revisi�n bibliogr�fica: beneficios de los cuidados
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REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA:BENEFICIOS DE LOS CUIDADOS
PALIATIVOS EN DOMICILIOGRADO EN ENFERMERÍATRABAJO FIN DE GRADO
JUNIO 2018
ALUMNA: ARUMA HERNÁNDEZ DORTAPROFESORA: DRA. MARIA DEL CARMEN ARROYO LÓPEZ
1
INDICE:
1. Resumen. . . . . . . . . pág 2
2. Abstract. . . . . . . . . pág 3
3. Introducción. . . . . . . . pág 43.1 Justificiación . . . . . . . pág 53.2 Pregunta de investigación. . . . . pág 53.3 Pertinencia. . . . . . . pág 53.4 Marco teórico. . . . . . . pág 5-10
4. Objetivos. . . . . . . . . pág 11
5. Metodología. . . . . . . . pág 11-12
6. Resultados.. . . . . . . . pág 13-195.1 Requisitos para una adecuada atención domiciliaria. . pág 155.2 Cuidador principal. . . . . . pág 165.3 Beneficios de una visita domiciliaria. . . . pág 17
7. Discusión. . . . . . . . . pág 20
8. Conclusión.. . . . . . . . pág 21
9. Bibliografía referenciada. . . . . . . pág 22-238.1 Bibliografía consultada. . . . . . pág 24
10. Anexos. . . . . . . . . pág 26-27
2
RESUMEN:Introducción: Los cuidados paliativos ha sido un tema con una gran
variabilidad de estudio. El derecho a elegir dónde pasar la última etapa de la vida
debería ser una opción primordial como persona, el morir con dignidad, con confort,
rodeado de tus seres más queridos, englobaría una excelencia en el cuidado al final
de la vida.
Objetivos: Beneficios que pueden aportar para el paciente el cuidado
domiciliario en su última etapa de la vida.
Método: Se ha realizado un estudio descriptivo, realizando una revisión
bibliográfica de distintas bases de datos, como son: Pubmed, Scielo, Google
Académico, La biblioteca Cochrane Plus, Cinhals. Se consultaron también las distintas
publicaciones del Ministerio de Sanidad y Consumo, las estrategias en Cuidados
Paliativos del Sistema Nacional de Salud, así como la información recogida en las
distintas asociaciones de cuidados paliativos de nuestro país.
Resultados: Se han seleccionado 12 estudios, que demuestran la
preferencia del paciente a morir en el hogar tanto en España como en otros países,
condicionado por la presencia de un cuidador informal. También habla sobre el papel
del cuidador informal y las consecuencias que conlleva.
Conclusiones: La búsqueda ha proporcionado evidencia suficiente que ha
servido para mejorar los conocimientos sobre los deseos del paciente en la preferencia
del lugar donde morir, así como los beneficios que se obtiene en la atención
domiciliaria y cuáles son las razones por las que el paciente después de la decisión de
morir en el hogar, vuelve y muere en el hospital. También ha servido para saber la
situación del cuidador informal ante la decisión de cuidar a una persona en estado
terminal.
Palabras clave: cuidados paliativos, decisión morir, cuidados domiciliarios,
hospice care, want die home, attitude to death y family.
3
ABSTRACT:
Introduction:Palliative care has been a subject with a great variability of
study. The right to be the first to pass the last stage of life should be a primary option
as a person, dying with dignity, with comfort, surrounded by your loved ones, would
encompass excellence in care at the end of life.
Objectives: Benefits that home care can provide for the patient in his last
stage of life.
Method: A descriptive study was carried out, carrying out a literature review of
different databases, such as: Pubmed, Scielo, Google Scholar, The Cochrane Plus
library, Cinhals. We also consulted the different publications of the Ministry of Health
and Consumption, the strategies in Palliative Care of the National Health System, as
well as the information collected in the different palliative care associations of our
country.
Results: Twelve studies have been selected, which demonstrate the patient's
preference to die at home in Spain and in other countries, conditioned by the presence
of an informal caregiver. It also talks about the informal caregiver's role and the
consequences that it entails.
Conclusions: The search has provided sufficient evidence that has served to
improve knowledge about the wishes of the patient in the preference of where to die,
as well as the benefits obtained in home care and what are the reasons why the patient
after of the decision to die at home, returns and dies in the hospital. It has also served
to know the situation of the informal caregiver before the decision to take care of a
person in a terminal state.
Keywords: palliative care, death decision, home care, hospice care, want die
home, attitude to death and family.
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INTRODUCCIÓN:
Los cuidados paliativos domiciliarios obedecen a un enfoque que mejora la
calidad de vida de los pacientes, y sirven de apoyo a las familias que afrontan los
problemas de una enfermedad con compromiso vital de un ser próximo. El objetivo
principal de los cuidados paliativos es conseguir, apoyar, conservar y mejorar la
máxima calidad de vida posible.
