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    Antologaliteraria

    Ant

    olog

    a li

    tera

    ria

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    MINISTERIO DE EDUCACINDireccin de Educacin Secundaria

    Antologaliteraria

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    MINISTERIO DE EDUCACIN

    Ttulo: Antologa literaria 3

    Ministerio de EducacinCalle Del Comercio N. 193, San BorjaLima 41, PerTelfono: 615-5800www.minedu.gob.pe

    Primera edicin: 2015Tiraje: 390 269 ejemplares

    CoordinadoraKaren Coral Rodrguez

    AntologadoresMarco Bassino PinascoMarcel Velzquez Castro

    EditorAlfredo Acevedo Nestrez

    Recopiladores de textosElizabeth Lino CornejoAgustn Prado Alvarado

    IlustradorOscar Casquino Neyra

    Diseo y diagramacinDante Quiroz JaraCon la colaboracin de Hungria Alipio Saccatoma

    Impreso en talleres grficos de Quad/Graphics Per S.A.Av. Los Frutales 344, AteRUC: 20371828851

    Ministerio de EducacinTodos los derechos reservados. Prohibida la reproduccin de este libro por cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso expreso de los editores.

    Hecho el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del PerN. 2015-14114

    Impreso en el Per / Printed in Peru

    En esta antologa, se ha optado por emplear trminos en masculino para referirse a los gneros de las personas. Esta medida no implica faltar el respeto que todos los seres humanos merecemos. Asimismo, en los relatos, cuentos y poemas se ha mantenido el uso de las variedades regionales del castellano cuando, por voluntad del narrador o autor, el texto original lo propone. Por ltimo, se est aplicando la normativa ortogrfica vigente del espaol, publicada el ao 2010.

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    NDICE

    Presentacin ............................................................................................................. 5introduccin ............................................................................................................. 6

    UNA MANO EN LAS CUERDAS (PGINAS DE UN DIARIO) .................................... 10Alfredo Bryce EcheniqueLA SEORITA CORA ............................................................................................. 20Julio CortzarRIMA XLI ................................................................................................................. 36Gustavo Adolfo BcquerAL AMOR ................................................................................................................. 37Manuel Gonzlez PradaEL TROMPO ............................................................................................................ 38Lorenzo HelgueroHISTORIA ................................................................................................................ 39Blanca Varelaactividades ............................................................................................................... 40

    MI CORBATA .......................................................................................................... 48Manuel BeingoleaEL PRXIMO MES ME NIVELO .......................................................................... 53Julio Ramn RibeyroEL RUMOR DEL OLEAJE ..................................................................................... 61Yukio MishimaIDILIO MUERTO .................................................................................................... 73Csar VallejoLA TREGUA ............................................................................................................. 74Rosario CastellanosUN HOMBRE CON PODER ................................................................................... 79Tradicin oral del Valle del ColcaRELATO DE UN BORRACHO Y UN EPEYUI .................................................... 80Tradicin oral wayuu o guajiro de Venezuela-Colombiaactividades ............................................................................................................... 82

    EL PUENTE ............................................................................................................. 92Franz KafkaEL PRNCIPE ALACRN ....................................................................................... 93Clemente PalmaEL GRILLO .............................................................................................................. 100Pu SonglingEL ERMITAO DEL RELOJ .................................................................................. 104Teresa de la Parra

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    PISHTACO, NACACC ............................................................................................. 113Testimonio de Jess Urbano Rojasactividades ............................................................................................................... 116

    LOS CACHORROS .................................................................................................. 122Mario Vargas LlosaANNA KARENINA .................................................................................................. 127Len TolstiLOS MUERTOS ....................................................................................................... 136Jos Mara EgurenDOLOR ..................................................................................................................... 137Alfonsina StorniEL JOVEN LLORADO ............................................................................................ 138Tradicin oral de Cajatambo, LimaEL CUENTO DE BALLQUISHAHUA ................................................................... 139Tradicin oral quechua de Chachapoyasactividades ............................................................................................................... 140

    AMOR DE REDONDEL. A MODO DE NOVELA ........................................................ 148Clorinda Matto de TurnerUNA VENDETTA .................................................................................................... 153Guy de MaupassantLOS DOS NGELES ............................................................................................... 157Rafael AlbertiEL CNDOR ............................................................................................................ 158Pablo NerudaDOS CUERPOS ....................................................................................................... 159Octavio PazLA HORA .................................................................................................................. 160Juana de Ibarbourouactividades ............................................................................................................... 161

    referencias bibliogrficas ....................................................................................... 167

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    Presentacin

    El libro que tienes en las manos es una puerta que te permite entrar o salir de muchos lugares: un extenso campo, otro planeta, un lugar inventado, el fondo del mar, la mente de una persona. En realidad, no existen lmites para lo que hay detrs de cada puerta.

    Si abres este libro, te encontrars en una clnica donde te van a operar, en un cine donde tu amigo va a declararse, en la calle peleando por defender a uno de tus compaeros, en un barco en medio de una tormenta realizando una hazaa que te har hroe. Tambin te convertirs en un puente, un grillo de pelea, un perro que debe cumplir con una venganza, una persona que ha perdido el deseo de vivir, un cndor

    As, al cruzar el umbral de las diversas puertas, imaginamos que puedes tener algunas preguntas y aqu vamos con ellas y sus respuestas.

    Tengo que leer todos los textos?Lee los textos que quieras. Lee los textos que te atraigan. No todas las

    lecturas son para todos.Una vez que he comenzado una lectura, debo terminarla?Las lecturas de esta coleccin estn aqu para que las disfrutes. Ante la

    primera dificultad, no abandones, dales a la historia y a sus personajes una oportunidad de convencerte, de interesarte.

    Hay un orden para leer los textos?Empieza a leer por donde gustes. Cada texto abre una puerta distinta. Hay

    lecturas que tienen su momento, su lugar. Un da quieres una aventura o rerte un poco, otro experimentar algo que te d miedo o despertar tu curiosidad y vivir el suspenso. As como eliges qu comer, qu ropa usar, a dnde ir puedes elegir qu texto leer.

    Tengo que leer estos textos solamente en clase?Puedes leerlos donde quieras: en el bus, en un parque, en tu casa, junto a un

    ro, frente al mar o en el campo. Puedes leerlos donde te provoque.Tengo que hacer las actividades?Te aconsejamos que las revises, pues te pueden ayudar a orientarte en tu

    lectura, a mirar un texto desde otro punto de vista o tal vez a imaginar nuevas historias y escribirlas. Todo gran viaje empieza con un paso.

    Y entonces, te invitamos a que abras muchas puertas con estas lecturas.

    Vamos!Pasa las pginas y adelante!

    Marco Bassino Pinasco

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    introduccin

    El lenguaje es una facultad constitutiva de la especie humana que ha producido, a lo largo de miles de aos, las lenguas o idiomas del mundo. La literatura se configura como un trabajo sobre la lengua particular de cada escritor para crear una estructura material novedosa que produce significados mediante una forma esttica. Se denomina soporte verbal al anclaje en la palabra de todo texto literario; mientras que la funcin esttica refiere al placer sensorial y cognitivo en el acto mismo de la lectura. Adems, la literatura se ha convertido desde hace mucho en una institucin social con prcticas, criterios de valor y tradiciones.

    En esta antologa, se te ofrece una muestra significativa de la mejor literatura latinoamericana, europea y asitica. Entre ellos, el argentino Julio Cortzar y la venezolana Teresa de la Parra; el checo Franz Kafka y el francs Guy de Maupassant; y el japons Yukio Mishima, entre muchos otros. Entre los autores peruanos tenemos al premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y a la narradora cuzquea Clorinda Matto de Turner.

    Algunos cuentos emplean una modalidad de representacin realista, otros una modalidad fantstica o maravillosa; todos relatan desde la perspectiva de un narrador acciones emocionantes y significativas con temticas asociadas al amor, conflictos sociales, infortunios y exaltaciones, entre otras. Varios cuentos tienen como personajes a adolescentes que viven situaciones comunes, como el primer amor, una operacin de apndice, la iniciacin laboral. Otros cuentos expresan relaciones sociales conflictivas, y la pugna de los personajes por sobreponerse a la dominacin, la tradicin patriarcal y las jerarquas.

    Por su parte, la novela es una narracin ficcional extensa y la especie pica ms leda en tiempos contemporneos. La novela crea un mundo verosmil, donde los personajes nos ofrecen transformaciones, dilemas y conflictos que sorprenden y afectan al lector. En esta antologa, incluimos algunos captulos de Anna Karenina, la gran novela de Len Tolsti, una historia de amor, desasosiego y muerte. El personaje

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    principal se ha convertido en un smbolo de las promesas y amenazas que afronta la mujer en el mundo moderno.

    Adems, en estas pginas encontrars poemas. Los que hemos elegido ofrecen estilos y horizontes estticos variados. Todos adoptan una perspectiva personal o subjetiva para construir, a pesar de la brevedad del formato textual, sentimientos intensos, como la pasin, la rivalidad, la libertad y el amor.

    As mismo, se han incluido algunos textos de la abundante y heterognea tradicin oral del Per y Amrica. Relatos que explican una cosmovisin o validan una conducta social relevante; o testimonios que narran la vida de sujetos populares (en este caso, del retablista ayacuchano Jess Urbano Rojas). Estos textos orales han sido recopilados desde las culturas andina, amaznica (Per) y guajiro (noroeste de Venezuela y norte de Colombia). La tradicin oral trasciende las fronteras geogrficas polticas, pues expresa cultura y visin de mundo de pueblos ancestrales y originarios. Quines son los depositarios de esa memoria que perdura a lo largo del tiempo? Los individuos pertenecientes a sus respectivas comunidades poseen la capacidad de transmitir oralmente sus tradiciones. Evidentemente, unos ms que otros estn interesados y entrenados en esta tarea; varones y mujeres, jvenes, adultos o ancianos nutren a su entorno social evocando la memoria de su espacio cultural, mediante una particular performance verbal. Ellos constituyen el registro vivo de sus memorias locales y son transmisores orales de la memoria que van heredando.

    Por otra parte, todo texto literario ampla el rango de nuestras sensaciones y percepciones: nos convierte en seres ms complejos y ms libres. Leer literatura es un viaje sin pasaje de retorno por la condicin humana y sus mundos reales e imaginarios.

    Marcel Velzquez Castro

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    UNA MANO EN LAS CUERDAS (PGINAS DE UN DIARIO)

    1968 ALFREDO BRYCE ECHENIQUE

    (peruano)

    El Country Club es uno de los hoteles ms elegantes de Lima, y dicen que tiene ms de cien habitaciones. Est situado en San Isidro, barrio residencial, a unos veinte minutos en automvil del centro de Lima, y rodeado de hermosos jardines. Durante el verano, mucha gente viene a baarse en las piscinas del club, y a jugar tenis. Para los muchachos en vacaciones escolares o universitarias, es un entretenido centro de reunin.

    3 de eneroEsta maana he ido al Country por primera vez en estas vacaciones.

