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Ampliación del Espacio Límites, Formas y Modelos Rosa Mera, Octubre de 2013. [email protected] Parques de Estudio y Reflexión. Parque Toledo. http://www.parquetoledo.org

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Una cultura no es algo que pueda explicarse, para conocerla en profundidad hay que vivirla. Una cultura es un compendio de muchísimos elementos, transmitidos lentamente a través de un proceso y de un tiempo concreto. El Nuevo Humanismo legado de Silo, es sin duda el germen de una nueva cultura para el ser humano. Los que llevamos décadas siguiendo este pensamiento hemos podido apreciar los beneficios de esta mirada sobre la propia vida y sobre cómo interpretar el mundo en el que nos movemos.

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Ampliación del Espacio

Límites, Formas y Modelos

Rosa Mera, Octubre de 2013.

[email protected]

Parques de Estudio y Reflexión. Parque Toledo. http://www.parquetoledo.org

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RESUMEN

Una cultura no es algo que pueda explicarse, para conocerla en profundidad hay que

vivirla. Una cultura es un compendio de muchísimos elementos, transmitidos lentamente

a través de un proceso y de un tiempo concreto. El Nuevo Humanismo legado de Silo, es

sin duda el germen de una nueva cultura para el ser humano. Los que llevamos décadas

siguiendo este pensamiento hemos podido apreciar los beneficios de esta mirada sobre la

propia vida y sobre cómo interpretar el mundo en el que nos movemos.

Transmitir a otra persona una cultura que recién está naciendo, que se amplía y

diversifica, que valora el cambio como forma de adaptación, y que trata de impulsar la

coherencia como dirección hacia el sentido de la vida, sólo es posible a través de una

inmersión cultural. Así que los nuevos amigos que se acercan, comienzan a ver los efectos

bondadosos de esta cultura cuando compartimos imágenes comunes, participamos

juntos de ámbitos abiertos, de buen trato y diversos, y sobre todo cuando desarrollamos

una mirada atenta gracias a la cual, el aprender de otros se convierte en lo normal.

Este trabajo, que hoy presentamos, es un camino de apertura y empieza reconociendo los

límites en los que la vida de las personas se desarrolla. Nos vivimos llenos de

requerimientos, por lo que salir de los propios esquemas y poner imágenes compartidas

con otros tiene cierta dificultad.

La pregunta de si quieres vivir y en qué condiciones quieres hacerlo plantea una reflexión

que no sólo afectará a la propia vida sino también a la de quienes nos rodean. Creer en

aspiraciones comunes, perder el miedo a comprometerse con otros, sortear las

contradicciones entre lo que se piensa, se siente y se hace… exigirá al menos, una revisión

de cómo son las relaciones que establecemos con otras personas.

Y es que para profundizar en la relación con otros se necesita desarrollar la fe en uno

mismo. Es preciso captar cómo la conciencia lleva una dirección, y que por muy buena

persona que uno se considere, los intereses y tras ellos las tensiones, dictan al pie de la

letra muchos de los pensamientos que tenemos.

Así topamos con los límites que no sólo nos disponemos a mirar, sino tal vez a

sobrepasar, recorriendo un camino, que de ir en la dirección del sentido de la vida tendrá

su correlato en un registro claro de crecimiento interno.

Ir más allá de un límite, superar el vértigo del abismo que tras él se intuye, exige dejar a

un lado las viejas concepciones de pasividad en la conciencia. Con ello la mirada se aclara

y es posible apreciar cómo los estímulos llegados del mundo pueden ser transformados

en nuestro interior para luego devolverlos con una clara intención.

En este trabajo describimos muchos de los límites que afectan al espacio de

representación. Desde bien jóvenes contamos con un paisaje de formación, que se

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ii

traduce en sensibilidad y que aposentándose sobre un sistema de tensiones delimita

nuestra espacialidad interna y con ello la libertad de idear.

Desde este enfoque de los límites, planeamos sobre el espacio, alrededor del tiempo y

tratamos de entender la importante estructura que entre ambos se da. Los límites

ocultan tras de sí creencias, pilares de nuestra identidad y conductas arraigadas en la

propia sensibilidad. Una escurridiza pista en tono afectivo que nos conduce hasta aquel

paisaje en el que nos formamos, cuya forma quedó impresa en un tempo que ya se fue,

cada vez a mayor distancia del tempo actual y de un número de relaciones pequeño que

hoy es preciso ampliar.

Se resalta como aporte que el Humanismo suma, la ubicación del “yo” en los trabajos de

desarrollo personal. Es un cambio de óptica relevante en el que se considera el trato

amable con uno mismo como esencial, sin perder de vista la dirección transformadora

sobre la que se pretende avanzar. Para este propósito, una mirada de proceso, alargada

en el tiempo, puede suavizar la inestabilidad que para la conciencia supone el

descubrimiento de contenidos, errores de conducta o tendencias inadecuadas que el yo

en defensa de los propios intereses tiende a desplegar.

Las formas geométricas son rescatadas como ejemplos de trabajo con la religiosidad en

distintas culturas. Se destaca su efecto moldeador en el equilibrio de tensiones profundas

o en el abandono de otras más periféricas. Trabajando la cenestesia, se aprecia la

distensión por capas y con ello se posibilita la ampliación y equilibrio del espacio interno.

Para finalizar, la salida al mundo y la comprensión de cómo se expresan en el ser humano

tanto los sistemas de tensiones originados por su estilo de vida, como los modelos

guardados en su interior…

Escucha…, ya salen de su letargo aquellos modelos profundos, consecuencia de nuestras

búsquedas y pedidos, de un continuado afán por preguntar o por encontrar respuestas o

por querer saber más, cuando lo Sagrado ya está en nosotros. Estos seres se dibujan en

las montañas y soplan leves al soñar, susurran imágenes acogedoras, esperan la

oportunidad para ser, para moldear el nuevo paisaje humano que surge al recordar

quiénes somos y hacia dónde vamos. La muerte se pierde en el eco del sinsentido. ¡Salta

el abismo y desvanece el temor!, las creencias que ya no somos, las memorias de lo que

pasó, tras el vacío... Luminosa y distendida se abre la imaginación.

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iii

INDICE

PRÓLOGO ………………………………………………………………………………….………… 1

1. ABISMO, UNA DIRECCIÓN …………………………………………………………………… 3

2. LÍMITES ……………………………………………………………………………………………….. 5

2.1. Límite y forma …………………………………………………………………………… 5

2.2. Límites del espacio ……………………………………………………………………. 8

2.3. ¿Es el tiempo un límite? ……………………………………………………………. 10

3. ESTRUCTURA ESPACIO – TIEMPO ………………………………………………………… 12

3.1. El espacio – tiempo del paisaje de formación ……………………………. 13

4. LAS IMÁGENES …………………………………………………………………………………… 14

5. LA UBICACIÓN DEL “YO” ……………………………………………………………………… 16

6. FORMAS QUE MOLDEAN EL ESPACIO ………………………………………………….. 18

6.1. La esfera, molde transformador ……………………………………………….. 20

6. MODELOS Y SISTEMAS DE TENSIONES ………………………………………………… 22

BIBLIOGRAFÍA ……………………………………………………………………………………… 27

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iv

Gracias a Silo,

a mis seres queridos

y a los amigos con los que comparto la alegría del futuro.

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PRÓLOGO

Silo, maestro de gente en todas las culturas, dejó en nuestras manos una obra

magnánima, llena de sutilezas y enfoques de otra forma de concebir al ser humano, su

acción y su destino. Sin duda, su pensamiento y comprensión de lo que somos como

especie excede en ocasiones el interés que hoy las personas muestran, tanto para

entenderse a sí mismas como a sus semejantes.

Siguiendo su obra, tratando de hacer un pequeño estudio sobre los límites, las formas y

los modelos, he vuelto a releer y revisar la idea que de estos temas tenía. Y de lo que

creía aprendido a la comprensión adquirida tras el trabajo hecho son muchos los

descubrimientos y aclaraciones que se dieron.

