ante futuro

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ANTES DE LLEGAR AL FUTURO. Meditaciones probablemente antiguas sobre cosas modernas y posmodernas. Prof. Manuel Calviño Facultad de Psicología. Universidad de La Habana. “Como hubo en el pueblo profetas falsos, así habrá falsos doctores, que introducirán sectas perniciosas... Muchos los seguirán en sus liviandades, y por causa de ellos será blasfemado el camino de la verdad”. II de San Pedro. 2. “La ciencia es tan dañosa a los que no saben aprovecharse de ella, como útil a los otros”. Tales de Mileto. Hace unos años atrás Al Gore, vicepresidente de los Estados Unidos, refiriéndose en una entrevista a las autopistas de la información dijo: ”Yo soy un gran defensor de esta idea, que permitirá que los hospitales, archivos, centros meteorológicos y las fuerzas de seguridad estén conectados entre sí, compartiendo información y conocimientos para evitar catastrofes, delitos,etc. Estoy convencido de que con las autopistas de la información el mundo será más armónico y humano... La información es un tesoro y debe ser compartida como tal por todos los pueblos; además, su difusión es una garantía de las libertades democráticas...si los pueblos basan su desarrollo en la comunicación, estarán haciendo una apuesta por el futuro, lo que ayudará a que otras naciones más desarrolladas puedan invertir más facilmente en esos mismos países”. (Gore A. 1994.pp 92-94). Muchas preguntas me sugirieron las afirmaciones de Gore. No me imagino como se pueden favorecer conexiones, intentando privar derechos. No logro ver con claridad los efectos de la facilidad de las inversiones para las naciones más desarrolladas en las subdesarrolladas o indesarrolladas, permitiéndome un neologismo que espero comprensible. No me percato de cómo serán garantizadas las libertades democráticas desde una red de redes, o lo que equivale a decir millones de computadores conectados de los cuales la inmensa y abrumadora mayoría no están en las manos de los que tienen supuestamente que facilitar la comunicación para el desarrollo. ¿Fetichismo o mala intensión?. Para no moverme en discursos que no me pertenecen profesionalmente, aunque sí ciudadanamente, me contento con recordar algo que leí hace más de 1

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MANUEL CLAVIÑO

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  • ANTES DE LLEGAR AL FUTURO. Meditaciones probablemente antiguas sobre cosas modernas y posmodernas.

    Prof. Manuel Calvio Facultad de Psicologa. Universidad de La Habana.

    Como hubo en el pueblo profetas falsos, as habr falsos doctores,

    que introducirn sectas perniciosas... Muchos los seguirn en sus liviandades, y por causa de ellos ser blasfemado

    el camino de la verdad.

    II de San Pedro. 2.

    La ciencia es tan daosa a los que no saben aprovecharse de ella,

    como til a los otros.

    Tales de Mileto.

    Hace unos aos atrs Al Gore, vicepresidente de los Estados Unidos, refirindose en una entrevista a

    las autopistas de la informacin dijo: Yo soy un gran defensor de esta idea, que permitir que los

    hospitales, archivos, centros meteorolgicos y las fuerzas de seguridad estn conectados entre s,

    compartiendo informacin y conocimientos para evitar catastrofes, delitos,etc. Estoy convencido de

    que con las autopistas de la informacin el mundo ser ms armnico y humano... La informacin es

    un tesoro y debe ser compartida como tal por todos los pueblos; adems, su difusin es una garanta

    de las libertades democrticas...si los pueblos basan su desarrollo en la comunicacin, estarn

    haciendo una apuesta por el futuro, lo que ayudar a que otras naciones ms desarrolladas puedan

    invertir ms facilmente en esos mismos pases. (Gore A. 1994.pp 92-94).

    Muchas preguntas me sugirieron las afirmaciones de Gore. No me imagino como se pueden

    favorecer conexiones, intentando privar derechos. No logro ver con claridad los efectos de la facilidad

    de las inversiones para las naciones ms desarrolladas en las subdesarrolladas o indesarrolladas,

    permitindome un neologismo que espero comprensible. No me percato de cmo sern garantizadas

    las libertades democrticas desde una red de redes, o lo que equivale a decir millones de

    computadores conectados de los cuales la inmensa y abrumadora mayora no estn en las manos de

    los que tienen supuestamente que facilitar la comunicacin para el desarrollo.

