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Año 5 Nº 10 6.00 € www.revistabostezo.com REVISTA DE ARTE Y PENSAMIENTO México 80 Pesos | UE 7 € | GB 6.5 ₤ | Chile 4.000 Pesos | Guatemala 60 Qtz | Guinea Ecuatorial 5.000 Fr | Argentina 30 Pesos | USA 7.5 $ | Tinduf 150 Drs | Uruguay 200 Pesos | Cuba 4 CUC | Colombia 12.000 Pesos 1 o TRIMESTRE DOSSIER: IDENTIDADES HÍBRIDAS EUROPA GITANA / NARRATIVAS ECUATOGUINEANAS / CÉSAR RENDUELES SOLEDAD ARNAU / AUTENTICIDIO / TRANSHUMANISMO / BATISCAFO 3

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Año 5 Nº 10 6.00 €www.revistabostezo.com

REVISTA DE ARTE Y PENSAMIENTO

México 80 Pesos | UE 7 € | GB 6.5 ₤ | Chile 4.000 Pesos | Guatemala 60 Qtz | Guinea Ecuatorial 5.000 Fr | Argentina 30 Pesos | USA 7.5 $ | Tinduf 150 Drs | Uruguay 200 Pesos | Cuba 4 CUC | Colombia 12.000 Pesos1o TRIMESTRE

Dossier: iDentiDaDes híbriDas EUROPA GITANA / NARRATIVAS ECUATOGUINEANAS / CÉSAR RENDUELES SOLEDAD ARNAU / AUTENTICIDIO / TRANShUMANISMO / bATISCAfO

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13/01/2015 - 10/03/2015 SALA D’EXPOSICIONS DE LA UPV

Comissari: Pepe Miralles

ENTRADA LIBREENTRADA LLIURE

ADRIANA BARADRI - ALBERT LOZANO - ALEJANDRO MAÑAS - ALEJANDRO MAUREIRA - ANAÏS FLORIN - ANTOINE ABEL - BASTIAN BISCHOFF - BEATRIZ ROS - CARLOS TMORI - DADI DREUCOL - DANIEL WINTERBERG - ESTELA SANCHIS - FÉLIX GILABERT- FILIPPO MESSINA - GIOVANNI SELLARI - GUSTAVO TORRES - HANNES WÜNSCHE - HELENA AZKARRAGAURIZAR - HILDEGARDE LASZAK - JAVIER PALACIOS - JÉRÉMIE VERNET - KATRINA BIURRUN - KEMEN IRURETAGOIENA - LUIS LISBONA - LUISMI ROMERO - MAITE MENTXAKA - MANUELA RODRÍGUEZ - MAR GASCÓ - MARÍA PRADA - MERITXELL AHICART - NATHALIE GHIGLIONE - NURIA NOGUERA - OLGA MARTÍ - PABLO VINDEL - PATRICIA EMMA SCIALPI - RAMÓN ESPACIO - RUXANDRA VINCEA - SANTIAGO RODRÍGUEZ - SEÑOR CIFRIÁN - SERGIO PORLÁN - SILVIA CARPIZO - SINQUENZA - SOPHIE PELLEGRINO - SUSANA VELLARINO - TINA WAGNER - VERÓNICA FRANCÉS - WILLIAM BRUET - YOLANDA RÍOS

RETROVISOR 04. Una fiesta atlántica, Eva Máñez (fotoreportaje)

06. Es complicado: el cuerpo comestible en el arte, Sita Kuratomi Bhaumik

08. La magnitud de la tragedia, Walter Buscarini

08. Mamut, la droga infinita, Nacho Palomitas

10. Lecturas para bostezar, Daría Barbate

11. El Bostezo del futuro, Walter Buscarini & Po Poy (ilustraciones)

PlaTIcaNDO 25. César Rendueles, David Barberá

42. Soledad Arnau Ripollés, Paqui Santos & Paco Inclán

BOSTEZO VISUal 50. XX Boys. Retrato de la transexualidad masculina, Kael T Block

BaTIScaFO 73. Suplemento literario, número 10

DOSSIER: IDENTIDaDES HÍBRIDaS 14. Ser o no ser, Santiago alba Rico

17. El algoritmo de la identidad, Pau Rausell

19. Budistas capitalistas y políticos meditativos, Daría Barbate

22. Creaciones idénticas sin identidad, Sergi Inclán

29. Un pobre hombre blanco piensa (en los que cobran en negro), Héctor arnau

32. Autenticidio, Edu Reptil

34. ¡Tunea a tus ídolos!, alberto Torres Blandina

37. Identidades transitivas, Juan arnau

39. Pertenecer a un lugar que ya no existe, Raquel llopis & Fosco d'amelio

47. Agitata da due venti (historias bisexuales), Sabina Urraca & Nacho Palomitas

52. Visualidad gitana, Inés Plasencia

55. Un patrón de pensamiento en la poesía romaní, Delia Grigore

NaRRaTIVaS EcUaTOGUINEaNaS 58. Bostezando en Malabo, Inés Plasencia

60. Escribir desde Malabo, Marcelo Eworo Osa

61. Cretinos, apátridas, chauvinismo y superguineano, J. F. Siale Djangany

64. Hermana militante o compañera de lucha, Melibea Obono

66. Literatura universal desde Guinea Ecuatorial, con María Nsue y José Fernando Siale

70. Las que se atrevieron, lucía a. Mbomio

Diseño de portada y contraportada: Johanna Hernández Guayambuco

Para la impresión de este número, la Asociación Cultural Bostezo ha recibido ayuda económica de la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Godella, a través de la convocatoria de subvenciones a asociaciones locales.

CIERRE DE LOMO, CAMBIO DE CICLOCon esta décima entrega, la revista Bostezo concluye la fotografía del lomo –Miss Tedio, de Laura Sánchez Rubio– que hemos ido completando con cada uno de los números de la revista. Uno de los objetivos cuando comenzamos nuestro trayecto editorial era que ningún coleccionista ni fan ni suscriptor se quedase con su lomo de Bostezos incompleto. Abrimos ahora un paréntesis sine díe en la edición de la publicación para tomarnos un descanso y ver las posibilidades reales de su sos-tenibilidad a largo plazo. Vamos a necesitaros. Para apoyo moral y/o económico podéis escribirnos a [email protected]. Volveremos (más que una amenaza, es un deseo).

