suplemento cultura 5 de marzo de 2011

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suplemento cultura 5 de marzo de 2011

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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011 IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

1¿Qué error le molesta más advertiren un texto literario y cuál es el úl-timo que halló en el libro que está

leyendo o que acaba de leer?-El libro que estoy leyendo, “Santa Evita”,

de Tomás Eloy Martínez tiene algunos erro-res, creo que tiene recursos un poco limita-

dos para la resolución de algunas situacio-nes, en realidad no me gusta mucho cómoescribe Eloy Martínez, el contenido es inte-resante pero no la forma, no me parece queesté a la altura de lo que se dice de él. Pero engeneral, no me gusta la reiteración de termi-nología.

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada (*)(*) Riqui Arriagada es autor de “Los géneros populares”, unlibro de poesías que vio la luz en 2010. Sin editar tiene varios

libros, uno de ellos una novela policial que transcurre en Mardel Plata. Marplatense, Arriagada es dramaturgo,

compositor, músico, poeta y periodista. Conduce “Radioteatro”, un programa cultural por FM Residencias.

Por Gabriel Imparato

Sin dudas la generosidadoperativa del actor y humo-rista Diego Capusotto no re-

conoce límites y una vez enteradodel objetivo de analizar su libro“Peter Capusotto y sus videos”,publicación que se mantiene entrelas cincuenta más vendidas del úl-timo año y medio, acepta hablarde su costado literario, el curiosomundo del rock y también de unarealidad paralela que sus persona-jes contemplan del mundo real ba-jo una hilarante óptica.

-¿El humor te deja decir cosasdesde otro amparo cultural?

-No, desde el humor lo que ten-go es una mirada no parcializadaen el sentido de “uy, estoy hacien-do humor”, está muy claro que elhumor tiene un fuerte sustentoideológico y de alguna manerauno dice cosas y tiene claro de quése burla y cómo, nada más, el hu-mor es un lenguaje, me permito es-tas cosas desde la ficción y desde elciudadano o la persona, desdemuy variadas y distintas formasprobablemente, muchas veces ad-vierto que el humor es mucho máscontundente pues se caga en esaautoridad ficticia que nos dice có-mo tenemos que pensar o vivir, talvez es eso lo que causa más rechazoen esos sectores del lenguaje hu-morístico, naturalmente me per-mito decir lo que tengo ganas dedecir.

-¿Cómo surgió en su momentola idea de un libro del ciclo?

-Con mi socio Pedro Saboridosolemos muchas veces actuar porsugerencias de otros, así nació el ci-clo de Canal 7, en una etapa del ca-nal estatal Daniel Morano nos su-girió hacer un programa que tuvie-se que ver con el rock o su cultura,lo armamos y es lo que hoy se co-noce. En su momento Marcelo Pa-ñoso, editor de la firma EditorialSudamericana, se comunicó conPedro y le dijo si queríamos hacerun libro. Son todos módulos, cosasque hoy nos permiten seguir divir-tiéndonos con Pedro en cualquierformato o alternativa, hay comoun espíritu que está concatenado,ahora en este caso lo encontramos

con la gráfica, es parte de un pro-yecto madre que genera un mon-tón de cosas que nos unen.

-En el libro juegan un papelclave las ilustraciones de AlfredoSierra.

-Sí, es una parte importantísimano sólo por los relatos sino por losdibujos y el concepto y significa-dos que éstos tienen, Alfredo tam-bién es parte del programa o labanda, cada uno tiene como unrol, eso es siempre necesario y fun-damental para que todas las cosassalgan bien. Alfonso está con la es-cenografía del ciclo de TV, cadauno juego un rol especial.

-¿Existieron propuestas para

un libro cuando el ciclo de TV seubicó en un plano tan superlati-vo en la consideración?

-Bueno, ofertas… no. Sí, en reali-dad, pero que tenían que ver máscon ciertos personajes que noso-tros no queríamos explotarlos enun libro, no era la idea hacer un li-bro sobre Pomelo, sino una cosamucho más integral que excedainclusive la idea del programa yque provoque cosas que nos moti-ven más, ideas que aparecen o si-tuaciones que se dan.

-¿Con tan buena venta pensásen una segunda parte?

-En este momento estoy muycomprometido con mi tarea, tal

como pasó con la película “PájarosVolando” o la última temporadadel ciclo de TV, estoy muy vincula-do a Pedro (Saborido), por ende noes la idea hoy hacer otro libro, sinovolver a hacer en el 2011 otro ciclode programas. Quizás luego siga elteatro, pero todas las cosas respeta-rán ese devenir y el espíritu quetengamos en el momento de pro-yectar algo.

-Ya es un clásico tic en la TVoírte decir “es esto o leer a Mar-cos Aguinis”. ¿Cuál es tu rela-ción con los “best-sellers”?

-A los best-sellers siempre lestengo un poco de desconfianza.Vengo leyendo un libro de MarcosMayer, me lo pongo a releer y hayalgunos autores obviamente queme gustan, pero en general no sonlos best-sellers.

-¿Hay alguna relación especialentre el rock y la literatura?

-Sí, se relacionan, de alguna ma-nera hay una poética también dealgunos músicos de rock, que no sequedaron en “nena, nena, me gus-ta el rock”, sino que indagaron unpoco más en las palabras, en el len-guaje y en lo que son atravesados.Tal vez la más fuerte interrelaciónacontece con los escritores beat,hay una nexo muy claro que sepuede palpar en Bob Dylan y no enPoison (risas), es muy evidente,porque en el rock entra un poco to-do, es también como el peronis-mo, si está De Narváez, está cual-quiera. También en la pantalla chi-ca pasa eso, nosotros en la TV tene-mos aliados. Está claro que cote-jando uno y otro contexto obvia-mente lo de Ricardo Fort tiene laprofundidad cultural de una pisci-na de natación totalmente vacía,es solo un mediático sin ningunaimportancia, ahora si un día cortala calle podemos ponernos a ha-blar, pero mientras haya 30 sub-normales que le piden autógrafosno pasa nada. También está esemix que provoca el fútbol con lacultura rock, lo que sí está claro esque el humor no le tiene miedo aMaradona a la hora de ubicarlo enun análisis desde otra óptica, algoque el grupo “Catastro Feroz” en elciclo dejó muy bien sentado.

(Continúa en página 4)

DIEGO CAPUSOTTO Y UN FENÓMENO QUE EXCEDE LA TELEVISIÓN

“Está muy claro que el humor tiene un fuerte sustento ideológico”

El libro “PeterCapusotto y susvideos” ya va por susexta edición y semantiene entre loscincuenta trabajosmás vendidos delúltimo año y medio, unfenómeno que analizósu autor. “En el rock

entra un poco todo, es

también como el

peronismo,si está

De Narváez,está

cualquiera”

2 C U L T U R A Domingo 6•3•2011

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada

2¿Qué situación de su vida cotidiana encontró refle-jada con sorpresiva exactitud en un libro, una pelí-

cula, una canción o cualquier otra obra de arte? -Yo leo mucha historia política y por ahí las cosas que es-

tán relacionadas con mi vida son las que relatan aconteci-mientos que ocurrieron durante la dictadura o durante laGuerra de Malvinas. Me pasó eso en “El presidente que nofue”, creo que se trata de una cuestión generacional. Pero le-

yendo ficción no me ha pasado nunca, salvo cuando éramoschicos que todos queríamos ser El Zorro. Una cosa es un ico-no y otra que se me sienta representado en una situación deficción.

Cadena de erroresPor Sebastián Chilano

sebastianchilano.blogspot.com

La camioneta se detuvo a un costado de la villa 31, a uncostado, también, de la estación de ómnibus de Retiro.

–Lo que no entiendo –dijo el Diablo–. O, para ser más cla-ro, lo que no deja de sorprenderme es cómo ustedes arma-ron el rompecabezas. ¿Cómo descubrieron el rastro de losgeriátricos en los que experimentó el doctor Ham? Yo habíaenviado una persona a destruir los archivos y después rebajéa mi secretaria a telefonista de su insulso instituto, perdón,no quiero ofenderlos, pero tuve que prescindir de mi manoderecha, por no decir otra cosa, para asegurarme que los ar-chivos habían sido destruidos. Y aún así, con un doble rease-guro, ustedes descubrieron la conexión: descubrieron queuno de los internados del geriátrico en los que experimentóel doctor Ham era mi padre, y descubrieron, por tanto, queno soy el Diablo...