Silo deja una obra grande, esencial en temáticas, relaciones y perspectivas. Parte de la

experiencia personal a la que todo ser humano tiene acceso y fundamenta los principios

para crear un tejido social capaz de orientar grandes cambios. Todo en la obra de Silo se

conecta y son expresiones de su coherencia y de su querer al ser humano.

Apoyando lo que avanza sabe dar fuerza y dirección para superar tantas dificultades y

errores repetidos. Señala la intención humana, nos invita a buscarla en cada uno, a

superar la mecánica de la conciencia, a rebelarnos frente a la aparente estabilidad de

aquello que produce sufrimiento. Porque hoy modelos desgastados por su propia

incoherencia han dado lugar a un desencuentro entre las personas, su interioridad y sus

circunstancias. Fracasos personales se extienden a problemas sociales; el individualismo

en su cerrazón frena aquellas aspiraciones comunes que dieron sentido y aliciente a otras

generaciones.

Y el hombre, que guarda en su interior el brillo de las estrellas, en su necesidad puede

buscar dentro de sí, rastrear tras sus imágenes esa intención que lo impulsa y captar la

señal que desde lo más profundo de su conciencia emiten modelos que aún están por

despertar.

La pregunta entonces es cómo buscar

“Hay otras cosas que se ven con otros ojos y hay un observador que puede emplazarse

de un modo diferente al habitual”

La mirada interna es una dirección activa de la conciencia. Es una dirección que busca

significado y sentido en el aparente confuso y caótico mundo interno.

Comentarios al libro de El Mensaje- Silo

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Desarrollar la mirada interna es esencial para adquirir la perspectiva adecuada que capte

cómo se interrelacionan los espacios interno y externo. Entre estos dos mundos

aparentemente separados hay concomitancias que la mirada despegada del observador y

del objeto observado revelará.

Capas y capas conforman al ser humano. Su propia morfología, células, tejidos,

órganos, aparatos, sistemas… también conductas aprendidas, formación adquirida,

roles y relaciones sociales, direcciones mentales, modelos actuales y ancestrales…

Todas estas capas desde distinta profundidad dan señal a través del cuerpo a un

espacio mental, condicionándolo y plasmándose en él. Este “espacio mental” lo llama

Silo espacio de representación.

La posición de las imágenes en el espacio de representación es esencial para producir

actos, es decir las imágenes colocadas en un emplazamiento determinado son las

responsables de cualquier movimiento o acción intencional. Nos interesa en este

estudio la relación existente entre las señales que recibe el espacio de representación

cuando configura las imágenes y la falta de libertad para salir de la forma de

representación habitual.

La conciencia no puede eludir su mecánica, el trabajo evolutivo dentro del campo

psicológico se amplía por necesidad, los límites y las formas que éstos guardan acatan

las señales de una dirección egocéntrica, en la que el “yo” es el último fin de la acción.

La Morfología juega con la cenestesia (1), a través del mundo de las formas y en el paso

por el vacío nos habilitamos para la “no forma”... El suave, casi imperceptible contacto

con lo Profundo también da señales al espacio de representación y en él dejan su

rastro significados hasta ese momento ocultos para la conciencia.

El trabajo concluye en la búsqueda de modelos profundos, que hagan posible la

construcción de un paisaje humano nuevo. Donde el temor a la muerte se transforma

y va dejando de ser el epicentro de tensiones profundas.

(1) Cenestesia: conjunto de sensaciones indefinidas captadas por sentidos internos, por las que el

individuo tiene conciencia de la existencia del propio cuerpo y de su estado.

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1. ABISMO, UNA DIRECCIÓN

Uno de los rasgos más notables y curiosos del ser humano es su actitud y respuesta

frente a la posibilidad de cambio. Este, el cambio, le causa simultáneamente

fascinación y horror, atracción y rechazo.

“… salta por encima de tu sufrimiento y no crecerá el abismo sino la vida que hay en ti. No hay pasión, ni idea, ni acto humano que se desentienda del abismo. Por tanto,

tratemos lo único que merece ser tratado: el abismo y aquello que lo sobrepasa.”

Silo – El Paisaje Interno

En estas palabras se expresa aparentemente una dualidad entre el “crecimiento de la

vida” y el abismo como oscurecimiento de la vida, pero se debe precisar. El abismo es

tratado en la obra de Silo no tanto como entidad, como sustancia, sino como dirección

en la que disminuye el sentido. El abismo representa el vértigo y la atracción de la

nada como actividad hacia la destrucción. Este vértigo ante lo desconocido pone a la

imaginación a funcionar, los temores aparecen, se activan las tensiones y éstas

traducen a imagen el abismo convirtiéndolo en un foso insondable... En esta dirección

aumenta la tensión y lo irracional se abre paso: terrores, oscuridad, sufrimiento, caída,

soledad, circunstancias no gratas, finitud, nada… a veces son traducidos

alegóricamente como criaturas extrañas, monstruos, etc.

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Hesíodo, Teogonía

Allí de la tierra lóbrega, De Tártaro nebuloso y del ponto estéril, De todos están una tras otra las fuentes y los límites penosos y húmedos, Que incluso los dioses odian, de una gran sima, A cuyo umbral no podría llegarse en un año completo, Ni aun estando dentro de sus portones. Sino que de aquí para allá le llevaría a uno tormenta tras cruel tormenta; Terrible, incluso para los dioses inmortales es este prodigio; Y la morada terrible de la sombría Noche se alza cubierta con nubes de azul oscuro.

G. S. KIRK, J. E. RAVEN Y M. SCHOFIELD, los filósofos presocráticos

Superar el abismo será elegir una dirección para la vida en la que se equilibren

conductas, ensueños y tensiones. La mecánica de la conciencia se basa en un circuito

de compensación, las tensiones disparan imágenes que llamamos ensueños para ser

equilibradas. Estos ensueños abren la caja de Pandora de los temores que a su vez

amplían las tensiones y en la acción buscando lo que da placer se encuentra también el

dolor. Placer-dolor, ensueño-temor, son duplas compensatorias, dos caras de la misma

moneda que van a la par en la conciencia y sólo soltando la que aparentemente da

mayor beneficio es que se diluye la tensión que ocasiona el otro lado.

Cuanto mayores son los ensueños del hombre, mayor su temor a perderlos, mayor sus

tensiones por mantenerlos, mayor su sufrimiento. Más grande se hace el abismo que

experimenta entorno a sus propios límites.

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2. LÍMITES

Hay una dirección para crecer en libertad y coincide con la que da sentido a la vida.

Los límites evidencian la falta de adaptación al ritmo de los acontecimientos.

Ampliar los límites es consecuencia de un trabajo intencional, que no surge de la forma

habitual de representar, sino que se da al tratar de seguir un tipo de imágenes nuevas

para la conciencia, cuya dirección es la apertura.

2.1. Límite y forma

La doctrina pitagórica dice que mediante la noción de "límite" lo "ilimitado" toma

forma. (2)

Límite se considera la frontera entre dos espacios, el perímetro de una forma, el

continente que incluye un contenido y lo separa del resto, etc. Cada ámbito en el que

la conciencia del ser humano se expresa establece sus propias referencias o límites de

actuación. Normativas, reglas, pautas, métodos, etc. Delimitan los contextos dentro

de los cuales nos movemos en el transcurrir cotidiano.

Estas delimitaciones incluyen formas que cobran vigencia y acaban siendo “la realidad

misma”. Evidentes para los sentidos, corroboran nuestras creencias y afianzan unos

límites psicológicos que argumentando seguridad esconden temores de todo tipo.

