tesis doctoral roberto rodríguez lópez
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIOLOGA Departamento de Sociologa V (Teora Sociolgica)
PROFESIONALIZACIN PSICOSANITARIA O PSICOLOGIZACIN DE LA CULTURA?
UN ANLISIS SOCIO-HISTRICO DE LAS REFORMAS PSICOLGICAS ESPAOLAS
CONTEMPORNEAS
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR
Roberto Rodrguez Lpez
Bajo la direccin del doctor ngel Juan Gordo Lpez
Madrid, 2015
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Universidad Complutense de Madrid
Tesis Doctoral
Director: ngel Juan Gordo Lpez
Profesionalizacin psicosanitaria o psicologizacin de la cultura?
Un anlisis socio-histrico de las reformas
psicolgicas espaolas contemporneas
Roberto Rodrguez Lpez Departamento de Sociologa V (Teora Sociolgica)
Facultad de Ciencias Polticas y Sociologa
Madrid, 2015
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NDICE
INTRODUCCIN 15
CAPTULO 1. ESTRATEGIAS METODOLGICAS 23
1.1. Construccin categorial del objeto de estudio 23
1.2. Objetivos concretos y directrices de trabajo 30
1.3. Fundamentacin epistmica y diseo metodolgico 31
1.3.1. Fase productiva 36
1.3.1.1. Rastreo bibliogrfico y documentacin oficial 36
1.3.1.2. Fuentes cuantitativas complementarias 41
1.3.1.3. Tcnicas cualitativas (entrevistas individuales semiestructuradas) 43
1.3.2. Fase analtica 48
1.3.2.1. Anlisis crtico de discurso 49
1.3.2.2. Anlisis de contenido mixto 51
1.3.2.3. Extraccin de datos cuantitativos 53
1.3.2.4. Anlisis histrico-genealgico 53
CAPTULO 2. ESPACIO HISTRICO: AUTONOMIZACIN E IMPLANTACIN
DE LA PSICOLOGA EN ESPAA 59
2.1. Conocimiento y prctica psi: 1870-1936 60
2.1.1. La lucha por el conocimiento y la reforma de los institucionistas 60
2.1.2. Liberalismo intervencionista, cultura sanitaria y krausopositivismo 68
2.1.3. Desarrollos jurdico-polticos y aplicaciones prcticas: la psicotecnia
triunfante 80
2.2. La dictadura franquista 88
2.2.1. El escenario post-blico: la poltica socio-sanitaria del franquismo y la
remodelacin de la psicologa 88
2.2.2. La institucionalizacin efectiva de la psicologa y el marco reindustrializador 99
2.2.3. Final del franquismo: boom de la psicologa, hacia un sistema de bienestar? 106
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CAPTULO 3. ESPACIO HISTRICO (II): LA TRANSICIN. ANLISIS DE CASO
ACADMICO 115
3.1. El desarrollo inicial de la profesionalizacin psicosanitaria en Espaa 115
3.1.1 El nuevo modelo sanitario internacional y la constitucin de la cultura
psicoteraputica 115
3.1.2. El nuevo modelo en Espaa: regulacin psicoclnica y psicologa de la salud 122
3.2. Las modificaciones histricas en los estudios de psicologa (1955-2009):
microanlisis de caso 129
3.2.1. Estructura organizativa 131
3.2.1.1. Resultados 131
3.2.1.2. Comentarios 131
3.2.2. Contenidos curriculares (reas de conocimiento) 151
3.2.2.1. Resultados 151
3.2.2.2. Comentarios 152
3.3. Eplogo histrico 158
CAPTULO 4. ESPACIO PROFESIONAL: EL PROBLEMA CON LA LOPS.
ANLISIS DE CASO JURDICO Y TERRENO DISCURSIVO DEL CONFLICTO 165
4.1. El marco neoliberal: retraccin estatal y nueva gestin pblica 165
4.2. El nuevo contexto neoliberal en el espacio sanitario: de la economa de la
salud a la salud de la economa 174
4.3. La segunda reforma sanitaria en Espaa: del Informe Abril a la LOPS 180
4.4. Anlisis de las transformaciones jurdico-sanitarias reflejadas en la LOPS y las
regulaciones coetneas: la precarizacin laboral y la precarizacin cognitiva 187
4.4.1. La NGP sanitaria y la salarizacin y competicin profesional 187
4.4.2. El nuevo paradigma sanitario: (re)biologizacin, pero no slo 193
4.5. La LOPS y el problema con la psicologa 198
4.6. Anlisis del espacio discursivo en el conflicto de la psicologa con la LOPS 201
4.6.1. Discurso de oposicin a la LOPS 202
4.6.2. Discurso en defensa de la LOPS 205
4.6.3. La articulacin de los dos discursos en cuatro modalidades de enunciacin 208
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4.7. La oposicin de la psicologa europea ante las nuevas configuraciones jurdicas 214
4.7.1. Reino Unido 214
4.7.2. Francia 219
4.7.3. El debate silenciado en Espaa en torno a la anti-profesionalizacin y la
sanitarizacin 222
4.8. La psicologa espaola: campo paradjico de enfrentamientos pero, disciplina
saludablemente esquizofrnica? 225
CAPTULO 5. ESPACIO ACADMICO: LA ADAPTACIN DE LA UNIVERSIDAD
A BOLONIA Y COMPARATIVA DE LOS NUEVOS GRADOS DE PSICOLOGA 229
5.1. La importancia del terreno acadmico 229
5.2. La creacin del Espacio Europeo de Educacin Superior 231
5.3. El contexto socioeconmico de Bolonia: la Universidad como formacin de nuevos
profesionales 235
5.3.1. La (des)regulacin por calidad del sector educativo 236
5.3.2. La formacin del profesional flexible y por competencias 238
5.4. La adaptacin de la psicologa espaola a los nuevos grados: estudio de caso 245
5.4.1. Las propuestas del Libro Blanco para el Ttulo de Grado en Psicologa y del
Diploma Europsy 246
5.4.2. Proceso de seleccin de los grados 252
5.4.3. Resultados y anlisis 257
5.4.3.1. Estructuras organizativas 257
5.4.3.2. Contenidos curriculares (reas de conocimiento) 263
5.5. Las transformaciones acadmicas de la psicologa espaola en perspectiva:
insercin histrica y marco actual con Bolonia 270
CAPTULO 6. ESPACIO CULTURAL: LA EXTENSIN PSICOTERAPUTICA Y
SU ENGARCE SOCIOPOLTICO 281
6.1. La dimensin cultural y la reconsideracin de la insercin poltica de la
psicologa 281
6.2. La explosin psi en los aos setenta del siglo XX 288
6.3. La cultura psi y la reconsideracin del marco de comprensin neoliberal 294
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6.4. Anlisis de caso: el discurso y tcnica de la autoayuda 300
6.4.1. Seleccin de materiales y metodologa de anlisis 303
6.4.2. Resultados obtenidos 308
6.4.3. Anlisis de resultados 320
6.5. Los mil tentculos de la psicologizacin y el proyecto cultural neoliberal 329
REFLEXIN FINAL Y CONCLUSIONES 337
BIBLIOGRAFA GENERAL 351
ANEXOS 391
ANEXO I. Metodolgico 393
ANEXO II. Histrico 396
ANEXO III. Profesional 429
ANEXO IV. Cultural 431
ANEXO DIGITAL: TRANSCRIPCIN DE ENTREVISTAS ORALES
SUMMARY IN ENGLISH 441
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NDICE DE ACRNIMOS
AEN Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra
ANECA Agencia Nacional de Evaluacin de la Calidad y Acreditacin
ANPIR Asociacin Nacional de Psiclogos Clnicos y Residentes
AEPCP Asociacin Espaola de Psicologa Clnica y Psicopatologa
APS (modelo de) Atencin Primaria en Salud
BM Banco Mundial
BOE Boletn Oficial del Estado
CNEPC Comisin Nacional promotora de la Especialidad de Psicologa Clnica
COP/CGCOP Colegio Oficial de Psiclogos / Consejo General de Colegios Oficiales de
Psiclogos
CRS Comisin de Reformas Sociales
DPC Desarrollo Profesional Continuo
EEES Espacio Europeo de Educacin Superior
EFPA European Federation of Psychologists Associations
FEAP Federacin Espaola de Asociaciones de Psicoterapeutas
FMI Fondo Monetario Internacional
HPC Health Professions Council (2001)
ILE Institucin Libre de Enseanza
INP Instituto Nacional de Psicotecnia
IRS Instituto de Reformas Sociales
LCC Ley de Cohesin y Calidad del Sistema Nacional de Salud (2003)
LGS Ley General de Sanidad (1986)
LOPS Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias (2003)
NGP Nueva Gestin Pblica
OCDE Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmicos
OMC Organizacin Mundial del Comercio
OMS Organizacin Mundial de la Salud
PIR Psiclogo Interno Residente
SNS Sistema Nacional de Salud
SOE Seguro Obligatorio de Enfermedad (1944)
UCM Universidad Complutense de Madrid
URJC Universidad Rey Juan Carlos
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NDICE DE TABLAS
Tabla 1. Principales materiales documental-normativos analizados 37
Tabla 2. Ficha tcnica del cuestionario sobre la imagen de la psicologa como profesin sanitaria
entre la poblacin general 44
Tabla 3. Listado de entrevistas realizadas 47
Tabla 4. Muestra de entrevistas por ocupaciones 48
Tabla 5. Muestra de entrevistas (segunda fase) por modalidades discursivas 48
Tabla 6. Planes de estudio de psicologa en la UCM 130
Tabla 7. Comparativa histrica de planes de estudio de psicologa en la UCM 132
Tabla 8. Momentos diferenciados en la configuracin acadmica de la psicologa (UCM) 134
Tabla 9. Titulacin de ingreso de los matriculados en la Escuela de Psicologa y Psicotecnia de
la Universidad de Madrid. Datos acumulados hasta 1974 136
Tabla 10. Diplomados por especialidades en la primera promocin (1955) de la Escuela de
Psicologa y Psicotecnia de la Universidad de Madrid 137
Tabla 11. Diplomados por especialidades en el conjunto de promociones de la Escuela de
Psicologa y Psicotecnia de la Universidad de Madrid (1955-1973) 137
Tabla 12. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en planes de estudio de
Psicologa UCM 153
Tabla 13. Perfil profesional de la psicologa espaola y sectores de ejercicio 200
Tabla 14. Discursos (y colectivos asociados) en el conflicto psicologa-LOPS 203
Tabla 15. Modalidades de enunciacin (y colectivos asociados) en el conflicto psicologa-LOPS
209
Tabla 16. Estndares de competencia para psicoterapeutas y counsellors del Health Professional
Council 218
Tabla 17. Propuestas en diferentes pases europeos sobre la duracin del grado de psicologa 248
Tabla 18. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en la propuesta del Libro Blanco
para el Ttulo de Grado en Psicologa 249
Tabla 19. Requerimientos mnimos (en ECTS) para la acreditacin formativa conducente a la
prctica profesional independiente del psiclogo en Europa 250
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Tabla 20. Ranking de Universidades para la disciplina psicolgica (ao 2010) 254
Tabla 21. Plazas ofertadas para estudios de psicologa en las Universidades espaolas 255
Tabla 22. Estudios de psicologa segn Facultad de adscripcin 256
Tabla 23. Comparativa de planes de estudio de grado de psicologa en Universidades espaolas258
Tabla 24. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en grados de psicologa de
Universidades espaolas 264
Tabla 25. Estilos de discurso en Psychologies y relacin con las funciones del lenguaje y el grado
de tecnicidad 311
Tabla 26. Categoras principales en Psychologies y otras cuestiones relacionadas 317
Tabla 27. Principales resultados de los anlisis sobre Psychologies 320
NDICE DE GRFICOS
Grfico 1. Diseo metodolgico de la tesis 56
Grfico 2. Espacios principales de anlisis en la tesis 57
Grfico 3. Alumnos matriculados (1 y 2 ciclo) en las Facultades de Psicologa para todo el
territorio estatal y en la Facultad de Psicologa de la Universidad Complutense de Madrid (1977-
2003) 139
Grfico 4. Evolucin del alumnado matriculado para el total de estudios en las Universidades
espaolas (1988-1999) 140
Grfico 5 Evolucin del alumnado matriculado en Psicologa en las Universidades espaolas
(1988-1999) 141
Grfico 6. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en planes de estudio de
Psicologa UCM 154
Grfico 7. Carga lectiva (porcentajes) por reas de conocimiento en grados de psicologa de
Universidades espaolas 265
Grfico 8. Estilos de discurso (porcentajes) en revista Psychologies 309
Grfico 9. Funciones del lenguaje en Psychologies (porcentajes) 309
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Grfico 10. Grados de tecnicidad en Psychologies (porcentajes) 311
Grfico 11. mbitos de pertenencia en Psychologies 312
Grfico 12. Sujetos de enunciacin (profesiones) en Psychologies 314
NDICE DE ILUSTRACIONES
Ilustracin 1. Principales determinantes de salud en el planteamiento integral de Alma-Ata y
Ottawa 121
Ilustracin 2: Modelo arquitectnico de competencias de Robert Roe 244
Ilustracin 3. Cubierta frontal de Psychologies 305
Ilustracin 4. Objetivos destacados en Psychologies 316
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AGRADECIMIENTOS
Es habitual afirmar que la labor que implica realizar y finalizar una tesis doctoral es el
resultado de un esfuerzo siempre compartido. Y es comn afirmarlo, sencillamente, porque
es cierto.
