anotaciones para una historia del concepto de conciencia en la psicologia

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conciencia, psicolo

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Serie: "Cognicin, moral y desarrollo psicolgico"Cognicin y ConcienciaJaime Yez Canal Ph.D.Adriana Milena Perdomo Salazar(Editores)Autores:Jaime Yez CanalAna Lorena Domnguez RojasDaniel Eduardo Chaves PeaDiana Marcela Prez AnguloAndrs Mauricio Snchez SolarteTexto producto del convenio entre el grupo de investigacin "Estudios en desarrollo socio-moral" y el Departamento de Psicologa de la Corporacin UniversitariaMinutodeDiosUNIMINUTO.Eldocumentopublicadoes parte del informe de un proyecto fnanciado por la Universidad Nacional de Colombia.ConvocatoriaFalsBorda.2009-2010.Cdigo201010012958. Esteinformefuemejoradoeneltrabajoadelantadoentreelgrupodein-vestigacinyelprogramadePsicologadelaCorporacinUniversitaria Minuto de Dios.CORPORACIN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS-UNIMINUTO-Leonidas Lpez HerrnRector GeneralAlonso OrtizRector Sede BogotP. Harold Castilla de Voz. CJMVicerrector AcadmicoBernardo Nieto SotomayorDecano Facultad de Ciencia Humanas y SocialesClaudia Patricia Corts CuellarDirectora Programa de PsicologaJaime Ynez CanalAdriana Milena Perdomo SalazarEditoresAdriana Milena Perdomo SalazarCoordinadora EditorialJorge Helberth Snchez TiradoCorreccin de EstiloGiovanni Vanegas DazDiagramacin y Diseo de CartulaImagen GrfcaPBX: 5432174Bogot Colombia.ImpresinISBN: 978-958-8635-47-79111717232326282830323333343640414143PRESENTACIN DE LA SERIEPRESENTACIN DEL LIBROCAPITULO I.ANOTACIONES PARA UNA HISTORIA DEL CONCEPTO DE CONCIENCIA EN LA PSICOLOGAIntroduccin1. ANTECEDENTES DE LA PSICOLOGA: CONCEPCIONES O ANOTACIONES FILOSFICAS EN TORNO A LA CONCIENCIA1.1. Primeras formulaciones de conciencia desde el pensamiento griego1.2. Anotaciones sobre la conciencia en la Edad Media1.3. El Yo, punto central en la caracterizacin de la conciencia1.3.1. La conciencia, certeza de un Yo cognoscente: aproximacin cartesiana1.3.2. Conciencia, elemento central para la idea de identidad o del s-mismo. Aproximacin de Locke1.3.3. Conciencia: creacin humana de una ilusin. Aproximacin de Hume1.4. Trascendencia y subjetividad en la caracterizacin de la conciencia1.4.1. La trascendencia de la conciencia en Kant1.4.2. Subjetividad de la conciencia en HusserlA manera de sntesis preliminar2. PIONEROS DE LA PSICOLOGA. PLANTEAMIENTOS PSICOLGICOS SOBRE LA CONCIENCIA2.1. Perspectivas y conceptos de conciencia en los pioneros de la psicologa2.1.1. La conciencia, proceso introspectivo y unifcador de los estados mentales. Anotaciones de una visin estructural2.1.2. La conciencia como evento perceptivo organizador en la Escuela de la Gestalt TABLA DE CONTENIDO444649515257606466718989939395961001031081131192.1.3. La certeza y la sensacin de unidad en la Escuela de Wurzburg2.1.4. Otros desarrollos posteriores en la psicologa europea2.1.5. James. La temporalidad como elemento central de laconciencia2.1.6. La conciencia. Epifenmeno o categora innecesaria para una ciencia psicolgica2.1.7. La erradicacin de conceptos mentalistas en lainvestigacin conductista2.2. La conciencia en la psicologa contempornea2.2.1.Conciencia asociada a procesos atencionales2.2.2. Conciencia asociada a procesos meta-cognitivos2.2.3. Conciencia. Proceso subjetivo de identidad2.2.4. Nueva eliminacin de la concienciaCAPITULO IIEL INCONCIENTE,HISTORIA Y POSIBILIDADES CONCEPTUALESIntroduccin1. SUPUESTOS INICIALES EN EL ABORDAJE DEL INCONCIENTE1.1. El inconciente defnido en trminos positivos y negativos1.2. El inconciente en su modo activo y pasivo1.2.1. El inconciente como una cuestin atencional1.2.2. El inconciente como un espacio en el aparato psquico y como una fuerza negativa1.2.3. Otras versiones del inconciente desde el psicoanlisis y la psicologa del desarrollo1.3. El inconciente, una mirada desde la subjetividadRefexiones preliminares y toma preliminar de posicin2. DISCUSIONES SOBRE LO INCONCIENTE A PARTIR DE LA REVOLUCIN COGNITIVA119124134141145156156157160161164167169171175176179190193202202Introduccin2.1. Percepcin inconciente2.2. Memoria implcita2.3. Pensamiento inconciente3. CONCLUSIONESCAPITULO IIILA MEDITACIN, CORRELATOS FISIOLGICOS Y MANIFESTACIONES PSICOLGICASIntroduccin1. LA CONCIENCIA Y LOS ESTADOS ALTERNADOS2. PROPIEDADES GENERALES DE LA CONCIENCIA3. EL FENMENO MSTICO3.1. Tradiciones y formas meditativas4. CARACTERIZANDO LOS ESTADIOS DEL PROCESO MEDITATIVO: DIFERENCIAS ENTRE EL ESTADO MEDITATIVO, SUEO, HIPNOSIS Y OTRAS FLUCTUACIONES DE LA CONCIENCIA5. EFECTOS DE LA PRCTICA MEDITATIVA SOBRE SISTEMAS FISIOLGICOS5.1. Monjes desafando la habituacin y cambiando su ritmo cardiaco5.2. Cambios en el ritmo cardiaco y respiratorio5.3. Meditacin y psiconeuroinmunologa6.EL FENMENO MSTICO: ESTADOS ALTERNADOS MAYORES Y EXPERIENCIAS UNITIVAS7. PROEZAS FSICAS Y FENMENOS CORPORALES ASOCIADOS AL ENTRENAMIENTO MEDITATIVO8. DISCUSIN Y CONCLUSIONESCAPITULO IVCORRIENTE DE CONCIENCIA Y UNIDAD DEL S-MISMO: FENOMENOLOGA DE LOS ESTADOS ALTERNADOS DE CONCIENCIAResumen202205210211212213214216217218222224227230235236242244247247250252260Refexiones preliminares1. ESTADOS ALTERNADOS DE CONCIENCIA: UN MARCO DE INTERPRETACIN2. LA HIPNOSIS O LA CONCIENCIA DISOCIADA2.1. Fenmenos disociativos en la hipnosis2.1.1. Amnesia Post-Hipntica2.1.2. Conciencia implcita en la analgesia hipntica2.1.3. Conciencia implcita en la ceguera y sordera hipntica2.1.4. Co-conciencia y lgica de trance2.1.5. La experiencia de lo involuntario en la hipnosis2.2. Refexiones fenomenolgicas en torno a la hipnosis3. EL SUEO O LA CONCIENCIA A POSTERIORI3.1. Formas de abordar el sueo3.2. Fenomenologa de los sueos3.2.1. El sueo lcido o la conciencia del ahora3.3. Experiencias extra-corporales o la conciencia in-corporada3.3.1. Las EEC naturales y el criterio experiencial3.3.2. Las EEC desde las neurociencias3.4. Infexiones fenomenolgicas3.5. La experiencia mstica o la conciencia de unidad3.5.1. La explicacin de la experiencia mstica3.5.2. El transpersonalismo: mstica psicolgica3.5.3. Insights de la conciencia en la experiencia mstica4. CONCLUSIONES[ 9 ]165180181182188INDICE DE TABLAS Y FIGURASTabla1.Categorasgeneralesdemedita-cinFigura 1: Campo mental ordinario. En Aus-tin (1999).Figura2:Campomentaldurantelaabsor-cin interna. En Austin (1999).Tabla 2. Respuestas de estrs implicadas en la absorcin interna (Austin, 2006, p. 319).Tabla3.VariedadesdeUnidad(Austin, 2006, p. 343)PRESENTACIN DE LA SERIELa Corporacin Universitaria Minuto de Dios UNIMINUTO con su pro-grama de Psicologa y el grupo de investigacin "Estudios en Desarrollo Sociomoral" de la Universidad Nacional de Colombia, han establecido un programa de investigacin y de trabajo conjunto dentro del que incluimos esta serie editorial titulada "Cognicin, Moral y Desarrollo Psicolgico".Esta serie se ha propuesto para mostrar los avances de nuestros equipos detrabajo,conelnimodecrearunforodondesepuedancongregar un mayor nmero de instituciones e investigadores que trabajan en las temticassobrelasquegiralaserie.Inicialmente,lostextosquese habrn de presentar en esta coleccin que hoy sacamos a la luz pblica, recogenlostrabajosylasrefexionesdelosmiembrosdelosequipos einstitucionesqueconformanestaalianzaacadmica.Posteriormente esperamosqueenellaparticipentodoslosinvestigadoresinteresados enlascienciascognitivasenlasrefexionessobrelamoral,lacultura ciudadana y el desarrollo humano.Si bien en estos primeros nmeros puede refejarse una orientacin parti-cular sobre lo cognitivo y el desarrollo psicolgico, este espacio se ofrece para todos aquellos que tengan algn inters investigativo, sin demandar ninguna perspectiva particular ni una metodologa investigativa nica, y sin ni siquiera hacer demanda alguna sobre el estilo de escritura ni otro tipo de reglamentacin que usualmente hace a los textos y revistas cien-tifcas un templo adornado de exigencias formales y trivialidades investi-gativas. Nuestro nico inters es ofrecer espacios abiertos donde primen las ideas, la argumentacin rigurosa y la inventiva para ofrecer interpre-taciones profundas a cruciales problemticas humanas.Como en todo espacio abierto las lneas y desarrollos se irn constituyen-do. El tiempo y los futuros participantes habrn de delinear los contornos de este proyecto, que se ofrece al margen de toda dictadura institucional que intente imponer unas polticas homogneas para la investigacin, las relaciones interdisciplinares y la refexin social.[ 10 ] [ 11 ]Invitamos pues a los lectores a leer los primeros productos de nuestro tra-bajocolectivoyaparticiparenlconsusescritoseinvestigaciones.La psicologa y las disciplinas vecinas demandan un mejor trabajo en equipo y muy variados espacios para abordar aquellas problemticas que nuestras modernas sociedades enfrentan permanentemente. Jaime Yez CanalAdriana Milena Perdomo Salazar(Editores) PRESENTACIN DEL LIBROEn los dos primeros tomos de la serie "Cognicin, Moral y Desarrollo Psicolgico", abordaremos algunas temticas centrales de la actual in-vestigacin sobre las ciencias cognitivas. La primera de ellas, sobre la quetrataelprimertomodenominadoCognicinyConciencia,esel problema de la conciencia. En el segundo tomo el tema abordado es la cognicin encarnada y situada, que de manera sinttica en el ttulo del texto llamamos "Cognicin y Embodiment".El problema de la conciencia ha estado en la psicologa como tema de investgacin desde sus inicios como disciplina cientfca. Wundt, al que muchos textos de historia de nuestra disciplina han ungido con el ttulo nobiliario de fundador, estableci a la conciencia como un proceso fun-damental en el estudio de la mente y como herramienta para descifrar el mecanismo que haca operar todos nuestros sistemas cognitivos.Estasprimerasformulacionespropiciaronunaexplosindeinvestiga-cionesquedeterminaroneldesarrollodelapsicologaysentaronlas bases para la constitucin de un horizonte conceptual en nuestra disci-plina. Khler, Wertheimer, Von Ehrenfels, Freud, James, Piaget, Wallon y muchos otros pioneros avanzaron sus propuestas tericas en dialogo o en confrontacin con las ideas seminales del creador del laboratorio de Leipzig. Independientemente de la distancia que los separara del padre de la psicologa, los autores mencionados intentaron hacer de la psicolo-ga una disciplina que estudia la mente y dentro de sta, la conciencia.Pero en la historia de la psicologa, como en muchas historias intelec-tuales, las ideas fundadoras no slo fungen como guas para el desarro-llo de particulares directrices, sino que en algunas ocasiones se convier-ten en conos de la vergenza o en motivos incitadores de cruzadas que intentan arrasar de la memoria sus atrevidos intentos. En la historia de la psicologa el concepto de mente, y ms especialmente el de concien-cia, fueron llevados al olvido y catalogados como concepto precientfco que haban descarriado a muchas mentes brillantes y haban retrasado la admisin de la psicologa en el respetado mundo de la ciencia. Watson, [ 12 ] [ 13 ]Skinner y varios psiclogos de orientacin behaviorista, adelantaron tan efcaz batalla por la defenestracin de los conos iniciales de la psicolo-ga, que el concepto de conciencia pas a ser incluido en los aberrantes ejemplos del libro que registra todos