El cálculo matemático estudia en los límites de las funciones si en un punto concreto el

comportamiento de la función experimenta ciertas singularidades. Son singularidades

un máximo, un mínimo, una discontinuidad, un cambio de curvatura, también cuando

la función se dispara hacia el infinito en positivo o negativo o para encontrar entornos

en donde no está definida la función…

Para el estudio de la experiencia humana y de los límites sicológicos, tal vez

deberíamos a estas alturas ampliar el cálculo lineal para acercarnos al cálculo de

variables. Siendo tantos los aspectos y relaciones que influyen en los momentos

singulares en la vida de una persona la perspectiva matemática que precisamos estaría

(2) Aristóteles explica cómo los pitagóricos desarrollaron las ideas de Anaximandro sobre el Apeiron y

Peiron, lo ilimitado y limitado: ”... porque claramente dice que cuando la había construido, ya sea de la

superficie o de las semillas o de los elementos que no se pueden expresar, de inmediato la parte más

cercana de la ilimitada comenzó a ser elaborado en y limitado por el límite.”

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más cerca de la mecánica cuántica, con sus elementos infinitesimales y sus

probabilidades…

Ante un límite psicológico en el ser humano encontramos mucha variedad de

respuestas. Hay quienes se paralizan, otros somatizan, hay límites que hacen volver la

mirada sobre nosotros mismos, introspección, otros producen una externalización,

haciendo que olvidemos hasta quiénes somos, también en esos momentos de límite

hay quienes sacan sus mejores recursos, otros llegan a modificar su dirección vital,

etc... En cualquier caso, al igual que ocurre con el estudio de límites en cálculo

matemático, es esencial para comprender el comportamiento ver lo que pasa en el

entorno.

Los límites dan a las formas identidad y estabilidad frente a otras. Los sistemas tienden

a las formas determinadas por los estados de mínima energía o equilibrio. Este hecho

es importante tenerlo en cuenta, pues cualquier intento de cambio de una forma a

otra lleva implícito un gasto de energía mayor al que precisa para mantenerse en el

estado previo.

Las formas hacen posible el estudio de los diferentes sistemas de tensiones, gracias a ellas abstraemos y simplificamos situaciones complejas. Ellas recogen, señalan, equilibran… pero no son movimiento y cambio, como lo es la propia vida, son abstracciones ajenas al transcurrir.

En el campo de la conciencia las formas que influyen en el modo de representación

también buscan dentro del perímetro que las contiene el menor gasto energético

posible. De ahí la dificultad para salir, flexibilizar o cambiar la forma mental.

El reconocimiento de los propios límites supone el inicio de un trabajo evolutivo. En

contra de la tendencia a ocultar deficiencias y dificultades, es oportuno echar mano de

la valentía y sin tapujos ponerse en camino. Este camino de avances y retrocesos es

una dirección o búsqueda que habilita en el ser humano su enorme capacidad

transformadora.

Interpretar el acontecer, seguir el transcurrir de la realidad, exige hoy del ser humano

formas mentales transformables, con límites flexibles, que en caso de necesidad

puedan ser expandidas para dar lugar a otras formas más evolutivas.

Este proceso de cambio de una forma en otra nos coloca ante límites, ante fronteras

que separan lo conocido de lo desconocido, infranqueables según la propia conciencia,

pero siempre modificables si la intención de cambio es clara, a pesar del aparente

vértigo que suscita el ir más allá de ellas.

Cotidianamente se experimentan los límites en estados de agotamiento, cuando el

“yo” no se aguanta ni a sí mismo, en momentos en los que a la conciencia arriban más

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estímulos de los que puede dar respuesta. Ante situaciones nuevas en las que se

responde con formas antiguas, que ya no encajan. En intentos de fuerte apertura,

durante un tiempo en actitud expansiva, ampliando el cuidado y la atención a otros,

las respuestas negativas unas veces, otras veces las respuestas no esperadas, hacen

aparecer estados de saturación, desilusión o imposibilidad. Se reconocen límites al

toparnos con dificultades, cuando nos paralizan. Frente a imágenes de futuro que

exigen cambiar algo dentro de uno, reordenar de otro modo las prioridades, incluso la

resolución de algún conflicto interno. La conciencia tiende a encerrarse con excusas

poco racionales, surgen compulsiones defensivas en las que se ataca a otros y es

frecuente la aparición de climas o contenidos grabados en el paisaje de formación,

irracionales, casi infantiles en los que reside una larvada ilusión de parar el mundo, de

aquietar todo.

En el psiquismo todo está en estructura. Pareciera que el crecimiento personal va

develándose por capas y esas capas se endurecen o desvanecen según la dirección

elegida por cada persona. Cuando nos sentimos en crisis, verificamos los propios

límites. Da igual si se tiene una dirección clara o si se es llevado por los

acontecimientos, hoy el mundo con sus referencias cae y la inestabilidad es un estado

que da vértigo. Llenos de incertidumbre un precipicio se abre ante nosotros, a pesar de

nosotros, al comprobar como formas en otros momentos sólidas hoy se precipitan por

su falta de consistencia.

Sin duda, la situación actual empuja al ser humano hacia un cambio profundo. Por ello

la elección consciente de una dirección u otra se constituye como fundamento esencial

de dicho intento.

¿Qué entendemos por dirección? Una flecha señalando un lugar, la brújula del

caminante indicando hacia dónde, tenue señal del destino, el trayecto desde unas

condiciones de origen a un modelo que nos llama desde el futuro. Jugando con

alegorías, la dirección se expresa a veces como un fino hilo de Ariadna o un flaco

caballo llamado Necesidad, que imagen tras imagen pone al hombre en situación de

transformar, transferir, transgredir y hasta poder transmutar la propia forma.

He aquí mi pregunta: ¿a medida que la vida pasa, crece en ti la felicidad o el

sufrimiento? No pidas que defina estas palabras. Responde de acuerdo a lo que

sientes...Aun cuando sabio y poderoso, si no crece en ti y en quienes te rodean la

felicidad y la libertad, rechazaré tu ejemplo.

Paisaje Interno - Silo

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2.2. Límites del Espacio

“Arquitas de Tarento, el gran matemático pitagórico y amigo de Platón, será el primero

en formular el experimento mental de acercarse hasta el límite del universo y sacar la

mano al exterior. La hipótesis de un espacio sin fin, sin límites debía producir vértigo en

los pensadores griegos, como nos sigue pasando a nosotros cuando nuestra mente se

enfrenta a lo infinito, a lo que no se deja abarcar, a lo que está más allá de toda

medida”.

El concepto de espacio ha ido evolucionando a través de la Historia. Mientras que la

mirada se emplazaba en la pupila del ojo, el espacio percibido se halla fuera de los

límites del cuerpo. Con el desarrollo de la imagen y del arte, el hombre trata de

representar mejor el espacio, dándole otra dimensión y para ello el registro de la

mirada se desplaza hacia atrás de la pupila, lo que se traduce como perspectiva.

“Si es decisiva la modificación del punto de vista en la aplicación de la perspectiva, no menos importantes son las consecuencias en la representación a la que aquella da lugar: el espacio, hasta entonces cerrado y sin volumen, se abre ahora al infinito, simbolizado en el punto de fuga.”

“Comunicación entre espacios” Marisa Gabaldón

Con este desarrollo de la perspectiva se hace evidente la existencia de un espacio interno en el que puede desplazarse la mirada. Tras este hecho, la espacialidad comienza a ser ubicada tanto adentro como afuera y ambos espacios parecen tener interrelación. A la vez que desarrollamos la capacidad de representar con volumen, fuimos ganando profundidad en el espacio de representación y con ello acercándonos a la idea de infinito que surge de la falta de límites. “Tal vez buscando una nueva forma de mirar, se cuestionaron desde donde miraban. Puede ser que esta búsqueda les llevara a espacios más internos donde son otros los significados y otra la experiencia del mirar.”

“Comunicación entre espacios” Marisa Gabaldón

Me coloco ante las coordenadas de mi vida, en un espacio-tiempo concreto, y me

pregunto ¿cuáles son mis límites en este espacio?

Subo a una pequeña colina, desde donde atisbar la línea del horizonte y la mirada

observa un área circular formada por la intersección entre mi línea visual y el contorno

terrestre. Este círculo máximo que el horizonte dibuja ante mí, me señala el límite

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espacial y perceptual alcanzado por mis ojos desde el punto geográfico en el que estoy

ubicada. La cúpula celeste es una semiesfera que va al encuentro de este horizonte.

