tesi nsmb wittgenstein y gadamer maig 2009
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Wittgenstein y Gadamer: lenguaje, praxis, razn. El problema del pluralismo a travs de la filosofa
del lenguaje
Nria Sara Miras Boronat
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Nria Sara Miras Boronat
Wittgenstein y Gadamer: lenguaje, praxis, razn. El problema del pluralismo a travs de la filosofa
del lenguaje
TESIS DOCTORAL
Director: Jos Manuel Bermudo vila Programa de Doctorado: Filosofia, tica, Poltica (2000-2002)
Departament de Filosofia Teortica i Prctica Facultat de Filosofia, Universitat de Barcelona
Barcelona, 2009
2
3
That which we are, we are; One equal-temper of heroic hearts,
Made weak by time and fate, But strong in will
To strive, to seek, to find and not to yield.
ALFRED TENNYSON, Ulysses
Trume gehen nicht in Erfllung. Ihre Erfllung liegt in ihnen selbst.
HANS-GEORG GADAMER, Philosophische Lehrjahre
A la meva via Merc Ferr i a la meva mare Merc Boronat. Sou els astres ms resplendents en el meu cel habitat destels.
4
5
NDICE
Agradecimientos 11
INTRODUCCIN 15
Siglas utilizadas 29
CUESTIONES PRELIMINARES: EL PLURALISMO COMO DOCTRIN A Y
COMO PROBLEMA FILOSFICO 41
1. Notas para una prehistoria del pluralismo 46
2. El pluralismo como doctrina en la historia de la filosofa 50
2.1. La vida en el pluriverso. Pluralismo, metafsica y mstica 50
2.2. Dos estrellas arrojan luz sobre un planeta: pluralismo de valores 55
2.3. Pluralismo poltico y liberalismo 62
2.4. El pluralismo en la actualidad, actualidad del pluralismo 68
3. El pluralismo terico en el contexto del giro lingstico-pragmtico del siglo XX
73
3.1. El pluralismo y sus crticos 77
3.2. El pluralismo, a vueltas con la verdad 77
3.3. Pluralismo axiolgico, inconmensurabilidad y virtudes pluralistas 80
3.4. Pluralismo poltico y multiculturalismo 83
3.5. Un manifiesto pluralista? 88
4. Recapitulacin y tesis que guan esta investigacin 91
CAPTULO I. WITTGENSTEIN Y EL LENGUAJE 97
1. Wittgenstein como filsofo trascendental 100
1.1. Wittgenstein y la tradicin filosfica 100
1.2. Las tradiciones de Wittgenstein 107
1.3. Wittgenstein como filsofo trascendental. La pregunta por las condiciones de
posibilidad del lenguaje significativo 113
6
2. La teora del significado del Tractatus Logico-Philosophicus y la ontologa del
atomismo lgico 131
2.1. La teora del significado 132
2.2. El atomismo lgico 139
2.3. Los problemas de la teora del significado del Tractatus 142
3. El modelo de los juegos de lenguaje versus la concepcin augustiniana del
lenguaje 153
3.1. La concepcin augustiniana del lenguaje 154
3.2. El modelo de los juegos de lenguaje 159
3.3. El significado como uso 163
3.4. Uso y regla. El carcter normativo del significado 168
CAPTULO II. WITTGENSTEIN: DEL LENGUAJE A LA PRAXIS 171
1. Otra vez sobre la nocin de seguir una regla 174
1.1. Qu no es seguir una regla 175
1.2. Seguir una regla es ser adiestrado, es adquirir una habilidad tcnica 183
1.3. El lenguaje como sistema 188
2. Lenguaje y forma de vida 190
2.1. El lenguaje como actividad 190
2.2. La forma de vida como trasfondo del lenguaje 192
2.3. Dificultades de interpretacin de lo que sea una forma de vida 193
2.3.1. La forma de vida como una actitud individual. Lebensform como
Lebensweise y como Art des Lebens 197
2.3.2. La forma de vida como marco sociocultural. Lebensform como Kultur 203
2.3.3.Esa compleja forma de vida. Lebensform como Lebewesen 210
3. El fundamento prctico de nuestros juicios 219
3.1. Breve referencia del texto 220
3.2. Duda y certeza 222
3.3. Regla y proposicin emprica 234
3.4. Imagen del mundo y dinmica de los juegos de lenguaje 241
4. Las consecuencias del giro lingstico-pragmtico de Wittgenstein para la razn
248
4.1. Razn pura y razn prctica sin filosofa prctica. 248
7
4.2. tica del retiro a la fortaleza interior, misticismo y renuncia a la praxis.
Conservacin y revolucin. 252
4.3. Conviccin y Descripcin vs. Deliberacin y Explicacin. Wittgenstein: ciencia,
cultura y sociedad. 261
4.4. Pluralidad de los juegos de lenguaje y de las formas de vida: pluralidad de la
razn? 265
CAPTULO III. GADAMER Y EL LENGUAJE 271
1. Wahrheit und Methode y el proyecto de una hermenutica filosfica 273
1.1. El punto de partida de Gadamer 274
1.1.1. La hermenutica antes de Gadamer 278
1.1.2. La hermenutica segn Gadamer: el proyecto de una hermenutica
filosfica (o la suma de unos Gad) 288
2. El comprender como el modo primario de ser del Dasein 298
2.1. Hermenutica de la facticidad 298
2.2. Mundo (Welt) y Entorno (Umwelt) 305
3. Las condiciones de posibilidad del comprender: pertenencia a la tradicin y
lingisticidad 312
3.1. La situacin en la tradicin como condicin del comprender 313
3.1.1. La rehabilitacin del prejuicio 317
3.1.2. La fusin de horizontes: perspectiva diacrnica 323
3.1.3. Conciencia de la historia efectual y autoconciencia 326
3.2. Lingisticidad y tradicin 330
4. La ontologizacin del lenguaje. Sein, das verstanden werden kann, ist Sprache
333
4.1. El giro ontolgico de la hermenutica al hilo del lenguaje 342
4.2. Historia de una coma, narracin de una ambigedad 343
4.3. La concepcin del lenguaje de Gadamer a partir de la nocin de juego 346
4.3.1. Historia del concepto lenguaje 346
4.3.2. Lenguaje como juego 349
8
CAPTULO IV. GADAMER: DEL LENGUAJE A LA PRAXIS 357
1. El dilogo como esencia del lenguaje 361
1. 1. La dialctica pregunta-respuesta como juego y la primaca de la pregunta sobre la
respuesta 362
1.2. Condiciones propicias para un dilogo autntico 367
1.2.1. El acuerdo sobre la cosa y un lenguaje comn 368
1.2.2. Anticipacin de perfeccin de sentido y presuncin de veracidad 372
1.2.3. Apertura al otro y una conciencia formada hermenuticamente 377
1.2.4. La fusin de horizontes: perspectiva sincrnica 380
1.2. El dilogo como una aventura de transformacin y formas inautnticas de dilogo
384
2. Das Gesprch, das wir sind. Notas al pie de un lema de Hlderlin 389
2.1. La tradicin histrico-lingstica como consenso previo subyacente al dilogo 391
2.2. El dilogo con la tradicin 392
2.3. La tradicin como dilogo 395
3. Hermenutica y praxis 400
3.1. Saber prctico 402
3.2. Comprender el mundo, interpretar el mundo, transformar el mundo. Reflexiones en
torno a la 11 Tesis sobre Feuerbach 408
3.3. La tarea tica fundamental de la hermenutica 419
3.4. Posibilidad de una tica hermenutica 422
4. La cuestin de la verdad en la pluralidad de tradiciones y la unidad de la razn
humana en sus diferentes manifestaciones. 428
4.1. Europa como lugar natural de la pluralidad 429
4.2. Un manifiesto anticientfico: por la pluralidad de mtodos y en contra de la
reduccin tcnica del mundo 432
4.3. La unidad de la razn en la pluralidad de sus manifestaciones 437
CAPTULO V. WITTGENSTEIN Y GADAMER: LENGUAJE, PRAXI S,
RAZN 447
1. Wittgenstein y Gadamer en la literatura secundaria 449
1.1. Vida y obra. Las sendas paralelas que se cruzan sin tocarse en el tiempo 450
1.3. La contienda entre analticos y continentales. Una oposicin superada? 457
9
1.3. Filosofa analtica y hermenutica filosfica como ramas opuestas y
complementarias del giro lingstico-pragmtico del siglo XX 463
1.4. Trabajos sobre Wittgenstein y Gadamer 465
1.4.1. De Wittgenstein a Gadamer, pasando por Heidegger 467
1.4.2. Gadamer, lector de Wittgenstein 480
2. Paralelos en la concepcin del lenguaje de Wittgenstein y Gadamer 489
2.1. Qu significa poder hablar un lenguaje o comprender una expresin lingstica?
490
2.2. El lenguaje como juego 494
2.3. El modelo dilogico 500
3. De la centralidad del lenguaje al primado de la praxis en Wittgenstein y
Gadamer 502
3.1. Lenguaje y concepcin del mundo: perspectiva horizontal-esttica-sincrnica 504
3.2. Lenguaje y concepcin del mundo: perspectiva vertical-dinmica-diacrnica 507
4. La constelacin lenguaje-praxis-razn tras Wittgenstein y Gadamer y la
cuestin del pluralismo de concepciones del mundo desde una perspectiva
integrada 510
4.1. La constelacin lenguaje-praxis-razn como el suelo mvil del pluralismo terico
511
4.2. Convergencias de Wittgenstein y Gadamer con el pluralismo terico 513
5. Eplogo 517
CONCLUSIONES 521
BIBLIOGRAFA 527
10
11
Agradecimientos
El presente trabajo de investigacin no habra podido ser realizado sin el apoyo
recibido por parte de personas e instituciones durante los arduos aos de doctorado. A
todos ellos quiero expresar mi agradecimiento y aprovechar la oportunidad que me
brinda la finalizacin de la Tesis Doctoral para expresar con palabras lo que con el pasar
del tiempo ha llegado a entenderse por s mismo. Esto no quiere decir, sin embargo, que
lo que se sobreentiende no deba ser expresado nunca: justo la expresin del sentimiento
hace la diferencia y por ello quiero intentar traducir en palabras mi gratitud y
reconocimiento por la ayuda prestada.
A nivel institucional debo agradecer el apoyo y financiacin recibidos para mi
proyecto en forma de becas y contratos de investigacin. Por orden cronolgico: Beca
de Introduccin a la Investigacin del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas
en el Instituto de Filosofa bajo la tutora del Dr. Roberto Rodrguez Aramayo (2000),
Beca de la Fundaci Universitria Agust Pedro i Pons de la Universitat de Barcelona
(2001), Beca de Formaci en la Recerca i la Docncia bajo la direccin del Prof. Dr.
