universidad aljtonoÍy1a de madrid departamento de
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UNIVERSIDAD ALJTONOÍY1A DE MADRID
FACULTAD DE JPSICOLOGIA
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA BIOLÓGICA Y DE LA SALUD
VARIACIONES TEZYHPORALES EN FUNCIONES
PSICOLÓGICAS EN PERSONAS GON DIFERENTE
TENDENCIA OIRCADIANA- RELACIONES CON
LA ACTIVACIÓN MEZYil SFERX CA
UNIVERSIDADDE K'>
BIBLIOTECA MiP8ÍCOLO01A
TESIS DOCTORAL PRESENTADA POR:
H* EUGENIA RUBIO LÓPEZ
DIRECTOR:
PROF. JOSÉ EUGENIO ORTEGA RUANO
MADRID 1988
A AMAYA V ALEJANDRO
Deseo expresar «ti agradecimiento:
Al profesor José Eugenio Ortega Ruano, director último de este
trabajo, por el asesoraniento y la premura que me ha transmitido y que
han sido indispensables para finalizarlo.
Al profesor Antonio Vela Bueno, quien me introdujo en el estudio
del sueño y la cronobiología, asumió en principio la dirección del
trabajo y ayudó a clarificar algunas cuestiones de fondo. Para él, mi
reconocimiento más sincero.
Al profesor Francisco Rodríguez Sanabra, mi primer maestro en el
área, quien dio visto bueno al proyecto y me ha animado a BU
finalización.
Al profesor Juan Botella Ausina, quien diseñó los programas de
varias de las pruebas utilizadas en la tesis y me asesoró en varios
aspectos Metodológicos y tratamiento de los datos.
A los profesores Orfelio León e Ignacio Montero con quienes
consulté el diseñe experimental y los análisis de los datos.
A la profesora Liliane Manning por su atesoramiento técnico en la
elaboración de las pruebas de diferenciación hemisférica.
Al profesor José Antonio Cabranes, autor de les gráficas de este
trabajo.
A Coral 01 iver, Juan Carlos Claver, Agustina Moya y Carmen
Moura, quienes mecanografiaron parte del manuscrito.
A Marta Vázquez y Guadalupe Cañas por su colaboración en la
administración de las pruebas.
A todos los sujetos experimentales por su participación
voluntaria y entusiasta.
A los profesores José Quintana y Alberto Rosa quienes me
proporcionaron el local adecuado para la administración de las pruebas.
A los profesores Margarita Diges Junco, Emilio Fernández
Lagunilla y, muy principalmente, a Carmen Rodríguez Pérez por su eficaz
colaboración en todas las etapas de la realización del trabajo,
A Milagros Gómez, quien me ha prestado una gran ayuda.
Y finalmente a mis padres, Dora López y Felipe Rubio, por sus
ánimos y ayuda.
I £< 5 I £ §
1 . MARCO TEÓRICO
1. CRONDBIOLOGIA
2. RITMOS CIRCASIANOS Y FUNCIONES PSICOLÓGICAS
Ritmos circadianos y rendimiento en tareas de Tipo I
Ritmos circadianos y rendí«>iento en tareas de Tipo II
Ritmos circadianos y estados de humor
RitfF&s cirradíanos y diferencias individuales
3. BRAC: CICLO BASIDC DE ACTIVIDAD-DESCANSO
4. HIPÓTESIS
E. METODC
1. MATERIAL
E. SUJETOS
3. PROCEDIMIENTO
4. DISEÑOS EXPERIMENTALES
3. RESULTADOS
1. PRIMER EXPERIMENTO
1.1. Temperatura ora 1
l.E. Humor
1.3, Prueba de Tachado
1.3.1. Aciertos en 1» prueba de tachado
1.3.2. Errores en la prueba de tachado
1.3.3. Omisiones en la prueba de tachado
1.4. Prueba de figures iguales
1.4.1. Aciertos en la prueba de figurasiguales
1.4.1.1. Aciertos en la prueba defiauras iquales a tiempofijo 138
1.4.1.2. Aciertos en la prueba defiauras iauales a tiempolibre . 139
1.4.2. Errores en la prueba de fiqurasiguales
1.4.2.1. Errores en la pt iteba defiquias iquales a tiemoofi.io
1.4.8.3. Errores en la prueba defiquras io.ua les a ti CUIDOlibre i>Vd
1.4.3. liompo de ejecución en la pruebade finuras iquales ,. 14'»
Prueba de razonamiento vetbal í':6
1.5.1. Aciertos en la prueba de iazonaroiontoverbal 146
1.5.2. Errores en la orueba de razonamientoverbal 14tí
1.5.3. Tiempo de ejecución en la pruebarazonamiento verbal JSu
1.6. Prueba de tiempo de reacción autoestímulos alfanumcriccs ihR
1.6.1. iicmoo de reacción aiobal ....................
1.6.8. lienpo de reacción por bloques ib3
8. SE6UNÜÜ EXPERIttfífü
2.1. TÍCMPO de ejecución de la forma A dela prueba de trazado 16V
8.2. Tiendo tío ejecución de la forma B de!• prueba de trazado 173
8.3. TiCOPO de reacción ante estímulos noverbales idénticos 1V¿
2.4. Tiempo de reacción *nte estímulos noverbales diferentes 179
E.5. Tiempo de reacción ante estímulos verbalescon sionificado 18R
3.6. Tiempo de reacción ante estímulos verbalessin sionif icado « 18b
1*. DISCUSIÓN
1. Discusión de resultados dol primer experimento 190
1.1. Temperatura „ 190
l.S. Perfil de estados de humoi 193
1.3. Prueba de tachado «... £03
1.4. Prueba de finuras iquales ¿vé
1.5. Prueba de razonamiento verbal
1.6. Tiempo de reacción de elección
2. Discusión de resultados del scmmdo experimento
2.1. Prueba de trazado ....
&.B. Prueba de presentación dicóotic* doestímulos no verbales v verbales
S.H.l. Comparación simultánea de fDI masqeonctricas complejas
2.S.8. Decisión léxica
5. CONCLUSIONES &\1
é. REFERENCIAS .. H'tís
7. APÉNDICES
1. APÉNDICE I
1.1. Katerial de selección de su.ietos
l.S. Material del primer experimento 316
1.3. Material del scaundo experimento
1.4. Horarios del oriaer exDeriaento 337
E. APÉNDICE II 34O
E. i. Identificación de los su setos 340
£.S. Datos del primer experimento 341
2.3. Datos del secundo experimento 399
A pesar de que están establecidas las tendencias circadianas
básicas de las tareas que demandan diferentes modos de procesamiento,
faltan estudios sobre la influencia de otras variables sobre su
realización, salvo en el caso de las pruebas más sencillas -como el
tiempo de reacción y la detección de blancos, que no suponen carga de
memoria- asociadas al ritmo de temperatura.
Un primer objetivo fue observar la relación temporal entre la
temperatura, el rendimiento en tareas complejas y el humor,
especialmente el nivel de "arousal" (entendido como activación}, que se
supone que pueda tener repercusiones en él.
Otra cuestión radica en que, dada la variación del nivel de
"arousal" subjetivo a lo largo del día, y asumiendo la implicación del
hemisferio izquierdo en los aumentos de los niveles de atención, se
podría pensar que en los momentos de atención máxima hubiera signos de
una superioridad del rendimiento de dicho hemisferio.
Por otra parte, las ideas de que los ritmos rápidos en el rango
de 90-i00 minutos son más detectables en los momentos de somnolencia y
aburrimiento -y de menos "arousal"-, y de que estos ritmos constituyen
la expresión de una alternancia en el dominio de los hemisferios a lo
largo del día, nos sugirieron la posibilidad de observarlo utilizando
tareas en que estuvieran implicados uno u otro hemisferio cerebral.
En esta investigación se aborda el efecto de la hora del día en
algunas variables psicológicas (hunor y rendimiento en algunas tareas)
y el de las variaciones rápidas, en el rango de 90-100 minutos, en el
funcionamiento de los hemisferios cerebrales a lo largo del día? todo
elID enmarcado con referencia al "arousal" entendido COBO estado de
alerta y de máxima atención.
Por ello, se han elegido como sujetos a individuos que muestran
preferencia por unos horarios de vida tales que les definen como
Matutinos o vespertinos. Sus diferencias de horarios radican
principalmente en los momentos de acostarse y de levantarse, que
determinan en gran medida las horas en que se sienten mejor.
La exposición de este trabajo comienza con la descripción del
«arco teórico donde se exponen los conceptos más generales de
cronobiologia y se revisan ios estudios de ritmos circadianos en
rendimiento con especial referencia a los que describen las tendencias
de matutinos y vespertinos, y los estudios destinados a establecer y
caracterizar los ritmos ultradíanos, principalmente los relacionados
con las oscilaciones en el funcionamiento hemisférico. A continuación
se exponen las hipótesis planteadas a partir de ese marco teórico, el
método empleado para ponerlas a prueba y los resultados obtenidos. Se
finaliza con la discusión de los mismos y su relación con los datos
previos existentes, lo que da lugar a una serie de conclusiones
teóricas.
v>. * V K ñ S i ü A Ü ¿'JTQMOMAfaf \ LE tiZM
; —
x _ — MA.:RCO
l.I.CRONOBIQLOGIñ.
Dado que el tiempo es consustancial al universo físico» los
sistemas biológicos están necesariamente sometidos a esta dimensión. La
construcción física de los organismos, el crecimiento y la maduración,
la reproducción, el envejecimiento y la muerte transcurren
secuencialmente a través de un período de longitud muy variable y bajo
condiciones ambientales inestables. Las fluctuaciones debidas al azar y
las variaciones regulares impuestas por las leyes físicas del sisteme
solar constituyen fuentes de cambio en el medio exterior a las que se
han tenido que enfrentar todas las formas de vida. Por ello, Is
supervivencia requiere una independencia del medio ambiente externo
(Bernartí, 1B78 -cit, en Moore-Ede, 1980-) limitada por las demandas
energéticas; esto es, un medio interno con comunicaciones controladas
con el exterior. Mediante este intercambio se hs suministrado le
energía e información pertinentes para la permanencia y evolución ae ia
vida a sistemas progresivamente superiores, más independientes aunque
también más vulnerables.
La idea de un medio interno en equilibrio, regulado desde dentro,
lejos de ser contradictoria con la existencia de casto ios, resulta
incompatible con la estabilidad absoluta. La retroaiimentación,
mecanismo para que cualquier sistema recupere ios valores adecuados
para su funcionamiento, ocurre pasado un cierto período de tiempo, que
aunque breve, supone un retardo. Así, le representación gráfica de los
valores que adoptan las distintas variables fisiológicas en el tiempo
2
toma la forma de dientes de sierra, donde los picos representan los
límites en torno a los que fluctúa . Al margen de las respuestas
adaptativas desencadenadas por los sucesos imprevistos, todos los
procesos biológicos implican el paso de un estado a otro. La
reiteración secuencial de estos pasos, coincidente en muchos casos con
los cambios de luz y temperatura ambientales, dieron a los procesos le
apariencia de ritmos en les primeras formas de vida; de hecho,
venían a reflejar un mero orden temporal interno y, en algunos ceses,
el ciclo externo. La ventaja inherente a la disponibilidad de un
sistema de referencia, que permitiera la organización de todos los
procesos en un organismo dado, determinó probablemente la incorporación
de relojes internos desde los eucariotas (Bunning,1936 -cit*
Pittendrigh, 19B1-; Kippert,1985 ). Además la exactitud de los ciclos
de luz - oscuridad y de temperatura, generados respectivamente por los
«ovimientos de rotación (enlentecido solamente SO segundos en el último
millón de años) y de traslación de la tierra ha facilitado enormemente
su predictibilidad. Por ello, los relojes internos desarrollaron la
capacidad de mimetizar el tiempo externo e hicieron viable un»
programación anticipatoria y ajustada a los cambios ambientales
regulares con independencia de los inmediatos (Moore-Ede, 19Bó>. A
estos relojes, que miden el tiempo en períodos correspondientes a
ciclos externos, se les denomina osciladores íAschoff» 1954). Su
actividad se autosostiene, por lo que no tienen que ponerse en hora con
ninguna señal externa para funcionar. Mantienen una velocidad angular
constante, gracias a lo cual pueden sedir pequeñas fracciones del
período y ajustarse a otros ciclos de cuyos períodos es múltiplo
(Hever, 1960).
La función primaria de ICE osciladores es generar ritmos
biológicos, es decir, variaciones recurrentes a intervalos fijes en los
procesos biológicos. Un ritmo queda definido por los siguientes
parámetros; período, que es el intervalo de tiempo en el que transcurre
la oscilación; frecuencia, o la inversa del período; fase, que viene a
ser cualquier punto en el ciclo, aunque se toma respecto a la hore
local u otro ritmo; acrofase, o punto donde 5e ubica el valor más alte;
nadir, punto donde se ubica el valor inferior; y amplitud o rango de Js
oscilación (delimitado por los dos puntos anteriores)-La Figure í.l
representa-estos parámetros.
La ubicuidad de los osciladores en los sistemas biológicos refleja
una estrategia llena de sentida. A 1« organización temporal, Je
anticipación de cambios periódicos ambientales y la eficacia en la
conservación del equilibrio del medie interno, se añaden el aprendizaje-
de estrategias temporales <Suda y Saito,i9S0>, el mantenimiento de la
orientación respecto al sol, aún en situaciones de aislamiento , roercea
a la medida de pequeñas fracciones del ciclo (Hoffman, 1960), y el
fotoperiodismo -medida de la duración del período de luz- (Bunning,
1936Í, funciones que han optimizado así sus posibilidades (Pittendrigh,
1981) .
La endógenaidad de loe osciladores y el autonanteniMiento de su
actividad garantizan su independencia respecto a las tundiciones
externas, como ya henos indicado, y , por tanto, la persistencia de los
rítaos en situaciones de deprivación y de constancia ambientales
inducidas artificialmente (Aschoff, 1967). No obstante, en un entorno
4
¡25
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Mfe.
V
natural, los ritmos se ajustan a los ciclos geofísicas cuyos períodos
copian. Este acoplamiento se denomina sincronización (Halberg, 1967} c<
imbricación (Pittendrigh, 1960), términos algo diferentes pero que se
suelen utilizar indistintamente. El agente sincronizador más universal
es el ciclo luz-oscuridad, aunque en el hombre la hora loesl, el
horario de trabajo, etc., esto es, factores sociales, hen ido cobrsntíc
progresivamente mas importancia . En algunas especies estes
sincronizadores parecen desempeñar también un importante P^pel
(Mrosovsky, 1987). En ausencia de sincronizadores, cada ritmo flurtús
libremente, rotas las relaciones con los agentes CKtemos y desaccplsrfc
con respecto a otros ritmos (Aschoff, 1959).
En respuesta a un cambio importante en las
ambientales se puede producir una alteración en alguna variable
biológica, de modo que no exhiba el comportamiento esperado,Este
fenómeno recibe el nombre de enmascaramiento del ritmo (Aschoff, I9¿C>> ,y
se debe a la acción inhibidora o excitadora que ejercen sobre el
agentes externos o internos.
Se ha destacado la influencia del ciclo luz y oscuridad en el
desarrollo y sincronización de los ritmos biológicos . No resulta e;-trs
ño que la oscilación de muchas variables transcurra en un período de
longitud similar a la del día . Para designarlos, Harlberg (1959) acuñe
•1 término circadiano. Su universalidad ha motivado 1« utilización de
esta frecuencia cono referencia media general para la Cronc-biologíe.
Así, se denoninan ultradianos los ritmos que transcurren más de una vez
en un día (frecuencia superior a la circadiana) e infradianos los que
6
necesitan más de un día para completar su oscilación (frecuencia
inferior a la circadiana).
El prefijo "circa" (alrededor de) expresa la aproximación, no la
total coincidencia, del período de un ritmo con la unidad temporal
definida por el sufijo que la acompaña. Esta pequeña discrepancia
permite ajustar el ritmo al tiempo local (Pittendrigh y De»n, 1976)f
con lo que resulta obvio en el mantenimiento de la relación de fase de
los ritmos circadianos con el cicle- luz-oscuridad, cuyas proporciones
cambian a lo largo de las estaciones.
Por extensión, ios términos circamareal, circalunar y
circaestacional aluden a ritmos cuyos períodos mimetizan IOE ciclos de
las mareas, la luna y las estaciones. Parece probable que 1$
imprecisión expresada en el prefijo "circa" desempeñe también un papel
en el acoplamiento entre ritmos de distintos períodos en un orgenjsmc
concreto, lo cual consituye la norma en la mayoría de las especies en
que la duración de su ciclo vital, lógicamente, sobrepase los períodos
de dichos ritmos. El establecimiento de ritmicidad circadiana en
células eucariotas que sólo viven unas pocas horas constituye una
excepción, justificada por la posibilidad de transmitir la fase del
ritmo a la generación siguiente (Edmunds, 1971).
El patrón temporal predominante en humanos adultos» como en otras
nuchas especies, es el circadiano, con el sueño y la vigilia en sendos
períodos del áí*r fluctuando cada Sh horas. Es, por tanto, monofásico:
un ciclo completo de «ueño-vigilia. En la adopción de este patrón ha
tenido que ver «1 desarrollo de IDS hemisferios cerebrales, como se
deduce del estudio de Okawa y cois, (19B7), quienes encontraron que
pacientes con lesiones cerebrales íbaja densidad hemisférica) eran
incapaces de permanecer despiertos más de 6 horas, exhibiendo un patrón
polifásico de sueño. Según Szymanski (1916Í, un requisito indispensable
para la transición evolutiva de un patrón polifásico -varios ciclos por
día- es el desarrollo de un sistema óptico preciso, capaz de infcrmar
de la intensidad de luz y sus variaciones que hiciera al animal menos
dependiente de señales táctiles y olfatorias.
En circunstancias ambientales naturales los ritmos circatíisnos en
humanos están influidos, no desencadenados, por el cicle sueño-vigi3iss
a un cambio en el horario de sueño sigue un cambio de otros muchos
ritmos (Aschoff y col., 1975). Este hecho llevé a pensar que ICE
efectos del sueño sobre la amplitud y la fase de otras variables eran
unidireccionales. Sin embargo, los ritmos de varias fu>tcic-nEE
vegetativas ejercen también su acción sobre el de sueño-vigilia, por
ejemplo, la duración del período de sueño depende de la relación con el
ritmo de temperatura. Por otrs parte, la estructura del sueño está en
función de la hora del día. Por todo ello, actualmente se postula más
bien una interacción mutua de varios componentes del sistema
circadiano, lo que dificulta enormemente su análisis.
Para la caracterización de los osciladores y «1 estudio de sus
interrelaciones se han utilizado diversas manipulaciones
experimentales. El aislamiento de los sujetos humanos en bunker5, con
deprivación de señales acústicas y temporales, ha sido uno de los «¡és
extendidos (Aschoff, 1959, 1960, 1974; Wever, 1979$ etc). Como ya se ha
8
comentado, esta técnica lleva a los ritmos a fluctuar libremente. El
período de estas variables biológicas suele ser algo mayor de S4 horas,
con escasas diferencias interindividuales. Así, por ejemplo, se
demostró que el período medio del ritmo de temperatura en i 47 sujetos
fue de E5 horas con una desviación típica de media hora (Wever, 1979).
La oscuridad continua impuesta a estos sujetos en los últimos 10 días
del estudio no provocó cambios en este parámetro. La resistencia de los
ritmos libres a cambiar su período se acepta como una regla (Reinberg y
Smolevsfcy, 1983). Sin embargo, se han constatado algunas excepciones
como el alargamiento del período del ritmo provocado por cambios en ís
intensidad de la luz (Wever, 1973Í y el ejercicio en la bicicleta
ergométrica (Web y fignewf 1954). Hay otras condiciones que provocan
este mismo efecto: el permitir a los sujetos que autoseleccionen su
propio ciclo de luz-oscuridad (Wever, 1969 í o la temperatura de ls
habitación (Wever, 1974).
Por otra parte, el orden interno de los ritmos en estas
condiciones difiere del de los sincronizados. La acrofase y el nadir
del ritmo de temperatura que, en circunstancias naturales ocurren
respectivamente a inedia tarde y en la segunda mitad del sueño, se
adelantan varias horas (Asehoff,1978), lo que supone una disminución de
esta variable en vigilia y su aumento durante el sueño, contrariamente
a lo que sucede en un sistema sincronizado. El mismo autor, en otra
serie de experimentos <Aschoff, 1980i, observó que ambos ritmos se
cruzaban continuamente a lo largo de los días, con ID que cada ves el
sueño coincidía con distinta fase de temperatura. Si la temperatura
estaba disminuyendo, la duración del sueño aumentaba, y viceversa.
La introducción en los experimentes de aislamiento, en los que
los sujetos disponen de lámparas para leer, de un sincronizador
artificial (un gong que avise a los sujetos de que se va a proceder
desde el exterior a la recogida de excretasí puede en ocasiones
provocar desincronización si la duración del período impuesto per tal
señal excede los límites de E3-E7 horas. De los dos ritmos medidos, el
de temperatura se mostró más sensible a la longitud del periodo que el
de actividad, lo que demuestra que hay una limitación para ls
desintonización y que es diferente para distintos ritmos (fischcff,
197BJ.
Un protocole fijo de luz-oscuridad puede sincronizar el ritmo de
actividad de los sujetos a período^ de 26 y 32 horas, pero no el ritüic
de temperatura, que fluctué libremente en ambos protocolos ÍWevsr,
1980).
La desincronisacien provocada mediante el alargamiento del
período en pequeños pasos i 10 minutos por día), o desincronisseicn
fraccionada, ha corroborado la existencia de diferencias en los límites
de sincronización para los ritmos de ejecución y de diversas funciones
vegetativas cuyo rango de sincronización parece menor tWever, 1980).
La desincronización espontánea por acortamiento o alargamiento
del ritmo de actividad (ftschoff, 1965) originó en cada caso
«odificaciones opuestas en el período del ritmo de temperatura.
Todo ello ha permitido concluir que hay dos tipos de osciladores,
un priser tipo "lábil", con frecuencias «uy variables, entre los que se
10
encuentra el generador del ciclo sueño-vigilia, y un segundo tipo más
"estable", al que pertenece el generador del ritmo de temperatura.
Los vuelos que suponen un adelanto de fase (si son en dirección
Este> o un retraso de fase (si son en dirección Oeste) superiores s 6
horas, y situaciones experimentales que reproducen ambas condiciones
provocan un trastorno temporal en el organismo. Cabe destacar un?
reducción espectacular en la amplitud o rango de oscilación del ritme*
de temperatura después de los adelantos de fase (Aschoff, 3 97&1. EJ
periodo de resincronizacián posterior a estes cambios de fase presenté
correlación positiva con el rango de oscilación previo. La restian-acicrr
en los sujetos del acoplamiento con el exterior de los distintos ritmos
se produce en la dirección impuesta por el cambio, aunque hay datos ce
una división o corte del sistema circadiano en dos componentes que
exhiben tendencias opuestas: e] ciclo de sueño-vigilis -hacia eJ
cambio- y el de temperatura -contra el cambio- (Aschoff, 1930). Este
efecto es más visible en los adelantos de fase que en los retrasos
(ftschoof, 1978? Mills y col., 1978). También se han descrito
diferencias en el tiempo de resincronización de los diferentes ritmos >
de uno en concreto en función de la dirección del cambio (Klein, 197S).
De nuevo, todos estos datos corroboran la existencia de un
sistema multioscilador (Aschoff y Wever, 1976) comprometido en
circunstancias ambientales naturales en un período común con relaciones
de fase fijas, tos datos proporcionados por pacientes con lesiones
cerebrales, en los que la disrupcién del ritmo sueño-vigilia no supone
la disrupción de los ritmos de cortisol y de temperatura, apoyan
también 1» idea de un sistema multioscilatorio.
11
No hay acuerdo entre la organización interna de los diferentes
osciladores. Se han propuesto tres modelos (Hoore-Ede y Sulzman, 1977):
I. Un oscilador activo que acoplaría a otros elementos que, a
pesar de ser pasivos, serían los que manifestasen ritmos observables.
II. Un conjunto de elementos activos con capacidad propia para
oscilar, pero gobernados por uno de ellos que integraría las aferencias
externas y actuaría como «arcapasos,
III. Un conjunto de elementos activos que reciben señales externas
y están acoplados entre sí.
Has recientemente, Rossenwasser y Adler (19S6) apoyan la
existencia de varios osciladores activos que mantienen entre sí
relaciones tanto jerárquicas como no jerárquicas.
En mamíferos, la importancia del núcleo supraquiasmático del
hipotálamo como uno de los integradores del sistema es indiscutible
(Zucker, 1981). A partir de la identificación de las fibras del tráete
retino-tiipotalamico (Moore, 1971) y de la demostración de que este
tracto transmite la inforaación fótica para la sincronización de los
ritmos circadianos (Rusak, 1979) se realizaron varios estudios que
corroboraron el papel de este núcleo (Inouye y Kawamura, 1979} Meyer y
cois., 1986) Rusak y Zucker, 1979), mediante aislamiento del mismo del
resto del sistema nervioso y registro de su actividad, determinación
del patrón de actividad de sus células ante cambios en la intensidad de
luz y lesión de su* aferencias y eferencias.
Por otra parta, el núcleo supraquíasmático parece intervenir en
12
el ajuste de fase de ritmos de mayor frecuencia, como se desprende de
los trabajos de Rusak y Morin (1976), puesto que su integridad e=
indispensable para la acción de la glándula pineal sobre el ritmo anual
de reproducción del hámster, y de Fitrgerald y Zucker (1976) ya que el
acceso del estradiol, aumentado en el cuarto día del ciclo de estro, a
dicho núcleo, induciría la liberación de gonadotrofinas coincidente con
la fase de actividad.
Es muy posible que exista una organización jerárquica ef¡tr*e lo =
diversos ritmos, de manera que uno de ellos sea esencaaJ pera la accics'i
apropiade del otro. Los ritmos de mayor período modularían ls fase de
los ritmos más rápidos. Así, cabe subrayar la diferente manifestecién
de un ritmo ultradiano -el ritmo básico de actividad-descanso ("BRAC")-
descritc por primera vez por k'leitmen U96I) en las distintas fases del
ciclo sueño-vigilia. Durante el sueño se expresa en forros de
alternancia de estadios REM-no REM, en tanto que durante la vjgiJia c=
prácticamente imperceptible debido al mayor nivel de activación
existente. No obstante, y tal como intuyó Kleitman, hay estudios que
han confirmado la presencia de dicho ritmo en la vigilia, en fase con
su manifestación nocturna en el hombre, al obtener aumento de errores
en una prueba de detección visual (Globus, 1978) y movimientos rápidos
de ojos (Othner y cois., 1969). Otros trabajos (Klein y Armitage, 1979;
Hanseau y Broughton, 1983) han determinado la existencia de un ritmo de
90-100 minutos durante la vigilia, en la ejecución de tareas espaciales
y verbales y potenciales evocados cerebrales, respectivamente. Más
adelante, dedicaremos ñas atención a estos ritmos.
13
Estas oscilaciones de frecuencia alta difieren de los circa-
ritmos en que no se corresponden con periodicidades ambientales
conocidas, de nodo que su definición no informa de su significado
funcional. Están implicados en la autopreservación del organismo
-hambre y contracciones estomacales- y en la continuidad de la especie
-excitación sexual- (Kleitman, 19B5). La gran precisión de su
oscilación en la mayoría de los casos obliga a considerarlos come un
importante factor en la organización temporal de la conducta. Dadas Iss
dificultades inherentes a la observación de estos ritmos y a Is
heterogeneidad de sus períodos, han sido objeto de menos estudios que
otras variaciones rítmicas más obvias.
Además de los mencionados, dentro de la ritmicidad ultradiana se
destaca la actividad polifásica que exhiben pequeños mamíferos
(ftschoff, 196E; Szymanski, 1920). La gran sincronía de esta variable
entre los Miembros de una misma familia y de la población en general,
junto con la exactitud su período (Daan y ftschoff, 1981; Dean >
Slcpsema, 1976) les reporta beneficios como la ganancia de energía
termorreguladora durante el sueño a les ratones, y la transmisión de le
alarma ante el ataque de un predador.
Poco se sabe acerca de los mecanismos generadores de los ritmos
ultradíanos. En el caso del ratón común, hay indicies del papel que el
núcleo arcuatus del hipotálamo cumple a este respecto (Serke*a y Basn,
1985). Tanto este núcleo como el área retroquiasmática del hipotálamo,
a través de la cual emite sus eferencias, reciben proyecciones de]
oscilador circadiano -núcleo supraquiasutáticp-. En ratas, el núcleo
arcuatus exhibe liberación pulsátil de gonadotropinas (Knobil y
Hotchkiss, 19B5) y probablemente de 6H -hormón» de crecimiento-
(Eikelbooffl y Tannenbaum, 1983!.
Nuestro interés se centra en los ritmos cirradíanos de
rendimiento y humor, mayoritariamenté descritos en el período de
vigilia en el que se expresan normalmente. Dadas sus interrelaciones,
nos ocuparemos también de los ritmos ultradianos en funciones
cognitivas.
Es obvio que, al menos en apariencias dichos ritmos (si igual que
atros muchos) no responden a una organización conductual tan sdsptstjve
como la actividad, predación, reproducción y migraciones; se diría mes
bien que han sido inducidos por el rosreo impuesto en la programación
temporal de otras variables necesariamente rítmicas.
La organización monofásica del ciclo sueño-vigilia er humanes, v
la posibilidad de una mayor autonomía en relación al ciclo d? luz-
oscuridad , que quizás comenzó con el descubrimiento del método para
Mantener el fuego, y posteriormente de provocarlo (Richter, 1977?,
han constituido una de las evoluciones adaptativas más significetives
al permitir el desarrollo intelectual en el hombre ÍMoore-Ede, 196á;
Richter, 1977).
15
1.2.- RUBQS EIRCADIANOS Y FUNClOtílS PSICOLÓGICAS
El avance en el conocimiento en este área se ha producido
paralelamente al desarrollo de la cronobiología en la* últimas décadas,
aunque sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX. En efecto,
desde 1885 (tal y como citan Lavie, 1980 y Cclquhoun, 1961 y 1982) y
procedentes de diferentes campos de estudio (psiquiatría, fisiología
del sistema nervioso, psicología educativa), una serie de científicos
implicados en el tema directa (Gates, 1916; Hollinworth, 1914; Laird,
1925) o indiretamente <Ebbinghaus, 1885; Kraepelin, 1893; Lombard,
1887) investigaron y/o especularon sobre los ritmos, curvas o cursos de
los procesos psíquicos, la fatiga o la actividad mental. Al margen del
valor de los resultados -criticados por sus deficiencias metodológicas
(Freeman y Hovland, 1934)- su aportación principal radica en el
planteamiento de algunas de las cuestiones cruciales: las distinciones
entre tendencias diurnas en base al tipo de tareas (Bergstrum, 1894;
Gates, 1916; Laird, I9B0?, la búsqueda de los agentes causales de
dichas variaciones {Gates, 1916), la relación con las medidas
fisiológicas (Griesbach, 1895; Leuba, 1899; Pillsbury, 1903; Slaughter,
1901), las diferencias individuales en rendimiento (Marsh, 1906;
O'Shea» 1900; Pillsbury, 1903; Wuth, 1931), la disociación entre
medidas objetivas de rendimiento y estimaciones subjetivas de cansancio
(Kraepelin, 1893), etc.
Esta primera era se cierra con la revisión crítica de Freeman y
Hovland (ver Lavie, 1980). Algo más tarde, los psicólogos industriales
orientan esta linea de investigación hacia el campo laboral (ver
Murrell, 1971).
16
La figura de Kleitnan (1933, 1950, 1963) representa el comienzo
de una nueva etapa. Su campo de procedencia, el estudio de la
fisiología del sueño, ha proporcionado una nueva perspectiva al estudio
de las variaciones periódicas del rendimiento, y sus aportaciones, que
•e Comentarán oportunamente, han suscitado numerosas y fructíferas
investigaciones.
Al igual que en otras áreas, el estudio de las variaciones
periódica* en funciones psicológicas conlleva problemas específicos que
resulta necesario comentar antes de proceder a una revisión de la
literatura, huchos de ellos derivan de la metodología (material y
diseño) viable en este tipo de estudios. Otros radican en la
imposibilidad de obtener datos de ciclos completos de S4 horas sin
eludir los inconvenientes y los enmascaramientos provocados por el
sueño y la fatiga subsiguientes al alargamiento del período vigil más
allá de los límites necesarios que se han establecido en trabajos
disecados con tal fin (Froberg y cois. 1971; Home y Wilkinson, 1985;
Johnson, 1985; MuUaney y cois., 1983 a, 1983 b; Naitoh, 1969; Taub y
I973j vJebb y Levy, 1983; Webb, 1985).
pruebas utilizadas habitualmente para establecer
en retli«iento son tareas de procesamiento inmediato de la
infor«*ci¿n (Hockey y Colquhoun, 197B), sencillas y que no demandan
Mucho ti*mpo. Su principal inconveniente radica en que proporcionan
*edid«* indirectas de rendimiento, "arou»al" o eficacia por dos
su realización supone procesos cerebrales complejos a los que
se tiferve acceso, y su resultado (producto obtenido) se toma como
17
indicador de rendimiento sin tener en cuenta el componente "esfuerzo
aplicado", indispensable para la estimación del mismo.
Por otra parte, la ejecución de cualquier prueba requiere una
cierta atención, que aumenta el nivel de activación y, por tanto,
conlleva un cambio en la misma que beneficiaría más a las medidas
obtenidas en momentos de mayor distracción, somnolencia, o
sencillamente momentos bajos, y a las tareas más difíciles (Hockey y
Colquhoun, 197S). Además, su realización constituye siempre una
actividad voluntaria, por lo que es posible que las periodicidades
encontradas reflejen más bien modificaciones en los niveles de
activación que en los de eficacia.
La necesidad de obtener medidas repetidas, tantas cuantas se
precisen para garantizar la representatividad del período, merced a una
distribución adecuada de las sesiones, y la fiabilidad de los
resultad&s en cada uno de los momentos del día seleccionados, ocasiona
algunos efectos opuestos: cansancio, que degrada el rendimiento por una
acumulación de las pruebas, y práctica, que lo mejora. Ambos afectarán
mi& a las últimas pruebas. Para paliarlo se ha propuesto la utilización
de disertos como el cuadrado latino o similares, en los que los sujetos
empiezan su secuencia de sesiones experimentales a distintas horas, y
la preparación de los sujetos en sesiones pilotos previas que permiten
la adquisición de un cierto nivel de eficacia en la realización de la
tarea, aunque también puede inducir a la pérdida de interés en la
miuia. Si» al ordenar los datos en la secuencia en que se obtuvieron,
»e observa una mejoría progresiva, se puede recurrir a cualquier
18
procedimiento válido para eliminar o reducir esta tendencia. Por las
razones aducidas en cada caso, todas estas consideraciones han de
tenerse en cuenta en el diseño, el procedimiento y la interpretación de
resultados obtenidos en los estudios enmarcados dentro del área que nos
ocupa. Además, hay que tener en cuenta que estos estudios, al excluir
medidas del período de sueño (por los inconvenientes anotados más
arriba) que son indispensables para la aplicación de los análisis
estadísticos de series temporales, no detectan realmente "ntmicidad"
circadiana, sino que establecen posibles efectos de la hora del día en
el rendimiento, eficacia, "arousal" o conciencia, según permite la
estadística convencional (Colquhoun, 1981; Orr y cois., 1976).
No obstante, una revisión extensa de la literatura, que si bien
adolecía de respaldo estadístico especifico, proporcionaba datos muy
reveladores, permitió a BroughtDn (1975) afirmar que hay variaciones
cuantitativas en el nivel de "conciencia" entendido como capacidad
perceptiva, a lo largo de las 2¿» horas, idea intuida por Michelson
(1897 - cit. en Colquhoun, 1981), con independencia de las obvias entre
el sueño y la vigilia, según confimó Froberg (1977), y postular
posibles oscilaciones de carácter cualitativo en funciones mucho más
rápidas moduladas por las circadianas.
En efecto, los despertares en el primer tercio de la noche, desde
los estadios profundos da sueño - fases 3 y ^, cuya acrofase tiene
lugar entre la una y las tres de la madrugada (Crowley y cois. (1972)^
establecieron picos estadísticamente diferentes para los distintos
estadios de *ueíSo y vigilia en Hac.ag.a §ulat£a por medio de registros
poligráficos de £4 horas) - se acompañan de una sintomatologia de
19
amnesia*, confusión, desorientación (Broughton, 19¿8¡ Gastaut y
Broughtoa, 1965), alteraciones de la percepción - establecidas por
•edi» apruebas de tiempo de reacción de elección (Feltin y Broughton,
1968) - y de los potenciales evocados cerebrales a estímulos visuales
que «Mitran conponentes entremezclados de sueño y vigilia, la onda de
vigilia «gy retardada y posteriormente una respuesta indistinguible de
la dcf período previo de sueño (Broughton, 1968; Saier y cois., 196B).
A *•* Espertares desde sueño activo - fase REM - cuya acrofase
circ*üa% ocurre entre las 5 y las 7 de la mañana, no se asocia el
cuadr» 4c confusión descrito antes, siendo los niveles de ejecución en
tiempo de reacción de elección (Feltin y Broughton, 1968), y
íales evocados cerebrales a estímulos visuales (Broughton,
y H Í H S ( í97£) similares a los de vigilia.
•1 estadio de sueño precedente constituye un factor
en la valoración de estos hechos, se debe tener en cuenta
el último tercio de la noche no se han obtenido diferencias
de t % de reacción a la llamada de teléfono entre sujetos que
estadios REM y en NO REM de sueño (Scott y Snyder, 1968) y
=rtares de sujetos que dorsían la siesta en fases NO REM de
y Agnew, 196*0 no se caracterizan por estadios de
deiflKBBCi¿n, En otros estudios se ha notificado que el nadir de
estimado por los errores cometidos por los trabajadores
y cois. , 1955) y por los incrementos en las latericias
star al teléfono (Brown, 19^0) por telefonistas - en ambos
turno rotatorio - tenía lugar a las tres de la madrugada,
"^partir del cual se producía una ligera recuperación y luego
20
un nuevo descenso hacia las 5-7 de la mañana. Mullaney y cois. (1983)
en un estudio sobre los efectos de deprivación de sueño, encontraron el
nivel inferior de rendimiento y el nivel superior de somnolencia
precisamente a las cinco de la mañana, una mejoría posterior
generalizada y un nuevo declive en alguna de las tareas estudiadas,
precisamente las que no se autoadntinistraron los sujetos. Estos datos,
junto con los comentados anteriormente, permiten concluir que hay
oscilaciones en los niveles de vigilancia durante la noche, período
preferido habitualmente para dormir, aunque no hay una total
coincidencia entre ios estudios de campo y los de laboratorio, quizás
por la intervención de factores ambientales y metodológicos.
Se ha establecido que los efectos de la hora del día sobre las
funciones psicológicas persistentes (Colquhoun y cois., 1968), aun en
situaciones de aislamiento (Hugues y Folkard, 1976; Folkard y cois.,
1983; Monk y cois., 1983) se pueden diferenciar, a grossc modo, en tres
tipos de curvas:
- un aumento continuo de "arousal", eficiencia, etc., a lo largo
del día.
- una mejora inicial, seguida de un decrcmento progresivo del
"arousal" c de la eficiencia.
- dos momentos de rendimiento o "arousal" separados por un nadir
que se sitúa hacia el mediodía.
Esta "caída"i descrita en estudios en los que se han utilizado
diferentes tareas íBergstrum, 1894} Gates, 1916$ Blake, 1967;
Colquhoun, 1971) fue inicialmente atribuida a los efectos del almuerzo,
y con posterioridad (Blake, investigación no publicada) se sostuvo su
21
falta de vinculación con la comida, aunque recientemente ÍSmith,
1988) han vuelto a considerar la relación entre la ingesta y esa caída
en el rendimiento en tareas de memoria, búsqueda serial y razonamiento
verbal. Reiteradamente se subraya que tiene lugar a la misma hora en
que en algunas culturas se practica la siesta, habiéndose comprobado un
aumento de somnolencia en esos momentos en sujetos fatigados
(Hildebrandt, 1974) y también signos electroencefalográficos de fase 4
<Uebb, 1971).
Los tipos de tendencias circadianas vienen dados, al menos en
parte, por la naturaleza de las tareas. A este respecto, atendiendo a
la cierta correspondencia entre categorías estblecidas en base a los
tipos de procesamiento de información que suponen (más o menos
elaborado) y a los niveles de regulación psicológica <sensor iomctor,
perceptivo-conceptual e intelectual)} Colquhoun (1981), Polkard y Moni
<1983> y de Vries-Griever y Meijman (1987) han propuesto la división de
las tareas en dos categorías:
- Tipo 1: Tareas físicas y mentales, cuya ejecución se basa en la
aplicación de reglas, y en habilidades que conllevan
un procesamiento elemental de la información.
- Tipo S: Tareas que demandan atención, con alta carga de memoria
de trabajo, para cuya ejecución se requiere el conocimiento y
el razonamiento, y que requieren, por tanto, un procesamiento
•as elaborado de la información.
22
£1 primer grupo está constituido por las tareas de tiempo de
reacción, detección de estímulos "blanco" dentro de un panel o matriz
entre otros distractores, vigilancia visual o auditiva y otras con
componentes motores más importantes, como alcanzar un "blanco" móvil
con un rifle o eludir obstáculos dirigiendo un mando (que desde hace
unos años han proliferado como entretenimientos urbanos).
Pruebas de razonamiento verbal, de cálculo, de memoria a corto y
a largo plazo, de toma de decisiones, o de utilización de conocimientos
para solucionar problemas, constituyen el segundo grupo.
Vamos a revisar los resultados de los estudios que han examinado
las variaciones de los ritmos circadianos sobre el rendimiento tanto en
tareas que implican un procesamiento cognítivo simple, a veces de
carácter motor (tareas de Tipo I), como en tareas que implican un
procesamiento más elaborado (tareas de Tipo II). Por último se
examinarán las relaciones observadas entre ritmos circadianos y estados
subjetivos de humor, por una parte, y motivación y diferencias
individuales, por otra.
circuíanos y n§Dí! i «liento en tareas de Tigo I
A pesar de que no reflejan bien las situaciones reales de trabaje
o estudio, salvo la de vigilancia, las tareas pertenecientes a esta
categoría, se han incluido y se siguen incluyendo en muchos estudios.
La rapidez y la sencillez en su realización, que repercuten menos en el
cansancio y en el "arousal" que otras tareas más complejas, aportan
ventajas nada despreciables.
La forma de la curva de rendimiento en estas tareas es
carácterísticaí por las mañanas, los niveles son bajos, progresivamente
se van elevando, hasta alcanzar el máxime hacia las últimas horas de la
tarde, y llegan al nadir a las primeras horas de la noche (Blake, 1971;
Colquhoun, 19711 1981, 198E; Folkard y Monk, 1983; de Vr ies-Sr iever,
1987).
Los diseños aplicados, las características de los sujetos y otros
factores externos han originado pequeñas discrepancias entre los
distintos estudios. Kleitman y cois. <1938) fueron los primeros en
establecer esta curva para las tareas de tiempo de reacción simple y de
elección. La longitud del período experimental -50 días, entre las
7 y las 23 horas- confieren consistencia a sus resultados, aunque la
relativa infrecuencia de las sesiones (5 cada día) dificulta la
localización precisa del pico de rendimiento en esta tarea, que
aproximadamente se situaba en torno al mediodía (Hockey y Colquhoun,
1972). Algo diferentes son los resultados de Blake (1967), obtenidos
con un número mayor de sujetos en un diseño experimental de cuadrado
24
latino, y sobre un período más corto -desde las 8 de la «anana a las 9
de la noche-. La forma de la curva fue similar, pero no encontré efecto
significativo del ritmo en el tiempo de reacción simple, aunque sí en
el de elección, cuya acrefase fue más tardía (hacia las 9 de la noche).
El propio Blake explicó esta mejoría en el rendimiento per un cambie- en
la motivación de los sujetos (marinos ingleses), ya que se trataba de
la "última prueba". Otra posible causa de la discrepancia entre los dos
trabajos vendría dada porque Kleitman no tomó datos entre las 6 de 1?
tarde y las 11 de la noche, por lo que le resultó imposible detectar
una probable subida en el rendimiento en este lapsus de tiempo (Hockey
y Colquhoun» 197S). Hildebrandt y Engel <197£> encentraron dos picos de
rendimiento, uno por la mañana y otro por la tarde, en tiempo de
reacción auditivo.
Los datos procedentes de estudios que invaden el periodo nocturno
han confirmado la variación circadiena del tiempo de reeccién
(Rutenfrans y cois-, 1972; Tilley y cois., 1981; Voigt y cois., 196B -
cit en Colquhoun, 1931-). La duración del período precedente de sueño o
de vigilia afecta al tiempo de reacción en los registros nocturnos (se
alargs en relación al acortamiento de sueño), y es, en todo caso.
superior al tiempo de reacción durante el día (Rutenfrants y col*.,
197S).
Las tareas de búsqueda serial han sido investigadas
reiteradamente en cronobiología, tanto en estudios circunscritos al
período vigil (Blake, 1967), extendidos a la noche (Fort y Mills, 1976;
Hugues y Folkard, 1976; Klein y cois., 197S) y en situaciones de
25
aislamiento (Folkard y cois., 1963; Mont: y cois., 1983). Hay acuerde* en
todos ellos respecto a la forma de la curva a lo largo del día y a su
variación paralela a la curva de la temperatura corporal, incluso en
situaciones de aislamiento, donde se ha mostrada que coinciden también
en la longitud de su período libre. La realización de esta tarea es
sensible a La depravación de sueño <Webb, 1965; Webb y Levy, 1962)
especialmente en personas mayores de 40 años.
Los estudios de cambio de horario han puesto de manifiesto oue e3
grade de ajuste en la realización de este teres es más rápido después
de un adelanto de fase que después de un retraso (Mills y Fort, 1975),
y mes lento que el de otras mé~ complejas en circunstancias de
aislamiento social (Rugues y Ftll-erd, 1976).
En las tareas de búsqueda serial el número de elementos que hay
que localizar, entre un conjunto de otros similares, es variable.
Aunque se disponga de la posibilidad de comparar con el modelo durante-
la prueba, estas consultas o bien harán disminuir el número ce
elementos intentados si el tiempo está limitado, o bien aumentará el
tiempo requerido para acabarla si no hay limite de tiempo. Por le
tanto, la memorización de los blancos mejora los resultados; se puede
decir, pues, que la carga de memoria en estas pruebas cambia. FoHerd y
cois. (1976) investigaron la influencia de esta variable en tareas
que consistían en localizar S, h ó 6 letras en un conjunto, encontrando
que la forma de la variación circadiana se modificaba desde la típica
en esta clase de tareas hasta su completa inversión respecto a la curva
de temperatura -nivel nás alto por la mañana que por la tarde- a medida
que el número de letras "blanco" aumentaba.
