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YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 1
El presente documento contiene un resumen del Proyecto de Restauración del
yacimiento arqueológico del Cenobio de Valerón, en el Término Municipal de Santa
María de Guía (Gran Canaria). El proyecto fue redactado por Arqueocanaria SL, bajo la
dirección de los arqueólogos Valentín Barroso Cruz y Consuelo Marrero Quevedo.
Participaron coordinando los trabajos de campo las arqueólogas Verónica Alberto y
Raquel Vega, siendo responsable de los capítulos sobre restauración y consolidación el
restaurador Miguel Ángel Núñez Villanueva. El tratamiento de los planos estuvo a
cargo de Vicente Mendoza Saavedra y Maria Eulalia Saavedra Mendoza. El
asesoramiento geológico fue realizado por el geólogo Benito García Enrique. La
topografía fue realizada conjuntamente por José Guzmán y Arqueocanaria.
Santa María de Guía a 15 de febrero
Fdo.
Valentín Barroso Cruz Consuelo Marrero Quevedo (Arqueólogos, directores de Arqueocanaria SL)
Miguel Ángel Núñez Villanueva
(Restaurador)
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 2
INDICE
Pags.
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………… 4
2. INTERPRETACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL YACIMIENTO…………………… 5
3. OTROS ASPECTOS RELACIONADOS CON EL
CENOBIO Y SUS ALREDEDORES………………………………………………….. 7
4. ACTUACIONES Y ESTUDIOS REALIZADOS HASTA EL
PRESENTE PROYECTO DE RESTAURACIÓN…………………………………….. 9
5. EVOLUCIÓN DEL DETERIORO DEL YACIMIENTO…………………………. 14
6. CARACTERÍSTICAS GEOLÓGICAS Y
CLIMATOLÓGICAS DEL YACIMIENTO………………………………………….. 16
7. PATOLOGÍAS Y DAÑOS DEL
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO…………………………………………………...19
8. CAUSAS Y MECANISMOS DE ALTERACIÓN
DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO……………………………………………. 25
9. DESCRIPCIÓN DE LOS PROCESOS Y ACTUACIONES PARA
LA RESTAURACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DEL YACIMIENTO……………….. 31
10. PROPUESTAS DE TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN
EN LA ZONA SUPERIOR EXTERNA DEL YACIMIENTO………………………. 38
11. PROPUESTAS DE TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN EN
LAS CUEVAS, CAVIDADES, SILOS Y ZONAS DE ACCESO…………………… 42
12. INTERVENCIONES EN PARAMENTOS, BLOQUES DE
ROCAS INESTABLES Y EN EL TECHO DE LA BÓVEDA……………………… 51
13. ESTUDIOS Y APARATOS DE MEDICIÓN NECESARIOS
PARA TIPIFICACIÓN DE LOS ORIGENES DE ALGUNAS
PATOLOGÍAS DEL YACIMIENTO………………………………………………… 56
14. METODOLOGÍA APLICADA EN LA REDACCIÓN
DEL PRESENTE PROYECTO…………………………………………….
15. METODOLOGÍA A APLICAR EN LAS ACTUACIONES
DE RESTAURACIÓN Y CONSOLIDACIÓN…………………………………………
16. PRESUPUESTO…………………………………………………………..
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
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17. ANEXO 1. DESCRIPCIÓN DE LAS UNIDADES
ARQUEOLÓGICAS OBJETO DE RESTAURACIÓN………………………
18. ANEXO 2. PLANIMETRÍA…………………………………………
Plano 1: Situación del yacimiento 1:20.000
Plano 2: Situación del yacimiento 1.5000
Plano 3: Acceso al yacimiento
Plano 4: Topografías realizadas en el yacimiento
Plano 5: Zonificación del yacimiento
Plano 6: Distribución vertical de las diferentes Zonas
Plano 7: Ubicación de la Zona 1
Plano 8: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 1
Plano 9: Ubicación de la Zona 2
Plano 10: Planimetría de la Zona 2
Plano 11: Ubicación Zona 3
Plano 12: Planimetría y patologías de la Zona 3
Plano 13: Ubicación Zona 4
Plano 14: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 4
Plano 15: Ubicación y división interna de la Zona 5
Plano 16: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 5
Plano 17: Ubicación y división interna de la Zona 6
Plano 18: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 6
Plano 19: Ubicación de la Zona 7
Plano 20: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 7
Plano 21: Ubicación y división interna de la Zona 8
Plano 22: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 8
Plano 23: Ubicación y división interna de la Zona 9
Plano 24: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 9
Plano 25: Ubicación de la Zona 10
Plano 26: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 10
Plano 27: Ubicación y distribución internada de la Zona 11
Plano 28: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 11
Plano 29: Ubicación de la Zona 12
Plano 30: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 12
Plano 31: Ubicación de la Zona 13
Plano 32: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 13
Plano 33: Ubicación de la Zona 14
Plano 34: Planimetría, topografía y patologías de la Zona 14
Plano 35: Ubicación de la Zona 15
Plano 36: Planimetría y patología de la Zona 15
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 4
1. INTRODUCCIÓN
El presente documento de “Restauración del yacimiento arqueológico del Cenobio
de Valerón”, fue encargado en mayo de 2006 a ARQUEOCANARIA S. L., por parte del
Cabildo de Gran Canaria. El objetivo genérico del proyecto consistía en marcar las pautas
para ejecución de la restauración del yacimiento de manera integral.
La evolución funcional del lugar desde su génesis hasta la actualidad ha pasado por
diferentes fases, pero que han derivado en un elemento común, el paulatino deterioro del
yacimiento arqueológico. Hasta el momento todas las intervenciones directas se habían
desarrollado en el espacio inmediato al yacimiento, pero nunca en el sustrato rocoso en el
que se insertan las cuevas.
En este sentido, el proceso se inicia en 1994 con el estudio geológico realizado por
Cotas Internacional S. A., pero no es hasta el 2006 cuando se materializa, siendo el primer
paso la redacción de este proyecto, en el que se lleva a cabo el primer estudio arqueológico
del yacimiento, necesario para acometer la restauración del mismo. Así mismo se realiza la
primera topografía rigurosa del Cenobio de Valerón, destacando que es de los pocos
graneros en Gran Canaria que consta de estudios de este tipo, que junto al registro gráfico
de cada una de las cavidades, conforman las herramientas básicas e indispensables para
emprender los trabajos de restauración.
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2. INTERPRETACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL YACIMIENTO
El yacimiento arqueológico conocido actualmente como Cenobio de Valerón es,
junto con la Cueva Pintada de Gáldar, el monumento prehispánico más conocido
tradicionalmente de Gran Canaria por el público en general, así como por todos aquellos
visitantes y/o turistas que llegan a la isla; esto se debe en gran medida a que figuran en
prácticamente todos los libro de textos y guías que sobre la arqueología de Gran Canaria se
han publicado hasta el momento como ejemplo de las manifestaciones culturales más
representativas del antiguo poblamiento de Gran Canaria.
El mal llamado Cenobio de Valerón es en realidad un impresionante granero
fortificado realizado y utilizado por los antiguos canarios que aprovecharon las
condiciones geológicas de un cono volcánico conocido actualmente como Montaña del
Gallego, en el que la erosión creó un solapón de una dimensiones de 20 m. de altura por 27
de ancho; en este solapón los aborígenes excavaron con piedras y maderas, alrededor de
unas 300 cámaras o silos en los que guardaban granos y otras pertenencias de valor.
La roca compositiva en la que se construyó el Cenobio se conoce como "toba" y se
forma por la compactación de piroclastos volcánicos, que permite el que pueda ser
horadada por su poca consistencia. Esta cualidad junto con las condiciones climáticas y de
humedad que existen dentro de una cueva de toba, hizo de este solapón el lugar ideal para
guardar grandes cantidades de grano para consumir a lo largo del año o como simiente
para la próxima cosecha. A esto habría que añadir, además su extraordinaria situación
estratégica que lo convertían en una auténtica fortaleza natural por estar ubicado en una
pared casi vertical que dificultaba cualquier acto de rapiña por parte de otros grupos o por
los piratas que con frecuencia se acercaban hasta las islas en busca de esclavos, pieles o
granos.
Prueba de la utilización de este tipo de yacimientos arqueológicos como espacios
para guardar alimentos, presentes en otras partes de la isla pero sin llegar a las dimensiones
y espectacularidad del que nos ocupa, nos la ofrece, además de la arqueología, las fuentes
etnohistóricas como es el caso de Antonio Sedeño (Siglo XV): "Encerraban estos fructos
en las cuebas de riscos más altos para que se uiesse alli estar más bien guardados i más
durables."(1978 pág. 373)
El término "cenobio" obedece a una falsa idea por la cual los silos o cámaras del
yacimiento eran las habitaciones de un cenobio o convento en el que se recluían las
jóvenes hasta el momento en que se casaban, al cuidado de las harimaguadas, especie de
sacerdotisas de gran influencia social y religiosa. Una simple observación de estas cámaras
invalida automáticamente esta hipótesis por el reducido tamaño de las mismas que
imposibilita el que una persona pueda permanecer dentro de una de ellas. Si existen sin
embargo, unas cuatro o cinco cuevas de dimensiones lo suficientemente grandes para
permitir la vida en ellas, pero con casi total seguridad pertenecieron a los guardianes del
granero que lo vigilarían continuamente.
La tipología o morfología de las cámaras, así como sus dimensiones son muy
variadas al igual que ocurre con cada uno de los espacios que sirvieron como puertas de las
mismas, encontrándonos en muchas de ellas las ranuras que sirvieron para recibir la puerta,
que podía ser de madera o de alguna laja de piedra de grandes dimensiones. Éstas se
sellaban herméticamente con una argamasa cenicienta de composición desconocida que
aún se conserva en algunos de los huecos que estuvieron cerrados. Diversos autores llegan
a afirmar que en esta argamasa, todavía maleable, se imprimía con las conocidas
pintaderas el sello del propietario o propietarios del grano o utensilios para poder
recuperarlo cuando lo necesitasen. Muchas de las cámaras están comunicadas entre ellas y
poseen varios niveles de silos, que iban siendo cerrados según se llenasen.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
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El Cenobio de Valerón aparece en la bibliografía arqueológica por primera vez en
el último cuarto del siglo XIX en el Tomo 1 de la Revista del Museo Canario del año 1880,
de la mano del historiador D. Agustín Millares Torres, sucediéndose desde ese momento
hasta la actualidad toda una serie de artículos que no hacen sino confirmar la importancia
de este singular enclave arqueológico: D. José Batllori y Lorenzo "El Cenobio de Valerón"
1901; D. Sebastián Jiménez Sánchez "Silo colectivo prehispánico o Agádir de Valerón"
1944; D. Pedro Hernández Benítez "Cuevas de Valerón: Ni cenobio ni granero" 1944; D.
Dominik Josef Wolfel "El "cenobio" de Valerón" 1954; D. Rubén Naranjo y otros
"Cenobio de Valerón" años 80. Además de estos artículos monográficos, el Cenobio de
Valerón aparece estudiado o citado en prácticamente toda la bibliografía de carácter
general sobre la prehistoria de las Islas Canarias.
En 1974 se realizan en el yacimiento una serie de obras y actuaciones con el fin de
protegerlo y hacerlo visitable para el público en general. Desgraciadamente y aunque
resulte paradójico esta determinación supuso la mayor destrucción registrada en la historia
del Cenobio. En ella se actuó sin el más mínimo rigor arqueológico, vaciándose y
limpiándose literalmente cada uno de las cuevas y silos, en pos de una mal entendida
presentación pública en la que se asimilaba la ausencia de tierra como la situación ideal
para que el visitante no se llevase una idea de suciedad. Esta tierra de relleno existente en
el interior de las cuevas del Cenobio con una gran cantidad de materiales arqueológicos era
quizás la parte más valiosa de cara a una interpretación científica del yacimiento, puesto
que de su excavación sistemática se hubiesen extraídos muchos de los datos que hoy día
van a ser difíciles o imposibles de conseguir, por la práctica ausencia de zonas en las que
excavar; no obstante, al menos una parte de este material arqueológico se recogió y se
conserva en el Museo Canario (cerámicas, pintaderas, ídolos de cerámica, etc.).
Con la apertura al público, una vez finalizada la escalera de acceso desde la
carretera general, el yacimiento empezará a sufrir un rápido deterioro puesto que los
visitantes podían subir y encaramarse a muchas de las cuevas y graneros, produciéndose
por la fragilidad de la toba desprendimientos y desgaste en las zonas de tránsito. Hoy día
afortunadamente se ha limitado de forma notable la zona a la que se puede acceder. Hay
que destacar de forma positiva como desde la apertura del yacimiento al público se dispuso
un guarda que se encarga de mantener el buen aspecto del lugar, así como de abrir y cerrar
la puerta del yacimiento.
