revista diez, nÚmero 35
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Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de
Tata Lampo. Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres Contacto: albemoto@hotmail.com
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
CONTENIDO: 3.– EDITORIAL: Museos.
4.– ZAGUÁN: Arenilla - Instrucciones para alimentar sueños.
6.– PATIO: Fotos de la quincena.
13– DE DIEZ: Brianda.
14.– BALCONES: Barrio de La Pila. Autores: Luis Felipe Gómez Mandujano, Olga Alicia Montejo
Baeza, Guadalupe García Gómez y Alejandro Molinari Torres.
25.– CORREDORES: Documento de paz y nostalgia.
31.– EL SITIO: Séptimo aniversario de la radio “Brisas de Montebello”.
36.– ACTUALIDADES.
39.– TAPANCO: Consagración de El Tatic.
41.– MOJOL: El certificado.
42.– PORQUE OSCAR BONIFAZ CUMPLE 85.
43.– DE DIEZ: Brianda.
Brianda
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
EDITORIAL Museos
En el programa radiofónico “Crónicas
de adobe”, correspondiente al martes
10 de agosto, el cronista municipal,
Arquitecto José Gustavo Trujillo To-
var, platicó acerca de un proyecto que
presento hace más de tres años. Entre
otras cosas propone que el edificio
central que actualmente ocupa la Pre-
sidencia Municipal se habilite para
crear un Museo. Bueno, parece que en
San Cristóbal de Las Casas, alguien
tuvo una idea similar -en fecha más re-
ciente– y la presidencia municipal de
ese lugar se trasladará al edificio de
una fábrica (fuera del centro) y el edi-
ficio de la presidencia se utilizará para
la creación de un museo histórico.
¿Otro museo?, puede preguntar
alguien. Sí, otro. Hacen falta más mu-
seos para ofrecer a los propios habi-
tantes de este pueblo y a los visitantes.
En la medida que la oferta cultural se
incremente, en esa medida incremen-
taremos el potencial turístico de nues-
tra ciudad (recordemos que cultura es
todo lo que hace el hombre) .
La Casa Museo Doctor Belisario
Domínguez es un punto de gran atrac-
tivo para nuestros visitantes; de igual
manera lo es el Museo Arqueológico.
No ocurre lo mismo con el Museo de
Arte Hermila Domínguez de Castella-
nos, porque no presenta una muestra
plástica de artistas de la región (la ma-
yor parte de las piezas es arte de la es-
cuela oaxaqueña, por lo que, quienes
ya visitaron Oaxaca pues se sienten
decepcionados). En varias ocasiones se
ha propuesto que parte del acervo
plástico que conserva CONECULTA
se pudiera dar en comodato al Museo
de Comitán para acondicionar una sa-
la con una muestra representativa.
¿Otro museo? Sí, sería maravillo-
so que contáramos con un espacio
donde los comitecos encuentren hilos
para reconocer su identidad y fomen-
ten el interés de nuestros visitantes.
Nuestros vecinos de San Cristóbal ya
dieron el primer paso. Siempre lo
hacen, porque ellos tienen una visión
que abarca hasta donde está el hori-
zonte. Los comitecos como que somos
más escasos de vista. ¡Uf!
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
ZAGUÁN ARENILLA
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
ARENILLA Instrucciones para alimentar sueños
1.– Todas las noches llenar un canasto con
aire de orquídea y regar con ese aire la al-
mohada de la cama.
2.– Convocar a todos los ángeles para que
pinten un grafiti en el techo del cuarto.
3.– Recordar que las distancias más extre-
mas no son las físicas sino las morales.
4.– Aventar papalotes en todos los desagües
del pueblo, con la esperanza de que algún
día lleguen al mar y remonten el vuelo.
5.– Cantar mil “aleluyas” a la hora que el
Sol comienza a reclinarse sobre el horizon-
te.
6.– Cuando toda la familia vote por ir a
Acapulco en vacaciones de verano, ponerse
de pie y con mucha firmeza decir: “¡No,
este verano nos toca ir al mar de Comitán
de Domínguez!”, y sentarse para escuchar
la mariposa del silencio antes del estruendo
del búfalo.
