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Informe del curso
La alternativa del grabado en metal no tóxico.
Curso impartido por los grabadores
Judith Cambronero Bonilla
y Alberto Murillo Herrera con la colaboración del
Francisco Hernández Chavarría
Escuela de Arte y Comunicación Visual
UNA
Febrero de 2011
Una alternativa sostenible:
el grabado en metal menos tóxico, técnicas y procedimientos”
Introducción
El grabado en metal en las universidades públicas de Costa Rica tiene su génesis en los mismos actores, a saber los grabadores Juan Luis Rodríguez y el Máster Rudy Espinoza, principalmente. Ambos artistas participaron de la creación y consolidación de los talleres de grabado. Por tanto, podemos asumir que ambas Escuelas cuentan con prácticas similares; aunque distantes en vista de la consolidación de nuevas generaciones de artistas grabadores docentes, formadas en nuestras Escuelas y con posgrados en el exterior.
Esta bifurcación en el desarrollo de nuestros talleres de grabado en metal, ha significado un ingreso desacompasado a las nuevas tendencias del grabado en metal, que se vienen desarrollando con fuerza desde la última década del siglo XX.
Este taller impulsado por los profesores Lic. Robert Rodríguez y el Máster Carlos Castro, viene a permitirnos el compartir la experiencia acumulada en el taller de grabado de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR en el área del grabado en metal no tóxico.
Para la transformación en la UCR, del taller tradicional hacia un taller sostenible y amigable con el ambiente y sus practicantes, se ha tenido que luchar por al menos 3 años para romper con prácticas, mitos y convencionalismos estéticos arraigados en la práctica del grabado en metal en el mundo durante el siglo XX, en especial después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el grabado se afincó en las universidades americanas como disciplina académica.
Este taller buscaba transmitir esta experiencia y facilitar a nuestros colegas una transición menos dolorosa, pensando en el bienestar de nuestros estudiantes y docentes. Objetivo logrado parcialmente, al no contar con estudiantes activos de la carrera de grabado entre los participantes.
Aún así, la práctica fue muy productiva y le facilita al profesor Carlos Castro el conocimiento de herramientas y materiales teóricos útiles para una implementación a mediano plazo de prácticas seguras y sostenibles en el taller de grabado de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la UNA.
Desarrollo
El curso fue impartido por profesores de la Universidad de Costa Rica, a partir de la
experiencia que han recabado en distintas investigaciones, las cuales, hacen énfasis en la
elaboración de mordientes salinos, barnices, procedimientos y nuevos productos para la
tarea de limpieza y mantenimiento del área de trabajo, tales como el aceite de cocina o
el WD40 multiusos; el aprovechamiento de soportes reutilizables como láminas offset y
láminas de hierro galvanizado para tallas directas, uso de metales (placa soporte) como
el aluminio y el hierro para electroquímica y electrólisis, procedentes de materiales de
desecho como carcasas de computadora, recortes de metal desechados en talleres de
precisión y muflas, entre otros.
Como parte de la experiencia profesional de los docentes de la UCR, también, se ha
incursionado en el manejo seguro de productos de carácter tóxico, o que puedan
implicar un riesgo para la salud y el medio ambiente, en caso de una manipulación
irresponsable. Para este efecto, se propuso el concepto taller-laboratorio, para que tanto
estudiantes como docentes tomen medidas de seguridad que se conviertan en
costumbres o rutinas de trabajo disciplinadas, las cuales van desde el uso de un equipo
de bioseguridad que incluye delantal o gabacha preferiblemente impermeable, guantes,
anteojos, mascarilla. De igual forma, se ha realizado un esfuerzo para que la institución
aporte al taller de grabado y diseño de la estampa, equipos que permitan garantizar un
ambiente más seguro y propicio para la salud, por ejemplo: una capilla de gases de
laboratorio en el cual se pueden realizar pruebas con los ácidos tradicionales. También,
se a buscado el mejoramiento de las condiciones de ventilación y equipo de seguridad
como extintores y duchas de seguridad (en proceso de instalación).
Estas medidas e intereses en torno a la bioseguridad y los procedimientos y materiales
menos tóxicos para la práctica en las diversas técnicas de grabado e impresión, se une, a
la preocupación de otros artistas, docentes e investigadores a nivel mundial, quienes han
contribuido con el resultado de su experiencia, mediante diversas publicaciones con
carácter didáctico.
El taller dio inicio, en la segunda semana de diciembre, con una charla impartida por
Alberto Murillo y Judith Cambronero, sobre el porqué es conveniente seguir
procedimientos seguros y atenerse a técnicas y materiales menos tóxicos, con un breve
repaso de los tradicionales productos utilizados en los talleres de grabado y el riesgo
que implican sobre la salud y el medio ambiente. En la última semana de enero, se dio
inicio al trabajo en el taller, para ello se realizó una presentación, esta vez a cargo del
profesor invitado Francisco Hernández, la exposición consistió en un repaso sobre los
materiales nocivos para la salud que comúnmente se utilizan en el taller, los sustitos de
estos productos, los cuales atañen a medidas menos nocivas para la salud y el medio
ambiente, aparte de su accesibilidad y bajo costo; además, la charla versó sobre las
técnicas que iban a desarrollarse durante el taller.
Para dar soporte a los estudiantes que asistieron al taller, se les hizo un envío por medio
del correo electrónico de materiales didácticos, los cuales, se componen de artículos que
resumen las investigaciones realizadas por los profesores de la UCR, Alberto Murillo,
Francisco Hernández, Judith Cambronero y Ólger Arias, asimismo, se adjuntaron otros
documentos de interés escritos por investigadores norteamericanos y europeos, y un
documento con las recetas de mordientes salinos y barnices. Toda esta información
también está respaldada en una página de Facebook llamada “Grabado y Estampa
Costarricense”, en esta tienen acceso a las recetas en la sección de Notas, y a varios
álbumes con imágenes en las que se muestran materiales y procedimientos técnicos, de
igual forma, se han publicado algunos de los trabajos realizados por los estudiantes
asistentes al taller.
Profesores que impartieron el taller
MFA Alberto Murillo Herrera, profesor asociado e investigador de la Escuela de Artes Plásticas, Universidad de Costa Rica
Bach. Judith Cambronero Bonilla, docente interina e investigadora de la Escuela de Artes Plástica, Universidad de Costa Rica
Y la colaboración del Dr. Francisco Hernández Chavarría, Catedrático jubilado de la Facultad de Microbiología, Estudiante avanzado de la Carrera de Grabado, profesor adhonorem e investigador de la Escuela de Artes Pleasticas, Universidad de Costa Rica.
Contenidos del programa
Los contenidos del curso iban dirigidos al desarrollo de las técnicas del grabado en metal como el aguafuerte, aguatinta y tallas directas como la punta seca y la talla dulce, mediante procedimientos menos tóxicos.
1. En la primera unidad, se desarrolló la electroquímica: Preparación de mordientes salinos: cloruro ferroso, sulfato de cobre y sulfato de
cobre salino Elaboración de diseños sobre placas recuperadas de hierro, aluminio y sobre el
tradicional cobre. Inmersión de placas en el mordiente salino correspondiente, para realizar técnicas de
aguafuerte y aguatinta Pruebas impresas de los resultados
2. En la segunda unidad, se desarrolló la electrólisis: Uso de mordiente salino, sulfato de cobre, para corrosión de placas de cobre Elaboración de diseños sobre placas de cobre. Inmersión de placas en el mordiente salino, para realizar técnicas de aguafuerte y
aguatinta Pruebas impresas de los resultados
3. Tercera unidad, Sacrificio metálico con agua de sal como electrolito y electricidad:
Preparación del electrolito agua de sal, recipiente para inmersión, etc. Elaboración de diseños sobre placas de aluminio y hierro. Inmersión de placas en el agua de sal con electricidad, mismo principio de la
electrólisis, para realizar técnicas de aguafuerte y aguatinta Pruebas impresas de los resultados
4. Cuarta unidad, tallas directas: punta seca, talla dulce Realización de diseños sobre plancha de cobre, aluminio o acrílico. Pruebas
experimentales sobre soportes alternativos como: discos compactos, cartón tetrabrick.
Pruebas impresas de los resultados
Conclusiones del taller
En la primera charla, contamos con la participación de unas veinte personas que se mostraban interesadas en asistir al taller, sin embargo, algunos cancelaron su asistencia debido a motivos personales y de trabajo. El taller dio inicio con alrededor de doce estudiantes, de los que concluyeron toda la propuesta apenas siete, lamentablemente, la última lección fue atendida por cinco estudiantes, quienes fueron consistentes en todo el proceso. Cabe observar que no hubo participación de estudiantes de especialidad, excepto por un estudiante de nuevo ingreso, y dos con un poco de experiencia en la disciplina, el resto de los asistentes son de la carrera de educación. Recibimos buena atención y participación del profesor de grabado Carlos Castro, quien se mostró sumamente interesado en las técnicas. Hacemos un llamado para que se tomen las medidas menos tóxicas en el taller de grabado, que se repita la experiencia bajo la iniciativa del profesor Castro y que mantengamos una mejor comunicación y relaciones, en adelante, entre ambas Escuelas. Nuestra experiencia es afirmativa y nos solidarizamos; el cambio no es inmediato y en muchos casos hay recelos de parte de algunos. Los resultados tan atractivos como los obtenidos con las técnicas tradicionales, por lo que es posible lograr una apertura hacia una nueva estética del grabado en metal. Estamos atisfechos con la participación de los estudiantes que asistieron, por su entusiasmo y empeño; y muy agradecidos por el trato del personal administrativo y docente de la Escuela de Arte y Comunicación Visual de la UNA.
Del grabado tradicional a la alquimia del grabado no tóxico
Alberto Murillo
Para Forja
Ya hace más de tres décadas que elgrabado en metal en la Escuela de ArtesPlásticas nació de una praxis heredadade la primera mitad del siglo XX, dondelas prácticas de alto riesgo para la saludy el medio eran aceptadas como la únicaopción.
Todavía se siente en la memoria el olor a gasolina usada como solvente en el taller y loirritante de los vapores de la solución de ácido nítrico flotando en el cuarto de ácidos.
El grabado en metal sufrió durante el siglo pasado el embate de la industrialización, dóndela disponibilidad de materiales para la industria y la urgencia de obtener resultadosinmediatos, como parte de la idiosincrasia de los tiempos modernos, provocó que sedesdeñaran prácticas propias de la actividad artesanal de las artes gráficas, menosagresivas aunque igualmente expresivas.
La lista de materiales que comprometen la salud de los artistas y contaminan el medio eslarga, a saber: solventes de hidrocarburos, resina de colofonia, ácidos corrosivos, asfaltosirritantes y más.
Si sumamos a esto, espacios mal diseñados y prácticas descuidadas con exposicionesprolongadas innecesarias a los elementos tóxicos, comprendemos por qué muchosparticipantes han abandonado la práctica y se ha limitado la expansión del gremio.
Esta situación no dejó de cobrar víctimas, afectando a grabadores consagrados yprometedores artistas, quienes se vieron obligados a dejar el oficio del grabador, comoconsecuencia del desarrollo de alergias en la piel y las vías respiratorias o de laintolerancia reflejada en migrañas agudas que aparecían cada vez que se tentaban eintentaban volver al taller de grabado en metal.
Algunos no abandonamos la disciplina, pero nos limitamos a producir obra artística desdela trinchera de las tres técnicas manuales del grabado en metal: la punta seca, la talladulce y la messotinta; para evitar, al menos, el contacto con la mayoría de los elementospeligrosos del taller.
Esta situación que nos aquejó en su momento no es exclusiva de nuestro medio, sinomundial y ha generado una conciencia crítica, seguida de una práxis tendiente a resolveresta problemática.
Es así como destacan en los últimos años personalidades como Keith Howard, NickSemenoff y Cedric Green, para citar a los más conocidos, quienes han proporcionado algrabado en metal nuevos horizontes, hacia lo que se ha dado llamar el grabado no tóxicoo como define Keith Howard a sus seguidores: “el grabador contemporáneo”.
La labor de estos investigadores ha consistido en comprender a cabalidad lo que sucedeen los procesos del grabado en metal, para encontrar rutas alternativas, sea desde fuentesexistentes usadas en otros ámbitos o desde la aplicación de materiales caseros, como lasceras de piso de base acrílica y el aceite vegetal para cocinar.
Al tener las mismas preocupaciones y siguiendo de cerca la experiencia desarrollada porestas personalidades, la Cátedra de Grabado de la Escuela de Artes Plásticas, se hapropuesto conseguir la sostenibilidad de la disciplina, asumiendo la actitud del “grabadorcontemporáneo” y provocando los cambios necesarios para una práctica menos tóxica delgrabado en metal en Costa Rica.
El primer paso que se ha dado es la sustitución del uso de los solventes tradicionales, enlo posible, por espíritus minerales y aceite vegetal para cocinar. Aún así, el paso ideal sedará cuando se puedan sustituir los materiales de base de aceite, como los barnices y lastintas, por materiales solubles en agua.
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El segundo paso importante viene con eliminar el uso de mordientes basados ensustancias muy corrosivas como el ácido nítrico, por ejemplo. Este se ha sustituido porsales en solución que no producen vapores y no dañan la piel al contacto. Estas sales sepueden usar en procesos electroquímicos o en procesos electrolíticos.
El proceso del aguafuerte y la aguatinta tradicional en grabado en metal se da comoresultado de la erosión de la superficie de la lámina metálica por medio de una soluciónácida, que degrada las partes expuestas, desplazando moléculas del metal hacia lasolución.
El ácido nítrico es veloz y deja una marca muy expresiva, provocando líneas dentadasaptas para retener la tinta en el proceso de entintado, pero es muy peligroso para la saludporque también corroe la piel al contacto y se evapora con facilidad, degradándose muyrápido y contaminado el aire circundante, irritando las vías respiratorias de lospracticantes.
El uso del ácido nítrico no es recomendable si no se maneja en condiciones de laboratorioseguras, con equipos de protección personal y capilla de gases.
Dichosamente, el ácido nítrico puede ser sustituido por una sal de hierro que desplaza elcobre de la misma forma que lo hace este. Se trata del cloruro férrico que se utiliza ensituaciones tan variadas como la elaboración de láminas de circuitos de cobre enelectrónica y en el tratamiento de aguas negras.
El proceso de mordido con cloruro férrico es un proceso electroquímico donde la soluciónde hierro desplaza las moléculas de cobre haciéndolas solubles y precipita el hierro comoresultado de la reacción. El proceso se da sin la producción de vapores irritantes, no escorrosivo al contacto con la piel y cualquier salpicadura se lava con agua y jabón.
Esta solución se puede usar por varios meses antes de que sea necesario restablecerla, loque la hace infinitamente más económica que el ácido nítrico.
La restauración del mordiente se hace al precipitar el cobre metálico con la simpleinmersión de una varilla de construcción en la solución saturada de cobre; se disuelvenuevamente el hierro precipitado con la adición de ácido clorhídrico que se puede usarconcentrado en condiciones de laboratorio, pero en un reciclaje casero se puede utilizaren su presentación como ácido muriático comercial.
Como último paso se activa el hierro disuelto al adicionar agua oxigenada de 20 o 30volúmenes, de la que se usa para decolorar cabello.
La principal diferencia en el manejo del mordiente entre el cloruro férrico y el ácido nítricoestá en el precipitado de la reacción del primero, que usada con descuido puede bloquearlas líneas que se están grabando y detener la acción del mordiente.
Esto se evita de varias maneras, ya sea colocando la placa boca abajo suspendida de formaque el precipitado se deposite en el fondo de la bandeja o, usando un tanque vertical paracolgar la placa facilitando que el hierro se precipite al fondo por gravedad.
Pero, si se quiere trabajar acostando la placa en una bandeja, como el ácido nítrico, sedebe agregar ácido cítrico a la solución de cloruro férrico. Esto se conoce en grabado enmetal como el mordiente de Edimburgo.
El ácido cítrico, que se usa en la producción de alimentos, al ser agregado al mordienteevita que se forme el precipitado de hierro, disolviéndolo en la solución.
De mantenerse la escasez de cobre en el mercado, el mordiente de cloruro férrico sepuede usar para grabar láminas de acero si se le agrega sal de mesa a la solución.
La utilización de sales menos tóxicas y seguras al contacto con la piel abre otrasposibilidades en el uso de metales alternativos para el grabado en metal. Si trabajamoscon una solución de sulfato de cobre (solución de color azul) a la que le agregamos sal demesa (solución color verde esmeralda), podemos grabar en metales tan asequibles comoel hierro y el aluminio.
Otra forma de resolver el proceso del aguafuerte y la aguatinta en grabado en metal es eluso de los procesos de galvanización o de electrólisis, comunes en muchos procesoscotidianos en el tratamiento de metales.
El grabado del cobre por electrólisis se hace sumergiendo la lámina a grabar en unasolución de sulfato de cobre. Al utilizar esta plancha como ánodo y otra como cátodo seestablece un circuito que provoca el traslado de moléculas de cobre del polo positivo al
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polo negativo. Este proceso que se usa para laminar metales, en nuestro caso lo usamospara erosionar la lámina y hacer el grabado.
Este es un método que reduce en mucho la toxicidad del proceso y, si se toman lasmedidas mínimas de manejo (guantes de hule y anteojos de seguridad) es completamenteinocuo y no se degrada, excepto por la evaporación de agua, hecho que lo hace muyeconómico.
El sulfato de cobre lo encontramos como suplemento mineral para ganado lechero o ensoluciones antialgas para piscinas.
Los circuitos se pueden controlar con sistemas muy simples con cargadores de teléfonocelular, o complejos con cargadores de baterías de carro, por ejemplo, con los que sepuede controlar el amperaje y el voltaje con independencia.
Las soluciones de sulfato de cobre pueden variar desde un 2,5% hasta un 50% deconcentración y se puede grabar con amperajes desde 400mA hasta 5 amperios, convoltajes que no deben superar los 7 voltios.