En 1978, por Real Decreto 2.756/78 de 14 de Octubre el Cenobio de Valerón es
declarado Monumento Histórico Artístico, hoy Bien de Interés Cultural con categoría de
Zona Arqueológica, de acuerdo con la actual Ley de Patrimonio Histórico Español, por lo
que el yacimiento adquiere el máximo rango que la legislación española en materia de
patrimonio atribuye a un vestigio del pasado.
Por último, indicar como este importante yacimiento arqueológico se ve
complementado por otros pequeños graneros situados a unos escasos cien metros de éste, y
sobre todo por el conocido Tagoror del Gallego, yacimiento situado justo en la cima de la
montaña del mismo nombre en que se encuentra el Cenobio y que consiste en una serie de
bancos tallados en la piedra y que pudo servir como lugar de reuniones políticas y
religiosas de los antiguos canarios; desde el año 1.990 el Tagoror también está declarado
Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica.
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3. OTROS ASPECTOS RELACIONADOS CON EL CENOBIO Y SUS
ALREDEDORES
El presente capítulo aglutina, de manera general, una serie de aspectos recogidos
más extensamente en el proyecto de Acondicionamiento integral de la Zona
Arqueológica del Cenobio de Valerón (T. M. de Sta. María de Guía), elaborado por
Arqueocanaria S.L. en 1998, y que obra en poder del Servicio de Cultura y Patrimonio
Histórico del Cabildo de Gran Canaria, entidad que encargó dicho proyecto. Con objeto
de no repetir la misma información se hará un somero repaso a los diferentes puntos
tratados en dicho proyecto.
3.1. Situación legal del Cenobio: El Cenobio de Valerón por Real Decreto 2.756/78
de 14 de Octubre fue declarado Monumento Histórico Artístico; con la actual Ley 16/85
de 25 de Junio de Patrimonio Histórico Español todos los Monumentos Históricos
Artísticos pasan a ser Bienes de Interés Cultural, con varias categorías, y en el caso del
Cenobio, como Zona Arqueológica; por ello el yacimiento goza de la singular
protección que en razón a esta calificación le concede dicha normativa.
Por otro lado, la titularidad del dominio sobre dicho enclave arqueológico, y a tenor
de la documentación obrante en las Oficinas Municipales, la ostenta el Excmo.
Ayuntamiento de Santa María de Guía, figurando inscrito con tal carácter en el
Inventario Municipal de Bienes Inmuebles, y en el Catastro de Bienes de Naturaleza
Urbana.
3.2. Intervenciones realizadas a lo largo del tiempo en el Cenobio: incluyendo las
realizadas desde el siglo pasado hasta nuestros días.
1. Construcción de la actual carretera GC-291.
2. Obras de acondicionamiento para su visita, realizadas en 1973, consistentes en la
construcción de la escalera y miradores, así como el cuarto del guarda.
3. Limpieza de las cavidades, realizada en el momento de construcción de la escalera
y que hizo desaparecer el antiguo camino y los rellenos arqueológicos.
4. Plantación de dragos en 1973.
5. Construcción de un muro de contención en el tramo de carretera situado debajo
del Cenobio, de gran impacto estético.
6. Construcción de una estación de bombeo de aguas residuales, realizada en 1996
en la parte superior de Cenobio, dirigida a la evacuación de las aguas residuales de
las casas de Gallego de Atrás.
3.3. Estudios y material bibliográfico relativos al Cenobio: se cita la extensa
bibliografía existente sobre el Cenobio, desde artículos de prensa, publicaciones
científicas y artículos especializados, archivos inéditos, información específica para los
visitantes, así como estudios técnicos y propuestas de actuaciones.
3.4. Señalización en carretera y en las inmediaciones del Cenobio: se realiza un
análisis crítico de la escasa o insuficiente señalética existente y de su ubicación.
3.5. Aparcamiento: se realizan propuestas de acondicionamiento del aparcamiento
existente.
3.6. Carteles informativos: se comenta la ausencia de paneles alusivos al horario o
sobre aspectos relacionados con el yacimiento o su entorno.
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3.7. Delimitación del área arqueológica: citándose los antiestéticos elementos
utilizados hasta ese momento para impedir que los visitantes accediesen a las cavidades.
También se comenta la facilidad con que las personas se cuelan en el interior del lugar
una vez éste se cierra al público.
3.8. Impactos en el interior y el exterior del yacimiento: análisis crítico de
elementos impactantes en el interior del yacimiento, tales como: barandilla
defectuosa, tubería de agua no integrada, escasez de papeleras y vegetación
introducida. En el exterior, destaca el muro bajo el Cenobio, los muros de contención
en la carretera de acceso, las basuras, cemento y escombros visibles por debajo del
aparcamiento, el impacto estético de las construcciones del Gallego de Atrás, etc.
3.9. Carencias: se repasan una serie de elementos presentes o ausentes de carácter
negativo: inexistencia de red eléctrica, teléfono, alcantarillado o pozo negro,
servicios, publicidad del lugar, etc., así como de un horario de visita inadecuado.
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4. ACTUACIONES Y ESTUDIOS REALIZADOS HASTA EL
PRESENTE PROYECTO DE RESTAURACIÓN
En este capítulo haremos un breve repaso a todas aquellas actuaciones, a nivel
documental y físico, que se han realizado en el yacimiento del Cenobio de Valerón y sus
alrededores hasta el año 2005.
4.1. Años cuarenta: en la primera mitad de la década de los 40, el que fuera
Comisario de Excavaciones para la Provincia de Las Palmas Sebastián Jiménez
Sánchez realiza sendas campañas de limpieza y acondicionamiento en el Cenobio.
Éste se centra principalmente en el vaciado de la tierra y escombros que colmataban
los silos y cuevas de la franja inferior, sacando a la luz nuevas cavidades que no eran
visibles.
4.3. Años setenta: entre 1972 y 1973 se inician las obras de acondicionamiento para
las visitas. Estas obras son las que podemos contemplar hoy día y consistieron en una
escalera de 190 escalones, con varios miradores provistos de bancos de piedra, y en
la zona superior inmediata a la cueva se creó una superficie de cierta anchura para
permitir la contemplación del yacimiento. Además, como parte de este
acondicionamiento, todo el relleno arqueológico existente en el interior de las
diferentes cuevas y silos del yacimiento fue sacado para su “limpieza”. Esta tierra se
depositaba en la base del Cenobio junto a la carretera para después usarse como
relleno del interior de la escalera. Curiosamente, la realización de la obra comentada,
que debía suponer la puesta en valor y protección del yacimiento representó el mayor
destrozo arqueológico del enclave, puesto que no sólo se destruye el relleno
arqueológico de las cuevas, sino que además la escalera, según todos los indicios y
sobre todo por los comentarios del mencionado vigilante, se trazó por el antiguo
camino prehistórico excavado en la toba de la montaña.
Sin embargo, la puesta en uso del yacimiento no incluyó la delimitación de la
zona arqueológica, con lo que los visitantes podían deambular libremente por los
diferentes niveles y acceder al interior de las cavidades. Esta actividad aceleró la
erosión del yacimiento debido al continuo trasiego de personas, produciéndose en
algunos casos la pérdida de materia rocosa.
4.4. Años ochenta: en el año 1986 la Conserjería de Cultura y Deporte del Gobierno
de Canarias emprendió algunas intervenciones destinadas a la reparación y puesta a
punto de la infraestructura para la visita del yacimiento, consistente en la renovación
de parte de la barandilla de acceso, instalación de una red de agua para el riego,
colocación de una puerta metálica en la oficina del guarda, reposición de la cantería,
arreglo del letrero indicativo y pintura al aceite de la totalidad de elementos
metálicos. Ante el deterioro causado en la toba por el constante pisoteo de los
visitantes se decidió prohibir el acceso a las cuevas, limitándose a través de unos
pivotes de cemento y una cuerda. A partir de ese momento, la contemplación de las
cavidades sólo podía realizarse desde la plataforma ubicada al final de las escaleras.
4.5. Años noventa: a finales de los 80 y principio de los 90 se advierte la presencia
de manchas de humedad y tapices de microorganismos en diferentes zonas, que no
obstante debían estar presentes en el sitio con anterioridad. Con todo, aunque se
detecta el problema no se hace ningún seguimiento de su avance. Estas humedades
hacen que en la toba se presenten patologías de disgregación y arenización. Con
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relación a esto hay que comentar el crecimiento urbanístico que se produce en los
años 70 en la parte alta del Cenobio, en el barrio denominado el Gallego de Atrás y
que carecía de una infraestructura sanitaria adecuada (viviendas con pozos negros).
4.6. Sectorización del yacimiento (Marzo de 1994): El Cabildo de Gran Canaria
encarga al arqueólogo Valentín Barroso Cruz la realización de un estudio, al objeto
de sectorizar las diferentes partes del yacimiento, para su posterior empleo en el
estudio geológico de la roca del Cenobio, que su vez fue encargado a la empresa de
geología Cotas Internacional. En este estudio se establecieron 13 sectores que se
identifican por medio de fotografías y unos acetatos superpuestos señalando cada uno
de los sectores.
4.7. Estudio geológico del yacimiento (Julio de 1994): Se efectúa la toma de
muestras en la roca del Cenobio por la empresa Cotas Internacional, extrayéndose
bajo la supervisión del arqueólogo Valentín Barroso Cruz un total se cinco testigos
geológicos con una máquina taladradora para catas. Los resultados del estudio se
entregan en Diciembre de 1994.
4.8. Borrador de Centro de Interpretación del Cenobio de Valerón (Agosto
1994): El Ayuntamiento de Santa María de Guía encarga a Valentín Barroso Cruz un
borrador de proyecto de actuaciones a realizar en el Cenobio de Valerón,
presupuestadas cada una de ellas, al objeto de acogerse al programa de inversiones
del LEADER II. Este documento, encargado cuatro días antes de la finalización del
plazo de admisión de proyectos, contaba con 32 páginas y una serie de planos. Por
condicionantes del programa LEADER II (estar situada la actuación por debajo de la
cota altitudinal 400 m.) el proyecto quedó fuera de las intervenciones programadas.
4.9. Estudio geológico de Cotas Internacional (Diciembre de 1994): El estudio
realizado para identificar, corregir y prevenir las causas del deterioro de la roca del
Cenobio de Valerón, encargado por la Sección de Patrimonio Histórico del Cabildo
de Gran Canaria a la empresa de geología Cotas Internacional S.A., se entrega por
estas fechas. Las conclusiones de este informe, las comentaremos con detalle en el
capítulo donde se trata la restauración y consolidación del material compositivo del
yacimiento.
4.10. Informe fotográfico de elementos negativos existentes en el Cenobio
(Noviembre 1995): La Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de
Canarias encarga al arqueólogo Valentín Barroso Cruz un dossier fotográfico en el
que figurasen todos aquellos elementos negativos que estaban perjudicando de una u
otra forma al yacimiento, y promover consecuentemente su eliminación y/o
corrección. El informe se entregó, pero en esos momentos, por las transferencias de
competencias del Gobierno Canario a los Cabildos, la Dirección General de
Patrimonio Histórico no intervino.
4.11. Construcción de una estación de bombeo de aguas residuales en la zona
superior del Cenobio (1996): En ese año, en la parte superior del Cenobio por el
lado Oeste del mismo, se construye una estación de bombeo para las aguas negras
procedentes de las casas situadas en El Gallego de Atrás. La obra denominada
“Alcantarillado en El Gallego” fue financiada por el Cabildo Insular (Plan del
Programa Operativo Local-Objetivo 1 de 1994) y concluyó en Abril de 1997.
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Hasta 1998 (momento en que se produce la conexión a la referida estación) estas
viviendas evacuaban sus aguas residuales por medio de pozos negros en el subsuelo
de la casa. Estas aguas se pensaba que podían ser uno de los factores que influían en
la presencia de humedades que se localizaban en el Cenobio, fundamentalmente en
su parte más elevada, por lo que el fin más inmediato de la actuación fue suprimir
estas aportaciones perjudiciales para la integridad del yacimiento. La humedad
produce la disgregación en forma de arena y pequeños granos de la superficie de la
roca, produciendo en algunas partes el desprendimiento de grandes bloques de roca.
Frente al lado positivo de esta actuación, no podemos dejar de mencionar una
serie de aspectos negativos, como puede ser el que en ningún momento se requiriese
un informe arqueológico sobre la ubicación más idónea de la instalación de bombeo.
Al efecto, actualmente es la construcción más cercana al Cenobio con el consiguiente
impacto que ello representa. El tendido eléctrico es aéreo y sobre todo la excavación
y preparación de la superficie donde se instaló afectó a un camino excavado en la
roca, probablemente prehistórico y a una cueva situada a un mismo nivel de la
cimentación. En este último caso, se apreciaba en superficie una gran cantidad de
material arqueológico y de interés etnográfico, fundamentalmente fragmentos de
cerámica. Tampoco se comprobó que cada una de las viviendas conectara de manera
efectiva sus desagües a la estación de bombeo, por lo que pueden seguir las
filtraciones hacia el yacimiento arqueológico.