7.– Como si la vida no fuera más que una
camioneta modelo cincuenta, ¡darle “cran”
todas las mañanas!
8.– Jugar el clásico juego del “gato” con
todos los perros de la casa y de la caza.
9.– Aumentar el tamaño de la Torre Eiffel
con los deseos de todas las muchachas bo-
nitas de Tonalá y de Arriaga.
10.– Descubrir en cada canción de Luis Mi-
guel un Sol trasnochado.
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PATIO
Fotos
de
la
quincena.
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FOTO DE LA QUINCENA
Pues no es por nada, pero los panes compuestos de “El Foquito”
están más chingones y ¡son comitecos ciento por ciento!
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FOTO DE LA QUINCENA
¿Esto es lo que llaman sincretismo cultural?
Pues nos quedaron debiendo porque el murete de piedra les quedó muy “pishcul”.
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FOTO DE LA QUINCENA
Es un bloqueo de tejas en protesta porque fueron desplazadas por losas de
cemento. Su grito de batalla fue: “¡Piedra, viga y cimiento, piedra, viga y
cimiento, nos la pela el cemento!”
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FOTO DE LA QUINCENA
Comitán se prepara para el futuro. Ha instalado tomas púbicas de servicio
para los autos eléctricos del futuro.
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FOTO DE LA QUINCENA
“La once” tiene el primer lugar en velocidad. Viaja tan rápido que ya perdió la
“ene” de Comitán en la Nariz del Diablo y kilómetros arriba perdió la mitad de
la placa que se deshace como piel de zombi en película de terror.
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Brianda
La DIEZ es nido para
¡el prodigio!
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BALCONES
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BARRIO DE LA PILA
Autores: Olga Alicia Montejo Baeza, Luis
Felipe Gómez Mandujano, Guadalupe García
Gómez y Alejandro Molinari. Tomado del libro “Barrios de Comitán” (1998).
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
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BARRIO DE LA PILA
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
BARRIO DE LA PILA
Aquí comienza la historia...
Cuando se llega al barrio de San Ca-
ralampio (¡ah!, ¡qué bonito nombre!), debe
aguzarse el oído para escuchar el sonido del
agua, que dice de quietud, de armonía... Y
hay que aprovechar, porque, en el mes de
febrero, esa tranquilidad se convierte en
júbilo, cohetería y ruido. ¡La fiesta de La Pi-
la ha llegado!
La calma de los pileños se desborda,
igual que el agua de los chorros. Por las in-
clinadas y torcidas calles del barrio, como
aparecidos, los músicos de tambor y pito se
mezclan con los fieles que llevan sus ramos
de eques al Santo Patrono.
Quince días soportan los pileños su fe-
ria. ¿Soportan? ¡No, qué va! A ellos les fasci-
na ésta; se sienten orgullosos de ella. Sin em-
bargo, no todos los vecinos piensan así. Al-
gunos tuercen la boca cuando ven que el
mes de febrero se acerca. A pesar de esto, la
mayoría gusta de esa tradición.
Se dijo, en algún tiempo, que era “la
feria más importante de la región”. Hoy, al
menos en Comitán, es la más visitada.
Por supuesto que la celebración debe
efectuarse en el lugar tradicional; entonces,
la democracia se impone y la feria sigue sin
probar las instalaciones adecuadas, que,
cuando menos a San Caralampio, “le hacen
lo que el viento a Juárez”. San Caralampio
prefiere los vientos de la “Ciénega”.
¿En dónde quedó la devoción? Ésa pa-
rece que está dentro de las casas de los veci-
nos, en la nostalgia de los comitecos exilia-
dos y en las almas de las infaltables devotas.
¿En la feria? No, ahí ya casi no se encuen-
tra.
