análisis de la 1ra parte de radiografía universal de la infamia de carlos escudé

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Análisis de la Parte I del libro de Carlos Escudé Alumno: Román Rossi Lores Matrícula Universitaria: 21-36073949-11 Asignatura: Práctica Profesional Página | 1 Román Rossi Lores

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2011-2013: dos años para recordarAnálisis de la 1ra parte de Radiografía Universal de la Infamia de Carlos Escudé

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Anlisis de la Parte I del libro de Carlos Escud

Alumno: Romn Rossi Lores

Matrcula Universitaria: 21-36073949-11

Asignatura: Prctica Profesional

Docente: L.A. Fuensalida

Ao: 2014

IUPFA

2011-2013: dos aos para recordar

Carlos Escud, autor del texto que analizaremos a continuacin, a partir de la observacin del perodo mencionado en el ttulo, hace referencia a numerosos hechos que acontecieron y que han dado paso a un cambio en el aspecto poltico y econmico en el mundo, al punto tal de que pronto estaremos habitando un planeta irreconocible segn sus propias palabras. Estos sucesos han generado un cambio en la moral internacional o mejor dicho, han dejado a la luz la doble moral de los Estados que lideran la poltica internacional.

En primera instancia el autor se centra en el anlisis de la poltica estadounidense y su imagen de superpotencia que esgrime el lema del destino manifiesto como principal exportador de democracia y de derechos humanos. Esta doctrina ha sido empleada desde el inicio del Estado Norteamericano en relacin con la anexin de numerosos territorios y la defensa de la libertad y la democracia que ha realizado por el mundo. As, se mantiene an viva la llama que prendiera Abraham Lincoln al sostener la ltima y mejor esperanza sobre la faz de la Tierra al referirse a su pas. Parece reanimarse aquella vieja frase en el discurso que el presidente Obama dio en la academia militar de West Point este ao en donde sostuvo algunas frases tales como:

Estados Unidos es la nica nacin indispensable. Esto fue as en el siglo pasado, y seguir siendo as en el prximo

Estados Unidos siempre debe liderar en la arena mundial. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo har

Creo en el excepcionalismo de Estados Unidos con cada clula de mi ser.

Si bien la historia nos ha demostrado que el papel de los norteamericanos ha sido fundamental en los acontecimientos en el mundo entero, dirigiendo y ocupndose de salvaguardar al mundo occidental de los males externos, la imagen del coloso se ha deteriorado visiblemente desde 2003 a raz de la guerra desatada contra Irak con el argumento de la existencia de arsenales de armas de destruccin masiva en ese pas.

Pero fue a partir de 2011 que el reproche en contra de la primera potencia mundial se ha incrementado por sucesos de diversa ndole.

En ese ao el galardonado premio nobel de la Paz, Barack Obama, aprob la licencia para matar de la CIA (Central Intelligence Agency) mediante la cual ese organismo tiene potestad para ejecutar personas relacionadas con el terrorismo en cualquier lugar y por cualquier medio, an si estas son de su propia nacionalidad. Claro est que este accionar est justificado por la tan mencionada doctrina de la seguridad nacional.

Esta agencia gubernamental asesin a dos ciudadanos estadounidenses en territorio yemen mediante el uso de aviones robticos no tripulados que son operados por satlite desde un centro de cmputos remoto, con el beneplcito del poder ejecutivo. A simple vista se ve cual es la implicancia del acontecimiento: sin proceso judicial, basndose en informes secretos de inteligencia, el gobierno de los EE.UU. autoriz el asesinato de un ciudadano de su propio pas violando de sta manera la primera enmienda de su constitucin que dice:

[] ni se le privar de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal [].

Si nos detenemos a analizar brevemente esos acontecimientos, nos encontraremos ante una similitud con el accionar de las dictaduras del cono sur de los aos 70. Esos gobiernos militares mandaban ejecutar a sus compatriotas que estaban en territorio extranjero en el cual gobernaban regmenes similares. Tal es el caso de los chilenos que estaban en territorio argentino, a los cuales el general Augusto Pinochet mandaba finiquitar.

Anwar al-Awlaki haba sido incluido en la lista de la CIA por ser sospechoso de haber participado en un frustrado intento de estallar un avin sobre la ciudad de Detroit para la navidad del ao 2009. Nasser al-Awlaki, padre del difunto, inici entonces una querella para remover a su hijo de esa lista, pero la justicia federal de Washington dictamin que lo que estaba en juego era una cuestin poltica encuadrada enteramente en la esfera del Poder Ejecutivo.