Jos Manuel Bermudo vila (2001-2006), Beca para realizar estancias de investigacin
en la Repblica Federal Alemana para jvenes investigadores del Deutscher
Akademischer Austausch Dienst en el Institut fr Philosophie de la Humboldt-
Universitt zu Berlin bajo la tutora del Prof. Dr. Volker Gerhardt (2006), Contrato
como Profesora Asociada en la Facultad de Filosofa de la Universitat de Barcelona
para cubrir la reduccin de docencia atorgada por distincin de la Generalitat al Dr.
Josep Maria Esquirol Calaf (2007).
Este proyecto se debe en una medida inconmensurable a las enseanzas, gua y
apoyo personal de mi director de tesis, el Prof. Dr. Jos Manuel Bermudo vila,
privilegios de los que espero seguir disfrutando durante largo tiempo. l supo encauzar
todas las inquietudes filosficas que pugnaban en m cuando termin la licenciatura y
me mostr un vasto horizonte de caminos por seguir, dejndome siempre
prudentemente la eleccin final y demostrando su confianza en mis capacidades. Con l
adquir un compromiso con mi trabajo y me he esforzado en mantenerlo desde entonces.
Tuve adems la suerte de ser uno de los primeros miembros del Seminari de Filosofia
12
Poltica (SFP-UB) que l coordina desde el ao 2000: un crculo que se ha ido
ampliando y que constituye para nosotros el primer lugar de exposicin de nuestros
ensayos filosficos, un animado foro de discusin y un mbito que ha propiciado que
creciramos juntos. Aprovecho por ello para agradecer a los componentes del Seminari
el aprendizaje de todos estos aos, sus acertadas y oportunas observaciones sobre mis
trabajos y el infatigable entusiasmo para realizar empresas comunes. Confo en que
juntos emprendamos muchas ms.
Gracias al disfrute de varias becas y ayudas he podido ser en numerosas
ocasiones Gastwissenschaftlerin en la Humboldt-Universitt zu Berlin, por invitacin
del Prof. Dr. Volker Gerhardt. Lo que tena que ser una estancia de tres meses en Berln,
para perfeccionar el idioma y empaparse del ambiente acadmico alemn, se convirti
en tres aos y medio de una relacin muy fructfera para m, hasta el punto que
prcticamente la mitad del tiempo de mi doctorado viv en Berln o entre Berln y
Barcelona. Al Profesor Gerhardt quiero agradecer su generosa predisposicin al
admitirme en su Doktorandenkolloquium Zur Philosophie der Gegenwart, adems del
apoyo y consejo prestados durante todo este tiempo. Tambin a los miembros del
Kolloquium, venidos desde todos los rincones del mundo, con los que pude discutir
largo y tendido acerca de todos los tpicos filosficos posibles.
Adems quisiera agradecer lo que he aprendido de otros profesores que he ido
conociendo por el camino, que han atendido mis consultas, de los que he aprendido y de
cuyas buenas indicaciones creo que se ha beneficiado la Tesis. Muchas de estas
conversaciones siguen sin conclusin y espero retomarlas en el futuro. A Juan Carlos
Velasco Arroyo del CSIC, con quien pude debatir sobre filosofa contempornea y
sobre todo de Habermas, el autor en el que l es especialista y quien se ha convertido en
un buen amigo que siempre ha prestado generosamente su ayuda tanto en materias
filosficas como en lo personal desde que comenc el doctorado. A Jos Mara
Gonzlez del CSIC, tambin su buena predisposicin y apoyo en sucesivas fases del
doctorado. A Miguel ngel Quintana de la Universidad Europea Miguel de Cervantes
de Valladolid, que es capaz de conducir las conversaciones sobre Wittgenstein y
Gadamer de un forma tan apasionante que hacen olvidar la nocin del tiempo. A Ramn
del Castillo de la UNED, quien no slo ha mostrado siempre su disponibilidad para la
discusin filosfica, sino que tambin me ha regalado su apoyo y amistad de forma
13
espontnea, sobre todo en estos ltimos meses, y me ha hecho descubrir la msica de
Elliott Carter, por nombrar lo ms reciente de una larga lista. A Ramon Cirera de la
Universidad de Barcelona, con quien he tenido el placer de escuchar y aprender sobre
Wittgenstein, Carnap y el Crculo de Viena. A mi buena amiga, Sandra Santana, que ha
realizado una excelente y hermosa investigacin sobre Karl Kraus y con quien durante
meses le los Beitrge de Fritz Mauthner en Berln, un trabajo conjunto del que las dos
disfrutamos mucho, aprendimos y que nos llev a soar con futuros trabajos de
colaboracin. Agradezco tambin las detalladas respuestas a mis consultas por parte de
el Prof. Reiner Wiehl, profesor emrito de la Ruprecht-Karls-Univeristt Heidelberg, el
Prof. Pirmin Stekeler-Weithofer de la Universidad de Leipzig y el Profesor Allan Janik
de la Universidad de Innsbruck.
A nivel personal quiero agradecer tambin el cario recibido por mis amigos y
seres queridos. Quiero tener un recuerdo especial para Nria Balaguer, Maria Ballester,
Elena Baixas, Albert Bellmunt, Fran Conde, Jimena del Solar, Joan Galve, Nria
Gavald, Helena Gefaell, Mnica Gmez, Joan Mayans, Ftima Motas, Marta Oliv,
Sergi Pascual, Ester Plana, Slvia Rubi, Maite Santamara y Luz Verdaguer. A mis
amigos de Berln, tambin un recuerdo sentido por su amistad y constante esfuerzo para
que pudiera sentir Berln como mi ciudad: Elia Caldern, Creixell Espilla, Richard
Fonseca, Meritxell Guasch, Carolin Holtmann, Nikos Loukidelis, Henrik Mtze, Manos
Perrakis, Heiko Pollmeier, Maria Pous, Claudia Pufahl, Stascha Rohmer y familia
Waack.
Mi agradecimiento ms profundo es para mi familia, sobre todo para mi madre
Maria Merc, mi padre Cisco, mis hermanas Mariona y Carina y mi abuela Merc. Ellos
han sabido entender lo importante que era para m embarcarme en esta aventura de la
filosofa, me han ayudado todo lo que han podido y ms y han sufrido esta Tesis a mi
lado. De ellos he aprendido las lecciones ms valiosas, entre ellas: que las acciones
hablan por s mismas. Y sus acciones hablan de un amor y cario incondicionales,
integridad y entereza personales que superan las dificultades y salen fortalecidas de
ellas. Espero que estn orgullosos.
Valls, 22 de diciembre de 2008
14
15
INTRODUCCIN
16
17
1. Genaloga del trabajo de investigacin.
Wittgenstein y Gadamer: lenguaje, praxis, razn. El problema del pluralismo a
travs de la filosofa del lenguaje es un proyecto que empez a gestarse, si bien al
principio no del todo conscientemente, en la etapa final de mis estudios de Licenciatura
en Filosofa. Mis intereses filosficos se dividan entonces entre la filosofa del
lenguaje, la filosofa poltica y la esttica filosfica y no saba muy bien hacia dnde
dirigir mis esfuerzos. En el penltimo ao de carrera asist a un curso llamado "Asaltos
a la razn poltica I", impartido por el Prof. Dr. Jos Manuel Bermudo vila. En este
curso se "reconstruan" las causas de la crisis de la razn prctica a partir de las
contribuciones de diferentes autores desde Kant a los pensadores de la sospecha, siendo
stos los distintos frentes de desgaste de nuestra cada vez ms maltrecha y agotada
racionalidad, que a cada paso vea recortadas sus competencias, sus capacidades y sus
fuentes de legitimidad. El planteamiento del curso me pareci interesante y atractivo, as
que decid en ltimo curso asistir tambin a "Asaltos de la razn poltica II", que
retomaba la historia del debilitamiento por asalto a la razn a partir de los pensadores de
inicio del siglo XX hasta las ms recientes tendencias de la filosofa poltica
(liberalismo, comunitarismo, contextualismo, etc.). Al final del semestre de verano ya
tena claro que quera continuar profundizando en esta temtica y que mi Director de
Tesis tena que ser el Prof. Bermudo, as que un da como tantos otros a finales de mayo
del ao 2000, me present en su despacho y le expuse mis intenciones. l acept dirigir
mi Tesis despus de un par de conversaciones sobre mi formacin, mis intereses
filosficos y mis proyectos de futuro y me exigi un compromiso y una dedicacin
absoluta para con mi trabajo, algo que a pesar de los tropiezos y dificultades lgicos
inherentes a este proceso, he procurado mantener.
Paralelamente, en mis dos ltimos aos de carrera asist a todos los cursos
relacionados con la filosofa del lenguaje y con la esttica. En filosofa del lenguaje me
cautiv desde el principio el Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein, no slo
como obra de precisin lgica, sino tambin por su profundo valor esttico y literario.
En esttica me dediqu en especial al romanticismo alemn y los distintos recursos de
expresin, en especial las formas de la irona. El lenguaje, su naturaleza, su
funcionamiento, sus posibilidades, eran los temas que iban acaparando mi atencin.
18
Inmediatamente despus de concluir mis estudios tuve la enorme fortuna de
recibir una beca de "Introduccin a la Investigacin" del Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas. Realic una estancia de investigacin en el Instituto de
Filosofa, en Madrid, bajo la tutela del Dr. Roberto Rodrguez Aramayo, especialista en
la filosofa prctica de Immanuel Kant y a este tema me dediqu en exclusiva durante
dicha estancia en el ltimo trimestre del ao 2000. Al personal del Instituto de Filosofa
les debo agradecer que me introdujeran generosamente a la forma de vida del mundo
de la investigacin, de haber formado mi idea de sta cmo debera ser, hablando en
trminos kantianos. Y esto dicho no slo desde un ideal de excelencia acadmica, sino
tambin como disposicin prctica.
A mi regreso a Barcelona me incorpor como miembro al Seminario de Filosofa
Poltica de la Universidad de Barcelona (SFP-UB) y comenc a esbozar los trazos de mi
proyecto futuro. El Seminario ha sido para m el escenario privilegiado de discusin
filosfica en los ltimos siete aos, teniendo la suerte de que lo que en nuestra pequea
gora se ha propuesto como tema comn ha coincidido casi por entero con mis propios
intereses y con mi propia evolucin. De hecho, dira que el Seminario ha tenido un
determinante en la evolucin de mis intereses, intuiciones, sensibilidad y proyecto
filosficos. En este contexto fue cuando por primera vez o hablar de la cuestin del
pluralismo, tema que acab resultando uno de los ejes fundamentales de esta
investigacin.
