teórico nº 2
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Secretara de Publicaciones
Materia: Literatura brasilea y portuguesa
Ctedra: Gonzalo Aguilar
Terico N: 2 30/3/2009 Profesor: Gonzalo Aguilar
Profesor: En el primer captulo de historia de la
locura en la poca clsica Foucault habla del
rbol, y del rbol como una suerte de
supervivencia de lo paradisaco, y dentro del rbol
se ve, si miran muy en detalle, una lechuza,
animal que tiene que ver con la inteligencia y
tambin con la racionalidad. Es lo que est
escondido y oculto, es decir que estara la idea
agazapada de racionalidad. Pero en el caso de
estos personajes hay toda una serie de figuras
muy enigmticas y su relacin es catica y ms
cercana a experiencia de la locura, a tal punto
que la ingerencia, entre irona y tragedia est
basada en la posicin del sujeto con respecto a la
locura, y cmo esta imagen del sujeto parece mezclarse con los locos y parece
querer exorcizarlos por un lado pero en ningn momento est tratando de
establecer esa distancia irnica que cumple con respecto al discurso.
Entonces en este programa la cuestin central va a ser cmo pensar a estos
sujetos y cmo estos sujetos piensan a la anomala, cmo se relacionan con
ella. Foucault ah da un ejemplo; entre lo que sera una lnea prctica,
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fascinado por esa locura, a la vez que la rechaza establece una relacin
manipuladora o pasional, a tal punto de mezclarse con ese objeto y no ser tan
fcilmente discernible. En el Bosco, si uno lee la bibliografa hay cosas muy
graciosas respecto a la locura que tena el Bosco, justamente, l sera uno de
los artistas locos posibles, sin dudas el Bosco estara considerado dentro de los
primeros. Y la lnea de distancia irnica, donde el sujeto trata de establecer una
cantidad de criterios fundados racionalmente para alejarse de esa locura, de
este enigma, y tambin para develarlo. La clase pasada tambin habamos
visto la cuestin de las histricas, y esto haba sido una suerte de epidemia de
histricas, que se dio a fines del siglo XIX, la importancia que esto asume en lo
imaginario, cmo esto generaba una idea de teatro de la locura, y cmo de
alguna manera, la mujer, en este caso el objeto, por una serie de tretas del
dbil, como dije Josefina Ludmer, poda subvertir la situacin y cuestionar un
poco esta asta escena del saber que se quiere montar.
Este es el cuadro ms
importante de Charcot y la
escuela de la Salptrire
Ac est el mdico, Charcot,
dirigindose a los
estudiantes de medicina, y
mdicos que trabajan en el
hospital, que estn tomando
nota, y mantienen
generalmente una actitud de
contemplacin, con la mano en la frente, como si el saber estuviera
bsicamente en el acto de reflexin, sobre esta mujer que est siendo
sostenida por un asistente y ayudada por una enfermera. Si ustedes ven la
iconografa de este cuadro, evidentemente realista y detallista y uno puede
reconocer a los mdicos que estn ah y dems, en el caso de la mujer es
como establece una suerte de contraste, por el propio blanco que brilla en su
camisa, y no por su actitud, que es una actitud de entrega y sensualidad un
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poco explosiva que no coincide con la actitud seria y profesional de aquellos
que la estn observando.
Entonces en esta idea de convertir a este cuerpo histrico, que tiene un
problema con el goce, con el tero y con el mismo hecho de ser mujer.
Habamos recordado la frase de Didi Huberman que dice que el sntoma de ser
mujer es ser histrica. En esta escena se establece una divisin bastante
tajante entre lo que se sera el sujeto que conoce, un sujeto reflexivo, que
observa, y ese objeto que es conocido y que est en trance, en un lugar de
inconsciencia y de no saber. El nico secreto es que esa histrica no puede
conocer su secreto sino que tiene que drselo a los mdicos para que lo
descifren. Lo que va a decir Huberman, es que no slo en la iconografa, que
en muchos casos viene de la pintura, que tiene que ver con escenas de
embriaguez, como representa Tiziano y pintores anteriores, sino tambin en
esta escena del saber se meten elementos que vienen a establecer como
cortocircuitos que tienen que ver con la sensualidad, la seduccin y la
manipulacin que podra estar ejerciendo esta chica, que podra ser Augustine,
la paciente estrella de la Salptrire.
Un cosa muy curiosa es que este cuadro est hecho en un momento en el que
la fotografa ya estaba muy instalada, o sea que de alguna manera es otro
elemento que habra que tener en cuenta, la recurrencia a lo artesanal, a cierto
arte prestigioso, no arte de la reproduccin como la fotografa, sino de la
creacin como la pintura, y en esta
escena lo que se elige es hacer una
recreacin y darle otro aura.
Ac lo que vemos es una foto de
Augustine, fijense que dice plancha
veintitrs, abajo, es decir que esta es
una foto de una serie. Y ac se puede
ver un cuerpo que no se controla a s
mismo y ejerce una serie de
contorsiones que lo llevan hasta el
lmite mismo de lo humano y de lo que
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consideramos gestos propios de lo humano, denotando rasgos patolgicos.
Observen cmo tiene cruzada la pierna, los ojos casi en blanco en expresin
de xtasis, porque esa inconsciencia tiene que ver con el xtasis, con el goce,
y la posicin de las manos, rgidas, aparece como uno de los elementos ms
fuertes de esas poses en las que aparece Augustine.
Otras cosas que uno podra ir suponiendo, es que como en esta poca la
fotografa no estaba tan avanzada, el modelo no podra tampoco ser tan fugaz
en sus actitudes, aunque ya pas la poca del daguerrotipo en donde haba
que apoyar las cabezas en unos sostenedores para mantener la rigidez del
retratado y que la foto no saliera movida, porque todava el tiempo de
exposicin no era muy largo. Pero todava el tiempo de exposicin es largo en
esa poca, es decir que podemos suponer que haba una relacin de
complicidad entre el paciente que se dejaba retratar para que la foto saliera
bien. Son muchsimas las fotos de Augustine, y ac eleg una de las tantas en
donde se ve le cuerpo en contorsin.
Tambin traje,
para que lo vean,
no es que vamos
a tener ningn tipo
de debate al
respecto, pero
bsicamente por
el tema de la
degeneracin, y la
importancia que tuvo este contexto con escritores cientficos, como Lombroso o
como Nordau, que eran muy influyentes en los medios cientficos y en cmo se
utilizaba el concepto de degeneracin que era el concepto opuesto a
eugenesia. La eugenesia era el intento en medicina por explorar e intervenir en
los cuerpos, para que no se produjeran desvos, aquellos fenmenos
patolgicos, no deseados. El trmino degeneracin para hablar de aquello que
se desviaba de la norma y que poda incluir tanto criminales, donde los desvos
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podan verse en la forma del crneo por ejemplo, como tambin en los artistas,
que empezaban a considerarse en esta literatura cientfica como una suerte de
enfermedad, de excrescencia, que tambin deba ser denunciada y
eventualmente extirpada. Este es un tema que vamos a ver muy detalle cuando
veamos Pessoa, porque l entra en dilogo con estas teoras. El trmino
degeneracin habamos visto que tena el inconveniente de tener este
elemento biolgico tan fuerte y que fue un trmino que empez a caer en
descrdito, a principios del siglo XX y que cae en descrdito total a partir del
momento en el que lo toman los nazis, opuesto al concepto de eugenesia, y
que hacen una muestra de arte degenerado y que bsicamente es una muestra
de los artistas vanguardistas de Alemania, de los mejores artistas
vanguardistas que estaban huyendo del rgimen nazi y que eran atacados por
un rgimen que haba erigido como norma artstica y como modelo de arte la
vuelta al arte clsico, la vuelta a la figura humana, que era pensada como
vinculada a lo sano, y al hecho de tener una suerte de no slo proporcionalidad
sino de musculatura, un cuerpo trabajado, parecido al de las estatuas griegas.
Los nazis esto lo legitimaron mucho, tanto que Arno Breker, uno de los
escultores del rgimen produjo la escultura de las olimpadas en 1936. Hay una
pelcula, no s si la vieron, en donde aparecen estos cuerpos en todos los
planos, sanos y en apogeo. Uno compara estos cuerpos con los de las
histricas, o los cuerpos de los artistas, y con los cuerpos que estn pintando
los vanguardistas en ese momento. Piensen en Kandinsky por ejemplo, una de
las cosas que molestaban a los nazis en ese momento era que las figuras
representadas no siguieran las normas de los retratos clsicos, les molestaba
que estuvieran deformadas, coloreadas, como es el caso del impresionismo,
que estuvieran fragmentadas o destruidas, como pasa en el cubismo.
Entonces los nazis ponan leyendas, diciendo que los artistas eran
degenerados, judos, homosexuales, y todo lo peor y se mostraban las obras
de estos artistas, acompaadas por leyendas, que no casualmente estaban en
letra gtica, que indicaban al pblico cmo ver esos cuadros, y cmo burlarse
de ellos. El pblico nazi que iba ah iba a rerse de este arte de vanguardia.
Dentro de estas experiencias que se hacan con la medicina como institucin
normalizadora, de la cual tienen un ejemplo perfecto en El alienista, y
nosotros habamos visto ejemplos de cmo la psiquiatra se haba insertado en
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las relaciones de poder, haba ocupado puestos en el estado, y funcionaba
como un brazo normalizador dentro del estado, junto con otros poderes polica,
o sea que estos mdicos tenan ciertos poderes de polica, podan internar a
alguien si consideraban que era peligroso, un loco. Dentro de esta lnea
habamos visto tambin que durante el siglo XX comenzaron a haber muchos
experimentos en un sentido opuesto, es decir no tratar a estos pacientes con
tcnicas agresivas, de electroshock, de encierro, sino comenzar a tratar de
incentivar a los locos a que exploten ciertos rasgos creativos, a buscar en sus
delirios psicticos, fuera del contacto con la realidad, la posibilidad de que
pensaran algo al respecto a partir de la prctica artstica. Habamos visto varias
cosas: Por un lado ciertas tendencias un poco complicadas que estn
conectadas, en donde el loco se converta en una especie de mascota para el
mdico y apareca adems una confirmacin de lugar comn que relaciona a
los artistas a los locos y a los nios, como una especie de trada que funciona
bastante entorno al imaginario popular. Tambin estas prcticas mdicas han
sido bastante positivas; las bsquedas del individuo y de generacin, y el
hecho de no trabajar con un concepto de normalidad sino otro tipo de
conceptos.
