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1 Análisis de flujos migratorios internacionales: pasado reciente, presente y futurible Autores y e-mail de la persona de contacto: Rosa María Verdugo Matés ([email protected]) Xesús Pereira López ([email protected]) Manuel César Vila ([email protected]) Departamento: Economía Aplicada Universidad: Santiago de Compostela Área Temática: Población y movimientos migratorios Resumen: (máximo 300 palabras) El crecimiento del volumen de migrantes y el aumento de los países involucrados en las redes migratorias internacionales son algunos de los cambios que se vienen dando desde la última década del siglo XX. Según datos de la estadística Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas, en 1990 el número de migrantes internacionales era de 154 millones, pasando a 221 millones en 2010. Además, las regiones más desarrolladas reforzaron su peso como receptoras, de forma que si en 1990 concentraban el 53% de los migrantes internacionales en 2010 el porcentaje alcanzaba el 59%. Esta dinámica se explica en gran medida por la dispar evolución económica y demográfica en las diferentes regiones del mundo. Efectivamente, los factores económicos y demográficos operaron como factores de atracción (pull factors) en los países desarrollados y como factores de expulsión (push factors) en los subdesarrollados. Así, en los países desarrollados se ha incrementado el crecimiento económico y, al mismo tiempo, se ha desacelerado o disminuido el crecimiento demográfico, lo que ha llevado a estos países a recurrir al empleo de fuerza de trabajo extranjera. En esta comunicación se describen los principales flujos migratorios internacionales operados desde 1990 al 2010 en las diferentes regiones del mundo. Además se aventurará el posicionamiento a corto plazo de dichas regiones tanto desde la perspectiva de atracción como de emisión. Es por ello que se desea analizar este fenómeno en un periodo de tiempo relativamente corto, pero que afecta al pasado reciente, al presente y a un presumible futuro. En las tareas de cuantificación y proyección se utilizarán diversas herramientas, entre las que destacarán las medidas de centralidad y poder de atracción e impulso (power of pull-push). La fuente de datos que se manejará será la estadística Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas. Palabras Clave: análisis de redes; centralidad; cadenas de Markov; migraciones internacionales. Clasificación JEL: J61; C63

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Análisis de flujos migratorios internacionales: pasado reciente, presente y futurible

Autores y e-mail de la persona de contacto: Rosa María Verdugo Matés ([email protected]) Xesús Pereira López ([email protected]) Manuel César Vila ([email protected]) Departamento: Economía Aplicada Universidad: Santiago de Compostela Área Temática: Población y movimientos migratorios Resumen: (máximo 300 palabras)

El crecimiento del volumen de migrantes y el aumento de los países involucrados en las redes migratorias internacionales son algunos de los cambios que se vienen dando desde la última década del siglo XX. Según datos de la estadística Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas, en 1990 el número de migrantes internacionales era de 154 millones, pasando a 221 millones en 2010. Además, las regiones más desarrolladas reforzaron su peso como receptoras, de forma que si en 1990 concentraban el 53% de los migrantes internacionales en 2010 el porcentaje alcanzaba el 59%.

Esta dinámica se explica en gran medida por la dispar evolución económica y demográfica en las diferentes regiones del mundo. Efectivamente, los factores económicos y demográficos operaron como factores de atracción (pull factors) en los países desarrollados y como factores de expulsión (push factors) en los subdesarrollados. Así, en los países desarrollados se ha incrementado el crecimiento económico y, al mismo tiempo, se ha desacelerado o disminuido el crecimiento demográfico, lo que ha llevado a estos países a recurrir al empleo de fuerza de trabajo extranjera.

En esta comunicación se describen los principales flujos migratorios internacionales operados desde 1990 al 2010 en las diferentes regiones del mundo. Además se aventurará el posicionamiento a corto plazo de dichas regiones tanto desde la perspectiva de atracción como de emisión. Es por ello que se desea analizar este fenómeno en un periodo de tiempo relativamente corto, pero que afecta al pasado reciente, al presente y a un presumible futuro. En las tareas de cuantificación y proyección se utilizarán diversas herramientas, entre las que destacarán las medidas de centralidad y poder de atracción e impulso (power of pull-push). La fuente de datos que se manejará será la estadística Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas.

Palabras Clave: análisis de redes; centralidad; cadenas de Markov; migraciones internacionales. Clasificación JEL: J61; C63

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1. Introducción

Los movimientos migratorios han sido una constante en la historia de la humanidad,

pero fue a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando alcanzaron su máximo

esplendor, lo que llevó a Castles y Miller a calificar al siglo XX como “la edad de las

migraciones” (Castles & Miller, 2009). Al analizar los flujos migratorios desde una

perspectiva histórica se observa que en cada época han cambiado los países emisores y

los receptores, los factores que los han provocado y las consecuencias que estos han

tenido en los países de origen y destino. En 1885, el geógrafo Ernst Georg Ravenstein

publica “The Laws of Migration”, artículo que puede considerarse el primer estudio de

las migraciones, y en el que Ravenstein enuncia proposiciones empíricas que establecen

relaciones migratorias entre las zonas emisoras y las receptoras de migrantes. A partir

de entonces han surgido multitud de teorías que utilizando enfoques diferentes han

buscado una explicación a diversos aspectos de las migraciones, como porqué las

personas emigran o porqué eligen unos destinos y no otros.

Generalmente, no existe un único motivo que lleve a una persona a emigrar, pero

normalmente mejorar su nivel de vida está casi siempre presente. Dentro de las teorías

migratorias, la Teoría Neoclásica centra la explicación de las migraciones

internacionales en este aspecto, afirmando que los flujos migratorios parten de los

países de rentas más bajas y llegan a los países de rentas más altas (Borjas, 1989).

