analisis simbolico

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revista Fronteiras estudos midiÆticos VIII(3): 241-254, set/dez 2006 © 2006 by Unisinos Representaciones del discurso mediÆtico: el caso de la impunidad en la prensa colombiana Este artículo es una aproximación al análisis crítico del discurso mediático a través del estudio de las representaciones sociales sobre la impunidad, decantadas a partir de un corpus conformado por 350 noticias de cuatro periódicos colombianos. La investigación se formula partiendo del reconocimiento de los niveles de representación del significado en el discurso desde un enfoque cognitivo- cultural, para lo cual se desentrañan las redes conceptuales, los modelos mentales, los modelos culturales y las representaciones sociales. Se demuestra a través del proceso analítico la manera como se entretejen los distintos niveles de construcción del significado en el discurso con base en el sometimiento del corpus a técnicas estadísticas de análisis de texto, técnicas lingüísticas y técnicas culturales y cognitivas de estudio del significado. Se reconstruyen e interpretan tres representaciones de la impunidad. Palabras clave: discurso, impunidad, prensa, representaciones sociales, modelos culturales, modelos mentales. Este artigo representa uma aproximação à análise crítica do discurso midiático baseada no estudo das representações sociais sobre impunidade, a partir de um corpus composto por 350 notícias feitas exame de quatro jornais colombianos. A pesquisa se estabelece pelo reconhecimento dos níveis de representação de significado do discurso a partir de uma aproximação cognitivo-cultural. A fim de estabelecer esses níveis, é importante identificar quais são as redes conceituais, os modelos mentais e culturais e as representações sociais. Neste estudo, o processo analítico é utilizado para demonstrar o modo como se entretecem esses diferentes níveis de construção do significado no discurso, por meio de técnicas estatísticas de análise do texto, técnicas lingüísticas e técnicas culturais e cognitivas de estudo do significado. Adicionalmente, três representações da impunidade são reconstruídas e interpretadas. Palavras-chave: discurso, impunidade, imprensa, representações sociais, modelos culturais, modelos mentais. Mediatic Discourse Representations: the case of impunity in Colombian press. This article represents an approach to critical mediatic discourse analysis based on the study of social representations related to impunity; this study is established on a corpus made up by 350 news taken from four Colombian newspapers. The research is established according to the acknowledgement of meaning representation levels in discourse from a cognitive-cultural approach. In order to establish this meaning representation levels, it is important to figure out what the conceptual nets, mental and cultural models and social representations are. On this study, the way these different meaning construction levels of meaning in discourse are intertwined is shown through the analytical process. This corpus has been subject of statistical techniques of text analysis, linguistic techniques, cultural and cognitive techniques of meaning study. Besides, on this study, three impunity representations are reconstructed and interpreted. Key words: discourse, impunity, press, social representations, cultural models, mental models. Neyla Graciela Pardo Abril 1 1 Doctora en Filología; Profesora Asociada del Departamento de Lingüística y directora del Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura – IECO – de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: [email protected]. Dirección: Unidad Camilo Torres, Bloque 10 Nivel 2. Universidad Nacional de Colombia. Este trabajo forma parte de la investigación Representaciones sociales de la impunidad en la prensa colombiana. E-mail: [email protected].

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revista Fronteiras � estudos midiáticosVIII(3): 241-254, set/dez 2006© 2006 by Unisinos

Representaciones del discurso mediático:el caso de la impunidad en la prensacolombiana

Este artículo es una aproximación al análisis crítico del discurso mediático a través del estudio de las representaciones sociales sobre laimpunidad, decantadas a partir de un corpus conformado por 350 noticias de cuatro periódicos colombianos. La investigación seformula partiendo del reconocimiento de los niveles de representación del significado en el discurso desde un enfoque cognitivo-cultural, para lo cual se desentrañan las redes conceptuales, los modelos mentales, los modelos culturales y las representaciones sociales.Se demuestra a través del proceso analítico la manera como se entretejen los distintos niveles de construcción del significado en eldiscurso con base en el sometimiento del corpus a técnicas estadísticas de análisis de texto, técnicas lingüísticas y técnicas culturales ycognitivas de estudio del significado. Se reconstruyen e interpretan tres representaciones de la impunidad.

Palabras clave: discurso, impunidad, prensa, representaciones sociales, modelos culturales, modelos mentales.

Este artigo representa uma aproximação à análise crítica do discursomidiático baseada no estudo das representações sociais sobreimpunidade, a partir de um corpus composto por 350 notícias feitasexame de quatro jornais colombianos. A pesquisa se estabelece peloreconhecimento dos níveis de representação de significado do discursoa partir de uma aproximação cognitivo-cultural. A fim de estabeleceresses níveis, é importante identificar quais são as redes conceituais, osmodelos mentais e culturais e as representações sociais. Neste estudo,o processo analítico é utilizado para demonstrar o modo como seentretecem esses diferentes níveis de construção do significado nodiscurso, por meio de técnicas estatísticas de análise do texto, técnicaslingüísticas e técnicas culturais e cognitivas de estudo do significado.Adicionalmente, três representações da impunidade são reconstruídase interpretadas.

Palavras-chave: discurso, impunidade, imprensa, representaçõessociais, modelos culturais, modelos mentais.

Mediatic Discourse Representations: the case of impunity inColombian press. This article represents an approach to criticalmediatic discourse analysis based on the study of socialrepresentations related to impunity; this study is established on acorpus made up by 350 news taken from four Colombiannewspapers. The research is established according to theacknowledgement of meaning representation levels in discoursefrom a cognitive-cultural approach. In order to establish thismeaning representation levels, it is important to figure out whatthe conceptual nets, mental and cultural models and socialrepresentations are. On this study, the way these different meaningconstruction levels of meaning in discourse are intertwined isshown through the analytical process. This corpus has been subjectof statistical techniques of text analysis, linguistic techniques,cultural and cognitive techniques of meaning study. Besides, onthis study, three impunity representations are reconstructed andinterpreted.

Key words: discourse, impunity, press, social representations,cultural models, mental models.

Neyla Graciela Pardo Abril1

1 Doctora en Filología; Profesora Asociada del Departamento de Lingüística y directora del Instituto de Estudios en Comunicacióny Cultura – IECO – de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico: [email protected]. Dirección: UnidadCamilo Torres, Bloque 10 Nivel 2. Universidad Nacional de Colombia. Este trabajo forma parte de la investigación Representacionessociales de la impunidad en la prensa colombiana. E-mail: [email protected].

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Significado, discurso ymedios de comunicación

Apostar por la exploración de los contenidossimbólicos de la cultura presentes en las tecnologías de lacomunicación implica asumir que los fenómenos socio-culturales de una comunidad se expresan y construyen enel discurso. En consecuencia, el análisis del discursomediático es esencial para la comprensión y la explicaciónde las realidades sociales que orientan las formas de hacer,decir y pensar en el mundo. Todo lo cual implica apropiarsede la idea de que el discurso es determinante en laconstrucción, la utilización y la transformación de lo cognitivo,así como en la materialización de los saberes individuales ycolectivos. Dichos saberes son el producto de lo cognitivo ylo social, estructurado en la interacción comunicativa.

