antologia de ernest hemingway

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ERNEST HEMINGWAYSeleccin, traduccin y nota de

FEDERICO PATN

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICOCOORDINACIN DE DIFUSIN CULTURAL DIRECCIN DE LITERATURA MXICO, 2010

NDICE

NOTA INTRODUCTORIA, FEDERICO PATN

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LOS ASESINOS

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COLINAS COMO ELEFANTES BLANCOS

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EN EL MUELLE DE ESMIRNA

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UN LUGAR LIMPIO Y BIEN ILUMINADO

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NOTA INTRODUCTORIA

Sirven de epgrafe a Fiesta (1926) unas palabras atribuidas a Gertrude Stein (1874-1946): Todos ustedes son una generacin perdida. Segn, Ernest Hemingway, autor de esa novela, escuch la cita en una conversacin. Stein neg siempre la maternidad de esa idea. Como quiera que haya ocurrido, el trmino generacin perdida ech buenas races y ha sido desde entonces rtulo del grupo de escritores con el aludido. Grupo, sin duda alguna, muy talentoso: baste asentar los nombres del propio Hemingway, de Francis Scott Fitzgerald (1896-1940), de John Dos Passos (18961970), de Ezra Pound (1885-1972). Distingue a esta generacin el haber entrado en conflicto con los valores materialistas, clase media, de su pas, los Estados Unidos. Buscaron en el exilio voluntario respuesta a sus inquietudes, y Pars fue entonces el centro de una vida bohemia, cuyo motor era librarse de la incertidumbre filosfica o existencial que los participantes en el grupo sentan. Recordemos que esto sucedi en la segunda dcada del XX, y una preocupacin ms bien esttica que poltica mova a Ernest Hemingway y compaeros. Sin embargo, Europa termin por negarles la respuesta buscada, y la repatriacin comenz poco a poco. Malcolm Cowley (18981989) hizo la crnica de ese regreso en El retorno del exiliado (1934). Quien se interese por el periodo y la generacin descritos aqu, lea Tierna es la noche (Fitzgerald, 1934) y Pars era una fiesta (Hemingway, 1964). Miembro destacado de ese grupo, Ernest Hemingway nace en Oak Park (Illinois) en 1898. Amante decidido de la caza y la pesca, mostraba ya en tal inclinacin su tendencia a encontrar en la accin fsica, y en el contacto con la naturaleza, una razn de vida. Herido de cierta gravedad en la primera Guerra Mundial fue conductor de ambulancias en Italia, la experiencia lo hace enfrentarse al significado de la muerte, y a partir de all medita sobre el vaco nuclear de toda

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vida y las posibilidades de llenarlo con algn, con cualquier medio. A lo largo de una serie de libros fue explorando los distintos ngulos del problema, y la crtica considera puntos destacados de esa narrativa novelas como la ya mencionada Fiesta, o bien Adis a las armas (1929), Tener y no tener (1932), Por quin doblan las campanas (1940) o El viejo y el mar (1952), relato que bascul en favor de Hemingway la otorgacin del Premio Nobel en 1954. Y estn, desde luego, los cuentos. Nadie negar la prestancia de Hemingway como novelista, pero buenas razones hay para declarar a sus cuentos superiores a las novelas. El famoso estilo econmico incluso seco de Hemingway alcanza sus mejores cotas en los textos breves. Porque las ancdotas, mnimas, son el mero sustento de una exploracin incesante de la conducta humana. De modo repetido nos enfrentamos a seres en discordia consigo mismos, con l o la amante, con el mundo. Un nihilismo radical pone en el trasfondo de esta literatura un sabor de amargura que proviene de la frustracin, de la imposibilidad de relacionarse y, finalmente, de una soledad ntima y radical. Como dice Heinrich Straumann, en Hemingway la prdida de fe est equilibrada por una exposicin ms honesta del funcionamiento de los apetitos bsicos del hombre: el ansia de comida y licor y satisfaccin sexual. Son stos los puntos que hemos querido subrayar mediante los cuentos elegidos para nuestra brevsima antologa. En orden cronolgico, Los asesinos es el de produccin ms antigua. Sabemos que en mayo de 1926, mientras pasaba una temporada en Madrid, Hemingway escriba ya este cuento, con el ttulo primero y provisional de Los matadores. Fue all, en Madrid, que el autor se decidi por el hoy famoso de Los asesinos. Otros cambios hubo: de Petoskey la accin pas a Summit, pueblo cercano a Chicago y, por tanto, prximo a la indudable violencia pandilleril de esa ciudad. Era protagonista un boxeador italiano Neroni ya conocido por otro cuento de Hemingway: La desapa-

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ricin de Pickles McCarty. Pronto se decidi el autor por la figura mucho ms trgica de Ole Andreson. El cuento apareci en Scribners y ha sido desde entonces uno de los ms celebrados de Hemingway, quien lo incluy en su libro Hombres sin mujer (1927). Llevado un par de veces al cine, representa muy bien ciertos rasgos claves de Hemingway como escritor: la irrupcin de la violencia en un mundo habitado por inocentes (la gente del caf), el aprendizaje de ello derivado (patente en Nick Adams, protagonista del ciclo En nuestro tiempo, 1925), el regreso de un pasado, cuya reaparicin explica el fatalismo de Andreson. Desde luego, el uso extraordinario del dilogo, la capacidad de insinuar en el subtexto el significado real de lo narrado, y el darnos una interpretacin del mundo mediante un mnimo de ancdota, ocurrida en un mnimo de tiempo. Viene luego Colinas como elefantes blancos. Fue escrito en el ao 1927 y Hemingway lo incluy a ltima hora en Hombres sin mujer para redondear el libro. El crtico norteamericano Jeffrey Meyer considera que la comparacin de las colinas con elefantes blancos animales imaginarios que representan objetos intiles, como el beb indeseado es decisiva para entender el sentido del cuento. Estamos ante un texto de gran calidad. Todos los elementos incluidos cumplen una funcin determinante: sabemos ya lo que el ttulo simboliza, pero a ello debemos agregar la aridez del paisaje y la soledad del sitio donde ocurre la accin; aridez y soledad que subrayan la situacin de la pareja protagonista, como tambin la subraya que la estacin de tren sea un lugar de paso, un punto de espera transitorio. Nuevamente, una pareja en conflicto sirve para expresar la fragilidad, primero, de las relaciones humanas; la fragilidad, despus, que toda existencia como existencia revela. Sin que jams se lo mencione claramente, el aborto solicitado por el hombre gravita pesadamente sobre el futuro de la pareja. Termina con esa posibilidad de vida, parece decir el cuento, simboliza la terminacin del amor que existi y tal vez an exista entre los protagonistas.