Se trabaja a través de la prevención y el alivio del sufrimiento, mediante una
identificación precoz y una esmerada valoración y tratamiento del dolor y de otros
problemas físicos, psicosociales y espirituales. Afrontando siempre la autonomía del
paciente, reconociendo y respetando el valor intrínseco de cada persona como
individuo único y autónomo. Los actuales profesionales de cuidados paliativos
mantienen una relación de cooperación con el paciente y la familia, siendo éstos, parte
fundamental a la hora de planificar su cuidado y abordar su enfermedad (1).
Aceptado el valor de la filosofía de los Cuidados paliativos en la atención de
los enfermos, cada vez más se comparte que:
- Toda persona con una enfermedad terminal tiene derecho a recibir un cuidado
paliativo apropiado.
- Es responsabilidad de todo médico proporcionar un cuidado paliativo adecuado
a los que lo necesiten.
- Los cuidados paliativos deben facilitarse en el lugar donde elija el paciente.
Las preferencias del enfermo de dónde desea ser atendido durante la
enfermedad y dónde desea morir están determinadas por una compleja interrelación
de sus características personales, situación de salud en el momento de la elección y
diversos factores físicos, médicos, sociodemográficos, red de soporte y disponibilidad
de servicios paliativos.
En general, por más que logremos admitirla, puede llegar a ser un hecho
caótico que va a producir confusión y desorden en nuestra existencia.
Desde los inicios de la historia de la enfermería, siempre el tema en cuestión
ha sido y será el mismo, cubrir las necesidades de todos los individuos y permanecer
junto al que sufre.
5
El campo de la enfermería abarca todas las etapas de la vida, desde el
nacimiento hasta la muerte. Su papel tradicional ha consistido en la prevención de
enfermedades, la promoción de la salud y el cuidado del enfermo recuperable. Sin
embargo, en los últimos años la enfermería ha adquirido un protagonismo especial en
la etapa al final de la vida a través de los cuidados paliativos (2).
JUSTIFICACIÓN:
El tema elegido del conocimiento de los Cuidados Paliativos en domicilio, ha
sido la parte de la enfermería donde más me he sentido identificada durante los
diferentes rotatorios de la carrera. Personalmente opino que es dónde más formación
he recibido sobre cuidados al paciente, el tipo de cuidado por el que me enamoré de
esta profesión.
La educación que he recibido en casa siempre ha ido en esta línea, ya que mis
familiares que han precisado de estos cuidados han permanecido en casa hasta el
final de sus días. Opino que es el tipo de cuidado que debería darse a todos los
pacientes, sean paliativos o no, una calidad asistencial y humana que falta en nuestros
hospitales y que me ha desviado a este mundo de los cuidados paliativos,
inconscientemente, huyendo de la poca humanización que nos rodea en la sanidad
que nosotros hacemos.
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN: ¿Realmente es beneficioso para el
paciente recibir los cuidados paliativos en domicilio en la etapa final de su vida?
PERTINENCIA: Una conclusión positiva hacia los cuidados en domicilio
aportaría beneficios al paciente terminal en la etapa final de su vida, aportando confort
y bienestar en esta fase, el cuál es el objetivo principal de los cuidados paliativos.
MARCO TEÓRICO:
La Organización Mundial de la salud (OMS) define que los cuidados paliativos
son “el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan
a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de
la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana de
factores adversos al confort y problemas agregados de índole psicológica o espiritual”
(4).
6
La asistencia paliativa consiste en la globalidad de los cuidados que reciben
los pacientes que sufren una enfermedad avanzada y que no responde al tratamiento
curativo. En el código Deontológico del Consejo Internacional de Enfermeras (C.I.E.)
se afirma que uno de los deberes fundamentales del profesional de enfermería es
“aliviar el sufrimiento” (3).
Durante la Edad Media existía la llamada “muerte doméstica”. El moribundo,
consciente de su próximo deceso, invitaba a sus seres queridos a reunirse alrededor
de su lecho y realizaba el llamado “rito de la habitación”. La ceremonia era dirigida por
el quien se encontraba próximo a morir. En esto consistía la “buena muerte”.
A partir del siglo XIX la fascinación por la muerte de uno es transferida a la
preocupación por la muerte del ser querido, la llamada “muerte del otro”. Ello se
manifiesta en la expresión pública y exagerada del duelo y en el inicio del culto a las
ceremonias, tal como la conocemos en la actualidad.
Con la I guerra mundial comienza un proceso llamado “muerte prohibida”, en
el que la muerte es apartada de la vida cotidiana. En este periodo la muerte es
eliminada del lenguaje, arrinconada como un fenómeno lejano, extraño y vergonzoso.
La muerte deja de ser ese acontecimiento esperado, acompañado y aceptado de los
siglos precedentes.
Cecily Saunders, líder de la medicina paliativa contemporánea, observa que la
tendencia actual es esconder al moribundo la verdad de su pronóstico y condición, de
reemplazar la casa por el hospital como lugar de muerte y de no permitir un despliegue
emocional público después de una pérdida, son todos fenómenos que nos hacen
darnos cuenta de cómo, nosotros como sociedad no hemos encontrado o hemos
perdido, la manera de hacer frente y de asumir nuestra mortalidad y la del resto.
A mediados de los ochenta, se incorporaron al servicio de los cuidados
paliativos países como Italia, España, Alemania, Bélgica, Holanda, Francia y Polonia.