Posteriormente, la Teoría de la Nueva Economía de la Migración realiza algunas

matizaciones, señalando que las migraciones no pueden explicarse únicamente por el

diferencial de renta que existe entre los países, sino que hay que considerar otros

factores, como la posibilidad de conseguir un empleo en el lugar de destino, la

disponibilidad de capital para realizar una actividad empresarial o la necesidad de

gestionar los riesgos durante largos periodos de tiempo (Stark, 1993). Además, algunas

investigaciones han puesto de manifiesto que no existe una relación causa-efecto entre

la pobreza y la emigración, ya que las personas que habitan en zonas muy pobres

carecen del capital económico para realizar el viaje, del capital cultural necesario para

tomar conciencia de las oportunidades que hay en otros lugares y del capital social

(existencia de redes) que necesitan para encontrar trabajo y enfrentarse a un nuevo

medio (Castles, 2002: 21).

2

Ahora bien, sean cuales fueren los motivos que llevan a una persona a emigrar, ninguna

de estas teorías migratorias explica por qué los habitantes de un país optan por un

determinado destino y no otro. Según la Teoría de los Sistemas de Migración para

entender la elección del destino del migrante es necesario analizar los dos extremos del

flujo migratorio y estudiar todos los vínculos (económicos, culturales, políticos, etc.)

entre las zonas emisoras y las receptoras (Kritz et al. 1992). Así, la existencia de lazos

anteriores entre los países de origen y los de destino -y que pueden estar relacionados

con la colonización, la influencia política, el comercio, la inversión o las relaciones

culturales- influyen en la elección del destino de los migrantes.

Otros autores también han señalado que la mayoría de los movimientos migratorios se

producen dentro de la misma región, ya que esto supone desplazarse una menor

distancia, lo que reduce el tiempo y el coste del desplazamiento (Whintol, 2010: 51).

Además, también suele acontecer que cuando el migrante no dispone de los recursos

económicos necesarios para llegar a su deseado destino, realiza el viaje en etapas,

siendo generalmente el destino de la primera de ellas dentro de su región.

Como decíamos anteriormente, los factores que provocan las migraciones cambian en

cada momento histórico, por lo que las teorías migratorias pierden capacidad explicativa

a medida que nos alejamos del período en el que fueron escritas. Aun así, algunas de las

proposiciones de estas teorías prevalecen y otras se perfeccionan para ajustarse a la

cambiante realidad. Finalmente, las investigaciones relativas a las migraciones basan

sus explicaciones en diferentes teorías, aunque dando un mayor peso a unas que a otras.

Así, para explicar las migraciones del siglo XIX, algunos autores se han centrado en la

relación entre las colonias y las metrópolis. Según esta visión, la expansión de la

economía del siglo XIX estuvo asociada a dos movimientos importantes en la dirección

de los grandes flujos migratorios; por una parte, se produjeron flujos migratorios desde

las metrópolis hacia las colonias o áreas de influencia de los países europeos,

destacando los casos de América Latina, Oceanía y África como destino de los

europeos; por otra parte, la articulación del centro económico norteamericano atrajo

numerosos contingentes de trabajadores, principalmente de origen europeo. En

definitiva, la migración transoceánica se desarrolló paralelamente a la dinámica

económica cíclica de las metrópolis, de tal manera que fue máxima hasta la década de

1920 y descendió a partir de la Gran Depresión de 1929 (Colomo, 2002: 3).

3

Posteriormente, para explicar la llegada de millones de migrantes del Sur de Europa a

los países del Norte y Centro europeo tras la finalización de la Segunda Guerra

Mundial, la mayoría de las investigaciones destacan como factor explicativo las

opuestas dinámicas económicas y demográficas que se daban entre estos dos espacios.

En el período posbélico, se produjo una reactivación económica sin precedentes en los

países del Centro y Norte de Europa y, al mismo tiempo, una desaceleración del

crecimiento de su población. En este contexto económico y demográfico, la demanda de

trabajo en los países del Centro y Norte de Europa superó a la oferta interna, por lo que

estas economías se vieron obligadas a recurrir al empleo de trabajadores extranjeros

que, en gran medida, llegaron de los países del Sur de Europa, fundamentalmente del

Estado español, Grecia, Italia y Portugal, donde el crecimiento económico era mucho

más moderado y el crecimiento poblacional más elevado (Verdugo y Piñeira, 2014).

En esta comunicación se describirán los principales flujos migratorios internacionales

que se produjeron en las diferentes regiones del mundo durante el período 1990-2010.

Previamente, se detallará la metodología que permite aventurar el posicionamiento a

corto plazo de dichas regiones tanto desde la perspectiva de atracción como de emisión,

utilizando para tal fin diversas herramientas, como las medidas de centralidad y poder

de atracción e impulso (power of pull-push). La fuente de datos que se manejará será la

estadística Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas (NU), ya que

nos permite conocer para cada uno de los países, regiones y continentes del mundo tanto

el volumen de salidas y sus destinos como el volumen de llegadas y sus orígenes.

2. Metodología

Al margen de las interpretaciones (directas) de los flujos migratorios entre regiones,

existen distintas alternativas metodológicas para estimar posibles efectos secundarios –

se entiende provocados por dichos flujos. En principio, el estudio de los efectos directos

no reviste mayor problema pero si se desean cuantificar otros efectos la tarea es más

ardua, desde el punto de vista matemático. En este sentido, se pueden mencionar como

técnicas contrastadas para logar dicho fin: el análisis input-output, la teoría de redes y el

método de la potencia (power method). Cierto es que las técnicas señaladas guardan

4

fuertes paralelismos, cuestión que no debe sorprender porque utilizan la misma

información para medir efectos parecidos, por lo que estas podrían considerarse técnicas

afines o complementarias.

