renart
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ESTUDIOS SOBRE JEAN
RENART
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CARMEN CORTS ZABORRAS
Estudios sobre Jean Renart
Ediciones del Grupo de Investigacin Traductologa. Mlaga.
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Ediciones del Grupo de Investigacin Traductologa
Facultad de Filosofa y Letras. Campus de Teatinos.
29071 Mlaga.
Depsito Legal: MA-747-2002
ISBN: 84-607-4052-8
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A Jess.
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Presentacin
A diferencia de otras obras medievales de gran envergadura, los textos de Jean
Renart, al que nosotros consideramos un gran renovador de la expresin y de las ideas,
han interesado relativamente poco a los estudiosos de la literatura y a los historiadores
de la lengua. Buena prueba de ello son las escasas referencias que encontramos en los
catlogos de bibliotecas como el de la Bibliothque Nationale de France o el colectivo
de Rebiun, que rene los fondos de muchas de las universidades de nuestro pas. A
esto se aaden dos hechos: en primer lugar, que la mayor parte de las entradas
corresponden a ediciones de los textos en francs medieval o a sus traducciones y, en
segundo lugar, que si nos referimos al roman L'Escoufle estas carencias se agravan. El
propsito de este libro es intentar, en la medida de nuestras posibilidades, aminorar
estas lagunas. En l se recogen estudios realizados a lo largo de varios aos junto a
aportaciones todava inditas, que traemos aqu para intentar arrojar algo ms de luz,
desde diferentes puntos de vista, a la obra del picardo. Para llevarlos a cabo hemos
adoptado dos perspectivas que consideramos bsicas y complementarias en el anlisis
de las obras literarias, aunque el peso que adquieran en cada caso puede variar en
funcin de los textos o del aspecto particular que nos interese analizar. Una primera,
formal, lingstica y retrica, segn la cual las unidades desde los sonidos hasta los
tipos discursivos as como sus encadenamientos en los diferentes niveles de
composicin textual, son componentes esenciales para comprender el funcionamiento
general de la obra. Otra, que llamamos externa, en la que confluyen diferentes puntos
de vista como el histrico, el ideolgico o el simblico, entre otros, que determinan en
mayor o menor grado la creacin, tanto de textos convencionales como de obras
renovadoras en las que se exploran nuevas posibilidades expresivas.
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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Abre el volumen una versin del trabajo que en su da apareci publicado en los
Estudios humansticos en homenaje a Luis Corts Vzquez,1 aqu traducido al castellano.
En l estudiamos las soluciones que Jean Renart propona a la nobleza para superar la
crisis que la atenazaba y salir airosa de las grandes transformaciones econmicas,
sociales e ideolgicas que haban empezado en el siglo XII y seguan su curso a
comienzos del XIII.
El segundo captulo tambin es una versin renovada de un estudio publicado
en francs en los Anales de Filologa Francesa de la Universidad de Murcia.2 Frente al
anterior, en el que nos ocupamos de los romans, en ste analizamos el Lai de l'Ombre
y el peculiar modo que tiene Renart de dar nuevos aires a la fusin entre cortesa y
narrativa caballeresca al tiempo que critica los usos erticos masculinos.
En el tercero, consagrado a L'Escoufle, describimos las cualidades de los
sentimientos amorosos de los hroes adolescentes implicados en un viaje fsico e
interior, as como las acciones que el amor les inspira. Aqu, ms que en los
precedentes, tomamos en consideracin aspectos gramaticales y discursivos.
El ltimo captulo, de gran extensin, recoge las colocaciones lxicas y
gramaticales de L'Escoufle. Se trata, a nuestro parecer, de un trabajo innovador que
tiene validez en s mismo desde una perspectiva lingstica, y que, adems, puede ser
un instrumento valioso para futuras investigaciones, tanto de los historiadores de la
lengua como de los estudiosos de la literatura.
Como conclusin de esta breve presentacin me gustara agradecer el apoyo y
la ayuda que he recibido durante estos aos de mis compaeros de las universidades de
Granada y de Mlaga, con un recuerdo especial para Rodrigo Lpez y para Isabel
Turci.
1 Estudios humansticos en homenaje a Luis Corts Vzquez, Roberto Dengler Gassin (ed.), 2 volmenes,
Salamanca: Universidad, 1991.2 Anales de Filologa Francesa, Vol. III, 1989.
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Humanismo, economa monetaria y diversificacin
social: pilares de una nueva esttica en las novelas
aristocrticas del siglo XIII
Durante el primer cuarto del siglo XIII, las cortes del norte de Francia fueron
testigos del trabajo de Jean Renart, un picardo audaz e innovador. De l nos han
llegado tres obras sobre las que no parece haber discusin en cuanto a su paternidad:
una novela de aventuras, L'Escoufle (Renart 1974), que segn todos los indicios fue
compuesta hacia 1202; una narracin corta, Le Lai de l'Ombre (Renart 1983), datada
entre 1217 y 1222; y otro roman, Le Roman de la Rose o de Guillaume de Dole
(Renart 1979), creado en torno a 1228. En este estudio sobre la intromisin de lo real
y aun de lo cotidiano en la representacin de la vida aristocrtica a finales del siglo XII
y en los primeros aos del siglo XIII, tan slo nos ocuparemos de los dos romans.
Segn Ruiz-Domenec (1982: 93) se produce entre 1160 y 1240 una
concentracin de factores materiales, sociales y simblicos, determinantes de un
cambio de orientacin de la cultura europea y de la formacin de una 'tendencia
mental' que se distingue de las formas de vida existentes en la sociedad anterior. Jean
Renart se erigi en portavoz de las profundas transformaciones que se estaban
llevando a cabo en la mentalidad medieval, y cuyas manifestaciones primordiales eran:
la diversificacin del mundo, considerado en todas las esferas de la vida en su
multiplicidad y mutabilidad; la individualizacin del pensamiento y de las acciones
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humanas frente a la soberana de la colectividad durante toda la poca altomedieval;3 y,
finalmente, la concepcin racional de la realidad, surgida de la necesidad de
estructurarla, toda vez que se haca ms y ms compleja y devena, a menudo,
incomprensible para mentes acostumbradas a un orden inmutable, que se hallaba
consagrado por la tradicin y la autoridad. La pluralidad de las formas de vida exiga
que se previesen fenmenos nuevos surgidos de situaciones hasta entonces
inimaginables y que se fomentase el espritu crtico, inaceptable en pocas anteriores
(Dinzelbacher 1987: 234-235).
Las obras de Renart son contemporneas de los grandes ciclos en prosa, Queste
del Saint Graal y Lancelot-Graal, pero en ellas no deseaba ofrecer una explicacin
global del estado feudal y an menos mostrar el camino para la redencin de la
caballera. Pretenda presentar a la nobleza, atenazada por la crisis socioeconmica,4 un
nuevo modelo de vida, un armazn ideolgico que quera ser ejemplar, y que
devroient en memoire avoir et li roi et li conte (Guillaume de Dole, vv. 5645-5646).
Para hacerlo utiliz una nueva concepcin esttica que se estaba imponiendo entre los
gneros llamados populares o burgueses, y en especial en los fabliaux.5 Era una
esttica de la percepcin directa, emprica, que transformaba los lugares comunes de la
retrica y suprima en gran medida la idealizacin y la alegora. Esta ltima era
desdeada porque se haba desvanecido el conflicto entre la imagen social y la imagen
moral del hombre: la nobleza y los caballeros deban comprender que su vocacin
3 Al final del siglo XII, se produjo un rechazo de los universales y se atribuy la realidad en exclusiva al
individuo; segn Gilberto de la Porre, aquel se distingue tanto por sus accidentes como por suscualidades substanciales (Khler 1974: 114).
4 Robert Delort (1982: 167-168) analiza la crisis para el periodo que nos interesa, el comienzo del sigloXIII. Esta tena como origen el deseo de los grupos nobiliarios, y particularmente de los caballeros,de mantener el rango, el prestigio y el equipamiento blico, as como las muy generosas donaciones;gastos suntuarios, en suma, que no eran compensados por los ingresos, que disminuan de formaalarmante.
5 Las diferentes branches del Roman de Renard coincidan en la bsqueda de nuevos modos deexpresin en el seno de una sociedad perturbada por cambios extraordinarios (Lejeune-Dehousse1935: 332-346).
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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histrica como agentes de civilizacin y como garantes del orden era ya cosa del
pasado.6
L'Escoufle y Guillaume de Dole comienzan con sendas declaraciones de
principios estticos. stas, adems de complementarse, anuncian las relaciones que se
establecen en el seno de la obra literaria, tanto consigo misma como con la sociedad.
Raison y vert guiarn el desarrollo de estas historias, deudoras de los principios
filosficos de los humanistas del siglo XII; se opone as Renart a los autores fantasiosos
que engaan con sus invenciones envueltas en un manto de aparente verosimilitud.
Diversin y didctica presiden el discernimiento entre las buenas y las malas obras, as
como las causas de la exclusin del entorno cortesano de los autores incriminados:
Et qui boune parole assenlle
Por traire as gens en essamplaire,
C'est une chose ki doit plaire
A tos ciaus ki raison entendent
Car ml't voi conteors ki tendent
A bien dire et a recorder
Contes ou ne puis acorder
Mon cuer, car raisons ne me laisse;
Car ki vert trespasse et laisse
Et fait venir son conte a fable,
Ce ne doit estre chose estable,
Ne recetee en nule court;
Car puis que menoigne trescort
Et verts arriere remaint,
Ceste chose sevent bien maint
K'a cort a roi n'a cort a conte
Ne doit conteres conter conte,
6 Erich Khler (1974: 49-50) consideraba esencial la alegora en la elaboracin de la leyenda artrica.
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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Puis que menoigne passe voir;
Et ce doit bien cascuns savoir
De ciaus qui entendent raison
(L'Escoufle, vv. 6-25)
El Guillaume de Dole retoma de forma implcita estos presupuestos, pero en l
Jean Renart aade la independencia creativa con respecto a la tradicin narrativa, lo
que conlleva el recurso a la novedad. De esta forma aboga en favor de la inclusin de
composiciones lricas, qui est une novele chose (Guillaume de Dole, v. 12), y
justifica tambin otras audacias estilsticas en cuyo uso se muestra especialmente
ducho. Sin embargo, este espritu renovador parece contradecirse con el recurso a la
temtica del roman corts:
Il conte d'armes et d'amors
Et chante d'ambedeus ensamble
(Guillaume de Dole, vv. 24-25)
pero, no es sino pura apariencia, un guio que esconde la ruptura con el roman
caballeresco clsico, generalmente marcada por un tono pardico. Por una parte, las
parejas Guillaume/Alis y Conrad/Linor niegan la validez de la cortesa y de las
reglas excesvamente estrictas que llevan consigo la destruccin del verdadero amor.