René Conforti y Márquez lograron disimular su asombro.Sus caras sin expresión escucharon al Diablo ponerse en evi-dencia. Los dos habían aprendido a disimular de tanto pre-sentar trabajos científicos frente a colegas adversos y malin-tencionados. René Conforti y Márquez estaban seguros de símismos, sólo temían que el otro delatara la ignorancia, lomismo que estaba haciendo el Diablo.

–¿Por qué no me cuentan cómo lo descubrieron? –dijo elhumano ministro de economía–. Se los ve asustados. Mirenque ahora más que nunca puedo decir la expresión: “pareceque hubieran visto al Diablo”

Todos rieron, de distinta forma.–Los registros no son sólo escritos –mintió Márquez–. Las

cosas que hacemos, lo que hoy se publica, se divulga o sepiensa, en general tiene un extenso soporte digital. Hay milborradores para hacer una novela, cien descartes por uncuento terminado y doscientos intentos para tener un pro-tocolo de investigación final. Hoy los diskettes son obsole-tos, reemplazados por formas de almacenamiento de datoscada vez más cómodas y pequeñas. También, en breve, se-rán obsoletos los pendrives que tanta felicidad nos dan. Us-ted, señor ministro, y también su secretaria, se centraron eneliminar las evidencias tangibles, y un poco también en lointangible, pero no lo suficiente. Valiéndonos de nuestrosconocimientos en el área pudimos develar ese misterio.

–Pero lo que no pudimos resolver –intervino Rene Con-forti para desviar la conversación y de ese modo sostener lamentira de Márquez–. Es cómo usted llegó a engañar a to-dos. Cómo logró convencer al gobierno de que era el Diablo.

El ministro de economía sonrió:–La internación de mi padre en un geriátrico fue el moti-

vo– dijo el ministro de economía–. Conocer la realidad deesos lugares me movió a quejarme. Hice protestas en el mu-nicipio, en sociedades de beneficencia y nada. Por eso un díale escribí directamente una carta al presidente, busqué evi-tar los intermediarios que todo lo vuelven engorroso y con-fuso. Le expliqué que la situación de los ancianos en los ge-riátricos públicos o privados es comparable a los camposinundados que no dejan producir granos de exportación,que ni siquiera el mismísimo Diablo podía imaginar unatortura tan grande. Y la verdad que no sé quién leyó esa car-ta, a quiénes consultaron, pero de algún modo todo se en-marañó, y alguien creyó que yo era el Diablo, que sabía deeconomía y que podía solucionar los problemas del país.Disparates de la política, pero si ellos han hecho tantas ma-canas, ¿por qué yo, un ciudadano común no podía intentar-lo? Convencerlos de mis poderes sobrenaturales fue fácil, elhombre se mueve por retórica; las palabras, hoy en día, sonmás fuertes que cualquier acto. Nadie necesitaría tocar lasheridas de Jesús hoy ni presenciar sus milagros para creer enél, hoy en día, en que hay tanto odio, tanto desdén, con laspalabras justas, cualquier persona puede dominar el mun-do. Al menos el mundo que lo rodea ■

Afirmar que un texto está bi-en escrito o que Fulano es-cribe bien, conduce a una

polémica nada fácil de dirimir. En principio, la evaluación de la

escritura admite dos planos: el for-mal, que contempla los aspectosgramaticales; y el estilístico, muchomás difícil de impugnar, corregir y,también, de explicar en términosobjetivos.

En general los grandes escritorespueden ser observados desde ambosplanos. Hacerlo no nos causará másque admiración. Omitiendo a Bor-ges o a Bioy Casares, no caben dudasde que las obras de Abelardo Castilloy Ricardo Piglia son ejemplos con-tundentes de buena escritura.

EL CASO ARLT

Pero el análisis comienza a com-plicarse si se cita a Roberto Arlt, elclásico ejemplo de gran escritor queescribía mal. Castillo se ocupa de es-te caso en su libro de ensayos Des-consideraciones, en el que desmien-te lugares comunes como que “Arltno terminó la primaria” o que “sóloleyó las aventuras de Rocambole”.Demostrando incluso cierto hartaz-go con el tema, Castillo remata suensayo afirmando que cualquieraque alcance un nivel de inteligenciamás o menos normal, podrá com-prender que es imposible escribirnovelas como Los siete locos o El ju-guete rabioso, cuentos como El Joro-badito, y obras de teatro como Save-rio el cruel o La isla desierta siendoun semianalfabeto. Algo muy simi-lar concluye Piglia en El último lec-tor, un libro imperdible sobre losmisterios de la lectura y la escritura.

SUTIL, PERO BRUTAL

“Empecé a escribir cuando teníaocho años, de improviso, sin inspi-rarme en ejemplo alguno. No cono-cía a nadie que escribiese y a pocagente que leyera. Pero el caso era quesólo me interesaban cuatro cosas:leer libros, ir al cine, bailar claqué yhacer dibujos. Entonces, un día co-mencé a escribir, sin saber que mehabía encadenado de por vida a unnoble pero implacable amo. Cuan-do Dios le entrega a uno un don,también le da un látigo; y el látigo esúnicamente para autoflagelarse”.

Este párrafo pertenece al prefaciodel libro que Truman Capote titulóMúsica para camaleones. En el si-guiente, agrega:

“Escribí relatos de aventuras, no-velas de crímenes, comedias satíri-cas, cuentos que me habían referidoantiguos esclavos y veteranos de laguerra civil. Al principio fue muy di-vertido. Dejó de serlo cuando averi-güé la diferencia entre escribir bien ymal; y luego hice otro descubrimien-to más alarmante todavía: la dife-rencia entre escribir bien y el arteverdadero; es sutil, pero brutal. ¡Yentonces cayó el látigo!”.

Estas últimas diferencias, sutiles yabismales a la vez, pueden servir pa-ra aproximarnos a entender qué esescribir bien. Un texto puede estarbien compuesto desde la sintaxis,carecer de errores ortográficos ytransmitir con elocuencia los episo-dios o ideas que, desde un comien-zo, su autor se propuso contar al lec-tor. Ese, sin dudas, es un texto bienescrito. Ahora si ese autor se dedica ala ficción -es dramaturgo, poeta,cuentista o novelista-, lo que alcan-zaba para que su texto estuviera bienescrito, será insuficiente. Simple-mente porque la ficción, en cual-quiera de sus géneros, es una expre-sión artística. Y la diferencia, un pá-rrafo más arriba, ya la explicó Capo-te.

CON MENOS PRETENSIONES

Saliendo de la escritura artística,pueden dedicarse algunos párrafos acuestiones que tienen que ver contextos menos ambiciosos, como ar-tículos periodísticos, mails, cartelesen la vía pública o esas breves oracio-nes que solemos leer en televisión,tapando un tercio de la pantalla.

De muchos de los errores que pue-

den detectarse a diario, hay que cul-par al corrector del Word. O a la con-fianza que la mayoría deposita en él.Basta con hacer la prueba para com-probar que la máquina en la queconfiamos ciegamente, no diferen-cia ingerir de injerir, o desecho dedeshecho. Ni hablar de las veces quehay que teclear la U para escribir elnombre de Eco, que se llama Umber-to y no Humberto.

Aunque no debe ser ése el únicomotivo por el que se cometen tantoserrores en la escritura cotidiana. Escomún leer “el día jueves”, “en elmes de agosto”, “con las dos manos”o “con los dos pies”. Sin embargo, es-tá claro que el jueves no puede sermás que un día, como agosto unmes. Y que nadie, al menos hasta elcierre de esta edición, tiene más dedos manos y dos pies.

Es para celebrar que un texto estébien escrito en todos los sentidos.Pero, como no se cansaba de decir elinolvidable Daniel Boggio, “es milveces preferible un libro plagado deerrores gramaticales que te emocio-na y no podés dejar de leer, a otro alque no le sobra una coma ni le faltaun acento, pero que no te mueve unpelo y te aburre como un hongo” ■

Escribir bien, qué pavadaPor Martín Kobse

Truman Capote.

Mientras espera el lan-z a m i e n t o d e s u s‘Cuentos reunidos’,el escritor AlbertoLaiseca se dedica a

narrar célebres ‘Cuentos de terror’en el ciclo ‘Noches de luna y miste-rio’, en distintos espacios porte-ños, que le permite demostrartambién sus dotes histriónicas enrelatos de Edgard Allan Poe, H. P.Lovecraft, Horacio Quiroga y otrosde su autoría.

