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AÑO 2, NÚMERO 5 OCTUBRE DE 2010 EINIMP0178 XXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXX XXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX ANESTESIA DE ALTA COSTURA FABIÁN ZITTA: DE DÍA ANESTESIÓLOGO, DE NOCHE DISEÑADOR. Comunidad de médicos clínicos LA ENFERMEDAD DE LOS PRÓCERES La imagen que tenemos de nuestros padres de la patria es, muchas veces, idílica. Pero, qué enfermedades sufrieron y cómo las llevaron adelante. Qué hubiera sido de la patria si no hubieran sufrido lo que sufrieron.

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AÑO 2, NÚMERO 5OCTUBRE DE 2010EINIMP0178

XXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX

XXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXXX XXXXXXXXXXXXXX

ANESTESIA DEALTA COSTURAFABIÁN ZITTA: DE DÍA ANESTESIÓLOGO, DE NOCHE DISEÑADOR.

Comunidad de médicos clínicos

LA ENFERMEDADDE LOS PRÓCERES

La imagen que tenemos de nuestros padres de la patria es, muchas veces, idílica. Pero, qué enfermedades sufrieron y

cómo las llevaron adelante. Qué hubiera sido de la patria si no hubieran sufrido lo que sufrieron.

StaffOjo clínico es una publicación de Capital Intelectual S.A. Francisco Acuña de Figueroa 459 (C1180AAG) Ciudad de Buenos AiresTel. 4866-1881 Fax. 4861-3172Contenidos y diseño. Happy Together Contenidos / Asesor médico. Ricardo Coler. / Comercialización de publicidad. 4866-1881 / Impresión. Nexo Grafico S.A, Corrales 1659 (Capital Federal) / Registro de la propiedad intelectual Nº 297625. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial. Sugerencias y comentarios: [email protected]

Sumario

/Sm

FranciscoAzzato21

AnAnécdotasde clínicos5

Anécdotas

TemaNro. d epágina

Símbolo dela sección

Nombre

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Xxxxxxxxxxxxxx

página 4 ojoclinico.net

/MvMirá vos

“La humanidad coloniza el espacio o desaparece”, advirtió el físico Stephen Hawking. Este pronóstico, sumado a la duración cada vez mayor de las misiones espaciales, plantea el desafío de adaptar la medicina a las condiciones que se presentan fuera de la atmósfera. En tal sentido, el último viaje del transbordador Discovery incorporó un innovador experimento: un sistema de purificación de agua que podría facilitar las operaciones e inyecciones intravenosas de emer-gencia a astronautas enfermos o heridos. El procedimiento, llamado Project Clearwater y desarrollado por la Nasa, filtra contaminantes microscópicos y toxi-nas para obtener un líquido absolutamente estéril.

El prestigioso oftalmólogo e investigador de la historia y el arte, Omar López Mato acaba de publicar La patria enferma: males de próceres, héroes y de quienes no lo fueron tanto (Sudamericana). El libro se propone humanizar y “alejar del bronce” a quienes forjaron la identidad nacional, sacando a la luz un aspecto que la historiografía clásica suele pasar por alto: sus enfermedades y cómo fueron tratadas bajo los cánones médicos de la época. El autor explora los distintos trastornos de salud que aquejaron a personajes emblemáticos, desde Mariano Moreno (muerto a bordo de un barco a causa de una sospechosa intoxicación) hasta Manuel Belgrano (padeció sífilis, paludismo y cirrosis), pasando por San Martín, Rosas, Alberdi, Avellaneda y Sarmiento, entre otros.

Curar en el espacio

El auge del turismo médico

La patria enferma

Los países en desarrollo están explotando de forma cada vez más organizada el nicho del turismo médi-co. En la India, por ejemplo, se estima que el negocio generará divisas por 2 mil millones de dólares en 2012. Allí, el Gobierno diseñó una campaña para atraer visitantes-pacientes y hasta creó un visado especial para facilitar la entrada de los extranjeros que llegan en busca de los más diversos tratamientos y cirugías. Cos-ta Rica es otro país que apuesta a la actividad, a través de una estrategia promocional impulsada por el Estado y clínicas privadas, con foco en el mercado norteameri-cano. El mismo al que apunta México, que organizó en septiembre el primer Foro de Turismo Médico con miras a diseñar una estrategia conjunta entre empresarios y autoridades públicas. La nación azteca cuenta con 9 hospitales certificados por la Joint Commission Interna-tional (JCI), organismo que acredita la calidad de los servicios en esta materia.

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/An

Comunidad de médicos clínicos

Anécdotas

La salud puede esperarSoy de esas mujeres que no saben nada de fút-bol, ni quieren saberlo. Algunas de mis amigas y colegas comparten esa orgullosa ignorancia, pero cuando llega el Mundial sucumben a la locura generalizada, se aprenden la ley del offside y estudian vida y obra de cada estrella. Yo no. Es más: puedo sobrevivir sin mirar por TV los partidos de la Selección. Algo que mis pacientes, evidentemente, no tolerarían, a juzgar por lo que me pasó durante Sudáfrica 2010. Jugaban Argentina-Grecia, un día hábil en pleno horario laboral, y yo ni enterada. Como los turnos los asigno con varias sema-nas de anticipación, tenía la agenda completa (nadie se había percatado de revisar el fixture) y grande fue mi asombro al ver que ninguno de los pacientes llegaba a la con-sulta. El aluvión de faltazos me sorprendió. Hasta que me asomé a la sala de espera del consultorio y la vi desierta. Mi asistente, pegada a una radio portátil, me miraba con mala cara. Ahí até cabos y entendí que, salvo nosotras dos, el país entero estaba ocupado en algo —evidentemente— más importante. Y que la salud podía esperar.

¿Querés contarnos unaanécdota? Mandanos unmail a [email protected]

El guardapolvo equivocado

Casarse con una colega tiene sus pro y sus contras.

Entre estas últimas, algunas pueden ser de lo más

insólitas. Lo comprobé tiempo atrás cuando, una ma-

ñana, salí apurado al hospital y agarré el guardapolvo

blanco que estaba colgado en el ténder, secándose. Al

llegar, me lo puse y comencé a trabajar. Pero pronto

empecé a sentirme incómodo, apretado. “Debo haber

engordado, tengo que empezar la dieta urgente”, pensé

al descubrir que la prenda me iba chica. Más tarde se

me ocurrió que, quizás, el lavarropas la había encogido.

Lo cierto es que ninguna de las dos hipótesis era la

correcta: ¡había llevado, por error, el guardapolvo de

mi mujer! Intenté, entonces, seguir atendiendo vestido

“de civil”, pero los pacientes me miraban con desconfi-

anza y hasta dudaban de que yo fuera el médico, de tan

habituados que están a vernos con ese atuendo. Así que

preferí dejármelo puesto y bancarme el papelón por el

resto del día.

Alcorta, sí, ¿pero cuál?Hace unos años, a poco de recibirme y recién llegado a Buenos Aires desde mi pequeño pueblo, hacía visitas a domicilio en horario nocturno para una prepaga. Me manejaba en mi auto particular y cubría todo el radio de la Capital. Iba siempre con la Guía Filcar a mano —todavía no existía el GPS—, porque el sentido de la orientación nunca fue mi fuerte. Una noche, ya entrada la madrugada, me avisaron que debía atender una urgencia en una vivienda de la avenida Alcorta. Al llegar, descubrí que la dirección indicada correspondía a un galpón abandonado. Sorprendido, llamé a la central y me aclararon la confusión: yo estaba en Amancio Alcorta, en pleno Parque Patricios (zona que no les recomiendo visitar a las 4 de la mañana, por cierto), cuando en realidad el destino correcto era sobre Figueroa Alcorta… ¡en la otra punta del mapa!

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Nota de tapa

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ojoclinico.net

página 7Nota de tapaComunidad de médicos clínicos

LAS DOLENCIAS DE LOS PRÓCERES

Son personajes casi míticos y en el imaginario sólo aparecen sus hazañas. Sin embargo, hay algo más. Tan humanos como cualquiera supieron enfrentar sus achaques sin desviar la mira de sus objetivos.