Por otra, la temtica guerrera, las batallas, ocupan un lugar secundario, subalterno.
Tan slo la paz es aceptable en una poca en la que el individuo reina sobre la
comunidad, y las relaciones sobre las que se fundamenta el buen funcionamiento de
sta ya no son los lazos personales de dependencia y de ayuda mutua de las estructuras
feudales, sino los compromisos econmicos capaces de satisfacer las necesidades de
una nueva vida hedonista y armoniosa. Las luchas contra los infieles en ultramar,
especialmente tras el fracaso de la Tercera Cruzada y a pesar de las hazaas del conde
Richard en L'Escoufle, eran cosa del pasado. Renart da a la poca de las cruzadas un
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carcter ejemplar, no ideal, puesto que solamente la paz y el entendimiento
universales, deseados por la burguesa, haran posible el desarrollo de los negocios y
del comercio.
Jean Renart fue el primer creador que se sirvi literariamente de la aventura real
del mundo feudal, de los viajes a Tierra Santa, para Terre et honor et pris conquerre
(L'Escoufle, v. 574). En su obra el concepto de aventura cambia profundamente con
respecto a la aventura artrica, inaugurada por Chrtien de Troyes y continuada en el
ciclo del Graal.7 Para el picardo, la aventura ya no es una actividad guerrera que
sanciona la probidad del caballero en lucha permanente contra las fuerzas del Mal, se
convierte en una sucesin de hechos imprevistos, pero corrientes y posibles, regidos
por la voluntad, esencialmente mudable, de la Fortuna.8 sta obliga a Guillaume y a
Alis a ingenirselas para unirse y para sobrevivir, los empuja a viajar, a moverse en
ambientes reales que poco tienen que ver con los entornos mgicos y simblicos de los
textos precedentes. Es cierto que L'Escoufle todava no se ha desembarazado de uno
de los componentes de la aventura tradicional, pues, de la misma forma que los hroes
de la Tabla Redonda volvan a integrarse gracias a ella en la Joie de la corte, los
amantes aventureros son reinsertados en la sociedad noble despus de haber adquirido
las experiencias que deberan permitirles vivir en ella sin disonancias. Comienzan en
ese punto otra aventura aparentemente menos arriesgada, el matrimonio, pero al
7 Khler (1974: 77-102) expone con mucha claridad la nocin de aventura y su evolucin en la obra de
Chrtien de Troyes.8 Cascune chose ensi avient
Com Fortune l'a destinee
(L'Escoufle, vv. 4536-4537)
Or n'en a mais Fortune envie,
Ains li plaist ml't cele assamblee;
Ml't lor ara lonc tans emblee
La joie dont il ont or tant.
(L'Escoufle, vv. 7824-7827)
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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mismo tiempo que ste culmina su reintegracin social, les arranca su individualidad
ya no volvern a ser Alis o Guillaume, sino la condesa y el conde y tambin su amor,
que desaparece disuelto en el orden institucional.9 Por su parte, el emperador Conrad,
en su pretensin de establecer una monarqua fuerte, elimina el vagabundeo de los
buenos caballeros y los retiene mediante la donacin de terre ou chastiax
(Guillaume de Dole, vv. 100-103), a cada cual segn su vala, para convertirlos en los
primeros eslabones del nuevo tejido econmico.
Este ideal de paz10 se consagra con un cambio radical en la educacin de los
jvenes de la nobleza. El entrenamiento fsico y el aprendizaje de las artes blicas no
tienen otro fin que la adquisicin de un cuerpo bien proporcionado, hermoso y
agradable:
Li damoisiax avoit .j. mestre
Ki li aprent de l'escremie;
Por combatre nel fait il mie,
Mais por avoir grignor alaine,
Et c'est une chose certaine
Que hom va plus bel et plus droit
Et si en est on ml't plus droit
(L'Escoufle, vv. 2018-2024)
Somos testigos del renacimiento de una concepcin esttica que coloca el
cuerpo en una posicin privilegiada,11 lo que es signo de la victoria del individuo sobre
la conciencia grupal, que exiga una dedicacin eficaz y ardorosa a las necesidades del
9 El mismo fenmeno de despersonalizacin sucede en Guillaume de Dole.10 La nostalgia de un reino terrenal en el que la paz reinase eternamente marc toda la Edad Media, y
ello a pesar de los tintes religiosos que adquiri en mltiples ocasiones la guerra. De hecho, en tornoal dominio del Espritu Santo surgieron, de forma espordica pero tenaz, sistemas de pensamientoutpico como los de Amalrico o de Joaqun de Fiore (Khler 1974: 122-123; Mitre y Granda 1983;Cohn 1985).
11 El rechazo tradicional del cuerpo tiende a desaparecer, incluso en el seno de la Iglesia. Los telogos lohaban aceptado, as como su uso en el matrimonio, en el curso del siglo XII (Sot 1985: 6-17).
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ordo. El canon descriptivo de los caballeros jvenes se adapta perfectamente a ella, y las
proporciones fsicas, signo de fortaleza, desplazan la belleza y la delicadeza del rostro.
De este modo se nos describe a Guillaume de Dole:
Ce rest uns trop biaus chevaliers,
A un dur piz, a uns forz bras,
Et par reson lees espaulles
(Guillaume de Dole, vv. 1425-1430)
Por otro lado, el torneo de Saint-Trond del Guillaume de Dole podra
parecernos en una primera lectura una exaltacin de la fuerza de las armas, pero el
enfrentamiento de los caballeros tiene escasa importancia si lo comparamos con su
preparacin y con los acontecimientos subsecuentes.12 Los problemas de intendencia
que surgan al producirse un encuentro nobiliario, un torneo o una batalla, no haban
preocupado jams a los autores, y tan slo eran descritos los combates. En Guillaume
de Dole, cuando se llevan a cabo los preparativos para el torneo, el propio emperador
pide a sus caballeros que luzcan sus mejores galas para impresionar a los asistentes y
aumentar as el prestigio de su reino (Guillaume de Dole, vv. 1942-1949). Les hace,
adems, magnficos regalos que se convierten en un arma poltica, pues acercan an
ms a los guerreros jvenes a la corte, integrndolos en los engranajes econmicos y
animndolos en el combate.13 Guillaume de Dole recibe un rico yelmo del emperador,
quien recuerda su proveniencia, si fu il fez a Senliz (Guillaume de Dole, v. 1664), y
su enorme valor:
12 Rita Lejeune-Dehousse (1935: 330) sealaba el carcter novedoso de esta descripcin de torneo, ya
que se eliminan los aspectos titnicos para dar paso a la pintura del ambiente y, por otra parte, laenumeracin de los participantes coincide en su expresin con la que hace Jacques Bretel de untorneo histrico de finales del siglo XII en Le Tournoi de Chauvency.
13 El propio Guillaume presenta de forma explcita la poltica del monarca: (...)ainz est donsd'empereor Qui por tels joiauls doit aquerre Les haus bachelers de sa terre (Guillaume de Dole, vv.1682-1684).
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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Si vos di q'on avroit encor
De pierres q'ens sont et de l'or
El nasel et ou cercle entor
Deniers por fere une grant tor
(Guillaume de Dole, vv. 1665-1668)
Los enormes gastos que acarreaban los torneos, tanto en armamento ofensivo y
defensivo como en alojamiento de los squitos, se transformaban en fuente de riqueza
para los burgueses y permitan la renovacin del ciclo econmico. El intercambio
dinerario, el trabajo y las nuevas relaciones sociales generados por ellos se convierten
en los pilares de la narrativa de Jean Renart. Todo, incluso el amor, es observado
segn la ptica de una economa renovada. El ideal que el autor propone a la nobleza
para mantener su posicin social y conservar el poder poltico en el momento en el
que est perdiendo la supremaca y el monopolio econmicos, pasa por la aceptacin y
la adaptacin a ese nuevo mundo conformado por el dinero. Si bien es cierto que la
economa de intercambio no determinaba todava en el siglo XIII el lugar que se
ocupaba en la sociedad medieval, haba causado ya la ruina de ciertos grupos de la
pequea nobleza, y Jean Renart previene a aquellos que an podran salvaguardar sus
bienes.14 La indiferencia por la propiedad, que haba sido parte fundamental del ideal
caballeresco del siglo XII (Khler 1974: 82-83), sufre en su obra la interferencia del
ideal de la burguesa, con lo que se combinan de forma equilibrada las preocupaciones
pecuniarias, surgidas con la rpida evolucin de la economa monetaria, y la
dilapidacin tradicional de la nobleza.15
14 En Erec et Enide, gracias al personaje del padre de la herona, Chrtien de Troyes (1981) se haba
hecho eco de algunas de las preocupaciones reales de la pequea nobleza, de los vavassors arruinadospor los deberes inherentes a la pertenencia a su grupo.
15 La reconversin definitiva de la nobleza a las nuevas estructuras se generaliza, a pesar de ladesaparicin de numerosos linajes que no pudieron adaptarse, durante los siglos XIV y XV (Delort1982: 167-168).
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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Jean Renart construye con sumo cuidado los fragmentos en los que la nobleza
y su modo de vida fastuoso, aparentemente improductivo, se imbrican en los nuevos
sistemas productivos. El espacio escogido para el desarrollo del torneo y de Guillaume
de Dole son una buena prueba: escoge el tringulo formado por el Nordeste de
Alemania, los Pases Bajos y el Norte de Francia, no slo porque conociese bien esas
regiones y pudiese ofrecer una descripcin detallada, sino, sobre todo, porque eran un
centro econmico sin parangn en el Occidente de esa poca (Le Goff 1982: 176-
192).16
Guillaume, para preparar el combate, encarga a un borjois qui l'aime tant, que
li sieult fere ses creances (Guillaume de Dole, vv. 1954-1955) las lanzas pintadas con
sus armas y los escudos decorados con seda y con orfrois que necesita. Poco ms tarde,
el narrador alaba la capacidad de trabajo y la calidad de los productos del artesano, que
superan las expectativas de Guillaume:17
Qui vit cez atornemenz fere,
Les escuz, les lances, l'afere,
Les covertures, les penons
De cendauls et de ciclatons,
Fut tot bien fait ainz .XV. jors!