Sumario

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Director: Walter Buscarini

Editor: Paco Inclán ([email protected])

Directores de arte: Sergi Inclán y Montse De Mateo Puigmartí (www.artefagia.com)

Diseñador: Andrés García (www.lauca.net)

Redactor-Jefe: David Barberá

Diseño web: Sergi Inclán

Editor literario: Héctor Arnau

Mesa de redacción: Laura Domingo, Albeliz Córdoba, Sonia García, Quique Falcón, Olga Esther, Ausiàs Navarro, Itziar Castelló, Enrique Ferrando, Jesús González, David Estal, Marc Sempere, Javi Llorens, Carlos Madrid, David Moya, Alejandro Morales, Alfonso Moreira, Nacho Moreno, Inés Plasencia y Paqui Santos

Fotografía: Eva Máñez, José Bravo, Jordi Coll, Geoffrey Smith II, Laura Navarro y Stella Blasco

Artistas colaboradores: Po Poy, Dani Sanchis, Clara Iris, Miguel Brieva, Johanna Guayambuco, Teresa Juan, David Duque, Isaías Escudero, Gloria Vilches, Marta Pina, Cristina de Cos, Elisa Gómez Sobelman, Charles Nogier, Bea Crespo, Aitana Carrasco, Lukas Zpira, Mailiss y Jota Ampuero

Gestión cultural: Rosaura Ruiz

Psicóloga: Eva Vives

Correctora: Sonia Vives

Departamento de souvenirs: María Ferrando

Colaboraciones: Poncho Martínez, Silvia Nanclares, Fermín

Alegre, Pilar Pedraza, Arturo Castelló, Vicente Chambó,

Raquel García Sáez, Nacho Messeguer, Miguel Morata,

Eloy Fernández Porta, Santiago Alba Rico, MacDiego, Kiko

Amat, Pau Rausell, Ester Giménez, Nacho Moreno, Javier

Reguera, Epo, Nacho Fernández, Víktor Gómez, Guillermo

López, Alicia Martínez, Paco Arroyo, Erika Jordán, David

Moreno, Abelardo Muñoz, Laura Navarro, Jaime Ortega,

Eugeni Machancoses, J. J. Pérez Benlloch, Vicente Ponce,

Ángela Sánchez de Vera, Dildo de Congost, Rogelio

Villarreal, Óscar Gual, Epo, Joan F. Toledo, Mª José Vizcarro

Consejo editorial: Suscriptores y suscriptoras de Bostezo

Edita: Asociación Cultural Bostezo

Suscripción: [email protected]

Publicidad: [email protected]

Teléfono: 628 135 042

Impresión: La Gráfica (www.lagraficaisg.com)

Distribución: www.revistabostezo.com (números atrasados), SOIDEM, Sendra Marco y Traficantes de Sueños

Identificación: La revista Bostezo no comparte necesa-riamente (pero a lo mejor sí) el contenido de los textos publicados en este número. Bostezo se responsabiliza solo del contenido del editorial.

© TODAS las obras publicadas pertenecen a sus autores.

Año: 2015

ISSN: 1889-0717

Depósito legal: V-4401-2008

Una vez más, este dossier de Bostezo surge de un error: el de pensar que el término iden-tidad nos serviría para reivindi-

car la diversidad humana en una fiesta híbrida de colores, etnias, orgías y cre-dos. Para nuestro pesar, nada más intro-ducirnos en el tema nos dimos cuenta de que podíamos pecar de ingenuos, so-bre todo porque la identidad es emplea-da como arma arrojadiza entre nosotros los humanos. Y es que en el nombre de la identidad se vilipendia, se ultraja, se subyuga y también se asesina.

Aun así, decidimos adentrarnos. Al fin y al cabo, si hemos entrevistado a Mario Conde, reunido a ocho mujeres para que hablasen alegremente de sus vulvas, presentado Bostezo en Reikia-vik, soñado con que mil suscriptores res-paldarían la revista y nos hemos pensa-do referente cultural a nivel internacio-nal, ¿qué nos impide ahora enfrentarnos a la identidad? Enzarzados en desen-trañarla, encontramos enorme confu-sión al respecto. No queda claro qué es identidad y qué no lo es, qué es eso tan importante que la hace tan necesaria y qué es eso tan fútil que la hace pres-cindible. Si intelectuales de la talla de Roland Barthes o Jacques Derrida (que la definió como un término ‘poroso’, lo que quiera decir eso) han expresado sus dudas y su incapacidad para ofrecernos una definición verificable y diáfana del dichoso término, ¿qué esperabais?, ¿que lo hiciéramos nosotros?

Y es que, después de la lectura de numerosos y enfangados textos salpi-cados de referencias que no entende-mos, preocupados en aterrizar el tema para descifrarlo en el tono divulgativo y dicharachero que pretendemos para Bostezo, podríamos convenir con el lec-tor que hemos trabajado el tema de la identidad como si fuera lo verde de la ensalada. ¿Qué aporta lo verde a la en-salada? ¿Qué aporta la identidad al ser humano? Es la base, pero sin el resto de condimentos que la complementen, tampoco es nada. Bien clarito. Apren-ded, ‘derridabarthesianos’. Lo cierto es que, más allá de diatribas académicas, el término parece funcionar mejor como herramienta que como concepto defini-

torio (Inés Plasencia dixit). Es un instru-mento para pensarse.

