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TEMA 17: EL TURISMO EN ESPAÑA
Esquema
1. El significado del turismo en la geografía y la sociedad españolas
2. Los caracteres de la oferta turística y los tipos de turismo
3. Las principales áreas turísticas en España
4. Consecuencias geográficas del turismo en España
El significado del turismo en la geografía y la sociedad españolas
En la actualidad, España es una de las principales potencias turísticas del mundo, tanto por el
número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta esta actividad.
La consolidación de España como destino turístico data de los años 1960, si bien cuenta con
unos antecedentes dignos de mención en los viajeros ilustrados y románticos que nos visitaron
durante el siglo XVIII y, especialmente, a lo largo del XIX. En este periodo, los naturalistas y
escritores que viajaron por España quedaron impresionados por la variedad de formas que
ofrece la naturaleza, por el exotismo de unos paisajes que recordaban a África, por la
pervivencia de las herencias árabe y oriental, por las ciudades y monumentos, por las
costumbres populares…
La gestación definitiva de España como potencia turística se inició en la segunda mitad del siglo
XX, y en ello influyeron causas externas e internas:
La causa externa principal fue la propia evolución de la sociedad europea después de la II
Guerra Mundial. Así, concluida la reconstrucción posbélica, Europa alcanzó un estado de
bonanza económica y de bienestar social reflejado en un alto nivel de vida, reducción de la
jornada laboral, vacaciones remuneradas… Como consecuencia de estos hechos crecieron las
demandas de ocio en estas sociedades, entre las cuales ocupó un lugar preferente el turismo,
que ahora se ejerce masivamente gracias a la generalización del automóvil y a la popularización
de los viajes en avión.
Las causas internas o propias de España son la situación geográfica, el conocimiento y
valoración del país por parte de las sociedades extranjeras, y las excelentes condiciones de la
oferta turística: amplio litoral, climatología favorable, variedad paisajística, rico patrimonio
cultural, folclore, gastronomía…Todo ello se ofrecía, además, a unos precios muy baratos, como
correspondía a un país con un considerable atraso respecto a los países de procedencia de los
turistas.
España se convirtió así en un espacio turístico de masas, adaptado al modelo de sol y playa que
demandaban los turistas.
Los inicios del turismo moderno se sitúan en la década de los años 50 del siglo pasado; puede
señalarse 1959 como año de despegue, coincidiendo con un significativo momento en la
planificación económica de España, que entendió el turismo como un importante motor de
desarrollo.
En 1960 el número de visitantes abrió una etapa de crecimiento continuo y a un ritmo fuerte, que
duró hasta 1973. En este periodo (1960-1973) se pusieron las bases del modelo turístico español
de masas, lo que requirió la construcción de complejos de apartamentos y hoteles y dio lugar a la
precipitada urbanización de los litorales, muchas veces regida por la especulación y carente de
una planificación elemental.
El ritmo expansivo quedó interrumpido en 1973, debido a la recesión motivada por el incremento
de los precios del petróleo, la crisis económica, el ocaso del franquismo y la transición
democrática.
A partir de 1976 se inició una nueva fase de crecimiento sostenido, que duró hasta 1989, y cuya
principal característica, junto al aumento de turistas extranjeros, fue la incorporación de los
españoles al turismo de playa, bien como usuarios de la infraestructura hotelera o en
apartamentos propios.
Tras una recesión a comienzos de los años 90, coincidente con el encarecimiento de la oferta
española y el surgimiento de nuevos destinos en Europa y en el ámbito mediterráneo, comenzó
la última fase, que alcanza hasta el presente.
En 2007, España, por el número de turistas (59 millones) se sitúa en el segundo destino turístico
mundial, detrás de Francia. Ocupa también el segundo lugar del mundo por ingresos, detrás de
Estados Unidos.
El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres la
procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y el concretar sus
demandas en el disfrute del sol y la playa.
Los países emisores de turistas a España son, principalmente, los integrantes de la Unión
Europea. Destacan Reino Unido, Francia y Alemania, de donde procede la mitad de los turistas
que nos visitan anualmente. Le siguen los países nórdicos y Portugal.
El turismo predominante responde al modelo de sol y playa, es decir, es un turismo que busca
evasión, ocio y descanso. Su calendario de vacaciones está condicionado por la temporada de
baños y las fechas de las vacaciones laborales y escolares, que coinciden con el verano; estas
circunstancias son responsables de la acusadísima estacionalidad del turismo, que se manifiesta
en la saturación de los sectores de transporte y hostelería en los meses de julio y agosto.