Actualmente hay alrededor de 8000 servicios de Cuidados Paliativos en el mundo, en
aproximadamente 100 países diferentes. Estos servicios son diversos e incluyen:
Unidades móviles de apoyo intrahospitalario, Unidades de Cuidados Paliativos
Intrahospitalarias, casas de reposo para pacientes terminales, Unidades hospitalarias
diurnas, Equipos de control ambulatorio y de apoyo domiciliario.
7
Actualmente no debe sorprendernos que la medicina esté orientada
fundamentalmente a prolongar las expectativas de vida de la población más que a
velar por la calidad de ésta como objetivo en sí mismo. Esta visión parcelada del
enfermo se conoce como encarnizamiento terapéutico, en lugar de dar pie a un apoyo
de calidad para atender las necesidades de aquellos pacientes que simplemente se
encuentran fuera del alcance terapéutico curativo.
Sans y Pascual señalan que “hay que rescatar y redescubrir, si cabe, el
fenómeno de “cuidar”, actualmente eclipsado por la sobre expansión de los aspectos
curativos de la medicina. No tenemos que olvidar que la medicina nace como
respuesta de ayuda, consuelo y acompañamiento para los seres humanos enfermos y
moribundos” (4).
Los cuidados paliativos es un concepto más amplio donde se considera
óptima cuando es llevada a cabo por un equipo multidisciplinario, incorporando en el
equipo de trabajo médicos, psicólogos, enfermeras, asistentes sociales, terapeutas
ocupacionales y representantes pastorales.
Para conjugar los cuidados paliativos con la atención domiciliaria es necesario
una vocación de servicio, organización en el sistema de salud y conocimientos
adecuados y actualizados. Los principios de la ética deberían aplicarse siempre, y más
si cabe, en la atención de un paciente con una enfermedad terminal y cuya expectativa
de vida es relativamente corta (5):
- La no maleficencia: prohíbe dañar a los demás y obliga a realizar
correctamente nuestro trabajo profesional.
- La justicia: obliga a proporcionarle a todos los enfermos las mismas
oportunidades en el orden de lo social, sin discriminación, segregación ni
marginación y la correcta administración de los recursos.
- La autonomía: es la capacidad que tienen las personas de realizar actos con
conocimiento de causa, información suficiente y sin ser coaccionados.
- La beneficencia: obliga a hacer el bien, según los criterios de bien del posible
beneficiario.
Estos principios no están situados en línea recta, sino en dos diferentes,
aunque complementarios.
8
Un primer plano lo marcan el principio de no maleficencia y de justicia, y tiene
que ver con el marco estructural en el que tiene lugar la relación clínica. Tiene una
dimensión básicamente pública.
Lo primero que tienen que garantizar las organizaciones y los profesionales es
que la atención a los ciudadanos evite en lo posible el riesgo de producirles daño y
ponga a su disposición los procedimientos y las tecnologías más efectivas para la
protección y la promoción de la salud. Y lo segundo que tienen que asegurar es que la
inversión de esos recursos públicos y esas tecnologías estén al alcance de todos los
ciudadanos y su acceso sea equitativo para todos.
En un plano diferente se encuentran las obligaciones nacidas del contenido de
la relación clínica.
El profesional beneficente aportará a la relación clínica sus conocimientos
científicos y técnicos y su experiencia clínica con el objeto de ayudar al paciente a
valorar entre las alternativas disponibles, estableciendo la indicación adecuada. Por
otro lado, el paciente autónomo aportará a la relación clínica sus valores, sus
preferencias, sus creencias y su valoración subjetiva de su calidad de vida (6).
Dentro de estos principios también se rige la Limitación del esfuerzo
terapéutico (LET), se basa en un juicio clínico de los profesionales acerca de la utilidad
o inutilidad de un determinado tratamiento. Aquí el protagonista es el principio de no-
maleficencia y de justicia.
Por otro lado, en el rechazo al tratamiento, el papel más importante lo juega el
principio de autonomía. Que debe llevarse a cabo cuando la decisión es infundada por
el paciente y previamente informado y en plena capacidad cognitiva (7).
Teniendo en cuenta hacia dónde nos dirigimos cuando hablamos de cuidados
paliativos, nuestro primer objetivo fundamental es el “objetivo de confort”. Los
tratamientos curativos y paliativos no son mutuamente excluyentes, sino que son una
cuestión de énfasis. Así, aplicaremos gradualmente un mayor número de medidas
paliativas cuando avanza la enfermedad y el paciente deja de responder al tratamiento
específico.
En el momento en que se agota dicho tratamiento, una vez agotados de forma
razonable aquellos que se disponen, entramos por tanto en una situación de
9
progresión de enfermedad, dirigiéndose los objetivos terapéuticos a la promoción del
confort del enfermo y su familia.
Aquí entra el papel de la sedación paliativa, que no es otra cosa que un
tratamiento con sus indicaciones clínicas y sus potenciales efectos secundarios.