La clave está en determinar requerimientos básicos como la rapidez de la mordida y eltamaño de las matrices a grabar, para saber las necesidades de concentración en lasolución o el amperaje necesario, y así obtener un mayor control del proceso.
El grabado anódico o por electrólisis produce líneas de cortes más finos que el grabadoelectroquímico o con mordientes, por lo tanto agrega nuevos elementos estéticos a losresultados buscados por los artistas en sus obras.
Además, se puede usar con cualquier metal que se quiera grabar. Basta con encontrar unasal del metal en solución para establecer el proceso de electrólisis.
Por ejemplo, la plata podría trabajarse con una solución de nitrato de plata y el hierro conuna solución de cloruro férrico.
Otros elementos del grabado en metal que se han trasladado hacia el grabado no tóxicoson los barnices para aguafuerte y las resinas para aguatinta.
Estos se han remplazado por materiales de uso común o con recetas más simples. Losbarnices, por ejemplo, se sustituyen por ceras de piso con bases de resina acrílica, tintablanco cubriente para litografía offset mezclada con pintura al óleo, o pasta tapagoterasdiluida con líquido para encendedores.
Las resinas de colofonia, altamente inflamables y cancerígenas, se remplazan por pinturaen aerosol, en aceite o acrílicas, asfalto en polvo o asfalto líquido disperso en agua (confuerte agitación).
El “grabador contemporáneo” es hoy en día una suerte de alquimista preocupado por lasostenibilidad de los procesos, la salud personal y la conservación ambiental.
Además, se muestra menos preocupado por la permanencia de los procesos tradicionalesen el aguafuerte y la aguatinta y está atento a los materiales cotidianos que le puedanabrir opciones menos tóxicas, que le permitan imitar, o bien ampliar, las alternativasestéticas del grabado en metal.
Por último, la escogencia del grabado no tóxico permite a los artistas mantener sustalleres sin arriesgar la salud de sus allegados y ofrece un sinnúmero de opcionesmateriales que facilitan la economía en la producción gráfica original, abriendo nuevoshorizontes para la plástica nacional
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De la alquimia al grabado metálico sin ácido:
II. Una guía simple para el grabado electroquímico.
From alchemy to the metal engraved without acid: II. A simple guide for electrochemical etching
Por: Francisco Hernández-Chavarría, Olger Arias y Alberto Murillo Universidad de Costa Rica
... entró en el cuarto en el momento en que Melquíades rompió por distracción un
frasco de bicloruro de mercurio. –Es el olor del demonio-dijo ella (...) Siempre didáctico hizo una sabia exposición sobre las virtudes diabólicas del cinabrio (...) Aquel
olor mordiente quedaría para siempre en su memoria... Cien años de soledad. Gabriel García Márquez
Resumen
Los procesos electroquímicos eliminan el uso de ácidos fuertes en el laboratorio de experimentación del grabador. Este método está categorizado entre los métodos no tóxicos de grabado en metal y se basa en la capacidad de algunos iones para ionizar y remover átomos metálicos. En este artículo se describen los mordentes para grabar placas de cobre, hierro, cinc y aluminio. El primer metal es grabado con cloruro férrico (Fe Cl3) y los otros con sulfato de cobre salino (CuSO4 and NaCl); estas sustancias químicas son baratas y no representa riesgo para la salud.
Palabaras claves: Intaglio, grabado en metal, grabado no tóxico, grabado sin ácido, electroquímica.
Abstract The electrochemistry process eliminates strong acids from printmaker artist's laboratories. This method is based in the capacity of some ions to ionize and to remove atoms from metals and is categorized between the non-toxic methods of engraving metal plates. This article describes the mordents to etching copper, iron, zinc, and aluminum plates. The first metal was engraved with Ferric chloride (Fe Cl3) and the others with saline-copper sulfur (CuSO4 and NaCl); these chemical substances are cheaper and do not represent a health hazard. Key words: intaglio, metal engraving, non-toxic engraving, engraving without acid, electrochemical Este artículo brindamos una visión sobre los métodos de grabado no tóxico empleando la electroquímica para grabar las placas metálicas. Esto es, aprovechar el propio
potencial electroquímico de los distintos metales, para lograr el grabado; para ello se emplean sales de metales que sustituyen a los ácidos fuertes en los procesos tradicionales. Describimos brevemente los principios químicos involucrados en el proceso, para que sea más fácil su comprensión y que el artículo pueda ser una guía simple para aquellos artistas que deseen incursionar en estos métodos de grabado más seguros y amigables con nuestro entorno. Introducción
Posiblemente el taller del grabador tradicional era recordado por los terribles olores de reactivos cáusticos y obviamente nocivos, que emanaban de él. Pero, hoy, la toma de conciencia sobre el riesgo para la salud y la contaminación ambiental, que representan los métodos tradicionales de grabado en metal utilizando ácidos fuertes, y que estuvieron en boga durante gran parte del siglo xx, como el nítrico, para erosionar las planchas de cobre, ha surgido una nueva corriente de artistas, a los que Keith Howard llama el grabador contemporáneo1. Este grupo de grabadores ha puesto en práctica una serie de métodos amigables y saludables, denominados como técnicas de grabado sin ácido o grabado no tóxico, entre las que figura el grabado electrolítico o anódico, del que previamente describimos los métodos e implementos necesarios para iniciar el trabajo en esa nueva corriente. Otro de esos métodos novedosos, es el grabado electroquímico, en el cual se emplea el propio potencial electroquímico de los distintos elementos; esto significa, que los elementos más reactivos desplazan a los menos reactivos, así, es posible grabar una plancha de un metal, utilizando como mordente una sal de otro elemento más reactivo, sin recurrir al uso de ácidos fuertes. En este artículo exponemos los lineamientos generales del proceso, así como las sustancias y procedimientos más simples recomendados para iniciar el trabajo en esta metodología de grabado más segura y amigable con el ambiente. Como preámbulo, describimos sucintamente los conceptos químicos involucrados en la reacción, para que la descripción del método y sus principios sean más comprensibles.
Electroquímica El potencial electroquímico de un elemento se traduce en su avidez para capturar electrones de otro elemento con menor potencial; en química esto significa que el elemento que captura o capta electrones se reduce, en tanto, el que los dona o pierde se oxida. Recordemos que los átomos son neutros, esto es, que tienen igual número de protones y de
1 Keith H. (2003) The Contemporary Printmaker. Intaglio-Type & Acrylic Resist Etching. New York. Write-Cross Press. 2003 p 25.
electrones; los primeros son las partículas positivas en el núcleo y los segundos son las partículas negativas que giran alrededor de este en orbitales. Cuando un átomo pierde o gana electrones se convierte en un ion, positivo si pierde electrones, pues quedará con más protones; por el contrario, si gana electrones se convierte en un ion negativo, pues su número de electrones superara al de protones. En nuestro sistema de grabado electroquímico, los átomos metálicos de la placa que se va a grabar, están “donando” electrones a los iones de una solución en la cual se ha sumergido la placa, y que en el argot del grabador se le denomina mordente, y por lo tanto, en lo sucesivo así denominaremos a la solución iónica de grabado. Los átomos de la placa metálica, al perder electrones se están oxidando y convirtiendo en iones que entran en solución, pasando de la placa al mordente, esto equivale a afirmar, que el metal se está disolviendo. En términos sencillos, podríamos decir que el mordente disuelve las áreas expuestas de la placa metálica, y eso significa, que la placa se está grabando. Todo esto ocurre, gracias a que los iones del mordente tienen un mayor potencial electroquímico que el metal de la placa; por lo tanto, esos iones roban electrones a los átomos de la placa, oxidándolos y disolviendo el metal en esas zonas; o sea, todo ocurre por la acción electroquímica. Recapitulando, podríamos decir que el elemento con mayor fuerza electromotriz desplaza al de menor fuerza. Para ilustrar más gráficamente la reacción química que está ocurriendo en la bandeja de trabajo, podríamos emplear el siguiente parangón: La bandeja de trabajo equivale a un teatro, en el cual, la placa metálica que se va a grabar está representada por el público que llena todos los asientos; cada persona equivale a un átomo metálico; pero, aparece un grupo de individuos, los iones del mordente, que haciendo gala de su fuerza, comienzan a sacar a las personas que están sentadas en determinadas filas, dejando sus asientos vacíos; esos espacios vacíos equivalen a los surcos en la placa de grabado. En el grabado, usualmente se emplean placas de cobre, cinc, aluminio o hierro, por ello, es preciso contar con la respectiva solución iónica, capaz de disolver cada uno de esos metales. Algunos artistas como Keith Howard, Friedhard Kiekeben, Nick Semenoff y Cedric Green, han desarrollado sistemas electroquímicos empleando soluciones de cloruro de hierro (FeCl3) solo o en combinación con ácido cítrico y sulfato de cobre (CuSO4) salino, respectivamente. El método que emplea la mezcla de cloruro de hierro y ácido cítrico ha sido denominado, mordente de Edimburgo, por su desarrollador Friedhard Kiekeben; mientras que la solución de sulfato de cobre, fue
utilizada inicialmente en el denominado grabado Burdeos2, que es un tipo de grabado electrolítico. El cloruro de hierro puede erosionar el metal por dos mecanismos; primero, si se adiciona agua, se liberará ácido clorhídrico que actuará sobre el metal. Sin embargo, el proceso más seguro es la acción del ión férrico (Fe3+), sobre los átomos de cobre, que al arrancarles electrones les oxida disolviéndolos, mientras que el hierro reducido precipita acumulándose en el fondo de la bandeja de grabado; esta acción erosiona las líneas o áreas expuestas de la placa metálica, lo que constituye el proceso de grabando. Para evitar la interferencia que el precipitado pueda hacer sobre las líneas de grabado, es importante que la placa esté en posición vertical o en su defecto, suspendida en posición horizontal pero con el grabado apuntando hacia el fondo del recipiente; así el precipitado no se acumulará sobre las propias áreas a grabar.
Método del cloruro de hierro para cobre Tradicionalmente el cobre ha sido el metal usado por excelencia en el grabado y el ácido nítrico, con todos los problemas para la salud que acarrea, ha sido la solución que se acostumbró emplear en el pasado. Por lo tanto, era importante buscar un método alterno para lograr un grabado más inocuo y el cloruro de hierro vino a ser una respuesta apropiada; aunque su uso data del fotograbado tradicional, su empleo en grabado se popularizó a inicios de la década de 1990, siguiendo la práctica común de los ingenieros eléctricos, que lo han empleado para grabar las placas de cobre de los circuitos impresos. Por lo tanto, en las tiendas de artículos de electrónica se vende esta sustancia; aunque, su coste es ligeramente elevado (en Costa Rica un frasco de 430 ml cuesta el equivalente a unos cinco dólares). No obstante, es relativamente fácil de preparar, artesanalmente partir de hierro, ácido clorhídrico (HCl) y peróxido de hidrógeno (H2O2) o agua oxigenada; el hierro empleado pueden ser limaduras extraídas con un imán de la arena de mar, el HCl utilizado es el ácido muriático empleado para remover óxido, disponible en las ferreterías y finalmente se utiliza el agua oxigenada que emplean para decoloración del cabello. El método de grabado con cloruro de hierro resulta muy simple, pues una vez dibujado el diseño sobre la placa metálica, recubierta con el barniz para grabado y protegido su respaldo con cinta adhesiva para embalaje, solo hay que sumergirla en una solución de cloruro de hierro
2Respecto al grabado de burdeos o grabado voltaico, este fue patentado en 1840 por Thomas Spencer y John Wilson en Inglaterra. Tomado de http://www.greenart.info/galvetch/appndx2.htm
ligeramente acidificado con un ácido orgánico, como el cítrico o el acético. Por ejemplo, la figura 1 corresponde a un grabado de 2 cm2, realizado en diez horas, empleando una solución de cloruro de hierro, preparada a partir de limaduras de hierro en ácido clorhídrico comercial (ácido muriático) y oxidada con ácido acético al 1% (vinagre de cocina).
Figura 1: Placa de cobre grabada con cloruro de hierro y ácido acético, durante diez horas. Nótese la nitidez de las líneas excavadas en la superficie metálica, que aún con mayor detalle (Fig. b) se aprecia la homogeneidad de los surcos excavados.
Método del sulfato de cobre salino Por otra parte, el sulfato de cobre adicionado de sal de mesa (cloruro de sodio) permite grabar láminas de hierro, cinc o aluminio. El principio químico del proceso se basa en que al reaccionar la sal de mesa (cloruro de sodio, NaCl) con el sulfato de cobre (una solución de color celeste), se forma cloruro de cobre, CuCl2 (una solución de un color verde turquesa); en realidad es esta última sustancia la que provoca la erosión
de la lámina de hierro. Obviamente, entre mayor es la concentración del sulfato de cobre, más rápida será la erosión de la lámina metálica. Consideramos que una solución al 2% es adecuada para el grabado en general y si se requiere un grabado más profundo se puede recurrir a una mayor concentración o bien, a dejarlo durante un periodo más prolongado en el mordente. Para que todo el sulfato de cobre reaccione con el cloruro de sodio, se requiere que este último alcance una concentración cercana al 12%, lo que empíricamente es fácilmente detectable, pues esa concentración se alcanza cuando la solución, que originalmente era de color celeste, se torna verde turquesa (Figura 2).
Figura 2: A. Se muestra el color verde de la solución de sulfato salino; mientras la figura B muestra el color original de la solución de sulfato de cobre al 5%.
En la descripción de estos métodos se hace referencia a la necesidad de emplear tanques de reacción grandes y lo suficientemente profundos para colocar las láminas verticales, además, se menciona la necesidad un sistema de agitación constante para remover las sales de metal formado y evitar que se depositen sobre los propios surcos grabados. Estos requisitos indirectamente encarecen el sistema. Sin embargo, en
nuestra experiencia con láminas de hierro y aluminio, esos cuidados no son necesarios y es factible emplear como bandeja de grabado cualquier recipiente de plástico de fondo plano, de un tamaño ligeramente mayor que el de la placa que se desea grabar; nosotros empleamos las cajas plásticas diseñadas para horno de microondas, o en su defecto pueden emplearse cajas de cartón recubiertas con una bolsa plástica. Más aún, colocamos la placa horizontal, con una cantidad de sulfato salino suficiente para que la placa quede sumergida por lo menos un centímetro. Los grabados de la figura 3 fueron realizados en láminas de hierro, con periodos de grabado inicial de 4 horas para producir surcos profundos; en el caso del grabado de la figura 3b, luego del grabado inicial para marcar las líneas, se sometió la placa a periodos menores de una hora para crear las erosiones que brindarían las tonalidades propias del aguatinta.
Figura 3A. “Endolíticos” Aguafuerte, en hierro de uno de los autores (FHC) empleando como mordente sulfato salino.
Figura 3B. “Estudio de cáncer”. Aguatinta en hierro de uno de los autores (FHC), empleando como mordente sulfato salino.
Intervención de objetos utilitarios mediante electroquímica El método tal como fue descrito permite intervenir las superficies de objetos metálicos; por ejemplo y a manera de ilustración de su efectividad, mostramos la intervención de un comal de aluminio, el cual fue tratado de la misma manera que una placa de grabado; esto es, se cubrió con el barniz para grabado, se dibujó el diseño y se sumergió en sulfato de cobre salino al 15%. Inicialmente se hizo el grabado de las líneas del dibujo, equivalente a un agua fuerte; luego se erosionaron superficies mayores, para aumentar el contraste en esas áreas. Por tratarse de una pieza grande (diámetro de 35 cm) se recurrió a una tina plástica como bandeja de reacción y la pieza se colocó horizontalmente. En la figura 4a se observa parte del proceso, donde las líneas del dibujo se recubren de un floculo de color rojizo que corresponde al cobre metálico que se acumula; sin embargo, no altera significativamente el proceso de grabado. La figura 4b muestra el proceso concluido.
Figura 4. Utensilio de aluminio intervenido: A. Proceso de grabado, se observa la acumulación de cobre metálico en las líneas del grabado.
B. Pieza finalizada, se aprecian áreas erosionadas, equivalentes a un proceso para aguatinta.
Conclusión: El método electroquímico facilita el trabajo del grabador al eliminar el manejo de sustancias nocivas, como el ácido nítrico. A la vez, con una batería de dos soluciones, una de cloruro férrico y otra de sulfato salino es factible trabajar con una variedad relativamente amplia de metales; el primero permite hacer grabados en cobre, que para los grabadores en general representa el metal por excelencia para este trabajo; en tanto, la segunda sustancia permite el grabado en hierro, cinc y aluminio. Estos últimos son metales menos costosos y en algunos casos hasta se puede reciclar desechos convirtiéndolos en un medio de expresión artística. Una de estas aplicaciones puede ser la reutilización de las cajas de computadoras, que están construidas en hierro y su recambio tecnológico las convierte en una fuente cada vez más importante de desechos, que usualmente se destinan a botaderos ya que no se reciclan con facilidad; por lo tanto, el grabador puede utilizar estos desechos como fuente de metal para sus planchas. El grabado electroquímico tiene la ventaja sobre el grabado electrolítico, de no requerir la compra de una fuente de poder ni el suministro de energía eléctrica, lo que le hace un método más simple; sin embargo, a diferencia del primero, si requiere de un suministro constante de reactivos, pues los mordentes se agotan, ya que los iones metálicos de las sales empleadas se reducen precipitando, lo cual acaba con la capacidad erosiva de la solución. En el caso del cloruro férrico, se puede recuperar la solución agotada adicionando ácido clorhídrico y oxidando de nuevo el hierro disuelto con agua oxigenada. El exceso de cobre disuelto en la solución se puede retirar colocando una varilla de hierro dentro de la solución, que por diferencia voltaica hace que se le adhiera el cobre, extrayéndolo de la solución. A la vez, las soluciones del mordente a medida que se agotan requieren de periodos más largos para su acción, lo cual obliga al artista a ensayar diferentes tiempos, hasta que llegue a conocer y dominar su sistema de grabado. No obstante estos inconvenientes, el grabado electroquímico sigue siendo un método simple, económico y seguro para la salud del artista y de su entorno. Esperamos que esta guía le permita incursionar en esta corriente de grabado no tóxico y que además, le permita ensayar con otros metales como el hierro o el aluminio, que como mencionamos previamente, en muchos casos se pueden utilizar desechos industriales.