El autor de ‘Matando enanos agarrotazos’ y ‘El jardín de las má-quinas parlantes’ es un hombrepolifunción: en los últimos añosparticipó del filme ‘Deliciosas per-versiones polimorfas’, de EduardoMontes Bradley, además de habertenido un espacio propio en televi-sión con el ciclo ‘Cuentos de te-rror’ y de haber entregado un pu-ñado de obras literarias novedosascomo ‘El artista’, su último título.

De hecho, esta novela ademásrevela su afición a vincular distin-tos formatos artísticos, ya que el li-bro está inspirado en la películahomónima de Mariano Cohn yGastón Duprat, donde tambiénhace una participación actoral.

El autor del ‘Manual sadomaso-porno’ y de la mítica novela ‘LosSorias’ adelantó que en el marcodel ciclo ‘Noches de luna y miste-rio 2011’ -que se desarrolla cadanoche de luna llena, en distintosespacios de la ciudad con entradagratuita- leerá algunos relatos en elcementerio de la Recoleta y asegu-ró que sus libros están atravesadospor el ‘realismo delirante’.

HÁBITOS DE LECTURA-¿Cómo es el traslado de un re-

lato desde la escritura a la narra-ción oral? -Todos nosotros empe-zamos por la vía oral, comenzamosa contar cuentos hace miles deaños, cuando todavía no sabíamosleer ni escribir. Alrededor de unafogata siempre había uno de noso-tros que inventaba historias: ahínació la literatura. Lamentable-mente no quedó registrada, poreso retomar esa tradición no es tandifícil.

-¿Es una manera de acercar lalectura a los jóvenes o a públicosno lectores?

-Estuve tres años con mi ciclo te-levisivo en Isat y tenía muchos chi-cos que me seguían. Estaba muyentusiasmado con eso, porque el-los son nuestro futuro. Hoy nadielee, entonces sugerirle la lectura alos jóvenes me era satisfactorio,por ejemplo, dar a conocer a Poe.‘Es bueno éste Poe’ me decían...(ri-sas). Creo que es importantísimoincentivar a leer.

-¿Es difícil generar el hábito

de la lectura en los chicos? -Es difícil si al niño lo obligas a

leer, por ejemplo, Pinocho. Ahora,vos narrale un pedacito de ‘La po-sada del cangrejo rojo’, donde es-tán el zorro, el gato y Pinocho, ydonde todos son unos asesinosmenos Pinocho que es un inge-nuo, y vas a ver que después seprenden y quieren leer Pinocho atoda costa.

-¿Por qué es mejor contarlescuentos de terror a los chicos yno ocultárselos?

-Porque éste es un mundo muyduro y parte de la didáctica es queel niño comprenda justamenteque es muy duro. A Pinocho lo per-siguen sus dos falsos amigos, susdos traidores, como le puede pasara cualquiera en un sentido másmetafórico. Los persiguen paramatarlo, para sacarle las monedasde oro que Pinocho tiene en la bo-ca. Situaciones donde uno le quie-re arrebatar algo al otro ocurren to-do el tiempo en la sociedad. Y unchico debe saber estas cosas.

-¿En usted como funcionaron

esas historias? -A mí la literatura de terror, que

mamé desde niño, me hizo muybien. Me daba mucho miedo, nopodía dormir de noche, pero era elprecio que tenía que pagar paracrecer.

-¿Cómo fue su experiencia enla película ‘El artista’?

-Es mucho trabajo filmar unapelícula, es un quilombo chino pa-ra todos: directores, actores, soni-distas y camarógrafos, pero vale lapena porque después que terminaquedás contento, todos quedamossatisfechos.

REALISMO Y DELIRIO-¿Y cómo le resultó haber es-

crito una novela a partir delguión?

-Lo de la novela fue una idea ge-nial que se les ocurrió a los directo-res, es una cosa que no se había he-cho antes. Siempre se hace prime-ro la novela y de ahí se saca la pelí-cula. Acá fue al revés, en la novelapuse todo lo que no está en la pelí-cula.

-¿Cómo se fundamenta el ‘rea-lismo delirante’?

-Me interesa mucho la realidad:hay una obra que me gusta por sunivel de imaginación que es ‘Im-presiones de Africa’, de RaymondRoussel. Me encanta, pero yo ja-más escribiría así: a Roussel le im-porta un carajo la realidad, le inte-resa el delirio por el delirio mismo,no es mi caso. Igual, cuando yo tra-to la realidad lo hago a través de lasexageraciones del delirio, porqueasí se magnifica y se ve mejor. Misobras son realistas antes que nada,nunca he desechado al realismo,pero lo mío es realismo delirante.

-¿La imaginación se estimula? -La imaginación dura para siem-

pre, yo jamás tengo vacíos creati-vos. Lo que me falta es tiempo, de-bo hacer otras cosas para ganarmeel mango, cada vez tengo que tra-bajar más para ganar lo mismo, esole quita tiempo a mi obra.

-¿Cuáles son sus lecturas recu-rrentes?

-Mis lecturas son diversas, tengolibros de técnicas militares que los

usé para escribir ‘Los Sorias’, técni-cas de lavado de cerebro tambiénpara mis obras, pero no pienso la-varle el cerebro a nadie (risas). Ade-más, mucha astrología, tratados depsiquiatría completos que he leídopara construir mis personajes lo-cos, para saber de qué hablo.

SUS EXPONENTES-¿A qué escritores contempo-

ráneos siente cerca? -Tengo una gran afinidad con

Ricardo Piglia, Cesar Aira y Fog-will, pero de todas maneras, algu-nos de ellos son un poco nihilistas,y yo no me permito el nihilismo. Apesar de todo lo que los admiro ylos quiero, no comparto eso. Si so-mos nihilistas cualquier guerra es-tá perdida de antemano, uno debetener un gran sentido de la victo-ria.

-¿Y de los extranjeros?-Me gusta mucho Edgard Allan

Poe. De él hay que leer absoluta-mente todo: cuentos, ensayos, ar-tículos... es el gran maestro, dequien más cerca me siento. Eramuy parecido a mi: un muy buentipo que a veces no comía por díaspor los apremios económicos, pe-ro su mujer, Virginia Eliza Clemmsi comía todos los días, porque él ledaba todo.

-¿En qué se parece a él? -Me parezco a Poe en el sentido

de que yo también soy un buen ti-po y que todo mi espíritu perversoen vez de ponerlo en la vida lo pon-go en la obra, me lo saco de enci-ma. Eso hacía él: era el mejor mari-do que una mujer pudiese tener,aunque después en la ficción lasenterraba vivas, les arrancaba losdientitos con una pinza.

-¿Usted también ha trabajadomucho y se ha muerto de ham-bre?

-Yo he sido muy pobre, casi po-bre de solemnidad. Recuerdo queen una ocasión comí de un tachode basura, así nomás.

-¿Qué lo impulsó a seguir es-cribiendo?

-Mi padre me puso a estudiar in-geniería química. No me recibí porsupuesto, pero notaba que lo quemás me atraía, en vez de ponerme aestudiar los textos de cálculo dife-rencial integral, era leer ‘SabiduríaChina’ de Lin Yutang. Entonces enun momento me di cuenta que lomío era la imaginación, no lasciencias exactas.

-¿Está escribiendo algo ahora? -Mi novela sobre Vietnam está

acá, desordenada, no la puedo niempezar a escribir. Me hago tiem-pos cuando puedo: de momento loúnico que hago es leer los cuentosde terror que voy a contar, no ten-go tiempo para otra cosa ■

Domingo 6•3•2011 C U L T U R A 3

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada

3¿De qué lugar, personaje común o circunstancia engeneral que ofrece Mar del Plata se apropiaría para

incorporarlo como pasaje central de alguna de susobras?

-Toda Mar del Plata está en mi novela, que todavía no se

publicó pero que tiene chances de que salga este año. La ti-tulé “No ser para tanto”, es un policial donde los protago-nistas recorren muchos lugares de la ciudad. Sí hay un lu-gar que me gustaba en serio, la calle 9 de Julio entre SanJuan a Jara, lo que sería el culo de la estación de trenes, aho-

ra con esa zona no sé qué pasará. Cuando éramos chicosíbamos con los chicos a tirarnos piedrazos a la estación...bueno, no éramos de los más civilizados del barrio. Jugába-mos entre los vagones. Además ése es un buen lugar parauna escena.