    Fetichismo o mala intensin?. Para no moverme en discursos que no me pertenecen

    profesionalmente, aunque s ciudadanamente, me contento con recordar algo que le hace ms de

    1

  • diez aos atrs: Puntas de lanza de la llamada revolucin tecnolgica, la informacin y la

    comunicacin se estn convirtiendo hoy en los ejes alrededor de los cuales se reestructuran las

    relaciones sociales entre los individuos, los grupos y las clases, las naciones y los bloques de poder.

    No se equivocan aquellos que ya nos se contentan hablando de sociedad de la informacin para

    designar la sociedad de maana, una sociedad en la que la informacin se instala como nuevo

    recurso de base, nueva materia prima, nueva forma de energa. Sin embargo, perpetran una inmensa

    estafa intelectual cuando, en un discurso mesinico, infieren la novedad social partiendo de la

    novedad tcnica y metamorfosean esta mutacin tecnolgica en un instrumento salutifero,

    remitiendo alegremente las segregaciones y las relaciones de fuerzas sociales anteriores a esta

    nueva sociedad llamada informacional. (Mattelart A, Stourdze Y.1984.p.56).

    Algo similar haba dicho Passeron: ninguna innovacin tecnolgica pudo jamas superar, por virtud

    exclusiva del medio, las desigualdades culturales producidas y reproducidas por el juego bien

    engrasado de las estrcuturas y de las jerarquas sociales: las caractersticas tcnicas de un medio de

    comunicacin no predeterminan jams sus efectos sociales al punto de descartar los efectos que

    dependen de las relaciones sociales que se encuentran en el origen de la utilizacin de esta tcnica

    (Passeron J.C.1982. pp 46-47).

    Pero psiclogo que soy al fin y al cabo, doy un peso especial a una de las afirmaciones hechas por

    quien ha sido denominado el senador de la tierra. Me refiero a aquella que testifica el valor de las

    autopistas de la informacin y del desarrollo ciberntico en general, en la creacin de un mundo ms

    armnico y humano. Imagnense, reconsiderar las utopas dentro de un esquema tecnolgico.

    Pensar al menos alternativamente que el Walden Dos de Skinner no era una total falacia. Que si bien

    la tecnologa comportamental no lo haba logrado, la informacional si lo puede lograr. UN MUNDO

    MS ARMNICO Y HUMANO.

    Intento no dejarme atrapar por las fascinaciones fetichistas, por la narcisizacin, al decir de Bleichmar

    H. (1983) con sentido instrumental. El peligro se produce cuando los instrumentos tcnicos se

    escinden del ego humano, o sea, cuando la tcnica se torna autosufciente o se aduea del hombre

    en lugar de dejarse aduear por l (Dorfles G. 1969.p.34). Pero tambin la fascinacin del horror,

    hablando con Pichn, me acosa: una fibra ptica puede transportar doscientas veces ms informacin que un cable coaxial; los repetidores de fibra ptica pueden estar separados entre s a

    ms 100 km, frente a aproximadamente 1,5 km en los sistemas elctricos tradicionales; un solo par

    de cables de fibra ptica puede transmitir ms de mil conversaciones simultneas; las redes de fibra

    ptica son capaces de albergar 500 canales de televisin, pueden receptar 34000 lineas telefnicas

    de ida y vuelta. A qu ms, dira Silvio Rodrguez.

    2

  • Tampoco quiero acercarme a la tecnofoba resistente activa, esa suerte de anquilosamiento del ms

    elemental raciocinio y de las menos virulentas de las buenas pasiones. Intento alejarme con ms

    dificultad de la tecnofoba pasivo agresiva resistencial, esa que nos hace utilizar nuestras PC como

    nuestras antiguas Remingtons. Mquinas de escribir que en tiempos de crisis energtica nos hacen

    consumir ms combustible. Siendo objetivo, es decir entre cientfico y cnico, estoy obligado al menos

    a concordar con que tal o cual encarnacin concreta de las nuevas tecnologas de la informacin

    puede, evidentemente, conocer el fracaso, pero no ciertamente el conjunto de este sistema tcnico

    (Mercier P.A, Plassard F., Scardigli V. p.16.1985). Vuelvo con Silvio: Me acosa el cara plida.