Bibliografía
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Reseña biográfica de los autores
Francisco Hernández-Chavarría
Profesor e investigador en Microbiología, epidemiología y ultraestructura de agentes
infecciosos. Realizó estudios en virología, en la Universidad de Costa Rica y en Inmuno
Electro Microscopia, en Osaka, Japón. Por más de 30 años ha sido profesor en Universidad
de Costa Rica y ha publicado más de 200 artículos científicos en el área de la biomedicina.
Se jubiló en 2006 y actualmente es estudiante de licenciatura en Artes Plásticas, de la
Universidad de Costa Rica e investigador colaborador en la Escuela de Artes Plásticas de la
Universidad de Costa Rica, en proyectos de papel hecho a mano con fines artísticos y en la
cátedra de grabado.
Olger Arias Rodríguez
Nació en 1980, en San José, Costa Rica. Se graduó de licenciado en Artes Plásticas, con
énfasis en Grabado, en la Escuela de Artes Plásticas, de la Universidad de Costa Rica, en
2006. Ha sido profesor de diseño y dibujo en la Universidad Hispanoamericana, Heredia,
Costa Rica y es profesor de grabado en metal en la Universidad de Costa Rica. Actualmente
cursa estudios de maestría en Gráfica del Grabado, en la Academia de San Carlos, de la
Universidad Autónoma de México (UNAM).
Alberto Murillo Herrera
Alberto Murillo Herrera
Nació en 1960, en San José, Costa Rica. Obtuvo el bachillerato en Artes Plásticas, con
énfasis en Grabado, en la Universidad de Costa Rica, en 1989 y obtuvo la Maestría en
Bellas Artes, con énfasis en Grabado, de la Universidad de Iowa, EEUU, becado por el
programa Fulberight-LASTAU, en 1995. Actualmente es director de la Escuela de Artes
Plásticas de la Universidad de Costa Rica y se desempeña como profesor de la cátedra de
grabado, en los cursos de Xilografía, Grabado en Metal, Litografia Artística y Papel hecho
a mano. Obtuvo el Gran premio y medalla Goya de Oro, en la “X Bienal Iberoamericana
de Arte, organizada por el Instituto Cultural Domecq, el Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes, e Instituto Nacional de Bellas Artes, México, 1996. Fue galardonado con el
Premio Nacional de Cultura “Aquileo J Echeverría” en Grabado, 1999, otorgado por el
Ministerio de Juventud Cultura y Deportes, Costa Rica, 2000. Como grabador ha realizado
múltiples exposiciones individuales y colectivas, exponiendo su obra en las diversas
disciplinas de la estampa artística, siguiendo los métodos tradicionales y recientemente,
impulsando las nuevas tendencias de grabado sin ácido, en la Universidad de Costa Rica.
De la alquimia al grabado metálico sin ácido: I. Una guía simple para el grabado electrolítico
o anódico From alchemy to the metal engraved without acid: I. A simple guide for electrolytic or anodic etching
Por: Francisco Hernández-Chavarría, Olger Arias y Alberto Murillo
Investigadores Universidad de Costa Rica
Hay un agente poderoso, obediente, rápido, manejable, que se adapta a cualquier uso y que desempeña un papel primordial en mi barco. Todo se hace por él. Me
ilumina, me calienta, es el alma de mis aparatos mecánicos... Me estoy refiriendo a la electricidad.
Julio Verne 20.000 leguas de viaje submarino
Resumen Tradicionalmente los métodos de grabado en metal utilizan ácidos cáusticos para atacar las planchas de metal; pero, representan un riesgo para la salud del artista y para el ambiente. Sin embargo, en las últimas décadas se ha desarrollado o retomado una serie de métodos alternativos más seguros que genéricamente se denominan grabado no tóxico. Entre los que figura el grabado electrolítico o anódico, en el cual, se utilizan una solución de una sal del mismo metal de la plancha y el grabado se realiza mediante una corriente eléctrica (6 voltios y menos de 10 amperios). En este artículo se describen los métodos, procedimientos químicos y soluciones empleadas, aboliendo los términos químicos y físicos, tratando de brindar una guía didáctica para artistas y estudiantes de artes plásticas.
Palabras clave: Intaglio, grabado en metal, grabado no tóxico, grabado sin ácido, electrólisis, electrolito, iones, átomos.
Abstract The traditional metal engraving use caustic acids, as nitric acid, to etching plates of metal; those substances are health hazards and cause environmental contaminants. Nevertheless, alternative methods have been developed or reestablished in the last decades, generically called “non-toxic engraving”, this includes the electrolytic or anodic engraving method, in which, a salt solution of the same metal of the plate is used as electrolyte and its etching is realized by means of an electrical current (6 volts and less than 10 amperes). This article describes chemical principles and salt solutions used in this procedure, abolishing chemical and physical terms, trying to offer a simple didactic guide for artists and students of fine arts.
Key words: intaglio, metal engraving, non-toxic engraving, engraving without acid, electrolytic, electrolyte, ions, atoms
Este artículo brinda una visión sobre los métodos de grabado no tóxico empleando la electricidad para grabar las placas metálicas. En él abordamos los planteamientos
fisicoquímicos de la electrólisis y pretendemos que se constituya en una guía sencilla y práctica, que sirva de base para los artistas y estudiantes de artes plásticas que deseen incursionar en este método, que resulta más seguro y amigable que los procedimientos tradicionales con ácidos fuertes.
El grabado en metal o intaglio es la disciplina de hacer incisiones o erosiona selectivamente una superficie metálica lisa, que sirve de soporte para un diseño, que luego se transfiere mediante estampado a otro soporte, como el papel de trapo, entre otros. Tradicionalmente el cobre ha sido el metal empleado por excelencia para el intaglio; aunque recientemente, se utilizan otros metales como hierro, aluminio y cinc. El grabado en metal evolucionó a partir de las destrezas desarrolladas por armeros y orfebres europeos, hace cientos de años, hasta las técnicas que hoy conocemos como aguafuerte y aguatinta. En ambas técnicas, el primer paso es pintar con un barniz protector una placa metálica, sobre la cual se traza delicadamente el dibujo, solo removiendo el barniz de las líneas, sin necesidad de atacar el metal; ya que este luego será erosionado o corroído por ácidos fuertes o sales corrosivas, en los cuales se sumerge la placa; las áreas con barniz protegerán de la acción corrosiva, la cual solo ocurrirá en las líneas del dibujo que han dejado el metal al descubierto y por lo tanto, se transforman en surcos o hendiduras. Esas técnicas y procedimientos del grabado, han llegado hasta nuestros tiempos sin mayores modificaciones. No obstante, en las últimas dos décadas ha habido preocupación y un marcado interés por emplear métodos saludables y amigables con el ambiente, diferentes a aquellos que emplean ácidos fuertes, que obviamente son muy cáusticos y peligrosos, tanto para el artista, como para su entorno. Es así, como se ha desarrollado una serie de métodos de grabado, que genéricamente se denominan “Grabado no tóxico”, como han expresado Kiekeben K y Grenn F, dos importantes exponentes de estas técnicas, entre las que figuran el grabado electrolítico o anódico y el grabado electroquímico; que obvian el empleo de sustancias peligrosas, como los ácidos cáusticos, que se sustituyen por sales corrosivas pero más confiables para la salud del artista y más amigables con el ambiente. En este artículo se exponen los principios, métodos y las adaptaciones realizadas para establecer estos procedimientos, en el taller de grabado de la Escuela de Artes Plásticas, de la Universidad de Costa Rica. La esencia del grabado electrolítico Este método consiste en disolver selectivamente el metal de la plancha, mediante una corriente eléctrica, que erosiona las líneas del dibujo al ionizar los átomos del metal y desplazarlos a la solución, para brindar resultados equivalentes a los obtenidos con los métodos tradicionales del aguafuerte y de la misma forma, lograr valores
tonales como en la técnica del aguatinta. En todo caso, la electricidad que fluye entre dos electrodos, viajando a través de una solución de los iones metálicos, llamada electrolito, ioniza y arranca los átomos de la placa metálica en las líneas del dibujo a grabar, horadándolas para transformarlas en surcos excavados en el metal. El sistema y la metodología es simple y consiste básicamente en que la plancha que se va a grabar, debe conectarse al electrodo positivo de una fuente de corriente directa, o sea al ánodo, recordemos que el proceso también se denomina “Grabado anódico”, y como receptor de los iones que se desprenderán de esa lámina, se utiliza otra placa o pieza del mismo metal, que se conecta al electrodo negativo (cátodo) y entre ellas se coloca una solución de una sal que contenga iones de ese mismo metal (solución electrolítica), como se esquematiza en la figura 1. Para comprender mejor lo que está ocurriendo en ese proceso, es importante contar con un conocimiento básico de la reacción y de algunos conceptos simples de electricidad; por lo que a continuación se presenta una breve sinopsis de esos aspectos.
Figura 1. Esquema del tanque con el electrolito. La placa negra
marcada con A representa la placa de grabado, conectada al electrodo positivo de la fuente de poder (ánodo) y la placa marcada como B, representa la placa receptora, conectada al electrodo negativo. La fuente de poder debe suministrar corriente directa con un máximo de 6 voltios y un amperaje idealmente de 1 a 10 Amperios; aunque pueden utilizarse amperajes menores, pero requiere un tiempo de electrólisis largo.
Iones y átomos Debemos partir del conocimiento de que toda la materia está formada por átomos y para comprenderlos más fácilmente, asumiremos el modelo clásico del átomo, representado como un sistema solar en miniatura, en el cual, el núcleo, formado por partículas cargadas positivamente (protones) y partículas sin carga (neutrones), constituye el centro de ese “sistema”, en el cual, las partículas cargadas negativamente (electrones), giran en orbitales fijos, alrededor del núcleo (Actualmente la física quántica ha modificado el modelo atómico, sustituyendo el concepto de orbitales, por el de zonas de probabilidades de encontrar un electrón y esas zonas no son precisamente las trayectorias de una orbita, como las descritas en el modelo clásico; pero, para nuestros efectos, el modelo clásico resulta más didáctico, por lo que lo empleamos en este texto). En este esquema del átomo, hay un número igual de partículas positivas y neutras en el núcleo, esto es que por cada protón hay un neutrón e igualmente, hay un electrón girando alrededor del núcleo; por lo tanto, un átomo tiene igual número de cargas positivas (protones) y negativas (electrones), por lo que es neutro. Si un átomo gana o pierde un electrón, perderá esa condición de neutralidad y se transformará en un ion negativo o positivo, respectivamente. Entonces, un ion es un átomo cargado, debido a la ganancia o pérdida de electrones. También, es importante recordar que las cargas opuestas se atraen y las del mismo signo se repelen; por esa razón, los electrones del átomo están siendo atraídos por el núcleo, o bien, los iones positivos y los negativos se atraen mutuamente. Electrolitos El concepto de electrolito es otro punto importante en el contexto de los métodos de grabado electrolítico. Un electrolito es una solución de iones, positivos y negativos, producto de la solución de una sal en un solvente, por ejemplo en agua. Así, la sal de mesa (cloruro de sodio) es una combinación de Sodio y Cloro, cuyos símbolos químicos son Na y Cl, respectivamente; para formar la sal, ambos elementos están como iones y se representan como Na+ y Cl-. Por lo tanto, al disolver la sal en agua, lo que se obtiene es una solución de ambos iones. Algo similar ocurre con sustancias como el Cloruro férrico (FeCl3) y el Sulfato de Cobre (CuSO4). En el primer caso, el ion del Hierro (Fe) tiene 3 cargas positivas y por lo tanto, requiere combinarse con 3 iones de cloro para formar la sal. En el caso del sulfato de cobre, cada uno de esos iones tiene dos cargas, el ion de cobre, tiene dos cargas positivas y el sulfato dos negativas. Citamos estas sales como ejemplos, pues son las más empleadas en los procesos de grabado que discutimos aquí.
Electricidad Es el flujo de electrones entre átomos de un material conductor; esto es, un material cuyos electrones de los orbitales más lejanos del núcleo, están relativamente libres, esto se debe a que la atracción que ejerce el núcleo sobre ellos es débil, lo que les da ese carácter de libertad. En este sentido, los materiales suelen subdividirse en conductores y no-conductores; usualmente, asociamos los primeros con los metales y por antonomasia, mencionamos al cobre, el aluminio o la plata, como buenos conductores; esto, porque cuando aplicamos una fuente de electricidad a un alambre de un conductor, se forma un flujo de corriente eléctrica, pues, los electrones suministrados por la fuente, van sustituyendo a los electrones libres de cada átomo, que los impulsan hacia el siguiente, formando así un flujo eléctrico que viaja por el conductor. En tanto, los no-conductores son materiales sin electrones libres y por lo tanto, a través de ellos no fluye la corriente eléctrica; a estos materiales también les denominamos aislantes eléctricos. No todos los conductores son sólidos, pues, los electrolitos (soluciones de sales) son conductores de la corriente eléctrica y esto es lo que utilizamos en la electrólisis, como veremos más adelante. El voltaje y la corriente son dos características que asociamos a la electricidad. El primero se mide en voltios y corresponde a la caída o diferencia de voltaje, medida entre dos puntos de un determinado conductor. En tanto, la intensidad de la corriente se mide en amperios. El producto de ambos factores, voltaje y corriente, brinda la resistencia, que es medida en Omhios. En el trabajo de electrólisis empleamos voltajes inferiores a 6 voltios e idealmente corrientes de 1 a 10 Amperios; aunque, se pueden emplear corrientes mucho más bajas, como las suministradas por los adaptadores de teléfonos celulares, que oscilan entre los 300 y 500 miliamperios. Independientemente del amperaje, siempre se debe emplear corriente directa, como la que suministran las baterías; pues se debe mantener un flujo eléctrico con un sentido constante, que haga viajar los iones arrancados de la plancha de grabado, conectada al electrodo positivo, hasta su receptor conectado al electrodo negativo. Por esa razón, no es posible utilizar directamente la corriente que suministran las compañías eléctricas; pues esa es corriente alterna, o sea que cambia de polaridad constantemente, por lo que no se podría establecer ese flujo unidireccional de iones requerido en la electrólisis. Grabado electrolítico de planchas metálicas En teoría podemos grabar mediante electrólisis cualquier metal, para lo cual solo necesitamos dos planchas del mismo metal, la de grabado y otra receptora. Ambas se conectan a los electrodos, positivo y
negativo de una fuente de corriente directa, respectivamente y se sumergen en una solución de una sal de ese mismo metal, denominada electrolito, que actuará como conductor líquido, para que la corriente eléctrica fluya a través del sistema, estableciendo un flujo de corriente eléctrica entre los dos electrodos. En este proceso, los iones de la sal tomarán electrones de los átomos de la plancha de grabado, transformándolos en iones positivos, que se disuelven y migran a la placa receptora; por lo tanto, la primera plancha estará perdiendo átomos que erosionan su superficie, lo que en nuestro sistema equivale a hacer el grabado; pues esa reacción ocurre solo en las líneas del dibujo marcadas en el barniz que protege la plancha metálica. El sentido etimológico de electrólisis, significa disolver el metal mediante la corriente eléctrica; así, grabado electrolítico equivale a grabar una plancha, disolviendo el metal en las líneas del dibujo, mediante la corriente eléctrica y la otra denominación de grabado anódico, indica que la plancha de grabado debe conectarse al electrodo positivo (ánodo). Este sistema resulta simple y económico, pues solo se requiere la inversión inicial, para adquirir la fuente de corriente directa y el electrolito. Este último no se gasta, pues se auto recupera durante el proceso, ya que solo actúa como conductor eléctrico. La fuente de poder debe ser capaz de suministrar un voltaje menor de 6 voltios, e idealmente su amperaje debe oscilar entre 1 y 10 Amperios, para que el proceso sea más ágil. Desafortunadamente, los transformadores usados en muchos equipos electrónicos, manejan corrientes con intensidades de menos de 1 Amperio, usualmente son de 500 miliamperios o menos; por lo tanto, su empleo como fuente de electricidad para grabado requiere periodos más largos de exposición a la corriente eléctrica, que pueden superar las 24 horas. En este sentido, la clave para realizar un grabado rápido será el amperaje, más que el voltaje. Una guía sencilla descrita por Frederic Green1 se resumen en el Cuadro 1.
Cuadro 1 Amperajes y su utilización en el grabado electrolítico*
Amperaje Empleo 0.5 a 2 Placas pequeñas, baja resistencia. 2 a 5 Uso general: Aqua fuerte, aqua tinta. 5 a 10 Grabado profundo, tipo escultural, relieves,
texturas especiales y placas de gran formato.
*Green F. En todo caso, otra variable a contemplar es el tiempo; así, podemos utilizar una fuente de menos de un amperio para grabar a profundidad una placa de unos 150 cm2 (15x10 cm); pero, debemos
dejar la fuente conectada durante un periodo largo, usualmente mayor de 24 horas. El mismo procedimiento lo podemos realizar en un periodo de una hora con una fuente de 5 Amperios.
