una memoria que suscita esperanza - joseph ratzinger

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  • 7/25/2019 Una Memoria Que Suscita Esperanza - Joseph Ratzinger

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    UNA MEMORIA QUE SUSCITA ESPERANZA1

    Meditacin sobre el AdvientoEn una de sus historias de Navidad, el escritor ingls Charles Dickensnarra la historia de un hombre que perdi la memoria del corazn. Es

    decir, el hombre toda la cadena de sentimientos y pensamientos quehaba atesorado en el encuentro con el dolor humano. !aldesaparicin de la memoria del amor le haba sido o"recida como unaliberacin de la carga del pasado. #ero pronto se hizo patente que,con ello, el hombre haba cambiado$ el encuentro con el dolor ya nodespertaba en l m%s recuerdos de bondad. Con la prdida de lamemoria haba desaparecido tambin la "uente de la bondad en suinterior. &e haba vuelto "ro y emanaba "rialdad a su alrededor.

    El mismo pensamiento que persigue Dickens en estahistoria aborda tambin 'oethe en su relato de la primera celebracinde la (esta de &an )oque en *ingen +unto al )in, (esta que podarealizarse nuevamente despus de la larga interrupcin provocadapor las guerras napolenicas. 'oethe observa cmo los hombres quehan acudido a participar de la (esta se de+an arrastrar en medio de laapretada aglomeracin para pasar "rente a la imagen del santo yobserva sus rostros$ los de los nios y de los adultos est%niluminados, re-e+an la alegra del da "estivo. &lo los rostros de los+venes son di"erentes, comenta 'oethe. stos pasan por el lugar sinemocin, indi"erentes, aburridos. &u e/plicacin del hecho resultailuminadora$ nacidos en tiempos di"ciles, esos +venes no tenan nada

    bueno que recordar y, por eso, tampoco nada que esperar. Es decir,slo quien puede recordar puede tambin esperar$ quien nunca hae/perimentado el bien y la bondad, los desconoce.0n sacerdote cuyo servicio pastoral consiste en mantener numerosasconversaciones con personas que se encuentran al borde de ladesesperacin relat en una ocasin lo mismo acerca de su propiaactividad$ cuando logra despertar en la persona desesperada elrecuerdo de una e/periencia del bien, esa persona se ve nuevamenteen condiciones de creer en el bien, aprende a esperar de nuevo, se leabre un camino de salida de la desesperacin. 1emoria y esperanza

    "orman una unidad indisoluble. 2uien ha envenenado el pasado, noda esperanza, sino que destruya las bases anmicas de la esperanza.3 veces la historia de Charles Dickens se me anto+a como una visinde las e/periencias del presente. En e"ecto$ a ese hombre a quien sele ha borrado la memoria del corazn a travs de un engaosoespritu de "alsa liberacin, 4no lo reencontramos acaso en unageneracin a la que una determinada pedagoga de la liberacin le haenvenenado el pasado y, con ello, convencido de que no hayesperanza5 Cuando leemos con cu%nto pesimismo mira una parte de

    6 )3!78N'E) 9oseph. 0na memoria que suscita esperanza. En$ El resplandor deDios en nuestro tiempo. :erder, *arcelona ;

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    nuestra +uventud hacia el "uturo, nos preguntamos de qu depender%.4@e "altar%, en medio de la superabundancia material, el recuerdo delo humanamente bueno que podra esperarse5 Con el desprecio de lossentimientos, con la parodia de la alegra, 4no habremos pisoteado almismo tiempo la raz de la esperanza5

    Con estas re-e/iones entramos directamente en elsigni(cado del tiempo de 3dviento cristiano. En e"ecto$ 3dvientoquiere despertar en nosotros el recuerdo propio y el m%s hondo delcorazn$ el recuerdo del Dios que se hizo nio. Ese recuerdo sana, eserecuerdo es esperanza. En el ao litArgico se trata de recorrer una yotra vez la gran historia de los recuerdos, de despertar la memoria delcorazn y, de este modo, aprender a ver la estrella de la esperanza.!odas las (estas del ao litArgico son acontecimientos de la memoriay, por eso, acontecimientos de esperanza. En la plasmacin de lostiempos sagrados a travs de la liturgia y de los usos y costumbres,los grandes recuerdos de la humanidad que el ao de la "e guarda ensu interior y nos hace accesibles deben tornarse en recuerdospersonales de la propia historia de vida. @os recuerdos personales sealimentan as de los grandes recuerdos de la humanidad, y esosgrandes recuerdos slo se preservan a su vez mediante su traduccina la es"era personal. El que los hombres puedan creer dependetambin de que, a lo largo de su camino vital, hayan ganado apego ala "e en que la humanidad de Dios se les ha mani"estado a travs dela humanidad de las personas. &eguramente, cada uno de nosotrospuede contar en ese sentido su propia historia de lo que signi(can

    para su vida los recuerdos "estivos de la Navidad, de #ascua o deotras celebraciones.

    @a hermosa tarea del 3dviento es regalarse mutuamenterecuerdos del bien y abrir as las puertas a la esperanza.

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