andén 69 - malvinas

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año iv julio de 2012 precio: este periódico PARADA OBLIGADA EN LA COMPRENSION DE LA REALIDAD #69 no se vende ilustración por daniel martín - www.dmdesign.com.ar - [email protected] malvinas I una causa latinoamericana

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Periódico Andén – Publicación argentina de análisis y reflexión sociocultural.

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Page 1: Andén 69 - Malvinas

año iv

julio de 2012

precio: este periódico

PARADA OBLIGADA EN LA COMPRENSION DE LA REALIDAD

#69

no se vende

ilustración por daniel martín - www.dmdesign.com.ar - [email protected]

malvinas

I

una causa latinoamericana

Page 2: Andén 69 - Malvinas

sta

ff

plantaestable

maquinistajuan ignacio basso

chanchogustavo zanella

encargado del salón comedorluciano pablo basso

boleterojorge augusto cuello

la que hace sonar la bocinalorena barbosa

guardabarrerasgabriela giambroni

la que se pasó de estaciónmaría belén morejón

la que endereza las víasnatalia lópez

jefe de estaciónhoracio ernesto giambroni

el que no vio la barrera pedro pertusi

los que corren la zorramanuel fontenlafranco dré

el que corta las víasmartín giambroni

la que dice que el tren no tiene que poner guiño para doblarflorencia bellagamba

el que no se quiere bajar del trencésar maffei

los que pintan grafitis en la estacióndaniel martingabriel maffeicleo bouza

las que pasan por abajo del molinetebárbara aguergiselle méndezcarla wainsztok

las que se roban los quebrachosana laura suarez cassinopaula neriviviana montes

los que se dedican a otra cosayanina fotinicolás alejandro miguez

colgados del tren, como racimosgrupo de estudios para la liberación (gel):bárbara agüer, juan ignacio basso, martínforciniti, juan francisco martínez peria,mercedes palumbo, ezequiel pinacchio, soledadramati, tomás rosner y santiago sánchez

caminantes de las vías que se detienen en esta esta-ciónjosé maría maurizio, rodolfo pertusi,eugenia migliori, Yael N. TejeroYosovitch.

boleto

gratarola

2editorial

paso a relatar algún que otro infortunio de la estaciónpasada, fiel a mi prolija labor de detector inclaudicable delerrar ajeno. a pesar de que me han advertido que en esta

ocasión no se trata de una falta, sino que el infortuniotendría origen en el carácter propiamente cosmopolita deesta publicación y su vocación por no abjurar al territorio.así fue que no solo se entrevistó al uruguayo victor hugo

morales en francia y al cordobés walter mignolo en honkkong, sino que en la entrevista al teórico de la red moder-

nidad/colonialidad -publicada en el número 68 de esteperiódico- se reunieron tanto la presentación del primerocomo del segundo. prueba sin más, irrefutable, de la cer-canía ideológica -dijeron algunos obsecuentes-, nostalgiaterritorial -alegaron los más cautos-. lo cierto es que, poruna u otra razón, ahí anda remixado el número dedicado

a la cartografía.

debo destacar la proeza conseguida en esta ocasión,donde lejos de las asociones tan típicas como básicas res-

pecto a la simbología del número 69, los comentarias semantuvieron a raya evitando más profundos y sinceros

augurios...

fede ratas

Existe un lugar en Malvinas donde los argentinos quelucharon por la recuperación de ese pedazo deterruño argentino, fueron enterrados.

En una de las escasas oportunidades que el gobiernoinglés permitió el ingreso de los familiares, padres, her-manos e hijos en conjunto, una madre buscó y buscóincansablemente la tumba de su hijo. No lo encontró, noestá… “¿y ahora qué hago? –se preguntó- me vine hastaacá, tanto viaje, tantos escollos, ¿y ahora qué?”, a lo queotro familiar le replicó “podés rezarle a cualquiera, podésdejarle las flores donde te parezca… todos son tu hijo”.Porque así lo entendemos, lo comentamos; en este nuevonúmero de ANDÉN, Malvinas se hace carne común, semezcla con colores de bandera argentina con un toque desol granate, teñido con ríos de llanto, de bronca, de san-gre, de la turba que se mandó a recuperar, pensando quetal vez se salvaba una etapa de la historia argentina que,desde el vamos, estaba perdida.¿Quien no sueña con ver la Argentina extendida hastaallá ahora que más de 700 soldados se quedaron en elocéano y la tierra malvinense? Es una reacción lógica ynatural que tal vez pueda comenzar a concretarse enobras pacíficas… de intercambio, de tolerancia y proposi-ción.Un niño podrá curarse en Argentina o en Malvinas cuan-do un profesional así lo indique y no siendo tan solo unafrontera que lo defina. La forma de hablar y las costum-bres bien podrían estar escritas, leídas o cantadas, en elidioma del entendimiento, del respeto y la convivencia.Tal vez el reclamo de un pedazo del usurpado territoriopodría ser más escuchado en los foros internacionales sinun dejo de hipocresía, realmente queriendo solucionar yproponiendo, antes de cualquier circo mediático, que nosentrega un gran cantidad de centimil en periódicos confotos descollantes y nada mas que eso.Hace un tiempo un grupo de intelectuales propuso comoestrategia que propugnaba, antes que el conflicto y el ais-lamiento, la integración de las islas. En este sentidopuede pensarse en un intercambio educativo, un hacerlas paces –aunque sea en la educación que a sabiendases casi lo menos significativo para algún que otro sectorde la sociedad- pero que podría generar otros proyectos

que no incluyan fronteras, casi como un isleño esperan-do una botella con mensajes de paz, una paloma que lle-gue volando, o – en estos tiempos modernos- un mail dealguna escuela de frontera. Una permuta comercial, queincluyera productos regionales de ambos lados, permitien-do un canje extenso y productivo podría acelerar tiempospacíficos. La paleta es múltiple, la acción está por verseo por intentarse desde cada rincón de acá o de allá, convoluntad popular sin escándalos o lucha innecesaria. Ahora bien, al proponer una acción concreta por un terri-torio en disputa, uno debe preguntarse las razones quecuenta y observar la pasión con la que estas razones sonargüidas. Si bien en un principio estos puntos parecen seruno y el mismo, resulta también evidente que si nos ate-nemos a las razones la discusión es una –plataforma con-tinental, espacio marítimo, derecho de las tierras que per-tenecían al virreinato al lograrse la independencia- y sinos guiamos por la pasión el punto es otro–ingleses pira-tas, imperialistas, explotadores-. Y entonces surgen pre-guntas del siguiente tipo: ¿puede distinguirse entrepasión y razón en un planteo territorial que los argentinosllevamos a flor de piel?, ¿podemos ser objetivos en uncaso como este? E incluso en un nivel más profundo, mássincero: ¿para qué queremos las islas?, ¿porque quere-mos reivindicar a los 700 pibes que quedaron allí?, ¿por-que los argentinos tenemos una herida abierta?, ¿tan soloporque corresponde, porque es nuestro legítimo dere-cho?, ¿acaso por los “recursos naturales”?, ¿acaso porquesentimos que nos falta lugar, porque la Patagonia nosqueda chica? En este sentido, ¿qué es lo que nos molestamás: no tener las islas o que las tengan los ingleses?Intentar hilvanar un consenso en torno a estos cuestiona-mientos es una tarea imposible en nuestro país, si es quese quiere que el reclamo siga manteniendo la unanimidadque alcanza a la totalidad del arco político (pocos sonefectivamente quienes tienen desinterés por el tema). Espor ello que en este ANDÉN nos aventuramos a indagarqué hay detrás del reclamo de soberanía, cuál es su his-toria, por qué nos afecta tanto y cuáles son las vías queposeemos como pueblo para liberarnos del yugo imperialque aún, hoy en día, continúa ejerciendo su opresión ennuestras tierras.

www.andendigital.com.ar

mar

Page 3: Andén 69 - Malvinas

“Era de noche y los aviones no habían parado desobrevolar durante todo el día. Algunos pasabanrealmente bajo. Cada dos por tres sonaba laexplosión de una bomba. De repente, golpeanfuriosamente la puerta. Agarré a mis hermanitosmenores de la mano, salimos de la cama y nosescondimos debajo de la mesa de la cocina. Tenía-mos 2, 3 y 4 años. En medio de los golpes, se oyóuna explosión y ruido de vidrios. Probablementehabría sido la ventana del living que tuvieron queromper para entrar. De repente cuatro militaresentran con sus armas, buscando, no sé qué. Desdeallí abajo solo llegábamos a verles las piernas”Tardé veinte años en descifrar que estos recuerdos en mimemoria eran tan solo sueño. En 1982 vivíamos con mifamilia en Río Gallegos, Santa Cruz. Fueron tiemposduros para la ciudad, militarizada, con operativos de con-trol y oscurecimiento, aviones sobrevolando, y desde ya,simulacros en los colegios, en el jardín.1

Aún hoy sigue siendo difícil encontrar relatos sobre laguerra. No se conocen públicamente muchas imágenes,historias de vida de los caídos y experiencias de sobrevi-vientes, ni siquiera de otros protagonistas secundarios.Por el contrario, parece que nos hemos acostumbrado aun relato hegemónico (conveniente para escuchar yreproducir), aparentemente sostenido en el silencio.Algunos pensadores afirman que nuestra historia en lasúltimas décadas se ha fundado sobre dos intenciones deolvido, sobre dos silencios (estos contracara de aquellos):los desaparecidos durante la dictadura y la derrota enMalvinas. Sin embargo, esta relación memoria-olvidoamerita un análisis más prudente, ya que como arguyeMario Benedetti parece que “El olvido está lleno dememoria”. El psicoanálisis se ha preguntado sobre el papel delinconsciente en la explicación de olvidos, huecos, vacíosy repeticiones que el yo consciente no puede controlar.La sociología, en el mismo sentido, también hace suaporte. Existen silencios impuestos por temor a las repre-salias posteriores (sobre todo en regímenes autoritarios)y también por propia voluntad de silencio, con el objetode guardar los rastros en lugares difíciles, para cuidar alos otros, para no herir ni transmitir sufrimientos. Ricoeurdenomina “olvido evasivo” al intento de no recordar loque puede herir. A su vez, hay vivencias pasadas que rea-parecen de diversas maneras, pero que no pueden serintegradas narrativamente, a las que no se les puede darsentido. Los acontecimientos traumáticos conllevan grie-tas en la capacidad narrativa, los famosos “huecos en lamemoria”. En este nivel, el olvido no es ausencia o vacío.Es la presencia de esa ausencia, la representación dealgo que estaba y ya no está, borrada, silenciada o nega-da. La memoria implica un proceso activo de elaboración yconstrucción simbólica de diversos sentidos sobre elpasado: la memoria no es algo dado ni fijo, es un lugarde tensión, de luchas continuas, es un campo de dispu-

tas simbólicas de relatos construidos por diversos acto-res. Abordarla involucra referirse a recuerdos, olvidos,narrativas, actos, silencios, gestos, saberes y tambiénemociones. Su tiempo no es lineal, cronológico o racio-nal. Si bien el ejercicio de las capacidades de recordar yolvidar es singular, no ocurren en individuos aislados sinoinsertos en redes de relaciones sociales, en grupos, insti-tuciones y culturas. Esos recuerdos personales estáninmersos en narrativas colectivas, que a menudo estánreforzadas en rituales y conmemoraciones grupales, ycomo esos marcos son históricos y cambiantes, en reali-dad, podemos concluir que toda memoria es unareconstrucción más que un recuerdo. Y lo que noencuentra lugar o sentido en ese cuadro es mate-rial para el olvido. Así, la memoria colectiva y el olvidosocial son intersubjetivos, porque implican un encadena-miento de memorias o de olvidos individuales. Podemos encontrar un sentido coherente entreestos “huecos en la memoria” y el trauma. Laactuación del trauma sirve a menudo como anclaje deidentidad. Se genera entonces una fijación en ese pasa-do y en esa identidad, que incluye un temor a la elabo-ración y al cambio, ya que esto significaría una especiede traición a la memoria de lo ocurrido y lo pasado. Porla misma razón, suele darse una construcción de lamemoria sobre los relatos principales y se reproducenmecanismos de alienación donde otros sectores socialeshacen suyos esos relatos dejando de lado la propia expe-riencia. La repetición puntual de un mismo relato, sinvariación a lo largo de años, atenta también contra lamemoria. Los argentinos tenemos un compromiso ético ypolítico al recrear el pasado. Debemos ocuparnosde una reconstrucción intersubjetiva curadora.Tanto los protagonistas, como la ciudadanía en suconjunto cargamos con las heridas de la dictaduramilitar, de Malvinas y del neoliberalismo. Debemoselaborar lo traumático, encontrar las palabras justas paranarrar nuestra historia, para que el pasado deje de inva-dir el presente, y tan solo lo informe y lo guíe hacia elfuturo que soñamos. En primer lugar tenemos que estar dispuestos a escu-char. Escuchar voces nuevas, diferentes, dolorosas, críti-cas, a veces políticamente incorrectas. Los procesos deexpresar y hacer públicas las interpretaciones y sentidosde esos pasados son dinámicos, no están fijados de unavez para siempre, ya que al contrario de lo que unopodría suponer, el paso del tiempo no los opacan, sinoque los maduran y los reavivan. En este sentido, lasefemérides resultan una oportunidad que los docentesafín con la pedagogía crítica no podemos desaprovechar.Para finalizar volvamos al sueño del principio. Podemos

pensar la sugerencia de Dominick LaCapra, quien propo-ne una concepción de la historia que involucra una ten-sión entre la reconstrucción objetiva del pasado y unintercambio dialógico con él, en el que el conocimientono entraña solamente el procesamiento de información

sino también afectos, empatía y cuestiones de valor. Lamultiplicidad de narrativas permite incorporar la comple-jidad de niveles en el análisis de los mecanismos de tras-posición y descomposición del tiempo que funcionan enla subjetividad. De esta manera, la historia fáctica, de loseventos y acontecimientos que “realmente” existieron seconvierte en un material imprescindible pero no suficien-te para comprender las maneras en que sujetos socialesconstruyen sus memorias, sus narrativas y sus interpre-taciones de esos mismos hechos. En la tensión entre unay otra es donde se plantean las preguntas más sugeren-tes, creativas y productivas para la indagación y la refle-xión sobre nuestra historia reciente.