Grabado electrolítico en planchas de cobre El cobre es el material ideal por tradición y por ello es importante iniciar con este material; sin embargo, es caro y en la actualidad puede resultar escaso. El electrolito empleado es sulfato de cobre (CuSO4), a una concentración entre el 2,5 y el 15%. Esta es una sal poco tóxica, que de hecho es empleada como alguicida en piscinas o como antiparasitario de uso externo en ganadería. Por lo tanto, no representa un riesgo importante para la salud; aunque, se recomienda utilizar guantes de goma para manipular cualquier sustancia química que entre en contacto con la piel, a fin de evitar irritaciones que pueden degenerar en dermatitis de contacto. Entonces, el sistema es simple, se conectan ambas placas a los electrodos, recordemos que el grabado irá en el positivo o ánodo (Grabado anódico), se llena la cubeta con el electrolito y se hace pasar la corriente eléctrica. La cubeta de reacción puede ser una caja plástica, rectangular, como las empleadas para calentar alimentos en el horno de microondas; así, el sistema funcionaría con las placas en posición vertical, estando separadas una de otra, por una distancia de unos 4 a 5 cm o aún menor. Recordemos, que entre más separadas estén las placas, mayor será la distancia que debe recorrer la corriente eléctrica y por lo tanto, mayor será la resistencia, lo cual reducirá la eficiencia del sistema. En la figura 1 se muestra un esquema del sistema. Empleando una fuente de 6 voltios con 5 amperios, se obtiene un grabado adecuado en un periodo de 15 a 60 minutos, aunque, aún con tiempos menores se produce algún grado de erosión en la lámina, como se muestra en la figura 2. Obviamente, entre mayor es el tiempo de electrólisis, más profundas serán las líneas, como se aprecia en las figuras 2 e y f, que corresponden a una hora de electrólisis; pero a medida que se profundizan las líneas, también se hacen más amplias, esto significa que se estará perdiendo resolución, pues las líneas muy juntas tienden a fundirse.
Figura 2. Láminas de cobre grabadas por electrólisis, a 5 Amperios con 6 voltios.
A y B: 5 minutos de electrólisis. Nótese que las líneas son poco profundas pero muy nítidas.
C y D: 30 minutos de electrólisis. Las líneas tienden a hacerse más profundas y anchas.
E y F: 60 minutos. Las líneas más tenues tienden a hacerse confluentes, lo que resta resolución al grabado.
Grabado electrolítico en placas de hierro Básicamente se sigue un proceso similar al anterior, excepto que ambas placas son de hierro y el electrolito contiene una sal de este metal, como por ejemplo, una solución al 10% de cloruro de hierro. La lámina receptora se puede sustituir por un trozo de cedazo de
hierro. O sea, en el electrodo negativo se puede conectar el cedazo que recibirá los iones metálicos arrancados para hacer el grabado. Conclusiones y recomendaciones En comparación con el método de grabado tradicional que emplea ácidos fuertes, el grabado electrolítico o anódico resulta más seguro, tanto para el artista como para el ambiente, pues elimina el empleo de soluciones que causan lesiones al entrar en contacto con la piel y que incluso sus vapores son nocivos. Al mismo tiempo, es un proceso más económico, ya que la única inversión importante es la compra de la fuente de poder; pues los electrolitos se regeneran durante el proceso, por lo que no se acaban o desgastan, ya que solo sirven de medio de transporte (conductor) de los iones metálicos involucrados en la reacción. A continuación señalamos algunos comentarios y una guía de dónde adquirir y cómo emplear los diversos insumos indicados en el texto. 1. Fuente de poder: En el mercado se consiguen fuentes de 5 Amperios, con 12 voltios, a un coste de menos de treinta dólares. No obstante, el voltaje recomendado no debe superar los 6 voltios, pues a mayor voltaje la reacción tiende ha ser muy violenta, formando burbujas que se acumulan en las líneas del grabado, interfiriendo con él. No obstante, un electricista puede hacer la conversión de la fuente a 6 voltios. Para estados iniciales de exploración de la técnica, se pueden usar los adaptadores de diversos electrodomésticos, como reproductores de música y teléfonos celulares, aunque brindan corriente de menos de un amperio. 2. Electrolito para el grabado de placas de cobre En el caso de láminas de cobre, se emplea como electrolito el sulfato de cobre (CuSO4) del 2,5 al 15 %. No es necesaria una medición muy precisa de los volúmenes, por lo que puede emplearse una balanza granataria, como las empleadas en la cocina. Este reactivo se consigue en tiendas de productos agropecuarios o de suministros para piscinas. La solución al 5% se hace disolviendo 50 gramos en un litro de agua. Los 50 gramos equivalen aproximadamente a 4 cucharadas. 3. Electrolito para el grabado de placas de hierro En este caso se emplea una solución de Cloruro de Hierro (FeCl3) al 10%, algunos de los sinónimos con los que puede identificarse esta sustancia son Cloruro de hierro 3, cloruro férrico o tricloruro de hierro. Puede conseguirse un reactivo comercial como el distribuido
en las tiendas de electrónica, que se emplea para “quemar” circuitos impresos. El litro tiene un coste de unos diez dólares. 4. Bandeja de reacción para electrólisis Resulta más eficiente y barata una bandeja horizontal, que como indicáramos previamente, puede ser una de las cajas plásticas para calentar en el horno de microondas. Este tipo de bandeja tiene la ventaja de poseer tapa hermética, lo que permite guardar el electrolito evitando su evaporación. Debe tenerse cuidado que las dos placas no deben tocarse, pues harían corto circuito. Por lo tanto, deben separarse con un material aislante. En nuestro caso empleamos tapitas plásticas de dos centímetros de altura como separadores aislantes de las placas de cobre y en el caso de placas de hierro usamos un soporte de alambre sobre la boca de la caja en el cual se coloca la placa conectada al electrodo negativo. Otra opción son los picheles rectangulares de plástico como los usados para ahorrar espacio en la refrigeradora; en este caso se colocan las planchas en posición vertical, una frente a la otra, como se indica en el esquema de la figura 1. 5. Esquema operativo
a. Limpiar y pulir la superficie de la plancha, hasta obtener una superficie especular.
b. Limar los bordes para hacerlos romos y evitar que dañen el papel cuando se somete a presión en la prensa de grabado.
c. Proteger la cara posterior de la placa a grabar con cinta adhesiva de embalaje.
d. Pintar con barniz para grabado la cara pulida de la placa metálica y dejar secar.
e. Dibujar el diseño a grabar sobre el barniz con una punta metálica, que remueva el barniz de las líneas, dejando el metal expuesto.
f. Colocar la placa dibujada y la placa receptora paralelas en el recipiente. La placa receptora debe ser del mismo tamaño o mayor que la paca a grabar, para mejorar la eficiencia del sistema.
g. Conectar la plancha al electrodo positivo de la fuente (Ánodo) y conectar otra plancha del mismo metal al electrodo negativo, para que reciba los iones arrancados a la primera.
h. Llenar la cubeta con el electrolito y encender la fuente de poder o conectarle al suministro de energía eléctrica durante un lapso de acuerdo con la profundidad del grabado requerida.
i. Limpiar el barniz con un solvente orgánico como varsol o aguarrás.
j. Entintar la lámina, limpiarla y estamparla.
Para finalizar es importante insistir en que los métodos de grabado electrolítico representan menos riesgos para la salud que los procedimientos tradicionales, son más económicos, pues no se requiere un suministro constante de ningún ácido y los reactivos empleados se reutilizan; por lo tanto, no hay residuos tóxicos. Por otra parte, es factible realizar todas las variaciones del grabado en metal que usualmente se realizan con los métodos tradicionales. Esperamos que esta guía sea de utilidad para los artistas que deseen incursionar, en un tipo de grabado más amigable con el ambiente y que no represente ningún riesgo para la salud del artista, ni para las personas allegadas a su taller, ni para su entorno.
Bibliografía
Buckland-Wright J. (1973) Etching and engraving, Techniques and the modern trend. Dover Publications, Inc. New York pp. 240.
Frown TL, LeMay H, Bursten BE. (1998) Chemistry: The central
Science. Prentice Hill ed. New York pp 991.
Green F. Green Print (2008). http://www.greenart.info/galvetch/contfram.htm
Kiekeben F. (1998) The Edinburgh Etch: A Breakthrough in Non-toxic Mordants. http://www.polymetaal.nl/beguin/mape/edinburgh_etch.htm
Número 7/dic. 2010 ISSN: 1794-8614 90
Sacrificio metálico: Agua salada y grabado en acero
inoxidable, aluminio o hierro. ¡Nada más barato!
Metallic Sacrifice: saline water and engraving in
steel, aluminum or iron. Nothing cheaper!
Por: Francisco Hernández-Chavarría,
Grabador e investigador de la Universidad de Costa Rica
Recibido 7/22/2010 y aprobado 10/11/2010
¡Qué notable fenómeno! –exclamó el profesor de Ornitología,
que pasaba sobre el puente-. ¡Una golondrina en invierno!
Y escribió una larga carta sobre el tema y la envió al director del periódico local.
Todo el mundo la comentó, tal era la abundancia de palabras
que no podían comprenderla.
Oscar Wilde
El príncipe feliz
Resumen
El grabado en metal es un proceso controlado de corrosión, donde la
oxidación del metal ocurre en las líneas del dibujo hecho sobre el barniz. El proceso puede acelerarse mediante electrólisis, siguiendo el principio de
sacrificio metálico. Para este grabado se utiliza una placa de acero inoxidable, hierro o aluminio y se conecta al electrodo positivo de una fuente de corriente directa; el electrodo negativo se conecta a una placa de
cobre y se utiliza agua con sal como electrolito.
Palabras Clave: Grabado no tóxico, Sacrificio metálico, protección catódica, corrosión, acero inoxidable, hierro, aluminio.
Abstract
The metal engraving is a controlled process of corrosion, where the
oxidation of the metal occurs only on the lines drawn on the varnish which
protects the metal plate. The corrosion process could be accelerated by electricity, according to the process of metal sacrifice. By following this procedure, the metal plate for engraving could be of steel, iron or
aluminum. This metal plate, with the design to engrave, should by connected to the positive electrode of a direct electric power unit, and the
negative electrode connected to a cupper plate and saline water which is used as electrolyte solution.
Key Words: Non-toxic engraving, metallic sacrifice, cathode protection,
corrosion, metal engraving, steel, iron, aluminum.
Número 7/dic. 2010 ISSN: 1794-8614 91
Introducción
Conocer el fundamento de las cosas es despojarlas de misterio. Aún
los procesos que parecen complicados, una vez comprendidos, suelen
ser simples; así, conocer y comprender los fundamentos de cómo
funcionan las cosas, nos permite incursionar y hasta modificar
procesos, que podemos poner a nuestra disposición; nuestra
limitante es solo nuestra imaginación y el trabajo diario en el taller,
es una buena oportunidad para jugar y descubrir cosas nuevas, que a
veces resultan en simples aplicaciones de viejos principios, como
hacer grabado mediante sacrificio metálico; veamos el por qué de
ello.
Resulta un tanto peyorativo asociar el grabado en metal con el
problema de corrosión de metales; pero, en última instancia se trata
del mismo proceso, con la diferencia de que el artista controla la
corrosión, haciendo que ocurra solo en zonas y a profundidades
determinadas en su placa de grabado. Para ello, protege la superficie
con un barniz sobre el que dibuja su diseño con una punta metálica,
haciendo que las líneas sean surcos que descubren el metal, y es en
esas líneas donde se ha de corroer, convirtiéndolas en surcos.
En términos electroquímicos, la placa a grabar se oxidará, perdiendo
electrones y el metal oxidado se disolverá, dejando espacios
excavados, que más tarde alojarán la tinta para imprimir ese diseño.
Ese proceso de oxidación puede acelerarse mediante la aplicación de
una corriente eléctrica, en el tipo de grabado denominado
“electrolítico”.
Previamente describimos en detalle esta metodología1; que
brevemente, consiste en colocar dos placas metálicas en una solución
de una sal de ese metal, que denominamos electrolito; la placa con el
diseño a grabar se conecta al electrodo positivo de una fuente de
corriente directa y la otra, que denominamos receptora, se conecta al
electrodo negativo; el paso de corriente disolverá el metal en los
surcos del grabado excavándolos y el metal arrancado se depositará
en la placa receptora. Uno de los inconvenientes del proceso es que
se requiere un electrolito para cada tipo de metal; por ejemplo,
sulfato de cobre, para cobre; sulfato de aluminio, para aluminio;
1 http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=874
00403&iCveNum=9262
Número 7/dic. 2010 ISSN: 1794-8614 92
cloruro de hierro para hierro2. Sin embargo, podemos utilizar un
sistema más económico y práctico para grabar en hierro, aluminio e
incluso acero inoxidable, utilizando como electrolito agua con sal de
mesa (NaCl), siguiendo, aunque a la inversa, un proceso industrial
diseñado para proteger las estructuras metálicas de la corrosión, lo
que se conoce como “Protección catódica”, “Metal de sacrificio” o
“Sacrifico metálico”.
Sacrificio metálico
El descubrimiento de este proceso se debe al químico inglés Sir
Humphry Davy (1778-1829)3, que lo utilizó para proteger de la
corrosión los cascos de cobre de los barcos, mediante la utilización de
piezas de cinc que se sacrificaban, corroyéndose para prevenir el
deterioro del cobre. Esto se debe a que el cinc es un metal menos
noble que el cobre y por lo tanto, se corroe más fácilmente.
En este contexto, los metales pueden clasificarse de acuerdo con su
potencial electromotriz, de manera que los más reactivos encabezan
la lista y son los que reaccionan más fácilmente y que podríamos
decir, son los menos resistentes ante la corrosión; por ejemplo, el
sodio al contacto con el agua se oxida de una forma tan violenta que
se incinera. Por el contrario, los últimos de esa lista son plata, platino
y oro, que obviamente no reaccionan con elementos del ambiente,
por lo que se usan en un sinfín de aplicaciones, incluyendo joyería.
Para efectos del grabado, podríamos ordenar los metales que
utilizamos usualmente como sustrato según la serie electromotriz e
iniciaríamos con aluminio, luego cinc, hierro y cobre; el aluminio, no
obstante que encabeza la lista, es más reacio a la oxidación que los
otros, debido a que al contacto con el aire forma una capa protectora
de óxido de aluminio, que impide el deterioro del resto del sustrato.
En cuanto al acero inoxidable, como su nombre lo indica, es más
refractario a la oxidación y en términos generales es obtenido como
una aleación de hierro con carbón y de acuerdo con la cantidad de
este varían sus características, entre ellas la dureza e incluso el
magnetismo; sin embargo y a pesar de su denominación, no es
2 Hernández-Chavarría et al. Grabado en metal: Trucos y consejos para el grabador
contemporáneo. El Artista 6: 88-101, 2009. 3 http://es.wikipedia.org/wiki/Humphry_Davy
Número 7/dic. 2010 ISSN: 1794-8614 93
inmune a la oxidación y lo colocaríamos al lado del hierro en la serie
electromotriz.
Industrialmente se ha recurrido a procesos para evitar la corrosión
del acero y uno de ellos es la utilización de un metal de sacrificio; ello
consiste en que en tuberías, tanques u otras estructuras en contacto
con inclemencias ambientales y especialmente en ambientes marinos,
se les adosan piezas de cinc como metal de sacrificio, el cual se
corroe, sacrificándose, para que el acero no se altere.
El mismo proceso se aplica a ductos de cobre; en ambos casos,
periódicamente se reemplaza el metal de sacrificio, manteniéndose
incólume la estructura que se desea proteger. El principio de este
proceso se basa en que se establece una corriente eléctrica entre el
metal de sacrificio y el protegido, el primero es anódico y el otro sería
el catódico, de ahí la denominación de “Protección catódica”.
Grabado electrolítico por sacrificio metálico
En nuestro caso, podemos utilizar ese concepto descrito
anteriormente, para grabar en metal, aplicando un proceso
electrolítico que acelere la corrosión de una placa, que actuaría como
el metal sacrificado, la cual conectamos al electrodo positivo y el
negativo se conecta a un metal más noble o sea menos electromotriz
y que por lo tanto, no se alterará y como electrolito utilizamos agua
con sal (NaCl, la sal de mesa), lo que resulta extremadamente
económico, si lo comparamos con los electrolitos apropiados, según
las sales metálicas para cada caso, siguiendo el proceso estándar de
electrólisis.
Como metal más noble utilizamos cobre, por ser menos electromotriz
que el cinc, el ilumino, el hierro e incluso el acero; más aún, no es
necesario emplear una placa de cobre, sino cualquier pieza de este
metal, incluyendo una maraña hecha con alambres de cobre, como se
muestra en la figura 1.
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Fig. 1: Sistema para electrólisis empleando una caja Tetrabrik® y un
manojo de cables de cobre, como metal más noble para el grabado por
el método de Sacrificio metálico.
El sistema es muy simple y puede hacerse utilizando un recipiente de
un material aislante, cuyo único requisito es que en él pueda
acomodar la placa de grabado, puede ser desde un contenedor
plástico desechable de comida rápida, hasta un empaque tetrabrik®,
como se aprecia en la figura 2.
Fig. 2: Sistema de electrólisis, el cable positivo (rojo) está conectado a
la placa a grabar y el negativo (negro) a la maraña de alambres de
cobre, ilustrada en la figura 1. El electrolito es agua con sal. La fuente
de poder suministra 5A y 6 voltios (fue modificada para suministrar este
voltaje).
La solución electrolítica empleada es agua con sal; por cada litro de
agua se adicionó un cuarto de tasa de sal. El barniz empleado está
preparado a partir de asfalto, obtenido de pasta tapa goteras y cera,
que puede ser de una crayola o bien, cera de abejas; recordemos que
el barniz preparado a partir de cera para pisos tiende a desprenderse
durante la electrólisis, este funciona solo para grabado
electroquímico.
El proceso es bastante rápido y violento, lo que se evidencia por un
burbujeo activo en la superficie del electrolito y al final del proceso se
acumula en su superficie una nata parduzca, correspondiente al metal
oxidado que se ha desprendido de la placa grabada, como se muestra
en la figura 3.
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Fig. 3: A. Inicio de la reacción, con una placa de acero inoxidable,
nótese como aparece un burbujeo en la superficie. B. Al final de la
reacción, se ha acumulado una nata de metal oxidado.
Es importante tener presente que en este sistema la reacción se
incrementa cuando las áreas descubiertas son pequeñas, como ocurre
en una aguafuerte; pero, al descubrir zonas mayores, como puede
ser en una aguatinta, la reacción es más lenta, esto porque en el
primer caso todo el potencial electrolítico está concentrado en las
líneas expuestas. Las figuras 4, 5 y 6 corresponden a grabados
realizados con este sistema en acero inoxidable, aluminio y hierro,
respectivamente.