Narrará célebres cuentos de terror en el ciclo ‘Noches de luna y misterio’,que se llevará a cabo en distintos espacios porteños. Habrá relatos de

Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Horacio Quiroga y otros propios.

EL ESCRITOR ALBERTO LAISECA DEMOSTRARÁ NUEVAMENTE SUS DOTES HISTRIÓNICAS

Para morirse de miedo

Laiseca, un experto del terror.

4 C U L T U R A Domingo 6•3•2011 C U L T U R A 5

Las 8 preguntas para Riqui ArriagadaLas 8 preguntas para Riqui Arriagada

4¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dospersonajes de ficción?

-El de “Conversación en la catedral”, de Mario VargasLlosa. Ocurre en un barrio de Lima, es un diálogo entre el

hijo de un viejo patricio de Lima y el chofer del padre, es ex-traordinario.

5Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar aun personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Ayudaría a Philip Marlowe de “El largo adiós”, de Raymond

Chandler, sin ninguna duda. Es un detective con un costadoperdedor muy interesante y siempre es traicionado, por esome dan ganas de meterme en la novela y pegarle un bife a los

malos. Es un personaje encantador.

(fotografía de autor)

Por Juan Villarino

El lector con buena memoriarecordará a aquel improvi-sado marplatense que, aco-

razado apenas con su mochila y unpuñado de sueños partió a recorrerel mundo exclusivamente a dedo.Era mayo de 2005 y yo abordaba unvelero en el puerto de Belfast, Irlan-da… Desde entonces los calenda-rios han sucumbido a sus otoños,pero yo he seguido viajando, pri-mero por Europa, Medio Oriente yAsia y, actualmente, por nuestraAmérica. Después de haber esparci-do cientos de libros artesanales, pu-ñados de fotocopias engrampadoscon ganchitos y mucha fe, me de-moré un año más para presentar“Vagabundeando en el Eje del Mal”– mi primer libro en llegar a libre-rías. Y volví a salir a las rutas junto ami compañera Laura: un escritorautoexiliado y su princesa vaga-bunda.

Laura y yo comenzamos a pla-near esta vuelta al mundo a dedopor etapas, y la primera era Suda-mérica. Mientras al escuchar nues-tros planes todos declaraban teneralgún primo que se había ido al Ma-chu Picchu, nosotros nos dirigía-mos cómplices miradas que confir-maban la sospecha, la maliciosasospecha de que estiraríamos elmapa del continente americanopara acabar definiendo un itinera-rio mutante. Así fue como prontonos encontramos contemplandolas aguas mansas del Canal de Bea-gle. Detrás nuestro, el anfiteatro decumbres nevadas que enmarca aUshuaia; frente a nuestros ojos, laincógnita de los mares australes. Ledigo a Laura, mientras me descuel-go la mochila: “Siento que en Us-huaia concluyen las rutas pero seabren los mares”…

A pesar de esta concesión a la ma-gia y una deliberada intención deoponerle al prejuicio la huella, noscostaba ver más allá de Ushuaia ellímite sur de nuestro itinerario. Ha-bíamos llegado a Tierra del Fuegoen el impecable camión Mercedesde Alejandro, tras pernoctar en unpuesto de Carabineros de Chile.Llevábamos un mes mateando enla cabina de todo tipo de camionessobre la eterna y ventosa ruta 3, pe-ro ahora la ruta se terminaba. Másal sur sólo restaba, invisible perodelatada por los mapas, la Antárti-da. Desde que la nombramos lamúsica de su nombre nos hizo de-searla, pero éramos como dos inge-nuos barriletes queriendo alcanzarlas estrellas. ¿Cómo íbamos a llegara la Antártida a dedo?

Nuestras primeras averiguacio-

nes nos descorazonaron: parecíaque a la Antártida sólo se llegaba enexclusivos cruceros especiales. Elseñor Google decía que los preciosno bajaban de los 3.500 dólares, to-da una ofensa a nuestro presupues-to. Ver anclar a estos inmensos cru-ceros en el muelle de Ushuaia eraun ejercicio para perfeccionar laenvidia. Tras haber recorrido cua-tro continentes a dedo, me costabaaceptar que había uno al que sólopodían entrar los millonarios. Allí,al borde del planisferio Laura y yoanalizábamos nuestras opciones.No teníamos el dinero -claro queno lo teníamos- ¿Pero se reducíatodo al dinero? Entonces como unrelámpago recordamos lo que síposeíamos: una página Web, mu-cha gente que la seguía, y el sueñode dar la vuelta al mundo, que en-tonces ya no era únicamente elnuestro sino el de todos aquellosque nos acompañaban por la pan-talla. ¡Al menos en ese sentido nossentíamos millonarios!

Preparamos una carpeta y nos di-rigimos a las oficinas de Antarpply,los únicos cruceros argentinos quellegan a la Antártida. Teníamos unaoportunidad en un millón, peroLaura sentía que sólo precisábamosuna. Con nuestra carpeta bajo elbrazo nos acercamos con timidez ala agencia para exponer nuestroviaje, el libro en camino, y nuestroproyecto educativo. Correos elec-trónicos fueron y vinieron desdeUshuaia hasta Londres, gerentescomerciales levantaron el tubo delteléfono de ambos lados del océa-no y aún no sabemos gracias a quetruco de magia fue finalmentenuestro celular el que sonó, y una

voz amable lo confirmó: ¡salíamoshacia la Antártida el sábado!

LA PREPARACIONTuvimos dos días para armar

nuestras mochilas, conseguir pan-talones para nieve, campera imper-meable y pellizcarnos para verificarque no soñábamos. Nuestro buquese llamaba MV Ushuaia. Sería nues-tra casa por los 10 días que duraríala travesía. Desde allí desembarca-ríamos en zodiacs para visitar basesantárticas o hacer cruceros entreicebergs. Nosotros, Juan y Laura; ynuestras mochilas, La Maga y ElSalmón, teníamos boleto para laaventura más austral en el historialde los mochileros argentinos. Lle-gó el sábado, añadimos una botellade whisky escocés al equipaje, y ca-minamos hacia el muelle. Allí nosesperaba el Ushuaia, listo paratransportarnos hacia el glacial im-perio de la soledad.

Infiltrados como Leonardo DiCaprio en el Titanic nos mezcla-mos con una abundante guarni-ción de norteamericanos, austra-lianos e ingleses. Estas nacionalida-des son, en la escena turística inter-nacional, lo que las melba, las son-risas y los anillos dentro de un pa-quete de galletitas Surtidas, es de-cir, predecibles y numerosas. Nofue ningún sacrificio para nuestropaladar someterse a los bocados desalmón y al champagne servido du-rante el cóctel de bienvenida porlos galantes camareros. Nuestrobarco ya navegaba por el canal deBeagle dejando atrás los perfiles delas Islas Picton, Lennox y Nueva re-cortadas por el atardecer. Desde elojo de buey de nuestro camarote vi-

mos pronto a Neptuno enfurecidobatir las borrascosas aguas del Pasa-je de Drake. El mar se tornó grisáceoe implacable, y olas de hasta diezmetros sacudieron con espuma yviolencia el Ushuaia. Nos acercába-mos al mítico Cabo de Hornos, alúltimo peñasco de tierra america-na, allí donde los vientos se cruzany cientos de naves han naufragado:era tiempo de probar nuestro tem-ple como nómadas del mar.

El segundo día nuestro barco lle-gó, al fin, a las más abrigadas aguasantárticas. Fantasmagóricos, leja-nos e irreales flotaron sobre lasaguas dos gigantescos icebergs.¡Hielo a la vista! Dejándonos com-pletamente sin aliento, y reducien-do los icebergs a un mero aperitivo,aparecen detrás los montañososcontornos de la Isla Livingston, delarchipiélago de las Shetland de Sur.Había algo sobrenatural en esas in-mensas cumbres que despegabandel mar en forma vertical, comple-tamente teñidas de infinita blancu-ra. Delante nuestro se extendía elescarpado y níveo frente de las is-las, cubiertas por glaciares en un80%. En un semirrígido dejamos elUshuaia para desembarcar en unaisla llamada Aitcho, y sobre unaplayada resbaladiza afianzamosnuestros primeros pasos en latitu-des antárticas para deleite de ungrupo de pingüinos. Lo habíamoslogrado a fuerza de soñarlo. En esehelado archipiélago, nuestros cora-zones latieron más fuerte que nun-ca, y, casi sometidos por la purezadel entorno, nuestros ojos estuvie-ron un poco más completos. Nues-tra aventura antártica recién co-menzaba ■

Por Alberto Moreno Yagüe

Maravilla arquitectónica de la na-turaleza en perpetuo crecimientohacia el cielo.