UnA OSADA APROxIMACIónA veces la identidad sirve para explicar con demasiada ligereza quiénes somos realmente. Y no siempre funciona. «Con lo que me ha costado salir del armario solo me faltaba ahora meterme en un gueto», nos dijo un amigo homosexual cuando le preguntamos por su grado de afección a la comunidad gay de su ciudad. «Ninguno», nos contestó. Y, al contrario, también nos puede sorprender que per-sonas negras estén vinculadas a parti-dos europeos de ideología xenófoba. «Sí, soy negro, pero también soy otras co-sas», nos podría contestar una de ellas. O, por cerrar esta ristra atolondrada de ejemplos, cuando dedicamos el número tres de la revista a cuestiones relaciona-das con las fronteras mentales, una mu-jer que padecía esquizofrenia rechazó la identificación de ‘esquizofrénica’ a la que socialmente estaba condenada. «Soy es-quizofrénica, pero no todo el rato: paso más tiempo tocando el piano», nos vino a decir. He aquí el (otro) problema: cuan-do la identidad se emplea para etiquetar, presuponer, enjaular la inmensidad de matices y aristas que atesora el ser hu-mano individual y colectivamente.

La identidad es múltiple, cambian-te, maleable. O debería serlo si no fuera por la cerrazón mental de los que, pa-radójicamente, pensándose diferentes son los que más se asemejan entre sí. Efectivamente, en las conductas más cerriles es donde más se diluye el factor identitario que supuestamente enalte-cen: los comportamientos de los fanáti-cos de cualquier nación, género, cultura o religión son demasiado parecidos en todas partes. En ese sentido, y volvien-do al espíritu ingenuo con el que nació este dossier, reivindicamos identidades elásticas, nómadas, flexibles, que sepan adaptarse a cualquier entorno, por muy diferente que sea al suyo de origen.

¿QUIén nECESITA IDEnTIDAD?Cuando se dice que el castellano más correcto es el de Valladolid porque ha-blan sin acento, ¿qué se quiere decir exactamente? Resulta paradigmático

EditoriallO QUE QUIERa DEcIR ESO

.

que aquí en España solo se les considere nacionalistas a los partidos políticos que defienden intereses desde posiciones minoritarias (naciones sin Estado), como si no existiera un nacionalismo español hegemónico, tan rancio o más que los otros. ¿Por qué necesitan algu-nos colectivos humanos reivindicar su identidad? Por-que no tienen un ejército y una selección nacional de fútbol que la respalde. He aquí otro problema: que la identidad solo sirve cuando no sirve (no hace falta que entiendan esto, nosotros también tenemos nuestras dudas). La identidad se hace entonces necesaria como coraza protectora ante la exclusión, el atropello his-tórico o la discriminación cultural, lingüística, sexual, etcétera. Se empleará –se ostentará– para discutir a la identidad hegemónica, esa que afirma que la identidad no es necesaria, porque todos deberían aspirar a ser como ellos: lo normal, lo establecido, lo que está bien, lo correcto. La identidad existe en todos, pero para al-gunos reivindicarla es cuestión de supervivencia.

UnA IMPOSIBLE COnCLUSIónSi la identidad sirviera para enriquecernos mutuamente como humanos y celebrar la diversidad de nuestra es-

pecie nos parecería un instrumento maravilloso. Pero, por desgracia, existen demasiados ejemplos en los que la identidad (lo que signifique) es empleada como ex-cusa para la agresión, el abuso de poder, la exclusión, el insulto o el distanciamiento. Eso es lo que nos ha im-pedido ofrecer esa mirada ilusa (de ilusión). El problema es cuando la identidad nos desvincula emocionalmente del otro, del supuestamente diferente, para impedirnos desarrollar un trato desde un plano de igualdad. Y no siempre el motivo es el odio o el miedo. También puede serlo la compasión o la tolerancia, enrevesadas formas de mostrar piadosas conductas de superioridad. O el mismo exotismo, esa mirada de dominación para apro-ximarnos a la otredad desde el folclorismo, la represen-tación de lo salvaje y lo pintoresco (recomendable la lectura de Tinta del exotismo, de Gabriel Weisz).

Una vez más, presentamos el dossier que nos ha salido, no el que buscábamos. Puede que no todos los artículos hablen explícitamente de identidad, de lo verde de la ensalada, pero sí de sus condimentos.

Solo una cosa nos ha quedado clara: nos guste o no, tu identidad soy yo. Y viceversa. Lo que quiera decir eso.

Ilustraciones de Julia Geiser

4 | retrovisor |

UNA FIESTA ATLÁNTICA

Con unos doscientos treinta mil ha-bitantes, la ciudad de Bata es la segunda urbe de Guinea Ecuatorial y la principal de su parte continen-

tal (Malabo, su capital, se ubica en la isla de Bioko). De tradición pesquera, es actual-mente una ciudad que absorbe elementos de la cultura urbana, como el hip-hop o el grafiti callejero. «Bata es una fiesta atlán-tica, una ciudad polifónica-polimórfica-poli-sémica», apunta el escritor César Mba en El porteador de Marlow. En Bata nació en 1929 el escritor y dibujante Leoncio Evita, autor de Cuando los combes luchaban, novela fun-dacional de la literatura ecuatoguineana. En junio de 2012 se abrió La Librería de Bata, considerada la primera librería de la historia de Guinea Ecuatorial. Las imágenes recogi-das en este reportaje corresponden a un via-je de la fotógrafa y periodista Eva Máñez.

Fotoreportaje de Eva Máñez

A LA DERIvA Bata

6 | retrovisor |

ES COMPLICADO El cuerpo comestible en el arte

Qué eres? La respuesta puede ser muy simple o imposiblemen-te compleja. Si la respuesta se resume en «es complicado»,

¿qué estrategias podemos emplear para representar nuestro ser, lo que en últi-mo sentido somos, en el espacio del arte contemporáneo? La comida es capaz de representar el cuerpo y, a la vez, ser ex-perimentada por el cuerpo. Esta relación entre el cuerpo, los sentidos y la identidad ofrece una oportunidad para construir una hibridación que escape a los sistemas cla-sificatorios.

Aunque sentido y raza se supone que son categorías discretas, en realidad son híbridos que comparten una historia pe-culiar. Por ejemplo, se nos enseña que hay cinco sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Esto puede ser obvio. También es falso. Algunos investigadores creen que hay más de treinta sentidos incluyendo el equilibrio, el calor, el hambre y el dolor. Y aunque haya muchos, no son mutuamente excluyentes –lo que explica la dificultad de clasificarlos sistemáticamente. Algunas personas (los sinestésicos) incluso pueden experimentar los números como colores y las palabras como sabores.