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En 1922 Hemingway cubri la guerra greco-turca. Fueron el resultado de aquella labor catorce artculos periodsticos, y uno de los productos derivados de tal actividad aparece en nuestra antologa: En el muelle de Esmirna, escrito en 1933 y llamado por Hemingway una miniatura. En efecto, se trata de un texto muy breve, destinado a presentarnos un momento trgico de la guerra ocurrida de 1921 a 1923 entre Grecia y Turqua. Una vez ms, aparecen las constantes hemingwayanas: sobriedad en el estilo, uso de los detalles para entregar el significado de la vieta, el asombro ante la capacidad del hombre para lastimarse y una angustia honda porque la vida parece carecer de sentido. Quien lea Las nieves del Kilimanjaro (1936) ver en una de las secciones la utilizacin de un material parecido en un discurso narrativo propiamente cuento ya. Pasemos a James Joyce. En una conversacin con Arthur Power dijo: Es de una gran maestra. De hecho, uno de los mejores cuentos que se hayan escrito; hay en l sustancia. Hablaba de Un lugar limpio y bien iluminado, compuesto por Ernest Hemingway en 1933. Pertenece al libro Nada para el ganador (1933) y es de los cuentos hemingwayanos ms claros en su exploracin de la nada. Presentado con una insistencia notable en los contrastes entre luz y sombra, hace resaltar asimismo la oposicin entre sueo e insomnio, as como la diferente situacin y la distinta actitud de los dos meseros. Eje del cuento, el anciano que bebe hasta altas horas de la noche representa la soledad total en que puede caer un ser humano. Personaje trgico pese a la sobriedad de trazo utilizada para construirlo, sirve de motivo al dilogo significativo de los meseros. El sentido de lo narrado termina concentrndose en la parodia del Padre Nuestro. Pocas veces ha conseguido Hemingway una expresin tan descarnada del problema central a su literatura. Ese anciano bebedor, que ante una mesa intenta evitar los hostigamientos de la nada, fall en suicidarse. No es gratuito este subrayado. Recordemos que el padre de Hemingway se mat porque a pesar de sus

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creencias religiosas, nos dice Meyers, haba perdido bastante dinero, estaba seriamente enfermo y psicolgicamente deprimido Era un hombre fuerte y activo, que no pudo enfrentarse a su enfermedad. La marca dejada en Hemingway por este acontecimiento fue profunda. As, cuando a partir de 1940 siente la disminucin de su capacidad creadora, cuando sabemos que tras cada crisis matrimonial pensaba en matarse, cuando notamos la presencia constante del suicidio en su obra, cuando leemos que en 1961, al volver de la clnica Mayo, sufra de alcoholismo, prdida de la visin, diabetes, hepatitis e impotencia, comprendemos que un hombre tan apasionado por la vida sana, las hazaas de caza y pesca, la sensacin de vigor y fuerza, decidiera no arriesgar el caer en la invalidez total. Por ello se suicida el 2 de julio, de madrugada. La obra pstuma de Hemingway desmerece al lado de la escrita hasta poco ms o menos 1950. Es, simplemente, un material que permite comprender el itinerario completo del escritor. Sin embargo, all est lo publicado con anterioridad: esos libros hablan de un excelente narrador, que en cuentos y novelas modific no slo la idea de estilo, convirtindose en una de las grandes influencias literarias modernas, sino la concepcin de cuento. A partir de Hemingway, no es posible dudar que con un mnimo de elementos es posible crear un mundo complejo, lleno de significados y totalmente prximo a ciertas inquietudes que como seres humanos padecemos.

FEDERICO PATN

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LOS ASESINOS

La puerta de la cafetera de Henry se abri y dos hombres entraron. Se sentaron a la barra. Qu va a ser? les pregunt George. No s dijo uno de los hombres. Qu quieres comer, Al? No s dijo Al. No s qu quiero, comer. Afuera oscureca. Las luces de la calle se encendieron al otro lado de la ventana. Los dos hombres en la barra leyeron el men. Desde el extremo opuesto de la barra Nick Adams los observaba. Haba estado hablando con George cuando los otros entraron. Srveme un filete de cerdo asado con pur de manzana y pur de papas dijo el primer hombre. No est listo an. Entonces para qu demonios lo pones en la carta? Es la cena explic George. Pueden ordenarlo a las seis. George mir el reloj que estaba en la pared tras la barra. Son las cinco. El reloj marca las cinco y veinte dijo el segundo hombre. Adelanta veinte minutos. Oh, al diablo con el reloj dijo el primer hombre. Qu hay de comer? Puedo ofrecerles cualquier tipo de emparedado dijo George. Tambin huevos con jamn, huevos con tocino, hgado con tocino o un bistec. Srveme croquetas de pollo con chcharos, salsa de crema y pur de papas. Es la cena. As que todo lo que se nos antoja es para la cena, no? Ya lo tienes resuelto de ese modo. Puedo ofrecerles huevos con jamn, huevos con tocino, hgado... Quiero huevos con jamn dijo el hombre llamado Al. Usaba un sombrero hongo y un sobretodo negro abotonado a lo largo del pecho. Su cara era pequea y