Progresivamente se ha incorporado a este modelo el turismo nacional, de manera que muchas
playas registran una concurrencia equilibrada entre extranjeros y españoles.
El turismo de personas jubiladas, nacionales y extranjeras, que alternan su estancia en el litoral
con la residencia en el domicilio habitual es cada vez mayor. Aprovechan su disponibilidad de
tiempo para adaptarse a las ofertas más beneficiosas para la actividad del sector y la estabilidad
del empleo.
Estas circunstancias, unidas a la tendencia cada vez más manifiesta a fraccionar el tiempo de
vacaciones en distintos periodos (primavera, verano, Navidad) y ocuparlos en distintas
modalidades de turismo, han contribuido a fijar nuevos destinos turísticos y a atenuar la
estacionalidad de la demanda, que, no obstante, todavía sigue siendo muy acusada.
El turismo en España tiene un significado extraordinario, que se manifiesta en múltiples
aspectos, y es, a su vez, uno de los principales factores de la terciarización experimentada por la
economía y sociedad españolas.
Su primer significado es de naturaleza económica: en la actualidad el turismo supone casi el
11% del PIB. Su importancia económica también tiene una clarísima dimensión social, pues el
turismo es la principal fuente de ocupación y empleo en muchas regiones y comarcas españolas.
Los turistas gastan en viajes, alojamientos, restaurantes, diversiones, compras… Además, esta
actividad crea muchos puestos de trabajo (construcción, comercio, hostelería, restauración y
servicios varios) por lo que las zonas turísticas atraen y ocupan a muchos trabajadores.
El interés económico del turismo no es algo nuevo, sino que se remonta a épocas pasadas. Así,
la actividad turística estuvo íntimamente ligada al desarrollo económico de la segunda mitad del
siglo XX, al cual contribuyó aportando, junto a los emigrantes en el extranjero, las divisas para
llevar a cabo las importaciones necesarias.
Las elevadas cifras de turistas y la concentración de la demanda en los litorales han exigido la
dotación de infraestructuras, que ha culminado en la urbanización de amplísimos espacios
costeros, donde han surgido multitud de ciudades y conurbaciones.
El desarrollo urbano y la actividad económica procedente del turismo han dotado a los espacios
turísticos de un extraordinario dinamismo, que los ha convertido en lugares de atracción
demográfica y económica, razones por las cuales se han acentuado los desequilibrios
territoriales entre las zonas costeras y los espacios del interior.
El fenómeno turístico, asimismo, ha contribuido en España a la redistribución de rentas y ha
jugado un papel muy importante en la evolución de la sociedad española. El turismo, como factor
de intercambio cultural, de acercamiento a otros pueblos y mentalidades, de conocimiento de
otras sociedades y como ventana abierta al mundo, fue un elemento que favoreció nuestra
incorporación a las sociedades occidentales. El turismo es considerado un factor notable de
transmisión de valores, ideas y productos que los turistas traen de sus lugares de origen o que
llevan consigo tras su estancia en los lugares de destino.
Actualmente, el turismo español empieza a acusar los problemas derivados de un modelo
desfasado de sol y playa, de masificación, de estacionalidad y de concentración en los espacios
litorales.
Los caracteres de la oferta turística y los tipos de turismo
La infraestructura turística española es extraordinaria y constituye su principal patrimonio frente a
posibles competidores. Esto se materializa en la existencia de multitud de hoteles y hostales,
plazas de camping, apartamentos y otros establecimientos. Su distribución geográfica es
desigual por comunidades autónomas y, dentro de éstas, por comarcas; se da una especial
concentración en los espacios insulares y litorales los más demandados por el modelo turístico.
España es una gran potencia turística pero un elevado porcentaje de empresas del sector están
muy atomizadas de manera que más del 90% se consideran microempresas, la mayoría de las
cuales se dedican a la restauración y cuentan con pocos empleados. El trabajo en el sector
turístico suele ser estacional y muchas de las ocupaciones se consideran banales por lo que los
salarios de camareros, ayudantes de cocina, limpieza y mantenimiento de hoteles, trabajos de
seguridad, etc suelen tener retribuciones bajas y ello explica que ocupen aun porcentaje elevado
de mueres y de población inmigrante.