    Encontr, como siempre, a muchos amigos. Todos fuman, y me parece que Enrique fuma demasiado. Enrique me ha presentado a su enamorada. Es muy bonita, pero cuando me mira parece que se burlara de m. Se besan todo el tiempo, y es muy incmodo estar con ellos. Yo s que a Enrique le gusta estar conmigo, pero si siguen as, no voy a poder acercarme. Enrique no hace ms que fumar y besar a Carmen. Carlos tambin tiene enamorada, pero creo que lo hace por pasar el verano bien acompaado. No es ni bonita, ni inteligente. Es fea. Los dems no tenemos enamorada. Este verano empieza bien. Hay muchas chicas nuevas, y algunas mocosas del ao pasado se han puesto muy bonitas. Veremos. Regresar como siempre a almorzar a mi casa...

    11 de eneroHoy he visto a la chica ms maravillosa del mundo. Es la primera

    vez que viene a la piscina, y nadie la conoce. Lleg cuando ya iban a cerrar la puerta. Solo vino a recoger a un chiquillo que debe ser su hermano. Me ha encantado. Qu puedo hacer? No me atrev a seguirla. Quin ser? Todo sucedi tan rpido que no tuve tiempo para nada. Me puse demasiado nervioso. Haca rato que estaba sentado en esa banca, sin saber que ella

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    estaba detrs de m. No s cmo se me ocurri voltear. Se ha dado cuenta de que la he mirado mucho, pero no nos hemos atrevido a mirarnos al mismo tiempo. Si no regresa, estoy perdido. Tengo que ir a la piscina todos los das, por la maana y por la tarde. Tengo que...

    15 de enero Parece que seguir viniendo todos los das. Nadie la conoce, y tengo miedo

    de pedirle ayuda a Carlos o a Enrique. Seran capaces de tomarlo a la broma...

    16 de eneroLa he seguido. No se ha dado cuenta de que la he seguido. Vive cerca a

    mi casa. No me explico cmo no la he visto antes. Tal vez sea nueva por aqu... Qu miedo me dio seguirla! Ya s dnde vive. Tengo que conocerla. Maana...

    20 de eneroSe llama Cecilia!No s qu pensar de Piltrafa. Todos dicen que es un ladrn, que es

    maricn y que es un hipcrita. No s qu pensar, porque a m me ha hecho el ms grande favor que se me poda hacer. Me la ha presentado. Y, sin embargo, tengo ganas de matarlo. Me cobr un sol. Yo hubiera pagado mil. Fue la forma en que me la present lo que me da ganas de matarlo. Me traicion. Le dijo que yo le haba pagado un sol para que me la presentara. Ella se rio, y yo no saba qu cara poner. Se ha dado cuenta de que me gusta. La quiero mucho, pero me molesta que lo sepa desde ahora. Mis amigos dicen que eso me ayudar. No s...

    30 de eneroLa adoro! La veo todos los das. Viene a la piscina por las maanas y por las

    tardes. Tenemos nuestra banca, como Enrique y como Carlos. Los mocosos son una pesadilla. Nos miran y se ren de nosotros. Ella tiene miedo de que su hermano nos vea. Se la he presentado a Carlos y a Enrique. Dicen que es muy bonita, pero no me gusta cuando Carlos dice que tiene muy buenos brazos. Lo dice en broma, pero no me gusta. Carmen, la enamorada de Enrique, me ha prometido hacerme el bajo. Ella es mayor y entiende de esas cosas. Qu complicado es todo! Ahora me dicen que disimule; que no la deje entender que estoy templado. Qu difcil! Adems, ella ya lo sabe. Maana voy a decirle para acompaarla hasta su casa...

    31 de eneroHoy la acompa hasta su casa. Nadie sabe cunto la quiero.

    Salieron. Haban estado toda la maana sentados en su banca, y por la tarde, se haban baado juntos. Ahora, l la acompaaba hasta su casa por primera vez. Cecilia se mora de miedo de que su hermano le acusara

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    a su mam. Manolo tambin tena miedo. Ese mocoso es una pesadilla, pensaba, pero al mismo tiempo se senta feliz de acompaarla. Cunto la quera mientras caminaba a su lado! La vea con su traje blanco y sus zapatos blancos, y eso de que fuera hija de austriacos le pareca la cosa ms extica del mundo. La adoraba mientras la miraba de perfil y comprobaba que su nariz era muy respingada, y que tena las manos muy blancas y limpias. Adoraba el movimiento de sus pies al caminar. Es linda. Debe ser buensima. Parece un pato. Y desde entonces la llam pato, y a ella no le molestaba porque le gustaban los patos, y le gustaban las bromas. La adoraba cuando se rea, y se le arrugaba la nariz: Es tan linda. Al llegar a una esquina, Cecilia le seal su casa, y le dijo que era mejor que se despidieran all. Manolo le confes que ya conoca la casa, y que la haba seguido un da. Ella sonri, y le dijo que maana tambin ira a la piscina.

    7 de febreroLa acompao todos los das hasta la puerta de su casa. Su mam nos

    ha visto, pero se hace la que no se da cuenta, y no se molesta. Creo que es buena gente. Cecilia no sabe cunto la quiero! Es tan difcil decir todo lo que uno siente. Hoy, por ejemplo, cuando regresbamos de la piscina, ella me dijo que sus padres la haban amenazado con ponerla interna porque sus notas no haban sido muy buenas. Me di cuenta de que eso la preocupaba mucho. Hubiera querido abrazarla. Hubiera querido decirle que yo era capaz de hablar con sus padres. Adems, quise decirle que si la mandaban interna, yo ira a verla todos los das por la ventana del colegio (no s cmo, porque yo tambin estoy interno). Quise decirle tantas cosas, y solo me atrev a decir que no se preocupara, que todos los padres dicen lo mismo. Es terrible lo poco que uno dice, y lo mucho que siente. La quiero tanto

    10 de febreroPodra morirme. Ayer Cecilia no vino a la piscina porque una

    compaera de clase la haba invitado. La extra mucho. Carlos y Enrique se burlaban. Hoy la he visto nuevamente. Qu maravilloso fue verla entrar! Pareca un pato. Ya todos mis amigos la llaman pato, y yo le he regalado una figura de un pato que hizo uno de mis hermanos. Pero Cecilia me ha contado algo terrible. Ayer, en casa de su amiga, estuvo con Csar. Csar es el don Juan de mi colegio. Es el mayor de todo el colegio y un matn. No puedo tolerarlo. Me parece que me voy a volver loco encerrado aqu, en mi cuarto. Cmo hacer para que no regrese donde esa amiga? Tengo que hablar con Carmen. No debo escribir ms. Esto no es de hombre. Pero podra morirme...

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    12 de febreroHoy Cecilia y yo casi nos hemos muerto de vergenza. Estbamos

    regresando a su casa. No s por qu me senta tan decidido. Me pareca que de un momento a otro me iba a declarar. Si no hubiera sido por esos malditos perros! Casi nos hemos muerto de vergenza. Estaba uno montado sobre el otro. Yo los vi desde que entramos a esa calle, pero no saba qu hacer. Quera regresar, pero cmo le explicaba a Cecilia. No poda pensar, y cuando trat de hablar ya ella estaba ms colorada que yo. Los perros seguan. Estaban cachando No pudimos hablar hasta que llegamos a su casa. Pero, no hay mal, que por bien no venga, porque Cecilia me present a su mam, y con lo confundido que estaba casi no me import. Creo que la seora...

    15 de febreroY ahora tengo que invitar a Cecilia al cine. Mis amigos estn preparando

    todo. En el cine, tengo que pasarle el brazo un rato despus de que empiece la pelcula. Si no protesta, debo tratar de acariciarle el hombro. En la fila de atrs, estarn Enrique con Carmen, y Carlos con Vicky. Ellos se encargarn de darme valor. Pepe y el Chino se sentarn, uno a cada lado nuestro, y hacia la mitad de la pelcula cambiarn de asiento alegando no ver bien. As podr actuar sin que los vecinos me molesten. Ellos llegarn antes que yo, para coger asiento. Todo esto me parece imposible. Si Cecilia se da cuenta, podra molestarse. Hasta cundo durar todo esto. Sera tan fcil que la llamara por telfono en este instante y le dijera cunto la quiero. Qu manera de complicarme la vida! Si todo terminara en el cine; pero no: por la noche, iremos al Parque Salazar, y all tengo que declararme.

    16 de febreroEstoy feliz! Estoy muy nervioso. Cecilia ha aceptado mi invitacin.

    Iremos todos al cine Orrantia. Sus padres la llevarn, y yo debo esperarla en la puerta a las 3.30 de la tarde. Mis amigos entrarn un rato antes para coger los asientos. Dice Cecilia que despus ir a tomar el t a casa de una amiga, en Miraflores, y que luego irn al Parque Salazar juntas. Creo que la primera parte ha salido bien. Estoy muy nervioso, pero estoy contento.

    17 de febreroSoy el hombre ms feliz de la tierra. Cecilia. Cecilia! No puedo escribir.

    No podr dormir. No importa!

    No se hizo esperar. A las 3.30, en punto, Manolo la vio descender del automvil de sus padres, en la puerta del cine. Qu linda! Qu bien le quedaba aquel traje verde! Era la primera vez que la vea con tacn alto. Ms alta, ms bonita, ms graciosa. Pareca un pato en una revista para nios, una revista en colores para nios.

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    Cecilia.Hola, Manolo. Y tus amigos?Nos esperan adentro. Estn guardndonos sitio. Ya tengo las

    entradas.Gracias.Manolo saba dnde estaban sus amigos. Avanz hacia ellos, y esper

    de pie, mientras Cecilia los saludaba. Se senta incapaz de hacer lo que tena que hacer, pues tema que ella se diera cuenta de que todo aquello estaba planeado. Sin embargo, Cecilia, muy tranquila y sonriente, pareca ignorar lo que estaba pasando. Se sentaron.

    No se vayan le deca Manolo al Chino, que estaba a su izquierda. Pero el Chino no le haca caso. No te vayas, Pepe.

    No te muequees, Manolo dijo Pepe, en voz baja, para que Cecilia no lo escuchara.

    Las luces se apagaron, y empez la funcin. Manolo senta que alguien golpeaba su butaca por detrs: Es Carlos. Cecilia miraba tranquilamente hacia el ecran, y no pareca darse cuenta de nada. Estaban pasando un corto de dibujos animados. Faltaba an el noticiario, y luego el intermedio. Manolo no saba cmo se llamaba la pelcula que iban a ver. Haba enmudecido.

    Durante el intermedio, Cecilia volte a conversar con Carmen y Vicky, sentadas ambas en la fila de atrs. Manolo, por su parte, conversaba con Carlos y Enrique. Le pareca que todo eso era un complot contra Cecilia, y se pona muy nervioso al pensar que poda descubrirlo. Mir a Carmen, y ella le gui el ojo como si quisiera decirle que las cosas marchaban bien. Cecilia, muy tranquila, pareca no darse cuenta de lo que estaba pasando. De vez en cuando, miraba a Manolo y sonrea. Las luces se apagaron por segunda vez, y Manolo se cogi fuertemente de los brazos de su asiento.

    No poda voltear a mirarla. Senta que el cuello se le haba endurecido, y le era imposible apartar la mirada del ecran. Era una pelcula de guerra y ante sus ojos volaban casas, puentes y tanques. Haba una bulla infernal, y, sin embargo, todo aquello pareca muy lejano. No lograba comprender muy bien lo que estaba ocurriendo, y por ms que trataba de concentrarse, le era casi imposible seguir el hilo de la accin. Record que Pepe y el Chino se iban a marchar pronto, y sinti verdadero terror. Cecilia se iba a dar cuenta. Se iba a molestar. Todo se iba a arruinar. En el ecran, un soldado y una mujer se besaban cinematogrficamente en una habitacin a oscuras.