Hay cinco razas: blanca, amarilla, roja, marrón y negra. También puede ser obvio. También es falso. Los científicos no creen que las razas puras –es decir, las poblacio-nes genéticamente homogéneas– existan, ni que hayan existido en el pasado. La raza es real porque se vive y se experimenta todos los días. Sin embargo cambia cons-tantemente, alterando lo que se incluye y lo que se deja fuera.

Los paralelismos entre los sentidos y la raza no son un accidente. En la obra Elementos, escrita por Lorenz Oken, el más importante filósofo alemán de la década de 1800, se fusionan las dos jerarquías:

1. El hombre-piel es el Negro, africano. 2. El hombre-lengua es el Marrón, aus-

traliano-malayo.3. El hombre-nariz es el Rojo, americano.4. El hombre-oído es el Amarillo, asiá-

tico-mongol.

5. El hombre-ojo es el Blanco, europeo.Las clasificaciones de Oken encajan

perfectamente en la agenda imperialista de su tiempo. No por accidente, ejerce su propio poder de visión, ordenando seres humanos de acuerdo al color. Damos mu-cha importancia a nuestro sentido de la vista: «¿Ves lo que quiero decir?», «Fue esclarecedor». Creemos que la visión es racional, objetiva y por lo general superior.

Por ejemplo, se puede intentar con-templar los matices más finos de una obra de arte como una pintura siempre tras una distancia de seguridad de unos pocos me-tros. Se supone que la pintura es fija, está-tica, continuamente instalada en un esta-do sin cambios, contenida por un marco, y se le asigna una categoría. Si no se desea atender, se puede cerrar los ojos o alejarse. Imagínate a ti mismo de pie delante de un cuadro en un museo. Digamos que es un bodegón de manzanas. Ahora considera estos factores: ¿cómo huele el espacio alrededor? ¿Cuál es la temperatura? ¿Qué oyes? Aunque es posible escuchar el leve

murmullo de gente hablando, la intención es hacer creer que 'nada' más está pasan-do. Este espacio es invisible, asumido, po-tente, blanco.

Si la manzana tiene una identidad como manzana, representar la manzana híbrida es reclamar muchas identidades si-multáneas que están en constante estado de cambio. Sustituyamos el ejemplo de las manzanas con uno de los materiales pre-feridos del artista Félix González-Torres: echemos un vistazo a los dulces. Como gay, VIH-positivo, cubano-americano, Gon-zález-Torres reconoció que el espacio del museo podía ser utilizado como territorio profundamente político para la creación artística. Rompió los tabúes sensoriales de las instituciones del arte con sus mon-tañas de caramelo, realizadas entre 1990 y 1993, que permitían a los participantes tocar la obra de arte y hasta chuparla.

Sin título (Retrato de Ross en L. A., 1991), una de las obras más emblemáticas de González-Torres, es un gran montón de dulces multicolores amontonados en el

Texto e imágenes de Sita Kuratomi Bhaumik Traducción del inglés: David Barberá

ARTE

To Curry Favor (2011)

| retrovisor | 13

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IMAGEN DE RIchARD BARoN y olIvIER ZIMNy

14 | Identidades híbridas |

Esa paloma concreta que acaba de posarse en el alero de la catedral, ¿cómo la identifica-mos? Bien, es una hembra de

la subfamilia Columba, de la familia de las Columbidae, del orden de los co-lumbiformes, de la clase de las aves, del filo de los cordados, del reino ani-malia. ¿Y ese ejemplar de cucaracha que se esconde bajo el fregadero? Pues será un macho del orden de los Blatto-dea, de la infraclase de los neópteros, de la subclase Pterygota, de la clase de los insectos, de la superclase de los hexápodos, del filo de los artrópodos, del reino animalia. Los zoólogos se ponen más o menos de acuerdo acerca de los criterios taxonómicos –después de todo convencionales– que les per-miten reconocer un animal concreto o introducir en los esquemas clasifi-catorios un ejemplar hasta ahora des-conocido. Los animales no responden a sus nombres y, por supuesto, tam-poco protestan. La paloma zurea sin jactarse de su apellido, la cucaracha ‘cucarachea’ sin una bandera y una mosca arrepentida –si las hubiera– no dejaría de ser una mosca. Cualquiera que sea el misterio que hierve bajo las antenas, entre los tarsos, bajo las alas, el mundo animal es para nosotros tan claro y complejo como la Torre Eiffel o la catedral de Sevilla.

Pero ¿qué pasa con Juan Rodríguez Medina, ese humano concreto que se encamina en estos momentos hacia el estanco a comprar tabaco, y lo hace a pesar de que el médico le ha desacon-sejado tajantemente fumar? El gran Linneo (1758) haría con Juan Rodrí-guez lo mismo que con un Blattodea o una Columba y lo describiría como un macho de la especie Homo sapiens, del género Homo, de la tribu Hominini, de la familia de los homínidos, del orden de los primates, de la clase de los ma-míferos, del filo de los cordados, del reino animal.

Si algo tienen en común los ani-males y los seres humanos es que unos y otros han sido clasificados por Linneo; es decir, por un ser humano. Y esto implica que la primera y funda-

mental diferencia entre los animales y los seres humanos sea precisamente esa: que solo los seres humanos hacen clasificaciones. Las hacen las ciencias, tanto las duras como las blandas, pero las hacen también los grupos y comu-nidades, desde las familias hasta los Estados, trenzando una fina red iden-titaria en la que los individuos están

atrapados desde que nacen. Foucault diría –aún más– que los individuos son el resultado de esa intervención taxonómica, de ese cordaje que ata los cuerpos, como para estofarlos, desde que ven por primera vez la luz del mundo sublunar. En todo caso, cualquier formulario institucional da algunas pistas sobre este trabajo

Ser o no ser❧ POR SANTIAGO ALBA RICO ❧

FOTOGRaFÍaS DE RIcHaRD BaRON Y OlIVIER ZIMNY

22 | Identidades híbridas |

❧ POR SERGI INCLáN ❧IlUSTRacIONES DE ISaÍaS EScUDERO

creaciones idénticas sin identidadCÓMo DEjAR DE SER UNA PUTA GINoIDE

Quebrantar las limitaciones de la naturaleza y erigirnos como dioses ha sido un acto de rebeldía desde la mito-

logía clásica hasta nuestros días. Se comienza entonces a crear un imagi-nario donde proliferan criaturas alie-nadas por la sociedad que las crea. En las últimas décadas, los avances en ingeniería genética han ahondado en esta idea, trasladándola del papel a la realidad.