Nos brindan el oxígeno que sus-tenta nuestra vida y limpian la at-mósfera del dióxido de carbono conel que la envenenamos.

Son hogar y refugio de aves y ma-míferos, alimento de insectos, reser-vorio de agua, proveedores de repa-ro, de sombra, y, para aquellos capa-ces de acercarse debidamente: fuen-te de una confortable sensación depaz y armonía.

¿Con qué pagaremos tantos ser-vicios?

La historia de esta muestra, comotoda historia, comienza mucho an-tes de lo que parece; incluso, a veces,mucho antes de lo que podemosimaginar o admitir, de modo tal quepara contarla hace falta girar la cabe-za y mirar muy atrás.

En este caso, posiblemente deba-mos remitirnos a un muchacho de19 años que comenzaba a estudiarBiología en la Universidad Nacionalde Mar del Plata y se encontraba conlas maravillas y misterios de la vidanatural. Maravillas y misterios que lehicieron abrir los ojos grandes (co-mo los abre un niño ante un truco demagia).

Luego, a fuerza de curiosidad, fueenterándose de cosas mas profun-das; de las relaciones entre los seresvivos y del modo en que el ser huma-no (o mejor dicho, la cultura occi-dental y mercantilista) fue modifi-cando ese sistema de delicada reloje-ría que componía el equilibrio natu-ral de la vida en el planeta. Impulsa-do por un idealismo lógico de suedad (que tal vez nunca más lo aban-donará) trabajó activamente en laFundación Vida Silvestre Argentina;luego ingresó como Guardaparquesde la Reserva Integral Laguna de losPadres (tarea que desempeña actual-mente), donde se dedicó a la educa-

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DIARIO DE VIAJE

Barriletes deseando estrellas: dos mochileros hacia la Antártida

(Viene de página 1)

-Las dos veces que presentasteeste trabajo en la Feria del Libroprovocaste una conmoción pro-pia de los “rock-star”.

-Eso sucede un poco a pesar nues-tro, es que lo hacemos y genera eso,algunas cosas, para mí 1.000 perso-nas en la Feria del Libro es un buennúmero pero sólo lo cuento en esostérminos, como una cuestión o co-rriente afectiva, entre lo que hace-mos y los que lo reciben, porque pro-bablemente quienes lo reciban ten-gan una empatía ideológica con loque hacemos nosotros, tal como quelos personajes sean objeto de estu-dio, probablemente eso es lo queproduce el programa, el espectadorse apropia de eso, lo importante esque haya lecturas posteriores y queson lecturas que nos alertan para en-tender todo lo que hacemos. El hu-mor es la antítesis de lo que uno es-cucha.

-Recién decías lo de un potenciallibro sobre “Pomelo”y ese granpersonaje le hizo pisar el palito aJuanse (de Los ratones paranoi-cos), que sospechó que era unaburla a su tarea en el mundo rocke-ro.

-Con Pomelo no me puse a pensarquién se podía ofender o no, ese per-sonaje siento que no fue hecho enverdad para afectar a alguien especí-ficamente, en este caso alguno po-dría darse cuenta pero depende de ély no de nosotros.

-Es paradójico que en pleno her-vor cultural de “Calle 13” en lanueva poesía contestataria vos sal-gas con “Latino Solanas”, una bro-ma a esas letras que no dicen abso-lutamente nada.

-Lo veo como una mirada irónicaque uno tiene sobre algo que a uno leresulta afectado, punto, tampoco esuna lectura general ni evangelizado-ra de lo que nosotros hacemos, nosgusta bastante derrumbar cosas quepara mí tienen poco sostén y no lodigo por el “Latino”, lo digo en gene-ral, una especial mirada sobre ciertodeshilachado ante esa supuesta soli-dez, nosotros vamos un poco másadentro. Todo tiene que ver con la

profundización de lo que unove, aún en la burla, pero últi-mamente existe como unagran evocación permanentea la idiotez o a opinar sobrecosas que se desconocen yun poco de eso nos reímos.

-“Micky Vainilla” en es-te libro tiene su lugar es-pecial, justo un personajeque evoca desde el hu-mor los difíciles tiemposde la segunda guerramundial de una casco-teada Europa agitadapor sus fuertes convul-siones.

-“Micky Vainilla” noes más que el inconsciente deuna sociedad o parte de ella que nun-ca se acuerda de los muertos, siem-pre de lo único que se acuerdan es deblanquearse, que hoy por hoy sonlos voceros de una estrategia políticamucho más tremenda, son los voce-ros porque le llegan a mucha gente yno saben siquiera lo que dicen. En-tran en ese lenguaje del lugar común

y del efectismo cuandopasean su dinero y su poder por to-dos lados. Es una concientizaciónsiempre falsa que no es más que lavarculpas, es una visión parcial de loque siempre sucede. Cuando el te-rror viene del Estado, siempre miranpara otro lado, porque siempre se ca-garon en los muertos, hoy, antes ymañana se cagarán en los muertos,lo hablo en general.

-¿Desde la literatura se puedeanalizar el contexto del rock?

-No haré un análisis general comosi fuera un “portero del rock”, menosdesde un libro, me parece que haygente que tiene cosas para decir yotra que no, muchos siguen con laafectación, un grito de guerra quequeda nada más que en eso. La genteque tiene cosas para decir tampocoestá en el rock, tiene algún nexo conel sonido y hace lo que tiene que ha-cer, no miro al rock como si fuerauna especie de señalizador de lo queestá bien o mal. En realidad no meimporta cómo está el rock hoy ■

“Está muy claro que el humor tiene ...”

ción fundamentalmente, como unmodo de divulgar esta noticia queparece necesario gritar a los cuatrovientos.

El conjunto de imágenes intentagenerar una reacción emotiva y deconciencia acerca del rol de los árbo-les y su relación con el hombre y elmedio ambiente. Utiliza para ello unrecorrido que incluye tomas de par-

tes de árboles, plantas completas ymasas boscosas; e intenta aprove-char los estados de ánimo que lasmismas generan ■

La muestra “Los árboles” se veráen el Centro Cultural Osvaldo Soria-

no (25 de Mayo y Catamarca) hasta el30 de abril.

Texto recopilado por Jakob yWilhelm Grimm, versión deLiliana Cinetto, Ilustracionesde Mariano Díaz Prieto,Mini-álbums. Pictus. 2008

Por Elena Stapich Integrante de la Ong Jitanjáfora

En este caso, es ocioso rese-ñar el argumento, ya que

se trata de un cuento por demásconocido. Sólo cabe señalarque se ha utilizado la versión delos Hermanos Grimm, que sediferencia de la Charles Pe-rrault porque en ella todo ter-mina felizmente, excepto parael lobo. También sería impor-tante destacar que, a diferenciade muchas versiones de loscuentos tradicionales que cir-culan por allí, los de la colec-ción Mini-ál-bums de Pic-tus han sidor e e s c r i t o scon maes-tría por Li-l i a n a C i -netto, res-p e t a n d olas carac-terísticasde las re-c o p i l a -c i o n e sclásicas ysin pro-ceder aarbitra-rios re-s ú m e -nes y/oc a m -bios poco justificados

desde el punto de vista literario.En cuanto al formato, como

lo indica el nombre de la colec-ción, se trata de libros muy pe-queños, casi miniaturescos, loque les agrega un atractivo es-pecial. Por otro lado, si bien to-dos los textos han sido reescri-tos por la misma escritora, cadauno de ellos fue ilustrado porun profesional diferente, deacuerdo con su propio estilo,pero con pareja calidad. Así, po-demos encontrar trabajos deDiego Moscato, Sebastián Ba-rreiro, Eugenia Dobati, etc.

Por último, pero no menosimportante, el precio accesiblepermite adquirir material co-mo para enriquecer la bibliote-ca del aula o de la escuela o ha-cer un pequeño-gran regalo ■

6 C U L T U R A Domingo 6•3•2011

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada

6¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuálo cuáles?

-¡Cómo no! Muchos, como todo el que haya trabajado en

librerías, más de una vez me llevé un souvenir... No voy a darla dirección del quiosco, pero me robé “El amor en los tiem-pos del cólera”, de García Marquez, de un quiosco a las 12

del mediodía, me fui a una plaza y me tiré a leerlo, estuvehasta las once de la noche y lo terminé. Fue hace mucho, du-rante una tarde de verano.