26
De la literatura consultada sólo se ha encontrado un trabaje en
que se estudie la variación periódica de rendimiento bajo condiciones
naturales en tareas de vigilancia. Su curva responde al patrón típico
de este grupo, con la caída en rendimiento de la 1 de la tarde mes
acusada que en otras tareas similares salvo la de búsqueda serial. Sin
embargo, dada la propia naturaleza de la tarea y su similitud con
algunas situaciones laborales, ha servido para establecer los efectos
de la deprivacién. duración y alteración del patrón de sueño en
numerosos estudios (Alluisi, 1972; Angiboust y Bouars, 1972; Horne y
Uilkinson, 1985; Johnson y COÍE., 1972; Taub y Berger, 1973; Webb.
1982, 1985; ). En la mayoría de ellos -salvo el de filluisi (1972) y el
de Angibcust y Bouars (1972), en los que los estímulos presentados
fueron visuales-, se han utilizado pruebas de vigilancia auditiva,
especialmente la de Wil
Hay contradicción entre los resultados de reducción de sueño. En
tanto que Taub y Berger <1973) encontraron diferencias entre sujetes
que mantuvieron sus horarios de sueño y los que lo redujeron o lo
aumentaron en el tiempo de reacción ante d&s estímulos y en el non<erc
de errores, Horne y Wiltcinson (19B5), que administraron la prueba con
intervalos más cortos de tiempo, no corroboraron estos resultados.
La deprivación tuvo consecuencias negativas en el rendimiento
(Angiboust y Gouars, 1972; Webb, 198S, 19S5); y no se encontraron
efectos diferenciales entre deprivación de sueño S y sueño REM (Johnson
y cois., 197E).
27
Por otra parte, como es logice, la duración de los períodos de
trabaje y descanso tienen también efecto sobre el
rendimiento,como puso de manifiesto la investigación de Alluisi (197£)
que, con un protocolo complejo consistente en redistribuir los horarios
de trabajo-descanso habituales de un grupo de pilotos durante más de
10 días por diversos horarios alternativos, mostró la idoneidad pare
este tipo de actividad laboral de 4 horas de trabajo seguidas por *t de
descanso.
En las primeras investigscioneE que incluyeron medidas en tareas
con más preric-rcinio de componentes moteres que las vistas hasta sht-?,
se recurrió frecuentemente a pruebas co/rs repartir y barajar cartas,
tambor ilear y medición de 1? fuerza del puño. Las dos últimas
proporcionan una medida mas fisiológica que psicológica, y su
resliíación no mostró efecto de la hora del óia en aislamiento (fi-szhc-i-f
y cois., 197E). Kleitman (1973) y Blake (1967) establecieron que la
venación típica en la ejecución de la tarea üe repartir cartas es
similar a la del ritmo de temperatura: aumento progresivo durante 1?
mañana, acrofase por la tarde y descenso posterior. Ls»s
entre ambos autores son la local i ración precisa del punto de
rendimiento (y temperatura más alta), que es más tardía en el trebejo
de Blake, y la prolongación de la caída del rendimiento del mediodía
encontrada por el mismo autor.
has recientemente se ha recurrido a las pruebas psicomotoras da
barajar'' y repartir cartas, cuya realización exhibe una variación
circadiana similar, según se ha demostrado en estudios de aislamiento
28
(HuQues y Folkard, 1976), cambios de horario (Halberg, 1970 -cit.
Colquhoun, 19S1-; Hugues y Folfcard, 1976; Jansen y cois, 1966; Klein ,
cois., 1977), y de deprivación con toma de datos continuadamente (Fort
y Mills, 1978; Frtberg y cois-, 197£; Mullaney y cois., 1983a, 1983b).
La acrofase de rendimiento se sitúa al final de la tarde -en lc-s datos
de Frcberg y cois. (1972) entre las 3 y las 9)- y el nadir por la noche
entre las 1£ y las 5 de la mañana en que se inicia una subid? en el
rendimiento, a pesar de la acumulación de sueño de más de £H hor^s
(Mullaney y cois., 19B3) y de 48 horas (Froberg y col=., 19"E). En
efflbos estad ios también se h?n puesto de manifiesto los efectos
negativos de le pérdida de sueno. Le somnolencia "normal", incluso,
aumenta el tiempo empleado en repartir cartas teniendo en cuenta SJ
valor establecido (Seidel y cois., J9B5).
Algunas tareas más se pueden incluir dentro del último grupo: el
dibujo en espeje (Kleitman, 1963) y en espiral (Froberg, 1977), que
siguen el patrón establecido en las anteriores.
29
6íí!?S§ £Íü£3ííͧDei Y. reDíliffliento en tareas de t¿eo ¿I
Existe un acuerdo general entre los distintos autores (ver
Colquhoun, 1971, 197E» 1981, 198S; Felkard y Monk, 1963, 19e¿>; de
Vries-Griever y Meijínan, 1987) sobre la tendencia exhibida por ls =
tareas que demandan un procesamiento más complejo a lo largo del día.
La acrofase, precedida por un rápido ascenso, se sitúa hscis el
mediodía, momento a partir del cual se inicia un decrétente* progresivo.
Sin embargo, la carga de memoria empleada en la realización de cede vo?
de ellas es una variable determinante de la forma de la curve y ds la
ubicación de los picos de máxime y mínimo rendimiento. Co^c se ha
comentado previamente a prepósito de las tareas de búsqueda serial, EÍ
la carga de memoria es alts, el ritmo de ejecución es inverso a] de 1?
temperatura; si es media, se corresponde con el patrón que hem?=
descrito como típico en tareas cognitivas, y si es baja, coincide con
el ritmo de temperatura, y con las tareas englobadas en el Tipo I
(Fc-lkard y cois., 1976).
El razonamiento verbal constituye, dentro de este grupo, un? de
las tareas mejor caracterizada desde la perspectiva cronobioldgica. EE-
ha demostrado que su variación circadiana -probada a lo largo de 2¿t
horas- oscila en torno a valores máximos hacia las 1£ de la meSana, y
Mínimos hacia las 6 de la madrugada (Fort y Milis, 1978). En estudios
de aislamiento prolongado (Folkard y cois., 1983; Monk y cois., 1983),
la longitud de tu período se situó en torno a las Sí horas,
independizándose del ritmo de temperatura cuando los sujetos fueron
forzados, mediante la técnica de desintonización fraccionada de
30
Wever, a períodos superiores e inferiores 3 £4 horas. La deprivacien de
sueño hace disminuir el rendimiento en esta prueba (Webb, 1985) y la
ingesta del mediodía aminora su ejecución aunque el propio Snúth
descarta la comida como causa de esta observación, proponiendo en su
lugar factores endógenos que no precisa.
A pesar de la demostración de la íntima relación entre la
temperatura corporal y la estimación subjetiva de tiempo (Kleber y
cois., 1963; Baddeley, 19é6>, y de la variación periódica en la
realización de este tarea (Thor, 1966), Blake (1967), quien estableció,
come se he comentado, un paralelismo entre la temperatura y c¡
rendimiento, no encontró efecto significativo de la hora del dís. En
cambio, Ptaff (196B) obtuvo resultados positivos respecto a ambas
cuestiones; su observación acerca de una relación positiva entre
aumentos en la temperatura corporal y la apreciación subjetiva de que
el tiempo pasa más rápidamente -contraria a la de Thor- parece que
tiene cierto apoyo (Baddeley, 1966; Hoagland, 1933; Kleber y cois-,
1966), aunque la escasez de estudios al respecto no permite establecer
conclusiones firmes- De los resultados de ftngiboust y Gouars (197c) se
puede pensar que, mientras la temperatura va subiendo (10-12 horas>, la
precisión en esta prueba es mayor que cuando va bajando (0-B horas, 3-5
horas), aunque los efectos de la deprivación el sueño deben influir
notablemente en el nivel de ejecución. De confirmarse la teoría de
Ptaff, la estimación del tiempo se apartaría de la pauta periódica del
resto de las tareas de este grupo.
La acrofase en el rendimiento de las pruebas de cálculo mental se
localiza antes del mediodía (Blake, 1967). Su periodicidad circadiana
31
se ha detectado en estudios prolongados durante la* horas preferidas
para dormir (Klein y cois., 1977) y de atención sostenida hasta 45
horas (Mulleney y Kripke, l9B3a, 1983b), corroborándose también la
tendencia diurna establecida. No obstante, la deprivacic.n (Mullaney y
cois., 1983a, 1983b, Hebb, 1982, 1985) e incluso la reducción (Tsub y
Berger, 1973) de sueño conllevan caídas espectaculares ei, e¡
rendimiento. El ajuste de este ritmo a un nuevo horario después de
cambios de 8 horas, en aislamiento social, es completo y más rápido que
el de tareas más simples (Hugues y FoHard, 197ó>.
Las va^iaziones periódicas más extensamente estudiadíiE dent'-o de
este grupo son probablemente las de mEmona. La superioridad del
aprendizaje de sílabas sin sentidc> durante la risnsna ys fue otservsc?
personalmente por Ebbinghaus (1835 - cit. Colquhoun, 3 9S1-) y
confirmada por Laird (19E5 -cit. Lavie, 1980). Más recientemente se hs
establecido el mayor rendimiento matutino en tareas de memoria a corto
plaso (Blake, 1967; Folkard y cois., 1977; Foltíérd y ttoní:, 19S0; Hoc¡6,
y Colquhoun, 197E). Estos últimos autores determinaron la e;;iEtencia de
una tendencia opuesta en la tncroona a largo plazo. También ha,-
discrepancia respecto al efecto de la depnvacien del sueño en el
recuerdo inmediato y en el demorado; en tanto que el primero se
deteriora drásticamente <Mullaney y cois., 1933a, 1983b; Webb, 19B5),
el segundo no parece afectarse (Ucbb, 1985). Las diferencias entre c]
recuerdo inmediato y el demorado, junto con la influencia de la carga
de memoria en la curva de rendimiento de las tareas cognitivas
superiores, ha originado una línea de trabajos que constituye una
aproximación a la búsqueda de los agentes subyacentes a la periodicidad
33
en este tipo de tareas, distinta a la tradicional en cronobiología que
se orienta más a las relaciones de los ritmos con los ciclos de susño-
vigilia y de temperatura.
Ciertos indicios (Folkard, 1980; Folkard y Monk, 1979, 19S0;
Sunter y cois., 1983a) acerca de la utilisacic-n de estrategias OE
procesamiento de mantenimiento por la mañana y de procesamiento
semántico por la tarde, con un enfoque atencional hacia los aspectos
relevantes, har. inducido a investigar más extensamente el efecto de \s
hora dEl día sabré la memoria ds testos. Les resultados han confir^ídc
que loe sujetds codifican el material de manera diferente pc>r la tarde
que por la mañana: a última hora retienen lo más importante y captan
mejor las incoherencias en el te::to, cuando se les interroga pBsadc- un
cierto período de tiempo (Fclkard, 1980b; Marks -/ Folkard, 19EE). En ] s
misma linea se sitúa el hallazgo de Oakhill Í1933.1-: una fn?.or
disposición de los sujetos a integrar ideas por la tarde, en tanto que
la superioridad matutina en la meir.ciria inmediata parece estar ba=sd= en
el recuerdo al pié de la letra, de una manera superficial, lo q^e
explicaría su peor recuerdo a largo plaro. Poirel y Larouche U93"7),
que también han confirmado un mejor rendimiento en las primeras horas
en tareas de memoria a corto plazo, consideran la posibilidad de qi'e se
produzca una interferencia en la integración, que impida U
organización el material y su recuerdo aplazado. El íntimo paralelismo
entre las ondas theta, indicadores de emocionalidad (Malter, 1954 -cit.
Poirel y Larouche, 1987-), y el mayor grado de olvido así lo
sugerirían.
Si bien han quedado establecidos los efectos de la hora del día
33
sobre el rendimiento, la persistencia de la fluctuación en 2h horas, a
pesar de los efectos negativos de la deprivación y reducción el sueño y
la endogeneidad de estos ritmos, quedan aún muchas cuestiones por
aclarar. Quizás la. más importante de ellas sea las relaciones entre los
distintos ritmos de ejecución y otras funciones, pues su comprensión
permitiría arrojar luz sobre los procesos subyacentes a los ritmos.
Históricamente ha habido varias perspectivas desde las que se ha
abordado el problema. De ellas, sin duda la teoría del "arousal" ha
sido la más influyente (ver Colquhoun, 1971, 1972, 1981; Folkard y
ttonk, 1703). Básicamente esta teoría establece que las variaciones
periódicas en eficiencia están mediatizadas por un ritmo circadiano en
el nivel del arousal* Sus raíces se localizan en la proposición de
Hichelson (cit. Folkard y Monk, 19B3) sobre las variaciones en el nivel
de somnolencia que es máximo a medianoche, desciende rápidamente hasta
las 7 de la mañana, y desde este punto progresivamente llega a alcanzar
el mínimo a las 5 de la tarde, después de un pequeño incremento a
mediodía. La teoría fue retocada por Gates (1916), que la relacionó con
la "anemia" de sueño de Howell (1897) -ambos citados por Lavie (1980) y
Folkard y Monk U983)-, y especuló sobre la existencia de una curva de
somnolencia diurna, indudablemente un concepto muy próximo al de ciclo
suefio-vigilia.
Kleitnan, tras una serie de experimentos en ios que estableció
el paralelismo de la variación diurna de la temperatura con la del tono
Muscular (Kleitnan y Dortorsky, 1933), con el rendimiento en tareas que
suponían actividad muscular (Kleitaan, 1933), y con la tarea de tiempo
,34
de reacción (Kleitman, 1963), concluyó que la relación del ritmo de
temperatura con el de rendimiento es causal, bien porque aquella es un
reflejo de las reacciones químicas implicadas en los procesos mentales
subyacentes a la realización de tareas, bien porque cuando los niveles
de activación metabólica cerebral son altos, consecuentemente, la
temperatura corporal y la rapidez de procesamiento aumentan. Kleitman,
pues, incorporó la temperatura a la teoría del "arousal". Se ha
desmentido este vínculo causal (Rutenfrantz y cois-, 197E), que además
se rompía a mediodía pues la curva de rendimiento cae en tanto que la
temperatura se mantiene (Blake, 1971; Colquhoun,, 1971; Hockey y
Colquhoun, 1972). No obstante, hay que tener en cuenta el paralelismo
entre ambas variables, que persiste aún cuando los sujetos se ajusten a
cambios rápidos de horario de sueño y de vigilia (Colquhoun, 1971), y
que la temperatura es un marcador de "arousal", puesto que sus cambios
afectan al rendimiento, y que agentes estresantes elevadores de arousal
también elevan la temperatura. Por ello, se incluye como ritmo de
referencia básico en muchos trabajos.
En base a datos sobre los efectos combinados de la hora del día
y otros factores que afectaban al nivel de "arousal" (extraversión,
conocimiento de resultados y ruido blanco -Blake,1971-), Colquhoun y
cols.í1 apoyaron la idea de que las variaciones en rendimiento se podían
explicar dentro del marco de la teoría del arousal , por un ajuste a la
función de la U invertida de Yerkes-Dobson. Este «odelo establece que
tras alcanzar los niveles óptimos de arousal, el rendimiento cae. Como
hay diferentes funciones para los distintos grados de dificultad de la
tarea, el ándelo se ajusta a las curvas de búsqueda serial sencilla y
de memoria de trabajo (Honk y Folkard, 1987).
Ahora bien, la aseveración de que la mejoría del rendimiento
durante el día se debe a incrementos en "arcusal" y QUE el
empeoramiento se debe al sueño, tropieza con algunas objeciones
señaladas por Colquhoun (1982): que el ritmo de rendimiento en la?
tareas más sencillas se ajusta más a aumentos en "arousal" que el de
las tareas más complejas; que no hay diferencias en la variación diurna
de rendimiento entre las tareas de detección largas y cortas; que el
arousal'detenora el rendimiento de algunas tareas como las de memoria
inmediata; y que no existe coincidencia temporal entre las acre-fases
del rendimiento en tareas repetitivas v del * arousal estimad
sub jet i vamente.
Vanos factores han llevado a entender la teoría
muítioscilatorla del ritmo circadiano humano al terreno del rendimiento
(Folkard y cois., 1983, 1985; Fclkard y Monk, 1987; Moni v cois.,
1983): la consideración de diferencias en la rapider y dirección del
ajuste tras cambios de horario impuestos por un réqímen laboral
rotatorio, por viajes transoceánicos o en condiciones experimentales
<Folkartí y Monk, 1987; Monk y Folkard, 1985); y las diferencias en la
duración de los períodos libres de los ritmos de rendimiento, er
razonamiento verbal y búsqueda serial, en sujetos aislados de
sincronizadores, o forzados por agentes artificiales a días más largos
o más cortos de los habituales (Folkard y cois-, 1983; Mont y
cois.,1983). Así, habrá tareas que estarán controladas por un oscilador
•ás rígido, las tareas del Tipo I, cuya relación con la temperatura es
obvia, y otras (las del Tipo II) a cargo de un oscilador más flexible,
probablemente el responsable del sueño y la vigilia.
36
Esta proposición, basada en un modelo aceptado para otras muchas
funciones, y con una evidencia experimental indudable aunque aún re-
suficientemente completa en IDE estudios de aislamiento, ni lo
suficientemente clara en los de acomodación & nuevos horarios, sin durift
ofrece una vía para la investigación de los mecanismos generadores de
lss oscilaciones en rendimiento. La teoría del procese ni ente* de ]?
información, circunscrita en cronobiología por ahora a variaciones en
memoria, representa la perspectiva psicológica de las riETiandes de le-=
tareas en el enfoque de tales periodicidades. Aunque menos nurr>=;'oE:>£,
sobre todo En relación a ritfros circadianos en rerdiciiento, ro faltfr:
estudios con técnicas electroencefalografices. Ls= observaciones de
Foirel y Lciroucne (1937) ys ct^entsdas, junto e las pue recogen de
Vries-Briever y Mei jraan (19S7) sobre las relaciones entre actwidr>d
"física elta del sistens nervioso y rendimiento superior en ¡tetc -ia $
largo plazo, y entre actividad tónica y rendimiento alto en memoria a
corto plazo, constituyen un buen ejcr.pici. La aportacic-n desde esta otra
área vendría déds por sus indicaciones indirectas de procesos
corticales subyacentes.
37
Eircadianos y estados de humor
Las variaciones periódicas de los estados de humor se conocen mss
por los estudies de ritmos en ejecución, que suelen incluir alguna
prueba o cuestionario, normalmente para detectar fatiga,, que per
estudios centrados específicamente en el tema. En la mayoría de les
CPS-CS, la técnica utilizada para obtener las medidas corresponda entes
es el auto informe, bien en forme de preguntes directas, bien cono
listas de adjetivos que configuran escalas de distintos estados úz
humor o activación. Esta = listas de adjetivos, construidas desde bases
teóricas diferentes, aislan dimensiones c estados de ánit-o que SE
enmarcan dentro de ellas, lo que dificulta su comparación y, por tanto,
la extracción de conclusiones respaldadas per suficiente literatura.
Los estados de ánimo o de humor de los que se ha encontrado informecién
obtenida en protocolos adecuados para investigar el efecto de ls hora
del día sin manipulaciones experimentales que los modifiquen son:
depresión, energía Carousal energético*), ansiedad, tensión y fatiga (de
Castro, 1987; Hauty y Smith, 1972; Thayer, 1976, 1937),
Los sentimientos de depresión no han mostrado variación a ic
largo del día (de Castro, 1987) en un estudio en el que las sesiones se
distribuyeron a lo largo de 18 horas, separadas por un intervalo de 1
hora. Este resultado contradice los de Abe y Suzuki <19B5), quienes
encontraron una mayor tendencia a sentirse peor por la «anana a partir
de los SI años, y los resultados opuestos de Robbins y Tanct: (19B7)
cuyos datos no son realmente cronobiológicos. Tampoco la tensión SE
•ostro sensible a los efectos circadianos (Thayer, 1907). El nivel de
38
energía es bajo en la mañane pero ve subiendo hasta el medicáis,
momento a partir del cual decae progresivamente para llegar a ICE
mínimos de noche <de Castro, 1987; Thayer, 197B, 1987; Thayer y cois.,
1968).
La curva de ansiedad sigue un patrón opuesto, declinando desde la
mañana hasta las 5 o 6 de la tarde, donde se inicia im aumente,
alcanzando la acrofase hacia las llp./n. (de Castro, 1937).
For último. la fatiga nuestra aumentos ostensibles a partir oe
las 7 de la tarde <Hsuty y Srcith, 1972). También se ha detectado ls
existencia de un ritmo circadianc de fatiga y estrÉE, con la acre-fase
hacia las 3-5 de la madrugada, y aumentos progresivos en ambos estados,
en un estudio en el que la deprive-ción de sueñe se prolonga durarte 3
días (Frbberg y cois., 197E). Por otro lado, el cansancio, con valores
manimos hacia las 5-7 de la maraña y minióos hacia las 4-9 de la nc-chs,
presenta un patrón claramente contrapuesto al de la actividad (Fort y
Mills, 1972>. Incluso la reducción del sueño aumenta la sensación rte
fatiga y de somnolencia, respecte a los que mantienen un? longitud
habitual del dxa, hacia el mediodía, y respecto a los que duermen mas
de lo habitual, hacia media tarde (Taub y Eerger, 1975).
Los mismos autores señalan que el desplazamiento del horario del
sueño produce incrementos significativos en los sentimientos de
hostilidad por la mañana respecto a los cambios de duración del sueñe.
y que ambas manipulaciones afectan a los niveles de fatiga, somnolencia
y energía al mediodía, y los de activación a media tarde. Nc obstante.
39
también están descritas disminuciones en somnolencia después del
desplazamiento de los horarios de sueño y reducción del sueñe
(Akerstedt y cois., 1982). Esta cuestión resulta de gran interés en la
esfera laboral para la salud y el rendimiento de los trabajadores qi.>e
rotan. Debido a que ls somnolencia, que exhibe un curso circadianc-,
sirve cono inductora o señal par* dormir, sus reducciones dificultarán
la aparición del sueñe, disminuirán por lo tanto el tiempo total de
sueño en estes personas con rígidos patrones de trabajo, aumentarán su
fatiga, etc.
Una cuestión en la que resultaría interesente profundiza e= la
influencia del humor, particula~r«rite las sensaciones de somnolencia,
fatiga, cansancio, vigor y alerta sobre el rendimiento (Fort y Mills,
197£>; esí como las relaciones entre estas inedidñE subjetivas di
'"arousal" y las objetivas como la prueba de latencias múltiples de sueño
<MSLT) í Car scadon y De.itent, 198£> que detecta cambios
electroencefalograficos asociados con una disminución en el estado de
alerta. Es sorprendente que no se hayan encontrado relaciones entre el
rendimiento en una tarea psi como tora (repartir cartas) y el MSLT
(Seidel y cois., 1984). Aunque en este estudio, orientado a detectad-
variaciones diurnas de somnolencia en un grupo de insomnes y sus
diferencias con otro de control, no se obtuvieron más que una medida de
humor por la mañana , y dos de ejecución, una por la «anana y otra pc>r
Ia tarde, por SO de somnolencia objetiva. En el excelente trabajo de
Home y Wikilson <19B5), diseñado para evaluar los efectos de la
reducción crónica en una hora y media o dos horas del sueño <faEe c >
REM) sobre la somnolencia y el rendimiento, tampoco se comparan o
correlacionan las variables estudiadas. Akerstedt y cois. (198E;
40
señalan que esta prueba debe ser combinada con la realización de tareas
sensibles a la fatiga, por ejemplo, de vigilancia, con el fin de
obtener información más precisa sobre los cambios diurnos de la
somnolencia y su repercusión en el rendimiento.
Ritmos circadíanos y diferencias individuaos
Las variaciones circadianéts, a efectos de la hora del día en les
funciones psicológicas, no reflejan meramente cambios cuantitativas en
"arousal" o conciencia, sino que parecen responder también a otros
factores. La propuesta de un control muítioscilatorio de estos últimos
(Monk y cois, 1983), en base a la independencia y distinta duración de
los períodos del rendimiento en tareas que implican procesaráento
diferente, asi lo demuestran.
En las variaciones periódicas en el rendimiento intervienen otros
factores de índole personal, a ssber, la motivación y las diferencias
individuales. El papel que desempeña la motivación es impórtente aunque
ambiguo. Por una parte, puede modificar la amplitud de 1* t-scilscjin
{Chiles y cois., 19¿c), distorsionar el efecto euferizsnte de la
"última prueba" de Blake Í1967), o abolir los ritmos cuando se
establece une situación competitiva entre los sujetos que participan en
un e;;per invento, o de un sujeto consigo miEffio <ver Colquhoun, 1*51;:
aunque por otra parte, ha resultado imprescindible para 1?
manifestación del ritmo circadie.no, como parece deducirse de ICE
resultados de Khaleque y Verhaegen (1981), que sólo la detectaron en un
grupo de trabajadores que mostraron un nivel de rendimiento sito.
frente a otro de nivel bajo.
Una revisión de sus datos previos, reveló a Blake (1971) que l£=
efectos de la motivación fueron más acusados en individúe;
que en introvertidos.
42
Con independencia de- EU ínter arei¿I I con la motivación, rstes
dimensiones do personalidad ee han tomado en cuenta en varios estudios,
llevados a trabo entre la dérada dr los 60 v 70, pues subvarcti a rscitr is
diferencias de fase, tanto en la curva de rendimiento como on la tir.
temperatura, Apoyarían esta opimcn las obscr vatcjOMOs sí't«tr ttu=i
superioridad de los introvert idos ooro antes <íci meo1 í ort i e (tíiai:c-.
Colouhoun, 1960; CoJquhoun v (Jr.( CPI atj, iv6¿t> c-w cJ f cudiitijcnto eit
tarea de irispccción v isua l ! v sobre ni retraso on is acrot^sc <1ci ritia>.-
de t£-ffi[(f!ratiii a y su ntátvot var ish i 3 jrtsel c¡i Jn= CÍ:1I SVL-Í t idns.
principalmente en los establos- var iabi l idad -VIQ ÍGE coníc-viiá íñavt--.
capacidad ric adbiptacJóh íUolquhoutt y f-dkai rf, l9V8« cu h3=*- á datos ri^
Blake. 1V69>. No fa i tan rcEUitados ncaativos, ni rosoecto é i>
teiripDratura ÍCclguhoun. Í97?; kvsi-nck y í-oJkasdr JVBO; Híu he- v nsthn o,
1977), ni respecto al rcndidiionto íBiakc. i.9711. Odio v r n i s . , iSl7i¿>; s-
bict i . i Ecicntemvnte, Ihayoi í.19SB) ha obtoiudo djft?iorir3a= r-íi ]=•=
acrofases de? temperatura entro los do= tipo= de =u.ic-to=.
i.a iyrf iucíicia dr> estos rasnos dr- peí soiía] idatl sf»tnr }a molivaí 3ÓÚ
ha sido postulada por Bíake Í1971), anión encontró que Di, ctci . to de 3..,•
úl t ima prueba (aumc-rito del rendit)ticritc>> os m¿s =titia=i(i<. en íi<s
ex t raver t idos .
Tampoco hav acuerdo acerca cíe las rc-J-sciortDS eriti c flt&lut] uidctd
vespert inidad s in t rovers ión cfstravE?rsión, denotándose una dóbií
teridencia rteqativa entre extravers ión v ínatutjrnddd como
en todos los estudios (Kcrkhof* 1985).
43
Las diferentes tendencias diurnas que manifiestan los individuos
intro y extrovertidos parecen venir dadas por sus hábitos de vida,
especialmente por sus horarios de sueño y vigilia (Kerkhof, 1935), que
obedecen a una elección subjetiva en base al "tipo" de personalidad o
que, impuestas por circunstancias, inducen a los individuos a llevar
una vida más aislada, o a comunicarse socialmente; actividad que ocurre
preferentemente al final de la tarde y por la noche. Los hallazgos de
LarsEn (19B5) sobre que el factor sociabilidad cusr,te. más que el de
impulsividad para los efectos de la hora del día estén en esta Unes.
En efecto, parece que en la adopción de los horarios para irse ? ls
carne y para levantarse, asi corno en la duración (Hartstsnn y cois.,
1972) y en la variabilidad del sueño <7aub, 1?73) intervienen, no s¿3o
loe mecanismos endógenos generadores de ciclos, sino tsc.bíén rasgos de
personalidad íTaub y cois., 1978!. Se han descrito los tipos o'e
personalidades o rasgos psicológicos de las personas dormilonas y de
las que duermen poco, de las que tienen un suc-ño regular y de las que
muestran patrones irregulares de sueño, pero estas cuestionas son
marginales desde una aproximación cronobiológica. Mas cruciales son los
efectos del emplazamiento, extensión y patrón de sueño sobre distinots
ritmos. A este respecto hay datos de que las diferencias crónicas en Ll
horario de sueño pueden enmascarar algunos ritmos circadianos (EenDit y
cois., 1981). Es por ello que la distinción entre matutinitísd-
vespertinidad, en base * hábitos horarios, ha ido cobrando más
relevancia en cronobiología.
Las observaciones de O'Shea (1900), Jundell (1904) y Marsh
(1906), todos ellos citados por Kerkhof (1965), sobre la influencia de
44
tales hábitos sobre la curva de temperatura, constituyen las primeras y
ñas remotas referencias a esta condición. También son dignas do
destacar la descripción de 1*6 costumbres y del estado a lo largo del
día de les tipos matutinos tque se fatigan por la tarde.
consecuentemente se acuestan pronto, tienen latericias cortas para
dormir, alcanzan en peco tiempo niveles profundos de sueno, que se ve
aligerando hasta el momento en que se despiertan, encontrándose
entonces plenamente alertas) y de lc>s vespertinos (en términos
opuestos).
Los comentarios de Winterstein Í193S, -cit. en Kerfchof, 1987)
sobre la peor tolerancia de los matutinos a la deprivación de sueñoj
sobre la adscripción de las diferencias de los horarios y la amplitud
cíe sueño a variaciones en el equilibrio entre el sistema nervioso
simpático y parasimpático ÍLeopold-Levi, 1932) y sobre la consideración
de las distintas curvas de rendimiento tuna continua subida desde 2e
«anana a la noche; una bajada continua, un aumento seguido de un
descenso, y una disminución y un aumento posterior), comunicadas por
los autores cuyos trabajos revisó, aluden a que todo ello refleja los
hábitos de los sujetos, y, por tanto, se deben a diferencias entre
ellos (Freeman y Hovland, 1934). Todos estos trabajos contemporáneos a
los referentes a las variaciones en rendimiento demuestran, en general,
no tanto la existencia de una tradición en esta línea (como suele ser
habitual en la mayoría de los temas que se abordan) COMO la obviedad de
las diferencias entre ambos tipos óm individuos. Conviene resaltar la
notable aproximación a la realidad de muchos de ellos.
45
El establecimiento de las categorías definitivas de matutinidad-
vespertinidad corresponde a Kleitman (1939, cit. Kleitman, 1963) quien
redujo los cuatro tipos de curvas de ejecución descritos por Freeman y
Hovland (1934) a dos, según la ubicación de los picos de temperatura y
de rendimiento óptimo al comienzo o al final del período vigil, e
identificó también la del tipo intermedio, indiferenciada desde el
punto de vista de su tendencia circadiana íal que consideró de
importancia secundaria). Así, la matutinidad y la vespertinidad
representarían los extremos de un continuo en cuya zona central se
situarían los intermedios.
Para la caracterización de individuos como pertenecientes a
alguna de las tres categorías se han desarrollado cuestionarios; el más
difundido es el Cuestionario de Matutinidad-Vespertinidad de Horne y
Otsberg (1976), cuarta y definitiva versión del que Oquist Í1970, cit.
Horne y Otsberg, 1976) diseñó en lengua sueca y Otsberg modificó en dos
ocasiones (1973a, 1973b) para su adaptación a estudios de ritmos en
ingesta y de cambio de horario laboral. Patkai (1971) observo la
inclinación de los introvertidos y extrovertidos hacia la matutinidad y
vespertinidad respectivamente, con un resumen del cuestionario sueco.
En el presente trabajo se ha utilizado la versión castellana del
•ismo (Rubio y cois., 1966) por lo que se describe en el apartado
correspondiente. Aunque en la aplicación original, una extracción al
azar de *tB sujetos entre 150, arrojó una distribución de 18 Matutinos,
10 indeterminados y 80 vespertinos <Horne y'dtsberg, 1976), en algunos
estudios posteriores (Kerkhof, 19B4; Posey y Ford, 1971$ Torsvall y
Akerstedt, 1980) se ha encontrado que la distribución de estos tipos en
-46
la población no difiere de la normal, y en otros, un cierto sesgo hacia
la vespertinidad <Mecacci y Zani, 1933; Rubio y cois., 1988; Isbishar;?
y Saitoh, 1984).
Con otro cuestionario más amplio ÍFolfcard y cois., 1979; Moeg,
19SIÍ, que viene a ser una ampliación del de Home y Otsberg, se ha
aislado el factor matutinidad-vespertinidad. Como ya se ha comentado,
la distinción entre ambos tipos de sujetos se hizo inicia]siente $
partir de sus hábitos horarios. En los cuestionarios tan-.bién se han
encontrado las mayores diferencias entre ellos en las preguntas sobre
sus actividades a las primeras y últimas horas del día (Kerkhof, 1955).
Además se ha establecido la existencia de correlaciones positivas entre
las horas reales de acostarse y de levantarse durante período* de
distinta duración ÍLarsen, 19S5: Mecacci y Zani, 1983) y les horas que
previamente habían designado CORO preferidas. En base al cómputo tie
datos procedentes de varios trabajos, Kerkhof (1985) ha calculado que
los matutinos se acuestan o caen dormidos 83 minutos antes, y se
despiertan o levantan 7£ minutos antes que los vespertinos; jimbas
estimaciones se ajustan bastante a los resultados de Ishishara y cois.
(1987>: 90 minutos a la hora de acostarse y 7? minutos a ls de
levantarse, significativamente diferentes entre los dos grupos
obtenidos con registro poligráfico de sueño.
Este adelanto dfe fase en su horario no constituye la única
diferencia entre el sueño de matutinos y vespertinos. Se ha confirmarte
•n varios trabajos que la hora de levantarse, y en menor medida la de
acostarse, son más fijas en el primer grupo íForet y cele., 198S;
47
Kerfchof, i 984; Ishishara y cois., 1987; Webb y Benet, 197B), lo que
indicaría una mayor rigidez de los matutinos. Este tipo de individuos
responde a un retraso en la hora de acostarse con un acortamiento del
tiempo total de sueño, y una disminución en el nivel de arousal al día
siguiente. En cambio, los vespertinos mantienen constante el tiempo
total de sueño (Kerkhof, 1985). Estas diferencias se han relacionado
con las dinámicas de sus curvas de temperatura. En efecto, en los
matutinos la subida es más rápida (Wever, 1979), y si el oscilador que
controla este ritmo también determina la hora de despertarse, como se
deduce del hecho de que durante la desincroniaación coinciden ls
mayoría de despertares con la subida de la temperatura CCzeisler y
cois., 1980; Zulley y cois», 1981), entonces tendrían menos tiempo y
ocasiones para despertarse.
Ishi5hara y cois. (1987) también comprobaron que las latencias de
sueño REM diferían sinnifxcativamente entre ambos tipos de individuos.
tanto más cortas cuanto más matutino resultaba el individuo según su
puntuación en el cuestionario,, aunque estaban dentro de valores
normales. Según los propios autores, la interpretación de este
resultado no se puede hacer en base a las diferencias circadianas entre
ambos tipos de individuos» En efecto, dado que la propensión al sueño
REM manifiesta un ritmo circadiano y que este ritmo está eisparejado
intimamente con el de temperatura corporal (Czeisler y cois., 1980)
cabría esperar que el nadir nocturno de esta última variable ocurriera
en la primera mitad del sueño en los matutinos y en la segunda mitad
del sueño en los vespertinos, y que la cantidad y la distribución de
REM fueran diferentes en ambos grupos. Ninguno de estos hechos fue
observado por Ishishara y cois. (1987) que, de otro lado, tampoco
48
encontraron diferencias en la propensión al suefto lento <una de las
causas del acortamiento de la primera latericia REH, Boberly, 1985).
El adelanto de fase de los matutinos respecto a los vespertinos
también incluye la acrofase del ritmo de temperatura, como se puede
sospechar dada la rápida subida del grupo matutino comentada
anteriormente, y cono se ha comprobado tanto en estudios del período de
vigilia (Akerstedt y Früberg, 1976; Foret y cois., 198S? Horne y cois.,
19B0j Horne y b'tsberg, 1976; Kerkhof, 19BS, 1984; "otsberg, 1973;
Dtsberg y Nicholl, 1973), como en estudios de deprivación (Breithaupt y
cois, 1981; Folkard y cois., 1979; Frofaerg, 1977; Hildebrandt y
Strat tifian, 1979). El desfase entre ellos para esta variable viene a ser
de 121 minutos (Kerkhof, 198S).
En rendimiento, los datos disponibles son «as bien escasos. En
estudios circunscritos al período de vigilia se han encontrado
adelantos de fase en las tareas de detección de señales de 3h SO
min (Rose y cois., 1971) y de 8h 30 min <Horne y cois., 1960). En
condiciones de deprivación, la acrüfase de los matutinos en el
rendimiento en una tarea de vigilancia ocurrió una hora antes (Froberg
y cois., 1977).
Poco se puede concluir de estos datos, obtenidos con diseños y
tareas distintas, aunque todas ellas pertenecen al Tipo I? todo lo más,
la comprobación del adelanto de fase también en ejecución. El único
trabajo llevado a cabo en aislamiento, bajo desincroniíacién de los
ritmos, ha sido el de Monk y cois. (1984), pero no se comenta en la
49
discusión nada referente a la tipología circadiana de los sujetos, doe
Matutinos y dos vespertinos. Teniendo en cuenta sus resultados se puede
afirmar, salvo en el caso del período del ciclo sueño-vigilia que en un
sujeto vespertino se alargó hasta 87 horas, que no hubo diferencias
entre los 4 sujetos respecto a este parámetro en ninguna otra variable
(ritmo de temperatura, tareas Tipo I y de razonamiento verbal); y se
confirmó el periodo inferior de esta última prueba. Esto constituye un
respaldo más a su opinión de que este tipo de tareas es controlado por
otro oscilador.
Debido a su relación con las hábitos horarios, el alerta
estimado subjetivamente constituye el estado de humor del que se
dispone de eás información. Hay coincidencia total entre los estudios
en que la acrofase de su variación circadiana es más temprana en
matutinos que en vespertinos. La cuantía de ese adelanto es de 171
minutos y hay diferencias notables entre los estudios de vigilia en los
que obtienen mayores valores que en los de deprivación íBreithaupt y
cois., 1981; Folkard y cois-, 1979; Foret y cois., 19B2; Froberg, 1971,
1977j Kerkhof, 19B4| Patkai, 1971? Watts y cois., 1983). Este último
desfase coincide con el obtenido por Akerstedt y Froberg (1976), en el
único estudio de campo disponible sobre un período de 17 horas, tanto
en alerta subjetiva como en fatiga.
Variables fisiológicas como la excreción de 17-hidroxicorticoides
también siguen la misma tendencia» pero no la de catecolaminas
(Akerstedt y Froberg, 1976| FrSberg, 1977? tfatkai, 1971), ni la
de electrolitos (Folkard y cois., 1979). Los potenciales evocados
50
cerebrales a estímulos auditivos y visuales, que siguen un ritm:>
circadiano íBrowman y colé., 19B0; Ziramersian y cois., 1983), también
arrojan diferencias entre los matutinos y vespertinos, esta ves en si
nivel medio del ritmo (Kerfehof^ i 985$ Zani, 1985, I9S6). De partícula/
interés resulta este último estudio, en el que ge comprobó no sé-lc la
mayor activación o elaboración de le información de los /r-atutirce por
la mañana y de ios vespertinos por la tarde, smr> también que e=t3E
variaciones diurnas se debían al papel desempeñado por el hcmis-ferit
izquierdo, 1$ amplitud de cuyes respuestas fue sigmf icstivés/perite
superior & las del hemisferio derecho en los matutinos pc-r la íwft&na >
en ios vespertinos por le tarde. La amplitud de los pc-tenriales
evocados en el hemisferio derecho fue similar entre las dos
Asumiendo que este hemisferio deseípeñs un papel en el
de la atención (ver Jutai, í'ít^f W?le y Eeffen, 1986), en tanto que eo
el izquierdo caería la responsabilidad de la focalizscií-n ds la
atención (Zani, 19S6), sería conveniente repetir estos registros cor-
diseños que permitan análisis estadísticos roas esperíficc-= ds
cronobioiegía pare Establecer los parénetros ba=e de estos posibles
ritmos.
Aunque hasta aquí se han c&rr.sntadD sólo diferencias en la fase de
funciones psicológicas y fisiológicas, lo cierto es que también lae hay
en 1» forma de la curva reseñada para la temperatura, nivel y amplitud
del ritmo (Kerfcbof, 1965). Pero la escasez de datos no permite e:;traer
conclusiones. De hecho, las variables más extensamente estudiadas han
sido la temperatura, el horario sueño-vigilia y el alerta es tinada pc-r
aedio de autoinformes. En los tres caeos hay un desfase obvio que viens
51
a ser para alerta el doble que en el horario de sueño-vigilia,
situándose este valor para la temperatura entre los dos anteriores. En
cuanto a la localizacién de la acrofase de temperatura respecto al
horario de sueño (se utiliza el valor más operativo de "punto medio de
actividad'', diferencia entre la hora de acostarse y la de levantarse),
existe contradicción entre los datos de Foret y cois. <I98£) -quienes
ratificaron el patrón habitual (la temperatura alcanza su valer füé i/nc
horas después del punto medio de actividad en los irdividucs
pertenecientes a las categorías circadianas extremas)- y ID* de KerfchDf
(I9S^; -quien halle, que en 1E>E vespertinos coincide dicho patrón, perc
en los matutinos se acortan la= distsnrias entre ambos valores--. A es tí
fílta de acuerdo entre laE relacior.es de sueño y vigilia y tesperetu*?
en matutinos y vespertinos (recordemos también lo comentado entre ls=
del esté-do REri y temperatura), se EUOS la de ambos ritmes respecto si
'arousel* estimado por autoinforms. La acrofase del'aroussl'se adelsnt?
en los tipos de mañana £"alondras">f y se aproxima al punto medio ce
actividad, y se retrasa en los de tarde ("lechuzas"), de modo que
coincide con la de temperatura (Foret y cois., 19GS; Kerkhof, 1984i.
Dada la relación entre el^arousal'y el rendimiento en tsress
verbales (Thayar, 1978), cabría esperar que la variación de 1?
ejecución en este tipo de tareas arrojase las diferencias nás notorias
entre los matutinos y los vespertinos. La proximidad de las acrofasc=
de temperatura y de *aroussl" explicaría que en lo» vespertinas
prácticafnente no hubiera diferencia entre los dos tipos de tarea, puc-E
las de Tipo I están relacionadas con el ritmo de la temperatura y las
de Tipo II con «1 de arcusal.
Cuando no hay restricciones externas, las conductas peculiares de
cada tipo circasiano y los ritmos fisiológicos subyacentes se
•anifiestan abiertamente si se pueden detectar con las técnicas
pertinentes en su estado natural. En este caso, los individuos EOT>
libres para seguir sus propias inclinaciones cronobiclégicas,
manteniendo inalteradas las relaciones entre distintos ritmos. Le
introducción de un sincronizador potente -el horario de trabajo- supone
un desafío ante el que se deben adaptar. El horario laboral mes
extendido -turno de mañana- SE adapta perfectácente a las
característica* de los matutinos, pero resulta ir-compatible con las ds
los vespertinos, que se ven forzados a levantarse ante=» y de ahí el
aumento de ios "matutinos" entre los trabajadores en loa Estudios dE
Akerstedt y Frtberg (1976), Hauke y cols.U979>, Hildebrandt
(1976), Mecacci y Zani (19BH), Rubio y cois. (1988) y Torsvall y
Skerstedt (1979), aunque por la noche h&yan pospuesto ls hora de
acostarse siguiendo sus preferencias.
Así, tal y como observaron fiecacci y Zarti (193^), la duración
del sueño en los trabajadores vespertinos es significativamente meni-
que en los matutinos (que se acuestan significativamente antes) aunque
hayan adelantado sus horarios; en los estudiantes vespertinos de sus
Muestras este adelanto resulta insignificante. La reducción de sueñe, en
este tipo de sujetos puede llegar a ocasionar problemas «n renditnientc-
y bienestar. Con los horarios rotatorios o los viaje* que suponan un
cambio da fase de mas de 6 horas, los más afectados son los matutinos
(Breithaupt y cois., 1978), ert virtud de la rigidez impuesta por la
53
forma del ritmo de temperatura. Los predictores de adaptabilidad-
flexibilidad serían los niveles de temperatura oral y "arousal"
subjetivo. Ostberg (1973) observó la dificultad de adaptación de loe
matutinos con estimaciones del nivel de temperatura, de la
interferencia del sueño y del rendimiento, aunque también señalé peores
ajustes de los vespertinos a los cambios de mañana.
Hildebrandt y Strattmann (1979) han comunicado que, trae 13 días
de cambio de turno a la noche, los individuos matutinos exhibían las
mayores deformaciones del ritmo circadiano de temperatura y tasa
cardiaca. En estudios de aislamiento también se ha confirmado esta
respuesta diferencial de los dos tipos de sujetos a cambios de horario
(Wever, 1980).
Hay indicios de que el aumento en edad suporte una disminución en
la adaptabilidad a cambios de horario íRutenfrantz y cois., 1977),
aunque Reinberg y cois. (1983) encontraron «ayer intolerancia al cambio
entre los jóvenes. Además, el neuroticismo parece influir en el mismo
sentido (Akerstedt, 1976$ Meers y cois., 1978), Ambas circunstancias,
aumento de la edad y neuroticismo, se asocian con la matutinidad
(Mecacci y Zani, 1985) y, por tanto, contribuyen a la falta de
flexibilidad de los tipos matutinos.
La longitud del período de los ritmos circadianos parece influir
en la adaptabilidad a las cambios en las condiciones externas. Así,
Wever (1983) demostró una relación positiva entre el periodo y el rango
de sincronización. Quizás las diferencias entre matutinos y vespertinos
ante los cambios externos vengan dadas por una diferencia en la
longitud de sus periodos y, por tanto, en el rango de sincronización.
A largo plazo, el efecto de los cambios de horario de trabajo es
un aumento de la intolerancia al propio cambio (Reinberg y cois., Í978,
1980); con ella se ha asociado la reducción de la amplitud del ritmo
circadiano de temperatura. Los individuos matutinos pues, a corto y a
largo plazo, se verían perjudicados por los trabajos rotatorios
(Martín García, 1968).