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blanca y tena los labios apretados. Usaba una bufanda de seda y guantes. Dame huevos con tocino dijo el otro hombre. Era ms o menos de la estatura de Al. Tenan rostros diferentes, pero vestan como gemelos. Ambos usaban sobretodos demasiado estrechos. Se sentaban inclinndose hacia adelante, los codos en la barra. Tienes algo que pueda beber? pregunt Al. Cerveza, refrescos, ginger-ale dijo George. Pregunt si tienes algo que se pueda beber. Lo que dije. Este pueblo es caluroso dijo el otro. Cmo lo llaman? Summit. Habas odo hablar de l? pregunt Al a su amigo. No dijo el amigo. Qu hacen aqu por las noches? pregunt Al. Se ponen a cenar dijo su amigo. Todos vienen aqu y se dan la gran cena. Correcto dijo George. As que lo crees correcto? pregunt Al a George. Seguro. Eres un chico muy listo, verdad? Seguro dijo George. Pues no lo eres dijo el otro hombrecito. O lo es, Al? Es un cretino dijo Al. Se volvi hacia Nick. Cmo te llamas? Adams. Otro listo dijo Al. No es un chico listo, Max? El pueblo est lleno de chicos listos dijo Max. George coloc dos platos, uno de huevos con jamn y el otro de huevos con tocino, en la barra. Puso dos platos complementarios con papas fritas y cerr la ventanilla que daba a la cocina. Cul es su orden? pregunt a Al. No te acuerdas? Huevos con jamn.

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Un chico listo, eso es todo dijo Max. Inclinndose hacia delante, tom los huevos con jamn. Ambos hombres comieron con los guantes puestos. George los observaba comer. Qu miras? y Max mir a George. Nada. Cmo nada. Me estabas mirando. Tal vez el chico quera hacerte una broma, Max dijo Al. George ri. T no tienes que rerte le dijo Max. T no tienes que rerte para nada, entendiste? Est bien. As que en tu opinin est bien Max se volvi hacia Al. Opina que est bien. Eso s que est bueno. Oh, se trata de un pensador dijo Al. Siguieron comiendo. Cmo se llama ese chico listo al final de la barra? pregunt Al a Max. Eh t, chico listo dijo Max a Nick, vete tras la barra con tu amiguito. De qu se trata? pregunt Nick. De nada. Mejor obedece, chico listo dijo Al. Nick camin hasta ponerse tras la barra. De qu se trata? pregunt George. Nada que te concierna dijo Al. Quin est en la cocina? El negro. Qu quieres decir con el negro? El negro que cocina. Ordnale que venga. De qu se trata? Ordnale que venga. Pero dnde se creen que estn? Sabemos muy bien dnde estamos dijo el hombre llamado Max. Parecemos tontos? Hablas como tonto le dijo Al. Para qu demonios discutes con este muchachillo? Escucha le dijo a George, ordnale al negro que salga aqu. Qu le van a hacer?

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Nada. Usa la cabeza, chico listo. Qu bamos a hacerle a un negro? George abri la ventanilla que daba a la cocina: Sam, llam, ven un momento. La puerta de la cocina se abri y el negro entr. Qu pasa? pregunt. Los dos hombres a la barra le echaron un vistazo. Muy bien, negro, qudate donde ests dijo Al. Sam, el negro, de mandil, mir a los dos hombres sentados a la barra. S, seor, dijo. Al se baj del taburete. Me voy a la cocina con el negro y chico listo dijo. Vuelve a la cocina, negro. Vete con l, chico listo el hombrecito entr en la cocina despus de Nick y Sam. La puerta se cerr tras ellos. El hombre llamado Max estaba sentado a la barra, frente a George. No miraba a George, sino al espejo que en el fondo corra a todo lo largo de la barra. A Henrys lo haban transformado de cantina en cafetera. Bueno, chico listo dijo Max, mirando en el espejo, por qu no dices algo? De qu se trata todo esto? Oye, Al llam Max, chico listo quiere saber de qu se trata todo esto. Por qu no se lo dices? la voz de Al vino desde la cocina. De qu crees que se trata todo esto? No s. Qu supones? Max miraba al espejo todo el tiempo que estuvo hablando. No voy a decirlo. Oye, Al, chico listo dice que no va a decir qu piensa que es todo esto. Te oigo sin problemas dijo Al desde la cocina. Mantena abierta con una botella de catsup la divisin por la que los platos pasaban a la cocina. Escucha, chico listo dijo desde la cocina a George, aljate un poco a lo largo de la barra. T, Max, muvete un poco a la izquierda era como un fotgrafo que preparara una foto de grupo.