    No veo nada dijo Pepe. Voy a cambiarme de asiento.Yo tambin agreg el Chino, pidiendo permiso para salir.Se tiene que haber dado cuenta. Debe estar furiosa, pens Manolo,

    atrevindose a mirarla de reojo: sonriente, Cecilia miraba al soldado, que continuaba besando a la mujer en el ecran. Parece que no se ha dado cuenta, pens mientras senta que sus amigos, atrs, empezaban nuevamente a golpear su butaca. Tengo que mirarla. Pero en ese instante

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    estall una bomba en el ecran y Manolo se crisp. Tengo que mirarla. Volte: en la oscuridad, Cecilia era la mujer ms hermosa del mundo. No pateen, desgraciados. Pero sus amigos continuaban. Continuaron hasta que vieron que el brazo derecho de Manolo se alzaba lentamente. Lenta y temblorosamente. Por qu no patean ahora?, se preguntaba suplicante. Se le haba paralizado el brazo. No poda hacerlo descender. Se le haba quedado as, vertical, como el asta de una bandera. Alguien pate su butaca por detrs, y el brazo empez a descender torpemente, y sin direccin, Manolo lo sinti resbalar por la parte posterior del asiento que ocupaba Cecilia, hasta posarse sobre algo suave y blando: La pierna de Vicky, se dijo, aterrorizado. Pero en ese instante, sinti que alguien lo levantaba y lo colocaba sobre el hombro de Cecilia. La mir: sonriente, la mirada fija en el ecran, Cecilia pareca no haberse dado cuenta de todo lo que haba ocurrido.

    La moda: formidable solucin para nuestra falta de originalidad. El Parque Salazar estaba tan de moda en esos das, que no faltaban quienes hablaban de l como del parquecito. Haca aos que muchachos y muchachas de todas las edades, venan sbados y domingos en busca de su futuro amor, de su actual amor, o de su antiguo amor. Lo importante era venir, y si uno viva en el centro de Lima y tena una novia en Chucuito, la iba a buscar hasta all, para traerla hasta Miraflores, hasta el parquecito Salazar. Incomodidades de la moda: comodidades para nuestra falta de imaginacin. Esta limesima institucin cobr tal auge (creo que as dira don Ricardo Palma), que fue preciso que las autoridades intervinieran. Se decidi ampliar y embellecer el Parque. Lo ampliaron, lo embellecieron, y los muchachos se fueron a buscar el amor a otra parte.

    Manolo no comprenda muy bien eso de ir al Parque Salazar. Le incomodaba verse rodeado de gente que haca exactamente lo mismo que l, pero no le quedaba ms remedio que someterse a las reglas del juego. Y dar vueltas al Parque, con Cecilia, hasta marearse, era parte del juego. No poda hablarle, y tena que hablarle antes de que se enfriara todo lo del cine. Esperar unos minutos ms, y luego le dir para regresar a casa de su amiga, pens. Era la mejor solucin. Ella no se opondra, pues all la iban a recoger sus padres, y en cuanto a la amiga, lo nico que le interesaba era estar a solas con su enamorado. Tampoco se opondra. Sus amigos haban decidido dejarlo en paz esa noche. Les haba prometido declararse, y estaba dispuesto a hacerlo.

    Caminaban hacia la quebrada de Armendriz. Cecilia haba aceptado regresar a casa de su amiga, y pasaran an dos horas antes de que vinieran a recogerla. Tendran tiempo para estar solos y conversar. Manolo saba que haba llegado el momento de declararse, pero no saba cmo empezar, y todo era cosa de empezar. Despus, sera fcil.

    Llegamos dijo Cecilia.Podemos quedarnos aqu, afuera.

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    Era una casa de cualquier estilo, o como muchas en Lima, de todos los estilos. Un muro bastante bajo separaba el jardn exterior de la vereda. Al centro del muro, entre dos pilares, una pequea puerta de madera daba acceso al jardn. Manolo y Cecilia se haban sentado sobre el muro, y permanecan en silencio mientras l buscaba las palabras apropiadas para declararse, y ella estudiaba su respuesta. Una extraa idea rondaba la mente de Manolo.

    Cecilia. Me permites hacer una locura?Todo depende de lo que sea.Di que s. Es una tontera.Bueno, pero dime de qu se trata.Lo hars?S, pero dmelo.Podras subirte un momento sobre este pilar?Bueno, pero ests chiflado.La amaba mientras suba al muro, y le pareca que era una muchacha

    maravillosa porque haba aceptado subir. Desde la vereda, Manolo la contemplaba mientras se llevaba ambas manos a las rodillas, cubrindolas con su falda para que no le viera las piernas.

    Ya, Manolo. Aprate. Nos van a ver, y van a pensar que estamos locos.Te quiero, Cecilia. Tienes que ser mi enamorada.Para eso me has hecho subirme aqu?Cecilia dio un salto, y cay pesadamente sobre la vereda como una

    estatua que cae de su pedestal. Lo mir sonriente, pero luego record que deba ponerse muy seria.

    Cecilia...Manolo dijo Cecilia, en voz muy baja, y mirando hacia el suelo.

    Mis amigas me han dicho que cuando un muchacho se te declara, debes hacerlo esperar. Dicen que tienes que asegurarte primero. Pero yo soy distinta, Manolo. No puedo mentir. Hace tiempo que t tambin me gustas y te mentira si te dijera que T tambin me gustas, Manolo...

    A las 9 de la noche, los padres de Cecilia vinieron a recogerla. Manolo la vio partir, y luego corri a contarles a sus amigos por qu esa noche era la noche ms feliz de su vida.

    2 de marzoNos vemos todos los das, maana y tarde en la piscina. Tenemos

    nuestra banca, y ahora tenemos derecho a permanecer largo rato con Carmen y con Enrique, con Carlos y con Vicky. Hoy le he cogido la mano por primera vez. Sent que uno de los ms viejos sueos de mi vida se estaba realizando. Sin embargo, despus sent un inmenso vaco. Era como

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    si hubiera despertado de un sueo. Creo que es mejor soar. Me gustara que las cosas vinieran con ms naturalidad. Todava me falta besarla. Segn Carlos, debo besarla primero disimuladamente, mientras estamos en nuestra banca. Despus tendr que llevarla a pasear por los jardines, entre los rboles. Hasta cundo no podr quererla en paz? La adoro. Tenemos nuestra banca. Tenemos nuestro cine, pero nada es tan importante como la calle y el muro que tenemos en Miraflores...

    6 de marzoHoy llev a Cecilia por los jardines. Nos escondimos entre unos rboles,

    y la bes muchas veces. Nos abrazbamos con mucha fuerza. Ella me dijo que era el primer hombre que la besaba. Yo segu los consejos de Enrique, y le dije que ya haba besado a otras chicas antes. Enrique dice que uno nunca debe decirle a una mujer que es la primera vez que besa, o cualquier otra cosa. Me dio pena mentirle. Haca mucho rato que nos estbamos besando, y yo tena miedo de que alguien viniera. Cecilia no quera irse. Un jardinero nos descubri y fue terrible. Nos miraba sin decir nada, y nosotros no sabamos qu hacer. Regresamos corriendo hasta la piscina. Todo esto tiene algo de ridculo. Cecilia se qued muy asustada, y me dijo que tenamos que ir a misa juntos y confesarnos...

    7 de marzoHoy nos hemos confesado. No saba qu decirle al padre. Enrique

    dice que no es pecado, pero Cecilia tena cada vez ms miedo. A m me provocaba besarla de nuevo para ver si era pecado. No me atrev. Gracias a Dios, ella se confes primero. Yo la segu y creo que el padre se dio cuenta de que era su enamorado. Me pregunt si besaba a mi enamorada, antes de que yo le dijera nada. Al final de la misa nos vio salir juntos y se sonri.

    Cecilia me ha pedido que vayamos a misa juntos todos los domingos. Me parece una buena idea. Iremos a misa de once; y de esa manera podr verla tambin los domingos por la maana. Adems, estaba tan bonita en la iglesia. Se cubre la cabeza con un pauelo de seda blanco, y su nariz respingada resalta. Se pone linda cuando reza, y a m me gusta mirarla de reojo.

    Tiene un misal negro, inmenso, y muy viejo. Dice que se lo regal una ta que es monja, cuando hizo su primera comunin. Lo tiene lleno de estampas, y entre las estampas hay una foto ma. Me ha confesado que le gusta mirarla cuando reza. Cecilia es muy buena...

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    14 de marzoNo me gusta tener que escribir esto, pero creo que no me queda ms

    remedio que hacerlo. Dejar de decir una cosa que es verdad, es casi como mentir. Nunca dejar que lean esto. Solo s que ahora odio a Csar ms que nunca. Lo odio. Si Cecilia lo conociera mejor, tambin lo odiara.

    La estaba esperando en la puerta del cine Orrantia (nuestro cine). Todo marchaba muy bien hasta que pas el imbcil de Csar. Me pregunt si estaba esperando a Cecilia. Le contest que s. Se rio como si se estuviera burlando de m, y me pregunt si alguna vez me haba imaginado a Cecilia cagando. Luego se larg muerto de risa. No s cmo explicar lo que sent. Esa grosera. La asquerosidad de ese imbcil. Me pareca ver imgenes. Rechazaba todo lo que se me vena a la imaginacin. Solo s que cuando Cecilia lleg, me costaba trabajo mirarla. Le digo que la adoro, y siento casi un escalofro. Pero la voy a querer toda mi vida.

    La amaba porque era un muchacho de quince aos, y porque ella era una muchacha de quince aos. Cuando hablaba de Cecilia, Manolo hablaba siempre de su nariz respingada y de sus ojos negros; de sus pecas que le quedaban tan graciosas y de sus zapatos blancos. Hablaba de las faldas escocesas de Cecilia, de sus ocurrencias y de sus bromas. Le coga la mano, la besaba, pero todo eso tena para l algo de leccin difcil de aprender. De esas lecciones que hay que repasar, de vez en cuando, para no olvidarlas. No prestaba mucha atencin cuando sus amigos le decan que Cecilia tena bonitos brazos y bonitas piernas. Su amor era su amor. l lo haba creado y quera conservarlo como a l le gustaba. Cecilia tena ms de pato, de ngel, y de colegiala, que de mujer. Cuando le coga la mano era para acariciarla. Le hablaba para que ella le contestara, y as poder escuchar su voz. Cuando la abrazaba, era para protegerla. (Casi nunca la abrazaba de da.) No conoca otra manera de amar. Haba, siquiera, otra manera de amar? No conoca an el amor de esa madre, que, sonriente, sostena con una mano la frente del hijo enfermo, y con la otra, la palangana en que rebalsaba el vmito. Sonrea porque saba que vomitar lo aliviara. Manolo no tena la culpa. Cecilia era su amor.

    18 de marzoHoy castigaron a Cecilia, pero ella es muy viva, y no s qu pretexto

    invent para ir a casa de una amiga. Yo la recog all, y nos escapamos hasta Chaclacayo. Somos unos brbaros, pero ya pas el susto, y creo que ha sido un da maravilloso. Llegamos a la hora del almuerzo. Comimos anticuchos, choclos, y picarones, en una chingana. Yo tom una cerveza, y ella una gaseosa. Por la radio, escuchamos una serie de canciones de moda. Dice Cecilia que cuando empiece el colegio, nos van a invitar a muchas fiestas y que tenemos que escoger nuestra cancin. La chingana estaba llena de camioneros, y a m me daba vergenza cuando decan lisuras, pero Cecilia se rea y no les tena miedo. Ellos tambin se rieron con nosotros.