Todo lo que experimento está dentro de este volumen.

Si me muevo, viajando por una larga carretera sobre una amplia llanura, o navegando

a mar abierto, también puedo mirar al horizonte y experimentar esa cúpula esférica

que me envuelve. Todo lo que experimento sigue estando en ese entorno que, por

supuesto, me incluye a mí.

También si cierro los ojos, puedo sentirme dentro de los límites de mi cuerpo, la piel es

esa sutil frontera que determina la línea divisoria entre los estímulos que llegan a mis

sentidos externos y los que captan los sentidos internos. Todos los sentidos envían

impulsos al espacio de representación influyendo en la conformación de imágenes. El

cuerpo, como prótesis, forma parte del espacio externo sobre el cual operan mis

imágenes.

Es más, tengo la capacidad de imaginar todo lo contemplado anteriormente dentro de

mi espacio de representación con forma, extensión, color y un límite que lo contiene.

El espacio en cuanto a Universo tiene límites y sigue expandiéndose alejando a los

cuerpos que en él aparecen suspendidos. La expansión del espacio parece deberse a la

materia oscura que rodea a los cuerpos inmersos en él.

Sacando posibles relaciones entre espacio interno y externo, surge una idea sobre la

espacialidad interna…

Tal vez, esta espacialidad tan amplia como el Universo, pueda dar cobijo a una

inmensidad semejante capaz de expandirse y transformar sus límites.

La estructura del espacio M.C. Escher

Compenetración de mundos

Mano con esfera reflejante

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10

2.3. ¿Es el tiempo un límite?

Cuando la coordenada es el tiempo, entiendo que la muerte representa la finitud del

cuerpo en el que transcurre mi vida. Luego el límite temporal de mi existencia física

está claramente marcado por este acontecimiento.

Si viviéramos en otro planeta, el tiempo de deterioro del cuerpo sería distinto. Si

durante años viajáramos por el espacio y no experimentásemos tan fuertemente la

fuerza de la gravedad el transcurrir del tiempo sería diferente. Hay una materia en

continua transformación, y a ese registro de cambio permanente lo llamamos tiempo.

Convencionalmente, el tiempo se establece como el correr de las horas en un reloj, la

sucesión de días y noches, el transcurrir de estaciones, el movimiento de

constelaciones y planetas;… los ciclos naturales modifican el paisaje transformando sus

formas, colores y luces provocando en nosotros la idea de cambio continuo.

Un segundo, un minuto, una hora, un día son divisiones de la duración del movimiento

de rotación de la Tierra sobre su eje y los meses, las estaciones y el año dependen de

la traslación de nuestro planeta alrededor del Sol.

Si no hubiera materia, ¿habría tiempo?

Los mitos nos hablan del tiempo cuando tratan de explicarnos cómo se hizo el mundo,

cómo surgió la vida y el ser humano. En este caso buscan el origen, el inicio de la

conciencia en la vida. Y en esa búsqueda del origen y de dar explicación al acontecer,

acotan las experiencias en espacios temporales de principio y fin. Desde el eterno

pestañeo de Shiva, al perpetuo y diario castigo de Prometeo por haber entregado el

fuego a los mortales. El tiempo es una constante en los mitos, cambiante y eterno a la

vez. Según la conciencia del hombre tuviera capacidad para ordenarlo, atraparlo o

entenderlo. Así, lo inmortal se disfraza de mortal, para ser entendido por una

conciencia limitada y limitadora.

En esto de percibir el tiempo juega un papel importante las tensiones y el

emplazamiento de la mirada. Si atiendo y me centro en lo que estoy haciendo de un

modo distenso, el tiempo se corresponde exactamente con mi actividad. Si estoy

tomado por las circunstancias, corro tras ellas, siento que estoy en un sitio y debería

estar en otro, el tiempo se fuga, se hace demasiado rápido y en esa fuga se ha llevado

el registro de mí mismo. Cuando tengo que acometer una actividad que no se

corresponde con mis intereses, opto por ubicarme en mi sensibilidad, entonces la

actividad se hace pesada, aburrida, la alargo en el tiempo y pierdo la oportunidad de

captar algo nuevo, en este caso el registro es de pérdida de tiempo.

Las tensiones que experimentamos ante las imágenes que colocamos en nuestro

espacio de representación influyen en el registro de espacialidad interna y de

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temporalidad. Las tensiones producen dolor, alargan el registro del tiempo al generar

sufrimiento. Cuanto mayor es el campo de presión sobre nuestro espacio interno,

menor capacidad para flexibilizar y colocar imágenes en distintos tiempos. El registro

de continuidad desaparece y las imágenes se agolpan, se empastan en un mismo

plano.

Vemos destacable relacionar el aumento de tensión con el registro de pérdida de

espacialidad interna y de falta de tiempo.

Como experiencia a veces el tiempo se detiene por un breve instante, a veces una

situación se hace eterna, a veces el tiempo pasó sin darnos cuenta. El registro del

transcurrir va ligado a las emociones. Hay momentos especiales, en los que se alinean

intereses, prioridades, acciones, proyectos, son momentos breves, excepcionales en el

recorrido de una vida pero pueden hacer que nos vivamos fuera de tiempo o sentir

como si el tiempo se hiciera eterno. Es el caso del enamoramiento, de instantes de

comunión con todo, o momentos de comprensión que nos acercan al sentido de la

vida.

El contacto con lo Profundo deja restos de “un tiempo eterno”, sutiles indicadores de

esa entrada, casi imperceptibles. Estos restos señalan la existencia de significados que

guarda el ser humano en su interior. Son tesoros que al ser develados, al poder ser

interceptados por la conciencia, mueven fuertes emociones capaces de envolver el

tiempo, de sintetizarlo de otro modo. Tal es así, que los tres tiempos de conciencia se

entrecruzan y dejan en un mismo instante el registro de lo que fue, es y será como lo

mismo. La unidad, la belleza, la bondad, la sabiduría, la fuerza… despiertan. Y no sólo

despiertan en el mundo de las ideas platónico alejado e inalcanzable como si de un

paraíso perdido se tratara, sino en el interior de cada ser humano influyendo en su

búsqueda y esperando a ser llamados.

La conciencia sin la presión del tiempo recrea de otro modo su acción en el mundo, se

nutre de otros sentimientos, puede valorar el instante, y en esa valoración ampliar los

límites de un momento en el que sin esperar nada especial, se llena de gracia el

sencillo acto de la relación con otros.

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3. ESTRUCTURA ESPACIO - TIEMPO

Tratamos de utilizar objetos en el mundo que nos miden el espacio o nos señalan el

transcurrir del tiempo, necesarios para que de una forma arbitraria o a modo de

convención, sirvan al hecho de hacer el mundo comprensible.

Sin embargo, si de experiencia interna hablamos, vamos a ver como ambas

coordenadas se entremezclan y operan una sobre la otra.

Cuando el interés es colocar imágenes, proyectos, en un calendario, se transforma el

tiempo de calendario en espacio mental. Es como si en el espacio de representación

surgieran unas baldosas con números correlativos, o nombres de días de la semana o

nombres de meses y sobre ellas a modo de construcción se implantan las imágenes en

el día-baldosa correspondiente.

En este colocar, se registra un desplazamiento horizontal y hacia adelante según se va

futurizando con respecto al momento presente desde el que quiero construir ese

calendario. Según las imágenes estén más alejadas en el tiempo, es fácil percibir que

tienden a diluirse o nublarse, lo que indica un tipo de límite en el espacio de

representación frente al futuro. La dificultad encontrada para colocar imágenes

diferentes a las habituales en un tiempo futuro es debido a que en ese espacio ya

actúan las tensiones habituales: intereses, ensueños, modelos,… llenando la capacidad

de representación del espacio e impidiendo un nuevo tipo de imágenes. Esto dificulta

el hecho de futurizar o imaginarnos de un modo distinto en un tiempo distinto.

