zamora. tp 3 morales (greimas-galvéz)
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Instituto Superior de Formación Docente nº19
Profesorado en Lengua y Literatura
Semiótica II
Docente: MORALES, Hernán
Estudiante: ZAMORA, Franco Daniel
Trabajo Práctico nº3
Fecha de entrega: 16 de junio de 2015.
Consignas:
1) ¿Cómo se desarrollan los componentes figurativos en la novela Historia de
arrabal?
2) Explica cómo operan las fases del programa narrativo en esta novela.
3) Elige un texto breve y plantea una secuencia didáctica para trabajar los
componentes actanciales en una clase de secundaria.
1) En Historia de arrabal podemos observar el desarrollo de los componentes
figurativos, o roles actanciales, propuestos por Greimas dependiendo del punto
de vista que adoptemos, es decir del personaje que tomemos como actante
sujeto. En el caso de que consideremos que este papel es desempeñado por
Rosalinda, la búsqueda constante de la libertad y la felicidad será su objeto, para
lo cual llevara a cabo acciones que transformen su estado de “esclava” o
“propiedad” del Chino (su principal oponente) en mujer plenamente libre.
En el transcurso de la narración, Rosalinda se relacionará con otros
personajes que facilitarán u obstaculizarán sus propósitos. Estos personajes
cumplen los roles denominados por Greimas adyuvante y oponente; de éste
último grupo ya mencionamos al Chino, al que se sumará la madre de éste,
Saturnina, mientras que en la categoría de adyuvante se inscriben Daniel Forti e
Isaura. En este par de roles actanciales, el papel que ejerce Fermín Harrington
es ambivalente debido a que en un pricipio parece adyuvante de Rosalinda para,
luego, transformarse en oponente al desistir en su interés amoroso para con ella.
El último par de roles actanciales, que Greimas cataloga como destinador-
destinatario, parece menos definido en la novela. Por el primer término
entendemos a aquel actor que ordena al sujeto realizar tal acción (la de
liberarse), por lo que en la novela puede ser atribuido al padre de Rosalinda o a
la “conciencia honrada” (Gálvez; 39) de la misma; mientras que para el segundo
término remitimos al actor sobre el cual recae el objeto, en otras palabras “el
obtenedor virtual de ese Bien” (Greimas; 269), papel que puede ser analizado
como interpretado por Rosalinda misma o por su padre.
Por último, estos roles actanciales pueden ser vistos desde la perspectiva
del personaje del Chino. Si tomamos a éste como sujeto, la redistribución de los
demás roles resultaría en que Rosalinda sería su objeto, Saturnina su
adyuvante, el rol de oponente recaerá en los personajes de Forti e Isaura,
manteniéndose la ambivalencia de Fermín. Por otra parte, el destinatario y el
destinador serían su madre o él mismo en papeles intercambiables.
2) Según Greimas, el programa narrativo consta de cuatro fases: manipulación,
competencia, performance y sanción/reconocimiento. Entendemos por
manipulación la acción que persuade a un actante a llevar a cabo nuevas
acciones que transformen la instancia inicial. En Historia de arrabal, la trama se
desenvuelve a partir del abuso que ejerce el Chino sobre Rosalinda, lo que
creará en ella la necesidad de escaparse,
Se denomina competencia a las capacidades y cualidades del sujeto que lo
llevan a actuar de una manera de acuerdo a la ley de probabilidad o de
verosimilitud. A partir de esto, se deriva la performance, los hechos que
Rosalinda realiza; entonces leemos que comienza a trabajar y desea que otro
hombre la libere (Daniel o Fermín) ya que se ve imposibilitada de hacerlo sola
por la sociedad en la que transcurre la historia.
Más adelante, decide matar al Chino, pues “la solución no era huir” (Gálvez;
49) pero falla en la tentativa, por lo que es forzada a prostituirse. Finalmente,
subyugada por el Chino asesina a Daniel, lo que contradice con su objeto inicial
por lo que su nuevo estado es desfavorable con respecto a la situación primaria
y su castigo será vivir como “una turra cualquiera” (Gálvez; 77) y seguir
prostituyéndose para dar su dinero al Chino.
3) Introducción:
- El docente ubicará los bancos en semi-círculo y, mientras pide a los delegados
que busquen diccionarios en la biblioteca, entregará a cada estudiante una copia
de “El lobo y la zorra” de los hermanos Grimm.
- El docente pregunta si conocen a los autores/recopiladores y si han trabajado
textos similares para distinguir entre fábula y cuento maravilloso.
Desarrollo:
- El docente lee la voz correspondiente al narrador del texto, solicitando dos
educandos para los parlamentos de los personajes.
- El docente pregunta sobre la trama del relato, anotando respuestas en la pizarra.
- El docente pide que relean en silencio marcando con un círculo los personajes, y
subrayando vocablos desconocidos para confeccionar un glosario.
- El docente dictará un pequeño cuestionario: ¿quién es el personaje principal?,
¿qué es lo que desea?, ¿por qué?, ¿quién lo ayuda y quién se opone?, aclarando
que pueden existir dos respuestas a la primera pregunta.
- El docente solicita las respuestas a los educandos, anotando las dos variantes:
lobo, comida, tiene hambre, ayudado por la zorra en oposición a los hombres, o
zorra, comida, tiene hambre/miedo al lobo, con su astucia en oposición a los
hombres, serían las respuestas esquematizadas.
- Una vez anotadas las respuestas intentará la analogía entre esas preguntas y los
nombres de los roles actanciales de sujeto, objeto, ayudante, oponente para que
los educandos resuelvan oralmente.
