7/23/2019 Anécdotas maragatas

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Anécdotas maragatas

Una vez contó Paco una anécdota, para mí elocuente de la admiración que su narrativa causaba

entre sus paisanos.

Estaba en un cafetín de San José y a veces allí escribía alo o tomaba al!n apunte, sentado en

un rincón, ante una mesita. En eso se le acercaron dos "umildes parroquianos alo co"ibidos#

uno tenía el sombrero entre las manos y lo "acía dar vueltas despacio, tímidamente. $%&enimos

a pedirle un favor'... Pero no decían m(s que eso. Paco supuso que le solicitarían una limosna,

pero resultó que ese no era el motivo. $%)* cu(l+' $%uerríamos aparecer en aluno de sus

cuentos... si se puede'. -e lo contó Espínola mismo, entre sonriente y emocionado. Supono

que los "abr( "ec"o fiurar. * a propósito de %Sombras sobre la tierra' ocurrió que siendo yo

funcionario !nico, el m(s modesto, de la iblioteca del Prado /a"ora 0urelia &iera1 por atender

fic"as, inventarios, lectores, estadísticas, me robaron dic"a obra. -uy disustado busqué

comprarla, pero estaba aotada. Entonces recurrí a Paco, le conté el "ec"o y le pedí que me

realara un e2emplar para sustituir al prófuo. *a no le quedaba ninuno sobrante, pero me

parece que le pluo el "ec"o, y para consolarme me dio esta e3plicación conciliatoria4 %*... a

veces ocurre que un libro les usta... y lo pelan'. Sí# la e3plicación podía ser buena para el autor,

pero pésima para el bibliotecario.

5yalmar li3en4 6iario Lea, -ontevideo, 78 de diciembre de 9:;;, tomado de

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