Por supuesto que ustedes conocen todos los movimientos de antipsiquiatra de
los 70 no? El anti Edipo de Deleuze y Guattari sera uno de los posibles
documentos. En el caso de Brasil hubo una doctora, Nise da Silveira, una
psiquiatra que naci en 1906 y muri hace poco, en 1999 que se encarg en
sus prcticas mdicas de hacer un trabajo teraputico para que estos pacientes
esquizofrnicos lograran mediante al arte una especie de tratamiento, quizs
no de cura, porque eso no siempre es posible, pero s de bsqueda de lnea de
fuga para tratar un poco esos delirios, que vistos desde afuera son muy
caticos pero que tienen una lgica interna que debe descubrirse. En este caso
el trabajo de ella fue con muchos artistas y termin en lo que se llam Museo
de las imgenes del inconsciente que fue una suerte de ejercicio, de repertorio
de todos los trabajos que se han hecho, puestos con fines adems, muy
geogrficos. Fjense lo interesante de la idea de museo: primero implica que
esas obras pasan a ser obras de arte, estos trabajos entran dentro de la
institucin arte que los considera como tales, y por otro lado, por el mismo
objeto se convierte a estos pacientes en artistas y como tales en sujetos menos
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inconscientes y menos pasivos de lo que supone la otra prctica, la de Charcot.
Dentro de estos artistas, hubo una muestra ac de estos artistas, en la
fundacin PROA, y yo eleg a uno de los ms conocidos, y si bien no est
directamente vinculado al trabajo de Nise da Silveira, s entr dentro del
Museo del inconsciente y fue importante dentro de la muestra del PROA.
Este artista se llama Arthur Bispo do Rosrio y se caracteriza por la cantidad de
objetos que incluye en sus obras y aparecen en series. Por ejemplo tiene todo
un mural hecho con latas, o barquitos de madera que va encontrando, y es un
trabajo muy obsesivo pero de alguna manera va incluyendo clasificaciones de
los objetos que escapan a las clasificaciones convencionales.
Ac vemos un
termo, un vaso
dado vuelta, la
Tas,
cacharros, una
serie de
esculturas,
una bota de
juguete, y va
haciendo una
suerte de
collage o
montaje, y uno tiene que ir pensando en cul fue la lgica que lo llev a hacer
este trabajo, en caso de que haya una lgica.
Ya en una lnea totalmente diferente, ya no de alguien que viene desde fuera
del mundo del arte, tenemos el caso de un artista que naci dentro del mundo
del arte, porque sus padres eran fotgrafos, que es Hlio Oiticica, a quien
vamos a ver al final del curso, slo en tericos, junto con la poesa de Augusto
de Campos.
Yo traje esta obra para que vean el
lugar donde l hace sus primeras
obras, totalmente vinculadas a la
idea de concretismo, al trabajo de lo
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bsico con la pintura, lo que se consideraba en ese momento como los
elementos especficos, que hacan que la pintura sea tal, que bsicamente eran
el color y el plano. Pero poco a poco en estas experimentaciones que va
haciendo con colores planos y la figura, con ciertas frmulas de la Gestalt,
Oiticica se va abriendo a una especialidad cada vez mayor, y va trabajando,
como se ve en esta obra, con una cantidad de paneles, todos en la tonalidad
del blanco, el color neutro por excelencia, con el cual estos experimentos que
haba el concretismo adquieren una especialidad y adquieren una suerte de
tridimensionalidad, de hecho uno puede ir circulando entre estos cuadros, y son
un trabajo que uno podra considerar dentro de la idea de la evolucin de la
forma, de un arte autnomo, de un foco en el lenguaje del arte y sus lmites. Es
decir que entra en la institucin arte de un modo bastante coherente, siendo un
arte de ruptura.
En los 70, momento muy especial en el mundo social poltico y artstico,
Oiticica comienza a establecer una serie de rupturas son la institucin arte y
empieza a aparecer un anti-arte, y hace unos trabajos con el color, pero no ya
con la tela extendida, para ser contemplada en un museo, sino con la tela
trabajada como ropa, trabajada en sus pliegues, que puede ir vistiendo a
diferentes cuerpos. En el ao 1975 irrumpi en una muestra de arte moderno
de Ro de Janeiro, con Mangueira, que era la favela carioca que l
frecuentaba, y esto por supuesto ocasion una serie de desarreglos, de los
cuales de la institucin del museo no saba muy bien qu hacer. Es decir qu
hacer con los favelados, que traa una obra de arte que no era para contemplar
sino que era para usar. Por supuesto que la institucin arte despus se fue
recuperando y por ejemplo cuando fue la muestra de concretismo en el
MALBA, ya los parangols de Oiticica estaban colgados para ser observados y
no ser tocados. Lo que haca justamente Oiticica cuando crea los parangols
es plantear una lgica de contacto, una lgica corporal y una idea de que el
cuerpo mismo va llevando la obra que ya no sera una obra de arte, sino de anti
arte, porque no busca la legitimacin de la institucin sino ms bien que trata
de mostrar los lmites de esa institucin, los problemas, la dificultad de la
institucin para entender obras que no entran dentro de su lgica.
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En este caso, quiz ya lo reconocieron, es
Caetano Veloso, que en el momento en que
comienza a cantar tiene una relacin bastante
fuerte con Oiticica y lleva este parangol en
donde se puede ver que Caetano no est
especialmente vestido para llevar esta capa,
que es el parangol, y est trabajado con
diferentes tipos de naranja, un color que
Oiticica usaba mucho, y con distintos tipos de
textura. Trabaja con una tela de arpillera, una
tela ms de vestidos, y tambin ac con una
tela gris.
Por qu traer a Oiticica a la cuestin de las anomalas?
Justamente habamos visto el hecho de la mezcla, de la imagen y de la palabra
trabajada de un modo experimental y a la vez sistemtico, y cmo en muchos
de estos parangols, l no slo trabaja con las texturas, con los colores, con los
cuerpos, sino tambin con una suerte de slogan, que va metiendo, por ejemplo:
Incorporo la revuelta, la idea del cuerpo y la revuelta que en ese momento
apareca como una idea bastante fuerte, poltica, piensen que en ese momento
en Brasil haba dictadura pero tambin una oposicin muy fuerte, muy
poderoso, y la idea de Hlio es que no podra haber una revuelta, una
oposicin al poder si no haba una idea de cuerpo, de incorporacin
determinada. Y este cuerpo deba ser un cuerpo en accin, dispuesto a
moverse con las telas en una relacin de sensualidad, o de sensorialidad con el
mundo que lo rodeaba.
Traje otra imagen en donde el
parangol est escrito con tinta,
donde dice: En la adversidad
vivimos. Donde nos lleva a un punto
en donde no son totalmente imagen
ni son meramente lenguaje.
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Junto con Oiticica vamos a trabajar con un poeta que tuvo bastante relacin, y
de hecho Oiticica le dedic algunas obras que hace con cocana, que usa como
pigmento blanco, no s si la vieron ac en el Malba, hace algunos aos, una
de esas obras estaba dedicada a Augusto de Campos, que es el poeta
brasileo que vamos a ver ahora.
Esta es otra obra de Hlio
Oiticica, que es un slogan muy
fuerte de la poca: sea marginal,
sea hroe. Tambin se usaba
este tipo de banderas, y fjense
que el slogan poltico de este tipo
es muy diferente al slogan
poltico partidario. Es el mismo
caso que el tipo de slogans
contra las dictaduras, mucho ms
precisos, implican una demanda
y un objetivo. Los slogans polticos no estn en esta zona de sentido, el uso de
slogan que est haciendo Oiticica, no est pensado en el sentido de la lgica
de la poltica sino en una zona de determinado lenguaje, de un trabajo artstico
con el lenguaje, que por supuesto tiene connotaciones polticas. Pero no
necesariamente un slogan pensado en trminos de desclase con la poltica.
Sino que el arte mantiene esa zona de lo indeterminado y la explota mediante
slogans que nos dejan pensando.
Cul es el sentido que podran tener hoy? Esa idea de marginalidad y de
identidad que en ese momento estaban totalmente vinculadas.
Entonces, en estas obras de Hlio Oiticica el trabajo fue romper la divisin
entre imagen y lenguaje y convertirla en un campo experimental. En el caso de
Augusto de Campos que vena trabajando tambin en la lnea del concretismo
potico, se observa tambin una suerte de uso de aspectos que nosotros a
veces consideramos como restos, como cosas que no son centrales, como el
concepto de la tipografa, pero que ac adquieren otro sentido. Y por otro lado
si ustedes se fijan, y esta es una anomala bastante fuerte, rompe con la idea
de linealidad, que es muy poderosa en la prosa, y que en la poesa ya aparece
quebrada, desde el momento en el que hay versos.
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En este poema la linealidad aparece quebrada en tres columnas, y uno puede
ir buscando diferentes relaciones. Yo se los voy a leer, porque las palabras
estn cortadas: Cmo parar este instante / luz de la memoria aflora / pero no
sabe retener / amargo es el momento / por ms que la memoria muerda / pero
no consigue amar / y pasa as pasa /as pasa / la memoria asesina el momento
que pasa. Esa sera un poco la traduccin del poema. Pero la traduccin en s
no debera desconocer todos los elementos que estn en juego en la
especialidad y la imagen del poema. La relacin entre imagen y lenguaje est
totalmente vinculada, a tal punto que no podemos hacer una lectura sin tener
en cuenta la tipografa, la disposicin de las palabras, etc.
En algunos casos como este vemos cmo la linealidad est nuevamente
quebrada para dar una idea de laberinto, y lo que une a las frases es
bsicamente el color, y una serie de lneas ondulantes que van marcando y
quiebran la lnea recta, que sera la lnea que imponen generalmente los signos
jeroglficos.