Pese a las quejas y accionares de organizaciones como American Civil Liberties Union, sealando que el asesinato de un ciudadano sin juicio previo debera estar fundado en criterios legales explcitos, desde el gobierno y la justicia se respondi que tanto las pruebas como los criterios eran secretos.

Estos acontecimientos generaron una ola de desaprobacin de la prensa, desde donde se criticaba el accionar y, por sobre todo, el secreto que protega ese accionar. Es que an resuena la grase de la editorial del 2 de Octubre del peridico Los Angeles Times:

Si Awlaki fue de verdad un arquitecto de ataques terroristas dentro de los Estados Unidos, como dicen los funcionarios, entonces quiz debamos celebrar su desaparicin. Pero en el fondo no lo sabemos, no es verdad?.

Se contempla desde numerosos enfoques que la visin cvica est siendo deteriorada cada vez ms por el mximo defensor y exportador de democracia y derechos humanos, y es notoria la manipulacin de stos ltimos para justificar el accionar de los llamados pases potencias en asuntos internos de otros Estados. Por supuesto, habr que prestar particular atencin a los intereses estratgicos que subyacen debajo de esa fachada.

Retomando el tema previo, es lgico que as sea dada la amplitud de accionar que ha otorgado Obama a la CIA con medidas tales como un papel protagnico a los espas en las operaciones de combate a travs del uso de esos aviones robticos. Cabe mencionar tambin el ascenso a Secretario de Defensa del que fuera designado al asumir Obama como jefe de la CIA, Leon Panetta, acrrimo defensor del uso de aviones no tripulados pese a los numerosos daos colaterales que provocan. Adems se ha multiplicado el personal del Centro de Operaciones de Contraterrorismo que maneja dichas naves, reconocido directamente por la organizacin gubernamental.

Tal vez no haya mejores palabras para describir estos acontecimientos que las de Hina Shamsi, director del Proyecto de Seguridad Nacional de la American Civil Liberties Union:

Estamos siendo testigos de la transformacin de la CIA en una organizacin paramilitar, sin los controles ni la obligacin de dar cuenta de sus acciones a la que tradicionalmente estn sujetos los militares.

Esta es probablemente una de las ms claras definiciones de que las disposiciones y las concesiones otorgadas al organismo gubernamental estn transformndola en una agencia con gran amplitud de accin.

Y continuando con el descenso de moralidad y credibilidad de Washington, si bien ste siempre ha criticado las violaciones de los derechos humanos, se ha mostrado que tiene una doble faceta, porque fuera de su territorio (porque est prohibido dentro de l), mantiene la crcel de Guantnamo en donde las prcticas de tortura estn autorizadas desde la administracin Bush. Y si bien erradicar ese establecimiento era en principio un punto de la campaa electoral del actual jefe de estado, la situacin no ha cambiado. As numerosos prisioneros y sospechosos de atentados terroristas, que no estn sujetos a las mismas normas que cualquier otra persona, son torturados y confinados en esa prisin y posteriormente juzgados por tribunales militares. De ms est decir que estas prcticas y ese rgimen presidiario violan el cdigo de justicia miliar y la Convencin de Ginebra, segn lo sealara oportunamente el Tribunal Supremo de Estados Unidos, pero la defensa de esta instalacin sostiene que al ser considerados combatientes enemigos ilegales, no estn sujetos a la autoridad y aplicacin de dicha convencin. Pese a que se han realizado numerosas denuncias por parte de organizaciones internacionales tales como Naciones Unidas o la Cruz Roja Internacional, la situacin parece que no cambiara en el tiempo prximo. Probablemente est directamente relacionado con el accionar republicano en el Congreso.

Pero esta degradacin moral no se detiene en este continente y se extiende tambin al viejo mundo. Con complicidad de la OTAN, Francia e Inglaterra condujeron una campaa en Libia utilizando el tan bastardeado lema de los derechos humanos.

Por supuesto, esta intervencin tena otro carcter implcito: Defender los intereses petroleros en el suelo de ese pas.

No fueron parte del pensamiento en relacin a la intervencin los acontecimientos que podran devenir de dicho accionar, o mejor dicho, no fue contemplado que posteriormente tomaran el poder milicias tribales y se generase una anarqua en la cual se ha apaleado a numerosos sospechosos de apoyar al dictador depuesto o a los nuevos miles de enemigos del Estado.

Es tambin interesante observar que Gadafi ya haba sido perdonado previamente por haber estado involucrado en el atentado terrorista del vuelo de Pan Am 103 derribado sobre Lockerbie, Escocia. Su indulto estuvo sellado por la Orden Ejecutiva 13477 de la administracin Bush. Detrs de esta Orden se escondan detrs los intereses petroleros y las numerosas concesiones otorgadas. Pero una vez que el rgimen dej de ser anlogo, se torn un estorbo para mantener dichas prerrogativas.