El análisis del sistema de cuentas económicas tiene un claro paralelismo con el estudio

de flujos migratorios; eso sí, introduciendo ciertos matices. De ahí, que se en esta

ocasión se recurra a la extrapolación de técnicas empleadas en el ámbito económico

para las tareas de cuantificación de los efectos indirectos de los flujos migratorios. La

metodología input-output aplicada a migraciones ha sido explotada considerablemente

(Cabrer & Pavía, 2003)), y puede reforzarse con el uso la teoría de redes (Wellman,

1983). En esta línea, Olsen (1992) señala que la modelización input-output es parte de

los modelos en red que han sido utilizados en otras disciplinas científicas1. De acuerdo

con las investigaciones de Wallis (2010) y Kelly (2014) comprueba que la teoría de

grafos utiliza matrices, y que –en realidad– unifica los modelos input-output, el análisis

de redes y las cadenas de Markov. Estos dos últimos métodos son matemáticamente

idénticos a determinados multiplicadores calculados a través del análisis input-output2.

Ahora bien, ya existían investigaciones anteriores que relacionaban directamente la

teoría de redes con el análisis input-output (García, 2003; García, 2005; García, 2008).

Así, a partir de la teoría de redes se pueden emplear medidas de centralidad para

identificar sectores clave, todo ello considerando tres características complementares:

los efectos totales, los efectos inmediatos y los efectos de intermediación (García,

2008). En ese caso, el poder de un sector es determinado mediante un índice de

influencia que representa el peso del mismo en la demanda final y en la intermedia.

En teoría de redes hay diversas formas de formalizar y medir los datos (Lozares, 1996).

Por lo general, las matrices suelen ser cuadradas, simétricas o asimétricas; es decir, las

1 En todo caso, existe una relación estrecha entre programación matemática, la teoría de grafos dirigidos (dígrafos) y la modelización input-output. La teoría de grafos dirigidos fue introducida en el ámbito económico por Koopmans (1951) y Morgenstern (1954). Por otro lado Dorfman (1958) estudió la relación entre los modelos input-output y la programación lineal. Si bien, la teoría de flujos en redes se desarrolló años más tarde. 2 En análisis de redes, la matriz inversa se corresponde con la transpuesta de la inversa de Leontief. La segunda matriz está construida a partir de los coeficientes técnicos directos, la primera haría lo mismo con los coeficientes de distribución de la matriz original transpuesta. Por lo tanto, la duración media basada en cadenas de Markov es igual al efecto multiplicador de la metodología input-output (normalizada).

5

relaciones son bidireccionales o en una única dirección, respectivamente. La diagonal

principal puede ser nula, aunque no es obligatorio. En relación a las migraciones entre

regiones, las matrices son cuadradas no simétricas y casi siempre la diagonal principal

es nula (este último aspecto no siempre se da).

2.1. Centralidad

Los índices de centralidad de una red permiten estudiar a esta conjuntamente, al igual

que sus diferentes elementos, de tal forma que aportan resultados sobre el grado de

conectividad, los agentes con mayor o menor número de vínculos, la intermediación de

agentes en las relaciones existentes, y la proximidad entre los agentes a través das sus

interacciones. Un índice simple que caracterizaría la red en su conjunto sería la densidad

(density), que consiste en dividir las relaciones existentes entre las relaciones posibles.

Las relaciones posibles es el producto del número de nodos por el número total de

nodos menos uno, por el simple hecho de no considerar la diagonal principal. La

expresión analítica de este índice sería la siguiente:

,1vv

kd

(1)

en donde k es el número de líneas y v es el número de vértices. La propia naturaleza de

los flujos migratorios interregionales tiende a que existan matrices con celdas no nulas,

generando de ese modo densidades elevadas.

El índice de centralización (centralization index) de una red está determinado por

dinamismo que caracteriza a los agentes, permitiendo representar gráficamente esta

como una estrella, cuando el índice está próximo al 100 por cien, o por lo contrario

mediante una malla tupida sin elemento central. Este índice atribuye una condición

especial a un agente de la red cuando este desempeña un rol claramente central, al estar

ligado con todos los demás, precisando estos pasar por el primero para ligarse, o

vincualrse, entre ellos. Este índice, propuesto por Freeman (1978), necesita conocer las

centralidades de todos los agentes de la red, entendidas como el número de vínculos con

el resto.

A efectos de comparar la centralidad de cada agente con la centralidad máxima y

cuantificando las diferencias, es factible elaborar un ratio que exprese el grado de

centralización mediante la seguinte fórmula:

6

n

iiXX

n

iiXX

X

pCpC

pCpCC

1

*

1

*

max (2)

en donde n es el número de agentes de la red, CX (pi) mide la centralidad del punto pi, es

decir, el número de ligaciones con los otros elementos de la red, y CX (p*) representa la

mayor centralidad (posible y extrema) de un elemento del conjunto. Además, este índice

puede calcularse para los flujos de entrada o de salida, a partir das ligaciones de

inmigración o de emigración, respectivamente de una región.

Ahora bien, es preciso puntualizar que la teoría de redes también trabaja con otras

medidas basadas en matrices adyacentes, tal como el grado de centralidad (centrality

degree)3, que permite caracterizar las regiones por su dinamismo en los flujos exteriores

e interiores.