Al mismo tiempo se mantiene el modelo de vacaciones masivas y baratas debido, en gran parte,
a la acción de los tour operadores que fuerzan unos precios muy bajos pero que son los únicos
agentes capaces de reclutar a masas de turistas en su lugar de origen.
Actualmente, el sector turístico empieza a mostrar algunos cambios: descenso del gasto medio
por turista, menor duración media de las estancias, irrupción de las compañías aéreas low cost o
de bajo precio, contratación de viajes por Internet y desarrollo de nuevos destinos turísticos
competidores, etc. todo ello obliga a plantear nuevas políticas turísticas orientadas a potenciar
los tres tipos principales de turismo que se dan en España:
Turismo de sol y playa: se propone un plan de mejora de su calidad con la limitación de la
construcción, la modernización hotelera y el fomento de la calidad medioambiental. El
saneamiento y equipamiento de las playas hace posible que la Unión Europea les conceda el
reconocimiento de bandera azul. También se propone diversificar las ofertas de ocio en lugares
veraniegos en un momento en que el turismo se muestra más activo y participativo.
Turismo cultural y de ciudad: España es el segundo país del mundo con mayor número de
conjuntos histórico-artísticos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre ellos
cuenta con 13 ciudades, de las cuales Santiago de Compostela, Córdoba y Salamanca son las
más visitadas. También destaca la oferta española de museos y colecciones de arte, que atraen
a un turismo más selecto, menos estacional y cuyo alcance llega a cualquier lugar de la
geografía española.
Turismo deportivo: las actividades deportivas, campos de golf, infraestructuras náuticas y
estaciones de esquí son una oferta turística al alza. España ocupa el primer puesto europeo en
oferta deportiva de golf, infraestructuras náuticas que promocionan el turismo de yate y de vela
de gran valor económico, y las estaciones de esquí que atraen mucho turismo nacional y en
menor medida, extranjero.
Finalmente, las nuevas políticas turísticas tienen como objetivo promocionar el turismo comercial
y de negocios, con la abertura de recintos feriales, palacios de congresos y exposiciones.
Las principales áreas turísticas en España
Áreas turísticas de sol y playa: son las islas Canarias y Baleares y la costa mediterránea. Su
característica común es que se basa en el atractivo de sol y playa, se trata de un turismo
estacional (salvo Canarias, Baleares, Málaga...).
El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya que
Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas hoteleras de
España.
Turismo Rural: la distribución espacial de los diversos tipos de alojamientos rurales muestra
como principal característica su dispersión por el territorio, aunque puede destacarse su mayor
número en tres tipos de áreas principalmente.
En primer lugar, las áreas de montaña, con paisajes naturales y culturales especialmente
valorados, como ocurre en el Pirineo, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central…
En segundo lugar, las áreas rurales próximas a las grandes aglomeraciones urbanas, de donde
proceden la mayoría de sus clientes, sobre todo en fines de semana, puentes y periodos breves
de vacaciones. Esta situación resulta visible en las provincias que rodean a ciudades como
Barcelona, Madrid, Bilbao o Sevilla.
En tercer lugar, también son bastante numerosos los alojamientos rurales en algunas provincias
con abundante turismo de playa, donde éstos se sitúan en el interior y son una alternativa a la
masificación de la costa, tal como ocurre en provincias como Málaga y Girona, o en islas como
La Palma o Tenerife.
Regiones y zonas turísticas
La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La proximidad a
la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva de turistas que se
desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy amplio: La Costa Brava es
la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de playas como por la concentración de la
mayor parte de afluencia extranjera. Los servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la
proximidad de Barcelona. Hacia el sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio
turístico que se extiende por la Costa Dorada.
En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta última es una
de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos importantes centros
turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el turismo nacional.
En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único espacio
importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con clientela nacional en
aumento.
Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero en los
últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra hotelero. En
esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas, interiores y costeras. Las
provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por el atractivo histórico de sus
ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de la Exposición Universal celebrada el
1992.
La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la generosidad de
su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el interior.
Galicia: su ocupación turística es aún reducida, ya que no responde a las motivaciones del
turismo masivo. Cuenta con gran variedad de recursos naturales, históricos y culturales, Más del
90% de las plazas están en municipios costeros, especialmente en las rías bajas y altas.
