vi domingo ordinario ciclo a

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Spiritual

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Ciclo A

Día 12 de Febrero de 2017

El domingo pasado se nos decía que debíamos ser luz; pero no por cuenta propia, sino reflejo de Jesús.

Por lo cual nos interesa vivamente conocer el pensamiento de Jesús.

Hoy Jesús nos habla sobre los mandamientos: la Ley y los profetas. El judaísmo ponía el ideal en la fidelidad a las leyes. Y algunos, como los fariseos, llegaban a ser esclavos de las leyes.

Jesús nos propone una interpretación diferente de la que tienen los fariseos y maestros de la ley.

Jesús proclama

que lo importante

es el corazón, la

parte interna.

A lo que dice cada mandamiento, Jesús añade:

Se necesitaba mucha autoridad para contradecir a los que se creían sabios y custodios de la Ley.

El evangelio de este do-mingo es de san Mateo. Sigue el sermón de la montaña: Mt 5, 17-37.

Se puede dividir en cuatro partes. La 1ª formula una sentencia general. En las otras tres partes Jesús comenta tres mandamientos de la Ley de Dios. Dice la primera parte:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Os lo aseguro: Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

La primera idea de Jesús es que él no ha venido a abolir la Ley, sino a darle plenitud.Jesús no desprecia las leyes antiguas (las cumplía); pero quiere darles vida.

Los fariseos le veían a Jesús curar en sábado y hablar demasiado sobre el amor y la importancia de la parte interior de la persona.

Creían por ello que despreciaba la ley promulgada, aunque en realidad sólo faltaba a lo que los fariseos o los maestros habían añadido.

Jesús buscaba la perfección: Cumplía la ley externa; pero insistía en que lo importante es el amor. Es el que nos une verdaderamente con la voluntad de Dios.

Por eso proclama Jesús que quien quiera ser discípulo suyo debe ser mejor que los escribas y fariseos para poder entrar en el Reino de los cielos.

Es necesario por tanto mirar al espíritu

de la ley.

El salmo responsorial nos dice hoy: “Dichoso el que camina en la voluntad del Señor”.

Esta voluntad del Señor se manifestó, a través de Moisés, por medio de los mandamientos; pero hoy Jesús nos muestra mejor esa voluntad de Dios

Dichoso el que, con vida

intachable, camina en la

ley del Señor;

Automático

Dichoso el que,

guardando sus

preceptos, lo busca de

todo corazón.

Tu palabra me da vida;

confío en Ti, Señor.

Tu palabra

es eterna; en ella

esperaré.

Hacer CLICK

Los fariseos eran tenidos por cumplidores exactos de la ley. Y sin embargo Jesús nos dice que sus discípulos deben ser mejores que los fariseos y los maestros de la ley.

Nos quiere decir que hay algo más importante que cumplir la letra de la ley. Es cumplir el espíritu de la ley.

Y nos pone ejemplos siguiendo algunos de los mandamientos. Comienza con el «No matarás»:

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.

2ª parte del evangelio:

Algunos creen que sólo es pecado matar externamente. Por eso Jesús añade: “Pero yo os digo”.

Comienza Jesús comentando el mandamiento que dice:

Pecado es el despreciar, insultar, enojarse gravemente, el odio, el rencor. Todo lo que sea desear un mal al prójimo.

Si el insulto es de muerte, quiere decir que se ha decretado la muerte en el corazón.

Para los israelitas

lo principal

era la ofrenda a Dios. Para

ellos el odio y el rencor no importaba

tanto.

Para Jesús lo importante es el amor por encima de todas las ofrendas externas.

De tal manera que, si vamos a hacer un acto de culto y nos acordamos que estamos a mal con algún hermano, es más importante ponerse primero en amistad con ese hermano.

Así el acto de culto será agradable al Señor.

Jesús nos dice que antes de ofrecer el sacrificio es necesario no sólo pedir perdón sino perdonar a quien te haya ofendido.

Para Jesús el verdadero mandamiento se da en el corazón. El que más ama es el que mejor cumple el mandamiento.

Jesús nos habla después sobre otro mandamiento: “No cometerás adulterio”.

Como nos cuenta el libro de Daniel sobre aquellos dos “viejos” que “deseaban” a Susana.

Como la experiencia nos dice que el deseo consentido induce al acto, si hay una posibilidad, Jesús condena esa clase de pensamientos y deseos. Ya lo indicaban libros del Antiguo Testamento.

3ª parte del evangelio:

Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio." Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.

Jesús quiere dignificar a la mujer, que en aquel tiempo estaba demasiado discriminada. Y quiere salvar el matrimonio, cuando es verdadero, con un pacto de amor ante Dios. Hoy nos dice que el matrimonio es una vida.

Y como vida, debe

ir creciendo

en lo principal que es el

amor.

Jesús nos habla de la indisolubilidad del matrimonio. Se entiende, que cuando es verdadero, cuando el pacto de amor ha sido pleno.

El rey David llegó al adulterio porque comenzó pecando primero con la vista “detenida” para llegar al mal deseo.