En el estado de dispersin natural a los inicios de una tesis doctoral, a principios
de 2001, tuve que decidirme por un ttulo para mi trabajo de investigacin tutelado. En
una conversacin con el Prof. Bermudo surgi el de Kant y Wittgenstein: del sujeto
trascendental a los juegos de lenguaje y aunque al principio me pareci una tarea
irrealizable, debo decir que de ese texto aprend mucho ms de lo que era para m
esperable y que el marco dibujado en mi tesina sigue guiando ahora por ahora mis
movimientos. En Kant y Wittgenstein: del sujeto trascendental a los juegos de lenguaje,
Kant y Wittgenstein constituyen dos representantes fundamentales de dos paradigmas
de conocimiento y accin: para Kant la instancia privilegiada es el sujeto trascendental,
19
que dicta leyes tanto en el mundo natural como en la esfera moral; para Wittgenstein, en
cambio, es el lenguaje el que desempea la fundamental funcin de "apertura del
mundo". Este gesto podra ser, en su versin ms simple, el gesto caracterstico del
llamado "giro lingstico". Sin embargo Wittgenstein da un paso ms que sus
predecesores Frege o Russell: el giro lingstico de Wittgenstein culmina en un giro
pragmtico. Este viraje hacia la praxis tiene ms bien el carcter de una resituacin del
lenguaje en el mbito que le es propio y romper con una concepcin del lenguaje
eminentemente mentalista que haba sido dominante en la reflexin filosfica sobre el
lenguaje. ste es el sentido ltimo de que el lenguaje se defina a partir de entonces
como un conjunto de "juegos de lenguaje": una red de prcticas que no se puede separar
del trasfondo de la forma de vida en el que tienen lugar. As se llega a postular la
"forma de vida" (una nocin vaga e imprecisa pero crucial) como el fundamento del
pensamiento, la accin y el juicio, cuyos mrgenes delimitan (quizs anlogamente a
como lo hacan las categoras del entendimiento en Kant) nuestro "horizonte de
comprensin". Wittgenstein nos dice que lo dado son, de hecho, "formas de vida". No
una, sino una pluralidad de formas de vida que forman un mosaico diverso con el que
debemos entendernos. Hasta ah llega Wittgenstein dibujando un nuevo escenario,
interesante pero no exento de problemas. Este "marco de la pluralidad" ha sido, a mi
entender, el tema privilegiado de la filosofa en los ltimos decenios: desde la teora del
conocimiento hasta la filosofa poltica, pasando por la esttica, la filosofa social, la
filosofa de la cultura, la tica y la filosofa de la religin.
En este punto me di cuenta que Wittgenstein no me proporcionaba elementos
suficientes para resolver los interrogantes suscitados por su propia filosofa. Al menos
no elementos inmanentes a su pensamiento: si exista algo as como una "solucin
wittgensteiniana" se dara siempre forzando lo escrito y yendo mucho ms all de las
pretensiones del propio filsofo. Hasta qu punto estos interrogantes consistan para l
una cuestin interesante o marginal, o si l crea que tales interrogantes eran
formulables, o si estaban fuera de su percepcin de s, era algo que por aquel entonces
no tena muy claro. Al mismo tiempo me senta agotada despus de tanto esfuerzo de
destruccin y reconstruccin y tema quedarme atrapada dentro de las redes
wittgensteinianas, debido al enorme poder de seduccin que stas ejercen. Entonces, por
indicacin de mi buen amigo Sergi Pascual, se me ofreci la alternativa de Hans-Georg
20
Gadamer como una posible salida. Conoca la figura de Gadamer de mis estudios de
licenciatura aunque de forma bastante superficial. Me pareca entonces que la voluntad
sistemtica y de claridad de exposicin en Gadamer poda constituir una ventaja frente a
los enrevesados, por minimalistas, aforismos de Wittgenstein. El problema que me
segua desvelando en esos momentos despus de las dificultades sealadas por
Wittgenstein, era el de determinar las condiciones de posibilidad de la comprensin ya
sea entre individuos que mantienen una conversacin como entre diferentes culturas con
distinto bagaje simblico. se es uno de los temas abordados por la hermenutica
filosfica de Gadamer. La hermenutica es una "ciencia antigua" que tiene sus races en
el arte o la tcnica de la comprensin de los textos que podramos denominar clsicos.
Es con Gadamer que la hermenutica gana su dimensin filosfica: ya no se trata de
disponer de herramientas metodolgicas para descifrar textos religiosos, jurdicos o
literarios, sino de entender qu hace posible el fenmeno de la comprensin en general,
siendo la comprensin la orientacin primaria del ser-ah en el mundo.
Profundizando en la lectura de Gadamer observ muchas coincidencias con
Wittgenstein. La primera de ellas y muy significativa es que tanto Gadamer como
Wittgenstein consideran todava vigente el planteamiento trascendental, es decir, que la
filosofa debe consistir en la investigacin de las condiciones de posibilidad de los
fenmenos. Para Wittgenstein, se trata en su primera poca con el Tractatus Logico-
Philosophicus de las condiciones de posibilidad del lenguaje significativo. Este
proyecto evoluciona en las Philosophische Untersuchungen y podra ser reformulado
como la investigacin acerca de aquello que hace posible el entendimiento entre los
hablantes de una comunidad lingstica. De forma anloga se puede describir el inters
prioritario de Gadamer en Wahrheit und Methode, que se declara abiertamente seguidor
de lo establecido por Kant en la Kritik der reinen Vernunft: determinar qu hace posible
la comprensin en general. Ambos parten de un Faktum, de algo que ya est dado, y
enfocan su programa de investigacin hacia sus condiciones de posibilidad. Mi
intuicin me indicaba que tal vez esta coincidencia fuera algo ms que metodolgica.
Otros motivos kantianos o, mejor dicho, post-kantianos comunes a ambos autores, o el
relato de la sospecha de su presencia se irn sealando conforme vaya avanzando la
tesis.
21
La segunda coincidencia entre Wittgenstein y Gadamer es el papel privilegiado
que el lenguaje adquiere para ambos. La contribucin comn a Wittgenstein y Gadamer
es el haber desplazado el sujeto moderno del centro de pensamiento y haber trasvasado
sus tareas epistemolgicas y normativas al lenguaje. Pero el proceso de desplazamiento
del sujeto al lenguaje se completa solamente cuando se alcanza el mbito de la praxis.
Para Wittgenstein est claro que el lenguaje es una actividad que tiene lugar en el seno
de un entramado complejo de muchas otras actividades y que no es autosuficiente para
la constitucin de sentido y para eso hay que contar con el trasfondo de lo que l llama
forma de vida (Lebensform). Para Gadamer, el lenguaje junto con la tradicin, la
tradicin que vive en el lenguaje, constituyen las condiciones ineludibles del
comprender, pero el lenguaje se entiende asimismo como un dilogo, un intercambio
entre dos interlocutores (dos individuos, un texto, una tradicin en su totalidad). El
dilogo es una praxis que, como el juego de lenguaje, presenta los mismos rasgos de
concrecin y finitud y es a la vez inagotable.
La tercera coincidencia entre Wittgenstein y Gadamer tiene que ver con el papel
que ambos juegan en la cuestin sobre el pluralismo. Por un lado, parece que tanto
Wittgenstein como Gadamer han sido "apropiados" para la filosofa poltica
contempornea en lneas de interpretacin bien dispares entre s. Por otro lado, me
parece posible hacer una lectura pluralista de Wittgenstein y Gadamer, aunque ellos
mismos habran vacilado, si no rehusado de plano, una afiliacin de estas
caractersticas. Qu relacin tiene esta lectura con otras y con una posible articulacin
pluralista de la razn es el objetivo ltimo de esta investigacin.
No cabe terminar la genealoga de mi proyecto de investigacin sin mencionar el
hecho crucial que una parte muy importante de mi trabajo se ha desarrollado como
investigadora invitada por el Prof. Dr. Volker Gerhardt en el Institut fr Philosophie de
la Humboldt-Universitt zu Berlin. Mis estancias en Berln desde 2003 se han ido
combinando con los perodos de trabajo en Barcelona, hasta fijar en la ltima fase de
redaccin mi residencia habitual en Berln. En Berln he tenido la oportunidad de
profundizar en los conocimientos de la lengua alemana, adems de ampliar mi bagaje
filosfico. En el Doktorandenkolloquium "Zur Philosophie der Gegenwart" coordinado
por el Prof. Gerhardt he podido intercambiar puntos de vista con investigadores
22
alemanes y de todos los rincones del mundo. Tambin tuve acceso a los fondos
bibliogrficos de la Zweigbibliothek von Philosophie de la Humboldt- Universitt zu
Berlin y de la Staatsbibliothek zu Berlin. En estos fondos consegu acceder a muchsima
bibliografa secundaria de la que hubiese sido imposible tener noticia desde Barcelona y
sin la cual seguramente este trabajo habra sido otro.
2. Objetivos del trabajo de investigacin.
En la tesis doctoral trataremos de aproximar la influencia comn de Ludwig
Wittgenstein y Hans-Georg Gadamer en los discursos contemporneos sobre el
pluralismo. Este influencia se contempla bajo la luz de un desarrollo paralelo en
ambos autores que les lleva a abandonar el sujeto moderno como instancia privilegiada,
o dicho de otro modo, a desmantelar el "paradigma de la conciencia" para centrar su
atencin en el lenguaje y de ah en la praxis. Por lo tanto, el discurso sobre el pluralismo
deber partir de los parmetros establecidos por Wittgenstein y Gadamer y acatar las
consecuencias de lo que, segn mi punto de vista, es la revolucin filosfica ms
significativa desde el "giro copernicano" de Immanuel Kant. Wittgenstein y Gadamer,
alineados con la tradicin kantiana de pensamiento, se introducen en un debate ms
amplio sobre la razn, sus lmites y sus competencias. Kant aparece en nuestra
investigacin como una forma de preguntar y de hacer filosofa que proporciona a
Wittgenstein y Gadamer un punto de salida, pero no recibir un tratamiento especfico:
ejercer bsicamente de contramodelo filosfico.