Se ha comprobado que hay una tendencia a la matutinidad a medida
que aumenta la edad (Akerstedt, 1976; "Akerstedt y Torsvall. 1981;
ftecacci y Zani, 19841. El acortamiento del período del ritmo, en
condiciones de fluctuación libre, observado por tieitzman y cois. (19BE)
en personas mayores, y el adelanto de la acrofase del ritmo de
temperatura respecto al punto medio del sueño durante el período de
resincronización parecen determinar dicha tendencia. Se han propuesto
tres posibles explicaciones para este hechot 1) el oscilador pierde
fuerza a medida que pasan los años; a favor de esta opción estarían la
disminución de la amplitud de distintos ritmos -de temperatura
IWeitzman y cois., i98Ej Sheving y cois., 1974), de niveles de
melatonina (Iguchi y cois., Í9BS) y testosterona en suero (JBremmer y
cois., 1983), y de epinefrina y norepinefrina en orina (Descowitch y
cois.r 1971>-j S) se debilita el acoplamiento de los ritmos con los
sincronizadores) sustentan esta posibilidad la nayor dispersión de las
acrofases de distinto» rítaos en los ancianos <Sheving y cois., 1974 -
cit. Kerfchof, 1985-)) 3) se reduce la fuerza del acoplamiento entre los
distintos ritmos (Wever, 1979 -cit. Wever, 1983-)* la tendencia a la
55
desincronización interna durante el aislamiento y el fraccionamiento
del sueño de la* personas «ayeres apoyan este último argumento.
Pensamos que las tres opciones son compatibles, y bien pudiera
suceder que las personas mayores, más aisladas so cía. látante y que, por
tanto, mantienen sus ritmos fluctuando con cierta independencia del
ambiente, con un período inferior al del día objetivo, tienden a
acostarse y a levantarse antes. A estas conductas contribuirían muy
principalmente las tempranas subida y bajada de la temperatura y el
fraccionamiento del sueño (Wever, 1979Í y su somnolencia diurna.
También en condiciones de aislamiento se ha observado que las
mujeres muestran los períodos de los ritmos de temperatura y de sueño-
vigilia inferiores, y la porción de día destinada a sueño superior a la
de los hombres. Las diferencias entre ambos sexes en el período de
sueño-vigilia se acentúan durante la desincronizaciónj es por ello por
lo que Kerkhof (1985) postula una mayor inclinación a la matutinidad en
las mujeres, aunque no ha sido corroborada Ushishara y cois., 19B5;
Mecacci y Zani, 1984) Rubio y cois., 19B8).
Todas estas consideraciones llevan a concluir que las relaciones
de fase entre distintos ritmos, entre otros los que influyen en el
rendimiento, son diferentes en los matutinos y los vespertinos respecto
« las personas que no tienen hábitos horarios extremos» Este patrón
anómalo de relaciones rítmicas condiciona su adaptabilidad a estibios
•Abléntales y, por tanto, tiene gran repercusión en la esfera laboral.
1.3.- EL CICLO BÁSICO DE ACTIVIDAD-DESCANSO.
Según relata Kleitman <1983>r la observación de una periodicidad
de 40-45 Aiñutos en ios intervalos entre las tomas de alimentos de los
niños recién nacidos a lo largo del día, le sugirió la idea de la
continuidad durante las 24 horas de ciclos cortos con fases
alternativas de actividad-descanso. En 19¿Ü, Kleitman sugirió que el
estadio REM (considerado por él como una primitiva vigilia) y el
estadio no-ftEM, recurrentes cada 90-100 minutos (Dentent y Kleitman,
1957) constituían el fragmento nocturno de un ciclo corto que
continuaba en el periodo vigil y lo denominó "ciclo básico de
actividad- descanso" (BftAC), nombre que se ajusta poco al significado
del ritmo en adultos quienes, a diferencia de los neonatos, acumulan
ambas conductas en sendos períodos que siguen un patrón circadiano
ÍKripke, 1974).
El estudio de la evolución ontogenética de los patrones del ciclo
sueño-vigilia y del BRAC en el hombre y en el gato (Stennan, 1972),
junto con datos de otras especies (Delgado García y cois., 1976;
Sterman, 1985) han corroborado la hipótesis de Kleitman de que el BRAC
constituye la expresión de un programa innato y primitivo que en cada
especie se adapta al medio en que vive. Así, en cada una el BRAC exhibe
una frecuencia diferente que «e enlentece con la edad y que es mayor en
los animales objeto de presa que «n los depredadores (Allison y
Cicchetti, 1976). Esto se puede deber a que el estadio REH representa
un «omento de máxima vulnerabilidad, por la desconexión con el ambiente
externo consecuente a la inhibición motora, que si bien garantiza la
57
realización de sus funciones integradoras, también retarda la
responsividad ante el peligro (Roffwarg y cois., 1966).
A la descripción de la estructura del sueño y a la
caracterización de sus fases se sucedieron estudios destinados a la
búsqueda de los mecanismos murales implicados, entre los que
destacaremos el establecimiento del locus coeruleus como la estructura
responsable de distintos componentes del estadio REM (Jouvet, 1969),
junto con las neuronas gigantes del bulbo (Hobson y HcCarley, 1975) y
de los núcleos del rafe cono responsables del estadio no-REM (Jouvet y
Renault, 1966). Lógicamente, estas estructuras están interrelacionadas,
además de proyectar a zonas superiores e inferiores del sistema
nervioso.
Varios hechos indujeron a pensar que existía una relación
estrecha entre el estadio REM y el hemisferio derecho:
~ el descubrimiento de que la transección callosa no suprime la
sincronía bilateral elettroencefalógrafica ÍBatini y cois.» 1967), lo
que implica que los Mecanismos subyacentes dependen de proyecciones
bilaterales ascendentes desde el tronco cerebral.
- la asociación del estadio REM con los contenidos oníricos
(Jouvet, 1973).
- la demostración de la existencia de diferencias funcionales
hemisféricas en los primeros pacientes comisurectosizados <Sazzaniga,
1970), que implicaba al hemisferio derecho en procesos he-líÉticos e
intuitivos más ajustados al material no verbal y al izquierdo en
procesos lógico-deductivos más ajustados al material verbal.
- la observación de la desconexión funcional de lo= hemisferios
durante el estadio REM en el gato (Berluccbi, 1965).
Por todo ello, Broughton ÍÍ975) postuló la integración de]
hemisferio derecho y el estadio REH con el ciclo básico de actividad-
descanso. Su hipótesis de una e] temarseia cíclica interhemi=fé/-icc
cada 90-100 minutosf D de un incremento en la actividad de un
hemisferio paralelo & un deséense- en la del &tro, sustentada pn-
mecanismos subcorticaleE, ha originado numerosas ínvestigacioneE eneres
de los ritmos de alerta, rendimiento / sueñe-, candidatos idóners p?r?
contrastarla porque indudablemente e~ts programación innata controla el
erousel ccrticel íLavie, 1985).
Dada la consideración de que el sueño es una conducta
consumatoria (Moruzzi, 1969; Sterman, 1972), la investigación sobre e]
BRAC se ha extendido a otras conductas de esta misma categoría, come la
ingesta de sólidos y líquidos» que han manifestado un patrón ciclare
(Friedman y Fisher, 1972$ Kripke, I97S; DsMaltí y cois., 1970),
En los estudios realizados durante el sueño la investigación se
ha centrado preferentemente en el establecimiento del predominio del
hemisferio derecho en el estadio REM y en la vinculación de ambos con
los contenidos oníricos.
59
En varios trabajos (Banquet, 1983? Batini y Violani, 1984;
Soldstein, 1984; HirshkoNitz y cois., t979; Murri y cois., 198S5, se
han encontrado resultados que sustentan la existencia de una mayor
actividad durante el período REM en las distintas bandas de frecuencia
electroencefalográficas. Otros autores í Rosad im y cois., 1984; Violani
y cois., 1934), por el contrario, no han obtenido tal evidencie, aunque
no la niegan, recomendando estos ultimes el registro de potenciales
evocados por ser indicadores más directos de la actividad fi=iol¿gice.
Tampoco se han detectado cambios corticales ni subcerticales entre los
hemisferios en ningún estadio de sueño con topografía por emisión de
positrones (Spire y Jacobsen, 1985).
Ev.ísten también datas indirectos a favor de #sjía hipótesis. Asi,
Hirshkowitz y cois. (1994) encontraron asociación entre incremento en la
tumescencia del pene (acontecimiento fásico de RE!i* y una mayor
actividad del hemisferio derecho; Laurian y Gaillard 11964) observaren
esta mayor actividad ers la segunda mitad del SUESO donde SE locelir^ 1?
mayor cantidad cíe REM, resultado opuesto al de Myslobdosky y cois.
Í1976Í. Por otra parte, Murri y cois. ÍÍ984) sugirieron el papel de le
preferencia manual en relación a esta cuestión, de mod? que sólo los
zurdos mostraron la asimetría hemisférica a favor del hemisferít:
derecho, en tanto que en los diestros sucedía lo contrario.
No obstante! la presencia de patrones electroencefalogréficos
durante el sueño que difieren en amplitud y en frecuencia dificultan la
interpretación de resultados y hacen recomendable la utilisacicn de
otros procedimientos para esclarecer esta cuestión.
6D
La aproximación al estudio de loe contenidos oníricos obliga a
puntualizar que soñar es diferente de recordar y verbalisar sueños,
cuestión que parece obvia pero que en ocasiones no se ha tenido en
cuenta, tal y como señalan Batini y Violani (1984). Asi, le única vía
de acceso a los sueños pasa por áreas implicadas en la memoria a corto
o largo plazo y en el lenguaje, situadas preferentemente en eí
hemisferio izquierdo. El método mas directo para abordar la cuestión de
la lateral izacic-n del soñar ha sido despertar a los sujetos y
preguntarles si están soñanado y cuáles son sus contenidos, y analizar
en les registros electroencefalogréficos signes de dominancia
hemisférica en alguna banda.
Tras una revisión crítica de le literatura, Eatini y Violaní
(1?84) han apoy&d!? ls idea de que el soñar implica mayor actividad cíeJ
hemisferío derecho. Aunque Hercsan Í1964Í nc< llegó a resultados
concluyentes, pues sélo algunos de los sujetes estudiados
tal coincidencia en las bandas alfa y theta; sin embargo, ests id»3
quedó corroborada en individuos despiertos a los que se instruye ps»-¡>
que se abstrayeran realizando actividades verbales, numéricas y viso-
espaciales.
Respecto a la cantidad de sueños recordados» Arena y
(198**) han encontrado diferencias i aunque no alcanzan signif icacién
estadística) entre los pacientes con lesiones del hemisferio derecho,
que relatan menos sueños que los que tienen afectado el izquierdo ísin
tener en cuenta aquellos que manifestaban afasias) y, sobre todo, una
lesién más extensa de dicho hemisferio. Los mismos autores han
61
subrayado que la capacidad de «moria no "rflmH&XtMW* de sueños
recordado*.
Las críticas «As consistentes a 2a relacMtjjgq^ lateral i dad
del soñar y el sueño REH provienen de Antrcbus f£SÉ0£) Antrobus y
col». (1967) y Echrlichwan y cois. (19S5) 'JP|)j¿, «, base a la*
revisiones que cuestionan el supuesto de que «I s^ferío derecho
genera las imágenes visuales (Echrlicfaaan y at*£ J B E ) y a lpfi
diversos trabajos de Farah íi.e. Greenberg y £ M % J B £ $ Bn pacientes
con i surectoa i zados, adjudican al he*i*fafoaktte.cjD Y
concretamente al área tewporo-oarieto-occipitaL.ttj^^.^
En resuwcn, estos autores y principal^ei^fn^^g desmorona la
base del vínculo del heeisferio derecho y las *«B%40aes- arguye que
pacientes con lesiones cerebrales en dicho he*j*i£^g «teñan (a juzgar
por sus relatos), cuestiona los trabajos cpment4ttoaa|y.e la existencia
de asimetrías hemisféricas durante el sueño, "Mkard* el papel del
hemisferio izquierdo en las verbal i zaciones en % . ^ v duda de la
comunicación del hemisferio derecho al iz*6<r4». La revisi¿n
de Antrobus (1967b> es exhaustiva y sistemática, «HMMB en ocasiones
apoyada en pocos datos -como los pacientes con mccUn total o parcial
del cuerpo calloso, o con lesiones cerebrales, * incluso en estudios
con un único caso cono el de Gazzaniga y Le Dou* ÍJTTQ) en el que se
observó la incapacidad para comunicar el nombre 4m un objeto, percibido
sólo por el hemisferio derecho, al hemisferio izquierdo después que
pasó el efecto anestésico de la inyección d» A«it«l sádico-. Concluye
con la propuesta del hemisferio izquierdo cono Mf0fadOr» y relatador de
sueños, relegando al hemisferio derecho una intervención ocasional en
la generación de lo» níüns. Mediatizada siempre para su verbalización
por el hemisferio dominante.
Los datos obtenidos por Lavie y Tzischinsky <19B5>, aunque
indirectos, c encuerdan con algunas apreciaciones de fin t robu.*.
Establecieron una relación entre la capacidad cognitiva total
(determinada en vigilia a través del rendimiento en tareas específicas
del hemisferio derecho y del izquierdo) y el número de sueños relatados
después de despertar a los sujetos en REM, lo que interpretaron como la
intervención de ambos hemisferios en la producción de sueños. Sin
embargo, la ausencia de correlación entre la capacidad cognitiva del
hemisferio derecho y el número de sueños apunta también a la ruptura
del vínculo entre el soñar Co recordar sueños) y el hemisferio derecho.
En los trabajos que han indagado acerca del nivel y selectividad
del rendimiento inmediatamente después de despertar al sujeto, se asume
el denominado efecto de transferencia, esto es, la persistencia de las
características cognitivas y de ejecución que caracterizan a una
determinada fase de sueño sobre el subsiguiente período vigil durante
unos minutos, descrito por primera vez por Fies y cois. íl9ó¿>): éstos
encontraron que las respuestas al TAT eran mas vividas y similares a
los sueños después de despertar a los sujetos en REM que después de
hacerlo en no~REM, hallazgos replicados por Starter (1970) y Batini y
cois. <1975). Es obvio que la similitud entre los contenidos de ios
sueños y el tipo de descripción ante las láminas no constituye una
prueba de la implicación del hemisferio en el soñar, sino más bien de
la del estadio REN en el soñar o en la actividad mental más fantasiosa.
63
Lo* trabajos de Feltin y Broughton (19é8,) y de Lavie y Siora
(1973) se orientaron a la demostración, no de la lateralizacion durante
el sueflo, sino a la superioridad que supone el estadio REfi en
activación, lo que demostraron en el rendimiento en una tarea de tiempo
de reacción y en la percepción de un efecto ilusorio del movimiento,
respectivamente.
Las características de los despertares desde REM ya comentadas
apoyan también esta opinión. La asimetría cognitiva entre los
despertares desde REM y desde no-REM se ha corroborado en tres trabajos
(Gordon y cois., 1932; Batíni y cois., 1984, 1985); en el primero se
utilizaron tareas (seis en total} cuya realización se había demostrado
que implicaba a uno u otro hemisferio, y se probó la superioridad de
rendimiento en las pruebas no verbales en los sujetes despertados desde
REM y la superioridad en las -*r- verbales en los sujetos despertados
desde no-REM. En los trabajos de Batini y cois, se presentaron
estímulos táctiles (1984) y visuales (19853 lateralizados, y los
resultados son análogos a los anteriores en lo que se refiere a sueño
REM, pero en el último caso, la aparente superioridad del hemisferio
derecho no fue tal, sino que se debió a una caída en el rendimiento del
izquierdo. Sin embargo, no se detectaron catóios en rendimiento del
hemisferio izquierdo después de despertar a los sujetos que estaban en
estadio no-REft.
Mediante análisis espectral, Ángel ini y CDIS. <199£»)
corroboraron que se produce una activación mayor del hemisferio derecho
en las bandas alfa, theta y delta después de la presentación de
estímulos no verbales a sujetos recién despertados desde fase de sueño
REM. Estos mismos autores Mostraron, con potenciales evocados, tales
asimetrías también en vigilia y sueño 2. Este trabajo resulta
especialmente significativo por combinar los instrumentos y técnicas de
análisis adecuados. La escasez de literatura constituye el principal
obstáculo para una asociación definitiva entre R£M y hemisferio derecho
con este procedimiento, que por su rigor científico y la coherencia de
los resultados se ha eximido de las criticas de Antrobus (1987).
Durante el período vigil también se han intentado establecer
tanto ciclos de 90 a 100 minutos en funciones psicológicas y su
relación con los estadios REM del sueño de la noche precedente, como la
alternancia de la asimetría cognitiva- En los primeros trabajos se
encontró una acumulación de errores en fase con el estadio REM de la
noche anterior en una tarea de inspección visual ÍGlobus, 197E, -cit,
Broughton, 1975-), periodicidades de 90-100 minutos en detección de
señales (Orr y cois., 1974) y en las descripciones de tarjetas que los
autores (Kripke y Sonnenscheim, 1973 -cit. Kripke, 197^, i985-)
asociaron a los contenidos oníricos típicos del estadio REM; hallazgos
criticados por la falta de parsimonia de los análisis estadísticos
aplicados (Kripke, 1985). También se ha recriminado por no incluir
análisis estadístico y hacer inferencias desmesuradas (Berger, 1969 í al
trabajo de Qhtmer y cois. (19¿>9>, que tras 24 horas de registro
electroencefalografico continuado, detectaron signos muy claros de
estadio REM durante el día, hallazgo que sugiere la continuidad de éste
durante el día.
65
Por su parte, Lubin y cois. (1973) demostraron la persistencia
durante mi día de actividad delta, recurrente cada 90-100 minutos,
resultado similar al de Laurian y Gaillard (19B4) cuyp ritmo delta
exhibía una frecuencia más lenta. Estas fluctuaciones ultradianas de
alerta, determinadas por el ritmo delta, quizá den cuenta de que la
capacidad o tendencia a caer dormidos durante el dia también exhiba
períodos de 90-100 minutos (Lavie y Scherson, 19S1> y de S10-S40
minutos (Lavie y Zommer, 1983), así como los accesos de sueño REM y no-
REM de los narcolépticos (Baldy-Moulinier y cois., 1977$ Passouant y
cois., 1969) que ocurren en fase con los mismos estadios del sueño
nocturno precedente. Utilizando otros índices de somnolencia y fatiga
(el diámetro pupilar, la estabilidad y la reactividad a la luz.) Lavie
(1979) detectó una ciclicidad de 70-90 minutos.
Por otra parte, se han observado ritmos ultradianos en la
frecuencia de 3-4 horas en otros estudios llevados a cabo en
condiciones de descanso continuo en la caraa íCampbell, 1984; Nakaqawa,
1960), y en sujetos que intentaban enientecer o acelerar las
frecuencias electro encefalografías «tediante biorretroalimentación» así
como en los mismos sujetos en reposo, aunque también en esta última
situación los ritmos detectados concordaban con el período típico del
8RAC (Bertz y Lavie» 1983). Estos datos, junto con los de Okawa y cois.
(1984) sobre la existencia de ritmos algo más rápidos (60-100 minutos)
en sujetos que mantenían su actividad laboral normal, y los de Kripke y
cois. (1976) en monos rhesus» y Lucas y Harpnr <Í976> en gatos, ambos
en la misma dirección, han suscitado la idea de que la organización y
control de los ritmos ultradianos de alerta es más compleja de lo que
se deducía a partir de la —-* i*á*"<<fc D í-opuest*
Kleitaan.
Mención aparte merecen los trabajos
hipótesis de la alternancia cíclica de
ÍBroughton, 1975); los resultados de
contrastar Ia
L en vigiU*
{1984) parecen
confirmarla, aunque el aétodo wipleacto ifj,^ Qcho geñales
electroencefalográficas registradas «n
especificar en qué banda es más patente
Manseau y Broughton (19B^> no se
pero sí ciclos sincrónicos
banda theta indicadora de somnolencia
frontal, sobre todo en el izquierdo»
todas las bandas, con excepción de la
sujetos más inestables emocional mente
de la escala de neuroticismo de Eysenck)
coaio malo fueron lo* que expresaron este
se observaron ciclos cuyo período estaba m
interpretaron cono subarmónicos del 8RAC
c a a b i 0 , en B^. de
hemisférica,
m i n utos e" la
&Vi el lóbulo
• Had absoluta de
prominente. Los
- ¿ e Su puntuación
jlefinícrp"
claramente.
*^ tres horas,
En rendimiento se ha descrito algún t^t^^ fnaouencia distinta
mucho más rápida que la del BRAC (4-15 --— frx ^ ^ tarea de
de reacción que implicaba solución de probla^ ftctj»tt Doust y
1978), aunque constituye la excepción dentro fe 1* literatura.
Centrándonos en la frecuencia de W - M Q p ^ j ^ e\ trabajo de
Klein y Armitage (1979) que ha inspirado parte del presente estudio
resulta de gran interés, pues confirmó U hipótesis de Broughton»
utilizando como variables el tiempo de realización de dos tareas: una
verbal, consistente en emparejar letras, y otra emparejar puntos
(espacial), como instrumentos para detectar cambios ultradianos en el
estilo cognitivo. Los sujetos permanecieron trabajando durante 8 horas,
administrándose las pruebas cada quince minutos y con un descanso de
media hora para comer. Hedíante análisis de Fourier se aislaron tres
frecuencias que contribuían fundamentalmente a la variansa total: la de
<t horas <la «ás prominente), la de 37 minutos y la buscada de 96
•inutos, que ademas mantenían en cada hemisferio una relación de fase
de 180 , es decir, en absoluta oposición. Algunos de los resultados de
la tesis doctoral de León Carrión Í19S4) muestran concordancia absoluta
con los anteriores.
Sin embargo, con las mismas tareas pero en condiciones
diferentes (trabajo continuo durante 10 horas y altos niveles de
motivación conseguido medíante la comunicación a los sujetos de sus
resultados y aumentos en las gratificaciones monetarias por las mejoras
en el rendimiento) Kripke y cois. <Í983) no detectaron ritmo
ultradiano. Estos resultados se repitieron en otro estudio, en el que
se utilizó una tarea motora y se hizo trabajar, en condiciones
similares de motivación, a un grupo de sujetos durante hB horas sin
descanso, y a otro grupo durante 6 horas a intervalos de 10 minutos de
trabajo y 10 minutos de descanso íKripke y cois., 19B5)* El
conocimiento de los resultados parece constituir un agente en el
enmascaramiento del ritmo BRftC, como se deduce del trabajo de Gopher y
Lavie (1980), quienes compararon los efectos de esta variable en dos
grupos de sujetos que realizaron continuamente una tarea psícomotora
(mover una palanca a lo largo de una barra de metal). £1 trabajo
68
ininterrumpido no afectó al grupo que no tuvo retroalimentación en la
rapidez con que ejecutaba la tarea, que además mostró fluctuaciones en
su rendimiento de 100 «iñutos. En cambio, el grupo que recibió
información, no las mostró.
Otra cuestión que se ha abordado (Sterman, 1985) es la de la
interacción entre las, demandas determinadas por agentes externos,
especialmente el puesta-horario de trabajo, y los ritmos biológicos
endógenos. En una situación experimental que imponía períodos
alternativos de 15 minutos de trabajo y 15 de descanso durante 6 horas,
y donde la tarea consistía en simulación de vuelo mediante la
manipulación de la orientación y el control de la velocidad, se
registró simultáneamente el EEG; se comprobó una doble periodicidad
ultradiana (75-90 minutos) en la banda theta (4-8 Hz) en la corteza
parieto-DCcipital, más clara en los momentos de reposo, y en la banda
8-1IHz realzada durante la realización de la tarea, en el córtex
central que tenía carácter reciproco. ñdemásf una consideración
independiente de los emplazamientos de los electrodos en cada
condición, mostró en las fases de trabajo un aumento progresivo en la
amplitud de las bandas de B-H Hz más patente hasta la mitad de la
sesión, y posteriormente, un declive; y en cambio, en la frecuencia
lenta un declive recíproco y más suave. En las fases de reposo, ambas
bandas exhibieron fluctuaciones más homogéneas, con mayor poder en la
lenta. Esta diferencia vino dada por las demandas de la tarea que,
desde la primera parte de la sesión hasta que se alcanzó un buen nivel
de ejecución, enmascaró el ritmo, influyendo en el funcionamiento
neural.
69
Para probar el efecto del estrés sobre los ritmos Lille y Burnod
(1983) han iniciado una aproximación diferente y atractiva al tena
recurriendo a un estudio de campo. Eligieron tres actividades
profesionales diferentes -profesores de universidad, controladores
aéreos y obreros de una industria aeronáutica-, cada una de las cuales
suponía un mayor grado de estrés respecto a la anterior. Para los
controladores aéreos los momentos de tensión fueron puntuales, en tanto
que los trabajadores aeronáuticos mantenían un horario y un control de
trabajo muy estrictos. Se obtuvieron registros continuos de EEB, EJ1S,
ECG y EOG de los 29 sujetos en un período de 3 horas, incluso en el
almuerzo, salvo en el grupo de controladores, a quienes se registró en
dos períodos (durante el turno de úiat y durante el nocturno), lo que
les permitió analizar los efectos disruptores del cambio de trabajo,
por lo demás, circunstancia habitual en su profesión. Los parámetros
utilizados fueron los momentos de sincronización para cada variable,
que fueron más numerosos en los profesores de universidad y más escasos
en los controladores, quienes además exhibieron un menor amplitud en
sus registros fisiológicos. Los intervalos entre los momentos
sincronizados fueron de 89—43 minutos en los universitarios, 1H0— 77
(más dispersión) en los obreros (significativamente diferentes a los
anteriores), y 113-7B minutos durante el día y 79—í*5 durante la noche
en los controladores, todos ellos en el rango del BRAC. Las diferencias
entre los dos primeros se explican en base a las rígidas y estresantes
condicionen de trabajo de los obreros, que no pueden seguir sus
oscilaciones fisiológicas endógenas.
£1 ciclo básico de actividad-descanso es un hecho ampliamente
demostrado, y su continuidad a lo largo de la noche y el día está
sustentada por suchos de los trabajos mencionados» que prueban la
relación de fase entre las Manifestaciones diurnas y nocturnas del
ritmo y la extensión al día de los signos electroencefalográficos de
los estadios de sueño, No obstante, la variabilidad de la fase REM día
a día ha constituido un escollo para su aceptación como expresión del
BRAC. La constatación experimental de que en aislamiento (cuando el
ciclo sueño-vigilia fluctúa libremente, con un período mayor al del
ritmo sincronizado), la primera fase REM ocurre cada día algo más tarde
-reflejando el alargamiento del período del ciclo de sueño-vigilia-
aunque con una latencia similar (Schultz y cois., 1975), hace suponer
que los estadios REM están sincronizados por dicho ciclo, hecho
totalmente compatible con formar parte del BRAC.
La modulación del BRfiC en período vigil por el ritmo circadiano
de sueño-vigilia queda también reflejada por los resultados de Lavie
(1985), quién encontró que desde las 7 de la mañana hasta las 4 de la
tarde, las fluctuaciones de la cantidad de estadio i de sueño duraban
80-100 minutos y presentaban gran amplitud, en tanto que desde las 16
horas a las 23 su período aumentó y su amplitud se redujo. Asimismo,
los ritmos ultradianos de "arousal" de período inferior a 3 horas se
han detectado en situaciones de deprivación de sueño, lo que sugiere
también una influencia del ritmo circadiano (Broughton, 1985).
Los distintos períodos que muestran los ritmos en alerta -48
horas en aislamiento, 24 horas en condiciones habituales, 1S horas
tcircasemidiarios, según se interpreta de los picos de somnolencia de
71
Jas 1-3 de la mañana y del mediodía, y de los hallazgos de Hildebrandt
y cois., 1974)t 6 horas (constatado en muchos mamíferos), 3 horas, y 1
hora 30 «iñutos, que es además el doble del período del BRAC en el
hombre al nacer- y los hechos de que cada uno es la mitad del que le
precede* y de que los más rápidos son múltiplos de todos los más
lentos, se han interpretado como un recurso para mantener una relación
de fase constante que redunda en una organización temporal más eficaz
(Broughton, 1985),
En el caso del BRAC, Lavie (1982, 1985) quien lo explica como una
oscilación rítmica sincronizada de períodos de somnolencia (constatados
en los estudios electroencefalográficos comentados anteriormente) y de
alerta (demostrados tanto por la activación cortical inherente a REM y
por las características de los despertares desde este estadio
como por los picos de rendimiento hallados en los estudios de vigilia)
ha propuesto que "fueron seleccionadas a lo largo del proceso evolutivo
como puntos finales naturales a las unidades básicas de sueño". Es
decir, constituyen "puertas de la vigilia", puesto que la mayoría de
los despertares espontáneos tienen lugar desde REM (Snyder, 1966), y
"puertas del sueño" -ya Kleitman apuntó que la tendencia a la
somnolencia durante la fase pasiva del ciclo induciría a irse a la cama
y que la variabilidad entre las latericias del primer REM, 60-90
minutos, depende del punto o fase descendente del ritmo en que se
produzca el inicio del sueño-.
Quedan por resolver dos cuestiones. Una de ellas es la de la
generación del BRAC, que al igual que la de los otros ritmos ultradiano
permanece oscura. La complejidad de su estructura y la variedad de sus
72
•anifestaciones han inducido a pensar en un Bistesa nultioscilatorio
(Lavie, 1982, 1985). Hay datos que permiten suponer la implicación de
zonas pontinas superiores y bulbares en tal función, al menos en el
gato, ya que las transecciones a nivel mesodiencefálico alargan los
ciclos de sueño, en tanto que las pontomedulares los acortan ÍStersan,
1985). En vista de la identidad entre REM y los ciclos de oralidad
(demanda de ingesta) se ha barajado la hipótesis de la participación de
un oscilador «etabélico que procura la regulación de las funciones
según las necesidades de los tejidos y que ejerce una influencia sobre
el cerebro en vigilia (Sterman y cois., 1972).
La otra cuestión es si el BRAC conlleva también una alternancia
cíclica de los dos hemisferios. En efecto, dadas las discrepancias de
los resultados de los registros electroencefalográficos durante el
sueno y la vigilia, las limitaciones que conllevan los estudios de los
"sueños", y la idea progresivamente aceptada de la participación de los
dos hemisferios en su generación, así cosió la penuria de los trabajos
sobre el rendimiento en las tareas verbales y espaciales, o
lateralizadas, durante la vigilia o en los momentos que siguen a R£M y
no-REM, que muestran resultados más coherentes, se hace necesario
incidir en esta línea utilizando estos procedimientos, que se han
revelado como los más sensibles»
73
1.*. HIPÓTESIS
Las variaciones circadianas en funciones psicológicas han
constituido un apéndice dentro de la cronobiologia. Su investigación ha
conllevado, lógicamente, la utilización de los métodos necesarios para
su caracterización definitiva cono ritmos biológicos, pero se ha
eludido interpretarlas dentro del marco general de dicha ciencia.
Se postula que su origen puede estar en la ciclícídad impuesta en
determinadas funciones y variables fisiológicas costo el sueño y la
vigilia y la temperatura, cuya finalidad adaptativa resulta obvia. No
obstante, se omite subrayar que independientemente de que nos
encontremos ante una periodicidad forzada, estes ritmos psicológicos
implican también una forma de adaptación, en cuánto que suponen una
distribución temporal de los recursos atencionales y de los mecanismos
neuronales subyacentes. Esta distribución se traduce en el
mantenimiento dei sistema en unos niveles de funcionamiento suficientes
para una interrelación eficaz con el ent&rno, y permite, cuando las
circunstancias lo requieren, un esfuerzo puntual y focalizado cuyo
oítjetivo es extraer la máxima información del asnoiente, procesarla con
el mayor número de recursos posible y, bien responder de la fonna más
adecuada, bien posponer la acción al «omento oportuno.
Dado que el esfuerzo continuado provoca un deterioro en la
eficacia (Fort y Mills, 1972; Frbberg, 1975; Muilaney y cois., 1983a,b)
es indudable la conveniencia de tal distribución de recursos. Conviene
indicar que estos mismos trabajos han deavostrado que, pese a los
efectos nocivos del trabajo continuo., varias funciones psicológicas
74
«rendimiento en diferentes tarea» y fatiga) siguen «ostrando su
ritmicidad.Esto quiere decir que, independíentesente de las elevaciones
puntuales en el nivel de "arousal", que vendrían a constituir la
versión psicofisiológica de los cambios bruscos de las variables
fisiológicas ante acontecimientos inesperados, los "miniaos*
suficientes y eficaces en los que trabaja el sistema no son fijos.
Según se deduce de la literatura consultada, los distintos
niveles de "arousal" a lo largo del día resultan adecuados para tareas
que conllevan formas de procesamiento diferente. Así, la realización de
tareas de «emoria de mantenimiento es óptima por la mañana temprano, a
Henos que se introduzcan manipulaciones experimentales que impidan la
utilización de estrategias, como el agrupamiento o el repaso subvocal,
o que las impongan (Folkard, 1979; Folkard y Monk, W79). Esto se debe
posiblemente a la interferencia que provocan en un tipo de
procesamiento rígido y limitado.
A medida que se eleva el "arousal", se facilita la realización de
tareas complejas que demandan un cierto esfuerzo cognitivo. Parece
lógico suponer que dichas tareas no pueden ejecutarse cuando se está
somnoliento; por ello, ni recién despiertos ni después del mediodía,
cabe esperar un rendimiento óptimo en ellas. Sin embargo, no hay
explicaciones definitivas para una peor ejecución de estas tareas por
la tarde. Folkard y cois. (1983) y Honk y cois. Í19S3) han propuesto
que la realización de estas tareas corre a cargo de otro oscilador
diferente al que interviene en las tareas de búsqueda, y que aunque los
niveles de atención influyan en cierta medida en ellas, no son los
principales determinantes.
75
La superioridad del mediodía en tareas de búsqueda serial con
carga media de nemoria puede deberse, quizas a un compromiso entre la
capacidad perceptiva, la memoria de mantenimiento y la tema de
decisiones, procesos todos ellos implicados en su ejecución
(Parasuraman, 1984).
Finalmente, a media tarde, poco después de que las sensaciones de
fatiga sean mínimas y las de vigor, eficacia, alerta y similares hayan
alcanzado su acrofase, coincidiendo con la de temperatura, la
realización de tareas sencillas -de búsqueda serial sin carga üe
memoria (Blake, 1967; Kleitman, 1937), o psicomotoras íBlake, 1967;
Hugues y Foikard, 1976; 3ansen y cois., 1966} etc.) es óptima, al igual
que la ejecución en tareas de memoria demorada que implican un
procesamiento semántico, de extracción de significados, de comprensión
ds textos y tie percepción de contradicciones íFolkard, I9S0j Sunter,
19835 Marks y Folkard, 198B? Oe.khili, 1^83; Poirel y Lsrouche, 1997).
3i antes decíamos que había variaciones en los niveles ds atención para
"monitorisar" el ambiente, posiblemente a esta hora esos niveles son
mas altos, mayor la disponibilidad de recursos y más adecuada su
distribución.
El «studic de las variaciones temporales en las funciones
psicológicas en individuos de tipología circadiana extrema proporciona
la oportunidad de coaprobar 6i -tal como postulan Biake (1967),
Colquhoun U972, 1981, 1983), Folkard y Monk (1983, 1986), Kleitman
U937) y de Vries-Sriever y Meijman (1987)- el rendimiento en tareas
76
sencillas corre parejo al ritmo de la temperatura, y por tanto» si
los individuos Matutinos difieren de los vespertinos en las horas en
que alcanzan el pico en ambas variables. Por otra parte, este estudio
permite examinar si las diferencias horarias en vigor y arousal,
estimados subjetivamente, son mas acusadas, y si estas sensaciones se
relacionan temporalmente con el ritmo de la temperatura y la
realización de tareas sencillas. En tercer lugar, posibilita el poner a
prueba la idea de si estados de humor contó tensión, depresión, ira y
confusión reflejan las diferencias de los horarios de matutinos y
vespertinos» y si llegan a niveles máximos en momentos distintos.
Ademas, dado que la relación entre estas sensaciones y el vigor es
negativa, se puede esperar que a las horas en que la realización de
tareas sencillas es óptima, los niveles en estas variables subjetivas
sean mininos-
La utilización de tareas más complejas, e independientes en
principio del ritmo de temperatura, posibilita la comprobación empírica
de tal independencia. Por ello, se puede esperar que la ejecución de
esas tareas no refleje las diferencias entre ambos tipos de sujetos.
Dada la proximidad horaria entre las acrofases del ritmo de
temperatura y del punto medio de actividad en vespertinos (Forefc y
cois., 1972$ Kerkhof, 1984), los niveles altos de realización de todas
las tareas estarán más próximos temporalmente que en ios matutinos.
La investigación de todas estas cuestiones requiere un diserto que
permita establecer el efecto de la hora del día, en unas condiciones
tales que minimicen los efectos de la motivación, el aprendizaje y el
77
cansancio de los sujetos, aunque sin anular su interés por la tarea
concreta.
Así pues, en la primera parte de nuestro estudio nos proponemos
estudiar las fluctuaciones de tipo circadiano de individuos que
eanifiestan preferencias horarias extremas, esto es, en los
denominados tipo de «anana y tipo de tarde, en una serie ele variable**
la temperatura, distintos estados de humor, y el rendimiento en tareas
que demandan distinto tipo de procesamiento»
Nuestras hipótesis son las siguientes:
1.- La temperatura, el "arcusal* o vigor subjetivo, y el
rendimiento en tareas sencillas mostrarán variaciones diurnas paralelas
y, por tanto, reflejaran las diferencias entre los individuos matutinos
y vespertinos, tal y como se ha reseñado en la literatura.
E.~- El curso diurno de los estados negativos de humor variará a
lo largo del día en sentido opuesto al nivel de vigor.
3.- La realización de tareas más complejas, que conllevan cierta
carga de memoria variará asimismo a lo largo del día, mostrando
tendencias similares para los dos tipos de sujetos, y situándose su
«omento de mejor rendimiento hacia primeras horas de la tarde.
4.- Los momentos de máximo rendimiento en las distintas tareas de
los individuos vespertinos estarán más próximos temporalmente que en
los matutinos.
78
En la segunda parte de nuestro trabajo abordaremos el estudie» del
funcionamiento de los hemisferios cerebrales a lo largo del tiempo, por
medio de pruebas que han demostrado la implicación de uno u otro por la
índole de la tarea, por el tipo de materiales o por su presentación
lateralizada. Dada la asociación entre el hemisferio izquierdo y la
focalización de la atención, por un lado, y entre el hemisferio derecho
y el manteniaiiento de la atención, por Dtro lado (Jutai, 1985; Waie y
Geffen, 19S6; Zani, Í985, 1986), suponemos que en los momentos
establecidos como de máxima alerta el rendimiento del hemisferio
izquierdo será superior al del hemisferio derecho.
Por otra parte, existen fluctuaciones üitratíiaüas e¡"s el rango de
90 a i00 minutos en vigilia itille y Burnord, I9B5; Manseau y
Broüqhtonf193^; Sterman, 1985), y hay ciertas pruebas de que estos
riscos expresan una alternancia cíclica en la dominancia
hemisférica (Bemelmans y cois,, 19B^; Bertiní y cois-, 1982, 19S4;
Gordon y cois.» i98H$ Klein y ftraiitage, 1979j León Carrión, 1984), tal
como sugirió Broughton (1975) en su interpretación del BRAC (Kleitman,
l?60í. Estes ritmos rápidos se observan más claramente en los «fomentos
de somnolencia (Broughton, 1985; Lavies 1985; Lavie y Scherson, 1981$
y 2oraer, 1983).
Por todo ello, los individuos matutinos y vespertinos, cuyas
s de fatiga, vigor y arc-usal no coinciden, resaltan sujetos
adecuados para comprobar la dominancia hemisférica izquierda en los
79
•omentos de máxima atención y eficacia, y las oscilaciones ultradianas
•n la alternancia hemisférica en los momento» de somnolencia. Las
condición*» experimentales mas adecuadas en este caso son las de
monotonía, aburrimiento y aislamiento.
En este segundo experimento planteamos las siguientes hipótesis:
5.- La realización de las tareas específicas de lateralización
hemisférica mostrará oscilaciones rápidas (80-180 siin)( principalmente
en loa momentos de máxima somnolencias por la tarde en los matutinos,
por la mañana en los vespertinos.
é.~ Durante los periodos de mayor arousal estas fluctuaciones
rápidas tenderán a desaparecer, habiendo signos de una mayor activación
del hemisferio izquierdo.
7.- Las fluctuaciones rápidas de ambos hemisferios pueden mostrar
relaciones de fase opuestas.
30
2 . - MÉTODO
a.l. MATERIAL.
La selección de los sujetos, el establecimiento de variaciones
temporales a ia vez que diferencias individuales temporales en
ejecución y humor, y la búsqueda de signos de intervención de los
hemisferios cerebrales en dichas variaciones han conllevado la
utilización de diversos instrumentos que se han clasificado atendiendo
a las tres etapas ens
- Pruebas de selección de sujetos.
- Aparato y pruebas del primer experimento.
- Aparatos y pruebas de i segundo experimento.
PRUEBAS DE SELECCIÓN DE SUJETOS.
-Cuestionario de MA7UTINIDAD-VESFERTINIDAD. (Home y Üstberg, i^7¿¡, 3=.
al castellano el cuestionario ingjés original.
Esta prueba identifica fcipcs de distinta tendsrwr,•;3 cirré-iiB^s.
entremos, matutinos moderados, vespertinos ev-t-- ••»i«ci= y
vespertinos moderados), asi como individuos sin hábitos pronunciados de
horario.
En las 19 cuestiones de que consta, se pregunta por las horas
preferidas para realizar una serie de actividades y para descansar, t
por el humor y la eficacia habituales y los previsibles en situaciones
^traordinanas y a las pri'Tieras ñoras de la mañana y últim?= cíe )?
82
noche. Se responde por selección de un período de tie*po en una escala
horaria, subdividida en cinco tramos de distinto valor, o de una
posibilidad, entre cuatro que se ofrecen, cada una con un peso
concreto. Las puntuaciones asignadas a cada pregunta van desde cero s
seis, según los casos. Para más información consúltese el Apéndice
y Rubio y cois. (19B8).
El cómputo total de las puntuaciones a cada pregunta permite la
clasificación de los individuos en los grupos que a continuación se
detallan:
TIPO
MATUTINO EXTREMO
MATUTINO MODERADO
INDIFERENCIADQ
VESPERTINO MODERADO 3 1 - ^ 1
VESPERTINO EXTREMO 16 - 30
Horne y Otsberg ÍI976) validaron el cuestionario con el criterio
de la aerofase del ritmo de temperatura oral, ¿S minutos anterior en
los matutinos respecto a los vespertinos. Se han encontrado diferencias
mayores en varios estudios realizados durante períodos más largos y con
registros «as frecuentes ÍKerkhof, 1985).
Se estableció la fiabilidad en varias investigaciones ílorsvall y
Akersted, 1980; Larsen, 1985; Kerkhof, 1985) con dos aplicaciones
83
PUNTUACIÓN
70 -
59 -
42 -
- 86
- 69
distantes entre si desde 14 meses a i mes. También se encontraron
(Larsen, 1905) correlaciones significativas ( r = 0.76, r = 0.71, r =
0.83 ) entre los datos referentes a las horas de acostarse, de
levantarse y de bienestar obtenidos por medio de autoinformes de
sujetos que ios anotaron durante 3 meses, a partir de una primera
contestación ai cuestionario, y una segunda, realizada con
posterioridad a dicho período,
-Cuestionario de hábitos y trastornos de sueno.
Este cuestionario es original de Simmonds y Párraga Í198SK Se
utilizó en el estudio una traducción al castellano (Rodríguez y cois.,
en prensa). El cuestionarios consta de dos partes. En la primera se
pide información sobre latericia, cantidad, calidad y contenidos
oníricos del sueño. La segunda consiste en 21 preguntas sobre los
trastornos o conductas de sueño más comunes y sobre ritos y actitudes
al ir a dormir que se contestan sobre una escala de frecuencia de 5
niveles que atarean dasde "a diario" hasta "menos de una vez al iises".
Los síntomas de los trastornos se describen en un lenguaje claro y
comprensible, larntiién se recogen cuestiones acerca da consumo ae
fármacos en general, de necesidad de somníferos, de padecimiento de
enfermedades crónicas y de antecedentes familiares de epilepsia.
-EPJ. Cuestionario de personalidad.
En el estudio se utilizó la adaptación de lea U973) de]
Eysenck Personal ity Inventory -EPI- (Eysencfc y Eysencfc, 1964) para
establecer las dimensiones más básicas de la personalidad, neuroticismo
84
e introversión, particularmente significativas en la presente
investigación por constituir una fuente de diferencias individuales en
ritflticidad circadiana y por su presunta asociación con la matutmidad-
vespertinidad» como hemos indicado previamente.
-Examen de la dominancia lateral.
Esta prueba forma parte de la batería ds Halastead - Reí tan,
(1975) habiendo sido adaptada por Fernández Ballesteros ( investigación
no publicada ). Se trata de una breve encuesta destinada a establecsr
las preferencias laterales de la mano, el ojo y el pie mediante la
simulación de ciertas actividades y la ejecución de otra=-
-Cuestionario de preferencias manuales.
Esta prueba es original de Humphrey •; ÍVM ) y ha sido aasptsds
por Manmng ( investigación no publicada K En este cuestionario ss
pregunta con que mano =e realiza tina serie representativa de tereas
un i roarius ÍES •. pzrta fts 12 tareas > y bicianuaies f parte ó, 6 tareas N
Permite el cálculo ce Índices de preferencia «nanita! derecha ( íD } e
izquierda í II ) mediante la fórmula desarrollada por Witty y Kopel
í 1936 ) para la determinación de la lateralidadi
ID = <D + 1/2 A) / N
II = (I + 1/e A) / H
donde N es el número de actividades consideradas por el sujeto, D el
numero de actividades realizadas con la mano derecha, I con i a mano
85
izquierda y A con cualquiera de ellas indistintamente. El valor de cada
índice puede ser de O a I, y aunque no constituye una medida muy
precisa de la lateralidad, son suficientes para poner de manifiesto
las tendencias individuales.
Se tuvo en cuenta tanto la puntuación obtenida como las
respuestas individuales a las cuestiones relativas a escribir, arrojar
objetos y practicar juegos uní manual es, ya que, según Humphre/j estos
3 Ítems son los mejores pretíictores de la manualidad.
En el Apéndice I se incluye una hoja de respuesta de cada
cuestionario.
86
APAftAíOS Y PRIESAS DEL PRIMER EXPERIMENTO.
Aparatos
-Cronómetros.
Los cronómetros utilizados fueron manuales, con precisión de
décimas de segunde, marcas " Stadion " y " Heuler ".
-Macrocomputador Artistrad CPC 464.
El microcoaiputador controló los programas de ía tarea de tiempo
de reacción de elección diseñada por J. Botella para gobernar la
presentación de estímulos y el registro de los tiempos de reacción. Se
utilizó como pantalla un monitor polícromo Amstrad CTM ¿40.
-Termómetros,.
Los termómetros fueron extraplanos de vidrio óptico de máxima
visibilidad. Registran temperaturas entre 35S C y ¿«5 C con un error
£á;;Í!üo ds i 0.12 C.
-Perfil de estados de humor CProfile of Mood States -P0M3-).
Se utilizó una traducción de la prueba original de Me Nair, Lorr
y Droppelman { 1971 ). Esta prueba consiste en una lista de 65
adjetivos que miden 6 estados afectivos:
TENSIÓN - ANSIEDAD( definido básicamente por síntomas
vegetativos difusos y somáticos de tipo motor o
87
inobsérvateles.