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    Nos alcanz la plata con las justas, pero pudimos guardar lo suficiente para el regreso. Al salir, caminamos hasta Santa Ins. Es un lugar muy bonito, y el sol hace que todo parezca maravilloso. Nos paseamos un rato largo, y luego decidimos bajar hasta el ro. All nos quitamos los zapatos y las medias, y nos remangamos los pantalones. Nos metimos al ro, hicimos una verdadera batalla de agua. Somos unos locos. Salimos empapados, pero nos quedamos sentados al borde del ro, y nuestra ropa empez a secarse. Cazamos algunos renacuajos, pero nos dio pena, y los devolvimos al ro antes de que se murieran. Debe haber sido en ese momento que la empec a besar. Estaba echada de espaldas, sobre la hierba. Senta su respiracin en mi pecho. Cecilia estaba muy colorada. Haca un calor brbaro. Nos besamos hasta que el sol empez a irse. Nos besamos hasta que nos dio mucho miedo. Nos quedamos mudos un rato largo. Cecilia fue la primera en hablar. Me dijo que nuestra ropa ya se haba secado.

    Era ya de noche cuando regresamos a Lima. Nadie sabr nunca cunto nos queramos en el mnibus. Nos dio mucha risa cuando ella encontr un pedazo de pasto seco entre sus cabellos. La quiero muchsimo. Volveremos a Chaclacayo y a Santa Ins.

    25 de marzoDetesto esas tas que vienen de vez en cuando a la casa, y me dicen

    que he crecido mucho. Sin embargo, parece que esta vez es verdad. Cecilia y yo hemos crecido. Hoy tuvimos que ir, ella donde la costurera, y yo donde el sastre, para que le bajen la basta a nuestros uniformes del colegio. La adoraba mientras me probaba el uniforme, y me imaginaba lo graciosa que quedara ella con el suyo. Le he comprado una insignia de mi colegio, y se la voy a regalar para que la lleve siempre en su maleta. Estoy seguro de que ella tambin pensaba en m mientras se probaba su uniforme.

    11 de abrilEs nuestro ltimo ao de colegio. Vamos a terminar los dos de diecisis

    aos, pero yo los cumplo tres meses antes que ella. Estoy nuevamente interno. Es terrible. No nos han dejado salir el primer fin de semana. Dicen que tenemos que acostumbrarnos al internado. Recin la ver el sbado. Tengo que hacerme amigo de uno de los externos para que nos sirva de correo.

    Estoy triste y estoy preocupado. Estaba leyendo unos cuentos de Chjov, y he encontrado una frase que dice: Porque en el amor, aquel que ms ama es el ms dbil. Me gustara ver a Cecilia.

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    LA SEORITA CORA1966

    JULIO CORTZAR(argentino)

    We'll send your love to college, all for a year or two,

    And then perhaps in time the boy will do for you.

    The Trees That Grow so High1(Cancin folclrica inglesa)

    No entiendo por qu no me dejan pasar la noche en la clnica con el nene, al fin y al cabo soy su madre y el doctor De Luisi nos recomend personalmente al director. Podran traer un sof cama y yo lo acompaara para que se vaya acostumbrando, entr tan plido el pobrecito como si fueran a operarlo en seguida, yo creo que es ese olor de las clnicas, su padre tambin estaba nervioso y no vea la hora de irse, pero yo estaba segura de que me dejaran con el nene. Despus de todo tiene apenas quince aos y nadie se los dara, siempre pegado a m aunque ahora con los pantalones largos quiere disimular y hacerse el hombre grande. La impresin que le habr hecho cuando se dio cuenta de que no me dejaban quedarme, menos mal que su padre le dio charla, le hizo poner el piyama y meterse en la cama. Y todo por esa mocosa de enfermera, yo me pregunto si verdaderamente tiene rdenes de los mdicos o si lo hace por pura maldad. Pero bien que se lo dije, bien que le pregunt si estaba segura de que tena que irme. No hay ms que mirarla para darse cuenta de quin es, con esos aires de vampiresa y ese delantal ajustado, una chiquilina de porquera que se cree la directora de la clnica. Pero eso s, no se la llev de arriba, le dije lo que pensaba y eso que el nene no saba dnde meterse de vergenza

    1 Enviaremos tu amor a estudiar / por todo un ao o hasta dos / y quiz entonces, con el tiempo, el chico lo har por ti. Los rboles crecen tan alto. (La traduccin es para esta edicin).

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    y su padre se haca el desentendido y de paso seguro que le miraba las piernas, como de costumbre. Lo nico que me consuela es que el ambiente es bueno, se nota que es una clnica para personas pudientes; el nene tiene un velador de lo ms lindo para leer sus revistas, y por suerte su padre se acord de traerle caramelos de menta, que son los que ms le gustan. Pero maana por la maana, eso s, lo primero que hago es hablar con el doctor De Luisi para que la ponga en su lugar a esa mocosa presumida. Habr que ver si la frazada lo abriga bien al nene, voy a pedir que por las dudas le dejen otra a mano. Pero s, claro que me abriga, menos mal que se fueron de una vez, mam cree que soy un chico y me hace hacer cada papeln. Seguro que la enfermera va a pensar que no soy capaz de pedir lo que necesito, me mir de una manera cuando mam le estaba protestando... Est bien, si no la dejaban quedarse qu le vamos a hacer, ya soy bastante grande para dormir solo de noche, me parece. Y en esta cama se dormir bien, a esta hora ya no se oye ningn ruido, a veces de lejos el zumbido del ascensor que me hace acordar a esa pelcula de miedo que tambin pasaba en una clnica, cuando a medianoche se abra poco a poco la puerta y la mujer paraltica en la cama vea entrar al hombre de la mscara blanca...

    La enfermera es bastante simptica, volvi a las seis y media con unos papeles y me empez a preguntar mi nombre completo, la edad y esas cosas. Yo guard la revista en seguida porque hubiera quedado mejor estar leyendo un libro de veras y no una fotonovela, y creo que ella se dio cuenta pero no dijo nada, seguro que todava estaba enojada por lo que le haba dicho mam y pensaba que yo era igual que ella y que le iba a dar rdenes o algo as. Me pregunt si me dola el apndice y le dije que no, que esa noche estaba muy bien. A ver el pulso, me dijo, y despus de tomrmelo anot algo ms en la planilla y la colg a los pies de la cama. Tens hambre?, me pregunt, y yo creo que me puse colorado porque me tom de sorpresa que me tuteara, es tan joven que me hizo impresin. Le dije que no, aunque era mentira porque a esa hora siempre tengo hambre. Esta noche vas a cenar muy liviano, dijo ella, y cuando quise darme cuenta ya me haba quitado el paquete de caramelos de menta y se iba. No s si empec a decirle algo, creo que no. Me daba una rabia que me hiciera eso como a un chico, bien poda haberme dicho que no tena que comer caramelos, pero llevrselos... Seguro que estaba furiosa por lo de mam y se desquitaba conmigo, de puro resentida; qu s yo, despus que se fue se me pas de golpe el fastidio, quera seguir enojado con ella pero no poda. Qu joven es, clavado que no tiene ni diecinueve aos, debe haberse recibido de enfermera hace muy poco. A lo mejor viene para traerme la cena; le voy a preguntar cmo se llama, si va a ser mi enfermera tengo que darle un nombre. Pero en cambio vino otra, una seora muy amable vestida de azul que me trajo un caldo y bizcochos y me hizo tomar unas pastillas verdes.

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    Tambin ella me pregunt cmo me llamaba y si me senta bien, y me dijo que en esta pieza dormira tranquilo porque era una de las mejores de la clnica, y es verdad porque dorm hasta casi las ocho en que me despert una enfermera chiquita y arrugada como un mono pero muy amable, que me dijo que poda levantarme y lavarme pero antes me dio un termmetro y me dijo que me lo pusiera como se hace en estas clnicas, y yo no entend porque en casa se pone debajo del brazo, y entonces me explic y se fue. Al rato vino mam y qu alegra verlo tan bien, yo que me tema que hubiera pasado la noche en blanco el pobre querido, pero los chicos son as, en la casa tanto trabajo y despus duermen a pierna suelta aunque estn lejos de su mam que no ha cerrado los ojos la pobre. El doctor De Luisi entr para revisar al nene y yo me fui un momento afuera porque ya est grandecito, y me hubiera gustado encontrrmela a la enfermera de ayer para verle bien la cara y ponerla en su sitio nada ms que mirndola de arriba a abajo, pero no haba nadie en el pasillo. Casi en seguida sali el doctor De Luisi y me dijo que al nene iban a operarlo a la maana siguiente, que estaba muy bien y en las mejores condiciones para la operacin, a su edad una apendicitis es una tontera. Le agradec mucho y aprovech para decirle que me haba llamado la atencin la impertinencia de la enfermera de la tarde, se lo deca porque no era cosa de que a mi hijo fuera a faltarle la atencin necesaria. Despus entr en la pieza para acompaar al nene que estaba leyendo sus revistas y ya saba que lo iban a operar al otro da. Como si fuera el fin del mundo, me mira de un modo la pobre, pero si no me voy a morir, mam, haceme un poco el favor. Al Cacho le sacaron el apndice en el hospital y a los seis das ya estaba queriendo jugar al ftbol. Andate tranquila que estoy muy bien y no me falta nada. S, mam, s, diez minutos queriendo saber si me duele aqu o ms all, menos mal que se tiene que ocupar de mi hermana en casa, al final se fue y yo pude terminar la fotonovela que haba empezado anoche.

    La enfermera de la tarde se llama la seorita Cora, se lo pregunt a la enfermera chiquita cuando me trajo el almuerzo; me dieron muy poco de comer y de nuevo pastillas verdes y unas gotas con gusto a menta; me parece que esas gotas hacen dormir porque se me caan las revistas de la mano y de golpe estaba soando con el colegio y que bamos a un pcnic con las chicas del Normal como el ao pasado y bailbamos a la orilla de la pileta, era muy divertido. Me despert a eso de las cuatro y media y empec a pensar en la operacin, no que tenga miedo, el doctor De Luisi dijo que no es nada, pero debe ser raro la anestesia y que te corten cuando ests dormido, el Cacho deca que lo peor es despertarse, que duele mucho y por ah vomits y tens fiebre. El nene de mam ya no est tan garifo2 como ayer, se le nota en la cara que tiene un poco de miedo, es tan chico que casi me da lstima. Se sent de golpe en la cama cuando me 2 Garifo: altanero, ostentoso (argentinismo en desuso).

