revista conmemorativa 50 aniversario corc
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Mensaje del
Director
General
Un carisma
Compartido
Basílica de
Guadalupe
Aniversario
de oro CORC
Santuario de
la Quinta
aparición
Conociendo
nuestras
raíces
Asamblea
Seglares
Un camino
de Santidad
Experiencias
de la
celebración
Mensaje
Director
Espiritual
Un nuevo
impulso
Por Cristo con Él y en Él...
Directorio
Director Espiritual: Pbro.
José Sánchez Ramírez
C.O.R.C.
Querétaro, Qro.
Teléfono:
(442) 213 48 69
Correo electrónico:
seglarescorc@hotmail.com
Equipo Revista
Silvia Tovar
Miriam Valdez
Ma. Estela Ruiz
Irma Servín
Eduardo Rojo
Luz María Hernández
Martha López
Diseño imagen portada
P. Antonio Hernández
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
PÁGINA 2
Saludo con afecto y corazón Sacerdotal, a todos los laicos Operarios Seglares con
quienes compartimos la herencia del carisma que nos legara nuestro Fundador el P.
Enrique Amezcua.
Estamos viviendo nuestros 50 años de vida como Operarios del Reino de Cristo y me
complace decirles que el Señor ha estado bueno con nosotros y estamos llenos de
alegría.
Alegría porque el Señor nos ha permitido volver a las fuentes de nuestro carisma y salir
fortalecidos; hemos podido apreciar la grandeza y belleza del corazón sacerdotal de
nuestro P. Fundador, su docilidad a la luz del Espíritu Santo quien le va impulsando para
realizar esta obra que nace en la Iglesia y para la Iglesia.
Alegría porque hemos podido celebrar y agradecer a Dios por nuestra obra, junto a la
Santísima Virgen María de Guadalupe en su Basílica–Templo, en el que nos ha venido
manifestando todo su amor.
Alegría porque hemos renovado nuestros compromisos como Operarios del Reino de
Cristo en el mismo lugar, en el que la Virgen nos revelara su nombre como Rio de Luz
hecho Amor, y manifestara su solicitud por el tío de San Juan Diego en el lecho del
dolor y de la enfermedad.
No podemos dejar de agradecer a Dios el tenerles junto a nosotros como Operarios
Seglares, el escuchar con cuánto orgullo lo dicen desde lo más profundo de su
corazón, “Soy Operario del Reino de Cristo” y es que nuestro carisma es un don para la
Iglesia y para ser santo. No se puede concebir a un sacerdote Operario del Reino de
Cristo sin los laicos o solo para los laicos, sino que con ustedes los laicos asumimos la
tarea y la misión de trabajar por el Reino, gracias al Espíritu Santo que nos da sus dones
tanto para los laicos como para los sacerdotes, Espíritu desde el cual entramos en una
relación mutua cada vez más estrecha bajo un nuevo impulso, que conduce a que los
carismas, servicios y ministerios sean compartidos.
Ustedes como Operarios Seglares, han recibido un don del Espíritu para ponerlo al
servicio, nuestra riqueza es el patrimonio espiritual heredado a partir del carisma
trasmitido a todos nosotros por nuestro P. Fundador, y todos compartimos esta riqueza
para el servicio de la Iglesia, pues entendemos que los carismas proceden del Espíritu
Santo que los da como quiere , cuando quiere y a los que quiere; no somos dueños del
carisma, compartimos lo que es de todos, desde la diferencia, reciprocidad y
complementariedad de las diversas formas de existencia cristiana.
Ustedes como Operarios Seglares son valorados, más que por sus carreras y
profesiones, como personas de Iglesia con quienes compartimos el carisma y la misión,
asumimos tareas y ministerios comunes, no nos reservamos el derecho de propiedad
solo para los sacerdotes, les miramos con actitud de respeto, de corresponsabilidad y
participación mutua en el desarrollo de nuestra misión.
Todos somos Operarios, compartimos un gran carisma, estamos llenos de riqueza
espiritual y de proyección misionera en favor del Reino, rezamos y pedimos juntos,
“Padre nuestro venga a nosotros tu Reino. Por Cristo, con Él y en Él.”
Gracias por ser con nosotros Operarios del Reino de Cristo.
Un carisma compartido Pbro. Lic. J. Antonio Gómez Elisea.
Director General CORC
Revista Conmemorativa
1 Mensaje del Director General:
Un carisma compartido
2 Basílica de Guadalupe
5 Aniversario de oro CORC
7 Santuario de la Quinta aparición
9 Conociendo nuestras raíces
10 Asamblea Seglares
12 Experiencias celebración
13 Mensaje Director Espiritual: Un
nuevo empuje.
14 Agenda
Ustedes como
Operarios Seglares, han
recibido un don del
Espíritu para ponerlo al
servicio...
VOLUMEN 1 NÚMERO 2
Fecha del boletín
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Basílica de Guadalupe Por: Eduardo Rojo
Tras muchos preparativos y un año de jubileo, el día del Cincuentenario Fundacional de la Confraternidad de los Operarios
del Reino de Cristo, en la Basílica de Guadalupe finalmente llegó; al entrar el Incienso, la Cruz alta donde Cristo nos da el
ejemplo de su sacrificio por nosotros, su luz que ilumina el camino a seguir con los Ciriales y tras ellos una procesión que
parecía interminable, los Seminaristas que se están formando para alcanzar la meta que cincuenta años atrás se fijó como
meta el padre Fundador, Pbro. Enrique Amezcua Medina: “ayudar a otros para que alcen el Cáliz de la Salvación”; tras ellos
el Verbo hecho palabra en el Evangeliario; inmediatamente después, en representación de los que ya alcanzaron esa
meta, los más recientes, Diáconos más de cien Presbíteros, desde recién ordenados hasta con más de veinticinco años de
ordenados, representando el trabajo en cinco países; con las curias regionales de México y España; la Curia General, ¡sí! seis
Obispos y dos Arzobispos, que han estado muy de cerca y ligados a ésta obra fundada precisamente ante la Santísima
Virgen de Guadalupe:
1. S. E. Mons. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba, España (un Obispo muy cercano llegado desde
España);
2. S. E. Mons. Oscar Roberto Domínguez Coutelenc, Obispo de Ecatepec, Edo. de México (el Obispo de la diócesis
donde pertenece la parroquia y el Santuario de la V Aparición);
3. S. E. Mons. José Luis Castro Medellín, Obispo de Tacámbaro, Michoacán, México (el Obispo de donde iniciara sus
primeras encomiendas el Padre Fundador desde 1944 y de donde fuera Obispo Don José Abraham Martínez,
cofundador y protector de ésta obra ante la Santa Sede);
4. S. E. Mons. Leopoldo González González, Obispo de Tapachula, Chiapas, México (el Obispo de donde se
encomienda la primera parroquia de misión a esta Obra Sacerdotal);
5. S. E. Mons. Eduardo Carmona Ortega, Obispo de Parral, Chihuahua, México (quien siendo Director por la Región de
México de la Confraternidad fuera llamado por la Santa Sede a dirigir la entonces nueva Diócesis de Puerto
Escondido, Oaxaca, México y ahora de Parral Chihuahua, México);
6. S. E. Mons. Kevin W. Vann, Obispo de Orange, California, E. U. (un Obispo cercano a las nuevas parroquias
encargadas a la Confraternidad en Estados Unidos);
7. S. E. Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, Michoacán, México (el Obispo que en 1985 tomara posesión
de la Diócesis de Tacámbaro y desde ese momento también protector de la Confraternidad;
8. y presidiendo el Arzobispo de Monterrey, Nuevo León, México, S. E. Mons. Rogelio Cabrera López (quien en 1996
fuera también Obispo de la misma Diócesis y también protector de la Confraternidad incluso aún cambiando de Diócesis
hasta la aprobación como Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio).