los engaos del prejuicio y dems fantasmas de una novel disciplina, la cual orientaba todos sus esfuerzos en asegurar un lugar privilegiado en el mundo cientfco. Por fortuna de la raza humana y de la psicologa, ciertos conceptos que clamanporhacerdelhombreunenigmapermanente,renacenperidi-camente. A pesar de los adjetivos y las campaas de induccin metodo-lgica-uotradelasestrategiasquenoshanconducidoaabordar,eso s con toda la complejidad metodolgica, una serie de temticas inves-tigativas completamente triviales e intrascendentes-, el problema de la conciencia ha vuelto a ocupar un lugar fundamental en nuestra ciencia.Afortunadamenteesterenacimientonotienenicamentedepadrinos aaquellosquesedeclaranherederosdeunorculoqueconexpresio-nesinsustancialesintentanprescribirlasleyesquedanelderechode membrecaalosqueinvocanlaletanadeunaparticularrigurosidad metodolgica.HoylaCienciaCognitivaesuncampomsamplioque halogradoconvencersedeladisparidadylacomplejidaddelespritu humano.EnlaCienciaCognitiva,participanactualmenteunvariado nmero de disciplinas de diferente procedencia, y con historias de exor-cismo tan particulares, que los fantasmas propios ya no pueden causar tan paralizantes sentimientos.En la actualidad la conciencia ha vuelto a ocupar un lugar central en la investigacin sobre la mente y el comportamiento humano. En su es-clarecimientoparticipan,ademsdelapsicologa,lasneurociencias, laantropologa,lafilosofa,lapsiquiatraeinclusomuchosesotri-cos, que si bien no aportan en la clarificacin cientfica del concepto, si dan luces para contemplar una serie de fenmenos que haban sido enviados al margen de la investigacin cientfica. Los sueos, las ex-perienciasextracorporales,losfenmenosmsticos,laspersonalida-des disociadas, la hipnosis y otros estados alterados de conciencia, son esetipodefenmenosquehansidoincluidosdentrodelasactuales investigaciones de la Ciencia Cognitiva.Obviamentetanextensonumerodedisciplinasparticipandoenelen-tendimientodeesteprocesopsicolgico,ytanvariadopanoramade eventos a ser estudiado bajo la categora de conciencia, ha generado un campoendondesuslmitesnohansidotodavaestablecidosydonde nosehanlogradoestablecerlosttemsquecongreguenatodosenel mismo ritual de pertenencia. En el estudio de la conciencia existen tan variadas perspectivas, que cualquier intento que pretendiera ofrecer un mapa para visualizar sus fuentes de riqueza y sus caminos ciegos, sera, adems de un ejemplo de un estado alterado de conciencia, un esfuerzo dudoso y generador de desconfanza.Enestetexto,concientesdeloampliodelcampodeestudioydemu-chasotrascomplejidadesquedifcultanunacuerdofcil,habremosde presentar diferentes perspectivas y formas de aproximarse al estudio de la conciencia. Las perspectivas que habremos de presentar son aquellas que han explorado las diferentes personas que en nuestro grupo de in-vestigacin se han dedicado a estudiar el tema.Conocedoresdelasdifcultadesdebuscarunacuerdoennuestrogru-po, impulsamos el desarrollo y la profundizacin en ciertas temticas y perspectivas dentro del campo cognitivo que nos permitieran presentar algunasposturasydebatesconrelativaprofundidad.Cadaunodelos artculos de este texto presenta un problema y/o una manera de abordar el amplio problema de la conciencia. Consideramos que esta manera de proceder habr de garantizar la existencia de perspectivas diferentes en nuestro equipo de trabajo y de esa manera facilitar el debate y la crea-cinderetosparahacerdenuestraempresainvestigativaunesfuerzo delargoaliento. Acontinuacin,presentaremosdemanerarpidalos artculos que componen este texto.El primer artculo cuyo ttulo es: Anotaciones para una historia del con-cepto de conciencia en la psicologa, escrito por Diana Marcela Prez y Jaime YezCanal,intentahacerunahistoriarpidayalgoprovisional sobre el concepto de conciencia desde las primeras formulaciones de los [ 14 ] [ 15 ]flsofos griegos hasta las perspectivas actuales en la Ciencia Cognitiva. En este anlisis propusimos tres ejes o criterios que permitan identifcar lasdiferentesposturasquehanperduradoatravsdelahistoriadel trminoconciencia.Lastrescategorasidentifcadasdemaneramuy gruesa eran aquellas que asocian la conciencia con el conocimiento, las que lo vinculan a procesos de identidad y las que cuestionan su validez cientfca o su valor conceptual.El establecer categoras tan gruesas nos facilit identifcar tendencias es-tables en la discusin occidental sobre la mente, a la vez que reconocer los ciclos repetitivos de la historia intelectual alrededor de los problemas centralesdeloquecaracterizalohumano.Enestabreveysuperfcial presentacin de la historia del concepto de conciencia fuimos mostrando algunos cruces entre posturas y el desarrollo progresivo en la modernidad delproblemadelaidentidad.Esderesaltarenestetextoqueelavance en la exposicin, de las diferentes posturas separadas en el tiempo, se da acompaada de un mayor detalle y profundidad en la argumentacin. Si bien en las pginas iniciales se adelantan algunos argumentos dados entre posturasdiferentes,stossolosehacenclarosyevidentesenlapresen-tacindelasdiscusionesmsrecientes.Lasrazonesdeestaestructura expositiva (aparte, claro est de algunas lagunas conceptuales sobre par-ticulares pocas histricas) se deben a que buscbamos conducir al lector haciaunprocesodedescubrimientoquenosotrosmismosexperimenta-mos. La constante reedicin de ciertos argumentos slo se hace compren-sible, cuando el contexto se ha hecho amplio y cuando se ha escuchado lo mismo de muy variadas formas. El segundo artculo lo hemos titulado: El inconciente. Historia y posi-bilidades conceptuales. Los autores son Ana Lorena Domnguez Rojas y Jaime Yez Canal. En este artculo se intenta hacer igualmente una rpida historia del concepto de inconciente, concentrndonos especial-menteenlapsicologay,dentrodeesta,enlapsicologadelprocesa-miento de la informacin. En este artculo se proponen, de la misma manera que en el artculo anterior, unos ejes para el anlisis y la organizacin de los debates y las perspectivas que han ofrecido alguna refexin sobre los procesos no-concientes del ser humano. Los ejes propuestos son el par positivo-negativo, la oposicin pasi-vo-activo y el tercer eje que gira sobre la comprensin de la subjetividad.Despus de enumerar una serie de propuestas que se centran en algunos de estos ejes en la historia inicial de la psicologa, el texto se concentra en exponer las investigaciones en la psicologa cognitivo-computacional. Apesardequelosejespropuestoslosconsideramosconunaltovalor heurstico para organizar las diferentes concepciones sobre el problema, decidimosconcentrarnosenunodeestos,debidoalmayorniveldeex-perticia sobre el particular y porque consideramos este empeo un primer escaln de un trabajo de largo aliento. Dentrodelaexposicinsobreelinconcienteenlasperspectivascom-putacionales,abordamosalgunasinvestigacionessobrelosprocesosde percepcin, la memoria y el pensamiento. Debe quedar claro que las pers-pectivas abordadas son las que tematizan de manera explcita el problema del inconciente, y las que lo proponen como un mecanismo fundamental en la explicacin del comportamiento humano y en la determinacin de la mayora de sus conductas.El siguiente artculo lleva por ttulo: La meditacin, correlatos fsiolgi-cos y manifestaciones psicolgicas. Los autores de este texto son Andrs Mauricio Snchez Solarte y Jaime Yez Canal. En este artculo se abor-da el fenmeno de la meditacin y cierto estado especial que alcanzan los maestrosolaspersonasquehandedicadomuchosaosaestaprctica particular. En la exposicin de este fenmeno se exponen algunos detalles de tipo fsiolgico e igualmente se adelantan algunas refexiones sobre las funciones que podra tener la conciencia.El ltimo artculo debe leerse como un complemento, o mejor como un docu-mentodecontrasteconelanterior.Esteltimoartculosetitula: Corriente de conciencia y unidad del s-mismo: fenomenologa de los estados alternados de conciencia. Sus autores son Daniel Eduardo Cha-ves Pea y Jaime Yez-Canal. En este artculo de presentan casos extra-os de conciencia, como los sueos lcidos, la hipnosis, las experiencias [ 16 ] [ 17 ]extracorporales, las experiencias cercanas a la muerte y las experiencias msticas. Apartedeunanovedosacaracterizacindeestosfenmenos, enesteartculoseintentaproponerunainterpretacinfenomenolgica delosmismos.Diferenciandolosconceptosdeipseidadydeconcien-cia autobiogrfca, el escrito intenta dar cuenta del funcionamiento de la conciencia en tan particulares estados alterados.Comopodrnotarellector,losartculostienennotoriasparticularida-descomolosealamosanteriormente.Cadaunorefejaunosintereses especfcos y momentos diferentes del desarrollo del grupo. Una primera lectura de estos textos posiblemente haga pensar al lector desinformado, queenellossepresentaunafaltadeestructuraycoherenciaenlaex-posicin.Esetipodeinterpretacionesnopuedenevitarseymenoscon una aclaracin introductoria, que muy prontamente habr de ser olvidada cuandonuestroacompaanteexternoseadentreenlasprimeraslneas. Creemosqueeltextoquehoypresentamostienequedefendersepors solo. La experiencia que se genere con su lectura es un acto individual de conciencia, que slo aspiramos se acompae de una historia de bsqueda similar a la que nosotros hemos intentado. CAPITULO IANOTACIONES PARA UNA HISTORIA DEL CONCEPTO DE CONCIENCIA EN LA PSICOLOGAJaime Yez Canal (1)Diana Marcela Prez (2)IntroduccinLa conciencia es uno de los problemas ms difciles a los que se enfrenta la ciencia en la actualidad. Pero, a pesar de su valor en el esclarecimiento de la mente y del comportamiento humano, no se cuenta con un referente comn que d cuenta de ella.El inters por entender este fenmeno ha supuesto una diversidad de con-ceptos y discusiones entre distintas perspectivas. Pero esta preocupacin noesunanovedad.Lareferenciaalaconcienciasepresentadesdelas primeras refexiones griegas sobre la mente hasta las actuales caracteriza-ciones de lo mental de las diversas disciplinas que conforman la llamada Ciencia Cognitiva.Conocer el estado actual del problema de la conciencia y la originalidad delasnuevasposturasimplicavolveralaspropuestasoriginales,mu-chas de las cuales se han olvidado. Las variadas caracterizaciones de la conciencia, aunque formuladas en los primeros momentos de la cultura occidental,semantuvieroncondiferentesmaticesenotraspocas,las cuales sern presentadas brevemente. As, el objetivo en este artculo es mostraralgunasconceptualizacionessobrelaconcienciapresentesen diferentes momentos de la historia de nuestra cultura y del desarrollo de la disciplina psicolgica.(1)ProfesorasociadoalDepartamentodePsicologadelaUniversidadNacionaldeColom-bia.(2) Estudiante de ltimo semestre de psicologa de la Universidad Nacional de Colombia.