4.12. Topografía del yacimiento y alrededores del mismo (Enero de 1996): Tras
solicitar autorización en la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo, el
arqueólogo Valentín Barroso Cruz inicia la topografía del yacimiento arqueológico,
sobre todo centrándose en aquellas zonas en las que se tenía previsto algún tipo de
intervención de infraestructura, dejando para un momento posterior la topografía
exhaustiva de la zona estrictamente arqueológica.
4.13. Proyecto de “Acondicionamiento integral de la zona arqueológica del
Cenobio de Valerón” (Abril de 1998): El Cabildo de Gran Canaria encarga a
Arqueocanaria S.L. este proyecto, con el objetivo de estudiar y proponer la mejor
forma de conservar y proteger los valores arqueológicos del Cenobio de Valerón,
compatibilizándolo con el uso cultural y didáctico. En este proyecto se trataban los
siguientes aspectos:
4.14. Parqueológica (Año 2000): El proyecto Parqueológica-Ruta Norte contempla
la creación y puesta en uso de tres zonas arqueológicas del norte de Gran Canaria: el
Cenobio de Valerón, La Cueva Pintada y el Maipés de Agaete. La elección de los
yacimientos se realizó teniendo en cuenta su importancia monumental, localización,
paisaje y su temática. El plazo de ejecución previsto era de dos años (2000-2002).
Para el caso concreto del Cenobio hasta el momento se han acometido algunas de las
propuestas relativas al exterior del yacimiento, relacionadas con el ámbito de acceso,
tales como la preparación de los terrenos próximos para la construcción del Centro
de Interpretación. En contrapartida, derivado de este Proyecto no se han realizados
actuaciones directas en el Cenobio.
4.15. Intervenciones recientes para la rehabilitación y actualización de la puesta
en uso (Marzo de 2005): ha de considerarse la Reforma del Proyecto de
Acondicionamiento Parcial de la Zona Arqueológica del Cenobio de Valerón,
solicitado por la Mancomunidad de Ayuntamientos del Norte de Gran Canaria a la
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empresa Arqueocanaria S.L. En esencia, este Proyecto se ha centrado en el
acondicionamiento del área accesible al público (quedando excluida la cueva),
incluyendo la pequeña zona de aparcamiento situada en el lateral de la carretera. Las
obras realizadas son las siguientes:
1. Señalización en carretera.
2. Mejora del actual aparcamiento.
3. Cerramiento del yacimiento.
4. Reparación del cuarto de servicio.
5. Infraestructura expositiva.
6. Instalación de Papeleras.
Con estas actuaciones el yacimiento se dota de la infraestructura y medios
adecuados para su próxima apertura al público.
4.16. Reapertura del yacimiento (Diciembre de 2006): En la actualidad el
Ayuntamiento de Santa María de Guía ha adjudicado a la empresa Arqueocanaria
S.L. la gestión y mantenimiento del yacimiento para su puesta en uso y difusión
social.
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5. EVOLUCIÓN DEL DETERIORO DEL YACIMIENTO
El yacimiento arqueológico del Cenobio de Valerón ocupa el interior de un arco
natural formado por la lava procedente de la erupción que generó el volcán del Gallego.
Bajo este arco encontramos un relleno de lapilli (pequeños granos de roca soldados
procedentes de la erupción del volcán de la Montaña Clavijo), donde se abren las cuevas
del yacimiento. En el interior del lapilli, de color beige y de gran consistencia, podemos
encontrar pequeñas bombas basálticas de color negro, procedentes de la misma
erupción.
Esta roca compositiva en la que se construyó el Cenobio de Valerón se conoce
como "toba" y se forma por la compactación de piroclastos volcánicos, que permite el
que pueda ser horadada por su poca consistencia. Sin embargo, este sustrato natural de
toba del yacimiento tiene también una naturaleza deleznable muy acusada, que lo hace
muy sensible no sólo a variaciones térmicas y medioambientales, sino a las alteraciones
antrópicas. Si bien la erosión debido a factores medioambientales es significativa, ésta
ha seguido un proceso natural, prácticamente inevitable, pero lento al fin y al cabo. Sin
embargo, desde el momento en que los antiguos canarios excavaron las diferentes
cavidades del Cenobio de Valerón el proceso erosivo comienza a acelerarse,
adquiriendo suma gravedad a partir del siglo pasado.
Con relación a este proceso erosivo por causas antrópicas haremos a
continuación un breve repaso cronológico de aquellos momentos significativos que
afectaron a la conservación del yacimiento arqueológico del Cenobio de Valerón.
5.1. Periodo de construcción y ocupación: Es el periodo en el que se construyen
los silos y es utilizado como granero. Durante este momento cronológico se produce
ya una serie de alteraciones como son las reconstrucciones, ampliaciones,
reparaciones, roturas, uso (hogares, depósitos de restos alimenticios, etc.), erosiones,
oxidaciones, etc. Estas alteraciones pueden ser intencionadas como las
reconstrucciones y otras no naturales como pueden ser los desprendimientos.
5.2. Momentos posteriores a la conquista: tras el abandono de las prácticas
económicas aborígenes el yacimiento probablemente pierde su funcionalidad
original, dando paso a una reutilización relacionada con actividades agrícolas y
ganaderas de distinta índole a la aborigen. La información oral confirma la
utilización del yacimiento para estabular ganado hasta mediados del siglo XX.
5.3. Finales del siglo XIX y principios del XX: en este período, con la proliferación
de estudios relacionados con el pasado indígena de las islas, el yacimiento adquiere
fama y empieza a ser frecuentado por numerosos visitantes.
La construcción de la carretera configuró espacialmente los exteriores del
yacimiento puesto que se crea un camino en donde antes sólo existían abruptos
escarpes, dejando como resultado el roque o morro que marca el aspecto del conjunto
arqueológico. Este morro, antes era una prolongación hacia el barranco, y además era
por donde ascendía, excavado en la roca, uno de los caminos hacia el granero; los
restos de este camino aún se aprecian en uno de los laterales del morro y en el otro
lado de la carretera, en la pequeña barranquera que desciende desde la boca de la
cueva. La carretera facilitaba el acceso al Cenobio de Valerón, con lo que las visitas
aumentaron.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 14
5.4. Años setenta: entre 1972 y 1973 se inician las obras de acondicionamiento del
yacimiento para las visitas. Estas obras son las que podemos contemplar hoy día y
consistieron en una escalera de 190 escalones, con varios miradores provistos de
bancos de piedra, y en la zona superior inmediata a la cueva, se creó una superficie
de cierta anchura para permitir la contemplación del yacimiento. Entre los aspectos
negativos que representaron estas actuaciones cabe destacar la desaparición del
relleno arqueológico existente en el interior de las diferentes cuevas y silos del
yacimiento. Curiosamente, la realización de la obra comentada, que debía suponer la
puesta en valor y protección del yacimiento, constituyó el mayor destrozo
arqueológico en la historia del yacimiento. Con ello no sólo se destruyó el relleno
arqueológico de las cuevas, sino que además la escalera se trazó por el antiguo
camino prehistórico excavado en la toba de la montaña.
La apertura del yacimiento, sin control, significó que los visitantes podían
deambular libremente por los diferentes niveles y acceder al interior de las cavidades.
Esta actividad aceleró la erosión debido al continuo trasiego de personas,
produciéndose en algunos casos la pérdida de materia rocosa.
5.5. Años ochenta: ante el deterioro causado en la toba por el constante pisoteo de la
misma por parte de los visitantes se decidió prohibir el acceso a las cuevas,
limitándose a través de unos pivotes de cemento y una cuerda. A partir de ese
momento la contemplación de las cavidades sólo podía realizarse desde la plataforma
ubicada al final de las escaleras.
5.6. Años noventa: a finales de los 80 y principio de los 90 se constata la existencia
de manchas de humedad y tapices de microorganismos que actúan en diferentes
puntos del yacimiento, si bien es una afección previa que ya actuaba con
anterioridad. Estas humedades hacen que en la toba se presenten patologías de
disgregación y arenización y aunque es un problema importante hasta el momento no
se ha realizado un control exhaustivo del desarrollo y repercusión de esta alteración
en el Cenobio. En relación con este problema hay que comentar el crecimiento
urbanístico que se produce en los años 70 en la parte alta del Cenobio, en el barrio
denominado el Gallego de Atrás, el cual carecía de una infraestructura sanitaria
adecuada, por lo que todas las viviendas contaban con pozos negros que filtraban sus
aguas por la montaña.
En 1991 se produce el último episodio brusco del deterioro del yacimiento, al
desprenderse una masa importante de roca que conformaba al menos dos silos,
localizados en el área que en el presente proyecto denominamos Zona 8 Alta
Derecha.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 15
6. CARACTERÍSTICAS GEOLÓGICAS Y CLIMATOLÓGICAS DEL
YACIMIENTO
El presente capítulo recoge el estudio realizado al respecto por Cotas
Internacional S.A., y por ello las citas referidas a planos, dibujos o figuras corresponden
a los anejos presentados en el documento original.
El Cenobio de Valerón se encuentra enclavado en uno de los centros de emisión
del ciclo post Roque Nublo superior, concretamente en la vertiente sur del denominado
Edificio Gallegos. Se trata de un cono piroclástico doble de unos 180 m. de altura,
localizado al Este de la población de Sta. María de Guía que presenta una planta
semielíptica y un cráter abierto hacia el Norte. Por el Sur está apoyado sobre los
escarpados relieves fonolíticos del Barranco del Calabozo, pertenecientes al ciclo 1 o
inicial de la isla, y por el resto de las direcciones sobre coladas de lavas basálticas,
basaníticas y tefríticas del ciclo post Roque Nublo inferior.
Desde el punto de vista composicional, el cono está constituido por lapillis de 8
a 13 mm, con nivelillos de granulometría más fina intercalados, de coloración en
general rojiza debida al proceso de oxidación que han sufrido. Por regla general, son
bastante homogéneos y sólo ocasionalmente se encuentran bombas volcánicas de
carácter nefelinítico y reducidas dimensiones, así como planchones de coladas
intercaladas.
A nivel de detalle, el Cenobio, dentro de este edificio piroclástico, se encuentra
situado en una zona donde coexisten dos niveles litológicos: un nivel inferior
constituido por una toba piroclástica y otro superior compuesto por basaltos olivínicos
alcalinos.
El primero de ellos ocupa la parte inferior y media del lado izquierdo (Oeste) de la
cueva, que es la más visible desde el exterior, y en la que se encuentran excavados gran
parte de los silos del monumento: sectores 1, 2, Oeste de los sectores o galerías 7 y 8,
parte inferior del sector 10 y la totalidad del sector 13.
Esta compuesto por un lapilli de color beige claro, masivo y homogéneo, muy
soldado y, por tanto, de gran consistencia, con una cantidad pequeña de bombas de
composición basáltica y textura porfídica, de 5 cm de tamaño medio. El nivel superior
de basaltos olivínicos alcalinos constituye la parte superior del lado izquierdo de la
cueva (mirando hacia el interior de la misma), el techo y todo el lado derecho.
Está compuesto por una roca oscura, de color rojizo a ocre, coherente cuando
presenta un grado bajo de meteorización, y porfídica, en la que resulta difícil apreciar la
estructura original de las coladas; pero en ocasiones se observan superficies escoriáceas
constituidas por niveles con abundantes fragmentos de la propia colada que fueron
arrastrados una vez que había solidificado.
El contacto entre estos dos niveles se realiza a través de un plano muy irregular,
pero que mantiene una dirección aproximada Noroeste—Sureste y un buzamiento o
inclinación de unos 40 a 50° hacia el Este. Este contacto se puede seguir con cierta
facilidad ladera arriba del Cenobio en dirección hacia las edificaciones situadas en la
parte superior, discurriendo hacia el Noroeste de éstas e intersectando con el barranco
situado al Oeste del monumento a una cota superior que las citadas edificaciones (ver
Fotos 1 y 3, pp. 118 y 119 Cotas Internacional).
A favor de este plano, en el interior de la cueva, se observa un aumento
generalizado del grado de humedad que afecta al macizo rocoso, que es posible que esté
relacionado con filtraciones que se producen desde el exterior de la cueva y se canalizan
a través del mismo.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 16
En el nivel de la toba piroclástica se reconoce, tanto en el exterior como en el
interior de la cueva, un sistema de planos de discontinuidad o grietas de retracción, cuyo
origen debe estar relacionado con los procesos de enfriamiento de la colada, con una
dirección media Este-Oeste, un buzamiento del orden de 70° hacia el Sur, y una
continuidad en muchos casos superior a 5 m (ver Foto 3, p. 119 Cotas Internacional).
Por lo que hace referencia al estudio climatológico, este sólo hace referencia a
aspectos generales sobre la climatología de la zona Norte de la isla, con datos recogidos
entre 1984 y 1993. El estudio encuadra al Cenobio de Valerón en una zona con
temperaturas suaves y muy constantes, precipitaciones anuales medias-bajas, humedad
relativa elevada, acentuada con un número alto de días cubiertos o nubosos a lo largo
del año, y por consiguiente con pocas horas de insolación, y una dirección Sureste para
las rachas máximas de vientos.