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Así que podría decirse que todos, acompañados por el
Carisma heredado, representando al Pbro. Enrique Amezcua
Medina para decirle a nuestra Madre Santísima, “esto es una
pequeña muestra de lo prometido ante Ti, en este mismo
lugar hace cincuenta años”.
Gran alegría presenciar tal procesión, uno a uno llenando el
Presbiterio, y hasta hubo necesidad que ocuparan lugares
extras bajo el Presbiterio; aunado a ello, Basílica llena;
Conocidos, Amigos, Bienhechores y Seglares llegados de
muchas partes; Querétaro, Colombia, de los alrededores,…, y
todos para compartir la alegría de este Cincuentenario
Fundacional ante la aparición de nuestra Madre Santísima de
Guadalupe.
Todos expectantes y guardando silencio cuando inicia la purificación en el Altar Mayor de la Basílica erigida a nuestra Madre
Santísima de Guadalupe y ya tras la lectura solemne del Santo Evangelio por uno de los Padres Diáconos y llevarle el
Evangeliario a quien como Obispo sucesor de Tacámbaro, estuviera a cargo por muchos años de la Confraternidad ante la
Santa Sede, para que le diera el beso a la Palabra del Señor que se acababa de proclamar; Don Rogelio, tras cerrarlo lo
muestra y lo levanta para impartir la bendición a todos con el evangeliario y brindarle el respeto con nuestra inclinación de
cabeza, algo pocas veces presenciado y menos en esas condiciones y lugar, ¡Qué honor!, en la homilía no podía faltar el
repaso histórico y hasta anecdótico, pero sobre todo recalcándonos el uso y práctica constante de la fidelidad y el perdón.
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Siguiendo con la preparación de las ofrendas por los más recientes Diáconos y dar paso al Arzobispo Don Rogelio Cabrera
López para iniciar la Liturgia Eucarística junto con seis Obispos presentes y otro Arzobispo, todos alrededor del altar; sí, ocho
personajes de ese nivel ante ese altar para Consagrar, concelebrando con más de cien sacerdotes, pareciera que solo faltara
el Santo Padre; ocho personajes de esa calidad listos para la Liturgia Eucarística, imponiendo sus manos para consagrar toda la
ofrenda.
Todo pareciese flotar en las nubes junto con el incienso, representando las intenciones más puras y sinceras de nuestras
oraciones unidas entre familias, entre Fraternidades en un mismo caminar, algo inspirador y fortalecedor, para responder a la
pregunta que se hiciera en 1943 el P. Enrique “¿cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?” y cumplir el sueño de
la respuesta que encontró en el mismo Salmo 115, seguir apoyando a que se sigan formando y realizando como Sacerdotes,
ayudar para que la Palabra Viva llegue en donde más falta haga, a través de toda Vocación.
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Llegamos después de dos horas de camino a la INSIGNE y NACIONAL BASILICA
DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, en la Ciudad de México D.F. Para la
Magna Celebración del Aniversario de Oro de la Confraternidad de los
Operarios del Reino de Cristo
El P. Oscar dio comienzo a la Celebración haciendo una reseña de los inicios de
la Confraternidad y el apoyo de los Sres. Obispos que colaboraron con el Padre
Enrique Amezcua. Dando a conocer los frutos de la Confraternidad: S.E. Mons.
Eduardo Carmona Obispo de Parral, Chihuahua, más de 180 Sacerdotes, un
millar de Seminaristas que han pasado por los diferentes seminarios.
de Operarios del Reino de Cristo, hermanos Sacerdotes, hermanos Obispos: "Venimos a contarle a la Virgen lo que ha
significado para nosotros, como para la Iglesia. Ha sido un camino con la Cruz a cuestas, con alegrías y tristezas. Aquí delante
de la Virgen le hablaremos de los éxitos y de los fracasos a lo largo de estos cincuenta años. Dios ha invitado a muchos a
unirse a este proyecto Diocesano y Misionero. Habló de Tacámbaro, ahí en esa Iglesia Diocesana Dios hizo el llamado, a
través del P. Enrique Amezcua Medina. Dios les regaló el Carisma……Rueguen al dueño de la mies que envíe operarios a sus
campos. Ser solícitos a las necesidades de la Iglesia, ser verdaderos promotores de las vocaciones".
El Carisma y la vocación se viven en la Confraternidad, teniendo los sentimientos de Cristo. Así se construye la Iglesia, así se
construye la confraternidad, vivir en humildad y respeto a los demás. Nos recordó las palabras del P. Enrique: Sean Sacerdotes
y Seminaristas, conforme al corazón de Cristo. La devoción que se tiene al Sagrado Corazón de Jesús y a Santa María de
Guadalupe. Nos recordó no olvidar la cuna que es Tacámbaro, ya que ahí se gestó la Confraternidad Sacerdotal de los
Operarios del Reino de Cristo y que ahora están trabajando en diferentes partes del mundo.
Posteriormente los Sacerdotes hicieron la renovación de su Consagración.
CORC Aniversario de Oro Por: Luz Ma. Hernández de Nieto.
Siendo S.E. Monseñor Rogelio Cabrera López Arzobispo de Monterrey quien preside
la Celebración. Inicio la procesión de entrada con una solemnidad impresionante,
ver a tantos y tan queridos Sacerdotes, Diáconos, Seminaristas, religiosas y laicos.
Dio Inicio la Eucaristía, participando en las Lecturas y Salmos: una Religiosa, un
Seminarista y un Laico; y en el Evangelio un Diácono.