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Hblame, chico listo dijo Max. Qu crees que va a pasar? George nada dijo. Pues te lo voy a contar dijo Max. Vamos a matar a un sueco. Conoces a un sueco grandote llamado Ole Andreson? S. Viene a cenar aqu todas las noches no? A veces viene. Viene a las seis no? Cuando viene. Todo eso ya lo sabemos, chico listo dijo Max, habla de alguna otra cosa. Vas al cine? De vez en cuando. Debieras ir al cine ms seguido. El cine le conviene a un chico listo como t. Por qu van a matar a Ole Andreson? Qu les hizo? Nunca tuvo oportunidad de hacernos nada. Ni siquiera nos ha visto. Y slo nos va a ver una vez dijo Al desde la cocina. Entonces por qu van a matarlo? pregunt George. Lo vamos a matar a nombre de un amigo. Por complacer a un amigo, chico listo. Cllate dijo Al desde la cocina. Hablas demasiado. Bueno, es que tengo que entretener a chico listo. No es as, chico listo? Hablas demasiado dijo Al. El negro y mi chico listo se entretienen solitos. Los tengo amarrados como un par de amiguitas en un convento. Supongo que fuiste a un convento. Nunca se sabe. Fuiste a un convento ksher. Ah es adonde fuiste. George mir el reloj. Si alguien viene, le dices que no est el cocinero; si insiste, le dices que t irs a la cocina y le cocinars. Entendiste, chico listo?

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Est bien dijo George. Y despus qu van a hacer con nosotros? Eso depende dijo Max. Es una de esas cosas que nunca se saben de antemano. George mir el reloj. Eran las seis y cuarto. La puerta de la calle se abri. Entr un conductor de tranva. Hola, George dijo. Puedo cenar? Sam sali dijo George. Volver en una media hora. Entonces mejor voy calle arriba dijo el conductor. George mir el reloj. Eran las seis y veinte. Esto estuvo bien, chico listo dijo Max. Eres un verdadero caballerito. Saba que le volara los sesos dijo Al desde la cocina. No dijo Max, no se trata de eso. Chico listo es amable. Es un chico amable. Me cae bien. A las seis cincuenta y cinco George dijo: No va a venir. Dos personas ms haban estado en la cafetera. Una de las veces George pas a la cocina y prepar un emparedado de jamn y huevo para llevar, que un hombre quera irse comiendo. Dentro de la cocina vio a Al, su sombrero hongo echado hacia atrs; sentado en un taburete junto a la ventanilla, con un rifle de can recortado apoyado en el anaquel. Nick y el cocinero estaban espalda con espalda en el rincn, una toalla atada a la boca. George prepar el emparedado, lo envolvi en papel encerado, lo puso en una bolsa, lo sac, el hombre pag y se fue. Chico listo hace de todo dijo Max. Sabe cocinar y dems cosas. Sers una esposa perfecta para alguna muchacha, chico listo. En serio? dijo George, Su amigo, Ole Andreson, no va a venir. Le daremos diez minutos ms dijo Max. Max miraba el espejo y el reloj. Las manecillas del reloj marcaron las siete en punto y luego las siete y cinco. Oye, Al dijo Max, mejor no vamos. No va a venir.

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Es mejor darle otros cinco minutos dijo Al desde la cocina. En esos cinco minutos entr un hombre, y George le explic que el cocinero estaba enfermo. Por qu diablos no se consigue otro? pregunt el hombre. No es sta una cafetera o qu? y sali. Vmonos, Al dijo Max. Y qu con los dos chicos listos y el negro? No hay problema. T crees? Seguro. Ya acabamos. No me gusta dijo Al. Es un descuido. Hablas demasiado. Oh, qu diablos dijo Max. Tenemos que entretenernos, no es cierto? De cualquier modo, hablas demasiado dijo Al. Sali de la cocina. Los caones recortados del rifle hacan un bulto ligero bajo la cintura del sobretodo demasiado ajustado. Se arregl el abrigo con las manos enguantadas. Hasta luego, chico listo dijo a George. Eres muy suertudo. Es la pura verdad dijo Max. Debieras apostar a las carreras, chico listo. Los dos salieron por la puerta. A travs de la ventana, George los observ pasar bajo la luz del poste y cruzar la calle. Con sus sobretodos tirantes y sus sombreros de hongo, parecan una pareja de vodevil. George entr a la cocina por la puerta de vaivn y desat a Nick y al cocinero. No quiero saber nada ms de esto dijo Sam, el cocinero. No quiero saber nada ms de esto. Nick se puso de pie. Nunca antes haba tenido una toalla en la boca. Pero oye dijo, qu importa intentaba olvidarlo con una balandronada. Iban a matar a Ole Andreson dijo George. Iban a dispararle cuando entrara a comer. Ole Andreson? Claro.

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El cocinero se palp las comisuras de la boca con los pulgares. Ya se fueron? pregunt. S dijo George, se fueron ya. Esto no me gusta dijo el cocinero, no me gusta pero ni tantito. Oye dijo George a Nick, es mejor que busques a Ole Andreson. Est bien. Es mejor que no te enredes en esto dijo Sam, el cocinero. Es mejor quedarse fuera. No vayas si no quieres dijo George. Mezclarte en esto no te va a llevar a ninguna parte dijo el cocinero. Qudate fuera. Voy a buscarlo dijo Nick a George. Dnde vive? El cocinero se alej. Estos muchachitos, siempre seguros de lo que quieren hacer dijo. Vive all en la pensin Hirsch dijo George a Nick. Voy all entonces. Afuera, la luz del poste brillaba a travs de las ramas desnudas de un rbol. Nick camin calle arriba junto a los rieles del tranva, y en el siguiente poste dio vuelta en una calle lateral. A tres casas estaba la pensin Hirsch. Nick subi los dos escalones y puls el timbre. Una mujer vino a la puerta. Est Ole Andreson? Quiere verlo? S, si est. Nick sigui a la mujer un tramo de escaleras y hasta el final del corredor. La mujer llam a la puerta. Quin es? Alguien quiere verlo, seor Andreson dijo la mujer. Es Nick Adams. Adelante. Nick abri la puerta y entr al cuarto. Ole Andreson yaca en la cama con la ropa puesta. Haba peleado por el campeonato de los pesados y era demasiado largo

