xxi domingo ordinario ciclo a

Post on 22-Jan-2018

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Spiritual

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Ciclo A

Hoy en el evangelio, siguiendo a san Mateo, en el ciclo A, nos encontramos con la misma escena que veíamos en la fiesta de san Pedro.

Mt 16, 13-20

Nos fijaremos algo más

en las preguntas que Jesús les hace a

los apóstoles. Dice así el evangelio.

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la

gente que es el Hijo del hombre?" Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y

vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios

vivo." Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne

y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré

las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra,

quedará desatado en el cielo." Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

La pregunta y respuesta es muy importante, ya que es vital para nosotros conocer bien a Jesús y luego vivir consecuentemente a este conocimiento.

Estas preguntas que Jesús les hace a los apóstoles pensemos que nos las hace a nosotros. Se trata de conocer a Jesús en su intimidad.

Recordamos lo que tantas veces hemos dicho: que nuestra religión no consiste en unas ideas o una filosofía, una manera de ver la vida. Nuestro centro es una persona, es la 2ª persona en Dios, que se hizo hombre para salvarnos, Jesucristo. Identificarnos lo más posible con esa persona será nuestra salvación y nuestra gloria para siempre. El problema es que no todos piensan igual.

En el evangelio de hoy comienza Jesús preguntando a los apóstoles qué dice la gente acerca de Él. Hoy también nos lo pregunta a nosotros. Desgraciadamente muchos ni han oído hablar bien sobre Jesucristo. Esto nos debe estimular para vivir más en unión suya y hacer algo para que otros lo conozcan y lo amen. Hoy Jesús nos pregunta como a los apóstoles:

¿Quien dice la gente que

soy yo?

Automático

Preguntó a sus discípulos Jesús.

Y ellos le respondieron

con suma claridad

lo que hablaban las gentes del lugar:

Unos dicen que Juan el

Bautista,

Otros dicen que Elías quizá.

Y otros muchos un

antiguo profeta

que ha vuelto a la vida del más allá.

A través de los años, Jesús,

tu palabra

ha llegado hasta

nosotros..

Y nos hace saber y nos hace sentir

que Tú eres el Hijo

de Dios;

Y sentimos la alegría de creer

que Tú eres la luz del mundo;

Y queremos tener y queremos poseer

Hacer CLIC

Jesús, en primer lugar es Dios. Pero Dios es insondable, inabarcable para nuestro conocimiento. Ante esta grandeza de Dios por lo menos cabe el asombro. Y esto es lo que le pasó a san Pablo cuando buscaba comprender lo incomprensible y buscaba sumergirse en el abismo de gracia y bondad de la infinita sabiduría. Así nos lo dice hoy en la 2ª lectura de la misa.

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

Rom 11,33-36

A pesar de ser inaccesible a nuestro corto entender, Dios, por su gran bondad, nos ha ido revelando poco

a poco algunos de sus secretos. Y aunque sus

caminos son “irrastreables”, nos va

enseñando continuamente el camino para ir hacia Él.

Ese camino lo enseñó Jesús a los apóstoles y a través de ellos a nosotros. Hoy les pregunta Jesús qué es lo que ha aprendido la gente ¿Qué dicen sobre Él?

Era una región bastante pagana en su mayoría y seguro que Jesús había ido allí, alejado de las muchedumbres, para tratar temas más íntimos con sus discípulos.

Siguiendo el evangelio de hoy para examinar las preguntas de Jesús a los apóstoles, recordamos que Jesús estaba por la región de Cesarea de Filipo.

Dicen los entendidos que era una región más romanizada donde había varios monumentos para honrar al César. Uno muy famoso estaba sobre una gran roca de color algo oscuro.

Es posible que ello

tuviera que ver para las expresiones

de Jesús sobre la roca

de Pedro.

El hecho es que Jesús les hace una 1ª pregunta: “¿Quién dice la gente que es el hijo del hombre?”

Los apóstoles eran personas buenas y le dicen a Jesús sólo las cosas buenas que dicen sobre él: que era un gran profeta. Porque había algunos que llamaban a Jesús borracho y comilón;

y los había que

le llamaban blasfemo y hasta

que hacía pactos con el

demonio.

Hoy también hay personas que siguen pensando en Jesús en formas desvariadas. Parece ser que son menos los que estén en contra o le tengan como malvado. Son más los que piensan que fue una persona buena, sacrificada, que fracasó, pero sus discípulos convirtieron el fracaso en triunfo.

