análisis de e-portafolio

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“Mi ser ante la producción de e- portafolios” (ANÁLISIS) Por L.R. Gilbert Góngora Palma. Yucatán, 2015. Sin duda alguna a mi muy humilde pero vasta experiencia como servidor público y como participante de la educación formal e informal nacional, desde niño- alumno hasta adulto- formador, el proceso de reformas educativas en la República Mexicana implican una mejor manera de poder adquirir, desarrollar y evaluar las competencias propias de todo proceso de enseñanza- aprendizaje ya sea desde las perspectivas humanistas, sociales, o bien desde las correspondientes a la pedagogia, y ciencias de la salud. Esto conlleva a conocer, diseñar y estandarizar diversas estrategias para poder “valorar” el nivel de aprendizaje real de un “humano civil en formación” capaz de generar nuevos conocimientos y afrontar los retos de una sociedad cada vez más enmarcada en sus aspectos de productividad y suficiencia bajo los lineamientos de la autosuficiencia y de capacidad de normatividad personal, (según si se es empresario o dependiente laboral aunque estrechamente ligados e inseparables practicamente aun considerando ambas vertientes de participación social productiva); pero valorarlo cuantitativamente ¿sería justo?, ¿sería suficiente?. ¿sería real?...la disyuntiva siempre de la equidad de lo real, de evidenciar precisamente esa realidad de nivel de aprovechamiento nos ha llevado a considerar las situaciones de carácter cualitativo, la inteligencia emocional, los sentimientos durante el proceso de conciliar un resultado, las dinámicas psicomotrices “alternas” que ofrecieron entregar un producto de igual o mejor calidad al solicitado

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Exposición en redacción de los puntos de vista que impactan de manera positiva y negativa el desempeño formal profesional del autor a través de su experiencia en manejo de portafolios electrónicos.

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“Mi ser ante la producción de e-portafolios”(ANÁLISIS)

Por L.R. Gilbert Góngora Palma. Yucatán, 2015.

Sin duda alguna a mi muy humilde pero vasta experiencia como servidor público y como participante de la educación formal e informal nacional, desde niño- alumno hasta adulto- formador, el proceso de reformas educativas en la República Mexicana implican una mejor manera de poder adquirir, desarrollar y evaluar las competencias propias de todo proceso de enseñanza- aprendizaje ya sea desde las perspectivas humanistas, sociales, o bien desde las correspondientes a la pedagogia, y ciencias de la salud.

Esto conlleva a conocer, diseñar y estandarizar diversas estrategias para poder “valorar” el nivel de aprendizaje real de un “humano civil en formación” capaz de generar nuevos conocimientos y afrontar los retos de una sociedad cada vez más enmarcada en sus aspectos de productividad y suficiencia bajo los lineamientos de la autosuficiencia y de capacidad de normatividad personal, (según si se es empresario o dependiente laboral aunque estrechamente ligados e inseparables practicamente aun considerando ambas vertientes de participación social productiva); pero valorarlo cuantitativamente ¿sería justo?, ¿sería suficiente?. ¿sería real?...la disyuntiva siempre de la equidad de lo real, de evidenciar precisamente esa realidad de nivel de aprovechamiento nos ha llevado a considerar las situaciones de carácter cualitativo, la inteligencia emocional, los sentimientos durante el proceso de conciliar un resultado, las dinámicas psicomotrices “alternas” que ofrecieron entregar un producto de igual o mejor calidad al solicitado pero desafortunado ante una rúbrica mediocre o rígida para comprenderlo, desde aquel alumno que a travéz de su propio medio ambiental ha considerado un acervo cultural capaz de responder a las exigencias de un docente pero que se siente marginado e incomprendido, rechazado y obligado a dejarse llevar en la desmotivación de seguir proponiendo su ideal de participación dadas las constantes negaciones de su proceder tan sólo porque dicha autoridad académica no contempla ese estilo de aprender; desde la injusticia aparente de concebir productos innovadores pero que fueron “fusilados” o “copiados” por las instancias superiores en ese momento e incluso “raptadas como propias” dada el escenario de ser un “simple” estudiante, donde se perdería ese reconocimiento como autor de tal obra.

De mí, he de poder contar un buen número de estas situaciones injustas, molestas, capaces de generar un mal calificativo al sistema humano dedicado a la formación de profesionales o técnicos, sin embargo quiero mediar entre los malos antecedentes para poder resaltar estos “antecedentes de la educación” de la que somos partícipes hoy en día, anteponiendo en sí el tema de los portafolios electrónicos (e- portafolios, Prendez,

Ma. Paz, 2008), situación que de inmediato me hace consentir esta idea de justicia, de quizás haber ya dar gracias a quien decide utilizar esta herramienta como un medio de reconocimiento a los niveles de mejora en el aprendizaje, ya que permite realizar una “maqueta de vida” precisa y fidedigna del participante, como alumno o como docente en nuestro caso, y a su vez optimiza la posibilidad de dar a conocer esos argumentos de nuestra formación que nunca han sido exaltados, no por un tan meramente y escueto reconocimiento social, sino como aunado a ello, por una manera de hacernos sentir perteneciente a esta sociedad educativa y al final orgullosos de lo que profesionalmente logramos obtener y ser.