(El profesor lee el poema dinmico Sem saida de la pgina oficial de Augusto
de campos) http://www2.uol.com.br/augustodecampos/clippoemas.htm
Esta idea de separacin entre imagen y lenguaje es la gran lnea de separacin
en la experiencia occidental de la locura, dice Foucault, Y si uno se fija en otro
trabajos de l o de Blanchot, o mismo de Derrida, pensadores un poco
anteriores, pero de la lnea francesa, hacen una crtica del campo de lo visual
en general y de la mirada como una lnea de conocimiento. En este caso es
muy fuerte esta escisin muy fuerte entre lo que se puede decir y lo que se ve.
Hay un libro que hace referencia a esta temtica, que se llama Downcast Eyes,
de Martin Jay, traducido como: Ojos abatidos. La denigracin de la visin en el
pensamiento francs del siglo XX. (informacin extra en el blog de la materia:
http://brasilear09.blogspot.com/)
Martin Jay es un profesor de la universidad de Berkley, les digo como
recomendacin de lectura; tiene una biografa sobre Adorno, que sac siglo
XXI, que es buensima, tiene un libro que sac Paids, que se llama Campos
de saber, que es accesible y que tiene un artculo que es un resumen de
Downcast Eyes, as es que de alguna manera no hace falta que lean todo el
libro.
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Les deca que en Foucault aparece mucho un problema, que es cmo pensar
estos dos rdenes, de lo visible, y de lo decible, que son heterogneos entre s,
y que parten de una oposicin que no fue salvada, y estos son temas que
Blanchot va a retomar, junto con Derrida y otros pensadores.
En ese punto este es un problema que no surge que surgen en el pensamiento
francs del siglo XX sino que se remonta a algo muy anterior, quiz extensible
a todas las poticas: acerca de cul sera la relacin entre el lenguaje y lo
visual A tal punto que dentro de la potica clsica encontramos Ut pictura
poesis, es decir la poesa como la pintura. La poesa debera usar alguna
serie de retricas para visualizar aquello que est diciendo, como lo hace la
pintura. Pero eso, como bien lo seala Foucault lo venimos siguiendo nosotros,
se transforma alrededor del siglo XV, siglo XVI, y empiezan a separarse estos
mbitos, al punto que Lessing, cuando escribe Laocon (1766) una obra muy
importante sobre la relacin entre pintura y poesa. Esa escultura griega que
tiene que ver con Troya, y Lessing es el escritor alemn del siglo XVIII, y el
subttulo de esta obra es sobre los lmites de la pintura y la poesa. Es
interesante porque se relaciona directamente con una cuestin que vamos a
ver permanentemente, esta necesidad de poner lmites. Una idea muy fuerte
por un lado de normalizacin y tambin de control, establecer lmites.
Justamente muchos de los lmites que nosotros vimos se ponen en cuestin,
por ejemplo esos lmites de lo humano y lo animal. Vimos que cuando se
plantean por primera vez estos lmites no tienen lugar para la confusin, pero
desde el momento en que se confunden, aunque sea desde la narracin
ficcional, ah los lmites empiezan a ser cuestionados. En este libro Lessing
dice que no slo la divisin entre poesa y pintura se similar a la que se
produce entre palabra e imagen, sino tambin la que se produce entre
convencin y naturaleza. O sea que el mbito de la lengua es el de las
convenciones que nosotros vivimos como artificiales. Pero en cuanto a la
imagen dira que lo vivimos como una relacin de naturalidad en relacin con
su referente. Esto es as a tal punto que Michel en un libro que se llama
Iconology, Iconologa, dice que la imagen es el signo que pretende no ser un
signo, enmascarndolo como presente inmediato y natural, mientras la palabra
es lo otro porque incluye elementos no naturales. Es decir que esta es una
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conviccin con un giro diferente al de Foucault, dentro de lo trgico y lo irnico,
donde la diferencia pasara entre lo convencional y lo natural.
Ahora bien, en el momento en que las vanguardias comienzan a actuar, a
principios del siglo XX, una de las tareas ms fuertes que llevan adelante es la
cuestionar el principio de naturalidad que exigan las imgenes. A tal punto que
una de las cosas que ms nos impresionan, cuando vemos un cuadro
vanguardista, es que justamente la relacin con el referente es absolutamente
problemtica. Es decir nos muestra, por la negativa en este caso, que cualquier
representacin de lo real es artificial, as como lo es en el lenguaje.
Es que decir que la pintura misma deviene en signo. Esto lo habrn visto sobre
todo en los cuadros cubistas, o de vanguardia.
Entonces en el momento en que en las vanguardias comienza a producirse
esta idea de que la imagen tambin es un artificio de la palabra, se crea un
campo experimental en donde ambas reas comienzan a relacionarse, y a
generar un campo de experimentacin comn, que es lo que pasa con la
poesa experimental de Augusto de Campos, o en la obra de Hlio Oiticica. Son
ejemplos de un momento en el que ese campo experimental est muy
instituido. Es lo que pasa con el futurismo, en donde los poemas hacen una
suerte de diagrama, o de dibujo, o en el cubismo, que se ha introducido
lenguaje en la pintura, a partir de letras, de tipografas tambin. Y es un poco el
trabajo que vamos a observar cuando avancemos en el programa y vayamos
viendo la obra de Augusto de Campos y de Hlio Oiticica. La idea en este caso
va a ser, como van a ser los ltimos tericos, que vayamos viendo las obras
ac mismo en clase.
Una cosa que yo estaba viendo, despus de la clase pasada, es cmo hay
ciertos elementos que empiezan a aparecer, esas figuras que pueden ser tanto
de control como de la privacin de esas anomalas, y cmo hay ciertos
elementos que se van repitiendo en todos los ejemplos que yo iba dando. Se
me ocurrieron cuatro en principio; uno sera el de la hibridacin , que apareci
en varios lugares, bsicamente apareci el de animal hombre , y el de imagen
y lenguaje .
Pero esta hibridacin tendra que ver con lo indiscernible, entre dos cuerpos
que son heterogneos y que aparecen mezclados. De ah uno puede tomar
interpretaciones variadas respecto de estos fenmenos. Y dentro de la
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hibridacin nosotros vamos a ver no slo estos casos que hablamos, sino que
tambin vamos a ver el montaje, que nuevamente no se trata de cualquier tipo
de montaje, porque montaje hay permanentemente, es decir la superposicin
de dos objetos para sugerir una relacin entre ellos. Todo el cine es montaje,
toda la televisin, no es una cuestin de fetichizar el montaje, sino de pensarlo
en los momentos en que hay hibridacin. Es decir que los dos trminos son
heterogneos entre s y son supuestamente de mundos totalmente diferentes y
el montaje revela algo que estos objetos comparten, que tienen en comn, o
revelan algo por las mismas diferencias que aparecen. Y estos seran
precisamente los montajes ms interesantes. Es decir, la hibridacin no est
hablando de la cuestin de la figura, sino de ciertos fenmenos que va
produciendo.
La otra cuestin que va apareciendo, y de la que estas figuran trataban de dar
cuenta, era la discontinuidad. La discontinuidad sin duda, sin verlo como un
fenmeno anmalo, es algo en seguida llama la atencin, en lo discursivo
produce una suerte de corte, de ruptura, y aparece algo que no es esperado,
algo desigual. Nosotros lo vimos de alguna manera con el ejemplo de Foucault
y cmo trabajaba con la historia, vimos en Foucault a un pensador de la
discontinuidad, se acuerdan de un ejemplo en Vigilar y castigar pero tambin
lo pueden ver en el captulo que tienen de Historia de la locura en la poca
clsica. Foucault va hacia atrs y busca el momento en que surge algo que es
diferente a lo que estamos habituados, y a partir de ah piensa la historia. En
Vigilar y castigar l va hacia atrs, hasta el momento del suplicio durante la
monarqua, y dice: bueno, esto ya despus no pasa. Y fija las condiciones y
los elementos para que esto no tenga posibilidades de volverse a producir.
Entonces: hibridacin, discontinuidad, exceso , que vamos a verlo como
desmesura, esto de estar en la medida determinada y que lo vamos a ver un
poco en la cuestin de los usos literarios. Ya en El alienista se va anunciando
con respecto al yo de la retrica, las retricas que con excesivas y que el texto
condena, vamos a ver despus cmo lo hace, no es muy explcito, se abre toda
una cuestin de lo abyecto, es decir todo aquello que nosotros queremos dejar
como basura, como excremento, como algo que no nos pertenece, algo con lo
que no nos podemos identificar. Por ejemplo, cuando leamos La pasin segn
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G.H, la relacin de ella con la cucaracha. Ah la cucaracha como resto o
abyecto, que produce algo de esto no soy yo.
Y finalmente, una de las nociones ms complejas, o que a m me gustara tratar
una vez que vayan entrando un poco en confianza en este mbito bastante
difcil porque es muy grande y es distinto si fuera una sala ms chica, ms
ntima. La cuestin de la neutralidad, de lo neutro . Con lo cual Roland Barthes
escribi un libro hermoso, no s si lo pudieron leer, est publicado por sigloXXI,
y son las clases que l iba dando, est en varios tomos, y uno de ellos se
ocupa de lo neutro, donde lo que dice es que lo neutro desbarata todo
paradigma, porque no es ni s ni no, tampoco es mas o menos, sino que es la
negacin de tener que elegir entre uno u otro paradigma. No es ni norma ni
anormalidad.
Tambin esto puede aplicarse al campo de lo sexual, estaba pensando en la
pelcula XXY, donde esta sexualidad aparece desbaratando todo paradigma;
no es ni mujer ni hombre. Una cosa que est ah y aparece como una
anomala.
Esta idea aparece mucho en los sujetos que en los textos se borran, se ocultan
o que se multiplican a tal punto que no estn en ningn lugar, como es el caso
de Fernando Pessoa. Ustedes saben que l tiene varios heternimos, por lo
tanto la nocin se sujeto aparece bastante cuestionada, y de estos poetas hay
uno que es El maestro, el maestro de Pessoa tambin, que se llama Alberto
Caeiro, que es un poeta de lo neutro, justamente. Habla permanente de la
identidad del ser, anterior a cualquier aparicin subjetiva del pensamiento. Es
una frase de Badiou, cuando habla de Pessoa, y voy a parafrasear un poema
que es algo que uno nunca debe hacer, tiene un poema sobre el viento, y le va
preguntando a diferentes personas qu es el viento, y cada uno le dice: el
viento para m es el amor que viene cuando t eres nio, y otro le dice: el
viento es un recuerdo, el viento es etc, y el poeta termina diciendo: todos
mienten, el viento slo habla del viento. Es decir, busca la neutralidad del
viento, en contra de todas las implicaciones subjetivas sobre el viento. Todos
los poemas de Alberto Caeiro, que es el maestro de todos los dems poetas,
dentro del sistema de Pessoa, an del propio Pessoa, es un poeta de la
neutralidad, permanentemente hay una negacin en relacin a las cosas de
establecer una funcin adjetiva, de adjetivar. El viento es el viento.
