la Literatura Española. vol.2, Renacimiento. Por Francisco

López Estrada. Barcelona: Crítica.1980.

ALZIEU, Pierre, et. al. Poesía erótica del Siglo de Oro. Barcelona: Crítica, Bibliotteca de Bolsillo,

2000.

FUENTES DIGITALES

http://users.ipfw.edu/jehle/poesia/entantoq.htm

http://www.devocionario.com/textos/p_juan_1.html

http://www.los-poetas.com/

http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/a

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http://amediavoz.com/poesiadeoro.htm

http://mediateca.cl/900/historia/universal/europa/d

ocumento/renacimiento/enaci1.htm#La difusi—n del

arte renacentista

http://www.espanolsinfronteras.com/LenguaCastella

na-RD02-

Literatura05LTEspanolaRenacimiento.htm#IMITACIÓ

N_Y_ORIGINALIDAD_EN_LA_POÉTICA_RENACENTIST

A 90

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN….……………………….……………………1

ANTOLOGÍA………..…………………………………………….1

DE ANÓNIMOS…………………………………………………13

GARCILASO DE LA VEGA…….…………………..18

JUAN BOSCÁN………………………………………..28

FRAY LUIS DE LEÓN………………………………..32

SAN JUAN DE LA CRUZ……………………………40

GIL VICENTE…………………………………………..51

JUAN DEL ENCINA………………………………….55

GASPAR GIL POLO………………………………….59

JUAN DE TIMONEDA………………………………66

SANTA TERESA DE JESÚS………………………..67

HERNANDO DE ACUÑA………………………….73

M. DE CERVANTES DE SAAVEDRA…………..75

FERNANDO DE HERRERA……………………….78

Page 60: Antología de poemas

CRISTÓBAL DE CASTILLEJO……………………..82 91

GUTIERRE DE CETINA…………………………….78

FRANCISCO DE LA TORRE……………………….84

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES………………………………..88 92

93 ESTA OBRA SE ACABÓ DE IMPRIMIR EN EL

AÑO DE 2010 EN LAS IMPRENTAS DE GUTIERRE

IMPRESORES S.A.

CON UN TIRAJE DE 3,000 EJEMPLARES.

SE UTILIZÓ LA FUENTE

CALIBRI 11 Y 13 Y ARIAL 8 Y 9

94

95

DANIELA RÍOS (MÉXICO,

1992) ES PASANTE DE LA

CARRERA DE LENGUA Y

LITERATURAS HISPÁNICAS

DE LA UNAM.

Este libro es su primera

publicación.