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para la cama. Yaca con la cabeza sobre dos almohadones. No mir a Nick. Qu sucede? pregunt. Estaba en Henrys dijo Nick, cuando entraron dos tipos y me ataron con el cocinero, y dijeron que iban a matarlo a usted. Sonaba tonto al decirlo. Ole Andreson nada dijo. Nos encerraron en la cocina continu Nick. Iban a dispararle cuando llegara a cenar. Ole Andreson miraba la pared sin decir nada. George pens que lo mejor era venir y contrselo. No hay nada que pueda hacer al respecto dijo Ole Andreson. Puedo decirle cmo eran. No quiero saber cmo eran dijo Ole Andreson. Miraba la pared. Gracias por venir a contrmelo. No tiene importancia. Nick miraba al hombrn que yaca en la cama. No quiere que vaya con la polica? No dijo Ole Andreson, de nada servira. Hay algo en lo que pueda ayudar? No, no hay nada en lo que puedas ayudar. Tal vez era puro teatro. No, no era puro teatro. Ole Andreson se volvi hacia la pared. Lo nico curioso dijo, hablando hacia la pared, es que no puedo decidirme a salir. He estado aqu todo el da. Y si se fuera del pueblo? No dijo Ole Andreson, ya me cans de estar huyendo. Mir a la pared. No hay nada que se pueda hacer ya. No podra resolverlo de algn modo? No. Met la pata hablaba con la misma voz neutra. No hay nada que se pueda hacer. Dentro de un rato me decidir a salir. Mejor regreso con George dijo Nick. Hasta luego dijo Ole Andreson. No mir en direccin a Nick. Gracias por venir. Nick sali. Al cerrar la puerta, vio a Ole Andreson

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con la ropa puesta, en la cama y mirando la pared. Se ha estado en el cuarto todo el da dijo la casera en la planta baja. Supongo que no se siente bien. Le dije: seor Andreson, debera salir y darse un paseto en un da otoal tan agradable como ste. Pero no se le antojaba. No quiere salir. Lamento que no se sienta bien dijo la mujer. Es un hombre de lo ms bondadoso. Estuvo en el ring, sabe. S, lo s. No se adivinara excepto por cmo tiene la cara dijo la mujer. Hablaban justo en el umbral de la puerta externa. Es tan amable. Bien, pues buenas noches, seora Hirsch dijo Nick. No soy la seora Hirsch dijo la mujer. Ella es la duea. Yo simplemente me encargo del lugar. Soy la seora Bell. Bien, pues buenas noches, seora Bell dijo Nick. Buenas noches dijo la mujer. Nick camin por la calle oscura hasta la esquina iluminada por el poste, y luego a lo largo de los rieles del tranva hasta la cafetera Henrys. George estaba dentro, tras la barra. Viste a Ole? S dijo Nick. Est en su cuarto y no quiere salir. El cocinero abri la puerta de la cocina al or la voz de Nick. No quiero ni escucharlo dijo y cerr la puerta. Le contaste lo ocurrido? pregunt George. Seguro. Se lo dije, pero ya saba de qu se trataba. Qu piensa hacer? Nada. Lo matarn. Supongo que s. Debe haberse enredado en algo all en Chicago. Supongo. Es tremendo.

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Es terrible dijo Nick. Nada dijeron. George se agach por un trapo y limpi la barra. Me pregunto qu habr hecho dijo Nick. Traicionar a alguien. Por eso los matan. Me voy a ir de este pueblo dijo Nick. S dijo George, conviene que lo hagas. No soporto el imaginarla esperando en el cuarto, sabiendo que va a llegarle. Es demasiado terrible. Bueno dijo George, no le des demasiadas vueltas.

COLINAS COMO ELEFANTES BLANCOS Las colinas que cruzaban el valle del Ebro eran largas y blancas. De este lado no haba sombras ni rboles y la estacin se hallaba al sol, entre dos lneas de rieles. Pegada al costado de la estacin estaba la umbra tibia del edificio y una cortina, hecha de cuentas de bamb en ringleras, colgaba en la puerta abierta del bar, para dejar fuera las moscas. El norteamericano y la chica que lo acompaaba estaban en una mesa a la sombra, afuera del edificio. Haca mucho calor y el expreso de Barcelona vendra en cuarenta minutos. Se detena en este empalme dos minutos, para luego seguir hasta Madrid. Qu beberemos? pregunt la chica. Se haba quitado el sombrero, dejndolo sobre la mesa. Hace mucho calor dijo el hombre. Bebamos cerveza. Dos cervezas dijo el hombre en direccin a la cortina. Grandes? pregunt una mujer desde el umbral. S, grandes. La mujer trajo dos vasos de cerveza y dos posavasos de fieltro. Puso los posavasos y los vasos de cerveza sobre la mesa y mir al hombre y a la chica. La chica miraba la lnea de colinas. Eran blancas al sol y el campo caf y seco.

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Parecen elefantes blancos dijo. Nunca vi uno el hombre bebi de su cerveza. No, no habras podido. Podra haber sucedido dijo el hombre. El que digas que no habra podido nada prueba. La chica mir la cortina de cuentas. Pintaron algo en ella dijo. Qu dice? Ans del Toro. Es un licor. Lo probamos? El hombre grit Oiga a travs de la cortina. La mujer sali del bar. Cuatro reales. Queremos dos anises del Toro. Con agua? Lo quieres con agua? No s dijo la chica. Sabe bien con agua? No sabe mal. Los quieren con agua? pregunt la mujer. S, con agua. Sabe a orozuz dijo la chica y puso el vaso en la mesa. As ocurre con todo. S dijo la chica, todo sabe a orozuz. En especial las cosas que has esperado por largo tiempo, como el ajenjo. Oh, no sigas. T empezaste dijo la chica. Me diverta. La estaba pasando bien. Bueno, pues tratemos de pasarla bien. De acuerdo. Lo estaba intentando. Dije que las montaas parecan elefantes blancos. No fue brillante? Fue brillante. Quise probar este trago nuevo. No es todo lo que hacemos, mirar las cosas y probar tragos nuevos? Supongo. La chica mir hacia las colinas. Son colinas adorables dijo. En realidad no parecen elefantes blancos. Quise decir el color de sus pieles a travs de los rboles. Tomamos otro trago? Bueno.