[ 18 ] [ 19 ]Al volver sobre la historia de la conciencia podemos distinguir tres ma-neras de entenderla, tres amplias categoras que constituyen los focos de discusin en torno a sus posibles descripciones y explicaciones, presen-tes en los diferentes momentos de su abordaje, no slo en la psicologa sinotambinendisciplinasafnescomolaflosofaydemsciencias cognitivas.Laprimeracategoraasocialaconcienciaconlasactivi-dadesyprocesosdeconocimiento.Lasegundalavinculaconlaidea de identidad y sensacin de s mismo. Mientras que la tercera niega su existencia, funcin y estudio.Conformesehamencionado,elpresentetrabajosedesarrollaenfuncin de estas tres categoras, que permiten presentar autores y perspectivas sig-nifcativas que han abordado el problema de la conciencia y la asumen en alguna de estas formas.Paraestosehaseccionadoelartculoentresgrandesapartados.Enel primeroubicamos las primeras discusiones presentes en la flosofaque antecediyfuecontemporneaalaformacindelapsicologa,locual hace referencia a las formulaciones de la Grecia antigua y a los plantea-mientossurgidosenlasprimerasdcadasdelsigloXX.Enestelapso detiemposeformulanporprimeravez,ydemaneraseparada,lastres maneras de entender la conciencia, cuyas explicaciones varan segn las preocupaciones de los autores, entre los que destacamos a Platn, Scra-tes, Aristteles y los helenistas en la flosofa antigua; San Agustn en la medieval; Descartes, Locke y Hume en la flosofa del Renacimiento; y a Kant y a Husserl en la historia ms reciente.Seguimos con el segundo apartado referido a los pioneros de la psicologa, quienesestablecieronlasbasesinicialesparaeldesarrollodeunadisci-plinainteresadaporelestudioempricodelomental.Wundt,James,la psicologadelaGestalt,laescueladeWrzburg,Watson,Piaget,Freud yalgunostericosdelapsicologamarxista,motivadosporlacompren-sindelaconciencia,abordanestefenmenodeformaindependientey proporcionan concepciones que no son ms que una reedicin de algunas posturas anteriores, manteniendo la dinmica de las tres categoras o ejes de caracterizacin del fenmeno. La postura de James es una explicacin de la subjetividad y el s-mismo. La psicologa de la Gestalt, y con ella Piaget y otros psiclogos europeos de inicios del siglo XX, la entienden en relacin estrecha con procesos de conocimiento. Los planteamientos de la escuela de Wrzburgentornoalaconciencianosrecuerdanalgunasanotaciones de la flosofa cartesiana sobre la importancia de la certeza subjetiva en los procesos de conocimiento, y a Wundt, quien expone diversas caractersticas de la conciencia ya presentes en varias posiciones flosfcas que le antece-dieron, trayendo como novedad el inters en estudiar la estructura y compo-nentes de la conciencia haciendo uso de la experimentacin controlada.Pero en oposicin a estas perspectivas, que proponan a la conciencia como foco de estudio central de la psicologa y como eje fundamental de expli-cacin de los procesos humanos, se alzaron dos nuevas visiones que pro-ponan el alejamiento de la conciencia en las explicaciones y en el estudio de la complejidad humana. Una de stas fue el epifenomenalismo que pro-pona estudiar el comportamiento humano haciendo alusin a los procesos delsistemanervioso.Otroenfoquefueelconductismoqueasumiuna explicacin del ser humano considerndolo dependiente de la estimulacin ambiental, la que condicionara su disposicin a actuar.Las diversas perspectivas de estos pioneros determinaron el rumbo de la psicologaylamaneradetratarlosfenmenosyprocesospsicolgicos en la actualidad. Las nuevas perspectivas y discusiones surgidas a partir de la revolucin cognitiva son presentadas en el tercer apartado, que da cuenta de la psicologa contempornea.Cuando hablamos de la psicologa contempornea nos referimos a aquellas conceptualizacionesqueseoriginaronapartirdelarevolucincognitiva y de la bsqueda de nuevos modelos para entender las maneras como los seres humanos procesan la informacin y actan de manera adaptativa.Noobstante,retomarelestudiodelomentalnosignifcregresarales-tudiodelaconciencia,puesstayanoseconsiderabalacaracterstica fundamentalparaelesclarecimientodelamente.Lahistoriadelaspers-pectivas cognitivas recientes empez con un desconocimiento de aspectos relacionadasconlaconciencia,debidoaquesupreocupacincentralera [ 20 ] [ 21 ]establecermodelosgeneralessobreeloperarcognitivo,sinqueenstos se presentara alguna forma relacionada con el monitoreo, las sensaciones o cualquier aspecto con los que anteriormente se hubiera entendido el fe-nmenodelaconciencia.Lapreocupacininicialeraestablecerformas generales que pudieran dar cuenta del actuar inteligente, tanto de hombres como de mquinas. Dentro de este actuar, las preocupaciones iniciales se referan a la capacidad de resolver problemas, el razonamiento, la toma de decisiones y otras tareas que demandaban modelos algortmicos que opera-ban de manera automtica, sin ninguna afectacin de las sensaciones y con una participacin nula de la conciencia.Laconciencia,enelmejordeloscasos,eraentendidacomolaenerga atencionalqueacompaabatodoprocesocognitivosindeterminarlo.Por ejemplo, el que atienda a expresiones lingsticas es apenas una condicin necesariaparaqueactemisistemadeprocesamientodellenguaje,pero obviamentenolodetermina,yaquestedemandaprocesosparticulares que deben ser descritos de manera especfca. De la misma manera, si es-tudiamos los procesos de percepcin, la atencin es simplemente la condi-cin para establecer si el sujeto est discriminando determinados estmulos, pero no da cuenta de cmo opera este especfco proceso psicolgico.De esta manera, la crtica del homnculo a las perspectivas cognitivas se hizomuypatenteenlasreferenciasalosprocesosatencionales,yaque quedaba fuera de los modelos formales el establecimiento de los procesos de seleccin y valoracin que los sujetos hacan de la informacin. En otras palabras, no se estableca en estos modeloscmo y por qu el sujeto aten-da a cierto evento, o cmo seleccionaba cierto procedimiento para abordar determinada problemtica. Este tipo de difcultades condujeron a que en la Ciencia Cognitiva el problema de la conciencia volviera a ocupar el lugar privilegiado que tuvo en los inicios de la disciplina psicolgica.Con la reaparicin del tema de la conciencia en el "foco atencional" de la investigacin cognitiva se reinstaur un campo donde se revivieron, enalgunoscasos,antiguasbatallasconceptuales.Porunlado,algunas posturasdemaneraperseveranteintentaronresolvermuchasdifculta-des de los modelos del procesamiento de informacin, aadiendo algu-nasfuncionesaalgnprocesoparticular.Estasperspectivascomputa-cionalesincorporaronfuncionescomolarefexinylametacognicin para caracterizar y delimitar las tareas de la conciencia. Todas funciones queseinscribenenloqueenunosdenuestrosejesdeanlisishemos llamado las funciones del conocimiento. La conciencia, como un pro-ceso cognitivo simplemente participa en las maneras como conocemos al mundo o a nosotros mismos. Pero al igual que en la historia anterior, las perspectivas que reclaman el estudio de la identidad personal y la unidad del s-mismo tambin tuvie-ron su lugar en esta contienda conceptual. La sensacin que acompaa lasexperiencias,laperspectivadeprimerapersona,lacontinuidady estabilidad de las vivencias subjetivas reclamaron un lugar protagnico enlainvestigacincognitiva.Conestasperspectivasnosolamentese posibilitaronnuevasconceptualizacionesdelomental,sinoqueasu vez se reintrodujeron dentro del estudio psicolgico temticas como los trastornosyalteracionesdelaconcienciayfenmenosqueusualmen-te haban estado al margen de la investigacin cientfca. La sensacin del s-mismo, la unidad de las experiencias y todas las formas como se hacaracterizadolasubjetividaddesdeperspectivasfenomenolgicas, permiti el estudio de la hipnosis, los sueos, las experiencias msticas, los fenmenos de amnesia y un sinnmero de casos que evidenciaban la enorme complejidad de la mente humana.Obviamente, como en toda la historia de la psicologa, las posturas escp-ticas y las que abogan por desterrar los conceptos mentalistas tambin tu-vieron su lugar. Tanto en perspectivas neurocientfcas, como en posturas psicolgicasyflosfcasaparecieronautoresypropuestasquenegaron cualquier papel causal a la conciencia, e incluso negaron su valor terico en el esclarecimiento del comportamiento humano.Esta manera como presentamos la historia y las diferentes conceptuali-zaciones sobre la conciencia, puede parecer algo esquemtica, bastante estrecha y en muchos casos demasiado injusta con algunas teorizacio-nes. Limitaciones que reconocemos y de las que estamos dispuestos a responsabilizarnos por una serie de razones. La primera, es que nuestro [ 22 ] [ 23 ]oficioynuestroejercicioconceptual,noshanhechoevidentenuestra pobrecapacidadparaelanlisishistricoyparaelrastreodefuentes tericas que nos hubieran permitido cometer menos errores en nuestra reflexin. Segundo, el limitado conocimiento de disciplinas y momen-tos ajenos a nuestra rea y focos de trabajo, nos enfrent a tan enorme cantidad de informacin que decidimos esconder algunas limitaciones concategoragruesasdeanlisis.Tercero,lacasinulapresenciade textosquetratensobrelahistoriadelconceptodeconcienciadesde diferentes perspectivas o disciplinas. Los textos que se encuentran so-bre el tema pasan por encima ciertas discusiones, o evidencian ciertos sesgos slo entendibles por las limitaciones humanas para abordar tan inmenso horizonte de informacin.Peroindependientementedenuestraslimitaciones,odelogruesode nuestrascategorasdeanlisis,odelaomisindeotrasfgurasuotras disciplinas,quepudieranconsiderarsefundamentalesenlahistoriadel concepto de conciencia, creemos que este texto es slo un escaln inicial, quetieneentresuspropsitosmotivaraquesecontineeltrabajode profundizacin sobre la historia de la psicologa.Posiblementelaseparacindelosmomentoshistricos,olosejespro-puestos para el anlisis impidan captar la riqueza de los debates, las in-fuencias mutuas y la permeabilidad de las fronteras tericas, pero cree-mos que facilitan al lector que se anima apenas en el campo, a encontrar una prctica hoja de ruta que lo habr de conducir a nuevas investigacio-nes y a un anlisis ms fno.Comoentodahistoria,losprimerosesbozoscumplenelpropsitode motivaraloscontinuadoresacomplementarelanlisisoadesarrollar una ms fna y ms profunda refexin. Esperamos que ese propsito se cumpla y que el lector se entusiasme en la continuacin de esta empresa que consideramos vital para el desarrollo de la psicologa.Sinmsprembulosysinmsintentosdesuavizarelagudoojocrtico denuestrosposibleslectores,pasamosaexponerloanunciadoenesta introduccin.1.ANTECEDENTESDELAPSICOLOGA:CONCEPCIONESO ANOTACIONES FILOSFICAS EN TORNO A LA CONCIENCIA1.1.Primerasformulacionesdeconcienciadesdeelpensamiento griegoDesde la Antigedad, especfcamente desde la flosofa griega, se ha in-terrogado por la naturaleza de la conciencia considerada como la caracte-rsticaesencialdelserhumano.DistintosflsofosgriegoscomoPlatn, Aristteles y Scrates intentan dar respuesta a la pregunta referida a qu es la conciencia y cul es su naturaleza. Independientemente de sus variacio-nes conceptuales, lo comn en estas primeras formulaciones es la relacin estrecha de la conciencia con el concepto de mente, cuya funcin principal es el conocimiento del mundo.Esteintersporlaconciencia,sederivadelobjetivodeproporcionar ydarcuentadelosfundamentosdelconocimiento,afrmandoquela concienciaeslacualidadmentalqueproporcionaelconocimientodel mundo y de nosotros mismos.La creencia dualista del ser humano condujo a la paradoja flosfca sobre el lugar del ser en la existencia espacio-temporal. Esta paradoja fue pro-puestaymanejadaporflsofosgriegoscomoScratesyPlatnquienes intentaban explicar al ser humano privilegiando la conciencia como la en-tidad superior distinta a la materia y defnitoria de lo humano. La paradoja se refere a que en un mismo tiempo y lugar, cada uno de nosotros, como sereshumanos,hacemospartedeunmundoreal-objetivo,sintenerun lugar privilegiado o central en ste, pero a la vez, somos y nos sentimos diferentesdeestemundoenlamedidaqueexperimentamoshabitarun mundo interior en el cual somos centro, y en torno al cual, gravitan nues-tras vivencias y pensamientos (Gardner, 1988, 1996; Nagel, 1998). Es un mundo dirigido por nuestros deseos, creencias y razones, regulado y obser-vado por una entidad inmutable, denominada por muchos como conciencia o mente (Platn, 2003). En otros trminos, el ser humano cuenta al mis-mo tiempo con un mundo real-natural y con un mundo subjetivo (Nagel. 