Fig. 4: PE. Divagaciones frente al espejo. Francisco Hernández 2010.
Aguafuerte en acero inoxidable, del tipo especular. El tiempo de
“quemado” fue de 40 minutos con 1 Amperio.
Fig. 5: PE. Busco la muerte (ajena). Francisco Hernández 2010.
Aguafuerte y aguatinta en aluminio, el tiempo de “quemado” inicial fue
de 15 minutos, con 5 Amperios.
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Figura 6. PE Bañistas a la orilla del mar. Francisco Hernández 2010. Aguafuerte en
hierro, tiempo de “quemado” 40 minutos con 1 amperio.
Conclusiones:
Este método de grabado mediante electrólisis tiene ventajas
obvias frente al grabado electrolítico tradicional, en el cual,
por cada tipo de metal se utiliza una sal que contenga iones
de ese mismo metal; por ejemplo, sulfato de cobre para
placas de cobre. Logísticamente el proceso se facilita al
poder utilizar un solo electrolito para diferentes metales y
tan barato, porque es simplemente la sal de mesa; a la vez,
los metales utilizados pueden obtenerse como desechos
industriales, lo que hace del método una opción
ecológicamente deseable, pues estamos transformando
basura en obra artística.
En este caso, los desechos industriales o domésticos de
acero, hierro, aluminio e incluso cinc. El proceso funciona,
siempre que en el electrodo positivo tengamos un metal
más noble que estos, como puede ser cobre. En nuestro
caso, ni siquiera usamos una placa de cobre, sino que la
hemos sustituido por una maraña de alambres de cobre,
que rinde un resultado satisfactorio y puede representar una
forma más asequible y económica.
Por otra parte, con relación a la fuente de poder utilizada,
hemos empleado un transformador que brinda 5 Amperios
de salida, lo cual permite un grabado relativamente rápido;
por ejemplo, el tamaño promedio de las placas empleadas
es de 8 x 15 cm y los resultados logrados han variado entre
los 15 y los 30 minutos, el menor tiempo es para aluminio y
el segundo para acero o hierro. Incluso hemos realizado
Número 7/dic. 2010 ISSN: 1794-8614 97
pruebas con trasformadores de teléfono celular
(“cargadores”), cuya corriente es de solo 300 miliamperios
(0.3A), lo que permite realizar el grabado, pero aumentando
el tiempo, así, para acero inoxidable se requiere de unas
dos horas; no obstante, este tipo de fuentes de poder son
relativamente comunes, lo cual permite trabajar en
pequeños formatos, y simplemente se necesita un poquito
más de espera para obtener resultados.
En todo caso, la recomendación más obvia es hacer pruebas
con los materiales a nuestra disposición, para conocer y
dominar la técnica y luego dar rienda suelta a nuestra
imaginación.
Bibliografía
Hernández-Chavarría F, Arias O, Murillo A. 2007 De la alquia al grabado
metálico sin ácido: I. Una guía simple para el grabado electrolítico o
anódico. El Artista: Rev Investig Música y Artes Plásticas. 4: 25-35,.
Hernández-Chavarría F, Arias O, Murillo A. 2007 De la alquia al grabado
metálico sin ácido: II. Una guía simple para el grabado electroquímico. 4:
36-46,.
Hernández.Chavarría F, Murillo A. 2009 Grabado en metal: Trucos y
consejos para el grabador contemporáneo. El Artista 6: 89-101.
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técnicas de grabado no tóxico. Rev. Tecnol Marcha. En prensa.
Oxtoby DW, Nachtrieb NH. 1996 Principles of modern chemistry, 3ed.
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Whitten KW, Gaile KD, Davis RE. 1992 Química General 3ed. McGraw-Hill.
Mx p884.
Francisco Hernández-Chavarría franciscohernandezch@gmail.com
Por más de 30 años ha sido profesor de la Universidad de Costa Rica en
Microbiología y Microscopia Electrónica y ha publicado más de 200 artículos
científicos, con un énfasis principal en epidemiología y ultraestructura de agentes
infecciosos.
Se jubiló en el 2006 y actualmente es profesor ah honorem en la Facultad de
Microbiología, estudiante de Licenciatura en Artes Plásticas e investigador
colaborador en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica, en
proyectos de papel hecho a mano con fines artísticos y en la cátedra de grabado de
dicha Escuela.
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Grabado en metal: Trucos y consejos prácticos
Para el grabador contemporáneo
Metal engraving: tricks and practical advises
for the contemporary printmaker
Por: Francisco Hernández-Chavarría, Alberto Murillo-Herrera,
y Judith Cambronero-Bonilla Docentes Universidad de Costa Rica
Por un clavo se perdió una herradura.
Por una herradura se perdió un caballo. Por un caballo se perdió un caballero.
Por un caballero se perdió una guerra. Por una guerra se perdió un reino.
Y todo esto pasó
Porque un clavo se perdió.
Poema español, anónimo.
Resumen
En este artículo llamamos la atención sobre los problemas más importantes en
salud, asociados a las sustancias comunes que normalmente manipula el grabador
tradicional. En contraposición, señalamos la necesidad de acogerse a los métodos
del grabado no tóxico. También, hacemos una revisión de nuestras experiencias
más fructíferas, para compartir recetas de preparación de barnices y damos
algunos consejos sobre el empleo de placas metálicas de bajo precio, tales como
hierro y aluminio, provenientes de desechos industriales o domésticos. Estos
metales pueden ser grabados mediante métodos electroquímicos o de electrólisis.
Finalmente abordamos los problemas que podrían presentarse con las tintas y los
papeles para obra artística, siempre haciendo énfasis en las opciones más seguras,
tanto para el artista como para su entorno ambiental.
Palabras clave: Grabado no tóxico, grabado electrolítico, grabado electroquímico,
aguafuerte, aguatinta, barniz, placas de metal económicas, hierro, aluminio,
mordentes, electrolitos.
Abstract
In this article we called the attention on the most important health problems
associated with common substances that the traditional printmaker normally
manipulates. In contrast, we indicated the necessity to adopt methods of the
nontoxic engraving. Also, we make a revision of our more fruitful experiences to
share recipes for the preparation of varnish and give some counsels on the use of
low cost metal plates, such as iron and aluminum, obtained from industrial or
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domestic scraps. These metals can be engraving by electrochemical or electrolytic
methods. Finally we approached the problems that could be appear with the use of
inks and papers for artistic work, always emphasize in the safest options, as much
for the artist as for its environmental surroundings.
Keywords: nontoxic engraving, electrolytic-engraving, etching, aquatints,
electrochemical-engraving, varnish, economic metal plates, iron, aluminum,
mordents, electrolytes.
Introducción
Keith Howard acuñó el término “grabador contemporáneo” para referirse a los seguidores del “Grabado no tóxico”, denominación que caracteriza a
artistas comprometidos con su entorno, conocedores y seguidores de las políticas de bioseguridad, con lo cual desarrollan una conciencia ecológica y
se acogen a los métodos y prácticas que minimizan los riesgos para la salud y son conscientes del daño ambiental que implica desechar al medio sustancias químicas, que pueden resultar nocivas para plantas, animales e
incluso para la microbiota y contaminan los mantos acuíferos. Sin embargo, es preciso aclarar que en el grabado, como en muchas otras técnicas,
siempre hay sustancias que no son totalmente inocuas; pero, lo importante es mantener la mente abierta a la investigación y experimentación, para transformar los procesos insalubres en otros más seguros e incluso más
efectivos o que puedan brindar nuevas maneras de expresión, sin incurrir en riesgos innecesarios.
Por ejemplo, tradicionalmente los ácidos cáusticos, como el nítrico, han figurado como el factor común del grabado en metal y con ellos el artista ha
acarreado un sinnúmero de problemas de salud, que se centran en patologías pulmonares y dérmicas; pero, hoy en día, esos ácidos se han
logrado erradicar gracias a la investigación, recuperación y desarrollo de
métodos, como el grabado electrolítico o anódico1 y el grabado
electroquímico2. No obstante, aún persisten artistas más reticentes a los
cambios, que haciendo caso omiso de las advertencias y poniendo en juego
su salud y la de aquellas otras personas que comparten su entorno inmediato, siguen defendiendo el uso del ácido nítrico, de los esmaltes a base de alquitrán, de la resina de colofonía y de los solventes derivados del
petróleo, sin prácticas seguras de laboratorio. Esto significa que la erradicación de los procesos peligrosos es lenta y requiere de un cambio de
mentalidad; obviamente, serán los artistas más jóvenes, formados en escuelas que han adoptado los métodos no tóxicos, quienes los irán afianzando cada vez con más fuerza, hasta convertirlos en las prácticas
rutinarias en el taller del grabador contemporáneo.
1http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=87400403&iCveN
um=9262 2http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=87400404&iCveN
um=9262
Número 6/dic. 2009 ISSN: 1794-8614 90
Podemos hacer una breve sinopsis de algunos problemas médicos asociados
con sustancias empleadas tradicionalmente en el grabado, para enfatizar en la necesidad de hacer cambios en pos de una mayor bioseguridad. Por
ejemplo, solventes como el varsol y el espíritu mineral, son mezclas de hidrocarburos livianos, algunos de los cuales se involucran con cáncer de pulmón, riñón, nasofaringe, leucemias, otros problemas renales a parte del
cáncer y en mujeres embarazadas puede inducir malformaciones fetales. La resina de colofonía es una mezcla compleja de resinas aceitosas, la mayoría
de carácter ácido y se obtiene por destilación de óleo-resinas de pino; se le asocia con problemas de asma bronquial y dermatitis. Sin embargo, para ambos casos hay sustitutos interesantes; así, los solventes orgánicos se
pueden remplazar en gran medida por aceite de cocina o por la manteca vegetal, tanto para adelgazar la tinta como para limpiarla. En el caso de la
resina de colofonía utilizada para crear los tonos y ambientes del aguatinta, se puede sustituir por pintura en aerosol, o bien, con un lápiz de cera se pueden lograr efectos interesantes, que se traducen en valores tonales y
atmósferas atractivas, como se puede apreciar en el grabado de la figura 1.
Figura 1: “Desde lo alto de la montaña” 1/25 Francisco Hernández, 2009.
Aguafuerte y aguatinta, realizado en una placa de aluminio, quemada con el
mordente de sulfato salino. Las manchas tonales se realizaron con trazos de lápiz
de cera y subsecuente difuminado con un pincel impregnado en varsol.
Somos conscientes de que una metodología controlada y obviando los procesos nocivos, se traducirá en décadas de práctica activa; por el contrario, un trabajo descuidado conduce problemas de salud, que en
muchos casos llevan al abandono prematuro de la práctica profesional. Por lo tanto, recomendamos que en el taller de grabado se usen todos los
dispositivos de bioseguridad, tal como se recomienda en un laboratorio químico; entre tales dispositivos figuran delantales resistentes a los químicos, guantes de hule, mascarillas para polvo y gases inorgánicos y
gafas de seguridad; más aún, si se usan ácidos, deben manipularse en una capilla de extracción de gases y se debe contar con una ducha de
seguridad; también, el taller debe ser un sitio limpio y ordenado para evitar errores y accidentes. Se entiende que en los talleres docentes, los equipos de seguridad personal deben ser de uso individual, lo que implica que no
deben intercambiarse entre estudiantes, con lo cual se evita la transmisión de gérmenes infecciosos.
Número 6/dic. 2009 ISSN: 1794-8614 91
Con esta introducción deseamos despertar el interés en el grabador para
que se identifique con los métodos más seguros, erradicando la sombría historia de nocividad que ha acompañado al grabado tradicional. A la vez,
deseamos compartir una serie de consejos y vivencias que pueden ahorrar tiempo y dinero; por ejemplo, exploramos en el uso de materiales de desecho, como el caso de hierro y aluminio, que pueden emplearse como
matriz para el grabado, dejando de lado materiales nobles y tradicionales, pero más caros, como el cobre; aunque por su maleabilidad este sigue
siendo una de las opciones ideales para el grabado directo, ya sea en punta seca, talla dulce o mesotinta.
Nuevos recursos
Fuentes económicas para láminas metálicas Por tradición, como comentábamos previamente, los metales utilizados con
mayor frecuencia para el grabado son el cobre y el cinc; sin embargo, debido a los costos actuales del primero, resulta muy costoso para el
proceso de aprendizaje, por ejemplo, en las tiendas en línea de artículos para arte, una lámina de cobre de 120x160x1mm, tiene un costo cercano a los $5, lo que resulta relativamente caro; además, en medios comerciales
se vende solo la lámina completa (2000 x 600 mm). No obstante, se puede recurrir a otros materiales más baratos; una opción laudable es trabajar en
láminas de hierro, que aparte de ser muy económicas, su empleo implica una práctica amigable con el ambiente, pues, nos referimos a materiales de desecho, como son las carcasas de computadoras y los sobrantes de las
láminas de hierro empleadas en talleres dedicados a la fabricación de tubos de escape para autos o de muebles metálicos.
A partir de las carcasas de computadoras se puede obtener láminas grandes de hierro, de hasta 39 cm2, además, hay otras más pequeñas provenientes
de las unidades de discos compactos y algunas de estas son de aluminio, con lo cual se obtiene un material lo suficientemente blando, como para
trabajar en talla directa. En cuanto a las carcasas, usualmente están pintadas con un esmalte que se puede eliminar con un removedor de pintura (esta posibilidad hay que manejarla con cuidado, pues se trata de
una sustancia muy tóxica); otra opción es lijar la superficie; obviamente, es ideal eliminar ese esmalte solo de una cara, de manera que ya queda
protegido el anverso de la lámina. Por otra parte, la limpieza y pulido de las láminas, incluyendo las de cobre,
usualmente se realiza con lija para metal, partiendo de un grano grueso y sucesivamente se utilizan lijas de grano más fino, hasta que finalmente se
pule la superficie con una crema pulidora para metales. Sin embargo, este proceso se puede remplazar por uno más tradicional y de fácil acceso, que
consiste en limpiar y pulir la superficie metálica frotándola fuertemente, en mojado, con un trozo de carbón vegetal, idealmente proveniente de una madera dura, como por ejemplo, el roble. Eventualmente se lava la
superficie para ir juzgando el grado de pulido obtenido y finalmente se puede terminar de pulir con una pasta de uso doméstico para limpieza de
metales.
Número 6/dic. 2009 ISSN: 1794-8614 92
Barniz
El barniz usado tradicionalmente tiene una base de asfalto, resina de colofonia y cera de abejas, mezcladas en caliente con un solvente orgánico
fuerte muy volátil e inflamable, como la gasolina blanca o la bencina. Una opción menos contaminante y más segura, se logra sustituyendo el asfalto; en nuestra experiencia, emulando las prácticas de Keith Howard, en su libro
The Contemporary Printmaker, hemos ideado un barniz utilizando cera comercial para pisos, seleccionando las presentaciones en gel o crema, con
base acrílica; asimismo, la cera de abejas de la fórmula tradicional es relativamente cara y cada día más difícil de conseguir, por lo cual la hemos sustituido por crayolas. En nuestra receta, agregamos a la cera para pisos
un 10% por peso de crayola; esto es, por cada 50g de cera para pisos, adicionamos 5g de crayola, que es el peso aproximado de una barrita
delgada. Para lograr una mezcla homogénea, la cera para pisos se calienta en baño María hasta que se funda totalmente y una vez licuada, se le adiciona la crayola, previamente fundida al calor de una llama; la mezcla se
agita cuidadosamente para homogeneizarla e inmediatamente se va adicionando óleo negro o tinta litográfica, hasta conseguir el color negro
opaco requerido; incluso, con una cantidad reducida de pigmento, se puede lograr un grado de transparencia ideal para re-trabajar un aguafuerte.
Una vez que la preparación se enfría a temperatura ambiente, adquiere la consistencia de un gel y puede aplicarse fácilmente a las placas metálicas,
usando un pincel de cerdas suaves; el barniz se distribuye con más facilidad, si previamente la placa se ha calentado. Este barniz seca en unos 30 a 45 minutos (o en menos de 15 minutos expuesto al sol) y brinda una
superficie cerosa, sobre la cual se desplaza sin dificultad la punta metálica empleada para dibujar, dejando una línea nítida; además, una vez quemada
la placa es posible remover el barniz, limpiándolo solo con aceite de cocina. Este barniz funciona bien para quemar las placas mediante electroquímica,
esto es con un mordente; pero, no funciona para electrólisis, pues tiende a desprenderse. Para este último proceso, se debe incorporar a la fórmula el asfalto, aunque, en una proporción muy reducida con respecto a la receta
tradicional; pues recurrimos a la misma receta descrita anteriormente, pero en vez de óleo, le adicionamos de un 10 a un 20% por volumen de asfalto.
Otra opción de un sustituto para el barniz tradicional, es emplear como tal la pintura de témpera, que además, tiene la ventaja de ser hidrosoluble, por
lo cual, una vez quemado el diseño, solo se requiere lavar la placa con agua. Es importante ensayar previamente con diversas marcas comerciales
de tempera, especialmente las diseñadas para escolares; el inconveniente más fuerte que puede presentarse, es que algunas tienen un componente acrílico que da un acabado plastificado, éstas tienden a desprenderse de la
línea de dibujo y son más difíciles de lavar, por lo que no son prácticas. No obstante, otras dan un mejor resultado, como se muestra en la figura 2.
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Figura 2 “Zaguate sobre perra”* 1/9, 2009, Francisco Hernández, aguafuerte y
aguatinta. Se trabajó con una placa de hierro, que se pintó con tempera a manera
de barniz y se quemó con sulfato salino. (*En Costa Rica se le llama “Zaguate” al
perro callejero y “perra” a la carretilla de mano).