ESE GRAN SIMULACRO (El Olvido está lleno de Memoria)

Mario Benedetti

“Cada vez que nos dan clases de amnesiacomo si nunca hubieran existidolos combustibles ojos del alma

o los labios de la pena huérfanacada vez que nos dan clases de amnesia

y nos conminan a borrarla ebriedad del sufrimiento

me convenzo de que mi regiónno es la farándula de otros

en mi región hay calvarios de ausenciamuñones de porvenir/arrabales de duelo

pero también candores de mosquetapianos que arrancan lágrimas

cadáveres que miran aún desde sus huertosnostalgias inmóviles en un pozo de otoñosentimientos insoportablemente actualesque se niegan a morir allá en lo oscuro

el olvido está tan lleno de memoriaque a veces no caben las remembranzas

y hay que tirar rencores por la borda

en el fondo el olvido es un gran simulacronadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar

un gran simulacro repleto de fantasmasesos romeros que peregrinaran por el olvido

como si fuese el camino de Santiago

el día o la noche en que el olvido estallesalte en pedazos o crepite/

los recuerdos atroces y los de maravillaquebrará los barrotes de fuego

arrastrarán por fin la verdad por el mundoy esa verdad será que no hay olvido.”

1 El documental “Simulacros de la Memoria” de Gonzalo Zapico,pinta con mucha naturalidad el cuadro.

3opinión

lorena barbosa / [email protected]

“en el fondo el olvido es un gran simulacro nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar… un gran simulacro repleto de fantasmas”

Page 4: Andén 69 - Malvinas

4diálogo

1.- veteranos

ANDÉN: ¿La asociación apoya elreclamo de los movilizados (perso-nal no participante en el teatro deoperaciones)?J. M. M.: Es un tema que nos escapa anosotros porque el hecho de ser consi-derado veterano lo estableció el gobier-no, es quien establece quién es veteranode guerra y quién no. Por veterano deguerra se ha establecido los que estuvie-ron en Malvinas, los que operaron en unradio determinado marino, fuerza aérea.Eso está en la página web del ministeriode defensa. Donde también está el lista-do de todos los veteranos de guerra. ANDÉN: Independiente de la tipifi-cación que hace el gobierno ¿cuáles la postura de la asociación?J. M. M.: Nosotros no apoyamos a los noreconocidos. Tampoco los dejamos delado. Algunos de nuestros socios no loson. Pero no queremos introducir esadiscusión porque la enorme mayoría denuestros socios son veteranos. Y comose ve en los diarios, hay opiniones con-trapuestas con respecto a eso e incorpo-rar ese debate es un problema porquenosotros no tenemos la solución. Lasolución la tiene que buscar esa gentepor vía del gobierno.ANDÉN: ¿Cómo impactó la “desmal-vinización” de la sociedad?J. M. M.: Muy mal. Le leo parte de unreportaje que le hicieron al soldado Pol-tronieri, condecorado con la cruz alheroico valor en combate. Le preguntan:“¿Cómo fue tu vida al volver al continen-te?”, y contesta: “A partir de ese momen-to comenzó otra guerra para mí, y estoyseguro de que para todos los veteranosde guerra también. Eso es algo que noentiendo ni entenderé jamás. ¿Cómo es

posible que nuestros enemigos en Malvi-nas nos hayan reconocido y aquí todavíaestemos luchando por tener un lugardentro de la sociedad?”La Nación argentina lo condecoró, losingleses hablan de él. Pero así como estehay muchísimos casos. Muchos que noson conocidos. Y uno se pregunta cómomuchos dieron la vida y otros arriesga-ron la suya luchando por nuestra patriasin nada a cambio. Cuando terminó laguerra hubo un manto de silencio. Comoquerer esconder “debajo de la alfombra”la pérdida de la guerra. Pero lo impor-tante ha sido la actuación de la gente. Elsacrifico de la gente. En Malvinas sepasó frío, se pasó hambre, tambiénmiedo. En esos 74 días, de noche seacercaban los buques, bombardeaban ycaían las bombas y mataban gente.

Cuando amanecía, se retiraban y apa-recían los aviones y bombardeaban, yeso fue permanente. Y luego los comba-tes. Y hay actos de heroísmo que sonfantásticos en lo que hace al valor. Lesigo leyendo a Poltonieri: “¿Qué sentíasen ese momento de combate?”, le pre-guntan. Y él responde: “En ese momen-to no pensaba en nada, ni en nadie. Sosvos, tus compañeros, y el enemigo quete quiere matar.” Ese valor es difícil deexplicar para aquel que no entiende cuáles la esencia del combate.

2.- la guerra

ANDÉN: ¿Fue una guerra útil para

las fuerzas armadas?J. M. M.: No es una cuestión de utilidad,creo que cuando dos naciones se enfren-tan en una guerra y existen posibilidadesde negociar y aun así se llega a la gue-rra es el fracaso político de dos gobier-nos que enfrentan a dos naciones. Si nohay posibilidad de negociar… no hayposibilidad de negociar. Pero si la hay…En el caso de Malvinas hubo instanciasde negociación, pero se llegó a la guerra.Si se llega a la guerra, y esto es a títulopersonal, no de la asociación, le repito,es un fracaso político de dos gobiernos,porque muere gente. Y del lado inglésmurió más gente de lo que ellos dicen.Por eso mantienen en secreto archivosde Malvinas por 99 años. Antes de la guerra, Malvinas se sabíaporque se lo enseñaba en la escuela.

Después lo sabía un puñado de gentechica del programa de descolonializaciónde la ONU y un puñado de gente chicadel Foreing Office y nadie más. Despuésde la guerra, el tema Malvinas fue cono-cido por todo el mundo. La asambleageneral tomó resoluciones donde obligaa Inglaterra a sentarse a negociar, cosaque Inglaterra se niega. Y los inglesesse sienten presionados por ellos. Eso unhecho. No digo que haya sido útil paranadie. La guerra es mala, es un actoextremo para el ser humano. Yo no creoque a nadie le guste la guerra. Si aalguien le gusta la guerra es porque noestá bien. ANDÉN: ¿Le adjudica algún

gustavo zanella / [email protected]

diálogo con josé maría maurizio, contraalmirante (re), presidentede la asociación de veteranos de guerra de malvinas

Una mañana de frío polar en Buenos Aires, en el centro porteño, Andén va en busca de José María Maurizio, Contraalmirante (RE), veterano de guerra ypresidente de AVEGUEMA, Asociación veteranos de Guerra de Malvinas, quien nos recibe para contarnos sobre el rol de la Asociación -la más grande delpaís-, los valores que buscan mantener y la importancia de Malvinas como hito histórico para la Argentina en más de un aspecto.Nos recibe un hombre maduro, alto, moreno, con una voz acostumbrada a mandar pero siempre respetuosa. De impoluto traje, está sentado en un escrito-rio que no saldría de lo común si a su izquierda no tuviese una enorme bandera nacional colgada de un mástil de madera. Una bandera con el sol en el cen-tro. Atento al frío del exterior ofrece un café. Un hombre, que en el transcurso de la conversación servirá al entrevistado en varias oportunidades de ayudamemoria, nos trae el café ofrecido.

¿Cómo es posible que nuestros enemigos en Malvinas nos

hayan reconocido y aquí todavía estemos luchando por

tener un lugar dentro de la sociedad?

aveguema

ANDÉN: ¿Cuál es el rol de la Asociación?¿Cuántos años hace que están en activi-dad?José María Maurizio: La asociación deveteranos de Malvinas, conocida como AVE-GUEMA, es la asociación con mayor cantidadde socios, cerca de 3000. La particularidad esque está compuesta por todas las fuerzas:ejército, marina, fuerza aérea, gendarmería,prefectura y la marina mercante -o sea, civi-les-. Y de todas las jerarquías, de soldado ageneral. Tenemos nuestros socios distribuidosen todo el país. Hay numerosas asociacionesque son más chicas y que fundamentalmenteson locales, relacionadas con el lugar dondeviven los veteranos. La nuestra no tiene esacaracterística. A nosotros nos reúne el hechode tratar de contener, atender a los vetera-nos. Tenemos nuestra oficina, nuestra páginaweb http://www.aveguema.org.ar/, y cada 2meses publicamos la gaceta malvinense.Atendemos necesidades por ejemplo en elámbito de la salud. Tenemos contactos esta-blecidos con el PAMI, que tiene una secciónde veteranos de guerra que atiende las nece-sidades de los veteranos.ANDÉN: ¿Las tareas que realizan sonsolo asistenciales?No, lo que hacemos cuando nuestros asocia-dos o no asociados -es decir un veterano-tiene un problema tratamos de encaminarlohacia el sector u organismo que puede ayu-dar a solucionar su problema sea de la índo-le que fuera. Proveemos información o loconectamos o depende del caso hacemos lasgestiones. Por ejemplo, tenemos un veteranoque tenía problemas en santa cruz e hicimoslas gestiones para que se lo atendiera allí, enuna brigada. Sean o no socios nuestros. Nopreguntamos, solo basta con que sea vetera-no.

Page 5: Andén 69 - Malvinas

5diálogo

valor a las investigaciones volcadasen el informe Rattenbach? J. M. M.: La verdad es que no sé. Haycosas que se pueden decir con el diariodel día después. Las cosas hay que ubi-carlas en su contexto y en el momento enque se desarrollaron. Y hay cosas que yodesconozco. Si uno piensa que en esemomento la armada inglesa se estaba

desarmando, estaban desarmando unida-des navales y Argentina se armaba y laguerra la encuentra en mitad de un rea-provisionamiento… Bueno, no sé, habráque analizar el tema con elementos de jui-cio del momento. Lo que sí es rescatable,y el informe lo señala, es la actuación delas tropas. Y a eso apunta nuestra asocia-ción. No a la cosa estratégica que es hari-na de otro costal. Los veteranos no eligie-ron ir a Malvinas. Eso fue decidido por otragente. Los que mandaban en ese momen-to. A nosotros nos mandaron a cumpliruna tarea y la tarea se cumplió, la prime-ra parte, el desembarco, de manera impe-cable, donde no se produjeron bajas nidaños a la propiedad de los ingleses. Ydespués la segunda, la defensa. ¿Improvi-saciones? Por supuesto, en una guerranadie está completamente preparado. Porahí no se esperaban que llegara la guerrahabiendo negociaciones de por medio.Pero eso hay que preguntarle a los actoresde ese momento. ANDÉN: ¿La famosa cuestión de losvíveres y donaciones que se enviarondesde el continente y nunca llegaronimplicaron alguna instancia de recla-mo tanto en esa época como inme-diatamente después?J. M. M.: Algunas cosas llegaron y queda-ron en puerto argentino porque no habíamaneras de llevarlas. A los que estaban enprimera línea, que eran la mayoría porqueestaban desplegados en el terreno, eradifícil hacerles llegar las cosas. No llega-ban. Algunas sí, otras no. Donde había

oportunidad. Bombardeaban de noche yde día. Era difícil el aprovisionamiento. Poreso digo que si alguien dice que no tuvofrío, que no tuvo hambre y que no tuvomiedo es porque no estuvo en Malvinas.Se paso hambre, frío y por supuesto quemiedo. El temor existe pero cuando llegael momento del combate uno queda enapoyo de su compañero, de su subordina-

do o de su jefe. Es el máximo esfuerzoque hay más allá de lo razonablementehumano.

3.-tratos y derechos

ANDÉN: Se han denunciado casos detorturas y maltratos por parte de laoficialidad hacia los conscriptos…¿Le merece alguna reflexión?J. M. M.: Lo he escuchado, ha salido enlos diarios. No sé si pasaron o no. Somosmuchos y nadie me ha contado jamásnada de eso. Si existieron realmente nosé. Lo que me llama la atención es quesale 30 años después. Si hubo maltratofuera de la norma militar, y además en uncampo de combate, por qué no lo denun-ciaron… ¿Por qué había miedo por la dic-tadura militar? Sí, pero la dictadura termi-no en el ‘83. Tuvieron el ‘85, ‘88, ’90…¿por qué no lo denunciaron? ¿Sale ahora,30 años después? No tengo explicación ANDÉN: También se han denunciadocasos de torturas y maltratos porparte del adversario, violatorias deconvenios internacionales. ¿Le cons-tan estas denuncias?J. M. M.: Tampoco tengo la información.No digo que no hayan existido, nunca loescuché. No tengo duda de que en el fra-gor del combate a alguno se le haya exce-dido. ¿Pero maltrato? Pero si se acerca auna trinchera el enemigo tira a matar, esees el combate. O me mata o lo mato. ANDÉN: Se lo digo por los maltratosviolatorios a convenios internaciona-

les.J. M. M.: Yo y otros que hemos sido pri-sioneros no me hablaron de maltrato. Unosolo sabe lo que paso en el ámbito en elque estuvo y se entera de lo que le cuen-tan, de eso que usted me dice, no escuchénada. ANDÉN: ¿Cómo fue la vuelta en elmarco institucional y social?J. M. M.: A la gente cuando regresaba sele hacía una revisión médica, se los inte-rrogaba para ver que había hecho, cómohabía sido la guerra para hacer los infor-mes posteriores. Cada fuerza hizo lo suyo.Y después un silencio como si no hubiéra-mos existido. No hubo un reconocimientoal valor y al esfuerzo que hicieron todoslos veteranos. 642 hicieron el máximoesfuerzo: murieron. Y muchos más hicie-ron otro esfuerzo: el solo hecho de estaren la guerra es un esfuerzo tremendo. ANDÉN: ¿No hubo reconocimiento nisiquiera de las jerarquías militaresque gobernaban en ese momento?J. M. M.: El reconocimiento fue que senos nombró veteranos de guerra, hubo undistintivo, un diploma, la medalla del con-greso y después un silencio total. No huboun reconocimiento para esa gente, yvamos siendo grandes, vamos quedandopocos. Por eso nuestra asociación trata dedifundir el tema de Malvinas de una mane-ra positiva: el esfuerzo de la gente, sobretodo de los que han quedado, nos tieneque llevar a usar el ingenio para buscar lamanera de que las Malvinas sirvan parahacer cosas buenas. Los argentinos nosunimos para esa guerra, porque en esemomento nos unimos, y un grupo deargentinos hizo el esfuerzo máximo; quie-re decir que podemos hacer cosas buenas.Esos 642 que quedaron en la tundra mal-vinera y en el fondo del océano nos exigenque agudicemos nuestro ingenio paraencontrar los caminos que nos devuelvanlas Malvinas a nuestra soberanía.