1998), ambos conocidos gracias a la capacidad de ser concientes.[ 24 ] [ 25 ]Esta idea, que es caracterstica de la flosofa griega, inici el camino de la comprensin de la conciencia, por lo que resulta conveniente explorar los autores ms representativos de esta poca: Platn, Scrates y Aristteles.En primer lugar, en la flosofa de Platn (siglo V a.C.) se encuentra una men-te concebida como ente sustancial, inmortal e indivisible, residente temporal-mente en un cuerpo, caracterizada especialmente por saber lo que acontece. En especfco, Platn (2003) distingua la actividad mental racional como el fundamento de las funciones bsicas del hombre, ya que consideraba que sta permita el acceso conciente a todo conocimiento de la realidad tanto externa como interna. De esta manera Platn atribua a los acontecimientos mentales, la cualidad de la conciencia y la capacidad de acceder a todo conocimiento adquirido por el sujeto (Daros, 2006; Gardner, 1988, 1996).Scrates, igualmente concibe la conciencia como la cualidad fundamental de la mente (Gardner, 1988, 1996; Mller, 1980, 1984). La conciencia sera aquella facultad que nos permite acceder a los estados mentales. Esta idea de conciencia como elemento central de conocimiento de los estados men-tales es explicada por Scrates por medio de la metfora del espejo, segn la cual, nuestra conciencia es como un espejo en el que se refejan cada uno de nuestros procesos mentales. Esta metfora resalta una capacidad de ver los conocimientos que hemos adquirido y un control en el acceso a ellos.EnPlatn,elconocimientoseconstituyecuandoelalmaolamente,al recibirlasimpresionesdelossentidos,relacionanesasimpresionescon una idea que preexiste alo sensible, ya que abarca la multiplicidad de lo sensible ensu forma esencial. Es el cuerpo el que posibilita acceder a la informacin del mundo, pero es el alma quien verdaderamente conoce al recordar las esencias.Porsuparte, Aristteles(2005)proporcionunaideadistinta.Ensu intento de distanciarse de las concepciones anteriores, defini la men-te como la entelequia, impulso de la vida que unifica al ser. Con esto proporcionunavisinintegradoradelserhumano,dondesecon-templaban las demandas sociales, contextuales y biolgicas en las que ste se desenvuelve.Lointeresantedeestavisinesqueelserhumanoesdefnidonocomo unserdualsinocomountodounifcado,proporcionandolosprimeros elementos sobre la idea de unidad como aspecto central de la identidad del hombre. Aunque Aristteles asuma la mente como el impulso de la vida y aquello que hace posible que sintamos y percibamos, adjudicaba a sta igualmente una cualidad intelectiva la cual -al igual que lo formulaban sus predecesores- posibilitaba el conocimiento de la verdad y la formacin de juicios complejos. A pesar de que Aristteles resaltaba la idea de unidad, mantena la concepcin de la conciencia como facultad psquica que posi-bilita el conocimiento.Esteintersporlaexplicacindelaconcienciayderelacionarlacon lo material se vio truncado temporalmente con el advenimiento del pe-riodoHelenstico,distinguidoporunafuerteorientacinnaturalstica (Gardner, 1988. 1996). Los pensadores de este periodo se concentraron enelestudioyconocimientodelcuerpo,especialmentedelsistema nervioso. Conocimiento que en Herfilo y Erasistrato permiti identi-ficarlosnerviossensorialesymotores(Gardner,1988,1996;Mller, 1980, 1984).Conforme a este inters por lo palpable, lo objetivo y lo material, no se promovi el desarrollo del estudio de la conciencia, pues se considera-ba que la mente no estaba sujeta a exploracin. sta se conceba como unobjetononatural,nosometidoaleyes,inobservableytotalmente diferente a los objetos del mundo natural. Estas formulaciones pueden considerarse como las primeras que proponen separar del campo inves-tigativoalaconciencia,yaqueelserhumanopuedeserexplicadoa partir del estudio de otros procesos diferentes a lo mental.Estos primeros planteamientos pueden diferenciarse de manera gruesa entresejes,ocriterioscentrales.Elprimerejepuedeincluirlascon-cepcionesqueentiendenlaconcienciacomosinnimodelomentaly queatribuyenastalafuncindeconocimiento.Enesteprimereje incluimosbsicamentelasformulacionesdeScratesyPlatn.Else-gundo eje de nuestro anlisis contiene las referencias a la sensacin de unidadyaunasubjetividadquegarantizalaestabilidadycoherencia [ 26 ] [ 27 ]de las experiencias. Obviamente la obra de Aristteles puede ser con-sideradacomounprimeresbozodeestaidea,queslomsadelante va a ser formulada de manera explcita. El tercer y ltimo eje contiene las formulaciones que condenan atribuirle algn papel a la conciencia enlaorientacinodeterminacindelcomportamientohumano.Esta condena a las visiones mentalistas empez a formularse desde pocas bien antiguas de nuestra historia cultural, como qued ilustrado en las cortas notas sobre el perodo helenstico.Estasprimerasformulacionesdelaconcienciadeterminaronladiscu-sin posterior sobre la misma en la historia occidental. Los siguientes momentosdeladiscusinfilosficay,porsupuesto,delainvestiga-cin psicolgica reeditaron con formas ms o menos semejantes estas primeras formulaciones. Por ahora sigamos con algo ms de historia.1.2. Anotaciones sobre la conciencia en la Edad MediaLospensadoresde la EdadMedia, a diferencia de los del periodo he-lenstico, contribuyeron al desarrollo del estudio de la psicologa tras rescatar la nocin de conciencia en el estudio filosfico. Un represen-tantedeestalneaesPlotino(s.IIId.C.),quinretomalafilosofa Platnica y Socrtica para restablecer una ciencia de la experiencia ba-sada en la introspeccin, sin referencia a procesos fisiolgicos. Plotino reconoce explcitamente la habilidad de conocer de la conciencia. Pero nosetratadeunconocimientoexclusivamentedelmundoobjetivo, sinodeunconocimientodelacontecerinteriordecadapersona,del conocimiento de s-mismo. De manera que la conciencia contempla la auto-reflexin de los pensamientos de la persona. Con esto, se instaura la nocin explicita de conciencia en tanto autoconciencia o conciencia de s. (Daros, 2006; Mller, 1980, 1984; Klein, 1989).Partidario de esta nocin es San Agustn de Hipona, quin, influencia-do por las ideas de Plotino, tiene el inters de descubrir la conciencia propia a travs de la introspeccin. Este autor considera y apoya la idea dequeelserhumanodebemirarhaciaadentroporqueensuinterior encontrarlaverdadyluzdelascosas(Daros,2006;Gardner,1988, 1996;Mller,1980,1984).Enestesentido,laconcienciaesauto-lu-minosayproporcionaelconocimientocerterodelhombre,deDiosy del mundo.San Agustn consideraba que, por el acto de conciencia, el hombre gua suactuarysedescubreasmismoensuinterioridad. Atravsdela conciencia se encuentra de manera directa la sustancia presente y tras-cendente,queposibilitaqueelhombresigasiendolmismoapesar deloscambiosdadoseneltiempo(Daros,2006).Enestesentido,la esencia del hombre es su conciencia.En los planteamientos de estos dos autores se encuentra un primer in-tentodeintegracindelasdosprimerasformasdeentenderlacon-ciencia que fueron dadas en la poca griega. Amplan la concepcin de conciencia en tanto conocimiento, vinculndola con el problema de la reflexin del s-mismo. Pero este s-mismo se expresa de dos maneras diferentes. El primero referido a la idea de la identidad o bsqueda de la verdad dentro del sujeto mismo. El segundo relacionado con la idea de la responsabilidad moral, concebida como la funcin de la concien-ciaparadirigiryregularnuestrasaccionessegnelcontextoenque nos encontremos. Con esta integracin de concepciones, laconciencia se viene a entender bajo la idea de auto-reflexin que posibilita el co-nocimiento y gua los actos de los seres humanos.El pensamiento medieval propone adems, que la conciencia es aque-llaentidadmentalsuperiorquenorequieredealgnrganosensorial paraaccederalainformacin.Laconcienciagozadeunaespeciede auto-iluminacin que le permite observar los eventos del conocimiento (Ryle.2005;Scheler,2003).Deestamanera,elserhumano,adems de la observacin objetiva de las cosas externas, es capaz de la obser-vacininteriordelosestadosmentales.Graciasalacapacidaddeser conciente,elsujetopuedeconocersusestadosinternos,yporende, conocerse a s mismo (Ryle, 2005).As,lacaractersticadelomentalsiguesiendoladeserconcienteen tanto capacidad de conocimiento, pero, con un componente de reflexin [ 28 ] [ 29 ]que hace que el ser humano pueda acceder a la visin de su espritu y al control de su comportamiento. Esta caracterstica se manifestar de maneras particulares en la visin moderna de la filosofa, especialmen-te en Descartes que a continuacin se expondr.1.3. El Yo, punto central en la caracterizacin de la conciencia1.3.1.Laconciencia,certezadeunYocognoscente:aproximacin cartesiana.Descartes (1965), tras buscar el fundamento a todo conocimiento ver-dadero,plantelanocindeunyocognoscente,alqueleadjudicaba lacualidaddeserconcienteygarantedetodosaber.ParaDescartes todoconocimientotienesentidosilapersonaaccedeypiensaenello concientemente.Desdeestaconcepcin,elacentodelanaturalezade lomentalestenlaconcienciacuyaesenciaespensar.Graciasaesta esencia podemos deducir nuestro existir, el cual no depende necesaria-mentedelaposesindeuncuerpo.Estasideasponennuevamenteen evidencia la alusin a la categora de conocimiento para explicar este problema.Laconciencia,segnestaperspectiva,estotalmenteracionalyesla guaparaelencuentroconlaverdad.Ladeterminacindelaverdad estfundamentadaespecficamenteenlacertezadelyorespectoalo quepiensa,sienteuobserva;certezaproporcionadaporlaconciencia (Descartes, 1977). En esta posicin se hace alusin de manera clara al papel primordial de la subjetividad conciente en el conocimiento, pues alestarpensandoyosoyquienexperimentolaseguridadyveracidad de mi conocimiento. Esta importancia de la certeza subjetiva es lo que constituye el aporte novedoso proporcionado por Descartes respecto a las anteriores tradiciones filosficas.Con Descartes se inicia un nuevo periodo para la filosofa, pues el prin-cipio fundamental para llegar al conocimiento es un pensar, que parte dem-mismo.Segnlodicho,debehabernecesariamenteunyoque tengalacertezadeloquepiensaydeloqueexperimenta(Descartes, 1977). De esta manera la conciencia es interpretada como autoconcien-cia, como conciencia que da cuenta del s-mismo (Tugendhat, 1993).Talcomoseconoce,Descartesapoyabalasideasdualistas,aunque dentrodesuintersestabaelincluirdentrodelaconcienciaunafun-cin de control o de poder causal sobre el cuerpo. Esta funcin causal podraentendersecomounainfluenciadedobleva,comountipode interaccionismopsicofsico(Gardner,1988,1996).Descartesdetalla que la mente puede influir en el cuerpo proporcionando su movimiento y el cuerpo a su vez puede influir en la conciencia. Una de las repercu-siones de este planteamiento fue la