DEPRESIÓN - MELANCQLIA, reflejado por sentimientos ds
tristeza, inadecuación personal y aislamiento.
IRA ~ HOSTILIDAD, expresada cono antipatía, agresividad
hacia otros y aspectos más sutiles como resentimiento.
VIGOR - ACTIVIDAD, interpretado por adjetivos como "atento",
"despierto" y similares.
FATIGA ~ INERCIA, configurado por adjetivos próximos en su
significado a cansancio,
CONFUSIÓN - ATURDIMIENTO, descrito en términos de ineficacia
cognitivs y de desconcierto.
El perfil proporciona además una Estimación global del humor.
Se responde asignando de 0 a h puntos en una escala de intensidad
donde 0 = nada
1 = un poco ( a I ge -!
2 = Moderadamente
3 = bastante
t* = totalmente
de ft£dD que el resultado de i a s'-ime ds las puntuaciones indi vi dual S-Í de
les adjetivos que configuran csaa estado afectivo * "relajado' ;
"eficiente" tienen valores negativos ) constituye la puntuación directa
que se transforma en típica en una escala de centües. La Estimación
global del humor se obtiene mediante la adición de las puntuaciones de
los 6 estados afectivos, otorgándose a la puntuación de Vigor vale-
negativo.
88
Para el desarrollo y validación del P.O.M.S. los autores
realizaron 6 estudios factoriales independientes de ios que resulta IB
forma actual, donde cada estado o escala es un factor. El criterio
observado para la impresión de un adjetivo o itera de un factor fue una
correlación superior a 0.30 en al menos tres de IDS estudios
factoriales; a excepción de dos adjetivos de la escala de confusión
í "atontado", "desconcertado" ) que se incluyeron solo en dos.
La validez del P.G.M.S. y su valor predictivo quedaron
establecidos en estudios comparativos con The Hopkins Symptomn
Distress Sea les de Parloff y col. ( 1956 >, y entre aplicaciones
realizadas previa y posteriormente a tratamientos psicológicos £ Lorr y
col., 1961; Pugatch y col., 196? ), farmacológico í Me Nair y col-,
1965 ), y a condiciones inductoras de estrés í Pillard y Fisher 1967;
1970 >.
L05 valores de consistencia interna cíe cada escala están
cofnprsndi'-'-s entre r = 0.8^ y r = 0.95. Los indtess de estabilidad de
la prueba tras un periodo de tiempo entre 3 >- 110 dís= ¡. mediana - 20
di es J w;ar de r = O.«a5 a r = Ü.?^, debido quiné a que la prueba mide
estados de humor pasajeros. Precisamente este hecho, junto a la raptdez
de la administración constituyeron las razones de selección para el
estudio.
En la traducción se eliminó el adjetivo " bushed " de la escala
89
de Fatiga por no encontrase una acepción próxima a cansancio,
observándose esta circunstancia al evaluar dicha escala.
En el Apéndice I se incluye una hoja de respuesta a la prueba
encabezada por las instrucciones pertinentes. Se insistió en cada caso
considerar únicamente el momento preciso de la sesión al contestar el
cuestionario, lo que no altera apreciablemente la estructura del mismo
(He Nair y cois-, 1971í.
-Prueba de ias Figuras Iguales.
Esta prueba forma parte de la Batería Standard de Bonnardel y ha
sido adaptado por Nspsa >. el angina! data de 1970 ). La prueba mide ia
rapidez perceptiva para identificar S figuras iguales en una fila de 10
dibujos numerados, a lo largo de <*<t filas. Cada dibujo consista en UP
cuadrado con un pequeño círculo en cualquier punto del contorno. La
hoja de respuestas aparece dividida en cuatro üicques. El sujeto debe
anotar ios números correspondientes a las figuras iguales en rsc-LOdreo
situados a la derecha de la .jltisie, disponiendo ds ó minutes par3
reaii2ar la tarea.
Por razones inherentes a la naturaleza del estudio se redujo el
número de elementos por sesión a S2 que se combinaron en 7 versiones
diferentes asignadas a los 7 momentos del día programados en el
experimento. Los sujetos dispusieron de 3 minutos para realizar 13
prueba la primera vez y tiempo libre - cronometrado - la segunda por
suponerse que el tiempo constituye una medida sensible a los efectos de
90
la hora del üia.
Se registraron los aciertos y errores; y ei tiempo en la
condición descrita previamente.
- En el Apéndice í se reproduce uno de los modelos de hojas de
respuesta.
-Prueba de Tachado.
Esta prueba también forma parte de la Batería Standard de
Bonnardel. Data de 1970 y ha sido traducido y adaptado por Mepsa. Mide
asimismo rapidez perceptiva. En este caso la tarea consiste en tachar
lo rcas rápidamente posible, círculos cor. un punto negro colocado en
posiciones idénticas a las de 3 modelos. propuestos en el
encabezamiento de la hoja de respuestas. En total hay 34 filas con S4
círculos cada una ( 616 circuios ), con S posibles posiciones del
punió.
A partir del original se disecaron 7 ver = ivr¡e= p?-.-? los 7
fiiCínentos del din programados en el experimente-, niomf ic=tr<do í a=
posiciones de los puntos en los círculos "diana" Se redujo el número de
elementos por sesión (408) y el tiempo de duración de la prueba a la
«itad ( 3 minutos 30 segundos >. En las 7 versiones el número de
elementos iguales a los propuestos como modelo fue similar - algo <né=
de un tercio - al de la forma original.
Se registraron los aciertos , ios errores y i-¿s omisiones.
En el Apéndice I se reproducen un modelo de hoja de respuesta.
-Prueba de Razonamiento Verbal.
Esta prueba, original de Saddeley (1968) fue adaptada por Moni; y
cois. (1984) para estudies cronobiológicos. Dado que el presente
estudio se enclava en este área, se utilizó la traducción de esta
adaptación.
La tarea propuesta consiste en contestar "verdadero' o "falso" a
32 frases que enuncian el orden en que aparecen un par de letras, ti y
C, escritas a continuación de cada frase y separadas Se ésta mediante
un guien. Las frases:
- son positivas o negativas
- son activas o pasivas
- son verGac&cas o falsas
- contienen el verbo seguir o precEQer
- el sujeto es i3 letra M o la letra C
- el orden del par de letras es M C o C M.
Alterando el orden de las frases se obtuvieren 7 versiones
distintas para los 7 momentos del día en que se administraron.
La validez de la prueba original se estableció correlacionándola
la Prueba de inteligencia verbal del Ejército Británico ¡r=
92
La fiabilidad entre administraciones realizadas con intervalos de 43
horas fue de r=O.BG. Se mostró altamente sensiDle a interferencias con
otras tareas, contó conducir,lo que alargó el tiempo de ejecución y
redujo la eficacia significativamente (Brown y cois., 1969).
En el presente estudio se midieron las variables tiempo, aciertos
y errores,
-Prueba de tiempo de reacción de elección alfanuroérica.
Para la administración y registro de resultados de esta prueba se
utilizaron un microcojnputador flMSTRAD CPC464 y un monitor polícromo
ñHSTRAD CTM6'tO . El material de la prueba constaba de £00 estímulos,
letras simples ( a excepción de la "o") o números ( del 1 al 9 ) ,
presentados aleatoriamente de uno en uno. El programa para la
presentación da estímulos y el registre de loz tiempos fue diseñado pc-r
el proresor J. Botella»
La tarea del sujeto consistió en pulsar Is tscis "." ante un
estímulo ié:;ico o ia tecla "0" ante uno numérico, tímaos teclas están
situadas en la fila inferior del teclado, a la derecha, una junto a la
otra, y se debían pulsar con los índice y central de la mano derecha.
La velocidad de presentación de los estímulos dependía de la
latencia de respuesta correcta del sujeto.
Se midieron el tiempo medio de reacción ante los 200 estímulos y
93
10 tiempos medios correspondientes a 10 bloques de SO estímulos cada
uno en que se subdividiersR ios resultados de la tarea-
APARATOS Y PRUEBAS DEL SEGUNDO EXPERIMENTO.
-Cronómetros.
Se utilizaron los cronómetros manuales de lectura convencional
descritos anteriormente.
-Mentóñera.
La mentóñera consta ds tres eiementesi un apoya-mentones qus
incluya ur raarco para que repoES también en él la 'rente, un seperte
telescópico y un gato de presión para su fijación s superficies ds
gresor
-Microcomputador APPLE S que controló los programas diseñados por J.
Botella para ia presentación de los estímulos. Se utlizó un monitor de
fósforo de decaimiento rápido para evitar el alargamiento del tiempo de
exposición de los estímulos que provocan otro tipo da pantallas. El
equipo incluía una impresora para el registro üe resultados.
94
Pruebas
-Prueba de Trazado ("Trail Mafcing Test").
Esta prueba forma parte de ia batería Haídstead-Reítan y fue
originariamente publicada por "The Adjuntant General Office, War
Department, U.S. Army" en 194^, integrando "The Arroy Individual Tests".
León Carrión (I98^> adaptó la prueba a estudios cronobiolégicos,
denominándola ''T.fi.T. Crono".
Tanto la prueba original como la adaptación consisten en la
realización de dos tareas diferente?; llegadas Forma A y Ferina B.
En la Forma A las hojas de respuesta llevan impresos £5 circuios
numerados del 1 al S5 que el sujeto debe unir en su secuencia natural,
mediante una línea, lo más rápidamente posible.
¿ti la Forma 3 IDS 25 circuios encierran números ídel 1. &l li'J y
letras (de ia A a la L)fqus el sujeto de-be enisza<- en una Eec-j.=ncia
a, como 1 - A - 3. - b etc..
La puntuación se obtiene por el registro del tiempo de ejecución
de cada forma, corrigiéndose en el curso de la misma los errores
cometidos por el sujeto. De esta forma, los errores contribuyen a la
puntuación final.
La versión cronobiológica de la prueoa de Trazado consta de H8
series paralelas para ambas formas, de idéntica dificultad.
95
Se asume que la fortta A es una prueba del hemisferio derecho que
requiere principalmente rapidez perceptivo-motora, en tanto que la
forma B, prueba del hemisferio izquierdo, demanda además eficacia en
los caabios conceptuales. La investigación en pacientes con lesiones
cerebrales unilaterales (Reítan y Tarshes, 1959) sustentan el valor de
la prueba cono instrumento útil para la medida de ejecución diferencial
hemisférica.
El Apéndice I reproduce hojas de respuesta de cada una de las
formas.
-Prueba de presentación dicóptica de estímulos verbales y no verbales.
Para la administración de estas pruebas se utilizaron el
«icrocooputador APPLE S, que controló los programas y el monitor de
fósforo reseñados anteriormente.
Los estímulos no verbales consistieron en figuras geométricas que
se presentaron a 6.1 c«i a la derecha o a la izquierda del centro del
«nitor. Cada figura se trazó con 3, 4, D 5 pequeños cuadrados
dispuestos en forma de aspa, cruz o similares, hasta un número de 11.
Las dimensiones de los estímulos fueron i-755 cis de altura y 4.1 era de
longitud. Así se programaron un total de il parejas de figuras iguales
y 121 (11 x 11) parejas de figuras diferentes.
En cada sesión se presentaron aleatoriamente SE estímulos, aunque
96
no se consideraron los dos primeros. La mitad de las parejas se
presentó en el campo visual izquierdo y la otra mitad en al campe-
visual derecho. Asi mismo, 10 parejas estuvieron integradas por
figuras iguales y otras 10 por figuras diferentes, de modo que se
proyectaron a cada hemisferio 5 figuras iguales y 5 diferentes por
sesión.
LA tarea del sujeto consistió en presionar con los dedos índice
de cada mano tíos terlas de la fila inferior dei teclado -la primera a
la izquierda y la primera a la derecha- cuando percibió estímulos
iguales o diferentes, respectivamente.
Una subrutina incluida en el programa permitió la exposición en
el monitor y la impresión en papel continuo de: caüjpc visual f figuras
presentadas, tecla pulsada por el sujeto y tiempo de reacción de cada
ensayo.
Se promediaron ios resuitade-s ós moúo que =s obtuvieron *t
puntuaciones por sesión correspondientes ai tien>po a& reacción ante:
- figura? iguales presentadas en el c-.ropo VÍSÚÍÍ isqui.erdo
- figuras iguales presentadas en ei c*n>po visual derecho
- figuras diferentes presentadas en el campo visual izquierdo
- figuras diferentes presentadas en el campo visual derecho
Se desecharon el número de aciertos y errores por ser estos
últimos muy escasos.
Los estímulos verbales utilizados fueron palabras y fsisas
97
palabras legibles, según las normas de Al arcos Llorach <197i>, de H
letras presentadas aisladamente a 6.1 cm a la derecna o a la inquieras
del centro del monitor. Las dimensiones de los estímulos fueron 2 cm de
longitud y 0.5 cm de altura. El programa incluyó un total de 100
palabras de uso común y 100 falsas palabras que se reproducen en el
apéndice I.
,r
Eo cada sesión se presentaron aleatoriamente E'd estímulos,
desechándose los oos primeros. Se siguió el mi silo procedimiento que cc-<">
los estímulos no verbales, de modo que cada hemisferio fue blanco de 5
palabras y 5 falsas palabras, promediándose posteriormente los tiempos
de respuesta. Asimismo se desecharon los aciertos y errores por ser
estos últimos muy escaso?.
La forma de respuesta fue similar al caso anterior, si bien, la
tecla de la derecha üebía pulsarse ante falsas palabrasf y la oe is
izquierda ante las palabras. El registro de resultados fue también
analago, ccn la salvedad de no expiicitar el estimule presentado c:.
cada ensayo.
Se eligió esta prueba por constituir un método ya ciaaico ús
registro de diferencias hemisféricas. Aunque se acepta que ambos
Hemisferios cerebrales procesan tanto material espacial como verbal, se
postula que cada uno utiliza un tipo de procesamiento más eficaz para"
uno de ellos, lo que se traduciría en una reducción de la latencia de
respuesta.
98
Al tratarse de un estudio acerca de variaciones en ejecución en
función del tiempo, se administró 36 veces en distintos momentos dei
di a (ver procedimiento).
En el Apéndice I se incluyen los tipos de figuras que se
combinaban formando parejas y una lista de las palabras y falsas
palabras que se utilizaron como estímulos. r'
99
2.E. SUJETOS.
Se seleccionaron los sujetos a partir de un grupo inicial de 453
estudiantes de Psicología.
Se consideraron condiciones indispensables para la participación
en el estudio:
- Manifestar una tendencia circadiana definida; esto es, ser un
tipo matutino o vespertino.
- La ausencia de trastorno de sueño graves o leves.
- La "normalidad" psicopatológica.
- Ser diestros.
- La aceptación voluntaria.
El cuestionario de Matutinídsd y Vespertinidad íhprne y
Otsberg, 197a) permitió la clasificación os les sujetos coso tipos
pertenecientes a algunas de Jas categorías enunciadas, o i ndetsntu navios
en sus tendencias horarias.
Se administraron dos cuestionarios; uno de hábitos y transtornos
de sueño (Simonds y Párraga, 198H) para controlar la patología de
sueño, y el E.P.r. (Eysenck y Eysenck, 196VÍ973) para detectar
combinaciones anómalas de rasgos de personalidad por la posibJe
interferencias de ambas circunstancias e 1$ ejecución de algunas tareas
programadas en el estudio i Taub y Berger, 1973, Goiquhoun, i^Sd, Seidel
et al Í984).
100
La aplicación de estes tres cuestionarios se hizo de forma
colectiva.
La lateralidad de los sujetos se determine mediante el Examen de
la Dominacia Lateral de la Batería de Halstead fieitan (adaptación no
publicada de Fernández Ballesteros) y el Cuestionario de Preferencias
Manuales de Humphrey Í1951).
En el apartado de material se detallan todas las pruebas
utilizadas en el proceso de selección de los sujetos.
Tras el proceso de selección, el yrupo final quedó constituido
por S5 sujetos (18 mujeres y 7 hombres), erttre los 18 y los £8 efío*
(media = EQ.3E años), estudiantes de iS (14), 22 (6), 32 <3), del
curso de adaptación (í. > y del tercer ciclo íli tíe la Facultad de
Psicología de la U-A-n".. ñi turno de mañana pertenecían 17 y al de
tarde 8. De estos últimos £ tenían traba jr- estable.
Ls muestra se dividió en dos subo,rupo3i ei sratutino í? mu jeras y
3 hombres) y el vespertino (9 mujeres y 4 hombres) en base a las
puntuaciones obtenidas por los sujetos en el cuestionarios de Horne y
Otsberg <1976).
Cinco miembros de cada subgrupo presentaron alteraciones
episódicas de sueño, casi exclusivamente somniloquia y pesadillas. Seis
sujetos matutinos y doce vespertinos manifestaron tener sueño inquieto
1 0 1
o realizar movimientos de piernas «iemtras dormían. De ellos cinco
matutinos y ocho vespertinos dijeron sentir somnolencia en mayor o
menor grado en ciertos momentos del día. Todas estas conductas fueron
infrecuentes, menos de una vez al otes, con excepción del sueño inquieto
y la ligera sensación de somnolencia que afectaron a tres sujetos
vespertinos varias veces a la semana.
Las estimaciones de les sujetos matutinos acerca de la latentia
de sueño y tiempo total de sueño habituales resultaron ser de 0 a £í*
minutos (media = 15 minutos) y ds 5 a 9 horas ífnedia = ? horas 2^
minutos) respectivamente. En IOE vespertinos, estos períodos fueron de
2 a 60 minutos (media = 19 minutos) y de 5 a 11 horas ímedia = S
horas >.
En ningún caso se pudo establecer ls existencia de trastorne-E de
sueño» dade? el carácter ocasional con que ocurrían las conductas, Lt =
sujetes con latencias de sueño superiores a 30 minutos dormían entre 5
y 11 horas, y no se quejaron de tener dificultades para iniciar ni per*
•antener el sueño, hecho a tener en cuenta para el diagnóstico ds
insomnio de acuerdo con los criterios de la Association for the
Classification of the Sleep Disorders (1979).
Las puntuaciones en las escalas del E.P.I. se encontraban en
rangos normales, por lo que no se excluyó ningún sujeto.
Los índices de destreza manual para la mano derecha fueron
superiores a 0.0 (en una escala de 0 a 1) que se consideranron
aceptables para el propósito del estudio.
ice
En todos los casos la participación fue voluntaria. La
gratificación, aceptada solo por algunos se les entregó *1 finalizar el
trabajo experimental, aproximadamente un año después de su inicio.
103
2.3. PROCEDIMIENTO.
Ante» de describir el método seguido en cada experimento se
comentarán Aspectos comunes a ambos.
Dada la heterogeneidad sexual de la nuestra y, a fin de evitar
los efectos de la ovulación y del síndrome premenstrual sobre el humor
y el rendimiento (Parlee 19B3; Hartley y cois., 19B7Í se citó a las
mujeres en el período de tiempo comprendido entre la finalización de la
menstruación y la ovulación. Un informe subjetivo de la duración
habitual de los ciclos menstruales y de las fechas concretas del
comienzo de las dos últimas menstruaciones permitió en cada caso fijar
los días experimentales.
Para conocer los horarios de comida, de sueño, la calidad de
éste, la ingestión de bebidas tales como café, colas, etc., y la
ocurrencia de algún acontecimiento extraordinario se repartieron a los
sujetos hojas de registro que se cumplimentaron el dia anterior al
inicicio de las pruebas y los días experimentales. Estos informes se
recogieron en los días inmediatos a la finalización de los
experimentos. En el Apéndice I se reproducen modelos de estas hojas de
registro.
PROCEDIMIENTO DEL PRIMER EXPERIMENTO.
El primer experimento se llevó a cabo desde finales del mes de
abril a principios del «es de julio y durante la primera semana del mes
104
de noviembre de 1985. El lugar donde se realizó fue un despacho de la
Facultad de Psicología de la LJ.A.Í1. que está aislado de ruidos y que
dispone de dos habitaciones separadas por una «aspara, lo que permitió
ocasionalmente la administración simultánea de pruebas a. dos sujetos.
La iluminación fue natural o artificial según la hora del día en el
despacho principal y siempre artificial en ia habitación contigue,
El tiicrocomputador Amstrad, descrito en la sección anterior, se
dispuso sobre una mesa de la habitación principal, orientado de forme
que se evitaran reflejos de la luz en el monitor. Para las pruebas de
lápiz y papel se utilizaron dos meses, una. en cada habitación-
Las sesiones se llevaron a cabo de lunes a viernes ambos inclusive
a las 9h.í5f lih.15, 13h.l5, ISh.lS, t7h.!S, 19H.15 y 2ih,15, lo que
cubría un período total de 1S horas cada día.
En la distribución de pruebas a los sujetos se tomaron las
siguientes prescauciones;
- Eliminar los efectos del cansancio por acumulación de pruebas
en un solo día o por aproximación de sesiones a horas contiguas.
- Procurar interferir en ia actividad habitual de los sujetos en
la menor medida posible.
- Amplificar al máximo el espectro del horario, evitando réplicas
intraindividuales, día a día, ds una secuencia de pruebas
idéntica.
105
Por todo «lio se diseñaron diez horarios representativos de
posible» coabinaciones días-horas. Para cada sujeto se estableció un
total de 14 sesiones distribuidas de «otto que en 4 de los días se fijó
la realización de 3 pruebas y en el otro de E. Se redujo a 2 el número
«áxifto de pruebas consecutivas por días y a 3 por el período total de
los S días. Se evitó la repetición de una determinada combinación de
horas en los distintos días.
En principio se proyecté que estos horarios fueran replicados
exactamente por ios dos grupos aunque en la práctica sufrieron algunas
alteraciones por motivos personales o acontecimientos imprevistos.
Todas la pruebas incluyeron el registro de la temperatura, la
estimación del humor y la realización de las tareas descritas en el
apartado anterior, con e;:cepci¿n de Is tres primeros sujetos íun
satutino y dos vespertinos) que omitieron la cumplimentas ián del perfil
de estado de humor y el test de razonamiento verbal.
Cada prueba se inició con el registro de la temperatura oral
durante 3 minutos y la estimación subjetiva del estado de humor, pars
lo que se disponía de tiempo libre. El orden de las tareas restantes se
aleatorizó por prueba y sujeto» para una distibución equitativa de los
efectos de la motivación y del cansancio.
La duración de cada sesión osciló ampliamente entre 15 y 45
Minutos ínter e intraindividualmente.
En la semana previa a los días experimentales se entrenó a IDS
sujetos en las distintas tareas en varias sesiones; se 3e= reco/sendc
llevar un régimen de vida habitual, moderar el consumo de bebidas ricas
en cafeína y eliminar las alcohólicas? se les instruyó a que ejecutaran
las tareas bien pero no se les invitó a que se superaran. £n ningún ca-
so se les informó de los propósitos del estudio.
Casi todos los sujetos realizaren algunas pruebas simultáneamente
con otros y otras veces trabajaron aislados. El promedio para ambos
grupos fue idéntico y equivalente a la mitad de las pruebas,
PROCEDIMIENTO DEL SEGUNDO EXPERIMENTO.
Dos razones -el elevado número de sesiones demandadas por la
índole de las tareas programadas y la frecuencia de 3 as mismas-
determinaren la división de cada subgrupo inicial en ctros tíos de 6
sujetos, Asi *t mujeres y 2 hombres de cada tendencia ciiTsdian?
realizaron el test de trazado en su versión crc-nob io I c-gics; quedando
constituido el grupo asignado a la prueba de tierapc de resccién ante
estímulos no verbales y verbales por 5 mujeres y I hombre nts Supino >•
otros tantos vespertinos.
-PrDcedifitiento de la Prueba de Trazado.
Se utilizó un laboratorio amplio que permitió ls aplicación
colectiva de la prueba. Esta se realizó a finales del mes de sb«-:l del
no 1986 durante las tardes de dos viernes y las mañanas de do= sábstoc?
107
consecutivos. En cada ocasión ejecutaron las tareas tres
matutinos y tres vespertinos- Se eligieron éstos días de la semana para
evitar interferencias externas.
Los sujetos se distribuyeron en torno a las mesas disponiendo
cada uno de dos lápices, goma, sacapuntas y de las hojas de respuestsn
colocadas en idéntico orden. Un grupo de monitores entrenados controlé
y cronometró la tarea. Siempre se administró la Forma A en prircer
lugar y la B a continuación, Durante los intervalos entre la
realización de cada par de pruebas los sujetos permanecieron en el
aula de experimentación, en la habitación contigua o en loa distribuido
res, no permitiéndoseles sslir bajo ningún pretexto fuera del psbelJcn,
Pudieron fumar, pasear y comunicarse entre ellos aunque no elevar el
tono de vcc, cantar, contsr chistes, etc.. fisí mismo pudieron ingerir
bebidas refrescantes, no cafeínicss y comer galletas patatas, etc..
Todas estas actividades se registraron en un hoja de incidencias.
Como en el primer experimento, se les entrenó en los diss
precedentes a los experimentales en la ejecución de la tarea y =e
hicieron las mismas recomendaciones que en aquella ocasión sobre los
hábitos de vida y sobre el consumo de excitantes o depresores del
Sistema Nervioso. No se les comunicó la finalidad del estudio.
£n esta prueba participó también una mujer vespertina que habí?
realizado las pruebas del primer experimente aunque no se computaron
sus resultados por faltar a algunas sesiones.
108
-Procedimiento de la Prueba de presentación ditróptica de estímulos
no verbales y verbales.
Esta prueba se administró individualmente durante los me-
ses de mayo a julio de 19B6. Se citó preferentemente a los sujetos los
viernes, sábados o festivos por los motivos argüidos en la prueba
anterior. El número de medidas tomadas se elevó a 36 distribuidas en
dos sesiones: una desde las *?h.lO minutos hasta las 14h.iO minutos de
un día y la otra desde Las f+h.30 minutos hasta las EOh.50 minutos del
día siguiente, o viceversa, asignádose a la mitad de los sujetos de
cada subgrupo cada orden posible. Los intervalos entre medidas fueron
de SO minutos por lo que el número de ellas fue de 16 para el periodo
de mañana y de SO para el de tarde.
Al comienzo de cada medida se colocó al sujeto frente al
«licrocoiBputador, a un metro del monitor. Se ajustaron en la mentonera
su frente y su barbilla, insistiéndose en que fijara la mirada en el
centro del monitor. En primer lugar se cargó siempre el programa de
estímulos no verbales y, una vez ejecutada la prueba se imprimieron los
resultados en el papel continuo* se procedió a cargar el programa de
estímulos verbales, que finalizó asimismo con la impresión de los re-
sultados. En ambos casos se expuso un punto de fijación en el centro
del monitor durante ¿00 mil isegundos precediendo a la presentación de
cada estimulo. 500 mil isegundos después de la desaparición del punto
apareció el estímulo en el Monitor. El tiempo de exposición de los
estímulos fue de 150 milisegundos para evitar que se llevaran los
estímulos a la fóvea mediante un movimiento sacadico. Desde que el
sujeto emitió la respuesta hasta que de nuevo apareció el punto de fi-
109
jación transcurrieron dos segundos a fin de que el sujeto pudiera
focalizar la atención en él.
El ojo mantuvo un ángulo subtenso de 325 respecto a los
estímulos.
Aunque los resultados aparecieron simultáneamente en el monitor
que en el papel impreso no se comentó con el sujeto nada acerca de los
sismos.
Se entrenó a los sujetos en la tarea los días que precedieron a
los experimentales hasta que consiguieron un nivel de ejecución que se
estableció como criterio -un número máximo del 15 % de errores-. La
cantidad de sesiones preparatorias varió de unos sujetos a otros
observándose también diferencias en la adquisición del criterio para
una u. otra tarea.. La incapacidad para lograr el nivel requerido y la
imposibilidad de realizar las pruebas en las fechas previstas redujeron
a A los sujetos de cada tendencia circadiana. No obstante el número
final de 6 por subgrupo se mantuvo mediante la asignación a esta prueba
de dos sujetos matutinos y de dos vespertinos que participaron también
en la prueba de Trazado.
Las recomendaciones y observaciones comentadas en la descripción
del procedimiento de la prueba de Trazado también se repitieron en esta
prueba. Los sujetos asimismo dispusieron de galletas, etc. y de bebidas
que no afectaran a su nivel de ejecución.
110
£.<t.-DISEÑOS EXPERIMENTALES.
Para comprobar las hipótesis planteadas en el marco teérico se
realizaron dos diseños factoriales que corresponden a los dos
experimentos.
En el primer experimente se manipularon como variables
independientes el tipo o grupo de sujetos,, matutinos vs. vespertinos
(variable ínter-grupo), y la hora del dia (variable intragrupoS, con
siete valores <9h iSmin, llh lSrain, 13h ISmin, 15h iSmin, 17n 15minf
Í9h lSmin y 81h ISmin). Por tanto, se trata de un diseño factorial
jniüto 3 K 7, multivariado, puasfco que se registraron medidas de varias
variables dependientes (temperatura, estados de humor, rendimiento en
tareas de Tipo I y de Tipo II), aunque el análisis estadístico se lle-vo
a cabo por separado para cada variable dependiente» En total, en el
primer experimento se obtuvieron medidas de las siguientes variables
dependient es:
- Temperatura.
- Estimación global d<? humof*.
- Escala de depresión.
- Escala de tensión.
- Escala de ira.
- Escala de vigor.
- Escala de fatiga.
- Escala de confusión.
- Aciertos en la prueba de tachado.
- Errores en la prueba de tachado.
111
- Onisiones en la prueba de tachado.
- Aciertos en 2a prueba de figuras iguales a timpo fijo.
- Aciertos en la prueba de figuras iguales a tiempo libre.
- Errores en la prueba de figuras iguales a tiempo fijo.
- Errores en la prueba de figuras iguales a tiempo libre.
- Tiempo de ejecución de la prueba de figuras iguales.
- Aciertos en la prueba de razonamiento verbal.
- Errores en la prueba de razonamiento verbal.
- Tiempo de ejecución de ¡a prueba de razonamiento verbal.
- Tiempo de reacción global ente estímulos alfanuméricos.
- Tiempos de reacción parciales íen los 10 bloques) ante
estímulos alfanuméricos.
Con respecto al segundo experimento, se mantuvo la variable
independiente del anterior, grupo matutino vs. vespertino, y la =egunda
variable independiente fue momento dsl día (que hace referencia a la
aplicación de las pruebas a intervalos de EOmin, desde las 9h iOatin
hasta las BOh 50min). El diseño, como en el caso anterior es factorial
mixto, de medidas repetidas para la segunda variable independiente; £ -A
36 para todas las variables dependientes excepto para las
correspondientes a la prueba, de trazado (£ x 29, como se ha señalado en
el apartado de procedimiento). Las variables dependientes Medidas hacen
referencia a los tiempos de reacción o ejecución en diferentes pruebas,
y son las siguientes:
- Tieapo de ejecución de la foraa A de la prueba de trazado.
- Tiempo de ejecución de la forma 6 de la prueba de trazado.
112
- Tieapo de reacción ante estímulos no verbales idénticos.
- Tiempo de reacción ante estímulos no verbales diferentes.
- Tiempo de reacción ante estímulos verbales con significado.
- Tiempo de reacción ante estímulos verbales sin significado.
Por tantp, como en el caso anterior es un diseño roultivariadc
pero el análisis estadístico se efectuó por separado para cada una de
las variables dependientes. Además, para las cuatro últimas se tuvp en
cuenta la presentación dicóptica de los estímulos, y por eÜD se puede
hablar en estos casos de la inclusión de una tercera variable
independiente, hemisferio <derecho vs. izquierdo), intrsgrupo o de
medidas repetidas.
Los resultados obtenidos a partir de los análisis de los datos
se presentan en el apartado siguiente.
113
3.- RESULTADOS
3.- RESULTADOS.
Los datos obtenidos a partir de la realizacjors de los ÚDB
experimentos se sometieron a sendos análisis de vananza íprogrsma S '
del BMDP, Dixon, 1983) para cada una de las variables dependientes.
Para facilitar la exposición de los resultados, éstos se presentarán
por separado para cada uno de los experimentos. En ambos casos se
expondrán los efectos significativos de las variables independientes
manipuladas sobre cada una de las variables dependientes reedidasf que
se pueden organizar en torno a: temperatura, estados de humor,
rendimiento en tareas de Tipo I, y rendimiento en tareas de Tipo II.
Conviene señalar que en el segundo experimento se eliminaron de
los análisis los datos correspondientes a los dos primeros momentos y
al último de cada sesión experimental, para asegurar que las
variaciones en el tiempo de ejecución no se deben a efecto de
aprendizaje ni a "efecto de última hora" (Blake, 1971J-
3.1. PRIMER EXPERIMENTO.
3.1.1. TsíT.peratura! oral.
Tabla 3,1. : Medias ÓO y desviaciones típicas (D.T.) en gradoscentígrados de los dos grupos, en las diferentes horas,para esta variable.
Grupo Hora 1 Hora a Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79hl5' Ilht5' 13hi5' I5hl5' 17hl5' 19hl5'
1 36.5 36.7 36.8 36,9 36.8 36.9 36,8Matutino
D.T. 0.3 0.2 0.2 0.E O.£ 0.S 0.S
7 36.ó 36.7 36.7 36.8 36.9 36.8 36.7Vespertino
D.T. 0.3 0.4 0.3 O.3 0.3 O.h 0.4
115
36S9
3628
13627
-3626
3625
U b i 5
3 . 1 . 1 . : TEMPERATURAS MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO (EN GRADOS CENTÍGRADOS).
116
La Tabla 3.1. muestra las medias (Fig. 3.1.1.)y desviaciones
típicas de los dos grupos para la temperatura oral en las siete horas
fijadas. Los valores inferiores en cada grupo corresponden a les
primeras horas» produciéndose un aumento en la temperatura mes rápido
en los sujetos matutinos que en los vespertinoE. La variabilidad es
algo mayor en este último grupos *a fluctuación de temperatura de les
aatutinos es máe ostensible. El análisis de varisnza (Tabla 3.E.!
mostré efecto significativo de la hora.
Tabla 3.£.: Valores F y sus nivele» de significación en el análisisde varianza para esta variable.
g.l. p
1 0.909c
6 0.0001
h 0.65E3
Al aplicar el método de Tufcey para comparaciones de medies S E
observaron diferencias significativas entre los registros realizadas a
las 9h ISmin. y los de las 15h 15min., 17h 15«iin., 19h 15mirí. y £ih
ISmin. (p<0.01 en todos los casos) y entre los obtenidos a les H h
15min y las 19h »in. (p<0.05í.
La interrelación entre el ciclo sueño-vigili» y el ritmo de
temperatura nos hizo pensar en un efecto enmasearador del horario de
sueño inpuesto en el diseño experintenta1. Por ello, a partir del
registro de hábitos de vida seguidos durante el período experimental,
s* seleccionaron sujetos que habían seguido sus tendencias naturales
117
Grupo
Hora
Grupo x Hora
0
ó
0
F
.01
.71
.70
expresadas en el cuestionario de «atutinidad-vespcrtinidad. Sus
resultados para esta y otras variables se presentan m\ las Fíg. 3.1.19
a 3.1,S6. al final de este apartado.
3.1.2. Humor.
Tabla 3.3.i Medias (X) y desviaciones típicas (D.T.) de los gruposMatutino (tt> y Vespertino (V) en las diferentes horespara las distintas variables de humor i Tensión <T>,Depresión ÍD), Ira (I), Vigor (Vi), Fatiga <F),Confusión (O y Estimación global (Eg).
Grupo Hora 1 Hora 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79hl5' llhlS1 13hl5' 15hl5' 17hl5l 19hl5'
X 3E.33 30.11 3S.44 3S.06 30.55 30.28 30.33
D.T. 5.97 E.61 5.46 6.S3 1.13 8.30 5.47
X 33.75 3B.94 39.27 39.44 39.39 38.89 39.00D
D.T. 4.27 3.65 4.34 4.35 4.28 4.75 4.H3
X 4E.66 40.28 40.66 45.33 40.78 41.39 41.44I
D.T. 9.66 3.2E 4.05 9.51 5.0B 7.63 7.18
X 54.22 56.33 51.78 52.16 5H.SS 51.39 51.E&Vi
D.T. 4.B5 6.19 6.01 6.06 5.90 6.39 6.81
X 35,33 35.17 37.S9 39.44 38.56 39.7E 39.94F
D.T. 2.24 2.40 6.81 7.16 8.09 8.10 7.12
X 29.89 29.94 29.39 29.83 29.94 E9.16 30.55C
D.T. 5.13 6.18 6.34 5.38 5.83 4.75 6.99
X 154.72 118.67 125.61 130.94 131.06 158.7E 184.£8
D.T. 30.28 82.12 29.26 35.75 25.56 36.93 17.8S
118
Tabla 3.3.: Continuación.
X 39.25 3B.2O 35.00 35.90 38.05 36.80 34.90T
D.T. 8.11 6.80 7.02 6.66 7.B9 6.50 4.95
X 42.30 43.75 44.15 43.00 45.65 41.35 43.55D
D.T. 8.60 6.17 6.55 6.09 9.40 5.58 5.79
X 43.65 44.75 44.95 44.30 45.S5 43.90 45,20
D.T. 6.53 7.1Í 7.66 6.73 9.02 5.33 5.65
X 42.50 46.35 46.05 48.35 46.EO 49.40 46.70Vi
D.T. 6.04 7.2E 6.76 B.33 9.99 5.68 7.47
X 45.35 4£.35 42.55 41.60 43.65 39.45 4E.B0
D.T. 6.09 6.27 4.40 5.09 B.2Í 4 .J l ó.OS
X 38.85 37.50 35.65 36.45 37.75 33.SS 35.55C
D.T. 7.10 7.92 6.SB 7.86 10.44 5.S7 6.67
X 168.10 156.10 156.25 155.90 164.10 340.30 155.15Eg
D.T. 31.10 27.88 £3.52 31.33 48.97 B0.05 29.71
La tabla 3.3. presenta las medias y desviaciones típicas en las
variables de humor medidas en las siete horas fijadas para los dos
grupos. Resulta obvio que el grupo vespertino arroja valores superiores
»1 de los Matutinos, excepto en la escala de vigor en que sucede lo
contrario. Se observan también diferencias en las tendencias horarias
que nuestran las distintas escalas y los grupos. En tanto que en
algunas, por ejemplo depresión y confusión en «atutínos. los datos
correspondientes a las distintas horas son homogéneos, en otras, vigor
en «i aisno grupo, indican caabios según la hora del día. Estas mismas
119
escalas en los vespertinos exhiben tendencias diferentes. El análisis
de varianza en que se incluyeron conjuntamente todas las variables de
humor íTabla 3.4.) mostró efecto significativo de la escala, de las
interacciones grupo x escala, hora x escala y grupo x hora x escala, y
un efecto casi significativo del grupo, así como cierta tendencia a la
significación de la variable hora.
Se realizaron también análisis de varianza con los datos de cada
una de las escalas y de la estimación global de humor, cuyos resultados
se exponen a continuación (Tablas 3.5. a 3.11.). Tales análisis
muestran efectos significativos del grupo para todas las escalas y la
puntuación global de humor, de la hora para las escalas de depresión y
confusión y para la puntuación global de humor, y de la interacción
grupo x hora para las escalas de vigor y fatiga.
Tabla 3.4.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza que consideró conjuntamente todas las variables dehumor.
Grupo
Nora
Grupo
Escala
Srupo
Hora x
Hora x
x Hora
x Escala
Escala
Escala x Grupo
F
4.35
1.74
1.65
585.37
5.96
1.91
2.S7
g. 1.
l
6
ó
6
6
36
36
P
0.05£3
0,l£01
0.1407
0.0001
0.0001
0.0013
o.ooot
133
F
IO.ÍJO
E.17
1.90
g . l .
1
6
6
P
0.0053
0.05EB
0.0B93
Tabla 3-5.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para la variable escala de Tensión.
Grupo
Hora
Grupo x Hora
En le escala de tensió-n se obtuvo un efecto significativo de la
variable grupo, y prácticamente significativo óe la variable hora, a=i
como tendencia a la significación en la interacción de ambas. Las
puntuaciones de los sujetos vespertinos varían más a lo largo del día
que las de los Matutinos (Fig. 3.1.2.).
g . l .
l
6
6
P
0.0193
G.04QB
o.seoo
Tabla 3.6.i Valores F y sus niveles de significación en el análisis üsvarianza para la variable escala de Depresión.
F
Grupo 6.76
Hora 8.30
Grupo x Hora 1.40
En esta escala también se observó efecto significativo del grupo
y de la hora, pero no de su interacción. Nuevamente, la variación de
las puntuaciones a lo largo del día de los sujetos atatutinos es mínima,
* diferencie de la de los vespertinos <Fig. 3.1.3.).
35
30
9hi5 I3hi5 15hi5
3.1.2.: PUNTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO EN LA ESCALA DE TENSIÓN (P^O.M.S.).
122
35
m
30
9hi5 111115 131115 15hi5 17hi5 19hi5 21ÍH5
3 . 1 . 3 . : PUNTUACIONES ÍCDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO EN LA ESCALA PE DEPRESIÓN ( P . O . M . S . )
123
Tabla 3.7.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para la variable escala tie Ira.
F g.l. p
Grupo 5.89 1 0,0275
Hora 0.S3 6 0.96<Í6
Grupo x Hora 0-15 6 G.9B77
En la escala de ira sclo se obtuve» efecto significativo del
grupo, siendo las puntuaciones de los vespertinos superiores a les de
los matutinos <Fig. 3.1.4,}.
Tabla 3.8» i Valores F y sus niveles de sigrtif icación en el análisis dese para la vari&bie escala de Vigor.
F g.l. p
Grupo 8.09 1 0,0U7
Hora 1.37 6 0.E3S5
Grupo s. Hora 3.V? 6 0.003S
Para esta variable se obtuvieron efectos significativos del grupc*
y de la interacción grupo x hora. LOE matutinos mostraron niveles óe
vigor más altos que los manifestados por los vespertinos iFig. 3,1.5.).
Tabla 3.9.: Valores F y sus niveles de significacién en el análisis devariara a para la variable escala de Fatiga.
F g.l. p
Grupo $.31 1 0.0022
Hora 0.89 6 0-5030
6rupo x Hora S.B7 6 0.0Í2B
124
50
45
40
35
30
9hi5 11*115 2ihi5
PIG. 3 . 1 . 4 . : PUNTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS KATÜTINO Y
VESPERTINO EN LA ESCALA DE IRA ( P . O . M . S . ) .
125
60
50
45
40
13hi5 2ihi5
pI<5- 3 . 1 . 5 4 PUNTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO BN LA ESCALA DE VIGOR ( P . O . M . S . ) *
1 26
Los resultadas del análisis de variansa en la escala de fatiga
son similares a los de la escala de vigor: tanto el grupo tome la
interacción grupo x hora tienen efectos significativos. Una ves más las
diferencias de puntuaciones entre ambos grupos son ostensibles; en est?
caso la tendencia es a niveles superiores de fatiga de los vespertinos
prácticamente en todas las horas (Fig, 3.1,6.).
Tabla 3.10.: Valores F y sue niveles de ssgnifícsciért en el snéli£i= tievarianra para le variable escala de Confusión.
F g.l. p
Grupo 12.09 1 0.0031
Hora £.ee t 0.0^71
Grupc K HZTB 1.39 t Q.S£S¿
Las dos variables independientes al cañaron valores
significativos, aunque no su ínter acción. La tendencia horaria exhibida
por ambos grupos resultó diferente, variando también los niveles CÍE
confusión manifestados. También en este ocasión lc-s valores oe ICE
vespertinos fueron más altos que los de los matutinos (Fig. 3.J.7.),
Tabla 3.II.i Valores F y sus niveles de significación en ei análisis tí£varianza para la variable Estimación Global de Humor.
F g.l. p
Grupo 15.ES 1 0.0013
Hora H.19 6 0.050*
Brupo x Hor* J.B7 6 0.0931
£1 análisis de variansa de los datos correspondientes a la
v " - .
I3hi5
3 . 1 . 6 . 1 PUNTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO EN LA ESCALA DE FATIGA ( P . O . M . S . ) .
128
40
35
30
20
9hi5
3.1.7.: PÜRTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO EN LA ESCALA DE CONFUSIÓN (P.O.M.S.)
129
estimación global de humor, que se obtiene de la adición de ISE 6
escalas, atribuyéndose valor negativo a la variable vigor., arrojé
efectos significativos de las dos variables independientes, y tendencia
a la significación de su interacción. Obviamente, las diferencies entre
grupo y tendencias horarias se produjeron en la misma dirección que en
el resto de las escalas, a excepción de la de vigor (Fig, 3,1.8.?.
t-3 aplicación de la prueba de Tukey pusD de manifiesto is
existencia de diferencias significativas entre les i?h 15¡r.sn y Ja=
ISmin <p<0.01) en la escala de depresión y entre 1»E 9h 15nin y ls=
(p<0.05) en la escale, de confusión-
130
160
150
140
130
120
V V
^ _ . ——^S \s \\ /\ /
\ /\ /V
/ - — ^ - \
9H15 11hi5 I3hi5 i5hi5 I9hi5 2iln5
PIG. 3.1.8.: PUNTUACIONES MEDIAS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO ES LA ESTIMACIÓN GLOBAL DE HUMOR
(P.O.M.S.).
131
3.1.3. Prueba de Tachado.
3.1.3.1, Aciertos en la prueba de techado.
Tabla 3.12.: Medias (X) y desviaciones típicas (D.7.) de emboaen las siete horas para la variable Aciertes en latachado.'
Brupo Hora 1 Hora 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 HCTS 79hl5l iíh.151 13H151 I5hl5' 17hl5' Í9hl5'
X 69.75 54.15 71.95 78.10 59.95 50.75 60.15Me. tu ti no
D.T. 10.4? 9.99 Í5.M £2.61 13.40 13.85 9,34
T 59.33 53.96 68.é? 76.50 54.33 51.9£ 51.&t?Vespertina
D.T. 1^.17 11.33 14.14 SO.BS 11.36 16,51 12.70
La tabis 3.1E. presenta les medias <Fig. 3.1.9.)y des» istjt->-,£•-
típicas de IDS dos grupos en las diferentes horas estudiadas pars esta
variable. El análisis de varisnra arrojé efecto significativo de 1?
hora (tabla 3.13.) y prácticamente del grupo, siendo la= puntuaciones
de los vespertinos superiores a la= de los matutinos.
Tabla 3.13.; Valores F y sus niveles de significación en el análisis devariar.ra para esta variable,
F g.l. p
Grupo 4.17 1 0.0545
Hora 3.64 6 0.0024
Srupo x Hora 0.69 6 0.6ES3
El método de Tukey «rrojó diferencias significativas entre los
siguientes pares de horast 9h 15«in-llh 15«iin, 9h lSain-iShmin y 9h
15miTY~19h ISfliin íp<0.01 en los tres casos); 9h lSmin-Slh 15min
<p<0.05); H h 15«in-13h 15minf llh 15min-i5h 15»in íp<0.0l en embos
casos»; 13h 15miit-17h lSiiin, 13h 15min-Í9h iSmin, 13b Í5«in-£lh
132
80
70
60
9hi5 11hi5 19H15
PIG. 3 . 1 . 9 . : NUMERO IEDIO DE ACIERTOS EN LA TAEBA DE TACHADO
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
133
<p<0.01 en todos los casos)} 15h i5min~17h ISmin, 15h i5«irr-19h
ISh 15«iin-£lh ISmin (p<0.01 en todos los casos).
