rebeca vv - arnoia · 2015-01-12 · antologías literarias, así como varios artículos sobre...
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La voz de las sirenas seduce a navegantes y les
hace esclavos de su voluntad. El amor es como la
voz de las sirenas que hechiza con su dulce canto
pero, a la vez puede ser cruel y despiadado.
La voz de las sirenas es un poemario que se
introducen en el alma y que habla de pasión,
tristeza, soledad… Déjate llevar por sus cantos y por
sus cuentos y sus historias misteriosas que llegan
desde el mar.
9 788494 188947
ISBN 978-84-941889-4-7
Nacida en Santiago de
Compostela, reside en
Zaragoza desde los dos
años. Licenciada en
Filología Hispánica, ejerce
como profesora de Lengua
y literatura e idiomas en un
Colegio de secundaria de
la capital aragonesa.
En su trayectoria artística
ha editado varios cuentos
y poemas en diversas
antologías literarias, así
como varios artículos
sobre experiencias y
actividades pedagógicas.
Además, ha escrito y
dirigido tres cortos y
cuatro obras de teatro
para jóvenes. Gestiona
el blog literario http://
tuquelosabestodo.blogspot.
com.es/
Para ella el arte, la música,
la interpretación y la
literatura son los pilares
que pueden cambiar el
mundo. Entre ellos, la
poesía porque escribir o
leer, es vivir dos veces.
@RebecaVV
La voz de las sirenasPoemas y cuentos
Rebeca VV
La
voz
de la
s sire
nas P
oema
s y c
uentos
Reb
eca
VV
La voz de las sirenas
La voz de las sirenas
Poemas y cuentos
Rebeca VV
Primera edición: diciembre, 2014 © Raquel Diago, 2014 © de esta edición, Parnass Ediciones, 2014 Aragó, 336 bajos · 08009 Barcelona Tel. 93 207 34 38 info@parnassediciones.com www.parnassediciones.com Diseño de cubierta: David Díaz Mundina [akane estudio] Maquetación: Equipo de diseño de Parnass ISBN ebook: 978-84-943137-9-0 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO [Centro Español de Derechos Reprográficos, (www. conlicencia.com)] si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
A Joaquín, por ser el faro que me ilumina,
por ser mi mar y mi puerto.
Change lives through art maybe. Write beautifully. Cherish your friends,
stay true to your principles, live passionality and fully and well.
Experience new things. Love and be loved if at all possible.
DAVID NICHOLLS
ONE DAY
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Agradecimientos
A Javier Joven por su generosidad, su genialidad y su apoyo desinteresado. Y a todos los que habéis contribuido a que este libro vea la luz y se oigan las voces de las sirenas: Pedro Burillo
Georges Baltroc Pedro José de Celis Belén Diago Pilar Diago Pedro Ángel Diago Miriam Encarnación Víctor Frías Javier Giménez Esther Hernando J. Jarchilla L. L. G. Clara Lahoz Ana Pau Magdalena Peral Reyes Puente Patricia Ramírez Pipe Robledo Joaquín Ruiz Ascensión Sánchez Raúl Santolaya
Poemas
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La voz de las sirenas me atormenta
llenan con sus cantos
las huellas de quien era
borran con sus notas el amor que presentía
agotan despiadadas
mis últimos despojos
sólo soledad y muerte…
………agonía………
………silencio………
………ruina………
………despedida………
Primera Parte
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En el aeropuerto
Quiero abrazarte en este aeropuerto. Llevo equipaje, tendrás que cargar con él pero quiero que me abraces. Quiero que juntos, de la mano, veamos des-pegar este avión por el cielo. Hoy te he encontrado entre la multitud. Hay mucha gente a mi alrededor. Caras de alegría, gente que se besa, gente que se dice adiós, personas anónimas, historias encon-tradas, historias perdidas, y yo estoy en medio. El abrigo y la bufanda negra no me impiden respirar tu aliento. Estás cerca, lo siento. Estoy perdida; las caras, las voces, nadie me ve, pero tú apareces. Te veo en medio del caos y sólo puedo ver tus ojos azules como un faro. Me quedo quieta, la gente me arras-tra pero noto tu brazo que me agarra, me sostiene, me acerca a ti y siento tu beso. Quiero seguir hundida en tu pecho mientras los avio-nes van y vienen y siguen despegando y se van, y se alejan pero tú estás conmigo y me agarras y me proteges y las nubes ya no pueden confundirme. Estás conmigo. Mi corazón se vuelca y mi cuerpo se estremece sólo de sentirte. No soy perfecta, soy extrañamente imperfecta, solita-ria, cálida y fría a la vez, niña y mujer, frágil y fuerte, y re-cuerdo que yo también quiero amar y, ahora mismo, amarte con todo mi corazón, con toda mi alma. Sin más, me das un beso y yo sigo abrazada a tu cami-seta para no olvidar que ahora, en este momento, vemos los aviones que aterrizan y el nuestro está despegando mientras
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juntos dibujamos burbujas de vapor y volamos, volamos, porque el mundo es nuestro. Da igual, tenemos un billete al paraíso. A veces el arco iris sale en París y otras, en el océano ¿qué más da? Yo respiro tu aliento y quiero más. Ojalá que este sueño no acabe en este aeropuerto y no tenga que volver a ver los aviones que se alejan, tumbada en el suelo. Nunca un aeropuerto fue tan público, y tan solitario, y tan nuestro.
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Te espero
Te espero porque mi corazón me pide hacerlo. En lo más profundo de su gruta de cristal existe una llama que luce con tu nombre. Te espero porque el tiempo es una bestia extraña que los humanos queremos controlar, pero tiene vida propia. Te espero porque mi alma no descansa más que cuan-do mira tus ojos y ya no hay otra luz en el horizonte. Te espero porque ahora mismo me he dado cuenta de que sólo quiero estar contigo y descansar en ti. Te espero, amor, te espero.
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Temor
La noche, ciega y traidora, es cada vez más larga, y yo estoy sola. Las sombras de las dudas me atormentan. Tengo miedo de amarte. ¿Eres espejismo, o un oasis certero? ¿Eres un faro de luz clara, o un haz confuso y pasajero? ¿Eres real o no eres verdadero? Temor de amarte. Desconcierto. Temor al dolor. Temor a sufrir. Temor a amar, amar de nuevo.
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Hasta tu cuerpo he llegado huyendo
Necesito esconderme bajo las almenas de tu piel, que tus inmensas manos me protejan, que tus labios dulces oculten mi respiración, que tus caricias borren mis huellas, que tu corazón enmudezca el mío, que tus ojos azules derritan mi rastro. Hasta tu cuerpo he llegado huyendo de los fantasmas que aún me acosan, y mi enemiga... la soledad.
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