Lo que antes era una hermosa y tradi-
cional romería, cuyo punto de reunión era el
árbol llamado “chumish”, ahora se ha vuel-
to una simple manifestación pagana, una
mala copia de vulgar carnaval. Antes, los
diablitos y muertes abrían la romería; hoy,
se pierden entre tanto personaje extrava-
gante: hombres disfrazados de mujeres,
políticos caricaturizados y otras especies ra-
ras.
La feria se ha contagiado de la globali-
zación. Juguetes plásticos fabricados en Asia
compiten con los sencillos baleros y trepate-
micos de factura coleta; las zacatecas se en-
frentan desventajosamente a los locales su-
pergalácticos iluminados con luz de neón; el
chingolingo y la lotería de don Enrique
Constantino no existen más que en la nostal-
gia y en la memoria, pero ellas nos ilumi-
nan...
De pronto, don Enrique Constantino
cantaba el verso: “Un diablo cayó al infier-
no / y otro diablo lo sacó, / y dijeron los de-
monios: / „¿cómo diablos lo sacó?‟... / ¡El
diablito!”. Y el grito se quebraba: “¡Lotería,
lotería!”. Ahora, gana la lotería aquel que
logra entender lo que dicen los merolicos.
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BARRIO DE LA PILA
La feria de antes sólo nos queda en el
recuerdo, en la nostalgia de quienes vivieron
en esos tiempos. Emocionados, nos hablan
de sabores y de olores: “Era temporada de
mamey y las mujeres ofrecían la fruta en ca-
nastos tendidos al piso”. ¡Ah!, nuestra boca
y nuestro corazón se llenan del sabor y del
color del mamey.
Sí, los colores tenían un papel decisivo.
Las blanquísimas blusas, con multicolores
bordados, de las tojolabales, eran como una
ofrenda para San Caralampio. ¿Qué pen-
sará él, ahora que las blusas llevan estampa-
dos con fotografías de Selena y de Luis Mi-
guel?
Hoy, parece que San Caralampio es
un mero pretexto, no el motivo principal.
Una persignada rapidita ante su imagen,
una limosna a la salida y ya se cumplió...
Ahora sí, todo el tiempo para jugar futbolito,
para comprar casetes piratas, para subirse a
los carros chocones, para contaminarse con
la música estridente, para seleccionar aretes
dizque de plata de Taxco, para... ¡uf!, tantas
y tantas cosas que encontramos en cualquier
feria.
¡Lástima!, ¡qué lástima! Los comite-
cos perdimos el hilito de la identidad y nos
hemos ido tras lo que al final ahoga: la cuer-
da de la imitación.
“¿Caralampio?”, preguntaría un ex-
traño. Sí, Caralampio. Claro, no es un nom-
bre común. No, al contrario, es nombre ex-
clusivo, de marca. Ramón, José, Miguel,...
sin ánimo de ofensa, son nombres comunes.
¡Uyyy!, existen miles de Ponchos, de Pepes,
de Pacos,... pero ¿Caralampios, Lampos,
Lampitos? ¡No!, esos son nombres para gen-
te original: Caralampio Flores, príncipe de
los billares comitecos; Caralampio Córdova,
recordado Presidente Municipal; y, ya, de
cariño, muy cercano, el Lampo más famoso
del mundo, que está presente en todas las
farmacias es “Lampo-lleta”.
Por supuesto, “de todo hay en la viña
del Señor”. Hay Caralampios que esconden
su nombre atrás de una disimulada C.
¡Sienten vergüenza de su nombre! Han de
querer llamarse Peter o Johnny. ¡Qué con su
pan se lo coman!
San Caralampio optó por aparecerse
en estas tierras (en una estampita, no vaya a
pensarse que con ayate y toda la cosa); y,
desde entonces, sus fieles, que se cuentan
por miles, juran y perjuran que es rete mila-
groso.