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(Corte)
Entonces, para terminar lo que venamos hablando, y antes de pasar a
Machado de Assis; Esta idea de la neutralidad fue sugerida de alguna manera
no slo por el trabajo de Barthes sino tambin sugerida por el trabajo que
estuvimos haciendo sobre los textos. Y uno dira que podra ser bastante fuerte
para la lectura de estos textos, la idea de que en los textos modernos el sujeto
no es el punto de partida, sino que se llega al sujeto despus de un trabajo
determinado. En algunos casos este sujeto que surge de los textos despus de
un trabajo de escritura, viene a cuestionar un sujeto como un lugar de jerarqua
previo a la anunciacin. Es decir, en este trabajo podra darse algo as como
sujeto de la enunciacin. Es decir, hasta qu punto en estos textos el sujeto
estaba tan altamente cuestionado que ya la propia era del sujeto cartesiano
aparece como una peticin de principio que los textos niegan o por lo menos en
gran parte distancian. Para dar un ejemplo y que no quede tan abstracto, con el
caso de Clarice Lispector, cuando lo vean, van a ver que el YO que aparece en
La pasin segn G.H, novela en la cual por primera vez coinciden sujeto de
enunciacin y sujeto del enunciado, es un texto con un narrador que adems
es el protagonista de todo lo que va pasando, es el protagonista nico. Vamos
a ve cmo ese personaje a medida que avanza la trama va poniendo entre
comillas ese EU, ese YO, va considerndolo un jeroglfico, y cmo ese
proceso, el YO que estaba al principio del texto, es abandonado. Y lo que
cuenta un poco el texto es que ese abandono es en funcin de no haber
distancias entre la subjetividad y el sujeto. Entonces ah, en ese pasaje ah en
el medio, entre un pasaje y una instancia muy fuerte de negacin del sujeto
expresndose en la escritura, porque es opresivo, es una crtica muy fuerte a
este sujeto y un corrimiento hacia la impersonalidad que va a aparecer en
muchos textos.
Despus daramos una vuelta de tuerca porque remite a un concepto de
personalidad que es fundamental para las ciencias mdicas de la salud, que es
justamente donde detectan las anomalas de la locura, que tienen que ver con
aquellos desperfectos en la personalidad, es el momento en que una
personalidad se quiebra, ya no se reconoce como tal, pierde la identidad. Como
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dice Foucault, en Historia de la locura en la poca clsica, en donde dice que
la personalidad que es misterio, entonces qu es lo normal y qu lo patolgico.
En este sentido estos cuatro conceptos que vimos; neutro hbrido y discontinuo
va a tener que ir apareciendo y van a tener que observar estos estados para
ver qu tipo de anomala es la que estamos viendo. Tambin quiero sealar
que la anomala no tiene ningn valor en s, es decir, no pensamos que es un
valor positivo o negativo, de vuelta, es un valor neutro, que en ciertos lugares
puede tomar la polaridad de dinmico o de regresivo, esttico, etc. Estaramos
lejos de una lgica como la que plantea Hlio Oiticica, cuando dice Sea
marginal, sea hroe, en ese momento, donde quiz tengan los ltimos factores
de la sociedad de normalizacin. No s si conocen ese texto de Foucault y de
Deleuze sobre el pasaje de la teora de normalizacin a la teora de control.
En este momento, en los setenta, como les deca, en la sociedad de
normalizacin, una de las estrategias ms tpicas del antagonismo poltico pero
tambin esttico, era justamente la inversin. Es decir, frente a la afirmacin
de la normalidad, una afirmacin de lo anormal, de una afirmacin de la
psiquiatra, una afirmacin de la anti-psiquiatra, frente a la idea de una
sociedad normalizadora, la glorificacin y hasta la fetichizacin del lugar de lo
marginal, que pasaba a ser en el planteo de Hlio Oiticica, un hroe.
Es decir que el lugar de la marginalidad, ya era un lugar positivo per se. Y
cmo nosotros pretenderamos tomar cierta distancia frente a este trabajo de
inversin, o de antagonismo, por la negacin de lo normal, de lo que est al
margen. Iramos hacia una idea de lo anmalo como todo aquello que tiene que
ver con la idea de la variacin, con lo desigual, y ya no como algo que se define
por una carencia, que sera lo normal, sino como un nuevo adjetivo que defina
aquello que es rugoso, spero, y que tenga algn tipo de diferencia, que nos
llame la atencin y querramos ver en qu consiste.
Esta desigualdad puede estar dada tanto por una hibridacin inesperada, que
produce un efecto que no tenemos cmo entenderlo, entonces comenzar a
pensar este tipo de procesos sin incluir la idea de desorden, sino ms bien la
de lo inslito o lo desacostumbrado. Esto parece un poco abstracto y quizs,
pero lo vamos a ir profundizando a lo largo del cuatrimestre.
Me parece que no slo con la pluralidad existe en s la variacin, no slo
porque nos saca de una idea de dicotoma, me parece interesante, sino porque
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tambin nos saca de la idea de negatividad. Es decir, pensar aquellos textos
contra lo cual supuestamente estn, o a lo cual se oponen, como si la escritura
fuera meramente un hecho de oposicin o antagonismo, cuando en verdad la
escritura va argumentando, lo vamos a ver con Clarice Lispector, los sujetos
que compone, los opuestos. Por qu nos gusta Clarice Lispector? Porque no
es realista? No, no me importa que no sea realista. El cuerpo despus de la
lectura de Clarice Lispector es otro, est compuesto de otra manera. El cuerpo
tal como lo entendemos, en estos textos adquiere una dimensin totalmente
diferente. No una dimensin figurativa meramente, reivindicacional, sino que se
ve en prcticas, con otro tipo de cuerpo, con otro tipo de organizacin, otro tipo
de composicin.
Y por ltimo tambin me parece interesante esto de que la anomala no tiene
un valor per se. Hay que ver para esto la idea de indeterminacin en diferentes
posiciones, de negarme a decir, -la anomala es eso. Que es una definicin a la
que se aboca Simn Bacamarte cuando quiere definir qu es la locura, que es
precisamente lo que Foucault criticaba, esta nocin de la locura como esencia,
como algo que est ms all de la historia, de la prctica, ms all de este
juego de lo social, y cmo a nosotros nos interesa basarnos justamente en
este lugar, de lo transitorio, de lo coyuntural, de lo que va pasando con este
texto en ese momento no slo en su momento de irrupcin sino tambin al
momento de la lectura. Es decir no un anmalo definido de antemano que va
recorriendo todos los textos, sino cmo los textos van componiendo, van
produciendo anomalas. Nuestro trabajo es detectarlas o mismo como lectores
inventarles un contexto, nosotros tambin hacemos una composicin con estos
textos, de tal manera de darles este lugar.
No slo nos va a interesar la cuestin de la figura sino tambin el fenmeno de
composicin; cmo esos textos componen sujetos. Por ejemplo creo que para
cualquiera de ustedes cuando lo lean, ya el sujeto despus de Pessoa, nunca
ms puede ser realismo, porque el tipo de operacin de Pessoa es tan radical,
tan profunda, es tal la intencin de un nuevo tipo de subjetividad y de sujeto
que hay nociones que no vamos a poder definir de la misma manera despus
de leer a Pessoa; la nocin de autor, de estilo, etc.
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El texto de Machado de Assis les gust? Tambin es un texto que de nuevo
nos pone un poco en la cuestin de llevar un texto de locura a un lugar de
nuevo de indeterminacin y de apora. A tal punto de que si uno est muy
seguro de lo que significa la locura, despus de leer el texto por lo menos algo
se le mueve, si lo lee atentamente, en relacin a su punto de partida. Sobre
todo porque el punto de partida cuando nosotros consideramos la locura es en
relacin a la normalidad, y el texto tiende a mostrar que la normalidad es un
punto de partida imposible. Por qu? Porque necesita que el sujeto que
conoce se considere a s mismo normal. Y esto es lo que pasa con la escisin,
casi metafsica de decir;- yo me conozco, soy normal. Porque si uno se pone
muy cartesiano nada nos podra garantizar que haya un demonio maligno que
nos est engaando y que nosotros que nos creemos normales en realidad
estamos totalmente desvariando.
Y lo mismo digo con respecto a Augusto de Campos, creo que es un poeta,
que el impacto visual que tienen sus poemas es notable, en una lnea que
quizs alguno de ustedes ya conoca pero a otros se les abre en un campo
totalmente indito. Se pueden componer poemas con imgenes que son
palabras. No meramente como haca Apollinaire con los caligramas, que fue
una experiencia muy ingenua, de componer imgenes con palabras. No se
trata de eso, se trata de investigar relaciones entre imgenes y palabras, a
partir de determinadas disposiciones, estructurales, por eso habamos visto las
curvas de ese poema, que iban armando una suerte de laberinto. O las
columnas del otro poema, y los diseos que va haciendo desde el punto de
vista visual y tambin que tiene consecuencias en el plano de la omisin, y de
la divisin de los poemas. Porque los poemas de Augusto de Campos no son
solamente para ver sino que tambin su lectura y su parte oral establecen
algn tipo de anomala. A tal punto que ya vamos a ver cmo Caetano Veloso
le dedica unos temas a Augusto de Campos y est pensando en una
equivalencia estructural en el campo de la msica en relacin con los poemas.
Entonces ms menos el punto de partida estara en ese lugar; trabajar esas
figuras, trabajar las anomalas y trabajar lo que los textos componen, las
hiptesis que cada texto inventa o compone; lgicos, sujetos, qu tipo de
cuerpo, qu tipo de estructura, qu modo de realidad. Claro que cada texto no
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va ser todo, sino que trataramos de detectar, qu es lo que est en juego en
cada caso.