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El tibio viento empuj la cortina de cuentas contra la mesa. La cerveza est fra y agradable dijo al hombre. Encantadora dijo la chica. En serio que es una operacin terriblemente sencilla, Jig dijo el hombre. En serio que ni operacin llega a ser. La chica mir el piso donde se apoyaban las patas de la mesa. S que no te importar, Jig. En serio que no es nada. Simplemente sirve para que entre el aire. La chica nada dijo. Ir contigo y estar contigo todo el tiempo. Simplemente dejan entrar el aire y entonces todo sucede de modo natural. Y despus, qu haremos? Estaremos bien despus. Igual que antes. Qu te hace creerlo? Es lo nico que nos molesta. Lo nico que nos ha hecho infelices. La chica mir la cortina de cuentas, extendi la mano y asi dos de las hileras de cuentas. Y piensas que entonces, todo estar bien y seremos felices. Estoy seguro. No hay por qu tener miedo. Conozco montones de personas que lo han hecho. Tambin yo dijo la chica. Y despus fueron tan felices. Bueno dijo el hombre, si no quieres no tienes que hacerlo. No te obligar a hacerlo si no quieres. Pero s que es completamente sencillo. Y t s lo quieres en serio? Creo que es lo mejor. Pero no quiero que lo hagas si en verdad no quieres hacerlo. Y si lo hago sers feliz y todo ser como antes y me amars? Lo s. Pero si lo hago volver a ser agradable cuando diga que las cosas son como elefantes blancos y te gustar? Me encantar. Me encanta ya, pero simplemente no puedo pensar en ello. Sabes cmo me pongo cuan-

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do algo me preocupa. Si lo hago ya no te preocupars jams? No me preocupar porque es completamente sencillo. Entonces lo har. Porque no me intereso en m. Qu quieres decir? No me intereso en m. Bueno, pues yo s me intereso en ti. Oh s, pero yo no me intereso en m. Lo har y entonces todo volver a estar bien. No quiero que lo hagas si te sientes as. La chica se puso de pie y camin hasta donde terminaba la estacin. Al otro lado haba campos de grano y rboles a lo largo de las riberas del Ebro. Muy lejos, ms all del ro, haba montaas. La sombra de una nube cruz el campo de grano y la chica vio el ro entre los rboles. Y podramos tener todo esto dijo. Podramos tenerlo todo y cada da lo volvemos ms imposible. Qu dijiste? Dije que podramos tenerlo todo. No, no podemos. Podemos tener el mundo entero. No, no podemos. Podemos ir a cualquier sitio. No, no podemos. Ya no es nuestro. Lo es. No, no lo es. Una vez que te lo quitan, jams lo recuperas. Pero no nos lo han quitado. Vamos a esperar y ya veremos. Regresa a la sombra dijo l. No debes sentirte as. No me siento de ningn modo dijo la chica. Simplemente s cosas. No quiero que hagas nada que no quieras hacer... Y eso que me conviene dijo, ya lo s. Podemos pedir otra cerveza? Bueno. Pero debes darte cuenta... Me la doy dijo la chica. No podramos dejar de hablar?

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Se sentaron a la mesa y la chica mir hacia las colinas en la parte seca del valle y el hombre la mir a ella y mir la mesa. Debes darte cuenta dijo que no quiero que lo hagas si no quieres. Estoy por completo dispuesto a que lo tengas si te significa algo. Y a ti nada te significa? Podramos llevarnos bien. Claro que me importa. Pero a nadie quiero sino a ti. No quiero a nadie ms. Y s que es completamente sencillo. S, sabes que es completamente sencillo. Te es muy fcil decir eso, pero s lo s. Haras algo por m ahora? Hara cualquier cosa. Me haras el favor y el favor y el favor y el favor y el favor y el favor de ya no hablar? l nada dijo, pero mir las maletas junto a la pared de la estacin. Haba en ellas etiquetas de todos los hoteles donde pasaron alguna noche. Pero no quiero que lo hagas dijo, no me importa en lo absoluto. Voy a gritar dijo la chica. La mujer sali entre las cortinas con dos vasos de cerveza y los puso encima de los hmedos posavasos de fieltro. El tren llega en cinco minutos dijo. Qu dijo? pregunt la chica. Que el tren llega en cinco minutos. La chica sonri abiertamente a la mujer, para darle las gracias. Es mejor que lleve las maletas al otro lado de la estacin dijo el hombre. La chica le sonri. Est bien. Luego regresa y terminaremos las cervezas. Levant l las dos pesadas maletas y por detrs de la estacin las llev a la otra va. Mir va arriba pero no vio el tren. De regreso atraves el bar, donde beban quienes esperaban el tren. En el bar bebi un ans y mir a la gente. Todos esperaban el tren sensatamente. Sali a travs de la cortina de cuentas. Sentada a la

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mesa la chica le sonri. Te sientes mejor? pregunt l. Me siento muy bien dijo ella. Nada malo me ocurre. Me siento muy bien.