3.1.3.2. Errores en la prueba de tachado.
Tabla 3.14.: Hedías (X) y desviaciones típicas (D.T.) de los dos gruposen las siete horas estudiadas, para este variable.
Grupo Hora 1 Hora 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 713hl5( 15hl5' I7hi5! I?hl5' £lhí5'
Matutino
vespertino
X
D.T.
X
D.T.
0-
0.
.£3
.49
O.£3
0.55
0.83
0.93
0.71
O.BI
0.E3
0.49
0.29
0.52
0.20
0.63
0.00
0.00
0.35
0.5ó
0.19
0.45
0.79
l.lí
1,07
1.38
0.6S
0.99
1.Í4
1.18
La Tabla 3.14. muestra les medias Í3.Í.J0.) y desviaciones
típicas para esta variable en las siete horas estudiadas. El análisis
de varísnza (Tabla 3.15.) mostré, efecto significativo de la hora del
día. Curiosamente el número de errores es escaso para ambos grupos. Los
vespertinos presentan más errores a última hora de la tarde.
Tabla 3.15.: Valeres F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.l. p
Grupo 0.08 1 0.7814
Hora 5.03 6 0.0001
Grupo x Hera 0.58 é> 0.7467
La aplicación del «¿todo de Tufcey arrojó diferencias
Significativas entre lo» siguientes pares de horas: 9h 15'-19h Í5' y 9h
134
13hi5 I91ri5
PIG. 3.1.10.: NUMERO MEDIO DE ERRORES EN LA TAREA DE TACHADO
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
135
15'-eih 15' (p<0.05 en ambos casos>| llh 15'-15h 15' (p<0.05); 13h 15'-
I9h 15* y 13h 15'-Slh 15' (p<0.05 en los dos casos); 15h I5'-I9h15' y
15h 15'-Slh 15' <p<0.01 en las dos esc as i enes); 17h 15'-19h 15' y 17h
15'~Elh 15' (p<0.05 en ambos casos).
3.1.3.3. Omisiones en la prueba de tachado.
Tabla 3.16.: hedías <*X) y desviaciones típicas ÍD.T.) de los dos gruposen las siete horas estudiadas, para esta variable.
Grupo Hora 1 Hora S Hora 3 Hc-ra 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79hí5' Ilhl5! I3hl5" 15H151 17H15' 19hí5' £
Matutino
Vespertino
X
D.T.
T
D.T.
8.36
1.04
£.66
0.50
S.69
1.14
3. OS
0.8E
1
3
1
.BB
.18
.11
1
£
1
.3£
.S4
.74
.31
E.86
1.66
3.66
0.S3
5.78
1.01
3.90
0.91
3,07
1.10
3.ÍJV
í.se
La Tabla 3.16. presenta las medias (Fig. 3.1,11.» y desviaciones
típicas de los dos grupos en esta variable* aunque el nú SUSTO de
omisiones también resulté escaso, mostrando más los vespertinos que los
matutinos. El análisis de varianza (Tabla 3.17.) arrojé efecto
significativo de la hora del día y casi significativo de la variable
grupo.
Tabla 3.17.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianz* para esta variable.
F g.l. p
Grupo * . l? I 0.05^5
Hora 3.64 é 0.00S4
Grupo x Hora 0.69 6 0.65Ü3
136
9 h i 5 13hi5 I7lr í5
3 . 1 . 1 1 , : NUMERO MEDIO DE OMISIONES EN LA TAREA DE TACHADO
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
137
Al aplicar el método de Tufcey se obtuvieron diferencias
significativas entre las 9h ISmin y las 19h 15'; 9h 15' y Slh 1515 lEb
15' y I9h J5' <p<O,O5 en todos IPS casos).
3.1^. Prueba de Figuras Iguales.
En esta prueba, que consistió en comparar filas de 10 elementos
geométricos e identificar £ idénticos, se tuvo en cuenta edemas de lc=
aciertos y errores el tiempo, por estimarse que e=ta variable pudiera
ser sensible a variaciones horarias.
3.1.4.1. Aciertos en la pruebe de figuras iguales.
3.1.4.1.1. Aciertos en la prueba de figuras iguales a ticapo fije.
Tabla 3.IB.: Medias <X> y desviaciones típicas ÍD.T.) de los dos gruposen tc-de» las hDrss consideradas, para esta variable.
Grupc Hora 1 Hora £ Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 7' 13hl5' IShlS1 17hÍ5' 19nl5'
T 13.1? 13.9E 13.67 13.OG 14.83 12.75 15.33Matutino
D.T. 3.66 3.E3 3.03 4.01 3.6? 3.H5 5.5c
X íi.46 10.9H Í1.61 1S.69 13.23 11.69 14.OSVespertino
D.T. 5.35 3.H3 E.SH 4.33 4.53 3.97 4.05
La Tabla 3.18. nuestra las medias (Fig. 3.1.IB.) y desviaciones
típicas de ambos grupos para las siete horas en la variable aciertos
cuando se realizó a tiempo fijo (Smin 3Os). El análisis de vanan??
138
(Tabla 3.19.) mostró efecto significativo de la hora.
Tabla 3.19.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis úevaríanza para esta variable.
F g.1. p
Grupo 1.8? 1 0.1B58
Hora E.29 6 0.0393
Grupo x Hora 0.48 6 0.8206
La aplicación del método de Tukey no arrojé diferencias
significetivas en ninguna ae las cooperaciones posibles. Se observe un
número mayor de aciertos a últimas horas del die, siendo las
desviaciones típicas mayores en los matutinos a últimas horas y menorCE
en los vespertinos también a esas horas.
3.I.4.I.S. Aciertos en la pruebs de figur?.s iguales a tiempo libre.
Tabla 3.80.: Medias (X) y desviaciones típicas ÍD.T.) de los dos gruposen las siete horas estudiadas, para esta variable.
Brupo Hora 1 Hora £ Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora ?9hl5' llhlS' 13hl5' Í5hl5' 17hi5* 19bl5'
7 2Í.90 El.80 £2.00 SI.90 El.90 SI.90 £2.00Matutino
D.T. 0.3E 0.4E 0.00 0.3S 0.32 0.3E 0.00
X SI.75 SI.75 El.75 21.75 21.92 S1.75 SI.50Vespertino
D.T. 0.45 0.45 0.6E 0.45 0.29 0.6S 0.67
La Tabla 3.20. Muestra las medias y desviaciones típicas de
grupos en las distintas horas estudiadas para esta variable. £1
139
15
14
13
n
I 5 h i 5 17&15
PIG. 3 . 1 . 1 2 . : NUMERO íffiDIO DE ACIERTOS (CON TIEMPO FIJO) EN
LA TAREA DE FIGURAS IGUALES DE LOS GRUPOS MA-
TUTINO Y VESPERTINO.
140
análisis de varianza (Tabla 3.SI.) mostró efecto significativo úel
grupo.
Tabla 3.20.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.l. p
Grupo 4.60 1 0.0444
Hora 0.36 b 0.90S1
Grupo x Hora 0.S5 ó 0.53¿3
3.I.4.S. Errores en la pruebe de figuras iguales.
3.1.4.2.1. Errores en la prueba de figuras iguales a tiempo fijo.
Tabla 3.SI.: Medias (X) y desviaciones típicas (D.T\i de ambos gruposen las siete horas estudiadas, para esta variable.
Grupo Hora 1 Hora £ Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hors 6 Hora 79nl5' llhlS' 13hI5' Í5ht5! 17hl5' Í9hi5'
X 5.86 6.05 6.00 5.84 6.£4 5.79 fc.S9hatutino
D.T. 0.89 0.74 0.67 0.98 0.79 0.72 l.E£
X 5.36 5.34 5.54 5.74 5.86 5.51 fc.07Vespertino
D.T. Í.39 0.81 0.5£ 1.00 1.03 0.92 0.67
L* Tabla 3.21. presenta las «tedias (Fig. 3.1.13.) y des vi acic-T»es
típicas de los dos grupos en las siete horas para esta variable. El
análisis de varianza (Tabla 3.££.) no arrojó efecto significativo de
las variables independientes ni de su interacción.
141
0'75
0*50
0-25
O
9hi3 I3hi5
FIG. 3.1.13.: NUMERO MEDIO DE ERRORES(A TIEMPO FIJO)ES LA TA-
REA DE FIGURAS IGUALES DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO.
142
X
D.T.
0
0
.16
.52
0.33
0.69
0 .
0 .
00
00
0
0
,1&
.se
0 .
0 .
16
5£
0 .
0 .
16
5S
0 .
0 .
00
00
Tabla 3.El.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.I. p
Grupo 0.35 1 0.560E
Hora 0.B1 6 0.5633
Grupo x Hora 1.52 6 0.17b£
3.1.4.H.2. Errores en la prueba de figuras iguales a tiempo libre.
Tabla 3.23. Í Medias ÍX) y desvire i cne= típicas (D.T.? de los dosen las distintas horas estudiadas, para esta variable.
Grupo Hora 1 Hora E Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 He re9hl5' llhlS1 13M5 1 15hl5' 17hl5' 19hl5' 21hl5¡
Matutino
X 0.41 0.41 0.33 0.41 0-14 0,33 O.?sVespertino
D.T. 0.74 0.74 0.78 0.74 0.47 0,78 0.93
La Tabla 3.E3. presenta las medias y desviaciones típicas de ]?=
dos grupos en las siete horas consideradas para esta variable. El
análisis de variunza (Tabla 3.24.) no arrojó efecto significativo oe
ninguna de las variables independientes ni de su interacción, aunque el
grupo casi alcanza tal efecto.
Tabla 3.24.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.I. p
Grupo 4.31 i 0.0510
Hora 0.44 6 0.853S
Brupo x Hora 0.85 6 0.53é6
143
3.1.4.3. Tiempo de ejecución en la prueba de figuras iguales.
Tabla 3.£5.: Hedías (X) y desviaciones típicas <D.T.) de los dos gruposen las distintas horas estudiadas, para esta variable.
Srupo Hora i Hora 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79hl5' lihlS1 13hl5f 15H15' Í7hl5' 19ht5'
jf B31.9E E49.il £39.15 SSO.3S £07.31 £54.74 199.89Matutino
D.T. 45.60 53.22 50.34 58,83 43.S3 69.83 55.53
X £8ó.6£ £67.98 865,63 295.6c! £51-30 £7¿.£2Vespertino
D.T. 139.14 64.69 80.47 60.69 69.67 79.5% 74.10
La Tabla 3.ES. presenta ls»= medias íFig. 3.1.14-) y desviaciones
típicas (en segundos,' ce los des grupos en lae siete hora= eetudisds=
para esta v^ristie. LOS valores de tje/r.po ae los sujetos VEspert]nc =
son superiores, y su dispersión mayor, que los de los matutinos. El
análisis de varisnza (Tabla 3.£c.) arrojé efecto significativo ae ]f
hora. La inspección de la Tabla 3.85. permite observar valores menores
a ú.ltimaE horas.
Tabla 3.£6.s Valores F y SUE niveles de significación en el análisis de
variansa para esta variable,
F g.1. p
Brupo E.V3 1 0.10E5
Hora E.90 6 0.0113
Grupo x Hora 0.74 6
La aplicación del método de Tukey evidenció diferencias
significativas entre los tiempos registrados a las Elh 15min y loe de
las 13h I5«in y las 19h ISffiin (p<0.05 en ambas ocasiones;.
290
275
260
245
230
215
\ y
V
/ ^ \
/ \/
m
* * i
/ \
/ \
/ \
\
\
\
\
\
\
\ ,
\ /
\ /
V
\
\
V
A/ \\\\\\\\/ \ v
I1hi5 I3bi5
3.1.14.: TIEMPO MEDIO DE REALIZACIÓN (EN SEGUNDOS) DE LA
TAREA DE FIGURAS IGUALES DE I.OS GRUPOS MATUTINO
Y VESPERTINO.
145
3.1.5. Prueba de Razonamiento Verbal.
Esta tarea incluye 3 variables: aciertos, errores y tiempo de
ejecución, siendo de mayor complejidad que las anteriores.
3.1.5.1. Aciertos en la prueba de razonamiento verbal.
Tabl¿ 3.E7.: Medias í3T) y desviaciones típicas ífi.T.Í de los dos gruposen las siete horas estudiadas, pera esta variable.
Brupo
Matut me
Hors 19hl5'
7 BB.23
D.T. 6.7E
Horallhií
2
El.71
Hora 313hí5*
E7.63
6.74
Hora 4lShlS1
27.89
7.OH
Hora 517hl5'
as. oo
7.11
Hora 619hi5'
£7.89
7.H4
Hora
é.
7
08
X 31.00 31.39 31. ES 30.78 31-00 30.50 B*?*83Vespertino
D.T. 1.00 0.55 0.75 1.56 0.79 l.HS l.é*?
La Tabla 3.E7. presenta las medias (Fig. 3.1-15.) y desviaciones
típicas de los dos grupos en las diferentes horas estudiadas para esta
variable. En esta prueba los matutinos alcanzaron valores inferiorESf
pero mostraron mayor variabilidad, que los vespertinos. El análisis de
varlanza (Tabla 3.EB.) mostró efecto significativo de la hcr&.
Tabla 3.SB.t Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarlanza para esta variable.
F q«l- P
Grupo i . 6 2 1 0.HS11
Hora S.55 6 0.0S45
Grupo x Hora i . 5 * 6 0.17E"
V16
32
31
30
29
26
11hi5 I3hi5
PI6. 3.1.15.: NUMERO MIDIÓ DE ACIERTOS EN LA TAREA DE RA-
ZONAMIENTO VERBAL DE LOS GRUPOS MATUTINO Y
VESPERTINO.
147
Mediante la aplicación del método de Tukey se obtuvieren
diferencias significativas entre los valeres correspondientes a la
primera y última hora estudiadas (p<0.05;.
3.I.5.B. Errores en la prueba de razonamiento verbal.
Tabla 3.89.: Medias <Y> y desviaciones típicas <D.T.) óe los dos gruposen las siete horas estudiadas, para esta variable.
Grupo Hore 1 Hors 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79H151 llhlS" 13hl5' lShlS1 I7hl5' 19hI5'
Matutino
Vespertino
X
D.T.
T
D.T.
1.87
£.6ó
1.36
0.96
£.
S.
1.
0.
49
39
oe
c
£
0
.kb
.39
.93
E
E
1
.06
.72
.36
0.
OB
67
88
E.06
E.7S
1.85
0.98
3.09
1.97
B.'cb
0.86
La Tabla 3,89, presenta las medias (Fig. 3.1.1b.) y desviaciones
típicas de los dos grupos en las distintas horas consideradas para e=ts
variable. El análisis de varianza <Tabla 3.30.) mostró etecte
significativo de la hora. El número de errores es escaso en ambes
grupos, aunque en el caso de los matutinos es superior y muestran ¡ne-
var labilidad.
Tabla 3.30.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.l. p
Grupo 0.97 1 0.3395
Hora 3.46 6 0.0039
Brupo x Hora i .30 b O.Bbth
148
mv
11hi5
PIG. 3.1.16.: NUMERO MEDIO DE ERRORES EN LA TAREA DE RAZONA-
MIENTO VERBAL DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPER-
TINO.
149
El método de Tukey puso de manifiesto !a existencia de
diferencias significativas entre les registros efectuados a última hora
y todos los demás a excepción del realizado a las I9h ISisin (p<0»05 en
todos los casos excepto en la comparación £lh 15inin-9h 15/nín, en que
fue significativo al VA).
3.1.5.3. Tiempo de ejecución en la prueba de razonamiento
Tabla 3.31.: Medies <)O y desviacic.r-eE tapices tD.7.) de los do= gruposen la* horas estudiadas, pera esta variable.
Grupo Hora 1 Hora a Hora 3 Hera A Hora 5 Hrr? é9hl5' lIhí5E IShlS-' lShlS1 Í"hl5' 19hí5' Elhi5!
7 145.10 i^.69 mM. B9 150.S4 147,33 lHc.,11 135.9iMatutino
D.T. E9.03 S5.b9 «H. l l 6£.55 33.80 3B.13 ^3.0^
T 176.^7 179.70 169.6H 167 59 160.£1 157.E5 3¿4.95Vespertino
D.T. 37.55 39.61 36.05 39.46 E8.09 £8.37 36.03
La tabla 3.31. muestra las medies <Fig. 3.1.17.) y desviaciones
típicas (en segundos) de los dos grupos en las siete horas estudiadas
para esta variable. El análisis de varianza (tabla 3.3E.) no mostr-
efecto significativo de las variables independientes ni de su
interacción.
Tabla 3.3S.t Valores F y SUE niveles de significación en el análisis devariansa para esta variable.
F g.l. p
Grupo 2.62 1 0.1B41
Hora 0.B5 6 0.5333
Grupo x Hor* 0.67 6 0.670?
150
m
v
13H15 I7hi5
3.1.17.: TIEMPO MEDIO DE REALIZACIÓN DE LA TAREA DE RAZONA-
MIENTO VERBAL DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
3,1,6. Prueba de Tiempo de Reacción ante estímulos alf«.mistéricos.
Se consideraron independientemente el tiempo de reacción medie-
global de los 500 estímulos y el de cada uno de los bloques de EO
estímulos.
S.l.ó.l. Tiempo de reacción global.
Tsbia 3.32.: Medias (T) y desviaciones típicas (D.T.), en milisegundos,de los dos grupos, en las siete horas, para esta variable.
Grupo Hcra 1 Hora £ Hore 3 Hora 4 Mora 5 Hc-re 6 Ho;-a 713hI5' 15hl5' 17hl5' 1 9 M 5 1 SIhl5'
T 564.00 5&6.40 573.15 566.90 566,55 570.60 5¿?.J5Matutino
D.T. 64.71 70.80 77.38 81.50 81.Oí 75.1? 7S.74
X 58*. 41 53B.09 582 = 0-+ 597.95 576.00 590. bE 569.09
D.T. 61.56 55.45 57.19 93.13 53,66 7~-.3íf 75.15
La Tabla 3.33. presenta las medias (Fig. 3.1.18.) y oesviacíones
típicas de los dos grupos en las siete horas consideradas p$rs> eft?
variable. La inspección de los datos permite apreciar uniforsijoaa en
k<s resultados, siendo los tiempos de los matutinos algo meiiores qu?
de Jos vespertinos. £1 análisis de varisnza (Tabla 3.3^.) no arrojí
significativo de las variables independientes ni de B-J
ínteracción.
3.34.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devaríanzs para esta variable.
F g.l. p
0.40 1 Q.53ÍA
ltor« 0.75 6 0.6074
Sr"po x Hora 0.37 6 Ü.B995
152
3.1.6.2- Tiempo de reacción por bloques.
Tabla 3 .35. : Hedías (X) y desviaciones t íp i cas <D.T.), en a i 1 isegundes,de los grupos matutino (M) y vespertino (V). en las s ietehoras estudiadas, para l a var iab le tiempo de reacción porbloques (Bl a B1O>.
Grupo Hora 1 Hora 2 Hora 3 Hora 4 Hora 5 Hora 6 Hora 79M51 l l h l S 1 V3hl5* 15M51 17hl5 l 19hl5 2 IM5-
7 512.10 516.40 503.35 515.65 510.80 510.85 493.30Bl
D.T. 65.92 7t .73 74.01 76.75 78.54 62.53 65.67
7 53¿.65 541.15 548.CS 5*9.60 566.50 550.¿0 55S.SC'
D.T. 56.10 78.85 70.99 65.11 114.£n 67.31 "0.11
T 544.70 576.E5 595.5*» 5*>8.C5 565.60 565.75 t?1.0'>B3
D.T. 47.80 55.09 IIS.*»^ 8^.25 e*».U 59.04 78.9b
7 594.05 ¿13.60 610.25 SSB.fcO 585.60 598.15 5^6.~»B4
D.T. 81.1E 74.76 9c.7B 75.54 84.91 64.41 8^.48
7 545.85 534.25 550.65 540.65 542.20 5*3.95 ^I.7t
D.T. 6C>.87 75.6* 77.*»g 65.B8 73.11 7e.B0 "7.po_X 586.75 592.25 612.00 611.90 606.75 Ó10.8C' 5B7.35
BiD.T. 65.99 84.01 71.89 141.47 78.35 94.10 9fc.B7
7 573.40 575.00 585.15 585.65 577.95 579.3=B?
D.T. 68.IB 76.06 106.75 95.64 115.01 B5.06 83.74
T 564.90 577.70 560.50 565.85 554.65 560.85 SE5.9OBB
D.T. 59.66 77.81 69.23 7B.91 65.58 BO.96 75.33
T 547.10 541.90 567.60 567.45 550.55 548.00 561.2569
D.T. 87.75 70.69 5E.19 82.77 68.09 77.60 104.42
7 614.20 590.45 600.25 594.45 606.05 609.30 611.40B10
D.T. BE.61 B2.73 99.14 79.67 88.50 107.55 BE. 77
153
Tabla 3.35.: Continuación
7 523.32 531.45 521.54 534.33 523.6* 524.95 523.45Bl
D.T. 58.62 58.53 54.10 98.16 47.77 109.79 &£.BB
"x 562.06 579,45 559.IB 575.6B 563-86 569.66 556.3£B2
D.T. 61.36 56.79 56.65 10B.26 63.03 84.42 64.56
Y 598.86 589.91 591.50 611.77 57B.32 606.E5 59S.4JB3
D.T. 59.86 56.B3 46.32 104.1S 67.71 69.12 62.5?
T 617.3E 609.73 611.73 6S1.04 604.32 ¿£1.00 633.91B4
D.T. 50.12 79.89 70.40 71.29 50.í4 80.53 94.19
T 566.41 562.54 576-23 571.68 572-36 577.09 573.43B5
D.T. 76.26 60.69 64.59 90.97 52-44 83-87 84.84V _
X 596.09 615.95 610.73 631.73 605.27 624.09 619.41B6
D.T. B0.E4 76.07 75.04 124.64 57.36 76.39 85.36
~X 5B5.59 609.09 57B.36 619-50 594.04 608.86 597.£4E7
D.T. 72.36 68.49 79.63 96.95 75.65 79.39 71.34
*7 571.91 594.09 5S1.54 591,£3 556.64 577.E3 589.5-BB
D.T. 74.09 87.24 86.33 102.37 75.70 7B.67 92.34
T 590.45 566.50 573.41 594.09 568.53 562,78 553.lfcB9
D.T. 79.53 ¿6.4B 69.90 96.Bl 71.40 83.86 71.42
T 628.54 613.41 609.68 632.64 597,6B 630.14 636.09B10
D.T. 70.97 67.11 59.56 9B.97 65.00 72-53 91.62
La Tabla 3.35. presenta las medias y desviaciones típicas de les
grupos en las siete horas estudiadas para ewta variable. El
de varianza (Tabla 3.36.) arrojó efecto significativo de 1&
variable bloque y una cierta tendencia en la interacción bloque y. hora,
difícil de evaluar dado el elevado número de variables y sus diferente?
tendencias.
154
II
131115 I7hl5
3.1.18.: PATENCIA IEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) EN LA
TAREA DE TIEMPO DE REACCIÓN DE ELECCIÓN DE LOS
GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
155
Tabla 3.36.; Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
g.l, p
1 0,5835
9 0.0001
9 0.995c
6 0.8052
Grupo
Bloque
Erupo x
Hora
Gripe- "
Bloque
6'" UpO K
Bloque
Hora
x Hora
Bloque >; Ho¡-a
F
0.H2
41.31
0.19
0.50
0.35
1.E5
0.6"1
0.Í1J5
0.5
Al aplicar el método de Tuke/ para comparacionee múltiples, con ei
fin de precisar ertre qué bitoques e;tiEtian diferencias sjgnifícatives
en caria hora estudiada, se observaron las siguientesj
Hora I;
- entre el bloque 1 y los bloques 3, 4, 5, 6 y 10 (p<0.01 en todos lc-=
casos) y entre los bloques 1 y 7 (p<0.05).
~ entre el bJeque S y los bloques h (p<0.05) y JO (píO.Ol).
~ entre el bloque 5 y el 10 (p<0.01).
Hora £.-
~ entre el bloque 1 y Jos bloques 4T 6, 7, 10 {p<0.01 en las cuatro
ocasiones), 3 y B (p<0.05 en ambos casos).
~ entre el bloque * y los bloques 5 (p<0.01) y 9 <p<0.05>.
- entre los bloques 5 y 6 <p<0.05>.
156
Hora 3:
- entre el bloque 1 y los bloques 3, 4f 6, 7, 10 (p<0.0i en todos los
casos), 8 y 9 tpíO.05 en ambos cases).
- entre el bloque £ y los bloques h y 6 (p<0.05 en los dos casos).
Hera kt
~ entre el bloque 1 y los bloques 3, ¿t, ó, 7, 10 (p<0.0i en todcs los
casos> y ? <p<0.05).
- entre los bloques 5 y 6 (p<0.05>.
- entre el bloque 5 y les bloques b (píO.OÍ) >• 10 tpíO.05).
Hora 5:
- entre el bloque 1 y los bloques H, 6, 7, 10 (p O.0J en todas ls=
ocasiones) y 5 (p'0.C5>.
Hora 6:
- entre el bloque 1 y los bloques 3, 4, 6, 7 y 10 (p<0.01 en tod:= Io=
casos).
~ entre el bloque 2 y los bloques fc y 10 íp<0.05>.
- entre el bloque 5 y los bloques ó, 7 y 10 (píO.05).
- entre el bloque 6 y los bloques 9 y 10 <p<0.05>.
Hora 7.
* entre el bloque 1 y los bloques 3, 4f 6, 7, 8, 9 y 10 (p<0.01).
- entre el bloque S y los bloques * <p<0,05> y JO (p<0.01).
~ entre loe bloques 5 y 10 (p<0.05í.
Se aprecia fundiaentaImente el efecto del primer bloque, cuyes
157
valores son inferiores a los demás, y el del bloque 5.
En el Apéndice II se señalan con un asterisco los sujetos
seleccionados de uno y otro grupo, no sólo en la variable temperatura
sino también en otras variables (aciertos en las tareas de tachado, de
figuras iguales y de razonamiento verbal; tiempos medios de reacción de
elección ante estímulos alfa-numéricos y de realización de las pruebas
de figuras igutles y razonamiento verbal y las escolas de ira, vigc-r y
fatiga del F'OMS) que se juzgaron de interés para eliminar si efecto
en.<n£=carador del horario impuesto, Les promedios de estos sujetos en
estas variables se muestran en la Tabla 7.60, tApéndice II) y se
representan gréficanr<ente en las FJQ. 3.1-19- a 3.1.£8. ambes incJusivc-
<a continuación en el teí;tc<),
158
J7S
36 29
3628
3627
36S6
36S5
/
/ /
v/ X
/
J!l
A ^A / v/ \ ' \
\ /
/ A/ / \ Jl1 / \ j\I ' \ X \I / \ X \/ * \ x i
\\\\V \
\ \
\
\
\
3,1.19.: TEMPERATURA MEDIA DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO (EN GRADOS
CENTÍGRADOS).
159
50
40
35
30
11hi5 19*1.15
3.1.20.: PUNTO ACIÓN ÍBDIA EN LA ESCALA DE IRA DE LOS SU-
JETOS SELECCIONADOS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y -
VESPERTINO.
160
m50
45
35
30
11H15 13h15
3 . 1 . 2 1 . : PDMTÜACION MEDIA DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO DE LA E S -
CALA DE VIGOR ( P . O . M . S . ) .
161
11hi5 2ihi5
3 . 1 . 2 2 . : PUNTUACIÓN MSDIA DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO EN LA ES-
CALA DE FATIGA ( P . O . M . S . ) .
162
80
70
60
50
13Í115
3 . 1 . 2 3 . : NUMERO MEDIO DE ACIERTOS EN LA TAREA DE TA-
CHADO DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
163
17
16
15
14
13
12
11
10
I5hi5
3 . 1 - . 2 4 . : MOTERO MEDIO DE ACIERTOS EN LA TAREA DE FISURAS
IGUALES (A TIEMPO FIJO) DE LOS SUJETOS SELECCIO
NADOS DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
164
9hi5 111115
3.1.25.: TIEMPO MEDIO DE REALIZACIÓN (EN SEG.) DE LA TAREA
DE FIGURAS IGUALES DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS -
DE LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
165
31
30
.
111115 I3h15 15H15 17&15 I9h15
3 . 1 . 2 6 . : HUMERO MEDIO DE ACIERTOS EN LA TAREA DE RAZONAMIENTO
VERBAL DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS DE LOS GRUPOS M&
TÜTIITO Y VESPERTINO.
166
\ t\
3.1.27.: TIEMPO MEDID DE REALIZACIÓN (EN SEG.) DE LA TAREA
DE RAZONAMIENTO VERBAL DE LOS SUJETOS SELECCIONA-
DOS EN LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPERTINO.
167
650
600
550
m* ^ ^ ^ N^
\
I I
A-,'f \
13hi5 15hi5
F1G. 3.1.28.: LATEKCIA MSDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) EN
LA TAHEA DE TIEMPO DE REACCIÓN DE LOS SUJETOS
SELECCIONADOS EN LOS GRUPOS MATUTINO Y VESPER
TINO.
168
3.2. SEGUNDO EXPERIMENTO.
En este segundo experimente se denomina a ls variable témpora]
"momento" en lugar de hora, dado que expresa mejor la situación
experimental, puesto que se obtuvieron tres medidas de cada hora.
3.S.I. Tiempo de ejecución de ls Forma A de la Prueba de Trazado.
Tabla 3.37.j Medias (X) y desviaciones típicas ÍD.T.Íde los dos gruposen esta variable.
7 D.T.
Matutino SI3.00 3?.IE
Vespertino S1B.57 38.63
La Tabla 3.37, presente las medias y desviaciones, ^ n segundos.
Ele todas las sesiones incluidas en los períodos de mañana y de tarde de
los dos grupos, para esta variable. El análisis de varianrs OabJs
3.38.) mostró únicamente efecto significativo de la variable momento.
Tabla 3.38.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
F g.l. p
0.02 I 0.B953
14. OS ES 0.000 i
0.73 ES 0.6051
En IB Tabla 3.39. se presentan los pares de «omentos entre los
se obtuvieron diferencias significativas.
Tabla 3.39.: Pares de momentos del día entre los que existe diferenciaen el tiempo de ejecución y su nivel de eignificacidr(•«p<0.05, **«p<0.01>.
Par p
9h 50' - lSh 50' •
9h 50' - I3h 30' •
9h 50' - I5h 30' •*
lOh 10' - U h 10' **
lOh 10' - lln 30' *
lOh 10' - l£h 10' ••
lOh 10' - 13h 10* •#
lOh 10' - 15h 30- •#
K>h 10' - 15h 50' #*
lOh 10' - 17h 10' *#
lOh 10" - 17h 30' •
lOh 10" - lSh 10' *#
lOh 30' - 13h 10' •
K»h 30' - 15h 30' ••
lOh 30' - 15h 50' *#
tOh 3C>' - 17h 30' **
lOh 50' - 12h 30' **
lOh 50' - 13h 30' •#
l<»i 50' - 15h 30" •*
llh 10' - lSh 30' •*
llh 10* - I3h 30' ••
llh 10' - t5h 30' ••
llh 10' - 16h 10' #
ilh 30' - 18h 30' ••
llh 30l - 13h 30' *•
Tabla 3.39.: Continuación.
llh 30' - 15h 30' ••
llh 50' - 15h 30! *•
llh 501 - 17h 30' #*
lHh 10" - lHh 30' •*
12h 10' - 13h 30' #*
ISh 10' - I5h 30' •*
12h 10' - 16h 10• •
IHh 30: - l£ri 50! *
ISh 30' - 13K 10• *•
l£h 30' - 15h 30' *•
ISh 30' - I7h 30' *#
l£h 30' - 17h 50 **
!£»• 30' - I8h 10' ##
l£n 50' - I3h 30 •
Í2h 50' - 15h 30' #•
13h 10* - 13h 3Ol **
13h 10' * 15h 30• •*
Í3h 10' - Ihh 10' •«
I3h 30' - I5h 30' •*
i3h 30' - ISh 50' •*
13h 30' - 17h 30' *•
13h 30' - 17h 50' •#
13h 30' - iBh 10' ••
13h 50* - I5h 30' ••
13h 50' - 15h 501 ••
13h 50' - 17h 30' ••
171
Tabla 3.39. : Continuación.
15h 10' - 15h 30' *#
15h 10' - 15h 50' **
I5h 10' - 17h 30! •
15h 30' - 15h 50' •*
15h 30l - 16h 10' **
15h 30' - 16h 50' **
15h 30' - I7h 10' **
15h 30" - 17h 30' **
15h 30' - I7h 50' **
15h 30' - I8h 10' ••
15h SO1 - I6h 10' ••
15h 50' - 16h 30l ••
I5h 50' - 16h 50' ##
15h 50' - 17h 10' •*
15h 50' - 17h 30' «•
16h 10' - 17h 30' #«
16h 10' - 18h 10' #*
16h 30' - Í7h 30' **
16h 50' - 17h 30' •*
17h 10' - 17h 30' *
17h 10' - lBh 10' •«
Los datos d* la» 15h 30»in y da la« lOh 30nin con los mommntos en
que %B diferencian má% lignificativaiaente d«i rastot seguidos de loe
en torno a la últi«a hora.
172
3.5.2. Tiempo de Ejecución de la Forma B de la Prueba d* Trazado.
Tabla 3.40. t Hedías <T> y desviaciones típicas (D.T.), en segundos, dilos dos grupos en esta variable .
Matutinos
Vespertinos
X
319.S0
335.48
D.T,
71.37
60.89
La Tabla 3.40. presenta las medias desviaciones táparas de los
tiempos de ejecución de este prueba. El análisis de varianss {Tabla
3.41.) mostré efecto sifnificativo del momento del día .
Tabla 3.41. : Valores F y sus niveles de signifícacicn del análisis devarianza para esta variable .
F g.l. p
Grupo 0.£7 1 0.6]i 5
Momento 4.58 Se 0.00C-1
Grupo x Momento Ü.4E EE
Al aplicar del método de Tukey se evidenció la existencia
diferencias significativas entre los tiempos registrados a l&s,
30min y los de todas las sesiones de mañana desde las 9h 50min a
13h 50min. También resultaron significativas las comparaciones
tntre los tiempos de las 15h 30min y los de las 17h 30min, I7h 50min y
lonin .En todos los casos el nivel de significación fue del O.Oi.
, las 15h 30min aparece como el momento del día «ás diferente
resto.
Los tiempos medios de realización en la prueba de trazado, para
fornas» se representan por separado para el grupo matutino (Fig.
3*2.l.> y p a r 4 ei grupo vespertino (Fig. 3.S.S.).
173
6 0 0
500
400
300
200
121110 131110 14&10 i5hi0 i6hi0 17*110 i 8 h i 0
PIG. 3 . 2 , 1 , : TIEMPO MEDIO DE REALIZACIÓN (EN SEG.) UE LA PRUEBA DE TRAZADO DE LOS SUJETOS" HATOTINOS.i
(FORMA A Y FORMA B ) .
i 600
500
400
300
200
Hi
\
\ \vi
At
tt
t
\\\\
/
A/ \/ \
/f S s
. /l V A
///f
A ''
10hi0 12hiO 131110 14hiO I6hio 181110
PIG. 3 . 2 . 2 . : TIEMPO MEDIO DE REALIZACIÓN (EN SEG,) DE LA -PRUEBA DE TRAZADO DE LOS SUJETOS VESPERTINOS
(FORMA A Y FORMA B ) .
3.5.3. Tiempo de Reacción ante Estímulos No Verbales Idénticos.
En esta tarea, como en otras del mismo grupo, se introduce la
variable independiente de hemisferio, por presentar los estímulos
dicóptieamente.
Tabla 3.4£.
Matutinos
Vespertinos
Medias (X) y desviaciones típicas (D.T.), enmilisegundos, de los dos grupos en esta variable.
Hemisferio derecho
T D.T.
733.S5 74.12
771.90 171.98
Hemisferio izquierdo
5" D.T.
775.88 45.99
816.58 175.96
La Tabla 3.4E. nuestra las medias (Fig. 3.2.3, y 3.2.4.) y
desviaciones típicas de los dos grupos en esta variable. Se puede
observar la mayor dispersión de las puntuaciones de los vespertinos.
El análisis de varianza (Tabla 3.43.) arrojó efecto significativo üz.1
•omento del día y del hemisferio.
TabU 3.43.: Valeres F y sus niveles de significación en el análisis títvarianza para esta variable.
Grupo
«omento
5rupo x Momento
"«•isferio
Grupo x Hemisferio
«omento x Hemisferio
GruPo x Momento x Hemisf.
F
0.26
1.59
0.64
10.56
0.00
1.30
0.59
g.l.
1
S9
£9
1
1
B9
29
P
0.6Í95
0.0321>
0.9296
0.00B7
0.9677
0.1432
0.9559
176
1000 i
900
800
700
600
500
9h10 131110 15hi0 I9hio 2Oh5O
PIG. 3.2.3.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE LAS PAREJAS DE FORMAS GEOMÉTRI-
CAS IDÉNTICAS DE LOS SUJETOS MATUTINOS.
r 1QOO
900,
9h10 19hi0 2Oh5O
FIG. 3.2.4.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE LAS PAREJAS DE FORMAS GEOMÉTRICAS
IDÉNTICAS DE LOS SUJETOS VESPERTINOS.
La prueba de Tukey no arrojé diferencial significativas en
ninguna de las comparaciones posibles.
3.2.4. Tiempo de Reacción ante Estímulos No Verbales Diferentes.
Tabla 3.44.: Hedías ÍX> y desviaciones típicas (D.T.), en mi 11 secundes,de los dos grupos en esta variable.
Hemisferio derecho
X D.T.
Matutino 766.56 40.41
Vespertino 7B4.0B
Hemisferio iz
7 D.T.
696.£7 51.2"
707.86 140.73
L* Tabla 3.44. presenta las medias <Fig. 3.2.5. y 3.E.6.Í y
desviaciones típicas de los dos grupos en esta variable. Pe ncte.o se
encuentra mayor dispersión en las puntuaciones de los vespertinos que
er< las de los matutinos. El análisis de va ríanse (Tabla 3.45.) mostré
efecto significativo del hemisferio y prójimo a ia significacien de!
•omento.
Tabla 3,45.t Valores F y sus niveles de significación en el análisis devaríanza para CEta variable.
Srupo
"omento
Srupo x «omento
"•• isfwio
^«Po x Hemisferio
•tewwtto x Hemisferio
Sr"Po x Momento x Hetiisferio
F
0.04
1.46
0.48
12.92
0.06
1.10
1.03
179
g . l .
i
s?
S9
1
1
S9
29
P
O.B48<<
0.0644
0.9906
0.0049
O.7S76
0.3335
0.4£3<f
3.8.5. Tiempo de Reacción ante Estímulos Verbales Con Significado,
Tabla 3.46.: Medias (X) y desviaciones típicasíD.T.), en nilisegundos,de les dos grupos en esta variable.
Hemisferio derecho Hemisferio izquierdo
X D.T. X D.T.
Matutino 616.69 55.39 618.05 44.91
Vespertino 656.37 U7.S1 658.86 93.SJ
La Tabla 3.46. presenta las medias <Fiq. 3.B.7. y 3.S.8.) y
desviaciones típicas de los dos grupos en esta variable. LDS tiempos cíe
reacción ante estímulos presentados e uno u otro hemisferio Eon
idénticos, pero como en ca=:<s anteriores las puntuaciones cíe los
vespertinos muestran una mayor variabilidad. La Tabla 3.47. muestra les
resultados del análisis de varianza que no arrojó efecto significstive-
de ninguna de las variables independientes ni de su interacción, aunque
hay una cierta tendencia a la significación del momento y de Js
interacción momento x hemisferio.
Tabla 3.47.: Valores F y sus niveles de significación en el ar-álisis ücvarianza para esta variable.
Grupo
Momento
Grupo x Momento
Grupo x Hemisferio
Homento x Hwúsferio
Gr"po x Momento x Hemisferio
F
0.65
l.SB
0.58
0.04
0.00
1.88
1.10
g.l.
1
£9
S9
1
1
29
E9
P
0.4391
0.1597
0.9605
0.8404
0.9458
0.1591
0.3341
182
r1000
900
800
700
600
500
9hi0 11hi0 13h103=//
171110 21h50
FIG. 3.2.5.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE PAREJAS DE FORMAS GEOMÉTRICAS
DIFERENTES DE LOS SUJETOS MATUTINOS.
r7000
900
800
700
600
500
9hiO I5hio 2oh50
PIG. 3.2.6.i LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE PAREJAS DE FORMAS GEOMÉ-
TRICAS DIFERENTES DE LOS SUJETOS VESPERTINOS.
3-5.6. Tiempo de Reacción ante Estímulos Verbales Sin Significado.
Tabla 3.48.: Medias (X) y desviaciones típicas (D.T.), en «i1isegundos,de los des grupos en esta variable.
Hemisferio derecho Hemisferio izquierdo
X D.T. X D,T.
Hatutino 697.9i 55.63 651.74 56.55
Vespertino 702.S9 lie.83 667.6S 109.31
la Tabla 3.48, presenta las medias (3.2.9. y 3.S.10.) y
desviaciones típicas de los dos grupos en esta variable. Las latericias
de respuesta ante estímulos verbales sin significado son mayores cuando
éstos se presentan al hemisferio dErecho. De nuevo encontrados vna
nayor variabilidad de las puntuaciones de latencia de los vespertinos
respecto a los matutinos. El análisis de varianza arroje efecte
significativo del hemisferio (Tabla 3.49.), y una cierta tendencia s Is
significación del momento.
Tabla 3.49.: Valores F y sus niveles de significación en el análisis devarianza para esta variable.
Grupo
Momento
Grupo x Momento
Hemisferio
Grupo x Hemisferio
tomento x Hemisferio
Grupo x Momento x Hemisferio
F
0.04
1.31
0.43
8.35
0.32
0.70
0.60
g . l .
i
29
29
1
1
29
29
P
0.8446
0.137B
0.9959
0.0161
0.5830
0,8767
0.9497
L 185
1000
900
800
700
600
500
131H0 19hi0
PIG. 3.2.7.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE ESTÍMULOS VERBALES CON SIG
NIFICADO DE LOS SUJETOS MATUTINOS.
1000
MIPICADO DE LOS SUJETOS VESPERTINOS
lOOOl
900
800
700
600
500
11¿1O ' I3frfo" 17h10 I9hio 2Qh30
FIG. 3.2.9.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE ESTÍMULOS VERBALES SIN SIG-
NIFICADO DE LOS SUJETOS MATUTINOS.
IOOO
900
800
700
600
500
11hiO =//"15h10 I7hio 19hi0 20h50
PIG. 3.2.10.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE ESTÍMULOS VERBALES SIN
SIGNIFICADO DE LOS SUJETOS VESPERTINOS.
En «1 apéndice II se incluyen las hojas de registro de los
sujetos incluidos en los análisis de varianza para todas las variables
estudiadas en el primer experimento; los resultados promedios de cada
grupo en el segundo experimento y los resultados promedios individuales
en cada sesión de dicho experimento, pues se consideró que la
presentación de los resultados de cada aplicación no aportaba
información relevante.
183
Ktoisnosia -
4.1. DISCUSIÓN DE RESULTADOS DEL PRIMER EXPERIMENTO.
De las variables independientes estudiadas en el primer experimente
alcanzaron significación varias. La variable de grupo, en todas las
escalas de humor, en el número de aciertos y de omisiones de la tares
de tachado, y en el número de aciertos y de errores de la tares de
figuras iguales a tiempo libre. El grupo matutino alcanzó niveles mes
altos de rendimiento y mostró valores inferiores en fatiga, tensión,
depresión, ira y confusión, y valores superiores en vigor.
La variable hora del día tuvo efectos sigmficstivos er¡ las
medidas de temperatura, depresión, confusión, nt"nero de aciertes y
errores en la tarea de tachado, número de aciertos en la tarea de
figuras iguales a tiempo fijo y tienpo de realización de la ÍPÍS^S
tarea, y núñero de aciertos en la tarea de razonamiento verbal. La
aplicación del método de Tukey reveló diferencias significativas en ls=
comparaciones de numerosos pares de horas, de las que se destacan ls=
establecidas entre las 9 de ía mañana con todas 1*= demás,
principalmente con las 7 y 9 de la tarde, y entre las 3 de la tarde con
estas últimas también.
La interacción de ambas variables independientes arrojó efecto
significativo en las escalas de vigor y fatiga, y una clara tendencia ?
la significación en la estimación global del humor, y en el número de
aciertos en las tareas de razonamiento verbal.
Dada la diversa índole de las variables dependientes, no ss
pueden establecer conclusiones generales acerca de las diferencies
190
entre sus valores a lo largo del día. Por ello, pasaremos a comentar
cada una de las pruebas independientemente.
TEMPERATURA.
La hora del día es la variable independiente que tiene efecto
significativo sobre los registros de temperatura obtenidos en nuestra
estudio. La fig. 3.1.1. muestra que en los dos grupos la temperatura
tiende a subir desde las 9 de la mañana hasta primeras horas de ls
tarde, donde se alcanzan los valores mecimos, que en los vespertinos ss
mantienen hasta Ia3 7 de la tarde en que comienzan a decaer, tn ICE
matutinos la elevación de la temperatura es roas drástica, y se produce
una caída pasajera hacia las 5 de la tarde-
Resultaron esperan les tanto la forma de le. curva COIRD 15=
diferencias de temperatura entre les horas que resultaren ser
significativas con el método de Tukey: las de las 9h 15min respecto a
les del final de la tarde, y las de las lih ISmín respecto &l picc
máximo de las 19h lSroin. En este sentido, nuestros resultados se
corresponden con los de fischoff (1980,'; Colquhoun y cois. Í19Í8;?
Xleitman y Doctorsky (1933) y Kleitman y Jaekson (1950). Ein embargo, a
primera vista sorprende la inexistencia de diferencias entre ambos
grupos que otros muchos autores han encontrado, en diversas condicione*
y diseños: en estudios de campo <A*kerstedt y Fr&berg, 1976; Sardiany»
en estudios de laboratorio prolongados durante £<th (Breitheupt y
1981; Hildebrandt y Strattman, 1979), y durante lSh (FrÉberg,
1977), o incluso en estudios donde los mismos sujetos realizaron sus
propios registros, bastante espaciados, pero durante períodos largos
(Foret y cois., 1962; Home y Qtsberg, 1973) o máz numerosos durante
periodos «as cortos (Horne y Stsberg, 19B0; Kerfchof, 1984; ÍJtsberg y
Nicho11, 1973), o incluso muy frecuentemente durante periodos largos
(Dtsberg, 1976).