2.2. Medidas de poder de atracción e impulso

El método power-of-pull consiste en calcular el autovector izquierdo asociado al

autovalor dominante, que en este caso se usará para medir la capacidad de arrastre de

migrantes de las distintas regiones en que se puede fragmentar un territorio, siguiendo

así a Dietzenbacher (1992), que introdujo el método en el entorno de las tablas input-

output para clasificar sectores productivos4. A partir de ahí se extiende su uso en este

ámbito científico, véase a modo de ejemplo a Robles y Sanjuán (2005) o a Luo (2013a).

Por lo general, los resultados obtenidos son similares a los obtenidos a través del

análisis input-output, aunque algunos sectores suelen cambiar la posición. En este

sentido, Luo (2013b) pone de relieve que la aproximación a través del power-of-pull no

considera el tamaño de un sector, pero su influencia marginal sobre todos los demás

sectores. Por lo tanto, en relación a los flujos migratorios también se pueden lograrán

medidas de impulso y arrastre de las regiones mediante la misma técnica: el método

power-of-push-pull.

3 El grado de centralidad indica el número de agentes a los que está ligado uno de ellos. Este grado se divide en grado de entrada y grado de salida, que dependen de la dirección del flujo. Se puntualiza que el grado de salida es la suma de las relaciones que los agentes dicen mantener con el resto y que el grado de entrada es la suma de las relaciones establecidas con un agente.

4 El autovalor dominante acostumbra adoptar varias expresiones, entre ellas Perron-Frobenius eigenvalue.

7

Antes de iniciar el proceso iterativo –que caracteriza al cálculo de autovectores– se

expresa analíticamente la matriz de flujos migratorios entre regiones5:

,

0mm

m0m

mm0

M

2n1n

n221

n112

(3)

en donde ijm es el número de personas que emigran de la i-ésima región a la j-ésima

región. Se consideran n regiones, o partes, en las que se divide el territorio objeto de

estudio. Por lo tanto, esta matriz es de orden .nn También cabe la posibilidad de que

existan elementos no nulos en la diagonal principal de esta matriz.

La suma de la fila i

n

1jijii mmo (4)

representa el número de emigrantes de la i-ésima región hacia las otras regiones.

La suma de la columna j

n

1iijjj mmd (5)

se corresponde con el número de inmigrantes la i-ésima región que proceden de las

restantes regiones.

De tal forma que se tienen dos vectores de márgenes, emigrantes e inmigrantes por

regiones, que simbolizados mediante )o,,o,o(o n21 y .)d,,d,d(d n21 Si bien,

posteriormente se utilizarán sus expresiones matriciales: )o(o i y .)d(d j

Para aplicar el método power-of-pull es necesario concretar una matriz base de

coeficientes por filas, para ello se dividen las celdas de la anterior por los totales de cada

fila; es decir, emigrantes de las distintas regiones expresados en tanto por uno,

.MoA 1 (6)

5 La matriz podría poseer elementos en la diagonal principal. En lo referente a las notaciones, las minúsculas hacen referencia a vectores y las mayúsculas a matrices, excepto aquellas matrices que se corresponden con vectores diagonalizados. El acento circunflejo asociado a un vector indica la correspondiente diagonalización del mismo. El superíndice T hace referencia a la trasposición matricial. Por último, el vector unitario (o matriz columna de unos) se simboliza por e.

8

que es una matriz estocástica por filas, es decir, .eAe

Ahora, para obtener el autovector izquierdo asociado al autovalor dominante se le

ejecuta un proceso iterativo a esta matriz de coeficientes por filas, dicho de otro modo

se eleva a la potencia de forma sucesiva. Así el proceso converge para un determinado Nq (generalmente no muy elevado) del siguiente modo:

.)111(eA

n

2

1

Tq

(7)

Las componentes del vector α computan la capacidad de arrastre de las distintas

regiones. Al tratarse de una cadena de Markov ergódica (característica que hay que

asegurarse de antemano), se cumple que TTA y que .1eT

Para cuantificar el power-of-push se procede de una forma análoga a la anteriormente

expuesta, si bien cambia la perspectiva de cálculo, como es lógico. En este caso se

dividen las celdas de cada matriz base por los totales de cada columna; es decir,

inmigrantes de cada región. Analíticamente se tiene que

,dMB 1 (8)

con la particularidad de que se trata de una matriz estocástica por columnas, dado que

.eBe TT

A partir de aquí, se le aplica a la matriz B un proceso iterativo para el que se obtiene

como resultado un autovector derecho asociado al autovalor dominante, simbolizado

mediante π. En este enfoque por columnas se verifica que B y que .1eT

Por último, se destaca que en la tarea de identificación regiones con capacidad de

arrastre e impulso mediante el método de autovectores (se entiende siempre asociados al

autovalor dominante) es esencial disponer de una herramienta ágil para calcularlos, pero

para ello se tienen que dar ciertas condiciones para que los resultados sean apropiados6.

6 Hay dos aspectos a tener en cuenta para elaborar los rankings por esta vía metodológica: la alteración –aplicada sobre la matriz base– para conseguir una matriz estocástica, si esta no lo fuese por la presencia de alguna fila o columna nula, y la posible perturbación a introducir si la matriz estocástica es reducible.