También se da una importante concentración en Santiago de Compostela, centro de
peregrinación. El alojamiento combina núcleos de segunda residencia con un aparato hotelero
de dimensiones familiares.
El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una
sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas costeras e
interiores.
De entre las comunidades interiores, conviene destacar el papel de Madrid, cuya función
hotelera responde a su papel de capital administrativa y económica. Adquiere gran importancia el
turismo cultural y de convenciones, Otro centro interior de importancia es Salamanca y Toledo.
Las estaciones invernales: tienen especial interés Granada (Sierra Nevada), Lérida y Huesca
Desde la década del noventa, luchando contra la estacionalidad, se han ido desarrollando,
además de las islas y de la costa mediterránea, otras zonas turísticas de interés como son
Madrid, litoral gallego y cantábrico, centros de turismo rural, estaciones de esquí, campos del
golf y ciudades históricas y artísticas.
Consecuencias geográficas del turismo en España
El aumento del nivel de vida de los españoles ha comportado una mayor movilidad de la
población, tanto en fines de semana como en época de vacaciones. La mejora en las vías de
comunicación tanto ferroviarias como terrestres (autovías y autopistas), así como la
generalización del uso del automóvil han incrementado los desplazamientos de fin de semana.
La población urbana huye de la ciudad buscando el campo y la tranquilidad. Los agentes
inmobiliarios han organizado rápidamente la venta de edificaciones en el mar, la montaña o la
nieve, con el objetivo de garantizar tranquilidad y silencio a cualquier precio. La proliferación de
segundas residencias en el mundo rural ha causado en el paisaje grandes impactos, a veces
irreparables, pero también ha elevado el nivel de vida de las personas que viven en esas zonas.
Otras actividades turísticas de fin de semana son los deportes de aventura, esquí, golf, turismo
cultural, turismo rural o desplazamientos para asistir a espectáculos deportivos. Todas estas
actividades conllevan servicios de transporte, hostelería, restauración, gerencia, mantenimiento
de instalaciones, monitores, entrenadores, lo cual genera puestos de trabajo. A menudo muchas
de estas actividades deportivas y de ocio se implantan estrechamente relacionados con
promociones turísticas: junto a muchas estaciones de esquí y campos de golf se construyen
urbanizaciones residenciales que completan la oferta de ocio, a la vez que suponen una mayor
ocupación del territorio.
La intensa actividad turística que se ha producido en los últimos años ha ocasionado graves
problemas medio ambientales que inciden de forma especial en las zonas de costa, en la que
existe una urbanización abusiva del litoral con la construcción de edificaciones desordenadas, ya
sean en la propia playa o en las laderas de las montañas más próximas a la costa. Además con
la construcción de los campos de golf, se plantean problemas de suministro de agua, sobre todo
en verano, cuando el nivel de los acuíferos está más bajo. Esto ha provocado la salinización de
los acuíferos.
Por otro lado, la construcción de puertos deportivos, con diques que se adentran en el mar,
altera la dirección de las corrientes marinas, las cuales han dejado de sedimentar arena en las
playas.
En las zonas de montaña, el mayor impacto ambiental lo ha provocado la instalación de
estaciones de esquí (construcción de pistas y remontes, segundas residencias, hoteles,
carreteras, suministros energéticos…). Estas instalaciones ocupan zonas del bosque o de pastos
cuya desaparición provoca alteraciones en la fauna y la vegetación.
Vocabulario
- Infraestructura turística: Conjunto de elementos o servicios que se consideran
necesarios para el funcionamiento y desarrollo de la actividad turística. Se materializa en
la existencia de hoteles, hostales, plazas de camping, apartamentos y otros
establecimientos
- Turismo cultural: turismo que se practica en los núcleos urbanos que tiene por objeto,
entre otros fines, el conocimiento de monumentos y sitios histórico-artísticos. El turismo
cultural muestra nuestro patrimonio y sirve de contrapunto al turismo de sol y playa,
diversifica la oferta y atrae a nuevos turistas. En líneas generales, entendemos por
turismo cultural aquel que manifiesta un deseo de conocer y comprender los objetos, las
obras, las manifestaciones artísticas, culturales y sociales de un destino, incluyendo la
población local con la que se entra en contacto.
- Turismo rural: oferta de alojamiento en casa rurales gestionadas por una familia rural,
que no mantiene la actividad agrícola y se dedica a la actividad hotelera familiar.