posibilidad de que los mtodos de investigacin se trasladaran del campo metafsico al campo objetivo y observacionalparadeterminarporotrosmedioslascaractersticasde esta dualidad.Otra consecuencia de la dada mente-cuerpo enfatizada por Descartes, es la idea de que las formas de determinar los contenidos mentales son diferentes a las maneras en que se descubren los contenidos del mundo fsico,ideaquereeditalasinicialespropuestasdualistasdelafiloso-fa antigua. El mundo fsico se conoce mediante percepcin sensorial, mientras que el mundo mental por medio de la introspeccin o reflexin (Ryle, 2005). No se cuenta con el mismo proceso de conocimiento para ambas entidades, pues lo fsico se conoce desde una posicin de tercera persona y lo mental desde una perspectiva de primera persona, lo cual resalta el carcter privado y personal de lo mental.Con estos aportes a la comprensin de la conciencia, Descartes inaugu-ra una nueva problemtica en torno a la conciencia, la cual determina muchas de las siguientes reflexiones sobre el tema.Elplanteamientocartesianonofueacogidoportodoslosflsofosdela poca, especialmente por los empiristas, que reclamaban ms atencin a la informacin proporcionada por los sentidos. El empirismo ingls se orient a validar la experiencia sensorial como la fuente principal de conocimiento tanto del mundo como de uno mismo, de manera que cualquier idea racio-nalopensamientoformadoporelserhumanoprocededelaexperiencia [ 30 ] [ 31 ]sensorial, o de otras ideas que a su vez provienen de la experiencia. A con-tinuacin expondremos dos de los pensamientos empiristas ms signifcati-vos para el esclarecimiento del problema de la conciencia: Locke y Hume.1.3.2.Conciencia,elementocentralparalaideadeidentidadodel s-mismo.Aproximacin de LockeLas investigaciones de Locke se centraron alrededor del conocimiento humanoydelanocindeidentidad,alconsiderarquelaexperiencia sensibleylaconcienciasonlosejesfundamentalesdetodaformade conocer.LasideasdeLockeconstituyenunafuerteoposicinalpensamiento cartesiano. Su empirismo viene a cuestionar la idea de un yo perdura-ble, planteando una nueva forma de entender el conocimiento a partir de la consideracin de la concepcin de identidad. El yo es para Locke (1996) producto de los mecanismos de asociacin y reflexin humana. De lo cual se desprende la idea de que el conocimiento de los objetos ydesmismonoesunacuestinintrnsecadelascosas,sinodelas formas de conocerlas (Daros, 2006).Esta idea es expresada por Locke de la siguiente manera:La conciencia de identidad que tenemos de las cosas no surge de la unidad y permanencia real de un ente en s mismo, sino que aparece de la compara-cin y asociacin de un ente en un tiempo y lugar determinado, con la idea Cuandovemosunacosaenunlugardado,durante un instante de tiempo, tenemos la certeza de que es la misma cosa que vemos, y no otra que al mismo tiempo exista en otro lugar, por ms semejante e indistingui-blequepuedaserentodoslosotrosaspectos.Yen estoconsistelaidentidad,esdecir,enquelasideas quelesatribuimosnovaranennadadeloqueeran en el momento en que consideramos su existencia pre-via, y con las cuales comparamos la presente (Locke, 1964. Cap. 27. p. 206).que tenemos del mismo en otro tiempo (Locke, 1996). Pero al hacer dicha operacin se adjudica identidad a aquellas cosas existentes en un tiempo y lugar particular, que no existen en otro espacio al mismo tiempo.El invariable fundamento de identidad desde esta perspectiva es la idea con la que se atribuye cualidades permanentes a un ente y, dicha atribucin se realiza mediante refexin en torno a un evento o acontecimiento que perci-bimos en diversos tiempos. La identidad y conocimiento de las cosas se sus-tenta en la idea de sustancia permanente. Al no ser algo perceptible, esta idea slo se puede atribuir mediante la refexin. As, el conocimiento no existe en s mismo, ni es innato, sino que es una invencin o creacin de nosotros.En cuanto a la conciencia de nosotros como los mismos sujetos en el tiempo, se interpreta de forma similar a como sucedi con la identidad de los objetos. Lockecreaqueposeemosunconocimientodesporintuicin.Demodo que conocemos nuestro propio ser no mediante un razonamiento, como lo supona Descartes, sino en forma directa, pues nada puede ser ms evidente que nuestra propia existencia (Locke 1964, 1996; Tipton, 1981).Para Locke, cuando una persona intuye su existencia tiene conciencia de s gracias a la refexin que posibilita elaborar un concepto abstracto de identi-dad. El hombre, comparando dos o ms intuiciones de s, y abstrayndolas luegodeltiempoylugar,sequedaconunaideageneraloabstractades mismo (Daros, 2006. p. 29). De este modo, la identidad de uno mismo es producto de la vinculacin de una intuicin de existencia pasada con la per-cepcin actual del s-mismo. Vinculacin que requiere de una comparacin que muestre que el contenido es igual, para as generar la idea de identidad.En este orden de ideas, la conciencia se defnira como el elemento funda-mental de la refexin, que a su vez permite captar el propio pensamiento de aquel que piensa. En otras palabras, para este flsofo la identidad es posible sloporlaconciencia,yaqueeselelementodeconocimientoquehace posible el reconocimiento y creacin de las ideas relativas a la permanencia del s-mismo.Esta idea de refexin nos recuerda el pensamiento de Scrates, San Agustn [ 32 ] [ 33 ]y Plotino, pero esta vez asociada explcitamente con la idea subjetiva del yo. A la conciencia como un proceso asociado al conocimiento se le asocia una nueva funcin, la de captar la continuidad y la estabilidad del s-mismo.1.3.3.Conciencia:creacinhumanadeunailusin.Aproximacinde HumeUna idea empirista ms radical sobre la conciencia, se encuentra en el pen-samiento de David Hume, quien llega a la conclusin que el yo, como acto deconciencia,esunailusin.Humeadvertaquehabadifcultadespara probar la idea del yo, porque sta no constituye una impresin misma. Para este flosofo, una idea tiene valor siempre y cuando cuente con una impre-sin sensorial que le d fundamento (Hume, 1984). En caso de que existiera una impresin originaria del yo, entonces, sta debera ser idntica durante toda la vida de la persona. Pero Hume no cree que exista tal cosa, pues los dolores y placeres cambian sin permanencia. Por tanto, dado que la idea del yo no procede ni de una impresin particularque la fundamente, entonces, no existe realmente un yo (Hume, 1984); su idea es slo una ilusin (Daros, 2006).Contrarioalacreenciadeunyounifcadoycontinuocomocarac-terstica del ser humano, Hume (1984) defne al ser humano como un haz o coleccin de percepciones diferentes, que se suceden entre s con mucha rapidez y estn en constante fujo y movimiento (p. 252).Noobstante,aldecirquelosobjetosconsistenenpartesrelacionadasy vinculadas, y que las percepciones son diferentes entre s, su explicacin de la vinculacin resultabaproblemtica, pues reconoca que el entendi-miento no es capaz de descubrir dichos enlaces (Daros, 2006). Con esto lleg a afrmar que aquello que sentimos es tan solo una transitividad de pensamientos, uno tras otro.En conformidad con esto, Hume (1987) consideraba que dado que la identi-dad personal no cuenta con un evento, o sensacin, que la fundamente, enton-ces sta ha de ser una fccin. Ficcin generada por la memoria y la imagina-cin, ya que estas facultades posibilitan la reiteracin de las impresiones y la construccin de ideas sin fundamento y sin relacin con la realidad. De esta manera la identidad, o la conciencia de s mismo, es una invencin resultado de conectar dos ideas por la imaginacin (Daros, 2006; Noxon, 1997).ConestoHumegenerunescepticismorespectoalapropiaconciencia como garante de la existencia del s-mismo y puso en duda la veracidad y funcin de la misma respecto al conocer certero. Nuevamente este tipo de planteamientos tienen su paralelo en el mundo antiguo como lo mostramos en el apartado inicial de este texto. Pero en esta nueva versin la duda de la conciencia se da sobre aspectos novedosos, ya que lo que se agrega en este cuestionamiento es la crtica a la idea de identidad y la sensacin de conti-nuidad a travs del tiempo.Esteescepticismosepondrapruebaysersuperadoporotrosflsofos interesadosenestatemtica.TaleselcasodeKantquien,buscandouna solucin a dicho escepticismo, presentar una nueva manera de entender la conciencia, generando nuevos debates sobre la misma.1.4. Trascendencia y subjetividad en la caracterizacin de la conciencia1.4.1. La trascendencia de la conciencia en KantKantalserconocedordelosplanteamientostantodeDescartescomode Hume, intent superar el racionalismo y el empirismo, teniendo como ob-jetivo la reconstitucindel yo conciente como eje fundamental de conoci-miento. Formulacin que signifc una reconsideracin de las ideas anterio-res de conciencia pero, de una manera diferente. La propuesta kantiana no rechaza tajantemente los planteamientos empiristas, sino que los recupera al establecer que la experiencia funciona como un lmite en el conocimiento. De la misma manera, mantiene algunas tesis del racionalismo al afrmar que no todos los principios que intervienen en el conocimiento se originan en la experiencia, sino en la Razn (Daros, 2006; Gardner, 1988. 1996; Chteau, J; Gratiot-Alphadry; Doron & Cazayus, 1979).Kant (1983) advirti que no slo se requera de los sentidos para el conoci-miento sino que se necesitaban formas, categoras que trascendieran la ex-periencia sensible como condicin de existencia del conocimiento. A estos losdenominprincipiosapriori,diferentesalosdadosporlossentidos. [ 34 ] [ 35 ]Para Kant todo conocimiento era un juicio o una idea. Lo conocido era dado por los sentidos, pero las formas de percibirlo, conocerlo y pensarlo, eran a priori. De este modo, ni los objetos ni la realidad determinan las formas del conocer de la mente (Daros, 2006). Esto implicaba la idea de que el conoci-miento comienza con la experiencia pero no todo conocimiento procede de sta;marcando de esta manera distancia con el empirismo.DentrodelosprincipiosaprioriKantincluyalyoolaconciencia,pues admita que los objetos de las percepciones son diversos y distintos, mientras que la idea del yo eranica,indivisible, y distinta en cada persona. Al ser indivisible, la conciencia no podra surgir de la diversidad de los objetos de las percepciones, por lo que postul que el yo o conciencia es una condicin trascendental para conocer, es apercepcin o condicin de posibilidad de la unidad de lo diverso de las percepciones (Daros, 2006. p. 39). Para Kant (1983) resultaba importante la existencia de un yo que garantizara la unidad de las percepciones y experiencias, ya que si se descarta esta funcin del yo, loqueseobtendraseranmltiplesrepresentacionesysensacionestotal-mente desparramadas que se relacionaran slo por la imaginacin, tal como lo formulaba Hume (Chteau y cols., 1979).Con estas ideas se logra incluir la sensacin de unidad como otro punto de referencia para entender la conciencia, pero no logra desvincularse del todo delanocindeconcienciacomounaentidad,enestecasodeunyo,que gobierna y se encuentra ms all de las cosas materiales, cuyo conocimien-tosuperaysupervisaelproporcionadoporlossentidos.Estasideassern evaluadas posteriormente por la fenomenologa de Husserl, quien propone una nueva forma de comprender el fenmeno, apartndose totalmente de las