Por otro lado, el futuro en vigilia lo representamos adelante, y en la medida que

estemos presionados por las situaciones presentes, veremos como el espacio se

aplana, se acerca en el tiempo y nos impide poner imágenes que vayan más allá.

Espacio y tiempo tienen su aspecto histórico-social, definidos por el devenir de los

acontecimientos en un lugar y en una determinada época. Esta experiencia del espacio

y el tiempo depende del ritmo de los sucesos, la tecnología, el tipo de núcleo de

ensueño de la época, las comunicaciones y del rol esperable con el que deben actuar

las personas en su entorno. Registros de encerramiento, estrechez de espacio, vértigo

ante la velocidad de los acontecimientos, falta de tiempo, agorafobia, ansiedades,

etc… Son disfunciones que detectamos hoy sobre todo en las grandes ciudades.

Lugares con edificaciones enormes, deshumanizadas donde el espacio y el tiempo para

pensar se pierden en la rutina diaria. Todo se hace rápido y el aprovechamiento de

espacios se traduce en pensamientos prácticos.

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3.1. El espacio-tiempo del paisaje de formación

Una huella esencial para rastrear el paisaje de formación, es ver cómo éste incide en el

particular modo de sentir el tiempo y el espacio que tiene cada persona en su hacer

cotidiano. Mecánicamente algunas personas experimentan que en poco tiempo hacen

muchas cosas, otras que no tienen tiempo suficiente para hacer tal o cual tarea, hay

quienes sienten que los dejan solos ante cualquier trabajo, otros que son demasiados

para hacer lo que se pretende…

El espacio-tiempo cultural en el que se forma y desarrolla la vida influye desde las

primeras grabaciones en la forma de actuar. Familia, amigos, paisaje humano en el que

se nace y crece da a la propia identidad el sustento de un sistema de tensiones

particular y un tono afectivo que condiciona enormemente las imágenes

representadas en el espacio de representación.

Los objetos, los materiales, los olores, los juegos, las canciones, el vecindario, cómo

eran las celebraciones, las comidas, las aulas, los roles en la familia, en la escuela, el

ritmo en el cambio de los acontecimientos, los espacios en los que cada uno se movía,

los medios de transporte o de comunicación… todo quedó en la memoria emitiendo su

particular señal.

La sensibilidad, ese tono afectivo que notamos al evocar estas imágenes, se convierte

con el paso del tiempo en una especie de campo o flotador que circunda a la persona,

dentro del cual se está a gusto. Ese “a gusto” tiene un tempo para hacer las cosas, que

si otras personas irrumpen en este entorno a otro ritmo va a provocar irritación y

activará ese sistema de tensiones tan característico de cada uno que es el “enfado”,

como defensa ante tal intrusión.

Así el paisaje de formación, forma, moldea, educa, limita, ancla la conciencia de algún

modo a las dos primeras décadas de vida, fijando gustos y disgustos a tensiones y

climas característicos de esta etapa. Todas estas sensaciones grabadas, comúnmente

se asocian a la propia identidad, son casi uno mismo, de ahí surge el “yo soy así”. Este

mecanismo está en la base de muchas de las dificultades que nos impiden una

adaptación creciente frente a un mundo que cambia tan rápido.

“Todo mundo al que aspiras, toda justicia que reclamas, todo amor que buscas, todo

ser humano que quisieras seguir o destruir, también están en ti. Todo lo que cambie en

ti, cambiará tu orientación en el paisaje en que vives. De modo que si necesitas algo

nuevo, deberás superar lo viejo que domina en tu interior. ¿Y cómo harás esto?

Comenzarás por advertir que aunque cambies de lugar, llevas contigo tu paisaje

interno”.

IV. EL PAISAJE HUMANO - Silo

Page 19: Ampliacion del espacio

14

4. LAS IMÁGENES

Las imágenes son las formas que produce el espacio de representación, hacen de nexo

entre la conciencia y el mundo. Las imágenes llevan en su esencia intencionalidad, es

decir dirección, son síntesis de estados por los que pasa la conciencia, traducciones de

impulsos mecánicos que buscan su compensación en el mundo. Además pueden ser

orientadas por la intención para transformar sistemas de tensiones, transferir cargas y

contenidos profundos.

Destacamos el hecho de que la imagen no es mera copia de los impulsos que vienen

del mundo a través de los sentidos, ni fotocopia de las imágenes guardadas en

memoria, ni sólo compensaciones de tensiones para ir al mundo de nuevo.

Esto no es una pipa (1928) Magritte

Este cuadro muestra el equívoco que subyace en la formulación de la pintura como

representación de la realidad, evidenciando el desajuste entre el lenguaje y el objeto

que designa cuestionando la equivalencia entre la palabra y la imagen, y entre ésta y el

objeto.

Según Magritte para la construcción de lo fantástico no hacen falta grandes alardes

imaginativos, basta con la violación de las leyes que rigen el orden común poético de

las cosas, con cuestionar la solidez de los principios, siempre convencionales y

estereotipados, sobre los que construimos nuestra existencia cotidiana.

Silo en la introducción de su libro Psicología de la Imagen define la imagen:

…“como un modo activo de estar la conciencia en el mundo, como un modo de estar

que no puede ser independiente de la espacialidad y como un modo en el que las

numerosas funciones con que cumple, dependen de la posición que asume en esa

espacialidad.”

Page 20: Ampliacion del espacio

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Y aclara:

“Al decir “espacio de representación” estamos considerando al conjunto de

percepciones e imágenes (no visuales) que dan el registro y el tono corporal y de

conciencia en el que me reconozco como “yo”, en el que me reconozco como un

“continuo”, no obstante el fluir y el cambio que experimento. De manera que ese

“espacio de representación” es tal no porque sea un contenedor vacío que debe ser

llenado por fenómenos de conciencia, sino porque su naturaleza es representación y

cuando sobrevienen determinadas imágenes la conciencia no puede sino presentarlas

bajo la forma de extensión”.

El espacio mental en el que se forman nuestras imágenes tiene a su vez sus propios

límites, un perímetro de creencias, concepciones sobre nosotros mismos y los demás,

prejuicios, etc. Ideas asumidas e internalizadas de un paisaje de formación, arraigadas

en tensiones grabadas desde la infancia, rigideces mentales y físicas que buscan

reafirmarse e impiden imaginar que todo podría ser de otro modo. Como afirma

Ortega y Gasset: “Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más

sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión”.

El espacio de representación es receptor de todos los datos o imágenes que memoria, imaginación y sentidos envían, a la vez que elabora las imágenes o representaciones con las que dar respuesta.

Cuando hay imágenes o contenidos asociados a momentos de tensión muy fuerte, en

los que no se dieron o no se supo dar una respuesta adecuada, pueden quedar sin

integrar, dejando un rastro de sufrimiento y la conciencia tratará inútilmente de

taparlos. Aislados en la conciencia, siguen emitiendo dolor aun estando en capas

profundas de memoria y ese dolor se traduce físicamente como tensiones

permanentes. Difíciles de apreciar de no ser porque pueden desembocar en dolores

crónicos o somatizaciones, que dando señal al espacio de representación restan

capacidad a éste para su normal funcionamiento. Esta es la razón por la que en

ocasiones zonas del espacio interno pueden quedar anestesiadas, provocando

disfunciones físicas y psicológicas. Sin embargo en el campo de las imágenes todo es

muy transformable, estas dificultades pueden ser solucionadas si los contenidos son

trabajados e integrados como una parte más de toda la experiencia. En la conciencia

todo se conecta, puesto que trabaja en estructura y por esta razón es que cobra

relevancia la capacidad para sacar relaciones coherentes entre lo que sucede y lo que

se piensa.

Page 21: Ampliacion del espacio

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5. LA UBICACIÓN DEL “YO”

“Es muy evidente que en la constitución del yo intervienen no solamente la memoria, la

percepción y la representación, sino la posición de la atención en el espacio de

representación. No se está hablando, por consiguiente, de un yo substancial sino de un

epifenómeno de la actividad de la conciencia.