La tesis doctoral es un trabajo de comparacin entre dos de los autores ms
relevantes de la filosofa del siglo XX, y a la vez una tesis temtica, ya que su horizonte
recala en una problemtica filosfica muy concreta. Para examinar el estado de la
cuestin habr que retomar: de un lado, la bibliografa secundaria que relaciona a
Wittgenstein y Gadamer; de otro lado, el debate actual en lo referente al pluralismo.
La bibliografa secundaria sobre Wittgenstein o sobre Gadamer es ingente. La
historia de su recepcin y efectos, en trminos hermenuticos, todava est lejos de
23
agotarse y pretender hacer una lectura exhaustiva de todo aquello que se ha dicho sobre
uno u otro conllevara ms de una vida entera y no es el objetivo principal de esta tesis,
sino que se centra en examinar elementos escogidos de las filosofas de los autores
bajo un aspecto, en trminos wittgensteinianos. Wittgenstein ha sido en la literatura
secundaria comparado o relacionado con un gran nmero de autores de la filosofa
moderna y contempornea: con Gottlob Frege, Bertrand Russell, Immanuel Kant, Sren
Kierkegaard, Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche, Sigmund Freud, Edmund
Husserl, Jacques Derrida o Karl Marx. Sin embargo, en los ltimos aos parece que
hay un frente que va ganando terreno a los dems y es el que relaciona a Wittgenstein
con Theodor W. Adorno y con Martin Heidegger. Estos tres autores representaran a la
filosofa alemana del siglo XX, constituiran algo as como su Triunvirato, teniendo
en comn una "crtica del sentido".
Gadamer, por su parte, y seguramente debido a su pretensin de claridad en la
exposicin filosfica, no da alas a un espectro tan ancho en su recepcin e
interpretacin como los crpticos aforismos wittgensteinianos. Se le relaciona la
mayora de las veces con aquellos autores de los que l expresamente se considera
seguidor: su maestro y director de habilitacin en filosofa, Martin Heidegger,
Immanuel Kant, Aristteles y los poetas a los que tantas y tan bellas pginas dedic en
sus textos sobre esttica. La primera pista que lo vinculara a Wittgenstein la da l
mismo en las aclaraciones a Wahrheit und Methode y esa es la primera pista que
seguiremos.
Los paralelos realizados por otros autores entre Wittgenstein y Gadamer son
muy escasos pero entre ellos hay que contar con figuras de gran solvencia filosfica. En
primer lugar, nos encontramos con las reflexiones de los jvenes Jrgen Habermas y
Karl-Otto Apel. Tanto Habermas como Apel han ido retomando los paralelismos
Wittgenstein-Gadamer en sus desarrollos posteriores, si bien lo realmente interesante de
Apel y Habermas es haber asimilado y digerido las aportaciones de Wittgenstein y
Gadamer para su propio programa de investigacin. En la misma lnea cabra situar a
Richard Rorty, de los primeros en saber calibrar los efectos del giro lingstico y de la
hermenutica filosfica, y que luego con este impulso tom su propia direccin.
Wittgenstein y Gadamer han tenido sendas influencias en las tendencias filosficas ms
24
importantes del pasado siglo y del presente: del liberalismo al comunitarismo, del
contextualismo al universalismo, la deconstruccin y los llamados postmodernos. Esta
influencia no ha seguido una lnea recta sino que ha sido muy productiva en muchas
direcciones. De ah una de las grandes dificultades de escribir el gran relato sobre esta
recepcin y de sus consecuencias.
Uno de los vnculos posibles entre Wittgenstein y Gadamer, sostendremos, es la
cuestin del pluralismo. El pluralismo como doctrina filosfica no es una posicin
nueva sino que ha tenido sus momentos clave en la historia de la filosofa, aunque
quizs no con tanta fortuna como otras doctrinas. En los ltimos aos, sin embargo, ha
vuelto a ganar protagonismo hasta ocupar un lugar central entre los debates actuales.
Este protagonismo se debe, en gran medida, a la escisin o deriva errtica del proyecto
universalista moderno, cuyo sustento se encontraba en la unidad de la razn humana
comn a todos los seres racionales. La crisis de fundamentacin, la imposibilidad de
encontrar un suelo comn para los juicios, las creencias y los valores, ha hecho estallar
en una multiplicidad inagotable las posibles fuentes de legitimidad alternativas a la
malograda razn. El pluralismo es nuestro horizonte y nos abre con sus borrosos lmites
un gran interrogante. El pluralismo es tambin producto de los diversos ataques que ha
recibido la racionalidad moderna, que ha visto truncada, suspendida o anquilidada su
ntrinseca uniformidad en todos los mbitos donde se la supona operativa: el religioso,
el esttico, el moral, el epistemolgico. Por todo ello, el pluralismo ha reaparecido con
fuerza en el centro de debate de la filosofa contempornea. Tambin es claro que la
discusin actual acerca del pluralismo se debe a unas circunstancias concretas y que ha
de adquirir matices muy distintos a los que ha tenido en otras pocas.
Segn mi opinin, el protagonismo del pluralismo se juega principalmente en
dos grandes frentes: el epistemolgico y el tico. El pluralismo en epistemologa
implica un posicionamiento especfico respecto la cuestin de la verdad, su existencia y
nuestras posibilidades de acceso a ella. En este frente me parece muy ntida la influencia
tanto de Wittgenstein como de Gadamer. El segundo frente, que me parece ser el ms
representativo de la discusin filosofa contempornea, se juega en la filosofa poltica.
Los primeros en hablar de "pluralidad de valores" o de "formas de vida" fueron, de
hecho, los autores de la corriente liberal. La pluralidad de fines, escalas de valor y de
25
formas de vida o culturas que la sustentan y la conveniencia de su articulacin en un
marco poltico democrtico fue el objetivo principal de la obra de John Rawls. Creo que
desde el redireccionamiento en filosofa poltica iniciado por John Rawls en 1971 con la
aparicin de A Theory of Justice se marcaron las principales directrices de la discusin
en los ltimos treinta aos.
Al lado de la discusin filosfica no hay que olvidar lo ms importante: que la
pluralidad, la diferencia, la multiculturalidad, la diversidad (o como queramos llamarlo)
es una realidad social. El cambio de rostro de nuestros contextos sociales es una
cuestin palpable, un fenmeno que no ha dejado de crecer en las ltimas dcadas
debido al macrofenmeno de la globalizacin. La presencia de formas dispares en
valores, cultura o sensibilidad en mbitos territoriales o polticos reducidos y las
consecuencias asociadas a ella estn en el punto lgido de la discusin en filosofa y en
ciencias sociales. Todos estos factores justifican la omnipresencia del pluralismo en los
debates actuales. Por nuestra parte, restringiremos la investigacin a los presupuestos en
que el pluralismo se basa y para ello nos apoyaremos en una de sus vas, el giro
lingstico-pragmtico de la mano de sus mximos representantes: Wittgenstein y
Gadamer.
3. Estructura del trabajo de investigacin.
Se ha dividido el trabajo en tres grandes partes, divididas en cinco captulos ms
una captulo de cuestiones preliminares. En el captulo preliminar se hace una
reconstruccin histrica del pluralismo como doctrina y como problema filosfico. Esta
discusin sirve de marco de la investigacin y presenta las premisas fundamentales
sobre las que se basa el pluralismo y la va que nos interesa, que es la resultante del giro
lingstico-pragmtico.
La segunda parte est dedicada a la exposicin de dicho giro lingstico-
pragmtico en un tratamiento individualizado en cada uno de los autores, dividido a su
vez en dos captulos por autor. Los captulos I y II estn dedicados a Wittgenstein. En el
26
captulo I analizamos el carcter del proyecto filosfico wittgensteiniano y cmo en ste
el lenguaje adquiere su centralidad. Siguiendo un orden clsico de exposicin en la
investigacin wittgensteiniana partimos del Tractatus Logico-Philosophicus, pasamos
por su fase de transicin y el captulo termina en la presentacin de sus tesis sobre el
lenguaje en las Philosophische Untersuchungen. En el captulo II arrancamos otra vez
de las Philosophische Untersuchungen y avanzamos en direccin a ber Gewissheit
para detallar la radicalizacin del planteamiento wittgensteiniano del lenguaje hasta la
praxis. Intercalamos reflexiones crticas asociadas a las dificultades de interpretacin de
algunos de sus conceptos nucleares, conceptos que despus jugarn un papel principal
en su recepcin y finalizamos con las implicaciones ms significativas del giro
lingstico-pragmtico de Wittgenstein para la razn.
Los captulos III y IV estn dedicados a Gadamer y estn ideados para que
reflejen una estructura simtrica al tratamiento de Wittgenstein y un espacio
aproximadamente igual. En el captulo III presentamos el proyecto gadameriano de una
hermenutica filosfica situndolo en una tradicin de pensamiento milenaria. La
especificidad del proyecto de Gadamer queda ejemplificada a partir de un determinado
desarrollo de esta tradicin que le lleva no slo a replantear la cuestin metdica de la
comprensin de textos clsicos o a defender el mbito de verdad en el modo de
comprensin de las ciencias espritu, sino a formular una hermenutica filosfica, esto
es, una teora sobre qu posibilita la comprensin en general. En este vasto proyecto el
lenguaje adquirir su funcin central como hilo conductor de una ontologa
hermenutica. En el captulo IV se observar la influencia de la clsica tradicin de la
filosofa prctica en el desarrollo del proyecto de una hermenutica filosfica, as como
sus derivaciones para la tica y la poltica. Como en el caso de Wittgenstein, se
intercalan discusiones crticas de aspectos relevantes de la obra de Gadamer para la
cuestin del pluralismo.
La tercera parte y captulo final la constituye el captulo comparativo de las
obras de Wittgenstein y Gadamer. La comparacin se inicia con una reflexin sobre la
relacin de cada uno de los autores con la tradicin filosfica con que se los identifica,
con el propsito de discutir la posibilidad de un dilogo entre ambas tradiciones
filosficas. Proseguiremos ese dilogo a partir de las siguientes afinidades conceptuales
27
entre Wittgenstein y Gadamer: sus orientaciones metodolgicas, el concepto de juego,
las nociones de forma de vida e imagen del mundo (Wittgenstein) en paralelo con la
rehabilitacin del prejuicio, la funcin de la metfora del horizonte y el carcter cuasi-
trascendental de la tradicin histrica (Gadamer). Finalmente, reflexionaremos sobre las
consecuencias de estos conceptos para el pluralismo, su influencia conjunta en el
pluralismo terico y esbozaremos un posible horizonte del pluralismo terico tras
Wittgenstein y Gadamer.