Más son las personas que nunca han oído hablar de Jesús. Otros niegan su existencia. Otros niegan que sea Dios, porque no creen en un Dios creador y bueno, sino en una fuerza o energía, de la que participamos todos. Nosotros creemos en Dios creador y bueno que, por amor a nosotros, se hizo hombre, Jesús, muriendo y resucitando.

Y podemos constatar nuestra fe porque creemos que Jesús es el maestro y Él nos enseña que es el camino, la verdad y la vida.

Cristo, maestro, Tú eres

el camino,

Automático

vida verdadera y eterna verdad.

Para el hombre

que avanza desolado,

de espaldas al amor

que Dios nos

brinda,

para el hombre que vaga perdido y solitario.

Tu eres camino, verdad y vida.

Cristo, maestro, Tú eres

el camino,

vida verdadera y eterna verdad.

Hacer CLIC

Muchos en la vida andan perdidos y desolados. Si nosotros hemos ido comprendiendo un poco la esencia del misterio amoroso de Jesucristo, debemos hacer algo para que otros lo comprendan.

Hoy Jesús también nos somete a un examen. Lo mismo que los apóstoles debemos dar cuenta de nuestra fe, para ver si hemos encontrado el camino, para ver si vamos por el camino del Señor.

Primero es ver si

conocemos mejor a

Jesús para poderle

seguir por su camino.

Decir esto de verdad no es fácil, porque no basta decirlo sino que

toda nuestra vida debe implicarse en las consecuencias

de esa verdad. Debemos meternos

en Jesús, entregarnos a Él. Como no es fácil, debemos pedirle a él mismo que nos dé su fuerza, pues

sigue estando entre nosotros.

Cuando Jesús preguntó: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”, san Pedro habló en nombre de los demás apóstoles que estaban muy callados, quizá porque, como dice un autor, la pregunta les daba “vértigo”. San Pedro habló entonces, como otras veces, porque tenía como un liderazgo natural. Tenía una gran personalidad que Jesús aprovechó para sus planes de salvación.

Pero san Pedro entonces respondió no sólo como un apóstol más, sino inspirado por el Padre celestial: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.” La alabanza que luego hace Jesús de Pedro es porque se ha dejado llevar por el soplo del Espíritu Santo.

Y esto sí es muy

importante para

nuestra vida.

Debemos dejar que venga sobre nosotros el soplo del Espíritu Santo, aunque sea muy difícil constatarlo. Debemos tener el corazón abierto a la voz del Señor. Más que personas de gran acción, Dios busca corazones abiertos a su voz, a su gracia.

San Pedro escuchó la voz del Padre que le inspiraba algo de la esencia de Jesús. Tendrían que aprender aún mucho sobre el amor de Dios, hecho realidad viva en Jesús.

Habrá momentos difíciles en nuestra vida. Pidamos al Señor fuerzas e inspiración para poder escuchar su voz.

Pero ¿es camino, verdad y vida para mi? No se trata sólo de saber quién es Jesús, sino quién es Jesús para mi. ¿Qué repercusión tiene en mi vida? Para responder bien, debemos estar atentos a la voz del Espíritu.

Jesús es el camino, la verdad y la vida.

Si estamos atentos a la voz del Espíritu, podremos dar testimonio de que Jesús es el camino para que con Él y a través de Él podamos llegar al encuentro con nuestro Padre del Cielo. Y esto porque Cristo es la imagen de Dios, la estrella que orienta mi vida. Con Él podemos encontrar todo el sentido verdadero de la vida.

Una última consideración. El poder que Jesús le da a san Pedro por medio del símbolo de las llaves no es para cerrar sino siempre para abrir. Jesús usa sólo las llaves para abrir, desea abrir el corazón y tenerlo siempre abierto para que podamos entrar en el círculo de su amor.

Terminamos recordando que hoy también nos pregunta a nosotros, a ti y a mi: ¿Quién soy yo para vosotros? ¿Qué le responderemos de verdad: Con la mano en el corazón?

¿Quién decís

vosotros que soy

yo?

Automático

Nos pregunta de nuevo Jesús.

Y con toda firmeza,

que comprende el corazón,

yo respondo lo que Pedro contestó:

Tu eres,

Jesús, el

Mesías.

de cuantos alabamos tu gran amor.

A través de los años, Jesús,

tu palabra

ha llegado hasta

nosotros

y nos hace saber y nos hace sentir

Y sentimos la alegría de creer

que Tú eres la luz del mundo.

Y queremos tener y queremos poseer

Junto con la Virgen María.

AMÉN

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