Comenzar con Machado de Assis result un poco obvio porque el texto de El
alienista es un texto inevitable a la hora de hablar sobre las ficciones sobre la
locura, y ms all de Machado de Assis, como el escritor que ocupa el centro
del canon de la literatura brasilea.
El riesgo o el inconveniente era que la obra de Machado es muy vasta, y El
alienista tal vez no sea su obra ms representativa, la novela de l o sus
cuentos ocupan un lugar ms central en relacin a cul sera su potica.
Pero en relacin a los relatos sobre la locura El alienista tena un montn de
cuestiones sper interesantes y novedosas que pesaban ms que uno de los
textos cannicos de Machado. Hay otros textos traducidos de l; Memorial de
Aires, 1908, Memrias Pstumas de Brs Cubas, 1881, Dom Casmurro,
1899, y si en el final quieren traer cualquiera de estas lecturas, son libres de
hacerlo, la ctedra est abierta a todo aquello que ustedes hayan buscado y
ledo por curiosidad.
Machado de Assis comienza a publicar El alienista en octubre 1881, aparece
en el diario, en donde era habitual que se publicara este tipo de textos, y
termina en marzo de 1882, en A ESTAO, diario ilustrado para la familia; La
estacin. Y voy a hacer algunas comparaciones con Argentina, si bien yo no
soy muy amigo del comparativismo, para ver un poco el marco. En el ao 1882
en Argentina recin empezaban a publicarse novelas en los peridicos, son los
casos de Eduardo Gutirrez y Eugenio Cambaceres, que empiezan a consumir
sus novelas y a tener las primeras novelas nacionales en los peridicos.
En Brasil la escritura de novelas en los peridicos era muy anterior, es decir
que el campo literario brasileo se constituye con mucha anterioridad,
contrariamente a lo que pasa en Argentina, sin los problemas polticos, ustedes
saber que toda la generacin romntica fue una generacin de exiliados, y con
un impulso muy fuerte desde el estado de la creacin de todo tipo de
instituciones que de alguna manera les permitieron a los escritores convertirse
en profesionales en un momento en que en la Argentina a un escritor le
interesaba la poltica y tena a la escritura como un pasatiempo menor.
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Ya para 1881 Machado de Assis tena una carrera relativamente conocida
como escritor, a tal punto que se dice que desde 1880 Machado comienza su
segunda etapa, comienza un Machado muy diferente, hay una discontinuidad
en la que indagan los crticos con todo tipo de hiptesis sobre qu haba
pasado, por qu a partir de 1880 aparece con sus obras maestras,
inclasificables, una literatura totalmente novedosa y diferente a la que se
produca en Brasil o en toda Amrica Latina. Del Ao 1881 por ejemplo es
Memrias Pstumas de Brs Cubas, que es un momento paralelo a El
alienista, no es un momento de corte ni de ruptura, que plantea un momento
de discontinuidad en relacin a su obra anterior.
Brasil en ese momento tiene una situacin poltica muy curiosa, en el siglo XIX,
y es que con motivo de la invasin napolenica la casa de la monarqua
portuguesa se mueve hacia Brasil, o sea que de repente tiene un rey, en 1814
aproximadamente, y coincide con los movimientos independentistas que se
estaban produciendo en otros pases de Amrica Latina. Brasil por supuesto no
fue de lleno a este independentismo pero la resolucin que consigui fue
bastante curiosa. Como el hijo del Rey haba nacido en Brasil los patriotas
aprovecharon la situacin para insultar a la casa monrquica de Portugal pero
dejaron al prncipe joven; que fue Pedro, como rey de Brasil. Y este Pedro
estuvo en su cargo desde 1822 hasta 1889, o sea 67 aos de un reinado de el
primer rey latinoamericano, ac tengo una foto (el profesor muestra la tapa del
libro As Barbas do Imperador de Lilia Moritz Schwarcz), que fue un rey que
adems siempre us barba durante casi los sesenta aos de su reinado, y es
una foto porque era ms que uno aficionado, se dedicaba a la fotografa e
introdujo la fotografa en Brasil. Este rey tena una gran inclinacin por el arte y
las ciencias, y se ocup muchsimo de incentivar todo lo que fuera el campo de
las investigaciones cientficas, el campo de la produccin esttica. Como primer
rey en Brasil, primer emperador, tambin tuvo que disponer de la pompa, toda
monarqua se basa en la pompa, y sta tena que ser brasilea, y entonces a
partir de ah comenzaron, los intelectuales del rgimen, a construir toda una
serie de prcticas, de imgenes, de costumbres, que tuvieran que ver con el
rey brasileo. Por ejemplo el gran manto con el que asumi el cargo de
emperador, tena plumas de tucn, que es un pjaro que es bien brasileo, y
esto lo diferenciaba de cualquier rey europeo. Y no slo eso sino una cantidad
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de imgenes que comenzaron a circular en todo momento, para apuntalar, la
idea de una monarqua brasilea. Uno de los hechos ms curiosos de esta
monarqua que vamos a ver bien cuando leamos a Jos Alencar Gomes da
Silva, fue tomar a la alegora de brasil por antonomasia, ubicada en la figura del
indio. Ac hay dos cosas, porque ustedes dirn, en un momento en el que
haba esclavitud en Brasil y la poblacin conviva con negro y esclavos, usar la
figura del indio sera equivalente a la figura del gaucho. Pero por otro lado con
Don Pero se fueron creando los grandes institutos de historia, de estudios de
los indgenas, y otras que funcionaron durante todo el reinado y explican que
Brasil sea un pas institucionalmente muy diferente a todos los del continente,
donde la fuerza que tienen todas esas instituciones forman parte del estado y
se ocupan en hacer estudios histricos y cientficos, sobre la naturaleza por
ejemplo, donde se realizaron numerosas expediciones. Don Pedro logr forjar
esta idea de un Brasil que tena el idilio de la figura de un estado brasileo y en
el romanticismo el estilo que le permita establecerse como una monarqua
moderna en el mbito del momento en el cual muchas monarquas estaban
cayendo y la repblica se iba instalando en diferentes pases. Imagnense
cuando Don Pedro comenz a ir Europa, llegaba el rey de Brasil a muchos
pases que ya eran repblica, y no slo era el rey sino que era el emperador de
Brasil. Y a l adems le interesaba mucho todo lo que tuviera que ver con el
progreso, con las tcnicas. Iba a esas exposiciones universales, donde se
presentan los ltimos adelantos de la tcnica en todos los campos. Don Pedro
fue homenajeado en Estados Unidos, con casi un siglo de repblica, en 1885,
en una muestra muy famosa de Filadelfia.
Les voy a leer una parte de este muy buen libro de Lilia Moritz Schwarcz:
Modelos, para esta monarqua reciente, no faltaban, pero haba originalidad en
la copia. El romanticismo apareca como el camino favorable a la expresin
propia de la monarqua recin fundada, pues, dada concepcin permita afirmar
la universalidad con particularismo porque el romanticismo tena el elemento
del color local y el inters por las lenguas nacionales y la observacin de estos
fenmenos incluidos su potica. Entonces lo que est diciendo la autora es que
el romanticismo permita de alguna manera una resolucin; afirmar la
universalidad y tambin el particularismo, y por lo tanto la identidad.
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Encontrarse con la metrpolis ms asociada en este contexto a lo que sera un
clasista.
El gnero vena al encuentro de esta manera en el deseo de manifestar en
literatura una especificidad del joven pas en oposicin a los cnones legados
por la madre patria sin dejar de lado la forma oficial y palaciega del movimiento
O sea que una caracterstica es que l se iba rodeando de estos artistas y
generaba una suerte de nobleza y una de las prcticas ms fuertes fue
Cmo hacemos con la nobleza?, no hay monarqua sin nobleza. Entonces en
Brasil era la moda tener un ttulo de noble a toda costa. Ac hay un captulo
muy lindo en donde se estudia toda la herldica. (el profesor intenta mostrar
ilustraciones del libro y aclara que dejar material visual en fotocopiadoras o en
blog de la materia)
Entonces Don Pedro era una especie de rey ilustrado, tena contacto con los
escritores, siempre aparece en su iconografa rodeado de libros, interesado en
esta idea de saber como idea central, y en clasificar la historia que era un
oficio, en 1841, -esto lo cuenta Muricy, en su texto que ya est en fotocopia- y
que fue ideado por uno de los idelogos del rey. Piensen que cuando comenz
a reinar era muy chico, tena nueve aos aproximadamente, entonces tena
que ser sometido a la poltica. En el 41 crean este hospital que les digo como
un dato, para que lo puedan pensar en relacin a El alienista de Machado,
que se iba alimentando a nivel econmico de los impuestos sobre la vanidad.
Estos impuestos eran a los ttulos nobiliarios que eran muchos y muy
codiciados, porque era un modo de distincin social, de legitimarse socialmente
para la gente que tena mucho dinero, y este impuesto inclua adems los
juegos, que eran otra rea que se vea afectada por esta sancin.
Estos elementos de alguna manera van a ser muy poderosos y van a generar
para el momento en el que Machado de Assis comienza a escribir, un campo
literario relativamente fuerte, que si uno lo piensa en relacin a los anteriores,
como el romanticismo de Brasil, haba ya una presencia mayor que en otros
pases de Amrica latina va a tardar ms en surgir como tal.
En este contexto se comienzan a cuestionar de forma abrupta tres elementos
centrales que eran generados por la tradicin brasilea y que tambin estaban
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en las primeras partes de la obra de Machado. Estos tres elementos seran en
primer lugar, la literatura como una pedagoga, y como una pedagoga moral,
y con una didctica que intenta darle al lector las claves para manejarse en la
sociedad. En el crecimiento de esos peridicos, en el lugar que critica la
aparicin de la literatura como elemento de modernizacin, y con la
emergencia de la mujer como lectora, a la cual Machado de Assis se va a
referir en muchsimos cuentos, ya a partir de El alienista y Memorias
pstumas de Brs Cubas le quita a esta literatura cualquier funcin didctica o
pedaggica. El otro elemento que va a atacar de un modo bastante sistemtico
va a ser la literatura como una manifestacin de lo nacional , que durante el
romanticismo como vimos fue algo muy poderoso al punto que haba una serie
de figuras que eran tenan que estar en esa literatura para considerarse como
tales, para apuntalar en esto del brasil idealista y una literatura que tena
romanticismo pero ms all de eso como una corriente muy fuerte de que la
narracin o los poemas vienen a consolidar una idea de lo nacional a partir de
la temtica y tambin de los gneros que utilizan.