Hubo una época en la que había próceres. Un tiempo propicio para como para justi-

ficar un lugar en la historia. Próceres, padres de la patria, grandes entre los grandes, héroes indis-cutibles. Nadie ponía en duda lo que decían o la vida que llevaban. Eran próceres pero de una épo-ca que pasó, que ya no existe y que es difícil que volvamos a ver.¿Por qué ya no hay más próceres? Tanto en este siglo como en el pasado, cualquiera que se postulara para prócer tendría adeptos y detractores, seguidores fieles y críticos dispuestos a borrarlos de la historia.Podríamos pensar que la decadencia y la falta de valores del tiempo en que vivimos impiden que haya hombres ilustres como los de antes. Difí-cil que sea eso. El registro de un historiador no puede compararse con lo que hacen las cámaras, micrófonos y analistas que hoy siguen a los can-didatos. ¿Alguno de los grandes hombres hubiera soporta-do, vivo y en funciones, la interpretación exhaus-tiva por televisión y por radio, de cada una de sus actitudes? ¿Cómo les hubiera ido con la pesquisa de su vida privada que exige la cultura del co-mentario?Imaginemos que en plena campaña al Alto Perú, un movilero hubiera esperado a San Martín a la salida de la carpa con una pregunta capciosa. O que la relación, tan próxima, entre Sarmiento y su madre hubiese estado en boca de todo el mundo. ¿Serían hoy considerados próceres? Si la manera de vestirse de Belgrano hubiera sido un tema, no

tendríamos todavía, una bandera. Y si en la radio un cómico talentoso hubiera imitado, cada maña-na, a Moreno, a Paso o a Saavedra, probablemente la Revolución de Mayo se habría retrasado unos cuantos meses. Otra manera poderosa de entrar en la intimidad de alguien es a través de su historia clínica. Si en el recuerdo de los héroes la hubieran incluido, sus padecimientos los hubiesen vuelto más humanos y menos de bronce.

Para darnos cuenta de la influencia que las enfer-medades tuvieron en la historia argentina hay que desprenderse de la idea de la medicina moderna. Antes, eran muchas más las enfermedades que no tenían tratamiento. Había que convivir con ellas. El estado de salud de los próceres influía en sus

ELLOS TAMBIÉN SE ENFERMAN

Antes, eran muchas más las enfermedades que no tenían tratamiento. Había que convivir con ellas. El estado de salud de los próceres influía en sus planes, batallas y estrategias.

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Nota de tapa

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ojoclinico.net

planes, batallas y estrategias. En el consultorio se le indica al paciente que res-trinja los fritos, las comidas con alta concentra-ción de sal y el cigarrillo. Pero a nadie se le ocurre prescribirle a un paciente que suprima la guerra de sus hábitos porque eso puede afectar seriamente a su salud. Incluso mucho más que una dieta rica en grasas. Dicen los historiadores que tanto el stress de las cam-pañas como la alimentación a la que estaban acos-tumbrados traían, en esa época, efectos nefastos.Los datos sobre la salud de los próceres provienen de los testimonios, cartas y biografías iluminadas por el conocimiento científico actual.El caso más notable y más estudiado en el país es el de José de San Martín. Todo indica que se trató de un hombre muy enfermo y que su imagen cruzando a duras penas la cordillera de los Andes en una ca-milla improvisada, era una imagen real. Así lo afir-mó José Raúl Buroni, Coronel, profesor consulto de la UBA y académico de número de la Academia Sanmartiniana. “San Martín fue un hombre muy enfermo. Durante su época de actividad militar su-frió por lo menos tres patologías importantes: una afección úlcero-péptica que le ocasionaba intensos dolores y que le produjo más de una hemorragia di-gestiva. Asma. Al parecer San Martín era asmático. Hay registros de que necesitaba dormir sentado a cusa de la disnea. Padeció, además, lo que llamaban

El caso más notable y más estudiado en el país es el de José de San Martín. Todo indica que se trató de un hombre muy enfermo y que su imagen cruzando a duras penas la cordillera de los Andes en una camilla improvisada, era una imagen real.

reumatismo. Aunque no queda muy claro a qué se refieren con reumatismo, según Mitre fue algo que lo afectó durante la batalla de Chacabuco”, agregó Jose Raul Buroni. Más tarde, y ya viviendo en Eu-ropa, tuvo una fluxión ocular, probablemente una uveítis anterior. Esa fue la causa de las cataratas de la última etapa de su vida.“Por su problema gástrico, ulceroso, tomaba láu-dano y opio. No había otra cosa contra la acidez en la época. Se dice que la batalla de Waterloo se perdió por algo similar. Imagínese que entonces no se sabía bien ni qué era la gastritis”, agrega, por su parte, Federico Pérgola, profesor consulto ad-junto de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, miembro de la Academia Argentina de Historia y director de la revista Médicos y medicinas en la historia. Para él, son enfermedades que pueden cambiar hasta el carácter de una persona. Además agrega otro dato: “las hemorroides no lo deja-ban cabalgar. Hay que imaginarse las dificultades higiénicas que implicaban en esa época estar en campaña. Sin papel higiénico ni bidet”. Para San Martín debió haber sido un fastidio.Buroni, en cambio, no cree que estas circunstan-cias hayan podido modificar la férreas ideas san-martineaneas. “No conocemos que haya debido cambiar sus planes de batalla a causa de sus pade-cimientos. Siempre el militar se impuso por sobre el “hombre”.

página 9Nota de tapaComunidad de médicos clínicos

Las enfermedades no eran lo único que empeo-raba su salud, también estaban los tratamientos. Lo que utilizaba para enfrentar tales síntomas y permanecer atento a la guerra y a la política hoy sería pura iatrogenia. Si con casi dos siglos más de conocimientos médicos las drogas tienen a ve-ces importantes efectos secundarios, sólo hay que imaginar la situación apenas dos décadas después de la Revolución Francesa. “Durante su estadía en Mendoza, mientras organizaba el Ejército de los Andes, su médico personal, Juan Isidro Zapata lo inició en el consumo de opio para calmar los inten-sos dolores que le producía la enfermedad úlcero-péptica. Este tratamiento le fue dado aproximada-mente en el año 1815/1816, cuando todavía no se conocía la existencia de la úlcera gastroduodenal, pues recién Cruveilhier la describió en 1830”, aña-de Buroni. Los tratados de medicina de la época describían una afección que llamaban calambre de estómago (sólo mencionaban el síntoma) e indica-ban tratarla con opio. De tal modo que el médico

realizó correctamente tanto el diagnóstico como el tratamiento, pero siempre de acuerdo a los usos de la época. En el exilio francés, autoimpuesto, San Martín y su hija Mercedes se ven afectados por la epidemia de cólera de 1832. Fueron tratados por Mariano

Durante su estadía en Mendoza, su médico personal, lo inició en el consumo de opio para calmar los intensos dolores que le producía la enfermedad úlcero-péptica.

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Balcarce, cuyo talento conmovió tanto a Merce-ditas que terminó siendo primero su prometida y luego la esposa de Balcarce, su médico tratante.

Algo más complejo de estudiar es el caso de Ma-nuel Belgrano, que tuvo algunas enfermedades en común con el propio San Martín, al punto de que se comentaban los tratamientos por correo. Cuan-do Belgrano se enteró de las hemorroides de San Martín, le escribió dándole algunos consejos. Eso hace sospechar que tenía conocimiento de los pro-blemas que traían las hemorroides por experiencia propia.Cuenta Buroni que José María Paz refiere en sus memorias que el día anterior a la Batalla de Salta,

Belgrano tuvo una hematemesis. Al igual que San Martín durante su estadía en el Norte de nuestro país. Belgrano además padeció de sífilis, “aunque por esa época todavía no se poseía métodos para confirmar el diagnóstico, tales como las reacciones serológicas y la ultramicroscopía”. Según el Dr. Antonio Guerrino, médico y profesor titular de Historia de la Medicina de la Universidad del Sal-vador y miembro de la academia nacional de His-toria, Belgrano la contrajo “a los 16 o 17 años en

España, donde era muy afecto a la bebida y le iba bien con las mujeres porque era agraciado”. El Dr. Guerrino enumera los otros problemas de salud del creador de la bandera: reumatismo, trastornos oculares, dispepsia, paludismo, cirrosis hepática (causada por la bebida) y la insuficiencia cardiaca que lo condujo a la muerte. “El doctor Francisco de Paula Rivero le diagnosticó hidropesía avanza-da, que le producía disnea, ortopnea y edema de los miembros inferiores . En la actualidad a eso se lo considera insuficiencia cardíaca”. Para el Dr. Guerrino, tales cosas tampoco cambia-ron en nada su estrategia. Antes de la problemáti-ca batalla de Salta (el 20 de febrero de 1813, con-tra los realistas), tuvo una hemorragia digestiva. Ese episodio era un impedimento para cabalgar. Por eso se hizo preparar un carruaje. Pero algo lo decidió a último momento a pelear montado, soportar el dolor y ganar la batalla. El tratamiento que seguía Belgrano consistía en abundantes dosis de quinina.Para Pérgola, buena parte de estos reiterados pro-blemas digestivos tienen que ver con las atroces dietas de entonces. “Era la etapa hispánica de la alimentación argentina: con los españoles entra-ron los guisos, con muchas especias y arroz, pocas verduras . También se incorporaron los grandes animales. Se comía carne con mucha grasa.