Es simple la conjetura a realizar. Cuando los regmenes, independientemente de lo crueles o deshumanizados que sean, son afines a los intereses estratgicos, se ser ms contemplativo. Como dice el refrn popular, mejor malo conocido que bueno por conocer. Pero si esa situacin que favorece a la parte tolerante cambia, se buscar la manera de deshacerse de l. Probablemente se tenga un Dj vu si se tienen presentes los acontecimientos en relacin a Saddam Hussein.

Desde el punto de vista econmico tambin se ha evaporado la ilusin en la que se colocaba a Estados Unidos como el punto ms lgido del capitalismo. Ese pas mantiene un dficit crnico tan vasto que sobrepasa su PBI en el total (alrededor de un 110%), de la cual China es la mayor propietaria. Las sedes burstiles y los excesos de desregulacin financiera han causado este dao colosal a la economa mundial.

Por ltimo en Europa, modelo mundialmente aceptado de integracin y tambin premio noble de la paz (que irona que los ms criticados sean dos premios noble de la paz, no es cierto?), la crisis del Euro desnud una de las peores caras de la poltica mundial.

Desde hace cierto tiempo ha sido sostenido por parte de la opinin pblica y de ciertos catedrticos, y me incluyo en los primeros, que la Eurozona no es ms que el nuevo Gran Imperio Alemn. Esto se debe a que en dicha Unin hay una moneda sobrevaluada que causa que los trminos de intercambio se vean deteriorados para algunos pases como Italia o Grecia que producen ciertos artculos a los que ha afectado esta moneda comn, y como si fuera poco, no tienen posibilidades de retirarse del acuerdo. Tambin se puede mencionar al banco central europeo, con casa en Alemania, que trabaja para los intereses alemanes.

Sin embargo no termina ah el anlisis europeo ya que Francia y Alemania exigen a Grecia recortes en gastos sociales (que tanto se necesitan en pocas de crisis ms que en la holgura), pero le proveen armamento para su defensa por reclamos territoriales con Turqua. Sera mucho ms lgico que garantizasen su integridad territorial y le ahorrasen esos miles de millones de euros que podra utilizar para cuestiones internas mucho ms urgentes. Claro est, todo esto tiene un doble carcter beneficioso de trasfondo. Ganan por la venta y por la financiacin de ese armamento.

La crisis econmica, que ha dejado a millones de personas desempleadas y en algunos casos sin un techo, ha generado que cada vez ms se recurra a ayudas econmicas y recortes sociales justo cuando ms se necesita un estado benefactor. Pero las prerrogativas otorgadas a la Iglesia o a la defensa nacional parecen seguir siendo una prioridad estatal, olvidndose de la sociedad que compone esa Nacin.

Pero retomando el caso estadounidense, en 2012 Robert D. Kaplan sealaba que Washington finge estremecerse de las ocho o nueve mil muertes en la guerra civil siria, cuando en el patio trasero de los EE.UU., Mxico, han perecido 47000 personas.

Kaplan seala que Mxico afectara el destino estadounidense en las prximas dcadas ms que ningn otro Estado o combinacin de Estados de medio oriente. Lo que est aconteciendo en dicho pas, que tiene un tratado de libre comercio gracias al cual el 85% de las exportaciones mexicanas van dirigidas hacia el Norte, es realmente preocupante. Los niveles de violencia son altsimos y estn relacionados directamente con la poltica de la casa blanca con respecto a los narcticos.

Esta lucha est dirigida contra la oferta en vez de centrarse en el problema del consumo, hecho que exporta violencia hacia la persecucin de los productores y oferentes para impedir el crecimiento de sta en el flanco interno.

Probablemente cambiara la situacin si se legalizasen ciertos estupefacientes o bien se dirigiese el accionar contra el consumo, pero tanto lo uno como lo otro implicara un cambio cultural que no se est dispuesto a afrontar en Norteamrica.

Queda claro que el uso de la fuerza y la violencia no son una preocupacin directa, puesto que la vista est puesta en la meta que es ganar la guerra contra la droga; como el ya desgastado clich el fin justifica los medios (interpretacin bsica maquiavlica), la violencia es tan solo un mal necesario para erradicar ese flagelo que tanto le importa y al cual tanto dinero destina el gobierno.