“La fe hace milagros”, dice el pueblo;
y cuando algunos narran los prodigios de
San Caralampio se les nublan los ojos, se les
hace nudo la garganta. Hay quien, con sin-
cera emoción, cuenta que, de niño, el fulani-
yo, ya casi muerto, fue puesto entre las ma-
nitas de la imagen de San Caralampio y, en
ese instante, el niño abrió los ojos y dijo:
“Agua, quiero agua, mamita”. “¡Milagro de
San Caralampio!”, asevera la gente, y la fa-
ma de éste se amplía.
Cuentan que un soldado cubano de
apellido Otero trajo a Comitán, por vez pri-
mera, una estampa de San Caralampio, y -
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BARRIO DE LA PILA
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BARRIO DE LA PILA
que en el rancho del señor Raymundo Solís (donde se veneraba al Santo), la peste de vi-
ruela no causó los estragos que hizo en otras partes. Así, se atribuyó a la presencia de
San Caralampio la inmunidad del rancho, y don Raymundo comenzó a divulgar su cul-
to. Era el año 1852.
Desde entonces, San Caralampio tiene una gran reputación, y sus fieles lo colocan
bien cerquita del Señor. Dijéramos que es “palanca”. El creyente que se acerca a él lo-
gra que el Santo interceda “ipso facto” ante Dios para conseguir alguna petición.
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BARRIO DE LA PILA
La imagen de bulto fue hecha por un
escultor comiteco, don Tiburcio Gaytán; asi-
mismo, otro artista local, el orfebre Esteban
García, se encargó de hacer el resplandor
que corona la cabeza de San Caralampio.
Así, éste encontró, en manos y corazones co-
mitecos, la plena justificación de su marti-
rio.
Y si hablamos de justificación, el ba-
rrio no necesita buscar mucho para encon-
trar los elementos que le otorgan un lugar
especial dentro del mapa de los prominentes
barrios de Comitán. ¿No es suficiente que
sea el barrio en donde tiene su casa San Ca-
ralampio? ¿No? ¿Y qué tal si decimos que es
el barrio en donde, según la leyenda y la his-
toria, se originó la ciudad? ¡Ah!, ya cambia
la cosa, ¿verdad? Las palabras origen e ini-
cio dicen mucho; de eso, los pileños están or-
gullosos.
El agua dio origen a la vida. Por lo
tanto, el barrio de La pila es el cántaro de
vida para Comitán. Para conservar la vida,
entonces, los vecinos construyeron una her-
mosa pila en el centro de la plaza, junto a la
ceiba que aún es punto de referencia para
nosotros. ¡Qué lástima que los comitecos se
contagiaron del espíritu de tiempos bélicos!,
porque, en 1945, cuando las bombas atómi-
cas destruían Hiroshima y Nagasaki, acá, en
Comitán, las palas y picos derrumbaban ese
entrañable símbolo arquitectónico.
Los que vivieron esos días cuentan, co-
mo si tal cosa, un día normal de la gente,
junto a La Pila. La perspectiva del tiempo
vuelve un prodigio ese simple acto: más de -
doscientos burreros, con sus “patashes” de
burros, llegaban a llenar sus barrilitos; el
sonido de los chorros de agua se mezclaba
con el cantadito clásico del lenguaje comite-
co. La pila era una cantarina fuente plena de
vida. Luego, los burritos, llevando sobre su
lomo cuatro barriles, comenzaban a subir
las callejuelas; entonces, los cascos de los
burritos descubrían novedosos sonidos al
empedrado, y el agua se movía cadenciosa-
mente dentro de los barriles de madera. Ca-
da vecino del centro abría el zaguán de su
casa y compraba el agua, misma que esca-
seaba mucho en casi todo Comitán, menos
en La pila.
Antes de que los clubes deportivos y
las casas de los ricos de la ciudad tuvieran
lujosas albercas, en el barrio de La pila exis-
tieron tanques, alimentados por “taojías”,
en donde los niños de aquel tiempo se zam-
bullían en frías aguas. Por fortuna, no fue-
ron albercas techadas, como la Alberca olím-
pica de la ciudad de México. Gracias a eso,
los niños de entonces no sólo bebieron bu-
ches de esas aguas; sino, también, el azul in-
tenso del cielo comiteco y el verde regado
por los sabinos. ¡Todo esto por sólo cincuen-
ta centavos! ¡Qué tiempos, señor Caralam-
pio! ¡Por cincuenta centavos bien se podía
ser dueño del mundo!