Creemos que la razón que puede subyacer a la falta de acuerdo
entre nuestros resultados y los de estos autores es que iodos nuestro-
sujetos llevaron durante el experimento un horario similar, ferrado psr
el propio diseño; quizás por ello no existan diferenciéis í lss *?h
15>t;in, hora en que previsible<rsente les matutinos exhiben niveles de
temperatura más altos. A favor de este argumente estar i* tí^bíéi ¡s
projimidad del punto medio de actividad -entre la hora de levantarse y
ia de acostarse- Entre ambos subgrupos! sólo HSmin (según se desprende
cte las hojas de registro de actividad) frente a los 74min que encontró
Kertr-hof Íi9£4) y 7áír,in de los sujetos de Uebh y Bonnet (1978). Bada. 1*
estreche relacién entre el sueñe y ls temperatura ( la hc-ra de
despertarse impuesta bien pedo in-fUsir en ur¡ pc-sible adelento de fe=e
*ís los sujetos vespertinos y en un retraso de fase de los matutinos;
hecho muy probable si se comparan les diferencias horarias entre les
acrofases de temperatura de los sujetos de ios estudios de Foret y
«Is.(i982> y de Kerfchof íl^B^), cuyos puntos medios de actividad
«uestran también discrepancias similares. La mayor dispersión de los
vslores de los vespertinos también indica la intervención de agentes
que bien pudieran enmascarar sus ritmes naturales.
Con estas consideraciones seleccionamos 5 sujetos matutinos y 6
vespertinos que habían mantenido sus horarios preferidos (reflejados en
192
el cuestionario de matutinidad-vespertinidad) par» acostarse y
levantarse» quizás no en todos los días experimentales, pero sí en el
promedio de los S días.
El punto medio de actividad de los sujetos matutinos pasó a ser
las 15h 46<nin en lugar de las lóh 3min para todo el grupo, en el case-
de los sujetos matutinos. En los vespertinos sufrió un retraso desde
las íóh E8min para todo ei grupo a las léh 5ó*nin pet-a ICE
seleccior>ados• Con los promedios de temperatura de los seleccionados de
cada g.-jpc se tre;¿ la curva representada en la fig. 3.1.19., donde se
aprecie un adelanto de la acrofsse de les sujetos con tendencis»
matutinas respecto a la de les sujetos vespertinos, de uras 4h
(EnOmin), además de un declive en la temperatura de este último grupo s
las ilh 15nin descrito también por Sarm=ny
PERFIL DE ESTADOS DE HUMOR.
La escala de tensión del perfil de estado» de humor refleja, como
se ha indicado previamenbe, síntomas vegetativos indicadores de
ansiedad y somáticos motores (tensión). El efecto significativo de la
variable grupo, debido a las diferencias entre las puntuaciones del
grupo matutino que se mantienen en niveles bajos a lo largo del día, y
las del vespertino cuyos valores son más altos, aproximándose a los
medios de la escala, se pueden interpretar bien como una «¡ayer
sensación de molestias o bien como una menor resistencia a
193
«anifestarlas, y aún • exagerarlas, por parte de estos últimas sujetos.
Poca* referencias hay en la literatura respecto a esta cuestión, y
todas ellas tan indirectas que apenas se pueden utilizar para arrojar
más luz sobre este hecho. Kerkhof (1985) encontré aayor responsividad
vegetativa en los sujetos matutinos; se puede pensar, pues, que niegan
sus sintomas o no los viven como molestos, aunque nosotros no
disponemos de información sobre variables vegetativas como tasa
cartiíacs, respiratoria, actividad eisctroüérmica y otras estudiadas per
este attor, y no podemos, por lo tanto, expresar deducciones
definitivas.
Las oscilaciones horarias en el nivel de 13 escala son poco
acusadas en ios Fia tu ti nos, que muestran un descenso desde las 9h 15min
a las llh ISrr.in, seguido de ligeros aumentos a primeras horas de la
tarde para retornar á los valores de media mañans. En el ctro grupo ls=
fluctuaciones son mes notorias: & ias 9h IStuin se ubican los valores
flés sitos, que caen hacia las primeras horas de la tarde y vuelven ?
elevarse a las 17h lSmin para descender e las 19h Í5pin. En la fig.
3.I.S. se observa que las curvas de ios dos grupos siguen las ."jsnss
tendencias a la reducción de la tensión en las dos primeras horas,
pero, a partir de las 13h iSsún, sus cursos son contrapuestos. En umbos
casos, los valores ieds bajos se asocian a los momentos de mái im3
temperatura, efecto <nás visible si se consideran sólo lo sujetos cíe
cada grupo que mantuvieron los horarios preferidos para acostarse y
levantarse.
No obstante, los efectos de la hora del día prácticamente
SlQnificativos en nuestro estudio, apenas han sido comentados pt<-
194
Thayer (1978) que obtuvo resultados negativos con su escala <The
Activation-Deactivation Check List) que «ida desasosiego e
intranquilidad, y por de Castro (1987) con una escala, de tipo Likert,
que mide asimiano intranquilidad, que encontró una curva parecida a 3a
del presente estudio :una caída de la tensión hasta las 17-18h; a
partir de ese momento, los sujetos de Castro manifestaron mayorc=
niveles de ansiedad que alcanzaron un máximo hacia las £3h. Este último
ascenso fue pasajero en nuestros sujetos vespertinos, e inexistente en
los matutinos. Más comparables a los nuestros son los datos de Watts y
cois. (1^83), pues estén extraídos de sujetos nuestra mis^a tipología;
tampoco hallaron efectos de la hora del día ni del grupo, aunque la
interacción de archas variables se aproxima a la significación. En este
último csso la escala útil irada fue le Me Kay's Stress Arousal List
U980), :jf.te mide estrés, ítatiz ñas intenso que tensión.
^SEál* de degresión
Las diferencias entre IOE dos grupos en la escale de depresión,
configurada por adjetivos que expresan sentimientos de tristes a y ae
inadecuación personal, aunque son menos patentes que en la escala de
tensión, son obvias, principalmente en aquellas horas en que el grupe
vespertino muestra los picos o valores maxirnos (al mediodía y, sobre
tl)do, a las l?h ISmin).
El efecto significativo de la hora del día viene dado, pues, por
°s sujetos vespertinos, que exhiben fluctuaciones en el sentido y¿»
(Fig. 3.1.3.). Los valores mínimos, indicadores de aumento en
195
i« sensación de autoestima, a las 19h lSmin se dan en asociación con
el pico de 1* temperatura y disminución en tensión. Nuevamente nos
encontramos con un vacio en la literatura respecto a las posibles
diferencias en este estado de humor entre tipos de tendencias horarias
pronunciadas. Con independencia de éstas, nuestros resultados no son
comparables a los de de Castro (1987), que no encontró efecto de la
hora del día; ni tampoco a los de Abe y Suzuki (1985), ni a los de
Robbins y Táñele (19B7) que no tomaron medidas sucesivas a lo largo de}
día, sino que preguntaron directamente a los sujetos por la hora en que
se sentían mejor, encontrando respuestas contrapuestas. En tanto que
los primeros sostienen que a las primeras horas del día Isa personas
tienden a sentirse peor, en consistencia con la exacerbación patológica
de la depresión, los otros autores señaJsn la tarde comr< p&^r
Iü£*l3 de ira
Sólo se encontró efecto significativo de la variable grupo, USE
vespertinos manifiestan más abiertamente sentimientos tíe hcstil:ded
hacia los demás. Quizás se debe a una reducción o desplazamiento del
tiempo de sueño por el horario impuesto en el diseño, o simplemente s
"na mayor facilidad pera comunicar sentimientos.
La hora del día no arrojó efecto significativo (Fig. 3.1.4-.}, r.o
habiéndose encontrado en la literatura consultada ninguna referencia a
estado de ánimo salvo en los estudios de reducción de sueño.
196
de vigor
Los objetivos que integran la escala de vigor expresan eficacia,
atención, viveza y consideramos de gran interés en nuestro trabajo por
do* razones: la primera, debido a que denotan estados de ánimo que son
claramente susceptibles de fluctuar a le largo del día, por su relación
con la longitud y el horario de sueño; y en segundo lugar, a que
quilas, como consecuencia de ello, han recibido mayor interés en los
estudios eronobiológicos de diferencies individuales.
la variable grupo arroje- efecto significativo sc-b>"e ]?
variansa de los datos, aunque en este case la tendencia es opuesta a la
comentada hasta ahera. Asi, las puntuaciones de ios matutinos superan B
las de los vespertinos, lo que confirma la itíes de que estas
diferencias en tendencias circsdiínas conllevan adelas otr&s relati'.?=
a personalidad. Se diría que los matutinos tratan da negar, oponerse o
Supera*- sus sentimientos "negativos", en tentó que ios vespertircs ss
afectados por ellos, o simplemente, les cuest* msnc'5
snsfliitirios.
La interacción entre l*s variables de grupo y hora
un valor significativo. La Fig. 3.1.5. es enorítepente e^
^e la condición tipo diurno o tipo nocturno. Los primeros muestran
fúveles altos por la mañana, a las 9h 15min, llegan al máximo a les lih
15min, y a partir de esa hora adoptan valores bajos muy similares hasta
*as Slh lSfflin. Los vespertinos, por el contrario, presentan las
Puntuaciones mínimas en la mañana, a las 9h 15min, y van sutiendo muy
Progresivamente hasta las 19h iSmin -donde se local isa el valor
197
después de experimentar un descenso a las 17h 13»in. También es digno
de destacar que cada grupo estime más homogéneamente sus niveles de
vigor m primera hora (altos los matutinos y bajos los vespertinos).
Estos últimos coinciden también más en sus valoraciones en el momento
de su aero fase.
Watts y cois. (1983) encontraron también que la tendenzi.3
circadiana y el vigor (en su caso, la energía) interactuaben con 1~>
hora del día, de modo que los matutinos mostraban mayores niveles por
la sanana y el mediodía, y los vespertinos por la tarde, Aunque sic
llegar al nivel de significación, los datos de Thayer y cois. {198")
exhiben la RISRI« tendencia. Estos mismos autores señalan que J s
puntuación en el cuestionario de irati¡tinidatí es un buen p^edictc-r de ls
Cora en que se alrar.sa e¿ fíayor ni-el de "ñrousal* de isodo qi¡e twantc
fias matutino, más temprano se alcanza la acrofase.
Nuestros resultados no permiten pronunciarnos en ese sentido. El
estudio de Thayer, diseñado para estudiar relaciones entre
neureticisíso, extraversión, metutinidsd-veEpertinidad, v ni vei es ce
energético (más próximo a IB escala utilizada por nosotros) y
tenso, es longitudinal, y se llevó & cabe durante seis semanas,
con ocho sujetos que cada hora, desde que se despertaron hasta que se
¿testaron, se autoadministraren la escala de humor. Así pues, ICE dates
disponibles proporcionan un cierto respaldo a la idea de Thayer.
En los estudios llevados a cabo sin considerar los hábitos
ios de los sujetos, las curvas de "energía" alcanzan el pico justo
198
entre las horas de nuestros dos grupos, lo que se podría esperar y esté
de acuerdo con nuestros datos.
Se ha estimado que el adelanto de fase en alerta subjetiva entre
matutinos y vespertinos, en base a los datos de les trabajes
consultados, se sitúa en torno a los 171 minutos, aunque, como se ha
comentado previamente, existen notables diferencias entre ellos. En
nuestro caso es de 480 minutes. Este valor es superior al comentado por
Kerkhoff (1934) £E90 minutos), autor que también proporciona datos del
punte- medio de actividad; quizás est? diferencia se pueda deber & que
los intervalos de dos horas en nuestro trabajo fueron superiores a lc-=
de Kerkhoff, y no permiten apreciar un pico posterior a las ilh 15 roin
en los matutinos, ni previo a las 19b iErin en los vespertinos.
Entre el punto medio de actividad y la segunda acrofese d=
arousa? en vespertinos transcurren algo menos de 3h, de acuerdo ce--.
kerkhof. Sin embargo, hay discrepancias entre los dos estudios respecta
a «ribos parámetros en el grupo ¿natutinc .
-^£§1* de fatiga
Los resultados de los análisis de variansa confirmaron las
e*pectativas previstas respecto al curso diurno de esta sensación,
teniendo en cuenta los hábitos horarios de nuestros sujetos. También en
Bsta escala los valores del grupo vespertino fueron significativamente
superiores a los del matutino. Así, los matutinos acusan o refieren más
por la tarde, en tanto que a los vespertinos les ocurre por
199
la mañana. Para «1 priner grupo las nejares horas del día en esta
escala fueron las 9ti 15min y las llh 15«in, dond» además las
desviaciones de los valores «dios son pequeñas; para el segundo grupo
los valores «ínirnos se sitúan a las 19h 15min( observándose también una
escasa dispersión de las puntuaciones. Las diferencias horarias entre
IDS valores máximos de los dos grupos son de 6h OóOmin), como en el
caso del vigor, pero esta vez los de los vespertinos se alcanzan antes
que los de los matutinos. De haberse prolongado el estudie a horas de
la noche posiblemente nos encontraríamos con otre pico tardío en lo»
vespe-tinos, ya que la puntuación correspondiente a las Elh lSir-jn
evieencía claramente una subida en el nivel de cansancio.
Las formas de las curves de fetiga íFig. 3.1.6.) en s^bos grupee
siguen cursos contrarios a les de vigor, hasta el punto de que en el
grupo vespertino parecen trazadas en espejo. En nuestros vespertinos EE
repite, al igual que en las escalas de tensión, depresión e ira, un
esrcbio en la pendiente de la curva hacia las i?h it^in que constituye-
sin duda alguna, su peor hora en lo que se refiere a
Se ha establecido que el rituo civcadiano de fatiga
acrofase entre las 3-5h (Froberg y cois., 197S), y se mantiene pese a
los efectos de ia deprivación de sueño puesto que el estudio se
Prolongó a lo largo de 4Sh, aunque los valeres tendían a aumentar s
cedida que el tiempo transcurría. Parecen lógicos los aumentos tí£
fatiga tras una deprivación tan prolongada, cuando la «era reducción e
lncluso el incremento de sueño afectan a dicho estado, que parece, por
lo tanto, particularmente sensible a los cambios en el horario de sueño
y vigilia.
200
Escala d.f confu§i¿n
La hora del día y el grupo arrojaron efectos significativos en
esta escala que determina ineficacia cogmtiva. Llaman la atención las
grandes diferencias entre los niveles de los des grupos en todas las
horas del día (Fig. 3.1.7.).
En el grupo matutino no se reflejan fluctuaciones en confusión,
spenes una ligera elevación a las 2Ih IStnin; en tanto que los
vespertinos presentan una curva descendente por la rnaS^na y el
mediodía, una elevación en las primeras horas de la tarde seguida CE]
punto más bajo del díaf las 19h 15ir,in, y de nuevo un aumsnto pequeño a
las Elh Í5*iiri.
Las puntuaciones entre la primera hor# y las i'rh ISír.in son
signif le» tjvar-ente diferente» nerced a la contribución del grupo
vespertino. Tampoco respecto a e=t£do de ánimo hemos encontrado datos
^ la li tere-tura con los que podemos comparar nuestros resultados.
SSiííáción global de humor
Este parámetro, que se obtiene a partir de las puntuaciones en el
t&tal de las escalas, repite las tendencias comentadas en los apartados
dedicados a cada una de ellas. Así, el grupo y la hora del día
aTojaron efectos significativos. El primero porque a las diferencias
ostensibles entre matutinos y vespertinos en todas las escalas que
P&san positivamente en su cómputo y que ya provocó un saldo más alto
2 0 1
para los vespertinos, se añaden las de la escala de vigor, un valor
negativo, que incrementa la distancia entre ambos grupos. La estimación
global de humor está sesgada hacia valores negativos puesto que las
puntuaciones más altas denotan peor estado de humor, más tensión,
ansiedad, hostilidad, fatiga, confusión y menos vigor.
La interacción entre las variables de grupo y de hora del día
refleja cursos diferentes entre los matutinos y vespertinos. En la
Fig. 3.1.6. se aprecia que hay un desplazamiento de 460 min entre sus
nadires o mejores «tomentos. A lo largo de las horas de IB ir-sñjns y
nediod'-e, los írtatutmos van e<Tpeorar,dc; su estado de áni^o hast*
alcanzar uns ir.eseta entre las 15^ ISrain y las 17h 15nún, retornando
progresivamente a valeres más bajos. El curso diurno del estado ger>erí«]
de humor de ios matutinos e;:hibe fluctuaciones suaves, si se exceptúa
el bajón en el nivel de husor de las llh 15,-nin. Sin cnba-go, er- les
vespertinos la curva es abrupta; comienza con una mejora ós=ós Ií5 ?H
iSsin a IÓS llh ISmín que se mantiene hasta las 17h Ib.-íiin, su peor
ntomento, pasado el cual se alcanza el valor mínimo, para luego retornér
s. los valores medios.
Resulta difícil valorar estos resultados dadas las 1 imitaciones
bibliográficas con que nos heíttos encontrado. En resumen, puede decirse
que matutinos y vespertinos responden de manera ostensiblemente
diferente a la escala. Mientras que los primeros tienden a rgstsr
importancia a sensaciones negativas y a resaltar las positivas, a los
v^spertinos les acontece lo contrario, o realmente se ven muy influidos
P°r las condiciones horarias impuestas en el estudio.
202
PRUEBA DE TACHADO.
Por su índole, la detección de tres posibles estímulos "blanco"
dentro de un conjunto de elementos similares, se puede considerar a
esta tarea como de detección sucesiva. Los resultados de los análisis
de variania arrojaron efecto significativo de la variable hora del di?
para el número de aciertos, número de errores y número de OIMEiones.
La ccnfiguracién de las curvas que representan el curse diurno <3e
estss tres variables permiten apreciar su coherencia (Fig 3.1.9. a
3.1.11.). Así, es patente un deterioro en el rendimiento al final ce U
tarde, reflejado por el aumento en #1 núfr.sro de errores y omisiones, ,•
po~ la ciETimición en el de aciertes,, como suele suceder en este t¡pc
de tareas <Mc Worth y Tsylc-r, 1963). Esta caída residente se inicia a
Isa l?h lEíTiin pues, aunque las omisiones y los errores sigue;- = :erd.:-
escasos, los aciertos disminuyen. Lss mejores horas dei dí? fueron 1 = E
12h lEnm y lag l h ijjiin, con picos bien notorios de rerdi'ie^t;-,
Inesperado fue el bache úe las llh} más acusado eri lc>= £•'jetos
flítutinos, dado su alto r.-jnera de aciertes a las <?h íb^jn, £¡.i
local isacién en he-ras tan tempranas resulta un obstáculo pera
inte-pretarle como efecto del ~edicdia. Puede que este bachE, en ve: ae
constituir un decremento en ejecución, aparezca corro tal per los
n¿/eies altos alcanzados a las 9h IS. in, fruto de una elevacién en la
Motivación, puesto que en ella siempre se localiza la primera sesión
del día, en tanto que a cualquiera de las otras horas pudo tener lugar
a segunda < 1 Jh lSirin), la segunda y la tercera <13h t5Tiin), con
n de la correspondiente a las £lh lS¡Tiin, que fue siempre 1?
203
última sesión. Es por ello que pensamos que la subida a última hora del
nivel de los matutinos se deba a este hecho, observado ya por Biabe
(1967) especialmente en sujetos extrovertidos. A pesar de la supuesta
asociación entre introversión y matutinidad, hemos de hacer notar que
la mayoría de nuestros sujetos matutinos no obtuvieron puntuación alta
en la escala de introversión del EPI, No es sorprendente que individúes
que prefieren acostarse pronto etc, no experimenten una cierta euforia
cuando se aproxima la hora de volver a casa.
La forma de la curva en la vaneble de aciertos se ajusta a las
ds FolfcP.rd y cois. (1976) para ISE tareas con carga -nedis de -E-ic.-ir.
Va se ha comentado que la raejr-sr i ración de los estímulos facilitaba la
realizacicr. de Is pruebe, puáiérzoss incluir en ei grupo de tareas q'-'=
erigen cierto esfuerzo intelectual.
La curva correspondiente BI numere» de errores (Fig. 3.J.1Ú.Í en
matutinos muestra dos picos, uno a las llh 15min y ctre 5 13= líh
iS^in, separaóos por ios puntos de las horas de rcejor rendinienti1.
El curso de las omisiones (Fig. 5.1.11.) difiere en ambos grL-pcs.
En lc-s vespsrtir.es hay una tendencia al ausento a lo largo del día.
salvo a las 15h ISrcin, hora de mejor rendimiento, en que disnmuyen. En
les matutinos, el aumento del nufrero de omisiones =e inicia a las 17h
15nsinf salvo un pico pasajero a las llh
Se ha investigado el efecto de la hora del día en estas tarsos en
SL*jetos de inclinaciones horarias definidas (Horne y cois., 1930;
, 19S2Í Sarmany, 198*)- En estos estudios se utilizaron también
tareas de detección, aunque la carga de memoria fue mínima en los dr»
primeros y mentir que en nuestro estudio en el de Sarmany (tachar l?s
letras 0 y V ) , quien obtuvo diferencias significativas: los vespertinos
fueron mejores a las £h y los matutinos a las lBh. Es por el Jo que
estos trabajos se deben considerar aparte; en los tres cases se trata
ds pruebas cuya ejecución corre pareja al ritmo de temperatura y al de
arouse1.
205
PRUEBA CE FISURAS IGUALES.
Esta prueba implica también la detección de estínulas cuyas
formas, a priori, no son familiares; pero, a diferencia de la de
tachado sólo se han de identificar dos figuras iguales, seleccionadas
al asar entre un conjunto de 10, mediante comparaciones simultáneas
entre ellas. Por ello se podría esperar una tendencia horaria distinta
a la de la prueba anterior y similar a la que hemos descrito en 1?
introducción para las tareas de Tipo I, cuya ejecución a lo largo del
día corre pareja a la del ritmo de temperatura.
La suposición de que el tiempo de ejecución e= uns venable
sensible -a Is hora del día, y la sospecha de que se pudiera producí1"
un cierto efecto de aprendizaje por tratarse de.una prueba sencilla,
nos hizo modificar las condiciones de trabajo del sujeto. H = Í , ]?• =
primeras sesiones de cada hora del día se realizaron cor lírite de
tiempo tEmin 30s¡, en tanto que durante las segundas se cro^oe-etré e\
tiempo empleado en terminar le pruebs.
El número de aciertos de los matutinos fue ligeramente superior
al de los vespertinos (Fig. 3.1.12.). El número de errores CFig.
3.1.13.) fue escaso y similar en ios dos grupos y en todas las horas, =.
excepción de la última, donde los matutinos aumentaron el número de
errores. El número de pares identificados correctamente, cuando los
sujetos disponían de tiempo limitado, varía a lo largo del período
diurno, aunque el método de Tukey no mostró diferencias horarias
significativas.
205
La fig. 3.1.1S. muestra que las tendencias diurnas son parecidas
en los dos grupos desde media tarde. En cambio, ios cuatro primeros
valeres parecen trazados en espejo. El punto más alto correspondió a
las Elh ISmir. en a- bos grupos, aunque los matutinos muestran un pico
similar previamente. Los momentos más bajos fueron las 19h I5min entre
los matutinos, aunque también se observan valores bajos a lss 5h lEri<*
y a 1*5 15h lSmin. Los vespertinos tuvieron menos aciertos a las 9h
lw.Tíin y a las llh Í5min. Nuestras curvas concuerdadn con 1? =
estsfclecidas en este tipo de tareas en estudios donde no se cor\Eider¿
la inclinación fncitutina o vespertina de los sujetas (Elske, ÍTO7; Fort
y tfills, 1976? Hsquss y Folkard, 1976; de Vries y Meijr.ín, 19=7;.
los estadic<s de aislen:sr.to h&,-« corroborado tal te
y cois., 1933; Mc-nk y cois., !^'33i.
En naest'-c estudio, =c lo los vespertinos respo-ncen s. ir-=
expectativas de su grupo (Horne y cois., 1°>SO; Kerthof, 1 8 + -•,
coofir.iar,do el paralelismo entre temperatura, arcusal y rerdiniento e-
tareas cuya ejecución parece dependen fundamentalmente de procesos s->
to.Tía de decisiones.
En las sesiones donde se utilizó también el tiempo ccfio variable
dependiente junto al número de aciertos y el número de errores, ia
variable grupo tuvo efecto significativo en el número de aciertos y en
el de errores. Este peor rendimiento de los vespertinos se ha obtemdc
también (aunque no siempre con valores significativos) en otros
trabajos (Kerkhof, 198^5 Sarmany, 1984) aunque no se han ofrecíde
Aplicaciones, probablemente perqué cae fuera de los propósitos de los
207
autores. Posiblemente la motivación desempeñe un papel determinante en
estas diferencias en el sentido antes observado.
El tiempo de realización de la tarea de figuras iguales varié
tanto en función de la hora del día como del grupo, empleando los
vespertinos tiempo superiores a los matutinos en todos los morientes. En
los dos tipos de sujetos, el tiempo mínimo fue para la últi.is hora dei
día (Fig. 3.1.14.), que fue signif icstivaaiente inferior al de las
sesiones de las l?h lSmin, donde se localizan elevaciones en lc=
valeres en los dos grupes, y de las 15h 15mn, momento ds mayor
lentitud de ios sujetes vespertinos. Les matutinos, en cambio, t
tiempo a las ilh 15iain en reslirsr la tares.
Sn ¡a teoría de deteccién de =e?!?ieE se hipotetiza que =• le ]<=>!• ge
del dis se produce un cambio h<?ci=> el riesgo, quizas porque se trabaj?
<T5ás deprisa aun a costa de o¿>s errores, cox-o han descrito Cd^uhoun -
cois. (19fcB), o quisas porque hay una cierta restricción en el
procesgtoier.to de la mfomacié-n (Welford, 1960). Por nuestra psi-te, las
distintas condiciones de tierpe que bien pudieron iir.poner al sujeto un?
forííe de trabajar diferente, ros hacen imposible comparar aciertes e
tiempo fijo y el tiempo de realización de la tarea, las dos venables
en las que interviene la hora del día, y extraer consecuencias =>i
•"especto. Parece que todos nuestros sujetos, al disponer del tieir.po que
quisieron y no recibir presiones para concitar la tarea, aseguraren los
resultados y mostraron un rendimiento alto en tedas las horas del úía,
PL-deiendo también influir en este nivel de ejecución el aprendizaje de
la tarea. Sin embargo, nos atrevemos a insinuar que existe una cierta
208
correspondencia entre los momentos de má;:iino rendimiento y
empleado en realizar la tarea, y entre bajo rendimiento y
velocidad.
209
PRUEBA DE RA2ONAMIENT0 VERBAL.
La prueba de razonamiento verbal de Baddeley ha sido utilizada
desde su adaptación a estudios de series temporales en varios
experimentos de aislamiento (Folkard y cois., 1963; Menfc y cois.,
MonK y cois., 198t> en los que ha puesto de manifiesto le r
circadiana, algo menor de 24h» tanto de la rapidez de realización ceno
de la eiísctitud de las respuestas. Estos trabajos, más destinados a
probar Is existencia de múltiples osciladores en rendimiento, hsn
dej«do ccvT:O cuestión marginal el te."a de l»s tei-dencias de las curvss
qye ya Fort y Milis (197S) hebísn establee ido. Asi, la acrc-f9=e del
rend¿siente ocurre s las 12h y si naoir e las i£h, al igual que ctr&=
tareas que requieren procesamiento cognitivo superior. N:- se hs
encortrsco ninguns referncia que pB-.riite hscer predicciones sobre ls =
tendencias de los individuos matutinos o vespertinas.
En nuestro experimento =e tuvieron en cuenta los aciertos, les
errores y el tiempo de realización de la teres. Para 13= dos pnrisrss
'Srisbles se obtuvo efecto significativo de la hora del día; ts-sbien se
observó un cierto sesgo de la variable grupo en el tiempo de-
'"sali;ación, y de la inte-scción grupo :-: hora en la variable de
aciertos. Tal como se observa er, la Fig. 3.1.15. el número de frases
contestado correctamente fue superior en las primeras horas que en las
dato que corresponde con la curva típica para estas tareas
, 1971, 1981,. 19£2; Folkard y Monk, 1983; Monk y cois.. 3 98<H:
Vries-Sriever y Meijman, 1987). La tendencia a la interacción de las
variables independientes vendría deterninada por la distinta for^í
210
de la curva: linea recta, salvo en las horas extremas, en el grupo
matutino, y una suave disminución en los sujetos vespertinos desde las
llh 15min hasta la noche.
La Fig. 3.1.16. muestra el curso diurno de los errores, que
aumentan durante el día hasta las Slh lSmin, donde se ubica el número
máximo, encentrándose diferencias significativas de tedas las óer-á=
horas respecto a ésta, a excepción de las I9h 15(nin, donde ya aparece
elevado en el grupo vespertino. Se advierten entre los des grupos \in.sz
ciartas diferencias, tanto en aciertes coste en errores: el SiOfrerito CÍE
mejor rendimiento fue para los sujetos .-na tu ti nos las 9h 15mir, y psra
los vespertir.es lss llh ISmin. Es de destacar un mejor rendimiento cíe
estos sujetos considerando estas dos variables. Sin embargo, su tiempo
de realización ífitj. 3.1.17,) fue notablemente superior, lo que t>=
determinado la tendencia a la significación de la ver i ai: le grupo-
La causa de la ausencia de efecto significativo de la hora del
día en el tiempo de realización se puede deber a la motivación, que se
incrementa en tareas nás complejas, y puede llegar a abolir el rit?c
(Colquhoun, 1992).
211
TIEMPO DE REACCIÓN DE ELECCIÓN.
Se opté por elegir para el experimento una tara* d* esta índole
porque, a partir de los datos de la literatura consultada <Blake,
1969; Kleitman, 193B) se llegó a la conclusión de que era más probable
que reflejara efecto de la hora del día una prueba cuya. ejecución
conllevara la discriminación entre más de un estímulo, en ve: de ls
mere detección de su presencia, teniendo en cuenta la breve duración de
la tarea.
No obstante, no se encontraron efectos signifiestivos ni de 1?
variable grupo, ni cíe ia ver jefa le hora del día, ni tatipocc- de =u
interacción, siendo ei valor que adoptó F notatleaente bajo.
La Fig. 3.Í.19. peralte apreciar la homogeneidad de les tic-npCE
de reacción registrados por los sujetos matutinos s, lo largo de ls=
horas estudiadas. Sin erbarge, cuando se trataron les dates
correspondientes a 10 bloques de SO ensayos en los que se dividió cad?
sesión, la variable "bloque" demostró su contribución a la ^aris-nza ce
la» puntuaciones. También se observó una tendencia a la interacción
del bloque con la hora del c!ís. Asi, lo más llamativo fue la itenor
Patencia de respuesta ante los estímulos que constituían los bloques
lTiiciales (fundamentalmente el primero), en tanto que en los restantes
las variaciones fueron notorias. Parece, pues, que los sujetos
comienzan cada sesión "dispuestos" a emplearse a fondo, pero que, a
que transcurre la prueba, el tiempo tiende a aumentar por efecto
cansancio, de la disminución de la motivación, del aumento de
212
aburr imiento,etc..
La latencia de respuesta ante el bloque 5, foraado por los
estímulos 80 a 100, vuelve a ser menor, si bien sólo algunas
comparaciones con otros bloques alcanzan significación (especialmente
con el 6 y con el 10, ante los que se mostraron mayores latencias de
respuesta). La hora del día a la que se observa una mayor homogeneidad
de las latericias de respuesta, en los distintos bloques, fue Is de
las 17h 15 min.
El examen de los valore» medios de caüs bloque en los dos tipos
de sujetos permite sprecisr una cierta tendencia en loe Tiatutiros & ie>
variabilidad de las latencias medias de los mis/ros, de irodo que, a
excepción del bloque 1, ceda uno sigue un curso independiente a le
largo del día, pese a lo cual los tiempos medies ds respuesta
peruf.necen ccinEtantes. En los vespertinos, cada uno de los bloques
«¡uestre 1* misma tendencia que el tiempo medio total. Así pues, el
alñrg£-,i.ento de éste se hace s cc- = ts de esds uno de los bloques.
Njestros resultados, pues, han confinmsdo los datos de le
literatura en gran parte, aunque en algunos caeos no se han ohtenide
los resaltados esperados, como en los tiempos de razonamiento verbal y
de reacción. La ausencia de efecto significativo de la variable herí
del día en el tiempo de razonamiento verbal se puede deber, al menos en
Parte, a un cierto efecto de aprendizaje que quisas haya eliminado l?e
flactuaciones.
Desconocemos los motivos por los que la tarea de tiempo de
213
reacción, que en principio reunía las condiciones para poner de
manifiesto t tanto tendencias circadianas cono diferencias
individuales, no haya respondido a nuestras expectativas, aunque es
posible que la familiaridad de los estímulos (letras y números,'
provocara su automatización y, por tanto, la pérdida de sensibilidad
para detectar los efectos de esas variables.
El desfase entre la temperatura y el "ancusaí* es digne de
destacar. En tanto que el curso diurno de las variebies de humor ii?s
influenciables por los hábitos de sueño refleja bien la condición de
.Tistutinos o vespertinos oe nuestros sujetos, la te¡rperfitura no. Cc-o ya
se ha comentario en la introducción, lss relaciones entre temperatura y
el estado de alerta subjetiva y el punto r.eúio ce actividad, sor
diferentes en ambos tipos ds sujetos.
En ios vespertinos, el pico se "are- usa I1* se asocia tETporé>J¡-¡er-te f]
de temperatura <Foret y cois., 1932; Kerkhof, 193^), lo que coincide
nuestros resultados; pero no esiste acuerdo respecto e los
El pico de temperatura parece ocurrir con total
independencia del de arousal subjetivo y del punto sedio de acti-«id-?d.
techo también constatado en nuestro estudio, asociándose o no las dc=
últimas variables (Foret y cois., 19E£; Kertchof y cois., 19B¿t>.
Los desfases horarios entre las acrofases de "arousal" de los
'3 tu ti no 5 y los vespertinos son mucho mayores que los desfases de las
de temperatura y del punto medio de actividad. Esto se debe a
ios sujetos del primer grupo sitúan su nivel más alto de alerta muy
214
temprano, y los del segundo muy tarde, lo que también ha sido
corroborado por nosotros. El momento óptimo del día para los matutinos
es, según afirman ellos mismos, las llh 15min; y para los vespertinos
sobre las Elh lSrcin. Sus estados de ánimo, y muy principalmente el
vigor y la fatiga, fluctúan en general siguiendo cursos opuestos.
En las pruebas de rendimiento en las tareas más sencillas tampoco
alcanzaron significación las interacciones de las variables hora del
día y grupo, lo que también resulté sorprendente. COITO ya se ns
comentado, la similitud de Ic-s horarios de vida de los dos tipts de
individuos durante los días experimentales pudo enmascarar las
diferencias individuales.
En los individuos vespertinos no coinciden las horas de ¡r,5•.imz>
rendimiento en las tareas cuyo rituo =e asocia el de tempere tur a CC-T
las de las tareas que cursan parejas al de arousal.
Decido a l& ausencia de efecto significativo cíe la interseca ;••••
ds las variables grupo n hora del día se procedió a elegir dentro de
;saa grupo a los sujetos que se ajustaron a sus preferencias herirías,
La representación gráfica de los valores medios de ls temperatura (Fig.
3-1.19,i maestra dos curvas parecidas pero desfasadas, desfase debide-
tanto al adelanto del valor máxime de temperatura en los individuos
matutinos como al retraso de los vespertinos. En base al resultado
obtenido para esta variable, seleccionamos tres variables de huror:
fatiga, vigor e ira; las dos primeras para comprobar su relación con
la temperatura, y la última para observar si se producían variaciones
""Aspecto a los valores alcan2ados por cada grupo donde había sujetc-E
215
que habían desplazado el horario y reducido el tiempo total de sueño.
Asimismo, se promediaron el número de aciertos en las tareas de
tachado, razonamiento verbal y de figuras iguales, y los tiempos de
realización de estas dos últimas pruebas y los tiempos de reacción de
elección (Tabla 7.60. en el apéndice II). Nuestros presupuestos fueron
que en aquellas tareas englobadas dentro del Tipo I aparecerían
indicios de las diferencias entre los dos tipés de sujetos, si n_>
curvas claramente desfasadas; mientras que en las otras pruebas de las
que se postula su independencia del "arces* 1* y su vinrulación con forras
de procesamiento m.ás complejas, ro se apreciarían diferencias.
Las tablas 7.4. s 7.55. osuestrsi"' los valores de loa individuos en
todas estss vari as les (señaladas con un áster íscc-) , y 1*5 Fig. 3.1.1?.
a 3.1.SB. representan los proras-dios ae los sujetos seleccionados de
cid» grupo, fio se analizaron ests>tíistica>?.er¡te estos datos dedo e¿
pequeña tamaño de la muestra (5 matutinos y £> vespertinas) y porque, en
definitiva, se pretendía principalmente buscar alguna 6:;piicscicn & 3?
«usencia de manifestaciones claramente matutinas y vespertinas en el
to en ciertas tareas de nuestros sujetos.
En Iss Fig. 3.1.SO, a 3.1-2E., que muestran las curvas de ls*
variables de humor, se observan: una apro-íinación de los valores de los
grupos en las escalas de hostilidad y vigor, una elevación nuy
da en los niveles de fatiga de los matutinos a las 15h lEnin, y,
en general, cursos muy parecidos a los ya comentados para los grupos
c&mpletos, esto es, pocas fluctuaciones en ira <roás notorias «hora en
«atutinos) similares en los dos tipos de sujetos salvo a las 9h I5?run y
216
oscilaciones muy grandes en vigor y fatiga. No se observa en los
matutinos una coincidencia horaria entre el punto medio de actividad y
la temperatura y la acre-fase de "arousal", que ocurre mucho atas temprana,
al igual que en el trabajo de Kerkhof (198^),
En las dos variables de la tarea de figuras iguales (Fig. 3.1.24.
y 3.1.25.) se confirmó nuestra suposicién. Los matutinos mostraren sus
picos de aciertos a las 17h 15frnn y de velocidad a las 15h 15rin, y los
vespertinos a las Slh 15-iin o^rs las dos variables. En el primer g-up-
se observa una disminución de la velocidad a las I3h 15<Mn qt e pudiera
corresponderse cen el Mdip p05t-lu=-.;h!1. En las vespertinos hsy csisdss
de rendimiento a iss 1 Iri iSf.in. Estos de=fa=e= entre los picos n:> =e
observaron en Is variable de tn^po de reacción de elección (.Fig.
3.1.23.), surque parece que la variación a lo 1-ergc- del di? (sifr-ii r e¡"i
los dos grapas) es TI .S pétente. Los v?lores opuest-s en veiccid?^ .
tass de detección en ambos grupos son eapersbles.
En los sujetos vespertinos a ls relación teirpor?! entre e¿
srousal" y la temperatura se añade tarbién la de rendiffisnto en tareíE
de detección. En c^rtic, entre les matiitiros, 1? v* ,i?-5
en este tipí de pruebas ocurre bastante tiempo después que sus
rao-Tientos de mayor arousíl subjetivo, aunque nás prójimos a los valores
ffláKimos de temperatura y punto medio de actividad. También e~
contradictorio que coincidiendo con esa hora haya un incremente de
y una disminución de vigor, aunque es posible que, a pesar de
respuestas a los iteras del PQMS, los sujetos elevaran sigo ="
porque se les denandsrs esfuerzo; y sin embargo, a las 13h,
cuando los niveles de fatiga son, según sus auto i nforir.es, nsuy bajos.
217
ocurra un enlentecimiento en procesamiento (aumenta la eficacia: cambia
el proceso). En todo case, y como se ha reiterado en la introducción,
cada una de estas variables constituye la expresión de procesos
independientes, y las relaciones entre ellos parecen ser diferentes en
los matutinos respecto al resto de los individuos.
En la Fig. 3.1.23., que representa el número de aciertes en )?
tarea de tachado, se muestran dos curvas absolutamente simétricas salvo
en su amplitud. Les -tiatutinos muestran mayor rendimiento, y l'ne ver
irás, en la puntuación de iss 21h 15-in manifiestan una recuperación.
En la prusba de rszora¡7¡ier=to verbal, la t&sa de aciertos *•?
disminuyendo a lo largo del dis (Fig. 3.1.S6.), mientras que auresrita eí
tie- pc ptra reslizarla ÍFig.3.1.57. ), conforr.e a le e=pe'*sdo en eítr
tarea. En los matutinos, el tierpo sigue un curse- opuesto: esds ver e=
Tier.or, si exceptuados el ir=cre-T-ento de las lSh ISTIÜI. L S realización de
estas tareas requiere, sin duda, ls intervención de proceses que
Parecen r.as intieperdlentes de los niveles altos de arousal. Por un?
parte, el oscilador que psr&ze controlar las tsrees de tipo verbs] e=
inaepenciente del de las taress de detección sinsple (Folkerd y ccls.,
1933j Monk y cois., 19S3!; y por otra, las tareas de nemi-ris se
deterioran cuando el "arousal" es alto, quizás porque interfieran con is
utilización de estrategias que favorezcan la retención de estímulos
'Folkard y Monk, 197?).
En general, las interpretaciones de los ritmos en las funciones
Psicológicas se han limitado a sus relaciones con los ritmos sucrc-
218
vigilia y de temperatura- Estas aproximaciones han mostrado =e,-
iriEuficientes, en cuanto qciE r,o han considerado los aspectos relativos
a los instrumentos empleados para estabecer estos ritmos. Si ID unos
pocos autores íColquhoun, honK y Folkard! han propuesto este otro tip:
de explicaciones, aunque esté ,'iá e=ta aún en sus inicios. Por et>-3
part=, resultan ts.Tbién de gran interés las relaciones entre arou=rl\
aten-ion y ICE distintos tipos ds procesamiento que s-!t>3ce¡i = íe
realiia-:ic-n cíe las
4.S. DISCUSIÓN DEL SEGUNDO EXPERIMENTO.
En el segundo experimento, la variable "momento del día" alcanzó
significación en las formas A y B de la prueba de trazado, y en 1?
latericia de respuesta ante las parejas de formas geométricas ideáticas;
aunque también pareció tener un cierto efecto, aunque re
estadísticamente significativo, sobre las latencies ente entinólos
verbales, significativo- y r.o significativos, y ante i=>s psrejps ds
forr-ss geométricas diferentes.
La variable "hemisferio" re=-.ltc significativa en las Iatei*!t:i3 =
Ce respuesta ante los esti-T^ics no verbales, xcénticc-s > diferentes, ,
los estímulos verbales no significativos»
Las interacciones ."•«íentc ••• he-r-iEÍeric «1 calzaron vaJorc =
cercanos a la sign;ficacicr, en las late:-,zias de respuesta 3..te Ir =
no verbales idénticos y los verbales significativos.
Todas estas variables dependientes se agrupan, etendí ende 5 sv
leía / a su administración, en tf*es bloques: prueba de trezade .
incluye las fo iras A y E; p'"uefc? de coirparacién simulténss de
formas geométricas complejas, q.ie coffprende las latencias de reEpi'eEtf
ante los estímulos no verbales; y prueba de detección lé^ic», que
«barca asírcisino latenciss de reEpuesta ante los estímulos verbales. A
pesar de ello, los análisis de varianza se realizaron tomando cada una
c*e ellas per Eeparado porque, come se comprueba a la vista de 1:-=
medios totales y los de los distintos rr.orr.en t DE , hsy entre
algunos paree diferencias bien notorias, que responden a la dificultad
entrañada por cada una de Ellas. Las diferencias entre las 3 pruebas
imposibilitó un análisis de varianza conjunto.
PRUEBA DE TRAZADO.
Esta prueba, que forma parte de la batería de Haldstead Reí ten,
tiene dos fornas, A y B, en cuya realización intervienen los
hemisferios derecho e izquierdo respectivamente. La forn3 A, que
consiste en unir círculos numerados del 1 al B5 en su orden natural, EE
realiza mejor que la B por pacientes con lesién cerebral izquierda, en
tanto que los pacientes con lesión cerebral derecha ejecutan ^ejor 3s
forr-B B (Reitan y Tsrsnes, 195?;. Estos efectos diferenciales de ls =
lesiones la^erslizaass =« manifiestan ¿*s ciar aneóte en sujetos ci'v?
lesión cerebral ocurrió er. la edad adulta (Fitznugn >• col-.,
La. prueba se administre £9 veces, de forT¡s colectiv?, y en cc- =
sesiones, 1? prine""a pe-" ls ta>'de ;¿3 vecesJ y la otra por ls msüsns
'.lis veces': • lanío en iir-s cor-C' e¡": ctrs sesic-n, los mtervrlcs de tíc-Tp:
entre las aplicaciones fueron sie.Tpre de CO.TIM.
En IOS análisis de vsrianrs se eliminaron les tí?t:- =
correspondientes a las primeras aplicaciones t?h lOmin, ?h 30 :in y l n
¿O.Tiiri, lvh 50T.in) de a;Tba5 sesiones, porque en el caso tíe la prj^er?
sesión se observaron tierrpos muy superiores a los tienes, que SLipLisic:-:
que se podían oebsr a la falta de practica, y en la segunda sesicn se
observaron elevaciones similares» aunque en este caso quizás fuesen
atribuiblea a una "puesta a plinto'1 de los sujetos. También se
eliminaron 1*5 dos últimas pruebas de catís sesión para tratar de obviar
El "efecto de la última prueba".
El «omento del día tuvo efectos significativos sobre ambas formes
de la prueba, y ssn numerosísimas las comparaciones horarias con
diferencias significetivas tras la aplicación del método de Tute/! 5i
en la forme ft y 15 en ia forma B.
En la forma A, asociad* al hemisferio derecho, los woirsotü* que
parecen determinar más la= diferencias son las ÍOh ICíim, ICh SCMIi«,
lSh 3'íir.in, 134 SOPin y 15h 3">rin. En la forros B, en cu ye ejecuciin
ínter-, lene el hemisferio izquaerao, 1*5 15h SCmin constituye si *-& rente-
respecto #1 cus! CSÍI tcdíH las sp 11 c se i o nes de fralísns, y S de las
f_-¿ icaciores cié la tarae .T,D = t!"St-of¡ ci"f e^enciss sigr
én de 1¿= Fa^. 3.E.I» y 3.E.S. pe^cite 3p'"sciaí cc-í~r>
i,- represer.tanén de los valones ^eáios de lo= E^iStts CÍE a¡<-&c-= g-..ipr-=r
sdGí»t= en el tie-'po la forf-a de dientes de sierra» eferto qt"S en Is
gráfic?. da la for^s B ocjrre &.- t:-3c= ='-;= tr?<-C'=. =rlo slcjr-os t.'fr.ci
tíe ls fcríTrS A ¡r/üest'-an eat? tendereis; Er= ia q--*5i*-3 cerrespe^ientü
«1 5-"v-p-:» veapertiní 'Fig. 2.E.E,;, de=ss iss K'*". i-Jíin s las lt-t 1*1--; -s
desde ls= 17h IQ.vir, a las ISr» 30~.i;*, ,' sn Is úei r,sií.tin^ {Fig,
H.5.:.), ae=se les lih ífr.in a les i-h iv.T.in y de=de J.#s l"h i'V->jñ *
Iss igh SOTII/I. Fr6ciE3iseí"st5¡, las horas que f^Dstrar&n dífereozias
significativas Tras frecuentemente con las ae. ás cc-r,=titu>-er' las
hendiduras de le sierra, sel ve ía ds Iss 15n 30r.in en que se e-~plsí
r*s/or tieopo para l& realización de la prueba. Esta medida se fí'tmtüvc-
en el análisis de variansa, debido a que previamente <15h iOTin) se
r<£-ia llegado a una velociead de ejecución pr¿.:inia a la (pedia de todc=
C'= dato» en la forma B, que, en general y cor-a resultado previsible,
2 23
é- requerir más tiempo para su realización* además de floetuácicj(i£=
acusadas, que la forma A.