anteriores propuestas.1.4.2. Subjetividad de la conciencia en HusserlLasanterioresperspectivasabordaronlaconcienciacomomedioparadar fundamento u organizacin al saber. Su descripcin versaba en una discusin entre conocimiento proporcionado por los sentidos o por la razn, descuidan-do las caractersticas que dieran cuenta de su naturaleza. La fenomenologa propuesta por Husserl trata precisamente de comprender esto, la conciencia tal como se presenta y se experimenta en el ser humano sin interferencia del conocimiento del mundo sensible. Su anlisis llev a postular caractersticas que no se haban atendido en detalle, tales como la subjetividad, la intencio-nalidad, la unidad y la continuidad, cualidades que resaltan la pertenencia de primera persona de nuestras experiencias concientes.Antesdeentrarendetallesesimportantedecirquelaconcepcindecon-ciencia desde esta visin tuvo su origen o infuencia en los planteamientos de Brentano (2001), quien planteaba que la intencionalidad es el principal rasgo de las facultades psicolgicas (Brentano, 1946; Gardner, 1988, 1996). Segn Brentano, los estados psicolgicos son intencionales en la medida en que siempre estn referidos a algo, de modo que cuando recordamos o per-cibimos se est aludiendo a algo que no necesariamente ha de ser un objeto externo sino ms bien a algo como una imagen o lo que llamaramos objeto mental (Gardner, 1988, 1996; Gonzlez-Castan, 1999; Klein, 1989; Tugend-hat, 1993). Cuando nos referimos intencionalmente a un objeto, este ocupa-ra nuestra atencin, permitiendo que nos percatemos de su existencia.Este concepto de intencionalidad de Brentano fue recogido por Husserl para caracterizarlaconciencia.Husserl(1949)considerabaquesilaintencio-nalidadeslacaractersticaprincipaldelaconciencia,entoncesstahade referirseacualquierotroobjetodistintodeellamisma,delocontrariose convertira en su propio contenido. Parasolucionarestaaparenteparadoja,sehadedefnirlaconciencia como distinta e independiente de cualquier contenido, comparable slo a s misma tal y como lo propona Kant. Sin embargo, siguiendo a Husserl (1949), en la medida que se pueda pensar en la conciencia y refexionar sobreellaseleestaradejandodepensarcomotal,comoaquellafa-cultad superior, convirtindola en un objeto ms de la percepcin. Por eso,Husserltiendeadefnirlaconcienciaentrminosdeconsistencia fenomnica del yo, donde el yo no es otra cosa diferente que la unidad de vivencias; no es una entidad separada de stas a las que las vivencias se referen para ser unifcadas. Husserl no recurre a una entidad distinta otrascendentalparadefnirelyo;esteyosimplementeesunidadde vivencias, es yo emprico. [ 36 ] [ 37 ]Con esta idea se hace evidente una conciencia subjetiva que implica una per-tenencia en primera persona que permite que cada uno de nosotros sintamos las experiencias como propias, no pertenecientes a otra persona. Tambin se resalta la temporalidad como una delas caractersticas de la conciencia, por presentar un yo que se experimenta igual a travs de las vivencias (3). No obstante, esta defnicin gener reacciones en aquellos que demandaban la consideracin de la perspectiva de tercera persona, propia de las aproxi-maciones cientfcas. Reaccin que nos retrotrae a las difcultades sealadas porDescartesentreelmundosubjetivoyelespaciofsicosusceptiblede investigacin emprica.A manera de sntesis preliminarEn esta primera parte hemos hecho un recorrido rpido por algunas formu-lacionesdeconcienciadadasenladisciplinaflosfca.Estapresentacin histrica tuvo el nimo de establecer algunos vnculos entre algunas concep-ciones y de diferenciar algunas caracterizaciones iniciales sobre el concepto de conciencia.Los ejes de nuestro anlisis, que aunque reconocemos como poco fnos, nospermitenestablecertendencias,puntosdeencuentroyaquellasdi-ferenciasirreconciliablesquealparecerhanperduradoennuestralarga historia cultural. Nuestros tres ejes de anlisis nos permitieron establecer: 1)Unaprimeratendenciaenlahistoriaflosfcaqueentendalacon-ciencia como aquella capacidad que garantiza tanto el conocimiento del mundo, como de s mismo. En muchas de estas formulaciones el concepto deconcienciaeraasociadodirectamentealdemente,sinqueensuca-racterizacin se hicieran esfuerzos claros para diferenciarlos. 2) Una se-gunda tendencia propona el concepto de conciencia como elemento fun-damental para la formacin de la identidad y subjetividad del s-mismo; (3)Enestacortapresentacinesirrelevanteestablecerunadiferenciaenlaconceptualiza-cin de Husserl sobre la conciencia. Simplemente basta diferenciar la preocupacininicial deHusserlporlaintencionalidadysuvinculacinestrechaconlaconciencia,deaquella refexin posterior de la experiencia fenomenolgica del tiempo. Estas diferencias en la con-cepcin de conciencia en Husserl posiblemente permitan distinguir los diferentes intentos de naturalizacin de la fenomenologa, o del rescate de las ideas husserlianas en la Ciencia Cognitiva. Pero esta problemtica no es un tema que nos ocupe en este texto.3) y por ltimo una tercera tendencia que ha estado presente en todos los momentos en que la flosofa ha dedicado sus esfuerzos a entender la mente humana, postura que ha negado, o propuestola eliminacin del concepto deconciencia,oquealmenosquehacuestionadoquestatengaalguna funcionalidad en las actividades humanas. Obviamente, como en todo intento de anlisis histrico, las tendencias pre-senta-das no se han dado de manera tan claramente diferenciada, ni los vn-culos entre ellas han sido tan estrictamente demarcados. De igual forma no todos los ejes se pueden rastrear de manera clara en todas las pocas. Como en toda estrategia histrica el anlisis slo pretende rastrear, con categoras queslosevisibilizandemaneradiferenciadaenmomentoscercanosal presente, cmo se fueron desarrollando sus facetas particulares. De manera msclara,losejespresentadospuedensermsnotoriosparadiferenciar las discusiones recientes sobre el problema de la conciencia, pero los esta-blecimos para ilustrar cmo el desarrollo de la discusin fue dndose en la diferenciacin de aspectosqueenotraspocas se presentaban demanera mezcladaypocodelimitada.Lasubjetividadylareferenciaalasviven-ciasdeprimerapersonapuedenserpartedeunarefexinmsreciente, pero tuvieron su origen en las primeras formulaciones sobre el papel de la mente en el conocimiento del mundo y en los llamados a considerar la vida humana de manera integral. El yo como unidad de todas las experiencias tambin puede ser parte de una refexin reciente, pero sus races pueden remontarse hasta las consideraciones de la responsabilidad y del papel de la conciencia en el conocimiento del s-mismo. Repitamos algunos aspectos de esta historia que creemos deben ser resaltados.Enprincipio,dentrodelaflosofaplatnicaysocrticalaconcienciase identifcaba con la mente, caracterizada por la capacidad de ser conciente tanto de sus propios acontecimientos como de los sucesos del mundo exte-rior. Tambin se presentaron los primeros pasos para resaltar el carcter de identidad y unidad de la conciencia con Aristteles y asimismo se dieron los primeros intentos de alejamiento de este fenmeno del campo investi-gativo con los helensticos.Algunas de estas ideas de la conciencia tuvieron su primer intento de inte-[ 38 ] [ 39 ]gracin con los planteamientos de Plotino y San Agustn en la Edad Media. Estosautorescaracterizaronlaconcienciacomoconocimientorefexivo que inclua el conocimiento dels-mismo. Con ellos, la conciencia toma ungiroparticularysevieneaconsiderarcomoautoconciencia,comoel saber que cada uno tiene de sus propios actos y pensamientos, saber de s mismo y de nuestra existencia en el mundo. Este conocimiento obra como gua de nuestro actuar en el mundo.Luego, con Descartes se da un giro distinto en la caracterizacin de la con-ciencia,alconsiderarotroscriteriosparasucomprensin.Laconciencia, mantenindose comofacultad de conocimiento que posibilita y garantiza discernir entre lo real y lo engaoso, se fundamenta en la certeza subjetiva de un yo cognoscente. Con Descartes, es la primera vez que se hace alusin explicita a un yo responsable de los pensamientos, al estilo de un ojo que vigila y monitorea nuestros pensamientos y acciones mediante la atencin dirigida a nuestra interioridad.Esta posicin es debatida por los empiristas Locke y Hume al intentar ca-racterizar al yo como centro de conciencia. Desde la perspectiva de Locke la conciencia se comprende a la luz del problema de la identidad, tanto de losobjetoscomodenosotrosmismos.Identidadqueimplicaunaideade smismoproporcionadapornosotros,debidoaunprocesodeasociacin deideasyrefexinsobrelasmismas.Hume,adiferenciadeLocke,ni siquiera contempla la existencia de la conciencia. Plantea que la idea de un yo conciente o una idea de identidad de s mismo es una ilusin producto de nuestra imaginacin y memoria.Como reaccin a dicho planteamiento presentamos a Kant, quien postul una conciencia entendida como un principio trascendental responsable del conocimiento y de la unidad de sus variadas percepciones, pensamientos y experiencias.PorltimoresaltamosaHusserlquienpropusounamaneradistintade entender el problema, al resaltar una conciencia pura, netamente subjeti-va y unifcada en el tiempo, que no va ms all de la unidad de nuestras experiencias.Enestarecapitulacinobservamosqueladiscusinenfuncindenues-tras gruesas categoras se reformula tras las refexiones dadas en Descartes, Kant, Husserl y los empiristas, las cuales permitieron incluir otros aspectos a considerar en la caracterizacin de la conciencia como lo fue la idea del yo, la subjetividad, la unidad y la continuidad no presentes de manera clara en las refexiones que las antecedieron.Apesardequesostenemosquelosejesdenuestroanlisissehanreedi-tado en los diferentes momentos del debate conceptual trabajados en este texto, tenemos que dejar en claro que esto no signifca que esta discusin losautoressehayanlimitadoarepetirloplanteadoporsusantecesores. Cuando sealamos tres ejes o criterios de manera general, lo hacemos para resaltar algunas preocupaciones que permiten establecer la direccin de las refexionesdelosautores.Obviamenteelproblemadelaidentidad,ode lasubjetividad,entendidacomoesadimensinquegarantizalaunidady la estabilidad de nuestros conocimientos, es un logro de la historia y una elaboracin reciente en la refexin flosfca.La historia, como fue contada, claramente muestra un sesgo particular en donde el fnal se presenta como la sntesis obvia de una serie de ideas pre-decesoras. La idea de la identidad y la subjetividad entendida como la es-tabilidad a travs del tiempo, en la historia contada, se presenta como una complejizacin de las preliminares refexiones que no lograban desprender-se de las ideas de la conciencia asociadas al conocimiento.Reconociendo este sesgo particular en nuestra aproximacin, creemos que esta historia parece se reeditara de formas algo similares. Obviamente los argumentos no son los mismos e igualmente la historia reciente en la flo-sofa ha determinado una especial delimitacin de los aspectos que deben ser incluidos dentro del concepto de conciencia.Nuestros ejes, o criterios de anlisis simplemente son guas generales para sealarcmoenlahistoriareciente,aligualquelomostramosenotros momentos histricos, la conceptualizacin de la conciencia ha girado en su caracterizacin como forma de