Pese a que está de moda hablar de Mariano Mo-reno como un asesinado o, abusando del anacro-nismo, como “el primer desaparecido”, Guerrino sostiene que la muerte del abogado fundador de La Gaceta no se debió a ninguna conspiración. “Moreno tuvo una importante misión en Chuqui-saca, un lugar al que le costó llegar. En Tucumán se le declaró fiebre reumática. Permaneció en repo-so pero no pudo evitar la afección cardíaca que, fi-nalmente, fue lo que lo llevó a la muerte. No hubo envenenamiento. En el barco viajaba su hermano,

Algo más complejo de estudiar es el caso de Manuel Belgrano, que tuvo algunas enfermedades en común con el propio San Martín, al punto de que se comentaban los tratamientos por correo.

página 11Nota de tapaComunidad de médicos clínicos

que era médico, y todo indica que se le dio el tra-tamiento habitual para esos casos”. La muerte le llegó en alta mar, y como era costumbre en esa época, el cadáver fue arrojado al Atlántico.

El más saludable era Sarmiento. Un hombre-tón enérgico, que de anciano -para la época- decidió radicarse en Asunción del Paraguay. Sufría un proceso bronquial y le recomen-daron, como tratamiento, el clima cálido guaraní. Allí murió a los 77 años. “Era un tipo saludable, de buena vida y buen comer; hasta él mismo era há-bil cocinero”, según Guerrino. Rivadavia era un bon vivant pero al parecer hipertenso. Murió en 1845 en Cádiz a raíz de “reblande-cimiento cerebral”, según escribió Ramos Mejía. Pero no todas eran afecciones or-gánicas. Segun el Dr. Guerrino, “Al-gunos hombres destacados de la inde-pendencia tuvieron graves trastornos de conducta o pequeñas neurosis. Alvarado se asustaba de los rayos, los truenos, y la oscuridad. El fraile Aldao era un pusiláni-me sujeto a miedos excepcionales. Quiro-ga no emprendía acción alguna los días 13. Y el Almirante Guillermo Brown tuvo una serie de delirios de persecución”.Probablemente si hubieran tenido los recur-sos que brinda hoy la medicina moderna mucho de los próceres hubiesen llegados a una edad avanzada. Hubieran tenido tiempo para escribir sus memorias. Eso hubiese per-mitido saber un poco más, no sólo de lo que hicieron sino también de lo que pensaron.

De grande, Sarmiento sufrió un proceso bronquial y le recomendaron, como tratamiento, el clima cálido guaraní.

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más distante, sin tanta relación con el paciente.

¿Y cómo aparece la moda en tu camino?Siempre me gustó dibujar, mi familia tenía local de ropa y yo de chico ya participaba en el armado de las colecciones y la venta. Nunca dejó de interesarme ese mundo. Hasta que, hace unos ocho años, me de-cidí a darle forma a un proyecto personal y empecé a comprar telas afuera y a estudiar diseño de Indumen-taria. La anestesiología es una disciplina estresante, el quirófano te consume mucha energía y necesitaba algo más liviano, un cable a tierra. Entonces empecé a generar mis propias colecciones, y acá estoy. Por ahora, mi idea es hacer las dos cosas a la vez.

¿Cómo organizás tu agenda?La verdad, ni yo sé cómo. ¡Creo que mi día tiene cincuenta horas! A la mañana hago quirófano en una clínica privada de Vicente López y a la tarde me dedico a la moda: estoy en mi atelier, en la tienda, voy a desfiles, busco telas. Trabajo con un equipo de diseño que me da el sustento y el apoyo para ar-mar las colecciones. En este oficio, a diferencia de la medicina (donde uno suele estar solo a cargo de un paciente) se requiere de un equipo interdisciplinario: modistas, asistentes que ayudan a dar el toque final a las prendas, un soporte de marketing y prensa, toda

página 13EntrevistasComunidad de médicos clínicos

A la mañana hago quirófano en una clínica privada de Vicente López y a la tarde me dedico a la moda: estoy en mi atelier, en la tienda, voy a desfiles, busco telas.

Médicos con pasiones paralelas hay muchos. Basta con repasar la nota de tapa del núme-

ro anterior de Ojo Clínico (en la edición papel o en www.ojoclinico.net) para comprobarlo. Lo que no resulta nada frecuente es que esas actividades simul-táneas (¡y tan distintas!) a la medicina se convier-tan en caminos profesionales transitados con éxito y reconocimiento. Es lo que le sucede a Fabián Zitta, cuyo nombre ya brilla con luz propia en la conste-lación de diseñadores de moda top de la Argentina. Por las mañanas, ejerce su profesión de anestesiólo-go en una clínica de Vicente López. Por las tardes, crea vestidos y prendas de alta gama en su atelier-boutique de la Recoleta.

Francis Ford Coppola lo eligió para realizar el ves-tuario de su película Tetro, filmada en Buenos Aires. Algunas de las celebridades que lucieron sus diseños son las modelos Natalia Graziano y Analía Maiora-na y las actrices Catherine Fulop, Leonor Benedetto, Elena Roger, Susú Pecoraro y Virginia Innocenti. Además, entre otros hitos, ganó un concurso en la New York Fashion Week y fue invitado a exhibir sus creaciones en España, Rusia, Japón, Panamá, Chile y Uruguay. En el reciente Desfile del Vestido Rojo (ver pág. 20), la escultural Paula Colombini enfundó su belleza en un Zitta original.

Pero empecemos por el principio, Fabián. ¿Qué te llevó a estudiar medicina?Vengo de una familia italiana con muchos médicos, donde la tradición de “m’hijo el doctor” pesaba fuer-te. Así que a los 18 viajé a Buenos Aires desde mi En-tre Ríos natal y me anoté en la UBA. Era estudioso, me recibí a los 23. Y hasta hoy, sigo ejerciendo.

¿Por qué elegiste anestesiología? Me di cuenta de que la atención a los pacientes exige una fuerte impronta psicológica; hay que desarro-llar habilidades vinculadas con la empatía, el trato, la contención. Yo sentía que no podía brindar eso, entonces me decidí por una especialidad más “fría”,

NO HABLO DE MEDICINACON MIS CLIENTES, NI DE MODA CON MIS PACIENTESUno de los referentes top de la alta costura argentina divide su agenda entre el atelier y el quirófano. El desafío de armonizar ambas pasiones y su proyecto de crear una colección basada en texturas médicas. Cómo utilizó la experiencia de médico en sus trabajo de diseñador.

FABIÁN ZITTA ANESTESIÓLOGO Y DISEÑADOR

/En

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/En

_ AprendizajesLa medicina me enseñó a ser perseverante, a tener

objetivos claros y cada vez más ambiciosos, y

tratar de ir cumpliéndolos con mucho esmero y

dedicación

una logística diferente que fui descubriendo sobre la marcha.

¿Pensás que una de las dos profesiones va a terminar desplazando a la otra?Probablemente suceda. Hoy por hoy ya no cubro más guardias o urgencias, ni cirugías después del mediodía. La medicina demanda una gran dedica-ción, y a veces se hace difícil compatibilizarla con otra profesión. Además, entré dentro de un circuito del mundo fashion que absorbe mucho tiempo, entre los desfiles, lanzamientos, invitaciones al interior o al exterior.

Aún así, por ahora seguís ejerciendo ambas, cuando podrías vivir de la moda. ¿Lo hacés por vocación?Sí, estoy convencido de que vocacionalmente no me equivoqué en ser médico. Pero en la vida uno va cambiando y en cada momento busca cosas distin-tas. Creo que en este momento me entusiasma más aquello adonde pueda expresarme y dejar fluir mi imaginación.

¿Qué atributos o cualidades adquiridas en la medici-na te sirven para aplicar en el rol de diseñador?La medicina te da cierto aplomo y fortaleza para afrontar situaciones desafiantes. Al haber visto tan-tas circunstancias complejas dentro de un quirófano, uno aprende a tener los pies sobre la tierra y a en-carar con serenidad los retos personales y profesio-nales. En ese sentido, la experiencia adquirida como médico me ayuda bastante a manejar la ansiedad la hora de —por ejemplo— preparar desfiles grandes.

¿Es cierto que, entre tus proyectos, está el de presen-

tar una colección basada en texturas médicas? Sí, la idea es en algún momento crear una colección inspirada en materiales y elementos usados en el ám-bito de la salud, como gasas u otras texturas.

Contabas antes que, por tu especialidad, no tenés un trato muy estrecho con los pacientes. ¿Cómo es tu vínculo con otros médicos? ¿Estás en contacto con clínicos o sólo con cirujanos?Soy una persona muy adaptable a los distintos am-bientes. No tengo ningún problema al relacionarme

con colegas, aunque en general mi trato es con el cirujano, en el quirófano, y no tanto con el clínico.

A tu criterio, ¿cuáles son las virtudes que definen a un buen anestesiólogo?Además de la solidez de su formación, creo que la perseverancia y la meticulosidad son fundamen-tales. El nuestro es un acto médico relativamente corto, rápido, que exige precisión y exactitud en la administración de la anestesia.

Estoy convencido de que vocacionalmente no me equivoqué en ser médico. Pero en la vida uno va cambiando y busca cosas distintas.