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    vio entrar y escondi la revista debajo de la almohada. La pieza estaba un poco fra y fui a subir la calefaccin, despus traje el termmetro y se lo di. Te lo sabes poner?, le pregunt, y las mejillas pareca que iban a reventrsele de rojo que se puso. Dijo que s con la cabeza y se estir en la cama mientras yo bajaba las persianas y encenda el velador. Cuando me acerqu para que me diera el termmetro segua tan ruborizado que estuve a punto de rerme, pero con los chicos de esa edad siempre pasa lo mismo, les cuesta acostumbrarse a esas cosas. Y para peor me mira en los ojos, por qu no le puedo aguantar esa mirada si al final no es ms que una mujer, cuando saqu el termmetro de debajo de las frazadas y se lo alcanc, ella me miraba y yo creo que se sonrea un poco, se me debe notar tanto que me pongo colorado, es algo que no puedo evitar, es ms fuerte que yo. Despus anot la temperatura en la hoja que est a los pies de la cama y se fue sin decir nada. Ya casi no me acuerdo de lo que habl con pap y mam cuando vinieron a verme a las seis. Se quedaron poco porque la seorita Cora les dijo que haba que prepararme y que era mejor que estuviese tranquilo la noche antes. Pens que mam iba a soltarle alguna de las suyas pero la mir noms de arriba abajo, y pap tambin pero yo al viejo le conozco las miradas, es algo muy diferente. Justo cuando se estaba yendo la o a mam que le deca a la seorita Cora: Le agradecer que lo atienda bien, es un nio que ha estado siempre muy rodeado por su familia, o alguna idiotez por el estilo, y me hubiera querido morir de rabia, ni siquiera escuch lo que le contest la seorita Cora, pero estoy seguro de que no le gust, a lo mejor piensa que me estuve quejando de ella o algo as.

    Volvi a eso de las seis y media con una mesita de esas de ruedas llena de frascos y algodones, y no s por qu de golpe me dio un poco de miedo, en realidad no era miedo pero empec a mirar lo que haba en la mesita, toda clase de frascos azules o rojos, tambores de gasa y tambin pinzas y tubos de goma, el pobre deba estar empezando a asustarse sin la mam que parece un papagayo endomingado, le agradecer que atienda bien al nene, mire que he hablado con el doctor De Luisi, pero s, seora, se lo vamos a atender como a un prncipe. Es bonito su nene, seora, con esas mejillas que se le arrebolan apenas me ve entrar. Cuando le retir las frazadas hizo un gesto como para volver a taparse, y creo que se dio cuenta de que me haca gracia verlo tan pudoroso. A ver, bajate el pantaln del piyama, le dije sin mirarlo en la cara. El pantaln?, pregunt con una voz que se le quebr en un gallo. S, claro, el pantaln, repet, y empez a soltar el cordn y a desabotonarse con unos dedos que no le obedecan. Le tuve que bajar yo misma el pantaln hasta la mitad de los muslos, y era como me lo haba imaginado. Ya sos un chico crecidito, le dije, preparando la brocha y el jabn aunque la verdad es que poco tena para afeitar. Cmo te llaman en tu casa?, le pregunt mientras

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    lo enjabonaba. Me llamo Pablo, me contest con una voz que me dio lstima, tanta era la vergenza. Pero te darn algn sobrenombre, insist, y fue todava peor porque me pareci que se iba a poner a llorar mientras yo le afeitaba los pocos pelitos que andaban por ah. As que no tens ningn sobrenombre? Sos el nene solamente, claro. Termin de afeitarlo y le hice una sea para que se tapara, pero l se adelant y en un segundo estuvo cubierto hasta el pescuezo. Pablo es un bonito nombre, le dije para consolarlo un poco; casi me daba pena verlo tan avergonzado, era la primera vez que me tocaba atender a un muchachito tan joven y tan tmido, pero me segua fastidiando algo en l que a lo mejor le vena de la madre, algo ms fuerte que su edad y que no me gustaba, y hasta me molestaba que fuera tan bonito y tan bien hecho para sus aos, un mocoso que ya deba creerse un hombre y que a la primera de cambio sera capaz de soltarme un piropo.

    Me qued con los ojos cerrados, era la nica manera de escapar un poco de todo eso, pero no serva de nada porque justamente en ese momento agreg: As que no tens ningn sobrenombre? Sos el nene solamente, claro, y yo hubiera querido morirme, o agarrarla por la garganta y ahogarla, y cuando abr los ojos le vi el pelo castao casi pegado a mi cara porque se haba agachado para sacarme un resto de jabn, y ola a champ de almendra como el que se pone la profesora de dibujo, o algn perfume de esos, y no supe qu decir y lo nico que se me ocurri fue preguntarle: Usted se llama Cora, verdad? Me mir con aire burln, con esos ojos que ya me conocan y que me haban visto por todos lados, y dijo: La seorita Cora. Lo dijo para castigarme, lo s, igual que antes haba dicho: Ya sos un chico crecidito, nada ms que para burlarse. Aunque me daba rabia tener la cara colorada, eso no lo puedo disimular nunca y es lo peor que me puede ocurrir, lo mismo me anim a decirle: Usted es tan joven que... Bueno, Cora es un nombre muy lindo. No era eso, lo que yo haba querido decirle era otra cosa y me parece que se dio cuenta y le molest, ahora estoy seguro de que est resentida por culpa de mam, yo solamente quera decirle que era tan joven que me hubiera gustado poder llamarla Cora a secas, pero cmo se lo iba a decir en ese momento cuando se haba enojado y ya se iba con la mesita de ruedas y yo tena unas ganas de llorar, esa es otra cosa que no puedo impedir, de golpe se me quiebra la voz y veo todo nublado, justo cuando necesitara estar ms tranquilo para decir lo que pienso. Ella iba a salir pero al llegar a la puerta se qued un momento como para ver si no se olvidaba de alguna cosa, y yo quera decirle lo que estaba pensando pero no encontraba las palabras y lo nico que se me ocurri fue mostrarle la taza con el jabn, se haba sentado en la cama y despus de aclararse la voz dijo: Se le olvida la taza con el jabn, muy seriamente y con un tono de hombre grande. Volv a buscar la taza y un poco para que se calmara le pas la mano por la mejilla. No te

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    aflijas, Pablito, le dije. Todo ir bien, es una operacin de nada. Cuando lo toqu ech la cabeza atrs como ofendido, y despus resbal hasta esconder la boca en el borde de las frazadas. Desde ah, ahogadamente, dijo: Puedo llamarla Cora, verdad?. Soy demasiado buena, casi me dio lstima tanta vergenza que buscaba desquitarse por otro lado, pero saba que no era el caso de ceder porque despus me resultara difcil dominarlo, y a un enfermo hay que dominarlo o es lo de siempre, los los de Mara Luisa en la pieza catorce o los retos del doctor De Luisi que tiene un olfato de perro para esas cosas. Seorita Cora, me dijo tomando la taza y yndose. Me dio una rabia, unas ganas de pegarle, de saltar de la cama y echarla a empujones, o de... Ni siquiera comprendo cmo pude decirle: Si yo estuviera sano, a lo mejor me tratara de otra manera. Se hizo la que no oa, ni siquiera dio vuelta la cabeza, y me qued solo y sin ganas de leer, sin ganas de nada, en el fondo hubiera querido que me contestara enojada para poder pedirle disculpas porque en realidad no era lo que yo haba pensado decirle, tena la garganta tan cerrada que no s cmo me haban salido las palabras, se lo haba dicho de pura rabia pero no era eso, o a lo mejor s pero de otra manera.

    Y s, son siempre lo mismo, una los acaricia, les dice una frase amable, y ah noms asoma el machito, no quieren convencerse de que todava son unos mocosos. Esto tengo que contrselo a Marcial, se va a divertir y cuando maana lo vea en la mesa de operaciones le va a hacer todava ms gracia, tan tiernito el pobre con esa carucha arrebolada, maldito calor que me sube por la piel, cmo podra hacer para que no me pase eso, a lo mejor respirando hondo antes de hablar, qu s yo. Se debe haber ido furiosa, estoy seguro de que escuch perfectamente, no s cmo le dije eso, yo creo que cuando le pregunt si poda llamarla Cora no se enoj, me dijo lo de seorita porque es su obligacin pero no estaba enojada, la prueba es que vino y me acarici la cara; pero no, eso fue antes, primero me acarici y entonces yo le dije lo de Cora y lo ech todo a perder. Ahora estamos peor que antes y no voy a poder dormir aunque me den un tubo de pastillas. La barriga me duele de a ratos, es raro pasarse la mano y sentirse tan liso, lo malo es que me vuelvo a acordar de todo y del perfume de almendras, la voz de Cora, tiene una voz muy grave para una chica tan joven y linda, una voz como de cantante de boleros, algo que acaricia aunque est enojada. Cuando o pasos en el corredor me acost del todo y cerr los ojos, no quera verla, no me importaba verla, mejor que me dejara en paz, sent que entraba y que encenda la luz del cielo raso, se haca el dormido como un angelito, con una mano tapndose la cara, y no abri los ojos hasta que llegu al lado de la cama. Cuando vio lo que traa se puso tan colorado que me volvi a dar lstima y un poco de risa, era demasiado idiota realmente. A ver, m'hijito, bjese el pantaln y dese vuelta para el otro lado, y el pobre a punto de patalear como hara con

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    la mam cuando tena cinco aos, me imagino, a decir que no y a llorar y a meterse debajo de las cobijas y a chillar, pero el pobre no poda hacer nada de eso ahora, solamente se haba quedado mirando el irrigador y despus a m que esperaba, y de golpe se dio vuelta y empez a mover las manos debajo de las frazadas pero no atinaba a nada mientras yo colgaba el irrigador en la cabecera, tuve que bajarle las frazadas y ordenarle que levantara un poco el trasero para correrle mejor el pantaln y deslizarle una toalla. A ver, sub un poco las piernas, as est bien, echate ms de boca, te digo que te echs ms de boca, as. Tan callado que era casi como si gritara, por una parte me haca gracia estarle viendo el culito a mi joven admirador, pero de nuevo me daba un poco de lstima por l, era realmente como si lo estuviera castigando por lo que me haba dicho. Avis si est muy caliente, le previne, pero no contest nada, deba estar mordindose un puo y yo no quera verle la cara y por eso me sent al borde de la cama y esper a que dijera algo, pero aunque era mucho lquido lo aguant sin una palabra hasta el final, y cuando termin le dije, y eso s se lo dije para cobrarme lo de antes: As me gusta, todo un hombrecito, y lo tap mientras le recomendaba que aguantase lo ms posible antes de ir al bao. Quers que te apague la luz o te la dejo hasta que te levantes?, me pregunt desde la puerta. No s cmo alcanc a decirle que era lo mismo, algo as, y escuch el ruido de la puerta al cerrarse y entonces me tap la cabeza con las frazadas y qu le iba a hacer, a pesar de los clicos me mord las dos manos y llor tanto que nadie, nadie puede imaginarse lo que llor mientras la maldeca y la insultaba y le clavaba un cuchillo en el pecho cinco, diez, veinte veces, maldicindola cada vez y gozando de lo que sufra y de cmo me suplicaba que la perdonase por lo que me haba hecho.