- Entre todos se intenta una definición de lo que ellos entienden por cada una de
esas cuatro categorías en base a lo leído en el texto.
- El docente explica los conceptos de destinatario y destinador pidiendo a los
educandos su rastreo (de ser posible según la edad de los educandos) en el texto.
- El docente pide que en pequeños grupos escriban micro-relatos en los que sea
visible la aparición de estos cuatro papeles.
Conclusión:
- Cada grupo leerá lo producido para que los demás distingan los roles actanciales
para, entre todos, intentar llegar a la conclusión de que se encuentran presentes
en todos los relatos (a simple lectura o no), y traerá a colación el último texto leído
en clase para demostrar esta conclusión y la recursividad de los temas vistos.
Bibliografía:
- GÁLVEZ, Manuel; Historia de arrabal; Buenos Aires, C.E.A.L.; 1968.
- GREIMAS, Algirdas; Semántica estructural; Madrid, Gredos; 1987 [1966].
- GRIMM, Jacob y Wilhelm; Todos los cuentos de los hermanos Grimm; (versión
electrónica con datos insuficientes).
- ZECCHETTO, Victorino (coord.); Seis semiólogos en busca del lector; Buenos
Aires, La Crujía; 2002.
El lobo y la zorra
El lobo vivía con la zorra, y ésta debía hacer lo que él le mandaba porque era la
más débil; con mucho gusto se hubiera librado de su amo.
Un día en que los dos vagaban por el bosque, dijo el lobo:
—Pelirroja, tengo hambre; búscame algo de comer o te devoraré a ti.
Respondió la zorra:
—Sé de una granja donde hay unos cuantos corderos; si quieres, iremos por
uno.
Asintió el lobo, se encaminaron a la granja, robó la zorra el cordero, lo llevó a
su amo y echó a correr.
El lobo se comió el cordero; pero no habiendo quedado satisfecho, quiso
también los restantes y fue en su busca. Pero tan torpemente lo hizo, que la oveja
madre lo sintió y se puso a balar tan fuerte y a meter tanto ruido, que los
campesinos acudieron corriendo y pillaron al lobo, propinándole tal paliza que la
fiera llegó a la guarida de la zorra aullando y cojeando.
—¡A buen sitio me llevaste! —lamentóse—. Cuando quise apoderarme de otro
cordero, los campesinos me atraparon y me pusieron como nuevo.
—¿Por qué has de ser tan glotón? —replicóle la zorra.
Al día siguiente volvieron a salir a la campiña, y el glotón del lobo repitió lo de
la víspera:
—Pelirroja, tráeme algo de comer o te devoraré a ti.
Y respondió la zorra:
—Conozco una alquería, donde hoy la mujer fríe buñuelos; vamos a buscar
unos cuantos.
Dirigiéronse a la alquería, y la zorra se deslizó por los alrededores espiando y
olfateando hasta que, habiendo descubierto la fuente de los buñuelos, cogió media
docena y se los llevó al lobo:
—Ahí tienes merienda —le dijo, y se marchó.
El lobo se zampó los buñuelos de un bocado y dijo:
—Saben a más.
Entró en la despensa y se lanzó sobre la fuente, con tan mala pata que ésta se
cayó al suelo y se hizo añicos con gran estrépito.
Acudió la mujer y, al ver al lobo, llamó a la gente. Vinieron todos corriendo y
zurraron al animal de tal modo que hubo de huir cojo de dos patas. En lamentable
estado llegó a la madriguera de la zorra.
—¡Maldito lugar a que me llevaste! —gritóle—. Los hombres me pescaron y me
molieron a palos.
Pero la zorra le respondió: —¿Por qué has de ser tan glotón?
Al tercer día de salir juntos, el lobo que andaba con dificultad y cojeando, volvió
a las andadas:
—Pelirroja, tráeme algo de comer o te devoraré a ti.
Dijo la zorra:
—Sé de un hombre que ha hecho la matanza y guarda la carne salada en un
barril, en la bodega; vamos por ella.
—Pero te vendrás conmigo —dijo el lobo—, para ayudarme en el caso de que
no pueda huir.
—Por mí, no hay inconveniente —contestó la zorra.
Y le enseñó los rodeos y caminos por donde, al fin, llegaron a la bodega.
Había en ella carne en abundancia, y el lobo se puso en seguida a la tarea.
«¡Hay para rato, antes no termine!», pensó.
Tampoco la zorra se quedó corta, pero mientras comía miraba en todas
direcciones, y con frecuencia corría al agujero por el que habían entrado para
vigilar que su cuerpo no se hinchase demasiado y le impidiera salir.
Díjole el lobo:
—Amiga zorra, ¿a qué vienen estas constantes idas y venidas, y este saltar de
fuera adentro y de dentro afuera?
—Vigilo que no venga alguien —respondióle la astuta—. ¡Tú no comas
demasiado!
Pero el lobo replicó:
—¡Lo que es yo, no me marcho hasta dejar el barril vacío!
En éstas llegó el campesino a la bodega, pues había oído el ruido de los saltos
de la zorra. Ésta, al verlo, de un brinco escapó por el agujero; el lobo quiso
seguirla, pero a fuerza de comer se había llenado de tal modo que no pudo pasar
por el agujero y se quedó en él aprisionado.
Armóse el dueño de un buen garrote, y mató al lobo a garrotazos mientras la
zorra saltaba por el bosque, contenta de haberse librado del viejo glotón.
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