RETRO Y VANGUARDISTA A LA VEZ

Zitta Costura es —según la descripción pu-blicada en su web, www.zittacostura.com— una compañía de diseño “que basa su interés en la transformación del vestido en espacio flexible, generando diferentes texturas a partir de la intervención de la lámina textil. Géneros ultra procesados, aplicación de vo-lados, plisados o tableados sobre molderías no convencionales dan origen a vestidos con impronta retro y vanguardista a la vez, que definen y conceptualizan la idea de diseño de Fabián Zitta”.

página 15Comunidad de médicos clínicos Entrevistas

¿Cómo evalúas el estado actual de la disciplina en la Argentina?La anestesiología es una de las especialidades más re-gladas y mejor controladas en el país; contamos con una asociación que nos nuclea, resuelve problemas y hace que nuestra labor sea más sencilla. Es como una organización del primer mundo dentro del tercero, porque funciona muy bien y ayuda mucho al pro-fesional. Se trata de una entidad seria y expeditiva, que brega por el correcto ejercicio de esta práctica, negocia los honorarios y evita que la actividad se bastardee, como ocurre con otras disciplinas. De he-cho, nosotros no tenemos que discutir con las obras sociales o las instituciones, es la propia asociación la que se encarga de cobrar y retiene un pequeño por-centaje de lo que cada uno de nosotros factura. ¿Te pasó alguna vez que una clienta te reconozca en el quirófano, o viceversa?Un par de veces me sucedió: clientas que atendí como diseñador y luego las tuve de pacientes. A una —que al despertar semi-inconsciente de la anestesia le dijo a su madre “mirá, él es el que me hizo el vestido”— llegué a jurarle que no era yo, sino un supuesto her-mano gemelo. Es que al principio me resultaba un poco extraña la situación. Hoy, muchas ya conocen mis dos facetas. Igual, no hablo de medicina con mis clientas, ni de moda con mis pacientes.

PERSEVERANCIA Y DEDICACIÓN

En los últimos tiempos, te convertiste en un referente del diseño argentino. ¿A qué atribuís este crecimien-to?Sobre todo, a la perseverancia. La medicina me ense-ñó a ser perseverante, a tener objetivos claros y cada vez más ambiciosos, y tratar de ir cumpliéndolos con mucho esmero y dedicación. Eso me permitió hacer-me un nombre dentro de la moda argentina. Trato de no quedarme quieto, de estar en constante movi-miento, generando cosas nuevas y reinventándome para poder sostener en el tiempo mi propuesta.

¿Quiénes son tus referentes?Los grandes diseñadores de los años 40 y 50: Va-lenciaga, Dior, Elsa Schiaparelli, todos ellos muy reconocidos dentro del ambiente, y con quienes me

identifico mucho. Claro que el hecho de crear textu-ras y volúmenes no sólo se acota a la moda. También la arquitectura y los movimientos culturales son ins-piradores. En mi caso, el Art decó y el Art nouveau, entre otros estilos que me marcaron.

¿Y en la medicina?No tengo alguno en particular. En la facultad, uno estudia a todos los “próceres” de la profesión. Ellos son referentes insoslayables para cualquier médicos.

¿Qué sueños te quedan por cumplir?Me gustaría llegar con mi marca a más mercados del exterior, hasta ahora tuve la oportunidad de vender afuera pero de manera aislada y no todavía en forma sostenida. Por otro lado, en algún momento aspiro a desarrollar una segunda línea, un prêt-à-porter con ropa más informal, más “ponible” para el día a día, a la manera de las grandes marcas europeas o americanas.

Acceso igualitario, excelencia tecnológica y un profundo sentido ético son los atributos que dis-

tinguen al sistema de salud de Israel, cuya estructura básica se remonta a las décadas previas a la creación del Estado, en 1948. “Su mayor fortaleza es la au-sencia de exclusión: a través del seguro social, todos disponen de los mismos servicios y centros, sin dis-tinciones geográficas o sociales”, afirma el psiquiatra León Cohen Bello, presidente del capítulo argentino de la Asociación Médica Israelí: una entidad dedicada a difundir los avances del país en el campo de la me-dicina y alentar el intercambio y la cooperación con profesionales de todo el mundo.

página 16

Clínicos en el mundo

/Cm

ojoclinico.net

Por Ariel Duer

Estos son algunos de los rasgos que sustentan la calidad de la atención médica en la mayor potencia de Medio Oriente, donde la figura del clínico de cabecera juega un papel preponderante. Radiografía del sistema de salud israelí y el rol del clínico.

SER MÉDICO EN ISRAEL

EQUIDAD, ÉTICA Y TECNOLOGÍA(EN ESTADO DE ALERTA)

Con altos niveles de inversión pública en el área y una legislación que garantiza la equidad del modelo, Is-rael exhibe indicadores positivos como la baja tasa de mortalidad infantil (4,7 por cada 1.000 nacimientos) y la elevada expectativa de vida (que promedia los 80 años). Dispone de instalaciones con equipamien-to de avanzada —el centenario complejo Hadassah, en Jerusalén, es quizás el más emblemático— y una reconocida tradición en lo que refiere a investigación científica. La atención hospitalaria contempla los más modernos procedimientos y técnicas, aplicados en una vasta red de establecimientos. El hecho de tratarse de un país en recurrente estado de

_ 01Los centros de salud

de Israel disponnen de equipamiento de

avanzada y tradción en investigación científica.

_ 02Un país que convive

con una situación de guerra permanente y un sistenma de salud

adaptado a esto.

página 17Clínicos en el mundoComunidad de médicos clínicos

guerra y con la amenaza latente del terrorismo impac-ta de modo directo en la formación y el ejercicio pro-fesional. Casi todos los médicos, sea cual fuera su es-pecialidad, se encuentran altamente capacitados para desempeñarse en situaciones de desastre y emergencia. Esta preparación para responder en circunstancias de víctimas múltiples de enfrentamientos o ataques es un ítem en el que se pone especial hincapié, en las aulas universitarias y en los hospitales mismos. En el mismo sentido, la emergentología constituye una disciplina con un grado de sofisticación y desa-rrollo poco frecuente en el resto del mundo. Israel puede jactarse de poseer uno de los más prestigiosos servicios de emergencia (Maguen David Adom o Es-trella de David roja), cuya eficacia se ha probado en múltiples conflictos bélicos y atentados. “Desde todo el planeta llega gente a capacitarse en la materia”, cuenta Cohen Bello.

COBERTURA UNIVERSAL

Con un claro predominio de la alopatía y una difu-sión marginal de terapias alternativas, el médico clíni-co ocupa allí un rol similar al que desempeña en otras naciones avanzadas de Occidente (ver recuadro). Su figura es respetada y valorada, como la del profesio-nal de la salud en general. Más si se tiene en cuenta lo difícil que resulta llegar a graduarse: a la barrera eco-nómica (las universidades son aranceladas y muchas familias recurren a préstamos bancarios para solven-tar el estudio de sus hijos) se suma el escollo “intelec-tual”. Sólo aquellos alumnos con calificaciones desta-cadas en el ciclo de enseñanza media pueden ingresar a determinadas carreras, entre ellas Medicina. Pero si la formación tiene algo de elitista (no tanto por lo económico, ya que la mayoría de las familias puede costear los estudios; sino por el esquema de “merito-cracia”), la atención exhibe un fuerte componente de-mocrático y universal: todos los ciudadanos gozan de una cobertura provista por alguna de las cuatro “Ca-

Su mayor fortaleza es la ausencia de exclusión: a través del seguro social, todos disponen de los mismos servicios, sin distinciones geográficas o sociales.

página 18 ojoclinico.net

/Cm

UNA SEÑAL DE ALERTA

De los 32 mil médicos que hay en Israel, más del 40 por ciento son mujeres. El ranking de especialidades lo encabeza la Medicina Inter-na. Si bien históricamente el país ha exhibido una elevada proporción de profesionales de la salud por habitante, en los últimos años trepó la cantidad de médicos que emigran a Euro-pa o los Estados Unidos atraídos por mejores propuestas económicas. Para atenuar la sangría, el Ministerio de Sa-lud elaboró un informe que sugiere duplicar el cupo de estudiantes en las facultades de Me-dicina. Otra cuestión que preocupa a las au-toridades sanitarias es el crecimiento gradual pero sostenido de la incipiente red de centros privados, una amenaza a las banderas de gra-tuidad y universalización en este terreno

jas Médicas” (obras sociales). Las mismas brindan un seguro integral, que se financia con subsidios estatales y aportes de los trabajadores —proporcionales a sus ingresos— y empleadores. Cohen Bello hace hincapié en otro atributo que, ase-gura, forma parte de la idiosincrasia del sistema de salud israelí: el apego a los principios éticos hereda-dos de Maimonides, médico y figura clave del pensa-miento judío medieval. “La ética médica se aplica en situaciones cotidianas —sostiene—; por ejemplo, la población palestina de Gaza recibe atención en hospi-tales israelíes con la máxima calidad, y la Asociación Médica dispone de una línea telefónica permanente para que cualquier médico pueda realizar consultas en temas que le generen conflictos éticos”. No es casual, advierte Cohen Bello, que la UNESCO haya elegido a la ciudad de Haifa como sede de su cá-tedra de Bioética. Por otra parte, Israel es sede de nu-merosos congresos internacionales sobre una amplia variedad de temas y sus galenos capacitan a colegas extranjeros en diferentes áreas del conocimiento.