Por eso se necesita defenderlo “con uñas y dientes”. Y una defensa normal es el apartar pensamientos y deseos que vayan contra la virtud.

Una causa del mal suele ser el ocio.

Fue un día que no tenía mucho que hacer.

Por eso Jesús nos dice que hay que apartarse de lo que pueda inducir a un adulterio, aunque a uno le cueste como le costaría si le tuvieran que quitar un ojo o una mano. Claro, que uno no se tiene que quitar el ojo.

Son expresiones significativas

para expresar el

fuerte rechazo a una mala acción.

En esta que hemos puesto dice “excepto en caso de impureza”. La conferencia de obispos españoles traduce: “no hablo de unión ilegítima”. Parece ser que quiere hablar de aquellos que hacen la ceremonia, pero les faltan condiciones. Por eso en la Iglesia hay anulaciones.

Jesús pone una excepción en la posibilidad de divorcio, que todavía es duda sobre lo que exactamente quiso decir. Por eso hay diferentes traducciones.

Jesús no admite divorcio por molestar. En el matrimonio, como en todo lo de la religión, Jesús busca la felicidad. Jesús quiere nuestro amor total.

Y si usa palabras fuertes es para

preservar el amor.

Si el que fue amor verdadero en el matrimonio falla, es porque le pasa lo que a algunas flores que, por descuido o por maldad, el jardinero no las ha querido regar. Pero el amor, si es amor de verdad, no tiene por qué morir.

Automático

Amor que es amor nunca muere, me dijo un amigo.

Y siempre guardé sus palabras en mi corazón.

Al ver los problemas del mundo me dije a mi mismo:

La gente que amó, ya no ama; no tiene ilusión.

Y siempre que me

preguntaba una voz

respondía:

Amor que es amor nunca muere, volvía a decir.

De pronto una noche sin nubes miré a las estrellas,

Y al verlas brillar nuevamente, al fin comprendí.

Amor que es amor nunca

muere, mas puede de

hecho pasar

que a veces las nubes del tiempo, por tiempo sin fin no lo dejen brillar.

que a veces las nubes del tiempo, por tiempo sin fin no lo dejen brillar.

Y siempre que veo

que existe y

que aumenta

en el mundo,

la gente que busca otra suerte, otro amor y otro hogar,

y en sus flores marchitas

Amor que es amor nunca

muere, mas puede

también suceder

que igual que las flores aquellas, si no se cultivan, no puede crecer.

que igual que las flores

aquellas, si no se cultivan,

no puede crecer.

Hacer CLICK

Termina el evangelio de hoy explicando Jesús otro mandamiento de la ley de Dios. Viene a ser el segundo mandamiento juntamente con el ocho. Se trata sobre los juramentos y la verdad. Se trata de ser fieles a la palabra dada, sin necesidad de poner testigos superiores a nosotros mismos.

Dice así:

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor". Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir "si" o "no". Lo que pasa de ahí viene del Maligno."

No debe ser necesario el juramento, es decir,

el poner a una autoridad, como Dios,

por testigo de lo que se dice.

El invocar a Dios para que me crean es signo de inmadurez.

Hay personas que, seguramente porque están acostumbrados a decir mentiras, tienen que jurar por algo sagrado para que les crean. Si siempre dijéramos la verdad, la gente nos creería enseguida.

Es famosa la historia de aquel pastorcillo embustero que, porque se aburría cuidando las ovejas, quiso dar una broma a los vecinos. Comenzó a gritar: “que viene el lobo”. Y todos acudieron a defenderle y a matar al lobo. Pero era mentira. De nuevo lo repitió y pocos acudieron. A la tercera vez vino de verdad el lobo. El muchacho gritó lo que pudo; pero nadie acudió y el lobo hizo estragos en las ovejas.

Jesús se encontró con otro problema sobre los juramentos entre sus paisanos: si una persona juraba por el nombre de Dios, no sólo estaba muy mal visto, sino que esa persona estaba obligada a cumplir su juramento; pero, si hacía

un juramento por el Cielo, o por la Tierra, o por Jerusalén, o por su cabeza, se sentía perfectamente libre para cumplirlo o no.

Hoy Jesús nos dice que eso tampoco se debe hacer, porque Dios está en todo: en el cielo, en la tierra y en nosotros mismos.

Los mandamientos estaban formulados en forma negativa.

Jesús nos enseña la parte positiva. No se trata de prohibir, sino de colaborar en nuestra vida con la gracia y la amistad positiva con Dios.

Hoy se trata de imitar la verdad y sinceridad de Dios. Varias veces se nos dice en la Biblia:

“Dios sí cumple las promesas”.

Al cristiano le debe bastar decir: “Sí” o “No”. “Lo demás es del maligno”,

nos dice hoy Jesús.

Por todo ello nos interesa mucho conocer la voluntad de Dios para cumplirla.

Automático

Palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta

e instruye al ignorante.

Señor, tu tienes palabras,

AMÉN

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