4.- Malvinas hoy

ANDEN: ¿Tiene sentido seguir pen-sando a las Malvinas como parte delterritorio nacional? ¿Eso no significaidentificar tierra con identidad nacio-

nal?J. M. M.: Es así, a nadie se le ocurriríapensar que misiones podría ser de Brasil,es nuestra. Con ese mismo sentimiento lasMalvinas son nuestras. Nosotros luchamospor la soberanía argentina. Los ingleseslucharon por el deseo de los que estabanen Malvinas. Eso es lo que dicen los ingle-ses. Pero ahora, esos deseos de los ingle-ses en 1833 cuando los desalojaron de lasislas no fueron respetados. Fue la fuerzainglesa. La gente que está en las negociacionestiene que encontrar los caminos. Y puedehaber muchos y diversos caminos. Siem-pre cuando uno negocia tiene que ceder aalgo. ¿Qué? No sé, hay que pensar y hayque establecer un contacto, un acuerdo. ANDÉN: ¿Qué le pasaría a usted si depronto lo asaltara la idea de que laguerra fue en vano y la pérdida devidas inútil?J. M. M.: Sería lamentable. Independien-temente que uno pueda estar o no deacuerdo con las decisiones adoptadas.Todo el mundo sabe, los países latinoame-ricanos nos apoyan, en los foros interna-

cionales muchas naciones nos apoyan.Porque como le decía antes, Malvinas pasóa ser conocida en la comunidad internacio-nal después del ‘82 y tenemos un granapoyo. Por eso no creo que haya sido envano. No en vano perdieron su vida los caí-dos. Creo que sería una mancha para loscaídos pensar así, para los que volvimos.Yo fui a arriesgar mi vida y luché por todoslos argentinos, no por mí mismo. Unocumplía con su misión lo mejor que pudode la manera que sabía y en el puesto enel que le tocó ocupar en ese momento.Hubo gente que dio la vida.

* versión completa en nuestra web:

www.andendigital.com.ar

¿Improvisaciones? Por

supuesto, en una guerra

nadie está completamente

preparado

cuando dos naciones se enfrentan en una guerra y existen

posibilidades de negociar y aun así se llega a la guerra es el

fracaso político de dos gobiernos

Page 6: Andén 69 - Malvinas

Comprobé lo difícil que es pensar Malvinas como algo más amplio, anterior o registrable en muchas otras dimensiones diferentes a la bélica cuando bus-cando libros sobre Malvinas en plena calle Corrientes, solo encontré libros de la guerra de Malvinas. Eso me obligaba a un ejercicio ridículo, repetitivo,absurdo. La secuencia se iniciaba cuando yo decía: “Quiero un libro sobre Malvinas pero no sobre la guerra sino algo más amplio, más histórico o ante-rior”. Acto seguido, ante la mirada perpleja de algunos vendedores, el recuento memorístico de los libreros de pura cepa o la búsqueda informática porlos demás, me informaban que todo lo que tenían sobre Malvinas era sobre la guerra.Esto reactivó muchas inquietudes que creía propias de una ignorancia exclusivamente personal pero en una versión más ampliada. Volví preguntándome:¿es que los argentinos creemos que Malvinas es solo (aunque no es poca cosa) una guerra en la que participamos? ¿No tiene una historia previa? ¿Es queno existieron acercamientos náuticos, emprendimientos comerciales, actividad diplomática, argumentos jurídicos, etc.? Sí, Malvinas también (y muchoantes que una guerra) es todo eso. Es por ello que nos proponemos un recorrido por aquellos eventos que la guerra -con su suceder encandilante y lossentimientos/sentimentalismos a los que apela- no nos deja ver y que también son parte de las Malvinas, porque conforman los argumentos histórico-jurídicos que vierte cada parte, Argentina e Inglaterra.

6historia

el descubrimiento

Muchos son losnavegantes que sehan atribuido elavistamiento de lasIslas. A título deejemplo, podemosmencionar desde elmás alejado en eltiempo, casi con-temporáneo al“descubrimiento deAmérica” –AméricoVespucio en 1501/02- hasta el más cerca-no –Jacob Roggeveen en 1721-. Más alláde lo entretenido que resultaría detener-nos en este ítem, reviste una importanciarelativa a la hora de entender las argu-mentaciones de soberanía de los Estadossobre Malvinas. Lo cierto es que sea quienfuere el descubridor, el nudo históricoparece sucederse más adelante.

la colonización francesa y elreclamo español

Los franceses, a través de Luis Antonio deBouganville, ocuparon las Islas en Enerode 1764 desarrollando en ellas una coloniacon unas 150 personas. Cuando España

toma conocimiento deesta circunstancia,protesta ante el ReyLuis XV y Francia,como respuesta,

devuelve en 1766las Islas a las auto-ridades españolas.

Esto es todo unsigno de queexistía un reco-n o c i m i e n t o

internacional res-

pecto a la propiedad de las Islas porparte de España. A cambio de la restitu-ción, España pagó los gastos de la expedi-ción francesa.

la instalación inglesa y su retiro

Mientras tanto, en 1765, Gran Bretañaingresa y se instala en las Islas permane-ciendo sin ser percibido por España hasta1769, año en el que se enfrentan las fra-gatas de ambos países. Como resultadode este enfrentamiento naval, Inglaterraconsidera que su pabellón y con ello, suhonor, han sido ofendidos. Aquí podemosver como la argumentación no se basa enuna invocaciónde derechossino que seapela a un valorde corte caba-l l e r e s c o .España, comosalida inter-media, acep-ta la perma-nencia de losingleses en elPuerto Egmont con la condición deque, salvado su honor, se retirarían.Este retiro se produjo en 1774 peropermaneció como signo de posesiónuna placa en la que sostenían que lasIslas Falkland “son de exclusivoderecho y propiedad” de Jorge III,Rey de Gran Bretaña.

la independencia

España sigue a cargo de la goberna-ción de las Islas durante 44 años(generando un gran desarrollo en activida-des económicas e infraestructura en con-vivencia con la depredación salvaje y clan-destina de la fauna marina por parte de

loberos norteamericanos, franceses eingleses) ya que estas formaban parte delVirreinato del Río de la Plata. En esteperíodo se produce el único ejerciciode soberanía indiscutible y continuo.De allí que, cuando se produce la

Revolución de 1810 España se replie-ga para que sus hombres, armas ynavíos se dirigieran a pelear contra lasublevación. En el momento mismode la Independencia, el EstadoArgentino que se conforma, extiendesu soberanía por herencia sobre lasIslas. Sobre este punto se despliegael argumento de la “adquisición poremancipación”, que significa que, aldividirse el Virreinato, la divisiónpolítica de los nuevos Estados eman-cipados abarca todo aquello que for-maba parte del Virreinato.

la bandera argentina

Desde 1811, las Islas permanecen sinautoridades hasta que en 1820 se enarbo-la la bandera argentina y se realiza -entremúltiples actos de soberanía-, la comuni-cación a los loberos de otras nacionalida-des de que ya no podrían destruir lasfuentes de recursos libremente. Inglate-rra no protesta.

1829un año complicado

Se crea la Gobernación Civil y Militarespecífica de las Islas y se designa en supuesto a Luis Vernet. En este caso, Ingla-terra sí protesta y reclama su soberanía.Cuando Vernet ordena la detención de losloberos norteamericanos (cuya importan-cia venimos intentando resaltar en estebrevísimo relato) se produce una puja depoder/ escaramuza entre la diplomacianorteamericana, inglesa y argentina queculmina con la inva-sión inglesa en 1833de las Islas. Desde1833 hasta 1982, se des-plegarán infinidad derecursos diplomáticos,protestas formales,Resoluciones de la ONU,c o r r e s p o n d e n c i a ,influencia de la Opinión pública internacio-nal, etc. Sin embargo, la ocupación ingle-sa resulta inamovible hasta la actualidad.De esta permanencia surge el argu-mento inglés de la adquisición por la“administración y posesión efectiva eininterrumpida” de la Isla. El puntoque se sigue discutiendo es que laadquisición de la propiedad no suce-de cuando la posesión no es “pacífi-ca” (que sería el caso) en virtud delas múltiples quejas y reclamos, esdecir, en virtud de que la posesiónfue tomada por la fuerza.

1833la ocupación y el gaucho rivero

Como resultado de los problemas paraimponer la sanción a los loberos, Vernetrenuncia pero sus explotaciones

soledad ramati

la mirilla diminuta

Jacob Roggeveen

Luis A. de Bouganville

Jorge III, rey de Inglaterra

Luis Vernet

Page 7: Andén 69 - Malvinas

eugenia migliori* / [email protected]

7actualidad

comerciales en las Islas continúan. Antonio “el gaucho Rive-ro”, peón de Vernet, lidera una sublevación –junto a 7 hom-bres- cuyos motivos detonantes se desconocen: su causapodría haber sido el estado de descontento generalizadoentre los trabajadores, la ocupación inglesa o ambas. Comoresultado, fueron asesinadas 5 personas, entre ellos el admi-nistrador británico de las Islas. Sigue vigente la discusiónsobre si Rivero fue un simple asesino, un patriota o ambas.

los isleños

Desde 1833 se instalaron habitantes ingleses en las Islas(llamados Kelpers o isleños). Esta circunstancia abre la dis-cusión entre dos principios que –en el caso específico- sepresentan como contradictorios. Por un lado, el argumen-to inglés de la “Autodeterminación de los Pueblos”(Resolución 2065 de la ONU), es decir, que como “Pue-blo” tienen el derecho de diseñar sus formas de gobierno, sininjerencia externa. Esto abre un vendaval de preguntas:¿son un Pueblo o son habitantes ingleses que fueron“implantados” en otro espacio geográfico por razonesestratégicas? ¿Se es Pueblo aún si no se cuenta con auto-nomía comercial? Como estas, podríamos enunciar miles depreguntas.Por otro lado, se presenta el argumento argentino de la“Unidad nacional e integridad territorial”, es decir, esuna explicación geográfica que se basa en la unidad de laplataforma marina respecto del territorio continental argen-tino. Este argumento, si bien cuenta con un fuerte respaldoen la Convención de la ONU sobre los Derechos delMar y la Resolución 1514 de la ONU, no resuelve el pro-blema de la presencia ineludible de los isleños.Hasta aquí, un cierto relato fáctico recortado. Por supuestoque dejamos por fuera las empresas comerciales que operancomo influencias constantes; las “aventuras” de ciertos gru-pos, como el “Operativo Condor” –en el que unos 18 jóve-nes peronistas nacionalistas secuestran un avión, lo dirigena las Malvinas para izar allí la bandera argentina y cantar elHimno nacional-; la importancia estratégica; los recursosnaturales en juego, etc. Este “recorte” no intenta ser neutralsino que obedece a cierto objetivo: conocer los argumentoshistórico-jurídicos en los que se lleva adelante la discusión yque suelen permanecer en un segundo plano, a diferencia deaquellos de orden bélico, por demás presentes.Por último, resulta interesante tomar a las Malvinas comoobjeto a través del cual vemos la coincidencia de lógicas másamplias: las lógicas del “daño al honor” invocado por losingleses junto con las lógicas propias de los Estados NaciónModernos de invocación de Derechos, en convivencia conexabruptos bélicos o, por qué no, el uso de la fuerza comoobturación de toda argumentación posible. Aún más especí-ficamente, es posible tomar al tema Malvinas como unaespecie de mirilla diminuta -y por lo tanto injusta para serconcebida como un reflejo automático de la Argentina- porla cual se pueden establecer relaciones y, más que nada,preguntas interesantes que no obtendrán una respuestacorrecta y reciente sino, más bien, respuestas impresas conel carácter de la realidad: múltiple y compleja.

Fiel a una tradición colonialista que no deberíasorprender a nadie, el Reino Unido decidióembarcarse -desde que el MERCOSUR decidiera

en diciembre impedir el arribo de barcos con bande-ra ilegal de las Islas Malvinas a los puertos de susEstados Miembros- en una embestida contra elgobierno argentino y contra todos aquellos paíseslatinoamericanos que adoptaron la causa de Malvinascomo propia. Esta implicó tratar de deslegitimar elreclamo argentino de soberanía sobre el archipiélago,el cual se sustenta en numerosas resoluciones de laOrganización de Naciones Unidas, específicamente la2065 pronunciada durante el gobierno de Arturo Illia.Desde diciembre a esta parte, los latinoamericanoshemos asistido a una sucesión de agravios, torpezasy exabruptos que no encuentran respuesta en los dis-cursos argentinos, sino más bien señales de paz ycordialidad. Más aún, fiel a una tradición de apego alas normas e instituciones internacionales que carac-teriza a nuestro país – y a las democracias de Améri-ca del Sur en general- el gobierno argentino con-testó con altura los infundados reclamos de ungobierno que, en vez de proteger a su pobla-ción de una crisis económica sin precedentes,prefiere mantener colonias de ultramar a másde 12 mil kilómetros de distancia ignorando los pedi-dos de la comunidad internacional e intensificando la,ya existente, militarización en el Atlántico Sur.Este es un interesante punto a analizar. La militariza-ción aquí esbozada no es nueva. No podemos caeren el discurso obvio que se refiere a una mili-tarización repentina e improvisada en el Atlán-tico Sur, que data de muchas décadas pero se for-taleció intensamente a mediados de los años 50 trasla realización del XX Congreso del Partido Comunistaen el cual la entonces Unión Soviética decidió otor-garle una importancia estratégica al Tercer Mundo ya las campañas llevadas a cabo en África y AméricaLatina. La potencia comunista accedió, de estaforma, a bases aeronavales que inquietaron a los paí-ses miembros de la Organización del Tratado delAtlántico Norte (OTAN) quien, con Estados Unidos ala cabeza, fortaleció, a partir de la década del 80, lapresencia de Reino Unido en el área sudatlántica.Esto se constata en el Plan para los Océanos Libres,

documento aprobado por el Consejo de SeguridadNacional, en el cual el gigante norteamericano afir-maba la importancia que revestía contar con el apoyodel Reino Unido para tener, eventualmente, posesio-nes que facilitaran la ejecución de sus planes. De estaforma, Estados Unidos alentaba al Reino Unidoa que mantuviera bajo su soberanía las Islas“Falklands”, Sándwich y Georgias del Sur.La alianza estratégica existente entre Estados Unidosy el Reino Unido tampoco debiera sorprendernos. Ypese a que el gigante del norte se pronunció a favordel diálogo entre los países en conflicto, no podemosolvidar la amistad que ha prevalecido históricamenteentre las dos potencias. En este orden de ideas, lamilitarización del Atlántico Sur también vino dada apartir de la elaboración de planes de contingencia delComando Sur Norteamericano con la reactivación,luego de 58 años, de la IV Flota en el 2008 y suintento por reformar y utilizar siete bases militares enla República de Colombia, una de las cuales (Palan-quero) permitía la operación de aviones modernosque podrían transportar desde helicópteros hastabatallones completos, así como llegar hasta el recien-temente creado Comando Africano sin la necesidadde frenar para cargar combustible. La situación que aquí se presenta además de sercompleja, tiene a varios responsables. A diferencia deotros años, la mismísima presidenta Cristina Fernán-dez se presentó el pasado 14 de Junio ante el Comitéde Descolonización para exigir que el Reino Unido sesiente a negociar con nuestro país. A contramano dela postura pacífica y diplomática de Argentina, y en elmismo momento en que se cumplían treinta años dela finalización de la guerra, arribó al archipiélago elMinistro de Asuntos Exteriores británico para celebrarel “Día de la Liberación” junto a una poblaciónimplantada y un poderoso destructor submarinonuclear que, además de intensificar la presencia mili-tar de potencias extrarregionales en el Atlántico Sur,valida cada vez más la posición argentina.