    Trato de mirar des - interesadamente. Pero por dnde empiezo a mirar?. Vuelvo a las preguntas de siempre: quines somos?, de dnde venimos, dnde estamos, hacia dnde vmos?. No intento

    responder a todas las preguntas. Me permito una abstraccin que me remite a mi definicin

    epistmica esencial: el ser de los hombres es su proceso de vida real (Marx, C., Engels, F., 1982,

    p.25).

    Cuba. Amrica Latina.El mundo. Para nuestro pas, se impondra empezar al menos por el 68 o por el

    95 del siglo pasado. Pero no me da para tanto. Por suerte hay especialistas en este Encuentro que lo

    hacen excelentemente. Camino ms de cerca. Soy ms o menos de la generacin de los sesenta. De

    esos aos que son siempre recordados por los que hoy cargan con algo ms de 45 aos como la

    poca dorada: La filosofa del make love, not war, las tres M revolucionadoras (Marx el Dios, Mao

    su espada, Marcuse su profeta), el Mayo rojo francs, los hippies, los Beatles, los movimientos

    guerrilleros de liberacin, la revolucin cubana, el Che. Vengo de esa dcada que devino en un

    arrebato de humanismo crtico trascendente, un grito de esperanza y confianza en el ser humano, un

    basta multiplicado por millones de voces que con la negativa, la ruptura o la lucha destrozaron la

    imagen de perfeccin edulcorada y falsa que siguiendo las enseanzas de Dorian Grey la sociedad

    de clases haba construido para s. La poca de la defensa de las mayoras y de las minoras desde

    una esttica de las diferencias, una tica humanista fundamental y una ideologa cuando menos

    revolucionadora. Los desposedos no clambamos posesin, no queramos sencillamente tener.

    Reclamamos y exigimos nuestro derecho a ser.

    Para los cubanos, entonces, no exista el ciberespacio, no sabamos ni que sera el ciberntico el

    espacio propuesto como alternativo para la emancipacin, para la libertad. Pero era s- ver- que haba

    -espacio. Un espacio que queramos rellenar con nuestras ansas, angustias y convicciones. Es

    tambin, no quiero ocultarlo, un espacio marcado por la filosofa de la asignacin, de la decisin

    desde arriba, de lo que te toca. Aprendimos a ser en el discurso del otro. Fuimos ms de una vez

    archivados en copias y no en originales. Oscilamos siempre entre ser nombrados combativos o ser

    tildados de conflictivos, entre ser divertidos y ser diversionistas. Se encargaron de nosotros los que

    pensaban que la desinencia hace a los sinnimos, los que estaban convencidos de que la contradic-

    3

  • cin es oposi-cin y contraven-cin y por lo tanto supone san-cin, elimina-cin. Dicen, por cierto,

    que algunos de esos extremistas de ayer viven hoy en una sinonmia existencial desinente que

    identifica social-ismo con capital-ismo. Pero al fin somos sobre todo los que hicimos lo que creamos

    que tenamos que hacer, los convencidos hasta en la duda. Demostramos que la transgresin no

    siempre es hostilidad, que puede ser mejoramiento, cambio, crecimiento. Que el marxismo es

    esencialmente pensamiento crtico, desmistificador, unido a la accin transformadora, liberadora.

    Somos, adems, los que estamos aqu.

    El mundo no era, ni pretenda ser una aldea global. Los mimetismos no eran sino mimetismos. Las

    imitaciones eran imitaciones. Malas, peligrosas, pero sin pretensin de absorcin. Transculturacin s.

    Subsumisin no. Transformacin y refundamentacin que puede pasar por la asimilacin analgica,

    pero que no se detiene en ella. Salvar las diferencias, las individualidades, sumarlas en un proyecto

    emancipatorio y reivindicador de la especificidad (nacional, racial, de genero,etc.) frente a la amenaza

    de la estandarizacin de la enajenacin. Hacerlo desde una tica, una esttica y una crtica de la

    conciencia ilusora y de la produccin simblica de las clases. Socializacin para la individualizacion.