EL ROL DEL CLÍNICOEn Israel, el médico clínico es “el eje de todo el sis-tema de salud”, define León Cohen Bello, presidente del capítulo argentino de la Asociación Médica Israe-lí. Y se explaya: “El modelo está basado en la figu-ra del médico de cabecera o de familia, que es quien deriva al especialista correspondiente en caso de ser necesario; no existe prácticamente la consulta directa al especialista”. La mayoría trabaja en hospitales o centros específicos y lo hace a través del esquema de las llamadas “Cajas médicas” que brindan cobertura a todos los ciudadanos mediante un seguro social. La atención privada en forma particular es una práctica poco frecuente en ese país. En cuanto a la formación, además de ser arancelada, es rigurosa, extensa y exigente. “El recién graduado debe pasar por varios filtros y controles antes de ejer-cer, incluyendo el internado obligatorio y en sus pri-meros años de profesión es supervisado de cerca por alguien de mayor experiencia”, cuenta Cohen Bello.

_ 01Una característica central

del sistema es el apego a los principios éticos

heredados de Maimónides

_ 02El país posee una

elevada proporción de profesionaes médicos por

habitante,.

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/RnReunión

ojoclinico.net

CAMPAÑA DE CONCIENTIZACIÓN

Cuidar el corazón, el último grito de la modaFamosas argentinas desfilaron vestidas de rojo por diseñadores top. El objetivo: detener el avance de las patologías cardiovasculares en las mujeres. Un evento que surgió en Estados Unidos.

temporada primavera-verano del ámbito fashion.Por la pasarela desplegaron todo su encanto desde una embarazadísima Nicole Neumann hasta la eterna Na-cha Guevara, pasando por Andrea Campbell, Marisa Andino, Nora Cárpena, entre otras modelos y actrices. La conducción, al igual que en 2009, estuvo a cargo de Andrea Frigerio, quien compartió los resultados de una reciente encuesta según la cual las argentinas se aferran a la falsa creencia de que los males cardíacos son “cosa de hombres”, predominantemente. También dijo lo suyo la senadora Liliana Negre de Alonso, autora del proyecto que declaró de Interés Nacional a esta iniciativa: “No sólo tenemos que hacernos una mamografía o un Papanicolaou anual, sino también un control para cuidar nuestro corazón. La Argentina nos necesita sanas, fuertes y llenas de vida —remató la legisladora—, para continuar contri-buyendo juntas a la construcción de un país mejor”.

EL MENSAJE DE ELEA

“Sentimientos, luchas, ilusiones, deseos, olvidos, amores, tristezas, sueños, felicidad, pasiones, prome-sas, lealtad, esperanza, paz, amor, respeto: cuidamos tu corazón y todo lo que hay en él”. Ese fue el mensaje con el cual Elea Cardiovascular y Elea Clínica Mé-dica resumió su apoyo a la campaña y al desfile del “Vestido Rojo”, un símbolo que pretende transmitir un llamado de alerta para que las mujeres protejan al más importante de los músculos.

Una elevada concentración de belleza por metro cuadrado se detectó en el salón San Isidro del

hotel Sheraton Buenos Aires al atardecer del martes 24 de agosto. Allí se dieron cita varias de las celebri-dades más hermosas del país, en el marco de la 33º Semana de la Moda Argentina, para participar del desfile de la colección 2010 del “Vestido Rojo”: una campaña “The Hearth Truth – Cuidá tu corazón”, con el fin de crear conciencia sobre los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. Se trató de la versión local —en su segundo año con-secutivo— de una movida surgida en los Estados Uni-dos en 2002, con figuras como Joan Collins o Liza Minelli enfundadas en sendos atuendos color pasión, simbolizando la necesidad de promover hábitos sa-ludables que ayuden a prevenir aquellas patologías. Ahora, de la mano de la Fundación Favaloro y con el apoyo de la línea Elea Cardiovascular, va camino a convertirse en una tradición de cada lanzamiento de

/MrMini reportaje

página 21Mini ReportajeComunidad de médicos clínicos

Profesor Adjunto de Medicina Interna en la Universidad de Buenos Aires, Francisco Azzato participó del 17º Congreso Mundial de Cardiología llevado a cabo a mediados de este año en Beijing. Pese al tiempo ya transcurrido desde aquella cita, el destacado especialista reconoce que la experiencia lo marcó profundamente —tanto en lo profesional como en lo humano—, dejando una huella indeleble que, tal como se propuso Ojo Clí-nico, vale la pena rastrear. Aquí, Azzato comparte sus impresiones sobre el encuentro y sobre las particularidades de la sociedad china, donde las tera-pias tradicionales mantienen una potente vigencia.

¿Qué balance hace de esta experiencia?

La organización fue excelente, las presentaciones estuvie-ron bien expuestas y resumidas. Pero, en términos de aportes científicos, no hubo avances significativos o novedosos. Quizás para cuestiones específicas y para una mayor profundización en los temas, resulten más fructíferos los encuentros como los que impulsa —por ejemplo— la American Heart Association. Creo que estos congresos son especialmente atractivos para los médicos clínicos, dado que ofrecen un panorama general de la especialidad.

¿Qué lugar ocupa la cardiología en la formación del mé-dico clínico?

El buen clínico, el internista, debe conocer en profundidad los cuadros cardiológicos agudos, porque es a quien —en última instancia— el paciente muchas veces consulta, y quien decide su derivación al especialista. Teniendo en cuenta que las enfer-medades cardiovasculares están tan extendidas en nuestra so-ciedad y constituyen la principal causa de muerte, la cardiología debe ser parte importante de la formación del clínico.

¿Qué le impactó de la sociedad china y su enfoque res-pecto a la salud?

Lo que pude percibir es que la medicina occidental está ga-nando terreno en el país aunque de modo muy gradual. Las te-rapias tradicionales mantienen su predominio, sobre todo en las

poblaciones periféricas a las grandes ciudades. Se hacen diag-nósticos a partir del interrogatorio, las enfermedades se tratan con sustancias naturales y la profilaxis se basa en el ejercicio y la alimentación. Esto último es algo milenario en lo cual ponen mucho énfasis, y que nosotros estamos tomando de ellos.

¿En las calles se advierte el boom económico que atravie-sa el país?

China se afianza como potencia comercial. Sin embargo, en materia social y cultural tiene un largo camino por recorrer. El grueso de la población vive en situaciones precarias, basta con hacer el recorrido desde la capital hasta la Gran Muralla para comprobarlo. Los adelantos son una realidad, aunque tardarán en llegar a las masas.

Organizado por la World Heart Federation con el apoyo de la Sociedad de Cardiología China, el Congreso Mundial de la especialidad convocó a unos 10 mil participantes de más de 100 países, entre ellos algunos de los profesionales más re-nombrados del mundo en la materia. Cerca de 400 oradores expusieron sus trabajos, focalizados en investigar alternativas tanto terapéuticas como preventivas y diseñar estrategias que ayuden a revertir el avance de las patologías cardiovasculares. La próxima edición se realizará en Dubai, del 18 al 21 de abril de 2012. Más información: www.worldheart.org

“El buen clínico debe saber de cardiología”

La mirada de un clínico argentino que asistió al Congreso Mundial de la especialidad en China. Postales de una cultura en la cual la

medicina tradicional aún predomina.

FRANCISCO AZZATO

/MrMini reportaje

página 22 ojoclinico.net

/OpOpinión

HELP La mirada de un psiquiatra sobre los distintos tipos de pacientes “complicados”, y algunas sugerencias para encarar la relación con ellos y minimizar conflictos.

CONSEJOS DE UN ESPECIALISTA

por Rodolfo ZaiatMédico psiquiátra - MN

Todos los médicos —y los clínicos en especial, por el volumen y la variedad de casos que

atienden— recibimos en nuestros consultorios a pacientes que podríamos calificar, por diferentes actitudes, reacciones o rasgos de su personalidad, como “complicados”. Entre ellos, probablemente los más frecuentes sean los “rebeldes” o “desafiantes”, aquellos que cuestionan de manera directa o indirecta la ido-neidad del profesional. Se resisten a seguir deter-minada indicación o tratamiento, a veces ampa-rándose en experiencias previas (“no me dé eso, ya lo tomé una vez y no me hizo nada”, es una de sus respuestas arquetípicas) o en la ansiedad —tan típica de nuestro tiempo— de pretender so-luciones mágicas y resultados inmediatos.