9

3. Las migraciones internacionales desde la década de 1990

La mundialización, aceleración y diversificación de las migraciones son algunas de las

tendencias que se observan en las migraciones internacionales desde la última década

del siglo XX (Castles & Miller, 2009). Efectivamente, asistimos a una mundialización y

aceleración de las migraciones, de forma que en la actualidad todos los países del

mundo participan en los flujos migratorios como emisores y como receptores de

migrantes y, al mismo tiempo, en todas las regiones del mundo el incremento del

volumen de migrantes se produce cada vez a un mayor ritmo. Además, y a pesar de que

siguen siendo mayoritarias las migraciones por motivos laborales, cada vez ganan más

peso las producidas por motivos familiares (reagrupamientos), por refugio, por estudios

o por jubilación, entre otras.

Para medir la mundialización de las migraciones podemos recurrir al cálculo de la

densidad. Los resultados que hemos obtenido para las diferentes regiones7 del mundo

durante el período 1990-2010 sitúan la densidad por encima del 80% (Gráfico 1), lo que

indica una elevada conectividad interregional o mundialización de los flujos

migratorios. En todo caso, esta medida no recoge la intensidad de las interrelaciones

entre los territorios, pero sí la conectividad mencionada, independientemente de los

valores de la celda.

7 A lo largo de este trabajo nos referiremos a las 22 regiones establecidas en la estadística de Trends in International Migrant Stock: África oriental, África central, Norte de África, Sur de África, África occidental, Asia central, Asia oriental, Asia sudoriental, Sur de Asia, Asia occidental, Europa del Este, Norte de Europa, Sur de Europa, Europa occidental, Caribe, Centroamérica, Sudamérica, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, Melanesia, Micronesia y Polinesia.

10

Gráfico 1: Densidad y Centralidad de las migraciones (1990-2010)

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

0%

2%

4%

6%

8%

10%

12%

14%

16%

18%

20%

1990 2000 2010

Den

sida

d

Cen

tral

idad

Densidad Centralidad entradas Centralidad salidas

Fuente: E.P. a partir de Trends in International Migrant Stock (NU)

A partir de los datos de la estadística Trends in International Migrant Stock, podemos

verificar la aceleración de las migraciones. En 1990 el número de migrantes

internacionales fue de 154 millones, pasando 174 millones en año 2000 y a 221

millones en el 20108. Estas cifras constatan que el aumento de los migrantes

internacionales se ha acelerado en las dos últimas décadas: la tasa de crecimiento anual

acumulativa del período 1990-2000 fue del 1,2%, y la del período 2000-2010 del 2,4%.

En una comparativa global, las regiones más desarrolladas del mundo han reforzado su

peso como receptoras: en 1990 concentraban el 53,4% de las llegadas de migrantes

internacionales y en 2010 el 58,8%9. Además, en los países más desarrollados el

porcentaje de inmigrantes internacionales en relación a la población pasó de 7,2% en

8 A lo largo de este trabajo utilizaremos las cifras de migrantes publicadas en las estadísticas de las Naciones Unidas, aunque sin lugar a dudas estas están infravaloradas ya que, al igual que ocurre en todas las estadísticas oficiales, en ellas no se contabilizan a los inmigrantes indocumentados.

9 Cifras obtenidas a partir de las estadísticas Trends in International Migrant Stock (UN).

11

1990 al 10,5% en 2010, mientras que en los países menos desarrollados se mantuvo

prácticamente igual (1,7% en 1990 y 1,6% en 2010)10.

Varios son los factores que explican la intensificación de los flujos Sur-Norte durante

este período. En primer lugar, los desequilibrios socioeconómicos. Utilizando datos de

la segunda mitad de la década de 1990, Javier Colomo Ugarte realizó un análisis

factorial en el que incluye 14 variables demográficas, socioeconómicas y de calidad de

vida de 170 países. El resultado de ese análisis indica que los factores socioeconómicos

operaron como factores de atracción (factores pull) en los países desarrollados y como

factores de expulsión (factores push) en los subdesarrollados, siendo el resultado una

intensificación de las los flujos migratorios que parten de los países del Sur y que llegan

al Norte (Colomo, 2002: 12-18). En segundo lugar, varios factores políticos, como las

guerras civiles, los conflictos internos o las dictaduras, también han operado como

factores de expulsión en los países en vías de desarrollo. Dentro de los factores políticos

también hay que incluir la creación de nuevos estados independientes tras el

desmembramiento de la URSS en 1989, ya que dicho proceso convirtió muchos flujos

migratorios internos y tradicionales en flujos internacionales. De hecho, si no se hubiera

producido este proceso, en el año 2000 el número de migrantes internacionales habría

sido 27 millones más bajo (Zlotnik, 2006: 35). En tercer lugar, otros factores que han

influido en el auge de los flujos migratorios han sido el espectacular desarrollo de los

medios de transporte (que ha reducido el tiempo y el coste económico de los

desplazamientos) y el desarrollo de las tecnologías de la comunicación (que ha

permitido a los futuros migrantes informarse de los destinos potenciales). Este nuevo

contexto de movilidad y comunicación ha llevado a algunos autores hablar de una nueva

perspectiva migratoria basada en el transnacionalismo (Blanco, 2007: 13).

Los datos de la estadística Trends in International Migrant Stock también nos permiten

analizar tanto el origen como el destino de los flujos migratorios, bien por países, por

regiones o por continentes. Si analizamos el continente de origen, en las dos últimas

décadas todos los continentes han aumentado en términos absolutos el número de

salidas. Al calcular la centralidad de las salidas observamos que este se mantuvo en

torno al 5% durante el período 1990-2010, indicando una estabilidad en las regiones

10 Datos calculados a partir de las estadísticas World Population Prospects y Trends in International Migrant Stock de las Naciones Unidas.