Por supuesto, reconocer el significado social de laimpunidad implica asumir la existencia de tipos y modos deconocimiento que se producen en el discurso y se estabilizanen la sociedad desde distintos niveles de abstracción delsignificado. Estos se reconstruyen como un sistema cuyadescripción sólo es posible en relación con una organizaciónconceptual, en la que la significación discursiva envuelve,en un nivel estructural y funcional, redes conceptuales,esquemas, modelos y representaciones.

El significado del discurso o, lo que es lo mismo, elconocimiento que entraña obliga el reconocimiento de sucarácter socio-cognitivo, con base en el cual se desarrolla unconjunto de explicaciones que permiten articular el saberindividual y colectivo con los distintos niveles derepresentación. Así, el conocimiento de los grupos, en primerlugar, es aprehensible analíticamente en las representacionessociales (RS) que circulan en los discursos y, en segundolugar, posee formas de representación comprensibles en losmodelos. Las interfases entre lo distintos tipos derepresentación se producen mediante los procesos desocialización, esquematización y tematización. Los nivelesde construcción del significado tienen una base cognitivacomún, constituida por el conjunto de conocimientos nocontrovertibles y de transformación lenta, que define eidentifica de manera estable ese grupo cultural.

El análisis del discurso de la prensa sobre laimpunidad se centra entonces en el estudio de las redesconceptuales, los modelos mentales, los modelos culturalesy las RS como niveles de construcción del conocimiento deldiscurso mediático. Una breve revisión conceptual de estosniveles de representación permite afirmar que una red

conceptual remite a la organización del conocimiento envirtud de la experiencia con un mundo físico-biológico ysocial y, por ende, recoge un tema y los conceptos con loscuales se entreteje, destacándose su grado de relevancia enfunción de la cantidad de relaciones que mantiene(Galagovsky, 1996). A partir de las distintas redesconceptuales que se recuperan del discurso se hace posiblela identificación de los modelos mentales, es decir, lasesquematizaciones subjetivas de la experiencia individual.

La experiencia subjetiva es representada por losindividuos en los modelos mentales con base en lascondiciones biológicas del individuo y el contexto físico,cultural y social en el que se desenvuelve. De manera quetoda representación requiere de un soporte físico en el cualse genera, tiene un contenido con uno o más objetos,presenta un conjunto de relaciones fundamentadas y essusceptible de interpretación por parte de un ‘otro’ (VonEckardt, 1999). Los modelos mentales representan lasinstancias individuales a través de instancias mentalesanálogas y la relación entre las instancias individuales(objetos en el mundo real) con instancias mentales (formasde representación de los objetos del mundo real), por lo queson una forma de acceder sin esfuerzo cognitivo a laconstrucción mental de la realidad ( Johnson-Laird, 1996).

La esquematización de los modelos mentalesproduce una representación semántica básica, con base enla cual es posible elaborar una expresión formal, que recogelas relaciones entre los elementos semánticos contenidosen los recursos discursivos. La proposición formal es laestructuración de una realidad, que se pone al servicio deun colectivo para delimitar las maneras de pensar sobre elentorno, es decir, el esquema fundacional (véase Shore,1996; Pardo Abril, 2004). La concreción de dicho esquemafundacional es una representación estable y refinada congrandes ventajas nemotécnicas para el procesamiento socio-cognitivo, que requiere de procesos analógicos, la cual esdenominada por Shore (1996) modelo cultural.

Un modelo cultural es una estructura de experienciay conocimiento social que se concreta en expresionessimbólicas, por lo que constituye un análogo empírico ypúblico de la cultura. Los tropos, por ejemplo, son un tipode modelo cultural de orden lingüístico, cuyo uso reiteradoen el discurso mediático les da un lugar central en el ejercicioanalítico, desencadenante de la reconstrucción de lossignificados. El análisis de los modelos culturales de tropo,en particular de la metáfora y la metonimia, facilita lacomprensión de la realidad en virtud de que permiten queen el uso del lenguaje se trascienda la referencia literal y alhacerlo, se amplifique y transforme el espectro designificación.

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El abordaje de los modelos culturales metafóricoscobra mayor relevancia para análisis del discurso mediáticoen perspectiva cognitiva cuando se observa que suconfiguración específica proviene de un modeloproposicional o de imagen, denominado dominio de origen,que es un conjunto de unidades cognitivas pertenecientesa una colección de experiencias de tipo concreto, capaz deproveer un conjunto de propiedades y una lógica a undominio meta, constituido por unidades cognitivas másabstractas. Los modelos culturales de metonimia deben suimportancia para el análisis del discurso mediático, ademásde su uso frecuente, a su efecto de prototipo, de acuerdocon el cual las categorizaciones que se realizan en términosdel nivel básico son más efectivas, rápidas, ventajosas y,sobre todo, comunes en los juicios que las personas realizana diario (Lakoff y Johnson, 1998; Lakoff y Johnson, 1999).

En este trabajo, los modelos culturales se concibencomo el nexo en doble vía entre lo particular, específico ysubjetivo propio de un modelo mental y lo general,convergente e intersubjetivo más cercano al conocimientoque portan las RS. Las RS son otro nivel deconceptualización que, en la perspectiva de Moscovici(2001) y Abric (1993), se definen como modelosorganizados y jerarquizados de conocimiento colectivo quese expresan en juicios, opiniones, creencias, saberes yactitudes, materializadas en las diversas formas deinteracción comunicativa. Las RS reconstruyenconocimiento de sentido común, relativamente estable ycompartido por un grupo a través de los procesos elaboración,funcionamiento y transformación y de sus funcionescognitiva, justificatoria, orientacional y social.

La impunidad en Colombia

La identificación de las RS sobre la impunidad enla prensa demanda la comprensión del carácter y elfuncionamiento del poder público en Colombia y susrelaciones con el sistema jurídico. Además, es precisoexplicitar el origen, las causas y los factores que se constituyenen torno a la impunidad, que para el caso colombiano,entretejen la corrupción, el narcotráfico, el conflicto armadointerno y las causas objetivas y subjetivas de la violencia.Para asignar el justo lugar que le corresponde a la impunidad

en la explicación de la generación de la violencia, secontempla el conjunto de la situación en tres dimensionesdistintas que, obviamente, se encuentran muy relacionadas:la crisis política, la crisis económica y la crisis judicial.

La crisis política se pone en evidencia al considerarlos antecedentes del ejercicio de la democracia representativa.Esta crisis se puede rastrear históricamente en la incapacidadde la clase dirigente, que ha gestado partidos con idearios yprogramas desarticulados de la realidad nacional y con grandesgrupos de electores sin sentido de participación reflexiva ycrítica. Esta circunstancia ha dado lugar a que el poder setransfiera de un grupo a otro, sin que el cambio produzca unproyecto claro y definido o dé cuenta de un propósito político.La crisis política procede de la condición de marginalidadsistemática de opciones políticas no tradicionales, por lo quela exclusión es fuente de violencia y se constituye en unfactor determinante de la manera como se ejerce el controlpolítico y social (PNUD, 2003).