Fundamento del desarrollo endógeno. Es un fenómeno mundial que surge para
revalorizar la cultura del campo, a la vez que permite fortalecer su economía,
diversificándola hacia el sector terciario. Comprende una oferta de actividades
recreativas, gastronomía y alojamiento en establecimientos rurales. El atractivo principal
es la cultura rural auténtica: cómo se vive y se trabaja, pero se puede complementar con
actividades de aventura, ecoturismo, pesca…
Prácticas
Práctica 1
Analice el mapa de España en el que se especifican las áreas turísticas. Responda a las siguientes cuestiones:
a) Correlacione los números del 1 al 8 con las ciudades a las que corresponden e indique qué tipo de turismo predomina en cada una de ellas.
b) Nombre las provincias con alta densidad turística e indique qué tipo de turismo predomina en cada una de ellas.
c) Explique los contrastes entre las áreas turísticas atlánticas y mediterráneas
a)
1. Santander: turismo interior, rural y de naturaleza de la zona costera e interior
2. León: turismo de interior, rural y cultural (Catedral de León, gótica y camino de Santiago)
3. Salamanca: turismo interior, rural y cultural (arte románico) declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
4. Zaragoza: turismo interior, rural (Sistema Ibérico, Moncayo) cultural (Basílica del Pilar)
5. Toledo: turismo interior, rural (Montes de Toledo) y cultural (catedral de Toledo, gótica) declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
6. Córdoba: turismo interior, rural (Sierra Morena) y cultural (Mezquita de Córdoba) declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
7. Granada: turismo interior, rural y deporte de invierno (Sierra Nevada, estación de esquí) y cultural (Alhambra)
8. Cáceres: turismo interior, rural y cultural, declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad
b) Alta densidad turística:
Gerona: turismo de sol y playa, (Costa Brava)
Barcelona: turismo de sol y playa (Costa Dorada)
Tarragona: turismo de sol y playa (Costa Dorada)
Alicante: turismo de sol y playa (Costa Blanca)
Murcia: turismo de sol y playa (Costa Cálida)
Baleares: turismo de sol y playa
Granada: turismo cultural, deportes de invierno, turismo de sol y playa (Costa tropical)
Málaga: turismo de sol y playa (Costa del sol)
Canarias: turismo de sol y playa
Madrid: turismo cultural y por su condición de capital del país c) Los contrates entre las áreas turísticas atlánticas y mediterránea son los siguientes: El factor que explica el reparto de regiones y zonas turísticas es el factor de localización geográfica, que engloba el componente ambiental climático. De ahí la preferencia por unas regiones y zonas turísticas. El principal impulso del turismo de masas es la búsqueda del sol y la playa "mediterránea", además de otros factores estructurales. La descripción de las zonas costeras españolas distingue la costa mediterránea (alcanza en el mes de agosto 25ºC) e insular de la costa atlántica del norte y cantábrica (mes de agosto no supera los 18ºC). Más del 80% del turismo internacional que visita España acude a sus playas. Según sus condiciones climáticas y la época del año, las playas españolas situadas en la costa mediterránea son utilizadas prácticamente todo el año y las playas verdes, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco son playas de verano. Respecto al relieve, la costa cantábrica es una costa rectilínea con pocos entrantes y salientes y un mar bravío. Escasean las playas, si bien las que existen son de un gran interés turístico y con arenas muy finas fruto de la acción del mar Cantábrico. Predomina, pues la costa alta y rocosa, debido a la proximidad de la cordillera Cantábrica. Las costas gallegas formadas por rías presentan un paisaje singular y de gran reconocimiento turístico. El Mediterráneo comprende Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía, presenta tres sectores: el primero, entre cabo de Gata y cabo de Palos definida por una costa rocosa y acantilada; el segundo, entre cabo de Palos y cabo de la Nao costa baja y arenosa y tercero, de cabo de la Nao a cabo de Creus alterna costa rocosa y alta con baja y arenosa En cuanto a ocupación turística: en la zona atlántica: Galicia: su ocupación turística es aún reducida, ya que no responde a las motivaciones del turismo masivo. Cuenta con gran variedad de recursos naturales, históricos y culturales, Más del 90% de las plazas están en municipios costeros, especialmente en las rías bajas y altas. También se da una importante concentración en Santiago de Compostela, centro de peregrinación. El alojamiento combina núcleos de segunda residencia con un aparato hotelero de dimensiones familiares. El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas costeras e interiores. El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya que Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas hoteleras de España. La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva de turistas que se
desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Hacia el sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio turístico que se extiende por la Costa Dorada. En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta última es una de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos importantes centros turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el turismo nacional. En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único espacio importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con clientela nacional en aumento. Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero en los últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra hotelero. En esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas, interiores y costeras. Las provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por el atractivo histórico de sus ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de la Exposición Universal celebrada el 1992. La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la generosidad de su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el interior. El principal impulso del turismo de masas es la búsqueda del sol y la playa "mediterránea", además de otros factores estructurales.