* Lic. En Relaciones Internacionales (USAL). Candidata aMagíster en Relaciones Internacionales (USAL) y Coordinado-ra de Relaciones Internacionales de la Escuela de Gobierno deArgentina.

a 30 años de la finalización de la contienda entre argentina y el reino unido por la soberanía

de las islas malvinas, sándwich y georgias del sur, la mandataria argentina concurrió al comité

de descolonización de las naciones unidas, mientras que al archipiélago arribó el gobierno

británico para celebrar el “día de la liberación” y un poderoso submarino nuclear que profun-

dizará la militarización en la zona de las potencias extrarregionales

casualidadescada vez menos casuales

gaucho Rivero

Page 8: Andén 69 - Malvinas

8diálogo

ANDÉN: ¿Cómo terminaste en la Gue-rra de Malvinas?Rodolfo Pertusi: Finalicé el colegio en laIndustrial y me tocó hacer el servicio mili-tar obligatorio en la Fuerza Aérea (FA). El7 de enero de 1982 me incorporo en LaPlata, un camión nos llevó a la base aéreade El Palomar, de ahí nos subieron a unavión con destino a Río Gallegos. Para mícomenzaba, como para tantos jóvenesvarones, la colimba. Tenía pensado termi-narla en un año y después ingresar a la

facultad. En el medio se declara la guerra.Como la FA incorporaba muy temprano,los clase ‘63 llegamos a tener una instruc-ción básica, pero el ejército tuvo que con-vocar a la clase ‘62 porque tenían muypocos ingresados (recurrieron a los “másexperimentados”). Nuestra primera misiónluego del desembarco fue rodear la pistade Puerto Argentino con 9 cañones antiaé-reos, en uno de esos -con tres o cuatrosoldados de asistente de pieza cada uno-

estaba yo. Llegué a las islas el día delcumpleaños de mi hermano - 3 de abril -y festejé mis 19 el día 28 de ese mes. ANDÉN: ¿Y cómo era la vida cotidia-na?R. P.: Hubo un antes y un después del 1°de mayo. Antes teníamos comunicaciónnormal, comíamos muy bien, hacíamoscarne asada, teníamos leche condensada,mantecol (que era muy demandado),comida enlatada, no enlatada, mate, tor-tas fritas. Estábamos en carpa, como si

estuviéramos de camping, no habíamucho movimiento. A partir del 1° tuvi-mos nuestro bautismo de combate. Fue eldía más largo de mi vida: empezó a las4:40 y terminó a las 6 de la tarde (y aúnpersistió durante la noche). Fueron unasucesión de bombardeos de aviones y debarcos, como para hostigar a las inmedia-ciones del aeropuerto. Luego llegaron losnuestros y fuimos un poco espectadoresdel enfrentamiento en el aire. Fue sorpre-

sivo y duro, recuerdo que podíamos ver elaspecto de los pilotos, que pasaban envuelos rasantes, buscando objetivos. Losataques de los días siguientes fueron dife-rentes: los bombardeos eran a gran altu-ra, en los horarios de las comidas. Losbombardeos de los barcos de noche, eranmuy terribles porque lo único que podía-mos hacer era rezar para que no nos caye-ran en la cabeza. ANDÉN: ¿Cuál creés que era el gradode profesionalismo militar?R. P.: Tenemos que hacer una distinciónentre las tres fuerzas: FA, Ejército y Mari-na. Nuestros cañones los dirigían los mili-tares de carrera, nosotros éramos asisten-tes, evitábamos que se trabaran las cintas.Nuestro entrenamiento era la de un par demeses en simulacros en Gallegos, y el delos profesionales era el misma pero unpoco más de tiempo. Luego había de todo,el Regimiento 7 y el BIM 5 de la Marinapor ejemplo, tuvieron un papel destacadosin recursos materiales. Hubo altos jefesque no estuvieron a la altura de las cir-cunstancias y otros que por el contrarioluchaban a la par de sus soldados, hastaque la superioridad británica se hacíaincuestionable. ANDÉN: ¿Vos por qué peleabas? R. P.: Yo fui porque me tocó. A ver, uno

obviamente tiene un sentimiento hacia loque es propio, más allá del contexto polí-tico. Por una cuestión de sobrevivenciatratábamos de hacer las cosas lo mejorposible y nos alegrábamos cuando habíaun éxito parcial, pero no era “ese senti-miento”… no sé cómo expresarlo, es deli-cado decirlo. Había otros compañeros quetenían una mayor compenetración con elhecho de estar combatiendo. La realidades que muchos de los que estábamos ahídeseábamos que terminara cuanto antes,de cualquier manera. Cuando me fui de lasIslas, un poco antes de la rendición (porun relevo inexplicable que se hizo), a míme alegró mucho; me iba al continente yse acababa la incertidumbre de no saber siése era el último día de mi vida. ANDÉN: ¿Considerás que las pelícu-las sobre el tema reflejan lo que efec-tivamente pasaba?R. P.: Abusos había. Hambre y frío, tam-bién. No quiero quitarle significación, nimucho menos, pero tenemos que ponerloen términos relativos, no podemos gene-ralizar. Hubo torturas y eso fue gravísimo,pero la forma en que estas películas loabordan, ofende a muchos. No gusta laidea de “los chicos de la guerra” muertosde miedo, frío, incapaces de defenderse.Mi experiencia no implicó un contacto

lorena barbosa / [email protected]

diálogo con rodolfo pertusi, ex combatiente de chascomús

En abril de 1982 vivía con mi familia en Río Gallegos, Santa Cruz. Con casi cinco años, recuerdo que se debían oscurecer las ventanas de las casas con man-tas, llevar al jardín de infantes una muda de ropa en la bolsita por si la guerra se extendía al continente y los simulacros. Las señoritas poniéndole unacuota lúdica, al toque del timbre, nos hacían formar y ocultar rápidamente debajo de las mesitas. A mis jóvenes padres (Liliana Biacchi y Virgilio H. Barbo-sa) les preocupaba especialmente un soldado oriundo de Chascomús, que estaba haciendo el servicio militar allí cuando se declaró la guerra: Rodolfo Pertu-si. Rodolfo fue integrante del Escuadrón de Artillería Antiaérea destacado en el aeropuerto de Puerto Argentino, uno de los lugares más abatidos por el fuegoenemigo. Fue trasladado en un Hércules C-130 el día 3 de abril y junto a otros soldados estuvo a cargo de 9 cañones de 20mm de defensa antiaérea duran-te 70 días. Destruir la pista era vital para los británicos, ya que constituía el único enlace físico de las fuerzas argentinas con el continente. Desde el 1° demayo, los aviones Sea Harriers la atacaban tres y cuatro veces por día, mientras las fragatas bombardeaban todas las noches. A pesar de que la pista, talcomo la describían, parecía un colador, siguió operando hasta la última noche. Me han contado que cuando terminó el conflicto mi padre fue a la base aérea a buscarlo y luego de algunas idas y vueltas, ya pudieron celebrar su regreso,y la vida. Recuerdo a Rodolfo antes y después del 2 de abril jugando con nosotros en casa y que a mi hermana menor Carolina y a mí, la presencia de unjoven de 18 años nos había provocado una suerte de pudor que nos condicionaba un poco a la hora de hablarle. 30 años después, me recibe en su estudio de arquitectura en Chascomús, en la casa donde viviera de joven. En la biblioteca tiene fotos de la guerra, una encasa vestido de soldado, y un par de proyectiles que se trajo escondidos. Ha participado en política desde que empezó a estudiar en la Facultad de Arquitec-tura (UNLP), ocupó una banca en el Concejo Deliberante de Chascomús y otros cargos en la Municipalidad. Actualmente es Secretario de Planificación yDesarrollo. Mate de por medio, comenzamos el diálogo.

“Tenemos una misión constante de tratar de que la gente no

se olvide de Malvinas. Es lo menos que podemos hacer por

los 649 que dejaron su vida allá…”

Page 9: Andén 69 - Malvinas

9diálogo

cuerpo a cuerpo con el enemigo, estába-mos a metros de la pista y teníamos lasuerte de acceder fácilmente a la comida,recibir cartas. Los que estaban en elcampo, no tenían estas ventajas, ni tam-poco disponían de tiempo de sosiego paracomer. La situación cruenta de riesgoextremo y temor no te dejaba pensar encomer, sino solo en sobrevivir. Estaban losque lloraban y se morían de ganas de tre-parse al primer avión que llegara, asícomo aquellos totalmente compenetradosen arriesgar su vida y en entregar todo loque tenían.ANDÉN: ¿Cuáles son tus memoriasmás vivas de Malvinas? R. P.: En lo personal no soy muy memo-rioso, así que juntarme con ex combatien-tes me ayuda mucho. Recuerdo la vida enMalvinas porque fuimos haciendo una ruti-na vinculada a nuestros objetivos en lapista, muy estática y repetitiva. Al ver a unpiloto inglés que pasó a mucha velocidad,paneando con su cabeza, buscando alobjetivo, pensé: “Este tipo labura de mili-tar, no creo que sea un asesino, segurotenga familia, amigos y hasta quizás estérenegando por haber tenido que veniraquí, o no”. Estaba de todos modos bus-cando reducirnos o eliminarnos, al igualque nosotros a ellos, y me parecía un dis-parate.Recuerdo el suelo húmedo, como la arenamojada en el mar, poca vegetación,mucha piedra y el viento. El sonido de losaviones y las sirenas me llevan a Malvinas(me remonta al momento crucial de laalarma de alerta roja, ataque inminente,que indicaba que teníamos que dejar todopara ir a un lugar seguro). Los recuerdosmás fuertes en el continente son mismeses en la colimba y algunas amistades,con quienes aún tengo fuertes vínculos. Lo curioso en nuestro caso fue quecomenzamos la colimba, fuimos a unaguerra, volvimos y la tuvimos que termi-nar; mi baja fue en octubre de 1982.Nosotros juramos defender la patria con lavida el 9 de julio, después de que ya lahabíamos defendido. La sensación máslinda fue el 12 de junio a la noche, cuan-do regresé en el Hércules, para mí sehabía acabado. Era una noche horrible,

fría, oscura, pero hermosa. No sé si a laspocas horas o al día siguiente, apareció tupapá a interiorizarse sobre cómo estabayo, a pedido de mi viejo. Los días de fran-co, cuando mis compañeros se iban acabaretear o a un boliche, yo me quedabaa dormir con ustedes y encontraba el calorde hogar. ¿Qué opinas de la “desmalviniza-ción”? Malvinas, tanto en la memoria de losargentinos como en los veteranos, tienecurvas. A veces van juntas y a veces no.He discutido con compañeros porque nocreo que la “desmalvinización” haya sidoalgo intencionado del primer gobiernodemocrático. Los mismos ex combatientesy veteranos no nos abríamos (por losmotivos que fueran), y a su vez, la socie-dad le puso el sello de “acción especulati-va de la dictadura”. Decir Malvinas eramala palabra. Para un ex combatiente eratan difícil conseguir trabajo como para unex convicto. Aquí mismo en Chascomús,los reconocimientos se hacían de acuerdoa la afinidad política, por ejemplo, duran-te el gobierno de Fernandino (PJ) yo eraempleado municipal y miré un acto deMalvinas desde la ventana. Fíjate que elCECIM (Centro Ex Combatientes Islas Mal-vinas) fue auspiciante y coproductor de lapelícula Iluminados por el Fuego, y hacertanto hincapié en las torturas que existie-ron, en la teoría de los dos enemigos (ladictadura e Inglaterra), nos deja en unplano de víctima total. Hay proyectoslegislativos que asimilan en la noción de“víctima” tanto a los desaparecidos de ladictadura como a los veteranos. En el otroextremo tenemos a quienes creen que fueuna gesta heroica y que meter la políticaen el medio es algo sucio. ¿Qué opinión tenés sobre la políticade Malvinas que tiene el gobiernonacional?Algunas cosas me parecen muy interesan-tes e importantes y otras creo que sesobreactúan. Buscar el acompañamientode los países de América Latina me pare-ce bárbaro, no dejar de hablar de Malvinasen cualquier foro aunque moleste, meparece fantástico. Ahora, hay algunas queson excesivamente simbólicas, como la