La crisis económica está articulada a la crisis políticaen tanto las decisiones involucradas en la adopción demedidas macroeconómicas como la apertura económica, elajuste fiscal, las reformas laborales, la privatización de lasentidades del Estado y el endeudamiento, siguensistemáticamente los lineamientos de organizacionesmultilaterales por encima de los intereses nacionales(Ahumada, 2000). Así, el resultado es una política económicaen la que los bajos niveles de vida del colombiano promedio,la presencia de economías de frontera2, los altos índices deendeudamiento nacional y la concentración de la riquezaen un pequeño sector de la sociedad, aumentan elempobrecimiento de amplios sectores poblacionales ygeneran profundas desigualdades sociales. Las condicionesde pobreza generadas por las desigualdades económicas ylas políticas macroeconómicas aunque son un factor deimportante influencia en la situación nacional no sonsuficientes para explicar la acción armada como mecanismode resolución de las inequidades, sino que se urden juntocon aspectos subjetivos de odios, venganzas y alianzas,sueños e ideales personales que encadenados arraigan lasmás diversas formas de violencia (PNUD, 2003).

La crisis judicial corresponde con el debilitamientodel sistema administración de justicia, asociado a las distintasformas de desarrollo de las economías ilícitas, las cuales searticulan con un desmesurado incremento de actividadesdelincuenciales de distintas formas. Esto se refleja en tresfenómenos: la impunidad, la inestabilidad jurídica y lacorrupción, que se entraman en el poder económico del

2 Son actividades económicas no reguladas por el Estado como el narcotráfico.

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narcotráfico, en particular, y en las economías de frontera, engeneral. La impunidad es un factor eminentemente jurídicoen la medida en que es un fenómeno que sólo surge cuandoexiste un aparato destinado a ‘hacer justicia’, cuyos tiempos yprocesos se alteran o no son efectivos. El concepto deimpunidad recoge la totalidad de hechos punibles, acordecon normas penales vigentes, y se correlaciona con la capacidaddel sistema de justicia para esclarecer y sancionar o solucionarefectiva y eficientemente dichos hechos. Naranjo (1997)identifica dos clases de impunidad judicial: la primera, oimpunidad de hecho, es aquella en la que no es posibledescubrir el hecho o su autor, la administración de justicia noprueba la criminalidad del acusado o hay ocultamiento ofuga del delincuente; la segunda o impunidad de derecho esla que se produce por acción irregular de los actorescomprometidos con el ejercicio de la justicia (jueces,investigadores, policía judicial, etc.) incluyendo la prescripcióndel caso, la apelación a vicios formales, o sentencias irrisorias.

Además, desde el punto de vista de este analista,hay impunidad civil que proviene de la insensibilidad de lacomunidad frente al delito y a la necesidad de penalizarlo;así mismo, hay impunidad cuando el cuerpo legislativo eludeo retrasa la aprobación y formulación de leyes que conducena cualificar la administración de justicia. En el centro de lacrisis judicial se encuentra la falta de credibilidad en elsistema que generan todas estas formas de impunidad, talcomo se presenta en la Figura 1.

en el que se incluye el corpus corresponde al último año de laadministración de Ernesto Samper Pizano y al gobierno deAndrés Pastrana Arango. En este período se le da importancianacional a la impunidad, hecho que se puede explicar por lascondiciones jurídicas, políticas y sociales generadas a partirde la Constitución de 1991; la intensificación del conflictoarmado y los distintos procesos de negociación quecaracterizan las décadas del 1980 y el 1990; el asesinato dereconocidas figuras políticas; el papel del narcotráfico y susrelaciones con los actores armados y las elites del país; a locual se suman las transformaciones que proceden delestablecimiento del Estado Social de Derecho.

En el análisis del discurso mediático se considerafundamental descomponer al discurso en sus constituyentescognitivo, discursivo, social y cultural, abstraer de suspropiedades los aspectos más estables y esenciales,desentrañar los procesos mediante los cuales se estructurael significado discursivo e identificar los determinantesculturales que perpetúan los modos de organización social.En esta perspectiva, además de ser analítico y sintético, através de la apuesta hermenéutica y crítica que se da, laexploración discursiva entreteje inducción y deducción. Estoúltimo se hace evidente en los tres procedimientos generalesempleados en el estudio de las representaciones de laimpunidad.

En el primero se siguen las técnicas de análisis dedatos textuales mediante las cuales es factible ladeterminación de las frecuencias, asociaciones y clases dedistintas unidades: palabras, segmentos o patrones, figurasretóricas y noticias. Este procedimiento se soporta en laestadística textual y requiere de una constante mirada alcorpus para poder darle sentido a la información reiterativa.De este modo se establecen unos elementos discursivoscomo esenciales en la significación, cuya comprensión sefundamenta en el estudio de las concordancias, es decir, delos co-textos que acompañan inmediatamente a las unidadesde análisis. Los datos estadísticos constituyen la llamadasaliencia cuantitativa con base en la cual es posible identificarlos elementos relevantes para los análisis ulteriores.

En el segundo se hace énfasis en los aspectoslingüísticos del discurso, por lo que se estudia el tema, eltópico, la voz, los patrones lingüísticos reiterativos y las figurasretóricas. Con base en los tres primeros se determina laconsistencia y coherencia discursiva, pues la localización detemas próximos, con voces cercanas y con la mismarelevancia da cuenta de la integración, los temas distintoscon voces distintas y situados en distintos grados derelevancia evidencia la segmentación y finalmente las vocesdistintas con temas distintos pero con relevancia similarprefiguran la ambivalencia. En relación con los patrones

Figura 1. Crisis judicial.

Procedimiento analítico

El desciframiento del conjunto de valores, creencias yconocimientos presentes en la prensa sobre la impunidad,realizado en este trabajo, se basa en la constitución de uncorpus con 350 artículos de prensa, que tienen como eje lapresentación implícita o explícita de la impunidad. El período

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lingüísticos, tomados de las frecuencias elevadas y lasasociaciones fuertes entre la unidad léxica impunidad yformas prototipo de decir, se formula una aproximación alestudio de los procesos cognitivos, culturales y sociales quese configuran en el discurso. Del estudio de las figurasretóricas surgen las bases para el estudio de los fenómenosculturales que se construyen, reproducen y transforman enel discurso. Este procedimiento se denomina necesidadcualitativa en virtud del papel que desempeña en identificarentre los elementos reiterativos aquellos que sonfundamentales en la representación que la prensa hace dela impunidad.

En el tercer procedimiento se recoge la informaciónprocedente de la saliencia cuantitativa y la necesidadcualitativa mediante la síntesis en formas de representacióndiscursiva, cuya organización es posible en virtud de surelevancia semántica, explicitación de los saberes yconcordancia con las maneras como una comunidad tienepreestablecidas algunas estructuras de saber. Esto, que se hadenominado Saliencia cultural pone como centro de interésla determinación de los distintos niveles de significación y, enconsecuencia, da cuenta de la cultura entendida como elconocimiento que identifica a una comunidad.

¿Cómo representa laprensa a la impunidad?

La aplicación de los procedimientos de la salienciacuantitativa, de la necesidad cualitativa y de la salienciacultural produce un conjunto de información que da cuentade los sentidos y las maneras de representar ‘impunidad’como un fenómeno social abordado desde la prensa escrita.La manera como la prensa representa los actores en la noticiapermite reconstruir por lo menos tres contextoscomunicativos, que relacionan, de forma distinta, al actor yal delito. En el primero, una voz discursiva atribuye a otroshechos punibles haciendo visible el punto de vista de ungrupo o de sí mismo. En el segundo, el hecho punible seregistra mediado por un hecho discursivo institucionalizado,en donde prevalece el hecho de ley en el registro del delitoy la perspectiva que se pretende asumir es jurídica. En eltercero, se narra un hecho punible puntual o específico, encuyo caso, con frecuencia se dramatiza el delito.