Apuntes de Psicología IV- Silo

El “yo” se experimenta como identidad psicológica, la conciencia lo reconoce como

director de sus operaciones. Ahorra energía en los aspectos mecánicos de la vida, evita

tener que reaprender cada día todo de nuevo. El “yo” identificado con nosotros

mismos, apenas acepta la crítica, se reafirma como entidad y precisa ocupar un lugar

central no sólo en la propia conciencia, sino también y a ser posible en la de quienes

nos rodean.

Mecánicamente es insaciable, tiene una clara dirección marcada por los intereses más

inmediatos, y si no fuera porque choca con los intereses de otros “yoes”, no

tendríamos modo para dudar de él.

El “yo” es conservador en su forma. Defiende su emplazamiento, se enfrenta o aleja a

cualquier situación que le pueda inestabilizar o cuestionar. A veces procura la mejora,

pero ante el cambio de dirección llena de climas o temores irracionales la conciencia,

mermando los beneficios de ese cambio y asumiendo lo ya conocido como mejor.

Practica continuamente tácticas de conducta más o menos acertadas para procurar sus

intereses. Podríamos decir que es el artífice de la mayoría de los límites entre los que

creemos estar.

Emplazado en sus intereses, va haciendo que los propios problemas cojan una dimensión

extravagante en el centro de la conciencia. A veces, dichos problemas, se sintetizan

popularmente como “pescadilla que se muerde la cola” y no es porque no tengan

solución sino por obviar algún aspecto de la propia conducta que exige cambio.

Visto así, el “yo” resulta a veces de difícil manejo, detectarlo si estamos muy identificados

con él no es tarea sencilla. Sin embargo en nuestra concepción humanista del “yo”

buscamos ir suavizando sus intereses, integrando sus tendencias y ampliando su

perspectiva. Cierto es que la coherencia es un registro paralelo al del “yo”, un centro

interno que puede crecer y puede ayudar mucho a desplazar al “yo” de su querencia

hacia el centro.

Según emplacemos el “yo” vamos a organizar nuestro pensamiento hacia nosotros

mismos y hacia otros. En el oráculo de Delfos se procura una conciliación entre las

Page 22: Ampliacion del espacio

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diferentes tendencias del “yo”: para que dentro del ”yo” no hubiera esos choques entre

el pensar, sentir y actuar, daban alternancia a esa dualidad que provoca la perfección y el

caos en el ser humano. La dialéctica entre Apolo y Dionisos fue resuelta buscando la

alternancia... Durante unos meses Apolo con su métrica y medida regía los designios del

oráculo y otros meses era el teatro de Dionisos el que daba rienda suelta a las pasiones y

a la expresión.

En algunas religiones el “yo” se ha considerado enemigo del desarrollo interno y era

tratado como el mismo “demo”. Esta ubicación hacía que el practicante estuviera alerta y

en lucha permanente con sus tentaciones.

En otras filosofías orientales al pretender minimizarlo tanto o anularlo, cualquier forma

vital podía inhibir su actuación. En este enfoque, el mundo no interesa y se puede

trabajar de este modo siempre y cuando se esté viviendo en lugares que permitan el

recogimiento, al margen de la interacción con el mundo.

Con el paso del tiempo, el psicoanálisis desarrolla el concepto de “superyo” en el que el

“yo” se supedita además a la imposición de conductas socialmente aprobadas, se vincula

entonces más que con el deseo con la voluntad, con la capacidad que tiene una persona

para controlar sus impulsos y amoldarse a las pautas de comportamiento socialmente

aceptadas.

Para el humanismo, el yo es reubicable en la medida que de forma amistosa se le ayuda,

no tanto cuando lo tratamos de forma dialéctica, que en general se produce lo contrario.

El “yo” no es problema en sí mismo si hay un centro interno que se desarrolla. Como

habla Silo en la “Curación del sufrimiento”, en la medida que se va superando el deseo,

una dirección nueva a lomos de la Necesidad se abre paso.

Page 23: Ampliacion del espacio

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6. FORMAS QUE MOLDEAN EL ESPACIO

Tener registro de un espacio interno, es diferente a registrarse sólo como cuerpo. En el

trabajo de distensión se encuentran muchos límites que sirven para mapear o dibujar

cómo son las tensiones que tanto afectan a la espacialidad interna. Para sentirla se

requiere de cierta disposición, aflojar por capas, soltar imágenes y quitar ruidos

mentales. Este espacio se registra diferente en cada persona pero sería semejante a un

espacio tridimensional, en el que la imagen traducida se ve como en una pantalla pero

se emplaza en distintos grados de profundidad.

La conciencia recoge sensaciones corporales captadas por los sentidos internos más

allá de las tensiones. Las que tienen que ver con el equilibrio y la posición son captadas

por la kinestesia y las sensaciones que tienen que ver con presión, temperatura, dolor,

acidez… por los sentidos cenestésicos.

Esta cenestesia no tiene una forma fija, diríamos que es amorfa, pero puede ser

moldeada. Las tensiones dificultan su registro. Según lo homogéneo que sea esta

sensación cenestésica, una persona puede valorar lo desajustada, tensa o relajada que

se encuentra.

Tanto el estado mental como la particular forma de representar pueden ser

modificados moldeando esta cenestesia. Desde los primeros elementos de culto de la

antigüedad, el hombre intuye alguna relación entre cuerpos geométricos y espíritu. De

un lado al otro del planeta se encuentran muestras de religiosidad que dan constancia

de este hecho.

Los lugares de culto producen diferentes sensaciones corporales según su forma.

Cilindros, prismas, conos, pirámides y esferas se traducen en columnas, monolitos,

tejados, naves, cúpulas y templos enteros. Formas que ayudaban a quien meditaba o

hacía su oración a equilibrarse y conectar con lo mejor de sí mismo.

Los diferentes cuerpos geométricos pueden operar como molde del espacio interno. Y

estos moldes a su vez acoplan la cenestesia a sistemas de tensiones básicos,

desprovistos de tensiones innecesarias para la adecuada conformación de este

espacio. La cenestesia a modo de cera fundida se incluye en estas formas y se dispone

a ser moldeada. Es un trabajo de laboratorio y en el mundo, precisa de práctica y

disposición interna, cierto oficio hasta que se aprecia este efecto moldeador. El

continente o cuerpo geométrico elegido operando sobre la cenestesia hace que se

amplíe la capacidad de representación, y se experimenta como avance frente a los

propios límites.

Citamos a continuación algunos ejemplos de monumentos de culto asociados a

diferentes formas geométricas.

Page 24: Ampliacion del espacio

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Los cilindros de Gudea de Lagash (Mesopotamia) (2144 a 2124 a. n.e.)

Conmemoran la construcción del

templo del dios Ningirsu en Lagash y

la entrega del templo al dios y a su

cónyuge la diosa Bau.

Son soportes del más antiguo himno

de la historia, el Himno al templo

Eninnu.

La antigua ciudad de Bagán es, el asentamiento budista más impresionante de

Myanmar (Birmania).

Su fecha de su fundación se

remonta al año 108 d.n.e. Se

considera un área sagrada, donde

las numerosas cúpulas cónicas

señalan la elevación del espíritu.

Los egipcios comenzaron a construir sus colosales pirámides hace unos 5.000 años.

Consideradas salas de ascenso, eran

verdaderos hogares para los

muertos en su camino a “otra vida”.

El pueblo vivía para las pirámides y

fue a través de ellas que este pueblo

desarrolló su arte y el conocimiento

de la astronomía.

Page 25: Ampliacion del espacio

20

Naqsh-e-Rostam, templo de fuego o pireo

Frente a las sepulturas de

DaríoI, Jerjes y ArtajerjesI, en

Persépolis (Irán) destacan los

restos de un templo del fuego.

El templo de forma cúbica

denominado Kaaba de

Zoroastro, es uno de los mejor

conservados con estas

características.

Las esferas de piedra del Delta del Diquís (Costa Rica).