Tratndose de una tesis que tiene el lenguaje por objeto y de dos filsofos cuya
produccin filosfica est en su mayora escrita en alemn, ocasionalmente en ingls,
hemos optado por citar las fuentes en el idioma original junto con la traduccin
existente al castellano en el cuerpo del texto. Observaciones a las traducciones que se
manejan se remiten a pie de pgina. Cuando no hemos encontrado una versin al
castellano de las fuentes, hemos optado por ofrecer nuestra propia traduccin. Siendo
sta nuestra primera experiencia con la traduccin, hemos intentado que fueran las
mnimas e imprescindibles. En la bibliografia secundaria, cuando sta est en ingls o
alemn y no se dispone de una versin al castellano, hemos seguido el mismo principio.
28
29
Siglas utilizadas
Con el fin de evitar un excesivo nmero de notas a pie de pgina y aligerar la
lectura del texto se ha adoptado un doble sistema de citacin bibliogrfica. Para la
bibliografa de referencia, aparecen indicados entre parntesis : el nombre del autor, el
ao de la edicin y el nmero de pgina. Por ejemplo: (Arregui, 2004: 77).
Para los dos autores objeto de la tesis doctoral se usar, dado lo numeroso de las
citas, un sistema de abreviaturas omitiendo el nombre del autor y el ao de edicin. En
el caso de Wittgenstein, existen textos con numeracin de aforismos establecida y otros
sin numeracin. En las fuentes con numeracin se indicar el nmero del aforismo
despus de la correspondiente sigla. Por ejemplo: (TLP, 4.0031: 26). Cuando la fuente
adems se encuentre dividida en partes se indicar tambin la parte correspondiente. Por
ejemplo: (BGM, II, 15 : 129). El propsito de este sistema es hacer ms sencilla la
comprobacin de los aforismos y su contrastacin con las traducciones existentes.
Resumidos en un solo principio gua : todo lo que aparece tras los dos puntos : refiere
a la pgina exacta donde se encuentra la cita; lo que les precede son sucesivamente el
nombre de la fuente, la parte (si la hay) y el nmero de aforismo.
En las fuentes sin numeracin para ambos autores aparecern solamente las
siglas y el nmero de pgina. Por ejemplo: (VB: 476). El mismo sistema se aplicar a
las obras de Gadamer. Por ejemplo: (GW1: 444). Siempre que ha sido posible, las citas
textuales se han extrado de los volmenes de sus obras completas. Cuando no es el
caso, se recurre a los volmenes publicados de forma independiente que especificamos
bajo el rtulo Otros textos y ediciones. Excepcionalmente, y slo cuando no se ha
tenido acceso a una fuente original, se cita directamente su versin al castellano.
En cuanto a la citacin de las fuentes en su idioma original, hay que tener
presente que hubo una gran reforma ortogrfica de la lengua alemana que entr en vigor
el 1 de Agosto de 1998. Nosotros hemos optado por reproducir las fuentes tal y como
estn. Si existe alguna variacin ortogrfica, sta se deber al ao de edicin: depender
30
de si el texto ha sido publicado con anterioridad o posterioridad a la aplicacin de dicha
Reforma.
La lista de abreviaturas empleadas se ofrece a continuacin. En su mayora las
abreviaturas se adaptan a las que ya se han establecido por el uso en las respectivas
comunidades de recepcin de los autores. Cuando no se ha podido seguir un uso
establecido, las abreviaturas utilizadas por nosotros pretenden ser lo ms intuitivas
posible.
1. Tabla de abreviaturas de las obras de Wittgenstein.
Dentro de las Gesammtausgabe podramos haber optado por un sistema ms
simple y haber indicado slo el volumen donde se encuentra la cita , como por ejemplo:
G1, G2, etc. Pero hay motivos de peso para no hacerlo s. En primer lugar, la
edicin de las obras completas en la que nos basamos no respeta estrictamente el orden
cronolgico de la produccin filosfica de Wittgenstein. Y en segundo lugar, las obras
de Wittgenstein han ganado una entidad propia y el llamarlas por su nombre equivale
prcticamente a delimitar el conjunto de problemas de los aforismos as agrupados en la
mayora de los casos por sus albaceas literarios o por editores al cargo de la publicacin
de sus incontables y dispersas notas. As, referiremos por la inicial de los ttulos que
pstumamente recibieron las obras de Wittgenstein. El mismo criterio, cuando se ha
podido, se ha seguido para la traduccin de los textos al castellano.
31
1. 1. De la Gesammtausgabe (8 vol., Suhrkamp, Francfort del Meno, 1984).
AL Aufzeichnungen ber Logik (vol. 1, edicin revisada por Joachim
Schulte)
AMN Aufzeichnungen, die G.E. Moore in Norwegen nach Diktat
niedergeschrieben hat (vol. 1, edicin revisada por Joachim Schulte)
BF Bemerkungen ber die Farben (vol. 8, editado por G. E. M. Anscombe,
revisado por Joachim Schulte)
BGM Bemerkungen ber die Grundlagen der Mathematik (vol. 6, editado por
G. E. M. Anscombe, Rush Rhees y G. H. von Wright)
BPP1 Bemerkungen ber die Philosophie der Psychologie 1 (vol. 7, editado por
G. E. M. Anscombe y G. H. von Wright, revisado por Joachim Schulte)
BPP2 Bemerkungen ber die Philosophie der Psychologie 2 (vol. 7, editado por
G. H. von Wright y Heikki Nyman, revisado por Joachim Schulte)
EPB Eine Philosophische Betrachtung (Versuch einer deutschen Umarbeitung
des Brown Book, ergnzt durch die englische Fassung) (vol. 5, editado
por Rush Rhees)
LSPP Letzte Schriften ber die Philosophie der Psychologie. Vorstudien zum
zweiten Teil der philosophischen Untersuchungen (vol. 7, editado por G.
H. von Wright y Heikki Nyman, revisado por Joachim Schulte)
PB Philosophische Bemerkungen (vol. 2, edicin a partir del Nachla de
Rush Rhees, revisada por Heikki Nyman y Joachim Schulte)
PG Philosophische Grammatik (vol. 4, editado por Rush Rhees)
32
PU Philosophische Untersuchungen (vol. 1, edicin revisada por Joachim
Schulte)
TB Tagebcher 1914-1916 (vol. 1, edicin revisada por Joachim Schulte)
TLP Tractatus Logico-Philosophicus (vol. 1, edicin revisada por Joachim
Schulte)
G ber Gewissheit (vol. 8, editado por G. E. M. Anscombe y G. H. von
Wright, revisado por Joachim Schulte)
VB Vermischte Bemerkungen (vol. 8, fragmentos escogidos del Nachla,
editados por G. H. von Wright en colaboracin con Heikki Nyman,
revisados por Joachim Schulte)
WWK Wittgenstein und der Wienerkreis (vol. 3, conversaciones transcritas por
Friedrich Waismann, editadas a partir del Nachla por Brian F.
McGuiness)
Z Zettel (vol. 8, editado por G. E. M. Anscombe y G. H. von Wright,
revisado por Joachim Schulte)
1.2. Otros textos y ediciones.
BBB The Blue and Brown Books (Basil Blackwell, Oxford, 1964)
BFGB Bemerkungen ber Frazers Golden Bough (traducido y editado por
Joachim Schulte, Suhrkamp, Francfort del Meno, 1999)
BLF Bemerkungen ber logische Form (traducido y editado por Joachim
Schulte, Suhrkamp, Francfort del Meno, 1999)
33
BPE Paul Engelmann/Ludwig Wittgenstein. Briefe und Begegnungen (editado
por Brian F. McGuiness, R. Oldenbourg, Viena, 1970)
CL Cambridge Letters. Correspondence with Russell, Keynes, Moore,
Ramsey and Sraffa (Oxford, Blackwell, 1997)
DB Denkbewegungen. Tagebcher 1930-1932; 1936-1937 (editado por Ilse
Somavilla, Francfort del Meno, Fischer, 1999)
RFM Remarks on the Foundations of Mathematics (edicin inglesa de las
BGM, MIT Press, Cambridge-Londres, 1996)
VE Vortrag ber Ethik und andere kleine Schriften (traducido y editado por
Joachim Schulte, Suhrkamp, Francfort del Meno, 1999)
1.3. Traduccin de las obras al espaol.
CAM Los cuadernos azul y marrn (Tr. Francisco Gracia Guilln, Tecnos,
Madrid, 2007)
CE Conferencia sobre tica (Tr. Fina Biruls, Paids, Barcelona, 1989)
CRKM Cartas a Russell, Keynes y Moore (Tr. Nstor Mguez, Taurus, Madrid,
1979)
CV Aforismos. Cultura y valor (Tr. Elsa Cecilia Frost, Madrid, Espasa-
Calpe, 1996)
DF Diario filosfico (1914-1916) (Tr. Jacobo Muoz e Isidoro Reguera,
Planeta-Agostini, Barcelona, 1986)
GF Gramtica filosfica (Tr. Lus Felipe Segura, UNAM/Instituto de
Investigaciones Filosficas, Mxico, 2007)
34
IF Investigaciones filosficas (Tr. Alfonso Garca Surez y Ulises
Moulines, Barcelona UNAM/Crtica, 2002)
F Filosofa. Secciones 86-93 del Big Typescript (Tr. ngel Garca
Rodrguez, KRK Ediciones, Oviedo, 2007)
FEN Fenomenologa (Secciones 94-100 del Big Typescript) (Tr. ngel Garca
Rodrguez, en Teorema, vol. XXVII/2, 2008, 97-129).