Pero parece ser que no todo mundo
era bien recibido en el barrio. Los pileños,
generosamente, compartían con los demás
barrios el agua que brotaba en el manantial
del patio de su casa; permitían que los niños
llegaran a nadar en sus tanques; prestaban
a San Caralampio para que los demás, in-
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BARRIO DE LA PILA
cluso extranjeros, le rindieran culto... Pero
¿dejar que se llevaran a sus mujeres? ¡Eso
no! Y los hombres del barrio de San Sebas-
tián parecían empecinados en enamorar a
mujeres del barrio de La pila. “¡¿Qué?! ¿No
tienen mujeres en su barrio, „distinguidos‟
batanecos?”, se preguntaban los pileños. Y,
para demostrar que el barrio de La pila te-
nía bien cimentada su fama de orgulloso y
valentón, a los batanecos que se atrevieron a
internarse al barrio de San Caralampio para
enamorar a las bellas pileñas les tocó ser re-
cibidos con piedras y palos y, de mojol, ser
obsequiados con un vergonzante baño, que
era sentencia de que “para la otra...”
Y es que el barrio de La pila no se dis-
tinguió por ser muy aristocrático o tranqui-
lo; al contrario, era, lo que se dice, un barrio
“bravo”. ¡Y cómo no!, si aún, ahora, cuando
preguntamos cuál era la actividad comercial
preponderante del barrio de San Caralam-
pio, todos, sin excepción, responden que las
cantinas. Algunos otros recuerdan que, dos
calles atrás del templo, las muchachas de
Tía Maty esperaban a sus clientes, sentadas
en plena banqueta, leyendo revistas de
Lágrimas y risas, como una bárbara síntesis
de lo que ahí ocurría.
No es una exageración decir que los
del barrio de La pila estaban permanente-
mente en el “agua”: algunos, por las co-
rrientes de agua que se hacían en las baja-
das; otros, por los efectos del trago. “Si no
caían, resbalaban”.
Un día, un pintor que comía en la fon-
da de don Caralampio Guillén se trepó en -
una escalera y pintó, en la fachada de una
casa, un letrero: “Calle del resbalón”. A los
inocentes que preguntaban el porqué del
nombre les bastaba bajar por esa empedra-
da callecita para comprobar, “in situ” (y en
sentadera propia), lo acertado del bautizo.
Y si damos crédito a que San Cara-
lampio es abogado contra las pestes, ya les
hizo el milagro a los pileños de buen co-
razón, pues la peste de las cantinas cesó.
Ahora, el barrio ya no tiene esa fama y pa-
rece que la influencia de San Caralampio
logró repartir las cantinas a todo Comitán.
Actualmente, La pila es un barrio
tranquilo, en donde el caminante puede re-
encontrarse con imágenes del Comitán anti-
guo. Los chorros de agua siguen repartiendo
su estimulante sonido; desde lo alto de las
gradas del templo, el creyente y el profano
logran apreciar los techos de teja que, a la
distancia, siguen regalando su rostro de tie-
rra.
Las callecitas retorcidas del barrio in-
vitan a caminarlas. A cada instante, el asom-
bro se instala en el corazón del caminante.
Basta detenerse en una esquina para col-
marse del verde de la “Ciénega”, para des-
cubrir un balcón de madera o para arrobar-
se con un tendejón que aún conserve su piso
de ladrillo y su cansada estantería de made-
ra.
Los límites del barrio no están defini-
dos; así, basta dar un paso para cruzar a
otra frontera. Mientras el pie derecho está
en el barrio de La pila, el izquierdo ya está
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BARRIO DE LA PILA
en territorio de Las siete esquinas o en La pilita seca. Por eso, Comitán es El
valle del asombro, La ciudad del prodigio.