No obstante mi sentir de apoyo a esta herramienta, no dejo de considerar que mi única experiencia con este instrumento esta basado en el aspecto de mi formación como agente de la salud, dónde la recopilación de los trabajos era nuestra única manera de demostrar aquellas calificaciones obtenidas de manera parcial, donde podíamos en ocasiones argumentar que eran nuestras ideas las que se habian logrado posicionar en un nivel significativo de nuestro aprendizaje como comunidad médica, dónde la elaboración de una tesis era quizas lo único que respaldaba mis ideas o las de algún compañero, respetándose nuestra soberanía y autoría.

Ahora desde mi acción laboral como docente de licenciados en terapia física en formación, como rehabilitador físico de alumnos con alguna discapacidad o necesidad educativa especifica, este acto de reforma educativa me empieza a exigir esta gama de acciones que representa lo que por supuesto he tratado de expresar en párrafos anteriores, esa idea de justicia y realidad, de “no importa el diez sino lo que se es”,el especificar cada mecanismo de evaluación y generador de aprendizaje en mí y en mis alumnos, el que exista un “gran curriculum vitae” fidedigno pero garantizado de haber sido formal y eticamente corroborado, capaz de mostrarse a la sociedad de manera confiable en su contenido; pero esto por supuesto que también me antepone a una gama de dificultades, de que a pesar de mantener siempre una adecuada idea de calificar justamente, no habia contemplado ante mi desconocimiento de estas maneras de retroalimentar y concebir habilidades, que de alguna manera he cometido errores, que son fáciles de enmendar pero que representaran una alta carga administrativa, tanto como simple hecho administrativo en sí, tanto como en el hecho de estrategia a fomentar en mis poblaciones a cargo.

Quizas esas sea la parte por asi decirlo negativa, de empezar de “golpe y porrazo” el uso formal de estas herramientas, esto genera un nivel de estrés situacional, imaginense tener que elaborar 47 portafolios cada cuatrimestre, (esto en mi funcion docente a nivel particular) y a su vez 24 portafolios de alumnos que en su mayoría son manifestantes de una discapacidad motora y cognitiva, de edades fluctuantes entre los 3 y los 20 años de edad; que implica manejar estilos de aprendizajes diversos, con adecuaciones correspondientes, con resultados a esperar diferentes en grados de

adquisición o incluso por el tipo de habilidades a desarrollar o adquirir y más aún en los tiempos de cada uno que así lo permita su propia situación biológica;todo esto implica de impacto negativo en mis áreas de docencia a nivel licenciatura y a nivel de educación especial.

No obstante, si nos enfocamos en todo el proceso de uso de este portafolio electrónico, lo único novedoso para las generaciones precedentes de docentes sería que también puede implicar una dificultad el hecho de tener que manejar la tecnología básica y más aún aplicarla en sus posibles ventajas siquiera en mediana potencia. Pero, la información que se transcribe en formatos digitales, ¿son realmente nuevos?...¿son un problema para los docentes precedentes?...¿son más un problema para los docentes de nuevo ingreso?...quisiera solo mencionar en base a mi experiencia que los docentes más antiguos llevan una especie de bitácora de la evolución de sus alumnos, que no son calificaciones del todo al aire, que sus mecanismos pudieran ser un tanto rigidos pero los tenian o tienen, en comparación de aquellos docentes noveles que aunque estan más inmersos en el uso de la tecnología no lo estan en el uso de estrategias y manejo de aprendizajes variados; de alguna manera todo esto parece una gran revolución, pero pienso más en una gran adaptación para sacar lo mejor de alumno- docente y mejor organizada y clara, a pesar de lo “pesado que puede aparentar” su uso desde ahora cotidiano.

En conclusión quisiera expresar mi opinión para resaltar el valor más de lo positivo del manejo de portafolios electrónicos que de lo negativo, ya que nos permite generar ese nivel de responsabilidad de nuestro proceso de crecimiento en el proceso de enseñanza- aprendizaje, cómo maestros o cómo alumnos, que dejará en claro cada punto de nuestra calificación obtenida sin dejar sesgos o dudas, de que permite incentivar ese sentimiento de pertenencia a un sistema educativo así cómo de favorecer la trascendencia en este paso en la humanidad, dónde nuestros logros manifestados en conocimientos pueden ser el curso a seguir en años venideros y estos ser pasados y considerados de generación en generación…..quizás “No todo esta escrito ya”…..que los alumnos y docentes puedan desarrollarse en los ámbitos de expresión corporal, verbal, social a travéz de habilidades cognitivas,de investigación y de raciocinio... “Mi ser se siente motivado ante este reto de la educación”…implementemos esta herramienta digital para la evolución y optimización de nuestro camino en la vida productiva, educativa y social.