    Es lo de siempre, che Surez, uno corta y abre, y en una de esas la gran sorpresa. Claro que a la edad del pibe tiene todas las chances a su favor, pero lo mismo le voy a hablar claro al padre, no sea cosa que en una de esas tengamos un lo. Lo ms probable es que haya una buena reaccin, pero ah hay algo que falla, pens en lo que pas al comienzo de la anestesia: parece mentira en un pibe de esa edad. Lo fui a ver a las dos horas y lo encontr bastante bien si penss en lo que dur la cosa. Cuando entr el doctor De Luisi yo estaba secndole la boca al pobre, no terminaba de vomitar y todava le duraba la anestesia pero el doctor lo auscult lo mismo y me pidi que no me moviera de su lado hasta que estuviera bien despierto. Los padres siguen en la otra pieza, la buena seora se ve que no est acostumbrada a estas cosas, de golpe se le acabaron las paradas, y el viejo parece un trapo. Vamos, Pablito, vomit si tens ganas y quejate todo lo que quieras, yo estoy aqu, s, claro que estoy aqu, el pobre sigue dormido pero me agarra la mano como si se estuviera ahogando. Debe creer que soy la mam, todos creen eso, es montono. Vamos, Pablo, no te muevas as, quieto que te va a doler ms, no, dej las manos tranquilas,

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    ah no te pods tocar. Al pobre le cuesta salir de la anestesia. Marcial me dijo que la operacin haba sido muy larga. Es raro, habrn encontrado alguna complicacin: a veces el apndice no est tan a la vista, le voy a preguntar a Marcial esta noche. Pero s, m'hijito, estoy aqu, qujese todo lo que quiera pero no se mueva tanto, yo le voy a mojar los labios con este pedacito de hielo en una gasa, as se le va pasando la sed. S, querido, vomit ms, aliviate todo lo que quieras. Qu fuerza tens en las manos, me vas a llenar de moretones, s, s, llor si tens ganas, llor, Pablito, eso alivia, llor y quejate, total ests tan dormido y cres que soy tu mam. Sos bien bonito, sabs, con esa nariz un poco respingada y esas pestaas como cortinas, parecs mayor ahora que ests tan plido. Ya no te pondras colorado por nada, verdad, mi pobrecito. Me duele, mam, me duele aqu, dejame que me saque ese peso que me han puesto, tengo algo en la barriga que pesa tanto y me duele, mam, decile a la enfermera que me saque eso. S, m'hijito, ya se le va a pasar, qudese un poco quieto, por qu tendrs tanta fuerza, voy a tener que llamar a Mara Luisa para que me ayude. Vamos, Pablo, me enojo si no te ests quieto, te va a doler mucho ms si segus movindote tanto. Ah, parece que empezs a darte cuenta, me duele aqu, seorita Cora, me duele tanto aqu, hgame algo por favor, me duele tanto aqu, sulteme las manos, no puedo ms, seorita Cora, no puedo ms.

    Menos mal que se ha dormido el pobre, querido, la enfermera me vino a buscar a las dos y media y me dijo que me quedara un rato con l que ya estaba mejor, pero lo veo tan plido, ha debido perder tanta sangre, menos mal que el doctor De Luisi dijo que todo haba salido bien. La enfermera estaba cansada de luchar con l, yo no entiendo por qu no me hizo entrar antes, en esta clnica son demasiado severos. Ya es casi de noche y el nene ha dormido todo el tiempo, se ve que est agotado, pero me parece que tiene mejor cara, un poco de color. Todava se queja de a ratos pero ya no quiere tocarse el vendaje y respira tranquilo, creo que pasar bastante buena noche. Como si yo no supiera lo que tengo que hacer, pero era inevitable; apenas se le pas el primer susto a la buena seora le salieron otra vez los desplantes de patrona, por favor que al nene no le vaya a faltar nada por la noche, seorita. Dec que te tengo lstima, vieja estpida, si no ya ibas a ver cmo te trataba. Las conozco a estas, creen que con una buena propina el ltimo da lo arreglan todo. Y a veces la propina ni siquiera es buena, pero para qu seguir pensando, ya se mand mudar y todo est tranquilo. Marcial, quedate un poco, no ves que el chico duerme, contame lo que pas esta maana. Bueno, si ests apurado lo dejamos para despus. No, mir que puede entrar Mara Luisa, aqu no, Marcial. Claro, el seor se sale con la suya, ya te he dicho que no quiero que me beses cuando estoy trabajando, no est bien. Parecera que no tenemos toda la noche para besarnos, tonto. Andate. Vyase le digo, o me enojo. Bobo, pajarraco. S, querido, hasta luego. Claro que s. Muchsimo.

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    Est muy oscuro pero es mejor, no tengo ni ganas de abrir los ojos. Casi no me duele, qu bueno estar as respirando despacio, sin esas nuseas. Todo est tan callado, ahora me acuerdo que vi a mam, me dijo no s qu, yo me senta tan mal. Al viejo lo mir apenas, estaba a los pies de la cama y me guiaba un ojo, el pobre siempre el mismo. Tengo un poco de fro, me gustara otra frazada. Seorita Cora, me gustara otra frazada. Pero s estaba ah, apenas abr los ojos la vi sentada al lado de la ventana leyendo un revista. Vino en seguida y me arrop, casi no tuve que decirle nada porque se dio cuenta en seguida. Ahora me acuerdo, yo creo que esta tarde la confunda con mam y que ella me calmaba, o a lo mejor estuve soando. Estuve soando, seorita Cora? Usted me sujetaba las manos, verdad? Yo deca tantas pavadas, pero es que me dola mucho, y las nuseas... Disclpeme, no debe ser nada lindo ser enfermera. S, usted se re pero yo s, a lo mejor la manch y todo. Bueno, no hablar ms. Estoy tan bien as, ya no tengo fro. No, no me duele mucho, un poquito solamente. Es tarde, seorita Cora? Sh, usted se queda calladito ahora, ya le he dicho que no puede hablar mucho, algrese de que no le duela y qudese bien quieto. No, no es tarde, apenas las siete. Cierre los ojos y duerma. As. Durmase ahora.

    S, yo querra pero no es tan fcil. Por momentos me parece que me voy a dormir, pero de golpe la herida me pega un tirn o todo me da vueltas en la cabeza, y tengo que abrir los ojos y mirarla, est sentada al lado de la ventana y ha puesto la pantalla para leer sin que me moleste la luz. Por qu se quedar aqu todo el tiempo? Tiene un pelo precioso, le brilla cuando mueve la cabeza. Y es tan joven, pensar que hoy la confund con mam, es increble. Vaya a saber qu cosas le dije, se debe haber redo otra vez de m. Pero me pasaba hielo por la boca, eso me aliviaba tanto, ahora me acuerdo, me puso agua colonia en la frente y en el pelo, y me sujetaba las manos para que no me arrancara el vendaje. Ya no est enojada conmigo, a lo mejor mam le pidi disculpas o algo as, me miraba de otra manera cuando me dijo: Cierre los ojos y durmase. Me gusta que me mire as, parece mentira lo del primer da cuando me quit los caramelos. Me gustara decirle que es tan linda, que no tengo nada contra ella, al contrario, que me gusta que sea ella la que me cuida de noche y no la enfermera chiquita. Me gustara que me pusiera otra vez agua colonia en el pelo. Me gustara que me pidiera perdn, que me dijera que la puedo llamar Cora.

    Se qued dormido un buen rato, a las ocho calcul que el doctor De Luisi no tardara y lo despert para tomarle la temperatura. Tena mejor cara y le haba hecho bien dormir. Apenas vio el termmetro sac una mano fuera de las cobijas, pero le dije que se estuviera quieto. No quera mirarlo en los ojos para que no sufriera pero lo mismo se puso colorado y empez a decir que l poda muy bien solo. No le hice caso, claro, pero estaba tan tenso el pobre que no me qued ms remedio que decirle: Vamos, Pablo,

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    ya sos un hombrecito, no te vas a poner as cada vez, verdad?. Es lo de siempre, con esa debilidad no pudo contener las lgrimas; hacindome la que no me daba cuenta anot la temperatura y me fui a prepararle la inyeccin. Cuando volvi yo me haba secado los ojos con la sbana y tena tanta rabia contra m mismo que hubiera dado cualquier cosa por poder hablar, decirle que no me importaba, que en realidad no me importaba pero que no lo poda impedir. Esto no duele nada, me dijo con la jeringa en la mano. Es para que duermas bien toda la noche. Me destap y otra vez sent que me suba la sangre a la cara, pero ella se sonri un poco y empez a frotarme el muslo con un algodn mojado. No duele nada, le dije porque algo tena que decirle, no poda ser que me quedara as mientras ella me estaba mirando. Ya ves, me dijo sacando la aguja y frotndome con el algodn. Ya ves que no duele nada. Nada te tiene que doler, Pablito. Me tap y me pas la mano por la cara. Yo cerr los ojos y hubiera querido estar muerto, estar muerto y que ella me pasara la mano por la cara, llorando.

    Nunca entend mucho a Cora pero esta vez se fue a la otra banda. La verdad que no me importa si no entiendo a las mujeres, lo nico que vale la pena es que lo quieran a uno. Si estn nerviosas, si se hacen problema por cualquier macana, bueno nena, ya est, deme un beso y se acab. Se ve que todava es tiernita, va a pasar un buen rato antes de que aprenda a vivir en este oficio maldito, la pobre apareci esta noche con una cara rara y me cost media hora hacerle olvidar esas tonteras. Todava no ha encontrado la manera de buscarle la vuelta a algunos enfermos, ya le pas con la vieja del veintids pero yo crea que desde entonces habra aprendido un poco, y ahora este pibe le vuelve a dar dolores de cabeza. Estuvimos tomando mate en mi cuarto a eso de las dos de la maana, despus fue a darle la inyeccin y cuando volvi estaba de mal humor, no quera saber nada conmigo. Le queda bien esa carucha de enojada, de tristona, de a poco se la fui cambiando, y al final se puso a rer y me cont, a esa hora me gusta tanto desvestirla y sentir que tiembla un poco como si tuviera fro. Debe ser muy tarde, Marcial. Ah, entonces puedo quedarme un rato todava, la otra inyeccin le toca a las cinco y media, la galleguita no llega hasta las seis. Perdoname, Marcial, soy una boba, mir que preocuparme tanto por ese mocoso, al fin y al cabo lo tengo dominado pero de a ratos me da lstima, a esa edad son tan tontos, tan orgullosos, si pudiera le pedira al doctor Surez que me cambiara, hay dos operados en el segundo piso, gente grande, uno les pregunta tranquilamente si han ido de cuerpo, les alcanza la chata, los limpia si hace falta, todo eso charlando del tiempo o de la poltica, es un ir y venir de cosas naturales, cada uno est en lo suyo, Marcial, no como aqu, comprends. S, claro que hay que hacerse a todo, cuntas veces me van a tocar chicos de esa edad, es una cuestin de tcnica como decs vos. S, querido, claro. Pero es que todo empez mal

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    por culpa de la madre, eso no se ha borrado, sabs, desde el primer minuto hubo como un malentendido, y el chico tiene su orgullo y le duele, sobre todo que al principio no se daba cuenta de todo lo que iba a venir y quiso hacerse el grande, mirarme como si fueras vos, como un hombre. Ahora ya ni le puedo preguntar si quiere hacer pis, lo malo es que sera capaz de aguantarse toda la noche si yo me quedara en la pieza. Me da risa cuando me acuerdo, quera decir que s y no se animaba, entonces me fastidi tanta tontera y lo obligu para que aprendiera a hacer pis sin moverse, bien tendido de espaldas. Siempre cierra los ojos en esos momentos pero es casi peor, est a punto de llorar o de insultarme, est entre las dos cosas y no puede, es tan chico, Marcial, y esa buena seora que lo ha de haber criado como un tilinguito3, el nene de aqu y el nene de all, mucho sombrero y saco entallado pero en el fondo el beb de siempre, el tesorito de mam. Ah, y justamente le vengo a tocar yo, el alto voltaje como decs vos, cuando hubiera estado tan bien con Mara Luisa que es idntica a su ta y que lo hubiera limpiado por todos lados sin que se le subieran los colores a la cara. No, la verdad, no tengo suerte, Marcial.