Las curvas de ambos grupos son muy semejantes entre sí, y guardan
también un gran parecido con las de Le¿n Carrién (1984), autor de ls
serie cronológica de le prueba de trazado. Este autor aplica mi
estadístico ('Transformada Rápida de Fourier) indicado específicamente
para IB detección de ritmas, el estsMecitfiento de sus períodos'y ós
1== rel5cios-.Es de fase entre dos variables que fluctúan en el tiempo,,
fedistite este método» en-zorvtró qye los tiempos de resizzas iso ús ls-=
sos forr;*s ds la prueba, ás trerede e.-hibian una fiuctUsiCií"*- ritmes
dentro del período del ERACf y que cada fluctuación tus reteñí a un
desfase 3S i £3° respecte ñ la ctra, lo que vi ene s e.-pre=s>* que- e=t?->
en corstrafsse^ de moüc que cuando- LTSS d© eilsfe -ls de la fe*">•*.a A, p-r>-
&je.TplD- se r-e=5li2a cc-rrecta y "eii-r -fe'ite, la eje-zucicn de le tt->-*-s b
deiranda méz tiempo y supons (tas eTS-rs=, Eso= resuitados ce .•-•* ti tu ven
uns rép'íi-a de ICB de Klein y Aroití-gE ílíTS:-. cont astpi-dr- e*"it-f s ">*•
hipétssis de BrDügnton (1^75) écs-rzs de la alternancia de lg di? \t\5r.ziB
hemisférica sn el rsngo de fre.ti>sr-zihs üe i& zizi&s ppf áús- <?<:-
XOOr-m) .
Nosotros no heros ten do oportunidad de disponer dei ©
idéí-st p&rs. iiuestríg propósitos iniciales, fj-ero en ease í> ios
res mitades del AN3VA y ds la obse.-^aci&n de las Fisg, 3*8,1, >• 3.S.S,
vastos a dar una interp-rfetaciín de l&s datos en relación- ce-A 1*S
cuestiones que nos planteamos ál programar les pruebas del
224
Respecto a la existencia de fluctuaciones rápidas» el ANDVA ha
establecido que el tiempo tiene un efecto significativo sobre la
varianza de los datos. La observación de las gráficas de los pares de
"momentos" entre los que se dieron diferencias significativas» nos
permiten apreciar que, en tanto algunos de ellos distan entre sí 80-
íOOmin, otros sólo están separados por SOmin, y representan caídas en
rendimiento seguidas de recuperaciones. En todo caso, estos métodos no
informan de la existencia de ritmos.
En las Fig. 3.2.1. y 3-H.S. se observa una tendencia a la
fluctuación, pero los periodos de las oscilaciones son muy variados* de
60, 80, 100 minutos (en las fig., 3> ^ y 5 puntos distantes entre si
SOminí. En las primeras pruebas de tarde¡, el tiempo empleado en hacer
la tarea fue mayor, especialmente la forma 6 de la prueba de trazado.
Esto se debe a que esta sesión fue siempre la primera en todos los
sujetos; a partir de las 4h íGmin, los tiempos de realización de la
forma A son similares a los de las aplicaciones de mañana^ y no
muestran picos hasta las l?h 3Gmin. Coincide pues este intervalo de
tiempo con una buena y estable realización de la prueba asociada al
hemisferio derecho. Los tiempos de Is forma E se reducen
progresivamente a partir de las 17h SOmin, indicando una mejoría
debida, no sólo al aprendizaje, sino también, quizás, al inicio del
predominio del hemisferio izquierdo. Este hecho parece ser algo más
tardío en el grupo vespertino, En las aplicaciones de la sesión de
mañana, después de las 9h JOroin, los tiempos de la forma B fluctúan
•ucho «tas acusadamente en el grupo matutino. En este último grupo los
tiempos de la forma A permanecen bajos durante BOmin, entre las lüh
225
50sun v las Ilh iOfsin están al mismo nivel que los de la forma B, y
después tía una meseta en valores siedlos* comienzan de nueve a fluctuar
paralelamente a les ée I« A. Er? e>l grupo vespertino los tiempos tíe la
forsa A muestran picos desde las 9b SOmin,, algunos de los cuales
paralelos y otros independientes a los. de la forma B-
Estas pequeñas diferencias entre affiboe grupos Quisas d^n cuenta
ale la tendencis a la significaciin de la interacción de las variables
grupo n hora K tarea que se obtuvo en un análisis de verianas conjunto
te ambas pruebas.
Nada definitivo resulta efe estas cíese r i ociónos. Es probable QUÉ
la aplicación de un estadística más ajustado a series totorales
seríTiits comprobar la exiateneia de ritmos para la. ejecuciór; de las- dos
tarsas- y quizás ciertas diferencias entre ellas y respecto al arapc.
Sin embargo, apenas se han encontrado indicios deí predoiítinio £feí
hemisferio izquierdo salvo en los tiempo iorre500nd1snt.es a i&s
aplicaciones de las 9h 30min y % 50»in y de las ICh SOmin y ilh iOir¡xft
en los snatutinos, y de las iih 30mm y iih SOmin en ios yesoertiíios.
126
PRUEBAS DE PRESENTACIÓN DICÜPTICA DE ESTÍMULOS NO VERBALES Y VERBALES.
Las tareas de decisión léxica y de comparación simultánea de
formas geométricas complejas se utilizan frecuentemente en los estudios
de diferenciación funcional hemisférica debido a que, por el tipo de
«aterial, verbal y no verbal, por la índole de la tarea, y por la
presentación dicóptica de los estímulos., constituyen instrumentos
adecuados para obtener medidas de la intervención de los hemisferios
cerebrales.
El modo de responder a estos estímulos, esto es, la presión de
dos teclas diferentes del microcomputador, una situada en el extreme*
derecho y otra en el izquierdo de la fila inferior del teclado, supuso
la implicación del hemisferio derecho en la respuesta ante las palabras
y las parejas de formas geométricas iguales (en la tecla izquierda con
la mano izquierda); y la del hemisferio izquierdo en la respuesta ante
las falsas palabras y las parejas de figuras geométricas diferentes (en
la tecla derecha, con la mane derecha} según muestra la Tabla ¿t*i..
Esta circunstancia ha de tenerse en cuenta al interpretar los
resultados, pues en tanto que, desde el punto de vista de procesamiento
de los estímulos, el hemisferio derecho procesa mejor el material no
verbal y el hemisferio izquierdo el verbal, desde el punto de vista de
la emisión de la orden de respuesta, en este experimento, parte de los
dos tipos de material cuentan con ventaja por coincidir el hemisferio
que mejor los procesa y el que ejecuta la respuesta. Así, las falsas
Palabras presentadas al hemisferio izquierdo y las parejas de formas
geométricas iguales presentadas al hemisferio derecho constituirían, en
Principio, las situaciones estimulares que estos hemisferios procesan
227
respectivamente. Las Fig. ,i. y ^.2. representan las latericias medias
ú<s respuesta ante estes estímulos de cada une de los hemisferios a lo
largo del periodo estudiado^ en los grupos matutino y vespertino,
Tabla ¿*.i,; rieroj-sferios cerebrales a los que se proyectan los estímulosy qué controlan 1& respuesta en las tareas de c raparse i ¿risimultánea de formas dsométrieas complejas y de decisiónléxica (.4.1,* hemisferio izquierdo; H.D.-derecho).
COMPARACIÓNFQRfifiS GEOMÉTRICAS DECíSIOM L
Estiífiiílc lousles Diferentes Palabras Falsas
Pro sección : %-
Ai ' S*
QrúBrí áeRespuesta H.D. H.I. H.B- H.I.desde
228
ig gg foj^as
tos resultados de los análisis de varianaa arrojartm efecto
significativo cíe la variable hemisferio en ambos tipos de estímulos» de
la variable momento en las parejas de figuras geométricas idénticas, y
próximo s la significación, ©n las diferentes. La interacción mssssiito >¡
hemisferio tuvo un efecto práctice^ertte significativo en las parejas de
foribBS geométricas iguales.
Comr> erf ssperefcle, la variaüle- grupo rto tuve efecto
significativo. En principio,* no r¡übia razc-n pasta suponer diferencias &•-*
el rendimiento de m'aos tipos de individuos, tr-srims cuando se
éron '¿6 vsífes cada prueíss.
Las l^tencies de respuesta ímte iss parejea ds figuras i
proyectadas en el CBxpc visas! izquierco íbesisferio derechcí tuerta
que las proyectadsE el car-pa visual derecho í he?E i sf er i o
) p-sr Jas rasones coítsntstíss #1 prircipi& de este apartsdPí ír-
ijáaíí en el tratamiento de este tipo de estímulps junte» con el
nervieeo de 1» ejecución de la fespuÉSts fsvorecisin &J
EJ aspecto motor ha tenido profeablemente un pese imperterite en la
»ayor velocidad tíe respuesta cuando las parejas de fcr«a ge&^étrica
diferente se presentaban ai heír-isferio izquierdo, ftsumieiTdo que l£
tarea, paira arfeos tipos de estímulos, es la íniafnai comparar ferinas
y detectar so siffliíitud B diferencia, las diferencias en
tiempos de r&accién ante las fornas seqfcétrieas diferentes entre
hemisferios se puede deber s que la transmisión intra-heíflisferica
desde las áreas que reconocen el estimule- en el hemisferio izquierdo a
las motoras del laísmo hemisferio, es más rápida que la transmisión
Ínter-hemisférica, cuando se proyectan los estímulos al hemisferio
derecho y la respuesta se de desde el izquierdo. No obstante, estas
diferencies en las latencias de respuesta entre ambos hesnisferinsf y de
cada uno de ellos a los estímulos no verbales idénticos o diferentes,
deberían ser constantes, sobre todo teniendo en cuenta que los tie¡rpoE
de reacción son realmente promedios de 5 estímulos. La observación y
comparación de las Tablfts 7.63. & 7.¿7. del Apéndice II permite
comprobar que5 en tanto que cuando se proyectan al hemisferio derecho
arabos tipos de estímulos las diferencias de tiempo son muy parecidsE,
pudiéndose adjudicar al retardo sináptico desde el hemisferio derecho
al izquierdo que responde a los estímulos no verbales diferentes,
cuando se proyectan los dos tipos de estímulos al izquierdo, las
latencí&s ante l&s forjas ge&ff;étricé.s diferentes son ostensi
fiienores. Por otra partE, las diferencias de tiempo entre
hemisferios son muchísimo mayores ante este último tipo de estimules.
Esto permite apuntar que el hemisferio izquierdo puede tener
cierta ventaja para detectar diferencias entre las figuras geométricas,
ya que emplea menos tiempo que en establecer Id igualdad de tales
figuras.
Respecto al momento del día, tres la observación de las Fig.
3.2.3. y 3.£.4. correspondientes a las parejas de figuras geométricas
se puede *fir#sr que la presencia de fluctuaciones es notoria,
230
sobre todo en el grupo vespertina, dada la amplitud de las mismas,
Los cursos diurnos de las latericias de respuesta de cada.
hemisferio fueron paralelos en algunos períodos y en otros no. En Izs
sesiones de la mañana, en conjunto, los tiempos de respuesta ser.
superiores a los de la tarde, especialmente si se comparan lo= de I35
primeras y las últimas aplicaciones del período experimental. Aunque
los dos grupos muestran la misma tendencia, en los vespertinos ls=
diferencias entre las sesiones sen mayores, Este último grupo tier.de B
disminuir sus diferencias respecto a los matutinas a lo Isrgo del díe,
e incluso exhibe tierebos algo (Tenores en las últimas aplicaciones.
En las Fig. 3.E.5. y 3.S.6., correspondientes a la= parejas de
f orinas geométricas diferentes, i a tenoencia e. fluctuar también es
obvia, especialmente cuando los estimules son proyectados al hemisferio
derecho. En lc<= matutinos abundan oscilaciones de fcOain por i a ¡nafraos,
siendo por la tarde BIBTÍDB acusadas y de menor frecuencia. En les
vespertinos, la duración de las ondas es mayor.
A lo largo del día se observan moip&ntos en que los tiempos de
reacción de ambo» hemisferios ante las formas geométricas diferentes
tienden a igualarse <16h lOff.in y 17h 30isin en los mstutinoss 13h 5GMn>
líih 30min y IBh lOmin en los vespertinos), aunque para todos les
sujetos las latericias medias de respuesta son significativamente mé=
cortas para el hemisferio izquierdo. Sin alcanzar significscién,
también se observa una «ejoríe del rendimiento de los sujetos a lo
l»rgo del día, más claro en el grupo vespertino y tíe lsfe primeras
aplicaciones respecto de las últimas.
231
En cuanto a nuestras hipótesis., se ha confirmado la ver i ación en
el tiempo del funcionamiento hemisférico, aunque no se ha establecido
su carácter rítmico ni, por tentó, los parámetros característicos del
mismo.
Estas variaciones temporales parecen ir 3 veces en contrafase y a
veces en paralelo. Por otra parte, la ausencia de significación en IB
interacción grupo x momento y en la interacción qrupo y. fcoeusnto
het.isferio permiten rechazar nue£trs= hip¿tesiSj aunque se han apuntsüc
ciertos indicios de diferencias entre los grupos en el sentido de uns
evolución hacia un mejor rendimiento de ios vespertinos s últirass horf- =
de la tarde.
de
Los resultados de los análisis de varienzs arrojaron efecto
significativo de la variable hemisferio en las latericias de respuesta =>
las faises palabras y efectos próximos a la significación d* IB
variable ffi&f&ento del día para las latericias de respuesta ante les des
tipos de estímulos verbales y de la interacción momento z hemisferio
para las lateneias ante las palabras. Tampoco en este caso le vsriab3e
influyó en I05 resultados.
La variable hemisferio tuvo efecto significativa sólo para los
tiempos de respuesta ante los estímulos verbales sin significado. L*
observación de las T«bl«s 7.69, y 7.70 {Apéndice II) permite «preciar
£32
que cuando se presentaron los estímulos al hemisferio izquierdo ge
tardó menos en responder que cuando se presentaron «1 derecho, 3c cual
era esperable dada la superioridad de este hemisferio en procesé cuento
del material verbal y corresponder le también la emisión de la
tas latencias de respuesta ñnie los estimulas verbales
signiflectivos fueron idénticas independientemente del ea~po visual si
que se proyectaron (Tablas ?.£•?, y 7.ó9. del Apéndice II), ü$ds ls>
improbabilidad de que 1&5 tiempos tíe trsrtEfiisién interhemisf erice* desde
el hemisferio izquierdo si derecho fueran idénticos a los de la
transmisión interhEaiisférira desrfe el derecho si laqtaerdd pé>¡"? =«¡
procesasiento y, tíe nuevo, hscis el hemisferio derecno de donde p=t.~t*
la orden de respuesta, la explicación fas plausible1 es qi'e el
hemisferio dere^hc- procese terbíén este tipo de estír^los attnq-js mís
lentsmente,, le- cae probé-blererte CDír-pensa el tiET-pt de retando
interhemisférico. De todos r;odo£, Is fc-TÜierided de les palabras y 1?
'"eiterflciéo de las pruebas quizás havn creado &utDR>ñtisr-DS de reepíient?
(B^iffrin y Schnside',-, 1977>, ID cual qusae también apoyado púr IB
Z&ti ÜB los tiempos de rerc
La variable msmsr)1;& del dís no tuso efecto significativo vi par5
les palabras ni para las falsís palabra^» aunque el valor del
Bstadífitico es próximo a la Eignificacién.
Las Fig. 3.2*7. (grupo matutino) y 3.S.B. (grupo vespertint;
«uestran de nuevo curvas con picos y caídas más notorias en el gvupo
vespertino. Las frecuencias de las fluctuaciones son variadas, así cofre
233
también las relaciones entre los cursos diurnos de ambos hemisferios.
Para los dos tipos de estímulos verbales, las latericias mes
cortas de respuesta se dan por la tarde, principalmente en las últimas
aplicaciones, observándose aún más este efecto en los sujetos
vespertinos. Entre los matutinos sólo se observan diterencias mu,
acusadas de tiecspD entre las primeras y las últimas aplicaciones en les
respuestas del hemisferio izquierdo a los estímulos verbales r-o
significativos. La tendencia de los dos grupos es la ¡rásí-ia.
Las Fig- 3.E.9, y 3.£.10. muestran que 1&E reí atienes er.
opeeicien de fase son más obvies ante las palabras que ante la= falsas
pslabras, aunque «¿lo durante aiguros trsmoEi en los netittir.os duranta
las do= primeras horas el curso diurna de las latercisE de smb-r.s
hemisferios corre paralela, a p&rtir de ese mórcente se er¡lentecen les
oscilaciones de respuesta ante los estímulos presentados al hemisferio
derecho y desaparecen las oscilaciones de las correspondientes e>i
hemisferio izquierdo. Por la tarde, se observa también un cierto
paralelismo entre las respuestas de los dt>s hsííiisTerioEf aunque
finalmente Ja curva correspondiente al izquierdo muestra una caída
acusada debida a un acortamiento del tiempo de reacción.
No hubo efecto significativo de las interacciones grupo a
i"Oíaento, grupD x hemisferio ni grupo ;; momento x hemisferio. En este
sentido esta tarea ha contribuido poco a esclarecer nuestros
presupuestos acerca Úñ los signos de intervención de los hemisfeerics
cerebrales que pudieran explicar las diferencias individuales en
rendimiento.
234
En cambio, se han encontrado muestras de que el funcionamiento de
los hemisferios fluctúa a ID largo del día.
En síntesis, se puede afirmar a partir de los resultados de este
experimento que el furtciona*ü.wenta de los hemisferios cerebrales, en le?
que se refiere a la realiESCion de las tareas útil i zedas, no es
constante en el curso del período estudiada. Es posible que se
produjere un cierto aprendizaje a consecuencia de las numsrosss
aplicaciones, que se refleja en una reducción de los tie^pc-e de
resliseci&n de la prueba de trazado y de las látemeias de respuestas
ante los estímulos presentados riic¿ptica*er?te a medida que avanzan las
aplicaciones dentro de cada sesión, y que es más clero en las pruehss
de trazado, donde no se lleve- a cabe un contrabalancee» del orde" tie Iss
sesiones de mañane y tarde. Con independeréia de que se produjera ese
aprendizaje, las variaciones temporales de las diferei-iiss variables sc-n
muy claras. Las Fig. 3.2-1. a 3.2.10., que representar» loe tiempos-
medios de realización de las formas A y B de la prueba de trazado y las
latericias medias de respuesta en las tareas de cofparacién simultánea
de parejas de formas geométricas y de decisión lé.;ica de les don
grupos, muestran fluctuaciones en forras de diente de sierra, de
distinta frecuencia y amplitud, aunque también se observan tran-os de i
hora (3 puntos) o mas, en los que los tiempos permanecen constantes.
La imposibilidad de disponer de un estadístico adecuado nc= ha
impedido coaprobar si «retas variaciones son realícente ritmos y, por
tanto, de definir sus parámetros. Por ello no se puede hablar de
235
concordancia con la literatura riel tema (Beíitelnsans y cois., 1984; León
Carrién, 1984; Klein y Armitage, 1979; Manseau y Brtmghton, 1984).
También s partir de la observación de dichas figuras se puede
afirmar que los dos hemisferios no parecen estar continuamente en
oposición de fase. Las Fig. 4.1 y 4.2 muestran las látemelas de
respuesta ante las parejas de figuras iguales proyectadas en el campo
visual izquierdo (al hemisferio derecho?, y ante los estímulos verbales
nt significativos proyectados en el campo visual derecho íal hemisferio
izquierdo) -las dos pruebas mé£ representativas del furürionsmento de
ios hemisferios derecho e izquierdo respectivamente * tanto en &spcctD=
perceptivos COF.C< rotores-. Tales figuras son indicativas de que en
ciertos comento* parece haber diferencies de fases s primeras hc-ra= y ?
les 16h 30,Tán y i7h 30B;in en el grupo ffetutino, y desde les lOh 50íím 5
llh 50«¡in y sobre las 16n 5Giain en el vespertino, yin enijargo, descSe
las Í7h EOmin a las EOh 50¡r.in en el grupo flj3tuti.no, y a éltiír-ss hc¡"ss
de la mañana y desde las 18h 3Gnin en los vespertinos, l&s curses CE
los dos hemisferios son independientes. Conviene subrayar que
precisácente en las últioae horas de la tarde se local izan l*s
latencias más cortas de respuesta, quizás revelando Is tendencia
ciresdiana.
También a título descriptivo, se puede subrayar que en los
períodos de mayor rapidez de repuesta del hemisferio izquierdo> l&z
oscilaciones del derecho se vueven más lentas, e incluso cuando el
nivel de respuesta del hemisferio izquierdo se fflantiene constante en
valores Medios o bajos, las oscilaciones del derecho tienden a
desaparecer. Asi se puede observar en la Fig. 4.1. ícorrespondíente al
236
900
800
700
600
500
FIG.4.1Hir ió T V311101
.: LATENCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISBG.) ANTE PAREJAS F.G.I. (H,d.) Y ESTÍMULOS
V* SIN SIGN. (H.í.) DE LOS SUJETOS MATUTINOS.
9OO
800
700
600
500
FH3.4.2
11hio í^liio *
: LATE5TCIA MEDIA DE RESPUESTA (EN MILISEG.) ANTE PAREJAS F.G»I* ( H . d . ) Y ESTÍMULOS
V. SIN SIGN. (H. I . ) DE LOS SUJETOS VESPERTINOS. " • • • . ••
grupo matutino) desde las ilh 50min a las 13h lOmin; y «n la Fig. 4.E.
«correspondiente al grupo vespertino) desde las Í7h lOnin a les
50(0 i n.
Todas estas últimas consideraciones necesiten ser
para contrastar su veracidad, aunque hay que señalar que reflejan las
observaciones de la literatura scbre el tema (L^vie^ 1985). Sin
Embargo, ncs se han obtenido datos que confirmen el resultado de Zam
Í19S5, 193fe> de une mayor activación del hemisferio izquierdo en los
matutinos per 1* menina* $ primer» hora, y en les vespertinos pc»r I?
tarde.
239
A partir de los resultados obtenidos y de la discusión previa, se
puede establecer un conjunto de conclusionesi
1.- El humor, estillado por eedio de autoinformes, muestra
variaciones relacionadas con la hora del día.
2.- Las tendencias diurnas en vigor, fatiga y estimación global
de humor son diferentes para los individuos Matutinos y los
vespertinos, y responden a la tipología circadiana.
3.- La temperatura, que también varié a lo largo del día
alcanzando su máximo por la tarde, no refleja las diferencias
individuales en las preferencias horarias de los sujetos, debido al
efecto de las horas de acostarse y de levantarse que eliminó las
diferencias entre los individuos y enmascaré sus ritmos naturales.
4.- El efecto enmascarador del horario de acostarse y de
levantarse, seguido por los sujetos durante la fase experimental,
impidió apreciar diferencias individuales en el rendimiento en tareas
de detección sencillas, que mostraron cursos diurnos paralelos a la
temperatura.
5.- La realización de tareas complejas (razonamiento verbal y
prueba de tachado) es independiente del ritmo de temperatura, y sus
Criaciones a lo largo del día son uniformes en los dos grupos.
6.- En les individuos vespertinos los momentos de rendimiento
óptimo en las diferentes tareas no coinciden, sino que muestran las
tendencias diurnas establecidas en la población general..
7.- El tiempo de realización de la tarea de razonamiento verbal
no mostró variabilidad diurna, debido probablemente al aprendizaje de
la tarea que implicó que ésta se ejecutara cada vez con mayor rapidez,
y borró cualquier indicio de fluctuación.
B.- La tarea de tiempo ae reacción de elección se mostré
insensible al efecto de la hora del oía, probablemente porque se
crearon automatismos de respuesta.
9.— Las categorías de matutino y vespertino, además de
diferencias en hábitos do vida para acostarse y para levantaras.
Conllevan también diferencias en la facilidad de expresión de sus
sentimientos, y de respuesta a agentes que elevan la motivación, come
5e evidencia a partir del efecto que la variable grupo tuvo en las
socalas de humor, y en la realización de tareas complejas como la de
razonamiento verbal.
10.- El funcionamiento de los hemisferios cerebrales, en lo que se
•"efiere a procesamiento y velocidad de respuesta a estimules verbales y
**' verbales, muestra variaciones rápidas a lo largo del día, de tipo
no, en apariencia rítmicas, al aenos durante los períoacs en
hay menos activación.
11.- L u relaciones entre ambos hemisferio» no parecen constantes
a lo largo del período vigil, alternando períodos en que el curso de
funciona*iento de ambos corre parejo con otros en los que funcionan
independientemente.
12.- No hay indicios de que la actividad del hemisferio izquierdo
sea mayor a primeras horas de la mañana en los individuos matutinos, ni
a últimas horas de la tarde en los individuos vespertinos, al menos en
las tareas utilizadas. Ambos grupos tendían a exhibir pendientes
sinilares a últimas horas de la tarde, reflejando quizás el ritmo
circadiano en el rendimiento de las tareas utilizadas.
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291
1 - - APÉNDICES I y I I
DATOS DE IDENTIFICACIÓN SOCIAL
1. SEXO
2. EDAD
3 . ACTIVIDAD (estudia , t rabaja , ambas cosas)
4 . HORARIO DE TRABAJO
5 . HORARIO DE CLASES
6 . LUGAR DE NACIMIENTO Nfi HABITANTES
7 . DOMICILIO (CIUDAD)
8. ESPECIFICAR PERSONAS CON QUIEN VIVE (Padres, amigos)
9. ESTADO CIVIL
10. NUMERO DE HIJOS
1 1 . RETRIBUCIÓN SALARIAL POR MES (para l o s que t raba jan)
12. DINERO DISPONIBLE AL MES (para l o s que es tudian)
295
CUESTIONARIO DE MATUTINIDAD-VESFEETINIDAD(Traducido de Horne y Otsberg, 1976)
TT~]
1 . Teniendo en cuenta telo su propio ritmo te bienestar, 4 ahora *e levantarla ai fuera coqpletantnte Ubre para pianlfl
i. J_U
t . Considerando folanoitc su propio rltao de Menester, ¿a quehora se acostarla s i fuera coopletasente Ubre para planear•u noche?
, 1 . Lj .1 . I . i .1 , 1 ,1 ,1 .1 ,1 ,1 ,-a*- -*-*•-
3 . 81 tiene fue levantarse * una B«r«rmlna<3a hora por la «anana,fhasta que punto depende usted para despertarse de un desper-tador?
Wada «a absolutoAlgo dependienteBastante dependiente. .Muy dependiente
297
A. Dando por sentado condiciones ambientales adecuadas, levan-
tarse por la mañana, le resulta:
Nada fácil .
No may fácil _
Bastante fácil
Muy fácil .
5. ¿Como se siente Vd. de despejado durante la primera media
hora después de despertarse por las mañanas?
Nada despejado- - - - — -
Ligeramente despejado_ .
Bastante despejado _
Muy despejado - _
1
1$H
6. ¿Como es su apetito durante la primera media hora después
de despertarse por las mañanas?
Muy pobre i _
Mas bien pobre
Bastante bueno
Muy bueno
7. Durante la primera inedia hora después de despertarse por la
mañana, se siente:
Muy cansado
Relativamente cansado_ _
Relativamente descansado—
Muy descansado- — —
ii
i
298
0, Cuando no tiene conprocrfsos «1 día siguiente, ¿a que horase acuesta comparado con *u horario habitual?
Kara Te» más tarde -VHenos <?e «na hora mas tarde. _ _De 1 a 2 horas mas tardeMás de 2 horas mis tarde __ _ _
9, Ha decidido comprometerse a realizar algtin ejercicio f í s ico .Dn emigo subiere que lo haga con é l una hora dos veces a lasemana, y la mejor hora para €1 et de 7 a 8 a.m. Considerando na<ía BIES SU propio ritmo de bienestar, ¿dOmo cree Vd, quelo haría?
Estarla en buena forma . _ _ __Estarla en forma razonable _Lo encontrarla d i f í c i l _ _ _Lo encontrarla nuy d i f í c i l _ __
10, Por la ncche, ¿a <pie hora se siente cansado y por consiguiót e con necesidad de dormir?
\6
299
11* Vd. desearía rendir al •**-*"* en «na prueba que sabe que
va a ter Mentalmente agotadora y que durar A dos horas. Es
Vd. coupletamenté libre para planificar su día, consideren
ddo «61o su propio ritmo de bienestar, ¿culi de las cuatro
posibilidades siguientes elegirla para realizar la prieba?
De 8 a 10 a*v« _ , _
De 1iaa 13
De 15 a 17_
De 19 a 21 . _ _
12, Si te acuesta a las 11 de la noche, ¿en que nivel de cansan
d o se encuentra?
Hada cansado .
Un poco cansado .
Bastante cansado
Huy cansado _
13. Por alguna razón V<3, ha tenido que acostarse varias horas
m&s tarde de lo habitual, pero no ha tenido necesidad de
levantarse a una hora determinada a la mañana siguiente,
¿que ocurriría probablemente?
5c despertaría a la hora habitual y
no te dormirla _
Be despertaría a la hora habitual y
echaría luego una cabezada
6c despertarla a la hora habitual yre
ro se dormirla de nuevo
Vo se despertaría hasta más tarde de
lo usual _ _ _
300
Una noche debe permanecer despierto entre las 4 y las €de la mañana para realizar una guardia nocturna. Jfo t i ene compromisos al día siguiente.¿CuAl de las alternativassiguientes l e vendría aejor?
Ho se Irla a la cama hasta que la guardia terminara
Dormirla la siesta antes y dormirla despues_ _ _ _
Doroirla bastante antes y se echarla la siesta des-
pués .
Doral ría todo antes de la guardia. ,
Debe hacer 2 horas de trabajo f í s ico duro. Es couplet ementete libre de planificar «u ¿ia y eonsiderendo únicamentesu propio ritmo de bienestar, ¿cual de las siguientes alt«nat ivas elegirla?
De 8 a IDDe 11 a 13 _
De 15 a 17 . __ _
De 19 a 21
16. Ha decidido comprometerse a realizar un ejerc ido f ís icoduro. Un «oigo sugiere que lo haga una hora dos veces ala semana y la »ejor hora para é l es entre 22 y 23. Considerand© sólo su propio ritmo de bienestar, ¿coas© cree
se sentirla?
Estarla en buena foraa __ __Estaría en forma razonable. _Lo encontraría d i f í c i l _ _Lo encentrarla wuy di f íc i l_ _
301
17« Suponga que puede elegir tu propio botarlo de trabajo.
Suponga que trabajara 5 horas al día (incluyendo desean
sos) y que su trabajo fuera interesente y la retribuye-
ra» segftn los resultados. ¿Cuales de las 5 horas couse-
cutlvat elegirla?
t I i» » i < ii ii i
16. ¿A que hora del día cree que alcanza su pico de bienestar?
TCLJJJ-üJJJJlCH.í 5-
19. uno oye tablar de gente ^matutina» y "vespertina*.
de estos tipos »e incluiré Vd»?
Deflnltivanente matutino
Más matutino que vespertino. .
Has vespertino que matutino_
Definitivamente vespertino __
302
CUESTIONARIO DE HÁBITOS DE SUEÑO(Traducido de Simons y Parraga, 1982)
CüESTIOKASIO DE HÁBITOS DE SüSRO
Datos Generales
1. Edad*
2. Sexo
3. Ha experimentado en los últimos seis meses cambios en su peso
SI NO
4. Si la respuesta anterior es afirmativa, indique la cuantía del
cambio: Aumento Kgs, Disminución5. Tiene alergias o infecciones de oídos, nariz o garganta, crónicas
SI NO
6. Tiene alguna enfermedad crónica (especificar) SI NO
7. Toma actualmente algún/os medicamento/s (especificar)SI NO
8.. Tiene antecedentes de t r a s to rno convulsivo o epi lepsiaSI NO
PARTE I
Las siguientes preguntas se refieren a su sueño, Por favor, contés-
telas con la máxima precisión posible ateniéndose a los seis meses
últimos.
1 . Cuánto tarda habitual mente en quedarse dormido por 1&. noche
2. Cuantas horas suele donrár cada noche
3 . Se desp ie r t a habitualmente por la 'noche El NO
4. Si se despierta durante la noche, cuántas veces se despierta
5. Habituc.lmerte tiene un sueño profundo SI NO
6. Habitualmente tiene un sueño ligero, p, e j . , se despierta con
cualquier ruido SI NO
7. Se despierta habitualmente antes de las 5 de la mañana Si NO
8. Habitualiaer-te se despierta bier. descansado por la mañana si E 0 _
9. Habitualmente se despierta por la mañana sintiéndose bastante can£ a d ° SI NO
10. Habitualmente se despierta por la mañana de buen humor SI NO
11. Habitualmente se despierta por la maüana. de mal humor Si j:o
12. El dormir mal vina noche interfiere con su capacidad de acción al
día siguiente SI NC
13. Duerme habitualmente siesta durante el día SI NO
14. Kecuerde habitualmente sueños SI NO
15. Son sus sueños generalmente agradables SI NO_
T6. Son sus sueños generalmente desagradables SI N0_
PARTE II
A continuación, se enumeran tipos de hábitos que usted pue-
de recordar que tiene o que otras personas han observado en us-
ted mientras duerme. Conteste si ha tenido alguno/s chircate los
últimos seis meses y señale aproximadamente el numero cié veces
con que cada hábito ha ocurrido.
Descripción del hábito
1i Hab'a dormido
k Camins dorio, do
j. Rechina los dientes mientrasduerme
4.Sfializa rríovimientros de brazos oPiernas mientras duerme, ej.patadas, agitación de brazos.
5. Ronca mientras duerme
'•Se asfixia mientras duerme
'• se muerde la lengua mientras¿uerme
5> Se orina, en lí cama
'• Se despierta durante la cocheíuejSndose de pesadillas o desuefíos terroríficos y en esos"•omentos se siente especialmen
I t e nervioso.
NO SIDiariamente
Más de1 vez xsemanapero noa. di a-rio
2 a 4 veees porse;nana
1 ve:pormes
Meno;de 1vez >mes
3 0 5
Descripción del hábito
10. Se despierta durante la nochegritando aterrorizado a causade personas o cosas que real-mente no están,La ansiedad estan intensa que suda,jadea,tiene palpitaciones»Habituai-mente no recuerda lo sucedidoa meros que alguien se lo di-ga.
11. Se muestra reacio a i r a dor-mir por la noche porque tienemiedo
lí. Tiene miedo a 2 a oscuridad
3. Teme morir si se va a dormir
4» Tiene que estar cJLguien en s-jcuarto antes de i r a dornir
;• Toma "sontriíferos" para donr¿r
^ Tiene la experiencia de dor-1 nir inquieto,de modo que no1 se encuentra bien descansadoI Por la. mañana
17. Durante el día siente deseos1 irresistibles de dormirí*-—• . . .w* Durante el día esta somnolier;I to la aayor parte del tiesto1 sin que esto llegue a ser un1 deseo irresistible de dormir
l> Durante el día se le debili ta1 tanto los músculos que cae al1 suelo en respuesta a la r i sa ,1 u otro tipo de excitaciónj - —I1 ^ a n t e el día experimenta laI £ensaciftn de estar paralizado1 antes de dormitar
• —~w durante el día ve u oye cosas1 ^reales antes de donrdtar
r——r
NO S I
Diaria
mente
Mus de1 vez xsemanapero noa. dia-rio
2 a ^ veees porsemana
1 vezpormes
Menosde 1vez >mes
306
E.P.I. CUESTIONARIO DS PERSONALIDAD. Forma B(Eysenck, 1973). Traducción y adaptación de T.E.A.
N
SI NO
¿Le agrada muerto bullicio y agitación a su aJrededor? O O 1
¿Tiene Vd. a menudo un sentimiento de desasosiego como si deseara algo, pero sin sa- _ n
berqué? O O 2
¿Tiene Vd. casi siempre una respuesta "a punto" cuando la gente le habla? O O 3
¿Se siente Vd. unas veces triste y otras alegre, sin motivo? O O 4
¿Se queda Vd. apartado o aislado de los demás en las fiestas o reuniones'' O O 5
¿Se siente algunas veces de mal humor? O O e
¿Es Vd una persona caprichosa? O O 7
¿La gusta a Vd. mezclarse con la gente"7 O O g
¿Ma perdido Vd. a menudo horas de sueño, a causa de sus preocupaciones? O O 9
¿Se llamaría a si mismo una persona afortunada? O O 10
¿Ocurre con frecuencia que toma Vd. sus decisiones demasiado tarde? .. O 0 n
¿Está siempre contento y satisfecho? O O 12
¿Es Vd. activo y emprendedor? O O 13
¿Se siente Vd. a menudo cansado e indiferente, sin ninguna razón para ello? O O 14
1 ¿Le agrada trabajar solo? O O 15
¿Se siente con frecuencia "harto" de todo? O O 16
¿Puede Vd. expresar rápidamente, en palabras, sus pensamientos? O O -\j
1 ¿Ríe Vd. algunas veces los chistes "verdes"? O O 18
¿Se le va la imaginación con frecuencia cuando intenta prestar atención a alguna cosa? O O -19
¿Se siente a disgusto cuando no lleva sus ropas habituales? . O O 20
¿Está Vd con frecuencia "en la luna"? O O 21
¿Le agradan a Vd. las bromas entre amigos? ... O O 22
completamente libre de prejuicios de cualquier clase? O O 23
alguna vez para mañana lo que puede hacer hoy? O O 24
'•'-* gusta mucho comer bien? O O 25
¿piensa Vd. con frecuencia en su pasado? O O 25
¿Estarla dispuesto a vender objetos o pedir dinero a la gente para una causa buena? O O 27
fln<Jo está disgustado, ¿necesita algún amigo para contárselo? o O 28
E = S =
306
N
SI NO
¿Pretiere quedarse en casa a asistir a una fiesta o reunión aburrida? 0 0 29
¿Alguna vez alardea de algo? O O 30
. ¿Et Vd. quisquilloso en algunas cosas? O O 31
. ¿Le guata planear las cosas cuidadosamente y con mucho tiempo por delante? O O 32
. ¿Se encuentra a veces tan Intranquilo, que no puede permanecer sentado en una silla - ,mucho rato? O O 33
i. ¿Hace Vd. tas cosas solo, mejor que consultándolas con los demás? O O 34
i, ¿Tiene Vd. vértigos? O O 35
I. ¿Ha sentido Vd. en alguna ocasión deseos de no acudir at trabajo? O O 36
I ¿Prefiere Vd. planear las cosas mejor que hacerlas? O O 37
I Cuando recibe una caria, ¿la contesta Vd. siempre tan pronto como puede? O O 38
¡. Cuando hace nuevas amistades, ¿es normalmente usted quien da el primar paso, o el prl-| mero que invita?
¿Le falta a menudo la respiración, sin haber hecho un trabajo pesado? O O 40
¿Piensa vd que, en general, las cosas se arreglan solas o que de algún modo se so!u-cionarán? U ü 41
¿Ha sentido en alguna ocasión cierta envidia de un compañero más afortunado? O O 42
¿Sufre Vd de los nervios? O O 4 3
¿Acostumbra Vd. a decir la primera cosa que se le ocurre? ... O O 4.4
¿Se pone nervioso en lugares como ascensores, trenes o túneles? O O 4 5
Excepto con sus amigos muy íntimos, ¿suele ser muy reservado? O O 45
¿Suire Vd. dolores de cabeza o Jaquecas muy tuertes? O O 47
¿Ha bebido Vd. alguna vez algo más de k> que debiera? ... ... O O 43
¿Le gusta gastar bromas y contar chistes a los amigos? O O 49
¿Le cuesta conciliar el sueno por la noche? O O 50
para Vd. a menudo a meditar y analizar sus pensamientoa y sentimientos? O O 51preocupa Vd. durante mucho tiempo después de haber sufrido una experiencia des- _. _agradable? O O 52
las circunstancias le sean adversas, ¿cree, sin embargo, que todavía vale la pena F 1
probar »*»rte? ° °estado de humor cambia alguna v«z7 . O O 54
mete Vd. en líos con frecuencia, por hacer las cosas sin pensar? O O 55
resulta a Vd. fácil tener que decir "No" a un vendedor, cuando ést« le ofrece irais- „tentemente algún nuevo articulo? O O
a menudo molestias digestivas frente a un hecho o situación Importante? O O 57
309
N— E—
CUESTIONARIO DE PREFERENCIAS MANUALES(Humphreys, 1951). Traducción de Manning.
CUESTIONARIO DE PREFERENCIAS MANUALES
NOMBRE OCUPACIÓN.
DIRECCIÓN EDAD
Manifieste si se considera Ud. a sí mismo como dies_
tro (D), zurdo (Z) o ambidextro (A)
INSTRUCCIONES GENERALES:
El contenido del cuestionario se puede dividir en dos
partes:
PARTE A: Destinada a establecer que mano utiliza habitual-
mente, o prefiere utilizar, para ciertos actos que requie-
ren el uso de una sola mano. Se espera que la tendencia ha
bitual y la preferencia coincidan en la mayoría de los ca-
sos, pero si en alguno no fuera así, añada alguna nota acl_a
ratoria.
PARTE B: Destinada a establecer que mano juega el papel re£
tor en ciertos actos que requieren el uso de las dos manos.
Para ello ha sido preciso asumir ciertos supuestos: por ejein
pío. qué es el papel rector en distintos actos, lo que en -
alguna ocasión, es, sin duda, un punto a debatir, y se su—
giere que Ud. indique sus opiniones al respecto.
En cada pregunta debe escribir en la columna de la -
311
derecha = D, si utiliza la mano derecha; I, si utiliza la
mano izquierda o A si es consciente de no tener una pref£
rencia especial en una de las dos direcciones, por ejem—
pío, si le es igual usar una u otra mano. Cuando dude de-
be intentar decidir un resultado haciendo una prueba.
El único objetivo de este cuestionario es obtener
exclusivamente la información solicitada.
1. ¿Con qué mano dispara?
2. ¿Con qué mano escribe?
3. ¿Con qué mano dibuja?
4. ¿Con qué mano juega al tenis,
squash, bandminton?
5. ¿Con qué mano usa las tijeras
(Por ej. para cortar papel?
6. ¿Con qué mano se afeita? (acia
rar el tipo de máquina, navaja,
eléctrica) ..
7. ¿Con qué mano se peina? (expre
se con cuál se hace la raya)
8. ¿Con qué mano limpia sus dientes? ..
9. ¿Con qué mano coge el cuchillo
con otros fines diferentes a comer?,
312
10. ¿Con qué mano utiliza la cuchara
para comer?
11. ¿Con qué mano utiliza el martillo?,
12. ¿Con qué mano utiliza el destorni-
llador?
B:
13. ¿Con qué mano coge el cuchillo
para comer, simultáneamente con
el tenedor?
14. ¿Hacia que lado <2e su cuerpo ba
lancea un palo de cricket?
15. ¿Cuál de sus manos ocupa la po-
sición superior del palo de la
escoba cuando barre?
16. ¿Cuál de sus manos ocupa la p£
sición superior de un rastrillo
cuando rastrilla?
17. ¿Con qué mano desenrosca un ta-
pón?
18. ¿Con qué roano enciende un fós-
foro?
19. ¿Con qué mano baraja? . , ,
20. ¿ Con qué mano enhebra el hilo
por el ojo de una aguja, o coge
la aguja para introducir el hilo?.
313
EXAMEN DE LA DOMINANCIA LATERALBATERÍA DE HALDSTEAD-REITAN (1975)Traducción de Fernández-Ballesteros.
KXAMEK DE LA DOMINANCIA LATERAL
*-»br«....,,...,..,. Fecha Bxaminador.
1. Muéstreme su mano dertcha ; »u oreja izquierda su ojo derecho.
2. Muéstreme cMo:
Tira una pelota «.
Clava una punta
Corta con un cuchi lio
Gira al manillar de una puerta......
Usa unas tijeras
Usa una goma
Escribe su nombre
3. Escriba su nombre completo
«ano preferida ( ) segundos
mano no preferida ( ) segundos
4. Muéstrese coras mira a través de e s t e t e l e s c o p i o ojo
apunta con e s t e r i f l e a mi nariz hombn ojo
5. Muéstrele como da una patada a un balón o i é
p i s a r l a un bien? p ié
6. Fuerza manual.(Adaptar «1 di ñamómetro a la mano, apuntar hacia e l
sue lo y apretar l o más fuer te <?ue oueda).
7. mano preferí d a ( . . . . ) . . . . X g s . 3. mano no p r e f e r i d a { . . . . ) ....Tqs.
2. a&no preferí d a ( . . . . ) . . . . I g s . 4 , mano no p r e f e r i d a ( , . . . ) . . . . t g s .
TOTAL k g s . TOTAL k g s .
Medía kgs. Media
Adaptación experimental! lóelo Fernandez Ballesteros. Departamento deDiagnostico Psicológico y Medida.
315
HOJAS DE REGISTRO DE LOS HARARIOS DE SUEÑO-VIGILIA,ACTIVIDAD E INGESTA.
PLANTILLA DE REGISTRO PERSONAL - INGESTA
DÍALUNESFecha
MARTESFecha
MIÉRCOLESFecha
JUEVESFecha
VIERNESFecha
SÁBADOFecha
DOMINGOFecha
1)Hora dedesayuno
2)Hora delalmuerzo
3)Hora delamerienda h4)Hora dela cena
5)¿Realizootras coná¿das?
6) ¿A quéhoras?
7) ¿Quécomió?
si_ii
i
1. 1 -
IIíI
HORA de \levantarse
i UNES
¡Fecha'tMARTES
' día-}
,' MIÉRCOLES1 día
¡JUEVES¡díaT
¡VIERNES.día
..i.i¡ti
{--- -H
SÁBADOdía
DOMINGO!día
Hora deacostarse
Tiempo to jt a l de siie ¡fio (p rec i - Jsar) i
Se despertó» si idurante lanoche
iI 4--I Ii no'
•H-
1I
¿Cuantasveces?
i
Estimación iMBde la cali-dad delsueño
IBIR¡M
Siesta isi
Hora
Duración
ii H-"T"tI
Actividadextra
Jsi1-1. •I-
I
" í "1
HoraTipo esp. I
- t —IIIIII
Estadogeneral
HB
F.O.M.S. PERFIL DE ESTADOS DE HUMOR(Traducido de McNair, Lorr y Droppelman, 1971)
FECHA: CCDIOO: CLAVE:
GRUPO: EDAD: SEXO:
I N S T R U C C I O N E S ;
Abeja hay irte lista de palabrea que describan loa sentimientos
que tiene la gente. Por favor» lea cada una de ellaa culdadoaamBnte.
Luego, fíjese en las cinco opciones que tiene arriba y elija de entra -
ellas la que mejor describa COMO SE HA SENTIDO USTED DURANTE
. Coloque ese número en la línea a la da -
recha de la palabra. Nb omita ninguna y escriba el número claramente.