Sea cual fuera el motivo, es importante que el médico logre inspirar firmeza e imponer su au-toridad en la materia. Esto no significa, claro, retrotraerse al viejo modelo en el cual la figura del médico era casi reverencial y su palabra no podía siquiera ponerse en duda. Pero sí dejar en claro que, sin ser el dueño de la verdad absoluta,

Probablemente los más frecuentes sean los “rebeldes” o “desafiantes”, aquellos que cuestionan la idoneidad del profesional.

Mi paciente me taladra

página 23Comunidad de médicos clínicos Opinión

uno está capacitado y decide en función de lo que evalúa más conveniente para cada persona.Resulta indispensable que el médico propicie un trato orientado a que el paciente se sienta cómo-do, escuchado, respetado, cuidado y en buenas manos. Decirlo siempre es más fácil que hacer-lo, claro, pero no hay dudas de que por ahí pasa la clave: por el plano del vínculo contenedor, la comprensión, el factor humano, el diálogo abier-to. Dimensiones —por desgracia— cada vez más subestimadas en nuestra profesión, en medio del vértigo que imponen el ritmo de vida y el sistema de salud predominantes.

DEL GOOGLEADOR AL INCONSTANTE

Siguiendo con la tipología de pacientes difíciles, no podría soslayarse al googleador impulsivo. Internet, sin dudas, marcó un quiebre, ya que pone a disposición de todos información (válida o inexacta) sobre los más diversos cuadros, enfer-medades, pronósticos y alternativas terapéuticas. Nunca falta aquel que llega al consultorio ya con su auto-diagnóstico y su auto-prescripción anti-cipada. Ahí debe emerger, otra vez, la cintura del galeno para esgrimir argumentos en torno a la vieja máxima de que no existen enfermedades, sino enfermos: por mucho que pueda orientar (o desorientar) la web, en medicina dos más dos no siempre es cuatro y cada paciente es un mundo. La clasificación incluye, también, al hipocondría-co (frente a él, uno tiene que apelar a la raciona-lidad y a la explicación exhaustiva para tratar de disipar sus temores infundados), al que exhibe un bajo nivel de comprensión por su acotada forma-ción educativa o cultural (habrá que desplegar la habilidad de darle indicaciones simples, precisas y claras y no abusar de la jerga científica), al de-mandante (ese que nos pide el celular y llama en los horarios más insólitos; de nosotros depende poner límites en el momento justo y encontrar el delicado equilibrio entre rigidez y flexibilidad), al inconstante (al revés que el hipocondríaco, suele subestimar sus síntomas, abandona el tratamiento ante la primera evidencia de mejoría y luego vuel-ve a recaer), al que reniega de la farmacología o

de la alopatía en general (pero sin embargo acude a ellas, aunque en su discurso alabe las terapias orientales o naturales con fascinación zen). Hay quienes leen un artículo de divulgación en el diario sobre una nueva vacuna que se está in-

vestigando en algún lugar del planeta para cier-ta patología, y llegan a la consulta —recorte en mano— esperando que se los someta a ese proce-dimiento. Están los desconfiados, los resultadis-tas que fantasean con recetas infalibles e instan-táneas, los prepotentes o irritables. La mayoría de estos perfiles se corresponde, al cabo, con alguno de los “efectos colaterales” o fenómenos contem-poráneos derivados de los cambios sociales y tec-nológicos. No es que antes no hubiera esta clase de pacientes, pero seguro que no eran tantos… ni tan difíciles como los de ahora.

Como sea, el desafío radica en combatir una serie de “vicios” específicos del ejercicio actual de la me-dicina (la despersonalización, la atención express, el deterioro de la relación con el paciente, entre otros), y apostar al diálogo y al entendimiento como herramientas válidas para afrontar circuns-tancias complejas como las descriptas. “Introduc-ción a la conversación” debería ser materia obli-gada en todas las facultades. Eso sí, se requiere de mucha experiencia y de una dosis alta de paciencia para manejar con éxito a los más complicados de todos los pacientes: los propios médicos.

Internet, sin dudas, marcó un quiebre, ya que pone a disposición de todos información sobre los más diversos cuadros, enfermedades, pronósticos y alternativas terapéuticas.

Mi paciente me taladra

página 24

/ReReflexión

ojoclinico.net

Hasta la primera mitad del siglo pasado la medicina era una profesión que, bien ejercida, les daba a todos la posibilidad de hacerse de un capital y ocupar un lugar importante en la sociedad. Sabemos que ese tiempo pasó y que probablemente nunca lo volva-mos a ver. Por eso, los puramente ambiciosos ya no tienen lugar en la carrera. Ahora buscan el mundo de los negocios. Los que quieren poder, ni piensan en ser médicos, siguen el camino de la política. ¿Qué defecto nos queda a los médicos para cuidar? Algo que sea un poco más exclusivo. Probablemente la arrogancia. No digo que todos, pero entre los profesionales de la salud pululan los que resignados a no poder obtener el oro se tientan con el bronce. La vanidad es una moneda de cambio y todo lo que la acreciente será siempre bien recibido.Teniendo en cuenta la manera en que se paran, la forma de dirigirse a los demás y la necesidad de ha-cerle saber a todos los resultados de sus éxitos, hay que reconocer que, entre los colegas, la pedantería es abundante. Es cierto, en todos los ambientes hay

El espejo de NarcisoAmor propio, soberbia, pedantería. Cualquiera de estos calificativos aplican al médico, casi como un lugar común. La paradoja de aquel que vive de solucionar la vulnerabilidad del otro.

PECADOS PROFESIONALES

vanidosos, pero los médicos suelen ser poco sutiles. El amor propio funciona como un órgano, igual que el corazón, el hígado o los genitales. Por eso hay que mantenerlo oculto. Exhibirlo sin prudencia termina por resultar obsceno y provoca resistencia. Además, como es uno de los órganos más sensibles, se daña

con facilidad. Le son especialmente tóxicos la infide-lidad, el rechazo y la indiferencia. Cuando el amor propio se afecta es de sangrar. El afectado procura cerrar la herida tapándola con un escándalo, un enfrentamiento o el anonimato. No todos los amores propios son iguales. Están los que se satisfacen a solas, nunca se ponen en riesgo y son esencialmente tristes. Son enamorados de sí mismos que a la larga pierden las ganas de vivir. Los otros amores propios son más sociables. Admiten a terceros pero sólo en calidad de público. Son sor-dos selectivos y el único sonido que perciben es el de los aplausos. Esos difícilmente piensen en suicidarse aunque siempre cuentan con alguien que tenga ganas de matarlos.Pero hay algo más. ¿Es posible decidir sobre la salud de otros sin tener una buena opinión de uno mismo? ¿Cómo hacer para interrumpir un hábito, resecar un órgano o indicar un cambio de vida sin confiar en que se está habilitado para ejercer ese poder? ¿No será la vanidad una enfermedad profesional? ¿Por qué no? Un padecimiento que nos hace sentir pode-rosos mientras nos vuelve vulnerables.

Teniendo en cuenta la necesidad de hacerle saber a todos los resultados de sus éxitos, hay que reconocer que, entre los colegas, la pedantería es abundante.

falta firma de Coler

página 26 ojoclinico.net

Caso House

/Hs

Dr. House vs. Dr. Mario CámeraUn raro caso que despierta cuestionamientos hasta en el mismísimo doctor favorito de la teve. El Dr. Cámera lo analiza y nos cuenta cuál hubiera sido su diagnóstico y prescripción.

La mujer muestra antecedentes de esquizofrenia y etilismo. Su historia clínica presenta también diabe-tes, sedentarismo y consumo de anticonceptivos. Sin embargo House descarta estas últimas cuestiones como cauda del TEP, por tener la paciente 38 años.

House solicita para el paciente estudios de coagulación. Todo aparece normal en el cuadro, con excepción del TEP. En principio puede concluirse en déficil de Vitamina K y desnutrición.

House desconfía de la esquizofrenia. Busca y encuentra Enfermedad de Wilson. Eso podría explicar las cataratas y la cirrosis. Finalmente, el paciente se va de alta en excelente estado de salud.

Pide una ecografía y por el resultado se observa un hepatocarcicoma.

_primera parte

_segunda parte

_cuarta parte

_tercera parte

El paciente es una mujer de 38 años, que ingresa atendida en urgencias por TEP (Trom-boembolismo Pulmonar),

Primeras conclusiones.

Grandes dudas.

A House no le alcanza.