(Guillaume de Dole, vv. 1965-1969)
Jean Renart refleja la mutacin de la mentalidad aristocrtica en relacin con
los villanos, y muy especialmente por lo que se refiere a los burgueses, comerciantes,
banqueros y artesanos. El desprecio absoluto que se haba sentido por estos grupos se
muda en aceptacin, a menudo interesada, particularmente en el caso de la monarqua,
que tena una voluntad centralizadora y antifeudal y que ve en ellos un apoyo
16 Para tener una visin global de la economa medieval y de su evolucin, vase, por ejemplo, Le Men
(1977).17 Claude Gaier (1973) ofrece un interesante estudio sobre la enorme actividad artesanal generada para
producir armamento en los territorios descritos por Jean Renart.
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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econmico y poltico para hacer frente a la alta nobleza. En Guillaume de Dole nos
describe unas relaciones habituales y amistosas entre los nobles y los burgueses,
derivadas de verdaderos intercambios econmicos: Mout est as borjois bel et sez
Quant il vient emprunter le lor, Qu'il lor done et fet grant honor, Et si sont bien a
point pai (Guillaume de Dole, vv. 1884-1887),18 un paso adelante con respecto a su
propia obra, pues, en L'Escoufle, la nobleza se limitaba a proteger las actividades
econmicas de los burgueses asentados en los dominios del conde Richard:
Au matinet fu grans li deus
Parmi la vile des borgois,
Car le frans quens et li cortois
Les ot tos jors ml't honers
Et si norris et si gards
K'il erent tot riche et manant
(L'Escoufle, vv. 182-187)
El propio emperador Conrad favorece las actividades econmicas, que no slo
le reportan beneficios fciles sino tambin la paz social derivada de una separacin
estricta de las actividades:
L'empereres voloit mout miex
Que li vilain et li bourjois
Gaaignassent de lor avoirs
Qu'il lor tolist por tresor fere:
(...)
Il n'en erent se garde non,
Et s'erent riche et de grant non
18 Robert Delort (1982: 246) describe estos intercambios entre comerciantes y nobles: los primeros
compraban los excedentes que provenan des redevances agricoles et revenus fonciers y prestabandinero a la nobleza para adquirir objetos de lujo, prstamos que tenan como garanta joyas,monopolios de explotacin, etc.
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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Et mercheant de grant avoir.
Il ne trovoient bel avoir
A nule foire ou il alassent,
Ne biau cheval, qu'il n'achatassent
Por presenter l'empereor.
Mout li fesoient plus d'onor
Cil present que s'il les taillast
(Guillaume de Dole, vv. 593-610)
Jean Renart formula halagos constantes para una burguesa que en los gneros
burlescos y menores era denigrada sin tregua y que en los romans precedentes, siempre
que se dignasen mencionarla, no era sino una comparsa de los grandes
acontecimientos aristocrticos. Formalmente esto se traduce en la utilizacin de
calificativos tradicionalmente reservados para la nobleza: Li gentils borjois debonere
(Guillaume de Dole, v. 2060), Li borjois fu de france part (L'Escoufle, vv. 6316),
Ml't fu sages et cortois mestre Cil qui ovra cele cevesce (L'Escoufle, vv. 8930-8931).
Una sola actividad queda absolutamente proscrita para las nuevas clases
ascendentes a pesar de su riqueza: la poltica. Renart hereda la concepcin aristocrtica
y exclusivista de sus predecesores. Solamente los hombres que poseen las ms altas
cualidades morales: valor, humildad, magnanimidad y largueza, excluidas por principio
del sistema de valores burgus, y todas ellas resumidas en el concepto de prodomie,
pueden ocuparse en la tarea de mantener la estabilidad social. El ascenso de los
villanos a las esferas del poder poltico no podra conducir sino al desorden y a una
situacin catica. En L'Escoufle, el conde Richard debe salvar al emperador de Roma
de la ruina poltica provocada por los villanos a los que haba otorgado derechos y
bienes que pertenecan por derecho a la nobleza:19
19 Podramos ver en estas luchas el reflejo de las rivalidades que durante los siglos XII y XIII opusieron a
las ciudades italianas y a los emperadores de la casa alemana de Habsburgo, as como un ataquecontra la poltica del capeto Felipe Augusto (Lejeune-Dehousse 1935: 216).
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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(...) Or est si revels
Li grans org[u]els de ma servaille
Que je n'iere tex que je aille
De vile a autre sans conduit.
Il ont mes fors, mon deduit,
Mes chastiax, mes riches cits,
(...)
Li besoins que j'ai de preudomes
Me ramentoit ma vilounie.
Malerts qui prent et lie
Les siens, et met de haut en bas!
Mi serf m'ont destruit et fait las,
Por ce qu'il n'est qui me seceure
(L'Escoufle, vv. 1488-1503)
Car cil qui fust bouchiers ou surre
S'ert fais chatelains par richece.
(...)
Quant il sevent que cil s'adrece
Vers aus qui l'ost maine et conduit,
Il s'en issent a mie nuit
Si s'enfuient fors du pas
(L'Escoufle, vv. 1602-1613)
El monopolio tradicional de los bienes races, as como la redistribucin de las
riquezas entre los nobles menos pudientes, gracias a las donaciones y a una esmerada
poltica matrimonial, constituyen la primera clave para la conservacin del poder
poltico segn se desprende de los romans, con preferencia de L'Escoufle (vv. 60-63, v.
82 y v. 1680). Pero sta se muestra insuficiente, ya que la pequea nobleza no tendra
capacidad para escapar a la autarqua, a menos que administrase con sumo cuidado sus
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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tierras, y, en consecuencia, no podra integrarse en los cuadros administrativos que
exiga la nueva estructura del Estado monrquico. Esto parece justificar la inusitada
preocupacin de Guillaume de Dole por las finanzas; ni l, ni su familia, ni los que
estn a su cargo y trabajan para l, pueden vivir de la nada, como ocurra en los relatos
caballerescos precedentes y aun contemporneos. Se ocupa de los negocios que dan el
bienestar a su entorno y se convierte en un ejemplo, un ideal que la nobleza del siglo
XIII debe seguir. El control de las actividades agrcolas es absolutamente necesario, no
slo para llevar una vida cortesana cada vez ms exigente, sino para subvenir a las
necesidades cotidianas:
Si envoia a sa seror
Une corroie et un fermail;
Si ot avoec, en un fambail,
.CCC. livres de cel argent
Por paier la menue gent
Et as borjois cui il devoit.
Sachiez que la mere en avoit
Bon mestier en maintes manieres
Por fere semer ses linieres,
Q'a maintenir un bon hostel
Covient assez et un et el:
Nuls nel set s'il ne l'a a fere
(Guillaume de Dole, vv. 1930-1941)
Como vemos, el autor recurre a la experiencia de aquellos que se encuentran en
la misma situacin para evitar las protestas de los nobles que podan sentirse
abandonados por el sistema y, por lo tanto, inclinados a rebelarse contra el poder
monrquico que se haba aliado con las ciudades. De hecho, observamos en los dos
relatos una simpata manifiesta por esa pequea nobleza virtuosa (Lejeune-Dehousse
1935: 63), emprendedora, capaz y, ante todo, fiel, a la que el emperador otorga los
cargos administrativos que gobernarn su reino:
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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De vasassors fesoit baillis
Qui aiment Deu et criement honte,
Qui s'onor et quanqu'a lui monte
Li gardoient come lor oils
(Guillaume de Dole, vv. 589-592)
Tampoco podemos olvidar la que podramos llamar poltica de matrimonios
exogmicos, que posibilitar en los dos romans la alianza de la monarqua con ese
grupo, a pesar de la oposicin de la alta nobleza.20 En L'Escoufle, la mobilidad social
tiene un excelente reflejo, a pesar de que la reintegracin se resuelva gracias al azar:
Alis, aparentemente abandonada e instalada en Montpellier como bordadora,
conquista a la sociedad burguesa de la ciudad y la estima de los condes de Saint-Gilles
con su trabajo y sus encantos;21 mientras que Guillaume, un poco ms inocente y
menos prctico, recorre las tierras del Occidente, de Roma a Compostela, como un
simple criado al servicio de burgueses. Estos hechos son ya una notable novedad en la
literatura cortesana, pero lo que es realmente sorprendente es encontrar al hroe
absolutamente contaminado por la concepcin burguesa del dinero: ahorra su salario
con el fin de encontrar de nuevo a su compaera. El sentido clsico de la aventura y la
largueza, como signo inequvoco de nobleza, quedan enterrados con la llegada en
tromba de la nueva economa:
Il set ml't bien bouter ariere
Ce c'on li doune et ce qu'il a.
20 El magnfico estudio que George Duby (1981) lleva a cabo sobre los enlaces nobiliarios en la Francia
medieval arroja luz sobre los intereses de los linajes y los conflictos que de ellos derivaban.21 Diller (1979) exagera un poco, a nuestro parecer, cuando la presenta como una aventurera a la
conquista del mundo.
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
23
Toute l'entencions qu'il a
Si est d'esparnier et d'aquerre
(L'Escoufle, vv. 6605-6609)
A Guillaume ya no se le puede reconocer como un miembro de la nobleza, ni
por su aspecto fsico ni por su educacin; el individuo se impone sobre la inmanencia
del ordo, preservada hasta ese momento por el Estado feudal. El propio linaje pierde su
valor de integracin sin fisuras para convertirse en el germen de conflictos internos con
repercusin exterior o social: el conflicto familiar que suscita la traicin del senescal de
Conrad en Guillaume de Dole es una prueba patente de ello, puesto que el honor
mancillado deba ser estrctamente privado, quedar en familia y no hacerse pblico en
la corte; del mismo modo, cuando se juzga al traidor, ste se encuentra solo ante la
justicia y ni siquiera sus compaeros pueden intentar defenderlo como habran podido
hacer dentro de la tradicin feudal. Los argumentos escatolgicos que haban
mantenido a la nobleza en una posicin privilegiada del cuerpo social desaparecen y,
tericamente, ya no podr conservarla sino por la aceptacin de los individuos y de la
mobilidad. La realidad social pierde su carcter monoltico y perfectamente estable
para devenir plural y mudable, lo que provoca la delicuescencia del dualismo a ultranza
del siglo XII, y permite, adems, deshacerse de las costumbres sancionadas por la
tradicin o, al menos, adaptarlas a las necesidades personales. La monarqua va a
renovar, de forma ms o menos sistemtica, los usos feudales, moldendolos segn las
necesidades de la creacin del estado centralizado y en detrimento de los grandes
seores feudales. Jean Renart se hace eco de ello en las dos obras que nos ocupan,
gracias a la interpretacin personal que tanto el emperador de Roma como el
emperador Conrad hacen del don contraignant, que les servir a ambos en su poltica
matrimonial. El don contraignant asume as un papel puramente funcional en los dos
romans: se convierte en la prueba de la prdida de valor sufrida por las costumbres
feudales, frente al valor estructural que posea en los relatos artricos, en los que el
desarrollo de la historia giraba en torno a l.