Grandes libros,

pequeños lectores

Caperucita Roja

El escritor Héctor Ramón Cuen-ya ofrecerá una lectura de su obra ydará una charla de autor hoy a las18 en la librería de Constitución5843. La charla será con ingreso li-bre y gratuito. Cabe señalar queCuenya abrirá en Mar del Plata elciclo “Charlas de autor, clínica deescritura creativa”, que se desarro-llará los días 25, 26 y 27 de este mesen Valencia 4974. Organizado por

los artistas Gonzalo Viñao y MaríaAlejandra Estifique, el ciclo pre-tende acercar a Mar del Plata a es-critores de todo el país durante unfin de semana, para que realicenun intercambio de experienciascon autores locales. Los interesa-dos en participar del ciclo podránobtener mayor información al za-lo76@gmail.com o bien al teléfo-no 479-0767 ■

Auspiciado por la Fundaciónde Poetas “René Villar”, filialMar del Plata, se realizará el tallerde narrativa y poesía “El tinte-ro”, coordinado por la escritoraGuillermina Sánchez Magari-

ños, todos los jueves de 18 a 20en el café cultural “La cofradía”de Falucho 2406. Los interesa-dos podrán obtener mayor infor-mación al 494-4346 o al celular156- 837812 ■

Clínica de escritura creativa

Taller literario

Arte, poesía y ciencia se conju-gan en el flamante libro deGyula Kosice, ‘500 lugares pa-

ra vivir. La ciudad Hidroespacial’donde este pionero del arte cinéti-co y creador del movimiento Madí-la primera vanguardia rioplaten-se- reúne premisas que van de1946 a la actualidad, elaboradasalrededor de su obra.

‘‘Son mi deseo constante, du-rante casi setenta años de trayec-toria, de poetizar el mundo’’, ase-gura este escultor nacido en Hun-gría en 1924, quien puntualizauno a uno los ‘lugares para vivir’que van desde un ‘‘espejo retrovi-sor del pasado’’ hasta la ‘‘disolu-ción química de residuos’’, pormencionar solo algunos.

UNA CIUDAD IMAGINARIA

Este pionero en el uso del gasneón en estructuras lumínicas yprecursor en la escultura hidráuli-ca -que toma el agua como ele-mento esencial de la obra- ideó es-ta ciudad suspendida en el espaciopor la energía del agua, un proyec-to ‘factible’ -aunque costoso- a jui-cio de la NASA, que además fasci-nó al gran escritor de ciencia fic-ción, Ray Bradbury.

‘‘En 1944, en la revista Arturo(mítico manifiesto de varios artis-tas), dije que ‘el hombre no ha determinar en la tierra’. A partir deahí empecé a hacer maquetas de laCiudad Hidroespacial, y se meocurrió que cada lugar tendría queestar diferenciado del otro’’, cuen-ta Kosice en una entrevista.

En 2009, el proyecto de estaidea de ciudad suspendida a 1200metros sobre el nivel del mar -re-presentada con un conjunto demaquetas, constelaciones lumíni-cas, fotomontajes, dibujos, pane-les y lugares para vivir-, fue adqui-rido por el Museo de Bellas Artesde Houston, Estados Unidos.

SU MARCA REGISTRADA

‘‘Entonces -explica Kosice-, medije: voy a escribir lentamente, aver qué sale; estuve casi dos añospensando cada lugar, y así fue es-cribiéndose casi solo, una imagentraía a otra’’, señala en referenciaal libro este creador de ochenta yseis años, de ojos luminosos y ha-blar pausado, en la intimidad desu taller-museo, de donde se des-prenden los sonidos de un tangode fondo.

Se trata de una casona ubicadaen la calle Humahuaca, en el barriode Almagro, que recibe al visitantecon una gran gota de agua -la ‘mar-

ca registrada’ de Kosice- sobre elmarco de la entrada, salpicada depuntos celestes, espacio que cadaviernes se llena de sonrisas, grite-río y ruidos por alumnos de escue-la que la visitan.

‘‘Con el sentido de poetizar almundo y a la ciudad Hidroespa-cial, -retoma- pensé en un lugar‘para tener ganas’, ‘para oír al uni-verso’, ‘para ver el día y la noche’,enumera sobre las afirmacionesde este libro -editado por AkianGráfica- que incluye textos de Ma-nuel Mujica Lainez y Jorge Rome-ro Brest, entre otros, fotografías ycopias de cartas, como la que reci-bió de la Nasa.

ARTE EN MOVIMIENTO

Kosice inventó en 1944 la primeraescultura articulada y móvil, ‘Ryi’ -que se puede ver en su taller museo-;en 1945, junto a Tomás Maldonado,Lidy Prati, Raúl Lozza, Enio Iommi yAlfredo Hlito, fundó la AsociaciónArte Concreto-Invención, y en 1946junto con Carmelo Arden Quin, creóel Movimiento Madí.

Una recorrida por el museoacerca al visitante a algunas de lasobras más representativas del ArteMadí, obras lumínicas (estáticas,

con relieve, movimiento o color),fotografías de sus esculturas mo-numentales por el mundo (París,Seúl, La Plata), otras participati-vas, para tocar y caminar por enci-ma. Para sumergirse en los detallesy dejarse envolver por el sonido, sedestacan también las esculturasrealizadas con agua y luz (hidroci-néticas), donde utiliza tubos fluo-rescentes o leds, y la famosa ‘gotade agua’ que se repite en varias es-culturas, combinada con diferen-tes materiales o texturas. Acrílicotallado, madera maciza, aluminioo bronce son otros de los materia-les utilizados por este artista quecuenta con un grupo de ayuda enla elaboración de la obra, quienesasegura que el incansable Kosiceestá siempre en busca de nuevastecnologías.

‘‘Yo trabajo sobre la tríada ‘arte,ciencia, y tecnología’: arte porquecreo que es la moneda del absolu-to, ciencia porque me salvó la vida(una operación de René Favaloro)y tecnología porque creo que ¡no lapara nadie!’’. ‘‘La tecnología va aseguir avanzando y mejorandolentamente pero claro -admite-,nosotros le pedimos mucho y muyrápido; tiene que haber un tiempode aceptación’’, concluye ■

En su nuevo libro, el escultor mezcla el arte, la lírica y la ciencia conpremisas que elaboró alrededor de sus obras desde 1946 hasta la

actualidad. Creador del arte cinético y el movimiento Madí, su deseoprincipal es poetizar el mundo.

‘500 LUGARES PARA VIVIR. LA CIUDAD HIDROESPACIAL’

Sitios para ser feliz

Gyula Kosice.

Domingo 6•3•2011 C U L T U R A 7

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada

7Un extraño hongo se esparce por su biblioteca yconsume de manera irrefrenable los libros. Sólo

dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres deellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a lavoracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los

sacrificados y cuáles los salvados? -Lo que voy a decir es ficticio, porque perdí mi biblioteca

en cada una de las separaciones que tuve. Mis mujeres se hanquedado con todos mis libros, ahora creo que sólo tengo cu-atro. Pero salvaría “Gotán”, de Juan Gelman, “El largo

adiós”, de Raymond Chandler y “Crimen y castigo”, deDostoievsky. Sacrificaría alguno de Poldy Bird, pero nuncatuve uno y también “Guía de pecadores”, de EduardoGudiño Kieffer, que me encantaba cuando tenía 12 años,pero lo leí de grande y me dio ganas de prenderlo fuego.

Los libros más vendidos de la semanaFICCION

1 LOS PADECIENTES Gabriel Rolón. Emecé. $72.2 EL SUEÑO DEL CELTA Mario Vargas Llosa. Alfaguara. $85.3 1Q84 Haruki Muratami. Tusquets. $138.

NO FICCION

1 VIVA LA DIFERENCIA Pilar Sordo. Norma. $62.2 ECONOMÍA 3D Martín Lousteau. Sudamericana. $69.3 BREVE HISTORIA DEL DEPORTE ARGENTINO Ezequiel Fernández Moores. El Ateneo. $62.