El mensaje de S.E. Monseñor Rogelio Cabrera López, dirigiéndose a todos los
hermanos y hermanas que de algún modo han estado cerca de la Confraternidad
del Reino de Cristo, hermanos Sacerdotes, hermanos Obispos, refiriéndose a
que en la Basílica de Santa María de Guadalupe nació la Confraternidad
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El P. Antonio Gómez Elísea, Director General de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo agradeció a los Señores
Obispos a cada uno de manera particular, su presencia y su cariño a la Confraternidad. Mencionó a sus hermanos
Sacerdotes Directores Regionales de España, el P. Antonio Abós y de México el P. J. Trinidad Hernández, a quienes agradece
el trabajo codo a codo y siempre fieles al carisma, a la Iglesia y obedientes a los Obispos, a sus antecesores, el P. Gildardo
Álvarez, P. José Reyes, y el P. Esteban Alcocer agradeciendo su empeño, trabajo, amor y fidelidad. A todos los Sacerdotes,
laicos y congregaciones religiosas que han acompañado con Oración a la Confraternidad.
"Mi gratitud a todos los Sacerdotes Operarios del Reino de Cristo por todo lo que hacen por la Iglesia y con la Iglesia por la
extensión del Reino de Cristo".
Agradeció al P. Enrique Amezcua, el dejarse guiar por el Espíritu Santo, para fundar la Confraternidad de los Operarios del
Reino de Cristo, para que en muchos lugares se levantara el Cáliz de la Salvación. Que fuera una gran familia y sean
fecundos en su ministerio.
"Encomendarnos a Santa María de Guadalupe para que nos ayude a ser siempre testigos de la esperanza de nuestro Padre
fundador: ser Sacerdotes conforme al corazón de Cristo”
Que siga sonando el eco fuerte que impulsó al P. Enrique para que se extienda, se extienda, se extienda el Reino de Cristo por
todos los confines de la tierra, para gloria suya.
La Celebración terminó con la Bendición Solemne y una alabanza a la Santísima Virgen de Guadalupe.
Salimos renovados en el Espíritu, con una gran alegría en el corazón por ser parte de la Confraternidad de los Operarios del
Reino de Cristo.
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
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Santuario de la Quinta Aparición Por: Silvia Tovar de Ruiz
Al pie de la escalera donde yacen los restos del Padre Enrique Amezcua,
estaban colocadas unas fotografías de los Sacerdotes difuntos y arreglos
florales cabe mencionarlos, Padre Eduardo García, Padre Lino, Padre
Rafa Ochoa, Padre José Luz Hernández, Padre Enrique Amezcua. El
motivo por el que el P. Enrique quiso estar ahí fue ser un escalón para
llegar a la Virgen de Guadalupe Salud de los Enfermos, ya que para Él era
muy importante la devoción de la Virgen Morena. Antes de iniciar la Misa
el Padre Everardo, Sacerdote colaborador del Padre E. Amezcua durante
muchos años, hizo un Requiem para estos Sacerdotes en un acto de
recordar y hacerlos presentes en este día conmemorativo y de fiesta,
seguramente en el Cielo ellos estuvieron presentes.
Llegamos al Gran Día, un 12 se Septiembre de 2013. La mañana era fresca y cálida a la vez, los padres nos habían
reservado algunas casas en Tulpetlac para que pasáramos la noche y estuviéramos ese día en la Celebración. Las familias
en donde nos hospedaron conocían muy bien al Padre Enrique Amezcua y nos compartieron muchas anécdotas de su
vida, esas que solo se hacen por tradición oral, y que dejan un buen sabor de boca durante el desayuno.
Cerca de las 9 de la mañana comenzaron las Laudes
Solemnes y posteriormente se fueron a desayunar los
sacerdotes. Posteriormente a las 10 de la mañana daba inicio
la Misa de Sanación de Enfermos con el Padre Esteban y el
Padre Rodrigo, donde todas las personas en Tulpetlac tienen
esta Celebración los días 12 de cada mes, algunas de las
personas tuvimos la oportunidad de asistir y recibir el
Sacramento de Unción de los enfermos.
El marco de entrada al Santuario estaba cronológicamente
representado por imágenes que nos narraban claramente la
historia del Padre Enrique Amezcua y la fundación de la
Confraternidad, iniciando con una foto de su familia, su
encuentro con Fray Pedro de la Inmaculada en Jerusalén
entre otras muchas más, que daban al lugar una
ambientación adecuada para iniciar el día.
Antes de iniciar fue colocada la Corona
Pontificia original a la Imagen de la Quinta
Aparición, pues está reservada para
ocasiones especiales, también en el altar
se colocó la rosa con el pergamino
donada por el Papa Pablo VI, y la
Ceremonia comenzó justamente a las 12
del día con el “Angellus”, los Sacerdotes
entraron en procesión y completaron el
marco perfecto para cubrir el altar y sus
alrededores
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Me falta mencionar que esta Celebración
estuvo coordinada por el Padre Oscar y el Coro
del Santuario estuvo entonando las canciones
precisas empezando con Pueblo de Reyes y
concluyendo con la alabanza "Acógenos"
dedicado a la Virgen propio de la
Confraternidad que entonan todos los
Sacerdotes.
Para concluir la Eucaristía los Sacerdotes
hacen una renovación de sus Promesas
Sacerdotales, los Seglares hacen una Consagración a la Virgen de Guadalupe, y se presenta un grupo de Jovencitas
encabezadas con el Padre Everardo como la Rama Femenina que ha empezado a formarse y quienes rezan las
Jaculatorias al Sagrado Corazón y a la Virgen de Guadalupe, así de esta manera concluye la Ceremonia Eucarística,
reuniendo todas las Fraternidades que el Padre Enrique Amezcua propone para hacer una Confraternidad que trabaje
para la Extensión del Reino de Cristo. Asimismo, los padres J. Trinidad Hernández y Antonio Gómez (Director Regional para
México y Director General de la Confraternidad respectivamente) nos dan su mensaje y agradecen la presencia de todos
Para finalizar pasamos a la Casa Regional, en donde convivimos con todos los Sacerdotes y degustamos una deliciosa
comida, con la alegría de terminar este gran día que para muchos sacerdotes y demás personas ha sido una bendición el
pertenecer a ella. Muchas felicidades por estos 50 años, gracias a Dios que ha permitido siga creciendo y la Santísima Virgen
María que nos acoge en su regazo; actualmente hay más de 130 sacerdotes, ingresaron muchos seminaristas en este año
como fruto de este jubileo, se está consolidado el movimiento seglar y tiene un inicio muy prometedor la Rama Femenina, es
tarea hacer oración y fortalecer los lazos como familia, enhorabuena familia CORC.