En primer lugar, debo agradecer a la Universidad Complutense de Madrid el
haberme concedido en el ao 2007 la Beca-Contrato predoctoral para la Formacin de
Personal Investigador (FPI), sin la cual todo esto hubiera sido difcilmente posible.
El apoyo econmico de mi familia en determinados momentos a lo largo de todos
estos aos ha sido tambin fundamental. Sin embargo, su contribucin va mucho ms all
de una cuestin slo monetaria y lleva impreso el sustento incondicional de apoyar una
tarea tan extraa a su mundo, infinita, suspendida ms all de la retribucin salarial directa,
todo lo cual no les impidi en ningn momento confiar en m, por lo general incluso con
ms fuerza que yo mismo. A Manuel, ahora parece que (quizs) van a empezar a pagarme
por seguir haciendo lo mismo! A Marisol, luz constante. A Vctor, que empez y acaso
acab su propia investigacin en tiempos parejos a los mos. Esta tesis doctoral, podis
decirlo bien alto, es tambin muy vuestra.
Agradecer por otro lado a ngel Gordo, director del trabajo que aqu se presenta.
Cuando uno llega al final y vuelve a leer fragmentos que ha escrito apenas unos aos atrs,
es consciente de la paciencia necesaria en la labor de direccin. Gracias por proponer e
imponer, por transigir y aceptar, por revisar y revisar y revisar. Tambin por mostrarme las
sutilezas de una mirada sociolgica o el carcter internacional de un campo de intereses
compartidos y darme entrada en l. La elaboracin de esta tesis ha sido a su vez, en parte,
recorrer el camino que lleva del conflicto a la comunicacin, descubriendo que en esta
ltima siempre permanece algo del primero, haciendo quizs de ella la forma ms sutil de
aquel. Muchas gracias, ngel.
Agradecer tambin a Fernando lvarez-Ura por acoger mi Beca-Contrato FPI
dentro de su grupo de investigacin sobre la psicologizacin del yo en la sociedad de los
individuos. Recuerdo, hace aos ya, en aquel momento movido por las inquietudes
antipsiquitricas, haber pensado tras la lectura de Miserables y locos que tambin era
posible por estos lares escribir y ofrecer obras de obligada referencia. Es una alegra,
tiempo despus, haber podido debatir con su autor sobre estos u otros muchos temas.
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La posibilidad de disfrutar de una estancia en el extranjero me lleva tambin a tener
que agradecer a la Universidad de Gent y al Centre for Critical Philosophy (Facultad de Artes y
Filosofa) su aceptacin y siempre agradable acogida. Y en especial all a Jan de Vos, cuya
mirada descubr tan prxima a la ma y con quien s que volver a coincidir en el futuro.
A Mario Domnguez, director de mi tesina para la obtencin del DEA. Llegu a la
UCM movido principalmente por la existencia de un curso dedicado por completo a la
obra de Michel Foucault. Fuiste la primera persona que conoc aqu y creo que no tuve mal
ojo. Un referente intelectual y poltico. Por un lado, para m, aprender es esto. Por otro,
acaso algo seguir latiendo an en la larga noche de piedra universitaria.
Agradecer finalmente tambin a todos aquellos amigos y compaeros con quienes
he podido discutir, al menos en algn momento, ideas de la totalidad o de partes concretas
de la tesis, recibiendo por lo general valiosos comentarios al respecto. En especial a
Cristina. Tambin a lvaro, Alejandro, Germn, David, Yeray, Miguel o Carlos, as como a
aquellos que adems sumaron su esfuerzo logstico como lvaro (Canario), Senra, Vctor
Rey, Diego o Nikki. Acaso algunos podis reconocer vuestra mano en ciertos pasajes de lo
que sigue. Por cierto, Canario, ahora s que he terminado de verdad, ya puedes empezar a
leer.
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Introduccin
El apacible funcionamiento de la psicologa institucional, consolidada a lo largo del
siglo XX, tendr un primer intento destacable de ruptura en los aos sesenta y
setenta de dicho siglo. A partir de aquel momento, en un contexto sociopoltico
global de transformaciones, se desarrollarn sobre todo en los mrgenes de la
psicologa social una serie de posturas opuestas a las dinmicas ortodoxas de la
disciplina. De forma sucinta, las nuevas perspectivas surgidas elaboran una crtica
a la metodologa experimental y cuantitativa, ponen nfasis en los procesos de
construccin social, historizan las categoras y realidades analizadas, ejercen
trabajos de reflexividad disciplinar, se oponen al individualismo metodolgico o
cifran en clave pragmtica o estratgica las construcciones cientficas de la
psicologa. De entre todos los planteamientos que vemos aparecer, o en las nuevas
ramas de estudio que en algunos casos se generan, una orientacin concreta
recibir la categorizacin especfica de psicologa crtica, la cual acabar por
asentarse de manera especialmente slida en suelo ingls. Esta ltima orientacin
participa de las problematizaciones generales comentadas pero entiende adems
que la psicologa por entero debe superar los mrgenes epistmico-metodolgicos
de su autocrtica para plantearse a su vez, de forma destacada, sus imbricaciones
en el terreno poltico-social.
La labor de reconsideracin de profundo calado sobre la psicologa no se
articular nicamente desde dentro de los mrgenes de la disciplina. Toda una
serie de anlisis sociocrticos y genealgicos desarrollados en temporalidades
parejas, con mayor profusin ahora sobre territorio francs, tendrn a su vez un
papel fundamental de quiebra. En este caso la lnea de trabajo genealgico inicial,
de destacada orientacin hacia el espacio psiquitrico, permitir el despliegue
progresivo de una crtica psi ms especficamente psicolgica, a partir de la cual
se delimitara la insercin sociopoltica de las disciplinas y prcticas que han hecho
histricamente de lo psquico el objeto tanto de su estudio como de su prctica
profesional. La psicologa se presenta aqu, en definitiva, como un saber cuyo
discurso forma parte de una matriz productiva de conocimientos y tcnicas en
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connivencia directa con la dinmica de las relaciones de poder. La psicologa
adquiere en definitiva la forma de una entidad compleja, con condiciones y efectos
polticos contrastables, y cuya relevancia depender en ltimo trmino de su
capacidad para manejar e introducir en la sociedad criterios de gestin de la
subjetividad socioculturalmente viables o funcionales para marcos polticos
definidos. Las conclusiones a las que nos abocan toda esta serie de trabajos son
demoledoras, la disciplina se hace sospechosa en su existencia misma.
Pese a todo, la radicalidad de las implicaciones derivadas de este conjunto
amplio de crticas, desarrolladas y perfiladas en los aos y dcadas posteriores, no
darn paso a una psicologa desestabilizada en sus espacios acadmicos o prcticos
por el desvelamiento de su profunda naturaleza poltica. Es ms, la disciplina no
slo ha superado (en parte integrando) buena parte de aquellos planteamientos,
sino que sta extiende en verdad hoy sus redes hasta lugares insospechados
apenas unas dcadas atrs. El caso espaol es aqu significativo. En menos de
treinta aos, de ser apenas un apndice acadmico de la filosofa con escasas
salidas profesionales distintivas y reconocidas pasar a ser una prctica y
conocimiento demandado por espacios sociales y laborales de lo ms variado:
centros educativos, empresas, clubes deportivos, ayuntamientos, juzgados,
crceles u hospitales, entre otros. De la misma forma, a la vez que asistimos al
crecimiento exponencial de su espacio institucional, podemos observar en los
ltimos aos un autntico despliegue de la psicologa ms prxima al mbito
cultural, en el que la circulacin de cdigos, categoras o taxonomas psicolgicas
encuentra cada vez mayor incidencia. Si cuestiones como la personalidad, las
habilidades o las actitudes parecen aqu ya ineludibles, otras nociones como el
estrs, la autoestima o la inteligencia emocional han cobrado hoy un
destacable protagonismo a la hora de dar cuenta de una amplia variedad de
fenmenos sociales. En definitiva, toda una serie de problemticas se insertan cada
vez en mayor medida bajo el canon de una racionalidad que atribuye o
sobreinterpreta de forma psicolgica. Este fenmeno, considerado bajo la
categora amplia de la psicologizacin, es objeto destacado del trabajo que aqu
se presenta. Los anlisis sobre el mismo han tendido a concentrarse en contextos
internacionales, siendo escasos los estudios realizados para el contexto espaol,
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menos an si cabe en su realidad presente. Haremos as de este contexto y tiempo
nuestro espacio particular de trabajo.