Hay actores discursivos propuestos como agentescon capacidad de atribuir a otros acciones punibles o de ley;hay actores que son potencialmente los llamados aestablecer quiénes son las victimas, esto es construyen laimagen del paciente; pero además el discurso puederepresentar las acciones sociales ocultando los agentes y lospacientes para lo cual recurre al uso de formas impersonales.El resultado fundamental del análisis de la relación deactores y acciones es un conjunto de inclusiones yexclusiones de manera que la impunidad se asocia mássemánticamente con actores como ‘presidente’, ‘periodistas’o ‘políticos’ y menos con ‘sindicalistas’, ‘obreros’ o ‘campesinos’.En el reconocimiento de los actores es posible dilucidar unconjunto de recursos representacionales, tales como lanominación, la eliminación referencial, la generalización, lasustitución metonímica de la referencia y el uso de formasimpersonales, entre otros, que hacen posible elreconocimiento o la negación de actores discursivos.

De las guerrillas dice que siguieron secuestrando,asesinando a civiles y violando sin freno el DerechoInternacional Humanitario. Les atribuye casi el 70por ciento de los secuestros que se presentaron y más de1.000 asesinatos de civiles. El informe cita a su vezotro documento de la Comisión Colombiana de Juristasen las que se le atribuye a las guerrillas 458 asesinatospolíticos, casi el doble de lo que cometieron durante elaño 2000. Menciona los casos de la ex ministraConsuelo Araujo y el congresista Diego Turbay Cote,entre otros. “Estos grupos realizaron acciones armadasen casi 1.000 de los 1.097 municipios que hay en elpaís. Ambos, tanto las Fuerzas ArmadasRevolucionarias de Colombia (Farc) como el Ejércitode Liberación Nacional (ELN), sistemáticamenteatacaron a la población no combatiente y violaron susderechos humanos a través del asesinato, ladesaparición forzada, la mutilación de cuerpos, yataques a iglesias y hospitales”, afirma el reporte3.

La relación que se establece entre impunidad y laidentificación precisa de los actores de un delito, no se presentaexclusivamente en relación con un grupo específico, sino quese articula de manera general a los juicios de impunidadsobre los actores involucrados en el conflicto. Entre las causasque se señalan para la comisión de los homicidios aparece lade cruzar el límite territorial entre zonas controladas por laguerrilla o los paramilitares. Las víctimas de la guerrilla y de

3 El Tiempo, 5 de enero de 2002. “Duro informe de E.U. sobre derechos humanos en Colombia”.

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los grupos paramilitares incluyen candidatos a cargos públicos,mandatarios en ejercicio, líderes, indígenas y campesinos. Lascausas que con frecuencia se presentan hacen referencia aque han adoptado posiciones autónomas o divergentesrespecto a los actores armados. Los asesinatos contrafuncionarios públicos, sindicalistas, indigenistas, defensores delos DH y, en general, personajes de la vida pública o social delpaís se representan en el marco del conflicto armado colombianocomo hechos extraordinarios cuya escenificación en la prensase sustenta en datos, fechas, cifras y estadísticas que pretendenconstituirse en recursos para argumentar y valorar losacontecimientos. En estos casos, se hacen explícitos los actoresy las víctimas, y los hechos de ley se organizan en torno alproceso de investigación. En el corpus analizado las fuerzasdel Estado pocas veces son representadas como responsablesde asesinatos, lo cual parece deberse a la relación que existeentre lo que constituye un asesinato y lo que lo diferencia deuna masacre, delito en el que sí aparecen involucrados losagentes del Estado. El contraste entre ambos tipos de delitoradica en el número de víctimas y no en la naturaleza de laviolación a los DH y la contravención al DIH.

Del hallazgo de que los organismos de justicia sonconsiderados como inmóviles, mientras que a loscontraventores se les otorga un carácter de productividad ypoderío, se deriva la necesidad de analizar las vocesdiscursivas. Al reconocer las voces de los actores a través dela citación directa, indirecta y mixta, se da cuenta de lossectores sociales específicos que acceden al discursocirculante, así como de las distintas formas de atribuirsignificados o expresiones a los actores discursivos. Seobserva una clara tendencia de la prensa a reconocer y aotorgar voz, en virtud de la asignación de autoridad,presentando a los actores desde una posición de denuncia,desacuerdo o reprobación de los hechos que son impunes,situándose así en el marco de legalidad que supone la justicia.

El proceso de identificación de la conceptualizaciónde la impunidad se potencia con el análisis del tema y eltópico, a partir del cual se descubre que la impunidad esdefinida en la prensa colombiana de diversas maneras. La

impunidad es un hecho sin castigo: “90% de los homicidiosen Bogotá quedan impunes”4; la impunidad es un fenómenosocial indeseable, un mal o un problema que puede sererradicado: “Piden al Gobierno acabar la impunidad”5; esun fenómeno que es incompatible con el bien social: “Nohay paz con impunidad”6. Además, es conceptualizadacomo una teoría: “El debate penal: ideología o impunidad”7;y es un fenómeno capaz de establecer distintos tipos derelaciones ya sea con el agente nombrado socialmente paracastigar: “El juez y la impunidad”8; con miembros de lasociedad caracterizados por un valor social: “Inteligenciacontra impunidad”9; con los recursos sociales: “Será armacontra la impunidad”10; con otros fenómenos sociales ohechos: “Crimen e impunidad”11; y con agentes o fenómenoscapaces de ejercer control sobre esta: “Bloque contra laImpunidad”12.

Además de la construcción de sentido en relacióncon los actores, las acciones, las voces y los temas se opta porseleccionar las diez palabras más asociadas estadísticamentecon ‘impunidad’. Éstas son organizadas en cuatro redesconceptuales. Así, índices-justicia define a la impunidad entérminos de la negación funcional de la justicia; decir-luchar-contra-permitir formula escenarios de confrontación quecaracterizan y definen la impunidad; Colombia-país-Estadodan un escenario espacial y simbólico a la impunidad, ycrímenes propone la impunidad como actividad productiva.La primera red recoge la dupla ‘indices-justicia’ a partir dela cual la impunidad es representada como carencia dejusticia, consecuencia de respuestas parciales del sistemade justicia o resultado de la inestabilidad jurídica. Laimpunidad es entonces definida en términos de justicia yde su medición. Esto puede verse en la siguiente noticia:

La importancia de las movilizaciones y las denunciases buscar que los crímenes no queden impunes. Laimpunidad es el peor aliado en estos casos, porque así seabren las puertas para que sigan sucediendo abusos yejerciéndose la violencia contra los periodistas. Lasensación de que no hay justicia es lo peor que hay13.