DR. GREGORY HOUSE

Estudió en la Johns Hopkins

Jefe de Diagnóstico

Hospital Princeton-Plainsboro

Episodio XX. Temporada X

página 27Caso HouseComunidad de médicos clínicos

DR. MARIO I. CÁMERA

Investigador Clínico. Internista Universitario. Profesor Adjunto libre de Medicina Interna, Cátedra de Medicina Interna E - FCM-UNLP. Past-Presidente y fundador de la Sociedad Arg. de Medicina. Miembro fundador de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial. Jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Italiano de Buenos Aires 1985-1995. Director del Plan de Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires. 1994-1998. Jefe fundador y consultor de la Unidad de Hipertensión Arterial del Hospital Italiano de Buenos Aires. Profesor Visitante de otras Universidades Nacionales: Fisiología UNNE y Medicina UNT. Director del Foro Universitario de HTA, FCM-UNLP. Presidente y Director General de e-medicum.com & analesde-medicina.com

Dice el Dr. Mario I. Cámera: xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Conclusión

El Dr. Mario I. Cámerase animó a desafiar a Dr. House. ¿Usted? Escríbanos a [email protected]

Respecto al antecedente de esquizofrenia, no puede pasarse por alto la asociación entre TEP y antipsicóticos.En relación a las causas más comunes de TEP, la más habitual (en pacientes de esta edad y sin antecedentes) es la neoplasia oculta.

_el Dr. Mario I. Cámera dice

El Dr. Cámera disciente con House. Para él, la asociación de intipsicóticos, el déficit adquirido de vitamina K y TEP, obliga a descartar la desnutrición

Para Cámara, lo más inexplicable pasa por otro lado. Según su criterio, que esta paciente vuelva a su casa en “excelente estado de salud”, parece casi “mágico”.

Según su observación faltaron algunos datos en los diagnósticos presuntivos: trombosis suprahepática o de vena caba inferior. Tampoco se comenta acerca de grave hipertensión portal.

_disensos

_final milagroso

_preguntas por agregar

Diferente diagnóstico.

Dudas aún mayores.

Para Cámera falta indagar.

FALTA EDITAR

página 28

/TxTexto

ojoclinico.net

César Milstein fue un hombre de rutinas. Se levantaba muy temprano y todos los días,

religiosamente, realizaba una larga caminata, ac-tividad que estaba obligado a respetar por pres-cripción médica, ya que en 1975 tuvo su primer episodio vinculado con problemas del corazón. Después iba al Medical Research Council que quedaba a unas dos cuadras de su casa. Llegaba muy temprano y a eso de las 11 tomaba un café en la cafetería del Instituto.

Oscar Burrone llegó al laboratorio de Milstein en 1979. Había hecho un postgrado en la Funda-ción Campomar, en Buenos Aires, y quería reali-zar un período de especialización. A Burrone le interesaban los estudios de las inmunoglobulinas y, como conocía los trabajos que estaba haciendo Milstein, le escribió preguntándole si podía ir a especializarse con él. Después de algún intercam-bio epistolar, Milstein lo aceptó. Burrone todavía recuerda ese día de septiembre de 1979, cuando llegó al laboratorio de Milstein: “Eran casi las 11 y me dijo: ‘Te llevo a la cantina y hoy, por ser el primer día, te pago el café’”.

Al mediodía hacía un intervalo y volvía a su casa para almorzar: “Siempre preparaba un sándwich que comía con Celia y la preparación era una de las cosas más exactas y meticulosas que se pueda imaginar –recalca su amigo, el médico argentino Claudio Cuello, quien compartió algunos años con Milstein en Cambridge–. Era una ceremonia:

abría las dos hojas del pan, se las ponía enfrente, las miraba, reflexionaba cómo lo iba a armar, le ponía una capa de algo, otra de otra cosa. Te-nía todo muy meticulosamente pensado y el plan desarrollado. Eso era mucho más que un sánd-wich”, exagera bromeando Cuello, quien se reci-bió de médico en la Universidad de Buenos Aires en 1965. Después de algunos estudios fuera del país, Cuello regresó a la Argentina durante el go-bierno de Héctor Cámpora, que había asumido la Presidencia en 1973 con el lema “Cámpora al gobierno, Perón al poder”. Antes de que Cuello partiera hacia Buenos Aires, César le organizó a su amigo una reunión de despedida en su casa: “Y me dio una botella de un vino añejo con una nota que decía: ‘Para abrirlo cuando vuelvas a Inglaterra’. Él lo presintió y esa botella se abrió, porque la Argentina generó todas las posibilida-des para que uno se fuera”. Cuello no se queda-ría mucho tiempo en su país de origen. Cuando en 1974 Raúl Laguzzi, por entonces rector de la Universidad de Buenos Aires, sufrió un atentado por parte del grupo parapolicial conocido como la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) en el que murió su hijo de cuatro meses, Cuello de-cidió emigrar. Y allí fue, entonces, hacia el MRC, donde trabajaba Milstein, a quien había conocido en un viaje previo unos años antes. Cuello sigue recordando la meticulosidad que ponía su amigo

Siempre preparaba un sándwich que comía con Celia y la preparación era una de las cosas más exactas y meticulosas que se pueda imaginar. Era una ceremonia.

EL GRAN METÓDOUn extracto del flamante libro sobre la vida del gran científico

argentino César Milstein, editado por Capital Intelectual. En estas líneas se describe el carácter metódico del Premio Nobel.

¿POR QUÉ SER MÉDICO HOY?

página 29TextoComunidad de médicos clínicos

aun para las cosas extracientíficas, como la vez que fueron a comprar entre los dos media vaca a un matadero: “La cortamos estrictamente. César era tan sistemático que ninguno tenía un gramo más de hueso ni un gramo más de carne. Fue un proceso muy complicado, la guardamos en bol-sitas en el congelador. Pero el problema fue que quedaba un solo riñón, así que tiramos una mo-neda para sortearlo y se lo llevó César”.

Cada día, después de almorzar, Milstein regresa-ba al laboratorio, donde trabajaba hasta tarde. Y por las noches, después de cenar, salía nueva-mente a hacer su segunda caminata diaria que duraba, como mínimo, una hora. No se dejaba amedrentar por nada: ni el viento ni la lluvia ni la nieve lo detenían. Por lo general, lo hacía en compañía de su perro Garufa. En realidad, Garu-

fa no fue un perro. Garufa se llamaron todos sus perros. “El primer Garufa lo tuvieron en Buenos Aires y no se lo llevaron a Inglaterra. Garufa 2 y Garufa 3 sí estuvieron en Cambridge y ya al último lo llamaron Paco”, recuerda su sobrina nieta, la documentalista Ana Fraile.A Milstein no le gustaba perder el tiempo y sus caminatas no le impedían continuar con el tra-bajo. “Muchas veces cuando teníamos algo que discutir de ciencia o nos quedaba alguna conver-sación de cualquier tema truncada, me proponía continuarla a la noche en la caminata”, recuer-da Burrone. Y también solía salir con una radio portátil, en la que escuchaba las noticias, o con un grabador, donde dictaba las cartas o los pa-pers que, al día siguiente, le daría a su secretaria para que los pasara en limpio.

Según recuerda su sobrina Diana Milstein, el res-peto por las rutinas

no era exclusivo de su tío: “Los dos, César y Ce-lia, eran muy de rituales. Toda la vida era medio ritualística. Desde a qué hora ponían la mesa, cómo la ponían, de qué manera se levantaban, cuándo trabajaban en el jardín... Todo estaba bastante ritualizado”.

El jardín en casa de los Milstein también estaba organizado: dividido en dos, un sector era una huerta, que cuidaba César, y el otro tenía plan-tas con flores, de las que se hacía cargo Celia. Les gustaba mucho dedicarse a sus plantas y cada una tenía un cartelito indicando su especie, como si se tratara de un vivero o de un jardín botánico. En el sector huerta, recuerda Celia, había espá-rragos, tomates, zapallos, chauchas, una especie de pepinos y arvejas: “Después de que falleció, yo cambié esa parte del jardín porque no quería

plantar vegetales. Sólo conservé el lugar donde (César) cultivaba espárragos y alcauciles (en rea-lidad Celia, ya olvidada del “argentino” dice ‘al-cachofas’) de Jerusalén. El resto lo llené de flores y arbustos”.

Pero el clima en Inglaterra no les resultaba del todo propicio para la jardinería. Diana recuerda con una sonrisa: “Él tenía frutales pero, pobre, nunca le crecían mucho. Tenía unas manzanitas así –Diana junta sus dedos índice y pulgar de la mano derecha dejando en el medio un pequeño círculo de aire–; los higos también eran chiqui-titos...”. Sin embargo, grandes o chicas, Milstein amaba a sus plantas. Cuello lo recuerda: “Su ma-yor orgullo fue hacer crecer una higuera y con-seguir sacar excelentes alcauciles. También había logrado tener una parra de la que recibimos un gajo, que plantamos en nuestra casa cuando nos mudamos a Oxford”.

“Los dos, César y Celia, eran muy de rituales. Desde a qué hora ponían la mesa, cómo la ponían, de qué manera se levantaban”

página 30 ojoclinico.netpágina 30 ojoclinico.net

Más información: www.correntoso.com

_ 01El azul intenso del agua

de este pequeño paraíso sureño, es uno de sus

mayores joyas.