RECOMENDADOS

1 SR. JUEZ UNA BIOGRAFÍA JUDICIAL DE NORBERTO OYARBIDEDaniel Santero. Ediciones B. $65.

2 LA CUESTIÓN CRIMINAL Gabriel Bombini. Eudem. $60.3 AVE DEL PARAÍSO Joyce Carol Oates. Alfaguara. $89.

■ Lecturas Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

La historia de los judíos y los árabes fue durante si-glos una relación entre comunidades religiosas. Comola mayoría de los árabes profesa el Islam, su relación ha-cia los judíos era -y aún es- en función de su pertenen-cia religiosa individual y comunitaria. Hay que aclarartambién que la mayoría de los musulmanes no son

árabes, y ni siquiera hablan el idioma árabe, salvocuando rezan, y que el país musulmán más numerosoes Indonesia, que no es árabe, como tampoco lo sonTurquía o Irán. Pero como el Islam nació en tierras ára-bes, se suele confundir al Islam con lo árabe ■

Fragmento de El conflicto palestino-israelí, de Pedro Brieger (Capital Intelectual)

Por Sebastián Jorgi

La anomalía argentina, Aventuras ydesventuras del tiempo kirchnerista.Ricardo Forster. Sudamericana.

Ya en el prólogo, Ricardo Forster, serefiere a ese desconocido de la Pata-gonia que se habrá de comprometeren la “anomalía de un país que noimaginaba en qué territorios se iba ainternar, ni estaba dispuesto —tal vez

disponible— para los desafíos gene-rados por un desconocido políticoproveniente de las geografías patagó-nicas y que se instaló, casi por casuali-dad, en el sillón de Rivadavia, hacien-do girar 180 grados el derrotero de laArgentina, invirtiendo lo esperado ylo conocido y arrojándonos a untiempo cargado de sorpresas y girosprovocadores”.

Ese desconocido es Néstor Kirch-ner, sin duda, un transformador de

una realidad argentina mucho másque anómala, sumida históricamen-te en una especie de fatalismo conge-niado por ̀ políticas de corte neo-libe-ral y debemos decirlo, por agachadasy entregas del patrimonio nacional,pauperizaciones sistemáticas, quedesembocaron en aquel 2001, la Odi-sea Especial como la denominé, alu-diendo a un libro de Ciencia Ficción.

Ricardo Forster, Doctor en Filoso-fía y Profesor de la Carrera de Cien-cias de la Comunicación de la UBA hacompendiado en este libro una seriede artículos periodísticos, caros a unaactualidad conflictiva, siempre enebullición. “La Argentina fue y es pa-ra mí mucho más que un relato ofi-cial”, expresa haciendo una especiede racconto desde su niñez y adoles-cencia, entre lecturas de Juvenilia yLa muerte y la brújula, un gol de Ri-ver, la casa de Coghlan, los viajes entren acompañado por La montañamágica, como para darle al lector unretrato identitario de este muchachoacadémico. A propósito, pese a su for-mación universitaria, la bajada quehace al lector sobre los problemas so-ciales, la mirada histórica, es com-prensible por su didaxis. Esto es loque quiero decir, pues ese tono sólidoy fuerte —podemos constatarlo ensus apariciones públicas, como en laFeria del Libro el año pasado y en elprograma 6,7,8 de Canal 7— vaacompañado siempre de lúcidas in-terpretaciones y de valientes postu-ras, como en lo referente a los dere-chos humanos —soslayados cínica-

mente por décadas—.Se deslinda objetividad

también con respecto a lasizquierdas delirantes: “Cier-tas izquierdas que nos ima-gina delante de la toma delPalacio de Invierno y pre-parados para hacer la revo-lución” e inmediatamen-te, párrafo siguiente, lerinde un homenaje a Ni-colás Casullo citándolo(si las cosas ya no se escri-ben de otra forma ya nose escriben más). Y sí, de-bemos sentirnos identi-ficados a “encontraresas otras escrituras” yésta es “la batalla cultu-ral que tenemos”.

Los tramos capitu-lares o artículos propiamente es-critos en medios gráficos son esclare-cedores y remiten tanto a lo contem-poráneo (dictadura, Alfonsín, Me-nem-De la Rúa-Duhalde-Kirchner),como a lo coyuntural urgente y me-diático, como la polémica por la Re-solución 125. Y también al pasadoque revisaron con idoneidad Scala-brini Ortiz, Hernández Arregui y yaun poco desde fines de los sesenta yentrados los setenta un ensayista in-vestigador como Norberto Galasso(que irrumpe en la escena con libroscomo Mariano Moreno y la Revolu-ción Nacional y Discépolo y su épo-ca).

Había extraído con el resaltadoralusiones e interrogantes como

“¿Puede soñar una multitud?— “Loque no termina de diluirse es la afi-ción de las corporaciones económi-cas a ejercer distintas formas de pre-sión sobre el Gobierno y la opiniónpública”—. Pero no es mi deseo sa-carlas de contexto. Sí invito a que Laanomalía argentina sea leída por losjóvenes y no tanto. Y sobre todo porlas clases medias, las que, cuandoasoman la cabeza y poseen un buenpasar, empujados por el orden corpo-mediático, comienzan a exigir “insti-tucionalidad”, “más democracia”,“más diálogo” y otras yerbas recitati-vas.

Léanlo ■

SOBRE EL LIBRO DE RICARDO FORSTER

Sólido aporte al pensamiento nacional

E n el prólogo del libro ‘Que-brantos’, el poeta Juan Gelmanhabla de ‘‘una memoria recién

salida del infierno’’ al referirse a losdoce testimonios de exiliados enItalia durante la dictadura militarcompilados por Delia Ana Fanego,que permanecieron olvidados hastaahora.

Las historias fueron grabadas en-tre 1978 y 1979 para la televisión ita-liana, un proyecto que quedó trun-co. En muchos casos, sin el nombrereal de los entrevistados, que te-mían por su seguridad.

‘‘Creo que el gran valor del libro esno haber sido mediado por la me-moria. Por eso es tan fresco, los testi-monios los grabé y ahí quedaron.Cuando recuperé el material algu-nos se encontraron con recuerdos yaperdidos, con historias que habíansepultado o se siguen abriendo hastahoy. La memoria puede ser engaño-sa o una trampa’’, afirmó Fanego, endiálogo telefónico desde Roma.

En la presentación del libro lacompiladora define que ‘‘en los rela-tos prevalece el lenguaje áspero dequienes sobrevivieron al horror’’ yque continuaron desde el exilio suresistencia a la dictadura.

El poeta, en su prólogo, resignifi-ca esa experiencia que quedó sus-pendida en el tiempo y señala ‘‘has-ta qué punto los fusilamientos deTrelew, la Triple A (...) y la violenciaimperante que impedía pensar conclaridad, empujaron a la opción ar-mada a jóvenes que a los veintitan-tos de edad nunca habían podidovotar y sentían el padecimiento aje-no como propio’’.

Protagonizaron -señala Gelman-‘‘una lección de ética y de moral cí-vica que las actuales polémicas aluso quieren envilecer; es que ellosson testigos insoportables para losque dejaron de soñar con una vidamejor para todos’’.

El libro, publicado por Fabro, in-cluye los relatos de Adelaida Gigli,Albertina Paz, Andrés Imperioso,Franco Castiglioni, Juana Bettanín,Lucía Torres, Teresa Cofferri, WalterCalamita y Wanda Fragale, además

de tres testimonios identificados ba-jo los nombres de Daniel, Hugo y Jai-me, algunos de ellos ya fallecidos, aquienes está dedicado el texto.

-¿Qué hacía en Italia en ese mo-mento?

-No estaba exiliada, llegué a Italiaen el 75 porque me casé con un ita-liano. Cuando comenzó el accionarde la triple A y la represión con cua-tro argentinos que estábamos acá,en Roma, nos organizamos y funda-mos un comité de denuncia. Escri-bíamos para los diarios con el objeti-vo de que se conociera la situación anivel internacional. Antes del gol-pe, llegó Juan Gelman con Lili Ma-zaferro. Ella vino por la organiza-ción de los derechos del hombre y sepuso a trabajar con nosotros; el co-mité comenzó a crecer enorme-mente y fue el referente para el exi-lio, sobre todo en Roma. Despuéshubo algunos comités más peque-ños en Milán, Turín y en otras ciuda-des.

-¿Cómo surgieron los testimo-nios?

-Un día estaba muy shockeadaporque me enteré que habían ‘le-vantado’ de una manera terrible aAlberto Camps, uno de los sobrevi-vientes de Trelew, él vino a Italia ydespués volvió a la Argentina y a losdos años me enteré que había caído.Yo lo comenté en una cena, al pocotiempo me llamaron para hacer unapelícula sobre el exilio argentino yme pidieron que grabara historiasde vida, algo que hice con JuliaConstela.