6.1. Caracterización de los materiales y costras salinas.
En este apartado, encuadrado dentro de las características geológicas del
yacimiento, se hace, por un lado, la caracterización de los dos litotipos en los que se
encuentra el yacimiento y, por otro, se describe las especificidades de las costras salinas
existentes.
6.1.1 Materiales: El monumento se sitúa sobre dos formaciones litológicas con unas
características netamente diferentes: un nivel inferior constituido por una toba
piroclástica y otro superior compuesto por basaltos olivínicos alcalinos:
a) La toba piroclástica ocupa dentro de la cueva que constituye el monumento la
totalidad de los sectores 1 y 2, la zona oeste o izquierda (mirando hacia el interior
de la cueva) de los sectores 7 y 8, la parte inferior del sector 10 y la totalidad del
13. A nivel macroscópico está compuesto por un lapilli de color beige claro,
masivo y homogéneo, muy soldado y, por tanto, de gran consistencia, con una
cantidad pequeña de bombas de composición basáltica de 5 cm. de tamaño medio.
Desde el punto de vista petrográfico se clasifica como una toba
piroclástica de composición fundamentalmente básica, con olivino y augita
idiomorfos a subidiomorfos como minerales principales, y ceolitas y óxidos de
hierro como secundarios. La matriz es microcristalina a criptocristalina y la
textura vesicular, con vesículas desde décimas de milímetro hasta 2-3 mm.
b) Los fragmentos de roca pertenecen a basaltos olivínicos de textura porfídica,
con fenocristales de olivino y ocasionalmente de augita, con matriz
microcristalina y vesiculación intensa de tamaños entre 3 mm. y 7 mm. Son rocas
con una porosidad primaria de tipo intergranular media a alta, 17,7 % en la
muestra ensayada tomada del testigo 1, una absorción del 10,6 %, y un peso
específico de 1,67 gr./cm3.
En el nivel superior de basaltos se encuentran situados la totalidad de los
sectores 3, 4, 5, 6, 11 y 12 del monumento; la zona Este de los sectores 7 y 8; la
parte superior del sector 10, y el techo o bóveda de la cueva soporte. A nivel
macroscópico es una roca oscura porfídica, de color rojizo a ocre, coherente
cuando está poco meteorizada, en la que resulta difícil apreciar la estructura
original de las coladas, pero en ocasiones, en especial en la zona de contacto con
el nivel inferior piroclástico (sectores 3, 4, 5 y 6), se observan superficies
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 17
escoriáceas constituidas por niveles con abundantes fragmentos de la propia
colada que fueron arrastrados una vez que había solidificado.
Presentan la misma composición mineralógica que los piroclastos, con
abundantes golfos de corrosión y oxidación interna en los olivinos, y una textura
porfídica con fenocristales de olivino y augita, con matriz microcristalina a
criptocristalina con prismas de augita.
6.1.2. Costras salinas: Las costras salinas existentes que aparecen sobre la superficie
de los dos materiales constituyentes del monumento tienen una coloración blanca y
sólo en ocasiones marrón oscuro. En las zonas más resguardadas o interiores de la
cueva es donde alcanzan un mayor espesor, próximo a 0,5 cm. presentando
superficialmente un carácter pulverulento.
En su composición mineralógica, obtenida de las tres muestras ensayadas
mediante difracción de rayos X, aparecen como impurezas del substrato sobre el que
se forman piroxeno (augita), olivino, feldespatos y minerales de arcilla. Como fases
minerales constituyentes de las costras salinas se han detectado indicios de yeso,
nitrato sódico y halita. La hematites es el resultado de procesos de alteración de
minerales que contienen hierro.
La composición química de las costras es la que se recoge en la tabla
correspondiente del estudio, aunque, dado el reducido espesor de las mismas, los
elementos mayoritarios corresponden a la roca soporte. La mayoría de las costras se
localizan en zonas resguardadas con un elevado contenido de humedad, e interiores
de silos, tanto en las caras de éstos orientadas al Este como al Oeste, Norte y
Noroeste, aunque en estos tres últimos casos suelen aparecer recubiertas por tapices
de microorganismos (líquenes, musgos, etc.).
Con el fin de determinar la alterabilidad/durabilidad (o resistencia al
envejecimiento) de los materiales que constituyen el monumento se sometió a éstos a
ciclos de envejecimiento artificial acelerado por cristalización de sales. Se optó por
este ensayo de envejecimiento debido a la masiva presencia de eflorescencias salinas
en el interior de la cueva, que, por su espesor, llegan a constituir verdaderas costras
salinas. El ensayo de envejecimiento artificial acelerado mediante cristalización de
sales refleja la sensibilidad del material a la alteración frente a la circulación de
fluidos salinos y la precipitación de sales en el interior de su sistema poroso.
Frente a esta caracterización de las costras salinas realizado por Cotas
Internacional, hemos de introducir la opinión del geólogo que ha colaborado en la
redacción de este proyecto que entiende que los precipitados que se presentan en la
zona de estudio como costras salinas ó eflorescencias salinas, a tenor de los ensayos
presentes en el documento de referencia, son más un precipitado de carbonatos de
calcio y magnesio, que de sales (cloruros), estos primeros muy típicos en los
materiales de las islas.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 18
9. DESCRIPCIÓN DE LOS PROCESOS Y ACTUACIONES PARA LA
RESTAURACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DEL YACIMIENTO
La propuesta de tratamiento se basa en unos criterios de intervención que pueden
modificarse ligeramente en el momento de la ejecución de los trabajos. Se parte de
tratamientos ya realizados en yacimientos conocidos, con una climatología parecida y
unos materiales y productos semejantes o parecidos.
El fin principal de la propuesta es restaurar, consolidar y preservar la gran
cavidad en que se encuentra el yacimiento arqueológico, así como las casi 200
cavidades que de manera individual lo conforman juntos con sus variados accesos y
plataformas de distribución.
Esto condicionará las intervenciones a realizar, centrándose en la consolidación
y reposición de elementos arquitectónicos en los sitios más frágiles y de interés
tipológico con actuaciones y tratamientos reversibles. Todo dentro del criterio de
favorecer una visión didáctica más esclarecedora para el visitante. No habrá
reconstrucciones o recrecimiento generalizados, sino que se conservará la ruina lo más
inalterada posible en su visión.
Parte de la intervención tiene como objetivo aumentar la seguridad del sitio,
aumentando y reforzando la consistencia de zonas frágiles que amenazan
desprendimiento y evitar un riesgo para estructuras y personas.
En cuanto a los materiales, todos los productos consolidantes, productos
químicos, así como morteros, serán en todo momento reversibles e inalterables en sus
propiedades físico-químicas y mecánicas. Serán, también, de baja o nula toxicidad para
las personas, para los materiales y para el medio ambiente.
Algunos productos se emplearán a pesar de su dificultosa reversibilidad, aunque
sólo en casos necesarios, sin sustitutos alternativos y por tratamientos donde dicha
reversibilidad es secundaria, pues la no utilización significaría una pérdida de materia
definitiva. De todos modos, en estos casos la aplicación será reversible por medio de
intercalar capas o películas de resinas o productos reversibles con disolventes.
El conjunto del tratamiento de restauración consistirá en una serie de procesos
que según las circunstancias y necesidades futuras puede sufrir variaciones durante la
aplicación, ya que pueden surgir problemas o necesidades nuevas. Los procesos
propuestos son los que se describen a continuación.
9.1 Limpieza superficial
Se procederá a la eliminación de las suciedades superficiales, consistentes
básicamente en tierras, acumulaciones orgánicas, polvo y manchas puntuales generadas
por organismos vivos como hongos, líquenes, etc. Se sobreentiende que toda la
restauración estará supervisada por un arqueólogo, pero sobre todo esta operación de
retirada de tierras, por si pudiese contener algún tipo de evidencias arqueológicas que se
recuperarían, si se estimase conveniente, como si de una excavación arqueológica se
tratase. Se realizarán dos tipos de limpieza, una en seco y otra en húmedo con un
producto tensoactivo.
La limpieza en seco se aplicara en toda la superficie. Esta limpieza será manual
y mecánica, mediante cepillados superficiales de las tierras sueltas y pulverulencias
mediante el empleo de brochas, cepillos, peras, etc. En las zonas mas duras se empleara
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 19
un instrumental adecuado como espátulas, punzones, etc. En otros sitios se utilizaran
medios mecánicos como las aspiradoras industriales con diferente potencia.
En el momento de la limpieza superficial también se realizara la extracción con
los mismos métodos de las sales tanto las que se presentan formando costras como
formando las florescencias.
La limpieza en húmedo afectara a zonas muy concretas y consistirá en el lavado
superficial con cepillos, brochas y gasas de algodón, empleándose agua desmineralizada
y o alcohol u otro tipo de disolvente adecuado con añadido de un producto tensoactivo
neutro y nula toxicidad.
En las manchas orgánicas originadas por algas y hongos que forman el verdín y
otras de color negro que se encuentran situadas en zonas resguardadas de la toba se
realizará una limpieza mecánica con cepillos de cerda dura y seguidamente una limpieza
química con la aplicación de un producto biocida de composición de amonio cuaternario
o similar disuelto en un hidrocarburo aromático (White Spirit, Tolueno, etc.).
Las superficies que presentan musgos y líquenes se les aplicará, después de la
limpieza superficial de tierras y polvo, un baño de producto biocida con intención de
paralizar la actividad biológica y evitar así la extensión y aumento del grosor de las
colonias.
Un criterio posterior decidirá si es conveniente la eliminación de los líquenes ya
muertos o su mantenimiento como pátina natural.
9.2. Eliminación de plantas y microvegetales
Se retiraran de forma manual las plantas con raíz, teniendo cuidado en la
extracción de no dañar alguna zonas sensibles. A continuación se procederá a la
limpieza de las tierras.
9.3. Expulsión de aves
Al ser un importante agente de problemas de alteración, es necesario estudiar
una manera adecuada de expulsarlas. Habrá que elegir entre varias posibilidades que a
veces no son todo lo efectivas que se desearía. Estas medidas son: instalación de
productos químicos repelentes; red de hilos y fibras invisibles o también introducir en
este hábitat un depredador natural. No obstante, tras consultar con las autoridades
competentes en medioambiente, nos sugieren la posibilidad de atraparlas con trampas
para trasladarlas fuera del lugar y sacrificarlas por personal especializado.
9.4 Desalinización
La eliminación de sales se realizará básicamente por cuestiones estéticas pues si
no hay humedad y se ha paralizado el proceso de salinización la descomposición que
generan se neutraliza. Para la eliminación de la presencia de sales, unas solubles
(cloruros) y otras insolubles o semisolubles como son los carbonatos, nitratos, etc. se
realizará una serie de tratamientos específicos. No se realizarán extracciones con
papettas de agua desmineralizada pues la operación duraría mucho tiempo y es
imposible una extracción definitiva en soporte rocoso y más cuando no se trata de un
elemento artístico.
Las pequeñas eflorescencias de sales solubles (cloruros, nitratos, sulfatos, etc.)
se eliminarán superficialmente con cepillados en seco y un lavado posterior y repetitivo
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 20
con agua desionizada que se repetirá todas las veces necesarias. Las eflorescencias y
costras salinas insolubles y semisolubles (carbonatos de sodio y calcio, bicarbonatos,
silicatos) se eliminarán puntualmente con medios mecánico-manuales como bisturís,
espátulas, etc. La eliminación de algunos carbonatos puede ir acompañada de un
tratamiento ácido en agua desmineralizada con posterior neutralización y secado.
Al estar estrechamente relacionado la presencia de sales y sus efectos con el
aumento y disminución de la humedad es necesario un tratamiento preventivo con un
producto hidrorepelente, coincidente con el tratamiento de hidrofugación.
9.5. Consolidación
Es el tratamiento más urgente y destacable a la hora de la conservación futura de
las estructuras y del yacimiento en su conjunto.
En este proceso hay que diferenciar los tratamientos según el estado de
conservación del material a tratar. El soporte es básicamente toba volcánica, así pues los
consolidantes usados varían en función del problema, de la composición del material y
de la orientación o posición.
Por el mal estado de conservación es fundamental la consolidación intensa de
muchos tipos de tobas incluso en otras posibles si se realiza una excavación
arqueológica.
La toba de color marrón y granate que está disgregándose en las zonas húmedas
y la toba que se disgrega en material tipo picón es la que necesita un tratamiento más
intenso, ya que suele ser la que experimenta un proceso más activo de alteración.