MP Movimientos del pensar. Diarios 1930-1932/1936-1937 (Tr. Isidoro
Reguera, Valencia, Pre-Textos, 2000)
OC Observaciones sobre los colores (Tr. Alejandro Tomasini, Barcelona,
Paids/UNAM, 1994)
OF Observaciones filosficas (Tr. Alejandro Tomasini, Mxico, UNAM,
1997)
OFM Observaciones sobre los fundamentos de la matemtica (Tr. Isidoro
Reguera, Alianza, Madrid, 1987)
OFP1 Observaciones sobre la filosofa de la psicologa, vol. I (Tr. Lus Felipe,
Mxico, UNAM, 1997)
OFP2 Observaciones sobre la filosofa de la psicologa, vol. II (Tr. Lus Felipe,
Mxico, UNAM, 1997)
ORDF Observaciones sobre la Rama Dorada de Frazer (Tr. Javier Sdaba,
Madrid, Tecnos, 1992)
SC Sobre la certeza (Tr. Josep Llus Prades y Vicent Raga, Barcelona,
Gedisa, 2000)
35
TLPE Tractatus Logico-Philosophicus (Tr. Jacobo Muoz e Isidoro Reguera,
Madrid, Alianza, 1989)
UEFP ltimos escritos sobre Filosofa de la Psicologa (Tr. Edmundo
Fernndez, Encarna Hidalgo, Pedro Mantas, Lus Manuel Valds,
Tecnos, Madrid, 2008)
WCV Ludwig Wittgenstein y el Crculo de Viena (Tr. Manuel Arbol, Fondo de
Cultura Econmica, Mxico, 1973)
ZE Zettel (Tr. Octavio Castro y Carlos Ulises Moulines, UNAM/Instituto de
Investigaciones filosficas, Mxico, 2007)
36
2. Tabla de las abreviaturas de las obras de Gadamer.
Las obras principales de Hans-Georg Gadamer se encuentran en su compilacin
de obras completas, publicadas en edicin compacta por la editorial Mohr Siebeck y
supervisadas por el mismo Gadamer. La edicin de sus obras se concluy en 1995,
manejamos una reedicin de 1999. En el caso de Gadamer, optamos por referirnos a
ellas bajo la sigla GW y el nmero de volumen. El subttulo de cada uno de los
volmenes informa suficientemente la temtica tratada en cada volumen. Las
traducciones al castellano se encuentran ms diversificadas y fragmentadas,
respondiendo a intereses temticos o directivas editoriales que desconocemos, por lo
que las siglas utilizadas emplean las iniciales de las traducciones.
2. 1. De las Gesammelte Werke (10 vol., Tubinga, Mohr Siebeck, 1999).
GW1 Wahrheit und Methode. Grundzge einer philosophischen Hermeneutik
GW2 Wahrheit und Methode. Ergnzungen
GW3 Neuere Philosophie I. Hegel Husserl - Heidegger
GW4 Neuere Philosophie II. Probleme - Gestalten
GW5 Griechische Philosophie I
GW6 Griechische Philosophie II
GW7 Griechische Philosophie III. Plato im Dialog
GW8 sthetik und Poethik I. Kunst als Aussage
GW9 sthetik und Poethik II. Hermeneutik im Vollzug
GW10 Hermeneutik im Rckblick. Nachtrge und Verzeichnisse
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2. 2. Otros textos y ediciones.
DUTT En conversacin con Hans-Georg Gadamer. Hermenutica-Esttica-Filosofa Prctica (editado por Carsten Dutt, Madrid, Tecnos, 1998)
GL Gadamer Lesebuch (editado por Jean Grondin, Mohr Siebeck, Tubinga,
1997)
HM Hermenutica de la Modernidad. Conversaciones con Silvio Vietta (Tr.
Luciano Elizaincn-Arrars, Trotta, Madrid, 2004)
LJ Die Lektion des Jahrhunderts. Ein philosophischer Dialog mit Riccardo
Dottori (LIT, Mnster, 2002)
PCH El problema de la conciencia histrica (Tr. Agustn Domingo Moratalla,
Tecnos, Madrid, 2003)
PL Philosophische Lehrjahre (Vittorio Klostermann, Francfort del Meno,
1977)
2. 3. Traducciones de las obras al espaol.
A Antologa (Tr. Constantino Ruiz-Garrido y Manuel Olasagasti, Sgueme,
Salamanca, 2001).
AB La actualidad de lo bello: el arte como juego, smbolo y fiesta (Tr.
Antonio Gmez Ramos, Paids, Barcelona, 1991)
AP Mis aos de aprendizaje (Tr. Rafael Fernndez de Mauri Duque, Herder,
Barcelona, 1996)
38
AVP Arte y verdad de la palabra (Tr. Jos Francisco Ziga Garca, Paids,
Barcelona, 1998)
CH Los caminos de Heidegger (Tr. Angela Ackermann Pilri, Herder,
Barcelona, 2002)
EE La educacin es educarse (Tr. Francesc Perea Blasi, Paids, Barcelona,
2000)
EH Esttica y hermenutica (Tr. Antonio Gmez Ramos, Tecnos, Madrid,
2001)
ET Elogio de la teora: discursos y artculos (Tr. Anna Poca, Pennsula,
Barcelona, 1993)
GH El giro hermenutico (Tr. Arturo Parada, Ctedra, Madrid, 2001)
HE La herencia de Europa. Ensayos (Tr. Pilar Giralt Gorina, Pennsula,
Barcelona, 1990)
HH Historia y hermenutica (con Reinhart Koselleck, Tr. Faustino Oncina,
Paids/ICE-UAB, Barcelona, 1997)
IFO El inicio de la filosofa occidental (Tr. Joan Josep Mussarra, Paids,
Barcelona, 1999)
MR Mito y razn (Tr. Jos Francisco Ziga, Paids, Barcelona, 1997)
PD Poema y dilogo. Ensayos sobre los poetas alemanes ms significativos
del siglo XX (Tr. Daniel Najmas y Juan Navarro, Gedisa, Barcelona,
1993)
VM1 Verdad y mtodo, vol. 1 (Tr. Ana Agud Aparicio y Rafael Agapito,
Salamanca, Sgueme, 2001)
39
VM2 Verdad y mtodo, vol. 2 (Tr. Manuel Olasagasti, Salamanca, Sgueme,
2002)
40
41
CUESTIONES PRELIMINARES. EL PLURALISMO COMO DOCTRIN A Y
COMO PROBLEMA FILOSFICO
42
43
El tpico pluralismo ha devenido en las ltimas dcadas un lugar comn, una
etiqueta a la que se recurre con facilidad, al mismo tiempo que designa una virtud
poltica para los abanderados de la diferencia y un fenmeno relativo a la convivencia
de ideales que urge resolver. Sin embargo, si se ahonda en la cuestin que el pluralismo
plantea, se observar ya a un nivel superficial la ambigedad de la que adolece el
trmino. Su invocacin despierta pasiones encontradas: para algunos, el pluralismo es el
credo al que todo el mundo se ha convertido o debera convertirse; para otros,
pluralismo es el nombre que se da a la patologa terica resultante del fracaso del
proyecto filosfico de la Modernidad, el postrero coletazo de la razn previo a su
disolucin por extenuacin ante la imposibilidad de cubrir todos los frentes abiertos de
disgregacin de sentido. Aquellos que se confiesan fervientes defensores del pluralismo
argumentan a su favor que es una postura que, por una parte, evita la insensibilidad del
universalismo hacia la diferencia y, por tanto, reconoce aquello que nos distingue e
individualiza. Por otra parte, escapa al anything goes del relativismo, puesto que el
pluralismo contempla y admite criterios prudenciales de decisin, siempre y cuando las
fuentes de legitimacin de esos criterios no se postulen a s mismas como las nicas y
exclusivas. Contra el pluralismo no puede tomarse como estrategia el negar las
situaciones de conflicto, menospreciar el disenso o denostar la natural diversidad de
opiniones. Quienes rechazan las virtudes del pluralismo hoy da no pretenden restaurar
un orden jerrquico de las cosas en el mundo, tampoco abogan por un rgimen de
opinin nica. Habr quienes sientan nostalgia del mundo felizmente perdido por
aquellos, tambin quienes aoren la disciplina en las costumbres y quienes se resignen o
consientan la actual situacin de dispersin. La gama de actitudes ante esta situacin es
amplia. Lo que se reprocha al pluralismo es su sospechosa vecindad con el relativismo,
en el sentido de que la suspensin de criterios universales (epistmicos o prcticos) para
la resolucin de conflictos, acabe por confluir con la ausencia total de criterios. Y todo
ello mezclado con un seductor elogio de lo nico en su irreducible multiplicidad, que no
pocas veces conduce a la mera aceptacin acrtica de lo dado y a la apata. O lo que es
lo mismo: a la abdicacin del compromiso con lo uno y lo otro, o con todo lo contrario.
En sucesivos niveles de reflexin surgen otras cuestiones relativas a la definicin
del trmino pluralismo, dado que lo primero que se pone de manifiesto es la matriz
intrnsecamente plural del pluralismo: la heterogeneidad de los autodenominados
pluralistas entre s, la variedad de fuentes de legitimacin de la propia posicin y el
44
dispar elenco de ancestros ilustres en una tradicin pluralista que todava se encuentra
constituyndose y consolidndose. Todas estas cuestiones puedan quiz resumirse en la
siguiente recopilacin de inquietudes y batera de preguntas.
El pluralismo es, en realidad, una teora antigua que se remonta a la controversia
entre los fsicos griegos acerca del principio y la sustancia del mundo, de Empdocles a
los atomistas Demcrito y Leucipo, pero irrumpe en el siglo XX con renovada vitalidad,
como si de un reciente descubrimiento sobre la cualidad del mundo humano se tratara.
Artculos, ensayos, monografas, cuyo nmero crece en sentido exponencial y cuyo
alcance cubre lo largo y ancho de todo el espectro terico, alimentan un nutrido e
intenso debate sobre la necesidad del pluralismo o sobre la distorsin ideolgica que
ste oculta y que conviene desenmascarar. Todo esto no contribuye a la clarificacin del
problema sino a la confusin, y a un enmaraamiento en subproblemas hasta el punto
que uno no sabe de qu hilo tirar. Si el pluralismo es una antigua doctrina pero se sigue
hablando de pluralismo, cul es la especificidad del pluralismo de nuestra hora y qu
retos nos plantea? Si aceptamos la novedad radical del pluralismo contemporneo, qu
relacin mantiene el pluralismo sobre el que hoy debatimos con su variante clsica?
Existe una tradicin pluralista de pensamiento? Es ms, es una tradicin pluralista
posible? Si se es el caso, cundo y dnde nace? Si no es se el caso, valdr entonces
para el pluralismo lo mismo que se dice del cinismo o del estoicismo, esto es, que es
una filosofa til para tiempos de crisis o de agotamiento de paradigmas filosficos? Es
el pluralismo compatible con la irrenunciable pretensin de universalidad de la razn y,
por consiguiente, de la filosofa? Estos interrogantes requieren, a nuestro juicio, un
breve bosquejo del recorrido histrico de la doctrina del pluralismo que ha de permitir
vislumbrar la peculiaridad del pluralismo contemporneo. Propondremos una
reconstruccin de la historia del pluralismo como doctrina en la historia de la filosofa
sin pretensin de exhaustividad pero que ha de ayudar a ganar una visin panormica
sobre el problema.