    Estaba soando con la clase de francs cuando encendi la luz del velador, lo primero que le veo es siempre el pelo, ser porque se tiene que agachar para las inyecciones o lo que sea, el pelo cerca de mi cara, una vez me hizo cosquillas en la boca y huele tan bien, y siempre se sonre un poco cuando me est frotando con el algodn, me frot un rato largo antes de pincharme y yo le miraba la mano tan segura que iba apretando de a poco la jeringa, el lquido amarillo que entraba despacio, hacindome doler. No, no me duele nada. Nunca le podr decir: No me duele nada, Cora. Y no le voy a decir seorita Cora, no se lo voy a decir nunca. Le hablar lo menos que pueda y no la pienso llamar seorita Cora aunque me lo pida de rodillas. No, no me duele nada. No, gracias, me siento bien, voy a seguir durmiendo. Gracias.

    Por suerte ya tiene de nuevo sus colores pero todava est muy decado, apenas si pudo darme un beso, y a ta Esther casi no la mir y eso que le haba trado las revistas y una corbata preciosa para el da en que lo llevemos a casa. La enfermera de la maana es un amor de mujer, tan humilde, con ella s da gusto hablar, dice que el nene durmi hasta las ocho y que bebi un poco de leche, parece que ahora van a empezar a alimentarlo, tengo que decirle al doctor Surez que el cacao le hace mal, o a lo mejor su padre ya se lo dijo porque estuvieron hablando un rato. Si quiere salir un momento, seora, vamos a ver cmo anda este hombre. Usted qudese, seor Morn, es que a la mam le puede hacer impresin tanto vendaje. Vamos a ver un poco, compaero. Ah duele? Claro, es natural. Y ah, decime si ah te duele o solamente est sensible. Bueno, vamos muy bien, amiguito. Y as cinco minutos, si me duele aqu, si estoy 3 Tilingo: burla hacia una persona.

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    sensible ms ac, y el viejo mirndome la barriga como si me la viera por primera vez. Es raro pero no me siento tranquilo hasta que se van, pobres viejos tan afligidos pero qu le voy a hacer, me molestan, dicen siempre lo que no hay que decir, sobre todo mam, y menos mal que la enfermera chiquita parece sorda y le aguanta todo con esa cara de esperar propina que tiene la pobre. Mir que venir a jorobar con lo del cacao, ni que yo fuese un nio de pecho. Me dan unas ganas de dormir cinco das seguidos sin ver a nadie, sobre todo sin ver a Cora, y despertarme justo cuando me vengan a buscar para ir a casa. A lo mejor habr que esperar unos das ms, seor Morn, ya sabr por De Luisi que la operacin fue ms complicada de lo previsto, a veces hay pequeas sorpresas. Claro que con la constitucin de ese chico yo creo que no habr problema, pero mejor dgale a su seora que no va a ser cosa de una semana como se pens al principio. Ah, claro, bueno, de eso usted hablar con el administrador, son cosas internas. Ahora vos fijate si no es mala suerte, Marcial, anoche te lo anunci, esto va a durar mucho ms de lo que pensbamos. S, ya s que no importa pero podras ser un poco ms comprensivo, sabs muy bien que no me hace feliz atender a ese chico, y a l todava menos, pobrecito. No me mirs as, por qu no le voy a tener lstima. No me mirs as.

    Nadie me prohibi que leyera pero se me caen las revistas de la mano, y eso que tengo dos episodios por terminar y todo lo que me trajo ta Esther. Me arde la cara, debo de tener fiebre o es que hace mucho calor en esta pieza, le voy a pedir a Cora que entorne un poco la ventana o que me saque una frazada. Quisiera dormir, es lo que ms me gustara, que ella estuviese all sentada leyendo una revista y yo durmiendo sin verla, sin saber que esta all, pero ahora no se va a quedar ms de noche, ya pas lo peor y me dejarn solo. De tres a cuatro creo que dorm un rato, a las cinco justas vino con un remedio nuevo, unas gotas muy amargas. Siempre parece que se acaba de baar y cambiar, est tan fresca y huele a talco perfumado, a lavanda. Este remedio es muy feo, ya s, me dijo, y se sonrea para animarme. No, es un poco amargo, nada ms, le dije. Cmo pasaste el da?, me pregunt, sacudiendo el termmetro. Le dije que bien, que durmiendo, que el doctor Surez me haba encontrado mejor, que no me dola mucho. Bueno, entonces pods trabajar un poco, me dijo dndome el termmetro. Yo no supe qu contestarle y ella se fue a cerrar las persianas y arregl los frascos en la mesita mientras yo me tomaba la temperatura. Hasta tuve tiempo de echarle un vistazo al termmetro antes de que viniera a buscarlo. Pero tengo muchsima fiebre, me dijo como asustado. Era fatal, siempre ser la misma estpida, por evitarle el mal momento le doy el termmetro y naturalmente el muy chiquiln no pierde tiempo en enterarse de que est volando de fiebre. Siempre es as los primeros cuatro das, y adems nadie te mand que miraras, le dije, ms furiosa contra m que contra l. Le pregunt si haba movido el vientre

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    y me dijo que no. Le sudaba la cara, se la sequ y le puse un poco de agua colonia; haba cerrado los ojos antes de contestarme y no los abri mientras yo lo peinaba un poco para que no le molestara el pelo en la frente. Treinta y nueve nueve era mucha fiebre, realmente. Trat de dormir un rato, le dije, calculando a qu hora podra avisarle al doctor Surez. Sin abrir los ojos hizo un gesto como de fastidio, y articulando cada palabra me dijo: Usted es mala conmigo, Cora. No atin a contestarle nada, me qued a su lado hasta que abri los ojos y me mir con toda su fiebre y toda su tristeza. Casi sin darme cuenta estir la mano y quise hacerle una caricia en la frente, pero me rechaz de un manotn y algo debi tironearle en la herida porque se crisp de dolor. Antes de que pudiera reaccionar me dijo en voz muy baja: Usted no sera as conmigo si me hubiera conocido en otra parte. Estuve al borde de soltar una carcajada, pero era tan ridculo que me dijera eso mientras se le llenaban los ojos de lgrimas que me pas lo de siempre, me dio rabia y casi miedo, me sent de golpe como desamparada delante de ese chiquiln pretencioso. Consegu dominarme (eso se lo debo a Marcial, me ha enseado a controlarme y cada vez lo hago mejor), y me enderec como si no hubiera sucedido nada, puse la toalla en la percha y tap el frasco de agua colonia. En fin, ahora sabamos a qu atenernos, en el fondo era mucho mejor as. Enfermera, enfermo, y pare de contar. Que el agua colonia se la pusiera la madre, yo tena otras cosas que hacerle y se las hara sin ms contemplaciones. No s por qu me qued ms de lo necesario. Marcial me dijo cuando se lo cont que haba querido darle la oportunidad de disculparse, de pedir perdn. No s, a lo mejor fue eso o algo distinto, a lo mejor me qued para que siguiera insultndome, para ver hasta dnde era capaz de llegar. Pero segua con los ojos cerrados y el sudor le empapaba la frente y las mejillas, era como si me hubiera metido en agua hirviendo, vea manchas violetas y rojas cuando apretaba los ojos para no mirarla sabiendo que todava estaba all, y hubiera dado cualquier cosa para que se agachara y volviera a secarme la frente como si yo no le hubiera dicho eso, pero ya era imposible, se iba a ir sin hacer nada, sin decirme nada, y yo abrira los ojos y encontrara la noche, el velador, la pieza vaca, un poco de perfume todava, y me repetira diez veces, cien veces, que haba hecho bien en decirle lo que le haba dicho, para que aprendiera, para que no me tratara como a un chico, para que me dejara en paz, para que no se fuera.

    Empiezan siempre a la misma hora, entre seis y siete de la maana, debe ser una pareja que anida en las cornisas del patio, un palomo que arrulla y la paloma que le contesta, al rato se cansan, se lo dije a la enfermera chiquita que viene a lavarme y a darme el desayuno, se encogi de hombros y dijo que ya otros enfermos se haban quejado de las palomas pero que el director no quera que las echaran. Ya ni s cunto hace que las oigo, las primeras maanas estaba demasiado dormido o dolorido para fijarme, pero

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    desde hace tres das escucho a las palomas y me entristecen, quisiera estar en casa oyendo ladrar a Milord, oyendo a ta Esther que a esta hora se levanta para ir a misa. Maldita fiebre que no quiere bajar, me van a tener aqu hasta quin sabe cundo, se lo voy a preguntar al doctor Surez esta misma maana, al fin y al cabo podra estar lo ms bien en casa. Mire, seor Morn, quiero ser franco con usted, el cuadro no es nada sencillo. No, seorita Cora, prefiero que usted siga atendiendo a ese enfermo, y le voy a decir por qu. Pero entonces. Marcial... Ven, te voy a hacer un caf bien fuerte, mir que sos potrilla todava, parece mentira. Escuch, vieja, he estado hablando con el doctor Surez, y parece que el pibe...

    Por suerte despus se callan, a lo mejor se van volando por ah, por toda la ciudad, tienen suerte las palomas. Qu maana interminable, me alegr cuando se fueron los viejos, ahora les da por venir ms seguido desde que tengo tanta fiebre. Bueno, si me tengo que quedar cuatro o cinco das ms aqu, qu importa. En casa sera mejor, claro, pero lo mismo tendra fiebre y me sentira tan mal de a ratos. Pensar que no puedo ni mirar una revista, es una debilidad como si no me quedara sangre. Pero todo es por la fiebre, me lo dijo anoche el doctor De Luisi y el doctor Surez me lo repiti esta maana, ellos saben. Duermo mucho pero lo mismo es como si no pasara el tiempo, siempre es antes de las tres como si a m me importaran las tres o las cinco. Al contrario, a las tres se va la enfermera chiquita y es una lstima porque con ella estoy tan bien. Si me pudiera dormir de un tirn hasta la medianoche sera mucho mejor. Pablo, soy yo, la seorita Cora. Tu enfermera de la noche que te hace doler con las inyecciones. Ya s que no te duele, tonto, es una broma. Segu durmiendo si quers, ya est. Me dijo: Gracias sin abrir los ojos, pero hubiera podido abrirlos, s que con la galleguita estuvo charlando a medioda aunque le han prohibido que hable mucho. Antes de salir me di vuelta de golpe y me estaba mirando, sent que todo el tiempo me haba estado mirando de espaldas. Volv y me sent al lado de la cama, le tom el pulso, le arregl las sbanas que arrugaba con sus manos de fiebre. Me miraba el pelo, despus bajaba la vista y evitaba mis ojos. Fui a buscar lo necesario para prepararlo y me dej hacer sin una palabra, con los ojos fijos en la ventana, ignorndome. Vendran a buscarlo a las cinco y media en punto, todava le quedaba un rato para dormir, los padres esperaban en la planta baja porque le hubiera hecho impresin verlos a esa hora. El doctor Surez iba a venir un rato antes para explicarle que tenan que completar la operacin, cualquier cosa que no lo inquietara demasiado. Pero en cambio mandaron a Marcial, me tom de sorpresa verlo entrar as pero me hizo una sea para que no me moviera y se qued a los pies de la cama leyendo la hoja de temperatura hasta que Pablo se acostumbrara a su presencia. Le empez a hablar un poco en broma, arm la conversacin como l sabe hacerlo, el fro en la calle, lo bien que se estaba en ese cuarto,

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    l lo miraba sin decir nada, como esperando, mientras yo me senta tan rara, hubiera querido que Marcial se fuera y me dejara sola con l, yo hubiera podido decrselo mejor que nadie, aunque quiz no, probablemente no. Pero si ya lo s, doctor, me van a operar de nuevo, usted es el que me dio la anestesia la otra vez, y bueno, mejor eso que seguir en esta cama y con esta fiebre. Yo saba que al final tendran que hacer algo, por qu me duele tanto desde ayer, un dolor diferente, desde ms adentro. Y usted, ah sentada, no ponga esa cara, no se sonra como si me viniera a invitar al cine. Vyase con l y bselo en el pasillo, tan dormido no estaba la otra tarde cuando usted se enoj con l porque la haba besado aqu. Vyanse los dos, djenme dormir, durmiendo no me duele tanto.