La consolidación de las tobas será de una graduación diferenciada, dependiendo
del nivel de disgregación que presenten. Todos los paramentos de los silos y parte del
resto de la roca se consolidarán con un baño que penetre al menos 1 cm. y con un
porcentaje de consolidante bajo. Las zonas que presentan un grado de disgregación leve
y las zonas con una descomposición notoria se consolidarán a nivel superficial pero de
forma intensa, alcanzando 1 o 2 cm. de profundidad, con resina acrílica. Esta aplicación
se aplicará en un porcentaje más elevado y si es necesario se intensificará el tratamiento
en zonas muy degradadas. La función de las resinas es la de reforzar la cementación de
los granos de toba con un producto acrílico (emulsiones acrílicas) que rellene los
microporos y aumente la adhesión entre partículas. Al tratarse de una roca de grano
grueso los consolidantes de tipo silicato de etilo no son los más adecuados pues su
empleo sólo resulta óptimo en las rocas de grano fino y sin porosidad. En estas rocas
refuerza la cohesión pero no trasmiten adhesión.
La resina recomendable es una emulsión de tipo copolímero de acetato de vinilo
y ester butílico de ácido maleico en disolución en agua desmineralizada en proporción
adecuada en función de la disgregación. Esta aplicación se realizará por pulverización,
aspersión y puntualmente se aplicara mediante inyección. Este tipo de resina forma una
película superficial que aporta dureza mecánica a la toba, aumentando su resistencia a la
erosión.
En los suelos se realizará una consolidación similar a los paramentos verticales y
bóvedas, pero con la diferencia de que se insistirá en las aplicaciones para crear una
penetración de unos 3 cm, también con productos de acetato de vinilo y polivinilo.
Posteriormente se aplicará una última película de resina de copolímero reversible y más
resistente en las zonas más expuestas por sus propiedades hidrorepelentes, en
disolventes aromáticos, acetona o alcohol. La aplicación se realizará por pulverización.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 21
Por lo que se refiere a los elementos pétreos basálticos, dado su buen estado de
conservación, por ser de mayor dureza y nula porosidad, se consolidarán
superficialmente con una ligera aplicación por pulverización de resina de copolímero,
en disolución de xileno y acetona.
9.6. Consolidación y fijación de argamasas
Por lo que respecta a las argamasas al estar en mal estado de conservación se les
aplicará un tratamiento que refuerce la unión de sus materiales. A la vez se aumentará la
fuerza de adhesión al soporte rocoso, siendo necesaria su fijación. La resina utilizada
será de copolímero en disolución de xileno y en porcentaje variable, siendo este un
tratamiento reversible. En todo momento se evitarán la formación de brillos.
Ante la posibilidad de que aparezca desprendido en el suelo algún tipo de revoco
o enlucido se procederá a su fijación al soporte rocoso y posterior consolidación. Estos
fragmentos se pegarían con adhesivo de tipo nitrocelulósico. Una vez consolidadas las
argamasas se aplicará un agente biocida y un producto hidrorepelente.
9.7. Restitución de cavidades y fragmentos de rocas
Por motivos de seguridad y sobre todo para una mejor interpretación del sitio se
procederá a restituir las zonas de toba desprendidas de algunas áreas. El proceso a
seguir consistirá en reconstruirlas en un material de peso ligero para no crear la misma
problemática. Este material es espuma de poliuretano expandido rígido y el proceso será
el siguiente:
-Colocación en la roca de anclajes de barra de acero inoxidable estriado. Estos
anclajes irán recibidos con resina epoxi y profundizarán en la roca al menos 20
cm. Estos mismos anclajes asomarán al exterior al menos también 20 cm.
-Consolidación de la superficie que va a recibir la espuma con resina en emulsión
en agua en concentración elevada y profundizando al menos 2 cm.
-Espumado de la zona a intervenir con la mezcla de los dos componentes de la
espuma.
-Tallado de la espuma para dar las formas deseadas.
-Engasado de la superficie para reforzar su dureza y recibir el acabado. La gasa
será sintética y aplicada con resina de emulsión al agua y añadido de un agente
biocida. La gasa sintética se puede sustituir por manta fina de fibra de vidrio o de
geotextil.
-Aplicación del acabado con masilla acrílica de color similar a la roca y un pegado
de material rocoso hasta conseguir una textura similar. También se puede optar
como alternativa por reproducciones a partir de un molde de silicona y colocarlas
por trozos.
-Aunque hay una diferencia del original por tratarse de diferente material será
conveniente hacer una diferenciación por medio de una línea de separación. Esta
línea puede ser incisa o rellenarse con un material sintético y discreto.
-Consolidación del acabado con emulsión acrílica. Además de la aplicación de los
mismos productos hidrofugantes y biocidas que en el resto de las estructuras.
Estas restituciones también se pueden llevar a cabo en numerosas perforaciones o
huecos con los mismos materiales.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 22
En algunos silos es posible la restitución de elementos perdidos como son la
colocación de lajas para sellar la entrada. Actualmente ya se han realizado dos
actuaciones con material original (lajas de piedra), espuma de poliuretano y mortero.
Las siguientes serian elaboradas de forma similar.
9.8. Reforzamiento de cavidades y masas rocosas
Algunas zonas de la toba presentan graves amenazas de desprendimientos. Por
este motivo sería necesario un reforzamiento con la asesoría de un técnico especializado
en cálculos geológicos. En principio, este reforzamiento consistiría en la colocación y
anclaje de grapas, barras de acero inoxidable acanaladas o de fibra de vidrio de al menos
2 cm de grosor y rellenado con resina epoxi, a modo de puntales. El acabado final
tenderá a disimular e integrar estos apeos en la textura general del yacimiento. La
perforación resultante del anclaje se disimulará con un mortero acrílico similar en
acabado a al superficie original.
9.9. Retirada de rellenos y desprendimientos
Los rellenos de tierra que superen varios centímetros y que no sean suciedades
se retirarán por técnicos arqueólogos empleando la metodología arqueológica más
adecuada, si se estima necesaria la excavación, protegiéndose si se decide conservarse
para la excavación futura. Los desprendimientos y zonas de rellenos situados por debajo
también se retiraran con el mismo procedimiento.
Una vez retiradas las tierras se procederá a la limpieza y consolidación de la
superficie con el mismo tratamiento realizado en el resto del yacimiento.
9.10. Consolidación de perfiles o rellenos estratigráficos
Si por cuestiones de criterio se decide no excavar el gran relleno existente en la
Zona 3, se procederá a la consolidación del perfil. Previamente se realizará un nuevo
perfilado para dejar la superficie plana y donde asomen los materiales no terrosos se
procederá a una limpieza y saneamiento para visualizar mejor los contextos
arqueológicos. Una vez perfilado el corte se consolidará con resina en emulsión acrílica
de tipo vinílico con la aplicación por pulverización en un porcentaje de 10% en agua.
Finalmente, sobre la superficie ya consolidad se puede aplicar un baño de resina de
copolímero al 7% en disolución de hidrocarburos para un mejor reforzamiento. Por
último, se procederá a la hidrofugación y la aplicación de agente biocida.
9.11. Pegado
Ante la posibilidad de que aparezcan fragmentos de roca de toba que presenten
fracturaciones o roturas que casen con la superficie original de la roca madre se
procederá a realizar un pegado definitivo. Para ello se utilizará una resina de tipo
epoxídica de dos componentes y carga de color. La aplicación será directa en ambas
caras a adherir. Si el fragmento de toba es de grandes dimensiones y con objeto de
reforzar aún más la unión, se instalará interiormente una varilla acanalada de acero
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 23
inoxidable, de al menos 1 cm. de grosor con el mismo adhesivo. El color final estará
ligeramente rebajado en un tono al original de la piedra.
9.12. Aplicación de agente biocida
Como medida preventiva y para evitar la aparición de nuevas colonias de
microvegetales y hongos (líquenes, musgos, etc.) se empleará un agente activo biocida
de composición de amonio cuaternario al 2% en una disolución de agua con el añadido
de un 3% de resina acrílica. La aplicación será por pulverización y se aplicará en todos
los paramentos del yacimiento. En las zonas con líquenes y en especial las que poseen
verdín la aplicación será repetida en baños, siendo un tratamiento intensivo.
9.13. Hidrofugación
Como prevención para evitar la acción dañina de la humedad y evitar la acción
nociva de las sales se hará necesario la aplicación de un producto que evite la absorción
y la condensación del agua sobre la toba. El problema es muy real ya que el yacimiento
no estará protegido por ninguna cubrición que lo resguarde de las lluvias y rocíos.
Se utilizará una solución imprimante hidrorepelente sili-orgánica en disolución
de un disolvente aromático tipo White Spirit. En esta disolución se añadirá una resina
sintética de copolímero para reforzar los efectos de la impregnación.
La imprimación sili-orgánica confiere propiedades hidrófobas a la superficie
tratada. La sustancia penetra profundamente en el material, hidrolizándose en los poros
y capilares, condensándose y creando así una zona hidrófuga donde se produce una
variación de la tensión superficial. Esto evita la penetración del agua de lluvia y la
humedad exterior en general y, en cambio, no reduce la transpiración del muro.
La aplicación se realizará por vaporización o aspersión incidiendo
intensivamente en las zonas con manchas de humedades y en las que hay una elevada
exposición a la lluvia.
9.14. Actuaciones desaconsejadas
Tras valorar algunas de las actuaciones propuestas en el estudio de Cotas
Internacional no se ha creído oportuno emplearlas en el Cenobio. Estas actuaciones son
las siguientes:
a)Reforzar los puentes de roca con hormigón coloreado: El hormigón, por sus
características de irreversibilidad, es un material que prácticamente no se utiliza en
restauraciones arqueológicas. El procedimiento, así como los materiales a emplear para
reforzar estos puentes de roca, queda descrito convenientemente en el apartado 9.7 de
este proyecto.
b)Colocación de red en el techo para evitar la caída de piedras sobre los silos y
evitar su rotura: No se tiene constancia, en las últimas décadas, de la caída de piedras
de la bóveda de la cueva capaces de romper silos u otras zonas del Cenobio. Los pocos
fragmentos de roca que han podido caer no son mayores que el puño de una mano,
siendo lo más frecuente, la arena y picón propio de la disgregación de la roca de la
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ARQUEOCANARIA S.L. 24
bóveda como consecuencia de la humedad. Lo innecesario de la red, las vibraciones que
producirían los taladros para fijar los anclajes y el gran impacto estético que provocaría,
desaconseja, por ahora, su instalación.
c)Disminuir el grado de humedad con ventilación asistida en los puntos más
profundos de la cueva y colocación de estaciones de registros para medir las
alteraciones: La aireación artificial de las zonas con problemas de humedad, nunca se
deberá hacer antes de tener un registro temporalmente amplio, que pueda establecer el
origen y las causas de las humedades. Sólo una vez decidida la intervención a realizar y
controlados los focos emisores de humedad se podría acelerar el secado de las diferentes
zonas con ventilación artificial.
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ARQUEOCANARIA S.L. 25
10. PROPUESTAS DE TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN EN LA ZONA
SUPERIOR EXTERNA DEL YACIMIENTO
Las actuaciones en la parte superior y externa del Cenobio, es decir, el espacio
superior inmediato al techo de la Cueva, las hemos agrupados en tres bloques: las
acciones a realizar en la visera de la bóveda, las actuaciones a realizar en la totalidad de
la ladera de la montaña situada sobre la cavidad, y las actuaciones a realizar en el núcleo
urbano del Gallego de Atrás.
10.1. Intervenciones en la visera de la bóveda de la cueva
Es necesario hacer hincapié en que en el borde de la visera rocosa que cubre el
yacimiento presentan una serie de bloques en posición muy inestables, que aún son
observables, y para los cuales parece necesario y urgente una estabilización.
La primera medida a adoptar para impedir la caída de roca es la eliminación de
toda la vegetación situada en el borde de la cornisa que aprovecha las grietas de la roca
para enraizar. El crecimiento de las raíces actúa como cuñas que parten la roca,
debilitándola hasta provocar su caída. En este proyecto se ha contado con expertos en
trabajos verticales que han presupuestado la retirada de la vegetación y rocas inestables
en una franja aproximada de diez metros desde el borde de la cornisa.
Aprovechando la infraestructura colocada por la empresa de trabajos verticales,
se topografiará con detalle toda la cornisa, se registrarán con topografia y fotografía las
grietas existentes, colocándose en ellas testigos para registrar desplazamientos y se
valorará la necesidad de pegar bloques inestables en ese momento o en el futuro o de
impermeabilizar amplias superficies.
Una vez retirada toda la vegetación se aplicará un agente biocida que impida el
crecimiento de vegetación.
10.2. Intervenciones en la ladera de la montaña que cubre el Cenobio
Es imprescindible la topografía de la zona exterior, especialmente de la zona
superior, al menos a escala 1:500. En esta topografía se registrará además de todos los
accidentes topográficos naturales, las acequias, arbustos, grietas, piedras sueltas con
peligro de caída, escaleras talladas en la roca, estación de bombeo de aguas residuales,
etc. Posteriormente a esta tarea, se deberá realizar un trabajo de cartografía geológica e
hidrogeológica que permita delimitar adecuadamente el entorno del yacimiento para
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 26
trabajos posteriores, definiendo si es posible una zona de afección a efectos de
aplicación de actuaciones que impida o limite que las aguas pluviales afecten a la
conservación del yacimiento, sobre todo teniendo en cuenta que este es uno de los
principales factores extrínsecos que la afectan.