EN EL MUELLE DE ESMIRNA

Lo extrao era, dijo, el modo en que gritaban todas las noches a la medianoche. No s por qu gritaban a esa hora. Estbamos en el puerto y ellos en el muelle y a la medianoche comenzaban a gritar. Solamos echarles encima la luz del reflector para calmarlos. Nunca fallaba. Les pasbamos el reflector por encima dos o tres veces y dejaban de hacerlo. En una ocasin fui el oficial de turno en el muelle, y un oficial turco se me acerc bufando de rabia porque uno de nuestros marinos haba estado de lo ms insultante con l. Por tanto le dije que enviaramos al tipo al barco y lo castigaramos muy severamente. Le ped que me lo sealara. Entonces seal a un ayudante de artillero, un chico de lo ms inofensivo. Dijo que haba estado de lo ms escandalosa y repetidamente insultante; me hablaba por medio de un intrprete. No poda yo imaginar cmo aquel ayudante de artillero saba turco suficiente para mostrarse insultante. Lo llam y dije esto por si hablaste con alguno de los oficiales turcos. Con ninguno de ellos habl, seor. Estoy segursimo dije, pero mejor sube al barco y no vuelvas a tierra por el resto del da. Entonces dije al turco que estbamos embarcando al hombre, y manejaramos el caso del modo ms severo. Oh, del modo ms riguroso. Se sinti lo mximo con eso. Grandes amigos que ramos. Lo peor, dijo, eran las mujeres con bebs muertos. Imposible lograr que aquellas mujeres entregaran sus bebs muertos. Llevaban seis das con los bebs muertos. Simplemente no los entregaban. Nada poda hacerse al respecto. Al final tuvimos que quitrselos.

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Entonces ocurri lo de esa anciana, el caso ms extraordinario. Se lo cont a un mdico y me dijo que menta. Los estbamos sacando del muelle, pues tenamos que sacar a los muertos, y esta anciana yaca en una especie de camilla. Dijeron No quiere echarle una miradita, seor? As que le ech una miradita y justo en ese momento muri y se qued absolutamente tiesa. Levant las piernas y se levant desde la cintura y despus se qued totalmente rgida. Como si hubiera estado muerta toda la noche. Bien muerta y absolutamente rgida. Se lo cont a uno de los mdicos y me dijo que era imposible. All estaban todos en el muelle y en nada era como un terremoto o algo por el estilo porque nunca supieron de los turcos. Nunca supieron lo que esos condenados turcos habran hecho. Recuerdas cuando nos ordenaron no volver ya para llevarnos ms? Senta el viento en contra cuando entramos aquella maana. Tenan tantas bateras como imagines y pudieron habernos barrido del agua, bamos a entrar, navegar muy pegados a lo largo del muelle, soltar las anclas de proa y popa y entonces caonear el barrio turco de la ciudad. Nos habran barrido del agua, pero nosotros simplemente habramos vuelto un infierno la ciudad. Se contentaron con dispararnos unas cuantas salvas cuando entrbamos. Vino Kemal y despidi al comandante turco. Por excederse en sus rdenes o algo parecido. Se sobrepas un poco. Habra sido un caos endemoniado. Recuerdas el puerto. Haba un montn de objetos lindos flotando en l. Fue la nica vez en mi vida que me puse de tal modo que soaba con esos objetos. Te impresionaban menos las mujeres que daban a luz que aquellas con los bebs muertos. Desde luego que daban a luz. Es sorprendente cun pocos murieron. Simplemente las cubras con algo y las dejabas en la tarea. Siempre elegan el lugar ms oscuro de la cala para tenerlos. Ninguna se interesaba en nada una vez que salan del muelle. Tambin los griegos eran chicos simpticos. Cuando evacuaron tenan todos estos animales de carga que no

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podan llevarse, as que les rompieron las patas traseras y los arrojaron a las aguas poco profundas. Todas aquellas mulas con las patas traseras rotas lanzadas a las aguas poco profundas. Fue un asunto agradable. Palabra que s, un asunto de lo ms agradable.

UN LUGAR LIMPIO Y BIEN ILUMINADO Era tarde y todos haban dejado el caf excepto un anciano sentado a la sombra que las hojas del rbol hacan con la luz elctrica. De da la calle era polvosa, pero en la noche el roco abata el polvo y el anciano gustaba de sentarse hasta tarde porque era sordo y ahora de noche todo estaba tranquilo y l senta la diferencia. Los dos meseros en el interior del caf saban que el anciano estaba un poco bebido, y aunque era un buen cliente saban que de beber demasiado se ira sin pagar y lo vigilaban. La semana pasada intent suicidarse dijo uno de los meseros. Por qu? Estaba desesperado. A causa de qu? De nada. Cmo lo sabes? Tiene mucho dinero. Estaban sentados a una mesa prxima a la pared cercana a la puerta del caf y miraban la terraza con las mesas vacas excepto por aqulla donde el anciano estaba sentado a la sombra de las hojas del rbol que se movan ligeramente con el viento. Por la calle pasaron una chica y un soldado. La luz de la calle brill sobre el nmero de latn que l llevaba al cuello. Nada cubra la cabeza de la chica, que caminaba rpido al lado de l. La guardia lo detendr dijo uno de los meseros. Y qu importa, si consigue lo que quiere? Es mejor que salga de la calle. La guardia lo pescar. Pasaron hace cinco minutos.