El origen de este arquetipo nos remite al mito griego de Prometeo, el titán que creó a los humanos, el cual invirtió tanto tiempo en ello que no pudo atribuirles ningún don, pues to-dos habían sido utilizados por su her-mano Epimeteo, creador de la fauna en la Tierra. Apiadándose de ellos, les robó el fuego a los dioses y se lo ofre-ció, y este pasó a ser el primer indicio de la capacidad tecnológica de la hu-manidad. Atreverse a transgredir fue el primer paso hacia la emancipación respecto a la naturaleza adquirida, cuya sublimación sería crear a un ser idéntico sin necesidad de fecundación biológica. Poder ser dioses gracias a la capacidad de moldear nuestro entor-no y superar nuestra imperfección na-tural. De este modo, trascender plena-mente las limitaciones biológicas se convertirá en uno de nuestros mayo-res anhelos. Multitud de mitos versan sobre este tema: el Golem, Pigmalión, Hefesto...

Mary Shelley consagró magistral-mente esta idea a través del doctor que crea vida en Frankenstein o el moderno Prometeo (1818). Curiosamente fue una mujer quien planteó la posibilidad de que un hombre se apropiara de esa capacidad procreadora: una crítica mordaz de la hija de una precursora del feminismo sobre la desvincula-ción del creador y del padre respecto a su creación y un análisis que puede aplicarse a la vorágine de los nuevos avances tecnológicos y científicos. Al igual que los humanos mitológicos son dotados de identidad, Shelley dota

de personalidad a su criatura median-te el lenguaje y la imitación. No podía vaticinar lo que el siguiente siglo xx sería capaz de concebir, pero quizás sentara las bases de cómo una cria-tura podría tomar consciencia de sí misma, forjarse una identidad y, con las capacidades adecuadas, incluso de-sear ser libre.

Por otro lado, los preceptos trans-humanistas surgidos a finales del siglo pasado reflexionan en torno a los cambios que produciría la aplica-ción de los avances tecnológicos a la

condición humana, como evitar el en-vejecimiento, controlar y modificar conductas no deseables y también el uso de tecnología avanzada como la nanotecnología, capaz de favorecer los avances médicos y ampliar las ca-pacidades naturales. Incluso contem-plar el desarrollo de la inteligencia artificial o la hibridación del humano con la máquina.

El transhumanismo se ha desa-rrollado ya en aplicaciones de inge-niería genética como la clonación, la fecundación in vitro y la creación de

| platicando... | 25

En Sociofobia alertas contra el ciberfetichismo contemporáneo. Uno de tus objetivos son las redes sociales, que inducen un tipo de coope-ración fragmentaria en la que se implican solo

«infinitésimas de identidad personal», como tú mismo lo expresas. ¿En que se diferencian estas comunidades online de las tradicionales? –Algunos sociólogos norteamericanos han planteado la di-ferencia entre individualismo convencional y lo que ellos llaman individualismo expresivo. El individualismo con-

vencional, clásicamente utilitarista, es el que se desarrolla en el mercado y es egoísta. En cambio el individualismo ex-presivo es ese otro que tiene un poso romántico, que se basa en el descubrimiento personal, en el desarrollo del núcleo de autenticidad que todos se supone que tenemos. Ese indi-vidualismo expresivo a menudo siente una gran nostalgia de un supuesto momento, hace mucho tiempo, donde todos estábamos unidos en comunidades. Y, de hecho, los tera-peutas y los distintos saberes volcados en suministrar una clase de antídoto a estas vidas minadas e individualistas

❧ POR DAvID BARBERá ❧FOTOGRaFÍaS DE OlMO GONZÁlEZ

CÉSAR RENDUELES

SOcIólOGO

«No somos tan distintos que hace cien mil años»

Madrid

Rendueles la petó con Sociofobia (Capitán Swing, 2013), un libro dedicado a desmontar el mito del ciberfetichismo salvífico, esto es, la esperanza de que Facebook, LinkedIn, Change y Badoo nos resuelvan la vida social, laboral, política y sexual, cada uno en lo suyo. Lo leyeron hasta en las okupas. Y es un libro denso y profundo, de una prosa muy elegante que se parece mucho a su manera de expresarse oralmente. Una obra de divulgación sociológica de primer nivel, muy contemporánea. Una cosa rara de ver, vamos. Le preguntamos por la identidad (y de la otra) en su casa de Madrid.

Vendrán los negros locos esos. Vendrán los negros locos esos de la valla. Vendrán cantando, con los ojos blancos desorbitados, enseñando sus podero-sas dentaduras blancas, luz fugaz en el abismo,

chispa primera de la Creación. Génesis. Vendrán gritando, arrancándose los pelos de la felicidad, vendrán en sprint desde Melilla, en embestida, en estampida, aprovechando el despiste de los guardias, la noche que los confunde con su color, vendrán furiosos y hambrientos, vendrán locos de furor, de rencor, renegridos de hollín y de dióxido de car-bono, cantando himnos en wólof en éxtasis animista por lo menos.

Vendrán y arrasarán con las casas, circuncidarán a las niñas, harán trizas los barrios, asentándose en la hojalata, irrumpirán en los supermercados, comerán de latas reca-lentadas con un mechero, saquearán las iglesias, guisarán la hostia mojada en el vino de la verdad, se comerán los jamones de El Corte Inglés y a las dependientas y los yogures del dia, la fruta Hacendado que no ha pasado por cámara, el zumo de si esto es un zumo, un negro: sí, esto es un negro.