medida de que no atraquen barcos conbandera inglesa en los puertos argentinoso la frecuencia de viajes desde Ezeiza. Lasobreactuación no ayuda al debate, alcontrario, lo simplifica. Creo que hay queprofundizar en explorar otras alternativas,no creo que puedan sentarse ambos paí-ses a dialogar, son dos posiciones irreduc-tibles. Hay que buscar terceros, que seinteresen, se expidan, que tomen posi-ción… la ONU tiene que tomar postura.Como se hizo con la cuestión del Canal deBeagle, necesitamos una mediación inter-nacional. ¿Cuál crees que debería ser la postu-ra de la sociedad frente a Malvinas?Como te decía recién, la sociedad tambiénfue partícipe en la “desmalvinización”. ElBIM5, cuando volvió a Río Grande entródesfilando, ovacionado por la gente, peroal Regimiento de Infantería 7 (que sehabían rendido en la Batalla de MonteLongdon) lo escondieron y guardaron paraengorde. Luego tenes otros como yo que

volví caminando por la calle Libres del Surcomo si nada, el 17 de agosto de 1982 conmi uniforme, aún hacía la colimba y nin-guno de inteligencia me seguía para verqué decía. Un grupo de mujeres compro-metidas con el tema habían organizado unhomenaje, pedí permiso para asistir y melo dieron. Recuerdo que alguien me pal-meó y me dijo: “¡Uy! ¿Qué hacés? ¿Cómoandás? Pensé que habías muerto.” Porsuerte estaba equivocado. El día que salíamos hacia Malvinas escu-chaba en la radio a la gente excitada y avi-vando a Galtieri en la Plaza de Mayo y fes-tejando el desembarco, y a pesar de queyo en ese momento tenía muy poca for-mación política, me parecía muy descabe-llado e inexplicable lo que sucedía. Otrodía estaba en la trinchera, escuchando unpartido de fútbol del Mundial en España,para distraerme un poco y pensaba en lacantidad de gente que estaba pendiente

de lo que le pasaba a la selección argenti-na y se olvidaba de nosotros, cagándonosa tiros. Si yo hubiera estado en BuenosAires, me hubiera manifestado en contrade jugar el Mundial: estábamos de luto, enuna guerra, teníamos 5000 ciudadanospeleando. Creo que los silencios posterio-res, el tirar la “basura debajo de la alfom-bra”, tuvo que ver con una suerte de sen-timiento de culpa de la sociedad, porhaber sido partícipes al darle carta libre ala Junta. ¿Condicionó la guerra tu futuro? En algunos aspectos, no. Pensaba estudiararquitectura y cuando volví pude hacerlo.Hubo compañeros que la pasaron muchopeor, que la experiencia en las islas real-mente los limitó en muchos sentidos. Porotro lado, sí. Digamos que lógicamenteme marca el presente. Te replanteás quehacés en la vida para evitar estos hechostan desafortunados. La militancia es pro-yectar este interés de que no se olvidende Malvinas. Conocí a los veteranos y ex

combatientes de Chascomús, en esehomenaje en agosto. Luego, poco a poco,nos fuimos uniendo más. Tenemos unamisión constante de tratar de que la genteno se olvide de Malvinas. Es lo menos quepodemos hacer por los 649 que dejaron suvida allá, se lo merecen (y los que murie-ron después). Al principio el silencio, peroluego de los veinte o veinticinco años, lasasociaciones de veteranos empezaron aorganizarse más, a hacer monumentos,visitar escuelas y contar nuestras histo-rias. En ese homenaje también conocí ami actual mujer, así que quizás ahí tam-bién haya algún condicionamiento (risas,su mujer Silvina se sumó con nosotros a lamitad de la entrevista).¿Volviste alguna vez a Malvinas?No, pero pienso viajar pronto.

* versión completa en nuestra web:

www.andendigital.com.ar

“Hubo altos jefes que no estuvieron a la altura de las circun-

stancias y otros que por el contrario luchaban a la par de

sus soldados”

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10descolonialidad

Desde hace más de una déca-da, en América Latina seabrió una brecha intelectualrespecto a la ideología domi-nante del neoliberalismo.

Vieron la luz nuevos aportes desde distin-tos puntos del subcontinente, mientrasalgunos pensadores latinoamericanosradicados en Europa y Estados Unidosproducían en sintonía con sus pares de laregión. Una de esas nuevas contribucio-nes la constituyó, sin lugar a dudas, elprograma Modernidad/Colonialidad/Des-colonialidad (de aquí en adelante: desco-lonialidad). Dentro de esta propuesta, la originalidady la novedad se constituyen como ele-mentos que no niegan los aportes másimportantes del pensamiento crítico lati-noamericano, sino, al contrario, intentanrecuperarlo y actualizarlo. En tal sentido,la preocupación principal que atraviesa atodos los pensadores y da una cierta uni-dad a la red, lo constituye el problemadel eurocentrismo, ya sea a nivel econó-mico-político o cultural-epistémico. Porello, tanto la teoría de la dependencia,como la filosofía de la liberación o el pen-samiento nacional, todos ellos con susparticularidades, constituyen fuentes endonde abrevar para encontrar respuestasa los interrogantes y problemas de Amé-rica Latina. En primer lugar, de la teoría de la depen-dencia los descoloniales reinscribieron latemprana crítica al desarrollismo y al pro-pio concepto de “desarrollo”, realizadadurante la década de los ’60. En momen-tos en donde las potencias hegemónicasimponían una idea universal y unívoca delo que significaba ser un país “desarrolla-do”, e instaban a la aplicación de diferen-tes recetas pre-establecidas para lograrese estadio perfecto, los dependentistasreabrieron las nociones de “centro-perife-ria” y “dependencia” que algunos pensa-dores nacionales ya habían acuñado unos

años antes, para describir las desigualda-des del sistema mundial. De este modo,observaron que desde el centro se nega-ba la validez de cualquier programaeconómico alternativo atento a las pecu-liaridades regionales (es decir, la posibili-dad de crear una noción vernácula de“desarrollo”, de recorrido y destino pro-pios). En caso de haberlo, se lo conside-raba una consecuencia del “atraso”. Mien-tras tanto, los países centrales propicia-ban mecanismos de dependencia quemantenían a los periféricos en situaciónde subordinación, o sencillamente perpe-tuaban su dominación colonial, tal comosucedió hasta bien entrada la segundamitad del siglo XX para el continente afri-cano, y hasta nuestros días en el caso delas Islas Malvinas y del Atlántico Sur. . En segundo lugar, esta crítica a la idea dedesarrollo en un sentido económico, posi-bilitó que también a nivel cultural secuestionara la validez de los “universales”impuestos y la visión unilineal del tiempo.Aquí surge, entonces, una “filosofía de laliberación” latinoamericana, en la cualtambién se inspirarán los descoloniales.La idea de países “avanzados” por unlado y “atrasados” por el otro, justificabala postulación imperial de un “tiempoúnico”, en donde el presente era Europay Estados Unidos, y América Latina ape-

nas el pasado. De acuerdo a la filosofíade la liberación, la dominación ejercidadesde el centro, la dependencia, ya no

estaba configurada solamente en los tér-minos de un mecanismo económico, sinotambién en el ámbito del conocimiento,del saber y del ser. Por lo cual, la tareasen pos de la liberación debían ir más alláde las inicialmente planteadas por loseconomistas. Aquí también caben, entonces, los apor-tes del pensamiento nacional, atento a lanecesidad de desagregar las falsas dico-tomías del paradigma de pensamientoeurocéntrico, cuya tradición más preclarase encontraba en la disposición sarmienti-na del problema de la civilización y labarbarie. De manera que el rescate delas tradiciones populares y locales deresistencia a los proyectos oligárquicosfue uno de los trabajos más importantesde los pensadores de tradición nacional.La lógica de “civilización” (Europa) versus“barbarie” (América Latina) encerrabaentonces una operación de desvaloriza-ción de la historia y el pensamiento pro-pios, y conducía inevitablemente a lanecesidad de seguir los mandatos impe-riales de las potencias centrales. Anteesta lógica reduccionista, el problema deAmérica Latina podía pensarse de otromodo sosteniendo que la alternativa eraentre lo nacional y lo colonial. Inspirándose en esas importantes ver-tientes del pensamiento latinoamericano,

la descolonialidad propone prestar aten-ción a ciertos conceptos que permitananalizar los problemas más acuciantes de

la actualidad y las probables vías pararesolverlos. En este sentido, un primeraspecto importante es la formulación delconcepto de “colonialidad” como la con-tracara de la pretendida “modernidad” delos países centrales. Así, se intenta darcuenta de la existencia, aún hoy, de unamatriz de poder mundial que funcionacon parámetros coloniales, aún en plenosiglo XXI, y que atraviesa diferentesámbitos de existencia social, a niveleconómico, político, cultural, etc. Lanoción de “colonialidad” excede concep-tualmente la idea de colonialismo, ya quepretende captar no solamente el fenóme-no de control y dominación política direc-tos de las colonias por parte de laspotencias europeas, sino la existencia deuna estructura que perpetúa la situaciónde dominación una vez que la relacióncolonial formal ha desaparecido. Por otraparte, la idea de “diferencia colonial”remite, al mismo tiempo, a los mecanis-mos epistémicos que, sobre la base decriterios colonizadores, racistas, clasistasy de género, tienden a clasificar peyorati-vamente a los diferentes países, poblacio-nes, culturas. La diferencia colonial resul-ta el lugar concreto en donde la coloniali-dad opera, en donde aplica, en dondedeja sus efectos: la interiorización de unimaginario eurocentrado, en donde algu-nos valen más y otros menos y en dondela violencia de los civilizadores está justi-ficada por la culpabilidad del bárbaro. Lo cierto es que buena parte del pensa-miento político de la descolonialidad haestado y está en diálogo con otras filo-sofías críticas de la modernidad. Nosreferimos, específicamente, a muchos delos pensadores posmodernos occidenta-les, y algunos de los llamados “poscolo-niales”. En este sentido, los riesgos deasumir buena parte de las críticas posmo-dernas como propias estriban en la posi-bilidad de una nueva importación dematrices culturales colonizadoras,

santiago sánchez / gel / [email protected]

un problema a resolver

una vez superado el colonialismo, la colonialidad sigue operando en los países dominados. para lograr una verdadera liberación esnecesario recorrer los condicionamientos que nos afectan y generar nuevos lugares de enunciación, que se apoyen en las problemá-ticas estrictamente suramericanas

¿qué pasa cuando pensamos en la américa latina? ¿debe

esta región descartar sin más la categoría de estado-nación

para pensar en un proyecto de liberación sólo porque esta ha

sido un producto de la modernidad?

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aceptando una moda intelectual o sim-plemente un arsenal teórico que en elmejor de los casos fue pensado paraotras realidades y desde otros lugaresepistemológicos. Así, haciendo demasiadoénfasis en una idea global y difusa de“colonialidad” existe siempre el peligro depensar en un imperio mundial que noreside en ningún lado, es imaginario. Osea, de no prestar suficiente atención al“lugar de enunciación”, es decir, al lugarconcreto desde el que se elabora el pen-samiento, que no debe pasar por neutraly universal, en tanto posee objetivos,medios y fines particulares, y que, enotras palabras, tiene sus condicionesespecíficas de producción. Un ejemplo concreto puede proponerseen torno al concepto de “estado-nación”,ya absolutamente deslegitimado desdelas filosofías posmodernas, caracterizadocomo proyecto elitista y artificial de laburguesía occidental. Sin embargo, ¿quépasa cuando pensamos en la AméricaLatina? ¿Debe esta región descartar sinmás la categoría de estado-nación parapensar en un proyecto de liberación sóloporque esta ha sido un producto de lamodernidad? El romanticismo pasa porser un mal del ideario nacionalista, pero,claro, siempre siguiendo los cánones delpensamiento europeo. En cambio, si reu-bicamos nuestro propio lugar de produc-ción de conocimiento en el centro denuestro pensamiento, explicitando el par-ticular locus enuntiationis sudamericanodesde el cual estamos elaborando unanálisis, podremos reconocer que losestados-nacionales, con ser un artefactode la modernidad occidental no dejan deser susceptibles de reapropiación e ins-trumentalización en pos de un proyectode liberación latinoamericano.Esto, a su vez, mantiene una estrecharelación con otro problema: el escepticis-mo radical respecto al concepto de “pue-blo”, cuya formulación más evidente ha

sido la de que los subalternos no podíanrealmente “hablar”, y por lo tanto, desa-rrollar un proyecto político autónomo res-pecto a las clases dominantes. Distinciónanalítica de claros atractivos, pero quecomo Medusa, reduce a una humanidadde piedra a todo proceso emancipador

habido sobre territorio americano. Aldenunciar el carácter monista de la defi-nición moderna de “nación” y de “pue-blo”, algunos intelectuales del TercerMundo se apresuraron a tirar el niñojunto con la ropa sucia, sin pensar en lacapacidad constructiva e inclusiva conque esa categoría fue utilizada en dife-rentes momentos de la historia. Cierta-mente, esto no sirve como panegírico deun uso elitista de la idea de “nación” o“pueblo”. Por el contrario, exige un con-traste histórico entre las categorías analí-ticas y su capacidad para comprendermovimientos emancipadores tales comoel de la negada revolución de los negroshaitianos (la primera independencia lati-noamericana), la revolución de TupacAmaru y Tupac Catari en el Alto Perú afines del siglo XVIII (cuyos estertorespudo incluso apreciar Castelli en su cam-paña altoperuana de la independencia),el ideario americano de San Martín y

Bolívar, e incluso, más adelante, los movi-mientos de los pueblos del Interior de lasProvincias Unidas del Río de la Plata quese encontraban detrás de los diferentescaudillos. La negación de una determina-da idea de “pueblo”, “sectores populares”o incluso el tamiz popular de la idea de