Fueron talladas a mano en

granito con una esfericidad muy

perfecta. Estas esferas eran

trasladadas desde más de 50 km

y todavía no se sabe muy bien

cómo. Algunas pesan toneladas.

Se cree que son obra de los

Dikis, pueblo amerindio con un

desarrollo social, económico,

cultural religioso muy avanzado.

6.1. La esfera, molde transformador

Conseguir una esfericidad homogénea exige del pulido de muchas manos diferentes.

Dentro de las formas geométricas básicas, la esfera es completitud. Es un cuerpo

perfecto en sí mismo, homogéneo, regular, sin aristas. Da idea de equilibrio, de

compensación, también de movimiento.

La experiencia de Paz, herramienta básica de trabajo personal, se apoya precisamente

en la imagen de una esfera que se transforma en sensación, es decir la cenestesia

ocupa la forma que luego se va a expandir hasta los límites del cuerpo.

Page 26: Ampliacion del espacio

21

Es frecuente experimentar como el registro cenestésico en este trabajo, no se

corresponde con una esfera perfecta. Pues bien, es en estas imperfecciones dónde se

evidencia la raíz de muchos conflictos que tomando forma de impedimentos dificultan

el avance.

Para Platón la búsqueda del complemento con el que conformar una esfera era su idea

del amor, un Propósito en sí mismo, una dirección para buscar el sentido.

Apoyándonos en esta forma esférica, vamos a buscar equilibrio en muchos temas o

zonas del espacio aparentemente opuestos pero que su razón de ser depende del

contrario, de modo que son reflejo unos de otros, llegando a tocar en sus infinitos

rebotes toda la superficie de la esfera.

Cuando hablamos de expandir y proporcionar el espacio interno estamos

considerando el hecho de quitar tensiones profundas que afectan al espacio de

representación y limitan su conformación excluyendo la posibilidad de producir

cualquier tipo de imagen.

Con el interés de proporcionar y expandir el espacio interno resulta necesario

determinar un centro de gravedad interno. Consideramos su ubicación en el centro del

pecho, es un punto de equilibrio emotivo en el que uno no se problematiza, ni se

fascina con el mundo. Este centro interno se forma cuando se equilibra la balanza de

dar y recibir, de reconciliarse y avanzar en el sentido de la vida. La libertad interna es el

indicador de ese centro y la acción válida hacia los demás es su correlato humano.

Desde ese pequeño centro comienza el desarrollo de la esfera… la espacialidad se

proporciona en la integración de aparentes opuestos. Se iluminan zonas del espacio

interno integrando el pasado y abriendo el futuro. A un lado y a otro, enfocando el

deber y el gusto desde intangibles valiosos, que elevan el deseo y hacen más livianas

las obligaciones. Arriba y abajo, reconociendo a los temores como la otra cara del

ensueño y distinguiendo las aspiraciones que dan dirección y no son compensación de

tensiones.

La espacialidad se amplía también en el eje que nos lleva de lo profundo a los otros

seres humanos, afuera y adentro. Ayudando a otros se sale del encerramiento, se

superan límites, la emoción pierde su dureza y se suaviza, el espacio de representación

adquiere profundidad y en la misma proporción aumenta la capacidad de incluir a

otros en él, adentro como afuera, en un proceso muy transformador.

Ganar en libertad es consecuencia de ayudar a otros a liberarse de sus pesadas

cargas…

Page 27: Ampliacion del espacio

22

7. MODELOS Y SISTEMAS DE TENSIONES

“Cada cual y a su modo, lanza su vida hacia el paisaje externo buscando completar sus

modelos ocultos”.

Paisaje Interno - Silo

Un paso previo para entender o poder apreciar en uno mismo y en otros cómo operan

los modelos en la conducta y cuáles son esos modelos que de algún modo nos guían

hay que hablar de sistemas de tensiones.

Las tensiones son traducidas por la conciencia como “interés” de ahí su importancia.

Los intereses constituyen el motor principal de la acción cotidiana y redundan por

tanto en la dirección que otorgamos a la vida.

En el libro “La Metamorfosis” de Franz Kafka encontramos un hombre convertido en

escarabajo…

La Metamorfosis narra la historia de Gregorio Samsa,

un comerciante que mantiene con su sueldo a su

familia, con la que vive, y se levanta un día de la cama

convertido en un insecto parecido a una cucaracha o un

escarabajo gigante. Pero nunca deja de ser quien era, es

decir, piensa igual que cuando era un humano, aunque

no lo pueda expresar de la misma forma.

En el sueño de Kafka, el sistema de tensiones corporal da señal al espacio de

representación y la imagen del propio cuerpo se traduce en una especie de insecto.

Este señor que lleva una gran carga familiar, obligado a trabajar muchas horas en algo

poco reconfortante… Tal vez este hecho sea el origen de tensiones en la espalda

traducidas por el duro caparazón. El pecho encogido, metido hacia adentro.

Extremidades delgadas, vibrátiles, con poca fuerza y la cabeza agachada…

Al pobre Gregorio Samsa no le fue explicado que una vida dedicada a una actividad

aburrida, a la que no le encuentras el sentido, por muy justificado que esté el hecho de

mantener a la familia, además de resultar monótono incide en los sistemas de

Page 28: Ampliacion del espacio

23

tensiones habituales, que con el paso de los años tienden a endurecerse hasta poder

dañar seriamente el propio organismo.

Según lo que procuramos conseguir del mundo, así actuamos en él. Siendo que

muchas veces cegados por los beneficios “aparentes” de tal o cual modelo, nos resulta

difícil ver en ellos lo que puede perjudicarnos.

“Si persigues un fin te encadenas, pero si todo lo que haces lo realizas como un fin en sí

mismo te liberas”.

Los Principios de Unidad Interna, La Mirada Interna – Silo

El sistema de tensiones vitales al que está sometido un pueblo se traduce como imagen

pero eso no basta para explicarlo todo a menos que se piense en burdos términos de

reto y respuesta. Es necesario comprender que en toda cultura, grupo e individuo,

existe una memoria, una acumulación histórica sobre la cual se interpreta el mundo en

que se vive. Esa interpretación es lo que configura, para nosotros, el paisaje que

percibiéndose como externo está teñido por las tensiones vitales que ocurren en ese

momento histórico o que han ocurrido hace mucho tiempo y que, residualmente,

forman parte del esquema interpretativo de la realidad presente. Cuando descubrimos

las tensiones históricas básicas en un pueblo dado nos acercamos a la comprensión de

sus ideales, aprensiones y esperanzas que no están en su horizonte como frías ideas

sino como imágenes dinámicas que empujan conductas en una u otra dirección.

Mitos y raíces universales - Silo

Citando a Ortega y Gasset, “la vida humana es imposible sin ideal, o, dicho de otra

manera, el ideal es un órgano constituyente de la vida. A veces padecemos una vital

decadencia que no procede de enfermedad en nuestro cuerpo ni en nuestra alma, sino de

una mala higiene de ideales.”

Reconocer los modelos que nos llaman desde el futuro tiene cómo no, diferentes

sustratos. Capas que van desde los modelos actuales, ideales de superficie, modelos

parciales, a los guías más profundos.

Los intereses son en general, el carburante de nuestros motores, le dan cierta ilusión de

avance a la conciencia. ¿Y hacia dónde avanzamos al ser tirados por semejante carruaje?

Hacia nuestro particular y temporal núcleo de ensueño, hacia un arquetipo que sólo se ve

cuando se alcanza. En ese preciso instante surge la desilusión, el velo de maya cae, se

puede apreciar como los talentos y las carencias funcionan en estructura, y ese modelo

Page 29: Ampliacion del espacio

24

ideal deja de tener interés. La rueda del placer y la del sufrimiento se alternan pero de

pronto algo se para.

Aquí surgirá un nuevo núcleo de ensueño que reemplace el anterior. Pero en un corto

periodo, mientras esto sucede, en el que el hombre se desencuentra de sí mismo, puede

ver y por lo tanto elegir. Y este hecho es esencial para ir en busca de otro tipo de modelos

más antiguos, más comunes a todos o tal vez de un tiempo futuro.