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
24
La estructura de los dos romans responde tambin a una nueva visin de la
realidad. Su composicin se vuelve perfectamente circular y en su culminacin se unen
armoniosamente hilos paralelos pero interdependientes. La yuxtaposicin que presida
la composicin de las canciones de gesta, as como la gradacin en la recurrencia de las
aventuras del roman courtois, son sustituidas por una alternancia de estructuras
binarias y tripartitas. En L'Escoufle, la vida de Alis y de Guillaume, separados durante
siete aos, se nos presenta en una perfecta contemporaneidad, y Jean Renart menciona
explcitamente otro fragmento, el que corresponde a la vida de Ysabel, la compaera
de Alis, aunque lo deje de lado porque lo considera redundante y, por lo tanto, sin
inters:
D'Ysabel n'ai jou fait nul conte
K'il n'est pas mestiers ne oeus,
(...)
Ne sai pour que jou gasteroie
Ma raison se jou voel plus dire,
K'en grant joie et en grant remire
Fu puis en cambr o sa dame
(L'Escoufle, vv. 6162-6169)
En Guillaume de Dole, donde la tcnica est ms depurada, la sensacin de
simultaneidad es mayor, y se nos ofrecen como perfectamente contemporneas la vida
en la corte de Conrad, que ama de lejos y se solaza con la presencia de Guillaume, y la
existencia de las damas de Dole en sus aposentos, a quienes traiciona el senescal. Estas
estructuras captan la profundidad de la actualidad gracias a las descripciones
minuciosas de los ejes temporales y espaciales. El espacio y el tiempo mticos que
encuadraban las fantasas de las obras artricas desaparecen para dejar paso a una red
formada nicamente por la causalidad razonable dentro de la realidad histrica. Todas
las acciones de los personajes son cuidadosamente explicadas por los acontecimientos
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
25
precedentes en la propia estructura del relato, y ste no tiene otro referente fuera de s
mismo, a no ser la reflexin del autor sobre los modelos reales, materiales o
imaginarios, de la sociedad en la que trabaja. De esto modo, el viaje a Tierra Santa del
conde Richard en L'Escoufle no se explica nicamente por una concesin a los
acontecimientos de actualidad y a los deseos del pblico, como pretenda Rita
Lejeune-Dehousse, sino por las necesidades internas de una obra concebida bajo los
auspicios de la verosimilitud. Richard deba cruzarse para que a su vuelta, atravesando
Italia, y precedido por el ruido de sus hazaas, el emperador le pidiese ayuda y le
hiciese permanecer a su lado; eso, a su vez, permitira posteriormente que su hijo y
Alis huyesen a Francia con la esperanza de reclamar su condado cuando la corte les
niega el acceso al matrimonio. Slo un elemento parece inexplicable en el relato, los
cambios que se operan en la emperatriz con respecto a los amores de su hija y de
Guillermo y que provocan el conflicto y la marcha de los amantes. En realidad, el
cambio sbito y la escena en la que la emperatriz seduce a su marido (L'Escoufle, vv.
2870-2953) parecen una concesin a la tradicin misgina presente durante toda la
Edad Media, pero que no est muy de acuerdo con la imagen que Jean Renart
transmite de la mujer. Esta laguna queda corregida en Guillaume de Dole, en el que
los celos polticos del senescal, que se cree desplazado en la estima del emperador por
el caballero Guillaume, provocan la tensin necesaria para que prosiga la historia.
El mundo ferico de los lais, el universo maravilloso de los romans artricos, los
prodigios milagrosos de los relatos hagiogrficos desaparecen de estas historias. Tan
slo ciertas alusiones literarias a lo sobrenatural, que pone de inmediato en entredicho
lo estrctamente razonable, permanecen en los dominios del mundo imaginario. La
literatura se introduce en el relato como un recurso expresivo de lo real: nobles y
juglares recitan canciones en la historia del de Dole, y Alis es descrita en L'Escoufle
como una narradora perfecta que divierte a su entorno con contes y romans (L'Escoufle,
v. 5525). Las obras del primer cuarto del siglo XIII utilizan con menos asiduidad los
motivos folklricos que las del siglo anterior; su perfecto asentamiento en la
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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mentalidad colectiva hace posible que la literatura recurra a s misma como sistema
simblico significante capaz de transmitir clichs. As, por ejemplo, Renart puede
denunciar la naturaleza traidora del senescal con la simple mencin de Keu, senescal
de Arturo que se haba fijado en la mentalidad colectiva como envidioso, celoso y
desmedido en sus reacciones, convirtindose en modelo mtico:
Cil qui portoit un escucel
Des armes Keu le seneschal
En son escu boucl d'archal
En ot erroment grant envie
(Guillaume de Dole, vv. 3159-3162)
Despus de una centuria de produccin literaria en lengua vulgar, con la que
corre paralelamente el desarrollo de la conciencia individual, los autores del siglo XIII
asumieron la apropiacin creativa, que era lcita por tradicin, para utilizarla
conscientemente y adaptarla a una sociedad cambiante. La literatura se observa a s
misma, y los personajes de Jean Renart comparan las situaciones en las que deben
desenvolverse con las que haban marcado a otros personajes literarios, creando un
segundo plano que se acumula como experiencia junto a la descrita en el primer plano
narrativo. Guillaume se lamenta cuando se ve obligado a separarse de Alis:
Diex! fait il, com fu sage Yseus
Et Tristans; tant sorent de gile
K'ainc ne fu tant n'en bos n'en vile
Gardee por si grant destrece
K'il, por lor sens et par prouece,
N'assamblaissent malgr le roi.
Ml't sorent andui de lor roi,
K'il ert hardis et ele sage.
Las! jo n'ai sens ne ele aage
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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De faire autel comme Tristrans.
Il fu par conseil fou lonc tans,
Et mesiaus et faus pelerins.
(...)
Ml't orent deduit por engien;
De tot ce n'ai je riens apris
(L'Escoufle, vv. 3122-3137)
La tradicin oral se nutra de tipos, de frmulas, y desarrollaba hasta la
hipertrofia la tendencia a la repeticin infinita de una expresin con variantes mnimas.
El formulismo resuma la colectivizacin de la cultura, mientras que la expresin
realista y diferenciada es la manifestacin de la individualidad (Zumthor 1987: 217).
sta libera la expresin de sentimientos hasta ese momento prohibidos, como la
ternura de los padres del hroe (L'Escoufle, vv. 1852-1871 y vv. 1954-1957), o
fragmentos de vida que se olvidaban por completo para dejar paso a las hazaas de los
caballeros y a los encuentros amorosos embutidos en largos monlogos. En L'Escoufle
se nos describe la poca en la que Guillaume no es ms que un infante que se deja
querer por las criadas y los caballeros (L'Escoufle, vv. 1787-1815), una escena que
habra podido servir de modelo a Rabelais. En Guillaume de Dole, Linor y su madre
se ocupan en sus bordados al tiempo que sta canta antiguas chansons de toile
(Guillaume de Dole, vv. 1126-1166).
Tambin el mundo de las sensaciones se diversifica; la vista haba monopolizado
la transmisin y la recepcin sensuales para mayor gloria de los modelos estereotipados
de belleza. Renart traduce literariamente un impulso censurado pero que se desvela
progresivamente:
D'escarlate noir come meure
Ot robe fresche a pene hermine;
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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Mout sof flerant et mout fine
La vesti lus q'en ot mengi
(Guillaume de Dole, vv. 1530-1533)
La transcripcin de la percepcin sensual en el presente de la narracin se
impone sobre la memoria colectiva, que actuaba tradicionalmente como referente pero
que ya no tiene validez heurstica:
Ne puis le tans Yseut la blonde
Ne fu mais vostre pers vee;
Ceste chose est par tout see.
On dist k'Yseus fu bele et sage:
Ce ne set nus fors par usage,
Car cascuns dist: je l'o dire;
Mais en vos en cui biauts mire,
Si com je sai et con je voi
(L'Escoufle, vv. 3450-3457)
Se establece, adems, una distancia esttica interpuesta entre el narrador del
roman y su propio discurso (Diller 1977), distancia que aumenta mediante una tcnica
revolucionaria en esta poca. sta contribuye a dar a la narracin una enorme
profundidad gracias a la acumulacin de planos que aaden elementos necesarios para
su desarrollo, pero que resultaran inverosmiles dentro de un dilogo o de un
monlogo. Jean Renart presenta relatos paralelos, el del narrador y los de los
personajes, aunque ninguno de ellos es superfluo, sobre la base de dos sistemas: la
transcripcin de los pensamientos de un personaje en estilo directo, o bien, una
reinterpretacin explicativa en estilo indirecto que expone el sentido concreto de las
palabras de los personajes. La credibilidad de sus argumentos aumenta al no actuar
aqullos por impulsos incontrolados, sentimientos, ideales o deberes tan slo
sospechados por los receptores de la obra, sino movidos por intereses concretos.
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HUMANISMO, ECONOMA MONETARIA Y DIVERSIFICACIN ...
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Siempre es necesario distinguir entre la realidad social y la ficcin literaria, y
podemos afirmar que Jean Renart, gracias a la creacin esttica, neutraliza la realidad
histrica para convertirla en materia artstica, lase materia potica, tras el exigido
cribado ideolgico. Por ello existe en sus obras una correlacin rigurosa entre la
estructura y el contenido, de lo que son buena prueba la formulacin de su
pensamiento y su estilo entrecortado, a medio camino entre los versos de los romans
del siglo XII y la prosa que se impone en los del siglo XIII.