Derribarán los semáforos, se comerán a mordiscos los estorninos, sacrificarán las palo-mas, se vestirán con la ropa de los contenedo-res y violarán las neveras porque son unos negros locos y violentos, una fuer-za inhumana de la naturaleza, vienen en masa corriendo re-zando corriendo sin descan-so más rápidos que el Inter-net, más que la lectura en dia-gonal, con sus camisas del Re-al Madrid y del Barça y de los Emirates y del Bwin, y se van a meter por el culo nuestros mó-viles, te quedas sin tus contactos porque esta pu-ta mierda de vi-da es un infier-no de inseguri-dad ciudadana, con trescientos cuarenta y cinco contactos que tenía en el recto anterior un mozalbete de Sierra Leona, que ya se sabe que allá todo es selva y ébola y leo-nes zulúes e ignorancia tutsi,

❧ POR HéCTOR ARNAu ❧IlUSTRacIONES DE BUBa VIEDMa

Un pobre hombre blanco piensa

(EN LoS QUE CoBRAN EN NEGRo)

Autenticidio❧ POR EDu REPTIL ❧

ILUSTRACIONES DE JOTA AMPUERO

32 | Identidades híbridas |

| Identidades híbridas | 39

❧ POR RAquEL LLOPIS Y FOSCO D’AMELIO ❧FOTOGRaFÍaS DE RaQUEl llOPIS

Pertenecer a un lugar

que ya no existe

El 13 de noviembre de 1985, un flujo de lodo originado por la erupción del volcán Nevado del Ruiz alcanzó el

próspero municipio de Armero, si-tuado en pleno corazón de Colombia, que quedó arrasado casi por comple-to. Se calcula que perdieron la vida entre veintitrés y veintisiete mil personas, entre otras cosas debido a la ausencia de monitorización y la inexperiencia de los órganos compe-tentes en la gestión de desastres por aquel entonces. Pero, sobre todo, fal-

tó la voluntad de alertar a la pobla-ción por parte de las autoridades a pesar de los avisos de la comunidad científica internacional, que empezó a llegar a la zona un año antes, cuan-do el volcán dio las primeras señales de actividad.

Aunque conocemos la cifra apro-ximada de personas que quedaron con vida (unas tres mil), no podemos saber cuáles fueron los verdaderos supervivientes. Si como ellos mismos cuentan «la tragedia es lo que viene después», ¿quiénes lograron sobrevi-

vir realmente a su propia historia, a un presente frágil, de pérdida y de-solación; a un futuro sin memoria, sin un terruño? En aquel momento, toda la atención mediática se concen-tró en la niña Omaira, a la que los españoles recordarán por haber sido acompañada durante su agonía por un reportero de tve y los colombia-nos por los poderes milagrosos que se le atribuyen desde su muerte. Pero casi nadie sabe qué ha sido de las vi-das de las personas que quedaron, ni de cómo quedaron.

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Un mail nos puso tras la pista de Soledad Arnau Ripo-llés, licenciada en Filosofía, coordinadora del grupo Bioética desde la diversidad funcional y presidenta del Instituto de Paz, Derechos Humanos y Vida In-

dependiente. «Soy una mujer, ahora mismo de cuarenta y tres años, –nos contaba– que nunca ha podido valerse físicamente por sí misma. Necesito una persona de manera constante para poder no solo sobrevivir, que ya es mucho, sino para desafiar la tradición asistencialista y caritativa que se establece hacia nuestra condición humana». Arnau había conocido el dossier Antropología de los genitales de Bostezo y decidió escribirnos para contarnos uno de sus frentes de activismo: «Una de las cues-

tiones –continuó relatándonos en su correo– en las que estoy trabajando es la temática de la sexualidad y diversidad funcio-nal (discapacidad), y sobre una nueva figura laboral bastante controvertida como es la denominada asistencia sexual».

Nos citamos con ella en su residencia en Madrid. Finalmente la entrevista la realizamos semanas más tar-de en Nules, su localidad natal. Arnau es una mujer que transmite la fuerza de sentirse propietaria de su vida, pese a las dificultades y los obstáculos con los que se encuentra a diario. Está dispuesta a dar batalla por los derechos huma-nos de las personas con diversidad funcional. También los sexuales. Sin tapujos ni condescendencias.

❧ POR PAquI SANTOS & PACO INCLáN ❧FOTOGRaFÍaS DE JOSE BRaVO

«la sociedad piensa que no tenemos sexualidad»

SoLEDAD ARNAU RIPoLLÉSFIlóSOFa

Nules

LoS DERECHoS SEXUALES DE LAS PERSoNAS CoN DIVERSIDAD FUNCIoNAL

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–Dentro de vuestra propuesta ideológica, ¿por qué optáis por el concepto de diversidad funcional? Y cuando habláis de modelo de vida independiente, ¿cuál sería la diferencia respecto a hablar de vida autónoma?–Formo parte del Foro de Vida Independiente y Divertad, un foro de reflexión filosófica y reivindicación de los derechos de las personas con diversidad funcional nacido en España en el año 2001. Es un movimiento mundial que se crea en California a principios de los setenta. En el año 2005 presen-tamos un nuevo paradigma que incluía una propuesta de autonombramiento. Diversidad funcional es un concepto po-sitivo, mientras que minusvalía o discapacidad son conceptos insultantes a la condición humana porque hacen referencia a lo que no tienes, tus carencias.

Pero no se trataba solo de cambiar un nombre por otro sino de una transformación ideológica, política y social. Cuando se habla de autonomía se hace referencia a la au-tonomía física, nunca a la moral. Sucede que si tú tienes una carencia de autonomía física (o cognitiva o sensorial) pierdes tu autonomía moral, ya no tomas decisiones por ti mismo, a nadie le importa lo que puedas opinar. Si naces o sufres en algún momento de tu vida una diversidad fun-cional, el objetivo que te marcan es rehabilitarte para que puedas tener la máxima autonomía física posible, la más cercana a la que se asume como estándar. Este es el para-digma médico-rehabilitador. Hablar de independencia es un paso cualitativo. Las personas que tenemos una diversidad funcional física estamos reivindicando que con apoyos po-demos tomar el control de nuestras vidas. A lo que aspira-mos es a una igualdad: yo puedo ser igual que tú teniendo

muy presente que necesito unos recursos específicos para poder estar en igualdad de oportunidades y condiciones.