Luego cabe sealar el doble estndar que Escud marca en relacin a la opinin pblica. Los juicios morales son tergiversados desde medios de difusin privados y pblicos, de acuerdo a la conveniencia de cada uno. Pero es normal que as sea. No por nada el periodismo ha sido siempre sealado como el cuarto poder. Recolector de miles de hechos diversos que plasma de manera acotada y sesgada de acuerdo a la funcionalidad o ideologa que acoja, siempre ha manipulado la informacin para generar opiniones afines, o no, para con determinados sucesos. Ah ser relativa el ansia de cada uno de informarse de diversas fuentes, o comprar a primera mano lo que se recibe.

Los dobles estndares sean, tal vez, algo imposible de eliminar. Histricamente esto ha sido sustentado por los acontecimientos.

Brevemente repasemos algunos de los mencionados tales como el encadenamiento y el azote de los remeros de la pica batalla de Lepanto, o el trfico y explotacin de esclavos por parte de Gran Bretaa.

En el primer caso es probable que frente a un adversario tal como el imperio otomano, si los espaoles hubiesen sido ms humanitarios probablemente no hubiesen podido vencer a semejante flota. En el segundo, fueron necesarios los esclavos para realizar diversas actividades productivas que en aquella poca eran tan laboriosas que era imposible pensar realizarlas de otra manera. Pero al avanzar tecnolgicamente a una era ms avanzada que sus adversarios y dejar de ser funcional la esclavitud, se transform Gran Bretaa en el campen del abolicionismo.

Aqu debe hacerse un parntesis obvio que ha sido pasado por alto por el autor. El cambio humanitario de Inglaterra no responde nicamente a que hayan dejado de ser funcionales los esclavos, sino que responde a una cuestin de fondo estratgica. Pinsese en aquella poca cual era el medio de subsistencia de los dems pases mundiales, atrasado unos 50 aos en la revolucin tecnolgica, y se ver que era a partir de la agricultura y extraccin de diversos metales preciosos o explotacin de diversos recursos naturales, actividades que utilizaban mano de obra esclava. Es lgico pensar entonces, que si Gran Bretaa lograba erradicar la esclavitud dejara an ms atrasados a los dems Estados del mundo al dejar de contar con la mano de obra que generaba la mayor parte de la riqueza.

Pero pasando ya de esta breve consideracin, se mencionarn luego las etapas evolutivas. Anlogas a la evolucin Darwiniana, en las civilizaciones ha habido tambin etapas que se han tenido que transcurrir para avanzar en la formacin de los actuales Estados occidentales. Entonces, es lgico tratar con civilizaciones que todava no han transitado las mismas etapas con los mismos cdigos ticos? Para responder esta cuestin repasaremos el pensamiento de dos pensadores:

Robert Francias Cooper, ex diplomtico britnico, en su libro The Breaking of Nations sostiene que los estndares dobles deben utilizarse, puesto que si bien en el interior occidental cumpliremos las normas de evolucin cvica que hemos alcanzado, al lidiar con otras partes del mundo que estn retrasadas deberemos contemplar otro accionar:

Entre nosotros deberemos respetar la ley, pero cuando estamos en la jungla debemos guiarnos por las reglas de la jungla. El prolongado perodo de paz del que ha gozado Europa occidental ha generado una peligrosa propensin a bajar la guardia, tanto fsica como psicolgica.

Alan Dershowitz, reconocido abogado progresista de los Estados Unidos, que desde 1988 cree que la tortura debe ser reglamentada para extraer informacin a reos para evitar masacres en Israel, ha extendido ese pensamiento a Norteamrica desde 2001 en su ensayo Quiere torturar? Obtenga una orden del juez:

El verdadero objetivo es limitar la tortura a aquellos raros casos en que se va a usar de todos modos. Una orden judicial agregara transparencia y reducira su mal uso.

Si bien es lgico que desde Latinoamrica, se critiquen posturales por la historia misma de los crmenes de lesa humanidad, tiene razn el autor en considerar que es an peor el no hacer nada. Porque las prcticas, si bien no son realizadas por los Estados que respetan los derechos humanos directamente, terminan por ser ejecutadas en otras Naciones que tienen menos respecto.

Finalmente, y como se sostiene generalmente desde el realismo poltico, hay una necesidad de excluir la moral de la poltica. Es que, aunque las sociedades tengan altos niveles de moralidad y creencias, los Estados deben mantener su poder, a veces, a travs de prcticas que se consideraran incompatibles con ella. Y por eso se presenta una diferencia tan fuerte al chocar las civilizaciones occidentales con las islmicas por ejemplo, dado que estas ltimas no cuentan con una limitacin moral en el flanco interno en relacin con el accionar estatal que s presentan los Estados occidentales.

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Romn Rossi Lores