12

emisoras de migrantes (Gráfico 1). Es decir, desde la perspectiva de las regiones

emisoras apenas hay nodos que destaquen sobre los restantes, por lo que se puede hablar

de malla tupida.

Ahora bien, estas medidas de carácter global deben ser analizadas con cautela, ya que en

términos relativos ganan cierto peso en el total mundial las salidas de América, que

pasaron del 12,7% en 1990 al 17,8% en 2010, y las de Asia (del 37,4 al 40,2%). Sin

embargo, pierden peso las salidas de Europa (del 31,9 al 25,3%) y, en menor medida,

las de África (el 13,8 al 13,0%)11. Por lo tanto, una cuestión es el peso relativo de los

flujos migratorios de una determinada área y otra es la distribución de los mismos en la

matriz de entrada y salida. Dentro del continente americano, al descender al nivel

regional, observamos que el auge de las salidas se concentró en América central, y

dentro de esta región en México. Efectivamente, en 1990 salieron de México 5 millones

de migrantes y en 2010 más de 12 millones, lo que supuso un aumento del 152,6%,

porcentaje por encima del registrado en América central (121,2%) y muy superior al

experimentado en el conjunto de América (74,1%) y en el mundo (43,2%)12.

A continuación representamos para las diferentes regiones del mundo el peso real de los

emigrantes en cada región del mundo (Gráfico 2) y el poder de impulso (power-of-push)

de cada una de esas regiones (Gráfico 3). A lo largo del período 1990-2010 no se

observan cambios bruscos en la estructura de los emigrantes, si acaso destacan los

incrementos dados en Asia sudoriental y Centroamérica y, en menor medida, en Asia

oriental y Sudamérica. Por el contario, se ve como retrocede el peso de Europa del Este

y sur de Europa.

11 Datos calculados a partir de la Tabla 1 del Anexo.

12 Datos calculados a partir de Trends in International Migrant Stock (UN).

13

Gráfico 2: Emigrantes (salidas) por área geográfica (1990-2010)

0,00

0,05

0,10

0,15

0,20

0,25

0,30

0,35

0,40

1990

2000

2010

Fuente: E.P. a partir de la Tabla 1 del Anexo

Al analizar el poder de impulso se observa una mayor variación en la posición del

ranking a lo largo del periodo analizado. África occidental perdió la primera oposición

en el 2010, el sur de Asia se consolidó en la primera posición, Asia sudoriental mejoró

bastante la posición, al igual que Sudamérica. La dinámica contraria se observa en

África oriental, que sufre un importante retroceso, y en Asia oriental. Es importante

señalar que no se han dado cambios significativos en la estructura de emigrantes para

las distintas regiones del mundo, pero sí que se han producido cambios importantes en

las medidas de impulso. Probablemente se necesite una análisis más demorado para

explicar esta circunstancia pero es notorio el resultado de África occidental, en donde

los flujos de emigrantes no son elevados pero sí que posee un fuerte poder de impulso.

14

Gráfico 3: Power-of-push por área geográfica (1990-2010)

0,00

0,05

0,10

0,15

0,20

0,25

0,30

0,35

0,40

1990

2000

2010

Fuente: E.P. a partir de la Tabla 1 del Anexo

En relación al destino, todos los continentes han incrementado el número de llegadas en

términos absolutos. Al realizar el cálculo de la centralidad de las entradas para las

diferentes regiones del mundo obtuvimos el valor del 18% en 1990 y del 14% en 2010

(Gráfico 1), resultados que apuntan a una mayor diversificación en las 22 regiones

receptoras de migrantes a lo largo del periodo estudiado. Es decir, no había nodos

preponderantes de una forma clara en el año 1990 y estos todavía perdieron peso con el

paso del tiempo, efecto que se acuñaría bajo la denominación de malla, siguiendo la

terminología de teoría de redes. En términos relativos, América es el continente que más

ha aumentado su peso en el total mundial, pasando del 22,6% en 1990 al 26,9% en

2010, mientras que África lo ha disminuido, pasando del 10,1 al 7,8% y las del resto de

continentes se mantuvieron prácticamente igual13. Este resultado se explica por el

elevado y creciente peso que tienen los Estados Unidos en la recepción de flujos

internacionales; así, tanto en 1990 como en 2010, este país fue el primer receptor

mundial de migrantes internacionales, concentrando en 1990 el 15% y en 2010 el 20%

de las llegadas14. Efectivamente, en este período las llegadas a los Estados Unidos se

13 Datos calculados a partir de la Tabla 2 del Anexo.

14 Los mexicanos ocupan la primera posición, con casi 5 millones en 1990 y más de 12 en 2010, representando en este último año casi el 30% de la población extranjera residente en los Estados Unidos. Sin embargo, durante el período 1990-2010 se observa un aumento de peso de otras nacionalidades, sobre

15

incrementaron un 90,0%, porcentaje superior al registrado en América (69,9%) y en el

mundo (43,2%)15.

A continuación, en el Gráfico 4 representamos para las diferentes regiones del mundo el

peso real de los inmigrantes en cada región y en el Gráfico 5 el poder de atracción

(power of pull) de cada una de esas regiones. Durante el período 1990-2010 las regiones

que concentraron un mayor volumen de inmigrantes fueron Norteamérica, Asia

occidental, Europa occidental y Europa del Este. Ahora bien, las dinámicas de cada una

de estas regiones es diferente: en Norteamérica y Asia occidental se observa un aumento

del peso de los inmigrantes, en Europa occidental se produce una estabilización y en

Europa del Este un importante descenso (Gráfico 4).