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.Cortoisie fere. Una aproximacin al Lai de l'Ombre
El arte oratorio era el recurso ms discreto, ms creativo, pero tambin
demasiado a menudo, poco efectivo, del que disponan los troveros, herederos de los
trovadores. La retrica guiaba sus buenas y bellas palabras cuando suplicaban, con ms
o menos ingenio, la merci de la dama y parece haber sido una parte fundamental del
oscuro servicio que pretenda acercarla a ellos. Tambin el caballero del Lai de l'Ombre
(Renart 1983) hace los primeros intentos de conquista por medio de argumentos
orales, al comienzo balbucientes y tmidos, tanto para evitar las acusaciones ya clsicas
contra los que posean una maestra demasiado perfecta en la expresin de sus
sentimientos, como por respeto a la dama en un debate en el que su voz haba sido
hasta entonces sistemticamente silenciada (Dragonetti 1979: 23-29). La dama,
instruida y avisada, vence en los primeros asaltos a su orgulloso enamorado cindose
a las tcnicas tradicionales, segn las cuales el debate poda valerse no slo de la
capacidad de convencer sino tambin de la de someter:
Mes la gentiex, la debonere
li set bien rendre par escole
reson de quanqu'il l'aparole,
qu'ele ert mout cortoise et mout sage.
(Lai de L'Ombre, vv. 338-341)
Entronizada muy por encima de cualquiera de sus vasallos, puede utilizar el
discurso corts clsico como medio de defensa contra la seduccin y, sobre todo,
contra la presuncin de los pretendientes. En primer lugar, pide un servicio
prolongado que el caballero no est dispuesto a aceptar a pesar de sus promesas:
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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et je vous creant qu'il n'ert riens
que chevaliers face por dame,
se j'en devoie perdre l'ame,
si m'at Diex, que je ne face.
(Lai de l'Ombre, vv. 518-521)
Y utiliza las reglas de la cortesa para preservar su posicin mientras le conviene,
desbaratando los primeros envites del altivo suspirante mediante la argumentacin:
Bien l'a en son venir hurt par parole et desfet son conte (Lai de l'Ombre, vv. 388-
389). Pero de nada le sirven las palabras del cdigo amoroso ante una depurada
combinacin de reglas cortesanas, en apariencia plenamente asumidas, y de arriesgadas
innovaciones, por lo que deber recurrir a mezclar aqul con el derecho general, que
el varn s se siente obligado a acatar, apelando a su honor:
Or vos vueil je aconjurer:
par cele foi que moi devez
vous proi que vous le reprendez,
si chier con vous avez m'amor.
(Lai de l'Ombre, vv. 824-827)
Las lgrimas conforman el marco pattico en el que le est permitido al
caballero, por primera vez, minar el razonamiento de la dama. Las lgrimas del
corazn pertenecen tambin a la tradicin trovadoresca y son un signo de sufrimiento
que conmueve con mayor facilidad, pero, al igual que las palabras, puede ser ficticio y,
por lo tanto, levantar sospechas.
En los poemas de los troveros se poda hallar, no obstante, una ltima leccin:
el amor se hace patente en los actos del enamorado, en su disposicin al sufrimiento y
a la larga espera. La cortesa clsica haba sacado todo el partido posible a esta mxima
y el amante permaneca pasmado, lnguido, en presencia de la dama, y si alguno
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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lograba conservar su elocuencia, deba mantenerla sujeta a la todopoderosa discrecin.
Jean Renart introdujo una ruptura capital en el sistema cannico de comportamiento
corts una vez que haba sido asumida la igualdad de los enamorados, dentro de la
pareja y ante la sociedad. Probablemente su postura coincida en mayor medida con las
relaciones reales de las parejas en los medios nobles de su poca que las transcripciones
idealizadas que la haban precedido, aunque estas mantengan su hegemona durante
todo el siglo XIII y mucho despus. La accin, la actividad innovadora, la ruptura del
crculo vicioso peticin, silencio o negativa que llenaba de desolacin a los troveros,
har que nuestro seductor reconvertido colme sus deseos sin dilacin, tal como haba
manifestado desde el comienzo, acostumbrado como estaba al xito fcil entre las
mujeres a las que no amaba.
Es necesario, pues, que la conquista amorosa se lleve a cabo mediante una
acertada combinacin de dos medios, la palabra y la accin: Or ne set cil en dit n'en
fet qu'il puist fere ne devenir. (Lai de l'Ombre, vv. 448-449). Esta
complementariedad fundamental, adems, preside las dudas, el temor al engao de la
mujer: Ah! se m'i fusse plessie vers lui de parole ou de fez! (Lai de l'Ombre, vv.
594-595) y, finalmente, la aceptacin del homenaje del caballero:
(...) Biaus doux amis,
tout ont mon cuer el vostre mis
cist douz mot et li plesant fet
et li dons que vous avez fet
a mon onbre en l'onor de moi.
(Lai de l'Ombre, vv. 931-935)
Ya hemos dicho que, en un principio, Amor haba conducido al caballero por el
sendero habitual, pero el fracaso de esas tcticas lo empujan a inspirarle la transgresin
de sus propias leyes; con ello pasa a un primer plano el instinto, la irreflexin, la
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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inspiracin sbita, y se desvanece la supremaca del aprendizaje amoroso, del
entramado pedaggico puesto en pie por los trovadores:
A celui qui ert en grant soing
du pensser ou ele ert entree
a mout bele voie moustree
d'une grant cortoisie fere
Amors, qui en tant maint afere
a est sages et soutiex.
(Lai de l'Ombre, vv. 562-567)
Cuando las relaciones con la dama se estancan y la incertidumbre podra
volverse en contra del enamorado, ste reacciona de forma inesperada y censurable,
aunque, en contra de lo esperado, las consecuencias de sus actos poco ortodoxos sern
gozosas, tal y como anuncia el discurso narrativo. La sorpresa se apodera de la dama
cuando pareca que, a pesar de las dudas, controlaba el desarrollo del debate: Iroit
s'en il a certes? qu'est-ce? Ce ne fist onques chevaliers! (Lai de l'Ombre, vv. 588-
589), con ello se abre la va para que la delicadeza de las acciones, de las palabras y de
la persona del caballero la hagan sucumbir.
El trmino courtoisie sufre en este contexto una restriccin notable de su
significado, modificndose profundamente los contenidos de su primera acepcin. Ese
recorte se haba introducido en la lengua al final del siglo XII, pero es preciso sealar
que en el relato de Jean Renart el nuevo sentido se hace prcticamente exclusivo. Tan
slo encontramos, precisamente en el discurso de la dama, una excepcin en la que los
dos valores de courtoisie aparecen reunidos:
Por c'est fole chose de nous,
dames, qui sons mal parcevanz:
quant cortoisie et biaus sanblanz
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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nous maine a cortoisie fere,
lors cuident tout lor autre afere
cil souspirant avoir trov!
(Lai de l'Ombre, vv. 430-435)22
Un verbo de accin, concretamente faire, acompaa de forma sistemtica el
sustantivo, y, en los discursos del enamorado y del narrador, se subraya el carcter
oportunista de ese servicio gracioso al que queda reducido el conjunto de
comportamientos y convenciones que regan la vida de las cortes ficticias o reales:
Mout vient a honme de grant sens
qu'il fet cortoisie au besoing.
(Lai de l'Ombre, vv. 914-915)23
Las relaciones amorosas segn Jean Renart son un arte pragmtico y no un
intrincado sistema de reglas, de estmulos sin respuesta y de frustraciones, que
condicionaba slo a la larga una posible actividad sexual. Por otra parte, el trato
amoroso posee otro aspecto novedoso: implica nicamente al caballero y a la dama.
Quedan excluidos los jalous, los maldicientes; e incluso Amor, personificado segn la
tradicin, se halla muy por encima del amante, y asume un papel de aguijoneador de
los sentimientos y de la inteligencia, pero en la lejana. Ningn otro vnculo, ni
siquiera retrico, se vislumbra entre este belicoso y todopoderoso seor y los futuros
amantes. Es cierto que otro personaje, jams nombrado en la tradicin literaria de la
lrica corts, el marido, omnipresente aunque en la sombra, parece convertirse en el
obstculo principal para la concesin de los privilegios amorosos. Pero en realidad no
22 En cuanto a los problemas que poda suscitar una agradable acogida por parte de la dama, vase, por
ejemplo, Georges Duby y Philippe Aris (1985-1987: 350).23 Encontramos la misma expresin pero en un contexto diferente, el de la vida mundana y de los
negocios, en Guillaume de Dole (Renart 1979: vv. 2064-2065).
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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es as,24 en primer lugar, porque no aparece fsicamente en escena; en segundo lugar,
porque los que tradicionalmente actuaban para defender sus intereses y el orden
genealgico han desaparecido tambin; y, sobre todo, porque la fidelidad de la esposa
se plantea en trminos relativos, al ser introducida en el tiempo: el posicionamiento
moral aceptado hasta ese momento y continuado por inercia puede cambiar
sbitamente, y tras la mutacin seguir poseyendo la misma validez que en el estadio
anterior.
Dont n'ai je ore est grant piece
o mon seignor sanz vilonie?
(Lai de l'Ombre, vv. 698-699)
Existe en este caso una variacin notable con respecto a su primera protesta de
lealtad conyugal, puesto que entonces el uso del presente con valor intemporal se
proyectaba en el futuro: n'est pas droiz, par Dieu, que j'aim ne vous ne honme, que
j'ai mon seignor (Lai de l'Ombre, vv. 492-494), mientras que tras las pequeas y
sucesivas victorias de la seduccin, el presente mira al pasado y supone un punto de
ruptura.
El hecho de que la intimidad del suspirante y de la dama no se vea amenazada:
Si dui conpaignon, ne nule ame de l'ostel, ne li font anui. (Lai de l'Ombre, vv. 712-
713) facilita la progresin de la conquista amorosa, que se vuelve profundamente
anticorts. En realidad el deseo no es contrariado en ningn momento,25 aunque la
dama oponga una resistencia dialctica, cuyo verdadero origen se halla en el miedo a
ser engaada por las dulces palabras del caballero y no en una voluntad firme de
rechazarlo, y ms teniendo en cuenta que es suficientemente atractivo como para
24 No puedo estar de acuerdo con Fernando Carmona (1988: 56) cuando afirma que Jean Renart
escenifica el esquema sobre el que se desarrolla la poesa provenzal; caballero suspirante, dama casaday marido como obstculo.
25 En cuanto a la enorme importancia del deseo insatisfecho en la tica amorosa de los troveros, vaseDragonetti (1979: 55).