En todo caso, es importante ensayar la preparación doméstica de barnices, empleando diferentes productos que brinden protección a la placa metálica y que permitan una línea nítida de dibujo y que una vez “quemada” la
placa, se puedan eliminar con facilidad e idealmente sin recurrir a solventes orgánicos fuertes.
Fuentes de voltaje baratas para electrólisis La fuente de corriente directa ideal, debe suministrar como máximo 6 voltios, con un amperaje regulable entre uno y 10 amperios (A). Sin embargo, esas fuentes suelen ser un tanto costosas, por lo que es posible
recurrir a los transformadores de diversos equipos electrónicos, incluyendo los empleados en teléfonos celulares; desafortunadamente, el amperaje que
maneja este tipo de equipos es muy bajo y suele oscilar entre 200 a 500 miliamperios (0.2 a 0.5 A); no obstante, hay algunos hasta de un amperio e incluso ligeramente mayores.
En todo caso, es factible realizar el grabado electrolítico con una fuente de
menos de un amperio; obviamente, el tiempo requerido para erosionar la placa puede ser de varias horas; por lo cual, se debe hacer una serie de corridas de prueba, para calcular los tiempos requeridos en función del
tamaño de las placas y la profundidad del grabado deseado; además, la mayoría de las experiencias de aprendizaje se realizan en pequeño formato,
para lo cual es útil una fuente de bajo amperaje, en tanto, si se trabaja en formatos grandes y se requiere de un grabado profundo, el ideal es utilizar una fuente que suministre al menos entre 1 y 5 A.
En las fotografías de las figuras 3 y 5 se muestran dos sistemas de
electrólisis que emplean recipientes desechables como bandejas de trabajo. El electrolito empleado en un caso es sulfato de cobre, pues se trabajó con placas de este metal y en vez de placa receptora se recurrió a una trama de
alambre de cobre conectada al electrodo negativo del transformador de un teléfono celular; el grabado de la figura 4 muestra el trabajo realizado con
este dispositivo.
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Figura 3. Sistemas para grabado electrolítico, empleando transformadores de
teléfono celular y placas de cobre. Nótese que el receptor se ha reducido a una
trama de alambres de cobre.
Figura 4. “Menina” 1/7, 2009, Mauricio Rodríguez. Aguafuerte en placa de cobre,
electrólisis.
En el otro caso, se utilizó alumbre (sulfato de aluminio) como electrolito,
pues se trabajó con placas de aluminio y el receptor fue una hoja de papel de aluminio, de los utilizados en la cocina y tiene la ventaja de poder amoldarse fácilmente a la bandeja de trabajo y una vez quemada la placa,
se puede limpiar el papel de aluminio para reutilizarlo; obviamente, los materiales receptores se conectan al electrodo negativo y las placas de
grabado al positivo o ánodo, recordemos que el método también se denomina grabado anódico.
Figura 5. Sistema de grabado electrolítico en placa de aluminio, empleando alumbre
(KAl SO4) como electrolito, en un recipiente tetrabrik y usando papel de aluminio
como receptor. Sobre la mesa hay otra placa de aluminio quemada previamente
con este método.
Mordentes para grabado electroquímico: A. Cloruro férrico (FeCl3): Este se recomienda como mordente para
láminas de cobre. Una de las recetas más simples para prepararlo, parte
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del ácido muriático (químicamente es ácido clorhídrico industrial, HCl, cuya
concentración es ca. 33%); a un litro de este se le adicionan unos 100 a 150 g de clavos pequeños o de lana de hierro de la empleada para limpiar
utensilios de cocina (Fig. 6A); también, podría utilizarse las limaduras de hierro, obtenidas de los talleres industriales donde emplean este metal; entre más delgado y pequeño sea el material de hierro adicionado, más
fácilmente será atacado por el ácido. Debe emplearse un recipiente con tapa de rosca y dejarse en reposo y en un lugar ventilado hasta que todo el
hierro se haya disuelto, lo que ocurre en unos tres días; la solución adquiere una coloración verdosa (Fig. 6B), que corresponde a cloruro ferroso (FeCl2), la cual puede servir como electrolito para electrolisis. Sin
embargo, para electroquímica, es preciso oxidar más el hierro y esto se logra adicionando a la solución un poco de agua oxigenada de 30 o 40
volúmenes (Peróxido de oxígeno, H2O2) que provoca efervescencia y calor, y el producto se torna pardo, lo cual indica que el mordente está listo (Figs. 6C y D).
En la figura 6, se muestra el proceso descrito, y es importante observar los colores de la solución en cada paso, pues nos indican el proceso que ha
ocurrido. Es ideal concentrar la solución por evaporación, dejando que su volumen se reduzca al menos un tercio del original, para que el líquido se
torne más denso y de color pardo intenso; en este punto su densidad es de ca. 42º Baumé, que es lo recomendado para una mayor efectividad. Es preciso tener algunos cuidados en esta preparación, pues se trabaja con
HCl; por ello, debemos utilizar gafas de seguridad y guantes de hule para manejar esta sustancia; también, el frasco donde se coloca el HCl debe ser
plástico y se debe dejar la tapa ligeramente abierta para que escape el gas liberado durante la oxidación del hierro, si se tapara herméticamente, la presión en el interior, aumentada por el gas atrapado, podría lanzar la tapa
o romper el frasco; obviamente, este frasco debe rotularse indicando que es peligroso y debe colocarse en un sitio bien ventilado y aislado, donde no
implique ningún riesgo.
Figura 6: Preparación del cloruro férrico. A) Lana de hierro en un recipiente plástico
con ácido muriático, observe las burbujas señaladas por la flecha. B) El proceso de
oxidación del hierro se ha completado, el líquido ha adquirido una coloración
verdosa. C) Al adicionar agua oxigenada a la solución anterior, se oxida aún más el
hierro y la coloración va cambiando a parda, como se observa en la superficie del
líquido. D. Proceso totalmente finalizado, observe como el color de la solución
cambió a pardo.
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B. Sulfato salino: Como expusimos en detalle en el artículo previo sobre
grabado electroquímico (El artista, Nº 4), este mordente se prepara
disolviendo de 100 a 150g de sulfato de cobre en un litro de agua (solución de color azul) y se le agrega sal de cocina hasta obtener un color verde, que
corresponde al mordente “sulfato salino”, el cual puede emplearse para grabar en láminas de hierro, cinc o aluminio. Sin embargo, en nuestra experiencia también puede atacar el bronce e incluso el cobre, en este
último la reacción es muy lenta, pero produce unas líneas muy delicadas, por lo que podría utilizarse como un segundo mordente, para realizar
detalles delicados en un aguafuerte, previamente “quemada” ya sea con cloruro férrico o mediante electrólisis. En el caso de láminas de bronce la “mordida” es delicada, no obstante,
permite trabajar tanto en aguafuerte como en aguatinta, como se muestra en el grabado de la figura 7.
Figura 7: “Tres perros de la calle y una perra de avenida” P/E 2009, Francisco
Hernández. Grabado en placa de bronce quemada con mordente de sulfato salino.
En el cuadro 1 se hace un resumen escueto de las sustancias y acciones
para la preparación de los mordentes, para grabado electroquímico, para trabajar en placas de cobre, hierro o aluminio. Recordemos que para grabado electrolítico, se utiliza como electrolito una solución de una sal que
contenga iones del metal a grabar; así, empleamos sulfato de cobre, cloruro de hierro y alumbre para placas de cobre, hierro y aluminio,
respectivamente. Cuadro 1
Preparación de mordentes para grabado electroquímico*
Procedimiento Sulfato salino Cloruro férrico Primer paso
Disuelva de 100 a 150g de sulfato de cobre en un litro de agua (se
forma una solución azul).
Disuelva unos 100 a 150g de hierro (clavos pequeños, limaduras o lana de hierro) en un litro de ácido muriático
(HCl), tarda unos 3 días y forma una solución verde.
Segundo paso
Adicione sal de cocina hasta que la solución tome un color verde.
Adicione agua oxigenada de 30 a 40 volúmenes (H2O2) hasta obtener una coloración parda.
Utilización Sirve para quemar placas de: Sirve para quemar placas de: Cobre.
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Hierro, aluminio y cinc. En menor
grado para bronce y cobre
* Ver el texto para detalles y cuidados de seguridad
Tinta y solventes más amigables Siguiendo con la meta de hacer del grabado una práctica cada vez más
inocua, es importante erradicar al máximo el uso de solventes orgánicos fuertes y en el adelgazamiento y preparación de las tintas, es posible
sustituir el varsol, el espíritu mineral o el aceite de linaza, por vaselina de uso cosmético o manteca y aceite vegetal, de los utilizados para cocinar, que además, disminuyen el tac de la tinta (resistencia al traslado de una
superficie a otra).
La tinta comercial para litografía Offset es de excelente calidad e ideal para ser modificada para su uso en las técnicas de grabado. Para modificar su consistencia se puede adicionar pintura al óleo, que le agrega solvente de
linaza, textura y matiz; además, la adición de carbonato de calcio o talco simple, aumentan el volumen, cuerpo y carácter de la tinta impresa; en
tanto, la manteca vegetal reduce el tac de la tinta, haciendo más fácil su limpieza y mejora su traslado de la plancha al papel.
La limpieza de los implementos utilizados, incluyendo el barniz a base de cera para pisos y las superficies de trabajo donde se preparó la tinta e
incluso las manos, se puede realizar con aceite vegetal, restregando con trapos de algodón o papel periódico; que aunque resulta un proceso un
poco más lento que si se emplea varsol u otro solvente orgánico, evita el uso de estas sustancias y reduce los niveles de contaminación perjudiciales para la salud. Sin embargo, los solventes orgánicos se recomiendan para
una limpieza profunda, en caso de que quiera imprimir la misma placa con un color más claro o para eliminar residuos de tinta cuando se va a guardar,
para lo cual se recomienda proteger la placa con una capa de parafina, para evitar rayones.
Tipo de papel empleado en grabado en metal El papel tradicional se compone de fibras de celulosa obtenidas
principalmente de trapos de algodón y en menor medida de trapos de lino; formados en pliegos de alto gramaje (gramaje = g/m2), con la adición de
apresto de gelatina y alumbre (sulfato de aluminio) para asegurar su resistencia al agua. En la fabricación industrial se les añade materiales como pulpa de madera, caolín o yeso, para obtener las cualidades y
características de los diferentes tipos de papel comercial.
El sulfato de aluminio adicionado al apresto, es el responsable de su acidificación posterior, pues reacciona con impurezas del ambiente (iones hidrónio), formando ácido sulfúrico, que deteriora la celulosa y oxida las
trazas metálicas que pudieron quedar atrapadas entre las fibras, durante la fabricación del papel, lo que produce manchas, como las de color naranja
debidas al óxido de hierro. Por lo tanto, es ideal que el papel dedicado a obras artísticas, tenga una reserva alcalina, lo que se logra con la adición de carbonato de calcio; siendo preferible que el pH del papel sea superior a
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8.5, para que neutralice la eventual formación de ácido y que siempre se
mantenga ligeramente alcalino o neutro (Recordemos que la escala de pH va de 0 a 14, con un punto medio de 7, que corresponde a la neutralidad y
hacia debajo de este valor se califica como ácido y hacia arriba como alcalino).
El papel que se emplea en grabado en metal debe ser de un gramaje alto, preferiblemente ca. 200, sin importar la textura que pueda presentar,
porque el papel debe humedecerse antes del proceso de impresión, que se realiza mediante la presión ejercida por el tórculo o prensa de grabado; esa presión elimina cualquier efecto negativo debido al calandrado del papel.
Hay papeles comerciales de grabado que tienen un rendimiento intermedio, ya que se componen principalmente de pulpas industriales de madera, con
un pequeño porcentaje de fibras de trapo de algodón. Las fibras de madera, comparadas con las de algodón, son muy cortas,
pues no superan los 3mm de longitud; por lo que estos papeles tienden a “quebrarse” con facilidad al manipular los pliegos, y durante la impresión no
logran extraer la tinta de las líneas profundas de un huecograbado, por lo que pueden quedar como zonas blancas no deseadas. En el mercado
internacional hay papeles alcalinos que son totalmente fabricados con fibras de trapo de algodón; pero, en general, resultan relativamente caros. Sin embargo, para fines docentes se puede recurrir a papeles comerciales, de
bajo costo y de rendimiento intermedio.
Acondicionamiento del papel Como mencionamos previamente, el papel debe humedecerse antes del proceso de impresión y esto se convierte en otro de los problemas que
enfrentamos en el taller de grabado, pues, tradicionalmente se humedece en bandejas abiertas, no libres de contaminantes y por períodos muy
cortos; desaprovechando las cualidades mecánicas del papel y aumentando la pérdida de pliegos por suciedad. Si conocemos la razón del porqué el
papel debe humedecerse y cómo influye en este proceso el apresto y el gramaje, podemos mejorar el rendimiento del soporte.
El papel debe estar humedecido para que se ablande, flexibilice y elimine algo del apresto, para hacerlo más receptivo a la tinta y que se adapte más
fácilmente al bajorrelieve del huecograbado. Al estar húmedo el papel, se favorece la absorción de la tinta, ya que cuando es sometido a la presión ejercida por el tórculo, se desplaza el agua al paso del rodillo; pero, a
medida que este se mueve a otra zona, el agua retorna, causando un efecto de succión por vacío, lo que facilita la absorción de la tinta.
La humedad ideal se logra sumergiendo los papeles en una bandeja con agua por espacio de unas dos horas, para luego escurrirlo y guardarlo
húmedo en una bolsa plástica, cerrada y colocada en una superficie plana con un peso encima, como un libro, durante unas ocho horas; esto asegura
que la humedad se distribuya homogéneamente en todas las hojas de papel. La bolsa plástica constituye una “trampa o cámara húmeda” y mejora el rendimiento del papel a la hora de imprimir.
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Para saber si el proceso de humectación debe ser largo o corto según el papel de que dispongamos, se estila hacer una prueba que consiste en
verter una gota de tinta china sobre una muestra del papel y medir el tiempo y grado de expansión de la mancha formada. El grado de expansión es inversamente proporcional a la cantidad de apresto; por ende, cuanto
menos se expanda la mancha de tinta, mayor debe ser el tiempo de inmersión en la bandeja. Finalmente, la definición del tiempo de
humectación dependerá del criterio y experiencia del grabador. Como cualquier otro material orgánico y con humedad, el papel es sensible
a la luz, al aire y sobre todo, al ataque de hongos y otros microorganismos ambientales, que lo deterioran y el primer síntoma es la aparición de
manchas; usualmente el contaminante más común son los hongos de los géneros Penicillium y Aspergillus, que se evidencian por la aparición de manchas verdes o negruzcas, respectivamente; en tanto, las manchas rojas
suelen deberse a la bacteria Serratia marcescens, que en la Edad Media se atribuyó a los “milagros” debidos a supuestas manchas de sangre que
aparecían en distintos materiales.
Para evitar el crecimiento microbiano en los papeles humedecidos que no fueron utilizados, se deben secar nuevamente y la mejor manera es colocarlos entre hojas de papel secante o periódico no impreso y esperar al
menos un par de días; para garantizar que durante el secado no queden arrugas o deformaciones se recomienda ponerles un peso encima; otra
opción para su secado es colgarlos a manera de ropa tendida. Por el contrario, si olvidó secar los papeles y observa las manchas de hongos, descártelos sin abrir la bolsa, así evitará la diseminación de esporas en el
taller o área de trabajo.
Conclusión El grabado en metal, siguiendo las tendencias no tóxicas, se despoja de los prejuicios de insalubre que le han acompañado siempre y le convierte en
una forma de expresión muy amplia y de una nueva estética. Así, el artista puede convertir un rincón de su taller en un laboratorio de experimentación, abierto a su creatividad, donde los límites son impuestos solo por su propia
imaginación; lo que le permite echar mano al reciclaje y reutilización de materiales de desecho y recurrir a sustancias más inocuas y relativamente
comunes, como las que encontramos en los estantes de un supermercado, y con ellas preparar mordentes, barnices, modificar las tintas y lo más importante, sin correr riesgos que pongan en entredicho su salud.
Sin embargo, parafraseando el poema que sirve de epígrafe para este texto,
por un pequeño detalle, que podemos ignorar, por considerarlo sin importancia, podemos dar al traste con todo un proceso creativo. Por ello, es importante apegarse a los procedimientos y en nuestra experimentación
siempre anotar todos los pasos o modificaciones que hagamos; si estamos conscientes de lo que hacemos, hasta podríamos interpretar
satisfactoriamente esos afortunados deslices que a veces ocurren y que son
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la diferencia entre la rutina y los grandes descubrimientos, como ocurre en
las ciencias, donde se le califica como serindipia.
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Francisco Hernández-Chavarría franciscohernandezch@gmail.com
Por más de 30 años ha sido profesor de la Universidad de Costa Rica en
Microbiología y Microscopia Electrónica y ha publicado más de 200 artículos
científicos, con un énfasis principal en epidemiología y ultraestructura de agentes
infecciosos.
Se jubiló en el 2006 y actualmente es profesor ah honorem en la Facultad de
Microbiología, estudiante de Licenciatura en Artes Plásticas e investigador
colaborador en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica, en
proyectos de papel hecho a mano con fines artísticos y en la cátedra de grabado de
dicha Escuela.
Judith Cambronero-Bonilla yula@costarricense.cr Nació en 1976, en Alajuela, Costa Rica. Obtuvo el bachillerato en Artes Plásticas
con énfasis en grabado en 2004, y en 2009 el bachillerato en historia del arte.
Actualmente está finalizando la Maestría Académica en Artes y es profesora en la
Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica de grabado en metal e
historia del arte.