4 El Espectador, 25 de febrero de 1998. “90% de los homicidios en Bogotá quedan Impunes”. Judicial.5 El País, 20 de mayo de 2000. “Piden al gobierno acabar con Impunidad”.6 El Espectador, 28 de mayo de 2000. “No hay paz con Impunidad”. Actualidad.7 El Espectador, 10 de enero de 1999. “El debate penal: ideología o impunidad”. Nacional.8 El Espectador, 13 de enero de 1998. “El Juez y la Impunidad”. Judicial.9 El Espectador, 24 de octubre de 1999. “Inteligencia contra Impunidad”. Actualidad.1 0 El Espectador, 6 de febrero de 2000. “Será arma contra la Impunidad ”. Judicial.1 1 El Espectador, 5 de febrero de 1999. “Crimen e Impunidad”. Política.1 2 El Espectador, 4 de diciembre de 1999. “Bloque contra la Impunidad ”. Actualidad.1 3 El Espectador, 19 de julio de 2001. “Sociedad debe marchar contra la impunidad”. Editorial.

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La segunda red esta integrada por ‘decir-luchar-contra-permitir’ mediante la cual se propone una significaciónde la impunidad ligada a la oposición entre actores, en la quese formulan juicios y valoraciones con pretensión de verdad.En este caso, la prensa distribuye responsabilidades y hacellamados a la confrontación entre quienes cometen accionesadjetivadas como impunes y quienes se enmarcan dentro delos parámetros jurídicos. No obstante, la responsabilidad sediluye y se pone énfasis en las racionalidades de actoresanónimos. Como en: “Asocámaras pidió no permitir laimpunidad porque ese es el alimento para la delincuencia ymotivo de nuevos atentados contra la sociedad”14.

La tercera red incluye las unidades léxicas‘Colombia-país-Estado’ a través de las cuales se localizanlos acontecimientos y se proponen como propiedadesintrínsecas de los locativos, sus habitantes y sus costumbres.Esta naturalización de las acciones se aplica también a laimpunidad como uno más de los rasgos idiosincrásicos de lanación y su administración: “La Comisión de DerechosHumanos de la ONU condenó ayer la persistencia de laimpunidad en Colombia y la violencia utilizada por todaslas partes en conflicto”15.

Finalmente, la unidad léxica ‘crímenes’ como eje designificación que propone actores en oposición, reconstruyeacontecimientos en forma fragmentada con carácter de causasobre las distintas formas de exclusión social. Esta unidadsuele exponer la viabilidad mercantil del delito y, en esamedida, se prefigura como un aspecto más del mercado, enel que la atribución de responsabilidades tiende a ser laxa.

Además, se encuentra que ‘crímenes’ pone en relaciónfenómenos de la economía con las acciones punibles,derivándose de esta relación la adopción de una racionalidaden la que la acción delictiva es en efecto más rentable yproduce más beneficios que las actividades económicasreconocidas por el Estado. En el marco de esa racionalidadaparece una percepción de justicia impotente e ineficaz y, enconsecuencia, incapaz de penalizar, garantizando así, a loscontraventores, beneficio para sus acciones. Cuando secorrelaciona crímenes-impunidad, la prensa adopta dosestrategias: una de generalización en la que las distintasformas del control del Estado sobre un tipo de crimen o sobrela totalidad de los crímenes, se cuestiona o se reforma y, por lotanto, lo que se percibe incluye la inestabilidad del sistemajurídico para resolver el fenómeno implicado. En esta

perspectiva, la noticia tematiza las reformas jurídicas. La otraestrategia consiste en fragmentar y particularizar los actospunibles, de manera que no sea posible disponer, en ningunode los dos casos, de la información suficiente para abordarcríticamente y conceptualizar ‘crimen’ frente a ‘impunidad’.

El artículo 8 del Estatuto de Roma hace una largaenumeración de crímenes de guerra, que son los delitoscontra personas o bienes protegidos por el DerechoInternacional Humanitario (DIH). Entre esos crímeneshay varios frecuentemente cometidos por la guerrilla ylos paramilitares colombianos, como la toma de rehenes(secuestro); matar intencionalmente; dirigirintencionalmente ataques contra la población civil ocontra objetivos civiles; atacar o bombardear ciudades,aldeas, pueblos o edificios que ni estén defendidos nisean objetivos militares; matar o herir a un enemigoque haya depuesto las armas; reclutar o alistar niñosmenores de 15 años o utilizarlos para participaractivamente en las hostilidades; dirigirintencionalmente ataques contra edificios dedicados alculto religioso u hospitales; emplear armas envenenadasy emplear gases tóxicos y asfixiantes. Sin embargo, entrela lista de delitos que no podrán llevarse a la CPI en lospróximos siete años se excluyen el genocidio y los crímenesde lesa humanidad16.

En la observación de las unidades léxicas másasociadas estadísticamente con la ‘impunidad’ se encontróun conjunto reiterativo de expresiones que contribuyen demanera significativa a la representación de la impunidad.Estas se agruparon, en primer lugar, como el conjunto de lasexpresiones atributivas y transitivas, de acuerdo con las cualesla impunidad es presentada como un estado inmodificable,que depende de los actores armados y de los ejecutores deley. De tal manera que la impunidad responde a las lógicasde funcionamiento de los actores y las acciones y omisionesdel sistema de justicia. De este modo la impunidad esconceptualizada en el marco la confrontación bélica y como elproducto de lógicas opuestas: “De los homicidios que secometen en la capital cerca del 90% quedan en la impunidad,porque nunca se encuentran los culpables y cuando los hay,los procesos judiciales son tan complicados que la sanción opena llega unos años más adelante”17.

1 4 El Tiempo, 10 de noviembre de 1998. “Piden fiscal especial por crimen de Grisales”. La Nación.1 5 El País, 26 abril de 2002, “Piden acabar con la impunidad en Colombia”. La Nación.1 6 El Tiempo, 31 de agosto de 2002. “Crímenes de guerra en Colombia, por fuera de la Corte Penal Internacional durante los próximos

siete años”. Conflicto armado.1 7 El Espectador, 25 de febrero de 1998. “90% de los homicidios en Bogotá quedan impunes”

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Algunas estructuras transitivas usadas en la prensapermiten reconocer la presencia de actores discursivos y surepresentación en relación con las responsabilidades queles son imputables. Estas expresiones permiten que laprensa elabore un espacio conceptual de guerra, configureun sentido de contravención o formule cierto grado decontrariedad, en el que los principales actores discursivos(ejecutores de ley) niegan y hacen oposición a quienespromueven, generan o mantienen la impunidad y loscontraventores se proponen, desde el discurso, como gruposcuyas acciones se corresponden con las de los ejecutores deley, de modo que se configuran dos lógicas en oposición,que permiten la segmentación y el ocultamiento de losefectos de la impunidad sobre las formas de ser de losgrupos: “Un llamado a derrotar la impunidad, el contrabando,disminuir las incertidumbres y apoyar decididamente laactividad empresarial hizo el industrial Carlos ArdilaLülle”18.

En segundo lugar, se encuentran las expresionescon cuantificadores que tiene la función de dotar deveracidad y objetividad la información que presenta laprensa. No obstante, no se permite, ni se ofrecen losmecanismos suficientes para contrastar la información conlos eventos y aspectos de la realidad. De este modo en larepresentación de la impunidad se tiende a orientar la accióndel colectivo empleando la generalización. Así, el uso decuantificadores permite la significación de la impunidad enel ámbito de lo medible y, en consecuencia, se propone comoobjetos del mundo social que dirigen la acción individual ycolectiva: “El balance de la Constitución no es satisfactorio:hay más índices de violencia, el proceso de paz estáenredado, existe más desempleo y altísimos índices deimpunidad”19.