SI cambia de opción, borre el primer número completamente.
0 m Nada
1.- Cordial ______
?.- Tenso _____
3.- Enfadado
C- Hendido
5.- Infeliz
C - Perspicaz ______
7.-- Aniñado
8.- Confuso ______
3.- Arrepentido por
10.- Inestable
11.- Apático
'?.- Enojado _ . ._ .
13.- Considerado
14.- Triste
15.- Activo
1C- Con los nervios
2 - Moderadamente3 - Bastante4 - Machísimo
17.- Malhumorado
18.- Melancólico _
19.- Enérgico _. _._
?0.- Asustado [
21.- Desesperanzado ______
72.- Relajado
23.- Indigno _
24,- Rencoroso
cosas hechas ______ P5.- Benévolo _____
76.- Intranquilo ______
77,- Inquieto
76.- Incapaz de concentrarse
__ '9.- Fatigado
30.- Servicial
31.- Irritado
de punte 3 2 — OaeanlÉ-do
320
33.- Resentido
34.- Nervio»
35.- Solo
C6.- Miserable
¿7.- Atontado
3 8 . - De buen humor —___
3 9 . - Anargado „ . _ _ _
4 0 . - Exhausto — M —
4 1 . - M S Í O S O . r _ [
4 2 . - l is to pora pelear
43 . - Afable
44. - Pesimista
45 . - Desesperado .
4t~.- Fterezoso
4 7 . - Rebsldo
4 8 . - Indefenso
4S.- /toatido
50 . - Desconcertado ^_ _
5 1 , - Alerta
5".- Decepcionado
5C.- Furioso
54.- Eficiente
55.- Confiado ^
56,— Lleno de dinamismo
57.- Con mal genio
58.- Inútil
59.- Sin memoria
60.- Despreocupado
61.- Aterrorizada ____„
C\- Culpable
63.- Vigoroso
G4.- Inseguro de las cosas
66.- Agotado
321
PRUEBA DE TACHADOBATERÍA STANDARD DE BONNAEDELL (1970)Adaptación realizada por M.E.P.S.A.
S£ANO O O
oQftooogoooofiogoQaogoooOQDggcofiQogciOQaooftQflooogocj
^OOOgOQOOhOfí^n^nXX^^^0
í
PRUEBA DE FIGURAS IGUALESPATEEIA STANDARD DE BONARDELL (i 970)Adaptación de M.E.P.S.A.
8 10!5'ío
8£>
0 a D O O a a0 a 0 a o D oa o a a o o n ao o D D a o
a a o a a a ao o o o a a oaaDaa
aaoQo
— • i
oao
o o aD o p o a a oa o o D aa a Q a o a a 0
a o D o D o8 10
oaQDao
o
o
aDOaaD
aaotioD
o
aoDaaa
oD
ao
aa
CJno
oOaoD
an
aDaaatDao
D
oDaanooa
o325
PRUEBA DE RAZONAMIENTO VERBAL(Baddeley, 1968)Adaptación cronobiológica por MonK y Folkard (1973)
NOMBRE:
DÍA:
TEST DE RAZONAMIENTO VERBAL DE BADDELEY
C no sigue a MC sigue a MC no es seguida por MM sigue a CM precede a CM es precedida por CC no es seguida por MM no es seguida por CM no es precedida por CM no sigue a CC no es precedida por MC e s precedida por MM no es precedida por CM sigue a CC no es precedida por MM es seguida por CM es precedida por CC no sigue a MM no sigue a CM no es seguida por CC no precede a MC es precedida por MC es seguida por MC precede a MM es seguida por CC precede a MM no precede a CM precede a CM no precede a CC es seguida por MC no precede a MC sigue a M
TIEMPO:ACIERTOS:ERRORES:
CMMCCMCMCMMCMCMCCMMCMCCMMCMCCMMCCMMCCMCM
MCMCMCCMCMMC
CMMCMC*-\Á -
{ S I ; NO
- - - - - - _
-
.9,30
CMCM
327
PRUEBA DE TRAZADO: Formas A y B.BATERÍA DE HALSTEAD-REITAN (1975)Adaptación cronobiológica de Le6n-Carrión (1984)
DE TRAZAD» : FORPiA «V
F I N
329
DÉ TRAZADO : FOFMA B
3 30
®
PRUEBAS DE PRESENTACIÓN DICOPTICA:Estímulos no verbales, palabras y falsas palabras.
r
ro
FIG. 7.1.: FIGURAS GEOMÉTRICAS UTILIZADAS PARA FORMAR LAS PAREJAS QUE CONSTITUYERON
LOS ESTÍMULOS EN LA PRUEBA DE COMPARACIÓN SIMULTANEA DE FIGURAS (22 EXPE_
RIMENTO).
ESTÍMULOS VERBALES PRBSEffTADOS DIGOPTICAMEHTE
^ SIGFIFICATTVnfi
algoatún
caja
cita
dedo
edad
fila
gama
lie na
imán
Jeta
loro
musa
nuca
pago
peso
rito
seda
eopa
vaso
alara
bala
caos
coma.
dios
edil
foca
gato
hiél
iris
Juez
mano
nada
nuez
pana
piso
roja
seso
tipo
veda
antebeso
casa
cuna
doma
ello
foso
gota
higo
isla
laca
mesa
nata
ocre
paro
reja
rosa
seta
toga
vida
arcabien
cena
dado
duna
ente
fuga
gozo
hilo
Jaca
leer
meta
ñeca
ogro
pata
remo
reta
sisa
toro
viga
ascobote
cine
daga
duro
fraz
gala
gula
hoja
Jefe
liso
mico
nota
oval
pera
risa
seca
soga
tubo
vino
334
2Q BQ SIGNIFICATIVOS
acal
a&is
ciga
coga
dega
ecí a
fala
gada
gute
irno
Jola
luco
mu el
nuso
peta
reía
salo
sode
tega
uaro
acor
bova
ciña
cana
depa
egra
f eca
gapo
guta
irra
laro
mado
nepa
orga
pote
repa
sega
sova
tepa
ulna
ampo
bría
coas
cusa
dieo
enan
feso
gise
neto
jafa
leca
lavo
niar
osno
pugo
rida
semo
suga
teba
uama
anee
bu no
cobo
dabo
dose
esna
fote
gobo
hisa
jain
leto
me Ja
nosa
otas
rais
ryo
sice
suli
tyo
viel
arse
cema
cofe
deca
dute
f aon
gaca
gría
iner
jesa
Upo
mlpo
nuro
pema
rnva
ruva
sira
taso
talo
vyo
335
BRAI/RS T>R REGISTRO DE MFDTDAq r>ET. PRIMER EXPERIXEBTQ
HOBA OÍAS EIAfi. ÜIA2
IS 3
9.15 Lu-Xa Lu-Ma Mi-Vi MI-Vi
11.15 Xa-Xl Mi-Vi Lu-Ju Lu-Xa
13.15 Lu-Ju Lu-Ju Ma-Mi Mi-Vi
15. 15 Ma-Vi Xa-Vi Ma-Mi Ma-Xi
17.15 Lu-Mi Xa-Mi Lu-Vi Ma-Ml
19. 15 Ju-Vi Ju-Vi Xa-Ju Ko-Ju
21.15 Mi-Vi Xi-Ju Ju-Vi Lu-Ju
FS 1 M V H2 2
9. 1511. 15
13. 15
15. 15
17. 15
19. 15
21.15
Xa-Vi
Lu-Ju
Ma-Ju
Lu-Mi
Xa-Vi
Lu-Mi
Xi-Vi
Ma-ViLu-Mi
Ma*Ju
Lu-Mi
Xa-Vi
Lu-Xi
Mi-Vi
Lu-XiXa—Ju
Ju-Vi
Lu-Xa
Lu-Xi
Ma-Vi
Mi-Vi
Lu-MiMa-Mi
Ju-Vi
Lu-Ma
Mi-Ju
Ma-Vi
Lu-Vi
9. 1511.15
13.15
15.15
17.15
19.15
21.15
Ml-Ju
Ma-Vi
Lu-Mi
Ju-Vi
Lu-Ju
Ma-Ml
Ma-Mi
Mi-JU
Ma-Vi
Lu-Mi
Ju-Vi
Lu-Ju
Ma-Mi
Ma-Ju
Ma-JuLu-Mi
Ml-Ju
Lu-Vi
Ma-Vi
Lu-Ju
Ma-Ml
Ma-MlLu-Vi
Ma-Ju
Lu-Vi
Mi-Vi
Lu-Ju
Ma-Mi
N 5 a M V Nfl 6 M V
337
0.1511.15
13.15
15.15
17. 15
19.15
21. 15
Xa-Xl
Mi-Ju
«a-Vi
Lu—Ju
Ka-MI
Lu-Ju
Lu-Xi
Ka-Kl
Lu-Ju
Xa-Ju
Xl -Vl
Lu-Ma
Ml-Ju
Lu-Vi
Lu-Ju
Xa-Mi
Lu-Vi
aa-Ju
Xi-Ju
Lu-Vi
Xa-Ki
Lu-ViKa-XI
Lu-Vi
Xa-Ju
Xi-Ju
Lu-Vi
Ka-Xi
3
9. 1511. 15
13. 15
15. 15
17. 15
19. 15
21. 15
Ju-ViJu-Vi
Ma-Ki
Lu-Ju
Ka-Xi
Lu-Xa
Lu-Xi
Lu-ViJu-Vi
Lu-Ma
Xi-Vi
Ma-Ju
Xi-Vi
Lu-Xa
Ju-ViMi-Ju
Xa-Vi
Lu-Xi
Ju-Vi
Lu-Xa
Lu-Xi
Ju-ViXi-Ju
Xa-Vi
Lu-Xi
Ju-Vi
Lu—Xa
Lu-Mi
IQ 9
9. 15
11. 15
13. 15
15. 15
17.15
19. 15
21. 15
Lu—Xa
Lu-Vi
Ma-Ju
Mi-Vi
Ju-Vi
Xi-Ju
Lu-Ma
Lu-Xa
Mi-Vi
Ma-Ju
Lu-Ma
Lu-Ju
Mi-Vi
Mi-Ju
Xi-Ju
Xa-Vi
Lu-Vi
Xa-Xi
Lu—Ju
Xl-Vi
Lu-Ju
Lu-Ka
Lu-Xa
Lu-Mi
Lu-Vi
Ma-Vi
Xa-Ju
Xa-Vi
N* 11 * 12 M V
338
TABLA 7.1.: DATOS DE IDEITIFICACIOI
PARTICIPANTES.
DE LOS SUJETOS
ja. y E 1LD
ssxsGX
XX
FG
LX
HJG
FB
PX
JV
XA
CG
IB
RD
KS
GC
KB
MJL
KR
JLX
LS
CC
ED
PP
AK
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
ii12
13
18
18
19
19
28
18
19
20
20
19
25
19
20
19
19
20
27
23
22
18
20
18
20
19
21
V
X
X
X
V
X
X
X
X
V
X
X
V
X
X
X
M
X
X
V
X
X
V
X
X
62 (X)
60
64
59
63
63
61
70
61.5
64.5
59
59
35.5 <V>
39
31
30
33
33
35
36
36
38
36
36
25
1 60
5 75
50 75
5 90
15 30
99 60
35 35
35 50
20 75
35 75
85 25
50 50
1 75
60 75
15 14
75 15
15 30
35 99
50 50
40 50
95 15
40 95
99 25
35 40
45 90
0.92
1
0.9
1
0.95
1
1
0,9
0.95
0.95
0.88
1
0,9
0.80
0.95
0.95
0.8
0.9
0.85
0.875
0.84
0.99
0.85
0.89
1
34 0
TABLA 7.2: PUNTOS MEDIOS DE ACTIVIDAD DE LOS SUJETOS MATUTINOS
Y VESPERTINOS. MEDIA DE LOS CINCO DÍAS EXPERIMENTALES
GRUPO
SUJETO 1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
MATUTINO
5
4
4
3
5
4
4
3
3
4
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
04
39
52
58
49
04
04
06
36
59
min.
min.
min
min.
min.
Din.
min.
min.
min.
min.
VESPERTINO
4
4
4
4
4
4
4
3
5
4
4
4
h.
h.
h.
a.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
h.
15
14
14
08
33
28
28
43
08
43
59
13
min
min
min
min
min
min
min
min
min
min
min
min
341
TABLA 7.3.: LATEKCIAS Y TIEMPOS TOTALES DE SUE*O DE LOS
SUJETOS MATUTIHOS Y VESPERTIHOS EN EL CURSO DE LOS 5 DÍAS DEL
PRIMER EXPERIMENTO
i
2
3
4
5
6
7
10
11
12
Lat (mi n >
5'
10'
5*
10'
—
15'
10'
5'
5 1
15'
T. Total
7 a 8h.
7 k.
8 h.
7 li.
9 Ji.
8 *.
8 h.
8 h.
5 K
9 K
1
2
3
4
5
7
S
9
10
11
12
Lat. (min. )
30'
8"
15'
10-15
S1
25'
30'
30-43
30-1 h.
30'
T.Total
6 h.
7 h. 30
7 h.
6-7 h.
8-9 h.
8 h.
8 h.
5 h.
8 h.
8 h.
11 h.
TMHJ 7 .4 . : lEKPEMTUMS (EH «ADOS CEUTIMADOS) DE LOS SUJETOS ItftTUTIWS a LAS SIETE PRUEBAS(PRIHEIM V SEfiUNM MEDICIÓN),
Suj.
11
2
3
U
p
a
*6
17
8
A
9
«10
111
tted.
l
2
i
2
1
2
t
2
t
2
1
2
1
2
\
2
1
2
1
2
1
2
Prutfai 1H. 9.1S
37200
3M20
36180
36380
36SO0
36200
36260
36250
36S50
36245
36260
36255
362S0
35270
36280
36200
37200
37200
36290
36280
35200
362(0
Prutbt 2H.U.15
36290
36275
37200
36270
36250
36280
36270
36285
36250
36215
36260
37200
36240
36270
36280
36210
36270
36280
36260
36880
36230
36950
Prutbi 3H. 13.15
36275
3627$
37220
36275
36210
36260
36285
37200
36280
36250
36250
36260
36285
36290
36285
37220
37210
36230
36270
37220
36290
36250
Prutb» 4H. 15.15
37210
37240
37210
37220
36220
36280
36280
37225
36250
36260
36260
37200
36295
36265
37205
36250
37235
36280
36290
36270
37210
36260
Prutbt 5H. 17.15
36250
37200
37210
36275
36245
36S80
37205
36240
36290
36280
37230
36260
36255
36220
36290
37200
37225
37200
36270
36260
36270
36210
Pruttu 6K, 19.15
36255
36280
37220
37210
37410
36S60
36340
37235
36260
37400
36290
37210
37230
36Í80
36280
37225
3722S
37400
36260
36230
36260
Pruttoi 7H. 21.15
36285
37280
37210
37215
36275
36285
36460
36440
362S0
36470
37210
36270
37450
36480
36280
36275
37205
37200
36250
36250
35250
36210
343
TABÚ 7.5,: TEMPERATURAS (EM « M U S CENTIGMOOS) DE LOS SUJETOS VESPERTINOS EN LAS SIETE PRUEBAS(PRIMERA Y SEfiUNM MEDICIÓN)
Suj.
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
II
12
Ktd,
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
1
2
Prurt* 1H. 3,15
36225
36410
362S0
3M20
36250
36250
37500
37210
36260
3625S
37220
36290
3626S
37220
36290
36220
37200
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36255
344
TABLA 7,6, ; DESULTAOOS EN LA SUBESCAU DE TENSIÓN DEL PERFIL DE HUMOR (P.Q.H.S.) K LOS SUJETOSMATUTINOS EN U S SIETE PRUEBAS (II y 21 Mdítiftn).
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31
345
TABLA 7 . 8 . : RESULTADOS EN LA SUBESCALA DE DEPRESIÓN DEL PERFIL OE HUMOR DE LOS SUJETOS MTUTItlOS ENLAS SIETE PRUEBAS ( 1 ! y 21 MEDICIÓN)
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346
TABÚ 7.9. ; RESVLTAOOS EN U SUBESCALA Oí DEPRESIÓN DEL PERFIL DE HUMOR ÍP.O.H.S.) OE LOS SUJETOSVESPERTINOS EN U S SIETE PRUEBAS (II y 21 MEDICIÓN)
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349
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45
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52
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Prutbi 2H. 11,15
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Prutbi 4H. 15,15
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35
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45
43
34
45
35 3
TABLA T . l í , : RESULTADOS EN LA SUKSCALA DE COLUSIÓN DEL K X F I L DE HUKK t P . Q . N . S . ) K LOS SUJETOSMATUTINOS EN LAS SIETE PRUEBAS ( I I y 21 W01CI0N)
Suj. IM.
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Prutbi 2H. 11,15
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27
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25
46
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32
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30
66
Prutb* 3H. 13.15
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44
48
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33
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53
PriMbi 4H. 15.15
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Prutbi 5H. 17,15
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27
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30
44
46
33
43
52
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Prurt* 6 PTH, 19.15 H.
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—
48
48
utbi l21,15
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27
28
27
30
48
48
43
41
41
41
3 5 4
T « U 7 . 1 7 . : RESULTADOS EN LS SWESCALA 0€ CONFUSIÓN DEL PERFIL D£ HWWfi ( P . D . M . S . ) DE LOS SUJETOSVESPERTINOS EN LA SIETE PWE8AS ( 1 1 r 2 1 MEDICIÓN)
SUJ,
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50
27
27
Prutba 3H. 13,15
30
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25
25
Prurt* 4H, 15.15
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30
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25
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25
Prurta £H. IÍ.1B
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Prutbt 7N. 21,15
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13
£2
33
32
30
33
39
35
25
25
355
TABLA 7,19,: RESULTADOS EN LA ESTIMACIÓN fiLOBAL D€L PERFIL DE HUHQR (P.O.H.S.) OE LDS SUJETOSVESPERTINOS EN LAS SIETE PRUEBAS (ti y 21 NEDKIÜtO
trutíu 1 Prueba 2 Prueba 3 Prutba 4 Prutb* 5 Pru»b* 6 Pru»b» 7
Suj. «td1 H. 5,15 H. 11.15 H. 13,15 H. 15.15 H, 17,15 H. 19,15 K. 21.15
1 IM I5S 135 159 167 144 170
2 169 177 145 149 193 | » 155' 181 134 279 205 258 148 239
4
2 223 235 125 16! 300 210 ISO
1 155 ¡20 180 151 145 13S 13115
2 126 131 138 122 155 137 13*
1 160 137 156 ¡22 1*3 124 1126
2 137 157 131 156 122 133 U
1 171 150 199 124 130 537 177*7
2 134 147 U9 179 176 M8 190
1 185 169 14E 193 179 131 1768
2 212 192 203 215 209 122 213
1 172 119 (42 178 121 135 124*9
2 178 149 137 113 133 127 135
1 161 137 153 1439 Ul 135 132tío
2 154 leí 129 130 121 UO 178
' 243 197 16S 207 173 161 167tu
2 202 216 169 196 198 183 156I 126 l l f i 140 95 102 117 UO
122 H9 123 104 114 117 113 UO
357
TABLA 7 . 1 8 . : RESULTADOS EN LA ESTUACIÓN GLOBAL DEL PERFIL DE HUftOR (P.Q.H.S,) DE LOS SUJETOSfMTUTIHOS EN LAS SIETE PRUEBAS d i y a HEDICIDN).
Prutbt 1 Prutb i 2 Pruttu 3 Prutbt 4 Prueba 5 P r w b t 6 Prutbi 7S u j . Mtd, H. 9.15 H. 11,15 H. 13.15 H. 15.15 H. 17,15 H. 19.15 H, 21,15
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102
107
144
131
132
109
114
205
194
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203
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—
114
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121
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121
132
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113
113
123
no
121
na
101
132
121
112
113
223
109
152
157
152
157
35 6
TABLA 7.20.: NUMERO K «CIERTOS ÍM LA TAREA D£ TKHAO0 DE LOS SUJETOS NATUTIMOS EN LAS SIETE PRUEBAS(II y 2IHE0ICI0H)
Pruabi E Pruabi 7H. 19.15 H, 2i.!5
£7 S4
78 67
37 12
39 62
34 56
61 79
£1 61
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68 69
84 89
35 47
SO 56
36 6!
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38 62
S6 55
32 39
39 52
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68
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64
75
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Pruibi 2H, 11,15
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66
Prutba 3H. 13,15
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66
64
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Prutb* 4H, 15.15
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101
112
Prutta 5N, 17,15
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62
55
55
55
63
42
44
78
87
35 8
TABLA 7,21,: «WIERO D€ ACIERTOS EN LA TAREA DE TACHADO DE LOS SUJETOS VESPERTINOS EN LAS SIETEPRUEBAS (11 y 2* flEPICIO«>
Suj, 1
1
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64
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Prutt» 3N, 13,15
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56
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109
Pruttt 5N. 17,15
70
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se
37
41
50
66
15
61
4S
57
45
54
54
57
30
11
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Frurti £N. 19,15
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65
32
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38
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41
51
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50
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50
SI
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11
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£8
34
71
11
38
32
31
22
37
49
56
56
82
359
TABLA 7 . 2 2 . : HlfflEM «• ERRORES EN LA TAREA K TACHADO D£ LOS SUJETOS «ATUTINOS EK U S SIETE PRUEBAS( I * y 21 rtDICIOH)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Pruaba 6 Prueba 7SuJ. Jfed. fl. 9 . 1 5 H. 1 1 . 1 5 H. 1 3 . 1 5 H. 15 .15 H. 1 7 . 1 5 H. 1 9 . 1 5 H. 2 1 . 1 5
1 0 2 0 0 0 0 0
]2 0 2 0 0 1 1 1
1 0 0 0 0 0 0 0
22 0 1 1 0 0 0 0
1 0 1 0 0 0 2 0
32 0 0 0 0 0 2 0
1 0 0 0 0 0 0 6
u2 0 0 0 0 0 0 0
1 0 0 0 0 0 0 0
52 0 0 0 0 0 0 0
1 1 0 0 0 1 0 2
tí2 0 0 1 0 0 0 0
1 0 0 0 0 0 0 0
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92 0 0 0 0 0 0 0
1 1 0 0 1 0 4 0
•102 0 2 0 2 0 2 0
36 0
TABLA 7 . 2 3 , : NUMERO K ERRORES EN LA TAREA DE TACHADO K LOS SUJETOS VESttATIKK ÍH LAS SIETESPRUEBAS ( I I y 21 ICOICIOK)
Prusba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba S Prueba 6 Prueba 7SuJ. Med. I . 0.15 H. 11.15 H. 13.15 H. 15.15 H. 17.15 H. 19.15 H. 21.15
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TABLA 7 . 2 4 . : MJHERO DE DMSI0NE5 « LA TAREA M TACHADO DE LOS SUJETOS WTUT1M0S EN LAS SIETEPRUEBAS t i l y 21 MEDICIÓN)
Fru«ba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Pruebo S Prueba « Prueba 7&ij . Jtod. S. 0 .15 H. 11.15 H. 13.15 H. 15.15 H. 17.15 B. 1S.15 H. 21. 15
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TASLA 7 ,25. : MfflERD DC MISIONES EN LA TABEA DE TACHADO K LOS SUJETOS VESPERTINOS U LAS SIETEPRUEBAS ( I I y 21 HEDIM)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Prueba 6 Prueba 7So),
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3 64
TABLA 7 . 2 7 , ; HUMERO DE ACIERTOS E l LA TAREA K FIGURAS IGUALES DE LOS SUJETOS VESPERTINOS EH LASSIETE PRUEBAS t i * y 21 BE0IC1OK)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Pruebo O Prueba 7&jj. led. H. 9.15 H. 11.15 H. 13.15 H. 15.15 H. 17.15 H. 19.15 H. 21.15
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TABLA 7 . 2 8 . : NUMERO DE ERRORES EN LA TAR£A K FISURAS IGUALES DE LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS SIETEPRUEBAS (11 y a ICDICIOK)
Frusta 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba * Prueba 5 Pm«ba O Prueba 7Suj.
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TABÚ 7 . 2 ) , ; NUMERO DE EJtBMES EN LÁ TAftEft K FIGURAS 1 «JALES 0£ LOS SUJETOS VESKfiTIHOS EN LASSIETE PRUEBAS (II y 21 «OICIOK)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Pruebe O Prueba 7SUJ, l id . H. «.15 H. 11.15 H. 13.15 B. 15.15 H. 17.15 H. 1».15 H. 21.15
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TABLA 7.30.: TIEMPO OE REALIZACIÓN DE LA TAREA OE FISURAS IGUALES U n 44ciktf d« ug.)0E LOS SUJETOSMTUT1N05 (21 wdicion).
Pruttn i Prucbt 2 Prutba 3 Pru*b» 4 Prutb» S Pfiwbl 6 Prueoi 7
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TABLA 7.31.: TIERPQ K REALIZACIÓN DE LA TAREA DE FI6 W M S I6UALES (#ti déciaas d* s e g ) D£ LOSSUJETOS VESPERTIliOS EK LAS SIETE PRUEBAS (2* M d i c i Ó n )
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TtóLA 7,32.: HUMERO O£ ACIERTOS EK LA TAREA K RAZONAMIENTO VERBAL DE LOS SUJETOS MATUTINOS EN LASSIETE PRUEBAS CI3 y 21 HEDICIDN),
Prueba 1 Pruíbi 2 Prueba 3 Prueba * Prueba 5 Prueba 6 Prueoa 7Sui. Hed, H. 9.35 H. II,)S H, 13.í5 H. 15.15 H. 17,(5 M, 19,15 h. 21.15
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371
TftfiL* 7 . 3 4 . : XW1ERD 0£ EfiftDRES EX LA TAREA OE RAZDKAHIEKTO VERBAL DE LOS SUJETOS (WTUTINQS EN LASSIETE PRUEBAS ( 1 * y 2 * HEDIDA),
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TABLA 7.36,; TIEMPO DE REALIZACIÓN (en iiliseg,) DE LA TAREA DE RAZOtWfllENTO VERBAL DE LOS SUJETOSHATUTINQS EN LAS SIETE PRUEBAS (li y U REDICIÓN)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueb» i Pruct» 5 Prueba 6 Prueba 7Stij, Hftd. H. 9,15 N. 19.15 H, 13.15 H. 15,15 H, 17.15 H, 19.15 N. 21,15
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374
TABLA 7.37.: TIEMPO DE REALIZACIÓN (en siliitgj DE LA TAREA D£ RAZONAMIENTO VERSAL DE LOS SUJETOSVESPERTINOS & LAS SIETE PRUEBAS (t* y 2» MEDICIÓN)
Prueba I Prueba 2 Prueba 3 Prueba i Prueba 5 Prueba 6 Pru«a 7Suj, Bid. H. 9.16 H, U.15 H, I3,!5 fl, 15,15 H, 17.15 H. 19.15 H. 21,15
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375
TABLA 7.38.: TIEfSPO HEDIÓ DE REACCIÓN DE ELECCIOK íen Hilifcg.) ANTE ESTÍMULOS ALFANtffOICDS DE LCSSUJETOS H A M I M 0 S £N LAS SIETE PRUEBAS d i f U REDICIÓN)
Prueba t Prueba 2 Prueba 3 Prueba i Prueba 5 Prutba 6 Prueb* 7Suj. Hed, H. 9,15 N. 11.15 H, 13.15 H, 15,15 H. 17,15 H, 19.15 K. 21,15
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Iwl™« B E D I ° • * REflCCIQ" K ELECCIM (en l i l i s e g . ) ANTE LOS ESTÍMULOS ALFANUÍ1ERIC0S•1 <BUWE I ) DE LOS SUJETOS HAmiNlS EN LAS SIETE PRUEBAS (11 y 21 fOICIDN) "L""ÜBfcKIC0S
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TABLA 7.40.; TIEMPO HEDIÓ DE REACCIÓN DE ELECCIÓN (en •iliseg.) ANTE LOS ESTIHULDS ALFAhUNEROS 21 a40 (8L03UE 2) DE LOS SUJETOS fMTUTINDS EN LAS SIETE PRUEBAS <!i y 2! REDICIÓN)
Prueba 1 Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4 Prueba 5 Prueba 6 Prueba 7Suj, Bed. H. 9,15 H, U.!5 H. 13,15 H, 15.15 H. 17.15 H. 19.15 H. 21.15
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1 524 538 554 502 584 610 5952
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1 493 470 476 577 5£4 ££4 £27
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TABLA 7.U.: TIEMPO HEDIÓ DE REACCIÓN OE ELECCIÓN tin ailittg.) ANTE LOS ESTMULDS ALFANUfiERICOS 41I A 60 (BLOQUE 3) OE LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS SIETE PRUEBAS (11 y 21 MEDICIÓN)
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TABLA 7,42,; TIEHPO «EOIO DE REACCIÓN DE ELECCIÓN ttn liliseg.) AKTE LOS ESTÍMULOS ALFAWflERICÜS 61a 80, (BLOQUE 4) D£ LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS SIETE PRUEBAS O * y 21 MEDICIÓN)
Prueba t Prueba 2 Prueba 3 Prueba 4Suj, tted. H, 9.15 H. Ü,1S N. 13.15 N, 15.15
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TA6LA 7.59.: T1EKP0 HEDIÓ DE REACCIÓN (en •iüseguixios! Vi ELECCIGK ANTE LOS ESTÍMULOS fiLFfiNUhERICOS?8f A 200, <BLWUe 10) LOS SUJETOS VESPERTINOS E* U S SIETE PRUEBAS (11 y 23 «EDICIÓN;,
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397
TABLA 7.60,: MEDIAS ÍX3 DE LOS SUJETOS SELECCIONADOS ES BfiSE fi LA COINCIDENCIA ENTRE SUSPREFERENCIAS HORARIAS Y LDS HORARIOS Ot SUERO REALES DÜfiASTE LOS DIflS EXPERIMENTALES.
H
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Í 23 .0 ;
TABLA 7,SI,; TIEMPOS MEDIOS DE REALIZACIÓN CEN SE6.) EN EL TEST DE TRAZADO, FORNAS A ¥ B, DE LOS
SUJETOS MATUTINOS EN LAS 29 PRUEBAS.
K2 T.K.T. A T.h.T. B
' 349,33 293.00
2 218,33 211.66
3 193,00 2T7.67
4 150,00 294,33
5 170,50 385,T 7
6 213.00 224,00
7 226,00 221,33
8 202,83 354,50
9 195,83 214.83
10 250,50 326,33
" '27,33 236,33
'2 22!,63 191,00
13 252,67 275,83
!4 139.67 197,50
'5 187,33 242,00]6, 122.00 317,50
17 259.33 621.50
18 224,17 508,00
'9 203,67 385.83
20 338,33 635,00
21 253,50 414,33
22 164,00 315,17
23 156,00 433,50
2* 187,50 363,16
25 189.00 346.83
26 267,63 281,63
27 227,50 235.67
28 235,50 260,00
29 153.50 253,00
TABLA 7,62.; TIEHPOS «EOIOS OE REALIZACIÓN (EN SEfi.) DEL TEST DE TRAZADO, FOftHAS A í B OE LOS
SUJETOS VESPERTINOS EN LAS 29 PRUEBAS
PRUEBA N£ T.H.T. A T.H.T, B
1 407,17 296.33
2 196.50 238.17
3 229.00 296,67
4 153,00 340.17
5 179,83 277,00
6 226,83 238.33
7 248,33 324.17
8 252.33 233,50
9 173,17 217.17
10 218,50 232.67
'1 147,83 257.50
12 205,33 237.33
13 229,67 292,67
14 133.00 234,00
15 134,33 297,33
16 114,00 347.00
17 232,67 530.67
18 266.33 395,00
19 196,17 373,00
20 349,67 534,17
21 293,00 440,83
22 163.16 334,00
23 198.67 446,50
24 188.67 394.00
25 206.00 426,17
26 278,33 336.00
27 215.33 312,67
28 234,50 292.17
29 176.67 250,83
400
TABLA 7.63,: LATENCIAS HEDÍAS (EN HILISEG,) DE RESPUESTA ANTE PAREJAS DE FISURAS GEOMÉTRICAS IGUALESDE LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS 36 PRUEBAS
PRUEBA N£
I
2
3
4
5
6
7
8
9
10
II
12
13
14
15
16
17
H, DERECHO
167,00
807.66
804,33
823.83
764,33
785,33
792,67
748,83
691,00
725.33
701.67
715,83
663,50
734.33
787,66
741,00
806.17
H. IZQUIERDO756,17
802.33
802.50
861,00
843.17
879,67
825,33
783,00
768,67
806,67
786,50
796,83
727,50
758,00
773.67
760.67
742.83
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26
29
30
31
32
33
34
35
36
726,83
635,17
734.00
847,33
735,50
634.17
740,67
698.83
650,67
694,00
759,83
684,17
716,67
723.67
647,67
678.50
737,17
671,17
710.67
778,17
735,17
797.63
807.67
738,83
772,00
814,67
783,00
726.67
781.83
756.33
720,83
748.67
773,50
680,17
600,66
724,17
816.50
763,50
TABLA 7,64,: LATENCIAS HEDÍAS DE RESPUESTA (EN BILISE6,) ANTE PAREJAS DE FORRAS GEOMÉTRICAS I6UALE5
O£ LOS SUJETOS VESPERTINOS EN LAS 36 PRUEBAS.
PRUEBA H& H, DERECHO H, IZQUIERDO
1 814,33 897,16
2 875,00 802,33
3 988,66 910.83
* 796,50 892,50
5 847,00 871.66
6 765,17 856,00
7 875,50 826,17
8 817,00 915,83
9 831.17 894.67
10 750.83 897,83
H 713,00 773.67
12 773,83 990.50
13 776,00 815,50
14 809,00 713.83
15 886,33 1016,17
16 756,83 720,83
17 764,00 920,00
40
18
15
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
878.17
785,67
827,33
803,83
735.83
676,00
763,50
806,67
728,17
705,83
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741.50
763,33
708,50
689,33
632,67
627,17
680,83
659,50
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808,00
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685,33
721.17
763,67
772.50
698,33
720,33
738.33
765.33
675,17
404
TABLA 7,65.; LATENCIAS MEDIAS DE RESPUESTA (EN HILÍSE6.) ANTE PAREJAS 0£ FORMAS 6EQ(1ETRICAS
DIFERENTES OE LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS 36 PRUESAS
PRUEBA N2 H, DERECHO H. IZQUIERDO
1 727.17 712.SO
2 843.67 787.33
3 787.67 753,67
4 876.17 728,50
5 807,33 742.33
6 897,67 796,33
7 724.50 686.83
8 790.33 633.67
9 729.50 677,33
10 840,00 712,83
11 722,00 £69.83
12 800.33 684.67
'3 724,83 673,33
14 681,50 648,33
15 817,33 709.83
¡6 747,50 672,33
17 774,00 745,83
40.;
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
26
29
30
31
32
33
34
35
36
836,17
7S4.67
735,33
770,00
738,17
724,63
734,83
767.77
734,67
£84.17
740,00
770,67
7S7.17
770.67
762.50
747,33
721,6b
634,33
761.SO
671,50
653.83
707,67
656.50
700.83
725,33
699.50
699,33
664.17
671,67
691.00
656.33
733.50
737,50
651.00
688,33
658,17
677.67
686.33
TABLA 7,66.: LATENCIAS MEDIAS DE RESPUESTA (EN MUSES,) ANTE PAREJAS DE FORMAS GEORETRICAS
DIFERENTES DE LOS SUJETOS VESPERTINOS EN LAS 36 PRUEBAS.
PRUEBA N2
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
II
12
13
14
15
16
17
M, DERECHO
807,17
932,83
853.83
824,67
841,17
897,17
800,17
805,67
835.50
849.00
744,67
708,00
799,67
857,67
791.50
745,00
752,67
H, IZQUIERDO
890,17
852.83
911.67
792,00
735,33
747.00
713,63
779,67
696,83
659.17
725.50
678.67
664,83
699,00
777,83
627,67
762,33
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
26
29
30
3!
32
33
34
35
36
847,33
879.50
753,83
778,67
731.33
678,00
791,67
863,17
740,17
786,17
692.17
706,00
768,17
773.00
746.17
729.17
692,83
724,67
646,00
732,00
655.00
696.50
692.00
632,67
639,83
692,50
700,50
694,83
640,33
739.67
639,00
644,50
674.83
665.97
680,00
660,17
620,17
618.83
TABLA 7,67.; LATENCIAS MEDIAS DE RESPUESSTA (EN MILISE6,) ANTE ESTÍMULOS VERBALES SIGNIFICATIVOS, DE
LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS 36 PRUEBAS
PRUEBA NS H, DERECHO H, IZQUIERDO
9 626.33 670.50
2 610,67 623,83
3 702,63 687.33
t 652,33 656.17
5 644,17 626,17
6 648.50 580.83
7 597,67 656.00
6 623.83 605,83
9 616,33 591,33
10 600,67 681,SO
H 611,17 640.33
12 645.83 671,50
13 643,67 636,00
14 651,00 664.83
15 616,33 608,67
16 618.50 585.S3
17 632,83 663,67
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
641,67
626,67
620,50
629.00
584,83
563,67
618,67
53 i,83
583,00
6)2,33
571,00
595.50
582,83
621.67
626.00
582,83
555,17
585.00
656,17
658,33
596.17
643,17
640.17
613.17
622.17
608,17
548,33
578,17
559.00
635.83
594,33
642,17
571,00
620.67
589,83
626,33
579.17
551,33
TABLA 7.68,: LATENCIAS HEDÍAS OE RESPUESTA ÍEN KILISE6.) ANTE ESTÍMULOS VERBALES SIGNIFICATIVOS DE
LOS SUJETOS VESPERTINOS £N LAS 36 PRUEBAS.
PRUEBA N2 H. DERECHO H. IZQUIERDO
1 725,83 738,67
2 717,00 634.83
3 667.67 674.50
4 719,33 660,00
5 722.33 682,50
6 751,00 749,33
7 633,33 662,66
8 673,67 685,33
9 673,!7 689.83
10 671,67 667.50
11 536.83 639.67
12 632.83 662,83
13 706,77 607,17
U 758,17 806,83
15 562,17 683,83
16 609,50 624,17
!7 650.50 636.17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
711,67
643,50
610.50
716,50
730.00
615,83
679.67
623.83
627,33
655,67
644.33
67S.17
516.00
623,83
602.83
632,67
584,17
602,83
593,33
751.83
631,83
637,33
686.33
642,17
591.67
635,17
680.17
637,50
663,00
615,83
674,83
645.0Ú
680,33
598.50
598,83
625,17
637,33
620,00
TABLA 7.69,: LATERÍAS HEDÍAS DE RESPUESTA (EN KILISE6.) AHITE ESTÍMULOS VERBALES SIN SlfiNIFJCADQ DE
LOS SUJETOS MATUTINOS EN LAS 36 PRUEBAS.
N2 H, DERECHO H, IZQUIERDO
f 716,50 722,00
2 656,57 675,50
3 721,83 744.33
4 715,33 704.50
5 773,33 761,33
6 744.50 699,17
7 749,67 678,67
8 710,00 691,83
9 732,33 651,17
10 699.50 632,5011 706.67 635.3312 786.17 672,67
'3 718,33 632,17
U 764,83 658,33
'5 696.67 650,17
'6 692,17 590,00
17 805.33 718,83
le19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
694,33
705,00
706,83
708,33
658.50
702.00
675,00
646,33
635,33
638,67
685,17
657,83
654,17
662,33
691,50
674,67
656,00
666.17
634,83
711,00
698,67
657,67
678,17
618.17
648,50
622.17
632.00
636,66
670,00
628.50
627,17
597,17
580.83
590.17
629.17
621,67
551,33
593.33
TABLA 7.70,: LATENCIAS HEDÍAS DE RESPUESTA (EN HILISE6.) ANTE ESTÍMULOS VERBALES SIN SlfiNIFICADO DE
LOS SUJETOS VESPERTINOS EN LAS 36 PRUEBAS.
PRUEBA N« H. DERECHO H, IZQUIERDO
1 831,17 786,00
2 822.33 743.00
3 778,00 7S2.00
4 752.17 739.67
5 738.00 732.83
6 836,33 743,17
7 746.17 656.50
8 729,50 720.17
9 633.67 649.67
10 768,00 701,67
11 668.83 597.17
12 697,50 738.67
13 679.33 623.67
14 795.67 730,33
15 715.83 619,67
16 6S2.83 612,17
17 678,83 686.33
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
736,83
650.00
654,17
703,67
674,83
650,83
720.83
717.50
648,67
644.SO
639,50
623,17
634,50
640.33
675,50
651,33
659,83
661,33
634,17
634,17
656.33
627,83
647,17
672.33
60S.I7
679.83
672,50
635.50
635.50
644,00
645,50
701,67
651,17
591.50
596.00
589,33
637,50
524,00
TABLA 7.71: TIEMPOS MEDIOS DE EJECUCIÓN DEL TEST DE TRAZADO, FORMA A Y FORMA 6, PARA LOS PERIODOS DEHABANA CU) Y TARDE CT) -DE LOS SUJETOS MATUTINOS-, LA SESIÓN DE TAROE (13 itd.) PRECEDIÓ A LA DEHABANA
SUJETO
12
1!
SESIÓN
II
T
n
T
«
T
M
T
M
T
M
T
T.h.T.A,
195,37
202
213.87
227,38
183
205,69
172.31
17S.23
201,06
224,38
249,62
320.53
T.H.T.B.
314,18
371,07
231.12
372,30
265,25
547
163
227
280.93
354,92
315.62
460,23
417
TABÚ 1 . 7 2 : TIEMPOS MEDIOS DE EJECUCIÓN DEL TEST DE TRAZADO, FORMA A Y FORMA B PARA LOS PERIODOS DEHAAANA < m Y DE TARDE ( T ) -DE LOS SUJETOS VESPERTINOS-, LA SESIÓN DE TARDE PRECEDIÓ SIEMPRE A LA DEMARAÑA,
SUJETO
II
13
SESIÓN
M
T
M
T
M
T
fí
T
M
T
M
T
T.M.T.A,
¡65,81
167.76
173,12
201
252,33
253,23
195,37
240.76
216.31
226,53
231,50
313.61
T.fl.T.B
197.87
259,53
223,31
348,61
331,25
388.07
303,87
451,15
272,75
434,30
343.43
510
41 8
T A B L A 7 , 7 3 : WTEhCIAS «ED1AS D£ RESPUESTA DE LOS SUJETOS HftTUTIMÜS A M E IOS ESTÍMULOS Hü VEftsA.ES ,IDÉNTICOS ¥ DJFER£*T£5, PRESENTAOS 01CÜPTI«H£NTE. LOS DATOS SE Süf iSIVÍOEü «0EKAS « T E M I E W Q A lHEMISFERIO AL QUE SE PROYECTARON -&£R£CrtO E IZQUIERDO- i Pn. PERIODO -DE «AftftMA í « ) ¥ DE TftRCE ( T í - ,
¡ m m A ESE E l 8RE&K EN QUE SE KEAüZAf t lK Lftb SESIQKES.
SUJETO SESIÓN E S T I Í Í Ü L D S NQSESIÓN
«
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357.75
764.10
ÉSÍ.43
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714.OS
773,37
7:5.75
777.S7
S04
V£fi£ñUSOlrEREKTES
lí.D,
7S7.S!
775
707
7SÓ.05
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¿* **i ** -"J. *
tfcí.3?
5iC.lt
72C.12
£15.80
419
TABLA 1 W . L A T E O f l S MEDIAS SE RESPUESTA DE LOS SUJETOS VESPERTINOS ANTE LOS ESTIMAOS NO- I D E S 7 ¡ C C ¿ i DIFERENTES- PRESENTADOS ÜICOPT!CARENTE, LOE DATDS SE SVSDIVIOE* AOEflflS, ATEWJÍEKtD fiLHEtiISFERie A i í l / E SE PROYECTARON -DERECHO E IZQUIERDO- Y Au PERIODO O£ «lAWttlA Í H ) ¥ BE TARDE ( T i .INDICÁNDOSE JUXTÜ A ESTE EL QSDEK EK tyí SE R£fii.I2AiíDÍÍ LAS SESIONES.
SUJETO SESIÜÍi ESTIhUuSS KOSESIÜÍi
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2
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1
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67fc,S£ 71S. £•}
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T 5 630,30 650,30
VERBALESDIFERENTES
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717,25
6S0.1S
677,5S
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£.31,80
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1242.81
73Í.OS
7JC.12
633,65
590,75
625,£5
420
TABLA 7 . 7 5 : LflTEMCItó HEDÍAS DE RESPUESTA DE LOS SUJETOS NATl/THUOS ANTE LOS ESTÍÍ1ULQS VERBALES COK YSIN SISft lFICAM PRESENTADOS DICOPTICAHE8TE, LBS (SATOS SE SUBDIVIDEK, A0EHAS, ATENDI£!ÜD ftuHEMISFERIO AL <JUE SE PROVECÍARGN -OERECHC E IZQUIERDO- ¥ A l PEfUDDG DE RftfiftNft ÍHJ ¥ DE TARDE ( T ) .IKO1CASDDSE JUNTO A ESTE E l OftOEh Eli SlíE SE REALlZAñQs LAS SESIONES.
SUJETO
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SESIÓN
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ESTISiiLOSCON SJfitilFlCAOD
637.68
57S.I5
706,33
704.¡O
622,33
550.SO
£50.£5
595,75
545:31
524
624 M
634,45
63?,S3
S61.3G
676.68
716.55
E&Í.12
€23.40
67!.12
ES2.20
642
523,25
556,87
£25.45
VERBALESSIN SIGNIFICADO
ft.D.714,62
615.30
757,15
É2S.05
619.35
753.87
640,45
720,75
676.S£
€77,81
735,10
tt.I.633,58
537,55
£00,12
804,65
bit, .i
677,75
75S,Í;
615,58
SvO.íi
550,30
634.5E
75Í,7;
4 2 1
TABÚ7.76; LATEHCIAS ÍlEDiftS DE SESPUESTft DE LOS SUJETOS VESPERTINOS ANTE LOS ESTÍRULOS VERBALES CfflSIN SIGNIFICADO PRESENTADOS DICQFTICAHENTE, LOS MTQS SE SUEOIVIDEN, ADtlttS, flTENÜIENQSHEttlSFERIO flL QUE SE fHHíECTAROli -DERECHO E IZQUIERDO- ¥ AL PERIQGQ DE «ftMWi í«3 y DE TARDEINDICÁNDOSE JUNTO ft ESTE EL ORDEN EN QUE SE REfttIZARQN LAS SESIONES,
SUJETO SESIÓN
ti
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1
2
2
1
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2
1
ESTItíüLOSCDN SISNIFICftDO
536.18
567,40
547,18
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575.70
1037,69
728,40
694.75
755.15
552,12
5SS.Í0
«. I£33,43
561,55
606.43
665.75
634,81
622,35
53$,56
702,35
625.50
690
538,31
577.7C
VERBALESSIN SIGNIFICAD!]
fí.D.67S.25
622,35
579,87
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627,80
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697,60
789,87
809.85
573.62
55£,7C
B . I .585
531,75
5SS.67
787,05
74SJS
577,80
i 067.69
630.75
672,56
782,20
521,56
550.35
422
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