Por ltimo el tercer elemento que va a atacar es la literatura como
representacin. Donde ah vemos un nexo, entre romanticismo, por ms que
romanticismo suena a potica de expresin, donde la representacin cumple
un papel clave entre romanticismo realismo y naturalismo, que son
movimientos con los que no puede incluirse a Machado de Assis, y que en
Brasil tuvieron una fuerza tan grande que contina hasta el siglo XX y fue una
crtica que se llama Flora Sssekind y su libro se llama Tal Brasil, Qual
Romance?, que sera, tal Brasil, cul novela. La idea que ella desarrolla en
este texto es que en la literatura brasilea hay una suerte de mandato por la
reproduccin y el nico estilo que viene a hacer ese papel es el naturalismo.
Tal brasil, tiene que ser de determinada novela, tal padre, tal hijo. Es un poco la
idea de tal palo tal astilla, y va mostrando la fuerza que tiene la reproduccin y
la imitacin en la constitucin de la identidad brasilea. Esta idea tal cual, es
una idea de la representacin, esas novelas tienen que representar el realismo
de Brasil y en general en trminos muy convencionales pero poderosos, Brasil
ha sido considerado como una naturaleza que Brasil ha representado, el
elemento naturaleza ha sido una marca de la cultura brasilea, el paisaje, y la
idea de que estas novelas tienen que dar cuenta de este paisaje, de esta
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poblacin, de lo que sucede, y tiene como tal misin representar lo que durante
siglos constituye cierta alegora de lo nacional. En contra de estas tres
funciones no queda nunca claro cul es la funcin de la literatura en Machado
de Assis. Sus posiciones no van a ser tan clara de modo que la crtica se ve en
problemas frente a esta indeterminacin. Por supuesto que la idea clara es la
de narrar y entretener, pero esto no es suficiente para una literatura que ha
sido definida como escptica, es decir que de alguna manera, esta neutralidad
machadiana tambin podra pensarse en relacin a la literatura. Es decir, si
Machado sera escptico frente a esa literatura. La literatura no tendra un
sentido pedaggico, no sera una manifestacin de lo nacional, no tiene como
fin la representacin de lo real, con fines polticos, sociales, o etc. Entonces
cul sera el movimiento que est haciendo Machad de Assis en el momento en
que se niega a reproducir estos elementos tan centrales de la literatura en la
cual l se mova. Machado de Assis tiene algunas caractersticas en su
biografa que han sido muy cuidadas, es uno de los escritores sobre los que
ms se ha escrito en Brasil. Nace en 1839 en Ro de Janeiro y muere all
tambin en 1908. Casi toda su vida transcurren en Ro de Janeiro, que en ese
momento era la capital, tambin escribi poesa, escribi por encargo,
periodismo y crnicas. Un personaje con mucha exposicin pblica ya que
ocup cargos polticos importantes y fue miembro de la Academia Nacional de
Letras. Pero adems es interesante remarcar que era mulato y que era
descendiente no directo de esclavos, estaba con un tema bastante delicado en
trminos de su pertenencia tnica, era muy visual, evidente, en una sociedad
que mantena la esclavitud y donde los prejuicios tnicos eran muy fuertes.
Este sera uno de los ejemplos que se utiliza para hablar de esa posicin
extraa que Machado tena respecto de su tiempo, y esa caracterstica que
tena de provenir de una familia humilde, de trabajar en imprentas y ser
bastante autodidacta respecto de su educacin. Esta posicin le dara a
Machado de Assis cierta pertenencia a la sociedad, a la Elite de su tiempo pero
a la vez cierta distancia, de no estar del todo, no ser parte de esa Elite por
completo. Y tambin se ha dicho en relacin al cambio que se produce de la
primera a la segunda parte de su produccin, y se ha hecho una analoga
similar a lo que le pas a Borges. Ustedes saben que Borges tiene un
accidente en el ao, no me acuerdo el ao exacto, pero a partir de ese hecho
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qued internado y dicen que su literatura cambia. Con Machado de Assis pasa
al similar con una enfermedad que sufre a principio de los 80, pero son
explicaciones medio mdicas para cambios que tienen que ver con la literatura
y que vamos a ver ahora.
Pregunta de alumno inaudible.
Profesor: Uno puede ver la pedagoga en ese texto como puede ver la poltica
pero no son textos que tengan una genialidad poltica o pedaggica inmediata.
Por ejemplo en El alienista establece un dilogo con el lector, sobre todo en el
captulo once, pero si tuviera que decir cul es la enseanza que deja el
cuento, sera algo muy problemtico porque no hay un efecto moral que surja
de estos cuentos, lo que ms bien observamos es que est ms cerca del
escepticismo, no habra una conclusin que uno pudiera sacar en trminos de
didctica. Son relatos que uno podra decir transparentes, que sin embargo no
dejan de hacer pedagoga ni didctica. Pero s estoy de acuerdo con vos en
que uno podra establecer una lectura de cmo si hay una pedagoga que trata
por lo menos a lo que entiendo yo a el modo en que uno se relaciona con el
sentido y cmo el cuento nos lleva a tener todas estas actitudes que tienen que
ver con la inseguridad, con la distancia, con la sospecha, tambin con el
escepticismo, en donde se pueden observar aspectos pedaggicos. A eso
ibas vos?
Alumno: inaudible
Profesor: s, yo no veo en el cuento ningn efecto pedaggico y didctico, lo
cual no quiere decir que uno no pueda hablar de cierta pedagoga, pero el
crtico o el lector tienen que hacer cierta mediacin entre los relatos didcticos
o pedaggicos, como la fbula la moraleja y esas cosas, digamos, no cabe
duda, ya es ms confuso, en ese sentido Machado no es directo, y hasta es
muy irritante, crispa mucho al lector, y no es fcil entender por qu obra as
este narrador. En este sentido en el caso de El alienista yo creo que l va
llevando los discursos cientficos y lo pedaggico a una suerte de apora sin
resolucin posible, a tal punto que en ningn momento nos entrega una visin
positiva, por ejemplo de lo que podra verse en la locura y lo que habra que
hacer frente a la locura, la actitud. Esto tambin va a aparecer en las crnicas
de l, y esto se puede ver en el texto de Muricy y Bosi, dentro de los textos
obligatorios. Ms bien lo que ensea el texto es que todo lector debe
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sospechar, debe ser poco crdulo, debe sospechar. Yo les cont la semana
pasada lo que pasaba con Don Casmurro, que acusa a una chica que lo
enga y fue adltera, y nace de ah esta cuestin del corrimiento de lo
pedaggico y toda la crtica ley esto como una condena del adulterio, y que la
chica era ms o menos la gran adltera de la literatura brasilea y era un
personaje que haba sido muy malvado, como toda mujer, con el narrador.
Hasta que en los aos 60 una crtica norteamericana, Helen Caldwell, que dijo;
el nico testimonio de que ella lo enga y que es adltera es Don Casmurro,
pero por qu creerle a Don Casmurro? Todos los lectores hasta ese
momento le haban credo a Don Casmurro, ah la pauta de paternalismo es
brutal. Y esta mujer empez a leer el libro diciendo: -Bueno, no le voy a creer al
narrador. Y demuestra, claramente, que si bien no podemos concluir que el
personaje no est mintiendo, hay varias pistas para sospechar de todos sus
testimonios. Entonces ah se ve una pedagoga, si quieren, pero una
pedagoga de la autonoma intolerante, en donde Machado de Assis est
poniendo de alguna manera cmo en el modo en que nosotros leemos, va a
ser fundamental para que entendamos estos textos. En este sentido la novela
se mantuvo hermtica durante sesenta aos, hasta que lleg esta lectura, que
no es casualmente una mujer, pero tampoco es totalmente una extranjera.
Tras sealar esto, uno no puede dejar de pensar en Casmurro como un tipo
autoritario, cretino, desalmado, etc. Pero es inevitable, Helen Caldwell lo vio
perfecto, pero el chiste de Machado permaneci oculto durante todos esos
aos, esto es impresionante. Nadie haba puesto la distancia suficiente para
decir- Por qu yo le tengo que creer a este personaje?. Claro, en la literatura
siempre dependemos de la figura del narrador, cuando un narrador dice- En
algn lugar de la Mancha, nadie le pregunta - y por qu la Mancha? No, uno
se mete en el texto, porque es la nica fuente que uno tiene. En el caso de
Machado de Assis tiende a decir: -Ojo, en narrador te puede estar
embaucando- cosa que es bastante comn. Entonces yo creo que ah, si uno
piensa en la cuestin de la academia y la autonomizacin de la literatura, uno
podra ver esta autonomizacin como una cada de esta funcin pedaggica de
la literatura, y donde esta literatura no tiene una genialidad fuera de s misma.
Y esto en El alienista est bastante claro en la cuestin de los saberes, en
donde el saber de la literatura se muestra totalmente diferente al de la religin,
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como un saber vinculado a la moral, vinculado solamente a la idea de la
caridad, a lo largo de todo el texto, y al discurso cientfico, que es el discurso de
la argumentacin.
Con respecto a la manifestacin de lo nacional Machado tuvo algunas
intervenciones realmente contundentes, sobre todo con un texto que se llama
Instinto de nacionalidad, un texto muy temprano de el, de 1873, y que plantea
en torno a la cuestin del romanticismo, que no es necesaria una literatura
descriptiva, representativa, para que sea brasilea. En un argumento que
despus va a aparecer en Borges en El escritor argentino y la tradicin.
Machado de Assis plantea algo as como que la identidad de la literatura
brasilea se da de un modo mucho ms espontneo que por una suerte de
labor temtica o representativa. Es un tema que en definitiva va a pasar mucho
en las vanguardias de los aos 20, en manifiestos ms izquierdistas, la idea del
testimonio donde deca que ya en lustrarse los zapatos haba algo argentino,
no era algo que uno tena que programar. Y ni hablemos de Borges, con toda la
crtica que hizo de lo discursivo nacional y lo programtico.