Con estas reflexiones se conecta una cuestin relativa a la definicin del
pluralismo como doctrina. Una reconstruccin histrica de estas caractersticas se basa
en el supuesto de que el pluralismo es una teora filosfica con contornos
preestablecidos, claros y distintos. El interrogante que se plantea al tiempo que se
propone una reconstruccin de su historia es entonces: qu tesis defiende el
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pluralismo? Se aprecia inmediatamente que el pluralismo se coloca en el justo medio
entre concepciones filosficamente opuestas y en paralelo con concepciones opuestas a
las primeras. Llegados aqu: qu tesis de sus contrarios y con qu matices est el
pluralista dispuesto a conceder? Qu relacin mantiene el pluralismo con el
dogmatismo, el escepticismo, el relativismo o el perspectivismo? Es una filosofa
sustantiva o su funcin se reduce a ser un mero correctivo de los pecados y excesos de
otras filosofas? Por supuesto resolver todas estas cuestiones excede la extensin que
puede brindrseles en un captulo introductorio y no son el objeto de nuestra
investigacin. Nuestro inters, por el momento, se centrar en la ilustracin de estas
dificultades a las que el pluralismo contemporneo deber enfrentarse si quiere pervivir
como una opcin terica a ser tenida en cuenta. Partimos, pues, de la conviccin de que
todas estas tensiones no estn resueltas y de que asistimos a uno de los momentos de
mayor virulencia y cortocircuitos entre fuerzas en distintas direcciones, como vectores
cuyos orgenes se superponen sin llegar a sumarse o a contrarrestarse.
Dada esta descripcin de la situacin del pluralismo en el debate en la
actualidad, hemos optado por restringir nuestro enfoque a un tipo especfico y concreto
de pluralismo, cuyo origen debe situarse en el principio del fin del paradigma moderno
de conocimiento por transformacin, accin, erosin y desgaste operado por el giro
lingstico-pragmtico del siglo XX. Nuestro propsito es, enunciado a modo
minimalista, examinar el rendimiento de Wittgenstein y Gadamer, dos de los mximos
representantes de este giro, en las corrientes contemporneas que dan lugar a este tipo
de pluralismo. El trabajo cuenta con la dificultad aadida de que ninguno de nuestros
autores se declar pluralista. Pero con frecuencia esta etiqueta se asocia a sus
filosofas o a aspectos relevantes de ellas. Wittgenstein y Gadamer son importantes
referentes para los pluralistas contemporneos, por lo que nuestra intencin es
identificar qu elementos de estos autores podran dar lugar a esta lectura o a una
recepcin de estas caractersticas. La materia prima ser, por tanto, la obra de los
autores y pasaremos posteriormente a un examen crtico de la literatura secundaria
acotado a lo que viene predeterminado desde un punto de vista inmanente a sus obras.
Este anlisis se desarrolla en dos niveles: primero, en los captulos individuales
dedicados a cada uno de ellos; segundo, en un captulo comparativo final donde se
suman y complementan sus contribuciones personales en un escenario que los asume a
ambos.
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Pero previamente es necesario dibujar el escenario en que el planteamiento de la
cuestin del pluralismo encuentra suelo frtil. Para ello procederemos en los tres pasos
ya anunciados: (1) una reconstruccin histrico-crtica del pluralismo como doctrina
filosfica que ha de servir para (2) avanzar un concepto mnimo de pluralismo y
mostrar la especificidad del pluralismo contemporneo y (3) seleccionar aquella
variante del pluralismo en la que Wittgenstein y Gadamer pueden ser referentes, reflejar
la problemtica filosfica en la que sta se inserta y enunciar las tesis que han de guiar
nuestra investigacin.
1. Notas para una prehistoria del pluralismo 1.
El trmino pluralismo aparece por primera vez en una obra filosfica de la
pluma del metafsico dogmtico Christian Wolff. Wolff realiza una clasificacin de los
sistemas filosficos a partir de su tesis fundamental, esto es, su tesis acerca de la
relacin entre mundo y sustancia. Con este principio, los sistemas filosficos se
distinguen entre s por el postulado de que el mundo se compone de una sola sustancia o
de muchas2. Otro principio de distincin tiene que ver con la naturaleza de la sustancia o
sustancias que componen el mundo. La tipologa propuesta por Wolff consta entonces
de: escpticos versus dogmticos, dualistas versus monistas, idealistas versus
materialistas. Entre estas oposiciones se encuentra para Wolff la existente entre egostas
y pluralistas: Die Idealisten geben entweder mehr als ein Wesen zu, oder halten sich
fr das einige wrkliche Wesen. Jene werden Pluralisten; diese hingegen Egoisten
genannt. (Wolff, 1983: 4) [Los idealistas admiten ms de una esencia o la toman por
el nico ser verdadero. Los primeros son llamados pluralistas; los segundos, por contra
son los llamados egostas.].3 Llama la atencin que los pluralistas queden definidos en
1 Tomamos la expresin de John Kekes (Cfr. Kekes, 2000: 12). 2 Este principio de distincin puede aplicarse, por ejemplo, a los filsofos griegos como Empdocles o Anaxgoras que, en contra del principio de la unidad eletica de Parmnides resuelven el problema de lo uno y lo mltiple a favor de la multiplicidad de las sustancias (Cfr. Sandkhler, 1996: 28). 3 Segn la entrada Pluralismus del Historisches Wrterbuch der Philosophie el concepto original de pluralismo en Wolff queda recogido en algunos diccionarios de principios del siglo XIX. En el Handwrterbuch de W. T. Krug (1833) se distingue entre tipos de pluralismo: la acepcin de Wolff como pluralismo psicolgico, un pluralismo cosmolgico (el supuesto de la existencia de varios mundos) y un pluralismo teolgico (como sinnimo de politesmo). Posteriormente no quedara rastro de esa acepcin. Vase Kerber y Samson (1989).
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oposicin a los egostas, epteto que se aplica usualmente a un rasgo del carcter, en
cuanto lo que se discute es una doctrina metafsica.
Su discpulo Immanuel Kant retomar el uso de Wolff y especificar: Al
egosmo slo puede oponrsele el pluralismo, esto es, aquel modo de pensar que
consiste en no considerarse ni conducirse como encerrando en el propio yo el mundo
entero, sino como un simple ciudadano del mundo. (Kant, 2004: 29). Kant define el
egosmo como un tipo de arrogancia y esta arrogancia puede dividirse a su vez en tres
clases: la del entendimiento, la del gusto y la del inters prctico. Habra segn Kant
tres clases de egosmo y de pluralismo respectivamente: el lgico, el esttico y el
prctico. El pluralismo en cada uno de estos mbitos es la virtud contraria a un vicio o
exceso de autocomplacencia en la facultad de juzgar. El egosta lgico es aquel que ve
innecesario medir su propio juicio con el de los dems, se basta a s mismo con sus
propias razones. Kant defiende en este punto la ineludible necesidad de preservacin de
la libertad de prensa, ya que slo as nos vemos obligados a contrastar nuestras
opiniones con las de los dems evitando caer en actitudes cerradas y autosuficientes. El
egosta esttico, por su parte, es el que hace odos sordos a las opiniones de los otros en
lo concerniente al gusto. Esa indiferencia al gusto ajeno ira en propio perjuicio del
egosta esttico: su fijacin en la propia preferencia le impide alcanzar grados ms
elevados de refinamiento en su apreciacin y deleite de lo bello. Por ltimo, el egosta
moral es el que busca su propio beneficio y felicidad sin tener en cuenta a los dems ni
el respeto del deber por el deber lo que, como es sabido, constituye para Kant el canon
de moralidad4. El egosta moral no tiene por qu ser inmoral, segn los trminos
establecidos por el formalismo tico kantiano: existe la posibilidad de que la mxima
que gue su accin pueda no entrar en contradiccin con la que se derivara del respeto
puro por la ley prctica. Pero, y dado que su motivacin es otra, no puede ser moral.
De la definicin kantiana se sigue la conclusin que se puede hablar de
pluralismo (y de sus contrarios) en distintos mbitos del pensamiento y de la realidad:
metafsico, religioso, tico, poltico, esttico, etc. Sera lcito cuestionarse a este nivel si
defender el pluralismo en un mbito implica defenderlo en todos, aunque es concebible
que algunas creencias sobre el mundo y la adquisicin del conocimiento predispongan a
4 Segn la Fundamentacin de la metafsica de las costumbres, vase Kant (1996).
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determinadas convicciones morales o compromisos polticos. Este es el caso, por
ejemplo, de William James, aunque no pueda postularse una conexin y continuidad
necesarias entre el pluralismo defendido en distintos mbitos de pensamiento y
realidad5. Por ello cabra hacer un tratamiento sistemtico del pluralismo a partir de sus
hitos y afinidades conceptuales. Una aproximacin sistemtica e histrica al problema
terico del pluralismo podra poner de manifiesto el trasfondo que propicia su
centralidad en determinadas coyunturas filosficas y las posibles causas de que algunos
aspectos y elementos del pluralismo tomen en cada una de sus fases ms relieve que
otros. El sucinto relato de esta historia todava no escrita a la que dimos paso con las
notas sobre su pre-historia ha de esclarecer lo que aqu referimos como una
combinacin entre factores histricos y contextuales con elementos tericos y
conceptuales.
El pluralismo, como concepto filosfico, atraviesa varias etapas, aunque slo en
el siglo XX adquiere un protagonismo y una notoriedad que no haba gozado en pocas
anteriores del pensamiento. Los procesos migratorios, la globalizacin que afecta a
todas las esferas del mundo de la vida, la extensin de tecnologas de la informacin y
de la comunicacin; todos ellos son factores relativos al contexto hacen cada vez ms
difcil imaginarse sociedades mondicas. Siempre se supo de la existencia de otros
pueblos, lenguas, costumbres y leyes, ya entonces se inventaron frmulas para asegurar
la convivencia, aunque no siempre hubiese acuerdo sobre la naturaleza y significado de
estas diferencias, como atestigua la oposicin entre Scrates y Protgoras en los
dilogos platnicos6. Lo que caracteriza al mundo contemporneo no es la mera
existencia de diferencias, sino la intensificacin de procesos de diversificacin dentro de
las distintas regiones del mundo de la vida, as como la proliferacin de mundos de la
vida alternativos que se entrecruzan o que conviven en contacto permanente. La
presencia de lo otro, la confrontacin con la diferencia, han devenido parte de la
cotidianidad. Lo ajeno es cada vez ms prximo. Pero el cambio ms significativo viene
dado en las actitudes, que quizs quepa resumir con una sentencia de Jorge V. Arregui:
El pluralismo cultural es expresin de sobreabundancia, no de indigencia. (Arregui,
2004: 29). Vivimos un tiempo que se ha hecho ms sensible a la diversidad y que,
adems de celebrarla y arroparla, la problematiza y la cuestiona. En palabras de un
5 Esta es la opinin de William E. Connolly (2005) a partir del ejemplo de James. 6 Vase Guthrie (1969).
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liberal pluralista confeso: El pluralismo es nuestro destino histrico (Gray, 2001: 47).