    Individualizacin para la socializacin en la expresin de Walln H.

    Leyendo con claridad que las condiciones econmicas son las que en ltima y no en primera

    instancia configuran los escenarios y las propuestas de cambio, identificamos en los Manuscritos del

    44, y despus con Guevara, que el hombre tena que crecer desde s mismo. Los hombres van

    adquiriendo cada da ms conciencia de la necesidad de su incorporacin a la sociedad y, al mismo

    tiempo, de su importancia como motores de la misma (Guevara E.1968.p.44). El asunto queda

    planteado como una revolucin epistemolgica que devuelve, definitivamente, al hombre su

    protagonismo liberador. No se trata de un anarquismo de principio que suea con la ausencia de

    todo gobierno... es pensar en la forma en que el sujeto se d sin sumirse a la norma ni a las

    convenciones (Daz E., Sotolongo P.L.1997.p.36).

    A ello tambin nos convocaron a su modo y desde sus polmicos discursos psicolgicos sobre la

    subjetividad, algunos de nuestros pilares referenciales. Por solo nombrar algunos rememoro a Freud

    lo que las frases del espiritu susurran en voz baja puede ser dicho en voz alta: los deseos y las

    aspiraciones de los hombres tienen el derecho de afirmarse; a Rogers la naturaleza fundamental

    del ser humano, cuando funciona libremente, es constructiva y digna de confianza; y tambin

    Foucault con las denominadas tecnologas de s mismo, las tcnicas de s, los instrumentos de la

    autotransformacin del sujeto.

    Soy de los convencidos de que despus de los sesenta el mundo cambi esencialmente,

    epistmicamente. Cambi porque despus de los sesenta no se poda ser como antes de los sesenta

    sin sentir cuando menos vergenza, porque una buena parte de los que nos dedicamos hoy a las

    4

  • ciencias sociales llevamos los pelos largos, amamos libremente, y miramos a la vida con ms

    suavidad y beneplcito. Cambi porque no falt la traicin al espritu que tanto defendimos. Cambi

    por ltimo, porque los eternos productores de enajenacin no nos perdonaron la dcada prodigiosa y

    desde entonces adems de intentar comprrnosla a cualquier precio y con mucha ganancia, nos

    intentan consolar con el aislamiento esquizoparanoide de una red de redes que pretende triturarnos el

    sabor de la lo nacional, de lo diferente . Insisto, estoy alertando de peligros, no demoliendo opciones

    probables.

    Que cosas tiene la vida. El socialismo conjuntivamente era tildado de estandarizante, de buscar un

    malsano sometimiento de las partes al todo, de diluir al individuo en el proyecto de la masa. Ser

    que la globalizacin ciberespacial en una forma de pseudosocialismo digital?.

    La alternativa entonces a nuestras ansias satnicas de los sesenta es una suerte de ciberspace

    way of life que casualmente tiene su centro en los Estados Unidos. Se nos viene encima un nuevo

    mundo. No ha muerto el Rey. Estamos aqu. Que viva qu Rey?. Un rey con un reino global,

    desdibujado en su virtualidad, interconectado en todos sus extremos?. Un nuevo orden mundial. Un

    nuevo mundo.

    Responder es mejor si nos afiliamos a nuestras tradiciones, a los maestros de la sospecha : Marx y

    Freud. No tratar, por el momento de una psicoanalisis de la sociedad contempornea, como

    escribiera Horney. Apenas mirar rpidamente desde la interrogante: qu mundo esta siendo ese?,

    qu sujeto lo acompaa, lo vive, lo recrea?.

    Dos usuarios, o quizs sea mejor decir, dos usados entran en el Barbies Virtual Playhouse y

    encarnando a los personajes centrales de las aventuras de la melindrosa rubia de juguetera,

    conectados por guantes, lentes y cascos, se aventuran en el arte de amar de una manera anloga,

    aunque digitalizada, que hasta para la vaquita pijirigua, aquella que fue inseminada artificialmente sin

    respetar su derecho de seguir a la antigua, result una desgracia. Al menos para la vaca haba un

    sentido suprasocial elemental de su sacrificio (an as se quejaba). Sin embargo, contento estaba el

    amante virtual porque a l nunca le gustaron los preservativos, y en esta variante no los necesita.