Antes de dar la bendición el Obispo
Don Eduardo Carmona, nos
presenta el libro de anécdotas que
el Chofer del Padre Enrique
Amezcua “El Chofis”, le han
publicado por iniciativa de Lupita
Lecona, donde narra lo cotidiano
que vivió durante el tiempo que
compartió con Él en sus numerosos
viajes y traslados y nos invita a
leerlo.
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
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Al atardecer del dia 11 de Septiembre, después de haber disfrutado de el primer
día de celebración del 50 Aniversario CORC, se visitó la Parroquia de Cristo Rey
donde nació esta obra de manos del P. Enrique Amezcua. Contabamos con guías
de primer nivel: sacerdotes que conocieron al P. Enrique siendo seminaristas y
personas de la comunidad que lo conocieron en su juventud.
Al llegar a la Parroquia nos explicaron que hasta antes de la llegada del P.
Enrique, su comunidad estaba olvidada que esporádicamente la visitaba algún
sacerdote, y su templo casi estaba en ruinas. El P. Enrique pidió al Obispo que le
asignara esa Parroquia, su mayor motivación era que ahí se encontraba el
Santuario de la Quinta Aparición de la Virgen de Guadalupe. Desde la llegada
del P. Enrique la Parroquia se fue transformando, gracias a su carisma y devoción.
Al entrar al templo nos dirigimos a la capilla del Santísimo, el P. Pepe
nos platicó que ahí los seminarista tenían sus momentos de oración, y
que al P. Enrique le gustaba siempre sentarse en la entrada, pues de
ahí tenía el panorama completo de todos los jóvenes y que esta
acción era tomada como una muestra de su sencillez. Los sacerdotes
que en aquella época eran seminaristas comentan que al finalizar
siempre los despedía de mano y su apretón les indicaba si tenían que
corregir algo.
En el altar está una imagen de la Virgen María y de San José, del cual
el P. Enrique era un fiel devoto, la anécdota cuenta que siempre traía
en su bolsillo una imagen de San José, y en las situaciones difíciles a
las que se enfrentaba se metía la mano a su bolsillo y le pedía su
intercesión.
Conociendo nuestras raíces Por: Ma. Estela Ruiz Rivera
El altar mayor refleja el carisma en el que está basada la
Confraternidad Operarios del reino de Cristo: En el centro el Sagrado
de Corazón de Jesús coronado como nuestro rey, y centro de nuestra
vida; La Virgen de Guadalupe que nos recuerda que tenemos una
mamá en el cielo que siempre está cuidando de nosotros; alrededor
retablos de la pasión de Cristo que nos trae al presente lo que padeció
Jesús por nuestra salvación, y el glorioso momento de su resurrección.
En la mesa del altar el escudo de la Confraternidad. Una imagen de el
beato José Sánchez del Rio que fue la inspiración del P. Enrique.
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Pasamos a lo que era el cuarto del P. Enrique, y que hoy es la sacristía, un cuarto muy pequeño y sencillo en el que se guardan
algunas cosas que le pertenecieron; nos platican de la sencillez con la que vivía.
Dentro de la Parroquia hay un espacio en donde descansan los restos del P. Eduardo García, sacerdote operario que dejó una
huella dentro de la confraternidad, ahí el P. Guillermo Andrés dirigió una oración para él.
Pasamos al patio de la parroquia en donde comienzan diversas anécdotas del P. Enrique, una de ellas era que en su cumpleaños
le llevaban muchas serenatas y por ese patio desfilaban todas las estudiantinas, este festejo el Padre lo disfrutaba mucho.
Aunado a esto nos contaron la historia del día que coronaron a la Virgen en la plaza, esta coronación requirió de grandes
preparativos, el P. Enrique quería que la corona fuera digna de la Virgen lo cual no fue tan complicado pues pronto recibió
ayuda de mucha gente algunas le dieron joyas, el artista que la elaboró hizo una gran obra de arte, una corona llena de tantos
signos: se puede apreciar retablos de las 5 apariciones, escudo de la confraternidad, el cordero inmolado, el rosario, los tules entre
otros.
Así llegó el día de la coronación, el narrador evocaba con gran emoción ese día de hace más de 20 años como si acabara de
suceder: "fue en la plaza al mediodía, hicimos un enlonado por el que no se filtraba ninguna luz, sin embargo en el momento de
la coronación un rayo de luz lo atravesó", esto era algo que para los mismos presentes era increíble y que a la vez era una muestra
del amor así expresado de la Virgen de Guadalupe Salud de los enfermos.
El P. Esteban encargado de la Parroquia con mucho gusto y orgullo nos mostró los grandes tesoros que ellos resguardan: Un niño
Dios, una custodia y la corona original de la Virgen de Guadalupe Salud de los enfermos, el P. José nos explicó la historia de cada
una de estas piezas, la cual todos escuchamos muy atentos.
Esta visita fue inspiradora, sacerdotes y laicos que conocieron y convivieron con el P. Enrique, nos contaron su historia, lo
cual fue muy enriquecedor pues cada anécdota hablaba de la calidad de persona que era, de su sencillez y disciplina, de
su calidez y el carisma que tenía con las personas que lo rodeaban.
La emoción y el amor con que las personas nos contaban sus anécdotas hizo despertar el Amor y las ganas de conocer más
acerca de las raíces de los Operarios del Reino de Cristo, y sobre todo el impulsarnos a seguir trabajando por la extensión
del Reino.
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
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UN CAMINO DE SANTIDAD
La celebración de la III Asamblea de Seglares Operarios del Reino de Cristo los días 13,14 y 15 de septiembre de
2013,(realidad pensada desde el año de 2011), ha sido enmarcada en dos grandes acontecimientos: el primero y más
importante es la celebración del cincuenta Aniversario de la Fundación de nuestra Confraternidad; un tiempo de Gracia, tal
como lo proclama la Escritura, en la que reunidos sacerdotes y seglares de las dos regiones, 26 de México y 10 de Colombia
agradecemos con gozo el gran Don que Dios pone en nuestras manos “El carisma de Operarios del Reino de Cristo como un
camino de Santidad “; y el otro, la elaboración de un proyecto de formación común para la fraternidad Seglar, los primeros
pasos de los estatutos que contribuyan en la integración de muchos seglares como tú en cada parroquia
Asamblea Seglares Por: Miriam Valdez de Rojo
Estamos de jubileo. El pasado lo hemos confiado a la misericordia Divina,
nuestro futuro a la Gran providencia y nuestro presente al Amor de Dios,
manifestado de manera particular en el Corazón Sagrado de Jesucristo.
Lo hacemos viendo la Providencia de Dios en nuestra historia como
Confraternidad, esta Obra querida por Dios, nació en un momento
providencial de la Iglesia. Dios suscitó en un hombre, que fiado en su
Providencia y locamente enamorado de la Iglesia comenzó la aventura de
formar sacerdotes según el Corazón de Cristo, para darlos al mundo entero.