−Detrás de tu propuesta teórica e ideológica hay una ex-periencia biográfica. ¿Cuál ha sido tu recorrido personal para llegar hasta estos planteamientos?−Por mi diversidad de nacimiento mi infancia fue complica-da. Soy de un pueblo y eso dificultó las cosas. En mi entorno era la única niña que iba en silla de ruedas, lo cual era per-cibido como una tragedia personal y familiar. El proceso de ‘minusvaloración’ lo fui aprendiendo desde pequeña: te dicen que no vales y te lo dicen de múltiples formas familiares, com-pañeros, amigos de tu familia, etcétera. Tú vas interiorizando que eres diferente y que tu diferencia no es buena.

En 2003 Kael T Block empieza a fotografiarse a sí mismo. Este trabajo que consiste en autorretratarse supone para él una parte crucial de la transición: distanciarse de su imagen, verse cambiar, transfor-

marse, construirse para conseguir una identidad y una ima-gen de sí propia, refractado por las numerosas imágenes, que corresponden a su deseo.

Esta experiencia de la fotografía como instrumento de construcción identitaria y el deseo de ver imágenes de trans FtM que escapan del simple documento o de la mirada médi-ca le empujará a lanzarse en el proyecto XX Boys, a ir al en-cuentro de otros jóvenes trans, y hacer fotografías saturadas de signos y de colores, imágenes seductoras de una joven ge-neración trans, orgullosa y transgresiva. Kael desea mostrar a los FtM sexys, aportar a su comunidad imágenes de refe-rencia alternativas. Estas fotografías son portadoras de una reivindicación identitaria Trans is sexy y escogen la seducción como principal arma política. Es su propia interpretación de lo que puede ser la belleza lo que encontramos aquí.

BOSTEZO vISuAL XX Boys

Retrato de la transexualidad masculina

❧ POR KAEL T BLOCK ❧WWW.KaElTBlOcK.FR

Traducción del francés de Montse De Mateo Puigmartí

50 | Bostezo visual |

❧ POR INéS PLASENCIA ❧IMÁGENES cEDIDaS POR la KaI DIKHaS

GallERY Y DaNIEl BaKER

Visualidad gitana

LA IDENTIDAD CULTURAL

Europa está conformada por habitantes de muchas y muy di-ferentes culturas: las diásporas de las antiguas colonias, la migración, su propia diversidad histórica. El pue-blo gitano en particular, tan heterogé-neo como cualquier otro, es paradigma al mismo tiempo de la naturaleza de Europa y de sus contradicciones. Paradigma porque hay identidades y vínculos transnacionales en los que el pretendido proyecto europeo podría intentar mirarse si superara su naturaleza colonial, y contra-dicción porque la asimilación forzada de una cultura y unos valores, y los conflictos que esto acarrea, son tam-bién transnacionalmente europeos. Como sostiene la comi-saria Timea Junghaus, «la identidad roma sirve como modelo para una identidad europea moderna y transnacional capaz de la fusión cultural y la adaptación a las circunstancias cambiantes».

Algo incómodo ocurre en la misma categorización, diga-mos en este caso étnica, de manifestaciones culturales. Por

desgracia, la solución tampoco es tan fácil como su simple eliminación, puesto que es el resultado de

un largo camino que va desde la representación has-ta la autorrepresentación y la emancipación. Aunque

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52 | Identidades híbridas |

58 | Narrativas ecuatoguineanas |

Decía Okwui Enwezor, comisario de arte especialista en fotografía africana, que África ha sido represen-tada durante décadas de tal manera, y con tal in-sistencia, que al final parece que su aportación a la

humanidad haya sido simplemente la catástrofe. Eso es grave, sin duda; pero más lo es el desconocimiento y el poco inte-rés en términos generales que la sociedad occidental parece sentir por profundizar y entender no solo esa representación sino también esa supuesta catástrofe, más allá de pronunciar de vez en cuando una lista recurrente de palabras ya casi va-cías de contenido, como colonialismo, explotación, etcétera, y que aluden de manera abstracta a la aportación europea a la

catástrofe (al parecer no a la humanidad, irónicamente) y que por supuesto tampoco lo explican todo.

Tanto la visita de Bostezo a Guinea Ecuatorial como la presencia de un especial de Narrativas ecuatoguineanas en este dossier de Identidades tienen forma de convergencia de intereses, inquietudes y preguntas, pero sobre todo de curiosidad y ganas. A diferencia de otras antiguas potencias colonizadoras, en la agenda de España no figuran ni la memoria (¡sorpresa!) ni el conocimiento; aparecen, sin embargo, noticias a modo de pinceladas, siempre descontextualizadas, siempre interesadas. Por supuesto que Bostezo no viajó para solucionar esto ni para quitar ese parche

❧ POR INéS PLASENCIA ❧FOTOGRaFÍaS DE REVISTa BOSTEZO Y cENTRO cUlTURal DE ESPaña EN MalaBO

Narrativas ecuatoguineanas: donde África habla español

BoSTEzANDo EN MALABo

66 | Narrativas ecuatoguineanas |

Por primera vez Bostezo abrió las puertas al público en uno de sus conversatorios. Fue en el salón de actos de

la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial, en el marco de la Feria del Libro de Malabo, capital del país. Ante un numeroso público estudian-til, invitamos a hablar sobre litera-tura e identidad al jurista y escritor José Fernando Siale y María Nsue, au-tora de Ekomo (1985), considerada la primera novela escrita por una mujer ecuatoguineana.