Observar la realidad actual en Espaa en lo que respecta al campo amplio
de la psicologa nos muestra sin embargo una situacin que parece discordante en
primera instancia con los planteamientos que abordan la extensin psi
contempornea. Y esto es as de forma destacada por la aparicin en el ao 2003
de la llamada Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias, la cual ha impactado de
forma profunda en la disciplina.
La Ley de Ordenacin de Profesiones Sanitarias (LOPS en adelante) entra en
vigor para llevar a cabo la demarcacin y regulacin de los centros, trabajadores y
prcticas de las profesiones de carcter sanitario en el conjunto del Estado.
Presentada como respuesta a un vaco normativo en este mbito, dicha ley
introducir por primera vez en el marco jurdico-sanitario espaol la delimitacin
especfica tanto de las condiciones de la actividad y los mbitos funcionales de los
profesionales sanitarios como de los procesos formativos (universitarios u otros)
conducentes al reconocimiento de los mismos. La psicologa, a pesar de su entrada
en el sistema pblico de salud unos aos antes a travs de la regulacin en formato
de especialista de su rama clnica, no ver reconocido en la nueva ley el carcter
sanitario de su formacin universitaria (licenciatura/grado). Tras una serie inicial
de conatos e intentos parciales e infructuosos por paralizar la puesta en prctica de
la nueva regulacin, determinados sectores de la disciplina (profesionales,
profesores y alumnos) acabarn coordinando sus esfuerzos y movilizndose en
oposicin a la misma, consiguiendo a su vez el apoyo destacable de ciertos agentes
sociales y polticos as como de una parte significativa de la poblacin.
La psicologa movilizada defiende que la nueva regulacin supone un
agravio para el futuro profesional de miles de alumnos universitarios, poniendo
aqu de relieve que la orientacin clnico-sanitaria es su rama ms cursada con
diferencia, pero considerando a su vez que la nueva ley afectar tambin a la
imagen sanitaria de su futura labor en espacios no necesariamente clnicos. Se
demanda por otro lado que la LOPS crea un vaco jurdico para la prctica ya en
curso de los psiclogos en los centros clnico-sanitarios pblicos y privados, para
quienes se considera incluso el riesgo de verse expulsados de los mismos o
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encontrarse imposibilitados para abrir otros nuevos por cuenta propia. Del mismo
modo que para el terreno acadmico, el problema se incrementaba en este caso
ante la evidencia de que el marco profesional relativo a la salud concentra de
forma privilegiada tanto su prctica como la amplia demanda sobre su labor social.
Ante todo ello los sectores movilizados defendern que la LOPS slo poda ser
entendida como resultado de un desconocimiento profundo de la realidad
profesional y acadmica de la psicologa, cuando no de una voluntad poltica o
corporativa opuesta a la expansin de los psiclogos sobre el terreno clnico o
sanitario en su conjunto. Del mismo modo, esta transformacin jurdica se
planteaba como incongruente con los cambios que sobre la categorizacin de la
salud se venan desarrollando desde los aos sesenta del siglo XX, en pos de una
mayor comprensin de los aspectos psicolgicos y socio-comunitarios en la base
de la misma. Asistimos as en definitiva, durante los aos que siguen a la entrada
en vigor de la LOPS, a la movilizacin de una parte destacada de la psicologa, con
el Colegio Oficial de Psiclogos a la cabeza, dando lugar a un conflicto social de
dimensiones desconocidas hasta el momento en la historia de la psicologa
espaola. La reclamacin principal es pues el reconocimiento de la psicologa como
una profesin sanitaria as como el carcter sanitario parejo de su formacin
universitaria.
El conflicto con la LOPS afecta de forma directa a la prctica profesional
sobre la salud de la psicologa pero incidir adems en modos diferenciados sobre
el conjunto de la disciplina. No deja en este sentido de ser significativo que el
espacio sanitario haya sido histricamente aquel en el que la psicologa ha
concentrado buena parte de sus demandas, en especial porque ah se ha
encontrado a su vez con las mayores trabas a la profesionalizacin de su prctica. Y
ello a pesar de que hoy pueda parecer asumido entre la poblacin el carcter
teraputico de dicha labor profesional as como las numerosas bondades de la
misma. Este espacio de conflictos de profesionalizacin focalizar as el inters
emprico concreto del trabajo presente. A partir de l delimitamos pues nuestro
objetivo principal en la tesis, esto es, profundizar en los discursos y posiciones en
torno a la LOPS, las condiciones de posibilidad que hicieron factible el
levantamiento de sectores concretos de la academia y prctica profesional
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psicolgica y el modo en que estos levantamientos y movilizaciones, tensiones
entre el plano profesional/acadmico y el marco legal, permite indagar en la
comprensin histrica del papel de cierta forma dominante de psicologa en el
actual imaginario social espaol. Partiremos en todo ello de un argumento
principal, segn el cual defendemos que la reconsideracin de las
transformaciones actuales de la psicologa espaola en base a una analtica
historizada y sensible a las dimensiones cultural y poltica, nos aportar claves
explicativas no slo diferenciadas sino incluso opuestas a las derivadas de los
planteamientos institucional-corporativos, los cuales han tendido a cooptar la
comprensin de dicho conflicto, presentndolo como resultado directo del
enfrentamiento entre grupos profesionales (mdicos y psiquiatras frente a
psiclogos) por espacios limtrofes de prctica social. De este modo, considerar las
dinmicas de psicologizacin presentes en el contexto amplio de insercin poltico-
econmica del conflicto de la psicologa con la LOPS nos permitir superar ciertas
limitaciones en las categoras habituales de estudio sobre los procesos de
profesionalizacin as como nos ofrecer un panorama diferente al descalabro
psi auspiciado por los sectores movilizados de la disciplina.
Por ltimo, queremos destacar que pese al carcter actual de las
transformaciones aqu analizadas hemos considerado irrenunciable el dotar de
contenido a la dimensin temporal de las mismas, otorgando as al conjunto un
trabajo sobre el plano histrico. Una mnima labor de contextualizacin histrica
se hace de hecho obligada ante una disciplina que ha tendido a invisibilizar las
huellas que identifican el despliegue de su insercin social as como las
condiciones materiales de su implantacin y reproduccin en suelo espaol. Es
esta una labor a su vez necesaria ante el preocupante presentismo que tiende a
copar la investigacin sociolgica actual. Pese a todo debemos aclarar, desde el
respeto hacia la complejidad de tamaa labor, que no desarrollaremos aqu un
trabajo historiogrfico estricto sensu. Nuestro inters por el pasado se cie, pese a
todo, a la construccin de mapas (no conceptos) con la forma de herramientas
analticas para el presente. Ni presentismo ni fetichismo del pasado. Queremos
abrir ms bien con todo ello el acceso a determinadas configuraciones
sociopolticas que integran de maneras especficas formatos de conocimiento
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acadmico, prcticas profesionales, imaginarios sociales, formas de gobierno
poltico-econmico o regulaciones jurdicas, a las cuales dotar de validez analtica
(por lo general mediante contrastes desnaturalizantes) en la comprensin de una
determinada configuracin actual, la que engloba finalmente como decimos la
comprensin de las luchas de cierta psicologa con las nuevas regulaciones
sanitarias. Con la misma voluntad comparativa (desnaturalizacin) hemos
incorporado a su vez un breve anlisis de las transformaciones jurdico-sanitarias
que han tenido lugar en tiempos parejos en pases del entorno europeo, en
concreto en Gran Bretaa y Francia. El desarrollo en estos pases de procesos de
resistencia psi frente a las nuevas regulaciones nos ofrece de este modo un nuevo
espacio de contrastes con gran inters. Tras lo dicho, pasamos a la presentacin de
los distintos captulos que conforman nuestro trabajo.
El Captulo Primero har explcito el marco metodolgico del conjunto de
la tesis. Por un lado delimitaremos el espacio de construccin del objeto de estudio
as como los objetivos concretos y las hiptesis de trabajo que manejamos,
asociadas tanto con el marco general de inters como con fases especficas en el
despliegue del mismo. A su vez, podremos comprobar tanto la fundamentacin
epistmica del trabajo como el diseo metodolgico y la tecnologa especfica
implementada.
Los dos captulos siguientes se ocuparn del amplio espacio histrico de la
tesis. Entre ambos distinguiremos tres momentos genricos que remiten a
configuraciones sociopolticas distintivas para las dinmicas de aparicin,
desarrollo y consolidacin de la psicologa espaola.
En el Captulo Segundo nos ocuparemos de los dos primeros momentos
comentados. En primer lugar nos detendremos sobre el contexto amplio de
aparicin de la psicologa, enmarcndola en las dcadas que discurren entre la
Restauracin Borbnica y la explosin de la Guerra Civil (1870-1936). Tenemos
aqu el movimiento inicial de autonomizacin de un conocimiento planteado como
distintivamente psicolgico, las primeras figuras (auto)consideradas como
profesionales as como los primeros conatos de confluencia con una destacable
cultura mdico-sanitaria, todo ello bajo el trasfondo de despliegue de una
novedosa resolucin tcnica de las problemticas sociales en Espaa.
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Un segundo momento histrico confluir aproximadamente con los aos de
la dictadura franquista (1938-1970). Veremos aqu un giro importante en los
mecanismos de profesionalizacin que se abran para la psicologa en los aos
previos a la Guerra Civil. La disciplina sobrevivir sobre todo en los espacios
amplios de la gestin tcnica (y progresivamente cientfica) de sus profesionales,
insertndose a su vez de forma destacable en el amplio campo de la regulacin de
la marginalidad o la disidencia.