Gráfico 4: Inmigrantes (entradas) por área geográfica (1990-2010)

0,00

0,05

0,10

0,15

0,20

0,25

0,30

1990

2000

2010

Fuente: E.P. a partir de la Tabla 2 del Anexo

Sin embargo, la posición de cada una de las regiones en el ranking mundial cambia al

calcular el poder de impulso: el primer puesto es para Norteamérica y el segundo para

Europa occidental, seguidas de Australia y Nueva Zelanda, norte de Europa y sur de

Europa, quedando Asia occidental relegada a la sexta posición. Destaca el descenso

todo asiáticas, como la china, que pasó de 600 mil a más de 2 millones, la india, de medio millón a más de 2 millones, y la filipina de 1 a casi 2 millones.

15 Datos calculados a partir de Trends in International Migrant Stock (UN).

16

acusado de Europa de Este, Asia central y sur de Asia, aunque en términos generales se

observa cierta estabilidad en la posición del ranking (Gráfico 5).

Gráfico 5: Power-of-pull por área geográfica (1990-2010)

0,00

0,05

0,10

0,15

0,20

0,25

0,30

1990

2000

2010

Fuente: E.P. a partir de la Tabla 2 del Anexo

4. Conclusiones

Como hemos indicado a lo largo de este trabajo, en las dos últimas décadas se han

incrementado los flujos migratorios, y muy especialmente los que tienen como origen

los países subdesarrollados y destino los países desarrollados. Sin negar la existencia de

otras causas, el aumento de los flujos migratorios que parten del Sur y llegan del Norte

es el resultado del fracaso histórico del desarrollo del Tercer Mundo, y del que son

responsables tanto el mundo desarrollado como el subdesarrollado. Teniendo en cuenta

que los diferentes informes que realizan previsiones sobre la evolución del Tercer

Mundo indican que la situación de pobreza de los países del Sur no se superará ni en

una ni en dos generaciones, cabe esperar que las migraciones Sur-Norte sigan

incrementándose en las próximas décadas.

En esta comunicación hemos descrito los flujos migratorios –entradas y salidas– en las

diferentes regiones del mundo durante el período 1990-2010. Además, sirviéndonos de

medidas de centralidad y poder de atracción e impulso, también hemos previsto el

17

posicionamiento de dichas regiones tanto desde la perspectiva de atracción como de

impulso. A partir de los resultados obtenidos, evidenciamos que Norteamérica fue

durante las dos últimas décadas la región del mundo con mayor peso relativo de

inmigrantes, pero además posee un importante poder de atracción que se ha mantenido a

lo largo de ese período. Australia y Nueva Zelanda y norte de Europa, regiones que no

tenían un elevado peso relativo de inmigrantes, han manifestado poseer un importante

poder de atracción. Sin embargo, Europa del Este –que ocupaba el segundo puesto en la

recepción de inmigrantes en el año 1990 y el cuarto puesto en 2010- ha reducido su

poder de atracción. Por lo que se refiere a las salidas, desde el año 1990 el sur de Asia

es la región del mundo con mayor peso relativo de emigrantes, y además la que posee el

mayor poder de impulso. La segunda región con mayor poder de impulso es África

occidental; sin embargo, este ha sufrido una importantísima reducción entre el año 2000

y el 2010.

La utilización de herramientas como las medidas de centralidad y poder de atracción e

impulso nos han servido para aventurar el posicionamiento a corto plazo de los flujos

migratorios en cada una de las regiones del mundo. Sin embargo, somos conscientes de

algunas de las limitaciones de este trabajo. En primer lugar, la información estadística

que hemos empleado está infravalorada, ya que no incluye los flujos migratorios

“clandestinos”, y que según algunos autores están cobrando cada vez más importancia

en algunas regiones del mundo. En segundo lugar, algunas investigaciones indican que

cuando el país de destino deseado por el emigrante está muy distante, es muy frecuente

que este realiza la emigración por etapas; sin embargo, la información disponible no nos

permite diferenciar entre los movimientos migratorios de tránsito y los finales, por lo

que una región puede estar incrementando su poder de atracción por motivos diferentes,

bien por ser destino intermedio, bien por ser destino final.

Con vistas a explotar la metodología tratada en esta comunicación, en futuras

investigaciones quizás procedería centrarse en el estudio de áreas geográficas más

reducidas (por ejemplo, África occidental) y para años menos distanciados entre sí, si

bien hay que convivir con la escasez de datos o las típicas proyecciones de datos (non-

survey).

18

ANEXO

Tabla 1: Estructura y potencial de los emigrantes en por áreas geográficas (1990-2010)

1990 2000 2010 Emigrantes Potencial Emigrantes* Potencial* Emigrantes Potencial Emigrantes* Potencial* Emigrantes Potencial Emigrantes* Potencial*