Un hombre que con su vida testimonió sus palabras, y se mantuvo firme
desde el día que por primera vez levantaba el Cáliz de la Salvación, y juró a
Dios, desde lo recóndito de su corazón hacer todo lo posible para que otros
siguieran levantando ese Cáliz. Sin duda, al sentir esa presencia en la
Eucaristía llenó su alma de gozo, de pasión por el Reino, que lo llevó a pensar
y hacer realidad; que ese gozo debían vivirlo muchos más, tantos cuanto
fuera posible. Un hombre sencillo, de corazón grande, cuya figura se
agiganta más y más: nuestro querido Padre Enrique Amezcua Medina
(Documento conclusivo Asamblea Jubilar Sacerdotal 2013).
El Señor Jesús nos invita a conquistar un horizonte muchísimo más grande y
pleno: La Santidad. Ésa es la grandeza de nuestra vocación: "Porque ésta es
la voluntad de nuestro Dios: nuestra santificación" (1Tes 4, 3). La santidad del
que nos ha llamado, es a la vez, invitación y exigencia para la propia
santidad, y esta asamblea exige una respuesta personal.
Hora Santa con la que da inicio la Asamblea Seglares en Asamblea
En la espiritualidad que vive en nosotros comienza la santidad. No hablamos de una pesada carga, de una meta utópica,
inalcanzable.
Ser santos es un impulso que late muy interiormente según los latidos de Dios, es el designio, el plan y el deseo de Dios para
con sus creaturas. El llamado a la santidad no es una ley externa, ajena, impuesta, sobre agregada; la semilla de santidad
ha sido sembrada en nosotros mucho tiempo atrás, desde la Creación, y busca crecer en terreno fértil, busca hacerse
grande, abarcarnos, abrazarnos, elevarnos, hacernos más altos.
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Es un regalo puesto en nuestras manos, una espiritualidad propia, un carisma que hay que vivir para ser en cada momento y
en cada circunstancia santo.
Este es el momento de tomar en serio nuestra propia santidad y esforzarnos día a día en hacer que otros más la vivan.
Agradecemos de manera particular al P. Miguel Ángel Herrero Pascual que siendo otro enamorado del carisma nos ha
propuesto: “sean santos para que los sacerdotes sean santos”, al P. Guillermo Andrés Escobar Trujillo que nos ha permitido
conocer desde su juventud y entusiasmo a ese Cristo que debemos compartir, al P. Javier Flores que con su sencillez nos habla
de lo importante de cultivar y vivir una vida espiritual y a nuestro querido P. Pepe, que con su amor, entrega y paciencia nos
ha enseñado a trabajar día a día por extender el Reino de Dios.
Que la Virgen María de Guadalupe en su V Aparición, nos mantenga en su regazo, suscite vocaciones sacerdotales, religiosas
y seglares; nos conduzca a donde su Hijo nos necesite e interceda por cada uno para responderle fielmente al llamado que
Jesús nos Hace: “Sean santos como Yo soy Santo”. Amén.
Cierre de Asamblea Casa "Pater Noster"
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PÁGINA 14
Experiencias de la Celebración
Damos gracias a Dios por ser tan generoso con nosotros, vivir esta Magna Celebración, tan importante para la
Confraternidad Sacerdotal de los Operarios del Reino de Cristo, en el lugar donde hace Cincuenta años fueron
Fundados por el Padre Enrique Amezcua, a los pies de Santa María de Guadalupe.
Tanto para mi esposo como para mí era un acontecimiento que esperábamos con mucha ilusión, pero en ese
momento ver reunidos a tantos y tan queridos Sacerdotes, fue una emoción indescriptible.
Sentirnos parte de esta Confraternidad, es el regalo más grande de Dios y la Santísima Virgen que nos han dado, pero
también la encomienda que tenemos muchos años haciendo es: Orar por los Sacerdotes y por las vocaciones.
Como pagaré al Señor todo el bien que nos ha hecho?........Trabajando por el Reino de Cristo.
Victor y Luzma
Con mucho cariño me dirijo a ustedes sacerdotes de la
Confraternidad Operarios de Reino de Cristo, agradeciéndoles la
invitación que nos hicieron a su magno evento de sus 50 años de
fundación, tenemos ya desde 1988 contacto con ustedes, lo
cual en la familia ha representado un gran apoyo espiritual, en
conjunto con el movimiento de ECIM, el cual fue el enlace con la
confraternidad.
Aún siento en mi corazón una alegría inmensa al haberme permitido Dios ser partícipe
de la celebración del 50 Aniversario de la fundación de la Confraternidad de los
Operarios del Reino de Cristo, el conocer y amar el Carisma de su fundador, el Padre
Enrique Amezcua Medina, que de alguna manera ha contribuido a mi formación,
tanto personal, familiar y cristiana.
En un recorrido que hicimos, junto con el Padre Pepe, a la Parroquia de Cristo Rey,
lugar donde se encuentra la casa donde vivió el Padre Enrique, nos habló de la
forma de vida del Padre, y el haber pisado el lugar donde El habitó y conocer la
sencillez con que transcurrió una etapa muy importante de su vida, aunado a las
ECIM a través de ustedes ha tenido la asistencia de la guía espiritual para nuestro
movimiento, pilares fuertes en momentos difíciles, alegres, proyectos, y tantas cosas que
hemos compartido, el crecimiento que en forma personal , familiar y en comunidad y
de cada uno de los integrantes que hemos pasado por el movimiento de ECIM, se han
hecho amigos, compadres, compañeros de vida.
Trini y Araceli
vivencias que algunos pobladores de Tulpetlac que le conocieron y dan testimonio del gran ser humano que fue, me hace
sentir profundamente agradecida con Dios y con los Sacerdotes de la Confraternidad por darnos esta oportunidad de
formar parte de ella.
Fue un privilegio y una bendición que en la Basílica de Guadalupe y a los pies de la Inmaculada Madre, Santa María de
Guadalupe, Salud de los Enfermos, nos unimos en oración para agradecer por estos 50 años y para pedir por las
vocaciones sacerdotales y por nuestros Sacerdotes Operarios.
Doy gracias a Dios porque este acontecimiento siempre estará presente en mi corazón
Irma Servín
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Experiencia Parroquia de Cristo Rey en Tulpetlac
Por estas líneas deseo manifestar mi experiencia con motivo de las celebraciones por el 50 aniversario de la Confraternidad de
los Operarios del Reino de Cristo (CORC) y en especial sobre mi visita a la Parroquia de Cristo Rey en Tulpetlac, Estado de
México.