En el Captulo Tercero veremos el tercer momento histrico distinguido,
que se corresponde con los aos finales de la dictadura y las dcadas de la
Transicin democrtica en Espaa (1970-1991), las cuales demarcarn el proceso
de institucionalizacin efectiva de la psicologa as como la profesionalizacin
psicosanitaria inicial en el marco amplio de implantacin del incipiente Sistema
Nacional de Salud.
Finalmente, a modo de contrapunto, cerraremos este captulo histrico con
un anlisis de caso sobre el proceso de transformaciones en el plano acadmico
progresivamente independiente de la psicologa, permitiendo con ello un anlisis
transversal sobre los tres momentos comentados y llegando as a su vez hasta el
presente.
En el Captulo Cuarto daremos paso ya a los anlisis sobre la situacin
actual, en este caso centrados en el espacio profesional (sanitario) de la psicologa
y en su conflicto con la LOPS. Para ello veremos en primera instancia el marco
poltico-econmico (neoliberalismo) bajo el que cabe encuadrar las nuevas
regulaciones del sector sanitario y los modos en que aquel ha afectado y
reestructurado este ltimo, tanto en el plano internacional (nuevo paradigma
sanitario) como en el caso concreto de Espaa. A continuacin analizamos las
transformaciones jurdico-sanitarias, tanto en lo que respecta al articulado
especfico de la LOPS como tambin al conjunto de regulaciones coetneas y
previas que le dan sentido. Asimismo analizaremos el espacio discursivo
construido por, y en torno a, el conflicto psicologa-LOPS, para concluir el captulo
con un anlisis comparativo de ste con el que tuvo lugar en los pases del entorno
europeo (Reino Unido y Francia).
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En el Captulo Quinto pasamos a ocuparnos del terreno acadmico. Dicho
terreno adquiere aqu especial relevancia a tenor de la centralidad que la LOPS
otorga a los proceso formativos. En este sentido se desarrollaron ingentes debates
en torno a los contenidos curriculares de la carrera psicolgica, los cuales
coincidirn adems con los importantes movimientos de ajuste al Espacio Europeo
de Educacin Superior, dando lugar en algunos casos a cambios de peso en la
dimensin acadmica de la disciplina. Focalizaremos as nuestro inters aqu sobre
las transformaciones en la psicologa acadmica en su paso al nuevo formato de
grado.
El espacio cultural de la psicologa ser el objeto de inters para nuestro
Captulo Sexto. Recuperamos aqu los estudios que han trabajado la insercin de
lo psi en los entramados culturales contemporneos as como su destacado
despliegue actual en los mismos. El discurso (y tcnica) de la autoayuda ser
objeto de nuestro anlisis de caso en este captulo, al ser ste actualmente una de
las manifestaciones ms evidentes de la difusin de las categoras psicolgicas en
el mbito cultural as como un referente necesario para dar cuenta de la insercin
de la disciplina en el nuevo contexto poltico-econmico.
Cerraremos el trabajo con un apartado para la Reflexin final y
conclusiones, que nos servir para condensar la serie de resultados y anlisis
realizados para el global del trabajo, recuperando y permitiendo confluir en una
perspectiva integrada lo visto para los diferentes espacios profesional, acadmico y
cultural.
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Captulo 1
Estrategias metodolgicas
1.1. Construccin categorial del objeto de estudio
Toda investigacin social se localiza en unas coordenadas analticas, esto es, se
reconoce como heredera de un complejo de significados previamente constituidos.
Este espacio de significados heredados, asumidos o enfrentados, delimita de este
modo la mecnica de un proceso constructivo sobre el objeto de estudio en
cuestin, si bien no lo agota.
Nuestro inters primero se centra en el conflicto generado entre la
psicologa y la nueva regulacin jurdico-sanitaria (LOPS). En el plano analtico, los
estudios que han podido generarse en torno al mismo han tendido a ser copados
por organismos oficiales de representacin o por voces interesadas dentro de
aquel (Duro, 2004; Santolaya, 2004; Buela-Casal, G. et al., 2005; CAMS, 2005; CDP,
2005). De este modo, las diferentes decisiones jurdicas o institucionales han sido
por lo general presentadas bajo la presuposicin de un espacio competencial
corporativo, esto es, como la reproduccin de una dinmica de enfrentamientos
que se da aqu principalmente entre mdico-psiquiatras y psiclogos. Es cierto que
dicha dinmica corporativa de lucha por espacios sociales de prctica profesional
forma parte ineludible del nivel comprensivo del actual conflicto, pero
consideramos a su vez que reducir los anlisis a dicho enfrentamiento corporativo
generar trabas en niveles fundamentales de apropiacin y, lo que es peor, obviar
dinmicas ms amplias que forman parte necesaria tambin del problema en
cuestin. Quisimos as, para empezar, no asumir como dadas las categoras que lo
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presuponan. De este modo, haba que problematizar el propio concepto y
definicin de profesin que se presenta como elemento bsico del articulado y
disposiciones de la LOPS. Si por un lado el no reconocimiento de la psicologa en
dicha ley se har de forma destacada por el cuestionamiento de su dimensin
sanitaria, una importante cantidad de supuestos relevantes surgen en este
conflicto al amparo de los debates sobre el carcter profesional o no de ciertas
ocupaciones as como de las posibilidades socio-laborales o culturales que dicho
carcter otorga. El plano de comprensin terica del problema en cuestin pasaba
de este modo en primer lugar por recoger las contribuciones de la sociologa de
las profesiones, la cual nos permita identificar un conjunto de elementos
habitualmente presentes en dichos espacios de conflicto profesional.
La sociologa de las profesiones no es una especialidad con excesiva
tradicin en el Estado espaol y han sido ms bien los pases anglosajones quienes
han desarrollado el grueso de trabajos en este sentido. Sin embargo, ciertas
reestructuraciones contemporneas en el marco profesional, estatal y acadmico
de la Europa continental han acercado sus instituciones, en diversos sentidos, a las
del mundo anglosajn (Lane, 2000). Unos cambios que renovarn en estos pases
la aplicabilidad e inters de los estudios de la especialidad sociolgica de las
profesiones, que de hecho han aumentado en ellos de forma importante en las
ltimas dcadas, tambin en parte en el caso espaol.
Aqu nos enriqueceremos por un lado de los debates en torno a las
caracterizaciones especficas de la profesionalidad de la etapa inicial de estudios
sociolgicos. Dicha etapa se dedic principalmente al anlisis de las caractersticas
genricas que permitan delimitar una definicin comn para las profesiones. Es la
etapa caracterizada como la de los modelos de rasgos o caractersticas esenciales
(Collins, 1990; MacDonald, 1995; Evetts, 2003; Snchez et al., 2003; Rodrguez
vila, 2008). Un marco de anlisis en el que acabar por destacarse la perspectiva
funcionalista asociada a autores de reconocido prestigio como Talcott Parsons
(1939, 1979). El socilogo estadounidense constituira a su vez la comprensin de
los profesionales que ha sido principalmente heredada por la cultura general, que
pervive incluso en cierta medida a da de hoy. Siguiendo a Parsons, el servicio
altruista, el cdigo tico regulador, la competencia tcnica (fundamentada en la
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ciencia y su progreso) y la autoridad y responsabilidad social (labor de cohesin de
la moral social) se constituirn como los rasgos principales de aquellos grupos que
asumen el carcter profesional de su ocupacin o rol social.
Los aos sesenta y setenta conllevarn sin embargo la ruptura con esta
visin idealizada de las profesiones caracterstica de las perspectivas
funcionalistas iniciales. La explosin de nuevos enfoques (neoweberianos,
neomarxistas, etnometodolgicos, fenomenolgicos o interaccionistas) aporta una
mirada ms diferenciada que resulta en una gran cantidad de estudios originales
sobre las profesiones. A partir de las nuevas perspectivas se llevar a cabo, entre
otros, un cambio fundamental en la comprensin de las profesiones por medio del
cual stas toman un marcado cariz dinmico y mvil. La cualidad profesional no
sera as un espacio reservado necesariamente a una serie de ocupaciones cuyo
papel funcional en la estructura social depare roles y estatus de mayor alcance,
sino ms bien un horizonte, el resultado nunca definitivo de un complejo y labrado
camino de luchas y conflictos, en el que los grupos profesionales estn sujetos a
variables de carcter poltico, cultural, acadmico o econmico que no dependen
de ellos en su totalidad. En este sentido stos no pueden ser nunca totalmente
independientes o autorregulados, caracterstica distintiva profesional por
excelencia. Dicho lo cual, se pas as a dar mayor alcance al anlisis de toda una
serie de mecanismos que intervenan en procesos diferenciados e histricos de
profesionalizacin. Dentro de estos estudios encontramos ya un espacio sanitario
que se conforma como terreno privilegiado de anlisis, llegando al punto de
considerar a la medicina como la profesin por excelencia1.
Entre la disparidad de mecanismos de profesionalizacin que nos interesa
tener presentes podemos destacar la posesin de un cuerpo sistemtico y
formalizado de conocimientos y el dominio o exclusividad cognitiva sobre los
procesos formativos legitimados para el mismo; los mecanismos de
reconocimiento, credencial y proteccin profesional autorregulados o estatales; la
1 En los aos setenta y principios de los ochenta, el desarrollo de los estudios sociolgicos en torno a la salud coincidi en buena medida con los propios de la sociologa de las profesiones, pues el anlisis de la medicina y los mdicos se convierten en objetivo privilegiado de ambos (Johnson, 1972; Freidson, 1978; Donati, 1994). En dicha confluencia de perspectivas, nos interesar en especial el trabajo sobre las estructuras y dinmicas del sector sanitario espaol llevado a cabo por dos autores, Josep Rodrguez y Jess De Miguel (De Miguel, 1983; Rodrguez, 1981, 1986, 1992; Rodrguez y De Miguel, 1987, 1990).
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capacidad de gestin de los significantes culturales sobre la profesin; o la
constitucin de un producto distintivo y el control monopolstico del mercado de
produccin o venta del mismo (Larson, 1977; Freidson, 1978; Collins, 1990;
Torstendhal y Burrage, 1990; Sez y Snchez, 2009). El engarce especfico de estas
caractersticas, que hemos podido ir aislando en nuestras lecturas sobre la
sociologa de las profesiones, tendr reflejo en uno u otro modo en la propia
disposicin de nuestro trabajo en diferentes espacios y en sus anlisis asociados
(anlisis jurdico-poltico, espacio y anlisis acadmicos, espacio y anlisis cultural,
insercin sociopoltica o econmica) as como en la relevancia dada al carcter
temporal (histrico) o dinmico (campos asimtricos de luchas) del objeto de
estudio.