A tal efecto, una vez que se cuente con la información derivada de la topografía y
cartografía del entorno, se analizarán algunas de las cuestiones que con mayor
incidencia puedan estar afectando al yacimiento arqueológico con el fin de intentar
precisar las actuaciones más idóneas para su correcto tratamiento y corrección. Grosso
modo, habrán de valorarse las características topográficas del sustrato en cuestión, entre
las que destaca el elevado grado de pendiente que manifiesta este sector de la ladera.
Este factor reviste gran importancia con respecto al discurrir de las aguas pluviales en
dirección al yacimiento. Vinculado con este aspecto, hay que destacar la posible
existencia de unas pocetas o receptáculos que pudieran recoger parte del agua de la
lluvia, minimizando el efecto de las escorrentias y sobre todo la presencia de una
acequia labrada en la toba que discurre cercana a las casas del Gallego y que bien puede
funcionar como mecanismo para encausar dichas aguas.
A partir de estos datos se preparará un estudio en el que se recojan las propuestas
oportunas que ayuden a controlar en la medida de lo posible la incidencia en el
yacimiento determinadas por las condiciones del entorno. En principio, tales medidas
podrían estar dirigidas a eliminar la vegetación intrusiva, quitar piedras, reparar la
acequia, impermeabilizar algunos tramos si fuera necesario, etc.
Ladera sobre el yacimiento y restos de la acequia sepultada
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ARQUEOCANARIA S.L. 27
Restos de la acequia en la parte superior del cenobio
10.3. Intervenciones en el núcleo urbano del Gallego de Atrás
Las viviendas de este barrio, partiendo de casas cuevas anteriores, se
construyeron sin tener en cuenta parámetros estéticos y equipamientos de servicios
básicos, siendo éste uno de los principales problemas a resolver en el yacimiento
arqueológico para una digna exposición al público y para evitar posibles filtraciones de
aguas negras hacia el yacimiento. Las actuaciones a emprender serían:
1. Comprobación de la infraestructura sanitaria: se verificará que los desagües de las
viviendas estén conectados a la Estación de bombeo de aguas residuales y que los pozos
negros estén clausurados y vacíos
2. Estéticas: se eliminará el tendido eléctrico aéreo, las antenas, y todos aquellos
elementos que causen un impacto negativo en la contemplación del conjunto del
yacimiento del Cenobio, tales como vertidos de basuras, escombros, etc. Asimismo, se
realizarán intervenciones cromáticas en los exteriores de las viviendas con el fin de
minimizar el impacto que causan los volúmenes de las mismas en el paisaje.
3. Rehabilitación de escalera hacia Cenobio y acceso al Tagoror del Gallego: Dentro
de la adecuación y mejora del paisaje circundante se contempla la posibilidad de
integrar en un mismo circuito los yacimientos del Cenobio y el Tagoror del Gallego
mediante la reposición con escalones de una vereda de acceso. Con esta acción se
consolidaría una oferta cultura más amplia, aprovechando otros recursos arqueológicos
de interés existentes en el sitio.
4. Dotar de electricidad al Cenobio: sería necesario llevar el tendido eléctrico hasta el
yacimiento desde la cercana estación bombeo, lo que permitiría contar con la energía
precisa para el funcionamiento de los diversos aparatos de control que requerirá el
seguimiento de las condiciones de conservación, así como la maquinaria necesaria para
el desarrollo de las distintas actuaciones de rehabilitación que están proyectadas.
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11. PROPUESTAS DE TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN EN LAS CUEVAS,
CAVIDADES, SILOS Y ZONAS DE ACCESO
Las actuaciones en el interior de la gran cavidad que acoge al yacimiento
arqueológico también las hemos dividido en tres grandes apartados según la ubicación y
características de la intervención: actuaciones individualizadas en cuevas, cavidades,
silos y zonas de acceso, intervenciones en paramentos y bloques de roca inestables y por
último, la intervención en la bóveda de la cueva. Por la magnitud de este apartado la
información se presentará en dos capítulos diferenciados, correspondiendo el que a
continuación se desarrolla a los espacios específicos que determinan la naturaleza del
yacimiento, mientras que en el capítulo siguiente se alude a los elementos generales en
donde se insertan los anteriores.
En el presente trabajo se ha optado, a diferencia de otras propuestas anteriores,
por intervenir de forma independiente en cada unidad de las que conforman el
yacimiento. Así, partiendo de lo particular e individual se crea una red de actuaciones
que va engarzando un silo con otro para dar consistencia a la totalidad del conjunto,
propiciando con ello una intervención de carácter integral.
En aras de facilitar el trabajo se ha procedido a una organización del espacio que
nos permita sistematizar la información concerniente a las unidades que componen el
yacimiento del Cenobio de Valerón dividiéndolo en 15 zonas independientes.
Esta sectorización permite un nivel de análisis pormenorizado, al tiempo que
facilita una rápida ubicación espacial de las cavidades inventariadas, facilitando la
intervención individualizada de cada unidad.
El establecimiento de dicha zonificación se ha sustentado en la combinación de
diversos criterios de índole espacial, primando la localización dentro del conjunto, la
concentración de las unidades que participan en cada zona, las cotas a las que se
disponen según los distintos pisos de altitud y, sobre todo, la forma de acceso a cada
uno de estos sectores. En este sentido, cada zona se define por constituir un área
centralizada que se dispone en torno a una plataforma de acceso coherente, con
independencia de que en ellas puedan localizarse diversos niveles de agrupamiento y
disposición de las unidades que la integran. Con todo, puntualmente se han planteado
ciertas dificultades a la hora de proceder a esta división, dándose la circunstancia de
que en determinados casos una misma unidad participa de dos zonas diferentes,
compresible si se atiende al alto grado de complejidad que caracteriza las asociaciones
entre cavidades. No obstante, esta situación no altera la viabilidad de la zonificación
propuesta, toda vez que sólo afecta a unas pocas oquedades que se señalarán en su
correspondiente apartado.
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Plano de Zonificación del yacimiento
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Distribución vertical de las diferentes Zonas del yacimiento
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11.1. Descripción y patologías de la Zona 1 (planos 7 y 8)
Corresponde la zona más baja del Cenobio, ocupando la franja inmediata al
espacio destinado al público. En ella se localizan 5 unidades (3 silos y 2 cuevas). Por su
ubicación el acceso resulta muy sencillo. Con relación al exterior destaca la existencia
de un canal labrado en la toba que discurre desde cotas superiores y que desemboca por
delante de 1-1. Por la cercanía de esta Zona con respecto al público se han seleccionado
dos silos verticales -1-2 y 1-5 para recrear uno de los posibles sistemas de cierre que
pudo haber funcionado para tapar los silos. En este caso se ha optado por el empleo de
lajas de basalto unidas mediante una argamasa de poliuretano que imita la documentada
en los silos. Para ello se ha escogido la unidad 1-2 en la que se ejemplifica el proceso
de cierre sin concluir, y la 1-5 como fórmula de sellado total de los silos.
Entre los principales problemas de conservación se registran ligeras
acumulaciones de tierras en zonas aisladas, presencia de eflorescencias blanquecinas
poco significativas, existencia de pequeños focos de musgos y líquenes y desarrollo de
grietas y fisuras de escasa entidad.
11.2. Descripción y patologías de la Zona 2 (plano 10)
Se refiere al área de paso que permite el acceso a los niveles superiores del
Cenobio. Se trata de una especie de frontis de toba que en el lateral derecho exhibe una
serie de orificios labrados a modo de escalones que facilitan el tránsito entre Zonas. En
este sector no se localiza ningún tipo de cavidad.
Desde el punto de vista de la restauración no se detectan problemas significativos,
apenas hay presencia de suciedad en el suelo, la roca esta seca salvo en periodo de
lluvia y posee buena consistencia. En líneas generales, sólo se observa una somera capa
de microvegetales, musgos y líquenes, cuya mantenimiento o no se decidirá sobre el
terreno.
.
11.3. Descripción y patologías de la Zona 3 (planos 11 y 12)
Se trata igualmente de una zona dispuesta en los niveles inferiores, situada entre la
Zona 2 y la 4. En la actualidad está integrada por 3 unidades de las que 3-1 y 3-2
responden a silos de boca vertical, abiertas a 3-3, y ésta a un espacio algo singular que
hoy constituye un recinto descubierto, rehundido con respecto al suelo general. No
obstante, originalmente constituyó una cueva de grandes dimensiones que por el fondo
conecta con un silo de la Zona 4 (unidad 4-8). Hoy está dividida en dos áreas
independientes, aisladas por la presencia de un importante paquete sedimentario y el
desprendimiento de un gran bloque de la cubierta. Este relleno conforma un depósito de
más de dos metros de potencia que engloba un volumen importante de lajas de basalto
en todo su desarrollo. En general, manifiesta poco signos de antropización, aunque se
observan inclusiones de materiales arqueológicos distribuidos por todo el paquete, si
bien se incrementan en la base del depósito. Asimismo, en los niveles inferiores se
observan líneas de fuego de poca entidad, correspondientes a manchas de sedimentos
carbonosos y cenicientos.
En cuanto a algunos de los problemas que inciden en la conservación y que serán
tratados en el proceso de restauración se constatan algunos puntos con acumulación de
tierra y restos orgánicos, destacando que allí donde se deposita más tierra; en
contraposición la roca tiene buena consistencia salvo zonas puntuales que presentan
focos con degradación.
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ARQUEOCANARIA S.L. 33
11.4. Descripción y patologías de la Zona 4 (planos 13 y 14)
Corresponde a la zona inferior derecha del Cenobio, ubicándose en primer término
a partir de la escalera que da acceso al yacimiento. Constituye una zona con sentido,
individualizable, que se articula en torno a una plataforma, alrededor de la cual se abren
las diversas cavidades y a la que se añaden por el extremo Este dos espacios menores
con sendas cavidades. El núcleo principal está constituido por 19 cavidades que se
disponen siguiendo el contorno de la plataforma. En este sentido, el lateral izquierdo
está integrado por silos completos, así como por la impronta de otro en su mayor parte
desaparecido, en el fondo se abre una cavidad de mayores dimensiones que hemos
incluido en la categoría de cueva, continuando los silos por el lateral derecho hasta esta
cerrar el perímetro de la plataforma. Anexos al lateral derecho se abren sendos espacio
consecutivos de tendencia circular, descubiertos y rehundidos con respecto al nivel del
suelo general. En total esta Zona está integrada por 24 unidades (21 silos, 3 cuevas).
Desde el punto de vista de la conservación y restauración en se diferencia una
zona expuesta a la lluvia y otra a resguardo. En esta última, se detectan acumulaciones
de tierra y restos orgánicos, con presencia de diversas plantas, más abundante en puntos
con mayor profundidad como son estructuras y perforaciones circulares, cazoletas, etc.
En las zonas expuestas a la lluvia se desarrolla una capa de líquenes. Asimismo, se
documentan áreas con descomposiciones puntuales, y otras con excrecencias salinas.
Todo el sector está atravesado por grietas y fisuras muy abundantes. En general, la roca
tiene una degradación reducida, salvo localizaciones puntuales que presentan focos con
degradación.
11.5. Descripción y patologías de la Zona 5 (plano 15 y 16)
Corresponde a una zona localizada en el lateral derecho del yacimiento, por
encima de las Zonas 3 y 4. Ésta se ha organizado en torno a 3 niveles diferenciados
según su posición y designados como Zona 5 baja, media y alta. En total la Zona 5 está
constituida por 13 unidades (9 silos y 4 cuevas). Por lo que respecta a la franja inferior
la integran un silo mixto, dos verticales y una cueva de mayores dimensiones que, a su
vez, incluye una cavidad menor. El área intermedia está constituida por tres silos
verticales y una cueva mayor. Y finalmente, la banda superior o alta está conformada
igualmente por tres silos verticales y una cueva mayor. La comunicación entre los tres
niveles es sencilla, aunque en las plataformas de acceso se detectan problemas de
desprendimiento y erosión. En esta Zona las tipologías observadas corresponden en su
totalidad a cuevas y silos, ya sean verticales, horizontales o mixtos, Asimismo, se
documentan otros elementos, relacionados con el acondicionamiento externo a las
cavidades tales como escalones o puntos de paso muy desdibujados o una cazoleta
excavada en el suelo localizada en la plataforma de la franja media.
En cuanto a la restauración, los principales problemas detectados corresponden a
la presencia de tierra y restos orgánicos, que en algunos puntos alcanzan depósitos
considerables, asimismo en las zonas inferiores hay hondonadas con importantes
acumulaciones de picón. Además, se constatan áreas con descomposiciones puntuales y
mala consistencia de la toba con focos de degradación, y otras con presencias salinas.