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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hacerle olvidar la firmeza que le haba valido la admiracin social. La espera del
enamorado se reduce a la mnima expresin, con lo que son de nuevo transgredidas las
convenciones de la fin'amors, pues en el caso de los trovadores y troveros, el servicio
del amante era, en gran medida, un arte de la paciencia, de la espera infinita de la
merci de la dama. l, por el contrario, fija un plazo para dar por terminado su servicio
amoroso: Ainz que past un an et demi (Lai de l'Ombre, v. 416). Este inslito hecho
propicia, en un aparte de la dama, un sutil juego de palabras sobre la temporalidad y
su naturaleza relativa, que completa las reflexiones sobre la fidelidad y sobre la
aparente incongruencia de los particulares usos erticos del hroe:
Je cuidaisse c'uns anz entiers
il fust assez mains lons d'un jor,
mes qu'il fust o moi a sejor;
et il m'a ja si tost lessie!
(Lai de l'Ombre, vv. 590-593)
La inconstancia femenina era proverbial y caracteriz a menudo a la musa de
los trovadores y troveros; no puede extraarnos, por lo tanto, el cambio que se
produce en el espritu de la dama. Por el contrario, la tradicin corts exiga una
entrega ciega y exclusiva del enamorado, hecho que justifica el que en el canto corts
no encontremos referencias a la vida de los poetas y an menos a antiguos afectos. Las
muestras de apego patolgico que hallamos en las composiciones lricas slo se hacen
extensivas al pasado para reafirmar la fidelidad o para ofrecerlo como testimonio de
amor inquebrantable cuando la dama provoca una ruptura. Jean Renart, al contrario,
comienza su relato con una exposicin de las virtudes, las costumbres y las hazaas del
caballero, incluidas las amatorias: capacidad de seduccin y versatilidad amorosa. Esta
descripcin podra parecernos banal puesto que no se aparta de la tradicin narrativa,
pero a la postre resulta enormemente rentable si consideramos que Jean Renart la
utiliza para dar verosimilitud a una serie de tpicos caballeresco-corteses con el nico
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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fin de mejor desbaratarlos. Para comenzar, el doloroso abandono de las hordas de
amantes sin ley cuando Amor se apodera de l, para lo que desarrolla los lugares
comunes del amor-batalla, del amor-herida y, finalmente, del amor-muerte, que hacen
de la constancia sbita del caballero algo extrao pero creble; de hecho, esta mutacin
estaba prevista en la poesa de los troveros, quienes transformaban su amargura en
rencor hacia la casta de los seductores que gozaban del amor sin mrito, liberados del
sufrimiento (Dragonetti 1979: 71-72):
Amor, qui se fet dame et mestre
de ceus dont ele est au deseure,
en cel bon point li corut seure:
ele vout avoir le tre
del grant deduit qu'il a e
de mainte dame en son eage
(Lai de l'Ombre, vv. 112-117)
Jean Renart introduce aqu una variante pecuniaria a la metfora feudal que
haca de Amor un prncipe y vasallos a sus seguidores: se convierte en un seor que
reclama un impuesto por los servicios que ofrece, incluso cuando se trata de vasallos
rebeldes. En esta imagen econmica, los bienes y servicios son el placer obtenido de
las damas, y el tributo debe ser mayor cuanto que el caballero se ha negado a pagarlo y
hasta ese momento haba escapado al seoro que la sociedad y la literatura haban
modelado.
Por otra parte, como ya hemos apuntado, la fama que lo preceda envenena sus
aduladoras palabras y da lugar a las reticencias de su amada: je ne croi mie (Lai de
l'Ombre, v. 377), nus nel croiroit (Lai de l'Ombre, v. 379). El nico antdoto contra
el peso del pasado, de la tradicin y de la desconfianza, los tres deudores de la voz en
el Lai, es el bien faire, el buen hacer. El caballero pretende conservar las prerrogativas
masculinas al margen de las convenciones corteses y exige una recompensa inmediata,
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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no ya por una secreta devocin a la dama, sino por sus hazaas guerreras y por su
magnanimidad, que completaban su nombrada. Frente a las protestas de los troveros,
de la gratuidad de sus servicios y de falta de merecimiento del don que podra
concederles la dama, se erige el orgullo del personaje del Lai. Los sufrimientos y
angustias amorosos, as como la modestia ante el poder y la perfeccin de la dama
elevaban el alma de aqullos (Dragonetti 1979: 79, 119 y 240); el caballero, por el
contrario, los considera perjudiciales porque rebajan su valor, y ofrece a su dama con
irritante obstinacin pooir y force. A sus ojos, honor y reconocimiento social relegan el
amor a un simple medio para ayudarle a adquirir los primeros, y la mujer, una vez
conquistada, sera una cualidad aadida a las ya posedas, invirtiendo por completo las
aparentemente slidas bases de la cortesa. Jean Renart elimina el valor del sentimiento
amoroso como medio de perfeccionamiento moral, bsico en la lrica, pero preserva las
consecuencias sociales, que haban ganado prestigio en la tradicin narrativa corts.
Las virtudes caballerescas, masculinas, guerreras y pblicas, sustituyen a las que nacan
de la pasin, tenan como intermediario a la mujer y deban permanecer en la
intimidad. La primera consecuencia prctica es que, al eliminarse el secreto,
vehementemente deseado por la dama, la entrega del anillo en prueba de amor
adquiere un valor inmediato, no ya subjetivo y sentimental, sino objetivo y social:
Douce dame, fet il, encore
quant m'en irai, s'i l'avrez vous.
Je vou dirai, ce sachiez vous,
si nel tenez pas a fainti,
de tant vaut il miex la moiti
qu'il a en vostre doit est.
S'il vous plesoit, en cest est
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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le savroient mi anemi,
se vous m'aviiez a ami
reut, et je vous a amie.
(Lai de l'Ombre, vv. 734-743)
El sometimiento del amante, que los troveros subrayaban mediante oposiciones
semnticas derivadas de las relaciones feudales, desaparece en el texto, pero el caballero
va an ms all y discute su validez como herramienta de conquista. A la recin ganada
autonoma sentimental de la mujer opone, en primer lugar, el disgusto del varn,
dispuesto a conservar su superioridad, si es preciso por la fuerza.26 La obstinacin del
caballero nace de una supremaca real en la que la conviccin mediante la palabra era
una cualidad exclusivamente masculina. Con ella intenta relegar de nuevo a la mujer a
una posicin secundaria, la misma que ocupaba la dama-smbolo de la lrica,
condenada a la pasividad, y pretende someter la voluntad femenina a la suya propia:
(...) Dame, jel prendrai
par covent que je en ferai,
aprs la vostre volent,
la moie, encor ait il est
en cel doit que je voi si bel.
(Lai de l'Ombre, vv. 859-863)
El Lai de l'Ombre ofrece una interesante combinacin entre un fondo
caballeresco y un curso intensivo de formacin en la doctrina corts, de tal modo que
ambos aparecen confundidos, como parece ratificar el verbo en singular en el siguiente
ejemplo: Proece et cortoisie l'ot eslit a estre sien demaine (Lai de l'Ombre, vv. 64-
65). Pero, tal y como hemos apuntado anteriormente, los medios cortesanos del
Norte de Francia se hallaban ms atrados por los valores tradicionalmente masculinos;
26 Cf. los versos 802-805.
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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este hecho explicara que la audacia del caballero supere las ideas inspiradas por el
propio Amor, quien, segn la costumbre, no poda aceptar que sus seguidores
tomasen la iniciativa y se apartasen de las tcnicas aprendidas: Or est il, par Dieu, plus
que mestre de cest art, ne sai qui l'aprist. (Lai de l'Ombre, vv. 620-621). En el
fragmento que citamos a continuacin, las formas verbales avint y menbra son, al
mismo tiempo, signo de un aprendizaje y de una reflexin posterior, mientras que la
alusin al habitualmente censurado acto de Adn es una hiprbole burlesca de las
convenciones corteses:
Onques mes devant ne aprs
n'avint, puis qu'Adam mort la ponme,
si bele cortoisie a honme,
ne sai conment il l'en menbra.
(Lai de l'Ombre, vv. 918-921)
Segn las convenciones literarias de la lrica y de los relatos, Amor rega la vida
ertica segn leyes estrictas e independientes de las legislaciones humanas; pero, bajo
esas normas se encerraba el germen de la revuelta, puesto que los sueos, conciencia
maravillada y dolorosa de los deseos reprimidos, podan incitar a la ruptura, tal como
le ocurre al caballero:
Toute nuit songe que l'acol
et qu'ele m'estraint et enbrace.
Li esveilliers me desenbrace
en ce qui plus me delitast.
(Lai de l'Ombre, vv. 178-181)
Esta permisividad daba lugar al desarrollo de otros preceptos de ndole social,
estatuidos para preservar el correcto funcionamiento genealgico, que se encargaba de
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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divulgar Razn. Era habitual en los textos escenificar la dicotoma Amor/Razn, ya en
los monlogos de los personajes, ya en enfrentamientos dialogados de
personificaciones o alegoras; sin embargo, Jean Renart elimina en el Lai de l'Ombre la
confrontacin, con lo que creemos se inscribe en una de las tendencias renovadoras
del pensamiento medieval cuya culminacin teolgica ser el tomismo. En esta obra, el
razonamiento deductivo dirige la evolucin de los sentimientos y de los actos
subsiguientes, especialmente en el caso de la dama, por lo que los trminos que
indican la actividad intelectual se multiplican: las formas de los verbos cuidier y penser
son las ms habituales, pero tambin hallamos el verbo doter, ciertos adverbios como
porpensseement o sustantivos como sen, que puede ser sinnimo de cortoisie. La
experiencia femenina, oculta en la poesa y en muchos romans, preside el desarrollo de
los argumentos presentados por Razn a favor y en contra del amor del caballero:
Avoec cel penss le traveille
Resons, qui d'autre part l'oppose
qu'ele se gart de fere chose
dont ele se repente au loing
(Lai de l'Ombre, vv. 558-561)
Ne sai por qoi je li demor:
onques hom si bien ne si bel
ne conquist amor par anel
ne miex dut avoir amie.