En España, la primera unidad de Hospitalización a Domicilio (HAD), nace en
1981 dependiente del entonces Hospital provincial de Madrid, hoy Hospital general
Universitario Gregorio Marañón; el tipo de pacientes que se atendían en estas
primeras unidades, eran crónicos o subsidiarios de cuidados paliativos. Con el tiempo
el cuidado de estos pacientes ha pasado a atención primaria o a centros y unidades
específicas, por lo que el panorama de la HAD ha cambiado sustancialmente. Desde
entonces se han constituido más de 80 unidades de HAD censadas a lo largo de la red
sanitaria española (8).
Las bases terapéuticas en pacientes terminales serán (9):
1- Atención integral, que tenga en cuenta los aspectos físicos, emocionales,
sociales y espirituales. Forzosamente se trata de una atención individualizada y
continuada.
2- El enfermo y la familia son la unidad a tratar. La familia es el núcleo
fundamental del apoyo al enfermo, adquiriendo una relevancia especial cuando
se trata de atención domiciliaria.
3- La promoción de la autonomía y la dignidad al enfermo tienen que regir en las
decisiones terapéuticas.
4- Concepción terapéutica activa, incorporando una actitud rehabilitadora y activa
que nos lleve a superar el “no hay nada más que hacer”.
5- Importancia del ambiente. Una atmósfera de respeto, confort, soporte y
comunicación influyen de manera decisiva en el control de síntomas.
La calidad de vida y confort de los pacientes antes de su muerte pueden ser
mejoradas considerablemente mediante la aplicación de los conocimientos actuales de
los cuidados paliativos, cuyos instrumentos básicos son:
1. Control de síntomas.
2. Apoyo emocional y comunicación con el enfermo, familia y equipo terapéutico
estableciendo una relación franca y honesta.
10
3. Cambios en la organización, que permitan el trabajo interdisciplinar y una
adaptación flexible a los objetivos cambiantes de los enfermos.
4. Equipo interdisciplinar.
Es importante disponer de conocimientos y habilidades en cada uno de estos
apartados, que constituyen verdaderas disciplinas científicas.
Por otro lado, morir con dignidad y, en determinadas circunstancias, poder
decidir cómo y dónde morir (voluntades anticipadas) es un derecho del ser humano.
En 2006, el Parlamento de Canarias aprobó el Decreto 13/2006, por el que se
regulan las manifestaciones anticipadas de voluntad en el ámbito sanitario y la
creación de su correspondiente Registro (10).
Los objetivos últimos de la legislación europea, nacional y regional sobre el
popularmente conocido como testamento vital, son el respeto a la dignidad de la
persona y preservar y posibilitar la autonomía del paciente en el final de su vida.
11
OBJETIVOS:
- Objetivo general: Conocer los beneficios que aportan para el paciente los
cuidados domiciliarios en la etapa final de la vida.
o Objetivos específicos: Conocer los factores necesarios para un buen cuidado
domiciliario.
Conocer la importancia del papel del cuidador principal.
METODOLOGÍA:
Se ha realizado un estudio descriptivo, realizando una revisión bibliográfica de
distintas bases de datos para determinar los beneficios que aportan al paciente unos
cuidados domiciliarios óptimos en la etapa final de su vida.
Se han utilizado las principales bases de datos nacionales e internacionales
como Pubmed, Scielo, Google académico, la biblioteca de Cochrane Plus, Cinhals,
cuya estrategia de búsqueda se detalla a continuación. Se consultaron también las
distintas publicaciones del Ministerio de Sanidad y Consumo, las estrategias en
Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, SECPAL, así como la información
encontrada en las distintas páginas de las organizaciones de cuidados paliativos de
nuestro país.
La búsqueda bibliográfica para realizar este trabajo comenzó a principios de
Enero 2018 y finalizó en Marzo 2018. La búsqueda ha resultado extensa en cuanto a
información al tema elegido, pero siguiendo las claves a las que ceñirme he
conseguido filtrar dicha información y obtener los resultados esperados.
Las palabras que se utilizaron fueron: cuidados paliativos, decisión morir,
hospice care, want die home, attitude to death y family.
12
De todos los artículos encontrados, se hizo una revisión y se escogieron lo más
apropiados por su pertinencia y adecuación al tema.
Los criterios de exclusión utilizados:
Las revistas seleccionadas para esta revisión sistemática debían tener
acceso gratuito a sus textos completos.
La publicación debía ser en lengua inglesa, portuguesa o español.
13
RESULTADOS:
BASES DEDATOS
PALABRASCLAVE
FILTROS RESULTADOS SELECCIONADOS
PUBMED Palliative
care nursing
5 años 143 2
CINHAL Cuidados
paliativos
2014-
2017
145 2
SCIELO Cuidados
and
paliativos
and
domicilio
13 4
ACADÉMICO
Beneficios
cuidados
paliativos
2012-
2018
2490 3
COCHRANE
PLUS
Cuidados
and
paliativos
and
domicilio
25 1
Todos los seres humanos aspiran a vivir dignamente. Ese deseo está recogido
en los Derechos Humanos y desarrollado en los diferentes ordenamientos jurídicos
tanto nacionales como internacionales.