Todo el sector está atravesado por importantes grietas y fisuras.
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ARQUEOCANARIA S.L. 34
11.6. Descripción y patologías de la Zona 6 (planos 17 y 18)
Se localiza en el extremo izquierdo del yacimiento, en el flanco oeste, por encima
de la Zona 1 e inmediatamente por debajo de la 7 y abierta a la Zona 2. Ésta se organiza
en dos niveles e incluye 16 unidades todas asimilables a silos verticales. De éstas 12 se
conservan completas, mientras que las 4 restantes corresponden a improntas más o
menos conservadas. El nivel bajo presenta siete silos, uno como impronta, que se
disponen en torno a una plataforma de acceso que da paso a todas las cavidades, más
una impronta que se ubica algo separada de las restantes aunque en la misma cota. En
la plataforma de acceso se documenta una cazoleta excavada en el suelo, con pequeñas
lajas dispuestas en su interior, que se asemeja con los denominados agujeros de poste.
En cuanto al nivel alto está conformado por 8 silos de los que dos corresponden con
improntas más o menos conservadas. En este nivel los silos del extremo, unidades 6-9 y
6-10, resultan inaccesibles, y las unidades 6-11 y 6-12 sólo lo son por conductos
internos, desde la unidad 6-1. Algunas unidades del nivel superior presentan en el
exterior orificios excavados a modo de pasos o puntos de apoyo para facilitar el acceso
a los silos. También se observa este tipo de intervenciones en la plataforma que
constituye la Zona 2, actuando como vía de acceso a la Zona 6.
En cuanto a los problemas que afectan a la restauración hay que diferenciar un
ámbito expuesto a la lluvia y otro que queda a resguardo. En la zona resguardada hay
acumulaciones de tierra y restos orgánicos. La roca está seca o semiseca y manifiesta
una buena consistencia, salvo zonas concretas que presentan focos de degradación o
descomposiciones puntuales. Como en otros casos la Zona está recorrida por
abundantes grietas y fisuras. En el área expuesta a la lluvia se desarrolla una capa de
microvegetales, sobre todo de líquenes.
11.7. Descripción y patologías de la Zona 7 (planos 19 y 20)
Se localiza en el lateral izquierdo del yacimiento, entre las zonas 6 y la 8. Es una
zona muy bien acotada conformada en torno a una plataforma en cuyo perímetro se
abren tres silos verticales. En el exterior exhibe una serie de pasos labrados en la toba a
modo de escalones que dan acceso a la plataforma superior, designada Zona 8.
Desde el punto de vista de la conservación y el programa de restauración hay que
considerar que la zona recibe la acción directa de la lluvia y el sol. La humedad
generada más el sustrato rico en minerales favorece la aparición de colonias de musgos
y sobre todo líquenes. Si además hay acumulaciones terrosas se favorece la presencia de
plantas con raíz. Como consecuencia de la cubierta de líquenes la descomposición de la
toba está casi estabilizada, no siendo grave. Se documentan depósitos puntuales de tierra
y restos orgánicos, principalmente excrementos de aves.
11.8. Descripción y patologías de la Zona 8 (planos 21 y 22)
Se trata de la Zona más extensa de todo el conjunto. Se sitúa en una franja media
del yacimiento, disponiéndose por ambos flancos de la gran cavidad que conforma el
complejo del Cenobio. Ésta se ha organizado siguiendo una misma banda altitudinal a
partir de la presencia de una plataforma de acceso continua, de amplio desarrollo, que
recorre una importante extensión de la cavidad. Las unidades que incluye son, por un
lado, aquéllas a las que se accede directamente desde esta cornisa y las inmediatamente
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 35
superiores, pero inferiores a la siguiente plataforma. Debido a su amplitud y
complejidad, para una mejor estructuración de esta Zona se han distinguido 4 áreas
diferenciadas en función de la posición que ocupan. En primer lugar se sitúa la Zona 8
exterior, que afecta a la porción más abierta que mira hacia el sur. En ésta se abren 11
silos, de los que algunos sobresalen por una factura esmerada. Seguidamente, sin
solución de continuidad, pero ya dentro del pasillo que conforma la zona interna, se
distingue la Zona 8 interior media. Ésta incluye el lateral izquierdo completo, el fondo
y parte del lateral derecho, hasta el punto en que el nivel del suelo desciende. Por ella
se distribuyen 19 unidades que combinan silos de boca mixta, vertical y horizontal. A
partir del punto señalado en el lateral derecho se inicia un nuevo sector denominado
Zona 8 Interior Baja que acoge 8 silos. En este caso se observan algunas alteraciones
por desprendimiento, circunstancia que ha provocado la reconfiguración de las
cavidades; aún hoy se mantienen alguno de los bloques desplomados. Así, en algunas
de las cavidades afectadas por estos desplomes se ha transformado su morfología
pasando a convertirse en zonas de paso o comunicación entre los silos que se conservan.
Seguidamente se vuelve de nuevo al lateral izquierdo del pasillo, si bien a un nivel
superior, designado como Zona 8 Interior alta izquierda, con 9 silos verticales y en
último lugar, se ha atendido a la Zona alta derecha, que reúne los silos del extremo
superior del lado derecho, algunos de los cuales han perdido la porción de la boca,
aunque a efectos de la planimetría la zona alta se ha representado de forma conjunta. En
total en este sector se computan 13 unidades. Por lo que respecta a su acceso es sencillo
en las que se encuentran en el interior del pasillo pero se complica a medida que se sale
hacia el exterior.
En total la Zona 8 está integrada por 62 silos de los que 44 son verticales, 12
mixto y 6 horizontales.
Por lo que respecta a las condiciones de conservación hay que destacar la
presencia de restos orgánicos que en su mayoría son acumulaciones de excrementos de
palomas. Además, con relación a la acción animal hay que sumar las nidificaciones de
insectos. Asimismo, hay numerosas grietas que son visibles a pesar de la acumulación
de suciedad. La humedad también afecta a esta zona apreciándose manchas de verdín.
En términos generales, la roca está seca a semiseca, aunque con áreas puntuales
semihúmedas. Hay un desarrollo muy puntual de sales, a veces con acumulaciones en
zonas bajas. La roca tiene buena consistencia, salvo puntos concretos.
11.9. Descripción y patologías de la Zona 9 (planos 23 y 24)
Se localiza en la zona alta en el lateral izquierdo del yacimiento, por encima de la
Zona 8 Exterior y por debajo de la Zona 10. Al igual que casos precedentes está
configurado en tres niveles según la posición que ocupan. Comenzando por la parte
inferior, se encuentra la denominada Zona 9 Baja, en ella se disponen 10 silos siguiendo
el perímetro de la plataforma de acceso. Por encima se sitúa la Zona 9 Media, la cual
conforma el núcleo principal de la Zona 9. En ésta se ubican 13 unidades, de las que 12
corresponden a silos de variada tipología y una se asocia a una cueva de mayores
dimensiones. Esta última, además de por sus dimensiones, destaca por la presencia de 4
cazoletas de morfología circular excavadas en el suelo. En este mismo nivel, en la
plataforma de acceso también se documenta una cazoleta. Finalmente, en el plano
superior, denominado Zona 9 Alta, se disponen 3 silos verticales, aunque prácticamente
comparten la misma posición que las unidades de la franja intermedia. En total la Zona
9 está integrada por 26 unidades (25 silos y 1 impronta).
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ARQUEOCANARIA S.L. 36
Desde el punto de vista de la restauración cabe señalar la existencia de depósitos
de tierra y restos orgánicos, más abundantes en los puntos resguardados y en las
cazoletas existentes. La roca esta seca, tiene buena consistencia, salvo zonas puntuales
que presentan focos con degradación poco intensa. Asimismo, en superficie se detectan
algunas excrecencias de sales. Como sucede prácticamente todas las Zonas ésta está
atravesada por numerosas fracturas y pequeñas fisuras.
11.10. Descripción y patologías de la Zona 10 (planos 25 y 26)
Se dispone en lateral izquierdo del yacimiento, en la franja superior, situada por
encima de la Zona 9 y por debajo de la 12. En este caso se trata de un frente vertical de
toba en el que se abren las cavidades, pero en el que no se documentan plataformas
exteriores, salvo quizás pequeñas cornisas de paso, en la que se labran algunos
escalones de acceso. En este sentido, en la actualidad algunas de las cavidades son
totalmente inaccesibles como el grupo 10-11 a 10-15 o bien sólo lo son por
comunicación interna desde otras unidades, como ocurre con 10-6 a 10-10. Por la
posición que ocupan muchos de los silos conectan con cavidades de otras Zonas, tales
como la 10-9, 10-11 y 10-12. En términos generales, la Zona 10 está conformada por 16
unidades, todas correspondientes a la tipología de silo vertical, aspecto que sin duda está
motivado por la configuración frontal del sustrato de acogida.
A grandes rasgos y desde el punto de vista de la restauración la roca está seca y
tiene buena consistencia, salvo zonas puntuales que presentan focos con degradación
poco intensa. Puntualmente se constata la presencia de sales en superficie. Como en los
casos precedentes toda la Zona está atravesada por abundantes fracturas y pequeñas
fisuras.
11.11. Descripción y patologías de la Zona 11 (planos 27 y 28)
Se localiza en el lateral izquierdo del yacimiento en la franja superior, por debajo
de la Zona 13 y por encima de la Zona 8. Se encuentra siguiendo una misma banda
altitudinal a partir de la presencia de una plataforma de acceso continua, de amplio
desarrollo, a modo de pasillo, similar a la Zona 8, aunque de menores dimensiones.
Congrega un número total de 22 unidades (19 silos, 2 esbozo y 1 impronta), repartidas
en dos niveles, designados Zona 11 baja y alta respectivamente. En cuanto a la
distribución se observa que el lateral izquierdo acoge una mayor concentración de
cavidades, contabilizándole 10 unidades, caracterizadas por una factura cuidada y un
fácil acceso. Por su parte, el lateral derecho, presenta un número menor de cavidades
completas y además no muestran una manufactura tan esmerada, ni un acceso tan
sencillo, quedando totalmente inaccesible 3 de las unidades.
Atendiendo a los problemas de conservación y restauración hay que destacar la
localización de depósitos de tierras y restos orgánicos, sobre todo excrementos de aves.
Estas tierras pueden tener gran espesor como la acumulación que se dispone delante del
silo 11-14 y en alguna perforación del suelo o cazoleta. Asimismo, las concentraciones
de excremento son considerables. Según las zonas la roca aparece seca, semiseca y
semihúmeda. Hay presencia de focos puntuales de sales en superficie. En el área del
fondo los niveles de humedad aumentan provocando la existencia de verdín. La roca
tiene buena consistencia, exceptuando áreas del fondo norte y oeste que presentan focos
con degradación en gran parte debido a la composición de la roca. La zona está
atravesada por fracturas y pequeñas fisuras.
YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DEL CENOBIO DE VALERÓN
ARQUEOCANARIA S.L. 37
11.12. Descripción y patologías de la Zona 12 (planos 29 y 30)
Se localiza en la franja superior del lateral izquierdo del yacimiento. Se encuentra
justo encima de la Zona 10 y limita en su flanco este con la Zona 13. Consta de un total
de 13 silos, de los cuales nueve son verticales, tres horizontales y uno con disposición
mixta. Esta zona presenta dos alturas diferenciadas. En el nivel superior se disponen dos
cavidades que se despliegan en el frente de la pared sin andén de acceso, mientras que el
resto se abre a una plataforma que disminuye hacia el oeste. Por este motivo, las
unidades del extremo oeste presentan un acceso un tanto complicado. Destaca la unidad
12-3, correspondiente a un silo horizontal que comunica a través de dos grandes
orificios con silos de la Zona 10. Por otro lado, además de los silos, en la plataforma
principal se documenta la presencia de una cazoleta en el suelo y de un orificio natural
que comunica con la Zona 13.
Por lo que respecta al estado de conservación en esta Zona también se registra la
acumulación de tierra y restos orgánicos, principalmente excrementos de palomas. Esta
presencia es más abundante en zonas con mayor profundidad o las áreas anteriores de
los silos 12-7 y 12-8, donde se insinúa una gran estructura de planta circular. La roca
esta seca o semiseca y manifiesta buena consistencia, con la excepción de sectores
puntuales que presentan focos con degradación. Además, con carácter superficial, se
detectan puntos con presencia de sales y verdín. Toda la Zona está recorrida por grietas
y fisuras muy abundantes.
11.13. Descripción y patologías de la Zona 13 (planos 31 y 32)
Se localiza en el lateral izquierdo del yacimiento, en la franja superior, lindando
por arriba con la Zona 14, por debajo con la Zona 11 y por su flanco oeste con la Zona
12. En total acoge 4 silos verticales, de los que tres se abren en línea a una pequeña
plataforma de acceso y el restante, la unidad 13-4, se sitúa justo por debajo de la
mencionada plataforma y de parte de las unidades 13-1 y 13-2.