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El anciano sentado a la sombra golpe el plato con su copa. El mesero ms joven se le acerc. Qu desea? El anciano lo mir. Otro brandy, dijo. Se emborrachar dijo el mesero. El anciano lo mir. El mesero se alej. Se quedar toda la noche dijo a su colega. Ya estoy sooliento. Nunca me acuesto antes de las tres. Debi matarse la semana pasada. El mesero tom del mostrador situado dentro del caf la botella de brandy y otro plato y march hasta la mesa del anciano. Coloc el plato y llen la copa de brandy. Debi usted matarse la semana pasada dijo al sordo. El anciano indic con el dedo: Un poco ms, dijo. El mesero verti en la copa de modo que el brandy, tras derramarse, corri por el pie hasta el plato superior de la pila. Gracias dijo el anciano. El mesero regres la botella al caf. Volvi a sentarse a la mesa con su colega. Ya est borracho dijo. Se emborracha todas las noches. Por qu quiso matarse? Y yo qu s? Cmo lo hizo? Se colg de una cuerda. Quin lo solt? Su sobrina. Por qu lo hicieron? Teman por su alma. Cunto dinero tiene? Mucho. Ha de andar por los ochenta. Pues yo dira que andaba por los ochenta. Ojal se fuera a casa. Nunca me acuesto antes de las tres. Qu horas son sas de irse a la cama? Se desvela porque le gusta. Est solo. Yo no estoy solo. Tengo una esposa que me espera en la cama. Tambin l tuvo esposa alguna vez. Una esposa de nada le servira ahora.

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Quin sabe. Estara mejor con una esposa. Su sobrina lo cuida. Ya lo s. Dices que ella lo descolg. No me gustara ser tan viejo. Un viejo es algo desagradable. No siempre. Este viejo es limpio. Bebe sin salpicarse. Incluso ahora, borracho. Mralo. No quiero mirarlo. Ojal y se fuera a casa. No tiene consideracin por quienes trabajan. El anciano mir desde su vaso al otro lado de la plaza, y luego a los meseros. Otro brandy dijo, sealando la copa. El mesero que tena prisa se acerc. Acabado dijo, hablando con esa omisin de la sintaxis que la gente estpida emplea cuando habla con borrachos o extranjeros. No ms esta noche. Cerrado. Otro dijo el anciano. No. Acabado el mesero limpi con un pao el borde de la mesa y sacudi la cabeza. El anciano se puso de pie, cont lentamente los platos, sac del bolsillo un monedero de cuero y pag los tragos, dejando media peseta de propina. El mesero lo observ alejarse por la calle, un hombre muy anciano que caminaba inestable pero con dignidad. Por qu no lo dejaste quedarse y beber? pregunt el mesero sin prisa. Ponan las contraventanas. No llegan a ser las dos y media. Quiero ir a casa y acostarme. Qu es una hora? Ms para m que para l. Una hora es lo mismo. Tambin t hablas como un viejo. Puede comprarse una botella y bebera en casa. No es lo mismo. No, no lo es acept el mesero que tena esposa. o quera ser injusto. Simplemente estaba de prisa. Y t? No tienes miedo de llegar a casa antes de tu hora? Ests tratando de insultarme?

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No, hombre,* slo de hacerte una broma. No dijo el mesero que estaba de prisa, levantndose tras bajar la cortina de metal. Tengo confianza. Soy todo confianza. Tienes juventud, confianza y empleo dijo el mesero mayor. Lo tienes todo. Y a ti qu te falta? Todo menos empleo. Tienes todo lo que yo. No. Nunca tuve confianza y no soy joven. Vamos, deja de hablar tonteras y cierra. Soy de esos que gustan de quedarse hasta tarde en el caf dijo el mesero de ms edad. Con todos esos que no quieren irse a la cama. Con todos esos que necesitan una luz para la noche. Quiero irme a casa y meterme en la cama. Somos de dos especies diferentes dijo el mesero de ms edad. Estaba ya vestido para irse a casa. Es cuestin de juventud y confianza, aunque esas cosas son muy hermosas. Cada noche soy reacio a cerrar porque puede haber alguien que necesite un caf. Hombre, hay bodegas abiertas toda la noche. No entiendes. Este caf es limpio y agradable. Est bien iluminado. La luz es muy buena y adems, ahora, estn las sombras de las hojas. Buenas nochesdijo el mesero ms joven. Buenas noches dijo el otro. Tras apagar la luz elctrica, continu la conversacin consigo. Es la luz, desde luego, pero es necesario que el lugar est limpio y sea agradable. No quieres msica. Claro que no quieres msica. Tampoco puedes estar ante un bar con dignidad, aunque eso sea lo nico que proporcionan a estas horas. Qu tema? No era temor o miedo. Era una nada que conoca demasiado bien. Era una nada y el hombre una nada tambin. Slo eso y la luz lo nico que necesitaba y algo de limpieza y orden. Algunos lo viven sin sentirlo, pero l saba que todo era nada y pues nada y nada y pues nada. Nada nuestra que ests en la nada, nada sea la nada. Danos esta nada nuestra*

En espaol en el original.

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nada diaria y nadamos nuestra nada como nadamos nuestras nadas y no nos nades en la nada y lbranos de la nada, y nada. Salve nada llena de nada, la nada sea contigo. Sonri y se detuvo ante un bar con una brillante cafetera de vapor a presin. Qu va a ser? pregunt el cantinero. Nada. Otro loco ms dijo el cantinero dndole la espalda. Una copita dijo el mesero. El cantinero se la sirvi. La luz es muy brillante y agradable, pero el bar est descuidado dijo el mesero. El cantinero lo mir pero no respondi. Era demasiado entrada la noche para conversar. Quiere otra copita? pregunt el cantinero. No, gracias dijo el mesero y sali. Le disgustaban los bares y las bodegas. Un caf limpio y bien iluminado era una cosa muy diferente. Ahora, sin otro pensamiento, se ira a casa, a su habitacin. Se echara en la cama y finalmente, con la luz del da, dormira. Despus de todo, se dijo, probablemente que sea insomnio. Muchos lo tendrn.

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Ernest Hemingway, Material de Lectura, serie El Cuento Contemporneo, nm. 63 de la Coordinacin de Difusin Cultural de la UNAM. La edicin estuvo al cuidado de Laura Gonzlez Durn.

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