Pues a la idea de muerte digna le pasa lo mismo. Morir constituye el acto final
de la biografía personal de cada ser humano, y no puede ser separada de aquella
como algo distinto. Una vida digna requiere una muerte digna. De hecho, el mismo
término “eutanasia” no significa etimológicamente más que eso, “muerte digna”. El
problema, es que el término “eutanasia” se ha ido cargando históricamente de otros
significados y lo convierte en un término polisémico.
14
El ideal de la buena muerte se ha ido concretando en el discurso de los
últimos 25 años como “derecho”, “el derecho a la muerte digna”, o “el derecho a morir
con dignidad”. De hecho, como este derecho no está recogido como tal en las
declaraciones o pactos de los Derechos Humanos, existe un debate importante acerca
de la posibilidad de considerarlo un nuevo derecho humano de tercera generación. Y
el contenido más polémico, sin duda, tiene que ver con la posibilidad de decidir dónde,
cómo y cuándo se va a morir y a exigir a terceros a llevarlo a cabo (11).
Estudios realizados en diferentes países, sobre una población de pacientes con
enfermedad terminal y sus familiares, demostraron que un elevado porcentaje de los
mismos prefería pasar la última etapa de su vida en el hogar. Otros estudios muestran
que los enfermos fallecidos, el 29% lo hicieron en su domicilio, y el resto en el hospital.
De éstos, el 50% hubieran preferido permanecer en su domicilio y sus cuidadores
hubieran deseado lo mismo si el sistema de salud fuera más competente para tal
eventualidad (12).
Una encuesta realizada en España en abril del 2011 por la “Obra social la
Caixa” nos muestra que la primera cuestión que se incluye analiza las preferencias de
las personas en cuanto a los distintos agentes dispuestos a cuidarlas. La puntuación
media más elevada se encuentra en «La familia», con el 8,6 en una escala de 0 a 10.
Las personas prefieren a su familia como primer agente encargado de su cuidado.
Este resultado concuerda con la anterior pregunta, en la que las familias también eran
las principales responsables de los cuidados, después de uno/a mismo/a.
Las familias, en particular las mujeres que componen esas familias, son la que
se encargan de forma prioritaria de dispensar los cuidados necesarios a sus parientes
(padres y madres, parejas, hijos, nietos, etc.), y parece ser que seguirán siendo las
protagonistas en el futuro, según se deduce de las preferencias actuales.
Los «Servicios públicos y privados (profesionales)» siguen muy de cerca a
las familias como agentes preferidos para el cuidado (8,1), en consonancia con la
pregunta sobre la responsabilidad. El cuidado, por lo tanto, parece requerirse a través
de las familias y los servicios.
Con menores puntuaciones se encuentran las personas voluntarias y la
comunidad (amigos o vecinos).
Entre las preferencias a la pregunta sobre el lugar donde le gustaría vivir en el
caso de necesitar ayuda, destaca «En el propio hogar» donde reside actualmente,
15
para casi la mitad de la población. Seguir viviendo en el propio domicilio es la opción
más deseada. Permanecer en el propio hogar es una de las medidas promovidas
desde el ámbito político y científico, a nivel nacional e internacional. Según aumenta la
edad, se eleva el porcentaje de personas que eligen esta opción, llegando al 51,3 %
entre las personas de 75 y más años, del 32,0 % entre las de 18 a 34 años. Algunas
de las causas pueden estar relacionadas con que las personas de más edad llevan
más años residiendo en el mismo sitio y tienen un mayor sentimiento de apego por su
casa y entorno, viven con mayor probabilidad en hogares de propiedad, y poseen una
menor cultura de movilidad residencial, ya que muchas de ellas nacieron, se criaron y
formaron familia en los mismos barrios o municipios donde están envejeciendo. Las
personas más jóvenes, por el contrario, por la coyuntura y las circunstancias actuales,
están más acostumbradas a una frecuente movilidad residencial, causada por el
empleo flexible generalizado en la actualidad (13).
Algunos familiares opinan que la casa es menos agresiva para el paciente y
allegados; que éste va a ser cuidado por su médico y enfermera habituales, que
tenerlo en el hogar les facilita estar más tiempo con el paciente y les es más cómodo,
ya que visitarle en el hospital puede, en ocasiones, producir un esfuerzo tan grande
como el estrés y el cansancio de atenderlos en casa. Los que viven en áreas rurales
prefieren más que su enfermo fallezca en casa, mientras que los urbanos, con mejor
acceso a los servicios hospitalarios tienen más oportunidades de fallecer en una
institución.
Otro factor a considerar es el económico, porque los que pueden pagar un
cuidado terminal particular prefieren más el hogar que ingresarlo en un hospital.
Otros estudios mostraron que, en España, los aspectos médicos fueron
determinantes en la elección del lugar en los hombres, mientras que la dependencia
funcional y el apoyo social influían en las mujeres. La edad y la patología subyacente
repercuten también en la elección.
REQUISITOS PARA UNA ADECUADA ASISTENCIA DOMICILIARIA:
Voluntad del paciente de permanecer en casa.
Entorno familiar capaz de asumir los cuidados y voluntad de hacerlo.
Ausencia de problemas económicos importantes.
Comunicación positiva entre enfermos-profesionales y entre éstos y la familia.
Competencia científico-técnica del equipo de cuidados paliativos.