Después de la santa misa celebrada en la Basílica de Guadalupe y de la rica comida ofrecida en la Casa Regional "P. Enrique
Amezcua Medina", nuestro asesor el Padre José Sánchez nos llevó a conocer la Parroquia de Cristo Rey y Santa María de
Guadalupe de Tulpetlac. Ahí nos explicó que el Padre Enrique Amezcua fue nombrado como primer párroco de la misma el 8
de enero de 1961, permaneciendo al frente de ella por 21 años, y siendo además Director de la obra sacerdotal de los
Operarios del Reino de Cristo. Señaló también que este lugar de Tulpetlac había sido un pueblo olvidado y tenía su iglesia en
ruinas y que tenía más de 150 años sin sacerdote y de igual manera el humilde Santuario de la Quinta Aparición era casi
desconocido.
Se hizo un recorrido por el interior de la Parroquia y estando en el patio nos mostraron el balcón por el que el Padre Enrique
salía a recibir gustoso las serenatas que la gente del pueblo le llevaba en días especiales, sobre todo en sus cumpleaños. En
ese lugar tuvimos la oportunidad de platicar con algunas personas que tuvieron la dicha de conocer y convivir con el Padre
Enrique y del que se expresaban con entrañable cariño y gratitud por todo lo que había realizado por ellos y la comunidad,
amor que se ha ido heredando a las nuevas generaciones, ya que su recuerdo y sus obras siempre van a permanecer y
seguirán dando frutos.
También tuvimos la suerte de que el P. Esteban nos mostrara la custodia que el Padre Enrique utilizaba en las celebraciones
eucarísticas, así como la preciosa y simbólica Corona de la Coronación Pontificia que en nombre y con la autoridad de S.S.
Juan Pablo II se impuso en las sienes de la Imagen de Santa María de Guadalupe Salud de los Enfermos de Tulpetlac, el
domingo 16 de diciembre de 1979 a las 12:00 horas, resaltando como señal prodigiosa que en el momento de la coronación,
un rayo de luz traspasó el enlonado y se posó sobre las manos de la Santísima Virgen que estaban extendidas hacia Juan
Bernardino, tío de Juan Diego. De igual manera y ante la preciosa Corona, el P. José Reyes nos explicó detalladamente el
significado de cada parte de la misma, tales como:
- Angeles y rosas unidos en Santa María de Guadalupe, río de luz y mar de amor.
- Los tules, que evocan el lugar de la quinta aparición.
- El Rosario, corona de rosas a María.
- El centenario, su significado.
- Remate de la Corona: el signo del Rey del Reino (corazón del escudo CORC)
Al concluir la visita, me sentí gratamente satisfecha por haber estado en esos lugares
donde pasó parte de su vida el Padre Enrique y me dejó además la inquietud de
conocer más detalles de su vida, así como de la Confraternidad.
Martha López Mata
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
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“Fomentar y Apoyar a las vocaciones sacerdotales según el corazón de Cristo!”
Esta es la misión que Dios ha colocado en mi corazón, con los Operarios del Reino de Cristo. Quiero empezar dando mis más
sinceros agradecimientos a Carlos Clavijo por haberme invitado al grupo de oración de los seglares. Gracias a esto, pude tener
acercamiento a la comunidad y empezar mi nuevo caminar. Sería desde ese día mi constante entrega, dedicación,
espiritualidad, aprendizaje, enseñanzas, y sobre todo una familia que ha guiado mis pasos y camino por medio de Jesús para
hacer y afirmar la voluntad de Dios en mi vida.
Después de la invitación de mi compañero, nació en lo más profundo de mi Corazón el querer ser parte de su misión, apoyarlos
y compartir en la iglesia con los sacerdotes. Luego del trabajo y actividades en mi vida cotidiana, siempre al llegar a la reunión
del grupo de seglares los viernes a las seis de la tarde, encontré paz, amor, y esperanza en lo más profundo de mí. En esos
momentos de oración empecé a compartir más a fondo con los sacerdotes y las personas que conformaban el grupo del Padre
J.
Tuve la oportunidad y agrado de acompañarlos en el recibimiento de la parroquia Nuestra Señora De La Laguna, y el placer de
saber más a fondo de la formación de la confraternidad Operarios del Reino de Cristo por el Padre Miguel Ángel. Durante toda
la colaboración y disposición que había tenido, ellos me invitaron a participar en la celebración de los 50 años de la comunidad
en México.
Para mí este viaje ha sido una buena experiencia en mi vida y lo tomé como un retiro espiritual. Agradezco a los padres por
hacer la invitación a compartir con ellos la experiencia en México. Incluso, me dieron la oportunidad de llevar a mi Hermana ya
que ella es muy fiel y fervorosa de la Virgen De Guadalupe.
Íbamos con muchas expectativas y con gran disposición de ayudar y compartir nuestras experiencias con el grupo. Ansiosos,
contando los días para que por fin llegáramos a nuestro destino. Preparamos un baile, nos reunimos para ir a comprar detalles y
llevarlos a las familias con las que sin saber íbamos a compartir mil aventuras. Algunos detalles incluyeron, manillas y dulces que
con mucho amor y cariño les entregamos como parte de la huella que queríamos dejar en cada uno que conocíamos.
El Grupo 2, el cual fuimos colocados, llegamos a México a las nueve de la noche, esperando a las personas que nos llevarían a
Tulpetlac. Muy cargados con nuestro equipaje y libros del testamento espiritual, que les llevábamos a los sacerdotes que
asistieron a la ceremonia de los 50 años.
Ya en Tulpe alrededor de las once y media de la noche hora en que llegamos fuimos repartidos con nuestras familias con
quienes compartiríamos dos cortos días. Verdaderamente, mi Hermana y yo nos sentimos como en casa. El señor Salvador, la
señora Judith y sus hijos nos hicieron sentir como parte de la familia. Agradecemos por su gran hospitalidad y cariño con el que
nos recibieron. Realmente pudimos apreciar las delicias de la comida Mexicana y ese calor humano de los Mexicanos.
Al día siguiente, muy animadas mi hermana y yo fuimos al punto de encuentro para ir a la misa de la celebración de los 50 años
de la comunidad en la Basílica de Guadalupe. Fue una gran celebración, todo estaba muy bien organizado y fue una misa
llena de muchas bendiciones, además que de mi parte estaba muy feliz por conocer la casa de la Virgen de Guadalupe, y ver
en su mayoría el gran grupo de sacerdotes quienes la conforman y estar reunidos con el grupo con quien íbamos representando
a Colombia.
Luego de la misa nos fuimos a compartir en el gran almuerzo que tenían preparado junto con la hermosa serenata de Mariachi
Mexicanos. Ese fue un gran momento, pudimos conocer a varias personas de la comunidad, compartimos pastel y unas
palabras con cada persona que se acercaba. Después fuimos a la parroquia de Cristo Rey a conocer un poco más de la
historia del Padre Enrique Amezcua y la huella que dejo allí, las experiencias de algunos de los feligreses con el Padre. Esa historia
fue contada por el padre Esteban Alcocer sacerdote de la parroquia.