Alberto Murillo Herrera albertomur@gmail.com
Nació en 1960, en San José, Costa Rica. Obtuvo el bachillerato en Artes Plásticas,
en la Universidad de Costa Rica, en 1989 y obtuvo la Maestría en Bellas Artes, con
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énfasis en Grabado, de la Universidad de Iowa, EEUU, becado por el programa
Fulbright-LASTAU, en 1995. Actualmente es director de la Escuela de Artes
Plásticas de la Universidad de Costa Rica y se desempeña como profesor de la
cátedra de grabado, en los cursos de Xilografía, Grabado en Metal, Litografia
Artística y Papel hecho a mano. Obtuvo el Gran premio y medalla Goya de Oro, en
la “X Bienal Iberoamericana de Arte, organizada por el Instituto Cultural Domecq, el
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, e Instituto Nacional de Bellas Artes,
México, 1996. Fue galardonado con el Premio Nacional de Cultura “Aquileo J
Echeverría” en Grabado, 1999, otorgado por el Ministerio de Juventud Cultura y
Deportes, Costa Rica, 2000. Como grabador ha realizado múltiples exposiciones
individuales y colectivas, exponiendo su obra en las diversas disciplinas de la
estampa artística, siguiendo los métodos tradicionales y más recientemente,
impulsando las nuevas tendencias de grabado sin ácido, en la Universidad de Costa
Rica.
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A technical dictionary of printmaking, André Béguin.
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The Edinburgh EtchThe Edinburgh Etch: A Breakthrough in Non-toxic Mordants(copied from Keith Howard's book "Non-toxic intaglio Printmaking")The Edinburgh Etch made its official debut in Printmaking Today Vol.6, No.3. in1997. My friend Friedhard Kiekeben, artist and researcher at the EdinburghPrintmakers Workshop and inventor of the Edinburgh Etch, has kindly provided thefollowing updated information.
The New Etching ChemistryIn the acrylic resist etching system metal plates are etched in solutions based on ferricchloride. This mordant which is a saturated solution of corrosive salt crystals has,over the centuries, been valued by etchers as the most accurately biting andcontrollable acid.From a modern perspective it commends itself also because it gives off no toxicvapours, neither by itself nor during etching, causes little hazard during occasionalskin contact, and cannot lead to violent reactions if it is accidentally spilled. The list ofbenefits almost looks too good to be true. But if etching with ferric gives the betteretch and is so much safer than other methods why is it then that it has not always beenused as the prevalent mordant in etching?The answer simply lies in the speed and ease of biting. The way ferric was used in thepast meant that etches of a reasonable depth, as are typically required in the intagliomedium, took a very long time to accomplish, and the methods employed often werecumbersome and inefficient.
However a number of ground-breaking innovations in working with ferric have nowbecome available to intaglio printmaking which dramatically enhance the propertiesand the biting speed of this safe mordant; some of these have long been in practice inindustry while others have resulted from my research into innovative mordants at theEPW. Due to technical limitations the use of ferric chloride has in the past beenmainly restricted to etching copper plates. With the introduction of the Edinburgh etchmethod, ferric based mordants are now capable of eroding any kind of metal platesuitable for intagho printmaking. These encompass not only the most common metals copper zinc, and mild steel, but also aluminum and brass. In many cases thestraightforward tray-etching method known from other acids suffices, while it isfeasible for larger professional workshops to also provide so-called dip-tank facilitiesthat can further enhance the biting process on copper and steel plates.
The problems traditionally associated with ferric chloride are to do with its peculiarbiting chemistry: when metal plates are etched in ferric chloride normally a sedimentis gradually building up inside the bitten intagho areas. If these crystalline residues are
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not continually removed by some means they eventually clog up the newly formedgrooves and prevent the plate from etching any further. One way of avoiding thisproblem is by etching the plates in so-called dip-tanks - a reliable technology from theelectronics industry which has first been introduced to printmaking by theCanadian/Australian Keith Howard.The plates are inserted vertically in the corrosive solution so that any sedimentparticles can drop out of the etched grooves and sink to the bottom of the tank. Adip-tank should be equipped with an aeration facility which continually pumps airdown to the bottom of the tank. This device agitates the ferric and makes itcontinually flow past the plate surface. Also the dip tank can be heated by simplemeans to accelerate the etch further. Especially copper plates can be etched withunrivaled speed and quality by using a tailored Edinburgh etch solution and dip-tanktechnology. Dip-tanks are also advisable for biting steel, but should not be employedfor the more reactive zinc and aluminum which are always etched in trays.
The corrosive properties of ferric become apparent with a brief look at its chemicalmake up. A ferric molecule consists of one atom of iron which has three atoms ofchlorine locked onto it. The bridge between iron and chlorine, which creates thechemical adhesion of the molecule, is made up of two electrons (negatively chargedparticles) for each chlorine atom. However, since the iron atom has to have eightelectrons to be in a stable condition, but has only six in ferric chloride, it tends toattract atoms it comes in contact with, such as atoms of other metals, and reacts withthem to gain the missing two electrons. A substance of this kind is not strictlyspeaking regarded as acid, but due to its similar corrosive properties is referred to as aLewis acid by chemists.
Ferric Chloride - An Essential Ingredient for EtchingFerric chloride is available from most chemical suppliers either as yellow granules oras a saturated solution, both of which are fairly inexpensive, especially if bought inlarger quantities. If at all possible the ready made solution should be used, which forits industrial use comes in 25L or even larger containers at about 42 to 45 BE (Baume)density. The density/weight of ferric can be measured by immersing a so calledhydrometer in the solution. The Baume scale of describing the specific weight ofliquids is not entirely accurate, and sometimes other specifications are given bymanufacturers. The strength of the ferric solution can also be described as apercentage, in which case say 40% ferric chloride (or 40% FeCl3) simply denotes aratio of 40% ferric crystals to 60% water. I find that 40% FeCl3 about equals a 42-45Baume density.
Industry grade ferric solutions may also come under the name of P-grade ferricchloride. When ordering ferric I always found it easiest simply to ask for a saturated,ferric chloride solution without referring too much to density scales that the supplierswere unsure about. Remember that liquid ferric is a heavy solution of ferric chloridesalt crystals in water, which could not go beyond a certain strength (i.e. 45 Baume)unless the crystals solidified. It is easy to dilute a strong solution with water to obtaina weaker strength, but impracticable to strengthen a ferric solution which is too weak
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for a good etch from the outset. Even though ferric chloride is fairly safe to use, eyeprotection and gloves must be worn when handling it. The saturated ferric solution ofabout 42-45 Baume is an ideal base ingredient for making up the various mordantneeded in the etching workshop, and only in exceptional circumstances (i.e. verydelicate etched photo-polymer work) would it be useful to obtain the (much moreexpensive) purer but weaker laboratory grade ferric, which tree actually etches lesswell than the impure industrial grade. Due to the variable strength of saturated ferricchloride certain adjustments to the mordant recipes given here may have to be made.If say a mix of one part ferric to three parts water does not etch as described in therecipe reduce or increase the water content until the strength matches that of therecipe. Inevitably this, as will fine tuning other variables, entails someexperimentation, but finding a few things out for oneself is always half the fun ofprintmaking!
Making up Ferric from GranulesIf only the granules (or powdered form) are available these should be handled verycarefully as they are very corrosive and need some preparation before they can be usedfor etching. The crystals should be kept in sealed plastic containers to prevent anyabsorption of moisture from the surrounding atmosphere.The etch solution is made up by dissolving about one part of ferric crystals in abouttwo parts of warm water at approximately 40 degrees centigrade. If citric acid is alsoto be an ingredient of the mordant, this can be added to the ferric crystals at this stage.Once this mixture has gradually been added into the water content sufficient heat willbe generated to aid the dissolution of both. The exothermic reaction may also generatesome acidic gases, so adequate ventilation and protection are strongly recommended.
WARNING:Etching Different Metal PlatesIt is absolutely essential that different kinds of metal are always etched in differentetching facilities, such as in separate tanks or trays. If a metal plate is accidentallyplaced in the wrong tank or tray this causes electrolytic processes, contaminates theferric solution, and in the case of a zinc or aluminum plate put in a dip tank can evenlead to violent chemical reactions.
Useful Tip: Taking the Sting Out of the Edinburgh EtchBefore a fresh etch solution is used, the initial sting should be taken off to preventuncontrolled biting. This can either be done by inserting a blank piece of the kind ofmetal that is to be etched in the bath and waiting until that has completely beendissolved, or by adding a small amount of exhausted mordant to the fresh mix.
Discovery of the Edinburgh EtchMy aim in developing the new Edinburgh etch mordants was to harness the erodingpower of ferric chloride fully. Artists in the past mainly resorted to mechanicaldevices enabling them to eliminate the sedimentation problem associated with theferric bite. In its traditional form this meant etching plates in trays facing down, whilerocking the bath continually - this method produced reasonable results on copper
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plates, but a good etch could take many hours to accomplish. Due to its generousfilling with mordant and vigorous agitation a dip-tank represents the best facility forthe mechanical removal of the crystalline sediments that ferric chloride generates as itetches metal.
In the course of my research I approached the problem from a new angle, searchingfor additives to ferric chloride which might be able to dissolve the sediment as it isproduced. Already there was some evidence of this possibility: the known etchenhancing effect of a salt solution added to a ferric solution. This can be explainedchemically: a ferric chloride solution consists of dissolved crystals; the dissolutionprocess creates a weak bond between the ferric molecules and water known as the stateof hydrolysis. This bond reduces the ability of the ferric to fill its electron gap bysnatching metal ions out of the plate to be etched.If other crystalline substances such as sodium chloride are added to the solution theferric may be activated -the hydrolysis bond with water is now partly taken over bythis other substance, so that more ferric chloride molecules are free to bond withmetal.
After experimenting with a variety of possible substances I stumbled across a new kindof non-toxic additive normally more associated with food rather than etching - citricacid. It turned out that a citric acid solution mixed at a certain ratio with a ferricchloride solution not only speeds up the bite of ferric (by freeing the ferric atomsfrom their weakening bond with water) but produces an entirely new kind of mordantwith outstanding biting properties. Different kinds of metal require a different mix ofthis mordant now known as the Edinburgh etch. On zinc, copper, brass, and mild steelI found the unique property of the Edinburgh etch to be consistent throughout: theetch process takes place with the utmost precision. and without the build-up ofsediment typically associated with unmodified ferric chloride. In chemical terms this isdue to the fact that the individual molecules of the metal salts produced during bitingare locked into the clamp-like carbon structure of the citric acid thus keeping themdissolved. They are no longer allowed to solidify as crystals which would impedebiting and result in a coarser etch. So the main obstacle usually encountered withferric chloride is literally being dissolved by the new mordant.
The crucial ingredient of the Edinburgh etch, citric acid, is widely available fromlarger chemical suppliers and suppliers to the food industry. Citric acid is a white powder which ordinarily finds its way into cakes or fizzy lemonade rather than into anacid bath. It should be obtained as anhydrous citric acid powder, and in terms ofhandling and storage it is about as non-toxic as any chemical could possibly be. Dohowever wear a dust mask and goggles when dispensing the fine powder.
Etching Zinc PlatesThe erosion of zinc plates is hugely improved by the addition of citric acid to ferricchloride.While unmodified ferric chloride typically produces nothing but a verycoarse line the etched work obtained in the Edinburgh etch for zinc is nearly asaccurate as the razor sharp intaglio grooves otherwise only known from copper plates.Typical biting times are as fast as those with nitric acid. As opposed to the nitric bite
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there is less chance of lateral or foul biting and no craters are formed by toxic bubblesthat require constant feathering. The chemical reaction between ferric chloride andzinc is self-perpetuating, which makes it more vigorous than with copper and steel.For this reason the emphasis in etching this metal does not lie in activating andaccelerating the etch but in moderating and controlling it.
WARNING: Etching Zinc PlatesFull strength ferric should not be used with zinc plates as the ferric eats into the metaltoo quickly and coarsely. In fact zinc plates with large open areas left unattended infull strength ferric can actually overheat and trigger an uncontrolled chemical reactionwhich destroys fine detail on the plate.
Edinburgh Etch for ZincThe chemistry of biting the impure metal zinc in ferric or in the Edinburgh etchdiffers substantially from the one of biting copper and steel. As opposed to thesemetals zinc does give off some gas during biting, namely hydrogen gas. Despite its somewhat explosive reputation the hydrogen gas produced is easy to control, and doesnot provide any hazard as long as it is not artificially concentrated, for instance bytrapping it under a lid while large quantities of metal are being etched. Theatmosphere in a room would have to exceed a concentration of about 5% purehydrogen to become flammable (*US HHMI safety sheet p2) - this is unlikely in awell ventilated environment.
To those who are used to biting with the previously used nitric acid hydrogen gas is nostranger, as half the fumes produced in that case are made up of harmless hydrogengas as well; the other half consists of the odourless but highly ("toxic"??) nitrogen +nitrous gases dan which linger above the mordant and add to the danger of biting withnitric. Hydrogen gas which, as a matter of interest also is the most basic element in thematerial world has, by contrast, no toxic effect on the human body (it is classified aspractically non-toxic by the US health and safety authority*), and quickly disperses inthe atmosphere. For this reason it is best to ensure a good airflow during biting byopening windows adjacent to the ferric bath or by using ventilation if available.
The Edinburgh etch for zinc is ideal for those etchers to whose work the creativepossibilities of the fairly inexpensive but versatile metal zinc are indispensable. Thefollowing mix produces a fast yet very controlled bite on zinc without a crystallinedeposit or sediment building up in the bitten work. Plates should be bitten face up anddo not require agitation. In fact agitated plates, or plates rinsed for inspection toofrequently may turn out less well than those left to erode to the required depth bythemselves. For this reason it is advisable to determine typical biting times on a smalltest piece before more ambitious plates are etched. The lacking need for agitation orfeathering in this process is explained by the self-dispersing properties of theextremely light hydrogen bubbles. (In a nitric bite by contrast it is the weight of thetoxic nitrogen dioxide bubbles produced which accounts for foul biting and the needfor feathering.)
The mordant is suitable both for fine and delicate work as well as for deeply bitten
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work on any acrylic etch ground. Especially the deep etch, which can beaccomplished with surprising speed, reveals the astounding accuracy of this mordant asit penetrates the metal along the edges of the acid resistant marks without - lateralbiting. At room temperature (20 C) fine line work on a hard ground etches within amatter of a minute or two, while a medium deep groove is eroded in 10 to 15 minutesand deeply embossed intaglio 3 work (of 0,5 mm depth or more) comes about in 40 to60 minutes. As with all etching these figures are merely benchmarks and are likely tobe iniluenced by variables of your etching set up.
In a busy print workshop such as the EPW the mordant once made up in a large trayand used daily, consistently etches zinc plates for up to 10 - 14 days before it needsreplacing. The tray should be covered at night to minimise evaporation.
The Edinburgh etch indicates the end of its usable life by acquiring a less liquidconsistency while turning a es dark brown. Depending on the specific ingredients erused, the Edinburgh etch may in some cases leave a er loose, thin layer of greypowder on open areas; this does, however, not impede biting and comes off when anthe plate is rinsed.
Use the mixture below as a standard multi-purpose a mordant for zinc.
Regular Edinburgh Etch for Zinc1 Litre saturated ferric chloride solution
(40%)
+ 500g citric acid powder (can be reduced to 300g)
+7 Litres
tap water (See Local WaterVariations.)
Amounts can be adapted given that the general ratio is retained. Say, if you only needhalf this quantity add 0.5 liter of ferric to 250g citric to 3.5 litres of water.
Some acrylics have shown a tendency to be undercut by an Edinburgh etch with a highcitric acid content. If you encounter such problems choose a lower concentration ofcitric (i.e. 300g).
Other Materials:1. Acid resistant tray placed in designated well ventilated area (photo tray suffices forshorter use)2. Goggles/visor3. Acid resistant gloves.
Fill a bucket with 2 Litres of hot water Gradually add the citric acid powder contentwhile stirring continually. Once this has fully dissolved pour the liquid into the tray.Add the remaining water content (5 liters; now use cold water). Gradually pour in theferric solution while gently rocking the tray, until you have produced a uniform
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orange-coloured liquid. After taking the sting off the bath of Edinburgh etch for zincit is ready for use. Once a plate is immersed, biting in progress is indicated byhydrogen rising in discreet bubbles. The mordant is transparent so it allows you toassess the bitten depth while the plate is submerged.
Tip and Trouble ShootingIf you do not see bubbles forming after several minutes in, say, a drawn line you mayhave to redraw the line to expose the metal; grease sitting on the plate surface mayalso impede biting.
Note: Local Water VariationsPlease note that all formulations of the Edinburgh etch given here have beendeveloped and tested using the soft Scottish water supplies. In areas with hard water,i.e. with water that is more alkaline and contains lime, certain precautions must betaken to ensure consistent results. Otherwise the non- sedimenting effect of the citricacid may be weakened, as it is known to absorb lime. If your water supply is hardeither soften the water by boiling before using it in mordant mixes or increase thecitric content to your requirements.
Edinburgh Etch for Zinc in Special ConditionsAquatintAquatinted areas on zinc plates etch very quickly in the regular Edinburgh etch. Thelarge amount of metal exposed accelerates the biting action so that a dot structure,deep enough to print a rich black tone, can already result from an etch not longer than8 minutes or so. Consequently, the whole spectrum of grey tones lies within thisspectrum: Light grey tones are already etched into the plate within seconds, while thesuccessive medium greys are a matter of a few minutes. Owing to its speed, thisprocess requires some experience from test plates for perfect and predictable results.Especially the blacks are easily over bitten, as some undercutting of the aquatint maystart after a 10 minute immersion.
Weak Edinburgh Etch for ZincIf you do a lot of work with fine aquatint or other delicate etch grounds you mayconsider setting up a tray of weak Edinburgh etch for zinc alongside the regular one.The less vigorous biting action of this solution allows for finely stepped aquatintgradations (or indeed of other very delicate grounds) to be etched over a longer timespan without much risk of over biting. A typical aquatint scale from light grey toblack would be spaced out over a period of up to one hour.
Mixing Edinburgh Etch for ZincI Litre saturated ferric chloride
solution (40%)+ 300g citric acid powder+ 14 Litres tap water
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Make up solution as before.