En tercer lugar los modalizadores que permitenla formulación de formas de verosimilitud para losacontecimientos, de tal forma que favorecen la inclusiónde las especulaciones en universos de sentido posible.Desde allí, es factible la delimitación del espectro de losacontecimientos ‘impunes’ dentro de la gama de loprobable y viable. A través de las expresiones conmodalizadores la prensa juzga los hechos de ley, igualala posición de un actor reconocido con la de la sociedad,justifica la guerra e idealiza el Estado Social de Derecho.Con estos recursos la prensa establece un continuo entreel desconocimiento y el ’deber ser’, en el que es factible el

ocultamiento de la responsabilidad social de los actoresfrente a los acontecimientos que contravienen la ley y noreciben sanción alguna: “Aceptar las reglas de la guerrasupone la existencia de ejércitos regulares que respetenlos derechos de la población civil, lo que no implica, pordesgracia, que se renuncie a reclutar, armar, uniformar,bombardear, imponer tributos, tomar prisioneros y obligara obedecer códigos de guerra”20.

La organización de los significados presentes en lasacciones, los actores, las voces, los temas, los tópicos, laspalabras clave y las expresiones se estructura unarepresentación semántica básica, formulada desde lasrelaciones entre los actores, las acciones y los locativos. Losactores permiten conceptualizar el conjunto de seres capacesde acción; las acciones se formulan en términos de lasdistintas formas de actuar sobre el mundo, de sufrirtransformación o de modificar estados, y los locativos dancuenta de las diversas formas de percibir espacios y tiempospara la ubicación de seres en los acontecimientos, los eventoso las situaciones. De este modo de develan tres conceptosde impunidad.

La impunidad como un hecho natural

Cuando la impunidad es el resultado de laausencia de justicia, en términos de la negación de losejecutores de ley y los hechos de ley, se establece una redde modelos culturales que constituyen una RS de laimpunidad como una forma de funcionamiento físico ybiológico (Cuadro 1).

El modelo cultural de impunidad ‘la justicia esmateria’, se decanta como expresión de la forma sustancialque constituye la esencia de todo cuerpo u objeto, susceptiblede sufrir alteraciones químicas u orgánicas en las que serelaciona la presencia de ciertas condiciones ambientales yde elementos u organismos que la transforman en períodosde tiempo determinados. La materia se concibe como elconjunto de átomos y moléculas que el ser humano percibea través de los sentidos y adopta distintas formas que seconocen como sustancia “Evitar que las investigacionesque por esos delitos queden cobijadas por mantos desospecha o conduzcan a la impunidad absoluta”22. Deeste modelo cultural se deriva otro, ‘la justicia es materia en

1 8 El Espectador, 25 de septiembre de 1999. “”A derrotar la impunidad”: Ardila”. Económicas.1 9 El Espectador, 3 de julio de 2001. “¿Jaque a la figura presidencial?”. Política.2 0 El Espectador, 13 de diciembre de 1998. “Derechos humanos y guerra irregular”. Nacional.

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transformación’, para explicar tropos como “Desde entoncesel expediente duerme el sueño de los justos”23, para darcuenta de que algo en la vida social o cultural se hatransformado, es decir, se construye el modelo a partir de laexperiencia que se posee sobre los cuerpos o los objetos,aplicando el principio metonímico general según el cual, silos cuerpos o los objetos sufren alteraciones químicas uorgánicas se transforman y al hacerlo se produce un cambiode apariencia. Así mismo, pueden derivarse otros modeloscomo la impunidad es un organismo, una ficha o un objeto“La justicia en jaque”24, que se organizan en función de laestabilidad, la reiteración, la relevancia y lo genérico de losmodelos culturales que conforman una RS.

En torno al modelo cultural nuclear ‘la impunidades un organismo’, se configura la primera RS, formuladacomo un modelo de funcionamiento físico biológico. Estarepresentación sugiere que concebir una realidad y percibirlacomo un organismo, regula paradigmáticamente la vida socialen la medida en que la valoración del mundo se articula alcarácter biológico esencial de lo humano. En cuanto ciertoselementos de la red de modelos se hacen reiterativos, yocupan un lugar saliente en la cultura, determinan laestabilidad de una forma de comprensión y conocimientodel mundo, con lo cual es posible precisar el núcleo de larepresentación. En la RS de la impunidad como forma defuncionamiento físico y biológico se integra una gama desaberes y experiencias que van del simple reconocimientode la materialidad de la realidad hasta la formulación de lacompleja existencia de la materia viva y sus propiedades.En el primer caso, la conceptualización del mundo seobjetualiza y, en consecuencia, se propone manipulable e

instrumentalizable. En el segundo caso, el mundo esinterpretado en términos de los seres vivos, en particular delos animales. La prioridad de la experiencia vital se formulabásicamente como la agresión de un organismo nocivo aotro organismo, hecho que activa el sistema defensivo paraproducir sustancias o procesos que contrarresten la agresión.Cuando la respuesta inmunitaria es insuficiente o porefectos de la agresión se paraliza, el organismo atacado setransforma y se descompone.

La impunidad como racionalidad

A partir del conjunto de modelos culturales en losque las organizaciones son personas y en torno al esquemafundacional la impunidad es igual a la presencia decontraventores y la ausencia de ejecutores de ley en ausenciade Estado se estructura una RS en la que la “impunidad esla ausencia de una racionalidad ética que oriente lasmúltiples racionalidades”, cuyo significados originarios sepresentan a continuación (Cuadro 2).

Esta representación supone el modelo cultural “laimpunidad es la coexistencia de racionalidades en conflicto”,al que se llega luego de revisar un conjunto de tropos en elcual las organizaciones de individuos son consideradas comoorganismos complejos o como personas. En este caso, losactores son concebidos como organismos: ‘las organizacionesson organismos vivos complejos’ “Guerrilla y paramilitaresse nutren de las pandillas de Ciudad Bolívar en Bogotá”27.De este modelo cultural se derivan explicaciones para tropos

2 1 Impunidad (I) es (=) la negación ( ) de los hechos de ley (H. L.) y ( ) la negación de los ejecutores de ley (E.L.)2 2 El Espectador, 30 de agosto de 1999. “Fuero no es impunidad”. Nacional.2 3 El Espectador, 5 de abril de 1998. “Magnicidio que exalta la impunidad”. Regionales.2 4 El Espectador, 3 de noviembre de 2002. “Las jugadas que terminaron por someter las leyes”. Judicial.

Cuadro 1. Red de modelos para la justicia es materia.

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en los que ‘las organizaciones armadas son seres vivos’, consus características y funciones; pero además, son personascon potencialidades y volición: “La guerrilla, por lo quehace, también debe hacer una autorreflexión y definir siestá a favor o en contra de los derechos humanos”28.

Al recuperar el conjunto de expresiones y conceptosen los que la impunidad se formula como la inutilidad delEstado y sus acciones en el marco de un conflicto, se entiendeque el Estado de Derecho, propio de las sociedadescontemporáneas, se funda en la ampliación de las libertadesindividuales y, por ende, el ejercicio libre de los derechos ydeberes ciudadanos, el conocimiento científico y en lascapacidades racionales con las que funciona el sistemaorganizacional propio de los Estados–nación. En este sentido,las diversas valoraciones sobre la eficiencia y funcionalidaddel sistema proceden de sus propios rendimientos, es decir,concierne al sistema social. Así, se producen múltiplesexpresiones como: “El récord de derechos humanos delGobierno colombiano, la rama Ejecutiva, las Cortes, lasFuerzas Militares y la Policía, es pobre”29.