“nación”, bajo la cual pueden coexistirrealidades heterogéneas, estuvo signadapor la paralela sospecha y negación detoda operación de carácter “identitario”que ofreciera una posibilidad de ampliarel rango de lo “nacional”, actitudes típicasdel estado de la cultura europea del sigloXX. Sin embargo, la reinvención de iden-tidades menores, en donde la propuestapolítica de liberación estuviera atomizaday reducida al conflicto por el mero reco-nocimiento (en la desigualdad) estuvo ala orden del día durante el período deauge neoliberal en América Latina. Elproblema, entonces, radica en la posibili-dad de terminar reproduciendo los luga-res comunes de un pensamiento new-age, avalando en realidad una políticaextremadamente conservadora, que nie-gue la necesaria y factible capacidad dearticulación y reunión de numerosasdemandas provenientes del heterogéneocampo de los sectores populares en un

proyecto mancomunado. En todos estos aspectos, y en muchosmás, la descolonialidad puede llegar aencomendar su perspectiva sobre lacuestión nacional a otras corrientes depensamiento contemporáneo, descuidan-do -por otra parte importante- su pro-nunciación respecto a la geopolítica delconocimiento. Pensando desde un paísdel tercer mundo, de la periferia, someti-do al colonialismo, como Argentina,¿puede ser justo o legítimo para el pro-yecto de liberación un reclamo enmarca-do en la problemática tradicional delestado-nacional? ¿Puede el problema dela colonialidad, inherente también a lahistoria del estado argentino, borrar elhecho colonial de usurpación? ¿O acasoes lo mismo cualquier estado, centro operiferia, desarrollados o atrasados, civili-zados y bárbaros? ¿En la demanda por larestitución de un determinado territorio,cuyo retorno al estado significaría la posi-bilidad de un aumento de los recursosdisponibles, y por tanto, del bienestar lapoblación, no se encuentra ya en marchala posibilidad de una confluencia políticaque siente las bases para un proyecto deinclusión de todos y todas? ¿En la posibi-lidad de considerar la presencia inglesaen el Atlántico Sur una amenaza paratoda la región Sudamericana no estáoperando ya una articulación de proyec-tos de los diferentes países de esaregión, que desafía los preconceptoseurocéntricos de los países centrales res-pecto a los periféricos? Minando nuestraconfianza en que así es, estamos, de otraparte, también negando la confianza enla posibilidad del “estado”, en la posibili-dad del “pueblo”, y en la posibilidad delos proyectos políticos como los de Boli-via, Ecuador, Venezuela, e incluso de una“Patria Grande”, sin dudas todos ellosconstruidos sobre esas categorías, comopiso, seguramente, pero nunca comotecho.

11descolonialidad

el problema, entonces, radica en la posibilidad de terminar

reproduciendo los lugares comunes de un pensamiento new-

age, avalando en realidad una política extremadamente con-

servadora, que niegue la necesaria y factible capacidad de

articulación y reunión de numerosas demandas provenientes

del heterogéneo campo de los sectores populares en un

proyecto mancomunado

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12opinión

2012

El Gobierno, a través de la AFIP, tomanuevas medidas orientadas a evitar lacompra de moneda extranjera. Una partede la población vuelve a ponerse cada vezmás nerviosa. Son los mismos que, en el2002, compraron dólares a cuatro pesos ymedio para proteger sus ahorros, porquecreyeron que, ese fin de año, la escaladaiba a llegar a los diez pesos.Pero no se cumplió el pronóstico de susprofetas económicos. Ocurrió que, luegode ir bajando hasta los tres pesos, empezóa subir muy lentamente hasta,recién diez años después, llegar al mismovalor nominal al que lo compraron. Se jac-taban de guardar sus billetes “en elcolchón”. Hoy también lo hacen.Antes, porque su confianza en los bancosse esfumó. Ahora, no creen en un estadoque, según ellos, todo lo hace para des-pojarlos de sus pertenencias y libertades.Son los mismos que antes sí confiaron enel sistema financiero, al dejar en manos delas AFJP sus futuras jubilaciones. Losrecuerdo hacerse los vivos frente a quie-nes preferían continuar aportando al siste-ma solidario de reparto. Una cantidad deellos, nada despreciable por su número,votaron en el 2011 por Duhalde, aquel quecomo presidente provisional siguió lasórdenes del Fondo Monetario Internacio-nal en la derogación de la ley de subver-sión económica, para dar impunidad a losbanqueros. Pero ellos, seguramente, nosabían qué temas se debatían en el Con-greso. Tal vez llegaron a enterarse quedurante la sesión de la Cámara de Diputa-dos en que se trataba otro mandato de losOrganismos internacionales del ordeneconómico, la modificación de la ley dequiebras, la legisladora Alicia Castro,actualmente embajadora ante el ReinoUnido, se dirigió hacia el estrado del pre-sidente de la Cámara, Eduardo Camaño, y

colocó una bandera de Estados Unidosdiciendo: “Si el Congreso se va a limitar aser la escribanía del Fondo MonetarioInternacional, sugiero que los responsa-bles sean honestos y arríen la BanderaNacional y procedan a seguir legislandobajo esta bandera”. Esto provocó reaccio-nes agresivas de parte de varios pejotis-tas, sobresaliendo en los insultos la enton-ces diputada Mónica Arnaldi, esposa delintendente de Merlo, Raúl Othacehé.Es común escuchar que muchos políticosse salvan, a la hora de las elecciones o dela búsqueda de salvadores, por la falta dememoria que tiene mucha gente. Pero nopuede haber memoria si ni siquiera hayintención de registrar algo. Solo así puedeentenderse, por ejemplo, que quienes fes-tejaron la venta de YPF en los noventa,ahora sean aplaudidos, como a líderes deuna revolución, por estatizar parte de lamisma empresa.Pero volvamos a los asustadizos compra-dores de dólares, los conozco, dan lásti-ma. Son los típicos que dicen “este país demierda”. No hacen falta más precisiones.Hace tiempo que sus histerias provocanmayores desgracias. Reaccionan según loque pasa con su quintita, pero suelenequivocarse hasta en cómo defenderla.Ellos llaman al verdugo que, después, nostortura a todos.Tengan cuidado, Señores. Las sensacionesno suelen ser buenas consejeras.

lo que nos lleva a 1982

Uno de los problemas más graves paraentender lo que ocurre, es la insistenciaen ver la actualidad en partes desconecta-das entre sí, separadas también del pasa-do. Tampoco en aquellos días tan trágicosdejó de haber un sector de la poblaciónque se manejaba interesándose sólo porellos mismos, como siempre ocurre.

Tomemos sólo algunos datos de ese perío-do, hace treinta años.Cuando Galtieri, con el “OK” deEEUU, llegó a la presidencia reemplazan-do a Viola en diciembre del ‘81, su candi-dato a ministro de economía fue Krieg-ger Vasena. Antecedentes: ministro deHacienda de Aramburu y de economía deOnganía. ¿Qué hizo Vasena como respon-sable de la cartera de economía en los 60?Devaluación fuerte, “palos” a los trabaja-dores con el congelamiento de los salariospor dos años, la suspensión de los conve-nios colectivos de trabajo y la ley de alqui-leres que facilitaba los desalojos. Ademásla ley de hidrocarburos volviendo a darparticipación al capital privado. Todo estocon la bienvenida de parte de Vandor ycompañía. No así de los sindicalistas com-bativos, como Tosco y Ongaro, que forma-ron la CGT de los argentinos y forjaron elCordobazo, verdaderos hitos de la luchade los trabajadores. Pero Vasena noaceptó el ofrecimiento en el ‘81.El que sí aceptó fue RobertoAlemann. Otro que también fue parte delestablishment de casi siempre durantelargas etapas. Sus antecedentes públicos:trabajó para el gobierno de Aramburu ges-tionando préstamos internacionales, fueembajador en EEUU durante el gobiernode Guido y suplantó a Alsogaray comoministro de economía durante el de Fron-dizi. Un monetarista, también dotado deexcelentes vínculos con EEUU, que siguióla línea desreguladora, privatizadora, demedidas anti-inflacionarias ortodoxas:recorte de gasto público, congelamientode salarios e incremento de impuestos;todo para así lograr reducir la emisión demoneda hasta llevarla a cero. Recorde-mos su proyecto de privatizar el subsuelo,proponiendo que la propiedad pertenecie-ra a los tenedores de la superficie.Alguien se acordará de la película LosBeverly Ricos, trasládenlo a lo que podríapasar en nuestro país con algo así.

Las medidas económicas tomadas por elgobierno en aquellos días de Malvinas:cierre de casas de cambio, prohibición devender divisas extranjeras excepto paraviajeros, dentro de las 24 horas anterioresa la partida. Es que ya el 6 de abril el dólaraumentaba un 20% y el retiro de depósi-tos en los bancos crecía. El “público” rea-lizaba retiros masivos de fondos del siste-ma financiero. Por eso se aumentaron loscontroles y las tasas de interés para losdepósitos (para retenerlos) pero con lalógica consecuencia de encarecer el crédi-to interno.En los días siguientes, la esperanza demucha gente estaba en las tratativas deAlexander Haig, secretario de estado deEEUU, quien llegó por primera vez a iniciarla mediación el 9 de abril. Entonces, dehaber un conflicto con el Chase Manhattan(hoy JP Morgan Chase), podía venir amediar David Rockefeller, el amiguito delos dictadores cívico militares. ¿Quéimportaba que fuera el “gerente delbanco”? También estas ridículas suposicio-nes de éxito en la mediación, sirvieroncomo parte de los argumentos de Rober-to Alemann para explicar por qué si elBanco Nación sufrió en Londres el bloqueode fondos, aquí no se tomaron medidascon el Banco de Londres y también porqué retrasó otras medidas proteccionistas.Con todo lo tremendo que significa unaguerra, donde sin duda lo más grave es lamuerte, la locura, los cuerpos lisiados, mechoca estar hablando de estos temaseconómicos, pero eran parte de lo queocurría. Y casi siempre la guerra tieneintereses económicos disfrazados de valo-res espirituales. Y siempre existe la pobre-za planificada, provocando más muerteaun que las armas.Luego, vendrían la rendición, renuncia,Bignone como presidente, Dagnino Pasto-re en economía y Cavallo en el Banco Cen-tral. Es importante destacar el endeuda-

césar maffei / [email protected]

que matan

sin el ánimo de meter a todos en la misma bolsa, reconociendo que hay distintas situaciones y diferentes incoherencias, comentaré

una línea histórica. la actualidad, 1982, 1886 o en cualquier año. conductas individualistas que perjudican a los demás. en el sálve-

se quien pueda, aunque parezca lo contrario, no se salva nadie. quien quiera entender que entienda

Page 13: Andén 69 - Malvinas

viviana montes / [email protected]

13cine

cine y malvinascruces de miradas y reflexión

miento planificado de muchas empresas delEstado. Por ejemplo YPF -empresa fundadapor sugerencia del general Mosconi duranteel primer mandato de Yrigoyen, aunque asu-mió la primera presidencia de YPF días des-pués de jurar Alvear como presidente- notuvo por parte del “proceso de reorganizaciónnacional” el cuidado que merecía. Eran otrosciviles y otros generales. Hasta le hicieroncambiar su logo, agregando un rectángulonaranja, porque las petroleras extranjerasdecían que no podían competir con una com-pañía que tuviera los colores de la banderaargentina. Durante el proceso, la deuda externa de YPFpasó de 372 millones de dólares a casi 6000millones al finalizar. Sólo en 1982 el endeu-damiento aumentó 760 millones. (1) Estadeuda no fue para realizar inversión, sinopara obtener los dólares necesarios parapagar la fiesta de los especuladores y de losviajes al exterior con las compras del “demedos”. Desde pequeños ahorristas hasta losposeedores de grandes capitales, que víaempresas privadas e incluso mintiendo susdeudas (incrementándolas, poniendo pordeuda valores ya pagados) obtuvieron através de las medidas tomadas por las auto-ridades económicas, sobre todo durante elgobierno de Bignone (‘82 – ‘83), con Cavalloen el Banco Central y vía seguros de cambio,un enorme negocio al hacer que toda lapoblación quedara con una deuda de 20.000millones de dólares, mientra ellos quedabancon esa ganancia, generalmente depositadaen bancos en el extranjero. Socialismo… alrevés.Sí, estatizar las pérdidas, privatizar las ganan-cias, y nosotros siempre pagando. Algunosestaban comprando espejitos de colores; yotros, gritando con indignación: “¡Despier-ten!” Pero, no es suficiente, aún nos faltamucho…Así dejaron las bases para completar la tareaen la década de Menem, con el agrado debuena parte de la población (ahí estabanellos también).

1886

“La mitad de la población dejaba sus ocupa-ciones normales para acudir a las pizarras dela Bolsa a estudiar la cotización del día. “ (2)

en cualquier año…

“En determinadas épocas un montón degente estúpida tiene un montón de estúpidodinero… A intervalos el dinero de esas perso-nas (el capital ciego del país, como lo llama-mos) es particularmente dilatado e insacia-ble; busca ser devorado por alguien y se pro-duce una abundancia; encuentra a alguien yse produce una especulación; es devorado yse produce el pánico” Walter Bagehot, funda-dor de “The Economist” (3) Es una cuestión de ecuaciones, un términoque está sumando en un miembro, solopuede pasar restando al otro miembro. Y nolo digo por ser profesor de matemática.Definitivamente queda como mensaje de cie-rre este consejo:Tengan cuidado, Señores. Las sensaciones nosuelen ser buenas consejeras.