    Conectado a una linea pirateada de internet un vecino deca estar en un combate sideral del Descent

    II en el que participaba un piloto belga, un australiano y uno canadiense. Se destrozaban unos a

    otros sin conocerse, sin tocarse. Todo esto ocurra mientras su esposa intentaba fregar los platos con

    residuos de oca pastificada, y su hermano cargaba cubos desde mi casa para poder darse un bao.

    Claro que pudieramos llamar la atencin sobre otras variantes. Dudar de los beneficios escotomiza, al

    decir de Pichn, cierra la posibilidad de pensar en los perjuicios. Mi hijo Jos Manuel, escribe

    5

  • excelentes trabajos de la Segunda Guerra mundial, le adiciona imgenes, observa materiales

    audiovisuales de archivo que traen al presente la hecatombe que cost la vida a ms millones de

    personas que las que tiene como exigencia de vida fundamental conectarse alguna vez por internet o

    cualquier otra net. Cada uno de nosotros tendra sobradas razones para la alabanza. Pero no

    venimos a hacer una asamblea de balance.

    El asunto es que hay un punto comn, un comn denominador discursivo subyacente: ...no es el pueblo o el grupo familiar amplio, ni siquiera la familia nuclear o la pareja, lo que constituye la clula

    bsica de la sociedad, sino el individuo...la mayora de los lugares y tiempos de la vida colectiva han

    desaparecido...la vida social se reduce a una circulacin cotidiana entre dos polos: el trabajo y la

    casa... las nuevas tecnologas de la informacin tambin se proponen invadir el domicilio, tanto para

    actividades de compra, como de entretenimiento o incluso de trabajo...el domicilio se convertir en

    una especie de terminal global de informacin y comunicacin (Mercier P.A., Plassard F., Scardigli

    V.pp.52-53). Como dice Alfredo Grande, psicoanalista implicado y amigo, el sujeto no percibe

    mediatizacin corporal ni cultural. El objeto aparece mgicamente, porque no hay conciencia del

    proceso de produccin histrica que lo gener. Se pasa de la contingencia del objeto al objeto

    fetichizado...toda la subjetividad pasa de ser un block maravilloso, a convertirse en una pizarrita

    siniestra, donde los verdaderos monitores a color de los sistemas informticos son las personas.

    Trasmutadas previamente en terminales de computadoras. (Grande A.1996.p.207).

    Casualidad , causalidad o concomitancia?. All donde la causa y el efecto coinciden

    espaciotemporalmente, donde la mirada histrica nos revela una mezcla en paralelo de procesos, lo

    que casi siempre ocurre cuando de fenmenos sociopsicolgicos se trata, los eventos son ordenados

    como causales por una suerte de lgica discursiva. Es una opcin.

    Nos dicen que llegando a los finales del siglo XX el mundo se nos est volviendo ms interactivo. Lo

    que en este metalenguaje, que trae consigo implicitamente una recodificacin de las palabras,

    significa que los nios viven amarrados a los videojuegos,los multimedia, la telemtica, las decenas

    de canales de televisin, prctican como deporte casero el zapping, y sobre todas las cosas, como el

    nuevo espacio de la existencia, tienen la realidad virtual.

    En El libro de los chicos enamorados (Publicado en Pgina 12), Elsa Bornemann nos enfrenta al

    dilema desde el sentimiento. NOVIA ELECTRONICA

    Todo de ti me enamora...

    Menos la computadora!

    Todo a ir a verte me invita...

    Menos esa maquinita!

    6

  • Pareces hipnotizado

    Cuando te encuentras con ella,

    La observas encandilado

    Igual que a una nia bella.

    Te advierto, va siendo hora:

    O me prestas atencin

    O a esa procesadora

    Reglale el corazn

    Hace falta que te diga

    que siento que me olvidaste?

    De tu electrnica amiga

    es de quien te enamoraste!