De forma complementaria a los trabajos sobre la profesionalizacin se
vinieron realizando estudios que destacaban a su vez los procesos de declive de las
profesiones bajo las ideas amplias de la desprofesionalizacin o la
proletarizacin (Oppenheimer, 1973; Casanova, 1975; Haug, 1975; Derber, 1982;
Martn Serrano, 1982; Guilln, 1990). Segn dichas teoras, buena parte de las
caractersticas destacadas en forma de privilegios para los grupos profesionales
han sido progresivamente minadas y en muchos casos han desaparecido. En
general, se atestigua una prdida de estatus y prestigio de las mismas as como una
menor capacidad de autorregulacin o de monopolio sobre el propio conocimiento
o producto, incidiendo as sobre elementos otrora fundamentales en la propia
concepcin profesional. Por ejemplo, la entrada progresiva de su trabajo en el
entramado de organizaciones complejas, como puede ser la propia estructura
burocrtico-estatal, habra supuesto una merma en la capacidad e independencia
en los procesos de toma de decisiones, en especial de aquellas que afectaban a la
organizacin o la finalidad de su trabajo o en la propia definicin de los problemas
especficos que ataen a su servicio. Finalmente, se atestiguaba tambin la prdida
de beneficios laborales en la forma de peores salarios as como una menor
capacidad de autoempleo o incluso un empobrecimiento en sus condiciones
laborales. Los planteamientos sobre la desprofesionalizacin fueron especialmente
utilizados a lo largo de las dcadas de los setenta y ochenta del siglo XX, sin
embargo han vuelto a tener relevancia en los ltimos aos, a raz de ciertas
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reestructuraciones de los marcos laborales de la prctica profesional (Irvine, 2004;
DOrleans, 2008; Sez y Snchez, 2009; Irigoyen, 2011). En nuestro caso, dichos
procesos han influido en formas diversas a los trabajadores de los servicios
sanitarios, donde cabe incluir a los psiclogos si bien el colectivo principalmente
afectado ser el de los mdicos. Consideramos as que el anlisis de la
profesionalizacin psicosanitaria estara incompleto si no tenemos en cuenta
dichas dinmicas desprofesionalizadoras, tanto las histricas como sobre todo las
ms recientes, en el mbito de la salud. Estamos hablando ya aqu de forma
destacada del amplio campo de modificaciones llevadas a cabo sobre el sector
pblico y conceptualizadas bajo la idea genrica de la nueva gestin pblica (new
public management) (Parrado, 1996; Lane, 2000; Olas de Lima, 2001; Lpez, 2003;
Dent et al., 2004; Shamsul, 2005).
Destacar finalmente nuestra voluntad de desarrollar aspectos a nuestro
entender escasamente trabajados en la actualidad dentro del campo de estudios de
la sociologa de las profesiones. Nos referimos en concreto a la importancia de la
dimensin cultural para la comprensin de determinados procesos y estrategias de
profesionalizacin o desprofesionalizacin. Consideramos aqu que la importancia
de dicha dimensin fue debidamente implantada por trabajos clsicos en el campo,
como el famoso estudio de Larson (1977) y la importancia que en l se daba al
terreno socio-simblico, si bien dicha dimensin no nos parece suficientemente
remarcada y analizada en los trabajos actuales de la disciplina. Nos referimos en
este caso no tanto a cuestiones como la cultura profesional, que s focaliza
abundante atencin, como ms bien a las aproximaciones sobre la profesin en la
cultura, a partir de las cuales creemos que podr incluso reconsiderarse la base
misma de las apuestas profesionalistas en las dimensiones ms formales e
institucionales. Ser precisamente esta dimensin cultural la que comienza a su
vez a ser relevante dentro del otro campo de conocimientos que rescatamos aqu
para la construccin categorial del objeto de estudio: la psicologa crtica.
La psicologa (social) crtica y la sociologa que se ha acercado crticamente
a la psicologa son un referente fundamental en nuestro trabajo. La propia
consideracin de la psicologa (objeto genrico) que aqu desarrollamos y a partir
de la cual desplegamos el proceso de seleccin de intereses analticos y empricos
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concretos se fundamenta en el modo en que estas perspectivas han venido
reflexionndola y construyndola a lo largo de las ltimas dcadas.
Habr que retrotraerse de nuevo a los aos setenta del siglo XX para
observar en este caso un cambio radical en la propia conceptualizacin general de
la psicologa. Como hemos podido avanzar en el apartado introductorio, dicha
dcada asiste al desarrollo de toda una serie de perspectivas novedosas que tienen
como elemento aglutinador su distanciamiento con los modelos ortodoxos de la
disciplina. Habr que destacar as el desarrollo de nuevos planteamientos como la
psicologa constructivista, la psicologa del discurso, la psicologa retrica o la
psicologa de orientacin hermenutica o deconstructivista, entre otras (Billig,
1987; Crespo, 1991; Potter y Wetherell, 1996; iguez y Antaki, 1998; Gergen,
1999; Blanco, 2002). De entre ellos, nos interesa aqu especialmente la rama
propiamente caracterizada como crtica (Parker y Shotter, 1990; Martn
Cebollero, 1995; Gordo y Linaza, 1996; Ibez y iguez, 1997; Burman, 1998;
Ovejero, 1999; Sloan, 2000; Ibez, 2005; Romero y lvaro, 2006; Fox et al., 2009)
en tanto que sta pretende ya no slo organizarse como un instrumento de crtica
discursiva sobre la sociedad contempornea, ni tan siquiera como una herramienta
de produccin de conocimiento emancipador, sino directamente como un
mecanismo de oposicin a las estructuras de dominio, empezando as por el papel
que la propia disciplina tiene en las mismas. De entre las distintas lneas dentro de
la psicologa crtica habr que remarcar el papel destacado de la desarrollada en
los pases anglfonos, pues ha sido la que ha adquirido una mayor difusin global
as como una introduccin ms clara en Espaa. Pese a ello, quisiramos tambin
defender la importancia de rescatar el papel original de la psicologa crtica
alemana (Holzkamp, 1972; Tolman y Mayers, 1991; Tolman, 1994) as como las
races soviticas de la misma, sobre todo si queremos situar de manera adecuada a
la propia (sub)disciplina dentro del entramado socio-poltico que le da sentido.
Una psicologa crtica alemana que articul seguramente uno de los proyectos ms
ambiciosos y de mayor recorrido en este campo, pero que ha visto reducida su
capacidad de expansin e influencia sobre todo por las escasas traducciones del
alemn hasta dcadas recientes as como por algunos excesos dogmticos en su
planteamiento.
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Por otro lado, nos es especialmente relevante aqu la confluencia de dichas
perspectivas heterodoxas con los trabajos sociocrticos y genealgicos aplicados al
entorno amplio de lo psi. Si los trabajos del filsofo Michel Foucault son aqu un
referente irrenunciable (1994, 1997, 2000, 2001, 2005b), la confluencia de los
mismos con la antipsiquiatra (Cooper, 1971; Basaglia, 1972, Garca, 1975; Szasz,
1976; Laing, 1977) u otros autores como Erving Gofmann (1972), Ivan Illich
(1975), Gilles Deleuze y Flix Guattari (1985), Norbert Elias (1988, 1990) o
algunos trabajos asociados a la Escuela de Frankfurt (Adorno et al., 1965; Marcuse,
1981; Fromm, 1994), abre un terreno prolfico y novedoso para reflexiones y
denuncias de gran calado sobre la realidad social y poltica de las disciplinas psi o
de los sistemas de (auto)control a ellas asociados. A partir de este terreno de
trabajos iniciales, son sobre todo una serie de socilogos quienes posibilitarn el
paso a una crtica psi ms especficamente psicolgica, no tan marcada ya por la
dimensin psiquitrica. Entre stos, debemos destacar las obras de Robert Castel
(1980a, 1980b), Jacques Donzelot (1979), Fernando lvarez-Ura (1983), Julia
Varela (Varela y lvarez-Ura, 1986) o Nikolas Rose (1979, 1985, 1990, 1996b),
cuyos anlisis disponen un complejo marco de implicaciones para la existencia y
dispersin de racionalidades y tcnicas psi.
Finalmente, todos estos trabajos de confluencia psico y sociocrtica han sido
actualizados recientemente en los estudios sobre la psicologizacin o la cultura
psicolgica, terreno especfico del campo en el que aqu nos situaremos (Varela,
1997; lvarez-Ura, 2005; Parker, 2008; De Vos, 2010; Gordo y De Vos, 2011). De
forma sucinta, todos ellos vienen a poner el foco en el extraordinario proceso de
inundacin social de las categoras y prcticas psi en el contexto de las
democracias avanzadas. Tanto la categora de psicologizacin como la de
cultura psicolgica desplazan de este modo las perspectivas de estudio hacia un
terreno cultural hasta ese momento relativamente poco estudiado, menos an en
suelo espaol. Dicho desplazamiento facilita de entrada el engarce de la disciplina
con las transformaciones sociopolticas que le son coetneas, entre las que
podramos destacar aqu la mecnica de fragilizacin de las relaciones sociales o el
nuevo individualismo (Beck y Beck-Gernsheim, 2003; Donzelot et al., 2007), los
actuales modelos productivos (Parker, 2008) o el neoliberalismo (Rose, 1996a).
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Dar continuidad aqu a dichas perspectivas nos permitir reconsiderar el encaje
caracterstico de la psicologa en dichas transformaciones, pasando as de la
utilizacin habitual de las mismas como meros marcos o contextos para el
despliegue de la psicologa a situar sta ms bien conformando una parte
destacable de la orientacin especfica y actual de aquellas. En este punto
entroncaremos as en ltimo caso con obras propias de la sociologa cultural o
laboral (Riesman, 1981; Lipovetsky, 1987; Castel, 1997; Lasch, 1999; Sennett,
2000; Illouz, 2007, 2010; Crespo et al., 2009) as como con las lecturas
anglofoucaultianas sobre el neoliberalismo (Burchell et al., 1991; Barry et al., 1996;
Rose, 1996b, 1999; Dean, 1999).