(1) Galazzo, N. (2003). De la banca Baring al FMI.Buenos Aires. Colihue. Pág. 221.(2) Relatado por el historiador Ernesto Palacio en1979, citado por Julio Sevares en Historia de ladeuda.Sevares, J. (2005). Historia de la deuda. BuenosAires. Capital Intelectual. Pág. 30(3) Citado por Charles Kindleberger en Manías, páni-cos y cracs, también extraído de Historia de la deuda.Sevares, J. (2005). Historia de la deuda. BuenosAires. Capital Intelectual. Pág. 31

la uba puertas afuera

En virtud de la conmemoración de los 30 años de la guerra de Malvinas la Cátedra de Análisis de Películas y Crítica Cine-matográfica de la Carrera de Artes, Facultad de Filosofía y Letras (UBA), encontró una oportunidad para dar continuidad aleje de trabajo que desarrollan desde hace varios años en la materia: el cruce cine y guerra.De esta manera, en el marco de la Exposición Malvinas. Archipiélagos de la Memoria organizaron el ciclo de cine debateGuerra y Cine en el Auditorio David Viñas del Museo del Libro y de la Lengua que funciona en el ámbito de la BibliotecaNacional desde Octubre de 2011. Bajo la dirección de Ana Amado y la coordinación de Marcela Visconti, Mariano Véliz y Fer-nanda Alarcón la actividad incluyó la participación de varios alumnos que se encargaron de investigar sobre las películas,presentarlas y moderar los debates posteriores a su exhibición.En este sentido, tres aspectos merecen ser destacados:La realización del ciclo en un espacio otro puertas afuera de la Facultad, lo cual diversifica la composición del público asis-tente.El trabajo conjunto de la Cátedra y sus alumnos: de este modo valorizan sus saberes, su trabajo y fomentan su exposiciónfrente a un auditorio heterogéneo.La puesta en valor del debate alrededor de la imagen. Es decir, el cine en su carácter de construcción de miradas sobredeterminado tema y fundamentalmente como hecho social, como punto de encuentro y como disparador de pensamiento.

las películas y la gente

El ciclo duró siete encuentros y la selección de películas fue variada, se mostraron: Nuestras Islas Malvinas (Raymundo Gley-zer, 1966), Malvinas, historia de traiciones (Jorge Denti, 1983), La mirada invisible (Diego Lerman, 2010), Desobedienciadebida (Victoria Reale, 2010), Guarisove, los olvidados (Bruno Stagnaro, 1995), The last post (Dominic Santana, 2001),Vamos ganando (Ramiro Longo, 2000), La Historia de los otros/Resurrected (Paul Greengrass, 1989), Estamos ganando.Periodismo y censura en la guerra de Malvinas (María Elena Ciganda y Roberto Persano, 2005), y El héroe del Monte DosHermanas (Rodrigo Vila, 2009).Otros puntos destacables:La diversidad de miradas y enfoques –algunos muy controversiales- sobre el conflicto bélico incluyendo directores de ambaslatitudes.El tratamiento de las distintas temporalidades que atraviesan una guerra: lo que la antecede, lo que sucede mientras la gue-rra dura y las secuelas que deja, los traumas (tanto en los combatientes como en la sociedad) y la construcción históricaque el transcurrir del tiempo permite.El rescate del valor social del cine en tiempos de consumo domiciliario y solitario de películas. Hay que resaltar que no setrató solamente de un ciclo de cine, sino de cine debate en el que confluyeron distintas realidades, saberes variados ygeneraciones que la guerra atravesó de maneras diferentes.Es justamente allí donde se hace notoria la necesidad de apertura de los ámbitos académicos. Es preciso, entonces, tomarcontacto con ese mundo real que transcurre fuera de las universidades. No se trata de trasladar conocimientos teóricos,sino de enriquecerse con otras miradas a través del intercambio de experiencias, en la riqueza del encuentro social que per-mite que emerjan la discusión y la reflexión en torno a cierto objeto y a determinada temática.En definitiva, un espacio de encuentros múltiples donde hablar nos permite reconstruir nuestro pasado, reflexionar sobrenuestros traumas históricos y presentes, al tiempo que construimos memoria para aquellos que dieron su vida por un terri-torio que nos corresponde (ya sea muriendo en las islas, suicidándose por no poder soportar el recuerdo del horror o ladesidia al regreso, o sobreviviendo, con toda la carga que ello implica). Además, en el encuentro con el Otro, inmersos enese inmenso campo de disputa que es la cultura y a través del diálogo abierto construimos nuestro presente, por ende unfuturo deseable.

un ciclo de cine debate y guerra. el eje: malvinas. los organizadores: la cátedra de

análisis de películas y crítica cinematográfica de la carrera de artes, facultad de filo-

sofía y letras, universidad de buenos aires. el lugar: auditorio david viñas del museo

del libro y de la lengua. el objetivo: propiciar la diversidad de miradas e incitar al

debate

Page 14: Andén 69 - Malvinas

14cultura

Yael N. Tejero [email protected]

a sus plantas rendido un león

es una novela de osvaldo soria-

no publicada en 1986. relata

las aventuras de un cónsul

argentino en bongwutsi, un

país imaginario situado en áfri-

ca, en el contexto de la guerra

de malvinas. a continuación,

algunas reflexiones sobre una

novela digna de mención

El sábado 24 de Marzo de 2012, Clarín publicó unnúmero especial de la revista Ñ dedicado a laguerra. Este se tituló “La guerra sin fin” e incluyóentrevistas, reflexiones, testimonios y miradassobre distintos conflictos bélicos. Allí, Carlos

Godoy publicó “Las letras de la tragedia”, nota en la queabordó la Guerra de Malvinas desde la literatura. Fogwill,Pron, Gamerro y otros autores encontraron una mención asus obras. Por razones que desconozco, la novela de Soria-no fue excluida del recorrido. ¿La guerra de Malvinas es untrasfondo subsidiario su esa obra? Indaguemos un poco. La novela narra la historia de Faustino Bertoldi, cónsulargentino en Bongwutsi, un país imaginario situado enmedio de África. Originalmente Bertoldi era encargado delárea de turismo. Pero el cónsul hace abandono de cargo yBertoldi, imposibilitado de toda comunicación con su país,redacta su propio nombramiento como vicario. Tras lamuerte de su mujer, entabla una relación secreta conDaisy, la esposa del embajador británico, una ex fan de losBeatles oriunda de Liverpool y lectora de Borges. Solo enun precario y aislado país africano, Bertoldi intenta pedir larepatriación pero no logra comunicarse con el Ministerio deRelaciones Exteriores. Cuando se desata la Guerra de Mal-vinas, Faustino recibe un comunicado de la embajadainglesa en donde se le informa que el Reino Unido se dis-pone a defender por todos los medios lo que le pertenecepor derecho legítimo. Se establece para él una zona deexclusión. El cónsul festeja con ímpetu la recuperación delas Malvinas ante el emperador, un mandatario impuestopor los ingleses, que lo increpa: “Son hijos de ingleses,hablan como ingleses, viven como ingleses, ¿qué demoniosbusca un argentino ahí?”, y añade: “Si ustedes siguen enesa condenada isla, voy a tener que mandar un batallón ybien sabe Dios que mi gente no ha visto nunca el mar”.Bertoldi festeja con un grupo de nativos y junto a elloscorea el Himno Nacional Argentino mientras se emborra-chan. Al mismo tiempo, en las calles de Zurich, un argentino exi-liado llamado Lauri recibe una triste noticia: su petición deasilo político en Suiza había sido rechazada. Al parecer, sutestimonio probaba que en Argentina no existía persecu-ción política tal como él declaraba. Accidentalmente, cono-ce a Michel Quomo, quien se autodenomina ComandanteFundador del Primer Estado Marxista Leninista de África.Dice construir buenas historias para que los exiliadoslogren asilo político. Incluye peripecias inverosímiles deguerrilleros, prisioneros, mercenarios o agentes secretosenvueltos en guerras de liberación tercermundista, camposde trabajos forzados, luchas en el Frente Polisario, etc. Acambio de estas historias, Quomo afianza los vínculos conaquellos que pueden apoyar la revolución que planea enBongwutsi. Según Patik, un ruso que perdigue a Quomo enel hotel de Zurich, éste ya había producido una revolucióny se había convertido en un tirano. Pero una serie de tor-pezas lo llevaron al fracaso e ingleses, norteamericanos yrusos se pusieron de acuerdo para fusilarlo. El revolucio-nario, histriónico, comenzó a cantar la Internacional y avociferar “Viva el socialismo”. Contra alguien que narrabagestas populares nadie podía disparar, so pena de conver-tirlo en un verdadero mártir. Así, logró evadir la muerte ycontinuó su peripecia para seguir planeando una nuevarevolución. Patik le advierte a Lauri que la única salida paraque Argentina gane la guerra es distraer a los británicos enÁfrica. De este modo, éstos se verán obligados a dividir laflota entre las Falkland y Bongwutsi. Mientras tanto, enÁfrica, entra en escena Theodore O’connell, un irlandésque Bertoldi supone de la IRA. Este dice haber volado tresembajadas norteamericanas en Europa y pide asilo al cón-sul. Le propone a Faustino una alianza para defenderse delimperialismo inglés. Este, que ve en el plan de O’connelluna vía de escape, lo ayuda. De esta manera, se entretejeuna aventura con la impronta de una sátira ideológica endonde dos argentinos en exilio involuntario pelean por suscausas. La guerra de Malvinas no es un pretexto ni un trasfondo.Es un elemento clave para construir una ficción que décuenta de Malvinas como enclave imperialista. El imperio,así, se vuelve omnipresente, pero sus estrategias de domi-nación no son las mismas en cada enclave. Bongwutsi esdominada por el imperio a través de la intervención: elemperador es una marioneta de los ingleses que teme quesu gente, que nunca vio el mar, deba ir a pelear en elAtlántico Sur. En cambio, Malvinas pertenece al imperiocomo colonia de ultramar. En África se monta una suertede guerra fría. Pero Bongwutsi no es sólo un país tercer-mundista. Es también el reverso de las Malvinas: el prime-

ro carece de salida al mar, las islas se definen por estarsobre el mar. Lauri y Bertoldi se ven envueltos en una contienda liberta-dora. El primero, por ideología. El segundo, para regresara casa. En él, la identidad nacional se materializa en cos-tumbrismo, símbolos e ideales sanmartiniano: la escarape-la, el mapa colgado en la pared, la imagen de Gardel, el“Aurora” en el tocadiscos, San Martín como modelo deacción y hasta un nombre sarmientino: Faustino. Por otrolado, Burnett, el embajador de Gran Bretaña, representa elimperio no sólo por su cargo sino también porque habíasido escolta del gobernador de las Falkland cuando erajoven. A su vez, Bertoldi entabla con Burnett su propiaguerra por Daisy. Para Bertoldi, el conflicto en Malvinas esun problema de soberanía nacional. Para el imperio, es lamantención de un orden de mundo. Para los revoluciona-rios, una coyuntura que permite el advenimiento de la libe-ración de otros países colonizados por Gran Bretaña. Parael establishment del país colonizado, el peligro de que lamilitarización del Atlántico Sur los convierta en mercena-rios. A nadie deja de envolver el conflicto. Las acciones apoteósicas y la solemnidad del tra-mado épico de algunas escenas se ven dinamitadaspor las resoluciones más desopilantes. Como conse-cuencia, cualquier posición política a propósito dela Guerra de Malvinas se torna opaca y polémica.Soriano logra poner en primer plano el conflictobélico sin representarlo directamente y sin sentirseen deuda con el testimonio porque este es un géne-ro totalmente ajeno a la novela. La reconstrucción de la escena política internacional previaa la caída del Muro de Berlín es llevada al paroxismo de lacaricatura a través de la parodia de la novela de espiona-je. Las historias de casi todos los personajes oscilan entrela seriedad y el disparate. Sus derroteros los envuelven endictaduras militares, exilios, revoluciones, conflictos yalianzas entre los dos bloques, genocidios, guerras de libe-ración tercermundista, las Guerras Mundiales, la GuerraFría, los despotismos políticos aún vigentes, la guerrilla,etc. Todos los fenómenos y las catástrofes del siglo XXencuentran lugar en esta novela que, pese a su insolentepero entrañable humor, logra cierta coherencia con su pro-pio verosímil.1 Soriano incluso se atreve a construir ale-gorías políticas como recurrir a gorilas para llevar a cabo larevolución; alegorías cuyos significados entran en disputaen el horizonte político de la Argentina. A pesar de la complejidad de la trama y de unamirada cómica que salpica todas las posiciones polí-ticas, Soriano nos dice algo a través de esta novela.Sin lugar a dudas, sostiene una defensa de la sobe-ranía y lo hace desde el título. “A sus plantas rendidoun león” es uno de los tantos versos del Himno NacionalArgentino exiliado de los actos protocolares por decisión deJulio Argentino Roca, un genocida de nuestra historia. Alparecer, que el león ibérico se rinda ante la nueva naciónno era un mensaje de paz para con España. Sin embargo,Soriano resignifica el verso: el “León” es el imperio, omni-presente en el orden mundial y en la ficción. Y lo rescatadel olvido al que lo confinó una decisión política basada enuna visión de la identidad nacional con la que contiende lanovela.“La guerra no es simplemente una acto político, sino unverdadero instrumento político, una continuación de laactividad política, una realización de la misma por otrosmedios.” Así dice von Clawsewitz en De la guerra.2 Muchosteóricos han comentado la inversión de la tesis: la políticaes la continuación de la guerra por otros medios. Soriano,a su manera, lo comprendió. En la presente coyuntura, enla que se pretende el diálogo por vía diplomática, estanovela parece decirnos algo. Cabría decir, entonces,que la literatura o la ficción son la continuación dela política por otros medios: en la realidad con-trafáctica y la escritura lúdica puede haber másincisión política que en el testimonio. Soriano tuvo lainsolencia de hablar de la tragedia con humor desde supropia posición de exiliado. Y por eso, entre otras razones,no lo olvidamos.