El modelo cultural nuclear de la RS, propuesto entérminos de racionalidades en conflicto, indica, por una parte,la falta de claridad que compete a las estructuras políticas y a

la sociedad civil para organizar y hacer viables las distintasformas de integración social y del bienestar colectivo; y, porotra parte, la evidente incompatibilidad con la racionalidaddel mercado, que parece centrarse exclusivamente en ladinámica de sus intereses. En medio de esta paradoja, elpapel del Estado queda reducido a ser el depositario de laeficiencia económica, asumiendo los requerimientosinternacionales en detrimento del ejercicio de la justicia, conlo cual genera las condiciones para el deterioro económico ysocial interno. En esta dirección, el modelo cultural que seposiciona en el núcleo de la RS, recupera la existencia de lasacciones y las omisiones que niegan la racionalidad del derecho,por lo que las razones para hacer justicia en Colombia son decarácter estratégico.

El proceso metafórico en el que los distintos gruposarmados son formulados como personas, incluye la estrategiadiscursiva del ocultamiento; es decir, al formular esasorganizaciones como unidades se diluye el sentido de supropia esencia, como entes que no necesariamenteconvergen en los mismos principios y fines. De esta manera,se encubre que, como toda organización, los grupos armadosposeen una estructura, intereses múltiples, fragmentados yhasta contradictorios, y una composición con sectores en

Cuadro 2. Red de modelos para impunidad es la ausencia de una racionalidad ética que oriente las múltiples racionalidades.

2 5 Léase: impunidad (I) es igual a contraventores (C) o ( ) la negación ( ) de los ejecutores de ley (E.L).2 6 Impunidad (I) es no ( ) Estado (E).2 7 El Tiempo, 30 de septiembre de 2002. “Guerrilla y paramilitares se nutren de las pandillas de Ciudad Bolívar en Bogotá”.2 8 El Espectador, 19 de enero de 2000. “La población civil es la que pone los muertos”. Proceso de Paz.2 9 El Espectador, 26 de febrero de 2000. “D.H.: pobre récord de Colombia”. Judicial.

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tensión, entre otros factores. Cuando se considera que ‘lasorganizaciones son personas’, se les reconoce una capacidadpara razonar, por lo que al desentrañar la racionalidad queorienta a las diversas organizaciones en relación con laimpunidad se encuentra que ésta es el resultado de aplicarpor lo menos dos racionalidades. Por una parte, laracionalidad del contraventor en la que sus justificaciones,sus intereses y sus acciones apuntan a obtener beneficios abajos costos en el orden de los bienes materiales, del dominioterritorial, del poder de regulación de la convivencia social ydel acceso al poder político. Por otra parte, la racionalidadque las sociedades contemporáneas consideran propia delos ejecutores de ley, la racionalidad jurídico-política onormativa, cuyas decisiones se fundamentan en la relacióncosto beneficio proveniente de una axiología de derechos ydeberes, anclada en los principios de autoridad procedentesde las formas de organización social. Así, la representaciónde la impunidad que propone la prensa colombiana seestructura en relación con el carácter cognitivo y volitivo dela persona.

La impunidad: una lógica de producción

La RS de la impunidad que la sintetiza como unfenómeno que subyace al funcionamiento del sistemaeconómico, implica reconocer la génesis de las condicionesque la determinan, explicitar su funcionamiento social eidentificar las consecuencias que se derivan de las decisiones

político-económicas asumidas por la sociedad colombiana.La red de modelos culturales que constituyen la RS permitenconceptualizar la objetualización de la impunidad, laorganización de un mecanismo productivo y ubicarla en elmarco de la relación oferta demanda y costo beneficio de lasleyes del mercado (Cuadro 3).

La estructuración y organización de los modelosculturales determinan que la interpretación de la RS seenmarque en el análisis político de la macroeconomíacontemporánea, teniendo como modelo nuclear ‘laimpunidad es una estrategia de mercado’; a la que le esinherente el funcionamiento del sistema económico. Laconceptualización, en este caso, procede de entender alser humano como objeto de consumo, mercancía oconsumidor; y a los actores armados como organizacionesfinancieras; de manera que la personificación de laracionalidad del mercado se constituye en el paradigmapara la acción social. Este modelo surge del reconocimientoen distintos tropos de una manera de conceptualizar laimpunidad como el resultado de la acción de loscontraventores en ausencia del Estado.

Lo que se observa es que el amalgamiento de losdistintos tipos de acciones punitivas, propone uncontraventor anónimo y colectivo con gran capacidadorganizativa, capaz de penetrar el sistema jurídico en susdistintos niveles y de imponerse en la sociedad sin que elEstado pueda asumir el control social del fenómeno, demanera que la acción delictiva se concibe como un objeto-mercancía, que se articula a un proceso propio de unmecanismo cuya producción se concatena y genera unasecuencia sin límite temporal o espacial, como en:

Cuadro 3. Red de modelos para la impunidad es una estrategia de mercado.

3 0 La formula se lee: Impunidad (I) son (=) los contraventores (C) y ( ) los delitos (D) sin ( ) Estado (E).

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Soy consciente de que todo crimen político amenaza losderechos fundamentales de todos los colombianos. Es másgrave y peligroso si se piensa que forma parte de unacadena de crímenes que hasta el momento permanecenen la impunidad, como si las investigaciones fueraninútiles o quienes las han emprendido se hubieranestrellado contra poderosas organizaciones criminalesfrente a las cuales el Estado es impotente31.

En este sentido, se interpreta el conjunto de accionespunibles como resultado de la acción de un mecanismo cuyosproductos tienen un valor agregado, es decir, ‘ lasorganizaciones delictivas son empresas’. La experienciacotidiana de comercialización, que está en la base de laconsideración del delito, en tanto producto generado por unaempresa, favorece la utilización de una amplia gama de troposen los que queda en evidencia la relación entre la economía yla criminalidad, como por ejemplo: “hoy opera en el país una“gran máquina paramilitar”, que cuenta con “mas recursosde los que se puede suponer que les den comerciantes oganaderos”, sectores que tradicionalmente han financiadola lucha contraguerrillera”32.

De acuerdo con Rubio (1999), hay una relación entreel desarrollo económico y el fortalecimiento del sistemacriminal en Colombia. En esta perspectiva, laconceptualización de delito puede analizarse en términosde una transacción y, en consecuencia, en el marco de larelación costo-beneficio, de manera que el delito existe y sefortalece en el mercado, donde la actividad delictiva eseficiente y rentable. Tal como se ha señalado, se percibe laacción punible como un fenómeno colectivo, anónimo,homogéneo y su penalización es apenas un hechoidealizable, en el que los contraventores, aplicando laracionalidad del mercado, delinquen en proporción directaal grado de beneficios que dicha acción produce, y enproporción inversa al costo generado por la acción de lajusticia; es decir, ‘el delito es una inversión’; esto tambiénincluye contemplar el delito como propio de un mercadolaboral, como en: “Las Farc y las autodefensas hanencontrado una bolsa de empleo ilícito en las pandillasde Ciudad Bolívar. Allí consiguen quien lance unagranada contra un cajero, active una carga explosiva ocompre un lote de munición”33.