16
Soporte psicosocial para el paciente y su familia.
Hay numerosos factores que se deben tener en cuenta antes de comenzar
con esta labor del cuidado en casa (14).
CUIDADOR PRINCIPAL.
En primer lugar, si bien el deseo del enfermo de permanecer en su casa es un
elemento clave, también lo es la disponibilidad de la familia para cuidarle, porque los
pacientes con enfermedades terminales que se sienten bien apoyados por sus
familiares, contemplan más posibilidad de terminar los días en casa que los carecen
de este soporte, que terminan nueve veces más en el hospital.
La presencia de un enfermo altera el ecosistema familiar, particularmente
cuando éste es el cabeza de familia, el soporte económico y se encama por lo que se
necesita redistribuir su rol entre los otros miembros de la familia. La existencia de un
cuidador facilita enormemente el trabajo con el enfermo, pero esta persona debe ser
objeto de especial atención y apoyo del resto del grupo social para que no se queme
con esta labor.
En los últimos 20 años el cuidador informal de personas mayores
dependientes- aquel que no es llevado a cabo por un profesional de salud, ni es
remunerado y mayoritariamente realizado por familiares- se ha convertido en un tema
de especial relevancia, tanto desde el punto de vista social como clínico. Debido
esencialmente al envejecimiento de la población y al incremento de enfermedades
degenerativas, cada vez hay más cuidadores que ocupan esta posición durante más
tiempo. Quedarían incluidos dentro del cuidador informal familiares, vecinos y amigos
de la persona dependiente, excluyéndose a profesionales y voluntarios.
La mayoría de los cuidadores son familiares y gran parte de las personas que
necesitan ayuda son personas mayores. Evidentemente, la institucionalización de
estos mayores dependientes o su cuidado por medio de profesionales de la salud es
una posibilidad; sin embargo, estas opciones son hoy en día minoritarias, y en la
mayoría de las ocasiones el cuidado se produce dentro del entorno familiar. De hecho,
la proporción de mayores que viven en instituciones oscila entre el 5 y 10% en los
distintos países desarrollados y en España es de un 3,4% (15).
17
Cuidar es una tarea con una doble vertiente, en la que el cuidador primero
debe conocer las necesidades de la persona mayor y después saber cómo
satisfacerlas. En función de la naturaleza del problema, cuidar puede requerir una
pequeña cantidad de trabajo o una gran tarea, puede ser algo breve o que no se sepa
cuándo va a finalizar. Cuando es una gran tarea o se prolonga en el tiempo, puede ser
una rutina diaria que ocupa gran parte de los recursos y de las energías del cuidador.
BENEFICIOS DE UNA VISITA DOMICILIARIA:
Una visita domiciliaria por parte de un profesional sanitario, ayuda en el
proceso de toma de decisiones porque facilita un conocimiento de primera mano del
hogar y de la familia y es útil para sugerir posibles cambios que puedan facilitar el
manejo del enfermo en las tareas básicas diarias.
Favorece la expresión de los sentimientos de los pacientes.
Establece mejores vínculos entre el médico y la familia.
Permite reconocer el grado de adaptación del enfermo a su casa.
Detecta las familias vulnerables.
Revela los valores e historia de la familia.
Detecta la existencia de otras personas en el hogar.
Permite profundizar en el conocimiento de la familia.
Facilita orientación familiar en el propio domicilio.
Metodología de cuidados de enfermería en Atención Domiciliaria:
Valoración binomio paciente/cuidador Generalmente es necesaria una
valoración global.
Valoración completa de patrones donde se manifiesta una inestabilidad.
Valoración de patrones indirectamente relacionados con los anteriores.
El resto puede aplazarse.
Patrones menos valorados: Valores – Creencias – Sexualidad – Reproducción
Valoración del cuidador – recurso:
Impacto en salud física, psíquica y social (bio-psico-social).
18
Existencia de sobrecarga➜ Escala de Zarit (ANEXO1)
Tras la valoración, se pueden sugerir intervenciones que no son prescriptivas. La
valoración se ha de hacer al de forma conjunta al binomio paciente/cuidador principal.
Al paciente se le aplican directamente la valoración mediante los Patrones
Funcionales de Salud de Marjory Gordon; para la valoración del cuidador como
recurso (no como cliente secundario) se define una valoración específica mediante
unos determinados patrones funcionales de salud tras haber detectado que existe
sobrecarga medida con el test de Zarit.
El cuidado de un enfermo es costoso en términos físicos, emocionales y
económicos, por lo que debe existir para quien lo necesite facilidades de acceso a un
servicio de apoyo profesional o de asistencia domiciliaria. Para la familia toda ayuda es
bienvenida y agradecerá que se oferte de cuidadores domiciliarios subvencionados o
facilidades en el trabajo del cuidador principal. La ausencia de recursos sociales puede
determinar el fracaso de todos los programas de asistencia en casa.