No podemos hablar de modelos sin considerar cómo es el momento histórico social en el

que estamos inmersos. Desde luego que es un momento en el que todo hace aguas, hay

una crisis no sólo económica sino de concepción. Los modelos que han dado lugar a esta

situación vienen de una dirección muy antigua, que subyace en la esencia animal que nos

precede, en el instinto de conservación. Una dirección en la que se justifica cualquier

barbaridad en aras de la mejora personal. Es una dirección violenta, que ha sido depurada

con el paso del tiempo, pero que aun así ha colocado a unos hombres sobre otros,

arrebatándoles su intención. Grupos de potencias mundiales, jerarquías en los

estamentos sociales, en las empresas, en las mismas familias, han colocado al individuo

en un determinado lugar al nacer, que le condicionará en gran medida a lo largo de su

vida.

La crisis de hoy viene empujada por una velocidad de cambio impredecible, inasible para

los que persiguen un orden en el que todo permanece en su sitio. El modelo

individualista, eficaz, práctico, lleno de atributos gracias a la cantidad de objetos que

posee se cae con esta crisis. Modelos de relación basados en la seguridad económica, en

las apetencias, en el consumo, que se desmoronan porque las tensiones son cada vez

más groseras, las relaciones se rompen y las emociones se endurecen impidiendo pensar

con claridad. Los personajes famosos en poco tiempo caen de su pedestal, envejecen,

enloquecen o pierden credibilidad. El consumo no reemplaza el vacío que deja la falta de

entendimiento.

Pero el paisaje externo va imponiendo leyes propias y cuando pasa un tiempo, lo que

fue el más acariciado ensueño resulta en una imagen por la que se experimenta ahora

vergüenza o, cuando menos, un desvaído recuerdo. No obstante, existen profundos

modelos que duermen en el interior de la especie humana esperando su momento

oportuno. Esos modelos son la traducción de los impulsos que entrega el propio cuerpo

al espacio de representación.

Cap. XVI Los modelos de vida, Paisaje Interno-Silo

Page 30: Ampliacion del espacio

25

Si nuestro particular sistema de tensiones, grabado con el paisaje de formación nos da

forma, forma que a su vez se quedó antigua. Será tarea del hombre de hoy configurar un

nuevo paisaje para dibujar otras formas que integrando el paisaje antiguo, lo supere y le

dé la apertura necesaria para su transformación.

Esta apertura será traducida en el espacio de representación, haciendo que éste cobre

volumen y se amplíe. Abriendo posibilidades a las imágenes. Con ese volumen en la

emoción, se hace liviano el compromiso, tanto de ayuda a otros como para profundizar

con uno mismo. Es una apertura que se experimenta en los dos sentidos al mismo

tiempo, adentro como afuera.

Nuevos modelos serán inspirados por significados atemporales, las tensiones tendrán que

aflojarse para que el hombre calme esos viejos y groseros intereses, antes de acceder a

los espacios profundos de la mente. De allí salen inspiraciones, registros de unidad,

perspectivas impensables y desaparecen los temores, transformando en futuro el miedo

a la muerte.

“Este modelo lo voy configurando y proyectando al mundo, y por indicadores de

coherencia y crecimiento me transforma y transforma a otros.

Este modelo es necesario y orienta mi comportamiento, pero también requiere de gusto

para mantenerlo en el tiempo, de ahí que sea diferente para cada persona. Uno puede

desarrollarse mejor si es que tengo gusto por las actividades que realizo, permitiendo que

el desarrollo incluya mis cualidades y sea más veloz acorde con las necesidades del

“tempo” que me ha tocado vivir.

Precisar el campo de acción es parte del modelo social. Será en la mística, o en lo social, o

en lo político, o en lo cultural, o en el estudio y divulgación, o una mezcla de éstas u otras

opciones.”

El Estilo de Vida – Maxi Elegido, Parques de Estudio y Reflexión. Punta de Vacas

En este nuevo modelo, el conjunto formado por un tejido compartido de muchas

personas, nutre a cada individuo que se conecta. La dirección es crecer y ayudar a crecer

a otros. Cada individuo es responsable de su propio desarrollo. Dentro de un mundo de

iguales oportunidades cada uno elige cómo avanzar. Amistad, ayuda y experiencia son

compartidas y necesarias a la hora de sincronizar una inteligencia conjunta.

Además de la acción, el hombre nuevo necesitará sentir con mayor carga sus emociones y

ampliar su capacidad de reflexión. No vale ya huir de los temas fundamentales, la

dirección que planteamos en nuestra vida tiene que ver con dejar de creer en la muerte.

Page 31: Ampliacion del espacio

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Las formas a utilizar tendrán que ser amables, versátiles, inclusivas, donde el fluir de la

creatividad está presente, capaces de adaptarse al ritmo de los acontecimientos…

El cambio de esta época se asemeja al salto que nuestra especie dio al salir de las cuevas

y lanzarse a descubrir el mundo. Hoy el mundo ya está conectado, mundializado y la

conciencia en fuga, buscando otros lugares para resolver sus crisis tiene que re-

direccionar esta búsqueda.

Antes de llegar a otros planetas, tendremos que reconocernos a nosotros viendo en los

otros el espejo de nuestra grandeza. Y será parte de esta experiencia nuestro enorme

poder transformador, cuando lleguemos a sentir que somos parte de un tejido mental

capaz de interpretar la vida y ayudarla en su desarrollo.

Nuestra especie ha de buscar la solución en el interior de su propio universo, en esa

insondable profundidad de la mente, en el espacio interno que crece cuando crece en

cada uno el sentido de la vida y la unidad interna.

La necesidad de superar el dolor y el sufrimiento, el anhelo de llegar a una civilización

planetaria y humana, la aspiración de crecer sin límites y dejar este gran legado para las

futuras generaciones, serán los vientos que muevan nuestra habitual forma de pensar,

quitando ruidos y abriendo paso a imágenes luminosas, sutiles e inspiradoras…

Page 32: Ampliacion del espacio

27

BIBLIOGRAFÍA

- Comentarios a “El Mensaje de Silo”. EDAF.

- El Paisaje Interno Obras Completas I, de Silo, edición de 1999 de Ediciones Humanistas,

Madrid.

- 34 TEOGONÍA de Hesíodo, G. S. KIRK, J. E. RAVEN Y M. SCHOFIELD, Los filósofos

presocráticos, Historia crítica con selección de textos, Versión española de JESÚS

GARCÍA FERNÁNDEZ, 2ª edición PARTE I, pg.53.

- Nota 2. Escuela de filosofía, Pitagorismo, Filosofía Natural. Cita de Aristóteles en

referencia a Anaximandro y a su estudio “Sobre la Naturaleza”.

- “Comunicación entre espacios” Marisa Gabaldón (Abril 2013). Parques de Estudio y

Reflexión, Toledo.

- “El espejo mágico de M.C.Escher” , Bruno Ernst. Ed TASCHEN.

- El Paisaje Humano, Obras Completas I, de Silo, edición de 1999 de Ediciones

Humanistas, Madrid.

- Psicología de la imagen, Contribuciones al pensamiento. Silo. Colección Pensamiento

Estructural, Ed. Plaza y Valdés.

- René Magritte “El pensamiento visible”, Marcel Paquet . Ed TASCHEN.

- Psicología IV, Apuntes de Psicología, de Silo, edición de 2010 del Parque de Estudio y Reflexión de Toledo.

- La Metamorfosis, Franz Kafka

- La Mirada Interna, Obras Completas I, de Silo, edición de 1999 de Ediciones

Humanistas, Madrid.

- Mitos y raíces universales, Silo, edición 1992 de Ed. Antares.

- Ideas y creencias, José Ortega y Gasset , Obras completas I, Revista de Occidente Alianza editorial.

- “El estilo de vida” Maxi Elegido (Agosto 2012). Parques de Estudio y Reflexión,

Punta de Vacas.