Strong Edinburgh Etch for ZincThis extremely fast acting solution is an ideal mordant for the cleanest possible open-and deep etch. The heat generating reaction must be carefully monitored, and due tothe high temperatures involved acidic fumes may be generated by evaporation. Forthis reason its use is only rycommended under controlled conditions, i.e. in aventilated booth and with an inorganic respirator and goggles. A deep bite, which willbe an exact intagho reproduction of the acrylic resist marks applied to the plate surfacewill, on a l mm / 18 gauge zinc plate, be etched within 10 minutes or less. Even thefinest detail, which may eventually lift during long immersions in weaker solutions, isretained by this short burst method.
Mixing Strong Edinburgh Etch for Zinc1 Litre saturated ferric chloride
solution (40%)+500g citric acid powder+ 3 Litres tap water
Make up solution as before.
Irregular Etch on ZincZinc plates can also be etched in an unmodified ferric solution. This provides aninteresting alternative to the clean bite of the Edinburgh etch as the coarser etch offerric produces jagged lines and textures which make interesting pictorial tools.However, a deposit of zinc oxide crystals will build up in the bitten work. Plates thenrequire a certain degree of scrubbing to reveal the full extent of the etched intaglio andwith increasing length of biting the etch becomes more and more irregular. The plateshould be frequently agitated during etching and it should be taken out of the tray,rinsed and inspected at regular intervals. For a good, coarse biting solution follow thebasic recipe of the Edinburgh etch for zinc, but cut out the citric acid content.
Edinburgh Etch for CopperIntaglio work carried out with acrylic grounds on copper plates and etched in anEdinburgh etch is of the best possible quality: Lines, textures, and open areas are cutinto the metal as with a razor blade, and even the finest detail registers accurately onthe bitten plate which in turn can produce the crispest possible intagho print.
Copper is a less reactive metal than zinc. If a ferric based etch solution fortified withcitric acid is used plates can now be etched face up in a tray. The Edinburgh etcherodes copper about twice as fast as pure ferric, and the hindrance of sedimentationdoes not occur. The very controlled etch process, which neither involves thegeneration of heat nor of hydrogen bubbles, is somewhat slower than the one of zinc,and a fairly concentrated solution is normally used. The tray method can safely be
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employed even in an artist's studio lacking ventilation if basic precautions such as theuse of goggles and gloves are followed. Frequent rocking of the tray is not crucial tothe quality of the bitten intaglio, but can speed up the biting action. If thenon-sedimenting properties of the Edinburgh etch are combined with a dip-tank set upin which agitation takes place automatically, very speedy biting times can also beobtained for copper plates. For instance a black aquatint, a crisp line, or a welldeveloped open bite ridge are already sufficiently etched at about 20°C after a 30 - 40minute immersion in a dip tank aerated with an aquarium pump. The Edinburgh etchmixture given below is a universal mordant both to be used in flat trays or uprighttanks.
If no citric acid is available a saturated ferric chloride solution can also be used, butthe etch will be slower and somewhat less precise. The mixture is based on the overallratio of;
4/5 saturated ferric chloride solution (40%)
+ 1/5
citric acid solution, which consists of 3/4 tap water
+1/4 citric acid powder (anhydrous)
In actual quantities this works out, for example at:
6 Litres saturated ferric chloride solution (40%)
+1.2 Litres tap water
+400ml citric acid powder (by volume) which equals 400g powder
Mixing: Edinburgh Etch for CopperFill a bucket with 1.2 litre of hot water. Gradually add the citric acid powder contentwhile stirring continually. Once this has fully dissolved, gradually pour this into theferric solution and keep stirring until you have produced a uniform liquid. Pour thisinto the etching tank or tray and take the sting off ; the bath of Edinburgh etch forcopper is now ready for use. Try to maintain a reasonable temperature in your etchingfacility for copper. Good results are ensured at 18 to 20°C, but higher temperatures ofup to 30°C can further improve biting times as well as the overall responsiveness ofthe mordant. This mordant is exceptionally long lasting; a tank filling used daily at theEPW, occasionally topped up to compensate for evaporation loss, has been known toremain active for up to one year without a significant drop in its biting properties.When eventually the mordant acquires a deep olive colour it becomes less active and isthen ready for replacement and disposal.
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Tip: EvaporationWhen not in use, Edinburgh etch solutions used in trays should be either poured backinto plastic containers or covered with a lid to prevent evaporation.
Self-Texturing Etch on CopperPreviously etched copper plates were never known to display anything but a smoothsurface in the eroded areas. The research into the Edinburgh etch has also yielded amordant which can bring out a self-texturing tonal quality in copper, which is similarto a very fine aquatint. Tonal ranges or black tones can be produced simply bystep-etching open areas of a plate in successive stages, while no added aquatint has tobe applied. The dot structure appears in all intaglio areas, thus enhancing the inkretention of the plate and the richness of the resulting print. This mordant, whichcontains twice as much citric acid than the standard recipe, works best in an aerateddip tank.
Self Texturing Edinburgh Etch Mixture for Copper PlatesMix 60% ferric chloride solution (40%) with 40% citric acid solution, consisting of;1/3 citric acid powder, mixed with 2/3 tap water.
Edinburgh Etch for SteelMild steel etches best in the following Edinburgh etch in a well aerated dip-tank. Trayetching of steel plates in ferric chloride or the tailored Edinburgh etch is onlysatisfactory if the bath is kept warm and frequently agitated. The process using theEdinburgh etch brings out a self-texturing property in steel, which causes open areasof the plate to acquire an aquatint-like roughness. Open bite, if etched for longenough, has the typical key on the surface of the bitten area that is so desirable fordense intaglio printing. The process using unmodified ferric etches about 50% slowerand open areas appear less textured. The Edinburgh etch also remains usable for muchlonger (for about 6 months in a dip tank) and, unlike ferric, it stays active even attemperatures below 18°C. Both mordants benefit hugely from a temperature raised upto 30°C.
Mixing: Edinburgh Etch for Steel
8 Litres saturated ferric chloride solution(40%)
+ 3 Litres tap water
+ 500 ml
citric acid powder (by volume) which equals 500 g powder
Mix ingredients as described for Edinburgh etch for copper.
Other MetalsOccasionally two other kinds of metal may be employed for etching purposes namely
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brass and aluminum. With respect to the quality of the bitten intaglio these materialsare not a great extension of the possibilities provided by copper, zinc, and steel, but ifetching is regarded as a sculptural as much as an illusionistic medium it is certainlyworth experimenting with the fairly inexpensive silvery-grey aluminum and the goldcoloured and fittingly costly brass.
Aluminum, which like zinc reacts vigorously with saturated ferric, etches well in traysof a medium dilute ferric chloride solution - normally one part saturated ferricchloride solution is mixed with 3 to 4 parts water. A small amount of citric acid canbe added to this, but the non-sedimenting property is in this instance weaker than withother metals. The mordant exhausts itself quickly after a fairly vigorous bitingreaction which once again involves the emission of hydrogen bubbles, and thegeneration of a certain degree of heat. Despite its fizzing nature the process remainscontrolled at this solution strength, and an open bite is etched within 40 minutes to 11/2 hours (note that the process accelerates with time). Aluminum plates alwaysrequire thorough scrubbing with a stiff brush after etching to free the bitten intagliostructure from crystalline residues.
Due to its softness aluminum lends itself to mechanical work (i.e. drypoint etc.) but isless suitable for editioning as it is not resistant to the pressure involved in repeatedprinting. Brass by contrast, which is a very hard alloy of zinc and copper, can beetched in similar conditions as copper (see Edinburgh etch for copper) and is a very serviceable material for intaglio printing. It combines the graceful delicacy of copperintaglio with the robustness of etched steel - like steel its open surfaces also display aself texturing effect and plates do not due to their hardness, suffer from wear in largeeditions. However, due to the fact that it is more than twice as expensive as copper itsuse seems more justified when the plate is used not only for its printing properties, butalso as an object in its own right.
Friedhard Kiekeben will publish a full account of his new research in the manualProgressive Printmaking to he published in 1998 by;Estamp204 St. Albans Ave.London W4 5JUUKThis comprehensive guide will also include the ground-breaking research into waterbased screen printing by Carol Robertson as well as other areas of innovativeprintmaking.
Friedhard Kiekeben can be contacted at;Edinburgh Printmakers Workshop23 Union StreetEdinburgh H1 3LRUKFax: +44 (0) 131 5588418e-mail: printmakers@ednet.co.uk
Propuesta de horario para curso de actualización Universidad Nacional
Impartido por:
MFA. Alberto Murillo Herrera
Bach. Yula J. Cambronero-Bonilla
Docentes e Investigadores Universidad de Costa Rica, Taller de Grabado y Diseño de la Estampa, Escuela de Artes Plásticas, Facultad de Bellas Artes
Día y Fecha Horario Tema Contenidos Horas
Martes 30 nov 2-5 pm Introducción teórica Charla introductoria 3
Martes 25 enero 19am-2pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electroquímico 4
Jueves 27 enero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electroquímico 4
Martes 01 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electroquímico 4
Jueves 03 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electrolítico 4
Martes 08 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electrolítico 4
Jueves 10 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Grabado electrolítico 4
Martes 15 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Técnicas tradicionales de talla directa 4
Jueves 17 febrero 9am-1pm Taller Grabado No Tóxico Técnicas tradicionales de talla directa 4
Martes 22 febrero 9am-2pm Taller Grabado No Tóxico Conclusiones 5
Total de horas del taller: 40
La alternativa del grabado en metal
no tóxico
Desde el Siglo XVI
Para la técnica del
Aguafuerte, fue común el
uso de una solución de ácido
nítrico en agua
Además de la adopción de
una serie de productos para
la ejecución de la técnica
como barnices, solventes y
productos como la resina
El ácido nítrico
Produce gases peligrosos que
pueden conducir a problemas
respiratorios. El gas de dióxido de
nitrógeno puede causar bronquitis
o enfisema o en el peor de los
casos neumonía química
("Intoxicación con ácido nítrico) o
edema pulmonar.
Los vapores son corrosivos para los
ojos, membranas mucosas y la piel,
incluso los dientes
Muchos de los productos químicos
utilizados con frecuencia por los
grabadores e impresores se
clasifican como peligrosos y
algunos son cancerígenos
Resina y asfalto
El polvo de resina puede producir alergias, síntomas de la fiebre del heno,
mientras que el asfalto es un probable carcinógeno.
Pueden causar dermatitis y otros problemas cutáneos.
Sometidos al calor producen humos nocivos y el riesgo de incendio.
Solventes a base de hidrocarburos
Irritantes para las membranas mucosas y la piel, depresores del
sistema nervioso central. Nocivos por inhalación y contacto
con la piel. Los vapores son inflamables y explosivos. El
thiner se asocia a estos riesgos y puede causar náuseas y
dolores de cabeza. También hay riesgo de daño renal
En el caso del cloro: molestia en las vías respiratorias. Tos
irritante grave. Riesgo de bronquitis. Peligro de edema
pulmonar. Exposición prolongada puede causar muerte por
cese de respiración.
Las nuevas tendencias no tóxicas: el giro técnico
Artistas de todo el mundo han expresado
su preocupación genuina acerca de los
riesgos para su salud, la de los demás y
el medio ambiente.
Ahora hay al alcance productos de
factura comercial diseñados con
ingredientes no tóxicos.
También contamos con una larga cadena
de experimentación y resultados
satisfactorios en torno a la producción
casera de los materiales para realizar las
distintas técnicas del grabado en metal,
tales como: mordientes, barnices y
productos para aguatinta.
El líder de la investigación
innovadora en el grabado es
sin duda Keith Howard
Director de investigación del
área de grabado del Rochester
Institute of Technology School
of Art
Su trabajo más reconocido
es: The contemporary
printmaker: intaglio-type &
acrylic resist etching (2004)
Uso de film fotopolímero
Sulfato de cobre
Mordiente de Edimburgo
Friedhard Kiekeben.
En la actualidad es profesor de
Grabado en el Columbia
College de Chicago.
Creador de
NontoxicPrint.com.
Utiliza principalmente el
mordiente de Edimburgo
(Fórmula: 4 partes de cloruro
férrico + 1 parte ácido cítrico),
barnices acrílicos, tintas a base
de agua
Nik Semenoff‘
Utilización del Sulfato de Cobre salino sobre láminas de aluminio y búsqueda de
materiales de uso doméstico accesibles y económicos.
Cedric Green
ha llevado a cabo una investigación
sobre métodos más seguros para
grabar e imprimir y así eliminar os
ácidos tóxicos y solventes
utilizados tradicionalmente.
Retomó algunos métodos
electrolíticos del siglo XIX para el
grabado y el tratamiento de placas
que ha llamado Galv-Etch,
descubrió un procedimiento
electroquímica, un mordiente para
usar con placas de zinc, llamado
Mordiente de Burdeos.
Se ha documentado esta
investigación en artículos, un
folleto titulado Green Prints
(Imprime Verde) y en un sitio web
que contiene la mayor parte del
contenido del folleto.
http://www.greenart.info/green/
Los materiales alternativos en
Costa Rica
Láminas de hierro, aluminio, cinc, acero (carcasas de computadoras , sobrantes de las
láminas de hierro empleadas en talleres dedicados a la fabricación de tubos de escape
para autos o de muebles metálicos.)
Mordientes: de los que hay varias fórmulas que se realizan con materiales como: ácido
muriático, clavos, peróxido de hidrógeno, sulfato de cobre, agua, sal
Los solventes orgánicos se pueden remplazar en gran medida por aceite de cocina o por la
manteca vegetal, tanto para adelgazar la tinta como para limpiarla.
Barnices: existen varias recetas en las que se utilizan: pasta tapagoteras, pasta para
modelado de prótesis dental, cera para pisos, crayones, cera de abejas o la pintura de
témpera
En el caso de la resina de colofonía utilizada para crear los tonos y ambientes del aguatinta,
se puede sustituir por pintura en aerosol, con compresor, o bien, con un lápiz de cera, se
pueden lograr efectos interesantes, que se traducen en valores tonales y atmósferas
atractivas,
“Desde lo alto de la montaña” 1/25 Francisco Hernández, 2009. Aguafuerte y aguatinta, realizado
en una placa de aluminio, quemada con el mordente de sulfato salino. Las manchas tonales se
realizaron con trazos de lápiz de cera y subsecuente difuminado con un pincel impregnado en
varsol.
Fuentes de voltaje baratas para electrólisis
La fuente de corriente directa
ideal, debe suministrar como
máximo 6 voltios, con un
amperaje regulable entre uno y
10 amperios (A). Sin embargo,
esas fuentes suelen ser un tanto
costosas, por lo que es posible
recurrir a los transformadores de
diversos equipos electrónicos,
incluyendo los empleados en
teléfonos celulares;
desafortunadamente, el
amperaje que maneja este tipo
de equipos es muy bajo y suele
oscilar entre 200 a 500
miliamperios (0.2 a 0.5 A); no
obstante, hay algunos hasta de
un amperio e incluso
ligeramente mayores.
Propuesta inicial presentada al Lic. Robert Rodríguez Curso La alternativa del grabado en metal no tóxico. M.F.A. Alberto Murillo Herrera 40 horas Este curso pretende introducir al participante a la nueva sensibilidad estética del grabado no tóxico, tendencia que busca el uso de materiales comunes de toxicidad nula –si se emplean con manejo adecuado–, que además, sean amigables con el ambiente. Se busca el uso de materiales disponibles en el mercado (supermercados, ferreterías, dispensarios agrícolas, etc.). Por otro lado, propone el reciclaje de materiales como metales, recipientes y cargadores eléctricos, entre otros. Esta nueva tendencia pretende favorecer la práctica del grabado por su seguridad y economía y con el desarrollo de nuevas posibilidades estéticas, además de emular la estética tradicional del aguafuerte. En tres sesiones de cinco horas se cubrirá y experimentará lo necesario para lograr una práctica independiente de los participantes, quienes tendrán la capacidad de practicar las técnicas aprendidas y de innovar según su experiencia y los materiales a su alcance. Temas a desarrollar, Grabado Electroquímico: -Cloruro Férrico / mordiente de Edimburgo: en cobre. -Sulfato de Cobre salino: en hierro, aluminio, cinc y acero. Grabado Electrolítico: -Sulfato de cobre: en cobre. -Sulfato de aluminio: en aluminio. -Cloruro ferroso: en hierro. -Agua salada: en hierro, aluminio, zinc. Técnicas tradicionales de talla directa: -Punta seca. -Talla dulce. -Mesotinta. -Mixtas. Materiales alernativos: -Planchas. -Barnices. -Pintura aerosol y lápiz de cera. -Solventes.
-Mordientes. Referencias bibliográficas: HERNÁNDEZ-CHAVARRÍA, Francisco; ARIAS, Olger y MURILLO, Alberto. De la alquimia al grabado metálico sin ácido: I. Una guía simple para el grabado electrolítico o anódico. El Artista. Revista de Investigaciones en Música, Artes Plásticas y Visuales, Escénicas, Danzarias y Literarias [en línea] 2007, [citado 2010-11-07]. Disponible en Internet: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=87400403. ISSN ***. HERNÁNDEZ-CHAVARRÍA, Francisco; ARIAS, Olger y MURILLO, Alberto. De la alquimia al grabado metálico sin ácido: II. Una guía simple para el grabado electroquímico. El Artista. Revista de Investigaciones en Música, Artes Plásticas y Visuales, Escénicas, Danzarias y Literarias [en línea] 2007, [citado 2010-11-07]. Disponible en Internet: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=87400404. ISSN ***.
HERNÁNDEZ-CHAVARRÍA, Francisco; MURILLO-HERRERA, Alberto y CAMBRONERO-BONILLA, Judith. Grabado en metal: Trucos y consejos prácticos Para el grabador contemporáneo. El Artista. Revista de Investigaciones en Música, Artes Plásticas y Visuales, Escénicas, Danzarias y Literarias [en línea] 2009, [citado 2010-11-07]. Disponible en Internet: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=87412239001. ISSN ***.
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