El cuidado paliativo en el hogar requiere una coordinación adecuada entre la
atención primaria y los otros recursos, de forma que todos participen, en mayor o
menos medida, con mayor o menos responsabilidad, al cuidado del paciente. Se ha
encontrado en España que la incorporación progresiva de equipos de apoyo paliativo
domiciliario con equipos para la administración subcutánea de fármacos como
analgésicos y personal especializado, se acompaña de una disminución del tiempo de
estancia en el hospital y de un aumento del número de pacientes que no precisan
ingreso hospitalario y fallecen en casa con un elevado grado de control de síntomas y
de satisfacción del usuario y de su familia.
Los pacientes en general desean información menos detallada que sus
cuidadores sobre los síntomas potenciales futuros y el proceso de fallecer, pero
agradecen saber que no tendrán dolor, que mantendrán su dignidad, que serán bien
cuidados. Para ello el cuidador principal necesita estar formado e informado sobre
varios aspectos:
Sobre el cuidado físico y alimentación del enfermo.
Uso de medicación, dosis de rescate.
Evaluar los síntomas.
Redistribuir tareas con el resto de familiares.
19
Conocer generalidades sobre la enfermedad del paciente.
Qué hacer frente una emergencia.
Como conectar con equipo sanitario y otros centros.
Cómo solicitar ayudas.
Cómo saber autocuidarse.
Los cuidadores domiciliarios a menudo son ancianos, no siempre en buen
estado de salud, y el esfuerzo físico de cuidar al paciente, unido a su sensación de
duelo y soledad, pueden aumentar más su sobrecarga. Las razones más comunes
para que fracase el cuidado domiciliario es el estrés experimentado por los cuidadores.
Algunos de sus temores son comprensibles como el temor a lo desconocido, ser
incapaces de soportar la fase final, el temor a herir al paciente, a no saber qué hacer
antes una urgencia, a administrar mal la medicación o a no saber reconocer los signos
de la muerte.
Otro aspecto que los familiares suelen solicitar es que se haga algo para
mantener la vida o para evitar que se ésta se prolongue, por lo que es de interés
informarles que los Cuidados Paliativos no están para alargar ni para acortar la vida, ni
prolongar el proceso de fallecer, pero sí para intentar hacer lo más cómodos posibles
esos momentos y que en ese sentido se está actuando. Por tanto, el proceso de
sedación paliativa debe respetar el marco ético de los cuatros principios éticos de igual
forma que cualquier otro tratamiento (16).
La medicación en el hospital es administrada de forma regular en la dosis
precisa y tiempo, mientras que, en casa, la responsabilidad recae sobre los familiares
que no están entrenados no formados para esta labor. Esto repercute en errar en las
dosis, desconocimiento de para qué sirven e incumplimiento del tratamiento. Sin
embargo, ninguno de estos problemas es imposible de resolver con ayuda del equipo
de atención primaria.
En la medida en que los cuidados paliativos se desarrollan, crece el
convencimiento de que con las drogas y las técnicas en la actualidad disponibles es
relativamente fácil proporciona comodidad física al paciente. Sin embargo, aún con
eso, la persona puede sentir miedo, soledad o poca autoestima. Los que ahora
trabajan en este campo perciben que, además de la atención y control de síntomas
físicos, la filosofía de los cuidados paliativos se preocupa básicamente de la calidad,
valor y sentido de la vida (17).
20
Un cuidado domiciliario de calidad requiere una buena comunicación con el
enfermo y su familia y la coordinación exquisita de los profesionales implicados en el
mismo, particularmente en las urgencias, que se deben prever con tiempo para tomar
medidas más oportunas. Aunque los cuidados paliativos estén siendo exquisitos, si no
se le da protección a la familia para manejar bien estas situaciones, el cuidado habrá
fracasado.
DISCUSIÓN:
Abordando toda la información seleccionada que hablara de cuidados paliativos
domiciliarios, tengo que hacer referencia a los que más se han ajustado a mi
búsqueda y a lo que tenía en mente para la realización de este trabajo.
La guía de Cuidados Paliativos del SECPAL ha sido de grandísima ayuda a
nivel informativa, es nacional y está bastante completa en cuestión de cuidados y me
resultó ser una guía bastante útil para el profesional como para el que no lo es. Otra
de las que cabe mencionar por su utilidad y porque también me ha resultado muy útil a
nivel de cuidadores es el programa “Cómo mantener su bienestar”, Premio IMSERSO
“Infanta Cristina” 2006 de María Crespo López, Javier López Martínez.
A modo personal, el artículo que más ha tenido relación con mi búsqueda ha
sido el de Drs. Wilson Astudillo A. y Carmen Mendinueta A. “¿Dónde atender al
enfermo terminal: en casa o en el hospital?”. Este artículo contiene toda la información
que yo buscaba en los otros artículos ya que contestaba a todas las preguntas a las
que yo quería llegar con este trabajo. Es de fácil entendimiento, tiene la información
detallada pero muy bien desglosada, abarcando todos los aspectos importantes a
tener en cuenta cuando valoramos llevar a cabo unos cuidados paliativos domiciliarios.
A lo largo de la búsqueda bibliográfica he encontrado innumerables artículos
sobre el tema, cada uno abarcando un tema más específico o sobre cuidados
paliativos para determinadas patologías. Exclusivamente de cuidados paliativos
domiciliarios prácticamente toda la información se registra en Sudamérica y países
latinos, buscando bibliografía nacional me ha costado más de lo que pensaba.