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En el santuario de la quinta aparición se llevó a cabo la misa con los padres de los Operarios , fue un momento que marcó
mucho la experiencia en México ya que el Padre Pepe nos llamó a todos los seglares y nos consagró , en ese momento ratifiqué
mi compromiso muy firme hacia la confraternidad. Tuve la dicha de conocer en ese momento a mi tocayo el Padre Prisciliano,
que muy amablemente me lo presento el Padre Antonio Abós, y el padre Miguel Ángel. Finalizando la misa, nos despedimos de
nuestra familia de Tulpetlac, nos dio muy duro dejarlos y a mí personalmente se me llenaron los ojos de lagrimas, fue y será
nuestra segunda casa la del Sr. Salvador y Señora Judith y sus hijos quienes dejaron una huella en mi Corazón.
Ya en el almuerzo tuvimos el agrado de compartir en nuestra mesa con Rafita sus Hermanas y el Padre Benedicto, socializamos
en nuestra mesa con ellos las experiencias que habían tenido como parte de la comunidad y lo finalizamos dando un pequeño
detalle a todos los padres de la confraternidad.
Ese mismo día partimos a Querétaro, en el camino pude conocer un poco de la experiencia de la Sra. Luzma como seglar; me
identifiqué con ella por el amor que manifiesta hacia los sacerdotes y el querer siempre ayudar a los seminaristas. Llegando a
Querétaro nos fuimos con nuestra nueva familia. Con la Sra. Silvia, llegamos a casa, allí tuvimos el placer de conocer a “Chivis” su
hija quien nos recibió con un delicioso vaso de leche y un pedazo de pan de muertos. Al día siguiente inició nuestra jornada de
aprendizaje y socialización con el grupo de los seglares, con el Padre Miguel Ángel y el Padre Pepe. Allí aprendí sobre la
espiritualidad y el carisma de la Confraternidad, fortalecí mis conocimientos del nacimiento de la C.O.R.C de acuerdo a las
enseñanzas ya dadas por el Padre Miguel Ángel. Me sentí muy bendecida compartiendo con todos los seglares y a cada uno
me lo traje en un pedacito de mi Corazón. La cual, cada enseñanza pondré en práctica para mis actividades en Colombia con
la comunidad.
Fue una experiencia muy enriquecedora, más que una Jornada de 50 años para mí fue un retiro espiritual como ya lo manifesté
al Padre J y a mis compañeros de trabajo. Fue una experiencia que me hizo crecer como persona donde pude darme cuenta
que tanto la espiritualidad y el carisma los puedo aplicar en todas las facetas de mi vida y de la cual estoy dispuesta a socializar
para poder atraer más gente al grupo y así poder tener un Corazón sacerdotal para el fomento de nuevas vocaciones, y portar
siempre la palabra de Dios en mi Corazón para ser mejor persona cada día y apoyar incondicionalmente a los padres en este
nuevo caminar.
Doy gracias por toda la atención y dedicación a la familia de la Sra. Silvia, a su esposo y sus hijos que muy amablemente nos
acogieron en su casa; Rafita y Chivis quienes nos enseñaron muchas historia de cultura general sobre México y sus experiencias
como seglares, Danny, Lulú y Kike quienes nos deleitaron con toda la variedad de dulces de tan hermoso país, a la Sra. Barbarita
y su esposo quienes fueron unos excelentes anfitriones en la noche del Grito de La Independencia Mexicana, a la Sra. Miriam y su
esposo e hijo quien nos hizo sentir como en casa con toda la gratitud y amor con el que nos trataron, a la Sra. Luzma y su esposo
quienes aportaron en mi vida con su experiencia en el vivir día a día en ayuda y disposición hacia las vocaciones, a los
seminaristas quien con su cariño y entrega nos hicieron disfrutar de una gran noche del saber cómo fue el grito de la
independencia con su bonita representación y del gran amenizaje con la música, en fin al sin número de personas con quienes
compartimos y que de momento se me pasan por alto no porque no hayan dejado huella en mí sino porque no dejaría espacio
para la publicación de los artículos de la revista. Bendiciones!
Priscila Ruiz Junca
REVISTA CONMEMORATIVA 50 ANIVERSARIO CORC
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El pasado 11 de Septiembre, un grupo de personas del templo de la Santísima Trinidad, tuvimos la oportunidad de viajar a la Cd.
de México con motivo del 50° aniversario de la confraternidad sacerdotal de los Operarios del reino de Cristo.
Para mí fue una experiencia muy bonita ,viajamos sin ningún incidente, todos muy contentos llegamos a la basílica donde
Monseñor Rogelio Cabrera L., concelebró la Santa misa con los señores Arzobispos y Obispos, además de los sacerdotes
operarios.
En la homilía ,se nos invito a seguir orando a Cristo para que siga enviando sacerdotes Operarios según el corazón de Cristo.
También fue muy importante ver la renovación de las promesas sacerdotales.
En conclusión, fue una experiencia muy bonita se siente realmente la presencia de la santísima Virgen María de Guadalupe.
Posteriormente, nos trasladamos a Tulpetlac a la quinta aparición, donde convivimos todos los feligreses con la alegría de
saludar a tantos y tantos sacerdotes que alguna vez estuvieron con nosotros en la santísima Trinidad y aun a los que no
conocíamos.
Pienso que la presencia de Nuestro señor Jesucristo y de su madre la Virgen María de Guadalupe, siempre estuvieron
acompañándonos, ya que fue un ambiente de paz, cordialidad, felicidad, alegría .
Agradezco a Dios que nos haya dado la oportunidad de asistir y poder vivir esta experiencia.
María Teresa Ugalde De Doro.
Durante mi existencia he visitado muchas veces la Basílica de Guadalupe, uno de los santuarios más bellos y visitados de todo el
mundo, el pasado 11 de Septiembre del 2013 tuve la oportunidad de acudir de nueva cuenta viajando desde la Ciudad de
Querétaro, como parte de las celebraciones del 50 aniversario de la Fundación de la Confraternidad de los Operarios del Reino
de Cristo, se ofició una misa donde asistieron Sacerdotes de diferentes confraternidades, la misa fue oficiada por el Arzobispo
de Monterrey D. Rogelio Cabrera López, la que me pareció muy emotiva tanto por el mensaje que nos dirigió como el estar en
un santuario tan majestuoso erigido a nuestra Santa Madre y Reyna de México , pero mi experiencia más grata de éste viaje
fue cuando visitamos la Capilla de Tulpetlac en el Edo. De México donde la Santísima Virgen hizo su quinta aparición a Juan
Bernardino, tío de San Juan Diego para realizar el milagro de sanarlo y ahí me enteré que en la parte baja de la Capilla, está el
lugar donde se encontraba Juan Bernardino cuando la Santísima Virgen se les apareció. El haber visitado éste lugar dejó en mi
una emoción como pocas veces la he sentido. El trato prodigado por quienes nos recibieron fue inmejorable y que se diga de
la rica comida que degustamos. Existen lugares en nuestro México ligados con nuestra religión y creencias que deberíamos de
visitar como los que disfruté en ésta ocasión gracias a Dios.