Práctica 2
En la figura siguiente se representa un mapa con las regiones costeras españolas. Analícelo y conteste a las siguientes preguntas: a) Diga cuáles son los accidentes geográficos señalados con sendas letras. (Hasta 1 punto). b) Indique el nombre de cada una de las provincias costeras numeradas. (Hasta 1 punto). c) Explique las características del tramo de relieve costero que se extiende en la provincia 4, y entre las provincias 8 y 9, así como la importancia turística y el nombre que recibe cada una de esas costas. (Hasta 2 puntos).
a)
A Rías Gallegas
B Golfo de Vizcaya
C Cabo de la Nao
D Cabo de Gata
E Golfo de Cádiz b)
o 1. Lugo o 2. Cantabria o 3. Vizcaya o 4. Gerona o 5. Tarragona o 6. Alicante o 7. Granada o 8. Cádiz o 9. Huelva o 10. Islas Canarias (provincia oriental)
c)
Provincia 4: La cordillera Costero Catalana toca el mar formando acantilados y pequeñas calas, que originan el paisaje de la Costa Brava, llamada así por el paisaje agreste y escarpado que caracteriza gran parte de la zona costera. La Comunidad Catalana es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Provincia 8 y 9: la costa atlántica andaluza forma un gran arco, es el golfo de Cádiz, entre la frontera portuguesa y el peñón de Gibraltar, se extiende por las zonas costeras de las provincias de Huelva y Cádiz, En este espacio desembocan los ríos Guadiana, Odiel, Tinto, Guadalquivir, Guadalete y Barbate. Es un tipo de costa baja formada por los sedimentos que aportan los ríos y que han ganado terreno al mar. Las desembocaduras de los ríos toman la forma de estuarios, debido a las fuertes corrientes marítimas que impiden la sedimentación inmediata en la costa. La costa de la luz de arenas suaves y doradas. Un arco de más de 200 Km. de playas bordeadas de pinos que llegan a escasos metros del mar. Más de 3.000 horas de sol al año y un clima benigno y apacible que invitan a descubrir lugares apenas alterados por la presencia del hombre. Hacia el interior, entre las marismas y el mar, se encuentra el Parque Nacional de Doñana, de rica y variada fauna. Dispone de una oferta turística bastante relevante de plazas hoteleras y de ocio, tanto de sol y playa, como rural, gastronómico y cultural y campos de golf. El nombre le viene dado por una luz vivísima que resalta la pulcritud de las calles, el encalado de los muros, el dorado de las dunas y el reflejo del mar.
Práctica 3
Analice el mapa de España en el que se especifica la distribución del empleo en la hostelería y las plazas hoteleras. Responda a las siguientes cuestiones: a) En qué provincias existe una concentración de plazas hoteleras superior al 4%. b) Qué provincias españolas tienen un porcentaje de empleo en la hostelería de más del 6% del total de España. c) Explique las razones de estos valores de concentración provincial de plazas y de empleo en la hostelería.
a) Las provincias que superan el 4% en cuanto a ocupación hotelera son las siguientes: Madrid
(4,9%) Gerona (7,6%) Barcelona (7,3%) Alicante (4,9%) Málaga (5,3%) Baleares (25,9%)
Canarias, provincia occidental (5,4%)
b) Empleo en hostelería superior al 6%:
Del 6 al 8%: Lleida, Tarragona, Alicante.