Por cuanto se refiere a los problemas de conservación y actuaciones de
restauración nuevamente se registran depósitos de tierra y restos orgánicos, constituidos
en su inmensa mayoría por excrementos de palomas. A grandes rasgos la roca está seca
y tiene buena consistencia, salvo áreas puntuales que presentan focos con degradación.
Asimismo, se registra la presencia de sales en superficie, sobre todo en el flanco este
donde se combina con la existencia de verdín. La zona está atravesada por una gran
fractura y pequeñas fisuras.
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11.14. Descripción y patologías de la Zona 14 (planos 33 y 34)
Corresponde al sector del yacimiento ubicado a mayor altura, en el lateral
izquierdo. Se encuentra justo encima de la zona 13 y se accede a ella a través de una
serie de orificios a modo de escalones excavados en la pared vertical que separa ambos
sectores. Consta de 3 silos verticales que se abren a una pequeña plataforma horizontal
que hace las veces de pasillo. La cavidad situada al oeste de la plataforma presenta
dificultades de accesibilidad al haberse perdido parte del soporte natural de
comunicación.
Desde el punto de vista de los factores que inciden en el estado de conservación
cabe destacar la existencia de depósitos de tierra y restos orgánicos, sobre todo en las
zonas más resguardadas. La roca presenta diversos estados que abarcan desde la
condición de seca a semihúmeda. Hay presencia de abundantes sales en la superficie
sobre todo en la zona este donde se combina con la existencia de verdín. La roca tiene
consistencia deficiente y hay zonas puntuales que presentan focos con degradación
activa. Esta descomposición se ve favorecida por el mal estado de conservación de la
toba pues presenta una mala cementación de origen. La zona está atravesada por una
gran fractura y pequeñas fisuras.
11.15. Descripción y patologías de la Zona 15 (35 y 36)
Se trata, junto con la Zona 14, de una de las partes más elevadas del Cenobio de
Valerón. En este caso, se localiza en el lateral derecho, inmediatamente por encima de
la zona 11. Está integrada por dos silos verticales, un tanto toscos en su factura. En la
actualidad resultan inaccesibles por lo que de momento no contamos con los datos
relativos a su interior. Resulta llamativa la presencia de varias perforaciones circulares
no muy profundas distribuidas en torno a las bocas de los silos en el exterior y que
posiblemente tengan que ver con los mecanismos de acceso arbitrado para llegar hasta
los silos.
Por lo que se refiere a las condiciones de conservación, en términos generales
presenta las mismas características que se identifican en la Zona 14, si bien puede
considerase que el sustrato rocoso posee un grado de fragilidad más alto que el anterior.
En ambas cavidades la presencia de nidos de palomas es notoria, provocando
abundantes concentraciones de excrementos y detritus. Hay presencia de concreciones
de sales en superficie. La roca tiene una consistencia muy deficiente y hay zonas que
presentan focos con degradación activa. Esta descomposición se ve favorecida por la
composición de la toba. Como en los casos precedentes, la zona está atravesada por
unas abundantes fracturas y fisuras.
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12. INTERVENCIONES EN PARAMENTOS, BLOQUES DE ROCAS
INESTABLES Y EN LA BÓVEDA
Como se explicitaba en el capítulo anterior, las actuaciones en el interior del
yacimiento arqueológico se agruparon en tres grandes bloques según la ubicación y
características de la intervención a desarrollar. Hasta ahora nos hemos centrado en las
actuaciones individualizadas que atañen a las cuevas, cavidades, silos y zonas de
acceso, mientras que a continuación se acomete la descripción de las intervenciones que
atañen, por un lado, a paramentos y bloques de roca inestables y, por otro, a las
intervenciones relacionadas en el techo de la cueva.
12.1. Intervenciones en paramentos y bloques de rocas inestables
Hay zonas del yacimiento que no quedan engarzadas en la malla o red que se
consigue con la restauración y consolidación individualizada de los silos y cuevas. Por
este motivo es preciso tratarlas de manera específica. Así que, una vez acometidas todas
aquellas unidades del yacimiento (en su mayoría silos y cuevas) con problemas de
conservación, se obtiene una visón integral que pone de manifiesto la existencia de estos
espacios especiales que no han tenido cabida en la intervención previa destinada a los
componentes arqueológicos que determinan la naturaleza del conjunto.
Son zonas en equilibrio estricto. En gran medida están atravesadas por fisuras y
grietas que por efecto de la gravedad se encuentran en grave peligro de
desprendimiento. En este sentido hemos identificado cuatro zonas o masas rocosas en
equilibrio crítico que son las que describimos a continuación:
1-Masa rocosa A: Ocupa parte de la Zona 6 Superior, parte de la Zona 8 Exterior, parte
de la Zona 9, casi toda la Zona 10 y parte de la Zona 12. Se caracteriza por una
abundante presencia de fisuras y grietas de retracción en la toba. No obstante, una vez
consolidados y restaurados los silos dañados de forma individualizada, la masa rocosa
adquirirá una mayor cohesión, efecto que se verá aumentado y potenciado a partir de la
sujeción mediante grapas y varillas de acero de aquellas grietas de más alcance. Los
productos a emplear serán los descritos en el Capítulo 9.
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2-Masa rocosa B: corresponde a un volumen rocoso que sobresale por encima del
extremo oeste de la Zona-10. En la actualidad está afectado por importantes grietas que
le confieren gran fragilidad haciendo de ella una masa rocosa sumamente inestable. El
peligro de caída es alto y no sólo representa un problema para la propia porción de toba
que define esta masa, sino que entraña grave riesgo para la preservación de los silos que
se despliegan por debajo. En este caso la solución al problema resulta compleja,
considerándose en primera instancia la posibilidad de apuntalarla mediante barras de
acero, a la vez que se dispondrían diversos testigos que permitieran controlar le
evolución de las grietas para determinar si éstas continúan desarrollándose. Si ello no
resultara operativo, en último extremo, se procedería a la destrucción controlada para
luego recrear este mismo volumen rocoso mediante el empleo de materiales ligeros.
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3-Masa rocosa C: Se localiza en el extremo oeste de la Zona 9 y corresponde a un
saliente de la pared notablemente afectado por la existencia de una gran grieta que la
recorre en sentido longitudinal. Ésta representa un problema estructural de gran
trascendencia, propiciando una situación de inestabilidad con grave riesgo de
desprendimiento y deterioro de los silos que se disponen en las inmediaciones. Como
solución inicial se plantea apuntalar el saliente rocoso mediante el uso de barras de
acero, a la vez que se procedería a restituir los huecos mediante el uso de mortero dando
homogeneidad y continuidad a las superficies rocosas.
4-Masa rocosa D: Corresponde a un amplio sector de la franja superior del lateral
derecho del yacimiento que abarca parte del las Zonas 15, 11 y 8. Como en los casos
precedentes se trata de porciones inestables de pared que están afectadas por
importantes grietas de retracción, favoreciendo el riesgo de desplome. En este sector el
sustrato rocoso presenta un grado de fragilidad alto, pues la toba manifiesta una
consistencia muy deficiente, evidenciando focos de degradación activa. El peligro no
sólo afecta al propio bloque de toba, sino a la integridad de los silos de las
inmediaciones. Como en el ejemplo de la masa rocosa B, la solución al problema resulta
compleja, valorándose como primera mediada la posibilidad de apuntalarla mediante
barras de acero, incluyendo el empleo de testigos que permitieran controlar le evolución
de las grietas. Si esta media no resultara viable, se procedería a estudiar la destrucción
controlada del bloque para con posterioridad recrearlo con materiales ligeros.
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12.2. Intervenciones en la bóveda de la cueva
Ya se comentaba en el apartado 5.6 que no hay constancia de que en las últimas
décadas cayesen de la bóveda de la cueva piedras con la capacidad para romper silos u
otras zonas del Cenobio. Los pocos fragmentos de roca que se han desprendido son de
pequeñas dimensiones, siendo lo más frecuente, la arena y picón propio de la
disgregación de la roca como consecuencia de la humedad.
Es pues, la disgregación o arenización del techo la patología más frecuente y
extendida en la bóveda del yacimiento, provocada por el agua, ya sea en estado líquido
o gaseoso. Con todo y a pesar de la notable incidencia de este fenómeno, con los
estudios realizados hasta ahora no es posible determinar con certeza la cantidad e
importancia de las filtraciones que provienen de la parte superior del Cenobio y si una
parte de éstas son o no residuales. Por esta razón se propone un estudio hidrogeológico
de detalle del entorno de la cueva que se extienda en el tiempo para obtener unas
gráficas donde se recojan los parámetros necesarios para poder acometer con éxito las
intervenciones futuras, incluidas las impermeabilizaciones exteriores si se estimase
conveniente.
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En cuanto a la presencia de tapices de líquenes o algas en la superficie de la
bóveda, a nuestro entender se deberá limitar la infiltración de agua hacia el yacimiento
antes de actuar sobre estos, independientemente de que haya que caracterizarlos
adecuadamente para saber qué tipo de material fitosanitario se ha de utilizar. La idea de
rascar este material de la superficie, creemos que podría favorecer el fenómeno de
“arenización” que afecta a la litología de la cueva.
Dentro del proceso de seguimiento para conocer con exactitud la respuesta a los
agentes de alteración que afectan al techo también se plantea la posibilidad de rascar
una pequeña parte de la capa de verdín, en una porción control, comprobando si vuelve
a salir o si su crecimiento ya está parado. Asimismo, consolidar una pequeña parte para
seguimiento y ver si con ello se ralentizan los procesos erosivos que afectan a la
bóveda. E incluso, con este mismo objetivo de seguimiento, instalar trampas de
arenizacion en varias zonas del techo.
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13. ESTUDIOS Y APARATOS DE MEDICIÓN NECESARIOS PARA LA
TIPIFICACIÓN DE LOS ORÍGENES DE ALGUNAS PATOLOGÍAS DEL
YACIMIENTO
En este epígrafe se hace referencia a las cuestiones técnicas relativas a los
programas de seguimiento y control de los factores que más negativamente inciden el el
estado de conservación del yacimiento.
1-Instalación de estación meteorológica: Se deben actualizar los datos del estudio de
climático existente en el documento de Cotas Internacional, que fue realizado con datos
genéricos, correspondiente a la década 1984-1994, recuperados de la estación del casco
de Guía, completando y particularizando las series presentadas, al tiempo que se
procedería una nueva recopilación de datos, permitiendo un nuevo análisis de las series
climáticas existentes. Una posible actuación a realizar sería la colocación de una
estación climática en el exterior de la zona de estudio, preferiblemente a una cota
superior de la de la clave del Cenobio de Valerón, lo que permitiría una valoración
cuantitativa, al menos, de los siguientes parámetros climáticos: precipitación,
temperatura, humedad y dirección del viento.
Para este fin, y una vez estudiadas los diferentes tipos de estaciones existentes en
el mercado, se deberá instalar una con las siguientes características: transmisión de
datos automática vía radio, equipada con sensores de humedad del aire, temperatura del
aire, lluvia, presión atmosférica, velocidad del viento, dirección del viento, sensación
térmica, punto de rocío, radiación solar, radiación ultravioleta, cálculo de la
evapotranspiración, consola con pantalla gráfica, memoria interna, garita protectora,
juego de postes y base, soportes de tensores, etc.
2-Instalación de equipos portátiles de control de temperatura y humedad en el
interior de los silos: Es necesario un estudio para conocer las condiciones climáticas en
el interior de la zona de estudio, por cuanto parecen ser éstas la que afectan en mayor
medida a la degradación de los materiales que forman el yacimiento, ya sean las tobas,
como las coladas superiores. Para poder realizar este estudio es necesario instalar en el
yacimiento, tanto en los silos como en diferentes zonas de la cueva, 25 pequeños
equipos autónomos para registrar durante periodos relativamente extensos, nunca
inferior a tres años, las variables de temperatura y humedad relativa que pueden afectar
al yacimiento arqueológico y poder establecer con ello las medidas de actuaciones más
idóneas.
3-Registro, control y estudio de las variables obtenidas con los aparatos anteriores:
Para esta labor, será necesario contratar o establecer algún tipo de acuerdo con
especialistas en climatología para que, durante todo el periodo que dure la toma de
datos, sean ellos los encargados de volcar los datos, interpretarlos, modificar o añadir
nuevos aparatos, etc.
4-Estudios geológicos de detalle: La presencia del geólogo durante todo el proceso que
dure la restauración, será necesaria para:
-estudiar y resolver problemas geológicos concretos, que surjan durante la restauración
de las cavidades del yacimiento.
-tipificar los cuatro bloques de roca inestable en el interior del yacimiento, aportando
actuaciones concretas para cada uno de ellos.
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-controlar mediante testigos los problemas de la visera y bóveda de la cueva,
tipificándolos y aportando soluciones.
-extraer nuevas muestras de rocas y costras salinas para analizar mediante difracción de
rayos X e interpretar los resultados para acometer los trabajos relacionados con las
humedades del yacimiento.
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