1 Su localización temporal entraña el peligro de convertirla enanacrónica y de difícil abordaje didáctico en el ámbito escolar. Estadificultad tiene dos razones: la necesidad de reponer la compleja his-toria del siglo XX y el gesto, políticamente incorrecto, de burlarse dela epicidad con la que el relato escolar envuelve el acontecimientode Malvinas. Ambas dificultades son desafíos que vale la pena afron-tar. 2 von Clausewitz, Karl. De la guerra. Agebe, Buenos Aires, 2005.

a sus plantas rendido un león y la guerra demalvinas

soy

soriano

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Las Falkland no son dos islas ubicadas geográficamente en el ano congelado del mundo. Las Malvinas no son dos parcelas a todo color que se calcan de un mapa enAbril para que la maestra de turno nos ponga un “muy bien diez felicitado”. Que Malvinas fuera una guerra repleta de muertos es, en todo caso, un hecho anecdó-tico. Malvinas es una herida narcisista en una sociedad cuya única dignidad bélica terminó en 1816, cuando las oligarquías patrias decidieron que los opresores,ahora, serían ellos.Malvinas no tiene héroes. Malvinas no tiene gloria. Tiene víctimas y culpables. Muertos y amputados. Olvidados, usados. Abusados y suicidados. No es la culpa deun militar borracho. Es la culpa de todos y cada uno de los que salieron a vitorear su recuperación, de todos y cada uno de los que pusieron su dinero y sus cobijasy sus alhajas, porque pensaron que los mismos que secuestraban y torturaban serían gentiles con sus subordinados. Esos dos montículos de tierra yerma que se escapan del mar son el fusible chauvinista de todo oportunismo que no atina a tener una idea clara y distinta de lo quees una política exterior. El juguete rabioso de taradúpidos como Nicanor Costa Méndez, Guido Di tella y Héctor Tímermann y toda esa caterva de señoritos políti-camente correctos que aún asocian tierra con identidad en una propagandita filmada a escondidas. Porque le guste a quien le guste, Malvinas no es sólo de Argentina sino que también es de sus habitantes, sea cual fuere el proceso histórico que allí los llevó: por-que en esa tierra se pudren sus muertos y los nuestros.Por eso 5 discos 5, absurdos, que hacen, sufrir, como la guerra, como el nacionalismo de ocasión que corea la hinchada del futbol para todos.

El salmón –2000- Andrés Calamaro. Si una persona se encierra en una habitación durante casi un año a con-sumir cocaína y componer canciones puede decirse sin temor a equivocarse que ha ido a la guerra. El resulta-do fue una producción ubicada sobre la delgada línea que separa la genialidad de la más onda estupidez. 101

canciones sin producción, vomitadas sobre un grabador. A veces preciosas y a veces nauseabundas, la urgenciacon la que fueron creadas y con la que fueron expuesta atenta contra la forma tradicional de escucha. ¿Cómo

abordamos 5 discos, cada uno diferente pero que a la larga suena igual de desesperado? ¿Por qué se evitódeliberadamente que un productor eligiera y puliera un material que así como está, sólo es atractivo para

especialistas? Sólo la cocaína tiene la respuesta. Calamaro fue a pelear una guerra contra sus propios demo-nios. Afortunadamente sobrevivió. Sus crónicas son estas canciones.

Señales –2006- Callejeros. Es imposible escuchar este disco sin pensar en la tragedia de Cromagnon. Muerte,injusticia, la trama de omisiones propias y ajenas que llevaron a un montón de seres humanos a la muerte. Conese telón de fondo, callejeros publicó un disco criticado, política y artísticamente pero en el cual el sufrimientoes juez y parte de todas las líneas. ¿Cuán honesto puede ser un producto sospechado de desviar la atencióndel proceso penal y de cristalizar en él lo más equívoco del llamado rock barrial? No es lo importante. Lasintensiones de sus autores son irrelevantes cuando entendemos que, por más primitivo y poco elaborado quehaya sido su sonido, las letras de Pato Fontanet siempre funcionaron como crónicas de un mundo atravesadopor las voces de los que lloran una ausencia. Un disco trágico como los hechos que lo inspiraron, de hecho, undisco de sobrevivientes.

Fin de un mundo enfermo -1994- A.N.I.M.A.L. El segundo disco de una de las bandas más comprometidasde la escena nacional es una demostración de trash y hardcore como no lo había habido antes en la Argentina,llevándolos a ser, incluso, pioneros en América Latina; no sólo por los aires latinos de muchos de los acom-pañamientos que son el contrapunto de una ejecución precisa sino por los arreglos de voces profundas y gutu-rales. Las letras descarnadas, que describen con amargura y melancolía el mundo que los rodea, confluyen conun sonido violento que impacta de lleno como un obús lo hace sobre el campo de batalla. Un disco funda-mental que expresa los trasfondos de injusticia que siempre bullen detrás de toda guerra y un conjunto decanciones que, como toda búsqueda de paz, atraviesan los meandros que van de la desesperación a la muerte.

War –1983– U2. Acaso con el tiempo U2 se haya vuelto una banda más grande que sí misma. Una maquinariagrandilocuente puesta al servicio de disparar una y otra y otra vez mensajes políticamente correctos con un

sonido rock/pop para estadios. Antes de eso, cuando sólo eran una banda de irlandeses haciendo rock por elsólo hecho de hacer rock publicaron su tercer larga duración, en el que comenzaron a coqueatear con el com-

promiso social y la denuncia. Un disco oscuro, por momentos crudo en el que la batería de Larry Muller pormomentos alcanza la épica de la new wave o del post-punk (según cómo se lo mire). Compuesto en la épocade Malvinas es inevitable la pregunta sobre cuánto y de qué modo pudo ese trasfondo influenciar un trabajo

que hoy día sigue sonando actual. La respuesta la tiene quien lo escuche.

Primer amor –1994- Nicole Newmann. La pregunta no es qué podemos decir en contra de esta curiosidad,sino qué podemos decir a su favor: La respuesta es nada. Antes de ser una modelo top consagrada Nicole fueuna Lolita que a los 14 años levantó polémica por aparecer en paños menores en cualquier revista. En el topede esa discusión una discográfica algo pasada de anfetas puso a su disposición a grandes cesionistas y pro-ductores para intentar lanzar a la modelo como cantante. El resultado fue, verdaderamente, más que penoso. Sibien tuvo un corte que fue utilizado en una antigua serie para niños, Amigovios, el resto fue sólo un derrochemás de dinero y una sesión de tortura al escucharlo. Lo compramos por $1 todos aquellos que nos iniciába-mos, por aquella época, en las artes masturbatorias.

gustavo zanella / [email protected]

/ para calcar en el mapa dos islas perdidas

15cinco discos cinco

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De las pocas cosas que pueden aceptarse sinmucha discusión en la actualidad, una de ellas, esla velocidad de los tiempos que corren: las trans-formaciones que produce la revolución tecnologíaconstante, la globalización, los mercados trans-nacionales, la economía financiera a escala mun-dial; y en ese contexto están el vaivén de losEstados-Nación, de las democracias de los países,ya imposibles de designar como del “Primero” o“Tercer” mundo, los partidos políticos polifacéti-cos que se autodenominan socialistas y llevanadelante políticas conservadoras, o las socieda-des conservadoras que botan gobernantes socia-listas, o los partidos de derecha que continúanganando adhesión en una época supuestamentedefinida por la reactualización de las izquierdas,etc. En fin, tiempos confusos cuya única constan-te es el cambio. En este marco, se inscribe nuestro intento de lle-var adelante algunas reflexiones políticas desdelas contribuciones del pensador francés JacquesRancière. Si bien la elección de este autor no esazarosa, eso tampoco significa que en él encon-tramos la novedad teórica (como si tal cosapudiese existir) que nos permita abrirnos caminoen el laberinto recién descripto; por el contrario,las problemáticas tratadas por Rancière, seconectan con distintos autores, tiempos y teorías,en una continuidad histórica, que nos permitiríapensar que estos nuevos problemas, no son tannuevos. Sobre estas conexiones con el pasado,arrancamos nuestro cuarto disparador ranciera-no.

En 1931 en Villa María, Córdoba, nació un tal JoséMario Arico; biografía de café de este muchacho:militante político, escritor y editor, fue un intelectual

marxista de proyección latinoamericana y una de lasmáximas figuras de la “nueva izquierda”. A través de susescritos, sus traducciones y sus innumerables proyectoseditoriales fue un gran difusor de la obra de Marx, deGramsci, y del pensamiento socialista1. Entre 1976 y 1977, Arico dictó un curso de posgrado enel Colegio de México, hoy reeditado y titulado Nueve lec-ciones sobre economía y política en el marxismo. El texto,muy recomendable, sobre todo por la oralidad de un pro-fesor muy claro, es un disparo de interrogantes al pre-sente. Al final de cada lección se reproducen las pregun-tas del público y las respuestas; dos preguntas nos traena Arico a estas reflexiones: ¿En que medida presupone lateoría marxista la participación política? ¿Es posible pen-sar transformaciones sin la existencia de organizacionestransformadoras?

La discusión que antecede a estas preguntas en el textode Arico se encaminaba hacia una caracterización de losinterrogantes que propone el marxismo. En este sentido,para “Marx la sociedad no es solamente un objeto delpensamiento del hombre (…) un objeto sobre el cual elhombre indaga, sino es un modo histórico específico deconvivencia que está constituido por una relación pecu-liar en la que los hombres producen y reproducen lasociedad. Por tanto habría que encontrar en la anatomíade la sociedad la base real de constitución de la sociedad,y de reconstitución de la historia”. Pero, sostiene Arico,“este análisis de la anatomía de la sociedad (…) presu-pone al mismo tiempo una crítica de la ciencia que refle-xiona sobre esta anatomía: la economía política”. Por este camino, el análisis nos lleva a ver de qué mane-ra Marx proponía tanto una crítica de la economía comode la política, puesto que a través de ellas es que sedebía comprender la anatomía de la sociedad. Con otrostérminos, pero con cierta similitud en general, Rancièrenos está proponiendo lo mismo. Pero esta coincidencia esapenas inicial. Avancemos un poco más. A la primera pregunta Arico responde lo siguiente: es evi-dente que la teoría marxista presupone la participaciónpolítica. Pero el punto, es completamente otro, la ideafundamental para Arico, es que hay un recorte de la polí-tica: la política aparece como el campo propio de lasorganizaciones políticas. Por el contrario, para el marxis-mo la política conforma el conjunto de nuestra vida y elconjunto de nuestros actos. Lo que hay en el marxismo,que “dispara al presente” y se conecta con nuestras refle-xiones sobre Rancière, es una “función de la re-politiza-ción marxista” donde “lo nuevo, lo importante, lo quedebe ser visto (…) es la posibilidad de concebir, deampliar, redimensionar el campo de la política, porque lasociedad burguesa, a medida que se desarrolla comosociedad burguesa, finca en los elementos de consensola función decisiva del mantenimiento del equilibrio de lasociedad burguesa, y el consenso se mantiene funda-mentalmente en base a la división del campo de lo estric-tamente económico de lo político”. Pero si el punto es no limitar la política a las organizacio-nes políticas, entonces, y teniendo en cuento la impor-tancia del proletariado y el socialismo, aparece nuestrasegunda pregunta: ¿Es posible pensar transformacionessin la existencia de organizaciones transformadoras? Res-ponde Arico: Este problema nos remite a la función de los

partidos en los países socialistas. Si no se trata de lograrel desarrollo de las fuerzas productivas, o de que loshombres dejen de tener hambre y de que los hijos pue-dan ir a la escuela o de que podamos vivir bien en paz,o de que haya violencia; sí se trata, además de todo esto,de que deben desaparecer gobernantes y gobernadoscomo tales, sí se trata de que debe existir una sociedadlibre, de que los hombres deben autodeterminarse;entonces, en la medida en que existan gobernantes ygobernados el socialismo sigue siendo una aspiración yno una realidad. Y mas importante todavía: “La distinciónentre gobernantes y gobernados significa la distinciónentre economía, sociedad, política, vale decir los mismoelementos que antes consideramos como los elementosfundamentales de la reproducción de la sociedad capita-lista. Entonces cuando decimos política estamos desig-nando un campo de discusión absolutamente abierto yque debemos contribuir a que lo siga siendo”.El planteo de Arico, nos remite directamente a las cues-tiones que hemos ido desandando en estas notas, unaforma de entender la política, que no la restrinja a lo quecomúnmente denominamos la política, es decir, partidos,gobiernos, estados, ideologías, etc. Y a su vez, un cues-tionamiento de la relación política entre gobernados ygobernantes. Entonces, y recordando las notas anteriores donde habla-mos del “consenso” y de la “democracia” en los términosen que aparecen en El desacuerdo, tenemos dos autores,que desde lugares aparentemente distantes, en el tiem-po y en la teoría, nos devuelven un mismo problema yuna misma intención; repensar la política.Este recuento por las notas y temas anteriores sirve parareafirmar y no perder de vista el horizonte mayor deestas reflexiones. Hace un mes aproximadamente visitó la UniversidadNacional de Córdoba, uno de los intelectuales mas impor-tantes de Europa, el filosofo Alain Badiou. Al finalizar laconferencia, un oyente del público le preguntó qué opi-naba de la reciente asunción de François Hollande, can-didato socialista electo, a la presidencia de Francia. Acor-de a sus escritos y posturas filosófico-políticas, Badiourespondió que los problemas de Europa o Francia no seiban a resolver, ni por partidos socialistas, ni por candi-datos socialistas, ni, mucho menos, por transformacionesprovenientes de las estructuras políticas tradicionales;sino, siguiendo su tesis central, que un acontecimientoverdaderamente disruptivo y transformador sólo podíaprovenir de una “política a distancia del Estado”2. Tenemos entonces, tres autores, que desde diversastemporalidades y geografías, y por diferentes caminosteóricos y políticos, proponen como esencial, para pensarlos problemas globales de hoy (y ayer), un giro en laperspectiva de análisis. Una apuesta a pensar las posibi-lidades de transformación de una sociedad, en un marcode relaciones bastante más complejo que el propuesto através de las relaciones Estado-sociedad civil, partidospolíticos-ideologías, votantes-representantes. Salirse de estas miradas es el objetivo esencial parapoder, por un lado, traer nuevas problemáticas y discu-siones a la realidad que nos interpela, y por el otro, con-tinuar desandando las tesis rancieranas, que en el próxi-mo número tendrán como objeto, en un combo 2 x 1, ala cuarta tesis sobre “democracia” y a la quinta sobre el“Pueblo”.

1 Resumen biográfico en Nueve lecciones sobre economía y políti-ca en el marxismo, J. M. Arico, ed. Fondo de Cultura Económica,Colegio de México, 2012. 2 Véase la conferencia dada por Badiou en la Universidad de lasMadres de Plaza de Mayo, del día 24 de abril del 2000.http://www.grupoacontecimiento.com.ar

16filosofía&política

disparadores rancieranos para pensar la filosofía política contemporánea

La democracia no es un régimen político. Es unaruptura de la lógica del arkhé, en otras palabras, laanticipación de la regla en la disposición por él. Lademocracia es el régimen de la política en tantoforma de relación que define a un sujeto específico.

tesis#04manuel fontenla / [email protected]

José Mario Arico Jacques RancièreAlain Badiou