No se nos escapa la ambivalencia de esta declaracin de Gray. El pluralismo es nuestro
destino histrico debido al avance irrefrenable de un modelo de sociedad que se va
imponiendo: la sociedad multicultural. Y el pluralismo es tambin nuestro destino
histrico porque, en opinin de Gray, la nica forma de armonizar nuestras sociedades
plurales pasar por la implementacin de una filosofa y un thos pluralista. En esta
sentencia de Gray se solapan, pues, la dimensin descriptiva y la dimensin normativa
del pluralismo.
Quizs se ofrezca una explicacin un tanto simplificada de por qu el pluralismo
est en la actualidad en el foco de atencin. Sea como fuere, proliferan los filsofos con
vocacin pluralista (y antipluralista) mientras el pluralismo adquiere el estatuto de
filosofa pblica o a filosofa de lo pblico a mediados del siglo pasado7. Los
pluralistas contemporneos a menudo miran al pasado en busca de los conatos del
fenmeno que en el siglo XX empieza a cobrar entidad, aunque el ttulo de pluralistas
honorficos depende en gran medida de qu se entiende por pluralismo, lo que causa
divergencias entre los mismos pluralistas. Como toda corriente filosfica tiene sus
fisuras internas y no es homognea. As, en una prehistoria del pluralismo
contaramos, por orden cronolgico, con: Protgoras, Aristteles, Montaigne,
Giambattista Vico, David Hume, Immanuel Kant, Johann Gottfried Herder, Alexis de
Tocqueville, John Stuart Mill, William James, Friedrich Nietzsche, John Dewey y Max
Weber, entre otros. No siempre hay consenso. Por ejemplo: Nietzsche ser alineado por
muchos en las filas del relativismo, mientras que el rigorismo kantiano devendr para
otros paradigma del absolutismo tico. Hay quien aprecia trazas pluralistas en
Aristteles8, otros lo tienen por unrealista cultural9. Al John Stuart Mill de On
Liberty que se suma con entusiasmo a la mxima humboldtiana de experimentar en la
vida e incita a no dejarse arrastrar por la tirana del deseo mayoritario, se le reprochar,
por contra, una concepcin rgida y uniforme de la naturaleza humana10.
Presentamos algunas figuras escogidas relevantes para la historia del pluralismo.
Hemos optado por dividir estos hitos histricos por tipos de pluralismo, en
7 Vanse Connolly (1969), Lowi (1969), Bachrach y Baratz (1969), Held (1987) y Eisenberg (1995). 8 Es el caso de John Kekes (2000). 9 Vase Evans (1996). 10 Vase Parekh (2005).
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consonancia con aquella dimensin del pluralismo que en cada poca est en primer
plano: metafsico y terico, pluralismo de valores y pluralismo poltico. Ello no
coincide por entero con el tratamiento sistemtico del pluralismo que se prometa entre
lneas, pero avanza significativamente en esa direccin.
2. El pluralismo como doctrina en la historia de la filosofa.
2.1. La vida en el pluriverso. Pluralismo, metafsica y mstica.
Nuestra primera parada en este breve recorrido histrico recala en la
contemplacin de un universo pluralista. El trmino pertenece a William James, quien
escribi un libro llamado A Pluralistic Universe (1909). Paralelamente, un escritor
aficionado a la prensa local y autodidacta, Benjamin Paul Blood, relataba sus
experiencias msticas con el consumo de xido nitroso en The Anaesthetic Revelation
and the Gist of Philosophy (1874), un panfleto que envi a todo personaje prominente
a quien pudiera interesar su descubrimiento. Blood hubiese pasado desapercibido si no
fuera porque logr captar la atencin de renombrados intelectuales y poetas, como
Tennyson, Emerson y James, con quienes entabl una fluida correspondencia11. James
dedic adems un artculo a Blood llamado A Pluralistic Mystic (1910), donde
11 Vase Shook (2005). La historia de Benjamin Paul Blood puede sonar como una ancdota divertida. Su revelacin mstica fue resultado de un accidente cuando iba a visitar al dentista y hubo un descuido con el suministro del xido nitroso, que se usaba en aquella poca como anestsico. Sin embargo, esta experiencia capt el inters de los citados intelectuales y poetas, quienes empezaron a experimentar ellos mismos con esta sustancia. En las Variedades de la experiencia religiosa de James, da cuenta de esa experiencia: El xido nitroso y el ter, particularmente el primero, cuando estn suficientemente diluidos en el aire estimulan la conciencia mstica en un grado extraordinario. Parece que al inhalador se le revele lo ms profundo ms all de la profundidad misma de la verdad. Pero esta verdad se desvanece o escapa en el momento de volver en s, y si alguna palabra queda de lo que pareca revestirla resulta ser un autntico sinsentido. De todas formas persiste la sensacin de que se dio un significado profundo y conozco a ms de una persona que est persuadida de que en el trance del xido nitroso experimentamos una revelacin metafsica genuina. (James, 1986: 291). James relata que l mismo es incapaz de darle ningn significado metafsico al trnsito con el xido nitroso. Para l su nota dominante es invariablemente la una reconciliacin; es como si los antagonistas del mundo, que con sus contrariedades y conflictos crean nuestras dificultades y problemas, se fundiesen en la unidad. (James, 1986: 292). En una larga nota al pie cita la revelacin anestsica de Blood. El panfleto de Blood junto con otros ensayos y poemas se publicaron bajo el ttulo de Pluriverse en 1920 a instancias de James, quien encarg a su antiguo alumno y discpulo, Horace M. Kallen, la publicacin de la obra de Blood. Tuve la fortuna de dar con un ejemplar de Pluriverse de 1925 en la Staatsbibliothek zu Berlin.
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confiesa que su propio pluralismo encuentra su pleno sentido aadindole la mstica de
Blood12.
La filosofa de James y la mstica de Blood comparten intuiciones bsicas y
reaccionan contra la comprensin monista del mundo dominante dentro de la tradicin
metafsica. El enemigo monista de Blood es el idealismo alemn, aunque a veces su
crtica suena un tanto ambivalente. El de James va mudando de rostro: el materialismo
mecanicista, el racionalismo o absolutismo monista y el dualismo tradicional cristiano.
James los somete a una crtica comn: el pretender aprehender el absoluto como si
estuvieran en la perspectiva de un ser externo13. James defiende contra sus adversarios
un empirismo radical, que es una de las dos posibles vas de derivacin de una
creencia pantesta fundamental. La creencia pantesta puede ser ostentada, dice James,
de modo monstico como filosofa del absoluto, o como empirismo radical. El modo
monstico de la creencia pantesta concibe que lo divino existe slo cuando el mundo es
experimentado de una sola vez como una totalidad absoluta; el modo empirista radical,
en cambio, no concibe una experiencia de la totalidad, segn este modo una apariencia
diseminada o incompletamente unificada es la nica forma de realidad que puede
alcanzar el espritu humano14. El monismo est equivocado, segn James y Blood,
porque quiere encerrar el universo en un espacio limitado y en la rbita prefijada de un
solo centro de fuerzas. Al empirismo radical le corresponde un universo pluralista (o
pluriverso) con muchos centros. Al respecto, Blood presenta un curioso argumento
basado en la fsica newtoniana: la ley de la gravedad requiere que existan mltiples
centros porque un solo centro de gravedad atraera toda la masa csmica hacia s y el
resultado sera una masa compacta, sin forma ni movimiento. Un universo as no podra
existir15.
Dos caractersticas, pues, distinguen principalmente al pluriverso (o universo
pluralista) del universo monista: la pluralidad de centros y el movimiento. El universo
es esttico; el pluriverso, dinmico. Blood habla de una visin esttica de las cosas, por 12 Cfr. James, 1987b: 1295. 13 Vase Connolly (2005). 14 Cfr. James, 1987a: 649. Esto se corresponde tambin con la conviccin de James de que el conocimiento se adquiere a trozos. A esta tesis la llama James pluralismo notico, es decir que aun en el ms amplio campo de conocimiento que haya existido o que pueda existir, contiene alguna ignorancia. Siempre cabe la posibilidad de que se escapen algunos fragmentos de informacin. (James, 2000: 149). 15 Cfr. Blood, 1925: 81.
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la que las cosas son, y una visin dinmica, por la que las cosas devienen. Ambas
visiones se encuentran en una dialctica no resuelta. James tambin cree que el punto de
vista esttico hace un retrato inexacto del cosmos: si quisiramos hacer una foto
instantnea de l, lo ms probable es que saliera borrosa. El principio del universo
pluralista de James reza: What really exists is not things made but things in the
making. (James, 1987a: 751) [Lo que realmente existe no son las cosas hechas, sino
en proceso de hacerse]. La visin dinmica tiene a su favor el estar ms cerca de la
experiencia humana del mundo: el cambio constante16. No obstante, James y Blood
conceden ciertas ventajas del monismo como filosofa. Su apuesta por el pluralismo
nunca es una imposicin, sino ms bien una invitacin a escoger entre alternativas
posibles17. El monismo, es cierto, simplifica las cosas, mientras que el pluralismo exige
tolerancia al desorden. Como indica Connolly: Pluralism is the philosophy of a messy
universe (Connolly, 2005: 70) [El pluralismo es la filosofa de un universo
desordenado]18. James expresa esta idea de una forma muy hermosa cuando dice que la
contribucin ms importante del monismo es el sentimiento de paz, la sensacin de que,
por muy desordenada que est la superficie, en el fondo todo est bien con el cosmos.
Es una idea bella desde el punto de vista esttico, bella intelectualmente y moralmente
(si el placer de la seguridad es moral). A pesar de esto y desde un punto de vista
prctico, un universo esttico y sin historia deja el alma sola ah afuera19.
Blood se muestra ms reticente que James a la hora de aceptar el monismo: una
buena filosofa puede ser buena sin ser satisfactoria20. Las razones de Blood para ser
ms taxativo en este punto se deban quizs a que l no aspira a explicar el universo
desde el mero intelecto, sino que su inters radica en la iniciacin del hombre en lo
inmemorial, en el secreto abierto del ser, accesible slo a travs de la revelacin21. Pero
tambin hay razones ms mundanas, que citamos aqu po
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