    Y bueno, pibe, ahora vamos a liquidar este asunto de una vez por todas, hasta cundo nos vas a estar ocupando una cama, che. Cont despacito, uno, dos, tres. As va bien, vos segu contando y dentro de una semana ests comiendo un bife jugoso en casa. Un cuarto de hora a gatas, nena, y vuelta a coser. Haba que verle la cara a De Luisi, uno no se acostumbra nunca del todo a estas cosas. Mir, aprovech para pedirle a Surez que te relevaran como vos queras, le dije que ests muy cansada con un caso tan grave; a lo mejor te pasan al segundo piso si vos tambin le habls. Est bien, hac como quieras, tanto quejarte la otra noche y ahora te sale la samaritana. No te enojs conmigo, lo hice por vos. S, claro que lo hizo por m pero perdi el tiempo, me voy a quedar con l esta noche y todas las noches. Empez a despertarse a las ocho y media, los padres se fueron en seguida porque era mejor que no los viera con la cara que tenan los pobres, y cuando lleg el doctor Surez me pregunt en voz baja si quera que me relevara Mara Luisa, pero le hice una sea de que me quedaba y se fue. Mara Luisa me acompa un rato porque tuvimos que sujetarlo y calmarlo, despus se tranquiliz de golpe y casi no tuvo vmitos; est tan dbil que se volvi a dormir sin quejarse mucho hasta las diez. Son las palomas, vas a ver, mam, ya estn arrullando como todas las maanas, no s por qu no las echan, que se vuelen a otro rbol. Dame la mano, mam, tengo tanto fro. Ah, entonces estuve soando, me pareca que ya era de maana y que estaban las palomas. Perdneme, la confund con mam. Otra vez desviaba la mirada, se volva a su encono, otra vez me echaba a m toda la culpa. Lo atend como si no me diera cuenta de que segua enojado, me sent junto a l y le moj los labios con hielo. Cuando me mir, despus que le puse agua colonia en las manos y la frente, me acerqu ms y le sonre. Llamame Cora, le dije. Yo s que no nos entendimos al principio, pero vamos a ser tan buenos amigos, Pablo. Me miraba callado. Decime: S, Cora. Me miraba, siempre. Seorita Cora, dijo despus, y cerr los ojos. No, Pablo, no, le ped, besndolo en la mejilla, muy cerca de la boca. Yo voy a ser Cora para vos, solamente para vos. Tuve que echarme atrs, pero lo mismo me salpic la cara.

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    Lo sequ, le sostuve la cabeza para que se enjuagara la boca, lo volv a besar hablndole al odo. Disclpeme, dijo con un hilo de voz, no lo pude contener. Le dije que no fuera tonto, que para eso estaba yo cuidndolo, que vomitara todo lo que quisiera para aliviarse. Me gustara que viniera mam, me dijo, mirando a otro lado con los ojos vacos. Todava le acarici un poco el pelo, le arregl las frazadas esperando que me dijera algo, pero estaba muy lejos y sent que lo haca sufrir todava ms si me quedaba. En la puerta me volv y esper; tena los ojos muy abiertos, fijos en el cielo raso. Pablito, le dije. Por favor, Pablito. Por favor, querido. Volv hasta la cama, me agach para besarlo; ola a fro, detrs del agua colonia estaba el vmito, la anestesia. Si me quedo un segundo ms me pongo a llorar delante de l, por l. Lo bes otra vez y sal corriendo, baj a buscar a la madre y a Mara Luisa; no quera volver mientras la madre estuviera all, por lo menos esa noche no quera volver y despus saba demasiado bien que no tendra ninguna necesidad de volver a ese cuarto, que Marcial y Mara Luisa se ocuparan de todo hasta que el cuarto quedara otra vez libre.

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    RIMA XLI1868

    GUSTAVO ADOLFO BCQUER(espaol)

    T eras el huracn, y yo la alta torre que desafa su poder. Tenas que estrellarte o que abatirme...!

    No pudo ser!

    T eras el ocano; y yo la enhiesta roca que firme aguarda su vaivn. Tenas que romperte o que arrancarme...!

    No pudo ser!

    Hermosa t, yo altivo; acostumbrados uno a arrollar, el otro a no ceder; la senda estrecha, inevitable el choque...

    No pudo ser!

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    AL AMOR1901

    MANUEL GONZLEZ PRADA(peruano)

    Si eres un bien arrebatado al cielo,por qu las dudas, el gemido, el llanto,la desconfianza, el torcedor quebranto,las turbias noches de febril desvelo?

    Si eres un mal en el terrestre suelo,por qu los goces, la sonrisa, el canto,las esperanzas, el glorioso encanto,las visiones de paz y de consuelo?

    Si eres nieve, por qu tus vivas llamas?Si eres llama, por qu tu hielo inerte?Si eres sombra, por qu la luz derramas?

    Por qu la sombra, si eres luz querida?Si eres vida, por qu me das la muerte?Si eres muerte, por qu me das la vida?

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    EL TROMPO2000

    LORENZO HELGUERO(peruano)

    A la hora del recreo voy a envolverte suavemente de la cabeza a la sonrisa para soltarte en el aire que respiro. T caers como una hoja de eucalipto dando vueltas en una danza uniforme. Bailars para m. Tu cabello viruta girar entre las horas. Tu falda alzar vuelo y se ir a posar sobre las rosas ms tiernas. Danzars y danzars besando el equilibrio. Poco a poco te irs deteniendo hasta que tus ojos puedan finalmente detenerse en los mos. Yo te ver recostarte silenciosa mostrando con orgullo tus piernas firmes, tus caderas nacidas de un torno perfecto.

    Jugar contigo indetenible.

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    puedes contarme cualquier cosacreer no es importantelo que importa es que el aire mueva tus labios o que tus labios muevan el aire que fabules tu historia tu cuerpo a toda hora sin tregua como una llama que a nada se parece sino a una llama

    HISTORIA1972

    BLANCA VARELA(peruana)

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    UNA MANO EN LAS CUERDASEl cuento Una mano en las cuerdas combina dos narradores. De ellos, quin es personaje de la historia?

    Por qu algunas partes del cuento llevan fechas?

    Por qu Manolo se siente incmodo con todo lo que sus amigos le aconsejan hacer para declararse a Cecilia?

    En la entrada del 14 de marzo aparece la siguiente cita: Cecilia tena ms de pato, de ngel, y de colegiala, que de mujer. Explica qu crees que quiere decir.

    Imagina que eres Cecilia o Manolo y que ya es junio, pero no han podido verse, pues Manolo est interno y no ha podido salir. Escribe una pgina del diario del personaje que has escogido. Cmo crees que se siente? Qu crees que le puede contar de su colegio? Qu crees que quisiera decirle?

  • A C T I V I D A D E S

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    LA SEORITA CORA En La seorita Cora, tenemos un relato ms complejo, pues muchos personajes intervienen en la narracin. Explica cmo esta forma de narrar hace la historia ms interesante y compleja.

    Por qu crees que la madre del protagonista odia a Cora?

    A Pablo, el protagonista, le molesta que Cora lo trate como a un nio. Copia una cita que muestre ese fastidio.

    Por qu Pablo rechaza a Cora al final?

    Al final, Pablo muere o no? Da tus razones.

  • A C T I V I D A D E S

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    RIMA XLIEn la Rima XLI, cmo nos damos cuenta de que se trata de un amor imposible?

    La voz potica se compara a s misma con una alta torre y una enhiesta roca. Por qu escoge una torre y una roca? Qu tienen en comn?

    Por otro lado, compara a la amada con un huracn y el ocano. Por qu escoge esos elementos? Qu tienen en comn?

    Observa que los verbos utilizados para describir el encuentro de los dos personajes implican el hecho de que uno someta al otro: estrellarte o abatirme, romperte o arrancarme. Ahora recuerda que uno de los personajes es una torre o una roca y el otro un huracn o un ocano. Explica cmo esos verbos comunican la imposibilidad del amor entre ambos.

    AL AMORAl amor nos cuenta de lo contradictorio que puede ser el sentimiento amoroso. La voz potica le est hablando a alguien. A quin crees que se dirige en este poema?

    Observa que la voz potica comienza poniendo una condicin. Por ejemplo: Si eres un bien arrebatado al cielo y luego hace una serie de preguntas. Un bien arrebatado al cielo debe ser algo bellsimo y exquisito. Cmo contrapone esa visin tan placentera de la amada con las preguntas que siguen?

  • A C T I V I D A D E S

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    Explica por qu usa el adjetivo vivas para describir a las llamas e inerte para describir al hielo.

    Cmo crees que se siente la voz potica ante su amada?

    Cmo intensifica el uso de esas preguntas que no tienen respuesta las emociones de la voz potica?

    EL TROMPOEl trompo es un poema, pero no est escrito en versos, sino en prosa; es decir, de margen a margen de la hoja. Este poema no habla, en realidad, de un trompo. Entonces, de quin habla?

    Observa esta comparacin: T caers como una hoja de eucalipto. Explica en tus propias palabras el significado de esta comparacin.

    Teniendo en cuenta a quin va dirigido el poema, explica con tus propias palabras esta expresin: Danzars y danzars besando el equilibrio.

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    Por qu es importante el momento en el que ella se va a detener?

    Piensa la voz potica que su relacin va a durar mucho? Copia una cita que sustente tu respuesta.

    HISTORIAHistoria es un poema de mltiples sentidos. Imagina el objeto del deseo de la voz potica y dibjalo.

  • A C T I V I D A D E S

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    Observa que la voz potica le habla a un t. A quin crees que va dirigido este poema?

    La voz potica emplea diversas imgenes. Explica con tus palabras cmo crees que estas imgenes transmiten el deseo y el amor por las historias.

    Imagina que ests enamorado o enamorada. Escribe un poema en prosa comparando a la persona que amas con una flor u otro elemento de la naturaleza del entorno. Piensa qu caractersticas tiene el objeto escogido y luego trata de expresarlas como rasgos de la persona amada.

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    MI CORBATA1903

    MANUEL BEINGOLEA(peruano)

    Me la regal Marta, una provincianita a quien seduje con mi aplomo y mis modales de limeo. Estaba hecha de un retazo de seda rosa, oriundo quiz, de algn vestido en receso, y sobre ella la donante haba bordado con puntadas gordas e ingenuas multitud de florecillas azules, que no pude reconocer si eran miosotis1. Me la envi encerrada