    Un MUNDO INTERACTIVO. Que manera de confundi el lenguaje. Llamar a esto interactividad. La

    sociedad mediolgica, como la denomina Debray R. (1995), la sociedad informatolgica, nos prepara,

    nos dibuja un sujeto coherente a sus antiproyectos. Algunos lo llaman el sujeto sujetado de la

    posmodernidad. Yo digo que es el sujeto de la deconexin. Desconectado esencialmente del otro, lo

    que quiere decir deconectado de s mismo. Cul es su identidad?. Un password?. Interactividad

    humana sin vnculo es una no interaccin. Interactividad es reciprocidad en un vnculo, un continente

    de intercambio de miradas, de gestos, contacto corporal, mensajes verbales y no verbales. Procesos

    comunicacionales y de aprendizaje que permiten inferir direccionalidad recproca de ese

    comportamiento (Quiroga A.P.1994.p.47).

    Pero quin es ese sujeto de la posmodernidad o para la posmodernidad?. Desde mi representacin

    bsica se me antoja que una primera caracterizacin crtica pertenece a Lennon & McCartney : Hes

    a real nowhere man, sitting in his nowhere land, making all his nowhere plans for nobody. Pero para

    evidenciar mi apego al gremio profesional al que pertenezco, mi identidad de psiclogo, me

    aprovecho de una excelente caracterizacin hecha por Rojas M.C. y Sternbach S. (1995). Sealo

    apenas algunos rasgos importantes:

    1. Ritmo hipomanaco ligado a la abolicin de todo conflicto, al xito y la eficacia. La velocidad es un

    sntoma de su modo de existir.

    2. Poco sujetado a lazos y limitaciones de cualquier tipo. Es un tipo pragmtico que anda a la

    bsqueda de fama y poder. Cuando lo logra, an en pequea escala, hace ostentacin de el.

    7

  • 3. Su inters personal esta siempre por encima de otros intereses. Pone toda su agresividad en su

    competitividad. Por eso no participa de proyectos grupales, institucionales, etc. En el mejor de los

    casos lo usa como instrumento de su ascenso personal.

    4. Su tica se rige por su pragmatismo y sus objetivos vitales antes expuestos. El tener es el criterio

    de xito, por eso adems de ser transgresivo, no siente vergenza por esto.

    5. Se percibe en su vida una profunda banalizacin. Pertenece a la cultura light. Su insensibilidad

    logra niveles que limitan con la psicopata. El esfuerzo ya no est de moda, todo lo que supone

    sujecin o disciplina austera se ha desvalorizado... (Lipovetsky G. 1996.p.56).

    6. Predomina en l un hedonismo individualista. Desestima lo interior, el mundo de lo ntimo. Lo

    importante es mostrarse bello y divertido. Hay en l una suerte de libido catectizada en la belleza

    externa. La Histeria. El deseo de hacerse simptico- seala Debray R.- roza a todo aqul que

    quiera consentir y prevenir los deseos del otro, a cualquier precio. La neurosis histrica es la

    forma lmite del comportamiento indicial, como bsqueda perpetua de la buena impresin.

    (Debray R. 1995.p.154).

    Los consultorios empiezan a embotarse de formas de malestar que se arraigan y fortalecen en un

    espiritu de poca marcado por la prdida de antiguas convicciones y por nuevas discursividades que

    no se perfilan todava con claridad como soportes de la subjetividad (Rojas M.C., Sternbach

    S.1995.p.136). El hombre posmoderno, sus contornos subjetivos son la clara manifestacin de las

    relaciones reales en las que viven, lo ideal no es...ms que lo material traducido y traspuesto a la

    cabeza del hombre (Marx C.1980.p.XX). El mal-estar humano es, releyendo a Freud, un malestar de

    la cultura. La cultura entendida no simplemete como la produccin o el escenario conjuntivo y

    entrecruzado de la creacin esttica y tica de grupos relativamente exiguos de la sociedad. Ni tan

    siquiera la cultura entendida como la produccin espiritual de todos los sectores sociales. Estoy hablando de la cultura como la estructura real de la subjetividad del individuo, el referente potencial

    de su libertad. Ser cultos para ser libres.