1.2. Objetivos concretos y directrices de trabajo
Recordamos el objetivo general de nuestro trabajo, tal como se present en el
apartado introductorio:
Profundizar en los discursos y posiciones en torno a la LOPS, las condiciones
de posibilidad que hicieron factible el levantamiento de sectores concretos de
la academia y prctica profesional psicolgica y el modo que estos
levantamientos y movilizaciones, tensiones entre el plano
profesional/acadmico y el marco legal, permite indagar en la comprensin
histrica del papel de cierta forma dominante de psicologa en el actual
imaginario social espaol.
A partir de dicho objetivo general, y en el proceso de delimitacin de los
discursos y de sus condiciones de posibilidad, hemos considerado una serie de
objetivos complementarios o secundarios a aquel:
Analizar y derivar claves de comprensin especficas y relevantes a partir
de dimensiones diferenciadas del conflicto (profesional, acadmica,
cultural, histrica) as como articular stas para ofrecer conclusiones
integradas en relacin al objetivo general.
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Tener en consideracin procesos socioculturales de relativa amplitud en los
cuales adquiere cada vez mayor relevancia un determinado discurso
psicolgico distintivo as como situar geogrfica (Estado espaol) y
sociolgicamente dicho discurso.
Introducir perspectivas o puntos de vista novedosos sobre el conflicto
analizado, encontrando espacios de invisibilizacin en las explicaciones
(categoras, teoras, etc.) de la actual sociologa de las profesiones, sobre
todo en lo que se refiere a variables de tipo cultural o histrico relevantes
para determinados procesos de profesionalizacin.
De forma complementaria a estos objetivos, y como derivacin de los
mismos, sintetizamos dos hiptesis o directrices de trabajo principales, las cuales
servirn a su vez para calibrar posteriormente nuestros anlisis:
La especfica incardinacin cultural y poltica ostentada por la psicologa
espaola actual (psicologizacin/cultura psicolgica) le brinda a la misma
posibilidades de reproduccin y estrategias de profesionalizacin con
capacidad para superar escenarios aparentemente adversos, como el
deparado por la entrada en vigor de la LOPS.
Revelar a su vez la incardinacin sociopoltica de la psicologa permitir
quebrar la centralidad de elementos que articulan de forma destacada el
espacio mismo de debate y anlisis generado tras la LOPS, en especial
aquellos puntos que se refieren a los enfrentamientos en torno a los
paradigmas de salud defendidos o al simple nivel corporativo del conflicto.
1.3. Fundamentacin epistmica y diseo metodolgico
Al igual que una investigacin social se construye de forma necesaria sobre el
trasfondo de un marco categorial de referencia, aquella tambin participa y
reproduce explcita o implcitamente un modelo determinado de acceso al
conocimiento o produccin del mismo. En nuestro caso, no nos parece posible ni
deseable a da de hoy renunciar al nuevo espacio postpositivista deparado por las
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crticas dcadas atrs a la llamada concepcin heredada de la ciencia (Bachelard,
1973, 1981; Kuhn, 1975; Barnes, 1986; Wittgenstein, 1988; Feyerabend, 2000;
Bloor, 2003; Canguilhem, 2009). En el campo concreto de las ciencias sociales
dicha ruptura con la tradicin epistmica positivista tiene reflejo sobre todo en el
camino abierto para la serie de metodologas y tcnicas incluidas de forma
genrica bajo la idea del cualitativismo (Ibez, 1986; Dvila, 1995; Delgado y
Gutirrez, 1995; Alonso, 1998; Valls, 1999; Ruiz Olabunaga, 2003). Tendremos
as en este nuevo marco de comprensin toda una multitud de tcnicas de
recogida, produccin y anlisis de datos o informacin que surgen a su amparo. La
amplitud y dispersin de dichas tcnicas llega sin embargo al punto de hacer difcil
encontrar un denominador comn entre ellas. Pese a todo, parece posible
distinguir en la propia consciencia del anclaje social de la investigacin acadmica
un marco de partida compartido e irrenunciable. Entendemos entonces por ello
que un planteamiento metodolgico (cualitativo) est incompleto si no se
posiciona de entrada en el plano epistemolgico bajo el cual se desarrolla. La
reflexin en torno a dicho posicionamiento permitir determinar ciertos criterios
acerca de qu podemos conocer y, de este modo, perfilar las tcnicas adecuadas
para hacerlo correctamente. Nos situamos, como decimos, dentro de la ruptura
cualitativa, y la voluntad de explicitar y desbrozar mnimamente el camino
epistmico que nos lleva a realizar tal afirmacin es as una evidencia inicial de
dicha adherencia.
En primer lugar, un elemento bsico de partida es la superacin de la
ilusin de transparencia de la realidad y del acceso emprico ingenuo a la misma.
La familiaridad con la realidad social es un obstculo epistemolgico
especialmente persistente. En nuestro caso, la psicologa se nos presenta hoy de
forma inmediata y evidente como una profesin y un saber aplicados a la atencin
en salud. Ello nos genera una serie de problemas a la hora de abordar tanto la
disciplina como el marco sanitario en el que acta. Queremos desarrollar as de
entrada un mecanismo preliminar de distanciamiento con dicha apariencia
inmediata, partiendo de la comprensin de los procesos constructivos propios de
la investigacin, los cuales se ejercen tanto sobre el material estudiado como sobre
el tratamiento mismo que le brindamos. En definitiva, debemos comenzar
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problematizando la propia evidencia objetual de los fenmenos sociales
analizados. El recorrido histrico-genealgico realizado trata de situarse as en
estas coordenadas metodolgicas.
Por otro lado, no podemos aceptar hoy los hechos sociolgicos ms que
considerando su aparicin necesaria bajo condiciones que insertan en su misma
evidencia fenomnica decisiones tcnicas, metodolgicas o tericas derivadas de
caractersticas sociales, culturales o histricas del sujeto de conocimiento. Los
productos del conocimiento cientfico no son simples descubrimientos de objetos
preexistentes sino elaboraciones propias de un lenguaje legitimado y
transformado por una colectividad cientfica inserta a su vez en un complejo social.
El nivel lingstico-simblico adquiere aqu pues una importancia nuclear.
De una forma u otra, el lenguaje ya era un elemento central e irrenunciable
en los debates positivistas en torno a la ciencia o la epistemologa (Ayer, 1981;
Kolakowski, 1988). Sin embargo, frente a aquellos, el lenguaje no interesa ahora en
el plano de la delimitacin de los principios de las inferencias formalmente vlidas,
ni el horizonte es ya el de la consecucin de un complejo lgico-formal que sea
preservado de sus propios elementos connotativos distorsionadores o ambiguos.
Ms bien, se pone en entredicho la posibilidad misma de un lenguaje desprendido
de heursticos o infecciones socio-culturales. Interesa el lenguaje como praxis
social, no como sistema abstracto, donde lo social mismo es ahora inseparable de
lo simblico. Tenemos as un espacio estructurado por significaciones y smbolos
cuyo tratamiento adecuado no puede darse tanto a travs de la mtrica
matemtica como de los anlisis de lo lingstico, lo comunicacional o lo
semiolgico.
La metodologa cualitativa partir entonces de la necesidad de acercarse a
lo simblico, otorgando a los sujetos no slo una posicin reactiva ante el mundo
sino tambin un papel activo, con la capacidad de modificar aquel a travs del
sentido(s) que le imprime con sus acciones. De este modo los datos elaborados no
constituyen intuiciones del ser sino en muchos casos efectos de significado cuya
elaboracin est condicionada a partir de y bajo los lmites de la carga simblico-
lingstica planteada ya pues como inherente a lo social. Del mismo modo, este
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espacio social est necesariamente incardinado en unas coordenadas histrico-
polticas, de las que el propio investigador no puede considerarse ajeno.
En definitiva, el camino abierto por las crticas al representacionismo y al
cuantitativismo tradicional da va libre as a un terreno metodolgico inmenso, con
mecanismos de produccin de conocimiento que permiten una nueva relacin
integrada del pensamiento, lo lingstico o lo simblico con los fenmenos sociales.
Con lo dicho hasta aqu, entendemos que la investigacin social se constituye como
un proceso abierto, reflexivo, deseablemente adaptable y flexible. Un proceso que,
sin perder el rigor analtico, debe ser necesariamente amoldable a las
especificidades del objeto concreto que se busca y crea en la investigacin, tanto
en el uso de las categoras como en el de los mtodos.
La eleccin de las herramientas metodolgicas es de este modo un paso
clave, en tanto que circunscribe lo observable, permitiendo a su vez la construccin
del objeto mismo de estudio como una apuesta. Una apuesta que en muchos casos
ser finalmente de carcter poltico, en tanto que las diferentes tcnicas tienen
capacidad en grados diversos para actuar e incluso transformar la realidad sobre la
que se focalizan. La seleccin metodolgico-tcnica nos posiciona necesariamente
as en un terreno estratgico (Dvila y Domnguez, s/f; Gordo y Serrano, 2008).
En nuestro caso, las decisiones propias del proceso de seleccin no fueron
simplemente tomadas de forma previa al desarrollo de la investigacin. Ms que
decidirnos a priori por unas herramientas, esperbamos que el propio proceso de
investigacin y los objetivos especficos del mismo nos llevaran a disponer unas u
otras en cada momento, una vez habamos profundizado previamente en el
conocimiento terico del manejo de las mismas y de sus implicaciones. Dicho
procedimiento, de elaboracin abierta y emergente, nos acerca per se a un tipo de
investigacin cualitativa de forma mucho ms evidente que cualquier seleccin
tcnica especfica. Sin embargo, paradjicamente, este proceso de ajuste a las
necesidades del objeto (construido) nos ha posicionado a su vez de forma crtica
en nuestra adherencia al modelo cualitativo, o cuanto menos respecto de
determinadas derivas en los usos del mismo. Consideramos as que el sentido de
las acciones no puede ser slo subjetivo sino que est situado en un espacio social,
del mismo modo que las relaciones sociales no pueden reducirse a las
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35
representaciones que de ellas se hacen los sujetos. No es posible descifrar el
significado de los discursos si stos no se insertan en el discurrir de
acontecimientos y relaciones especficas en las que toman consistencia. En este
sentido, los discursos per se no son explicativos de los comportamientos sino que
son un elemento ms a explicar.
A tenor de lo dicho, definiremos el modelo metodolgico que aqu seguimos
como un modelo mixto (cualitativo-cuantitativo), que pretende una aproximacin
a los fenmenos de estudio en sus mltiples dimensiones de profundidad y
complejidad, conjugadas en lo posible con las de frecuencia, amplitud o magnitud.