(Lai de l'Ombre, vv. 926-929)27
Tambin el xito del caballero se debe en gran medida al desarrollo de la
actividad del entendimiento; y el propio Amor, cuando ya no necesita imponerse por
27 Hay muchos otros ejemplos como los versos 436-437, 613-616 y 745-746 del Lai.
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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la fuerza, afianza su derecho seorial mediante un alegato en el que ala razonamiento
y sensaciones para vencer o convencer al caballero:
De tant li a bon plet basti
Amors, qui le connissoit bien,
n'onques nule si plesant rien
qui fame fust n'avoit vee,
ce dist, et s'en trait sa vee
a garant qu'il dist verit
(Lai de l'Ombre, vv. 146-151)
Las pruebas sensuales aportadas por la vista, el sentido que junto al odo haba
monopolizado la atraccin ertica y el placer en su primer estadio, no son ms que un
punto de partida. Una vez que la fuerza de la pasin no lleva indefectiblemente al
hombre a la locura, Razn no puede oponerse por principio a la unin de los amantes
y, como consecuencia, se difumina progresivamente la tica social. Ya no es necesario
dar rienda suelta al instinto para quebrantar las normas y hacer realidad los sueos,
puesto que el estancamiento de las relaciones amorosas se resuelve mediante el
razonamiento, alimentado por la reciprocidad de los sentimientos, y mediante la
accin, manifestacin de una aguda inteligencia. En este sentido, los monlogos de los
personajes son reflexiones sobre el comportamiento propio y sobre la estrategia que
deben seguir para conquistar o para ceder, tienen una finalidad prctica, y se distancian
de las dudas sentimentales que atormentaban y atenazaban a muchos de los personajes
de los romans. La evolucin del pensamiento tiene su correlato en el movimiento
corporal, fenmeno caracterstico de los relatos de Renart (Carmona 1988: 79):
La dame, qui en grant destrece
estoit seur son cors desfendant,
ist de la sale, descendant
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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pas por pas aval le degr.
Porpensseement et de gr
vint en la cort pot li deduire.
(Lai de l'Ombre, vv. 676-681)
As pues, la unin y el placer de los amantes deba resultar de la perfecta
coincidencia entre Razn y Amor, hasta entonces y an despus, antagonistas
irreconciliables:
Quar puis que lor sens et Amors
ont mis andeus lor cuers ensanble,
del geu qui remaint, ce me sanble,
vendront il bien a chief andui.
(Lai de l'Ombre, vv. 956-959)
Pero la amalgamacin no se limita a las tradiciones lrica y romanesca, a las
figuras de Razn y Amor o al razonamiento y el acto, sino que afecta de igual modo a
los estilos expresivos: se mezclan el estilo noble, caracterstico del canto corts
(Dragonetti 1979: 15 y ss.),28 y un estilo bajo que incorpora expresiones propias de
villanos o referencias a su vida. stas se utilizan como elementos de comparacin para
los diferentes estados anmicos del caballero:
Or m'a Amors en tel point mis
qu'ele veut que son pooir sache.
Onques vilains qui barbiers sache
les denz ne fut si angoisseus.
(Lai de l'Ombre, vv. 158-161)
28 La teora de los tres estilos en la Edad Media podemos encontrarla en Poirion (1986).
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
45
Son una de las muestras del proceso de envilecimiento que sufre la imagen
altanera del personaje cuando se doblega ante las convenciones amorosas y sociales. La
primera etapa de esta degradacin se manifiesta con el recuerdo de la locura de Tristan
y el uso del trmino ahan:
Onques Tristans, qui fu a force
tondus conme fols por Yseut,
n'ot le tiers d'ahan con cil eut
desi qu'il en ot sa pais fete.
(Lai de l'Ombre, vv. 124-127)
Este rebajamiento es ante todo social, puesto que debemos sospechar un
abandono de las actividades comunitarias que haban constitudo una gran parte de su
atractivo, al que contribua, sin duda, una vida despreocupada y una enorme
disponibilidad: Mout bon may ot un bien lonc tans et mout se fist amer aus genz.
(Lai de l'Ombre, vv. 106-107). El proceso contina, paradjicamente, con una
reinsercin en el grupo: la validez universal de las palabras crticas de la dama le hace
perder el encanto individual que con tanto esfuerzo haba conseguido y del que con
tanto orgullo haca ostentacin:
Li hon se doit bien garder, ainz
qu'il se lot, de qui il le fet.
(Lai de l'Ombre, vv. 446-447)
Jean Renart, en realidad, no parodia los usos amorosos de los troveros o su
expresin artstica, pues pueden resultar placenteros y tiles, sino la actitud de su
propio hroe probablemente construido tomando como modelo a ciertos nobles,
caballeros o grandes burgueses, quien haba quedado atrapado en las peligrosas redes
del manierismo corts y de la conciencia de la superioridad masculina. Es un personaje
annimo como los troveros en sus composiciones: mes nus n'o onques son non, ne
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
46
je ne sai se point en ot (Lai de l'Ombre, vv. 62-63), hecho que contradice su fama
dentro de la historia y entra en colisin con los modelos narrativos, en los que todos
los personajes posean un nombre o un sobrenombre que los identificaba entre el
pblico y permita su reutilizacin literaria, pues cada hroe asuma una carga
simblica recurrente con pequeas variaciones. Jean Renart rompe esta tradicin y crea
un arquetipo con todos los conquistadores annimos a los que nadie haba cantado y
con los poetas enamorados, los troveros. De este modo el sentimiento amoroso se
hace universal, una experiencia colectiva: C'est avenu moi et maint autre mainte foiz
(Lai de l'Ombre, vv. 185-186), lo mismo que los artificios usados para colmar el
deseo, y como consecuencia de ello la crtica subyacente se generaliza.
El Lai de l'Ombre es ms que la transcripcin romanesca de la lrica corts,29
aunque Jean Renart diseque con virtuosismo la retrica de trovadores y troveros y la
reconstituya en diferentes niveles. Conserva la expresin formal, el juego de lugares
comunes, pero les aade nuevos sentidos, y la expresin ortodoxa del amor corts se
propone como un simple recurso, una receta milagrosa, pero en absoluto exclusiva,
que permite el acercamiento a la mujer y la gozosa unin de los amantes. Las artes
narrativas aportan el resto de los ingredientes. Por un lado, desaparece la forma
autobiogrfica; por otro, se incorpora una aportacin fundamental: la intervencin
femenina en el dilogo, quien expone directamente las causas de las sospechas, de los
miedos y del sufrimiento de los poetas. Con ello Renart disuelve tambin las
abstracciones y los mitos amorosos, a pesar de que el Lai de l'Ombre sea
contemporneo de muchas de las canciones de los troveros y preceda la composicin
de la obra de Guillaume de Lorris: su herona es un ser de carne y hueso, menos
hiertico y distante que los personajes femeninos de Chrtien de Troyes, por ejemplo.
Los relatos ofrecen, adems, la posibilidad de mezclar tipos para crear personajes
29 Discrepo de Fernando Carmona (1988: 56), quien ve nicamente una transcripcin.
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CORTOISIE FERE. UNA APROXIMACIN AL Lai de l'Ombre.
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cercanos a la realidad: con el caballero enamorado niega la distincin maniquea entre
los perfectos suspirantes y los fol hardi, los ruines seductores.
Del mismo modo que en sus romans, Jean Renart defiende la libertad amorosa,
constantemente constreida por las convenciones sociales. Para ello la cortesa deba
sufrir grandes modificaciones: sus principios rectores se vulgarizan o bien son
eliminados cuando se muestran ineficaces y retrasan artificialmente la consecucin del
placer de la pareja, fin ltimo para el que haban sido creados.
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.La construccin del amor aristocrtico en L'Escoufle
L'Escoufle (Renart 1974), roman compuesto a comienzos del siglo XIII, nos
propone una forma de comportamiento social y amoroso bien definida. Jean Renart
exalta la belleza fsica de las mujeres y de los adolescentes enamorados, elemento
esencial de una nueva forma de erotismo que permite el desarrollo de percepciones y
sensaciones desdeadas u ocultas en el siglo precedente. En segundo lugar, otorga el
privilegio del amor a los pberes, ms inexpertos, menos proclives a racionalizar y
dominar sus apetitos que sus predecesores del siglo XII, y ms expuestos a las
dolorosas contradicciones de la pasin y del cdigo amoroso. Por ltimo, inserta la
iniciacin en un viaje, a la vez movimiento fsico e interior. Se trata del modelo ideado
por los grupos aristocrticos, los cuales ya no precisan seguir sublimando los excesos
belicosos y sexuales de los jvenes solteros, y utilizan el atractivo ideal de una vida
cortesana, en la que se conjugan un refinado comportamiento y un incruento ascenso
social, los cuales sirven para asentar la nueva organizacin nobiliaria basada en las
alianzas matrimoniales.
Pese a las manifiestas innovaciones de su obra, Jean Renart, como otros
creadores medievales, tiende a ofrecer una visin analtica del sentimiento amoroso, de
sus causas y de las consecuencias que tiene sobre la vida de los enamorados. Tambin
opone un amor que sigue las reglas a otro que no las sigue o que no llega a alcanzar la
perfeccin requerida, aunque el conocimiento del amor y de sus preceptos, de las
obligaciones que conlleva y de los derechos que otorga, difieren enormemente de
unos textos a otros. En L'Escoufle, el amor justifica el deseo de los amantes de
permanecer juntos y de unirse en matrimonio, aunque desde el punto de vista del
saber hacer, Guillaume reconoce su incapacidad para engaar, para saltarse las normas
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
50
sociales tal y como haban hecho Tristan e Iseut cuyas aventuras se convierten en un
referente constante en el texto de Renart, y deber ser la herona, Alis, quien
escuche los consejos de Amor y busque las soluciones adecuadas.
Si en la primera parte del roman, donde se narran las aventuras blicas y
polticas del padre del hroe, incluso los caballeros paganos se ven impulsados a buscar
la victoria en la batalla para honrar el amor de sus amigas;30 en el caso del angustiado e
inexperto Guillaume, ajeno a las luchas de los guerreros, el amor se hace ms
acuciador y se convierte en un yugo, en una fuerza negativa, que lo oprime y tortura,31
y lo priva de los rasgos que caracterizan al noble e incluso al ser humano.32 Ello se debe
a una exacerbacin de la sumisin a las fuerzas contradictorias de la pasin cuyo origen
es la inexperiencia, no slo amorosa sino vital de los jvenes hroes, por otra parte
habitual en muchas de las obras del siglo XIII. Aqulla se pone, adems, de manifiesto
en la versificacin, particularmente al ocupar el sustantivo amor la primera posicin del
verso en funcin de sujeto, con la que se da un gran relieve a los aspectos negativos de
la pasin amorosa.33 As pues, el dolor y las alegras de los enamorados dependen del
poder y del capricho del amor que, en ltimo trmino, se encuentra en el mismo nivel
que el destino rigiendo sus encuentros y desencuentros.34
La relacin de la herona con amor, ente prximo a una personificacin, sufre
una interesante modificacin respecto de la que hemos observado para Guillaume.