_ 02La potencia de la montaña rodea el inmenso paisaje y

birnda un marco único.

_ 03Paisaje, gastronomía y

horas de relax: un combo perfecto.

página 31LugaresComunidad de médicos clínicos

¿El tamaño importa? La respuesta podrá ser afirmativa en ciertos contextos. Pero seguro contestarán con un “no” rotundo los amantes de la naturaleza y el confort, que encuentran su paraíso terrenal en el río Corrento-so, uno de los más cortos del mundo. Ubicado a 5 km de Villa La Angostura, su longitud oscila entre 200 y 300 metros, según la altura circunstancial de los lagos que le marcan sus límites: el homónimo Correntoso y el Nahuel Huapí, en el cual desemboca. Extensión bre-ve pero suficiente para albergar uno de los sitios con mayor riqueza ictícola (abundan las truchas talla extra large: su tamaño sí que importa) y óptimas condiciones para la práctica de la pesca con mosca. Se trata, sin dudas, de uno de los secretos mejor guar-dados de la Patagonia Andina, un sitio que los propios lugareños eligen a la hora del relax, sobre todo en vera-no. Para llegar, hay que tomar la ruta nacional 231 en dirección al camino de los Siete Lagos. Antes de desen-sillar, vale la pena detenerse sobre el puente que atravie-sa el río, para que las retinas atrapen una de las vistas de ensueño que regala el imponente entorno. Hacia el sur, se divisa el lago Nahuel Huapi, enmarca-do por cerros y bosques tupidos. Y en lo alto, domi-nando el paisaje, la silueta del clásico hotel Correntoso Lake & River parece custodiar el paisaje. Miembro de la red SLH (Small Luxury Hotels), el establecimiento combina la tradición de una trayectoria centenaria —sus orígenes se remontan a 1917— con los más mo-dernos servicios e instalaciones en lo referido a lujo y placer para satisfacer los caprichos de los exigentes huéspedes locales y extranjeros. Recomendado por la prestigiosa guía global Conde Nast, el hotel se erige justo a la vera del río. En mate-ria de infraestructura, nada queda de aquella pequeña cabaña de madera que construyera su fundador, Pri-mo Capraro, para alojar a sus amigos y pescadores que arribaban en barco o hidroavión al por entonces inhóspito paraje. Pero lo que se mantiene intacto es —además del marco natural— el espíritu de hospi-talidad y la esmerada atención para que el visitante

/LgLugares

página 31Comunidad de médicos clínicos

CUANDO LO BUENO VIENE EN CAUCE CHICOEn este río, uno de los más pequeños del mundo, se capturan las truchas más grandes. Paraíso de pescadores, el sitio cautiva con los paisajes majestuosos del Parque Nahuel Huapí y permite disfrutar de una experiencia cinco estrellas.

RÍO CORRENTOSO

disfrute de una experiencia incomparable.Las propuestas no se agotan en la pesca. Hay opcio-nes de aventura para todos los gustos, así en el agua como en la tierra: desde trekking y mountain bike hasta cabalgatas, canopy, kayak o rafting, siempre con el majestuoso Parque Nacional Nahuel Huapi como escenario. En la época fría, la nieve se convierte

en protagonista de un sinfín de actividades, incluidas disciplinas de invierno como esquí y snowboard en las pistas del cercano Cerro Bayo. Mientras que durante la temporada estival, la flora y la fauna autóctonas relucen en todo su esplendor y es posible zambullirse en el cálido y cristalino espejo del lago Correntoso, realizar deportes náuticos o simplemente gozar del merecido dolce far niente bajo el sol, sobre la arena volcánica del balneario. El combo irresistible se completa con la exquisita gas-tronomía gourmet de la zona —un festival de aromas, sabores y texturas que acarician el paladar— y con el ancestral ritual del baño turco en el Herbal Hammam & Spa del hotel, que también ofrece masajes y trata-mientos a base de productos naturales de su propio jardín de hierbas. La alternativa ideal para relajarse tras una larga jornada de pesca, después de haber concretado la paradoja de capturar a las truchas más grandes en el río más diminuto.

Se trata, sin dudas, de uno de los secretos mejor guardados de la Patagonia Andina, un sitio que los propios lugareños eligen a la hora del relax, sobre todo en verano.

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Bienestar

/Bi

ojoclinico.net

UN ANTÍDOTO EFICAZCONTRA EL ESTRÉS

TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN

De la mano de disciplinas orientales, los ejercicios para respirar mejor cosechan cada vez más adeptos. Y si bien no serán la panacea que muchos pretenden vender, sus efectos saludables saltan a la vista. Algunas claves para convertir a este proceso orgánico elemental en una potente (y sencilla) terapia de relajación.

Respirar está de moda. El más básico e instintivo de los mecanismos biológicos viene cosechando

miles de adeptos en todo el mundo, que alaban su eficacia como antídoto contra el estrés y la ansie-dad. Sus más acérrimos defensores las consideran la “llave” del bienestar y hasta les adjudican efectos curativos en enfermedades graves. ¿Panacea milagrosa o puro cuento? ¿Revoluciona-rio hallazgo o marketing astuto? Ni una cosa ni la otra. De la mano del auge de terapias y disciplinas orientales como el yoga, las técnicas de respiración ganan terreno a un ritmo vertiginoso. Aunque en ri-gor, la euforia respecto al potencial sanador de esta práctica parece —a juzgar por la evidencia científi-ca— algo exagerada. Polémicas al margen, lo cierto es que su efecto rela-jante está fuera de discusión. Y lo mejor: se trata de una actividad al alcance de cualquiera, que puede llevarse a cabo en todo momento y lugar. Por eso, sin caer en los extremos de sobredimensionarla o subestimarla, vale la pena explorar de qué va el fe-nómeno y cómo se pueden aprovechar sus benefi-cios en nuestra vida cotidiana. “La respiración es el enlace entre el cuerpo, la mente y el espíritu”, sostiene el gurú espiritual indio Sri Sri Ravi Shankar, líder de la fundación que introdujo masivamente el fenómeno en la Argentina y otros países occidentales: El Arte de Vivir. Sus cursos se basan en un patrón rítmico denominado Sudarshan Kriya, que apunta a armonizar los ritmos del orga-nismo y las emociones con los de la naturaleza. Sustentada en estudios que avalan sus venta-

jas, el método —enmarcado

en una concepción holística y dinámica de la salud— ha contribuido a mejorar la calidad de vida de miles de personas. Ejercitar la respiración, coinciden los expertos, proporciona vitalidad, energía y paz inte-rior; contribuye a liberar toxinas y combate el enojo y la preocupación. Estas herramientas, derivadas de una sabiduría an-cestral, pueden resultar un gran apoyo para el mé-dico contemporáneo a la hora de manejar el estrés cotidiano y poner un freno a la vorágine de la rutina. Se trata de técnicas simples y poderosas, fáciles de aprender y de aplicar, accesibles y libres de “reaccio-nes adversas”.

página 33BienestarComunidad de médicos clínicos

AQUÍ, ALGUNOS TIPS PARA PONER EN PRÁCTICA UN MOMENTO LIBRE EN EL CONSULTORIO:

Verificar que el diafragma descienda

y el abdomen se hinche al ingresar el aire a los pulmones (y viceversa); caso contrario, la respiración está

siendo incompleta.

Encontrar una postura confortable para realizar

los ejercicios. Por lo general, se aconseja estar sentado

con las piernas cruzadas o recostado boca arriba.

Inhalar por la nariz y exhalar por la boca,

cerrando los ojos e intentando fijar la atención en el recorrido del aire

y en los movimientos musculares.

Recurrir al asesoramiento de instructores expertos

para incorporar y pulir las técnicas que mejor se adecuan a las necesidades y los deseos de cada uno.

Hacer respiraciones más largas (unos cinco

segundos por cada inhalación o exhalación),

profundas y completas que lo habitual. Relajar los hombros y asegurarse de

mover el estómago hacia dentro y hacia fuera,

sucesivamente.

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La Twittermanía llego al consultorioCuáles son los usuarios médicos más influyentes en la red social del momento.

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· Quién es: Un sitio que rastrea y difunde las últimas noticias sobre medicina.

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· Un tweet: “La lubricación del cartílago de la rodilla después de una operación del ligamento cruzado puede prevenir la osteoartritis”

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· Quién es: Especialista en medicina interna, vive en Chicago y es autora del blog futuredocsblog.com

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· Un tweet: “Smartphones: la mayoría de los médicos prefieren el iPhone; en segundo lugar, BlackBerry”

Twitter, la popular red social de microblogging, constituye una herramienta muy útil para los profesionales de la salud. Por eso, el sitio We Follow identificó a los perfiles médicos más influyentes de la “twittósfera”. Casi todos publican en inglés, pero se pueden traducir fácilmente a través de aplicaciones como Google Translate. Aquí, los primeros cinco del ranking (el listado completo, en www.wefollow.com/twitter/medicine):

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