Nos decantamos as por una triangulacin de mltiples y diferentes mtodos de
recopilacin, produccin y anlisis de datos, de tal manera que la misma permita a
su vez generar un mecanismo de control sobre la propia validez interna o
credibilidad de la investigacin llevada a cabo. Esto es, no simplemente mezclar
tcnicas y mtodos sino permitir que stas entren en contrastes especficos y
orientados.
Los objetivos e hiptesis de trabajo que hemos comentado ms arriba y que
condensan el conjunto de planteamientos bsicos de este trabajo deben ser
necesariamente abordados as desde una perspectiva pluri-metodolgica, esto es,
recurriendo a la aplicacin de distintas metodologas y tcnicas de investigacin en
diferentes fases de investigacin, sucesivas en el tiempo y con objetivos de
informacin sustancialmente diferenciados. Cada propuesta tcnica estar vinculada
de este modo a la consecucin de informacin relevante acerca de un objetivo o un
grupo de objetivos determinados.
Exponemos brevemente a continuacin las diferentes tcnicas, fuentes y
tipos de materiales seleccionados y producidos a lo largo del trabajo de campo
(marzo 2007 - junio 2014). La imbricacin de las distintas tcnicas habr de
reflejarse una vez avanzados los anlisis en la propia tesis2.
2 Para facilitar la lectura de los apartados que siguen, la informacin de carcter ms procedimental ser ofrecida directamente en los captulos en los que se desarrollan los estudios empricos concretos.
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1.3.1. Fase productiva
La presente investigacin compagina en su fase productiva la lectura de
bibliografa especializada, el recurso a documentacin oficial y fuentes estadsticas
secundarias, con un trabajo de campo centrado en la produccin de materiales
cualitativos. El uso que hacemos de los datos estadsticos est principalmente
encaminado aqu a objetivar en plano sociolgico nuestro primer abordaje del
objeto de estudio. Esta mirada ms centrada en hechos y datos sociales aporta
sin embargo un referente ineludible para desplegar el anlisis discursivo del resto
de materiales narrativos que constituyen el ncleo principal del estudio.
1.3.1.1. Rastreo bibliogrfico y documentacin oficial
El proceso de rastreo bibliogrfico tuvo lugar ya desde los momentos iniciales de la
(pre)fase exploratoria de la investigacin que se presenta. La investigacin se
nutre inicialmente de mis experiencias directas tanto con la institucin, como ex-
alumno de psicologa, como tambin con el conflicto, en este caso por mi militancia
en colectivos involucrados en las luchas anti-LOPS. Partamos as en un primer
momento de dicha participacin directa (experiencia bruta sin sistematizacin
procedimental) para los posteriores procesos organizados de seleccin de fuentes
y materiales.
Ya en fase productiva, se llev a cabo de forma inicial un seguimiento de los
sucesos y acciones o reacciones que se fueron derivando de la progresiva
aplicacin de la Ley de Ordenacin de las Profesiones Sanitarias y de la
movilizacin y respuesta crtica de la psicologa. Se procedi as a la elaboracin de
un cronograma del movimiento psi contra la LOPS en el que se recogan tanto los
hitos ms destacados (manifestaciones, paros, formacin de colectivos ad hoc,
cambios institucionales, enmiendas en las Cortes) como las producciones
discursivas sucesivas de los colectivos y organizaciones involucrados, de forma
que pudimos aglutinar una cantidad ingente de materiales en todo el desarrollo de
esta primera fase. La recopilacin y el anlisis documental de todos estos
materiales conformarn en definitiva el grueso de la investigacin. Adems del
ingente recurso a fuentes bibliogrficas secundarias, se accedi y seleccion as
una parte importante de la documentacin escrita recogida para el proceso de
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anlisis. Organizamos la documentacin seleccionada en relacin a su carcter
jurdico, poltico, acadmico, profesional o cultural (Tabla 1).
Tabla 1. Principales materiales documental-normativos analizados
DOCUMENTACIN JURDICA
Regulacin sanitaria
Ley 14/1986 General de Sanidad (BOE, 1986, 102: 15207-15224) Ley 15/1997 sobre habilitacin de nuevas formas de gestin del Sistema Nacional de Salud
(BOE, 1997, 100: 13449-13450) Real Decreto 2490/1998 por el que se crea y regula el Ttulo Oficial de Psiclogo Especialista
en Psicologa Clnica (BOE, 1998, 288: 39538-39542) Orden PRE/1107/2002 por las que se regulan las vas transitorias de acceso al Ttulo de
Psiclogo Especialista en Psicologa Clnica (BOE, 2002, 119: 17897-17902) Ley 16/2003 de Cohesin y Calidad del Sistema Nacional de Salud (BOE, 2003, 128: 20567-
20588) Real Decreto 1127/2003 por el que se establecen las bases generales sobre autorizacin de
centros, servicios y establecimientos sanitarios (BOE, 2003, 254: 37893-37902) Ley 55/2003 del Estatuto Marco del Personal Estatutario de los Servicios de Salud (BOE,
2003, 301: 44742-44763) Ley 44/2003 de Ordenacin de las Profesiones Sanitarias (BOE, 2003, 280: 41442-41458) Real Decreto 654/2005 por el que se modifican las disposiciones transitorias del RD
2490/1998 y se abre un nuevo plazo para solicitar dicho Ttulo (BOE, 2005, 142: 20570-20571)
Orden SCO/1741/2006 por la que se modifican los anexos del RD 1127/2003, por el que se establecen las bases generales sobre autorizacin de centros, servicios y establecimientos sanitarios (BOE, 2006, 134: 21240-21241)
Health Professions Order (2001) Enmienda Accoyer Amendement 336, Code de la Sant Publique (2003)
Regulacin acadmica
RD 1428/1990 por el cual se establece el ttulo universitario oficial de Licenciado en Psicologa y las directrices generales propias de los planes de estudio conducentes a la obtencin de aquel (BOE, 1990, 278: 34360-34362)
Ley Orgnica 6/2001 de Universidades (BOE, 2001, 307: 49400-49425) RD 55/2005 por el que se establece la estructura de las enseanzas universitarias y se regulan
los estudios universitarios oficiales de Grado (BOE, 2005, 21: 2842-2846) RD 56/2005 por el que se regulan los estudios universitarios oficiales de postgrado (BOE,
2005, 21: 2846-2851) Ley Orgnica 4/2007 por la que se modifica la Ley Orgnica 6/2001 de Universidades (BOE,
2010, 89: 16241-16260) RD 1393/2007 por el que se establece la ordenacin de las enseanzas universitarias oficiales
(BOE, 2007, 260: 44037-44048) RD 861/2010 por el que se modifica el RD 1393/2007 por el que se establece la ordenacin de
las enseanzas universitarias oficiales (BOE, 2010, 161: 58454-58468)
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DOCUMENTACIN POLTICA Informes del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad Informes de la Comisin Nacional Promotora de la Especialidad de Psicologa Clnica
(CNEPC) Informes del Grupo de Trabajo de Psiclogos en la Comisin Tcnica de Formacin
Especializada en Ciencias de la Salud Libro Blanco sobre Educacin de la Comisin Europea (1990) Declaracin del Consejo Europeo de Lisboa (Estrategia de Lisboa) (2000) Directiva 123/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo relativa a los servicios en el
mercado interior (Directiva Bolkenstein) (2006)
DOCUMENTACIN ACADMICA Libro Blanco para el Ttulo de Grado en Psicologa (2005) Declaracin de la Conferencia de Decanos de Psicologa (Murcia, 2005) Documentos emitidos por el Colectivo de Estudiantes de Psicologa (CEP-PIE) Documentos emitidos por el Movimiento contra la LOPS Carta Magna de las Universidades Europeas (1988) Declaracin de la Sorbona (1998) Declaracin de Bolonia (1999) Informe Universidad 2000 (Informe Bricall) (2000) Proyecto Tuning: sintonizar las estructuras educativas de Europa (2000)
DOCUMENTACIN PROFESIONAL (colectivos)
Foro de la Psicologa de Espaa3 Colegio Oficial de Psiclogos (COP)/ Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos
(CGCOP) y Colegios Oficiales de Psicologa regionales [comunicados oficiales y editoriales en revistas Infocop, Papeles del psiclogo y Anuario de psicologa]
Grupo por la Salud y la Psicologa (creado ad hoc tras la LOPS) Asociacin de Psiclogos Afectados/as por el Reconocimiento de la Especialidad en
Psicologa Clnica (creado ad hoc tras la LOPS) Federacin Espaola de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP) Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra (AEN) Asociacin Espaola de Psicologa Clnica y Psicopatologa (AEPCP) Asociacin Nacional de Psiclogos Clnicos y Residentes (ANPIR) Mesa Galega de Psicoloxa Clnica (MGPC) Sociedad Espaola de Psiquiatra Consejo General del Colegio de Mdicos European Federation of Psychologists Associations (EFPA) European Federation of Professional Psychologists Associations (EFPPA)
Fuente: Elaboracin propia.
3 Organismo principal de la coordinacin de profesionales, docentes y estudiantes de la psicologa contra la LOPS, creado ad hoc a partir de dicha ley.
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Documentacin jurdica
Seleccionamos para anlisis una serie de documentos legislativos (leyes, reales
decretos, rdenes ministeriales u otros). Por un lado se accedi a reglamentacin
del espacio sanitario, tanto leyes genricas del sector como en especial las
especficas para la regulacin laboral-profesional reciente. De entre ellas se realiz
un anlisis de caso jurdico sobre el texto de la Ley de Ordenacin de las
Profesiones Sanitarias (2003) as como de otras regulaciones coetneas o previas
necesarias para su comprensin, destacando aqu la Ley de Cohesin y Calidad del
Sistema Nacional de Salud (2003), el Estatuto Marco del Personal Estatutario de
los Servicios de Salud (2003) y la Ley General de Sanidad (1986), sta ltima como
ley genrica previa de mayor calado.
Se accedi tambin a documentacin jurdica relativa al mbito educativo
en el contexto de transformaciones asociadas al llamado Plan Bolonia. En este
caso, la seleccin se centr de forma especial en aquella documentacin que
afectaba directa o indirectamente a los cambios especficos en los estudios
universitarios de la psicologa, dando con todo ello continuidad a la documentacin
jurdico-universitaria ya trabajada para nuestro recorrido histrico.
Por lo general la documentacin utilizada es del marco normativo espaol
pero tambin se accedi a reglamentacin del entorno europeo, en especial de
Reino Unido y Francia, para las cuestiones sanitarias.