    La imagen semiarquetpica de libertad catectizada en la figura del marino nos es devuelta en otros

    mbitos de navegacin. Navegar por las autopistas de la informacin. Nos hace esta navegacin

    marineros, nos hace libres?. Los psiclogos sabemos al menos de las concomitantes adictivas, y no

    son las adicciones un indicador de libertad. Muy por el contrario. Simultaneamente a la revolucin

    informtica, las sociedades posmodernas conocen una revolucin interior...en el momento en que el

    crecimiento econmico se ahoga, el desarrollo psquico toma el relevo, en el momento en que la

    informacin substituye la produccin, el consumo de conciencia se convierte en una nueva bulimia:

    yoga, psicoanlisis, expresin corporal, zen, terapia primal, dinmica de grupo, meditacin

    trascendental; a la inflacin econmica responde la inflacin psi y el formidable empuje narcicista que

    engendra. (Lipovetsky G.1996.pp.53-54). Un paciente me explic la causa de su bsqueda

    8

  • incansable de un psiclogo con una imagen de Byron L: And now, Im alone. Upon the wide. The

    wide sea. Otra vez el mar, la navegacin, la libertad con el alto costo de la soledad.

    Todo nos viene preparando una muerte para el sujeto. El derrumbe del ruso-cialismo. Lacan y

    Foucault. Y ahora, la interconcectividad administrada y amaestrada desde la misma filosfa, desde la

    misma tica de la segregacin, del poder, del predominio. En todo caso, ahora hay una multiplicacin

    del efecto de seduccin por las capacidades de maniobras sustitutas del sujeto y supraeficientes. A

    pesar de su sensible modo de decir con la escritura. Considerando incluso su apego a lo espiritual, no

    tengo muchas dudas de que ante una Pentium 2 con conexiones de fibra ptica, Sor Juana Ines de la

    Cruz no hubiera vacilado en repetir sus hermosos versos:

    Yo no puedo tenerte ni dejarte,

    no s por qu al dejarte o al tenerte

    se encuentra un no s qu para quererte

    y muchos si s qu para olvidarte

    Pero ms all de preferencias, temores y rechazos, el asunto central es el del encuentro o la perdida

    de s mismo, de la mismidad y la otredad, en este proceso que requiere de una geografa para su

    sujeto. Una geografa que permita la circunscripcin al entorno intrasubjetivo en un laberinto ilusorio

    de alternativas pragmticas que se confunden con alternativas existenciales. Quin soy en el

    ciberespacio?, dnde est mi cuerpo?. Los cuerpos se pierden en las fibras pticas, son

    convertidos en una imagen (visual, auditiva, kinestsica) , y toda imagen es una estratgia (Debray

    R. 1995.p.131). La estrategia de la globalizacin.

    El crecimiento humano parece quedar atrapado e dos ejes fundamentales: informacin y globalizacin. La identidad, esa parbola que unifica en la mismidad y armoniza en la otredad, es

    puesta a andar por una autopista en la que no hay yo y otros. Solo cada uno de todos los yo. El otro

    es el yo virtual. Yo mismo que me desdoblo ante lo mio. Crculo potencialmente esquizodestructivo.

    En la interconectividad me hablo a m mismo cual si hablara al y con otro. Siendo que para ser yo-otro

    tengo que dejar de ser yo-yo. Mi otro es quien est en el lugar de mi yo. Yo estoy en el lugar del otro.

    Lo sabemos: no hay sociedad informacional sin globalizacin. La sociedad mediolgica informacional

    es condicin pre y pos de la globalizacin. Todo bien. Pero... dnde est el sujeto?, no el sujeto de

    la globalizacin, sino el sujeto de la relacin, de la interconectividad. Si donde digo no soy, y donde

    soy no digo, dnde tendr lugar el contacto, el vnculo?. Todos somos iguales es la ley primera

    solamente donde la segunda ley es todos somos distintos.

    9

  • Nos llenamos de dudas. Simbiosis y ambigedad. El tema entonces es el que nos convoca en estos

    das: Dejar de ser para crecer o no crecer para ser. Nosotros, los aqu presentes, posiblemente

    ensayamos otro cuestionamiento. Nuestra respuesta afirmativa. No desde la metfora robtica de la

    enajenacin, sino desde la construccin del desarrollo sostenible y sustentable. No desde la renuncia,

    sino desde el humanismo crtico que sustenta las utopas y las prcticas emancipatorias: SER PARA

    CRECER.

    Muchas gracias.

    BIBLIOGRAFIA

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