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CORREDORES
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DOCUMENTO DE PAZ Y NOSTALGIA
Don Jorge Bermúdez Bermúdez, comiteco de pura cepa, del mero
barrio de La Pila, nos pasó copia de este documento.
Dicho documento es el programa de la Feria de la Paz, realizada en
la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, en el año 1921.
A los mayores les traerá un suspiro de nostalgia y a los jóvenes
lectores les procurará conocimiento de la seriedad y
elegancia con que se realizaban los festejos de principios del siglo
pasado.
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DOCUMENTO DE PAZ Y NOSTALGIA
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DOCUMENTO DE PAZ Y NOSTALGIA
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DOCUMENTO DE PAZ Y NOSTALGIA
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Nota: A pesar de que falta la programación de los últimos días, es un documento valioso para
documentar la historia o la nostalgia.
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EL SITIO
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SÉPTIMO ANIVERSARIO
DE LA RADIO
“BRISAS DE MONTEBELLO”
La radio “Brisas de Montebello”, de la Trinitaria, dependiente del Sistema
Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía celebró el 13 de agosto
de 2010 su séptimo aniversario.
Presentamos, para la nostalgia, algunas fotografías de la celebración del
año pasado.
La profusión del papel de china nos habla de un festejo lleno de luz y de
color; asimismo, la juncia y la alegría de la gente nos habla de un aroma de
vida que se extiende a toda la región.
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Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
La luz del día aún no llega,
pero el arreglo ya lleva avance
para que a la hora que el Sol
aparezca encuentre el papel
de china volando.
¡Más para acá! No, no tanto,
ahora un poco a la derecha,
menos, menos. Tantito a la
izquierda...
A ver ¡digan güisqui!
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Una, dos, tres, probando,
probando...
Porque la tradición es lo
que nos da identidad.
Pues ahí lo ves, compadre, si
nos echamos un “palomazo”
con la
marimba del Ayuntamiento.
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ACTUALIDADES
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ACTUALIDADES
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ACTUALIDADES
El notario Luis Armando Armendáriz Ruiz se unió al festejo para Oscar Bonifaz y
envió trescientas invitaciones con un mensaje personal para el escritor.
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Crónicas de Adobe ya puede escucharse a través del internet
www.imer.com.mx - todos los martes, de 3 a 4 de la tarde.
ACTUALIDADES
La Casa de la Cultura de La Trinitaria
tuvo gran éxito en el Curso de Verano
que preparó.
En la fotografía tenemos a una niña
atenta en el trabajo de cestería.
Este tipo de actividades
motiva la imaginación de los niños y los
hace conscientes de sus raíces de
identidad.
El Director de la Casa de la Cultura es
el Maestro Guillermo Vera, quien es,
desde siempre, un entusiasta promotor
de las mejores tradiciones de su pueblo.
Programa Radiofónico
Crónicas de adobe.
Radio IMER - 540 am
En el programa del martes 10
de agosto participó el cronista
municipal: Arq. José Gustavo
Trujillo Tovar.
Trató los temas: “Coloquio de
Comitecos”, “Actividades del
Bicentenario” y leyó un
excelente texto acerca del
papalote, mismo que
publicaremos en el próximo
número de DIEZ.
Comitán, un pueblo de 9 estrellas y gente de 10.
ACTUALIDADES La poeta Dolores Castro estuvo en
Comitán para conmemorar el
trigésimo sexto aniversario del
fallecimiento de Rosario
Castellanos, su entrañable amiga.
Ofreció una charla en el Auditorio
del Centro Cultural Rosario
Castellanos., el día 7 de agosto de
2010.
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TAPANCO
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CONSAGRACIÓN DE EL TATIC
Solemne Consagración del Obispo de Chiapas, Excmo. Y Rvdmo.
Dr. Don Samuel Ruiz García, en la iglesia Catedral de San
Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Enero 25 - 1960.
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MOJOL El certificado
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Porque cumple 85
Del 6 al 10 de septiembre de 2010.
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Brianda
Nos vemos
en el puente
número
36
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