Organismos polticos
Seleccionamos aqu documentacin oficial de las Administraciones Sanitarias y
Educativas o de organismos de asesora a stas en la elaboracin y progresiva
modificacin de la regulacin jurdica. Recogemos asimismo enmiendas
presentadas por los Grupos Parlamentarios del Congreso de los Diputados, escritos
del Defensor del Pueblo y otros documentos significativos en las dinmicas de
transformacin recientes del sector educativo superior. De nuevo destacar aqu la
pertenencia mayoritaria de dicha documentacin al contexto espaol as como una
parte menor producida por el Consejo, la Comisin o el Parlamento europeos.
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Organismos acadmicos
Tenemos en este caso documentos emitidos por instancias acadmico-
universitarias, principalmente planes de estudio, currculos y guas de asignaturas
recogidos tanto para anlisis sobre las transformaciones histricas de los
sucesivos planes de estudio de psicologa de la Universidad Complutense de
Madrid as como para un anlisis comparativo de los planes de estudio de los
nuevos grados en psicologa en el conjunto del Estado (43), con especial atencin
sobre seis universidades espaolas previamente seleccionadas segn criterios que
detallaremos en el captulo correspondiente (UCM, Barcelona UB, Valencia,
Zaragoza, Jan y Rey Juan Carlos de Madrid).
Asimismo se recogieron otra serie de documentos de organismos de
representacin del terreno educativo psicolgico, principalmente la Conferencia de
Decanos de Psicologa de las Universidades Espaolas, el Colectivo de Estudiantes
de Psicologa (CEP-PIE) y el colectivo estudiantil Movimiento contra la LOPS, as
como algunos otros pertenecientes o relativos tambin al campo amplio del sector
educativo espaol (Agencia Nacional de Evaluacin de la Calidad y Acreditacin o
Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas, de forma destacada).
Organismos y asociaciones profesionales
Se recogieron y analizaron aqu documentos emitidos por los principales
colectivos profesionales participantes en el conflicto de la psicologa con la LOPS,
ya sea en la forma de comunicados, escritos de denuncia, editoriales en sus revistas
de referencia u otros. Partimos en un primer momento de los organismos
principales de representacin del terreno profesional psicolgico (especialmente
el Consejo General de Colegios Oficiales de Psiclogos y algunos Colegios Oficiales
de Psiclogos regionales) y se fueron aadiendo para el anlisis algunos otros que
se iban revelando como importantes en el proceso de aplicacin y/o denuncia
sobre la LOPS. Para una mayor comprensin de las dinmicas del conflicto se
accedi tambin a comunicados de algunos organismos o asociaciones no
psicolgicas involucradas en los debates en torno a la nueva ley, ya sea en la
redaccin o modificaciones posteriores a la misma, o bien porque en los textos
analizados de la psicologa sta entraba en dilogo o confrontacin con ellos.
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Tomamos en este ltimo caso principalmente asociaciones y organismos mdico-
psiquitricos.
A nivel europeo se analizaron tambin documentos de la European
Federation of Psychologist Associations y de su predecesora, la European
Federation of Professional Psychologists Associations.
Industria cultural
Por un lado, como complemento de los anlisis en torno al conflicto con la LOPS, se
recogieron algunos artculos de opinin o entrevistas en medios de comunicacin
firmados por personas o colectivos involucrados en el mismo.
Por otro lado, para los anlisis sobre la dimensin cultural psi, se llev a
cabo un trabajo sobre el espacio editorial de la autoayuda, en concreto sobre sus
formatos impresos en publicaciones peridicas (revista o magacn). En este caso,
se recogern para anlisis un conjunto de textos pertenecientes a la revista
Psychologies. Para los datos especficos sobre dicho proceso de seleccin y anlisis
emplazamos al Captulo Sexto.
1.3.1.2. Fuentes cuantitativas complementarias
Reforzamos el trabajo de campo principalmente cualitativo con el anlisis de
diversos datos cuantitativos, que nos permitirn en este caso acentuar o incidir
sobre aspectos institucionales o sociodemogrficos especficos en torno a los
objetivos de relevancia.
Por lo general recurrimos aqu a diferentes organismos u oficinas oficiales
encargados de la previsin de datos estadsticos, en especial al Instituto Nacional
de Estadstica, al Centro de Investigaciones Sociolgicas, a Eurostat y a los
servicios de diferentes Ministerios espaoles (sobre todo los encargados de
Sanidad, Educacin y Trabajo, bajo sus distintos nombres histricos). Asimismo
recogemos datos cuantitativos a partir de fuentes secundarias acadmico-
cientficas (investigaciones publicadas en revistas o libros) convenientemente
citadas en la bibliografa final as como en la informacin de fuentes en los grficos
y tablas derivados del recurso a dichos datos.
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Entre los recursos cuantitativos ms relevantes para nuestros intereses
habr que nombrar los datos relativos a matriculaciones en las facultades de
Psicologa de distintas universidades espaolas, los porcentajes asociados a los
distintos sectores profesionales de la psicologa, numerosa informacin asociada al
campo sanitario en Espaa (evolucin en presupuestos del Estado y distribucin
de los mismos, colegiaciones en profesiones sanitarias u otros en los Barmetros
sanitarios del Ministerio) as como datos relativos al espacio cultural de la
psicologa, en especial al mundo editorial de las revistas de autoayuda (facturacin
en ventas por sectores de mercado editorial, datos totales y evolucin en ventas de
ciertas revistas o perfil sociodemogrfico del lector, entre otros).
En relacin a este ltimo espacio cultural queremos aqu destacar el trabajo
de anlisis sobre los datos de la serie de encuestas realizadas por el equipo de
Gualberto Buela-Casal (Buela-Casal et al., 2005a, 2005b, 2005c; Sierra et al., 2005)
en relacin a la imagen de la psicologa como profesin sanitaria tanto entre
profesores de psicologa y medicina, entre psiclogos espaoles, entre estudiantes
de psicologa y entre la poblacin en general, respectivamente. sta ltima nos
interesaba especialmente, en conjuncin adems aqu con la revisin que dicho
equipo hace de los trabajos previos en Espaa sobre la imagen de la psicologa
entre la poblacin general, destacando en este caso a su vez los estudios de
Seisdedos (1983) y Berenguer y Quintanilla (1994).
Entre las aportaciones ms relevantes del anlisis de los datos extrados de
todo este conjunto de encuestas tenemos, por un lado, cierta progresin histrica
en la modificacin de dicha imagen poblacional de la psicologa en Espaa. Desde
los primeros anlisis poblacionales (aos ochenta) se constata ya la consideracin
general positiva de la utilidad de la psicologa, sobre todo aqu entre encuestados
de mayor edad, con menor nivel profesional y cultural y entre mujeres. A destacar
ah tambin la tendencia a asociar a la psicologa de forma relevante con las
ciencias ocultas.
Posteriormente (aos noventa), la imagen sigue siendo muy positiva entre
la poblacin. Aqu tenemos sin embargo tambin una confusin relevante de la
disciplina con la sociologa (835%) y la pedagoga (743%), en porcentajes mucho
ms elevados, por ejemplo, que la confusin con la psiquiatra (37%). La asociacin
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con tareas parapsicolgicas, como la realizacin de cartas astrales o lectura de
manos, es ya mucho menor, aunque cabe destacar la creencia de que se poda
ejercer la profesin sin cursar una carrera universitaria (168%). Por otro lado, el
perfil del psiclogo profesional se encuentra en estos momentos ya ms cercano al
espacio clnico, si bien en los contrastes sobre el reconocimiento social de la
profesin su posicionamiento se encuentra a medio camino entre la medicina y la
asistencia social, en un perfil por otro lado cercano ya al del psiquiatra.
Finalmente, en los anlisis sobre la imagen sanitaria de la psicologa actual
(Buela-Casal et al., 2005a, 2005b, 2005c; Sierra et al., 2005), podemos destacar la
postura general notablemente favorable a considerar entre la poblacin a la
psicologa como una profesin con carcter sanitario (porcentajes en torno al
85%). En este caso, si bien todos los estratos analizados parecen favorables, las
mayores puntuaciones se dan entre amas de casa, jvenes (18-37 aos) y con
puntuaciones muy similares ya entre mujeres y hombres. Es destacable asimismo
en los datos la mayor afluencia personal al psiclogo que al psiquiatra en el amplio
espectro de encuestados as como tambin una mayor satisfaccin con los
primeros. Se echan en falta, por otro lado, en los estudios del equipo de Buela-Casal
preguntas referentes a espacios limtrofes con otras disciplinas as como con
aspectos propios de la dimensin ms espiritual o parapsicolgica asociados a
la psicologa. Del mismo modo, la estratificacin socio-profesional tampoco es aqu
especialmente rigurosa y nos hubiera gustado disponer tambin, por ejemplo, de
datos para la relacin entre zonas urbanas y rurales.
1.3.1.3. Tcnicas cualitativas (entrevistas individuales semiestructuradas)
Se llevaron a cabo un total de 14 entrevistas cualitativas semi-estructuradas con
informantes cualificados seleccionados por su conocimiento del campo psicolgico
o sanitario o por su participacin en organismos oficiales y colectivos directamente
involucrados en los debates y negociaciones en torno a la aplicacin y posteriores
modificaciones de la LOPS (Tabla 3).
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Tabla 2. Ficha tcnica del cuestionario sobre la imagen de la psicologa como profesin sanitaria entre la poblacin general
mbito Totalidad del territorio espaol
Universo Poblacin espaola total a da 1 de enero de 2003
Tamao de la muestra 1.562 personas
Muestreo Aleatorio (por provincias)
Perfil
sociodemogrfico de la muestra
Sexo: 70% mujeres; 30% hombres Edad: 18 a 94 aos (Media de edad: 47,13; Desviacin tpica: 17,31) Regin: todas las provincias espaolas (exceptuando Lrida por problemas con los recursos telefnicos) Profesin: 5 grupos (amas de casa, jubilados/pensionistas, en paro, profesionales y estudiantes)
Consistencia interna = 0,65
Recogida de datos Mayo a junio de 2005 Instrumento y
procedimiento
Cuestionario de opinin acerca de las competencias del
psiclogo mediante encuesta telefnica
Fuente: Buela-Casal et al., 2005d.
El tiempo medio de las entrevistas fue de una hora y quince minutos, siendo
el tiempo mnimo de cuarenta y cinco minutos y el mximo de dos horas. La
realizacin de las entrevistas fue por lo general en los propios despachos o lugares
de trabajo de los entrevistados, pues su mayora eran psiclogos y sanitarios
profesionales o profesores universitarios. En el caso
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