África oriental 0,053 0,152 0,021 0,071 0,038 0,069 0,017 0,065 0,035 0,040 0,021 0,041 África central 0,013 0,039 0,007 0,061 0,014 0,041 0,009 0,069 0,013 0,024 0,009 0,047 Norte de África 0,038 0,016 0,036 0,060 0,038 0,014 0,037 0,050 0,043 0,010 0,042 0,035 Sur de África 0,005 0,003 0,002 0,009 0,004 0,002 0,003 0,006 0,006 0,001 0,003 0,004 África occidental 0,033 0,250 0,007 0,035 0,040 0,288 0,009 0,038 0,037 0,170 0,012 0,025 Asia central 0,039 0,014 0,036 0,057 0,038 0,016 0,036 0,060 0,034 0,017 0,031 0,061 Asia oriental 0,049 0,110 0,029 0,087 0,054 0,067 0,034 0,080 0,062 0,079 0,039 0,100 Asia sudoriental 0,051 0,054 0,041 0,098 0,069 0,090 0,049 0,104 0,083 0,140 0,055 0,155 Sur de Asia 0,171 0,200 0,054 0,088 0,148 0,241 0,068 0,104 0,162 0,349 0,101 0,139 Asia occidental 0,079 0,033 0,053 0,108 0,075 0,033 0,048 0,098 0,073 0,022 0,040 0,067 Europa del Este 0,166 0,052 0,080 0,091 0,142 0,051 0,074 0,089 0,128 0,048 0,080 0,087 Norte de Europa 0,044 0,010 0,035 0,033 0,039 0,009 0,030 0,029 0,036 0,008 0,028 0,028 Sur de Europa 0,076 0,017 0,067 0,053 0,078 0,020 0,061 0,050 0,057 0,013 0,043 0,041 Europa occidental 0,045 0,015 0,033 0,059 0,041 0,013 0,029 0,049 0,039 0,011 0,027 0,038 Caribe 0,032 0,004 0,029 0,010 0,038 0,006 0,035 0,012 0,035 0,007 0,032 0,013 Centroamérica 0,051 0,009 0,043 0,011 0,076 0,006 0,073 0,014 0,078 0,007 0,076 0,018 Sudamérica 0,030 0,011 0,016 0,024 0,039 0,023 0,024 0,037 0,052 0,038 0,035 0,046 Norteamérica 0,019 0,010 0,012 0,040 0,019 0,010 0,012 0,039 0,019 0,012 0,013 0,047 Australia y NZ 0,004 0,001 0,002 0,006 0,005 0,001 0,003 0,005 0,005 0,002 0,003 0,008 Melanesia 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 Micronesia 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 Polinesia 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000 0,001 0,000

Fuente: E.P. a partir de Trends in International Migrant Stock (UN).

Nota: * Hace referencia a las matrices sin diagonal principal.

19

Tabla 2: Estructura y potencial de los inmigrantes en por áreas geográficas (1990-2010)

1990 2000 2010 Inmigrantes Potencial Inmigrantes* Potencial* Inmigrantes Potencial Inmigrantes* Potencial* Inmigrantes Potencial Inmigrantes* Potencial*

África oriental 0,037 0,008 0,007 0,005 0,027 0,009 0,010 0,006 0,019 0,006 0,007 0,005 África central 0,009 0,002 0,005 0,002 0,008 0,002 0,005 0,002 0,009 0,002 0,006 0,002 Norte de África 0,016 0,009 0,022 0,014 0,011 0,006 0,014 0,009 0,009 0,006 0,011 0,009 Sur de África 0,010 0,014 0,013 0,009 0,007 0,007 0,008 0,007 0,010 0,013 0,011 0,011 África occidental 0,027 0,006 0,001 0,002 0,032 0,006 0,002 0,002 0,027 0,004 0,001 0,002 Asia central 0,044 0,040 0,067 0,058 0,030 0,021 0,042 0,030 0,024 0,014 0,032 0,018 Asia oriental 0,024 0,020 0,007 0,019 0,029 0,030 0,013 0,028 0,033 0,034 0,015 0,031 Asia sudoriental 0,018 0,011 0,012 0,013 0,029 0,016 0,013 0,016 0,038 0,020 0,015 0,020 Sur de Asia 0,130 0,037 0,022 0,018 0,089 0,019 0,014 0,013 0,068 0,010 0,010 0,009 Asia occidental 0,101 0,064 0,124 0,067 0,105 0,062 0,118 0,058 0,137 0,073 0,151 0,057 Europa del Este 0,144 0,132 0,096 0,099 0,119 0,086 0,078 0,067 0,090 0,058 0,060 0,052 Norte de Europa 0,044 0,079 0,057 0,098 0,046 0,092 0,057 0,106 0,051 0,090 0,063 0,102 Sur de Europa 0,028 0,039 0,032 0,054 0,042 0,048 0,038 0,056 0,068 0,078 0,077 0,084 Europa occidental 0,106 0,104 0,155 0,119 0,118 0,123 0,163 0,132 0,107 0,130 0,137 0,131 Caribe 0,007 0,030 0,006 0,043 0,007 0,033 0,006 0,044 0,006 0,022 0,004 0,029 Centroamérica 0,011 0,030 0,005 0,039 0,006 0,039 0,006 0,056 0,008 0,054 0,008 0,076 Sudamérica 0,028 0,031 0,023 0,026 0,024 0,026 0,015 0,024 0,023 0,026 0,010 0,026 Norteamérica 0,187 0,256 0,296 0,244 0,239 0,283 0,355 0,269 0,239 0,254 0,337 0,261 Australia y NZ 0,030 0,077 0,045 0,062 0,030 0,087 0,042 0,067 0,033 0,100 0,043 0,069 Melanesia 0,001 0,002 0,001 0,003 0,001 0,002 0,001 0,003 0,000 0,002 0,001 0,003 Micronesia 0,001 0,005 0,001 0,004 0,001 0,003 0,001 0,003 0,001 0,002 0,001 0,002 Polinesia 0,000 0,001 0,000 0,002 0,000 0,002 0,000 0,002 0,000 0,002 0,000 0,002

Fuente: E.P. a partir de Trends in International Migrant Stock (UN).

Nota: * Hace referencia a las matrices sin diagonal principal.

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