conocimiento, como dimensin de la subje-tividad y como concepto innecesario para el avance investigativo. Refr-[ 40 ] [ 41 ]monos entonces a la historia ms reciente.2.PIONEROSDELAPSICOLOGA.PLANTEAMIENTOS PSICOLGICOS SOBRE LA CONCIENCIATras el inters de buscar alternativas de solucin al debate de lo humano, el abordaje de lo mental comenz a desligarse de la flosofa con el objetivo de emplearnuevas metodologas de carcter emprico. Esto signifc el surgi-miento de la psicologa, que desde sus inicios pretendi abordar la compleji-dad humana desde una posicin experimental y cientfca.Siguiendoestapretensinmuchospensadoresseesforzaronpordistinguir la psicologa de la flosofa y por concretar un proyecto y mtodo de estudio propio.EseesfuerzocomienzaafnesdelsigloXIXcuandolapsicologa intenta alcanzar el prestigio y posicin de las ciencias naturales. Este intento se manifest al tratar de defnir los estados y procesos psicolgicos en trmi-nos de variables susceptibles de cuantifcacin, y que a su vez pudieran ser sometidas al escrutinio del mtodo experimental.Peroeldistanciamientoquemarclapsicologaconrespectoalaflosofa fue slo en relacin al tratamiento dado al problema, pues el inters por com-prender lo mental, especfcamente la conciencia, segua ocupando un lugar central dentro de las preocupaciones investigativas. De la misma manera, las diferentes concepciones presentes en la historia anterior tuvieron su presen-cia en esta joven rea de estudio humano.En esta segunda parte del artculo habremos de diferenciar la exposicin so-bre las perspectivas que abordan el problema de la conciencia de acuerdo a diferentes momentos histricos o hitos que marcaron el desarrollo de nuestra disciplina. En la primera seccin de este gran apartado expondremos algunas ideas de los pioneros de la psicologa. En este primer apartado presentaremos principalmente algunos apuntes sobre el tema en la obra de Wundt, James, la teora de la Gestalt, la escuela de Wrzburg, Piaget, Freud y el conductismo. En este momento inicial podemos encontrar las mismas tendencias que han guiadonuestraexposicin.EnWundt,porejemplo,podemosvisualizarla asociacin entre conciencia y mente, adems de la atribucin a nuestra cate-gora, de la funcin de dirigir el proceso de conocimiento del mundo. James, alcontrarioproponeentenderalaconcienciasegnelfujotemporal,que nos recuerda el problema de la identidad y la unidad de la experiencia. Igual-mente en esta primera parte nos referiremos a la primera condena conceptual alestudiodelaconcienciaenlapsicologa.Nosreferimosalconductismo inicial que condenaba cualquier referencia a procesos mentales y el uso de la introspeccin como mtodo de estudio en la psicologa.En la segunda seccin sobre la historia de la psicologa, nos referiremos al momentomarcadoporlarevolucincognitiva,yporlareintroduccinde aspectos y refexiones de la fenomenologa.En la Ciencia Cognitiva reciente aparecen con nuevos datos, y posiblemente con ms potentes herramientas metodolgicas y mejores argumentos, ideas similares a las dadas en los momentos anteriores. La conciencia en estos lti-mos momentos de la historia disciplinar se ha entendido de muchas maneras. Se la ha vinculado estrechamente con los procesos atencionales, con meca-nismos de conocimiento del mundo, con los procesos de autoconocimiento, y planeacin de la accin, como con los fenmenos que referen a la identidad, la subjetividad y la perspectiva de primera persona. Obviamente no dejan de presentarselasposturasquecondenancualquierreferenciaaesteproceso, o que simplemente lo consideran como un epifenmeno sin ningn papel o funcin en el comportamiento humano. Veamos entonces diferentes momen-tos de la historia de nuestra disciplina respecto al concepto de conciencia.2.1.Perspectivasyconceptosdeconcienciaenlospionerosdela psicologa2.1.1.Laconciencia,procesointrospectivoyunifcadordelosestados mentales. Anotaciones de una visin estructuralDentrodelasprimerasaproximacionesalaconcienciaenlosiniciosdela psicologa encontramos a Wundt, quien pretenda hacer de la psicologa una disciplinasemejantealascienciasnaturales.Conesteproyectoenmente, Wundt (1911, 1912) propone a la conciencia como el rasgo fundamental de lo [ 42 ] [ 43 ]mental y como el foco de estudio de esta disciplina. De manera ms especf-ca, planteaba que aquello que se deba estudiar era la experiencia inmediata conciente; es decir, los sucesos que acontecen en tiempo presentea los cuales el sujeto que los vive tiene acceso de manera voluntaria. Esto, con el propsi-to de describir y conocer los componentes de la mente humana.La conciencia desde esta perspectiva se entendi como la propiedad organiza-dora que tiene como funcin dar sentido y unidad a lo mental (Wundt, 1913). Lamenteseconsiderabacomounconglomeradooconjuntodeelementos psicolgicos, cuyas conexiones son responsables de los estados concientes de los sujetos. Segn Wundt, los elementos mentales no generan un estado psi-colgico o anmico por s solos, cada uno de ellos exige a los dems como si se tratase de sus caracteres complementarios (Wundt, 1913. p. 184). Esto lo lleva a pensar que los eventos mentales son susceptibles de desvincularse en elementos, as como de subordinarse mediante variadasconexiones.Conforme a lo mencionado, la mente slo podra ser explicada a partir de la exploracin de sus componentes. Exploracin que se realiza mediante la in-trospeccin,actividad por la cual es factible acceder a nuestros estados y dar cuenta de loselementos mentales. La introspeccin es el proceso por el cual dirigimos nuestra capacidad atencional hacia nosotros mismos y la manera en como convertimos nuestra experiencia en objeto de conocimiento. De esta maneralaconcienciasepresentabacomounaformadeconocimientoque podra volcar su energa hacia el interior del sujeto y que adems garantizaba el funcionamiento e integracin de los elementos psicolgicos.En otras palabras, para este modelo la mente era vista como una entidad com-puesta de partes que se conectaban de alguna manera gracias a la conciencia. sta proporcionaba coherencia y organizacin a los elementos mentales. Esta nocin nos recuerda varias ideas que precedieron a Wundt, como la idea de conocimiento refexivo manifestada en la actividad introspectiva y otras alu-sivas a la unidad como funcin de la conciencia.Aunque esta propuesta apuntaba a una nueva forma de estudiar y entender lo mental, tuvo diversas objeciones dirigidas, no a lo legtimo que pudiera ser la conciencia como objeto de estudio psicolgico, sino a la manera como era explicada y descrita. Entre las crticas ms representativas estn las realiza-das por la escuela de la Gestalt y Wrzbug y por William James, los cuales se oponan, entre otros aspectos, a un estudio de la conciencia limitada a la descripcin de sus componentes.2.1.2. La conciencia como evento perceptivo organizador en la Escuela de la GestaltLaGestaltfueunmovimientoalemnquellevacabounafuertecrtica uobjecinalapsicologaestructuralde Wundt (4).LaescueladelaGes-talt afrmaba que la conciencia no poda ser comprendida si se restringa al anlisisdesuscomponentes,dadoqueunanlisisindividualdelaspartes supone perder su forma unifcada y su identidad como tal (Brennan, 1999; Garca-Vega, 1997; Katz, 1945; Koffka. 1953; Mller, 1980, 1984). Cuando somos concientes de algo lo experimentamos como un todo sin detallar sus componentes, a menos que sea necesario. Esta idea se deriva de su mxima segn la cual el todo es ms quela suma de sus partes, lo que se expresa en su propuesta de concebir los eventos mentales como organizados, unifcados y coherentes (Brennan, 1999; Katz, 1945).Estas consideraciones condujeron a proponer la posibilidad de aceptar la idea de una actividad estructuradora y organizadora de la vida psquica en la que se resaltaba el papel activo del sujeto en el conocimiento (Garca-Vega, 1997; Mller, 1980, 1984). Sobre este punto se generaron divisiones entre los par-tidarios de la perspectiva de la Gestalt. Algunos pertenecientes a la escuela de Berln, como Wertheimer y Koffka, se resistan a la idea wundtiana, pues consideraban que las formas se dan en un primer y nico acto de percepcin que se organiza por s solo. Es decir, los sujetos captan las cosas y formas en su unidad inmediata rechazando algn proceso cognitivo de integracin (4) Nuestra presentacin de la Gestalt se hace en estricta referencia a los debates psicolgicos delapoca.Esclaro,quelaGestaltsurgienrespuestaaotrosmuchosdebatesoposturas delaflosofaydelabiologa.Porejemplo,laflosofapudoparticiparensuconstitucin al generarse un debate al interior de la fenomenologa sobre si la conciencia (al menos como era entendido inicialmente en Husserl) debera considerarse como el fundamento del conocer. La Gestalt en esa discusin acab proponiendo una conciencia corporal, que opera sin auto-refexin y que determina los actos de percepcin y de conocimiento del mundo. [ 44 ] [ 45 ]deloselementosqueconstituyenlascosas(Garca-Vega.1997;Katz1945; Mller, 1980. 1984). Los gestaltistas de la escuela de Graz, como Mach, Von Ehrenfels, Meignong y Benuss manejaban una concepcin diferente alafrmarquelaformacaptadaponeenfuncionamientounaactividad deproduccinperceptualporpartedelsujetocognoscente(Garca-Ve-ga.1997;Katz1945;Mller,1980,1984).Produccinqueimplicados mecanismos o momentos: uno en el cual se da la sensacin y otro momen-to posterior que involucra un proceso intelectual en donde la percepcin se presentatotalmente organizada (Garca-Vega.1997; Katz 1945).Pero independientemente de las diferencias entre estas dos versiones de la Gestalt, es claro que su pretensin era la de percibir y estudiar la experien-ciaconcientetalycomosenospresenta(Garca-Vega.1997). Tambin consideraban, al igual que la postura fenomenolgica, que la experiencia o conciencia es de carcter intencional, en el sentido de estar dirigida a objetos diferentes a s misma; tiene la caracterstica de ser atencional, en el sentido de que mediante la atencin el sujeto puede captar las formas del entorno, y su signifcado. Sinembargo,enlosdistintosexperimentosrealizadosporestaescue-laparecieraquelaexperienciasecomprendieracomounconjuntode propiedadesocualidadessensorialesalascualeselsujetoaccedepor mediodelaatencin.Esdecir,noseenfocaenlaunidaddelaexpe-riencia en tanto subjetiva, sentida y experimentada por la persona, sino enlaunidaddelosobjetoscomocosafsicaqueimpactalasentradas sensoriales de los sujetos. Se podra decir que lo que se entiende como conciencia es la captacin o aprehensin de unidad u organizacin total sensorial de los objetos. Es este aspecto el que aleja a esta escuela de la comprensin de la subjetividad y, por ende, de algunas perspectivas que reclaman una visin de primera persona.2.1.3. La certeza y la sensacin de unidad en la Escuela de WurzburgOtra posicin diferente a la Gestalt que comparta la idea de estudiar la conciencia pero de una forma diferente a Wundt es la escuela de Wrz-burg. Esta escuela cuestionla representacin o imgenes mentales que acompaan a las experiencias. En la tradicin de Wundt y dems pensa-dores de la poca, se consideraba que al pensar en algo frecuentemente tenemos una imagen mental de ese algo (Klein, 1989), de manera que el signifcado de los objetos estara garantizado por tales imgenes(5).Alestudiarlaconciencia,losmiembrosdelaescueladeWrzburg revelaronundatodifcildecaracterizarentrminosdesensaciones, imgenesysentimientos.Estedatoeselpensamiento,elcualnoera consideradoporesaescuelacomoelementoltimoeirreductiblede laconciencia.Elpensamiento,segnestaescuela,sedabademane-rainmediatasintenerquehaceralusinaunprocesodeinterrelacin oconexindeelementosoimgenesmentales(Estany,1999;Klein, 1989). Con lo cual se muestra la existencia de procesos concientes que no son susceptibles de explicar en trminos de relaciones de elementos mentales, pues son procesos abstractos que no necesariamente cuentan concontenidossensoriales,marcandoasundistanciamientoconlos supuestosde Wundt.Estaescuelademostrquelaspersonaspodemos ser concientes de objetos sin tener una imagen asociada a estos (Klein, 1989; Klpe, 1946).Apartedeestosaportesdeestaescuelaalaconcepcindelomental ydelasdiferenciasconlasanterioresperspectivas,sedice,siguiendo lasopinionesdeKlein(1989),queelaportemsnotorioalaideade conciencia por parte de esta perspectiva se da con el trmino de actitud conciente. Esta hace referencia a la sensacin de saber o no saber algo. Tal es el caso de las sensaciones de certeza, de confanza, o de inseguri-dad respecto a un tema a pesar de que se haya estudiado durante un buen tiempo, o la sensacin de ser incapaces de recordar algo.