Esto me ha servido para darme cuenta como está enfocado el tema en nuestra
sociedad y en todo lo que queda por hacer.
21
CONCLUSIÓN:
La mayor parte de los estudios sobre la atención domiciliaria están
relacionadas con la oferta de cuidados paliativos domiciliarios. Parece posible afirmar
que el domicilio es un lugar adecuado para el enfermo terminal cuando no hay
posibilidades de cura. En los artículos analizados se observó, que cuidadores,
familiares y pacientes, refieren que, aunque los cuidados paliativos no preparan para
la muerte, es verdad que se considera que promueven bienestar, lo que podría facilitar
la humanización el proceso de morir.
Los familiares consideran el acompañamiento del proceso de muerte y morir en
el domicilio algo “maravilloso” o “adorable”, que posibilita la despedida y sensación de
satisfacción de las necesidades del moribundo.
Sin embargo, consideramos que el enfermo debe ser cuidado en el nivel
asistencial que más le proporcione los mejores cuidados biopsicosociales. No hay
lugar mejor que otro para morir, siempre y cuando exista cercanía a un hospital o a
una UCP.
La decisión de atender a un enfermo en casa o en el hospital durante la fase
terminal o en sus últimos días es un dilema difícil que no siempre se puede solucionar
sólo poniendo en una balanza los pros y los contras porque depende de diversos
factores entre ellos la voluntad del enfermo, la disponibilidad de la familia, la evolución
de la enfermedad, los servicios sociales y si se cuenta con un equipo de soporte para
afrontar complicaciones y dar apoyo y formación a la familia.
Tan equivocado como asumir que todos desean fallecer en casa es asumir que
todos los pacientes desean ir al hospital y ser transferidos a una unidad de cuidados
paliativos. Lo que nos tiene que importar es que cualquiera que sea el lugar donde la
muerte acontezca, nuestro deber como sanitarios es estar preparados para ayudar a
que sea apacible, sin sufrimiento y que el enfermo se encuentre en compañía de sus
seres queridos.
22
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MUERTE COMO PARTE DEL PROCESO DE VIDA.. ENE, Revista De
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24
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Tlalpan. C.P. 14080. México D.F. Tel. (55) 56 28 04 74 / e-Mail:
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de 2013];30(22):2783-2787. Disponible en:
http://jco.ascopubs.org/content/30/22/2783.full
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ANEXO:
Escala de Zarit *
Escala de carga del cuidador de Zarit (Caregiver Burden Interview)
Ítem Pregunta a realizar Puntuación
1¿Siente que su familiar solicita más ayuda de la que realmentenecesita?
2¿Siente que debido al tiempo que dedica a su familiar ya nodispone de tiempo suficiente para usted?
3¿Se siente tenso cuando tiene que cuidar a su familiar y atenderademás otras responsabilidades?
4 ¿Se siente avergonzado por la conducta de su familiar?
5 ¿Se siente enfadado cuando está cerca de su familiar?
6¿Cree que la situación actual afecta de manera negativa a surelación con amigos y otros miembros de su familia?
7 ¿Siente temor por el futuro que le espera a su familiar?
8 ¿Siente que su familiar depende de usted?
9 ¿Se siente agobiado cuando tiene que estar junto a su familiar?
10 ¿Siente que su salud se ha resentido por cuidar a su familiar?
11¿Siente que no tiene la vida privada que desearía debido a sufamiliar?
12¿Cree que su vida social se ha visto afectada por tener que cuidarde su familiar?
13¿Se siente incómodo para invitar amigos a casa, a causa de sufamiliar?
14¿Cree que su familiar espera que usted le cuide, como si fuera laúnica persona con la que puede contar?
15¿Cree que no dispone de dinero suficiente para cuidar a sufamiliar además de sus otros gastos?
16¿Siente que será incapaz de cuidar a su familiar por mucho mástiempo?
26
17¿Siente que ha perdido el control sobre su vida desde que laenfermedad de su familiar se manifestó?
18¿Desearía poder encargar el cuidado de su familiar a otraspersonas?
19 ¿Se siente inseguro acerca de lo que debe hacer con su familiar?
20 ¿Siente que debería hacer más de lo que hace por su familiar?
21 ¿Cree que podría cuidar de su familiar mejor de lo que lo hace?
22En general: ¿Se siente muy sobrecargado por tener que cuidar desu familiar?
Cada ítem se valora así:
Puntuación de cada ítem (sumar todos para el resultado):
Frecuencia Puntuación
Nunca 0
Casi nunca 1
A veces 2
Bastantes veces 3
Casi siempre 4
Puntuación máxima de 88 puntos. No existen normas ni puntos de corte
establecidos. Sin embargo, suele considerarse indicativa de «no
sobrecarga» una puntuación inferior a 46, y de «sobrecarga intensa» una
puntuación superior a 56.
*Ricardo de la Vega Catarelo, A. (2018). Escala de carga del cuidador de Zarit.
[Internet]. Hipocampo.org. Disponible en: https://www.hipocampo.org/zarit.asp.
Visitado 20 Abril 2018.
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