−En el caso de Guinea Ecuatorial con sus procesos históricos, de colo-

nización e independencia, nos inte-resa el papel que tiene la literatura de participar en la construcción de la propia identidad. ¿Cuál sería el papel de la identidad en vuestra obra literaria?–Nsue: (Se dirige al público) Si alguno de ustedes se va ahora mucho tiem-po a España y un funcionario le da un papel donde dice que es español y esa misma persona os ve de lejos no verá un español, verá un negro. Sois negros, esa es vuestra identidad, más allá de lo que diga un papel. Cuando un chino escribe, es un chino que piensa como los chinos y escribe para los chinos. Y cuando un negro escri-

be, piensa en los negros y si es gui-neano piensa en los guineanos y le interesan los guineanos. Y si otro se interesa pues que lo lea. Cada autor está escribiendo desde sus propios planteamientos. Escribes tú. Creo que la identidad es individual. Represen-ta a un individuo que está dentro de una sociedad y desde ahí se piensa, se construye, ya sea con los libros, la música, la pintura, la forma de vestir, la forma de comer.

–Siale: La literatura en Guinea Ecua-torial efectivamente trata bastante la temática de la identidad. En Ekomo, la novela de María, la identidad está

❧ POR INéS PLASENCIA & PACO INCLáN ❧FOTOGRaFÍaS DE DaVID BaRBERÁ

literatura universal desde Guinea Ecuatorial

CoNVERSAToRIo CoN LoS ESCRIToRES MARíA NSUE Y joSÉ FERNANDo SIALE

| Narrativas ecuatoguineanas | 67

centrada en la mujer guineana a tra-vés de la historia: cómo a partir de su relación con otras mujeres y con los hombres consigue reubicarse en esta nueva sociedad que se está creando. En Las tinieblas de tu memoria negra, Do-nato Ndongo intenta crear una iden-tidad partiendo de una infancia con-trovertida entre tradición, religión y modernidad. En Cenizas de Kalabó yo enfoco la cuestión sobre la identidad ciudadana. Es importante ver que las identidades que tratan María y Dona-to se podrían ubicar en un entorno tradicional, de origen. La identidad a la que yo me enfrento está ubicada en los nuevos ámbitos de residencia, lugares que no han sido creados por nuestros antepasados, si no que el otro vino y con él se crearon nuevos asen-tamientos, como pueden ser Luba, Malabo o Bata, ciudades donde se han generado nuevas identidades. Pien-so que es una temática que trata de identificar al guineano poscolonial, ya enfrentado a la situación de plan-tearse qué clase de ciudadano es, cuál es su relación con la Administración Pública, cuáles son sus posibilidades de reacción ante una problemática so-cial que se le puede plantear. Incluso se puede hacer la pregunta: ¿soy un ciudadano completo o soy un súbdito?

−¿Se podrían enumerar algunos ras-gos comunes cuando hablamos de literatura ecuatoguineana?–Siale: Pienso que la literatura tiene que abordar cuestiones universales. No podemos acomodarnos en una li-teratura que hable de lo que ocurre en nuestra cocina entre nosotros y nues-tra abuela, creo que es una literatura que a lo sumo solo leerá nuestro her-mano. Al fin y al cabo, la mayoría de escritores ecuatoguineanos –María, Maximiliano (Nkogo), Donato, yo– so-mos una especie de mulatos universa-les, que hemos sido amamantados por la literatura de aquí y de allí. Ahora bien, las formas que cada autor tiene de esbozar un contexto sí que son par-ticulares aunque ceñidas a cuestiones universales; la libertad, la identidad, las luchas de los ciudadanos, la situa-ción de los de abajo son circunstancias que se ven en todas las literaturas.

–Nsue: Yo he crecido en España y me gustan autores como Rosalía de Cas-tro o Bécquer, pero me siento más identificada con la literatura latinoa-mericana. ¿Por qué? Porque han lle-vado un proceso histórico parecido al

nuestro. Hay muchas afinidades que nos unen. ¿Nosotros qué somos? So-mos latino-bantús, me gusta más ese término que ecuatoguineanos. Habla-mos español y eso nos hace diferentes a los vecinos cameruneses y a la vez nos hace afines a los latinoamericanos. Hablar de la literatura ecuatoguineana es sacarla de ese contexto de literatura hispana. Yo apoyaría que hablásemos de la literatura hispano-bantú. Cuando escribo mis libros me identifico como latina-bantú dentro del marco de la li-teratura escrita en español.

–Queríamos preguntarle a José Fernando Siale sobre una cuestión muy interesante de su obra que es el anacronismo: ¿qué supone esta estrategia de mezclar distintos pe-riodos históricos en obras tuyas como Autorretrato de un infiel o En el lapso de una ternura?–Siale: El hecho de utilizar el anacro-nismo me vino en primer lugar como un recurso estilístico. Mientras que

trabajaba con personajes que se ubi-caban en épocas diferentes, mi ima-ginación daba por sentado que ha-bían unas identidades comparables entre ellos. Luego me di cuenta de que esa estrategia formal le permitía a mi narrador decir cosas que ubica-das en la contemporaneidad podrían ser malinterpretadas por un lector que se reconociera directamente en los personajes. Descubrí que era una forma de poder trabajar con eso, pero también una forma de poder hacer que Clarence, Santa Isabel y Malabo1 fueran exactamente el mismo lugar. Que esas calles del general Mola y las calles de la Independencia pudieran ser exactamente el mismo espacio donde la gente circuló hace dos siglos y por donde sigue circulando hoy. Por eso, hago a los personajes transitar por diferentes periodos históricos, para hacer comprender a los lectores que los problemas no son de ahora, son consecuencia de un arrastre his-tórico.

–En este especial sobre narrativas ecuatoguineanas elaborado des-de España nos preocupa cómo se entiende en Europa la etiqueta de ‘africano’ cuando nos referimos de manera reduccionista a las creacio-nes artísticas que se están dando en este continente. ¿Os sentís autores de literatura africana?

cuando escribo me

identifico como

latina-bantú dentro

de la literatura escrita en

español (María Nsue)

1. Nombres de la actual capital de Guinea Ecuatorial en diferentes periodos históricos.

revistabostezo.com/Bostezo@revistabostezo

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