En este sentido, la red de modelos culturales en laperiferia de la RS de la impunidad como fenómeno del

sistema económico, permite identificar en los contraventoresuna suerte de organizaciones financieras en las que lageneración de productos, bienes y servicios requiere deinsumos, que en el caso de las organizaciones armadas, sonla fuente de ganancias. Los recursos financieros de estasorganizaciones proceden, entre otras formas, de la ‘venta delos derechos humanos’, como cuando se secuestra paraconvertir la vida en una mercancía o se desplaza la poblaciónpara apropiarse de territorios o cuando se reclutanforzosamente mujeres y niños o se contratan jóvenes parahacer de su actividad una plusvalía. A esto se añade elcomercio de armas y drogas, configurando lo que la prensadenomina el estado de impunidad. La RS de la impunidaden esta perspectiva, permite desentrañar que en la sociedadcolombiana, la racionalidad del mercado ha determinado ladesaparición de formas de vida tradicionales, para legitimarlas dinámicas globales propias de este sistema político-financiero, que se propone como un orden cultural. En estesentido, la sociedad se plantea como un ente anónimo,neutro, sin relaciones de poder, en el que la presencia delEstado puede ser elidida o sustituida.

Abriendo el debate

Los resultados obtenidos de los distintosprocedimientos analíticos a los que fue sometido el corpus enrelación con las teorías que enmarcan este trabajo permitenestablecer un conjunto de elementos de cierre que, por unaparte, proponen una solución frente a unos interrogantesespecíficos y, por otra, amplían el espectro de cuestionamientospara la comprensión de la relación mediática entre cognición,lenguaje y cultura. Hipotéticamente lo que se reconoce es larelación ineludible entre las RS y las formas prototípicas deocultar y naturalizar la impunidad, desde el marco jurídicoestablecido. Así, cuando en la base conceptual se formula elmodelo físico-biológico, se rastrean contravencionesarticuladas a la impunidad de hecho; cuando en el núcleo sedesentraña el modelo de las racionalidades en conflicto, laimpunidad se propone más del orden social y de derecho; y laimpunidad es de orden político, cuando el modelo gira entorno a la imposición de la racionalidad económica.

3 1 El Espectador, 18 de agosto de 2001. “Justicia, justicia...”. Nacional.3 2 El País, 20 de julio de 1998. “Samper, rajado en DD.HH.”. Nacional.3 3 El Tiempo, 30 de septiembre de 2002. “Guerrilla y paramilitares se nutren de las pandillas de Ciudad Bolívar en Bogotá”.

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La reconstrucción de las RS reafirma el carácterconsensual del núcleo y multiforme de la periferia, es decir, lapreeminencia de formas de pensar y actuar que se estabilizanen una comunidad y se fijan en el discurso. De esta manera, elnúcleo de la representación, además de poseer las propiedadesde ser estable, reiterativo, también es generativo y sintetizador.Así, las RS de la impunidad no proceden necesariamente delconocimiento del sistema jurídico establecido, sino que sederivan del conjunto de relaciones que se instauran entre losactores, las acciones y los locativos – categorías básicas delesquema fundacional –, que permiten la conceptualización desentido común. Lo que resulta de las relaciones que se instauranentre las RS y las formas de conceptualizar jurídicamente a laimpunidad es la relación democracia – con la consecuentereforma del sistema jurídico (hecho político-jurídico) – y conflictoarmado (hecho político-económico), de manera que la viabilidadpara la transformación del estado de impunidad en Colombiaprocede, por una parte, de la democratización del régimenpolítico que otorgue representatividad para todas lasexpresiones y sectores de la sociedad; y, por otra, de latransformación estructural del sistema económico que garanticecondiciones dignas para los miembros de la comunidad.

Del proceso analítico desglosado se puede estableceruna secuencia de derivación que, sin embargo, no coincidecon la comprensión global del fenómeno, pues esprecisamente la tercera RS de la impunidad la que dasentido a las dos anteriores. Por una parte, la primerarepresentación se asume coherente en el marco de unasociedad en la que la instrumentalización, la objetualizacióny la estrategia, fundamentan la acción humana. En estecaso, la prensa propone la conceptualización de una realidadespectacularizada y narrativizada fragmentariamente, concarácter inmediatista a través de la cual se construye unsentido aparentemente objetivo de la problemática social.Los recursos lingüísticos apropiados por la prensagarantizan al lector común la percepción de un discursoreflexivo, objetivo y hasta moralizador. Por otra parte, lasegunda RS articulada desde la personificación y laracionalidad garantiza la naturalización y el ocultamientode la opción político-jurídica y económica, adoptada demanera más o menos voluntaria por los grupos de poder,desde donde se crean, desarrollan y perpetúan las formasde valoración susceptibles de ser dilucidadas de unasociedad en particular. El paradigma axiológico incluye ‘biencomún’, ‘justicia’, ‘progreso’, ‘libertad’, ‘rentabilidad’, entreotros, permitiendo inferir que la propuesta para el mundocontemporáneo pasa, en esencia, por la capacidad deadaptación del ser humano a una forma de actuar conformecon los principios que rigen el mercado local, nacional ytrasnacional.

En síntesis, la reconstrucción de las RS de laimpunidad permite reconocer un orden cultural instaladoen la organización político–jurídica y financiera delneoliberalismo, desde donde se sustentan formasespecíficas de vivir y sobrevivir para el logro del éxitoindividual y la satisfacción de los intereses propios. Laimpunidad como fenómeno social se instala en la sociedadcomo una expresión de la función política generadora demercancías capaces de producir grandes ganancias. Eltrabajo analítico interpretativo que se ha desarrollado dejapropuesta una conceptualización reelaborada de laimpunidad en el contexto de la crisis socio-políticacolombiana. Así, la prensa capta, provee y elabora el sentidoy significado de la impunidad en las noticias para orientary controlar las formas de conocer, de decir y de hacer frentea este fenómeno social. Las RS de la impunidadformuladas son diferentes puestas en escena de un hechosocial que se expresa, en relación con los intereses ynecesidades de los grupos sociales que las proponen y deaquellos que interactúan bajo el influjo de la prensa. Eneste sentido, la impunidad se constituye en fuentejustificatoria de la crisis socio-política general y, se actualizaen la red social a través de los mass media escritos, que enColombia son monopolios bien caracterizados. El sentidoque se instaura pone en relación variables de ordenjurídico-político-económico y cultural, que produce unaevidente relación con las distintas formas de violencia ycon el conflicto armado.

Estas representaciones se corresponden conconocimientos y prácticas de diferentes actores en distintosgrupos sociales, en los que se incluyen el Estado, loscontraventores y los ejecutores de ley. Esto significa que suconceptualización registra características e interesesmateriales identificables y predecibles en el contexto enque se producen y reproducen. Por tanto, la impunidad esel acto de exclusión total más arraigado en la sociedadcolombiana actual y procede de la exclusión socialgeneralizada a la que están sometidos amplios sectores dela población. En consecuencia la evolución de las RS de laimpunidad, se liga a transformaciones estructurales en elorden político, económico y social del país.

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Submetido em: 09/2005Aceito em: 16/11/2006

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