(5) Esta discusin que en flosofa se ha presentado como reaccin al psicologismo, ha tenido unalargahistoriaenlapsicologa.Piaget,Wallonymuchospsiclogosdeldesarrollohan intentado establecer el vnculo de las ideas abstractas, no con las imgenes, sino con las accio-nes sensoriomotrices. El estudio de Piaget sobre lo posible y lo necesario es una formulacin explicitasobreesteaspecto.Peroindependientementedeestasparticularesrefexiones,es importante resaltar que la refexin de la escuela de Wrzburg nos permite vislumbrar cmo surgi en la psicologa la idea de abstraccin y unidad independientemente de las sensaciones y la captacin de estmulos individuales. Refexin que habr de posibilitar en la psicologa la aparicin de la unidad psquica y la unidad de la conciencia.[ 46 ] [ 47 ]De acuerdo con la escuela de Wrzburg, dichas actitudes acompaan al pro-cesodepensamiento,enfatizandoquenosonexperimentadasenformade imgenesosensacionesdeterminadas(Estany,1999;Klein,1989;Mller, 1980,1984).Estopermiteapreciarciertareferenciaalassubjetividades, aparte de los mecanismos o procesos atencionales. Estas subjetividades tie-nencomofuncinregularodirigirlaaccinyelfujodelpensamientoen pos de la resolucin de un problema o del logro de un objetivo. Esta postura continalaspredecesorasideassobreelpapelreguladordelaconciencia, adems de la idea cartesiana que resaltaba la importancia de la certeza subje-tiva para el conocimiento del mundo y de nosotros mismos.2.1.4. Otros desarrollos posteriores en la psicologa europeaEldebateinicialenlapsicologagirabaalrededordevariosaspectos:la ideaestructuralodeorganizacinholsticaparacaracterizarlosproceso mentales; la equiparacin de conciencia con el concepto de mente; la ca-racterizacin de esta ltima en trminos de sus funciones de conocimiento ycontroldelaaccin;ladiferenciacindelasformasdeconocimiento concretas y abstractas en la actividad cognitiva, y la sensacin de certeza que acompaa todo acto de conocimiento.Sibienmuchasdeestasideasseexpresaronenalgunoscasosdemanera separadaeindependiente,comoloexpresamosenlaslneasanteriores,no siempre fue el caso en las primeras teoras de esta joven disciplina cientfca. Apesardequeconsideramosqueennuestrahistoriadelconceptodecon-ciencia los autores posteriores en la psicologa europea no agregaron nuevos componentes para su caracterizacin (6), dedicaremos las siguientes lneas a presentar algunas de sus ideas.(6) Entanbreveespacioesclaroquenuestrasafrmacionespuedensonarbastantefuertesy algo aventuradas. Esta posible sensacin que pueda tener el lector, (la que creemos justifcada), merece unas pequeas aclaraciones. No desconocemos la importancia de una serie de autores en el estudio de la mente humana, la cognicin y la psicologa del desarrollo. Nuestra afrmacin est limitada solamente al concepto de conciencia, que no ocup un lugar fundamental en las teorizaciones que van a ser presentadas en las lneas que siguen. Aprovechamos igualmente para afrmar que las infuencias entre corrientes es tan variada que todo intento de exgesis histrica tiene que ser bastante parcial y arbitrario. Por ejemplo, intencionalmente dejamos por fuera de esta caracterizacin los desarrollos fenomenolgicos de algunos psiclogos y psiquiatras euro-peos, como Karl Jaspers, Biswanger, o los mismos antipsiquiatras Laing y Cooper...Para Freud, Piaget, Vigotsky, Luria y para gran parte de los exponentes de la psicologa sovitica, la conciencia se equipar a una actividad de cono-cimiento que en algunos casos poda ejercer algunas funciones de control ydeorientacindelaaccin.Piaget(1983)tuvoalrededordelconcepto deconcienciamuyvariadasconceptualizacionesqueinclusopodranser bastantecontradictorias.Porejemplo,laconcienciaeraelproductodela actividad de acomodacin cognitiva, y a la vez parte de las variadas formas en que se manifestan los diferentes estadios del desarrollo (7).Estas dos dimensiones corresponden a una caracterizacin de la conciencia entrminosdeprocesosatencionalesydeconocimiento. Aligualquela Gestalt, Piaget pensaba que la conciencia estaba ligada al acto de atender a un evento fsico, al mismo tiempo que a la organizacin cognitiva que el sujetotuvieraparaenfrentaradichoevento.Obviamenteparaelmaestro de Ginebra, la organizacin cognitiva se diferenciaba segn formas de co-nocimiento que mostraban un desarrollo cualitativo en la vida de los indivi-duos (8). La conciencia, fuera caracterizada en su relacin con el invariante funcional de la acomodacin o en su aspecto gentico, era entendida en la teora piagetiana en conexin estrecha con el proceso de conocimiento. El sujeto podra poseer formas de conocimiento ms o menos complejas pero estas operaban de manera similar cuando se dirigan al mundo externo o a las refexiones internas y personales.(6) ... A pesar de que con estos autores desde pocas muy tempranas se abordaron casos de do-ble perso-nalidad, sugestiones de diferente naturaleza y muchos fenmenos que demandaban la consideracin de aspectos referidos a la identidad, y a la sensacin de s-mismo, los dejamos por fuera de nuestra exposicin para no confundir al lector con las mltiples vas por donde se desenvuelve la historia. Este tipo de abordajes van a ser presentados cuando nos reframos a desarrollos recientes. Pedimos allector excusas por este proceder expositivo, no sin antes afrmar que muchas de las actuales formulaciones de la Ciencia Cognitiva (que despus pre-sentaremos) tuvieron sus antecedentesen la vieja psicologa europea.(7) Es irrelevante ver los desarrollos de la teora de Piaget sobre la conciencia. En el texto nos referimos a sus teorizaciones en los aos 50. Sus ltimas refexiones (en los aos 70s) sobre la conciencia refejan las infuencias y los dilogos con la psicologa del procesamiento de infor-macin, lo que lo condujo a incorporar dentro de su teora el estudio de tareas metacognitivas, y tareas de control y coordinacin de la accin.(8) La diferencia entre las imgenes y el conocimiento abstracto que diferenciaron los autores de la escuela de Wurzburgo, o que desarrollaronmuchos continuadores de las ideas kantianas es formulada por Piaget en trminos de estadios de desarrollo. El origen del conocimiento para Piaget no son las sensaciones particulares, sino las acciones que los sujetos desarrollan en sus actos de percepcin.[ 48 ] [ 49 ]La conciencia podra diferenciarse segn el sujeto pudiera conocer mejor elmundo,opudieraabordardiferentesproblemasdevariadacompleji-dad. Con otras palabras, la conciencia, en su dimensin gentica, era un sinnimo para referirse a los diferentes estadios estructurales propuestos por el investigador ginebrino.Similaresfuncionesdadasalaconcienciapuedenencontrarseenla obra de Freud (1973), para quien la conciencia puede obrar de mane-rapasivaanteeventospreconcientes,oinconcientes.Sealaatencin dirigidasinningunadificultadaloseventospasajeramentedesaper-cibidos,oaaquelloscontenidosinconcientesdeveladosenlaterapia psicoanaltica,laconcienciaesentendidacomoaquellaluzquehace visiblesalgunoscontenidos,sinquenecesariamentetengaelpoder detransformarlos (9)Laconcienciaesunactodeconocimientoque puede operar de similar manera cuando su energa se dirige al mundo externo o interno.Si bien estos autores pueden diferir en muchos aspectos en la caracteri-zacin de la vida psquica, o en la concepcin del desarrollo humano, se asemejan al asociar a la conciencia la actividad de conocimiento y, en al-guna medida, las funciones de acompaar, o ser resultado de la actividad perceptiva del individuo (10).En estas posturas las propuestas que abogaban por considerar la sensacin de certeza en el conocimiento, o por recuperar la sensacin y la unidad del s-mismo fueron completamente desconocidas. La conciencia se entendi(9) En la obra de Freud igualmente se evidencia una contradiccin entre sus diferentes con-cepciones alrededor de la conciencia. Para este autor la conciencia sera tanto un producto de la actividad inconciente, sin ningn papel determinante en el proceder psquico, como un elemento que habra de transformar la vida cuando ejerciera sus funciones de control. Estas dosconcepciones,queseexponendemaneravariable,seexpresancuandosurefexinse dirigeasupreocupacinexplicativa,oasupropuestateraputica.Estoevidencialapoca preocupacin de este autor por el tema de la conciencia.(10) Wallon, Vigostsky, Luria, Leontiev, Sharajova, Rubinstein y otros psiclogos de orien-tacinmarxistapuedencoincidirenestosmismosaspectosconPiagetyFreud.Indepen-dientementedesuexplicacinsobreelorigensocialdelaconciencia,staesentendida en conexin directa con el conocimiento y con el acompaamiento, y en algunos casos, el control de la accin.enconexinconlosprocesosdeconocimientoydemaneratotalmen-tedesligadadelasperspectivassubjetivasydeprimerapersona,que en la misma poca se expresaban en la flosofa fenomenolgica. Estas ideas nuevamente se expresaron en estos primeros momentos del desa-rrollo de nuestra disciplina, pero en autores con otros intereses y otras preocupacionesconceptuales.Aesasideasnoshabremosdereferira continuacin.2.1.5. James. La temporalidad como elemento central de la concienciaJamesconsiderabaquelaconciencianoesunaentidadesttica,fja, compuesta de determinados elementos. Asuma y planteaba que la con-cienciaeratodolocontrario,unaentidaddinmica,unifcadaytem-poral.ConestoJamesofrecaunanuevaalternativaalaformulacin de Wundt,ademsdenuevoscriteriosparadarcuentadelosprocesos referidos a la identidad.JamesasumaunaposicinsimilaraladelaescueladelaGestalt,al afrmar que una perspectiva estructural (11) no podra explicar el carc-ter unitario de cualquier fenmeno mental, de experiencia, pensamiento o de sensaciones y mucho menos podra explicar la subjetividad expe-rimentada en cada acto de conciencia. Segn James (1909), si se tratase de un agregado de partes lo nico que existira sera una multiplicidad, y difcilmente aquella unidad de la vida mental que diariamente se pre-senta en nuestras experiencias.Alresaltarlaideacualitativa,unifcadayexperiencialdelaconcien-ciaJamescomienzaahaceralusinalsentidopersonaldelamisma. Consideraba que experimentamos las cosas externas e i