Pero me gustara relacionar el modo en que Machado de Assis acta con el
poeta norteamericano William Carlos Williams, un poeta excepcional, que tiene
un texto que a m me parece maravilloso sobre Edgar Allan Poe. Ah l dice
que Poe si uno lo compara con otros escritores norteamericanos de la poca
era como Whitman, o Emerson. No es un escritor que uno ve que contenga la
idea de lo norteamericano o no nacional de una manera tan fuerte como
temtica en cuanto a representacin nacional, y sin embargo, Peo es
profundamente norteamericano. Y la solucin que da Williams a este planteo es
que Poe sera el cartgrafo de la imaginacin norteamericana. A l no le
interesa la cartografa para la realidad norteamericana: los hijos, los encajes,
etc. Sino ms bien ver cmo funcionaba el mundo de la imaginacin. Y si uno
ve a los norteamericanos como extraos se va a dar cuenta de que todos estos
temas ya estaban en Poe, no como tema sino como funcionamiento, como
imaginacin. Y esto en el caso de Machado de Assis sera algo similar.
Uno de esos libros se llama Un maestro en la periferia del capitalismo, y el
otro se llama Ao vencedor as batatas que est tomado de una novela de
Machado de Assis. Son dos libros clsicos dentro de la literatura crtica
brasilea, que no tengo los aos exactos pero ms o menos de los aos 70 y
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80, quiero decir que no son libros tan viejos. Lo que quera decir, es que
Machado de Assis lo que hizo fue demostrar la potencialidad crtica de la
escritura. Lo que hizo Machado fue mostrar la potencialidad crtica de la
escritura. Lo que hizo Roberto Schwarz, que es un crtico marxista, muy
influenciado por Luckaks, muy en dilogo con todo lo que se produjo en la
crtica alemana; Campos y a otros escritores de esa rea. Su vnculo con
Bretch es muy fuerte, tambin un creativo, un dramaturgo. En estos dos siglos
l lo que dice justamente con Un maestro en la periferia del capitalismo dice
que la literatura de Machado de Assis nos permite pensar el lugar perifrico de
Brasil en el capitalismo decimonnico. Es decir que es una escritura muy
original como punto de partida porque en realidad nunca se haba ledo a
Machado de Assis como un escritor, no social, sino como un escritor en el cual
podra leerse de una manera mucho ms poderosa los procesos sociales de
Brasil, antes que en otros escritores, naturalistas ms representativos,
supuestamente ms comprometidos pero que no tenan la fuerza que tena la
escritura de Machado de Assis para referirse a estos procesos sociales y del
siglo XIX. Y cules son esos procesos? Uno de los puntos que surge en el
prefacio de Schwarz en Un maestro en la periferia del capitalismo es un
trmino que tambin se usa en toda la literatura socio-crtica y sociolgica que
se produjo en Latinoamrica en los ltimos aos y se llama Las ideas pueden
ayudar, una especie de frmula, y dice que Machado de Assis es justamente
el mejor escritor para ver cmo funciona una sociedad en la cual las ideas
estn fuera de lugar. Qu significa esto? Schwarz parte del hecho central de
la ciudad de donde vena este escritor que es la esclavitud, porque por ms
que sea abolida la esclavitud es un hecho que se encaja terriblemente con el
capitalismo y la idea del trabajo asalariado, es decir que habra una especie de
institucin en Brasil que est en contra de una modernizacin capitalista que ya
se est produciendo y que se tambin en el campo de las ideas. Los
intelectuales eran una Elite que va tiendo el temario del pensamiento
brasileo que est alimentado por la diversidad ilustrada, la diversidad de las
luces, la idea de progreso y de humanidad que coincide en que son discursos
de una sociedad que mantiene el trabajo esclavo.
Esto genera una suerte de impropiedad permanente en el pensamiento en el
cual por ejemplo, el toma algunos elementos como el himno brasileo, que dice
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todos son libres, o algo as, no recuerdo la frase exacta, pero Schwarz dice,
que esto se cantaba en un pas donde haba esclavos o instituciones como el
parlamentarismo, una suerte de incongruencia permanente que iba generando
en el caso de Brasil un fenmeno que l llama: las ideas fuera de lugar. Y
donde dice que la falsedad es la parte verdadera. En realidad yo creo que el
trmino fuera de lugar est un poquito mal pensado porque lo que l plantea no
es que las ideas estn fuera de lugar, no es el problema de las luces o del
racionalismo o del progreso. Es el lugar mismo lo problemtico, es un lugar en
el cual las ideas ya no tienen sentido. Dice que por supuesto en Europa esas
ideas no se realizan en la prctica, y son las que rigen el pensamiento y no
necesariamente se producen en la prctica. Pero habra una suerte de relacin
dialctica en el cual estas ideas de lugar van interactuando permanentemente,
cosa que en Brasil, frente a la esclavitud, es absolutamente imposible.
La existencia de la esclavitud va creando una estructura de las relaciones
sociales, que es lo que le interesa a Schwarz, la nocin de clase y una relacin
bsica de tipo paternalista, al revs de la relacin asalariada donde la relacin
bsica entre el dominado y el dominante pasa a partir del dinero, y eso es lo
nico que lo une a su patrn. En el caso del esclavo, donde la relacin es de
propiedad, se general una relacin de convivencia donde en Brasil se ha dado
que el patrn acta con el esclavo de una manera paternalista, afectiva. Por un
lado dispone como quiere del esclavo pero intenta establecer con l una
relacin casi familiar. Una relacin familiar en la cual hay dominantes y
dominados. Este tipo de relaciones afectivas genera un tipo de relacin que no
est regularizada y se basa en el favor. Este es un concepto clave en el texto
de Bosi, que dice que no slo hay una poltica general del favor sino que el
favor es nuestra mediacin casi universal. Qu es esto del favor? Yo creo que
los argentinos lo podemos entender perfectamente. Significa que las
instituciones son tan dbiles, estn tan poco desarrolladas, que el modo en el
que nosotros vivimos las relaciones pasan por lo afectivo, que puede ser tanto
positivo como negativo. Es decir, por ejemplo si nos para un polica, un mal
ciudadano, casi todos nosotros lo primero que hace es intentar establecer una
relacin afectiva con el polica, relatando nuestras peripecias familiares,
poniendo excusas personales. Pero la relacin con la ley no pasa por estas
relaciones, es totalmente impersonal, no tiene nada que ver lo que me pase en
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este momento, nada me autoriza a violar la ley. Di un ejemplo muy obvio pero
que se extiende a todos los rdenes de la vida, sabemos que estas relaciones
de favor se destacan en lo referente al estado.
Estas relaciones de favor han tenido muchas interpretaciones en el trabajo de
la cultura y las sociedades y en Brasil hubo una bastante exitosa que es la del
hombre cordial, el hombre que establece relaciones por afecto, pero no en un
buen sentido, porque son relaciones de odio.
Lo que hace Schwarz es estudiar esas figuras, que generalmente son como los
agregados, que son sirvientes que no llegan a ser esclavos, y cmo esas
relaciones van develando toda la estructura paternalista que se vive en Brasil y
toda esa estructura del favor, que en realidad es una marca de deficiencia que
se puede leer a partir de la novela de Machado de Assis.
Uno ve en El alienista una incongruencia entre la modernizacin de las
ciencias mdicas y la monarqua que parece ser una suerte ruido, y que en el
cuento va a tener una produccin en trminos de revolucin, se va a tomar el
modelo de la revolucin francesa y de los idelogos de la revolucin, esto lo
vamos a ver la clase que viene; El alienista como una fbula de la revolucin
poltica tal como se concibe en ese momento en occidente.
En el caso de Schwarz, lo que intenta buscar es cmo en esta narrativa, a
contrapelo, uno puede ir leyendo todos los modos en que esa clase dominante
constituye su poder no a partir de un consenso, de una institucionalidad, sino a
partir de lo arbitrario y de la violencia que implica toda relacin paternalista
patriarcal. Donde estalla el paternalismo, son relaciones afectivamente buenas
pero que no pueden eliminar el hecho de que lo que est detrs es una relacin
bsicamente econmica y muchas veces violenta, porque est hecha en base
a convenios que no son institucionales, sino meramente patronales.
Schwarz va a tratar el modo en que se puede vislumbrar este elemento de una
sociedad paternalista, violenta y que adems ha utilizado estas ideas para
infundir una realidad que es brutal. l como buen marxista dice que no se trata
de eliminar las ideas sino de cambiar el lugar. Mientras que no haya un cambio
social profundo y se eliminen estas cuestiones habr problemas de ndole
estructural, de lo que son las ideas fuera de lugar.
En el caso de El alienista podramos decir esto que hablbamos recin,
acerca de una incongruencia entre la ciencia mdica y la existencia de la
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monarqua, o quizs una relacin de dominacin, si ustedes se fijan este texto
es muy especfico con respecto a eso, y es una relacin que no se da por
relaciones econmicas sino que se da por las relaciones laborales, es decir la
caracterstica bsica de esta ciencia que est creando Simn Bacamarte sera
una ciencia, una especie de saber que domine y que establezca como
concepto central la obediencia y que tiende en ese punto a retratar el mismo
trabajo que vena haciendo la iglesia que tambin se propone la relacin de
obediencia. Es tanta el aura de poder que va acumulando Bacamarte que
cuando un revolucionario se encuentra con l lo nico que le queda es rendirse
ente ese poder y someterse. O sea que se puede ver muy claramente cmo
Machado de Assis es perceptivo respecto a cmo esas relaciones de saber
implican relaciones de poder y de dominio.
Hay una diferencia importante con respecto al planteo que hace Schwarz con
este cuento, que es uno de los pocos que no transcurren en Ro de Janeiro,
sino en una especie de doble de Ro de Janeiro, donde aparece la idea de
periferia que s aparece mucho en todas las novelas, es decir Roberto Schwarz
nos muestra que puede leerse en las novelas y en las cuentos de Machado de
Assis, y que en El alienista se da en menos medida porque es uno de los
cuentos ms universalistas del autor porque no est criticando nada ms que la
localizacin de la razn capitalista, moderna, sino que va ms all y cuestiona
la razn misma de la modernidad. Va a la razn misma pero no en su
idealizacin, no acta desde la periferia para ver los efectos negativos;
imperialismo, el traslado de las ideas de la metrpolis a la periferia, etc. Lo que
hace es ir al corazn mismo de esa racionalidad y mostrar sus dificultades.