Vicky
El tan esperado día llegó¡¡¡¡¡ La Celebración del 50º Aniversario de la fundación de la Confraternidad Operarios del Reino de
Cristo. Mi ánimo exaltado, al igual que un año atrás, cuando iniciaba la celebración con el Año Jubilar¡¡¡ No podía ser mejor, tenía
a mi alcance la oportunidad de manifestarme realmente como “Seglar Operaria” como amigablemente nos llamamos, aunque el
título implica mucho más; y que mejor que en el marco de ésta Celebración.
Y qué compromiso. Pensando que ésta no sería fácil, conforme pasaban los días y a medida que avanzaba en ésta preparación,
pude disfrutarlo mucho más. Así que, teniendo como escenario la majestuosa Basílica de Guadalupe, la participación de
Arzobispos, Obispos, Sacerdotes Operarios, compañeros seglares y tantísimos asistentes, y por supuesto estar ante la imagen de la
Santísima Virgen de Guadalupe, me hicieron sentir el verdadero sentido de ese compromiso, y fue estando ahí, donde todo
comenzó, que mi nerviosismo se convirtió en regocijo.
¡Qué sensación, qué mezcla de emociones!, el gusto de participar con tan queridos sacerdotes, muchos de ellos asignados en
algún momento a nuestro templo, que con su calidez ya desde ahí me hacen sentir parte de la Confraternidad.
Digamos que me tocó “caer en blandito”; celebrar un 50º Aniversario, de una misión encomendada e inmejorablemente llevada
por el P. Enrique Amezcua, misión que algún día fue un sueño, que ha requerido de tanto esfuerzo, trabajo, dedicación, entre
muchas otras cosas, con ese ejemplo de entrega y fe que se sienten en cada rincón al visitar Santa María Tulpetlac, la parroquia
de Cristo Rey y el Santuario de la 5ª Aparición de la Santísima Virgen. Con cada narración y recuerdos que nos compartieron
nuestros anfitriones, casi me parecía ver ahí al P. Enrique, rodeado de sus feligreses y de su obra. Cada objeto, cada intención,
cada muro, me reflejan y me inspiran a pensar lo que el amor y la fe pueden lograr.
Sin duda una Celebración gratificante, motivadora y de compromiso, que con orgullo y responsabilidad, deseo tomar, por el
hecho de saberme parte de una Confraternidad que, a mi parecer, logra hermanarnos entre sacerdotes y seglares, entre
naciones y entre apostolados. La parte emotiva me la dio el haber pronunciado la Consagración a la Virgen de Guadalupe en su
santuario de la 5ª Aparición, en presencia de Obispos y Sacerdotes Operarios encabezados por el Director General como testigos,
hecho que tengo presente cada día como impulso para seguir aportando a fomentar las vocaciones sacerdotales.
Rosalva Mendoza
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Un nuevo Impulso Pbro. José Sánchez Ramírez.
Director Espiritual
Es siempre ilusionante preparar un acontecimiento, sobre todo si es para celebrar una fiesta. Es lo que hicimos los Operarios del
Reino de Cristo con la celebración jubilar, por los 50 años desde que el Padre Enrique hizo la fundación de la Confraternidad,
apoyado por los obispos Abraham Martínez Betancourt y Manuel Pío López.
Los Operarios seglares, como no podía ser de otra manera, nos unimos también a este acontecimiento, participando en la
Santa Misa en la Basílica y el día siguiente en el Santuario de su Quinta Aparición, tan querido por el P. Enrique.
Pero sabíamos que no podíamos quedarnos aquí. A la fiesta es fácil acudir. Los Operarios seglares iniciamos ese día 12 de
septiembre nuestra propia asamblea, porque necesitamos saber por qué estamos y para qué formamos parte de esta
Confraternidad. Como un acto providencial tuvimos la presencia de nuestros hermanos seglares de Colombia, el aprecio y
oración de los seglares en España y de otros lugares que no pudieron asistir.
Lo primero que experimentamos fue la llamada a la Santidad que el Señor nos hace, y una santidad que podemos vivirla en
este carisma, con esta espiritualidad y formando parte de esta Confraternidad. No tenemos que buscar en otro sitio, ni inventar
otra manera; el Espíritu Santo quiso este carisma y la Iglesia lo ha propuesto como un camino válido para quienes sientan la
llamada de Dios a pertenecer a esta Institución.
Reflexionamos sobre los medios que Dios nos dio en la Iglesia y en la Confraternidad para alcanzar esta santidad, con la
espiritualidad que ya aprendimos y que tiene un espíritu cristocéntrico, trinitario, mariano y eclesial. Toda esta riqueza la
encontramos en la Confraternidad.
Finalmente, pudimos descubrir lo que como operarios seglares podemos recalcar en la Iglesia, como son el trabajo por las
vocaciones sacerdotales, el apoyo al sacerdote y la preocupación por las Iglesias necesitadas con una plena disponibilidad
para acudir a dar el testimonio vivo a nuestros hermanos.
De este modo, pudimos insertarnos en la nueva Evangelización dejándonos iluminar por el mensaje de los obispos de América
con la invitación clara a ser discípulos y misioneros dentro de la Iglesia.
Como culminación de esta asamblea hicimos el compromiso delante de Dios y ante el Director General, firmado por cada uno,
de trabajar por los fines de la Confraternidad.
En definitiva, no quisimos que este jubileo se quedara sólo en una fiesta, sino sobre todo en generar un impulso más fuerte para
ser fieles comprometidos que quieren ser santos, que quieren servir a la Iglesia y que quieren dar un testimonio de caridad y
entrega en esta nuestra amada Iglesia. Somos conscientes de que formamos parte de la Confraternidad de Operarios del
Reino de Cristo, que queremos ser reconocidos como tales y que queremos participar de lleno en los objetivos y proyectos de
esta Obra de Iglesia.
Con ella queremos proclamar:
Padre Nuestro, venga a nosotros tu Reino.
Por Cristo, con Él y en Él.
Madre Santísima de Guadalupe.
Bendice a tus hijos,
para que venga a nosotros y por nosotros
el Reino de tu Hijo. Amén.
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