Más del 8%: Gerona, Baleares, Canarias, Málaga.
c) El modelo turístico que se ha consolidado en España tiene como principales caracteres la procedencia internacional de los visitantes, su condición de turismo de masas y el concretar sus demandas en el disfrute del sol y la playa. Los países emisores de turistas a España son, principalmente, los integrantes de la Unión Europea. Destacan Reino Unido, Francia y Alemania, de donde procede la mitad de los turistas que nos visitan anualmente. Le siguen los países nórdicos y Portugal. El turismo predominante responde al modelo de sol y playa, es decir, es un turismo que busca evasión, ocio y descanso. Su calendario de vacaciones está condicionado por la temporada de baños y las fechas de las vacaciones laborales y escolares, que coinciden con el verano; estas circunstancias son responsables de la acusadísima estacionalidad del turismo, que se manifiesta en la saturación de los sectores de transporte y hostelería en los meses de julio y agosto. La infraestructura turística española es extraordinaria y constituye su principal patrimonio frente a posibles competidores. Esto se materializa en la existencia de multitud de hoteles y hostales, plazas de camping, apartamentos y otros establecimientos. Su distribución geográfica es
desigual por comunidades autónomas y, dentro de éstas, por comarcas; se da una especial concentración en los espacios insulares y litorales los más demandados por el modelo turístico. Las principales áreas turísticas en España Áreas turísticas de sol y playa Son las islas Canarias y Baleares y la costa mediterránea. Su característica común es que se basa en el atractivo de sol y playa, se trata de un turismo estacional (salvo Canarias, Baleares, Málaga...). Otras áreas turísticas Desde la década del noventa, luchando contra la estacionalidad, se han ido desarrollando, además de las islas y de la costa mediterránea, otras zonas turísticas de interés como son Madrid, litoral gallego y cantábrico, centros de turismo rural, estaciones de esquí, campos del golf y ciudades históricas y artísticas. Regiones y zonas turísticas El papel de las Comunidades del área mediterránea en la oferta turística es evidente, ya que Baleares, Cataluña, Valencia y Andalucía suman el 67,4% del total de las plazas hoteleras de España. La Comunidad Catalana: es una Comunidad privilegiada por sus calas y playas. La proximidad a la frontera y las buenas comunicaciones han facilitado la entrada masiva de turistas que se desplazan en transportes terrestres. La oferta de alojamientos es muy amplio: La Costa Brava es la principal zona turística de Cataluña tanto en oferta de playas como por la concentración de la mayor parte de afluencia extranjera. Los servicios de ocio y tiempo libre se refuerzan por la proximidad de Barcelona. Hacia el sur de la aglomeración de Barcelona se desarrolla un espacio turístico que se extiende por la Costa Dorada. En la Comunidad Valenciana sobresalen la Costa del Azahar y Costa Blanca. Esta última es una de las más densamente pobladas del litoral peninsular y cuenta con dos importantes centros turísticos: Benidorm y Alicante. Es una región con tradición para el turismo nacional. En la región de Murcia, decrece la especialización turística del Mediterráneo, El único espacio importante es la Manga del Mar Menor, la Costa Cálida, relacionada con clientela nacional en aumento. Andalucía ha experimentado un crecimiento desbordante de su espacio turístico costero en los últimos diez años, situándose en el tercer puesto en alojamiento hotelero y extra hotelero. En esta comunidad las áreas turísticas están perfectamente diferenciadas, interiores y costeras. Las provincias interiores de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, por el atractivo histórico de sus ciudades y el crecimiento de la capital autonómica a raíz de la Exposición Universal celebrada el 1992. La Andalucía mediterránea, la Costa del Sol con el atractivo de sus playas y la generosidad de su clima. Es importante destacar el papel de los parques naturales en el interior. Galicia: su ocupación turística es aún reducida, ya que no responde a las motivaciones del turismo masivo. Cuenta con gran variedad de recursos naturales, históricos y culturales, Más del 90% de las plazas están en municipios costeros, especialmente en las rías bajas y altas. También se da una importante concentración en Santiago de Compostela, centro de peregrinación. El alojamiento combina núcleos de segunda residencia con un aparato hotelero de dimensiones familiares. El litoral Cantábrico, ha experimentado un relanzamiento reciente, que responde a una sensibilización por el medio ambiente. Se valora el paisaje rural y natural de las áreas costeras e interiores. De entre las comunidades interiores, conviene destacar el papel de Madrid, cuya función hotelera responde a su papel de capital administrativa y económica. Adquiere gran importancia el turismo cultural y de convenciones, Otro centro interior de importancia es Salamanca y Toledo. Las estaciones invernales: tienen especial interés Granada (Sierra Nevada), Lérida y Huesca
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