Amor deja de ser una fuerza opresiva para convertirse en un consejero que conversa y
30 Lamors samie li enorte kil soit prex et frans et hardis (L'Escoufle, vv. 1164-1165).31 li damoisiax ne set que faire, kamors le destraint et encauce (L'Escoufle, vv. 3202-
3203); ml't est cele amours de malaire ki si le travaille et ocist (L'Escoufle, vv. 6936-6937).
32 or sacis que mlt fait amours qui si lavile et despersone (L'Escoufle, vv. 6305-6306).33 Las rimas, por el contrario, suelen ofrecer emparejamientos que reflejan los conflictos
genealgicos o las relaciones entre los amantes: amor ; color ; empereor ; honor ; plor ;seignour ; jors ; mors ; mors ; mors ; ors ; ors ; flor ; dolors ; jours ; jours.
34 Cest Fortune ki le desvoie et li diex damors qui na cure kil de si gentil creature puistencore a la joie ataindre (L'Escoufle, vv. 51605163).
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LA CONSTRUCCIN DEL AMOR ARISTOCRTICO EN L'Escoufle.
51
discute con ella, le ayuda a elegir un camino, a decidirse en los momentos de duda,
incluso cuando la expresin recurre a una perfrasis factitiva.35 De ah que se reserven
los verbos en los que se mantiene un sentido blico como abatre, sormonter y boter
arriere,36 para describir el enfrentamiento con otros entes abstractos como la razn o el
sentido comn; batalla que se haba convertido en un lugar comn con el que se
describa el inmenso poder del amor.37 Se nos muestra as Alis como un ser ms
autnomo, por lo que los verbos de los que el sustantivo amor es sujeto y el nombre
de la joven o los pronombres que lo sustituyen son complemento directo o indirecto,
tales como escoler,38 dire o faire,39 e incluso oposer y boter, poseen un sentido ms de
consejo, para que venza la vergenza y el pudor, que de oposicin argumentativa.40
El podero de amor tambin se pone de manifiesto mediante otro tpico muy
extendido en los romans medievales: la imposibilidad de fingir, de ocultar el deseo y la
pasin a los que rodean a los amantes, que aqu, ante el ascenso imparable del
individuo frente al dominio del grupo, se completa con la incapacidad del enamorado
para engaarse a s mismo.41 Esta victoria del signo ertico, puesta de relieve por
Barthes (1977: 53), genera pruebas corporales inequvocas: las miradas, el roce de los
cuerpos, el tono de voz, la incapacidad oratoria, la imposibilidad de conciliar el sueo,
o la debilidad y delgadez de los que no son correspondidos o temen no serlo.
35 Grant hardement li fait emprendre amors qui ne la laist entendre a paor na nule autre
chose. (L'Escoufle, vv. 38913893).36 mais amors abat et sormonte son sens et boute tot arriere Raison (L'Escoufle, vv. 3914-
3916).37 ml't a grant bataille et envie entre amor et raison et sens (L'Escoufle, vv. 3928-3929),
Ne traient pas a unne corde sens et amours uniement (L'Escoufle, vv. 7564-7565). Yahemos indicado en el anterior captulo que este lugar comn se modifica enormementeen el Lai de l'Ombre al desaparecer la confrontacin entre Amor y Razn.
38 hardemens et amors lescole (L'Escoufle, v. 3946).39 Fait amors: 'Or avs vous tort, Aelys, que nel connoissis'. (L'Escoufle, vv. 7656-7657).40 Mais amours loposoit et boute, et dist: 'Cest il, car li ceur seure!' (L'Escoufle, vv. 7602
7603).41 Il nest riens qui vers amor puisse bareter ensi longement: li celers ne li valt noient
(L'Escoufle, vv. 2000-2002).
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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Desde el punto de vista expresivo, los sustantivos amor y amiti, que Jean
Renart utiliza indistintamente, no poseen ningn rasgo semntico ni gramatical que
los diferencie, a no ser que uno y otro van precedidos de preposiciones diferentes en
algunos usos como complementos, pero sin que ello vare en absoluto su funcin. En
todos los casos son intercambiables y tan slo cuestiones puramente estructurales, en
relacin con la medida del verso y con la rima, parecen justificar la aparicin de amiti.
Lo consideramos, pues, una variante formal de tres slabas que en este roman se
encuentra generalmente en la rima.42
Junto a la funcin sujeto, a la que ya hemos hecho referencia, las ms
abundantes de las desempeadas por estos sustantivos son las de complemento
circunstancial, fundamentalmente de causa, y la de complemento atributivo del
nombre introducido por la preposicin de, muy a menudo con un valor especificativo
o restrictivo entre otros en el sintagma li diex damors presente minoritariamente en
L'Escoufle, o bien indicando la pertenencia.43 En la funcin de complemento de causa
est introducido por las proposiciones por, par, de,44 y cuando aparece el sustantivo
amiti precedido por en.45 En cualquier caso, es evidente que el amor se muestra
como la razn primordial por la que se mueven los amantes o los que se sienten
atrados por ellos, como los caballeros y los burgueses descritos por Renart.46
Del mismo modo que entre los complementos circunstanciales, la causa copa la
expresin de las proposiciones subordinadas circunstanciales, introducidas por la
conjuncin car,47 la locucin conjuntiva por ce que,48 y la conjuncin que, la ms
42 Las rimas las hace con li y piti.43 Or va il mex en de amor li afaires (L'Escoufle, vv. 3656-3657).44 ne fu il mors damours? (L'Escoufle, v. 6361).45 ele li prie en amisti (L'Escoufle, v. 3482).46 por lamor la rone Ysout (L'Escoufle, v. 4619).47 car tot revient a fausse amor, quant li amant ne sont ensamble (L'Escoufle, vv. 5166
5167)48 ml't en est abaissis mes pris por ce quil ert venus damors (L'Escoufle, vv. 4566
4567).
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LA CONSTRUCCIN DEL AMOR ARISTOCRTICO EN L'Escoufle.
53
abundante.49 Con ellas se explicitan las causas de las desdichas o del sufrimiento de los
enamorados, especialmente de Guillaume.
El sustantivo rage, representacin de amor y deseo vehementes, que en los
romans del siglo XII sola poseer un sentido netamente peyorativo asociado a la pasin
adltera y a la irrefrenable ansia de goce, al loco amor de las reinas y sus caballeros,50
pierde en las obras del siglo XIII la connotacin negativa, aunque puede expresar el
dolor y la rabia que sienten los amantes al verse separados de su pareja. Renart lo
utiliza en un fragmento prospectivo de la narracin para expresar el contento, la
alegra que produce el reencuentro, as como el placer al que los enamorados se
entregan en la primera noche de amor tras siete aos de separacin.51 Sintcticamente
merece ser destacada la anteposicin del adjetivo indefinido tel, que excluye la
indeterminacin, pues se trata de un sentimiento ms fuerte que el denominado por el
sustantivo amor, cuyo uso se poda extender a otros mbitos en los que no interviniese
la pareja.
Como no poda ser de otro modo, el verbo aimer ayuda a delinear el
sentimiento amoroso en el roman. Ms que en otros textos, sus apariciones se
ritualizan desde el punto de vista de la expresin y los contextos en los que se inserta
se caracterizan formalmente por dos rasgos: la acuacin de un sintagma
preposicional, en apariencia redundante, que pretende con toda probabilidad evocar la
49 aperui je quele amoit miex moi tot seul que tos ceus del monde, que fine amors li
areonde tous les iex quant ele mesgarde (L'Escoufle, vv. 31623165), Comment cuidisvos je mesjoie qui ai perdu si grant honor que tot mon cuer, tote mamor ai mis en vos,sans traire arriere? (L'Escoufle, vv. 34103413).
50 Broul acuda a este trmino para negar no slo la relacin que los felones utilizabancomo arma arrojadiza contra Tristn y la reina, sino la simple posibilidad del deseo, eneste caso masculino, de que aqulla pudiese trabarse: onques noi talent de tel rage(1982, v. 254). Por el contrario, serva para reafirmar la perturbadora inclinacin deGinebra hacia Lanzarote, aunque la razn le ayudase a refrenarla en presencia de lacorte: et se reisons ne li tolsist ce fol panser et cele rage, si vessent tot son corage(1983, vv. 68426844).
51 que cil plour a ris tourneront, que jou cuit bien queles verront par tans en la cambretel rage (L'Escoufle, vv. 76717673).
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ESTUDIOS SOBRE JEAN RENART
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perfeccin amorosa, aimer par amors;52 y el valor intensivo que le otorgan tres tipos de
expresiones que detallamos a continuacin.
En primer lugar, las construcciones superlativas o comparativas de superioridad
con apariencia de superlativas formadas mediante los adverbios plus, plus ... que,53 miex
o miex ... que,54 entre las que se incluyen las proposiciones de relativo cuyo antecedente
es la denominacin rien, muy frecuentes en los textos medievales. En ellas observamos
dos rasgos diferenciales con respecto a otras obras: por un lado, como segundo
trmino de la comparacin pueden entrar en juego el dinero y las joyas o bien el
propio individuo emisor del discurso amoroso;55 por otro, se introduce en el esquema
superlativo ms habitual, del que tambin tenemos varios ejemplos, objeto
comparado/resto de la humanidad como segundo elemento de la comparacin,56 un
cambio sustancial que da lugar a un nuevo esquema: sujeto comparado/resto de la
humanidad.57 En este punto, merece ser destacado el hecho de que la apropiacin del
discurso amoroso por parte de Guillaume fenmeno poco habitual en esta poca,
pues se prefiere que sea el narrador el que penetre en los entresijos amorosos se lleva
a cabo gracias, principalmente, a las construcciones superlativas incluidas en
52 sachis bien con ne len doit mie blasmer sil aime par amors (L'Escoufle, vv. 3742-
3743), cis cuens ot totes bones mors, et sama toustans par amors (L'Escoufle, vv. 107-108), cele qui mama par amours (L'Escoufle, v. 7532).
53 Tradicionalmente se haba afirmado que los trminos introductores de la segunda partede la comparacin tales como que o come eran conjunciones, sin embarg
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