-La intervención del consuladoitaliano para que muchos deteni-dos pudieran exiliarse se eviden-cia a lo largo de todas las histo-rias...

-Sí, la actitud del consulado fueincreíble, a muchos les salvaron lavida como hizo el vicecónsul EnricoCalamar, que es muy conocido. Hu-go menciona también a un cónsulde Rosario que lo alojó en su casa y lepagó el pasaje a Río de Janeiro. Haymás personas que hablan de este di-plomático y no pudimos saber co-mo se llamaba ■

EXILIADOS DURANTE LA DICTADURA

Sobrevivir al horror

8 C U L T U R A Domingo 6•3•2011

Las 8 preguntas para Riqui Arriagada

8Se le concede la extraordinaria excepción de hacer-le una única pregunta a uno de sus tantos escritores

predilectos. ¿Qué le preguntaría?-Más que una pregunta, le haría una confesión. Yo le robé

a Jorge Boccanera un párrafo para una canción que compusey que nadie conoce. Me di cuenta del robo un año y mediodespués. Hacía referencia a “los vidrios rotos de la palabracompañero”. Cuando lo vi le conté y él me dijo que era algo

muy común: hay cosas que suelen quedar alojadas en algu-na parte del inconsciente.

A la amistad de Marcela Predieri, Sebastián Jorgi y Pedro Leguizamón

Aquí

Lo roza la premura del vientoy al caminar deja sus huellasen este día renovadopor una bella horade afiebrada intuición

Allí mira y alarga su silenciosin dar un paso más.

Al mar lo siente ahoraadentrado en sus ojos.

Sin tiempo

Más allá de todo lo mudable y repentino

existe otra historia sin términodonde aún queda en ella un ileso rubory el silencio preciso para cualquier regreso

¿Cómo abreviar el tiempo que borra una ilusióncuando un instante queda confinado en un siglo?

¿Cuándo llegará un nuevo origenun ahora rotundo, una mirada garzay el suave contorno de una piel?

Hay una entrega intacta y consentidaporque la fecha es una súplica nuevafrente a este mar colmado de sigilos.

(*) Esta poesía es un adelanto de un libro de este autor que publicará Sagital

Ediciones.

Abrazo tus pies y sus espinasy todo es blanco.El Espacio cruje ante lo que queda de tu Nombre,cruje si batís los dedos lento en el aire,cruje ante el resabio de amapolas que era tu bocaantes de que enfermaras.Todos en el Hospital buscan cabizbajos.Alzar la vista esla Muerte.

(Abrazo tu espalda y es igual de fría)

¿De qué color se teñirá mañana el Horizonte?

Ahora todo se desdobla y carece de cáscara.Estás enrollada al árbol,las extremidades son

prolongacionesen raíces azules.Pero el árbol ya creció, ya maduró,y está muriendo.Y con él mueren sus raíces que salen de vos,y morís vos también fundidaa la corteza y al latir y es necesario trascender el árbol y trascendertu rostrofrío como contemplar el mar.Puedo ahora hacer el Tiempoporque el Tiempo no es otra cosa queel pedazo de tierra que compartimos.

Puedo hacer la Eternidad.

Puedo poner una semilla en tu tumbay armar otro jardín.

Al mar dejo esta voz Por Julio Bepré

Otro jardínpor Valentino Cappelloni

Nació para compla-cerlos, y lo hará.

Alfileres, vaselina y tonela-das de arena. Ayer fue despo-jado de su única arma, y el si-lencio avanza insaciable. Suestómago se va desintegran-do de a poco… Pronto termi-nará todo.

Fanfarrias, vítores, un co-lega se desangra de a poco. Looye, forcejea, grita, suplica.“¡Déjenlo, animales!”.

Nada.Quiere salir ¿o no? No lo

sabe. Después de todo, entreel fuego lento y el veneno, ladecisión es siempre difícil,pero el aguarrás lo está ma-tando. Las personas que vie-nen y van y la de su amigo leindican que su turno está porllegar. Su verdugo está muyocupado coqueteando, mos-trando sus llamativas vesti-mentas y preparando su co-bardía. Otra puntada al estó-mago, un poco más de algo-dón, otra bocanada de mie-do, la divisa bien puesta y allásale… ¡qué belleza!, ojalá lopudiesen ver. Ojalá pudiesenver tan esbelta, tan delicadafigura.

Luz. Está ciego, y el entu-mecimiento del cuello seempieza a notar. De a pocorecupera la vista ¿para qué?Lo único ante sus ojos sonmiles de demonios queaplauden y los fantasmas ro-sas que flotan y se zambullen enaquel mar de arena.

Corre.Corre, y Dios sabrá por qué. El sólo

ha empezado a correr, como si estofuera a alivianar su contractura, sudesconcierto, el hedor de sus entra-

ñas… su horror. Corre, y la seda le ro-za el rostro, corre, y siente sus múscu-los desgarrarse, siente la humedad dela sangre; corre, y el público se excitay lo insulta, corre, y él, allí, lo observa:lo mide. Lee cada uno de sus movi-mientos… él no se arriesgará. ¡Oh,

no! ¡Por supuesto que no! El comen-zará a trabajar, más tranquilo, en unrato, cuando el peligro haya pasado,cuando la arena ya no pueda tapar lasangre.

Encara a otro fantasma, con furia,con lágrimas en los ojos… casi lo tie-

ne, un poco más… No.Ha sabido escapar. Cien-tos de años caen sobre suespalda, la tradición y elhonor lo condenan encada uno de sus pasos.Dos litros menos, y ya hallegado el turno del en-frentamiento.

Esta vez el fantasma esrojo, y se mueve con másgracia. Hipnotizado porcompleto, arremete, es-peranzado en que estoserá lo último que hará.Pero no. Su enemigo eságil, y extremadamentehábil, ha sido entrenadodurante décadas por losmás virtuosos maestrosde la matanza, y no falla-rá, todos saben que no fa-llará.

Pasa de largo, enreda-do entre las ondulacio-nes, y el sabor de la san-gre ahora se combinacon el de la arena… el pú-blico festeja e idolatra alverdugo, que lo mira de-safiante.

Se para, escupe y nue-vamente avanza. Es que,al igual que para todos, sudestino es inevitable.

“¡Olee!”. Bronca, son-risa, lágrima. Una, dos,tres veces. Rosas, muerte,cantos, noventa grados.Más fantasmas, polvo,gritos, sangre. Una, dos,tres, cuatro, cinco. On-

das, lentejuelas, arena, banderillas:seis banderillas… seis coloridas ban-derillas.

Cae el suelo.El polvo, suspendido.Se saca el sombrero, mira al públi-

co… todos lo aman ¿quién no lo ha-

ría? Se acerca el Mozo de Espadas y leentrega el arma que ha pertenecido asu familia por generaciones: la espa-da que con tanto orgullo y emociónsiempre ha usado. La bestia se acercahipnotizada una vez más, pero ya nocorre. Hace varios minutos que nocorre.

Un par de movimientos, algunosvivaces aleteos, dos o tres provoca-ciones, y se dispone a alzar el arma. Elanimal lo mira: no siente los pulmo-nes, no siente las piernas, el hígadoruega sin ser escuchado. Una arcada:sangre, flema, saliva, bilis… comidano, nada de eso.

Entonces el hombre avanza, salta,y ¡zas! La espada se clava impecableen la médula.

Cae.Cae, para no levantarse.El público lo ovaciona. Corrida nú-

mero cuarenta y siete. Al padre delasesino se le cae una lágrima, y a unaniñita del palco también.

“¡Ese es mi hijo, coño!”.“Pobre torito”.El animal está muerto, pero aún

respira: la estocada no fue perfecta, y,sin poder mover ni los párpados, eltoro siente cómo lo despojan de susorejas y de su rabo: el público así lo pi-dió. El torero se va, cargado en hom-bros entre paparazzis y aplausos, or-gulloso de honrar a su familia y a supatria, y apretando fuertemente suchorreante premio. El animal, por suparte, es arrastrado a un oscuro lugar,en donde, todavía vivo, es mutilado ydescuartizado. Levanta la cabeza, losmira. “¿Por qué?”. Pero los cuchilloscontinúan su labor. Después de unosminutos, asediado por los cantos yaplausos que en la plaza aún conti-núan, vomita un poco más de sangre,y por fin, eternamente agradecido,muere.

Nació para complacerlos, y lo hizoperfectamente ■

Fiesta NacionalPor Cristian Villarreal

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