Por ltimo voy a mencionar el ms importante de todos estos rechazos que
tiene la literatura como representacin de lo nacional y de literatura como
pedagoga, que es el rechazo de literatura como representacin. Esta idea de
que cuando nosotros leemos una narracin ficcional rpidamente vamos a lo
representado, tendemos a ver aquello que est representado. A tal punto que
en las novelas realistas, por ejemplo las de Balzac, los tericos se han visto en
un gran dolor de cabeza para definir al narrador, que luego ha sido este
narrador omnisciente, idea que luego ha sido desechada por toda la ideologa
que contena pero que s marca en esa novela la presencia del narrador como
escamoteada para que nosotros nos topemos directamente con aquello que
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est siendo representado, y donde el efecto de realidad, implica que nosotros
tendamos a ver estas narraciones como equivalentes al orden de lo real.
El gran descubrimiento que hace Machado en la segunda parte de su obra es
el descubrimiento del que habla, del narrador, y el hecho de que ese narrador
es opaco, que ocupa lugar, que nos est dirigiendo y que tiene intereses y que
su intervencin nunca va a ser neutra, u objetiva. Ese descubrimiento de
Machado es lo que lo convierte en un escritor de excepcin frente a lo que
est ocurriendo en Brasil en ese momento. Y esto se ve claramente en
Memorias pstumas de Brs Cubas que estn narradas, como indica su ttulo,
por un muerto. Pero l quiebra adems otro pacto narrativo que viene de la
poca de Las mil y una noches y es que para narrar hay que estar vivo, si el
narrador muere termina, ustedes recuerdan que Sherezade va aplastando su
pena de muerte con cada narracin. Machado de Assis no tiene nada que ver
con el realismo sino que se enmarca directamente en lo improbable, desde el
punto de vista del narrador del relato, en donde se narra a s mismo. Es una
novela fascinante, son memorias que slo puede escribir alguien que ya muri.
Esta primera persona de Brs Cubas as como la de Don Casmurro donde es
claro que ese narrador establece una relacin con el lector de confidencia y
secreto, donde intenta seducir y se vuelve mucho claro en el momento en que
uno comienza a desconfiar de esta primera persona. Pero ah el relato pasa a
la tercera persona, si se fijan en el narrador que hay en El alienista tambin
es un narrador difcil de agarrar, donde lo que va diciendo tiene efectos
contrarios a lo que narra, porque narra de un modo bastante cercano lo que va
haciendo Bacamarte. Entonces qu es lo que est poniendo en cuestin esta
autoridad del narrador? Uno podra decir que al sistema patriarcal, esta figura
que detenta el poder y ante la cual nosotros estamos tentados a creerle, y no
slo eso sino que produce creencia. Don Casmurro produce una fascinacin tal
que el lector est dispuesto a castigar a la adltera, que es la mujer pobre, y l
es el hombre rico, el hombre de poder, de la vieja tradicin patricia carioca.
Machado est cuestionando a ese narrador y por defecto cuestionar el modo
en que ese narrador se acerca a cualquier narracin ficcional.
El caso de El alienista es particular, porque el origen de la narracin es una
crnica, ese narrador dice que para narrar todo lo que va a narrar se basa en
unas crnicas. Desde ese momento se molesta al lector, porque ese narrador
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toma las crnicas y a la vez la narracin adquiere todos los modos de la
caricatura y de la ficcin. No caben dudas de que estamos ante una suerte de
fbula al modo de los escritores franceses del siglo XVIII.
La crnica como gnero est vinculada a la idea de narrar con objetividad. La
crnica en trminos ideales implica una temporalidad subjetiva, tiene un sujeto,
en el cual nosotros depositamos la funcin testimonial, y por lo tanto tendemos
a creerle, y por supuesto una escritura que debera tender a ser descriptiva y
despojada del ornamento retrico. A la crnica no la leemos por su juicio
esttico sino por este valor esencial que tiene.
Segn Muricy, en el texto que tienen que leer, dice que la crnica es la
escansin necesaria para la crtica de lo contemporneo. De esta manera
Machado de Assis recurre a un tiempo lejano, que es el tpico recurso de la
stira, para poder criticar tranquilamente a lo contemporneos.
Me parece igualmente ms poderoso el hecho de que ah se juega una idea
determinada de sujeto de la crnica, que sera el sujeto vinculado a la verdad,
con valores casi jurdicos, a un hombre verdico, como lo ve Bacamarte, cuyo
objetivo es la bsqueda de la verdad y que todo lo realiza en funcin de esa
bsqueda. El narrador supone este origen y empieza a hacer una serie de
tratamientos mnimos en los cuales uno percibe que la base de la crnica es
totalmente alterada en la medida en que el narrador se va apoderando de eso.
En este punto se establece una serie de distancias porque el narrador sigue
una supuesta crnica pero nunca la pone como cita, y adems establece una
serie de elementos caricaturescos que en la crnica no deberan estar. La
crnica hace una descripcin de Simn Bacamarte, l toma la crnica y
despus la va rellenando, la va exagerando, y el efecto que logra es opuesto al
que la crnica busca que es la gloria de Bacamarte.
Se ve en el momento en que llega la mujer al pueblo, no hay en ese narrador
ninguna bsqueda de verdad, ms bien ese narrador destruye todas las
verdades que el texto est planteando, todo el saber mdico. O sea que el
narrador no se propone revelar una verdad sino cuestionar la relacin con la
verdad. Va a mostrar que esa relacin de Simn Bacamarte con la verdad lo va
a llevar a la ruina. Quizs lo que estara en juego, adems de las operaciones
que va haciendo el narrador, es que cambia el eje con respecto a la crnica.
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Adems es un recurso donde se produce el humor, porque lo que va contando
de crnica no tiene nada, es un texto de por s ficcional.
Machado de Assis se va a desentender totalmente del vnculo entre escritura y
verdad, no hay ningn inters en l en definir la literatura en este sentido sino
de mostrar la capacidad de la ficcin para ser escptico ante estas verdades y
plantear otro tipo de criterio que no sea el de verdad.
Volviendo al narrador, tiene por un lado un carcter muy meticuloso que va
siguiendo a Bacamarte que es esta especie de caricatura inadvertida. No es
que el narrador denuncia a Bacamarte sino que lo alaba en exceso pero el
efecto logrado es totalmente inverso. Es un saber irnico, es lo que pasa con
Don Casmurro.
Por otro lado en esta cuestin de la crnica quera agregar otro elemento, y es
que aparece como figura esttica, de escritura despojada, de testimonio, que
aparece opuesta a otro tipo de escritura que tambin est en el texto, que es la
de lo literatos, la escritura retrica. La de la oratoria retrica, que a diferencia
de la crnica que tiene a lo literal, estos discursos estn llenos de metforas,
comparaciones, etc. Machado de Assis est mostrando con esto un aspecto de
stira muy fuerte respecto de la literatura que se produca en esa poca.
Es interesante pensar desde dnde este narrador est proponiendo una
literatura. Fjense cmo no hay ningn personaje positivo en funcin de la
produccin o funcin literaria. No hay ningn principio de positividad.
Les doy un ejemplo, en el texto de Don Isidro Parodi (Seis problemas para
Don Isidro Parodi) de Borges y Bioy Casares, donde se burlan de todo el
mundo y dicen que toda la literatura argentina es un juego de disfraces y donde
son todos unos fraudulentos totales a los cuales el personaje de Isidro Parodi
va desenmascarando. Toda la escritura de estos personajes es de un exceso
retrico, llenos de lugares comunes, y es lo que segn Borges y Bioy no
debera ser la literatura, es una literatura provinciana, de empleados, es un
texto muy de clases, todos viven del estado, que aparece como un trabajo
totalmente condenable, pero s hay un personaje que escribe una carta en un
momento y es criticada por todos los personajes, de hecho uno de ellos dice
que esa carta le falta un stock de adjetivos. Esa carta si uno la lee es la
escritura de Borges y Bioy, es el lugar a partir del cual se desmonta todo lo
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dems, es una escritura clsica sin ornamentos intiles, directa, etc. Elementos
que Borges y Bioy consideraban que deba tener una potica de la narrativa.
Entonces uno puede pararse en ese texto, por no pararse en Borges y Bioy
porque en realidad el autor de este libro es un heternimo comn, H. Bustos
Domecq, no se por qu aparece Borges y Bioy, porque es bajo ese heternimo
que est desarrollada toda la parodia.
En El alienista no hay ningn personaje que nos permita una visin positiva
de esta literatura, pero s que los personajes aparecen desde la crnica, como
un gnero vinculado a al verdad, y con personajes que son un techado de
retrica, absurdos convencionales y falsos. Ac los discursos vinculados a la
verdad no aparecern.
Para ver cul es la idea de literatura positiva que Machado propone en ese
cuento habra que realizar operaciones muy sutiles, no vinculadas a los
personajes, ni a los parlamentos. Habra que seguir las propias caractersticas
del texto, la idea de la parodia, tratar de buscar por ese lado cul sera el lugar
ene l cual Machado se ubica en contra de esos otros saberes de los
personajes. En ese sentido, yo dije que el narrador era molesto, pero es ms
bien astuto, se nos escapa y es difcil agarrarlo, se oculta.
Yo creo que El alienista tiene dos partes, y que establecen un objeto de
parodia y de tctica totalmente diferente. La primera parte del texto ira hasta
el momento de la revolucin, y ah Machado se preocupa por la localizacin del
saber cientfico, y establece una crtica de la institucin normalizadora a partir
de los intereses que pone en movimiento y de las pasiones que intenta acallar
u ocultar en fundn de esta idea de un saber positivo, imparcial, desinteresado.
En toda la primera parte me parece que Machado va a ser muy psicolgico, no
es en el sentido de novela psicolgica, sino como una capacidad de ver, de
percibir, qu intereses y qu motivos es
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